JESUS,MI CENTRO

MADRE CLARA

JESUS MI CENTRO

MADRE CLARA

© Hermanas Pobres de Santa Clara - Soria

D. Legal: SO-74/2001ISBN: 84-607-3021-2

Imp. Grafical, S.L. - Soria

INDICE

Reseña biográfica de M. Clara Sánchez ...... 11

Pensamientos ............................................. 19

• En Dios vivimos, nos movemos y existimos . 21

• Dichoso el que confía en el Señor ................ 29

• Orar sin cesar .............................................. 35

• Aquí estoy para hacer tu voluntad ............... 41

• Dios es amor ............................................... 47

• Se anonadó hasta la muerte,por eso Dios lo exaltó .................................. 57

• Haced esto en memoria mía ........................ 65

• Llena de Gracia ........................................... 73

• La llevaré al desierto y hablaré a su corazón . 83

• No hay amor más grande... ......................... 89

• Vida religiosa .............................................. 97

Originalidades privadas .............................. 105

Manuscrito de M. Clara Sánchez

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RESEÑA BIOGRAFICADE M. CLARA SANCHEZ

M. Clara nació en Torre de Cameros (Lo-groño) el día 14 de febrero de 1902. Fue latercera de los siete hijos que el Señor conce-dió al piadoso matrimonio: D. Leopoldo Sán-chez y Dña. Agustina García. Su madre, an-tes de nacer, la consagró a S. Pascual, el san-to de la Eucaristía, a quien toda la familiaprofesaba gran devoción. Fue bautizada el 16de febrero imponiéndole el nombre de Juanade la Concepción.

Sólo contaba Juanita dos años cuando suspadres dejaron la provincia de Logroño parapasar a la de Soria, se instalaron definitiva-mente en Rebollar. M. Clara siempre consi-deró Rebollar como su pueblo natal. Amabaentrañablemente este pueblecito encantadorque fue escenario y testigo de su infancia, ado-lescencia y de casi toda su juventud.

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En el seno de su familia hondamente cris-tiana crecía Juanita a la par que forjaba sualma de temple de hierro y se encendía sucorazón en el fuego del amor divino. La dul-zura, la bondad y amabilidad junto con elespíritu de sacrificio, destacaron en ella des-de la infancia. Se ingeniaba de mil modospara ofrecer sacrificios al Señor y estimulabaa su hermana y amigas para que ellas hicie-ran lo mismo.

Era tan devota de la Santa Misa y Sagra-da Comunión que cuando, con esmero, pre-paró a su hermano pequeño para recibir porprimera vez a Jesús Sacramentado le compu-so una oración para pedir la vocación sacer-dotal y le decía: Pascualito ¿No te gustaría sersacerdote? Celebrarías la Santa Misa.

Juanita, aunque tenía dotes extraordina-rias para los estudios, no quería iniciar unacarrera pues desde que tuvo uso de razónhabía sentido la llamada de Dios. Toda su

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ilusión era consagrase a Dios en un conven-to de clausura.

En casa, de momento, no estaban deacuerdo con la vocación de Juanita. Demo-rar la fecha de su consagración le hacía sufrirenormemente, pero siguiendo el deseo de suspadres comenzó la carrera de Magisterio.Cuando cursaba el 2º año escribió a su her-mano mayor diciéndole: No puedo estudiarmás que este curso, mi vocación es de monja ytengo que responder a esta llamada del Señor.Se fijó la fecha de su ingreso para el 15 deAgosto de aquel mismo año de 1922, día dela Asunción de la Virgen. El 18 de febrero de1923 empezó su noviciado cambiando elnombre de bautismo por el de Sor Clara dela Concepción. Se sucedían los días y losmeses, la M. Maestra preparó una entrevistaentre Sor Clara y el sacerdote que más tardesería su director, a los pocos minutos de laconversación comprendió que aquella novi-cia era algo excepcional, diciéndole a la M.

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Maestra: “La comunidad tiene un verdaderotesoro en esta novicia”.

No se puede dudar que Sor Clara era unalma carismática. Se le dio a conocer en pro-fundidad y anchura el misterio de la Eucaris-tía: Misterio de donación total a los hom-bres, misterio de anonadamiento y de gloria.

El 24 de febrero de 1924 pronuncio susprimeros votos, siguió en tiempo de forma-ción y con su vida y palabras fue sembrandoen sus hermanas novicias los ideales que elSeñor había puesto en su alma: La adoraciónperpetua al Smo. Sacramento y la Profesiónde la Primera Regla de Sta. Clara.

El 24 de febrero de 1927 cuando contabaveinticinco años, pronunció los votos solem-nes. Sus ansias de amar y alabar al Smo. Sa-cramento se iban potenciando en proporcio-nes incontrolables: Un día del año 1936 com-prendí, dice ella, estando en el Coro, que el Se-ñor quería una cosa: Exposición permanente

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del Smo. Sacramento en esta iglesia. Pero aúndeberían transcurrir algunos años, tiempos deluchas, pruebas y grandes sufrimientos.

En 1941, Sor Clara, antes de cumplir loscuarenta años, fue elegida Abadesa. Fue épo-ca de terrible pobreza, a causa de la postgue-rra, teniendo apenas qué comer, pero ellaconfiaba en la Providencia divina.

En 1942 fueron publicadas las nuevasConstituciones para la Orden, recomendan-do todos los ideales que la comunidad tenía:Descalcez, Maitines a medianoche y la Ex-posición permanente del Smo. Sacramento.M. Clara puso manos a la obra. Y cuenta ella:El día de S. Juan nos descalzamos; en julio, el16, estrenamos los Maitines a medianoche…Y ahora a preparar la Exposición. Despuésde superados los muchos obstáculos que sur-gieron, el 11 de agosto de 1942, víspera deldía de Sta. Clara, se Expuso al Señor en sutrono de amor, la custodia, donde continúaexpuesto día y noche.

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Todavía quedaba por conseguir algo muyimportante: Llegar a profesar la misma reglaque Sta. Clara escribió, con el Privilegio dela Altísima pobreza, sin rentas ni posesiones,proveyendo a las necesidades de la comuni-dad con el fruto del trabajo y las limosnasespontáneas.

Por fin llegó, el 22 de mayo de 1953, eltan deseado rescripto con la concesión parael paso a la Primera Regla, precedido tam-bién de grandes sufrimientos y pruebas do-lorosas. En la gran fiesta de Pentecostés, el24 de mayo, M. Clara recibía la profesión decada una de las hermanas.

Al cesar como Abadesa, en 1958 se lanombró Vicaria y Maestra de novicias, cargoque desempeñó hasta la muerte. Se preocu-paba de la formación integral de sus novi-cias: Humana, cultural, técnica, religiosa,doctrinal, espiritual, franciscana y contem-plativa… Tenía un método muy original que

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ayudaba a la formación, condensaba en poe-sías la esencia de la vida cristiana y religiosay con músicas populares o inventadas por ella,las cantaba a sus novicias. Más tarde se lasdaría por escrito, de su puño y letra, es loque se llamó, “La libreta”.

Es de resaltar, su empeño en inculcar alas jóvenes el verdadero espíritu sobrenatu-ral: Siempre, decía, la mirada limpia. ¡Hayque mirar de tejas arriba! ¡Bien despierto elespíritu de fe!

Otro de sus temas favoritos era la humil-dad. También contagiaba a todas su amor ala Eucaristía. De la caridad decía: No olvidéisa Dios anonadado, a Dios que es CARIDAD.En la caridad no hay que tener medida.

Así, con la lámpara encendida, el 22 deenero de 1973, entró en el Banquete Celes-tial de repente. Un infarto cortó el hilo de suvida terrena. M. Clara pudo ver antes demorir sus ideales cumplidos. Cuanto deseó,

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cuanto pidió, por lo que tanto sufrió, le fuedado. Sus proféticas palabras se hicieron rea-lidad: ¡La Providencia divina nunca falla!

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PENSAMIENTOS

M. Clara, alma evangélica cien por cien,dejó plasmada en estos pensamientos la ri-queza de su alma enamorada, vislumbros demisterio, ráfagas que nos hacen percibir larealidad más honda de lo que se ve en la su-perficie.

Aquí nos da la clave de la felicidad y nosinvita a sumergirnos en el misterio de Dios,eligiendo vivir sólo para El y desde El paratodos.

También son parte de “La libreta” queregalaba a cada Novicia estas “Originali-dades privadas”, como ella misma titulaestos escritos. Son como una enciclopediadel Espíritu. ¿No es, acaso, lo original denuestra fe, lo original del Espíritu de Jesúsrecrear todas las cosas y darles perspectivaeterna?

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La obsesión de M. Clara es dejar que esteEspíritu empape, transforme y dirija la men-te, el corazón, facultades, los sueños… todo.¡Qué riqueza! María como modelo y guía,no puede faltar, y en sabroso ascendente, M.Clara, va llevándonos de la geografía y gra-mática a la música, al apostolado… ¡Infini-tos horizontes!

Os brindamos estas páginas con la mis-ma simplicidad y cariño con que ella nos laslegó. Su lectura os ayudará a sentirla cerca-na, real, animando vuestro caminar con:

reflejos de Infinito,mensajes de Misterio,riqueza de su vida escondida con Cristo

en Dios.

