Jaime Valls Gramsci

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  • 7/24/2019 Jaime Valls Gramsci

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    ALGUNAS CATEGORIAS RELEVANTES DELPENSAMIENTO DE ANTONIO GRAMSCI

    Jaime Valls

    Antes de iniciar el recorrido por los conceptos fundamentales del anlisisgramsciano, consideramos pertinente hacer una aclaracin. Se trata de las dificultades que

    presenta la lectura de lo fundamental de la obra del comunista italiano. Nos referimos, claroest, a los Cuadernos de la Crcel. Coincidimos con Jean-Marc Piotte en que losproblemas principales radican en el estado de la obra, la edicin original (aunque esteproblema al da de hoy ha sido superado) y, centralmente, las condiciones de la censura (1).

    Al igual que con los filsofos naturalistas presocrticos (materialistas y dialcticosgriegos) parte esencial del pensamiento de Gramsci nos lleg a travs de fragmentos. Y,hasta el monumental trabajo del escritor y editor Valentino Gerratana, fragmentos reunidosy ordenados por otros (como tambin sucede con los filsofos mencionados) (2). Accederal pensamiento de un autor mediante fragmentos, en lugar de una obra ordenada, tieneevidentes desventajas: se tiende a remplazar mediante la interpretacin (con los riesgos que

    esto implica) la sistematicidad que el propio autor no lleg a dar a su trabajo. Adems,debido a las condiciones de censura en que fueron escritos los Cuadernos, Gramsci camufla menudo los nombres de los pensadores marxistas y la terminologa propia de este marcoterico, lo que muchas veces, como seala Piotti, plantea problemas difciles de resolver

    (3).

    Este asunto es muy importante, porque una parte de la manipulacin que se efectasobre el pensamiento de Gramsci tiene que ver con el hecho de que se deja de lado en qucondiciones realizaba sus trabajos (y los temas que poda abordar en sus Cuadernos,sometidos a rigurosa censura) y las propias recomendaciones del autor, cuando sealabaque es preciso distinguir entre las obras de un pensador aquellas que ha llevado a trmino

    y publicado de las que quedaron inditas porque no han sido terminadas y que fueronpublicadas por algn amigo o discpulo, y adverta a continuacin: Es evidente que elcontenido de estas obras pstumas tiene que ser considerado con mucha cautela ydiscrecin, pues no debe ser tenido por definitivo, sino como material en elaboracinprovisional (4).

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    Hecha esta salvedad, que debe ser tenida muy en cuenta al abordar los textoscarcelarios, pasemos ahora al anlisis de algunos ejes tericos presentes en los escritos de Gramsci, en particular los que tienen como centro la cuestin del Estado.

    Las tergiversaciones ms habituales de Antonio Gramsci en torno a la teora del

    Estado, tendientes a postular un supuesto distanciamiento entre ste y los fundadores delmaterialismo histrico (y en algunos casos una ruptura con el leninismo), suelen partir delhecho real de que el marxista italiano trabaj en particular temas relacionados con lasformas de conciencia social y de la cultura, sobre los cuales efectivamente realiz valiososaportes tericos.

    Gramsci analiz profundamente las formas ideolgicas que hay en una sociedaddividida en clases, en concreto en las sociedades capitalistas avanzadas, ms desarrolladas,en Occidente, donde la cultura de las clases dominantes tiene un alto grado de sofisticacin.

    Ha pasado casi un siglo desde entonces y hoy vemos esto ms claramente en todoslos pases. Pero en esa poca tal cuestin (los mecanismos de esclavizacin ideolgica delas masas populares) estaba planteada con mayor agudeza en las naciones msindustrializadas. Fueron los propios fundadores de la teora marxista quienes pusieron demanifiesto la importancia de las formas de conciencia social y criticaron a los queinterpretaban en forma mecanicista y unilateral la concepcin materialista de la historia. Enespecial Engels intervino duramente en la polmica contra el determinismo en sus cartas de1890 a Conrad Schmidt y a J. Bloch. A este ltimo le escribi el 21 de setiembre de 1890:La situacin econmica es la base, pero en el curso del desarrollo histrico de la lucha,ejercen influencia tambin, y en muchos casos prevalecen en la determinacin de su forma,diversos elementos de la superestructura: formas polticas de la lucha de clases y susresultados, es decir, las constituciones impuestas por la clase triunfante despus de suvictoria, etc., las formas jurdicas e incluso el reflejo de todas estas batallas reales en elcerebro de quienes participaron en ellas, las teoras polticas, jurdicas y filosficas, lasconvicciones religiosas y su evolucin posterior, hasta convertirse en un sistema dedogmas. Hay una interaccin de todos esos elementos, dentro de una interminable multitudde accidentes (es decir, de cosas y hechos cuyo vnculo interno es tan lejano o tanimposible de demostrar que los consideramos como inexistentes y que podemosdespreciarlos), y el movimiento econmico termina por hacerse valer como necesario. Si nofuese as, la aplicacin de la teora a cualquier perodo de la historia que se elija sera msfcil que la solucin de una simple ecuacin de primer grado (5).

    Sobre esta base, Gramsci desarroll el tema de los mecanismos de consenso aunqueno desechando el carcter del Estado como organizacin especial de la violencia, comoinstrumento de represin al servicio de la clase dominante, que est en la base de todo supensamiento. No conceba al Estado de manera distinta a Marx, Engels o Lenin sino queprofundiz el estudio de su creciente complejidad, especialmente en relacin a losmecanismos estatales y paraestatales de consenso. Pero no por ello crea que por la va de ladiscusin cultural, sin una revolucin triunfante, se fuera a tomar el poder y a resolver losproblemas de fondo de la explotacin y la opresin.

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    Veremos a continuacin que los desarrollos gramscianos sobre los mecanismos deconsenso a los que apela la clase dominante no cambiaron el aspecto principal de latemtica sobre el Estado como instrumento coercitivo, como lo hacen muchos de susactuales intrpretes, ms preocupados en hacer conocer ciertos estudios o lecturas sobrede la obra del marxista sardo que los textos originales. Cabe aqu, al respecto, tener en

    cuenta la recomendacin de Engels en la carta arriba citada, cuando le sugiere a Bloch: Yole pedira a usted que estudiase ms a fondo esta teora [se refiere a las concepciones deMarx] en sus fuentes originales y no en fuentes de segunda mano (6).

    Los escritos claves para estudiar y restaurar la verdadera posicin de Gramsci conrespecto al Estado son, en lo fundamental (pero no nicamente), los Cuadernos de laCrcel, en los que se despliega, en numerosos fragmentos, su concepcin materialista de lahistoria como base terica para analizar el rol del aparato estatal, la poltica, y su relacincon la cultura.

