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.... Jesús Calinda Treja La astronomía en él pasado prehispánico de México 1 I I la actividad astronómica indudable- Lmente jugó un papel muy impor- tante en el desarrollo de las culturas en Mesoamérica; gracias a ella fue posible generar sistemas calendáricos que per- mitieron transferir el orden del cielo a la sociedad. Además, el conocimiento de los astros se vio reflejado en muchos aspectos de la religión mesoamericana: . en la bóveda celeste aparecían diversas deidades, diversos fenómenos astronó- micos eran incrustados de manera implícita en varios mitos. Ciertamente que el ejercicio de tan importante acti- vidad fue reservado a cierto grupo privilegiado, encargado de conservar y acrecentar el conocimiento astronó- mico; a la vez éste fue el resultado de la observación paciente durante muchas generaciones, hasta llegar a convertirse en patrimonio de toda Mesoamérica. Los sacerdotes-astrónomos tenían por supuesto una influencia decisiva sobre la sociedad, y su importancia quedó des- crita por los mexicas así: "... Ios que miran, los que se afanan con el curso y el proceder ordenado del cielo, los que despliegan los libros, la tinta negra, la tinta roja, los que tienen a su cargo las pinturas; ellos nos llevan, nos guían, dicen el camino; los que ordenan cómo cae el año, cómo siguen su camino la cuenta de los destinos y los días y cada una de las veintenas". Resulta intere- sante notar que incluso los gobernantes prehispánicos tenían entre sus tareas la observación del cielo; así, de acuerdo con el historiador Tezozomoc, el gran Motecuzoma Xocoyotzin en la ceremo- nia de su coronación fue exhortado a tener especial cuidado de levantarse a media noche a indagar en las estrellas Constelaciones prehispánicas y cometas. Primeros' Memoriales, Fray Bernardino de Sahagún, siglo XVI que configuran las constelaciones y sobre todo a observar Tlahuiz- calpantecuhtli, el Señor de la casa del alba. Por supuesto que los nombres dados por los mexicas a sus constelacio- nes correspondían más a objetos habi- tuales en su entorno. Así tenemos que la constelación llamada Mamalhuaztli, significando el palo con el cual se encen- día el fuego por fricción, podría corres- ponder al cinturón de Orión; la cons- telación Miec o Tianquiztli, es decir muchedumbre o mercado, correspondía a las Pléyades; también se tenía un Citlaltlachtli o juego de pelota estelar, el cual podría formarse de una parte de la constelación de Orión y de otra conti- gua. Una constelación parece coincidir con la designación occidental; se trata del Citlalcolotl o alacrán estelar, obvia-. mente idénti·co al Escorpión del I Zodiaco. Otra constelación importante para los mexicas era Citlaxonecuilli, 37 siendo xonecuilli un bastón con muescas\ en forma de S ofrecido en los sacrificios , . .y describiéndose como formada por 7 estrellas, y podría identificarse con la Osa Menor. Muchas deidades también tenían un lugar en la bóveda celeste, por ejemplo Tezcatlipoca, el espejo hu- meante, se consideraba representado en la Osa Mayor; aunque siendo este Dios asociado a la noche aparece frecuente- mente relacionado con el jaguar, pues éste tiene tantas manchas como el cielo nocturno estrellas. La Vía Láctea era la diosa Citlalicue,la de la falda de estre- llas, diosa creadora que dio lugar al na- cimiento de todos los demás dioses. , También se ha identificado a Mixcoatl con la Vía Láctea; este dios de la cacería . describe a través de su nombre justa- mente la apariencia visual de nuestra galaxia: serpiente de nubes. Quetzai- coatl, el dios civilizador con aspecto de' serpiente emplumada, estaba represen- tado por el planeta Venus, en su apariencia como lucero de la mañana. Para los mayas era Kukulcan. Su gemelo, de ahí la segunda acepción de su nombre como gemelo precioso, era el dios Xolotl, criado o esclavo, con apa- riencia de perro, se manifestaba en el cielo como Venus «;n forma del lucero de la tarde. Como objeto celeste, Venus 'se designaba como "gran estrella", huei citlalin, en nahuatl y noh ek en maya. Por supuesto que los astros más bri- llantes del cielo fueron motivo de culto por todas las culturas de Mesoamérica. :La Luna, en nahuatl Metztli, parece no haber ocupado un iugar extremada- mente importante en la mitología meso- americana; sin embargo, se cree que uno de los primeros sistemas calendári- ....

