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JESÚS Y EL MATRIMONIO En Jn 2,1-11 (bodas de Caná) La tradición eclesial ha visto en este pasaje la posibilidad de que Jesús instituyera el matrimonio como sacramento. Ciertamente, con su presencia Jesús honró la institución matrimonial. Los teólogos se encontraron con la dificultad de que el matrimonio, al parecer, fue instituido por Dios siglos antes de que Jesús viniera a visitarnos. Los testimonios aparecen en el libro del Génesis: "Dios creó al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó" (Gn 1,27). Y "por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (Gn. 2,24). Comoquiera que sea, sin duda alguna Jesús acentuó la enseñanza genesíaca y la fortaleció (Mt 19, 1-9). San Pablo en la carta a los Efesios reflexiona sobre la moral matrimonial. Algunos ven en este pasaje una actitud peyorativa de Pablo hacia la mujer. Leyendo atentamente su enseñanza no hay tal, pues afirma: "Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo" (Ef 5,21). Las mujeres deben estar sumisas a los maridos como la Iglesia lo está a Cristo, y los maridos deben someterse a sus mujeres como Cristo se sometió a la Iglesia hasta el sufrimiento de muerte en la cruz. Y todo por amor. Y Pablo reflexiona: "Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y su Iglesia" (Ef. 5,32). Ni el Génesis, ni Jesús, ni Pablo, vieron el matrimonio como una carga, sino como un don misterioso divino, en el cual dos seres humanos -HOMBRE y MUJER- se unen en corazón, cuerpo y mente, para gozo mutuo, para ayuda y consuelo -tanto en la adversidad como en la prosperidad- y para la procreación de los hijos, si es la voluntad de Dios. En el pasado la institución matrimonial se consideró algo difícil de sobrellevar, ya que se mantenía que el fin primario de la misma era la procreación. Hoy, con una perspectiva más amplia del toda la enseñanza bíblica (Gn.1,31) y teológica, se ha concluido que matrimonio debe ser una institución de gozo, amor y gracia divinas. En este sentido, la presencia de Jesús en la boda de Caná no hizo más que afirmar el aspecto positivo y bello del matrimonio al poner a todos contentos con la abundancia de Vino. ( http://www.episcopaleslatinos.org/biblia/jesusmatrimonio.htm ) Jesús elevó la unión de la pareja a la dignidad de sacramento. Como sacramento es un signo de gracia y concede bendiciones especiales a los esposos para ayudarlos a cumplir la misión de ser continuadores de la obra creadora de Dios por medio de la procreación y educación de los hijos. Para los cristianos el matrimonio no es un simple contrato, sino un sacramento instituido por Cristo. Las enseñanzas de Jesús sobre el matrimonio El amor y la fidelidad . Jesús quiere que la unión matrimonial sea una relación basada en el amor y la fidelidad. Sobre este amor maduro, se fundamenta la unidad auténtica que tiene fuerza de indisolubilidad. En esta unidad, la diversidad de la pareja se debe vivir la igualdad, el respeto que dignifica al otro, que lleva al compromiso del uno con el otro, bajo el señorío de Dios. Cuando esto sucede se fortalece la mutua fidelidad. La fidelidad:se trata de la renuncia a todo tipo de infidelidad al cónyuge: en pensamientos, actitudes y acciones. Algunas acciones de fidelidad son: Estar juntos y dedicarle tiempo al otro: tiempo de descanso. Elogio al otro. Las sorpresas agradables y los gestos originales: las pequeñas cosas que hacen la vida siempre distinta.

Jesús y el matrimonio

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Page 1: Jesús y el matrimonio