    Destacando la importancia primordial de esta problemtica para la teora marxista,Gramsci seala en un prrafo de sus Cuadernos: El concepto de revolucionario y deinternacionalista, en el sentido moderno de la palabra, es correlativo al concepto preciso deEstado y de clase: escasa comprensin del Estado significa escasa conciencia de clase(comprensin del Estado existe no slo cuando se lo defiende, sino cuando se lo ataca paratransformarlo) (7).

    Pero la preocupacin de Gramsci por la cuestin del Estado no surge en la crcelsino que tiene su origen en sus pocas de militante revolucionario activo y dirigentepartidario. De ah la necesidad de analizar su pensamiento sobre el tema en una perspectivaque destaque los hitos fundamentales de la evolucin de sus reflexiones, que tome encuenta el contexto histrico de produccin de determinadas posiciones y los desarrollosms importantes respecto a sus primeras formulaciones tericas.

    En el artculo tituladoLa conquista del Estado, publicado en el peridicoLOrdineNuovo del 12 de junio de 1919, Gramsci concibe al Estado como el lugar donde la clasedominante se unifica para concretar su dominacin no slo por la fuerza, sino mediante unacompleja red de mecanismos que garantizan el consentimiento de las clases subalternas.Las leyes de la historia -dice Gramsci- estaban dictadas por la clase propietaria organizadaen el Estado. El Estado fue siempre el protagonista de la historia, porque en sus organismosse concentra la potencia de la clase propietaria; en el Estado la clase propietaria sedisciplina y se unifica por sobre las disidencias y los choques de la competencia, paramantener intacta la condicin de privilegio en la faz suprema de la competencia misma: lalucha de clases por el poder, por la preeminencia en la direccin y ordenamiento de lasociedad (8).

    Los socialistasagrega nuestro autor en el mencionado artculo- aceptaron muy amenudo la realidad histrica, producto de la iniciativa capitalista, cayeron en el errorpsicolgico de los economistas liberales: creer en la perpetuidad de las instituciones delEstado democrtico, en su fundamental perfeccin. Segn ellos la forma de las institucionesdemocrticas puede ser corregida, modificada aqu y all, pero puede ser fundamentalmenterespetada. Un ejemplo de esta psicologa estrechamente vanidosa est dado por el juicio

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    despreciativo de Filippo Turati, segn el cual el parlamento es al soviet lo que la ciudad esla horda brbara. De esta errnea concepcin del devenir histrico, de la vieja prctica delcompromiso y del cretinismo parlamentario, nace la frmula actual sobre la conquista del

    Estado (9).

    Completa Gramsci su anlisis sobre Estado, en el mencionado artculo ordinovista,afirmando que las instituciones que lo componen estn organizadas para servir a los finesde la burguesa en su conjunto y que no basta, por lo tanto, remover al personal que sedesempea en el mismo para cambiar su carcter capitalista. De lo que se trata, entonces, esde la destruccin del aparato de Estado y de las relaciones sociales que le dan sustento, decrear un nuevo tipo deEstado, originado en la experiencia asociativa de la clase proletaria,y sustitucin por ste del Estado democrtico-parlamentario (10).

    Posteriormente, un nuevo contexto internacional signado por el fin de la PrimeraGuerra Mundial y por el triunfo de la revolucin de Octubre influye, lgicamente, en lasreflexiones de Gramsci sobre la cuestin estatal, ligadas stas, como acabamos de ver, a lanecesidad de crear las premisas para la construccin de un Estado de nuevo tipo, coninstituciones esencialmente distintas a las burguesas que, a la manera de los soviets en laURSS, arraiguen en la clase obrera, aunque considerando las particularidades de la realidaditaliana.

    La creacin en 1918 de la Internacional Comunista (III Internacional) (11) coincidicon el crecimiento de la tempestad revolucionaria en toda Europa. En ese entonces, se veaa la revolucin mundial como inminente: El ao prximo en Pars, Berln o Londres,haba dicho Lenin en el Primer Congreso de la Tercera Internacional, celebrado en 1919.La lucha de clases ha entrado en el perodo de la guerra civil, plante un documento de la

    Internacional de 1920, sobre las condiciones de admisin de los Partidos Comunistas a esaorganizacin mundial (12).

    La estrategia planteada entonces por Lenin estaba impregnada, como no poda serde otra manera, por estas ideas, generadas por el auge revolucionario mundial. As, en elPrimer Congreso de la IC se defini como forma de lucha del proletariado el mtodo de la

    accin de masas, llevado al extremo de sus consecuencias lgicas para que el mecanismocapitalista sea destruido en el campo de batalla. Todo otro mtodo, como el parlamentario,

    deba ser de aplicacin secundaria. All se sostuvo tambin que el Estado proletario esun instrumento de represin (...) sus armas se dirigen contra los enemigos de la clasetrabajadora para vencer la resistencia de los beneficiarios del orden burgus (13).

    En coincidencia con estos planteos de la IC, Antonio Gramsci, que en ese entoncesformaba parte del grupo ordinovista junto a Palmiro Togliatti y Umberto Terracini, entreotros, estaba convencido, como acabamos de ver, de que slo la destruccin del viejoEstado burgus poda hacer nacer el nuevo Estado proletario, cuyas caractersticas, pornaturaleza incompatibles con las del precedente, defini as: El Estado proletario no es laseudodemocracia burguesa, forma hipcrita de la dominacin oligrquica financiera, sino lademocracia proletaria que emancipar a las masas trabajadoras; no el parlamentarismo sinoel autogobierno de las masas a travs de su propio sistema de representacin (...) La forma

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    concreta del Estado es el poder de los Consejos y de las organizaciones del mismo tipo

    (14).

    Pero ya para el ao 1921 se han producido cambios profundos en la situacininternacional. El perodo de auge revolucionario posterior a la Primera Guerra Mundial

    haba concluido. Haba sido derrotada en 1919 la Repblica Sovitica de Hungra, deefmera vida. Posteriormente (a fines de 1920) fracas la ofensiva del Ejrcito Rojo sobreVarsovia. A ello se sum el fracaso en Alemania de la llamada Accin de marzo de 1921,

    que puso de manifiesto los lmites de la concepcin de la teora de la ofensiva del PartidoComunista Alemn, cuestin que tiene una relacin de continuidad con el asesinato de RosaLuxemburgo y de Karl Liebknecht por los socialdemcratas alemanes en 1919. Y en Italia,tras la derrota del movimiento consejista en 1921 (en auge durante el llamado Bienio Rojode 1919-1920), llegaba, en 1922, el fascismo al poder.

    Todos estos sucesos constituyeron un claro signo de un cambio en la correlacin defuerzas polticas en el Occidente europeo y de que seguir considerando que estaba prximoel triunfo de la revolucin en ese continente, era una apreciacin equivocada. A estoscambios correspondern, por lo tanto, una serie de virajes tcticos en la conduccin de laInternacional, cuya descripcin nos permitir situarnos en el contexto histrico deproduccin de las elaboraciones polticas y tericas de Gramsci por esos aos, cuestinimprescindible para realizar una lectura correcta de las mismas.

