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JLDAVILA J.L.DAVILA

JLDAVILA ser.pdf · Bueno mi tienda es una ferretería que está situada en el centro de Whitebig, un pueblecito al sur de Canadá, con solo 240 habitantes, en él hay una vía principal

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  • JLDAVILA

    J.L.DAVILA

  • EL SER

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    INDICE PAG.

    1. PROLOGO…………………………………………………………. 5 2. EL PRIMER CONTACTO………………………………………. 8 3. LA BUSQUEDA…………………………………………………… 23 4. LO ENCONTRAMOS……………………………………………. 38 5. LA AYUDA…………………………………………………………. 51 6. YA LLEGAN……………………………………………………….. 65 7. LA INVASION…………………………………………………….. 74 8. ¿VICTORIA?.........……………………………………………….. 79 9. PENSEMOS……………………………………………………….. 90

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    PROLOGO

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    Nos imaginamos que estamos solos en este mundo, pero, ¿realmente pueden existir otras civilizaciones en otras galaxias u otros mundos?, si esto es así, seguramente puede que algunas sean amigables y otras hostiles.

    Pero lo que nos tiene que preocupar realmente somos nosotros, que inconscientemente estamos tirando nuestro planeta a la basura lentamente. ¿Quién sabe si nosotros mismos veremos la destrucción de nuestro planeta?, a mí, personalmente no me gustaría que mis descendientes lo vivieran, por eso debemos tratar de que la humanidad no lo destruya.

    ¿Quién sabe si otras civilizaciones -si es que existen- vendrán a nuestro planeta para salvarlo, para invadirlo, o para aprovechar lo que nosotros tenemos y no valoramos lo suficiente?. Este libro es un poco la reflexión de lo que podría pasar, en el caso de que viniera otra gente que realmente sepa aprovechar lo que nosotros tenemos en nuestro planeta y que en demasiadas ocasiones no sabemos disfrutar de ello.

    Lo bonito que es la naturaleza, el mar, ¿sabemos realmente lo que tenemos?. ¿Sabemos disfrutar de la vida? Creo que en la mayoría de ocasiones no, solo sabemos que en este mundo hay un poderoso caballero, que ya sabemos todos quién es y el es quien domina todo, si lo tienes eres poderoso, o por lo menos eso es lo que se suele pensar.

    Bajo mi punto de vista lo más poderoso es vivir respetando y valorando la naturaleza, porque ella nos regala cada día todo lo básico y lo que realmente necesitamos para vivir, y nosotros en cambio nos esforzamos cada día por tener más del poderoso, para así ser mejor que los demás y poder tener todo lo que queramos, sin pararnos a pensar a quien pisamos o a quien dejamos por el camino.

    Luego están las creencias religiosas, dios, ala etc. ¿Realmente nos ayudan?. ¿Cuántas muertes se necesitan para que nos demos cuenta de que el vivir en paz es la mejor religión?, que no

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    necesitamos a ninguna figura para vernos tal y como somos individualmente.

    ¿Qué pasaría si alguien invadiera nuestro planeta?, ¿Seguiríamos pensando en nuestras creencias o miraríamos de salvarnos? ¿Estarían ellas para salvarnos o, tendríamos que ayudarnos unos a otros?.

    JLDAVILA

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    10.

    EL PRIMER CONTACTO

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    Era una fría mañana de principios de enero cuando paseando por el valle con mi perro Ben, vi por primera vez lo que siempre me había negado a mi mismo que pudiera existir. Cuando lo vi podría haber imaginado cualquier cosa, un ciervo, un jabalí, etc. pero no, realmente mis ojos lo visualizaban.

    Me escondí detrás de unos matorrales, con la mano cerré el hocico de Ben, y pude observar como ese Ser se movía observando todo lo que había a su alrededor.

    Estaba comiendo unos frutos de un árbol cercano a mí, todavía no había amanecido del todo, aún se percibía el rocío de la mañana y la escarcha bajo mis pies, de repente no pude sujetar a Ben, que salió ladrando detrás de ese Ser que media algo más de dos metros, pero cuando llegó junto a él, de repente se tumbó a su lado.

    El Ser se agachó y empezó a acariciarle, Ben comenzó a lamer su rostro como si lo conociera de siempre, de repente ese Ser se dio cuenta de que allí había alguien más aparte de Ben, y salió corriendo -creo yo- porque en pocos segundos desapareció de mi vista.

    Ben volvió a mi lado pero sin apartar la vista de donde había estado él, volvimos a casa, yo me di una ducha y como todos los días desayuné, me preparé para llevar a los niños al colegio, dejar a mi mujer Margaret en su trabajo e irme yo al mío.

    Margaret trabaja como profesora de primaria en la escuela del pueblo, sus alumnos la quieren tanto o mas que yo, porque es una gran persona, aparte de ser una gran educadora, ella tiene dos carreras la de profesora, además la de psicologa, pero ella siempre me dice que cada dia aprende mas de sus alumnos que ellos de ella. A lo mejor por eso me case con ella.

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    Bueno mi tienda es una ferretería que está situada en el centro de Whitebig, un pueblecito al sur de Canadá, con solo 240 habitantes, en él hay una vía principal por la que circula todo el tráfico de paso, todas las casas tienen en sus fachadas diferentes colores, desde el rojo intenso al blanco como la nieve, el nombre del pueblo es debido a que estamos en una zona de grandes avalanchas, aunque de momento ninguna ha llegado a Whitebig.

    Los dos restaurantes que hay permanecían todavía cerrados, uno es el de Pietro, un italiano que llegó al pueblo desde Nápoles y abrió una pizzería que aquí tiene un gran éxito y el otro es el de Anthony, comido típica de Canadá y de EEUU. La verdad es que los fines de semana siempre están llenos porque la comida es deliciosa. Y durante la semana la pasan gracias a los viajeros y camioneros que pasan por el pueblo.

    En la iglesia del pueblo está el padre Martín, un sacerdote español que llegó para sustituir al padre Jonás por una temporada y lleva ya con nosotros diez años, es una maravillosa persona, ya que cualquier persona del pueblo le puede pedir un favor y si está en su mano buscara la manera de ayudarla.

    Luego tenemos al alcalde que es familia de la persona que fundó el pueblo ya hace 200 años, toda su familia siempre han estado al frente del ayuntamiento, no nos podemos quejar porque realmente siempre lo han hecho bien, según la historia del pueblo al principio eran cinco casas con solo 20 habitantes y en la actualidad ya contamos con más de cien casas.

    Y que vivir aquí en este pueblo es una virtud que pocos la tienen, y yo gracias a dios la tengo.

    Esta mañana cuando abrí la ferretería ya me esperaba Frank para recoger el pedido realizado el día anterior.

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    -Buenos días Albert, -me saludó al verme-.

    -Buenos días Frank, ¿Cómo estás?

    -Muy bien, ¿Tienes ya preparado el pedido que te encargué?

    -Si por supuesto, lo tengo en la trastienda, ve por la puerta de atrás y te echaré una mano.

    Frank recogió su ranchera y se dirigió a la parte posterior de la tienda.

    -Hoy hace más frío de lo normal –me comentó.

    -Si Frank tienes razón, aunque creo que hoy no van a subir mucho más las temperaturas debido a la nieve que cubre todo el valle.

    - Toma ¿es esto lo que vale todo no?

    - Si, espera que aun te sobra algo.

    -Bueno Albert gracias por todo, nos vemos luego.

    Estuve a punto de comentarle lo que me había sucedido esa mañana, pero no le dije nada por miedo a lo que pudiera pensar de mí. Todo el mundo sabe que soy una persona lógica, que no me creo nada fuera de lo normal, hasta ese día.

    Cerré la ferretería sobre las seis de la tarde como solía hacer siempre, por aquí oscurece pronto y sobre esa hora solo quedan abiertos los restaurantes y poco más. Cuando llegué a casa cenamos, y hablamos de como habíamos pasado el día. Después de la cena me dispuse a ir a dar una vuelta, esperando volver a ver a ese Ser misterioso que no había podido sacarme de la cabeza en todo el día, pero entonces Margaret me dijo que se había roto el triturador y ya no pude salir al bosque.

    A la mañana siguiente me levanté como cada día y me dirigí al valle con Ben con la esperanza de volverlo a ver, pero no hubo suerte, no apareció por ningún lado.

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    Era sábado y estaba cerrado el negocio hasta el lunes, cuando estaba llegando a casa después de pasear, de repente, Ben salió corriendo, al mirar en la dirección en que corría a lo lejos volví a verlo, pero como la primera vez lo perdí de vista y desapareció tras la casa, corrí hacia allí, pensado que se habría escondido por algún lugar, pero no lo pude localizar, solo encontré a Ben sentado mirando hacia el bosque.