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EN DIOS VIVIMOS,NOS MOVEMOS Y EXISTIMOS

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1. Vive esta sublime palabra: ¡Dios mío!Alma mía, piensa en Dios antes que enti, mira a Dios antes que a ti, ama aDios más que a ti, vuélcate en Dios,entrégate a Dios, conságrate a Dios ple-namente y Dios se te dará. ¡Qué dulcey sabrosa te será entonces esta sublimepalabra: Dios mío!

2. Hasta el aire que aspiras es sagrado, des-tinado por Dios con gran amor para unalto fin, para que tú crezcas en Dios yen ti su gloria.

3. En tu bregar con las criaturas siemprefija tu mirada en Jesús y fundida con lasuya para el Padre.

4. ¿Quién conoce al Hijo sino el Padre?¿Quién conoce a María sino el Padre,el Hijo y el Espíritu Santo? Así tú, almamía, aspira a que sólo el Padre, tu Ma-dre María y tu Jesús te conozcan.

5. Deja que el Padre, el Hijo, el EspírituSanto y María, se manifiesten también

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en ti, muriendo a ti misma, para queen ti vivan ellos.

6. Llevas en ti, alma mía, el misterio in-sondable del amor: El Padre amando alHijo, el Hijo al Padre. ¡Piensa, reflexio-na, siente, vive! No seas extraña a estesagrado misterio. ¿Cómo ama el Padreal Hijo? ¡Óyele: “Este es mi Hijo muyamado en quien tengo todas mis com-placencias”. Imítale!

7. Si conocieras un poquito a Dios y vivie-ras su presencia, cuánto más sinceramen-te te portarías, cuánto más dignamente.

8. Dios todo lo hace con número, pesoy medida, pero se entrega al alma sinmedida, con amor sin medida. Así tú,alma mía, sé toda para El y para lasalmas en El.

9. Transpórtate a El, vive en El. Acuérda-te de aquello de Sta. Teresa: “ Vivo sinvivir en mí”.

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10. El Padre se da al Hijo y ambos se derra-man en el Espíritu Santo. Misterio deamor y de bondad que tú encierras, puesDios se te entrega. ¿Y tus frutos?

11. Estúdiate un poquito. Tú aspiras y res-piras es figura de la vida de tu alma. Tuaspiración debe ser Dios, tu respiraciónJesús. Que no se pierda ni una sola.

12. Nada escapa a los ojos de Dios y es pre-ciso, que desviados los míos de las cria-turas, se dirijan incesantemente hacia El.

13. ¡Dios mío, que te conozca más hoy yconozca mejor tus santos deseos!

14. Alma mía, ya tienes contestación a tupregunta: ¿Qué he de hacer para cono-cer a Dios? Pedirle, estudiarle, amarle,tratar de amar y con todo ardor.

15. Todos tus momentos deben ser purezay amor. Si vives no en ti, de ti y para ti,sino en Dios, de Dios y para Dios, lo

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serán. Pues Dios es amor, es pureza, esla santidad misma.

16. Vives en Dios, más aún que el pez en elocéano. ¡Oh, si comprendieses esta ver-dad, te extasiarías, te divinizarías!

17. Alma inmortal, alma eterna desde el pri-mer momento de tu ser. Lo que vivesen el tiempo será la eternidad. ¿Dóndevives, en Dios o en ti?

18. Sólo Dios sabe, sólo Dios puede, perosólo Dios basta. ¡anímate, y adelante,sí adelante!

19. Jesús mío, has cuidado hoy de tu pe-queña, como el amante más tiernamen-te apasionado, ¡Gracias, Dios mío!

20. Puedo estar cerca de Jesús en aparien-cia, pero en realidad muy lejos. Dondeestá tu tesoro allí está tu corazón.

21. Entrégate con Jesús al Padre, para queEl produzca en ti los sagrados y admi-rables frutos que El desea.

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22. Hazlo todo con El para que sean suyastus obras y sólo para el Padre.

23. ¡Oh Espíritu Santo, mueve y conmue-ve mi alma para mi santificación máscompleta según el amor! Te la entregovacía de todo, de todo, con entera vo-luntad, lléname. ¡Consuma toda mi es-coria tu fuego divino y mi llama de di-vino amor sea una con la tuya!

24. ¡Oh Espíritu Santo!, me entrego de llenoa tu acción en mí, detestando de corazónel obstáculo de mis pasiones, malas incli-naciones naturales no dominadas que portanto tiempo han sido obstáculo e impe-dimento. ¡Perdón, Dios mío!

25. Las tinieblas huyen ante la luz. Espíri-tu Santo, dulce huésped de mi alma,disipa de mí toda sombra, lléname detu luz clara y divina, que yo te contem-ple con más plena luz a Ti, al Hijo y alPadre, ¡mi Dios Trino y uno!

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26. Ama, alma mía, al Padre tiernísimo conlas ternuras infinitas de tu Jesús, hastala última gotita de tu sangre y agua conEl, como El.

27. Toda persona es una expresión del Pa-dre, una conquista del Hijo, un frutodel Espíritu Santo, un hijo de María...Así, ¿A quién te atreverás a despreciar?

28. Santos tus pensamientos, santo tu amor,santas tus obras, ¡alma mía!, para queasí te unas a los serafines confesando alSeñor y cantando con ellos el Santo,Santo, Santo..., siempre..., sin interrup-ción.

29. Guarda bien, alma mía, tu tesoro en tucorazón, tu único tesoro.

30. Vivo para el cielo, soy aquí peregrina yavanzo según sean mis obras.

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DICHOSO EL QUE CONFIAEN EL SEÑOR

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31. Como el niño en brazos de su madre asíme entrego a Ti, descanso en Ti, de-seando conocerte y amarte.

32. Yo quisiera mirarte y esconderme en tumirada, Jesús mío, pero me resigno yme basta con saber que Tú me miras.¡Mírame con compasión!

33. Fiel será Dios en darte la “todopodero-sa” ayuda que promete a tu esfuerzo pro-pio. Con El a tu lado, ¿Qué temerás?

34. ¡Qué bueno es Dios, qué bueno es con no-sotros y cómo hemos de corresponderle!

35. Alma mía, si ahora hubieses de morir sólotres cosas tengo para ofrecer a Dios: micontrición, mi esperanza en mi Jesús y enmi Madre María y mi confianza en elloshasta el abandono. Dios mío, acéptalas.

36. No entres en juicio con tu sierva, Señor.No seas mi juez sino mi Salvador. Sépara mí Jesús porque Tú salvas siemprea los que esperan en Ti.

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37. ¡Oh Padre!, la Santa Misa de este díasea mi extremaunción espiritual, que-den purificados con la Sangre divinami alma y mi cuerpo y puedas recono-cer en mí a tu Hijo, por quien esperomi salvación.

38. Perdón, Dios mío, por el mal uso demis potencias y mis sentidos. Perdónpido a todo el cielo y a la tierra toda, atodas las criaturas, por el mal uso quehice de ellas desviándome de Ti, en vezde elevarme a Ti por ellas.

39. Jesús y María introducidme en vuestrocorazón. Con vuestro fuego divino pu-rificadme, con vuestra belleza vestidme,con vuestras virtudes enjoyadme, convuestro aroma enbalsamadme, haced-me toda agradable a vuestros ojos y anuestro Padre celestial.

40. Con la dulce confianza en la bondaddel Señor y con el temor respetuoso sesostiene la vigilancia.

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41. Aún esta solicitud de amarte, ésta mi únicapreocupación, la abandono en Ti paraserte fiel en tu deseo de mi abandono.

42. Jesús mío, quiero ser víctima abando-nada hasta el abandono de no saber sime has aceptado o no.

43. Pienso que deberíamos agradecer mu-cho al Señor el que nos haya hecho asíde impotentes y miserables, para quenos convenzamos y nos entreguemos deuna vez y así El, entonces, realice su obraen nosotros.

44. ¡Oh Dios mío! ¿Es posible que pudien-do disponer yo por vuestra misericordiay amor del tesoro de mi Jesús, pues todocuanto ha hecho y padecido es mío, dejeen el vacío un solo acto de mi vida?

45. Actualizaré mi unión con Jesús de tantofruto para mi alma y para todas las almas.

46. Jesús recibe a los pecadores y cada día terecibe también a ti, así, llenita de miserias.

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47. ¡Alma mía! Estima la infinita miseri-cordia del Señor más que a todos losbienes de este mundo y que a tu mismavida.

48. Cantar la misericordia del Señor por lossiglos infinitos ha de ser mi ocupación.Comienza ya, comienza y brote de tupecho cada instante en su honor y ala-banza el himno más sentido.

49. Pon toda tu alegría en descansar, con-fiada, en la misericordia del Señor puestodo lo demás que el mundo brinda esvanidad, es aflicción, ¡es nada!

50. ¡Oh Jesús, oh María! Llevadme en vues-tros brazos como niña pequeña y mise-rable que no puede ni sabe caminar.