    En su Tercer Congreso, celebrado en 1921, la III Internacional aprob la tcticapoltica del Frente nico (15), que apuntaba a la reunificacin del movimiento obreromediante la colaboracin de los partidos comunistas con las organizaciones socialistas,sindicalistas, reformitas e incluso con los sindicatos cristianos, para realizar lo quedenominaron acciones defensivas frente a la ofensiva capitalista. La IC entendi que no sepoda organizar el asalto contra la sociedad burguesa en ese perodo (que fue calificadocomo de perodo de estabilizacin del capitalismo, tras la crisis del mismo generado

    durante los aos de auge popular). Al respecto, seal el dirigente ruso Karl Radek quehaba que preparar y entrenar las fuerzas que darn ese asalto algn da (16).

    Esta posicin fue rechazada, entre otros, por Umberto Terracini, delegado delpartido italiano. Terracini plante que no era necesario ganar a las masas, dado que lonico importante era que los partidos comunistas fueran capaces de arrastrar a las masasen el momento de la lucha, expresiones que fueron caracterizadas por Lenin como

    boberas de izquerda (17 y 18).

    El Cuarto Congreso de la Internacional, celebrado en noviembre de 1922 (ltimo enel que participara Lenin) avanz an ms en el programa del Frente nico. Este nuevomomento histrico, en particular el ya mencionado fracaso de la experiencia de losConsejos de fbrica en la Italia de 1921 y el conocimiento directo de la revolucin rusa trassu viaje a Mosc, provocaron en Gramsci un cambio en su orientacin poltico-terica.Entendi que lo fundamental de esta ltima era la doctrina del Partido y de la dictadura delproletariado y que la destruccin del Estado capitalista y la formacin de otro de nuevotipo a travs de la iniciativa autnoma de la clase obrera en las fbricas, como l habateorizado antes desde las pginas deLOrdine Nuovo, deba ceder paso al imperativo de dar

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    una organizacin poltica nacional al proletariado italiano. Desde 1921, en que Gramsci,junto a sus compaeros ordinovistas funda en el Congreso de Livorno el PCI (19), hasta1926, ao de su detencin, todos sus escritos estn dedicados centralmente al tema de laconstruccin del partido de la clase obrera y a la problemtica del Estado de dictaduraproletaria.

    Durante este perodo, Gramsci va madurando su pensamiento, ajustndolo a lapoltica trazada por la III Internacional durante el perodo de estabilizacin delcapitalismo. Desde ah debe analizarse su produccin terica y poltica, y no tomando

    frases aisladas para luego trasladarlas a la realidad de pases como los latinoamericanos (tandiferentes a la Italia y el mundo de los aos 20) con el fin de apuntalar tericamentealos procesos de la denominada transicin a la democraciaproducidos en los mismos enla dcada de los 80.

    Gramsci asimila en esta etapa principios bsicos del leninismo: por un lado, lacuestin de la creacin de un Estado de dictadura proletaria como resultado de larevolucin socialista, sealando adems los modos concretos de aproximacin a dicharevolucin, para romper as la espera pasiva y espontanesta de la gran catstrofe; porotro lado, la necesidad de construir un partido de clase que, a diferencia del Socialista, seacapaz de dirigir el proceso revolucionario y que le permita al proletariado agrupar, en unfrente nico, a todas las clases y capas sociales interesadas en la revolucin, en particular alas masas campesinas.

    Estos temas se encuentran ampliamente desplegados en tres de sus escritos del ao1926, en vsperas de su detencin. Ellos son La situacin italiana y las tareas del PCI(Tesis de Lyon), Informe sobre el III Congreso del Partido comunista de Italia yAlgunostemas de la cuestin meridional.

    En el primero de los trabajos mencionados -frecuentemente soslayado- sostiene, conrelacin al carcter de la revolucin y a sus protagonistas, que no existe en Italia la

    posibilidad de una revolucin que no sea la revolucin socialista. En los pases capitalistas,la nica clase que puede realizar una transformacin social real y profunda es la claseobrera (20) aunque las fuerzas motrices de la revolucin italiana son, en orden deimportancia, las siguientes: 1) la clase obrera y el proletariado rural; 2) los campesinos delMezzogiorno y de las islas y los campesinos del resto de Italia. Y contina: El desarrolloy la rapidez del proceso revolucionario slo pueden ser apreciados a partir de unaevaluacin de ciertos elementos subjetivos, es decir, de la medida en que la clase obreralogre adquirir una personalidad poltica propia, una firme conciencia de clase y unaindependencia de todas las dems clases, de la medida en que logre organizar sus fuerzas, osea, ejercer de hecho una funcin de conduccin de los dems factores, comenzando pordar una expresin poltica concreta a su alianza con los campesinos (21).

    Con respecto al carcter del Estado Gramsci seala, ajustndose a la concepcinmarxista, que el mismo es siempre una dictadura de clase, independientemente de lasdiversas formas polticas (democrticas o fascistas) que asuma el gobierno del Estado. Enel perodo que transcurre entre 1890 y 1900escribe-, la burguesa se plantea resueltamenteel problema de organizar su propia dictadura, y lo resuelve con una serie de medidas de

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    carcter poltico y econmico que determinarn en lo sucesivo la historia italiana. Y

    agrega que una vez derrotadas las primeras tentativas insurreccionales del proletariado y delos campesinos la burguesa italiana consolidada est en condiciones de adoptar, paraobstaculizar los progresos del movimiento obrero, los mtodos exteriores de la democraciay los de la corrupcin poltica con el sector privilegiado de la poblacin trabajadora

    (aristocracia obrera) para hacerlo cmplice de la dictadura reaccionaria que continaejerciendo e impedirle que se convierta en el centro de la insurreccin popular contra elEstado (...). Las clases dirigentes ponen en prctica un vasto plan de corrupcin y dedisgregacin interna del movimiento obrero usando como seuelo, ante los dirigentesoportunistas, la posibilidad de que una aristocracia obrera colabore con el gobierno en unatentativa de solucin reformista del problema del Estado (gobierno de izquierda) (lasbastardillas son mas, J.V.) (22).

    En torno al tema del Partido proletario seala que los objetivos fundamentales delmismo consisten en organizar y movilizar alrededor del proletariado a todas las fuerzasnecesarias para la victoria revolucionaria y para la fundacin del Estado obrero y plantearal proletariado y a sus aliados el problema de la insurreccin contra el Estado burgus y dela lucha por la dictadura proletaria y conducirlo poltica y materialmente para la resolucinde esa tarea mediante una serie de luchas parciales (23). Y agrega, con el evidentepropsito de jerarquizar el rol de la organizacin poltica del movimiento obrero: Lasorganizaciones en las que trabaja el partido y que tienden, por su propia naturaleza, aincorporar a toda la masa obrera, nunca pueden sustituir al Partido Comunista que es laorganizacin poltica de los revolucionarios, es decir, la vanguardia del proletariado (24).