    Decepcionado me dirigí al pueblo, pues había quedado con mi amigo Charles para ir de pesca, los sábados normalmente íbamos a pescar el salmón, un pez que abunda mucho en esta zona.

    El me esperaba en la cafetería de Luke, un hombre mayor al cual sus canas habían ganado a su juventud. La cafetería no lo había comentado antes, porque ella no cerraba en todo el día, estaba las veinticuatro horas abierta, es el refugio de muchos camioneros que pasan de madrugada por aquí y siempre encuentran algo para comer.

    Luke parece que nunca duerme, por que vayas a la hora que vayas siempre está al pie del cañón. Tengo que preguntarle algún dia cual es su secreto.

    Mientras nos tomábamos un café y un bollo, empezamos a hablar y bromeár, ¿a ver cuántos vamos a pillar hoy?, teníamos esa apuesta desde siempre, y es que, el que menos pescaba era el que se encargaba de preparar el fuego.

    Normalmente cuando volvíamos a casa hacíamos una buena barbacoa acompañados de nuestras familias, y con unas buenas cervezas frías en la mano, nos reíamos recordando las cosas divertidas que nos habían ocurrido durante la pesca.

    Al otro lado del bar había dos hombres que nunca había visto por allí, demasiado bien trajeados para la zona en la que vivíamos, ellos se acercaron a nosotros, pues éramos los únicos clientes en la cafetería, en ese momento.

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    -Buenos días somos Danny y Sullivan –se presentaron ellos-

    -Buenos días, encantados de conocerles, ¿Han venido a visitar el pueblo?

    -La verdad es que hemos venido a este pueblo por que nos habían dicho que se estaba muy bien por aquí, que era muy agradable la gente y queríamos saber si hay alguna cabaña por la zona que podamos alquilar o comprar. El pueblo es precioso y nos gustaría pasar con nuestras familias las vacaciones, disfrutar del campo, de la nieve y por supuesto como ustedes de la buena pesca.

    -Bueno, hoy está cerrado, podéis ir el lunes a ver a Nancy que tiene una inmobiliaria y ella seguro que tendrá algo de su gusto.

    -De acuerdo iremos el lunes, mientras pasaremos este fin de semana en el hotel. Muchas gracias por su atención.

    -No hay de qué, y si necesitáis algo cuando alquiléis la casa o para cualquier cosa podéis pasar por mi ferretería, que está al otro lado de la calle.

    -Vale, de acuerdo, en el caso de que necesitemos algo nos pasaríamos por allí.

    -Bien, pues hasta la vista, espero que disfruten su estancia en el pueblo, adiós.

    -Adiós.

    Aquellos dos tipos eran bastante extraños y la verdad es que no me convencía demasiado su historia, pero bueno a lo mejor era verdad que buscaban una cabaña para pasar sus vacaciones, nos despedimos de ellos y partimos hacia el rio a pescar.

    Donde nosotros íbamos era una zona de difícil acceso, por eso merecía la pena ir ya que siempre nos traíamos pescado para

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    toda la semana, los demás pescadores siempre iban a zonas de mas fácil acceso.

    Nosotros encontramos este lugar de casualidad hace unos años, desde entonces venimos aquí siempre a pesca salmónes.

    Llegamos al final del camino donde aparcamos el coche, y empezamos a andar unos quince minutos hasta llegar a las rocas y bajar por las piedras hasta la orilla, nos colocamos los trajes de agua, nos metimos en el río y empezamos a pescar.

    Charles tuvo más suerte, ya que fue el primero en pillar y en tan solo en un corto periodo de tiempo ya había pescado tres hermosos salmones y yo todavía no había cogido ninguno.

    Al cabo de seis horas, en total habíamos cogido veinticinco entre los dos, ¡ese día me había ganado Charles! , el pescó quince, nos dispusimos a volver hacia el coche cuando él me comentó:

    -Ayer por la noche escuché ruidos en el cobertizo y los animales estaban intranquilos, bajé a ver qué pasaba y cuando llegué al cobertizo no vi nada raro, pero estoy seguro de que alguien había entrado, porque la puerta estaba abierta y había huellas de pisadas, pero eran unas pisadas raras, no creo ni que fueran de una persona, probablemente deberían de ser de algún animal, aunque debo reconocer que no se dé cual ya que nunca las había visto antes, de todas formas eché un vistazo por la zona pero no vi nada.

    Al oírle hablar, el extraño Ser que yo vi me volvió a la mente, tal vez era el mismo que estuvo por el cobertizo de Charles, ¿qué podría ser?, ¿qué quería?, ¿qué buscaba? Muchas preguntas en mi cabeza, cada vez tenía más interés en saber porque estaba aquí ese Ser.

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    Volvimos a casa y empeze yo a preparar la barbacoa, pues por supuesto había perdido, y cuando ya teníamos preparadas las brasas, salió Margaret con los salmones que había limpiado y preparado que íbamos a comer, los demás ya los había guardado en la conservadora que tenemos, los colocamos en la plancha de rejilla, mientras se iban haciendo al fuego, -ya prácticamente estábamos a oscuras- , la mujer de Charles me comentó:

    - Te ha comentado charles los que nos sucedió ayer por la noche en el cobertizo.

    - Si charles me ha comentado algo. - Esto ya nos ha sucedido varias veces y estoy

    verdaderamente un poco asustada, temo que ese animal o lo que quiera nos pueda hacernos algún daño.

    - Pues no lo sé Caty, espero que sea lo que sea no se os vuelva a acercar por vuestra casa, pero si os pasa de nuevo avisarme yo vendré enseguida.

    - Gracias , Albert.

    El domingo por la mañana como cada semana me levanté un poco más tarde, saqué a Ben y me fui a dar una vuelta por el valle con los primeros rayos del sol, paseando me fije que en un lado del camino había una caja extraña, me acerqué y la cogí, en su exterior tenia dibujadas unas figuras que nunca antes había visto en mi vida, al empezar a darle vueltas la caja se abrió y dentro me encontré con un anillo, de repente apareció él, y me señaló el anillo como diciendo que me lo pusiera, así lo hice, me lo puse y empezó a hablarme.

    -Hola, -dijo ese Ser, con voz suave- si no te hubieses colocado el anillo no podríamos hablar porque no me entenderías.

    -Me llamo Nistaus –siguió diciendo- provengo de un galaxia llamada Arpaus, muy lejana a la vuestra, he llegado a vuestro planeta hace ya varios meses según vuestro calendario, pero no

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    he sido el primero que ha llegado aquí, varios compañeros míos han venido pero hemos perdido la pista, han desaparecido sencillamente.

    -y tú, ¿has venido buscándolos?

    -Si.

    -¿Por qué te has fijado en mi y no en otro?

    -Te he visto paseando con tu perro desde hace tiempo y me has parecido buena persona, además veo que cuidas la naturaleza.

    -¿Por qué realmente has venido o habéis venido a nuestro planeta?

    -Hemos venido a investigar vuestro planeta, porque nos hemos dado cuenta que durante este siglo lo habéis estropeado de tal manera, que la naturaleza os va a dar un gran susto en el cual la humanidad va a desaparecer si no lo remediáis lo antes posible.

    - Además de todo esto que te he contado, es que me gustaría que me ayudases a encontrar a mis compañeros si es que están vivos aun, porque no sé donde están. Ellos, como yo, llevan un dispositivo de localización, pero mi localizador solo aparece una señal, la de Ligraf, él es mi hermano, estuve donde aparecía su localizador, su señal la localizo en un almacén no muy lejos de aquí, pero él no estaba allí, busqué por todas partes pero no encontré nada que me pudiera dar pistas sobre él.

    A mí me temblaban las piernas, pero Ben estaba de lo más tranquilo, se limito a sentarse al lado de él y con el hocico llamaba la atención de vez en cuando para que lo acariciase.

    Nistaus empezó a acariciarle, mientras seguía hablándome de cómo era su planeta.

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    -En el planeta desde donde vengo hay dos soles Yar y Fíen son un poco más pequeños que el vuestro. Mi planeta se llama Daewour es un lugar como mucho verde y muchos animales la mayoría recogidos en varias galaxias, de vuestro planeta es del que mas tenemos, porque vemos que vosotros no sabéis apreciar lo que tenéis y empiezan a extinguirse, nos llevamos diferentes clases, seguro que tenemos animales que nunca has visto porque aquí ya se han extinguido.