51. ¡Qué bonito y dulcísimo es esto: saberque Dios cuida de nosotros! Tanto máscuanto más nos fiemos de El. Nuestrobuen Pastor que muere por sus ovejas.

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ORAR SIN CESAR

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52. Ascendiendo, ascendiendo, ascendien-do siempre por la oración, por la hu-mildad, por el sacrificio, por el amor.

53. ¿Lo has oído alma mía en la meditación?,el principal obstáculo para la unión conDios es la soberbia... ¡Aborrécela!

54. Dijo Dios: produzca la tierra y qué ad-mirable fecundidad, qué exuberancia...¡Alma mía! Y ha dicho el mismo Señorque quiere de ti frutos abundantes y per-manentes ¿Qué haces?, ¿No te avergüen-zas de tu esterilidad tan responsable?,Piensa, trabaja, obedece...

55. Vayamos a El, a El siempre y en todo yseremos cada día más felices.

56. No te olvides que el ganarás el pan conel sudor de tu rostro se extiende tam-bién a lo espiritual así has de adquirirla gracia con trabajo infatigable.

57. Los cielos y la tierra están llenos dela gloria de Dios, y tú, alma mía,

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¿de qué estás llena?... De tu vana-gloria.

58. Por el santo Evangelio miraré a mi Je-sús y mi alma se llenará de amor, comoel niño mirando a su madre se llena deamor y de paz.

59. Mi compasivo Jesús haz que mi almaesté tan unida a ti para que mi alaban-za sea una con la tuya y así, como tantoansío, suba al Padre llena de infinitosentido y amor.

60. Tu oración no es nada, pero si oras conJesús, ofreces al Padre el incienso másprofundo... lo puedes todo... ¡que nadate lo impida!

61. Abismada en mi inmensa necesidad deoración. Así como en alta mar, entreolas, a la vista de solo Dios y de mi Es-trella María.

62. Mucho ánimo con la oración para quesalvemos el mundo que seguramente,

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porque hablamos más que oramos haycorrientes tan impetuosamente peligro-sas..., así que, bien asidas a la cruz, alEvangelio, con María a salvar y a sal-varnos.

63. Oración en compañía ¿De quién?, Dehumillación, de sacrificio, de renun-cias... que la oración barata no es efi-caz.

64. Mucha oración, mucha humildad, mu-chos sacrificios.

65. En la oración te inspirará Jesús mejorque lo que cualquiera pudiera decirte.

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AQUI ESTOY PARA HACERTU VOLUNTAD

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66. En escuchar el llamamiento del Señory contestar a él con fidelidad está el pre-ludio de la vida cristiana.

67. Nueva gratitud y nueva alegría ante losnuevos encantos que en cada momentodescubres y sientes en el Señor.

68. En el camino del Calvario ¿Pidió acasoalgún descanso tu Jesús? ¿Acaso estuvoun ratito sentado?... Así tú en tu cami-nito ¡cuánto te sientas y descansas!

69. Teme, que de la comodidad a la sen-sualidad va muy poco.

70. Que ya desde este momento pueda de-cir con San. Pablo que tanta gracia nofue ociosa en mí.

71. Con la verdadera fidelidad el alma es due-ña de los movimientos de la sensibili-dad y de los arranques del amor propio.

72. Está perdido cuanto hago por otra ins-piración distinta de la gracia.

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73. La gracia exige cooperación y si eresobediente a la voluntad divina no ha-brá dificultades que no puedas vencer

74. Si tu alma es frívola y ligera hará trai-ción al amor divino.

75. Si piensas sólo en agradar al divinoMaestro, despréndete de las seduccio-nes del mundo y di: Ni la muerte ni lavida podrá separarme del amor de Dios.

76. El alma que se apoya en santos pensa-mientos es invencible.

77. ¡Alma mía!, cruza el día como peregrina,que nada te detenga en tus ascensiones.

78. Aunque aceptemos el querer de Dios sesiente la separación temporal de los se-res queridos, sólo la fe nos consuela.

79. Jesús mío, yo también me entrego. ¡Cadainstante quiero morir por tu amor!

80. Tenemos que vivir el tiempo con avari-cia de fe, de esperanza y de caridad ycomo consecuencia de humildad.

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81. Repite, sí, y sigue repitiéndolo cada díasobre todo en los casos difíciles: Todo lopuedo en aquel que me conforta. ¡Quésecretos de maravillosa energía encie-rra esta frase!

82. ¿Mi apostolado? La fidelidad. Apóstolde la fidelidad... con tu ayuda, Jesúsmío, porque sin Ti todo es un desenga-ño, un fracaso más.

83. Se necesita en todo calma y el Señornos enseñó a tenerla en todo.

84. Valora bien las cosas. Prefiere a los bienesmateriales los espirituales, los eternos... ysi por estos pierdes los primeros ¡Oh pér-dida dichosa que tal ganancia te reporta!

85. ¿Y si llueve, Dios mío?... Pues que cadagotita ablande los más duros corazonesy triunfes para siempre tú en las almasy reines en los pueblos y naciones.

86. Cada momento debieras y podrías cre-cer de virtud en virtud si te ejercitases.

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87. ¡Alma mía, qué poco te pide Dios ycuánto te da! No le niegues, no le nie-gues eso poquito que te pide.

88. La buena voluntad, para ser buena deveras ha de ser práctica hasta el heroís-mo más heroico.

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DIOS ES AMOR

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89. Dios es amor, María es amor..., en to-das las cosas excepto el pecado yo veoel amor, yo percibo su canto al amor.¿Por qué yo no he de ser todo amor,sólo amor, un himno perpetuo al amor?

90. En el corazón está el verdadero mediode adelantar en Dios. Se sube a Diosamándole más perfectamente y desli-gándose más y más de las criaturas.

91. Si fuese tan intensa nuestra vida enDios como vertiginoso es nuestromovimiento... ¡Qué progresos habríaen el amor!

92. Si obras son amor: ¡Jesús mío!, amarécon las obras, te seré fiel en lo que séque a Ti te agrada, ¡Pero ayúdame!

93. Con ardiente deseo de quererte tantocomo Tú me amas, con tu mismo amor,repetiré con sinceridad la frase infantil:“Jesús mío, te quiero mucho” y te quie-ro querer infinitamente.

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94. No quiero ver ni sentir, quiero amar…pero si amo sin ver ni sentir eso me bas-taría, no sé si amo, quiero amar aunqueno lo sepa y amando conformarme conno saberlo ¡Para pronto amar, Jesús mío!

95. Tu amor no es nada, pero unido al deJesús lo es todo. ¡Que nada te lo impi-da y ama así al Padre!

96. Jesús está sediento de amor... sedientode almas... procúrale este refrigerio.

97. ¡Alma mía! Dios es la actividad suma y susobras son obras de amor. Ama y sean inin-terrumpidas tus obras de amor por El.

98. Uno de los frutos más apreciados y mássazonados del amor es la paciencia. Susemilla más productiva la contrariedad,el dolor, la humillación. Alma mía, ad-quiere esta semilla a precio de oro, detodos tus gustos y bienes.

99. ¡Qué inmensamente vasto es el campode los bienes celestiales que Dios tiene

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reservado para los que le aman! Muchomás, sin comparación, que los materia-les prometidos a su pueblo escogido. Niojo vio, ni oído oyó ni entendimientohumano puede comprenderlos, peroacuérdate de aquello: “aunque no hu-biera cielo yo te amara...”.

100. Escucha sus palabras de amor, sigue lainspiración de la gracia, calma la agita-ción de tu alma, vence las impresionesdel amor propio, jamás permitas que elorgullo sea dueño de tus pensamientosy palabras, olvídate de ti y eleva a Diostu corazón porque quiere todo tu amor.

101. Anímate mucho a crecer en el amor quetodo lo demás pasa, pero si la llama cre-ce con todo, por todo nos alegraremoseternamente.

102. A ver si sabemos hacer latir nuestro co-razón cara a la eternidad no parándo-nos en esas cosillas de aquí abajo sino

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elevándonos por ellas, dando a cada unade ellas valor eterno ya que también Dioslas dispone o permite con fines elevados,eternos... Así el momento vivido es delo más hermoso, por doloroso y sangran-te que sea lo que nos acontece.

103. Mirada de predilección de mi Dios que,para salvarme, poseerme y hacerme fe-liz en su amor, El mismo se hizo hom-bre, padeció y murió por mí. Amor quesabe anonadarse... Amor que sabe en-tregarse, Amor que sabe sufrir, Amorque sabe morir y... ¿Por quién?

104. ¡Todo por amor! Pues hay que estable-cer una era de amor divino, de amor aMaría y de amor fraternal que todo lopurifique y se viva en la tierra como enel cielo, pero en la cruz..., y todo serápaz y felicidad.

105. ¿Verdad que, en todos, debiera ser nues-tra vida amor, amor, de modo que el

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amor tan ardiente impulsara a nuestraalma a volar al paraíso?

106. Piensa en el amor que Dios nos tiene yen el que espera de ti y de cada uno.

107. Ama... tanto, tanto... ¡Que “el Amor seaamado, que sea amado el Amor”!

108. Sigamos hasta la muerte creciendo enel amor que es lo único interesante y elúnico modo de influir, a ocultas y ca-llando, en el mundo entero.