    En el segundo de los trabajos arriba mencionados (Informe sobre el III Congreso delPartido Comunista de Italia) el marxista italiano sostiene, respecto de la actitud hacia lasformaciones polticas socialdemcratas por parte de los revolucionarios que la fusin entre

    comunistas y socialdemcratas fue uno de los factores determinantes de la derrota de larevolucin sovitica de Hungra, ya que el tema de las alianzas y el frente nico noimplican de ninguna manera la fusin con organizaciones reformistas y socialdemcratas,

    y agrega: El compaero Lenin haba dado la frmula lapidaria del significado de lasescisiones en Italia, cuando dijo al compaero Serrati: Seprense de Turati y despus

    hagan la alianza con l (25).

    En su ltimo trabajo antes de la detencin y encarcelamiento, Algunos temas de lacuestin meridional, profundiza el tema de las fuerzas directrices y motrices de larevolucin, la tctica del frente nico y la problemtica de la hegemona (conceptos quedesarrollar en amplitud en los Cuadernos de la Crcel, como veremos ms adelante). Loscomunistas turinesesdice en ese escrito inconcluso- se haban planteado concretamente lacuestin de la hegemona del proletariado, es decir, la base social de la dictadura

    proletaria y del Estado obrero. El proletariado puede convertirse en clase dirigente ydominante en la medida en que consigue crear un sistema de alianzas de clase que lepermita movilizar contra el capitalismo y el Estado burgus a la mayora de la poblacintrabajadora, lo que significa en Italia, dadas las reales relaciones de clase existentes, en lamedida en que consigue obtener el consenso de las amplias masas campesinas (26). Aquya est presente la alianza obrero-campesina como la base del Estado de dictaduraproletaria.

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    Inmediatamente despus de escribir estas lneas -a fines de 1926-, Antonio Gramsci

    es detenido por el rgimen fascista. Comienza as su largo perodo carcelario, que durarhasta 1937, pocos das antes de su muerte. Dijimos en otro lugar que los Cuadernosescritosen esos aos de prisin son fundamentales para estudiar la posicin del comunista con

    respecto a la cuestin del aparato estatal. Pasaremos, por lo tanto, una rpida revista a estosclebres escritos.

    Una de las definiciones ms difundidas acerca del Estado, la encontramos en elCuaderno nmero 13: El Estado dice all Gramsci- es concebido como organismo propiode un grupo, destinado a crear las condiciones favorables para la mxima expansin delgrupo mismo (27). Pero nuestro autor considera que esta expansin, para ser llevada acabo eficazmente, no puede aparecer como la realizacin de los intereses exclusivos de lasclases directamente beneficiadas. Debe presentarse agrega- como una expansinuniversal -expresin de toda la sociedad-, a travs de la incorporacin a la vida estatal delas reivindicaciones e intereses de los grupos subalternos, apartndolos de su lgica propiay encuadrndolos en el orden vigente. Incorporacin sta que es el resultado contradictoriode luchas permanentes y de la formacin de equilibrios inestables y de relaciones de fuerzaentre las clases. Proceso limitado por las necesidades de reproduccin del propio orden yque se limita, por lo tanto, al nivel de las reivindicaciones econmico-corporativas (28).

    El Estado es aqu concebido en su sentido orgnico y ms amplio como el conjuntoformado por lo que el autor designa como sociedad poltica y sociedad civil. Estadefinicin es presentada por Gramsci de modo explcito en el Cuaderno N 6, redactadoentre noviembre de 1930 y enero de 1932, bajo el concepto de Estado integral. Laformulacin aparece por primera vez cuando el marxista sardo analiza el proceso deconstitucin del nuevo orden social impuesto despus de la Revolucin Francesa de 1789,donde la burguesa pudo presentarse como Estado integral, con todas las fuerzasintelectuales y morales necesarias y suficientes para organizar una sociedad completa yperfecta (29).

    Esta definicin de Estado incluye dentro del mismo no solamente al aparatocoercitivo sino tambin los de construccin de consenso. De esta manera, resumida peromuy significativa, Gramsci presenta su concepcin ya clsica: Estado = sociedad poltica

    + sociedad civil, o sea hegemona acorazada de coercin (30) o como dir ms adelante enel mismo Cuaderno, Estado (en el significado integral: dictadura + hegemona (31).

    El trmino hegemona es usado aqu como sinnimo de direccin distinto decoercin- de una clase sobre las clases y grupos aliados. Veamos ahora otros dos trminosclave:sociedad poltica ysociedad civil. El concepto de sociedad poltica est claro en eltexto gramsciano. Se trata del Estado en sentido estricto, o sea el aparato gubernamentalencargado de la administracin directa y del ejercicio de la coercin sobre aquellos que noconsienten, ni activa ni pasivamente. Es tambin llamado en los Cuadernos Estado polticoo Estado-gobierno. Gramsci no abandona en ningn momento esta dimensin del Estado,es decir, no pierde de vista su aspecto coercitivo, aunque no limite el Estado a esa sola,aunque decisiva y fundamental dimensin.

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    La sociedad civil es entendida como el conjunto de organismos vulgarmentellamados privados. Cabe destacar el carcter material de estos organismos, como lo

    hace Gramsci al utilizar la expresin aparato hegemnico de un grupo social y aparato

    privado de hegemona (32). La lista de tales aparatos hegemnicos abarca Iglesias,escuelas, asociaciones privadas, sindicatos, partidos y prensa, entre otros. La funcin de

    estos organismos es lograr el consenso de las grandes masas y la adhesin de stas a laorientacin social impresa por las clases dominantes.

    Al respecto, cabe aqu efectuar una aclaracin necesaria. Se trata de la interpretacinde Norberto Bobbio (33) del concepto de sociedad civil, la que nos puede dar una pista dela genealoga de ciertas imposturas de pretendidos gramscianos, que interpretan que lalucha poltica por el poder se reduce en Gramsci a una mera discusin cultural.

    Bobbio ha querido ver en el concepto de sociedad civil del comunista italiano, unaaproximacin de ste al idealismo hegeliano y croceano. Como terico de lassuperestructuras el marxista sardo habra reducido su teora a la denominada historia

    tico-poltica de Benedetto Croce. Pero la crtica recurrente que Gramsci realiza en losCuadernosa la hipstasis del momento tico-poltico por parte de Croce desautoriza estareduccin. No obstante, Bobbio sostiene que si para Marx la sociedad civil (infraestructura)es determinante en ltima instancia de los procesos polticos, Gramsci usara el concepto desociedad civil para manifestar tambin su carcter determinante de lo poltico y lo estatalaunque para el primero, a diferencia del segundo, la sociedad civil est constituida por labase econmica de la sociedad. Los argumentos de Bobbio se revelan muy frgiles, ya queno hay en los textos gramscianos absolutamente nada que permita afirmar que el marxistasardo haya reinvertido a Hegel colocndolo de nuevo sobre su cabeza, y que haya postuladoa la superestructura como determinante del proceso histrico.