    -Las casas en Daewour son hechas con productos naturales, y las justas para poder vivir y no como vosotros con grandes estructuras, que hacen que la naturaleza desaparezca y solo queden piedras donde antes había belleza y lo más triste es que hay una gran mayoría que están vacías.

    -De todas formas la mayoría de los hombres nacen con un poder destructivo y con gran afán de conseguir grandezas sin pensar en las consecuencias, ¿qué dejarán en herencia a sus descendientes?, pues como tú sabes este planeta se está poco a poco muriendo, y creo que aún hay tiempo de salvarlo.

    -La verdad es que yo me ofrecí voluntario a esta misión porque quería encontrar a mi hermano, que como te he dicho desapareció hace cinco años y tengo la esperanza de encontrarlo vivo.

    Yo le miré y en mi cabeza me di cuenta de que en nuestro planeta hay cosas maravillosas por las que merece la pena luchar y no dejarlas morir, en lo que me había dicho llevaba toda la razón, entonces le dije:

    - Cuenta conmigo, te ayudaré, pero creo que nosotros dos no podemos solos, tengo amistades que nos podían ayudar, cuando sea necesario se lo pediremos, de momento no sería bueno llamar la atención, creo que lo más conveniente es que busquemos un lugar en el cual no te puedan encontrar, piensa que tú no eres como nosotros.

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    El media dos metros, no tenia pelo y sus facciones no eran comunes, andaba algo curvado, sus ojos eran más grandes de lo normal, no tenía ni pestañas ni cejas, su nariz era casi chata, su boca era lo único que podía pasar desapercibido, pero con eso solo no era suficiente, su cuerpo tenía una piel de color grisáceo y sus dedos era más largos que los de un pianista, sus pies seguro que podían calzar un 60 como mínimo.

    El me miro y me dijo:

    - No te preocupes yo puedo pasar desapercibido.

    - yo, realmente extrañado, le pregunte: -¿Cómo?,

    -Tengo este brazalete que cuando lo llevo puesto la persona que me mire, me verá como una persona normal.

    -Pues entonces no hay problema puedo decir que eres un pariente lejano que has venido a visitarme y puedes estar entre nosotros sin ninguna dificultad.

    -Pero, ¿si puedes hacerlo, cómo no lo has hecho antes?, -añadí yo extrañado-

    El me contesto.

    -Yo quería que me vieras tal y como soy, y que comprendas que puedo estar en peligro si se descubriera lo que soy, no quiero engañarte y que sepas la verdad desde el principio y que no te lleves ninguna sorpresa.

    -Ven conmigo que quiero enseñarte una cosa.

    Nos dirigimos hacia el interior del bosque hasta una zona rocosa, cuando llegamos al lugar que me llevo, mi asombro fue alucinante de repente apareció ante mí una nave de grandes dimensiones no era como siempre describimos un ovni, era alargado como un avión lo que más ancho y muy plano.

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    De repente se encendió una luz en la nave y por ella accedimos a su interior, era tan grande que creo que me podía perder, pero él estaba acostumbrado a ella, como yo en mi casa.

    Fuimos por un pasillo que había a la derecha hasta el centro de mando de la nave, me creía que estaba viendo una película de spielberg pero no era tan real como la vida misma.

    -Siéntate en ese sillón y pasa la mano por encima de esas luces que hay a tu izquierda. Ya esta activado todo, por que si quisieran poner la nave en funcionamiento no lo harian, por primero deberían, pasar la mano por ese panel y pensar desde su interior que se active, nosotros lo tenemos ya bastante de mano, inténtalo.

    Le hice caso y de repente el frontal de la nave apareció todo el paisaje del valle. Al parecer accione lo que era unas ventanas para ver lo que había en el exterior, aparte se empezaron a encender pantallas a mi alrededor con números y signos que yo desconocía. ¿Para qué eran?, yo estaba alucinando pero él se reía o me imagino que lo hacía porque lo hacía de una forma bastante peculiar.

    -Crees que yo podría manejar esta nave.

    -Creo que antes tendría que enseñarte a dominar la mente para poder dominar la nave,

    -Nosotros con los años hemos aprendido a dominarla, también hemos aprendido a hablar telepáticamente, piensa que vosotros no tenéis desarrollada la mente y tan solo utilizáis un diez por ciento de ella.

    -Nosotros hemos aprendido a utilizar casi un setenta por ciento.

    -Que edad tienes Nistaus.

    Nistaus me miro, y pensando un poco, me dijo:

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    -Según vuestro planeta noventa, según el mío doscientos, pero como te he dicho hemos aprendido muchas cosas, tanto desarrollar la mente como en diferentes materias, una de ellas el poder ser más longevos cuidándonos y tratando al cuerpo de otra manera, aparte de desarrollar unas vacunas, que hacen que nuestras células se recuperen y podamos vivir más años, pero también morimos. Las células de vuestro cuerpo se mueren antes y no se recuperan con la edad, y la diferencia de edad entre vosotros y nosotros, es porque los años aquí son más largos que los de nuestro planeta, aquí tenéis trescientos sesenta y cinco días, mientras que en el mío solo tiene ciento sesenta y cuatro días.

    -Cuantos años podéis vivir.

    - Según, si nos regimos por vuestro calendario unos doscientos años, piensa que nosotros prácticamente no tenemos enfermedades por no decirte ninguna, nos vacunan recién nacidos contra todas las que conocemos, como vosotros aquí en la tierra también lo hacen durante las primeras etapas de vuestra vida.

    -Nosotros no hemos contaminado el planeta como lo estáis haciendo vosotros, aunque nuestro planeta es muy parecido al vuestro, la energía de nuestras naves no perjudica nada a nuestra atmosfera, porque utilizan como energía un mineral que extraemos del subsuelo de la tierra y que no produce ninguna contaminación, y nos da la suficiente energía para que funcionen toda clase de naves ya sean terrestres o no.

    -Este mineral se llama Orik y hay en gran abundancia en nuestra galaxia sobre todo en el planeta Dinsot que está muy cercano al nuestro. Pero ya te contare todo lo que me quieras preguntar sobre mi planeta más adelante lo que no podemos es tener la nave al descubierto como la tenemos ahora, me preparo y nos vamos, quédate si quieres mirando la pantalla de la derecha, podrás ver mapas estelares que aunque no los entiendas al menos te entretendrás mientras hago unas cosas, no tardo.

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    Se fue y yo me quede no solo mirando la pantalla que flotaba en el aire si no todas las que estaban encendidas, estaba alucinando pero no quería tocar nada a ver si la podía armar gorda.

    Yo estaba de espaldas a la puerta a la cual accedimos al centro de control, escuche la puerta abrirse, al girarme vi a una persona como yo,

    - Nos vamos.

    - casi me gusta más de la otra forma, jajajajaja, le dije.

    Salimos al exterior de la nave, de repente desapareció delante de mis ojos. Ben no se separaba de Nistaus, al parecer se entendían muy bien los dos.

    Nos dirigimos a casa, cuando entramos llame a Margaret, se asomo con cara de sueño pues se había levantado hacia poco y estaba preparando el desayuno, entonces le dije cielo ha venido un primo mío desde EEUU y que hacía muchos años que no veía a llegado a pasar unos días con nosotros.

    Ella se acerco y los presente el es Nistaus ella es mi mujer Margaret y estos son mis hijos Damián y Sara, se dieron un beso y nos sentamos a desayunar, el solo tomo un zumo de naranja que recién había exprimido ella, y unas tortitas con mermelada.

    -Mira te ha traído un anillo, venga póntelo.

    Ella se lo puso enseguida.

    -Gracias Nistaus, es muy bonito.

    -De nada Margaret.

    Margaret nos vamos a dar una vuelta para enseñarle todo esto.

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    -No vas a venir a misa hoy.

    - ¡Hoy!, no, hoy es un día muy especial para mí, y creo que por un día que no vaya no va a pasar nada.

    Ella sonrió y me dio un beso.

    -Bueno no pasa nada, que os lo paséis bien. Pero acuérdate que hoy había que arreglar la puerta del establo. Me imagino que vendréis a comer.

    - Claro que vendremos a comer, solo vamos a dar una vuelta.

    - Nistaus te va a gustar todo esto si vienes de una gran ciudad esto te parecerá un paraíso. Bueno hasta luego. Dijo Margaret.

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    LA BUSQUEDA

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    Cogimos el coche y le pregunte a Nistaus que donde nos tendríamos que dirigir, según él estaba a unos cien kilómetros, cogimos rumbo al lugar, cuando llegamos vimos que el paso estaba cerrado por una valla, con una señal que ponía propiedad privada no acceder.