109. Mira en cada cosa y espacio, escrito confuego, la palabra fidelidad y... tómalaen tu corazón y que arda más y más yponga fuego de amor de Dios y del pró-jimo en todo el mundo mientras vas an-dando y cantando: “Que todos te ame-mos y te cantemos en el Cielo”.

110. Mira a las almas cual nubes luminosas,irisadas y bellas, como que viven cercadel Sol Divino..., han desaparecido sus

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manchas, si las tuviesen, a la influenciade su Luz..., así, ¿A quién te atreverás adespreciar?

111. Da gloria a Dios y venera a tus herma-nos, venera a la imagen de Dios, no teatrevas jamás a despreciar a nadie.

112. ¿Es un pecador? Compadécelo, con-quístalo... ¿Te molesta? Agradécele queasí te ayuda a expresarle el amor deJesucristo... ¿Es un bienhechor? Derro-cha tus bondades para con él, comoJesús que no dejará sin recompensa unvaso de agua que por El se da al máspequeño.

113. Si como debes vivieras transportada enDios, aprenderías a amar como Diosama. ¿Te desprecia El...?

114. ¡Alma mía!, si mirases las almas con elprisma de la fe y vieses en ellas la ima-gen de Dios, cuánto más las respetaríasy cuán poco las censurarías.

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115. La misericordia y la verdad te preceden,Señor. ¡Qué hermosa regla de conductapara nuestras relaciones fraternales!Cuando tratemos siempre a nuestroshermanos con misericordia y con ver-dad, sin que la verdad mengüe pero conla misericordia delante... ¡qué venero depaz y de virtudes...!

116. Consolar siempre con mi oración, conmi ayuda, con mis palabras de alientofraternal, con mi amabilidad, con misonrisa, con mi amor, viendo en misprójimos a Jesús y a María.

117. Ahora no me sale otra cosa más queamar, amar y más amar, que todo lo de-más se pasa volando, en aridez o en fer-vor, en fe clara u oscura, amar y entre-garse y dejarse crucificar por Jesús.

118. Bueno es que aspires a los medios máseficaces para llenar tu fin de entrega yamor al Amor, pero llena este fin con el

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medio que tienes en el momento pre-sente, Dios te lo proporciona con infi-nita sabiduría y amor y es para ti el me-jor aunque a veces no te lo parezca.

119. Alma mía, Dios te ha elegido para amar-le, no te contentes con darle sólo tuamor. Ámale con María y procura quetodos le amen infinitamente.

120. ¿Qué no merece Aquél que eternamen-te nos ama? Todo es poco. Todo es poco.

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SE ANONADO HASTA LA MUERTEPOR ESO DIOS LO EXALTO

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121. Jesús, Tú que por mí te anonadaste yasí te ocultas en la Hostia santa, dame,Señor, que yo sepa humillarme y porTi vivir siempre anonadada.

122. Amor, amor con pruebas de sangre.

123. Aprende de Jesús, que para glorificar al Pa-dre se anonadó, aprende de Jesús y de Ma-ría. Anonádate siempre y en todo, anoná-date por quienes, por ti y para darte ejem-plo, tanto se anonadaron y así anonada-da, regocíjate en Dios siempre, siempre.

124. ¡Oh si en cada hora produjeses un grani-to de trigo que se convierta en Hostia! Lasemilla mejor de estos granitos es el sacri-ficio, la abnegación. ¡Codíciala!

125. Abre el labriego su surco y con su su-dor lo riega. Alma mía, sin gotas de tusudor ¿Quieres recoger cosecha?

126. Qué agradable a Dios la mortificacióncorporal cuando va unida al holocaus-to de alma que, cual blanca palomita

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mirando al cielo, arde y se consume enel fuego del amor divino, cuyo combus-tible es, en parte, la mortificación cor-poral discreta y humilde.

127. ¿Qué tendrán las comodidades que tan-to las desprecia Jesús? Desde su cunadesprecia el más humilde colchoncitode un niño de artesanos y elige las du-ras pajas del pesebre.

128. La base de la vida oculta de Jesús fue-ron estas sus palabras: Aprended de míque soy manso y humilde de corazón.

129. Gloria al Rey que domina en las nacio-nes y llene de sus gracias a los que hu-mildes le reciben y le dan sus contritoscorazones.

130. A Jesús le gustan mucho las humillacio-nes. No le niegues este manjar que pue-des, con tanta frecuencia, prepararle.

131. Hay necesidad urgente de orar porquenos encontramos en mucho peligro y

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como la oración para que sea eficaz tie-ne que ir acompañada de la humildad yel sacrificio, vamos a ser muy generosasy muy humildes de corazón y de he-chos, que solamente a los humildes noles niega nada el Señor.

132. Agradecer las humillaciones providen-ciales que preparan en mí el camino delSeñor.

133. Urge mucho oración con humildad ysacrificios. Urge mucho en nosotras, lasencargadas de la paz del mundo, parasu evangelización.

134. No hay nada peor para impermeabili-zarnos a la gracia que el espíritu de su-ficiencia. La autosuficiencia es el vene-no sutil de los que triunfan.

135. Muy necesario es tener y llevar al Cuer-po Místico dosis de humildad para queel Señor pueda obrar en las almas, ennuestra alma y vivir en cristiano.

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136. Siempre humilde como Aquél que pornosotros se anonadó y vive anonadado yescondido en el Sacramento del Amor.

137. La montaña que hay que allanar es lade nuestro orgullo.

138. ¡Adelante con más y más amor y más ymás profunda humildad! Esta es nues-tra vida que llegará a ser tan elevadacomo sencilla y humilde.

139. No te hagas nunca complicaciones queno son buenas para nada: fe sencilla yviva, con amor ardiente que consegui-rás con humildad profunda y práctica.

140. Cuanto más humilde más gracia, por tan-to no te canses nunca ni de humillarte nide que te humillen, ésta es la base del ne-gocio espiritual, sin esta base todo falla ynada aprovecha y el material de nuestrahumillación siempre lo tenemos al alcan-ce, porque la mina está en nuestro cora-zón, que es una mina de miserias.

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141. Si de verdad eres humilde, serás obe-diente a fondo, y qué paz te dará la obe-diencia ciega, sobrenatural, pronta uni-versal y alegre. Es la paz íntima que sien-te el alma sabiendo que por la obedien-cia hace siempre como Jesús, con El ypor El, lo que agrada al Padre.

142. Si eres humilde de verdad amarás a tushermanas y a todos y las servirás comouna “criadita” que se considera indignade tales señoras y esto siempre, siem-pre, sin pensar imaginables o reales abu-sos. Siempre serás delicada callada, res-petuosa, generosa, miembro de la paz.

143. Anonadamiento y amor para hacersiempre y en todo las mayores compla-cencias de la voluntad divina.

144. Es condición indispensable la humildadpara vivir en Dios.

145. Quisiera yo pasar tan desapercibida enla tierra como mi ángel de la guarda...

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¡Señor!, que en mis distintos casos,mis hechos sean consecuentes a estemi deseo.

146. ¿Por qué no arde la tierra en ese fuegoque viniste a poner con tantas ansias?¿Y por qué no ardo yo, Jesús querido?Es que nos alejamos de tus llamas, hui-mos del dolor y envanecidos buscamosel honor que nos halaga.

147. Alma mía, ¿te crees pequeña o no? Si tecrees pequeña ¿Cómo te extrañas de sertratada a veces como tal? Procura sersincera en sentir y vivir lo que sientes.

148. Podemos gozar un cielo en la tierra vi-viendo de anonadamiento y amor conel que es el Amor por esencia, anona-dado hasta lo sumo, hasta donde todoun Dios puede anonadarse.

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HACED ESTOEN MEMORIA MIA

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149. Alma eucarística no se concibe sin seralma víctima... víctima real... víctimaunida a la Víctima del altar.

150. En todos tus pensamientos prósperos yadversos, en todos tus casos dulces yamargos brote de tu corazón el angélicocántico: Gloria in excelsis Deo de la Misa.Así será tu vida un himno de alabanza yla paz celestial inundará tu alma.

151. ¡Plantecilla escogida, alma cristiana!¡No lo olvides jamás! La savia que cir-cula por tus venas debe ser sangre y aguadel costado de Cristo que en el Calvarioabrió lanza cruel.

152. ¡Gracias, gracias Jesús!, porque en tudía, la fiesta del Amor de los amores,puedo ofrecerte múltiples rubíes de ver-dad y con brillo de tu sangre (las místi-cas gotitas que destila mi pequeñito ypobre corazón). ¡Quiero adornar conellos tu custodia!

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153. Qué elocuente el lenguaje de las floressu delicado aroma, la flor que ante elsagrario se consume. ¡Alma mía! Apren-de sus lecciones, sufre en silencio escar-chas, vientos, todo, perfuma a quien tepisa y después muere, muere en obse-quio al Amor que inmarcesible en elalma-jardín mirar te quiere.

154. Que adorando a Jesús sacramentado,todo el mundo le rinda vasallaje y na-die le ofenda.

155. Quiero ser el incienso puro que ofre-cen los sacerdotes y una hostia contigopara el Padre... Que nadie me lo impi-da ni un momento.