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Jesús Calinda Treja

La astronomía en él pasadoprehispánico de México

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II

la actividad astronómica indudable­Lmente jugó un papel muy impor­tante en el desarrollo de las culturas enMesoamérica; gracias a ella fue posiblegenerar sistemas calendáricos que per­mitieron transferir el orden del cielo ala sociedad. Además, el conocimientode los astros se vio reflejado en muchosaspectos de la religión mesoamericana:

.en la bóveda celeste aparecían diversasdeidades, diversos fenómenos astronó­micos eran incrustados de maneraimplícita en varios mitos. Ciertamenteque el ejercicio de tan importante acti­vidad fue reservado a cierto grupoprivilegiado, encargado de conservar yacrecentar el conocimiento astronó­mico; a la vez éste fue el resultado de laobservación paciente durante muchasgeneraciones, hasta llegar a convertirseen patrimonio de toda Mesoamérica.Los sacerdotes-astrónomos tenían porsupuesto una influencia decisiva sobrela sociedad, y su importancia quedó des­crita por los mexicas así: " ... Ios quemiran, los que se afanan con el curso yel proceder ordenado del cielo, los quedespliegan los libros, la tinta negra, latinta roja, los que tienen a su cargo laspinturas; ellos nos llevan, nos guían,dicen el camino; los que ordenan cómocae el año, cómo siguen su camino lacuenta de los destinos y los días y cadauna de las veintenas". Resulta intere­sante notar que incluso los gobernantesprehispánicos tenían entre sus tareas laobservación del cielo; así, de acuerdocon el historiador Tezozomoc, el granMotecuzoma Xocoyotzin en la ceremo­nia de su coronación fue exhortado atener especial cuidado de levantarsea media noche a indagar en las estrellas

Constelaciones prehispánicas y cometas. Primeros'Memoriales, Fray Bernardino de Sahagún, siglo XVI

que configuran las constelaciones ysobre todo a observar Ven~s, Tlahuiz­calpantecuhtli, el Señor de la casa delalba. Por supuesto que los nombresdados por los mexicas a sus constelacio­nes correspondían más a objetos habi­tuales en su entorno. Así tenemos que laconstelación llamada Mamalhuaztli,significando el palo con el cual se encen­día el fuego por fricción, podría corres­ponder al cinturón de Orión; la cons­telación Miec o Tianquiztli, es decirmuchedumbre o mercado, correspondíaa las Pléyades; también se tenía unCitlaltlachtli o juego de pelota estelar, elcual podría formarse de una parte de laconstelación de Orión y de otra conti­gua. Una constelación parece coincidircon la designación occidental; se tratadel Citlalcolotl o alacrán estelar, obvia-.mente idénti·co al Escorpión del

I Zodiaco. Otra constelación importantepara los mexicas era Citlaxonecuilli,

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siendo xonecuilli un bastón con muescas\en forma de S ofrecido en los sacrificios