    Así que aparcamos el coche un poco más atrás y saltamos la valla cerca de unos árboles que era donde podíamos saltar más fácilmente, seguimos el camino unos tres km hasta llegar al lugar.

    Vimos una cabaña, junto a ella un establo, lo estuvimos observando varios minutos por si hubiera alguien por la zona, cuando estuvimos seguros de que no había nadie nos dirigimos hacia él.

    Accedimos por una puerta lateral los rayos del sol entraban por los huecos de la madera y estuvimos registrando palmo a palmo el lugar cuando ya estábamos a punto de irnos Nistaus vio como algo de metal en el suelo tapada por una caja la apartamos.

    Había una trampilla cuadrada en el suelo con dos argollas la levantamos y vimos unas escaleras que bajaban, descendimos por ellas.

    Estaba muy oscuro, no se veía nada.

    - Voy a buscar una linterna al coche.

    - no importa Albert.

    Saco de sus bolsillos una artefacto que ilumino el sótano como si se tratase de un montón de lámparas más bien parecía de día en su interior.

    Después de revisar aquel sótano, vimos una puerta de madera detrás de una estantería, pero al abrirla nuestra sorpresa fue

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    que detrás de ella había otra metálica con un panel al lado con números y con una pantalla digital.

    La mire, y pensé lo tenemos difícil si no tenemos la combinación

    El se sonrió.

    - No hay problema.

    - Me has leído la mente Nistaus.

    - Si.

    Puso la mano sobre el panel y empezaron los números a correr como locos y de repente se pararon marcando una numeración de ocho dígitos.

    La puerta se abrió, dentro era todavía más oscuro que en el sótano pero no había problema teníamos luz. Nos adentramos, estábamos en una sala, a la derecha vimos un ascensor, pulsamos el botón, pero no funcionaba, buscamos por la sala a ver si había algún cuadro eléctrico que nos pudiera dar luz, y que pusiera el ascensor en marcha, tuvimos suerte, detrás de un cuadro enorme había un cuadro que accionaba no solo el ascensor si no toda la luz del lugar.

    Pulsamos el botón del ascensor y cuando se abrieron las puertas entramos y vimos un panel en el cual nos indicaba que podíamos acceder a ocho plantas, ¿a qué planta nos dirigiríamos primero?

    Nistaus pulso a la octava me miro.

    -Te parece bien si empezamos de abajo hacia arriba.

    Yo sonreí, cuando llegamos a la octava planta se abrieron las puertas y aquello era un laberinto de pasillos con muchas puertas, lo mire.

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    -¿Por donde empezamos? si todas las plantas iguales no creo que nos baste todo el mes para recorrer todo este complejo subterráneo

    - Pues empecemos, venga manos a la obra vamos.

    El puso su detector en marcha, me miro.

    - La señal es débil en esta planta no creo que pueda estar en esta planta, podríamos ir subiendo a otra planta a ver si tenemos suerte.

    - Ya que estamos aquí vamos a echarle un vistazo.

    - Mejor darse prisa por si acaso, no vamos a tener suficiente tiempo y mi prioridad es buscar a mi hermano.

    -Llevas razón, sigamos.

    La señal fue muy fuerte en la tercera planta salimos del ascensor y fuimos por el pasillo de la izquierda al llegar a la puerta donde la señal era muy fuerte, abrimos la puerta y vimos que era un almacén con muchas cajas la sala era enorme creo que media más de cien metros cuadrados.

    Entonces nos miramos y empezamos a revisar todas las cajas nos pasamos algunas horas hasta que encontremos el dispositivo.

    -Lo encontré, ahora falta encontrar a mi hermano pero presiento lo peor, ahora por donde lo buscamos.

    -Pues no lo sé, me magino que el gobierno tiene algo que ver con todo esto, pero no sé, si es nuestro gobierno u otro, pero tengo un buen amigo de la infancia, es un congresista, le preguntare a ver si nos puede ayudar aunque es un poco delicado decirle quien eres por lo deseque habrá que decirle la verdad para averiguar algo.

    Nistaus me miro.

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    -Que te parece si decimos que hemos encontrado este lugar y nos gustaría saber de qué va todo esto.

    -Prefiero decirle la verdad el me debe la vida, por que cuando éramos pequeños nos pillo una avalancha yo tuve suerte de que solo me pillara de refilón pero el quedo sepultado pero lo localicé enseguida y con mis manos lo pude sacar.

    -No te preocupes mañana llamare a Edwards y hablare con él, ahora vámonos antes de que venga alguien.

    Nos dirigimos al ascensor nos subimos en él, y cuando salíamos del ascensor escuchemos unos ruidos que provenían de la parte de arriba, vimos como unas sombras entre las rendijas de madera, solo nos podíamos esconder detrás de los sofás y con la suerte de que no nos vieran.

    Nistaus pulso el botón de ascensor a la octava planta, nos escondimos detrás de los sofás y entraron los dos hombres que el día anterior habían estado en la cafetería hablando conmigo, ya me imaginaba que no solo buscaban cabaña.

    Cuando ellos se acercaron al ascensor se dieron cuenta de que alguien había estado allí.

    -Ha entrado alguien, mira están en la octava planta, vamos a ver quiénes son y que hacen aquí, pues este centro de investigación está cerrado desde hace tres años, y solo queda alguna documentación, pero lo demás esta vacio ya le dije a Steve que había que hacer desaparecer todo esto pero el siempre dice que algún día podríamos necesitarlo pero bueno.

    Entraron dentro del ascensor y desaparecieron de nuestra vista nosotros aprovechamos para salir corriendo de allí. Llegamos al coche nos subimos y nos dirigimos al pueblo, con el gran alivio de haber escapado por los pelos.

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    Nos paramos a recoger a Margaret y a los niños y nos fuimos a casa a comer.

    -Que tal te ha gustado todo esto Nistaus.

    -Si es un lugar precioso, a lo mejor me lo pienso y me vengo a vivir aquí.

    -No sería mala idea. De que trabajas.

    - Trabajo en el centro espacial, en la NASA.

    - Que interesante.

    - ¿Tienes familia?

    - Si, mi mujer y tres maravillosos hijos, dos niños y una niña.

    - ¿y cómo no han venido contigo?

    -Pues porque yo tenía unas pequeñas vacaciones y he aprovechado a venir a ver a Albert.

    Pase la tarde arreglando la puerta del establo, Nistaus por su puesto me ayudo.

    A la mañana siguiente llame a Edwards le dije que quería verle para tratar un tema de suma importancia y enseguida me dijo que cuando quisiera, que pasase por su despacho.

    En la ferretería esa mañana hubo bastante gente, pero a media mañana aparecieron los dos tipos aquellos del establo.

    -Buenos días veníamos a ver si tenían cañas de pescar, linternas, también necesitamos una caja de herramientas, pintura, tornillos, clavos.

    -Sabe hemos comprado la cabaña que hay junto al desfiladero, pero hay que arreglarla un poco porque está en mal estado.

  • EL SER

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    - Pues no os preocupéis aquí tenemos de todo y si aquí no lo encuentras ya tendría que pedirlo a la ciudad, solo que tendríais que esperar dos días.

    -Bueno vamos a mirar lo que necesitamos, gracias.

    Mientras miraban me habían dado una lista con el material que necesitaban.

    Les preparamos todo el material que nos pidieron y les ayudamos a cargarlo en su todo terreno negro, cuando abrieron el portón trasero me fije en la parte delantera donde están todos los mandos del coche y verdaderamente todo lo que llevaban parecía más un avión que un coche.

    Entramos de nuevo en la ferretería y nos quedamos mirando,

    -Porque no les seguimos a ver si nos dan alguna pista de quiénes son y qué es lo que buscan.

    - No creo que descubramos nada, pero vamos a ver si hay suerte.

    Les estuvimos siguiendo varios kilómetros a una distancia prudente, se metieron por un camino que iba hacia la montaña donde estaba la cabaña de los Thompson, ahora por lo visto se la habían comprado o alquilado.

    Los Thompson siempre estaban de viaje eran un par de jubilados que viajaban mucho prácticamente no residían en ella.

    Nos paramos unos cientos de metros antes de llegar a la cabaña, nos bajamos del coche y a través del bosque llegamos a ella, estuvimos observando cómo descargaban todo lo que habían comprado en la tienda, cuando habían terminado bajamos por la parte trasera de la cabaña, miramos por una ventana, me quede perplejo con todo lo que vi por que Nistaus estaría acostumbrado a ver una tecnología superior a la nuestra, el comedor era prácticamente una sala con pantallas, ordenadores y todo tipo de tecnología punta para nosotros.