156. ¡Alma mía! Contempla el impulso infi-nito del amor de Jesús que le lleva alsacrificio cruento de la cruz, y con elmismo inmenso impulso se ofrece cadamomento en los altares, al Padre, portu amor... ¿Y tu amor dónde está?, Si

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no te decides por el sacrificio... recuer-da que “obras son amores”.

157. ¡Alma mía! ¿Quieres mayor recompensaa tu insignificante esfuerzo que el mis-mo Jesucristo que cada día se te da en laComunión? Es el Dador de los dones.

158. Jesús Sacramentado no viene a mi cora-zón sino a trabajar eficazmente en mialma.

159. La labor de Dios distinta de la labor delos hombres que se revela toda exterior-mente, es tanto más potente cuanto esmás interior. La sagrada Comunión essu medio más maravilloso. Se proponeseparar con cuidado de mi alma cuantopudiera paralizarla y extinguirla.

160. Al calor del sagrario se templan los co-razones, se forman los héroes y se agi-gantan las almas.

161. Al calor del sagrario se acrisolan los afec-tos, se acometen las empresas, se enar-

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dece el espíritu de sacrificio y se derritela mundana altivez y el orgullo.

162. Para el alma que comulga, Jesús debeser su centro y su más dulce oración unconstante acto de amor a Jesús.

163. Dirige cada día hacia la Eucaristía to-dos los esfuerzos del alma y toda la la-bor de tu vida.

164. Que todo en mí tenga sabor de Euca-ristía... de amor, de pureza, de sacrifi-cio, de anonadamiento.

165. Alma mía, contempla la Hostia Santa ycontempla el amor que así se entregapara ser tu alimento y vida eterna...¿Cómo respondes tú?

166. ¡Qué grandeza la tuya, Jesús mío, ycuánta ñoñería hay en mi alma! Yoquiero ser molida como el trigo, comoel racimo ser pisoteada para ser todatuya y en hostia ser, Dios mío, trans-formada.

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167. ¡Alma mía! Alimentándote del Pan delos ángeles, vida de ángel debe ser tuvida. Ten esto siempre en cuenta... re-flexiona y responde con los hechos.

168. ¡Jesús mío! No sabe el granito cómo seconvierte en espiga, pero se convierte...,pues así yo... aunque no sepa cómo peroque me convierta en Hostia, me trans-forme en Ti, me consuma de amor. Estome consuela de mi impotencia.

169. Un pequeñísimo sacrificio unido alde Cristo da valor infinito y agrada-ble... ¡Y cómo se entusiasmará Jesús!,que tu inmolación sea constante conla suya.

170. Aunque toda tu vida la emplees en ac-ción de gracias, todo será poco. Por esoofrécele constantemente al Padre almismo Jesús, unida a todas las Misas ycon todo cuanto te ocurra y con todo elCristo total y con todas las creaciones,

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en acción de gracias, y todo te parezcapoco para ofrecerle por tu parte.

171. ¿Qué ves cuando miras la Sagrada Hos-tia?, un Dios anonadado, un DiosAmor. Jesús Sacramentado para hacer-se hombre se anonadó. Para hacerseHostia se anonada..., hasta en la partí-cula más pequeña... ¡Y a ese extremo lelleva el amor!, y así vive con nosotros,por amor, anonadado.

172. Jesús Sacramentado nos habla, con elo-cuente silencio, de las humillaciones desu vida, obediente hasta la muerte decruz. ¡Ante la santa Custodia, qué biense comprende el Evangelio!

173. Jesús mío, en esta Comunión, ven yaumenta en mí la capacidad para reci-bir y la potencia para dar.

174. ¡Cada día quiero poner mi dolor en elCáliz de la Misa y ofrecerlo al Padre conel de Cristo y María, por las almas!

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LLENA DE GRACIA

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175. Madre mía, quiero vivir en tus brazos yen tu corazón, pequeñina siempre,siempre y cantando tus ternuras.

176. Con María y como María, ten viva fe yardiente amor ante la oscuridad, soledad,desamparo y tormento del Calvario.

177. Con María y como María, permaneceserena, de pie, junto a la Cruz de Cris-to, crucificado tu corazón con el suyo yfiel a tu deber.

178. Gracias medianera mía, gracias, gracias,¡Cuánto te debo!

179. Todo, todo lo tengo yo en mi Madrequerida.

180. Siempre veo a María velando mi exis-tencia, qué ternura, qué maternal dul-zura en su solicitud de Madre divina.

181. La misericordia del Señor llena toda latierra, mi alma está llena de las miseri-cordias de María.

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182. Por tus desvelos y por haber perdona-do a este corazón rebelde y envanecido,¡gracias, Madre mía!

183. Por las gracias sobre gracias que me hasalcanzado del Señor, ¡Gracias, queridamía!

184. Gracias, sobre todo, porque me has he-cho tu pequeñina, cuánto te lo agra-dezco.

185. Por gratitud y en correspondencia quie-ro amarte más que nadie, como mi NiñoJesús.

186. Por el refugio que en ti encuentra siem-pre tu pequeña pobrecina, ¡Gracias contodo mi corazón!

187. Por la ayuda tan oportuna que, comoMadre divina, me prestas en mis conflic-tos, ¡Gracias, queridísima de mi alma!

188. Quiero corresponderte con mi fidelidad atus gracias, que yo te sea fiel, Madre mía.

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189. Que yo muera de amor y gratitud a ti ya mi Jesús a quien tú me has dado.

190. Mira a tu Madre María, tan reina delos humildes como de los mártires. Diosla hizo Madre nuestra en la plenitud delas humillaciones del Calvario.

191. Como si todas las cosas y criaturas fue-ran limpio cristal, vaya limpia tu mira-da, por María, con Jesús al Padre, a tra-vés de ellas.

192. María, Madre mía, mirar contigo ycomo tú a mi Jesús y con Jesús al Padrey amarle de modo que sea mi amor unamor con el vuestro.

193. María, Madre de amor, mírame concompasión, hazme amor para Dios ypara ti.

194. ¡Qué verdad es, Madre mía! En tus bra-zos, en tu corazón, como la niña máspequeñita es donde el alma se siente mássegura. Madre mía, que yo no me apar-

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te de ti un momento bien convencidade mi pequeñez. ¡Qué paz tan dulce deeste modo!

195. Alma mía con tu amable soledad en elpurísimo corazón de María escucha elcántico divino que constantemente bro-tó de él desde el primer instante y quelo completó en este día: ¡Engrandece mialma al Señor, se alegra mi espíritu enDios, mi Salvador!

196. Todo lo que hay en ti, alma mía, todopara engrandecer, para glorificar a Dios:Tus pensamientos, afectos, palabras, ac-ciones, tus éxitos, tus fracasos, tus alegrías,tus penas, en cada caso y en cada ocasión.¡Engrandece con María al Señor!

197. ¡No olvides! Sabes que como más en-grandecerás al Señor es con tu humil-dad. Sí, siempre y en todo, es sobre todotu humildad. Miró la humildad de susierva. Aprende de María.

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198. María, la más bella flor del cielo, cuyofruto es Jesús Eucaristía, dame de tupureza, tus virtudes, tu amor que dig-nifiquen mi vida.

199. María, viviente y delicioso sagrario queguardaste el Tesoro precioso de la Igle-sia, haz de mi corazón un sagrario deoro donde por siempre more mi divinoJesús.

200. Dirígeme, Madre mía, y haz que arda yse consuma mi corazón todo por Diosy por ti.

201. Junto a la cruz la Madre. Junto a JesúsMaría. Ser María por Jesús.

202. Madre querida, dispón de tu zagala.Tuya es mi vida.

203. Como sonríe la madre ante su pequeñomuy aplicadito, así sonríe María anteel alma que se aplica en agradar al Se-ñor y a ella.

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204. Para animarte, para alentarte, para ayu-darte tienes a tu Madre María que es laMadre de Dios. En sus brazos, en sucorazón ¿Qué no podrás?

205. Eres pequeñita, como niña pequeñitamira a tu divina Madre. Con la luz desu mirada y al calor de su pecho senti-rás el valor, la vida, la victoria.

206. La solicitud y ternura de todas las ma-dres es un débil reflejo de la solicitud yternura maternal con que tu Madre delcielo vela por ti, su amada pequeñuela.

207. Con María, madre del Amor, medita díay noche en el amor. Así tu camino seráderecho, luminoso y seguro. Esfuérza-te guiada por esta Estrella y ante las tem-pestades alienta tu esperanza, piensa enElla.

208. Achicarme de modo que María puedallevarme dentro de su Inmaculado Co-razón. En él vivir, sin que deje entrar

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en el mío ni salir de él nada que no hayapasado por el suyo.

209. Hazme firme en el propósito, Madremía, y aunque mil veces caiga otras tan-tas tiéndeme tu mano maternal, quehasta mi último instante tú serás siem-pre la esperanza mía.

210. María, infinitamente alejada de Diospor el ser, está incomparablemente cer-cana a El por su relación de Madre deDios. Inmensamente distante de noso-tros por su dignidad de Madre de Diosestá incomparablemente próxima a no-sotros por su relación de Madre de loshombres.