,..y describiéndose como formada por 7

estrellas, y podría identificarse con laOsa Menor. Muchas deidades tambiéntenían un lugar en la bóveda celeste,por ejemplo Tezcatlipoca, el espejo hu­meante, se consideraba representado enla Osa Mayor; aunque siendo este Diosasociado a la noche aparece frecuente­mente relacionado con el jaguar, pueséste tiene tantas manchas como el cielonocturno estrellas. La Vía Láctea era ladiosa Citlalicue,la de la falda de estre-llas, diosa creadora que dio lugar al na­cimiento de todos los demás dioses.,También se ha identificado a Mixcoatlcon la Vía Láctea; este dios de la cacería .describe a través de su nombre justa­mente la apariencia visual de nuestragalaxia: serpiente de nubes. Quetzai­coatl, el dios civilizador con aspecto de'serpiente emplumada, estaba represen­tado por el planeta Venus, en suapariencia como lucero de la mañana.Para los mayas era Kukulcan. Sugemelo, de ahí la segunda acepción desu nombre como gemelo precioso, erael dios Xolotl, criado o esclavo, con apa­riencia de perro, se manifestaba en elcielo como Venus «;n forma del lucerode la tarde. Como objeto celeste, Venus'se designaba como "gran estrella", hueicitlalin, en nahuatl y noh ek en maya.

Por supuesto que los astros más bri­llantes del cielo fueron motivo de cultopor todas las culturas de Mesoamérica.:La Luna, en nahuatl Metztli, parece nohaber ocupado un iugar extremada­mente importante en la mitología meso­americana; sin embargo, se cree queuno de los primeros sistemas calendári-

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o.

Sacerdotes-Astrónomos mexicas. Códice Mendoza, siglo XVI.

cos pudo haber sido basado en elmovimiento lunar. Una excepción res­pecto al cuIta lunar lo constituye elpueblo otomí o ñañhu, que posible­mente pobló el altiplano central antesque los pueblos de idioma nahuatl; enMetztitlan (lugar de la Luna, traduccióndel otomí Nkuazana) se establecióun santuario lunar otomí. Una crónicacolonial del siglo XVI de esta zona esta­blece: " ...no tenían ningunos ídolos niadoraban cosa alguna: sólo miraban alcielo". Entre los mexicas el nombre deldios lunar era Tecuciztecatl, el del cara­'col marino, pues se comparaba a laLuna con un caracol que sale de su con­cha y regresa a ella. Igualmente elconejo, tochtli, siendo uno de los veintesignos del mes de veinte días, estabaasociado, a la Luna ya que se creía veruna imagen leporina en su superficie.

Debido al movimiento aparente delSol, tan obvio y regular, su observaciónsirvió como instrumento para elaboraruno de los sistemas calendáricos másimportantes en Mesoamérica. El añosolar, xihuitl, estaba dividido en 18 me­ses de 20 días, agregándose 5 díasinfaustos o nemontemi para completarlos 365 días. Por supuesto que sería ne­cesaria una corrección a este calendariopara tomar en cuenta el hecho de que elaño solar dura aproximadamente 6horas más que ese número entero dedías. Existen indicios basados en estu-

I

dios arqueoastronómicos que indican

.

que el año prehispánico debió habersecorregido. Simultáneamente a este ca­lendario solar corría otro ritual llamadoTonalpohualli~ cuenta de los días, desólo 260 días; este calendario se for­maba utilizando los numerales I al 13junto con los 20 nombres de los días.Estos nombres se escogieron entre ani­males sagrados, divinidades y objetosnaturales. Para los mayas este calenda­rio se llamó Tzolkin, rueda de los días;para los zapotecas, Piye y para losmatlatzincas, Intzihiabí. El haberse esco­

gido el número 260 para este calenda-

Venus represe'J,tado por el dios Xolotl frente al Solponiéndose en el horizonte; arriba aparece el cielo

estrellado con Venus. Códice Borbónico.