  • EL SER

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    Dentro de él habían siete personas, fue las que yo pude contar, tenían la ventana un poco abierta y escuchamos la conversación por teléfono que nos imaginamos que hablaba con algún superior, del que se presento como Danny.

    - Hola soy yo aun no hemos averiguado donde han podido aterrizar, pero creemos que no muy lejos de la zona seguiremos investigando esta noche saldremos a rastrear por el sector veintiuno a ver si tenemos suerte, porque el ultimo aterrizaje fue más rápido de localizar, pero creo que pronto los localizaremos, con el nuevo juguete que nos ha proporcionado el ultimo que aterrizo, a ver si nos proporciona algo más de esa tecnología tan alucinante que tienen. Bueno hasta mañana a la misma hora a ver si ha habido algún resultado, adiós.

    El se dirigió en voz fuerte hacia los demás.

    -Esta noche vamos al sector veintiuno solo nos quedan diez mas, a ver si termina pronto esto y nos vamos a casa, que voy a cogerme unas vacaciones merecidas.

    Ya eran las tres de la tarde y a las cinco empezaría a oscurecer, volvimos para abrir la tienda a las cuatro y estuvimos hasta las seis que cerramos.

    Entonces nistaus me empezó a preguntar:

    -¿Cual será ese sector del que hablaba?

    -Pues no lo sé.

    -Entonces tendríamos que ir a la nave cuando cierres a ver si esa zona es la que decían.

    - Pues no te preocupes nos acercaremos.

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    Cuando cerramos nos dirigimos donde estaba la nave, no se veía nada en especial, subimos a ella, de repente se activo una clase de señal en el panel principal indicando movimiento en el exterior.

    -Han localizado la nave, al parecer debe ser este sector del que hablaban.

    De repente la nave volvió a ser visible, sin yo saber el porqué, Nistaus se exalto.

    -El aparato que le quitaron a mi hermano es un dispositivo que se llama RHO, que es un activador de la invisibilidad de las naves y también da acceso a ella.

    -Nos han descubierto, siéntate ahí al lado mío, que vamos a despegar.

    No me lo podía creer iba a viajar con una nave extraterrestre, a mí que no me gusta nada viajar en avión, siempre iba en coche donde tuviéramos que ir.

    Preparo la nave y en pocos segundos despegamos ante la mirada de aquellos hombres, no sé qué tiempo transcurrió entre despegar y ver Canadá a mis pies, creo que los pies se me subieron a la cabeza, pero lo mismo que tenía miedo al avión estaba muy tranquilo en aquella nave.

    Nistaus se giro.

    - Tenemos que buscar algún lugar que les sea difícil encontrarnos creo que el mejor sitio seria junto al establo donde estuvimos, no creo que usen el aparato allí.

    -Buena idea Albert, el problema es que sabrán por mi furgoneta quien soy, déjame en casa y yo iré con Ben a buscar el coche y hare como si yo lo hubiese dejado por allí, luego iré a buscarte donde está la valla.

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    Me dejo cerca de mi casa y fui a buscar a Ben lo cogí y nos fuimos al valle, deseaba que no hubiesen encontrado el coche, pero me equivoque, al llegar ya estaban registrándolo. Yo había cogido uno poco de leña para despistar.

    -Buenas noches sr Albert. Yo le respondí con el mismo saludo.

    -Sr Danny ¿que hace por aquí y esos hombres armados?

    -¿No habrá visto alguna cosa rara por aquí?

    -Pues no, estaba paseando con mi perro como hago todas las noches.

    El me miro.

    - ¿Pasea con su perro con el coche? ¡Que forma mas rara de pasear a los perros no!

    - Pues no, como ve he venido a recoger un poco de leña para pasar la noche que ya son frías de por sí, me había quedado casi sin leña para pasar la noche y como he tenido mucho trabajo en la tienda, no había tenido tiempo.

    Pero de todas formas le volví a preguntarle.

    -Pero ¿Ud. Que hace por aquí?

    - Somos del FBI, estamos aquí en una investigación de un hombre peligroso que se ha fugado de EEUU y con la ayuda de la policía canadiense hemos averiguado que esta en esta zona.

    - Recientemente ¿ha visto alguna persona nueva en el pueblo?

    - Yo no, solo he visto la misma gente de siempre, bueno si, en verdad han venido gente nueva al pueblo, Uds.

    Con una sonrisa irónica me subí al coche y me disponía a partir cuando se acerco a la ventanilla.

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    -Por favor no comente esto con nadie, la persona que le he dicho esta armada y es muy peligrosa. Estaremos en contacto, buenas noches.

    Rápidamente me dirigí a buscar a Nistaus, cuando llegue el me esperaba entre unos árboles junto a la valla.

    - Sube Nistaus, ahora te cuento.

    - Ha habido algún problema.

    - Creo que no, me pienso que se ha tragado lo que les he dicho, pero deberemos de ir con más prudencia a partir de ahora, mañana llamare para quedar con mi amigo haber si podemos ir a verlo, cerrare un par de días la ferretería e iremos a Ottawa a ver a Edwards.

    A la mañana siguiente a primera hora llame a Edwards.

    - Hola soy Albert necesito verte hoy sin falta.

    - Hoy tengo mucho trabajo, pero sobre las doce te hare un hueco e iremos a comer.

    - Llevare a un amigo, que quiero que conozcas.

    - Te dejo, nos vemos luego Albert.

    Nos fuimos al aeródromo, deprisa para coger el vuelo hacia Otawa.

    Despegamos del pequeño aeródromo cerca del pueblo y aterrizamos en Ottawa sobre las once y media de la mañana, cuando llegamos al aeropuerto nos esperaba un coche, subimos en él y nos llevo hasta el congreso.

    Nistaus y yo subimos hasta su oficina, nos recibió su secretaria y nos dijo que esperáramos un momento que nos recibiría enseguida, estuvimos unos diez minutos esperando hasta que nos dijo su secretaria que pasáramos, entramos y nos dijo Edwards que nos sentáramos.

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    Presente a Nistaus y nos sentamos.

    -Solo es un minuto.

    - Bueno Albert que es esa cosa tan importante que me tenias que comentar, queréis tomar algo, un café, un whisky.

    - Ahora mismo, no gracias.

    - Pues bueno cuéntame.

    - Bueno es un poco complicado pero lo mejor es que te lo explique Nistaus.

    - Pero antes ponte este anillo, que te he traído.

    -¿Por qué? no hacía falta, aunque es muy bonito.

    - De todas formas gracias.

    - Pues dime lo que quieres.

    - Como te lo podría explicar para que creas lo que te voy a contar, mira soy del planeta Doewur y hace cinco años mi hermano llego aquí a vuestro planeta, en una misión pero desapareció y yo lo llevo buscando aquí hace tiempo, y lo único que he encontrado es un dispositivo de localización en un zulo como vosotros lo llamáis, que estaba debajo de un establo, cerca del pueblo de Albert. Me dijo Albert que tu nos podrías ayudar a saber donde esta mi hermano.

    Edwards Lo miro y se empezó a reír.

    - Albert ¿esto sera una broma no? ¿para esto me haces perder el tiempo? siempre has sido gracioso, pero esto lo supera.

    - No es una broma, Nistaus demuéstrale como eres en realidad.

    Nistaus cambio a como era en realidad, Edwards al verlo quiso gritar pero de la impresión solo pudo decir:

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    - Ahora el que necesita la copa soy yo.

    Temblando todo su cuerpo, empezó a beber su copa de whisky.

    -Hablas muy bien nuestro idioma.

    -Si no te hubieses puesto el anillo no lo podrías entender.

    - Albert me podrías haber avisado.

    - Como quieres que te lo dijera por teléfono, si no me hubieses creído. Puedes ayudarnos a encontrar a su hermano.

    - Moveré algunos cables y cuando sepa algo te lo digo.

    -Mientras tanto ¿ya tenéis algún hotel?

    - La verdad es que no, tenemos que buscar uno.

    - No te preocupes, mi secretaria os buscara uno, los gastos corren por cuenta mía.

    - Muchas gracias Edwards.

    Cuando salimos la secretaria ya nos tenía preparado la reserva del hotel y nos quedamos a dormir en el, invitados por Edwards. A la mañana siguiente nos llamo.

    Hablando muy bajo, sin casi poderle entenderle, empezó a hablarnos.

    - Esto es más peligroso de lo que me podía imaginar, solo te puedo decir que te dejo un disco en la casa donde estuve cuando llegue a Ottawa, la llave sabes donde esta, recógelo lo antes posible, dentro del hay toda la información que he podido conseguir, ah, recuerda nuestra canción.