JESÚS Y EL MATRIMONIO En Jn 2,1-11 (bodas de Caná) La tradición eclesial ha visto en este pasaje la posibilidad de que Jesús instituyera el matrimonio como sacramento. Ciertamente, con su presencia Jesús honró la institución matrimonial. Los teólogos se encontraron con la dificultad de que el matrimonio, al parecer, fue instituido por Dios siglos antes de que Jesús viniera a visitarnos. Los testimonios aparecen en el libro del Génesis: "Dios creó al ser humano a imagen suya, a imagen de Dios los creó, macho y hembra los creó" (Gn 1,27). Y "por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne" (Gn. 2,24). Comoquiera que sea, sin duda alguna Jesús acentuó la enseñanza genesíaca y la fortaleció (Mt 19, 1-9). San Pablo en la carta a los Efesios reflexiona sobre la moral matrimonial. Algunos ven en este pasaje una actitud peyorativa de Pablo hacia la mujer. Leyendo atentamente su enseñanza no hay tal, pues afirma: "Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo" (Ef 5,21). Las mujeres deben estar sumisas a los maridos como la Iglesia lo está a Cristo, y los maridos deben someterse a sus mujeres como Cristo se sometió a la Iglesia hasta el sufrimiento de muerte en la cruz. Y todo por amor. Y Pablo reflexiona: "Gran misterio es éste, lo digo respecto a Cristo y su Iglesia" (Ef. 5,32). Ni el Génesis, ni Jesús, ni Pablo, vieron el matrimonio como una carga, sino como un don misterioso divino, en el cual dos seres humanos -HOMBRE y MUJER- se unen en corazón, cuerpo y mente, para gozo mutuo, para ayuda y consuelo -tanto en la adversidad como en la prosperidad- y para la procreación de los hijos, si es la voluntad de Dios. En el pasado la institución matrimonial se consideró algo difícil de sobrellevar, ya que se mantenía que el fin primario de la misma era la procreación. Hoy, con una perspectiva más amplia del toda la enseñanza bíblica (Gn.1,31) y teológica, se ha concluido que matrimonio debe ser una institución de gozo, amor y gracia divinas. En este sentido, la presencia de Jesús en la boda de Caná no hizo más que afirmar el aspecto positivo y bello del matrimonio al poner a todos contentos con la abundancia de Vino. ( http://www.episcopaleslatinos.org/biblia/jesusmatrimonio.htm ) Jesús elevó la unión de la pareja a la dignidad de sacramento. Como sacramento es un signo de gracia y concede bendiciones especiales a los esposos para ayudarlos a cumplir la misión de ser continuadores de la obra creadora de Dios por medio de la procreación y educación de los hijos. Para los cristianos el matrimonio no es un simple contrato, sino un sacramento instituido por Cristo.

Las enseñanzas de Jesús sobre el matrimonio

El amor y la fidelidad. Jesús quiere que la unión matrimonial sea una relación basada en el amor y la fidelidad. Sobre este amor maduro, se fundamenta la unidad auténtica que tiene fuerza de indisolubilidad. En esta unidad, la diversidad de la pareja se debe vivir la igualdad, el respeto que dignifica al otro, que lleva al compromiso del uno con el otro, bajo el señorío de Dios. Cuando esto sucede se fortalece la mutua fidelidad.

La fidelidad:se trata de la renuncia a todo tipo de infidelidad al cónyuge: en pensamientos, actitudes y acciones. Algunas acciones de fidelidad son: Estar juntos y dedicarle tiempo al otro: tiempo de descanso. Elogio al otro. Las sorpresas agradables y los gestos originales: las pequeñas

cosas que hacen la vida siempre distinta.

Page 2: Jesús y el matrimonio

El cultivo de lo espiritual El cultivo de lo intelectual. La vida social bien orientada y enriquecida.

Amenazas contra la unidad matrimonial

El divorcio Jesús defiende la vida y el derecho de la mujer. Aunque Jesús admite en un caso específica la posibilidad del fracaso matrimonial (dice: excepto el caso de fornicación) Mt 5,32,lo que importa ante todo es que el discípulo está llamado a llevar de una manera diferente la vida de su hogar. El divorcio es el fracaso del amor. El amor siempre es posible desde la dinámica del amor de Dios. Desde la experiencia de Dios.

<> El cristiano que vive la experiencia del Reino, vive sus valores. El reino de Dios es escucha, amor, fidelidad, cree en el amor no de una manera romántica.

Un discípulo de Jesús, debe luchar por la «permanencia», es decir:

Debe saber llevar las dificultades. Resolver con paz los conflictos. Mirar la felicidad mutua y no sus propios intereses.

El adulterio La mirada del discípulo debe provenir de la «pureza del corazón» (Mt 5,28).El cristiano es un hombre nuevo purificado en Jesús, su manera de tratar a los demás, y en este caso a la mujer, debe ser reflejo de la nueva visión del Reino: la valoración, el respeto, el servicio. Ya no puede verla como «objeto» que se puede codiciar para satisfacer los propios deseos, sino como persona a la cual amar. Jesús insiste en el valor de la fidelidad: su corazón está plenamente en la mujer amada y por ella renuncia a toda otra posibilidad. 1. Busque las siguientes citas evangélicas y relaciónalas con las enseñanzas de Jesús, leídas ante-

riormente.

CITAS BIBLICAS

ENSEÑANZAS DE JESUS

1. Mt. 19,4-6

2.Mt. 5,27-28

3. Mt. 5,31-32

El matrimonio y los consejos evangélicos

Page 3: Jesús y el matrimonio

El Señor plantea también el celibato como una opción de vida. Jesús invita a vivir una consagración que exige un estilo de vida centrado en el amor, en la práctica de los consejos evangélicos. Por el Reino de Dios, hombre o mujer voluntariamente renuncian al matrimonio. La profesión de los consejos evangélicos ayuda a todos los bautizados a un seguimiento más radical de Cristo y al cumplimiento de los deberes de su vocación como cristianos. Los consagrados hacen voto de pobreza, castidad y obediencia, entregándose totalmente al servicio de Dios y del prójimo.