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rio podría indicar que observaciones delplaneta Venus fueron utilizadas paracalibrarlo. Ambos calendarios coinci­dían en su inicio apenas cada 52 años, ya este periodo sagrado se le llamó en na­huatl Xiuhmolpilli, atadura de años.Al término de cada ciclo de 52 años seefectuaba una gran ceremonia delFuego Nuevo. Como habitualmente enel Altiplano Central no enumeraron losciclos de 52 años, se tiene ambigüedadpara determinar fechas absolutas, puesel mismo nombre del año se repetíacada 52 años. El nombre del año sedesignaba con los numerales I al 13

junto con nombres de días, a saber:acatl, caña; tecpatl, cuchillo de peder­nal; calli, casa, y tochtli, conejo. Fueronlos mayas los que idearon la llamada;"Cuenta Larga" que permitía localizaruna fecha en forma absoluta al dar unacuenta consecutiva de días transcurri­dos a partir de un punto de referenciaen el pasado, aunque tal punto de refe­rencia no sea histórico, pues se trata del13 de agosto del 3113 a.C., probable­mente se basó en cálculos astronómicos.

El Sol, llamado Tonatiuh en nahuatly significado "aquel que va calentando,iluminando", fue reconocido por todaslas culturas mesoamericanas como diosprincipal dador de vida. Los mayas ,lodesignaron como Kin, que significaba,al mismo tiempo, sol, día y tiempo. Enel CÓdice Telleriano-Remensis, copiacolonial comentada de un documento,prehispánico, se afirma: "Todas las co­sas dicen que las produce el Sol..." Laimportancia de la deidad solar se puedepercibir en que la palabra dios, teotl,era una designación exclusiva para elSol. De acuerdo a los sabios del cielo,ilhuicatlamatinime, el fin del Sol, seríaen un día cuatro movimientos, por estarazón el nombre calendárico del Sol esnahui ollin. Igualmente se asignaba unanimal simbólico al Sol, se trababa deláguila, cuauhtli. Esta ave al volar seme­jaría el vuelo del Sol sobre el Mundo;además, el ataque impetuoso del águilasobre sus enemigos recordaría el efectodevastador de las salida del Sol sobre lasestrellas, haciéndolas desaparecer de lavista del hombre. Así, nombres tan sig­nificativos como Cuauhtémoc, águilaque desciende, siendo el del último em­perador mexica, denotaría, sobre todo,

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El dios solar Tonatiuh recibiendo el sacrificio de una codorniz; arriba aparece la Luna en un cielo estrellado.Códice Borgia.

al Sol descendiendo hacia el horizonte.el ocaso solar. Otro nombre, Cuauhtle­huanitzin, el de un noble de Ameca­meca que escribió un tratado de historiaprehispánica, era precisamente el tér­

.mino para designar al Sol en su salida,

se trataba aquí como el águila de flechasde fuego. Las tropas de élite mexicas,los llamados caballeros águila y tigre, te­nían al Sol como dios patrón; además,a los .guerreros que encabezaban lascampañas se les denotaba los Señores

del Sol.El momento de un eclipse de sol sig­

nificó algo nefasto y temido, por lo quelos mexicas sacrificaban albinos y prisio­neros al Sol; haciendo gran ruido,

cantaban y tañían sus tambores en todossus templos. La designación lingüísticadel eclipse de Sol en Mesoaméricamuestra básicamente dos tendencias: enidiomas como el nahuatl, maya yucatecoy purépecha se expresa como el Sol escomido, mordida de Sol. Por otra parte,otros idiomas como el otomí o ñañhu,mixteco y matlatzinca, al eclipse de Sollo denotan como el Sol muere. En'códices mesoamericanos se puedenidentificar numerosos eclipses, algunosciertamente sucedieron pero otros re­sultan ficticios, pues el t1acuilo o escribalos incrustó en su relato para hacerresaltar más algún acontecimiento histó­rico relevante. Sin embargo, cabe desta­car el avance alcanzado por los ah ki­nob, sacerdotes solares mayas, respectoal estudio de eclipses. En tres de loscódices prehispánicos mayas se puedenidentificar los jeroglíficos de eclipse de'Sol y de Luna. Básicamente éstos consis­ten del glifo del Sol, Kin y de la Luna,ú; a ambos lados de cada uno aparecenuna especie de alas de mariposa, a vecesoscuras o claras. Asimismo figuran,arriba de estos glifos, lo que los mayistasllaman bandas celestes, rectángulos conrepresentaciones de varios astros. A me­nudo en la parte inferior del conjuntose encuentra un animal indefinido, unaserpiente tal vez, en el acto de devoraral astro eclipsado. En el códice maya enDresden, Alemania, junto con los glifosde eclipses, están denotadas cuentas quetienen precisamente relevancia para lapredicción de eclipses;' se trata del