    - Intenta no llamarme en un tiempo por favor, no puedo hacer nada más por vosotros, porque mi vida puede estar en peligro.

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    - No te preocupes, hoy mismo partiré hacia el pueblo. Te llamare dentro de un tiempo prudencial, Edwards, gracias por todo.

    Nos dirigimos hacia la primera casa que tubo Edwards en Ottawa cuando salió elegido congresista, cuando llegamos, recogí la llave debajo de una maceta que tenía en el portal, entramos y fui buscando el discman que tenía, fue un regalo que le hice, en el cual escuchábamos las canciones de nuestros tiempos jóvenes, estaba dentro del mueble del comedor, dentro del discman estaba el Cd que me había dicho Edwards, lo cogí, de repente Nistaus miro por la ventana y me dijo:

    - Date prisa, creo que tenemos compañía, hay un par de coches ahí aparcados que no me gustan y han salido de el varios personajes demasiado bien vestidos.

    - No te preocupes, saldremos por la parte de atrás.

    En la parte de atrás había unas escaleras de contraincendios, cuando íbamos a salir vimos que empezaban a subir por esa escalera un par de individuos, la única posibilidad era subir y es lo que hicimos. Ellos al vernos subir, se dieron más prisa. Llegamos a la terraza, empezamos a correr hacia el edificio de al lado, fuimos saltando hasta que encontramos un puerta abierta y empezamos a bajar a toda velocidad.

    Cuando llegamos a la calle vimos muy cerca a otros cuatro hombres corriendo hacia nosotros, fuimos calle abajo hasta que llegamos a un parque situado hacia el norte de de la ciudad llamado Confederación Park, pasamos el rio Ottawa , después de mucho correr, pudimos despistarlos un momento, cogimos un taxi, para que nos llevara al aeropuerto.

    Llamamos al piloto desde el taxi para que pusiera todo a punto y que cuando llegáramos pudiésemos despegar enseguida.

    A la llegada al aeropuerto nos dirigimos hacia el aparcamiento de las avionetas, pasamos el filtro, el piloto nos esperaba con los

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    motores en marcha, subimos nos sentamos y el piloto pidió permiso a la torre para poder despegar, le autorizaron enseguida el despegue, volvíamos a casa esquivando el primer envite serio con ellos.

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    LO ENCONTRAMOS

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    Aterrizamos, nos dirigimos hacia la ferretería para ver en el ordenador el disco que me había dejado Edwards, entramos por la parte de atrás, accedimos a la oficina, encendí el ordenador e introduje el disco.

    En el disco había unas coordenadas y un mensaje el cual decía:

    Albert siento no poder ayudarte mas, es lo único que han encontrado mis informadores, espero que te sea de gran ayuda, de todas formas te estás metiendo en zona muy peligrosa, ten cuidado.

    Las coordenadas que te he dado están en ALASKA en una zona que al parecer debería estar desierta pero por lo visto no lo esta, suerte amigo mío.

    Las coordenadas 69° 19' 5.9514"- 161° 27' 18.2802", que me dio teníamos que buscarlas, además no sabíamos lo que nos encontraríamos allí, teníamos que ir con mucha precaución.

    Así que no esperamos mas, recogimos algunas cosas de la ferretería que nos podrían hacer falta, nos dirigimos a casa a preparar algo de ropa, porque seguro que por ahí arriba iba a hacer más frio que por aquí. Le dije a Margaret que nos íbamos un par de días de excursión.

    A la mañana siguiente recogimos algunas provisiones de casa para despistar, metimos todo en el coche y dándole un gran beso a Margaret le dije que nos veríamos en un par de días.

    La verdad es que no sabía si iba a volverla a ver, esperaba que si, por que la quería más que a mi vida, pero lo que íbamos a hacer era bastante peligroso y porque no una locura, pero en ese momento es lo que tenía que hacer.

    Sonó el móvil en el momento que íbamos a arrancar el coche.

    -¿Señor Albert Conrad?

    -Si soy yo dígame.

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    -Soy Bill Graham, periodista Del Ottawa business journal.

    -Encantado, dígame.

    -¿Estuvo ayer en el despacho del congresista Edward norton?

    -Si, por, le dije con voz preocupante.

    -Veo que no lo sabe, por la contestación que Ud. me ha dado.

    -¿Que ha pasado?

    -El congresista Edwards Norton sufrió un aparatoso accidente con su coche ayer por la tarde, murió en el acto, he preguntado en su oficina las personas que estuvieron ayer, aunque no me han dado ninguna respuesta.

    -Edwards le nombro en la conversación que tuve con él, cuando estuvo Ud. en Ottawa. No ha sido un accidente, lo han asesinado, pregunte a la policía, por lo visto se ha detectado que se había roto el tubo de los frenos y en una curva salió dando trombos hasta estrellarse contra un árbol.

    Dios, es lo primero que salió de mi boca, en ese momento pensé que él había muerto por mi culpa.

    -Y ¿Que quiere de mí?.

    -Sé que era amigo suyo y también me comento Edwards que Ud. había ido por un problema.

    -Si fui por un asunto personal, que a Ud. No le incumbe.

    -Sr Albert se a lo que fue, hace tiempo que se que hay entre nosotros personas que no son de aquí. Ya me entiende, yo le puedo ayudar más de lo que se imagina. Si le va bien me gustaría reunirme con Ud. hoy si fuera posible y le explicaría algunas cosas de gran ayuda.

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    -Es que hoy salgo de excursión y no volveré antes de un par de días.

    -Mire La fuente que el Sr. Edwards tenia y toda la información que Ud. posee se la di yo.

    -Se donde van a ir, sería mejor que se reuniera conmigo. Yo llegare esta tarde sobre las tres. Le aseguro que la ayuda que le brindo valdrá la pena.

    -Pero como se yo que Ud. no me está mintiendo.

    -Se que les estuvieron persiguiendo por las calles de Ottawa.

    -No sé si confiar en Ud.

    Y después de una pequeña pausa pensando si podía ser una encerrona o no, me dije porque no.

    -Vale le recogeré sobre las tres en el aeródromo.

    -Nos vemos esta tarde.

    -Adiós.

    -¿Qué pasa? Me pregunto Nistaus.

    -Han asesinado a Edwards, esta tarde tenemos que recoger a un periodista llamado Graham, según él es el que nos ha proporcionado toda la información que tenemos.

    -¿Te fías de él?

    -No lo sé, pero veremos la ayuda que según él nos ha dado, además de la que según dice tiene.

    Esa tarde a las tres y cuarto aterrizaba, la avioneta que traía a Graham, nos acercamos a las escalinatas, a una distancia prudente, no sabíamos su aspecto esperábamos que él, diese alguna muestra de que nos buscaba.

    Bajo, y enseguida nos dimos cuenta de que era él, porque al bajar empezó a mirar a ver si nos veía. Nos dirigimos hacia él.

  • EL SER

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    -¿Sr Graham?

    -¿Sr Albert?

    -Le presento a Nistaus.

    El periodista se quedo un poco extrañado por su nombre.

    -Encantado sr Nistaus.

    -¿Donde podemos a hablar tranquilamente?

    -Podemos ir a una cafetería cerca de aquí.

    Llegamos a la cafetería, nada mas sentarnos, llego la camarera, que se le veía muy dispuesta a servirnos lo que pidiéramos, pero en su rostro se le notaba el cansancio de estar todo el día de pie sirviendo a sus clientes.

    La cafetería tenía unos grandes ventanales los cuales se podía ver varios camiones estacionados en el parking que tapaban un poco el bonito paisaje del lugar.

    Pedimos unos cafés, unos trozos de tarta y empezamos a hablar.

    -Dígame Sr. Graham, que cree en lo que nos puede ayudar.

    -Edward me pregunto, si yo sabía algo, sobre el tema al que fue Ud. allí, en caso contrario, que intentara averiguar lo que pudiera, él me comento que un amigo suyo llamado Albert, quería saber, algunas cosas relacionadas sobre la información la cual posee ahora. Edwards me dio su teléfono por si acaso le pasara algo a él, no se equivoco el pobre. Después del accidente, no sabía si llamarle o no, pero como periodista busco la verdad de las cosas.

    -Bueno di todo lo que sabes Bill, te puede llamar así.

    -Si claro, yo a ti Albert no, supongo.

    -Sí, claro. Empieza, cuéntanos.

