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Japón nos refiere a un país de escasa dimensión territorial pero de gran importancia económica y cultural para la región. Para facilitar la comprensión de la conformación de este país, toma de guía los siguientes puntos: ¿Cuáles son los periodos en los que se ha divido la historia de éste país? ¿Cuál es, para ti, el imperio que mayores contribuciones hizo a la cultura japonesa como la conocemos hoy en día? Japón Japón es un pequeño país al oriente del continente asiático formado por un conjunto de islas. A pesar de su limitada extensión territorial, es uno de los países más influyentes de Asia oriental. Los primeros pobladores La teoría más aceptada, con respecto a los primeros pobladores de Japón, sugiere que las islas se poblaron en el 10,000 a. de C. A principios de este período la población era, en mayor medida, nómada y recolectora, y ocupaba las regiones litorales; con el tiempo los pobladores se volvieron cazadores y generaron asentamientos; de cierta forma crearon una civilización a la que se nombró Jomon, de esta civilización quedaron vestigios de cerámica. Esta feneció aproximadamente en el año 300 a. C. cuando surgió una nueva cultura en la isla Kyshu, al norte de Japón.

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Japón nos refiere a un país de escasa dimensión territorial pero de gran importancia económica y cultural para la región. Para facilitar la comprensión de la conformación de este país, toma de guía los siguientes puntos:

• ¿Cuáles son los periodos en los que se ha divido la historia de éste país? • ¿Cuál es, para ti, el imperio que mayores contribuciones hizo a la cultura

japonesa como la conocemos hoy en día?

Japón Japón es un pequeño país al oriente del continente asiático formado por un conjunto de islas. A pesar de su limitada extensión territorial, es uno de los países más influyentes de Asia oriental.

Los primeros pobladores La teoría más aceptada, con respecto a los primeros pobladores de Japón, sugiere que las islas se poblaron en el 10,000 a. de C. A principios de este período la población era, en mayor medida, nómada y recolectora, y ocupaba las regiones litorales; con el tiempo los pobladores se volvieron cazadores y generaron asentamientos; de cierta forma crearon una civilización a la que se nombró Jomon, de esta civilización quedaron vestigios de cerámica. Esta feneció aproximadamente en el año 300 a. C. cuando surgió una nueva cultura en la isla Kyshu, al norte de Japón.

 

 

Periodo Yayoi (300 a. C. al 300 d. C.) Se piensa que habitantes procedentes de Corea produjeron una migración continental hacia el territorio japonés. Esta migración trajo un cambio sustancial en la cohesión y la complejidad de la sociedad que generó una nueva civilización. En menos de seiscientos años las comunidades cazadoras y recolectoras del periodo Jomon, derivaron hacia una sociedad de pueblos sedentarios con una marcada división de castas y una economía feudal fundamentada en el cultivo de arroz. Las técnicas de cultivo, tejido y elaboración de piezas cerámicas, propiciaron una superioridad cultural que se tradujo en la desaparición de la cultura Jomon y el nacimiento de la Yayoi. El periodo Kofun (300 al 700) En esta etapa se logró unificar el territorio japonés bajo la política de una sola casa imperial, lo que significó que la cultura Yayoi no sucumbió, únicamente se transformó en una sociedad imperial. El principal símbolo del periodo Kofun fue el levantamiento de grandes monumentos funerarios de tierra y piedra. El periodo Nara (710 al 794) En este periodo, de muy corta duración, continuó el modelo imperial. La capital se ubicó en lo que actualmente es la prefectura de Nara. Se construyeron un gran número de templos, muchos de ellos enfocados al budismo, una doctrina de la India introducida a Japón por la influencia de China, esta creencia tuvo un gran auge en la población japonesa. En el periodo Nara también hubo un florecimiento, en las artes, la filosofía y en el ámbito militar; incluso el poderío del imperio chino comenzó a ver con respeto a la pequeña nación.

 

 

El periodo Heian (794 al 1185) Durante este periodo la capital del imperio se trasladó a Heian, actualmente Kioto. Fue una etapa de gran paz y florecimiento, caracterizada por el retiro de los emperadores de las actividades políticas, éstos dejaron el control imperial a las familias nobles cercanas, la más destacada fue Fujiwara. A finales del ciclo se consolidó la casta feudal de los samurái, que al mismo tiempo eran una élite guerrera que inicialmente estaba al servicio del emperador, pero que en la práctica servían a las diferentes casas nobles existentes en todo Japón. En el año 1100, las guerras eran continuas gracias a una fuerte ruptura sociopolítica, por lo que la administración imperial estaba diezmada. Periodo Kamakura (1185 a 1333) En este tiempo la capital se ubicó en Kamakura, a 50 kilómetros al sureste de la actual Tokio. Los elementos de esplendor y misticismo en esta época fueron el budismo Zen, los samuráis como casta guerrera de honor y estoicismo, la ceremonia del té y muchos otros. La cultura japonesa floreció, separándose cada vez más de la influencia china. La religión presentó nuevas formas de budismo y la escuela Zen con el tiempo tuvo mayor trascendencia. El shogunato surgió para controlar las distintas provincias dirigidas por las casas feudales, era un sistema político en el que la élite samurái era leal a un señor shogun (comandante en jefe) nombrado por el emperador.