211. Vamos a unirnos en el rezo del santorosario, que el rosario bien rezado tie-ne fuerza para todo. ¿Cómo no nos vaa escuchar la Santísima Virgen si so-mos fieles y consecuentes en esta de-voción?

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212. Jesús, María, tomad mi entendimien-to. Abrid y que nadie pueda cerrar, ce-rrad y que nadie pueda abrir.

213. ¡Jesús querido, que no dé mi corazónningún latido que no sea para Ti, porTi y contigo! María, Madre mía dirigemis latidos cada día.

214. Madre, enséñame a dar gusto al Padresiendo como Jesús, siempre y en todo.

215. Que el corazón de María sea nuestrocenáculo para que Jesucristo nos dé elEspíritu Santo que obre en nosotros conlibertad. Recogimiento con María.

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LA LLEVARE AL DESIERTOY HABLARE A SU CORAZON

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216. Soledad, amada por el mismo Jesús quelleva a las almas a ti para tener con ellassus confidencias y las complacenciasmás puras y divinas.

217. Por la soledad a la oración, pues sole-dad sin oración no sería el ideal, seríamás bien lecho de ociosidad, madre detodos los vicios... oración en la soledad.

218. Alma mía, ¿tienes ansia de soledad? Puesmuere a ti misma de veras...

219. Soledad, en cuyo silencio se percibe lavoz sincera de la conciencia, que ense-ña al hombre la ciencia más elevada, porla que adquiere el conocimiento supe-rior a todos, el de sí mismo y el de Dios.

220. Soledad, honrada por el mismo divinoJesús, en el largo espacio de treinta años.

221. Soledad, en cuyo sagrado y silenciosoretiro, se realizó el misterio más gran-de, la Encarnación del Verbo, en la azu-

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cena más pura que antes y después deCristo existiese.

222. Soledad, tú fuiste testigo de los idiliosmás divinos, de las más tiernas mira-das, de las delicias más santas entre Je-sús y María.

223. Soledad, que conoces y acoges en turetiro santo, al gran desconocido de losmundos y de los siglos, Jesús Sacramen-tado, Amor de los amores, que gusta demorar contigo... Tú sabes consolarlecon tus dulzuras del desamor de loshombres ingratos.

224. Soledad en cuyo silencio se oye la vozmás dulce, más divina, más amiga, máscariñosa, más tierna, la voz del mismoDios.

225. ¡Oh querida soledad, salud de los peca-dores, maestra de la pureza, de la hu-mildad, de la penitencia y demás virtu-des, por las que tantas almas, se han

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santificado!... ¡Cuán poco conocida eresdel mundo que tanto te necesita!

226. Penétrate en la soledad para vivir a so-las con Dios... trata de conocerle yamarle lo más posible ayudada de sugracia divina.

227. Estemos muy fijos, sí, en el amor y ro-guemos porque todos lo hagan así, queel mundo cuanto más se mueve más seenfría ¡Es helador el ambiente que sien-te nuestro Jesús! Y por más que repite:Venid a mí ¡Qué soledades tiene que su-frir!

228. Inmolación, inmolación, alma mía, enla soledad del Calvario.

229. Llevadme por la senda solitaria para quenada, nada me detenga a nuestro paso...

230. Soledad querida, el Espíritu Santo en-tra en el corazón de quien te posee. Nodará El sus dones al alma disipada.

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NO HAY AMORMÁS GRANDE…

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231. En el libro abierto de la Cruz se estudiael infinito Amor. Contemplarlo es poco,amarlo es algo, inmolarse en El, con Ely por El es Todo.

232. Piensa en el amor que Dios nos tiene yen el que espera de ti y de cada uno.

233. Cuando sufrimos por Dios vamos porbuen camino, recto a la resurrecciónque llegará enseguida y tanto más glo-riosa y semejante a la de nuestro Jesúscuanto más hayamos participado en sucruz y en sus dolores... junto a María,con Ella.

234. Perseverancia en la prueba por Dios ypor las almas.

235. Canta las misericordias de Cristo. Cán-talas ahora y eternamente que a tan su-bido precio, el de su Sangre divina, terescató. ¿No darás en gratitud sangrepor Sangre? Aún así, qué baja te queda-rías en correspondencia. Agradece.

236. Sangre y agua del costado de Cristo que

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tantas almas habéis purificado, purifi-cadme, hacedme apta para el cielo.

237. Repara a qué precio has sido comprada,al precio de la Sangre de Cristo, y apren-de a guardarte para Cristo. No te derra-mes en las criaturas que eres de Cristo.

238. Que el Señor dé a tu alma tal gracia deestado y tales gracias, que durante todatu vida lleves tus cruces cantando alAmor. Tus muertes de cada día sean poramor para que tu muerte final sea deamor.

239. ¿Te fatigas? Acuérdate de Santa Teresi-ta y de aquellos por quienes te ofrecis-te... imítala...

240. Confiesa varonilmente tú al Señor entu dolor y luego espera en El que ob-serva tu conducta generosa... ¿Quién leaventaja en prodigalidades?

241. Alimento que no te haga memoria dela Pasión de Cristo debes tú para siem-pre renunciar.

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242. ¡Miserable alma mía! Tú tan envaneci-da y pecadora. ¿Te debieras sentir de-cepcionada a falta de atenciones? Mí-rate en tu Jesús crucificado y deduce...,piensa... ¿De qué serás merecedora?

243. Qué pobre, impotente y miserable soy,cuando mis energías físicas decaen...¡Pasión de Cristo, confórtame!

244. Dale al Padre, en gratitud con la tuyala misma Sangre de su Hijo.

245. ¡Sangre de Cristo, embriágame!... Re-pite, saborea y déjate embriagar.

246. ¿Cuánto vale un alma? Las cosas sagra-das son inapreciables, pero ¿Hay algoque haya sido consagrado a Dios comomi alma? Según San Bernardo: “Jesu-cristo la juzgó más preciosa que su mis-ma Sangre”. Mirando a la Cruz pareceque el alma vale tanto como Dios.

247. ¿Qué necesitamos para retener a Jesúscon nosotros? Ser valerosos y resolver-nos a padecer.

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248. Si quieres parecerte a Jesús no esperes aquedar libre de penas.

249. “Estamos en el Cielo” porque estamos enDios y Dios mora en nosotros, y en elcielo de la tierra nuestra gloria es la Cruz.

250. ¡Animo! A saborear las cosas que sonde arriba y el dolor de aquí que a tan-to nos lleva. No desperdicies nada, ¡niun poquitín!, unirlo a Cristo en suCáliz.

251. Animo y a vivir en la cruz con muchoamor, pues la cruz será nuestra llave delcielo y unidas a María ¡Sin miedo, ade-lante!

252. Es bueno el dolor si lo sufrimos bien ylo unimos así al de Jesús y María.

253. ¡Levántate por el amor, por la mortifi-cación, por la oración! Y tú y todas tuspotencias y sentidos, así levantados ven-cer las dificultades.

254. Fiel, siempre fiel y hasta la muerte, almomento que Dios me da de obediencia,

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de amor, de sacrificio. Un momento esun tesoro, es un cielo de gloria en mi Dios.

255. Los luceros cantan cada noche la gloriadel Señor..., mas tú, corazón mío, ¿Quépublicas? Tus obras no las suyas... ¡Oyeavergüénzate!

256. Para divinizarte, muere...

257. Muere a lo que ves para que vivas de fe,muere a lo que tienes para que vivas deesperanza, muere a lo que quieres paraque vivas de caridad. Muere a ti paraque vivas en Dios.

258. Muere a tu orgullo por la locura de lacruz, muere a tu honor por la verdadde tu nada.

259. ¿Y tus ideales?, Sí, atrévete a morir aellos para que ellos vivan y lleguen a su“máximum” en la realidad, entrégalosa tu Jesús y desea sólo su voluntad.

260. ¿Se permitió Jesús un ratito de descan-so camino del Calvario? No..., pues ten-lo en cuenta en esos infundados desfa-

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llecimientos... El yugo del Señor es sua-ve, su carga ligera... ¡No seas perezosa!

261. El lo que desea es que nos anonademosy nos entreguemos por obediencia entodo, en todo, como El, hasta la muer-te de Cruz. Obediencia de fe.

262. Alma mía, vive tu afán de vivir, que eresinmortal, pero vive sólo en Dios que esla Vida, lo demás no es vivir sino lan-guidecer.

263. Vamos muere, alma mía, que es ya hora,real o místicamente muere, que DiosTrino, la Virgen, todo el cielo y toda lacreación te lo piden y te llaman, no des-oigas tan cariñosa voz, ¡Anímate, alé-grate y muere, que morir es vivir!

264. Que el Resucitado te llene de alegría,que perdure eternamente. Para esto,todo por amor, por amor, todo poramor de Dios y de todos y de todo has-ta del último átomo y cantando estodesde la cruz de cada día.

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VIDA RELIGIOSA

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265. Nuestro Padre celestial quiere en la es-posa ver al Esposo, a su Hijo bendito...Anímate, alma mía, a dar a nuestro Pa-dre celestial en ti al que El te da a ti contanto amor... a su Hijo muy amado, ¡atu Jesús!, se lo darás efectivamente porel amor.