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    -Hace unos años, me entere por una fuente bien situada que había habido algunos aterrizajes de ovnis, que habían entrado en contacto, pero que también habían cogido a algunos para estudiar su anatomía, y que se los habían llevado a unas instalaciones secretas del gobierno de los EEUU. Lo que me entere hace poco donde estaba situada las instalaciones.

    Pero sé que las medidas de seguridad son fuertes, por que la tecnología aplicada a ella es de lo más avanzado que hay hoy en día, tanto por cielo como en tierra. Pero mi fuente me ha podido indicar como esquivar en cierta manera estas medidas.

    - Pues nos podrías decir como esquivarlas.

    -Si lo sé, pero se las diré con una condición, ir con Uds.

    -Eso no es posible.

    -Sr Albert, Ud. sabrá. Por cierto Nistaus aun no has dicho ni una palabra.

    -Es que tiene un problema en la garganta.

    -Que deciden.

    Nos quedamos mirando Nistaus y yo, y el telepáticamente me dijo.

    -Creo que nos sería útil, dejémosle que venga.

    -Vale sr Graham Ud. gana, pero yo le pongo otra condición que lo que vaya a ver Ud. a partir de ahora, solo podrá publicar lo que nosotros le permitamos.

    -Tiene mi palabra Sr. Albert.

    Nos levantamos después de tomar lo que habíamos pedido, nos subimos al coche y nos dirigimos a la nave sin tener idea de lo que nos podía contar.

  • EL SER

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    Llegamos a la nave, bajamos del coche.

    - ¿Que hacemos aquí, en medio de la nada?

    - ¿Tu promesa seguía en pie? no.

    - Yo solo tengo una palabra y siempre la cumplo.

    - Bueno lo que vas a ver ahora y en los siguientes minutos no lo puedes publicar, él me miro con cara sonriente.

    - Vale.

    Nistaus hizo que apareciera la nave, la cara que puso Graham fue de una persona que se hubiese encontrado con el monstruo del lago Ness, en cierta manera lo era.

    -Subamos y dentro te explicaremos todo.

    Subimos a ella, entonces Nistaus le dio un anillo como el mío, le explico a lo que había venido a la tierra, cuando Nistaus se transformo en lo que era Graham aun alucinaba mas.

    -Al final es verdad existen.

    -Pues, ya lo ves, nos vas a ayudar.

    -Si claro.

    Mirándole a la cara se le veía que aun no se creía lo que estaba viendo, pero era real, era una cosa que tenía pendiente consigo mismo, el poder ver a un extraterrestre.

    -Bien ahora te toca a ti Bill, explícanos como esquivar las medidas.

    -Como en todo tiene sus defectos. Aun no me lo puedo creer, sigamos creo que de todas formas si hacéis invisible la nave no nos podrá ver. Entonces mi fuente me dijo que hay un pasillo el cual les es muy difícil de controlar este es el mapa del pasillo y de las instalaciones.

  • EL SER

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    Cuando menos nos lo esperábamos, Nistaus hizo despegar su nave.

    - Ahora Bill meteré las coordenadas en el ordenador y cerca del lugar aterrizaremos esperemos que no nos localicen.

    - Espero Nistaus que tu hermano este bien y podamos rescatarlo.

    -Eso espero Bill de todas formas déjame a mí a las personas que estén allí.

    -¿Vas a matarlas?

    -No Albert, solo las dejare dormidas durante un buen rato.

    -Bastantes muertos vi en la guerra de Afganistán cuando estuve en el ejército, yo tuve que matar algunos, eran ellos o yo como es lógico, eso me dejo huella y jure que nunca iba a matar a nadie ni tan siquiera a ningún animal, cuando era joven iba con mi padre de caza y me encantaba, pero después de la guerra me di cuenta que todo ser vivo tiene derecho a la vida. Porque para defender sus creencias no es necesario matar a nadie, pero claro no todo el mundo es igual.

    Nos introdujimos por el pasillo que nos había indicado Bill, y estábamos llegando a las coordenadas que nos había indicado, sin ningún contratiempo.

    Aterrizamos a unos dos kilómetros del lugar, nos abrigamos muy bien pues el frio que hacía era infernal.

    Bajamos de la nave y nos dirigimos hacia las instalaciones, lo que normalmente se tardaría en veinte minutos estuvimos casi una hora a llegar.

    A lo lejos vimos como unas pequeñas cabañas situadas en un pequeño saliente de una ladera, cerca de las cabañas había gente armada con sus blancos abrigos polares, también se podía ver a lo lejos unos con motos de esquí.

  • EL SER

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    Nistaus saco una especie de arma y nos dijo que esperáramos allí. Se fue acercando sigilosamente hacia sus objetivos, y los fue paralizándolos uno a uno sin ser visto nos acercamos cuando él nos indico, y entramos dentro de una de las cabañas.

    Dentro parecía una cabaña normal, bien aislada por el frio pero al fin al cabo una cabaña. Buscamos algún indicio, pero en la primera que entramos no había nada, fuimos a la siguiente, pero tampoco. Como podía haber tanta gente armada sin ningún motivo. Desde un walkie talkie escuchamos.

    -Ahora subimos para hacer el relevo me escucháis.

    Bill sin cortarse les contesto:

    -De acuerdo no tardéis mucho que aquí hace frio.

    De repente del suelo de la explanada surgió de la nada como un elevador y aparecieron cuatro soldados bien armados, Nistaus se movió sin darnos cuenta ni nosotros ni ellos con una rapidez de un rayo, noqueando a los soldados, que no les dio tiempo de responder al ataque.

    Nos vestimos con la ropa que llevaban los soldados a ver si teníamos suerte de pasar desapercibidos. Nos subimos al elevador, pulsamos al único botón que había que nos llevaría abajo. Cuando llegamos a la planta que nos llevo el elevador bajamos de él, delante nuestra había otro ascensor con un código no tuvimos problema para acceder gracias a Nistaus.

    Subimos en él, había en el panel cinco plantas, ¿cual pulsar para no ser descubiertos? o mejor dicho ¿cual pulsar para ir a la planta indicada? Si, teníamos los planos del complejo, pero no la ubicación de donde podía estar Ligraf.

    Pulsamos el dos, empezó a bajar el ascensor, de repente se paro en el primer piso, se abrieron las puertas, entraron dos personas vestidas con batas blancas, que iban hablando entre ellas.

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    -Hay que hacer más análisis, creo que los últimos no han salido correctos o verdaderamente no las podemos analizar con los aparatos que tenemos, porque en la nave encontramos aparatos pero este alienígena no suelta prenda de cómo usarlos.

    - De todas formas no entendemos su lenguaje, es extraño para nosotros.

    -Vamos allá a sacarle esa sangre verde que tienen en sus venas, aunque hayamos descubierto que es por ese liquido el que puedan estar debajo del agua sin necesidad de ningún aparato, pero bueno las corrientes eléctricas que le dimos si le afecta, decía uno de ellos con una carcajada.

    Nosotros en silencio seguimos con ellos en el ascensor hasta llegar a la cuarta planta, nos bajamos, dándoles un pequeño margen los seguimos, giramos por uno de los pasillos que habían girado y nos dimos cuenta que estábamos yendo en la dirección correcta.

    Les seguimos a lo lejos pudiendo escuchar sus voces de repente se pararon de oír, pudimos ver a lo lejos como se acercaban a un escáner de retina accediendo a una sala de la planta, nos acercamos, pudiendo comprobar desde una ventana a Ligraf atado con unas correas y con todo tipo de cables que se puede imaginar.

    ¿Cómo podíamos entrar para poderlo sacar? lo único que podíamos hacer era esperar que alguno de los que estaban dentro saliera, no tardaron más que cinco minutos después de que le hubieran sacado la sangre del brazo.

    Nistaus agarro a uno, lo noqueo, el otro lo cogió yo, lo agarre del cuello hasta adormecerlo, accedimos al laboratorio y Ligraf le reconoció enseguida aunque pareciera humano.

  • EL SER

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    -Nistaus.

    -Me alegro de verte hermano mío.

    -Llegue hace tiempo con la esperanza de encontrarte vivo, aunque la perdí, gracias a Albert que me ha ayudado, me animo a continuar, porque ya no sabía dónde buscarte, por cierto este es Albert.

    -Encantado de conocerte y muchas gracias por todo lo que estás haciendo.

    -No tienes que agradecerme nada, tu hermano ha sido el que lo ha hecho todo.

    -Este es Bill Graham el nos ha ayudado también para llegar hasta aquí. Si no hubiera sido por él, tampoco habríamos conseguido llegar hasta aquí.

    -Gracias Bill, muchas gracias.

    -Ligraf esto no ha terminado aun, tenemos que salir de aquí lo antes posible.