 

 

Durante este periodo también se dieron los intentos de invasión por parte del imperio mongol. El primer intento fue un ataque desde la península coreana con una gran flota naval, los mongoles fueron repelidos por las fuerzas militares japonesas, pero con grandes costos económicos y de vidas humanas. El segundo intento, proveniente de las costas chinas, permitió a los mongoles desembarcar, lo que representaría la victoria al considerar que poseían un ejército más moderno y con mejores técnicas militares, de acuerdo con la estrategia mongola. Sin embargo, el número mayor de combatientes japoneses, sus preparativos y la tormenta que sacudió a las costas precisamente en el momento de la batalla, inclinaron la balanza hacia los nipones quienes se llevaron la victoria una vez más. Estas invasiones sirvieron para que creciera el respeto y el prestigio de la defensa japonesa y con el tiempo se mitificaron en la historia del propio Japón. Este hecho se compara con la defensa de los griegos ante el imperio persa en la batalla de las Termópilas. Muromachi (1333- 1568) En 1333 surgió un nuevo periodo imperial con sede en el distrito Muromachi de Kyoto. Tras un largo tiempo de guerras internas finalmente se logró instaurar un nuevo shogunato con Ashikaga Yoshimitsu, éste se distinguió por ser un gobernante enérgico. El imperio Muromachi fue uno de los más refinados en el arte y la literatura. Durante esta época el budismo se desarrolló como fuerza política; los monasterios budistas representaron la riqueza y la prosperidad de la sociedad japonesa.

 

 

Azuchi-Momoyama (1568-1600) En el periodo Azuchi-Momoyama, las guerras internas por el poder disminuyeron de tal forma que existió una breve unificación. En esta etapa, las influencias culturales de occidente se vieron como una amenaza; por ejemplo, persiguieron a los japoneses que practicaban el cristianismo. Esta fase pronto se vio eclipsada por la guerra civil, hasta que en 1600, Tokugawa Ieyasu, se erigió como el dirigente hegemónico de todo el territorio japonés. Edo (1600-1868) En el periodo Edo, los samuráis se mantuvieron como la élite guerrera aristocrática que hizo funcionar el modelo socioeconómico feudal. El emperador, su corte y su administración, vivieron a costa del trabajo del pueblo que en general vivió con precariedad a causa de los altos impuestos que pagaban para sostener a las clases privilegiadas. Aunque las condiciones sociales no cambiaron mucho para la población, esta etapa puede considerarse como un momento de transición entre el Japón feudal antiguo y el nacimiento del Japón moderno. Durante esta época, cerrada a la cultura exterior, se reafirmó el nacionalismo japonés, antagónico a la influencia europea, se prohibió el comercio exterior y se expulsó a la mayoría de los extranjeros, sólo se permitió la estancia de unos pocos europeos. Se desarrollaron varias manifestaciones culturales iconográficas de Japón como el teatro kabuki y la literatura propia Sin embargo, Estados Unidos, nación joven, moderna y con una marcada tendencia expansionista, visualizó a Japón como un posible socio comercial de gran importancia. En 1853, los norteamericanos enviaron una misión comercial con el fin de negociar un tratado para que naves estadounidenses pudieran arribar a puertos japoneses. Con el transcurrir del tiempo y la presión de las potencias europeas, éstos se vieron obligados a aceptar a más naciones occidentales dentro de sus tratados comerciales. Esta serie de acontecimientos hizo que Japón percibiera las deficiencias económicas y militares que tenía con respecto a las potencias occidentales, situación que propició el interés del mismo por industrializarse y militarizarse al mismo nivel.

 

 