• Los consejos evangélicos dentro del matrimonio: Ellos ayudan y garantizan el ordenamiento y enaltecimiento de la naturaleza humana.

• CASTIDAD MATRIMONIAL: El amor es “unitivo”, o sea indiviso. Las personas que se

aman quieren estar juntas compartiendo los mismos sentimientos, aspiraciones, sueños y preocupaciones. Se trata del amor conyugal ordenado, de la entrega de toda la persona a Dios y su Reino, en la vida matrimonial y a través de ella. Es el fruto de la aspiración del matrimonio a un amor pleno, tanto en el plano natural como sobrenatural.

• Implica la educación y el ordenamiento del instinto sexual al servicio de un amor en alto grado

• Castidad. Se refiere al orden en el plano de la sexualidad. Se la vive de acuerdo al plan de Dios. El estado de vida determina diferentes formas de castidad.

• Castidad matrimonial. La castidad matrimonial es el ordenamiento del instinto sexual: equilibrio entre lo físico, lo afectivo, lo espiritual y lo sobrenatural.

• Espíritu de castidad: se trata de la renuncia a todo tipo de infidelidad al cónyuge: en pensamientos, actitudes y acciones.

• OBEDIENCIA: donde los esposos renuncian a su voluntad para aceptar la voluntad del

otro a través del diálogo y el discernimiento.

• POBREZA: Buena administración de los bienes: temporales, materiales, espirituales, tiempo, espacios. Hacen buen uso de los bienes materiales, espirituales.

Que entendemos por Consejos Evangélicos?

• Los consejos evangélicos, comúnmente conocidos como los votos de castidad, pobreza y obediencia, son tres maneras de comprometerse a vivir como Cristo vivió. Los votos abarcan la vida en su totalidad: las posesiones materiales, los afectos y la autonomía. Cada voto profundiza la relación con Jesús; Él mismo es el modelo para vivirlos.

• Podemos definirlos también como: los medios RECOMENDADOS en el Evangelio que

nosotros aceptamos con LIBERTAD Y MAGNANIMIDAD para encarnar un ideal”.

• Ellos ayudan y garantizan el ordenamiento y enaltecimiento de la naturaleza humana. Contenido de los Consejos Evangélicos

La pureza (o castidad) matrimonial Es una profunda armonía de la pareja y una profunda armonía en cada cónyuge entre la dimensión de su sexualidad, de su afectividad y de su amor. Para ellos, la unión de los cuerpos - en cualquier grado: desde la caricia, el beso, el abrazo hasta el acto conyugal-expresan, encaminan, y aseguran la unión de los corazones y la unión de las almas.

Page 4: Jesús y el matrimonio

• Pureza: El orden, la armonía de la naturaleza humana, de acuerdo al plan de Dios. Consecuencia y manifestación de esta armonía: Transparencia, veracidad, sin dobleces, sin egoísmos, sin falsedades, sin engaños. Todo es claridad, todas las dimensiones ocupan el lugar que según su ser le corresponde...

• Virginidad. Se refiere a la ausencia total de una relación corporal - íntima, pero que se

extiende a todas las dimensiones de la personalidad. La virginidad así comprendida debe impregnar toda la persona: sus pensamientos su fantasía, su corazón, su comportamiento, su estilo de vida.

• Pudor: es el símbolo del misterio de la personalidad. Es el signo del llamado íntimo de la

naturaleza que reconoce la pertenencia última y fundamental de su ser a Dios. Es el mínimo de reserva, un mínimo de interioridad, siempre dejo algo en el fondo que se entrevé. Existe el pudor físico y el espiritual. Se puede educar para el pudor. Es una virtud.

• Sentimiento del pudor: es un instinto que tiende a proteger sanamente la intimidad. Nace espontáneamente en la persona, pero que nosotros muchas veces lo destruimos. El querer cubrirse es sano y espontáneo

Los vínculos de consanguinidad y el sentido de familia creado por los vínculos espirituales de la fe

En los tiempos de Jesús se consideraban hermanos a los hijos de la misma madre y en un sentido general, amplio, a los familiares más próximos, vecinos, compañeros en la fe. Jesús llama hermanos suyos a los que cumplen la voluntad de Dios y la llevan a la práctica. Es un nuevo lazo espiritual que hay entre Jesús y sus discípulos, más fuerte que los lazos de la carne. La presencia de Jesús, sus parientes junto con su madre, le da la oportunidad de enseñar su doctrina sobre los lazos familiares y la fe. Pertenecer a la familia de Dios es vivir en conformidad con su manera de vivir.