    Adems cabra agregar que el concepto de sociedad civil asume otros sentidos en elpensamiento de Gramsci, que Bobbio no tiene en cuenta en su trabajo. En un pasaje delCuaderno 13, titulado Algunos aspectos tericos y prcticos del economismo, elfundador del PCI sostiene que el planteamiento del movimiento del librecambio se basa enun error terico cuyo origen prctico no es difcil de identificar: en la distincin entresociedad poltica y sociedad civil, que de distincin metodolgica es convertida endistincin orgnica y presentada como tal. As se afirma que la actividad econmica espropia de la sociedad civil y que el Estado no debe intervenir en su reglamentacin. Perocomo en la realidad efectiva sociedad civil y Estado se identifican, hay que establecer quetambin el librecambismo es una reglamentacin de carcter estatal, introducida y

    mantenida por va legislativa y coactiva: es un hecho de voluntad consciente de sus propiosfines y no la expresin espontnea, automtica, del hecho econmico (34).

    La idea de que Gramsci haya excluido totalmente a la economa capitalista de lasociedad civil, en contraposicin con Marx no resiste un anlisis detallado del pasajecitado. En ste la sociedad civil aparece como el lugar de la actividad econmica; el terrenode los intereses materiales inmediatos, de la sociedad econmica burguesa o lo que hoyllamaramos el mundo de los negocios. Estos dos sentidos son utilizados por Gramsci demanera diferente. En el primero (el ms frecuente, es verdad), la sociedad civil aparecevinculada a las formas de ejercicio y afirmacin de la supremaca de una clase sobre el

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    conjunto de la sociedad. El concepto apunta a esclarecer no slo los procesos de revolucinburguesa y de fundacin de un nuevo Estado, sino tambin la longevidad y fortaleza de lasinstituciones polticas del Occidente capitalista.

    Volviendo al par sociedad civil-sociedad poltica (consenso y coercin), otro error

    frecuente en ciertas lecturas de Gramsci consiste en efectuar una lectura unilateral ysesgada de este asunto, tomando de l slo un aspecto (el consenso) y soslayando el otro(coercin). Veamos lo que dice el comunista italiano al respecto: El ejercicio normal dela hegemona en el terreno que ya se ha vuelto clsico del rgimen parlamentario, secaracteriza por la combinacin de la fuerza y del consenso que se equilibran diversamente,sin que la fuerza domine demasiado al consenso, incluso tratando de obtener que la fuerzaaparezca apoyada en el consenso de la mayora, expresado por los llamados rganos de laopinin pblicaperidicos y asociaciones- los cuales, por lo tanto, en ciertas situaciones,son multiplicados artificiosamente (lasbastardillas son mas, J.V.) (35).

    Una ampliacin excesiva de la sociedad civil implica, por lo tanto, un vaciamientode las funciones coercitivas del Estado. Se pierde la dialctica de la unidad-distincin quecaracteriza a la formulacin gramsciana.

    En el pasaje presentado ms arriba, es la fuerza la que aparece acorazada por lahegemona (en una cita anterior era la hegemona, el consenso, lo que apareca acorazadode coercin). No se justifica, por lo tanto, la poca importancia que autores supuestamenteinspirados en el pensamiento gramsciano dan a la dimensin coercitiva del Estado. Elresultado de estos anlisis unidimensionales es que la doble perspectiva gramsciana sepierde, quedando slo la articulacin del consenso como firma de afirmacin poltica.Gramsci aparece as como un contractualista o un proto-habermasiano.

    Numerosas referencias en los Cuadernos acentan la funcin primordial del Estadocomo instrumento de coercin al servicio de las clases dominantes. Veamos una de ellas:El Estado, en cuanto es la misma sociedad ordenada, es soberano. No puede tener lmitesjurdicos; no puede tener lmites en los derechos pblicos subjetivos ni puede decirse que seautolimita. El derecho positivo no puede ser el lmite del Estado, ya que puede sermodificado en cualquier momento por el Estado mismo en nombre de nuevas exigenciassociales (36).

    Con respecto a la tan vapuleada cuestin del consenso, podemos encontrar unantecedente en la definicin de este trmino en el concepto de hegemona o direccin (esdecir, lo opuesto a coercin).

    Antes que en Gramsci, el concepto de hegemona lo encontramos en los primerosmarxistas rusos, en particular en Lenin. En un escrito, el lder de la revolucin bolcheviquesostuvo que el proletariado, nica clase revolucionaria hasta el fin en la sociedadcontempornea, debe ser el dirigente y tener la hegemona en la lucha de todo el pueblo porla revolucin democrtica completa, en la lucha de todos los trabajadores y explotadoscontra los opresores y explotadores. El proletariado es revolucionario slo cuando tieneconciencia de esta hegemona y la realiza (37).

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    de la Comintern, entre otras razones, porque particip de su IV congreso. En los Cuadernosde la Crcel podremos comprobar que el tratamiento de la idea de hegemona se derivadirectamente de las definiciones de la III Internacional.

    En primer lugar, el trmino es usado en los Cuadernospara referirse a la alianza de

    clase del proletariado con otras clases oprimidas, sobre todo el campesinado, en la luchacomn contra la opresin capitalista. El hecho de la hegemona se dice en lasNotas sobreMaquiavelo- presupone indudablemente que se tienen en cuenta los intereses y lastendencias de los grupos sobre los cuales se ejerce la hegemona, que se forme un ciertoequilibrio de compromiso, es decir que el grupo dirigente haga sacrificios de ordeneconmico-corporativo, pero es tambin indudable que tales sacrificios y tal compromisono pueden concernir a lo esencial, ya que si la hegemona es tico-poltica no puede dejarde ser tambin econmica, no puede menos que estar basada en la funcin decisiva que elgrupo dirigente ejerce en el ncleo rector de la actividad econmica (42).

    Posteriormente, Gramsci sigue contraponiendo la necesidad que tiene elproletariado de usar la violencia en contra del enemigo de clase y el recurso a uncompromiso en el seno de las clases aliadas. Al hacerlo, estaba poniendo de relievenuevamente la oposicin entre dictadura del proletariado (sobre la burguesa) yhegemona del proletariado (sobre el campesinado).

    La nocin de dominacin (anttesis de hegemona) aparece tambin en numerososfragmentos de los Cuadernos como lo opuesto a direccin. En uno de ellos, Gramsciescribi: La supremaca de un grupo social asume dos formas: dominacin y direccinmoral e intelectual. Un grupo social es dominante sobre los grupos enemigos que tiende a

    liquidar o someter por la fuerza armada, y es dirigente re specto a los grupos afines yaliados (43).

