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JESUS ES LA ALEGRÍA DE LOS HOMBRES P. RICARDO HERNANDEZ TINOCO shj Joy in Jesus es el letrero que tiene mi osito en su pecho y en su panza. Me lo regaló Sofía, una amiguita de 3 años de edad, que tengo en un pueblito. En realidad pasaron unos gringos regalando a los niños diversos muñecos. Mi oso es de pana – mejor que de peluche- Me lo regaló por que vio que su hermanita Paulita –en su etapa egoísta de los 2 años- no me quiso regalar uno de los suyos. Yo lo acepté por el buen detalle, pero sobre todo por ayudarles en la educación de la generosidad. Además es un constante recuerdo del cariño y del amor que esa buena familia me tiene. De hecho su abuelo Juan de la Cruz cuando me regala algo y le expreso mi gratitud, siempre dice: “es poco para un buen amigo” Pero a nada me apego. Todo es pasajero y lo central es el amor de Dios. Ese amor se me expresa en el café que disfruto en su casa las mañanitas de domingo. Tiene el sabor del campo y de la amistad sincera. Además Benji es una fiesta. Y doña Esperanza tiene la ternura de una madre. Pero ahora me pregunto ¿qué hace un cura de casi 60 años con un osito en su almohada? ¿Acaso no tuvo infancia y quiere recuperarla? ¿Es que se refugia en aquello de que “si no volvéis a ser como niños no entrareis en el reino de los cielos”? o ¿quizá comienzo a chochear y quiero mi cocol? Je je. Sé que escribo esto para divertir a mis pocos lectores, pero sobre todo para compartir mi vida con mis amigos. Pero te cuento que mi amiga Carmensita se rió de mí al ver que tengo un osito en la almohada. Su risa es como de niña pero con la picardía que le dan su inteligencia aguda y sus casi 80 años. A mí no me molesta sino que río y más provoco su risa. Le explico lo del evangelio de volver a ser como niños, pero a ella el argumento no la convence; le cuento lo de mi amiguita de 3 años, le explico que ese oso es una perfecta almohada porque me queda muy bien bajo del cuello y sobre todo el último argumento es traducirle el lema:”joy in

JESUS ES LA ALEGRÍA DE LOS HOMBRES

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JESUS ES LA ALEGRÍA DE LOS HOMBRES

P. RICARDO HERNANDEZ TINOCO shj

Joy  in Jesus es el letrero que tiene mi osito en su pecho y en su panza. Me lo regaló Sofía, una amiguita de 3 años de edad, que tengo en un pueblito. En realidad pasaron unos gringos   regalando   a   los   niños  diversos  muñecos.  Mi  oso   es  de  pana   –mejor  que  de peluche- Me lo regaló por que  vio que su hermanita Paulita –en su etapa egoísta de los 2 años- no me quiso regalar uno de los suyos. Yo lo acepté por el buen detalle, pero sobre todo por ayudarles en la educación de la generosidad. Además es un constante recuerdo del cariño y del amor que esa buena familia me tiene. De hecho su abuelo Juan de la Cruz cuando me regala algo y  le expreso mi gratitud, siempre dice: “es poco para un buen amigo”  Pero a nada me apego. Todo es pasajero y lo central es el amor de Dios. Ese amor se me expresa en el café que disfruto en su casa las mañanitas de domingo. Tiene el sabor del campo y de la amistad sincera. Además Benji es una fiesta. Y doña Esperanza tiene la ternura de una madre.

 

Pero ahora me pregunto ¿qué hace un cura de casi 60 años con un osito en su almohada? ¿Acaso no tuvo infancia y quiere recuperarla? ¿Es que se refugia en aquello de que “si no volvéis a ser como niños no entrareis en el  reino de  los cielos”? o ¿quizá comienzo a chochear y quiero mi cocol? Je je. Sé que escribo esto para divertir a mis pocos lectores, pero sobre todo para compartir mi vida con mis amigos. Pero  te cuento que mi amiga Carmensita se rió de mí al ver que tengo un osito en la almohada. Su risa es como de niña pero con  la picardía que  le dan su  inteligencia aguda y sus casi  80 años. A mí no me molesta sino que río y más provoco su risa. Le explico lo del evangelio de volver a ser como niños, pero a ella el argumento no la convence; le cuento lo de mi amiguita de 3 años, le explico que ese oso es una perfecta almohada porque me queda muy bien bajo del cuello y sobre todo el último argumento es traducirle el lema:”joy in Jesus” Gozo o alegría en Jesús. Jesús es mi alegría. Y me entretengo en este tema pues a mi amiga viejita la he visto triste últimamente y menciona el tema de la muerte…

 

Joy in Jesus. Alegría en Jesús. En realidad la vida misionera implica algunas privaciones –como tener la familia lejos, el sabor de la comida mexicana, tan variada, los amigos de allá y un larguísimo etc. Pero todo eso se compensa cuando tienes centrado tu corazón en Jesús nuestro Salvador. Seguirlo y servirlo en su pueblo, es la perfecta alegría. Al escribir esto   recuerdo   aquel   breve   poema   del   libro   “Versos   Fugaces…” llamado   Beber   del manantial.

“Tu gran amor Señor, / es mi equipaje. / No necesito más; / pues si hace calor / él me refresca, / y si congela el frío / él me da su calor. Y si tengo sed / es como fresco manantial. / Por piedad, ¡Señor! / no me dejes sin él. Además   recuerdo  aquel   soneto  de Martín 

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Descalzo: ¿Y qué has hecho de mí, pues a desierto / me sabe todo amor cuando te has ido? / Tú lo sabes muy bien: yo siempre he sido / un mendigo de amor en cada puerto. /

 

Escribo esto y me prometo cultivar la alegría; pedir este fruto del Espíritu Santo. Dicen que mi sonrisa transmite alegría.  Me prometo también escuchar el  motete de J.  Sebastian Bach: Jesús Alegría de los hombres – o también llamado “Jesús, que tu gozo perdure.”