266. Si amas a Jesús más, infinitamente másque a tu vida, no con un énfasis de ex-presión como suele decirse esto en elmundo, sino de verdad. Entonces mu-riendo tú por amor suyo cada día viviráEl en ti y el Padre podrá poner en ti suscomplacencias.

267. Como esposa de Jesús crucificado apro-vecha la ocasión y abraza la humillacióncon amor, mansedumbre y alegría, ¡Quéhermoso y delicado! Así debe la esposaimitar al Esposo y consolarle.

268. En cada momento se ofrece la Sangrede Cristo al Padre, así debe ofrecerse

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la esposa en unión con su Esposo di-vino.

269. Vuelve a mirar a tu Esposo... para en-tregarse a ti continúa anonadado en elSacramento del Amor.

270. Mira a tu Esposo divino... para conquis-tarte tomó el camino de las inimagina-bles humillaciones.

271. ¡Alma mía! ¿Por qué te sobrecoges cuan-do piensas que acaso se forma de ti unjuicio desfavorable? Debieras alegrartepensando que así se viviría en la verdadrespecto de ti... esa es, pues, tu virtud.

272. La obediencia repugna a mi naturalezay la mansedumbre y humildad al orgu-llo de mi espíritu.

273. Yo quisiera de ti, y no me cabe duda deque Jesús también lo quiere, que antesdel despojo solemne de tu vestido se-glar, te despojases generosamente de ese

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amor propio que con tanta habilidadviste y reviste y se encarna en todasnuestras células y sabe impregnarse ennuestra alma tan apegadamente.

274. Recuerda aquellas palabras del Señor aMoisés en el monte Horeb: Descálzateporque es santa la tierra que pisas... San-ta es la viña escogida donde vas a mo-rar, descálzate.

275. Despójate de ti, de esa tu soberbia, deira, de todo lo tuyo, del hombre viejopara vestirte las vestiduras de salud, lasvirtudes de Jesucristo. Revístete delhombre nuevo. Bajo la dirección deMaría teje con tu trabajo personal, pri-morosamente, tu preciosa túnica espi-ritual.

276. Tu único pensamiento ha de ser Dios,Dios tu única aspiración, tu únicoamor. Entonces sí que oirás la voz dul-císima de Dios que te dice como a la

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esposa en los Cantares: Heriste mi co-razón, hermana mía, esposa mía, conuna sola mirada de tus ojos, con unatrenza de tu pelo.

277. El Esposo divino te llama con esta tier-na frase: Amiga mía ¡Oh amistad divi-na, amistad adorable la amistad de Dios,más estimable que todas las amistades,las más dulces, las más tiernas, las mássanas... la más santa de todas las santasamistades.

278. ¿Mi Oficio Divino? Como un niñoquiero rezarlo, acogida en tu pechode tal modo que suba al Padre contodo el sentido infinito que Tú pue-des darle.

279. Contemplar... ¿A quién? A Dios que noscontempla a cada una de almas, espe-cialmente a sus esposas, si le contem-pláramos siempre y en todo, cómo nosabismaríamos en El.

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280. Como obsequio a María, “Materamábilis”: amabilidad y delicadeza fra-ternal, interna y externa, sabiendo quenuestras hermanas son hijas de Maríay, por Ella, hijas de Dios.

281. Se necesita mucho en las comunidades,apóstoles de obediencia, de caridad, dehumildad y de paz, una religiosa após-tol que no busca figurar es la que hacemejor papel.

282. ¿Para qué soy religiosa? A fin de vivirsolamente para Dios y para mi prójimosolamente por Dios. Luego mi vida hade ser sobrenatural.

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ORIGINALIDADESPRIVADAS

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Algo que pudiera llamarse:

Geografía mística

Cuatro puntos cardinales

Intención pura

Atención pura

Virtud puraAmor puro

sin mezcla de otro afecto terreno, o amorpropio.

Caminando por esta orientación se danen el alma las bellezas de la Creación que lageografía nos presenta, en grado muy supe-rior, como sobrenatural.

El Sol, Cristo, que ilumina y embellece yvivifica.

La Luna, María, que alienta y guía.

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Las estrellas, méritos del alma en sus ca-minos y resplandor de sus virtudes.

Valles exuberantesBellísimas florestasSazonados frutosMontañas de fe robustaCaudalosos ríos de graciaVeneros saludablesAlegres arroyuelosLluvias de bendicionesEtc, etc, etc…

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Gramática

Pronombre: Consta de un solo pro-nombre, un verbo compuesto de dos, y unadjetivo, también compuesto de dos.

El pronombre “Tú”, pues el “yo” ha de-bido desaparecer, o como si no existiera, y“él”, hace un tanto alejado, para el alma ena-morada.

“Tú” pues, ha de resonar siempre en ella.

¡Tú en mí, Dios mío!

Tú, Quien piensas, hablas, sientes, obraspor mí.

Tú, Quien me hablas por quien me ha-bla, me miras por quien me mira.

Tú, Quien me ayudas.

Tú, Quien te sirves de todo y de todos,para demostrarme tu amor, atraerme a Ti,purificarme, regalarme tu Cruz...

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Verbo

Amar-hacer

Uno no puede existir sin otro, pues si seama, se hace, y si se hace, es porque se ama; yseparados, nada vale como nada es cada uno.Uno sin otro en esta gramática, no se da.

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Adjetivo

Como el verbo, que tampoco existe unosin otro.

Humilde-óptimo

Será bueno, cuanto sea humilde nuestropensar, hablar, obrar.

Si no es humilde, nada será bueno y he-mos de aspirar a lo óptimo...

Es sencilla y dulce de vivir esta gramáti-ca con la gracia de Dios, con la asistencia delEspíritu Santo, derrotando al amor propiosiempre que asome gritar con el Arcángel SanMiguel, ¿“Quién como Dios?”

Tú Dios mío, eres mi valor, mi triunfo,¡¡mi Amor!!

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Apostolado

¡Cuánto puede, aunque miserable, unalma unida a Dios!

Apostolado, puede ser, que todo viva, can-te al Amor, viviendo y cantando en la másperfecta armonía de vida:

Siempre en María,con Ella, por Ella,por Cristo, con Él y en Él,en todo con todo y por todote amo Dios mío,te canto, te admiro,te alabo, bendigo y adoro.Oh mi Jesús HostiaSanta Eucaristíay en todo momentote ofrezco mi vida.Con el Sacrificiode la Santa Misa,

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por el Sacerdote,yo me ofrezco al Padrepor su amor, por su gloria,por todo, por todos,por…por todas las almaspor la paz de todospor la unión de todosy en nombre de todosen nombre de todo¡Jesús nuestra vida!En María y contigome inmolo...

Prácticamente:

Por ejemplo, comulgo y llevando a todosy a todo en mi corazón y estando unida atoda la Creación celeste, sideral, terrestre,marítima, atómica, pues la intención pura estan vasta..., que todo participe de mi Comu-nión.

Si leo, que todo ser racional reciba luzdivina. Si cumplo el deber, cumplido por

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amor, sea móvil para el fiel cumplimiento detodo deber, etc…

Así el alma, desde cualquier sitio dondese encuentre, puede hacer apostolado, avan-zando por aquellos cuatro puntos cardinales,en Jesús, en toda la Creación, y en infinitasCreaciones que Dios pudo haber creado...

Es sencillo y prodigioso todo esto por lamisericordia y el poder del Señor, y según lafe, humildad, confianza y disposición con queen este apostolado nos ejercitamos.

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Devocionario

Está compendiado en estas palabras:Amor-concordancia.

Que todo concuerde con la mente, y lamente con Dios.

Todo en esta concordancia: rezo, oración,trabajo, todo existir, vivir y morir.

Nuestro Gloria al Padre, al Hijo, al Espí-ritu Santo, a la Virgen María, a San José.Nuestro “paz y bien” a todas las almas, a to-dos los mundos, sea nuestra aspiración, sinque otra cosa busquemos en todas nuestrasparticulares peticiones.

Y concordando todo con la mente, y lamente con Dios, se ve muy sencillamente aDios, manifestándose en todo radiante, lle-no de misericordia, de amor, gracia y majes-tad, a cuya vista el alma se llena de gozo, pueses Dios quien hace sentir al alma el versículome verán y se alegrarán.

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Y sucede el amor al prójimo según el nue-vo Mandato de Cristo obrando en consecuen-cia, evangélicamente.

Gusta y saborea así como verdadera Cla-risa-franciscana, tu devoción más acendraday vive al Santo Evangelio. Debiéramos ser,como lo fueron nuestros Seráficos Padres:Evangelio viviente.

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Música

El órgano: La Creación,

Teclados: Potencias, sentidos y afectos.

Tema: Gloria Patri…

Variadas piezas: Los distintos casos y co-sas de la vida.

¡Qué preciosos conciertos podemos ofre-cer y debemos ofrecer al Señor, a impulso delEspíritu Santo y con su gracia!