    Ya hemos sealado ms arriba que la sociedad poltica (dictadura o Estado ensentido estricto) est constituida por los aparatos coercitivos, mientras que la sociedad civilest formada por las denominadas organizaciones privadas como la Iglesia, los sindicatos,el sistema de partidos polticos tradicionales, las escuelas, los medios de difusin, etc. y esel lugar donde se realiza la hegemona de una clase sobre toda la sociedad nacional, aunquelas funciones de hegemona no siempre estn restringidas a la sociedad civil sino que aveces se sitan dentro del Estado, ya que en algunos pasajes Gramsci escribe sobre lospoderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial del Estado liberal como rganos de hegemona

    poltica.

    Pero todas estas cuestiones relativas al Estado aparecen en Gramsci no por un afnterico abstracto sino ligada a la necesidad de desentraar la forma concreta que adquiere ladominacin burguesa, como requisito previo para implementar una prctica polticacorrecta y eficazmente revolucionaria, en un contexto en el cual el desarrollo capitalista delas fuerzas productivas est acompaado por un desarrollo complejo de lassuperestructuras, lo que deviene en la conformacin de un slido bloque histrico que tornams compleja la lucha revolucionaria, ante este poder enormemente fuerte, resistente alcolapso econmico y a los perodos de crisis, del que lograba recuperarse alcanzando unaestabilizacin consensual.

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    La bsqueda gramsciana de una estrategia revolucionaria acertada provee un

    riqusimo material terico para el anlisis de la dominacin en las sociedadescontemporneas. Coincidiendo nuevamente con Lenin, y profundizndolo, lasobservaciones de nuestro autor dan cuenta de las diferencias que se advierten entre las

    sociedades de Oriente y de Occidente, con formaciones econmico-sociales muy distintas,lo que necesariamente deba redundar en estrategias de lucha distintas.

    En lasNotas de Maquiavelo Gramsci, utilizando el lenguaje de la estrategia militar,advierte que en los estados ms avanzados de Occidente la sociedad civil se ha convertidoen una superestructura muy compleja y resistente a las irrupciones catastrficas del

    elemento econmico inmediato (crisis, depresiones, etc.); las superestructuras de lasociedad civil son como el sistema de trincheras de la guerra moderna (44).

    Ya en 1924, en una carta que Gramsci enva desde Viena a sus compaeros delPartido Comunista de Italia, vislumbraba estas cuestiones: En la Europa Central yOccidental el desarrollo del capitalismo no slo ha determinado la formacin de ampliosestratos proletarios, sino tambin, y por lo mismo, la aristocracia obrera, con sus anexos deburocracia sindical y de grupos socialdemcratas. La determinacin, que en Rusia eradirecta y lanzaba a las masas a la calle, al asalto revolucionario, en Europa Central yOccidental se complica con todas estas sobreestructuras polticas creadas por el superiordesarrollo del capitalismo, hace ms lenta y ms prudente la accin de las masas y exige,por tanto, al partido revolucionario toda una estrategia y una tctica mucho ms complicaday de ms respiro que las que necesitaron los bolcheviques en el perodo comprendido entremarzo y noviembre de 1917(45).

    Puede observarse claramente en esta nota que los objetivos finales son los mismos,pero lo que ha variado es slo la tctica o los caminos de aproximacin a tales objetivos,debido a las particularidades del momento histrico y de las sociedades concretas. No setrata, obviamente, de remplazar la dictadura del proletariado por la construccin de unEstado democrtico y plural.

    En agosto de 1926, poco antes de caer preso, Gramsci vuelve sobre el mismo asuntoen su informe al CC del PCI. All deca que la clase dominante posee en los pases decapitalismo avanzado reservas polticas y organizativas que no posea en Rusia, porejemplo. Ello significa que an las crisis econmicas gravsimas no tienen repercusionesinmediatas en el campo poltico. La poltica est siempre en retardo, y en gran retardorespecto de la economa. El aparato estatal es mucho ms resistente de lo que a menudosuele creerse y logra organizar, en los momentos de crisis, fuerzas fieles al rgimen, y msde lo que podra hacer suponer la profundidad de la crisis (46).

    Esta idea de la existencia de una diferencia estructural entre las formacioneseconmico-sociales del Oriente y del Occidente constituir uno de los ejes en torno a loscuales girarn las notas de la crcel. Porque si al terminar la Primera Guerra Mundial Rusiae Italia parecan encontrarse ante similares perspectivas revolucionarias, la derrota italianalleva a Gramsci a reflexionar sobre las causas que la determinaron. En esta indagacin

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    encuentra una perspectiva para el anlisis en las diferencias que se evidencian entre ambostipos de sociedades y en el rol del aparato estatal en cada una de ellas.

    En Oriente, el Estado era todo, la sociedad civil era primitiva y gelatinosa; enOccidente, entre Estado y sociedad civil exista una justa relacin y bajo el temblor del

    Estado se evidenciaba una robusta estructura de la sociedad civil. El Estado slo era unatrinchera avanzada, detrs de la cual exista una robusta cadena de fortalezas y casamatas(47).

    El objetivo de esta distincin es evidente. Consiste en establecer la diferencia entrela Rusia zarista y la Europa Occidental, en particular la existencia de una democraciapoltica (burguesa) representativa. Tal anlisis es similar a la frmula leninista en la que ellder bolchevique declaraba que los zares rusos gobernaban centralmente por la fuerzamientras que la burguesa anglofrancesa lo haca mediante el engao y las concesiones. Laexperiencia mundial de gobiernos burgueses y terratenientes dice Lenin- ha desarrolladodos mtodos para mantener sometida a la gente. El primero es la violencia que, con loszares, demostr al pueblo ruso el mximo de lo que puede y no puede hacerse. Pero hayotro mtodo, mejor desarrollado por la burguesa inglesa y francesa, tal es el mtodo delengao, el halago, las frases finas, millones de promesas, sobornos mezquinos, yconcesiones de lo no esencial mientras se reservan lo esencial (48).

    Teniendo en cuenta estas diferencias estructurales entre Oriente y Occidente, quecomo acabamos de ver ya haban sido ligeramente esbozadas por Lenin, Gramsci advierteque, para derrumbar al Estado capitalista en Occidente, es preciso elaborar una estrategiadistinta a la que se utilizara en la Rusia zarista: la guerra de posiciones. Para efectuar dichaelaboracin compara los conceptos deguerra de maniobra yguerra de posiciones en el artemilitar, y los conceptos correspondientes al arte poltico.

    En el arte poltico dice Gramsci- ocurre lo mismo que en el arte militar: la guerrade movimiento deviene cada vez ms guerra de posicin y se puede decir que un Estadovence en una guerra en cuanto la prepara minuciosa y tcnicamente en tiempos de paz. Lasestructuras macizas de las democracias modernas, tanto las organizaciones estatales comoel complejo de asociaciones operantes en la vida civil, representan en el dominio del artepoltico lo mismo que las trincheras y las fortificaciones permanentes del frente en laguerra de posicin, ellas tornan slo parcial el elemento del movimiento que antesconstitua todo en la guerra, etc. La cuestin se plantea en los Estados modernos y no en

    los pases atrasados, ni en las colonias, donde an tienen vigencia las formas que en losprimeros han sido superadas convirtindose en anacrnicas (49).