cálculo del número de lunaciones que.separan dos eclipses de Luna consecuti-

vos, esto es un preámbulo hacia la pre­dicción de los eclipses de Sol. Más aún,en el Códice aparecen fechas específicasde eclipses de ambos tipos, que enefecto corresponden a eclipses reales;algunos de éstos curiosamente no fue­ron observables en tierra maya, lo quehace concluir que los astrónomos mayaslograron a través de una paciente obser­vación del cielo, desarrollar un métodoteórico para la predicción de eclipses,no importando si ellos fueran visibles enla zona maya.

Sucesión de eclipses en el Códice Maya de París.

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Los cometas fueron objetos celestesque lIama~on la atención a los observa­dores prehispánicos; en general,cometa, debido a su apariencia tan vis­tosa, se designa en muchas' lenguasnacionales como "estrella humeante",citlalin popoca en nahuatl, budz ek enmaya, nefuénganztzé en otomí. FrayBernardino de Sahagún informa que:" ...tenían la por pronóstico de la muer­te de algún príncipe o rey o de guerra ode hambre; la gente vulgar decía, éstaes nuestra hambre. A la inflamación dela cometa llamaba esta gente citlalint1amina, que quiere decir la estrella tirasaeta. Y decían que siempre que aquellasaeta caía sobre alguna co~ viva, liebreo conejo o otro animal, y donde hería,luego se criaba un gusano, por lo cualaquel animal no era de comer. Por estacausa procuraba esta gente de abrigarse'de noche, porque la inflamación de lacometa no cayese sobre ellos". Posible­mente esta última designación se refieraa un micrometeorito o estrella fugaz.En numerosos códices y estelas prehis­pánicas se pueden encontrar simultá­neamente ambos elementos lingüísticosque conforman la palabra cometa; sinembargo, en la época colonial tempranaes cuando aparecen representacionesevidentes de cometas, se trata de docu­mentos copiados de originales prehispá­,nicos ya perdidos, algunos registros apa­recen datados; además, a menudo se

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utilizan al mismo tiempo tanto el estilopictográfico occidental como el prehis­pánico.

Otro tipo de observaciones celestesreportadas en numerosas crónicas pre­hispánicas se refiere posiblemente afenómenos de la alta atmósfera: "... 3tecpatl, 1508, en este año por primeravez aparecio el mixpamitl, bandera denube, resplandor del alba, hacia don­de el Sol sale". Esto, reportado enCuauhtitlán, provocó gran espanto. Porla descripción muy probablemente setrató de una aurora boreal causada porla actividad solar excepcionalmente"intensa en ese año.

Un aspecto de la actividad astrotió­mica practicada en el México Prehispá­nico, que aún es posible admirar, es laorientación de las estructuras arquitec­tónicas hacia determinadas direccionesen el horizonte; tales direcciones in­dican con frecuencia posiciones impor­tantes de los astros principales, eigualmente señalan puntos singularesdel horizonte relacionados con caracte­rísticas esenciales del calendario solar.

oe

Resulta interesante notar que la mayorparte de las estructuras arquitectónicasestán alineadas grosso modo en la direc­ción este-oeste, sin embargo las haytam bién en la dirección norte-sur,si~ndo éstas relativamente escasas. Unaconstanci~ de la importancia de laorientación de los templos prehispáni­cos, nos la da Fray Toribio Motolonía,que cuenta que el gran Motecuzoma"Xocoyotzin mandó derribar el TemploMayor de Tenochtitlanporque estabadesalineado y ordenó reedificarlocorrectamente. Ciertamente la partemás alta de pirámides y palacios eransitios de observación del cielo tanto noc­turno como diurno. Dos momentos se_orían de particular significación para lossacerdotes-asrrónomos: la salida y lapuesta del Sol, cada día se indicaría entales momentos de una manera objetivael transcurso del tiempo, razón impor­tante para registrar las posicionesapare~tes y cambiantes del dios todopoderoso.