¡Qué alegría a la Iglesia, a la tierra, alCielo, al mismo Dios y a María! Ahora, porejemplo, digo el Padre nuestro, Ave María,Gloria, con aquella intención pura y demásque está indicado, y la Creación entera estácantando a la Santísima Trinidad, a María,que en ellos se glorifican y alegran…

Concordancia serena y permanente, y re-sultado, armonía interior y exterior, excelen-te devocionario musical.

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Anímate mucho a vivir así ejercitada y nodejes de ofrecer tus conciertos al Amor, Au-tor de toda belleza y armonía.

Ten en cuenta que esta música, ahuyen-ta al demonio, levanta al caído y dilata elcorazón.

Acuérdate del tañedor David ante Saúl,aprende y a ejecutar. Acuérdate de nuestroSeráfico Padre, que con el cántico al Herma-no Sol, hacía maravillas.

Cantando, cantandoen tu corazón,a Dios alabando,al mundo elevando,y a tu corazóny a todo incendiando…No olvides que,tiene sus grandes ventajasel canto del corazón:Eleva al ser y dominala loca imaginación.

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Pone en fuga al enemigo,es una hermosa oración.Alma que canta,y bien canta,y que siempreal Amor cantay que siempresu amor canta,la unión con Dios,pronto alcanza.

Así pues,sea tu vida,la más armoniosa arpa,para gloria del Señor,y salvación de las almas.

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RECOMENDACIONES

Cultiva con esmero la serena humildad.

Hay demonios encargados de nuestrodesasosiego, que tienen empeño en desazo-narnos por cualquier cosilla, a fin de apar-tarnos de la humillación humilde y confia-da, generosa y fiel, de la obediencia, de lacaridad sobre todo, y nos roban la paz. Nosprivan así de muchas bendiciones y gracias,en particular y en común, y hasta de voca-ciones.

Humilde pues, serena y cantando, a cazade las raposillas que asolan las viñas… Tensiempre a mano la receta de la mirada sobre-natural que todo lo calma y lo cura.

Con mirada sobrenatural,con olvido de sí por la entrega,con humildad sincera,

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obediencia evangélica,florece la caridady no hay problemasy la paz celestialal alma llena

¡¡No lo olvides!!

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Vive siempre la Eucaristía:

En sí misma, para que todo tu ser sea másdigno de Jesucristo Sacramentado, a Quienrecibes cada día en la Comunión.

En tus Hermanas, para estimarlas y ve-nerarlas como a preciosos sagrarios que sonde la Hostia Santa.

En todas las cosas: flores, frutos, agua,fuego, luz, color, sonido, en todo cuanto delcielo y la tierra te rodee, amando y adorandoy alabando en todo, con todo y por todo aJesucristo, por Quien todas las cosas fueronhechas y que por ellas nos dice a cada una:“¡Hija dame tu corazón!”.

Vive la Eucaristía, en toda circunstancia yacontecimiento, cambiando siempre impresio-nes con tu Maestro divino, Quien te enseñaráa dirigirlo todo al Amor, a convertirlo todo enamor, de modo que se cumplan en nosotros laspalabras del Espíritu Santo: Todo se convierteen bien para los que aman a Dios.

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Vive la Eucaristía en tus enfermedades,espirituales y corporales. El es el médico di-vino que te sanará de todo lo espiritual y hastade lo corporal si te conviene y si no, te dejarámuy fortalecida para que puedas decir: Con-tribuyo a completar en mí la Pasión de Jesu-cristo, que padeció la sed ardiente de dolorpor mi amor.

En fin, ante el Altar y siempre en él espi-ritualmente, puedan contemplar los ángelesen ti, hostia por Hostia, sobre todo, en tusinmolaciones.

Siempre y con toda suma veneración vivela Santa Misa y sea tu vida, en cuanto puedeser, una Misa perenne.

No olvides que en la Misa se actualiza elmismo Sacrificio de la Cruz, con todo su va-lor infinito. Ten en cuenta sus finalidades deadoración, acción de gracias, expiación y sú-plica. Tu vida Religiosa, tiene estas finalida-des que debes actualizar, unida a la SantaMisa en unión sincera y permanente.

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El Oficio divino

El Oficio divino, sacrificio y canto de ala-banza, forma unidad con la Misa. Es la pro-longación de la alabanza de Jesucristo al Pa-dre, en nombre de todo el Pueblo, oraciónoficial de la Iglesia.

Penetra, agradece y vive esta hermosísi-ma realidad.

No olvides que la eficacia, en tu vida, dela Misa, del Oficio divino, como de los Sa-cramentos y de todo, está en relación con tusdisposiciones.

Así que debes disponerte por medio detodo, para que por todo, tu alma, las almas yla creación entera se llenen de Dios: Llenosestán los Cielos y la tierra de tu gloria...

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Vía-Crucis

Sé muy amante de la devoción francisca-na del Vía-crucis, y no dejes de practicarlacada día. ¡Cuánto agradece Jesucristo su uni-versal: “Jesús mío, misericordia, te amo contoda mi alma”! en cada uno de aquellos suspasos o estaciones de su dolorosa subida alCalvario. En este ejercicio, hazte presente decorazón, allí donde tan presentes El nos te-nía a cada uno... ¡Con qué inmenso amor, ensu inmenso dolor!...

Medita, contempla, comparte, imita... ycada día, síguele en su camino, abrazada a sucruz. ¡Con encendido amor!

Saberse hija de San Francisco, el Serafínllagado, sin gloriarse en otra cosa que en laCruz... Esposa de Jesucristo crucificado.

Acompaña también mucho a María en susDolores.

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Por tus dolores María,santifica nuestras almasasiste nuestra agoníay al instante de la muerte ¡Ven!Y llévanos al Cieloen tu dulce compañía,para siempre, para siempre...¡Qué dicha Madre querida!Por tus dolores María,por tus lágrimas benditas.

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Santísima Virgen

Cinco hermosos oficiosen honor de María,y por Ellaen honor del Señor:FloristaPerlistaCantoraOrganistaIncendiaria de amor de Dios,de amor a María,de amor fraternal,de amor muy ardientea la Eucaristía,con toda fuerza y universalidad.

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Para cada misterio del Rosario:

Por este santo misterioMadre del Amor Hermosoque todos seamos fuegode amor misericordioso.

Hazme presente al misterio¡Madre de mi corazón!Por este santo misterio,que todos nos convirtamos.Haz Tú, que todos seamosde cada santo misterioy de todo el Evangelio,la más fiel reproduccióny vivamos y muramosde amor y de contrición.

En todo, con todo y por todoquiero alabarte Maríarezando el Santo Rosario,viviendo el Santo Rosario

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con todo mi corazónla mente y el alma mía.

¡Ayúdame Madre míaque quiero rezarlo bien!

Súpleme Tú Jesús mío,súpleme tú San Josésuplidme ángeles y santosánimas del purgatorioalmas santas de la tierray todas las creaciones.Soy débil, soy miserablecomo vosotros sabéis.¡Pero en vosotros confío!

Guirnaldas al Cieloy pétalos lluevana todas las almashogares, familias,a todos los mundos,en el Universo,de paz y de bien,

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salud, y alegría,de amor fraternal,de amor a María,de amor encendidoa la Eucaristía.

Jerarquías celestiales, ayudadmea preparar las guirnaldasa nuestra Madre María,con todo mi corazón,la mente y el alma mía.Poned vosotrosjunto a mi miseria,todo vuestro esmeradoprimor en ellasy que adornenlos templos interioresde todas nuestras almasy corazones.Nos convirtamostodos los pecadores.Nos salvemos

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todos los agonizantes.Todas las almasdel Purgatorio,salgan cuanto antes.Se terminen las guerrasen el mundo.Haya buenas cosechas,en todas partesy todas se recojancon gratitud inmensa,con gozo grandey todo ser vivientesacie su hambre.

Que se viva el Conciliocon paz, e inmenso fruto.Que el treinta por cientode la juventud,se consagre a Jesús.Que haya muchosy santos Sacerdotesy en todas las familiashaya gracia, salud,

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paz y alegría,con la más santa vida,y la más santay dulce agonía.En...y en toda mi familia,bienhechores, amigos, conocidosy en esta pobrecilla...Todos, Madre queridaque vivan muy unidosmuchos añosmás santosy más sanos cada díamás llenos de alegríaserafines más ardientesy apóstoles más fervientesde la Santa Eucaristíasiempre en el InmaculadoCorazón de Maríay en Él, tengamos todosla más santa,¡y la más dulce agonía!

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Con toda la graciacon todo el cariñocon las perfeccionesvirtudes y méritosde Dios Uno y Trino,de mi Cristo amadode mi Cristo Eternomi Cristo Total,en todo, con todo y por todo,rezando el Rosario,viviendo el Rosario,Madre Inmaculada,te quiero obsequiar.Recibe este obsequioque humilde te ofrecela miseria mía,y encárgate Tú de todo,encárgate Tú de todosy encárgate Tú de mí,María, Madre querida.

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Nota:

Su proceso de beatificación yaestá en Roma y esperamos el tiempode que la Iglesia reconozca sus vir-tudes heroicas y nos la dé como ejem-plo de amor inconmensurable anuestro Dios, a Jesús Sacramentadoy a la Virgen Santísima.