    Este paso de la estrategia de la guerra de maniobras y a la guerra de posicin, nosignifica de ninguna manera, como se ha pretendido entender, una mera tctica de ocuparposiciones dentro del Estado burgus, abandonando definitivamente el momento delasalto al mismo.

    Al respecto, la teora y la prctica de la III Internacional, desde sus comienzos en1919 hasta el encarcelamiento de Gramsci, no dej de sealar en ningn momento lanecesidad histrica del recurso de la violencia para la destruccin del Estado de las clases

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    dominantes y la construccin de un nuevo poder estatal. La dictadura del proletariado, unavez producido el derrocamiento armado del aparato del Estado burgus, era un elementocentral proclamado en todos los documentos de la Comintern. Gramsci nunca puso en dudaestos principios. Cuando empez sus exploraciones tericas en prisin parece haberlosconsiderado tan consabidos que apenas si figuran directamente en su discurso. Constituan

    para el comunista italiano algo que ya no era necesario reiterar, por lo que sus energas seconcentraron en el descubrimiento y anlisis de nuevos fenmenos an no abordadossistemticamente por el marxismo. Pero jams pretendi negar los principios bsicos de ladoctrina marxista acerca del papel inevitable de la violencia (el momento militar, en susescritos) en cualquier proceso revolucionario.

    Pero para comprender en su real dimensin la estrategia gramsciana de guerra deposiciones, es necesario pasar brevemente revista a la polmica suscitada en el seno delmovimiento comunista europeo tras la victoria de la Revolucin de Octubre. A pesar de queese momento de auge del movimiento de masas se cerr a fines de 1920, como ya hemossealado, los principales dirigentes del comunismo alemn seguan pensando que la tomadel poder por el proletariado estaba en el orden del da inmediato en todos los pasesimperialistas ya que el mundo haba entrado en la poca histrica de la revolucinproletaria. Partiendo de esta premisa, se mostraban a favor de una novedosa tctica: ladenominada Teilaktion o accin armada parcial contra el Estado capitalista.

    Surga as una concepcin aventurerista de la revolucin social. Entre 1920 y 1921Thalheimer, Lukcs y otros teorizaron sobre la necesidad de realizar una serie d e accionesparciales putchistas, constantes en el tiempo. La caracterstica principal del perodo actualde la revolucin consiste en que estamos obligados a llevar a cabo batallas, inclusoparciales, incluyendo las econmicas, con los medios de la batalla final, sobre todo lainsurreccin armada, se afirmaba (50).

    Como la poca era revolucionaria, la estrategia correcta era la de una ofensivaascendente expresada en una serie de golpes armados contra el Estado capitalista. Estasacciones deban llevarse a cabo aunque la clase obrera no estuviera en una disposicin denimo revolucionaria. Las mismas serviran para despertar al proletariado de su concienciareformista. Lukcs afirmaba que las acciones parciales no eran tanto medidas

    organizativas mediante las cuales el partido comunista pudiera tomar el poder del Estadocomo iniciativas autnomas y activas del KPD para superar la crisis ideolgica y el letargomenchevique del proletariado y la pausa en el desarrollo revolucionario (51) y agregabaque las razones para la aplicacin de las Teilaktionen no eran principalmente las metasobjetivas que podan lograrse sino el impacto subjetivo en la conciencia obrera paradespertar a las masas proletarias de su inercia, arrancarlas de su direccin mencheviquemediante la accin y cortar el nudo de la crisis ideolgica del proletariado con la espada delos hechos (52).

    Durante la llamada Accin de marzo de 1921 la resistencia espontnea de la clase

    obrera fue muy dbil por lo que el PC de Alemania recurri desesperadamente a accionesdinamiteras, tomas de fbricas y luchas en las calles. Grupos de guerrilleros errantesrompieron la necesaria disciplina e irrumpieron desordenadamente en zonas agrarias.Aislada de la mayora del proletariado alemn y ampliamente sobrepasado en nmero por

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    la concentracin de las tropas del ejrcito alemn, la vanguardia result aplastadadesatndose una brutal oleada represiva. Fueron encarcelados unos 4.000 militantes delKPD (Partido Comunista Alemn) el que fue prcticamente diezmado. El impacto en laclase obrera alemana fue desastroso. Lejos de despertar al proletariado de su letargomenchevique, la Accin de marzo desmoraliz y gener un profundo escepticismo. La

    poltica aventurera del KPD en 1921 fue condenada por el Tercer congreso de laInternacional, siendo Lenin, en esa oportunidad, uno de sus ms cidos detractores.

    Es en este marco histrico que debemos evaluar el esfuerzo de Gramsci por definirla estrategia revolucionaria para Occidente como guerra de posiciones. La misma eraconcebida como un ajuste necesario tras el rotundo fracaso de la Accin de marzo,

    considerada como la aplicacin de la estrategia deguerra de maniobras.

    Me parece que Illich escribi Gramsci- haba comprendido que era necesario uncambio de la guerra de maniobras, aplicada victoriosamente en Oriente en 1917, a la guerrade posicin que era la nica posible en Occidente donde, como observa Krasnov, en brevelapso los ejrcitos podan acumular interminables cantidades de municiones, donde loscuadros sociales eran de por s capaces de transformarse en trincheras muy provistas. Y meparece que ste es el significado de la frmula del frente nico (53).

    Gramsci equipara en este fragmento el concepto de frente nico con el de guerra deposiciones. La relacin es correcta, ya que la poltica frente nico fue la lnea polticaadoptada por la Internacional en su tercer congreso, en el que haba condenado la teora dela ofensiva (guerra de maniobras) del KPD. La tctica del frente nico tena como objetivoganar a las masas en Occidente para la revolucin, a travs de una paciente accinorganizativa y de propaganda. Lenin, quien proclam el lema A las masas con el que se

    cerr el Congreso de la IC de 1921, seal la importancia de una estrategia especfica paralos pases de Europa Occidental, diferente a la de Rusia.

    A modo de sntesis, digamos que Gramsci concibi entonces la guerra de posicionescomo una respuesta crtica a la estrategia de la guerra de maniobra de Thalheimer y Lukcs,siguiendo los lineamientos trazados por la Comintern. Pero Gramsci nunca abandon elprincipio marxista sobre la necesidad ltima de la toma violenta del poder del Estado.