Por otra parte, el sacerdote solar -lla­mado también Teohuateuhctli, señor

que tiene a dios, al Sol- en el transcursode un año podría registrar las posicionesdel Sol en los accidentes orográficos desu horizonte; esto permitiría calibrar elcalendario y ordenar el ritual religiosoconsiderando la disposición delos cerros circundantes. El culto en loscerros parece ser una práctica generali­zada en Mesoamérica, usualmentedeidades relacionadas con la lluvia eranveneradas ahí. Una anécdota, quecorrobora la importancia atribuida porlos mexicas al momento en que el Solsalía, nos dice que el emperador Mote­cuzoma Ilhuicamina, flechador delcielo, llegó a ser hábil y entendidodebido a que fue dado a luz a tiem­po que el Sol nacía. En varios códicesaparece represen tado el Sol en elmomento de tocar el horizonte - Tlal­chitonatiuh, Sol sobre la tierra­indicando el instante en que el astroentra al reino de los muertos al empezara ser devorado por el monstruo dela tierra.

Como ejemplos de orientaciones deestructuras arquitectónicas en Meso-

Evento solar en el Castillo de Chichén-Itzá en los días del equinoccio.

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amenca describiremos sólo algunos·casos. La gran pirámide de Quetzalcoatlen Cholula, por su volumen la mayor enel Mundo, está orientada hacia lapuesta del Sol en el día del solsticio deverano y en su parte posterior haciaÍa salida del Sol en el día del solsticio deinvierno. En ocasión de este últimoevento, se celebraba la gran fiesta deHuitzilopochtli, colibrí zurdo, dios tri- .

bal mexica con atributos solares; laobservación obvia de que el Sol perma­nece casi inmóvil saliendo y poniéndoserepetidamente casi en los mismos luga­res por varios días, causaba alarma, porlo que era necesario ayudarlo alimen­:tándolo con sangre y corazones. Estedía sucedía en Malinalco, en su TemploMonolítico, un juego de luz y sombra,pues al celebrarse la bajada de Huitzilo­pochtli al mundo, al medio día, un rayode Sol entrando por la puerta iluminabasu propia imagen, la de una águila.

Otro evento fue de particular impor­tancia para los astrónomos prehispáni­cos: se trataba del paso del Sol por elcenit. Esto sucede dos veces al año, alre­dedor del día del solsticio de verano,dependiendo las fechas de este eventode la latitud geográfica del punto deobservación. La pirámide doble de Te­nayuca está orientada al punto en queel Sol se pone los días del paso cenitaldel Sol. Indicando la importancia deeste evento podemos citar que la escali­nata superior del Caracol, edificio circu­lar en Chichén-Itzá, Yucatán, señalaprecisamente al Sol poniéndose en eldía de su paso cenital. Fue tanto el signi­ficado de este evento que fueron cons­truidos los llamados observatorioscenitales; en la actualidad se conocen losde Monte Albán, Oaxaca y de Xochi­calco, Morelos. Se trata de tubos cons­truidos verticalmente -en el caso deMonte Albán dentro de la escalinatade una pirámide y en Xochicalco acon­dicionando una cueva natural- quepermiten el registro preciso del ánguloy paso de los rayos solares en los días del

paso cenital.El equinoccio fue igualmente regis­

trado en Mesoamérica; un ejemplograndioso lo constituye el llamadoCastillo en Chichén-Itzá. Ahí, poco an­tes del ocaso solar en los días delequinoccio, la balaustrada de la escalera

o ••

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Descripción de los cometas en texto náhuatl y es­paiiol. Códice Florentino, Fray Bernardino de Saha­gim. siglo XVI.

