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Ayúdanos a ser valientes y a seguirtegenerosamente por el camino delsufrimiento. Enséñanos a no condenartenunca en la persona de nuestro prójimo.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
I ESTACIÓNJESÚS ES CONDENADO A MUERTE
Pilato condena a muerte a Jesús, que es inocente. Cada vez que yo peco, también
le condeno.
Que todos los que sufren sientan tu cercanía yque a través de su dolor se acerquen a Tí.Recuérdanos que los sufrimientos de cada díaaceptados con amor, salvan al mundo.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
II ESTACIÓNJESÚS CARGA CON LA CRUZ
Él llevaba la Cruz con amor, porque cargaba con nuestros pecados. Yo también tengo que cargar mi cruz, que son todas las cosas que
me cuestan o me hacen sufrir.
Son nuestros pecados los que hacen queel Señor caiga por tierra.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
III ESTACIÓNJESÚS CAE POR PRIMERA VEZ
Jesús se cayó, estaba agotado. Pero se levantó para darnos la fuerza de
levantarnos cada vez que caigamos en el pecado.
Madre mía: no nos faltes nunca en elcamino y comunícanos tu fortaleza.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
IV ESTACIÓNJESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE
Muchos curiosos se acercaban para ver a Jesús y le insultaban. Su Madre, María,
se acerca a Él y le acompaña. Sólo Ella le consuela. ¿No querrías tú ponerte a su
lado y acompañarle también?
Llevando con ánimo nuestras cruces,ayudamos a Jesús a llevar el peso de lasuya.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
V ESTACIÓNJESÚS ES AYUDADO POR EL CIRINEO
Jesús no puede ya con la Cruz y los soldados mandan a un hombre llamado Simón que le ayude. Nosotros podemos ayudarle con nuestras buenas acciones.
Una mujer quiso refrescarte con cariño y por eso seacercó a ti sin tener miedo a los soldados y en el pañoque usó quedó estampado tu rostro...
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
VI ESTACIÓNLA VERÓNICA LIMPIA EL ROSTRO DE JESÚS
Una valiente mujer se acerca a Jesús para limpiarle la cara, sucia de sangre y de barro. No tuvo miedo ni
vergüenza de que otros se burlasen de ella. ¿Serías tú capaz de dar la cara también por defender a Jesús?
Señor, danos fuerzas y amor para levantarnoscada vez que caigamos. Concédenos Señor, laperseverancia en el bien y que cada día nos denuevas fuerzas para seguir sirviendo anuestros hermanos y en ellos a Tí.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
VII ESTACIÓNJESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ
La Cruz pesa de verdad. La cara de Jesús vuelve a golpearse contra el suelo. Pero en su amor por nosotros, quiere llegar hasta el fin.
El amor nos hace fuertes.
Señor, haz renacer nuevamente en nosotrosla ternura y la compasión. Que nuestrasalegrías o nuestras tristezas no nos haganolvidar el dolor ajeno, sino que su dolor sea elnuestro; que sepamos darle confianza,alegría y la certeza de tu amor.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
VIII ESTACIÓNJESÚS CONSUELA A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
Unas mujeres se acercan llorando, compadecidas de Jesús. No es lo malo sufrir.
Lo que es malo es vivir y morir en pecado.
Ayuda Señor a todos los que soncalumniados y perseguidos. Da tu fuerza aquienes en su labor misionera se sientencansados e incomprendidos. Siembra entodos los misioneros el gozo y la alegría detrabajar por ti.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
IX ESTACIÓNJESÚS CAE POR TERCERA VEZ
Nuestros pecados hacen más y más pesada la Cruz. Pero se levanta de nuevo,
dispuesto a perdonarnos siempre.
Se despojó de todo, su amor no se guardónada. Que tu salvación, oh Jesús, seextienda a todos los hombres, y que toda latierra herede tu salvación.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
X ESTACIÓNJESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS
Cuando llega al Calvario, los soldados le quitan su túnica y sus ropas, y se las rifan.
Jesús sufre una inmensa vergüenza. También sufre vergüenza cuando ve que los hombres
no se visten bien.
"Me amó y se entregó por mí“. Danosfuerza para seguirte siempre y cumplirnuestra misión.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
XI ESTACIÓNJESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
Con unos clavos en las muñecas y en los pies clavan a Jesús en la Cruz. Ya no puede moverse, ni hablar. Pero aún
puede mirarnos, rezar por nosotros y amarnos.
Si Dios nos amó de esta manera, tambiénnosotros debemos amarnos unos a otros,aceptar llenos de esperanza los sufrimientos decada día y descubrir a través de tu vida, buenJesús, el verdadero sentido del sufrimiento ydel amor a todos los hombres.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
XII ESTACIÓNJESÚS MUERE EN LA CRUZ
La muerte de Jesús, de Dios, en la Cruz, es un misterio grande. Muere por culpa de
nuestros pecados. Junto a Él está su Madre María, que Jesús nos ha dado como Madre
nuestra desde la Cruz.
Virgen María, acompáñanos para seguir junto a tí, losDolores de Cristo. Danos tu esperanza, tu ternura y tuAmor. Jesús, danos esperanza de saber que siempretriunfa el Amor y la Vida.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
XIII ESTACIÓNJESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN LOS BRAZOS DE SU MADRE
Tras la muerte de Jesús la tierra quedó oscura y silenciosa. El pecado tiene consecuencias terribles. Dile hoy a Jesús
que quieres hacer todo lo posible para no pecar.
El Señor no se queda muerto en el sepulcro, Resucitóy nos ha abierto las puertas de la Vida eterna.
Padrenuestro y Avemaría
Señor, pequé.Ten piedad y misericordia de mí.
XIV ESTACIÓNJESÚS ES SEPULTADO
Aún le quedan a Jesús unos amigos fieles que recogen su Cuerpo y lo ponen en un sepulcro nuevo. Pero sólo en el Corazón de la Virgen se
conserva la esperanza. Ella es la única que sabe que al tercer día resucitará. Si tú crees de verdad
en Él, también un día resucitarás.
Oración Final: Señor Jesucristo, tú noshas concedido acompañarte, conMaría tu Madre, en los misterios detu pasión, muerte y sepultura, paraque te acompañemos también en turesurrección; concédenos caminarcontigo por los nuevos caminos delamor y de la paz que nos hasenseñado. Tú que vives y reinas porlos siglos de los siglos. Amén