    Al respecto digamos, para finalizar este breve recorrido por el pensamientogramsciano, que en un importante documento muy poco tenido en cuenta el Informeenviado por Athos Lisa en 1933 al Comit Central del Partido Comunista Italiano sobre susconversaciones en la crcel con Antonio Gramsci-, hay un consejo de ste a los militantescomunistas italianos registrado por Lisa, en el que dice que la conquista violenta del poder

    exige del partido del proletariado la creacin de una organizacin de tipo militar, que apesar de su forma molecular, se difunda en todas las ramificaciones de la organizacinestatal burguesa y sea capaz de vulnerarla y de asestarle fuertes golpes en el momentodecisivo de la lucha(54).

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    NOTAS

    1 PIOTTE, Jean Marc, El pensamiento poltico de Antonio Gramsci, Cuadernos de CulturaRevolucionaria, Buenos Aires, 1973.2 Como es conocido, los Cuadernos fueron publicados por el editor Einaudi en seis

    volmenes (que ya hemos mencionado en este escrito), cuyos fragmentos fueronreagrupados sobre la base de las temticas desarrolladas en los mismos, anulando as sudespliegue segn un orden cronolgico.3 PIOTTE, Jean Marc, ob. cit., pg. 9.4 GRAMSCI, Antonio, El materialismo histrico y la filosofa de Benedetto Crocce, 5ta.edicin, Nueva Visin, Buenos Aires, 1997, pg. 83.5 MARX, Carlos, y ENGELS, Federico, Correspondencia, Editorial Cartago, Buenos Aires,1987, pgs. 379 y 380.6 Ibidem, pg. 381.7 GRAMSCI, Antonio, Pasado y presente, Juan Pablos Editor, Mxico, 1977, pg. 31.8 GRAMSCI, Antonio, La conquista del Estado, en Escritos polticos (1917-1933),Cuadernos de Pasado y Presente Nro 54, segunda edicin, Mxico, 1981, pg. 93.9 Ibdem, pg. 95.10 Ibdem, pg. 95.11 La Internacional Comunista (Comintern) fue creada en 1918 como un partido proletariorevolucionario nico en todo el mundo, con el objetivo de promover la revolucincomunista mundial. La IC trabajara legal y clandestinamente para preparar la revolucin,con una estructura de revolucionarios profesionales internacionales (uno de ellos fueAntonio Gramsci) a los que se subordinaran los dirigentes sindicales, parlamentarios yperiodistas de las secciones nacionales (los PC de cada pas).

    12 Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista, Crdoba, Pasado yPresente, 1973, pgs. 7 y 8.13 Ibdem, pg. 34.14 En L'Ordine Nuovo del 24 de agosto de 1919, citado por MACCIOCCHI, Mara A.,Gramsci y la revolucin de Occidente, Siglo XXI, Mxico, 1980, pg. 158.15 La lnea de frente nico fue enfrentada en el Tercer Congreso de la IC por un sectorultraizquierdista partidario de la llamada teora de la ofensiva, la que se basaba en unavaloracin que no registraba el reflujo de la oleada revolucionaria. Lenin, defensor de lapoltica de frente nico, derrot estas posiciones y seal que en ese congreso me encontren el flanco de la extrema derecha. En LENIN, V.I., Obras completas, tomo XXXIII,Cartago, Buenos Aires, 1960, pg. 190.16 Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista, Crdoba, Pasado yPresente, 1973, pgs. 64.17 Ibdem, pg. 72.18 Las resoluciones del Tercer Congreso fueron duramente resistidas por el PartidoComunista Italiano, dirigido en ese entonces por Amadeo Bordiga, quien rechaz la polticade frente nico. Gramsci apoy inicialmente estas posiciones, aunque muy prontomodificara sus puntos de vista, adhiriendo plenamente a las formulaciones frentistasdefendidas por Lenin, lo que lo llevar a un duro enfrentamiento con Bordiga.19 La ruptura del viejo Partido Socialista y la creacin, a partir de la misma, del PartidoComunista de Italia (concebido desde su fundacin como una seccin nacional de la III

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    Internacional) se efectu el 21 de enero de 1921. Gramsci fue elegido miembro del ComitCentral yL'Ordine Nuovo se convirti en el rgano del PCI, bajo su direccin.20 GRAMSCI, Antonio, Escritos polticos, Cuadernos de Pasado y Presente, 2da edicin,Mxico 1977, pg. 228.21 Ibdem, pg. 239.

    22 Ibdem, pgs. 231 a 233.23 Ibdem, pg. 242.24 Ibdem, pg. 252.25 Ibdem, pg. 261.26 GRAMSCI, Antonio, La cuestin meridional, Quadrata Editor, Buenos Aires, 2002,pg. 77.27 GRAMSCI, Antonio, Cuadernos de la Crcel, Mxico, Era-Universidad Autnoma dePuebla, edicin en 6 volmenes, 1985-2001. Volumen 5, pg. 37.28 Ibdem, pg. 38.29 Ibid., Volumen 3, pg 18.30 Ibid., Volumen 3, pg. 76.31 Ibid.,Volumen 3, pg. 112.32 Ibid., Volumen 3, pgs. 104 y 105.33 BOBBIO, Norberto, Gramsci y la concepcin de la sociedad civil, en Estudios dehistoria de la filosofa: de Hobbes a Gramsci, Madrid, Debates, 1985.34 Ibid., Volumen 5, pg. 41.35 Ibid., Volumen 5, pg. 81.36 GRAMSCI, Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica y sobre el Estadomoderno, Ediciones Nueva Visin, Buenos Aires, 1998, pg. 152.37 LENIN, V.I., Obras Completas, tomo 17, Cartago. Buenos Aires, 1969, pg. 239.38 Ibdem, pg. 239.39 Ibdem, pg. 148 y 149.40 En Los cuatro primeros congresos de la Internacional Comunista, ob. cit., pgs. 76 y 77.41 Ibdem, pg. 198.42 GRAMSCI, Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica y sobre el Estadomoderno, ob. cit., pg. 55.43 Ibdem, pg. 92.44 Ibdem, pg. 94.45 GRAMSCI, Antonio, Escritos polticos, ob.cit., pg. 64.46 Ibdem, pg. 267.47 GRAMSCI, Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica y sobre el Estadomoderno, ob. cit. pg. 89.48 LENIN, V.I., Obras Completas, ob.cit.. tomo XIV, pg. 134.49 Ibdem, pgs. 112 y 113.50 Editorial de la revista Komunismos del 15 de junio de 1921. Citada por .ANDERSON,Perry, ob. cit., pg. 64.51 LUKACS, Georg, Political writings 1919-1929, Londres 1972, pg. 102. Citado porANDERSON, Perry, ob. cit., pg. 66.52 Ibdem, pg. 66.53 GRAMSCI, Antonio, Notas sobre Maquiavelo, sobre la poltica y sobre el Estadomoderno, ob. cit., pg. 95.

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    54 LISA, Athos, Discusin poltica con Gramsci en la crcel. En PAGGI, Leonardo, Lateora general del marxismo en Gramsci, Era, Mxico, 1989, pg. 341.

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