norte es iluminada por la luz que dejanpasar los vértices de las 9 plataformasque forman la pirámide, esto ocasiona

que se origine en la balaustrada una su­cesión de triángulos de luz que parecenformar el cuerpo de la serpiente cuyacabeza de piedra se encuentra en elarranque de la escalera. En otros com­plejos arquitectónicos de Mesoaméricase utilizó el horizonte artificial formadopor una pirámide para indicar a unobservador situado enfrente de ella 10smomentos en los cuales el Sol alcanzabasus posiciones singulares. Un ejemplode este método de registro se puedehallar en una plaza de Xochicalco,siendo el punto de observación señaladopor una estela.

Un ejemplo de una orientación calen­dárica es la del llamado Templo del Solen Malinalco, el cual en parte es monolí­tico y su frente mira hacia el oriente; eleje de simetría de este edificio señalajustamente a una especie de corte en lamontaña: visto desde el centro del tem­plo, el Sol sale precisamente del vérticeen la montaña, un espectáculo impresio­nante empezando con un punto deslum­brante de luz solar. Esto sucede cada 12de febrero y 29 de octubre, tales fechas

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implican una división del año en una re-lación extremadamente importanteen Mesoamérica. De acuerdo a Saha­gún, el año nuevo entre los mexicasempezaba el 2 de febrero, lo que corres­ponde, debidp a la corrección grego­riana del calendario occidental en el

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siglo XVI, al 12 de febrero actual. Ade­

más, a partir del·29 de octubre se nece­sitan 52 días para que llegue el Sol alsolsticio de invierno y así otros 52 días

para que regrese de nuevo el Sol alcorte, el día del inicio del año nuevomexica. Después del 12 de febrero, ensu camino aparente el Sol, día a día,saldrá cada vez más al norte sobre elhorizonte, el 21 de junio alcanza el sols­ticio de verano y empieza su retorno detal manera que después de 260 díasregresa finalmente al corte. Recuérdeseque este número es igual al númerode días que tenía el calendario ritualTonalpohualli. La relación 104/260 nola cumple ningún otro punto en el hori-zonte. Esta marca en el horizonte pudohaber servido como monitor del movi­miento solar y haber conducido a laintercalación de una corrección al añode 365 días. Existe otro punto en el ho­rizonte donde la relación con respectoal solsticio de verano es la inversa, 260/104; las fechas que corresponden a lasalida del Sol en ese punto, situado si­métricamente al corte, son: 29 de abrily 13 de agosto. Podemos afirmar queen estas fechas se tienen numerososeventos solares en toda Mesoamérica.

"... La gran ..Pirámide del Sol en T eotihua­can está alineada al Sol en su ocaSo enestas fechas. La luz solar en el obServá­torio cenital de Xochicalco penetra altubo sólo entre estas dos fechas. Una delas ventanas superiores. del Caracol y laentrada al Templo de los Jaguares enjuego de pelota de Chichén-Itzá estánorientadas a la puesta del Sol en estasdos fechas. Espacial y temporalmentetodos estos lugares están muy separadosentre sí, sin embargo, precisamente esomuestra que el conocimiento astronó­mico-calendárico fue verdadero acervocultural de toda Mesoamérica.

Hemos hecho un breve recorrido através de lo poco que se conoce de laastronomía prehispánica en México, sinembargo, creemos que el futuro nos de­para aún muchas sorpresas. En la actua­lidad, la arqueoastronomía, ciencia mul­tidisciplinaria, avanza en métodos y:planteamientos para extraer la informa­ción sobre la práctica astronómica que'de alguna manera se encuentra en códi­go en tantos sitios con vestigios cultura­les de nuestros antepasados. <>

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