Meiji (1868-1912), conformación de Japón en el siglo XIX En 1868 Meiji, un joven emperador, estuvo al frente del imperio japonés. Su política progresista transformó a Japón en una nación industrial, con un fuerte empuje económico y militar. La capital se situó en lo que actualmente es Tokio. Para 1872 las provincias feudales se habían transformado en prefecturas bajo una organización administrativa burocrática dependiente del gobierno central. Japón tuvo el acierto de ser una sociedad que imitaba a occidente y al mismo tiempo resistió su dominación puesto que, al tiempo que copiaba los sistemas constitucionalistas de Europa y adquiría armamento estadounidense, se mantuvo como la única nación asiática libre de imperialismo. En las últimas dos décadas del siglo XIX Japón comenzó su expansión territorial invadiendo Corea y posteriormente China, con lo que se consolidó como la potencia militar de oriente. Esta situación contribuyó a que las naciones occidentales reconocieran a la nación nipona como una potencia beligerante, lo que propició que los tratados comerciales se modificaran a partir de una relación de iguales entre Japón, Europa y los Estados Unidos. En 1904 los intereses del imperio ruso por asegurar un puerto en el Pacífico que en invierno mantuviera aguas navegables, dio origen al conflicto entre Rusia y Japón. Porth Arthur coincidía con éstas condiciones y de acuerdo con un tratado de aguas firmado entre China y Japón, el puerto estaba bajo la hegemonía japonesa. Los rusos trataron de imponer el control del puerto, sin embargo los japoneses no aceptaron los términos de la negociación lo que condujo a la declaración de guerra. En 1905 una contundente victoria japonesa alteró fuertemente la idea de la supremacía racial blanca, pues fue la primera vez que una nación no occidental vencía a una potencia imperial en un territorio neutral. Para los nipones esto significó convertirse en la punta de lanza de las naciones asiáticas y fue considerada como una potencia mundial.

 

 

Taisho (1912-1926) A la muerte del emperador Meiji el trono imperial fue ocupado por el emperador Taisho. En esta época Japón se hizo presente en la Primera Guerra Mundial y su participación lo llevó a ampliar su hegemonía en la parte oriental de Asia. Tuvo la capacidad militar de imponer a China privilegios comerciales, territoriales, mineros e industriales.

 

 

Al final de la guerra los japoneses ya se habían apropiado de varias islas y territorios en el Pacífico y, junto con los Estados Unidos, Inglaterra y Francia, establecieron acuerdos de respeto de intereses como potencia mundial.

Showa (1926-1989) En 1926 el trono imperial japonés es heredado a Showa, nieto del emperador Meiji. La política expansionista de Japón continuó enfocándose principalmente en contra de China, país con el que nuevamente entró en guerra en 1937. En 1939 al estallar la Segunda Guerra Mundial, la nación del sol naciente entendió el acontecimiento como una posibilidad para ampliar su hegemonía en Asia, por lo que decidió establecer abiertamente una economía de guerra.

 

 

En 1940 Japón ya era parte del eje beligerante integrado por Alemania e Italia. Bajo esta directiva, los nipones se impusieron sobre los intereses de Inglaterra, Francia y Holanda en los territorios del sur de Asia, pero al mismo tiempo se deterioraron sus relaciones en Washington. En 1941 Japón envió un ataque aéreo a la base estadounidense de Pearl Harbor destruyéndola casi por completo. Simultáneamente atacó a Filipinas, Hong Kong, Malasia y Tailandia. Ninguna potencia occidental pudo detener el avance nipón durante los siguientes meses. Sin embargo, en 1942 la tendencia comenzó a cambiar; los estadounidenses ganaron la batalla naval en el Pacífico, y eliminaron e hicieron retroceder el avance japonés. En 1944 los estadounidenses atacaron por aire el territorio de Japón y en agosto 1945, tras el lanzamiento de dos bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, lograron la rendición incondicional de los nipones. Japón fue obligado a mantener un ejército de ocupación hasta 1951, se le despojó de su milicia y de todos los territorios invadidos. El país quedó desecho, endeudado y con una industria desmantelada. En la década de 1950 los japoneses se avocaron a reconstruir su nación y tuvieron logros verdaderamente sorprendentes. En menos de diez años volvieron a ser un país industrializado. Entre 1950 y 1973 fue la economía que más creció en el planeta. El milagro japonés fue gracias a una combinación de dos factores; un agresivo manejo del ahorro, el cual permitió la inmediata rehabilitación de su industria; y la inversión en conjunto con una política proteccionista, con la que se evitó la competencia extranjera. Aunque en un principio las clases trabajadoras fueron distanciadas de los beneficios del incremento productivo, con el tiempo el país pasó a ser uno de los mejores remunerados. Actualmente es una nación desarrollada en la que el ingreso per cápita y la calidad de vida alcanza los niveles más altos. Referencia de la lectura: Material didáctico elaborado por Héctor Augusto Santos Mejía para la unidad de aprendizaje Sociedad, Cultura y Desarrollo de Asia, Pacifico y Medio Oriente, retomando las siguientes fuentes bibliográficas: Cotterell, A. (2000). Historia de las civilizaciones antiguas. T1, Barcelona, España: Editorial Crítica. Cotterell, A. (2001). Historia de las civilizaciones antiguas. T2, Barcelona, España: Editorial Crítica. Buruma, I. (2003). La creación de Japón. Barcelona, España: Mondadori. Kaibara, Y. (2000). Historia de Japón. México: Fondo de Cultura Económica.