    -Llevas razón Nistaus vayámonos de aquí.

    De repente sonó una alarma, en planta.

    -Nos han descubierto, dijo Albert, a ver como salimos ahora.

    -Nistaus no hay más remedio que enfrentarnos a ellos.

    -Hermano solo he traído una arma.

    -Bill tendremos que hacer algo no llevamos armas.

    -Lo sé Albert, pero tendremos que buscar la manera de salir de aquí sin enfrentarnos a ellos.

    - No hay otra manera, salgamos de aquí antes que lleguen.

    -Gracias, hermano mío nunca lo olvidare.

  • EL SER

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    Fuimos a salir del laboratorio cuando sin mediar palabra, abrieron fuego contra nosotros, uno de ellos dijo:

    - Que no escapen, disparar. Intentar que regresen al laboratorio.

    Nos dispararon, y el que recibió uno de las balas fue Bill, le dieron en la pierna, cuando nos dimos cuenta estábamos rodeados.

    Volvimos a entrar al laboratorio.

    -Albert vete por ese conducto de ventilación, mira de podernos rescatar de alguna manera, yo me quedo con mi hermano, y Bill porque está herido.

    -Ven conmigo Nistaus yo solo no creo que pueda rescatarlos.

    -Vete hermano mío con él, no puede solo empañaremos los cristales para que no puedan ver, por donde escapáis, daros prisa.

    -Vale hermano te rescatare no lo dudes.

    Los dos escapamos por el conducto de ventilación. Estuvimos recorriendo los túneles hasta que no escuchamos ninguna voz mire por la rendija y comprobé que no había nadie.

    Desmontamos la rejilla, bajamos, a una habitación que era por lo visto una sala de descanso, la volvimos a colocar para que no supieran por donde habíamos salido, abrimos la puerta, comprobando que no hubiese nadie en los pasillos, nos dirigimos lo más rápidamente posible al ascensor, pulsamos esperando de que se abrieran pronto las puertas, en cuanto llego entramos y pulsamos para salir de allí.

    Cuando llegamos al hall de la salida Nistaus me dijo.

    - No me voy sin mi hermano, Albert.

    - Nistaus mejor que no nos pillen, ya buscaremos la manera de sacarlo de aquí.

  • EL SER

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    Nistaus cabizbajo acepto la propuesta y salimos al exterior.

    Cuando subimos al exterior, había una gran multitud de soldados controlando la zona, se nos acercaron dos, nos preguntaron si los habíamos visto, les dije que no había rastro de ellos, pero que íbamos a salir con las motos a ver si los localizábamos. Las Cogimos, nos dirigimos hacia la nave, en cuanto llegamos a ella, empezamos a hablar como podríamos sacarlos allí, ¿pero de que manera? si aquello ya era un fortín, ahora sería peor por la intrusión que habíamos realizado.

    Dentro ya de la nave, seguimos hablando.

    -Nistaus no se cómo podríamos sacarlos de allí.

    -Albert solo conozco una manera de sacarlos.

    -¿De qué manera?

    -Solo puedo hacer una cosa, llamare a mi planeta para que vengan fuerzas de elite.

    -Pero piensa que se armaría un conflicto.

    -El conflicto dices, lo empezaron ellos cuando han cogido a los de mi planeta, los han torturado, les han hecho de todo, para investigar como somos por dentro, somos casi iguales que vosotros, la única diferencia es la sangre.

    -Pero no sabes el paradero de los demás.

    -Es verdad que no lo sé pero me da igual ahora solo me interesa mi hermano y podérmelo llevar sano y salvo a nuestro planeta.

    -Debemos despegar porque desde aquí nos podrían descubrir.

    Despegamos y fuera de la tierra se puso en contacto con su planeta.

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    LA AYUDA

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    -Aquí Nistaus, me recibís (todo esto se hablaba en su idioma).

    -Aquí al habla el general Danias desde Doewur dime Nistaus.

    -He localizado a ligraf no así a los demás, pero no puedo solo necesitaría que mandaseis a una pequeña fuerza de elite.

    -Nistaus te hemos intentado localizar hace varios días, tenemos que advertirte que una fuerza de la galaxia Orius se acerca a la tierra ya sabes quién es esa gente, no son gente de paz, por lo visto han interceptado alguna comunicación nuestra, también según nuestra información han estado ahí para saber cómo es el planeta.

    Intenta llegar hasta el máximo responsable del planeta tierra y explícale lo que va a pasar, nosotros podemos ayudarles.

    -Creo que no deberíamos después de lo que nos han hecho.

    Nistaus explico a su general lo que había averiguado y visto.

    - Solo queríamos conocer como es su planeta, para investigar si verdaderamente se podía vivir en el caso de que nuestro planeta que como ya sabes podría extinguirse a consecuencia de que se agoten de energía de los dos soles, como sabes les queda muy poca vida a ellos, podríamos intentar compartir y convivir con ellos.

    Nosotros somos gente de paz. Por nuestra situación nos hemos visto obligados a buscar otro lugar para que nuestra raza no se extinga, intentando siempre ir con buena voluntad.

    -Pero después de lo que me has explicado, sigo pensando que hay que hablar con ellos, me entiendes Nistaus.

    -Si así lo crees, lo intentare.

    - ¿Con quién crees que deberíamos hablar Albert? ¿Crees que podríamos hablar con el presidente de los EE.UU.? e informarle que esta el mundo en peligro.

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    - No sé como lo vamos a hacer pero lo vamos a intentar.

    - Mi general, podría mandar las naves que pueda.

    - De acuerdo Nistaus mandare a la cuarta flota es la más cercana a vosotros. Si puedes hablar con el presidente de los EE.UU. intenta darnos a conocer. Ayúdales con nuestra tecnología contra la posible invasión de los Grencis.

    Como sabes tardaran un día y medio en llegar según el calendario terrestre. Cuando lleguen te avisaremos.

    -De acuerdo intentaremos llegar hasta el presidente con la ayuda de Albert.

    ¿Con que intenciones se acercaban a nuestro planeta? Esta fuerza invasora. - Pensaba Albert.

    Mientras tanto la fuerza de los Grencis se acercaba a nuestra galaxia. El general de los Grencis, llamado Aaurtus, capitaneaba una gran flota de naves nodriza en su interior miles de naves preparadas para un posible asalto al planeta.

    Las naves nodriza median como tres kilómetros de largo, su forma era muy alargada pero posiblemente su altura podría ser como cincuenta pisos de altura.

    Los Grencis eran muy parecidos a los humanos con la única diferencia de que median unos dos metros y medio , su piel era más bien anaranjada, sus manos perfectamente te podían tapar todo el rostro y sus pies aproximadamente podían calzar un sesenta de pie. Y sus intenciones no eran llegar y abrazarnos, todo lo contrario, venían a invadirnos, no como corderitos, sino como el lobo más feroz, no estábamos preparados para esta clase de invasión, pero lo que estaba claro es que nos íbamos a defender.

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    -Comandante Pardios ¿las tropas están preparadas?

    -Si mi general las tropas esperan con impaciencia invadir otro planeta mas. A su lado no tenemos rival ninguno, nos temen por donde vamos.

    -No subestimes a los terrestres porque no sabemos de su potencial aunque su tecnología sea muy inferior a la nuestra, me imagino que tendrán sus estrategas. Aunque nosotros tenemos el factor sorpresa, aun tardaremos algunos días en llegar. Primero iremos a la ONU pues nuestros informadores me han comunicado que es el lugar dónde tienen representantes de toda la tierra. Hablaremos con ellos, sino se rinden, empezaremos la invasión de inmediato.

    -Pero el mejor estratega que he visto es Ud. Mi general.

    -Avísame cuando lleguemos comandante.

    -Si mi general, haciéndole una reverencia se alejo de su presencia.

    Mientras nos dirigíamos hacia EEUU, sabíamos con firmeza la seguridad de que se nos iba hacer difícil poder ver al mismísimo presidente de los EEUU.

    Atravesamos toda Alaska parte de Canadá y llegamos a los EEUU en un momento. En frente nuestra estaba la casa blanca, tampoco sabíamos si el presidente estaría allí pero el tiempo acechaba, teníamos que intentarlo.

    Aterrizamos en los centro de los jardines de la casa blanca, de inmediato salieron fuerzas de seguridad por todos los lados imaginables e inimaginables. Abrimos la puerta de la nave y empezamos a bajar.

    Como imaginábamos, todos nos iban a apuntar con sus armas reglamentarias, pero a distancia.

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    Cuando salimos de la nave, uno de los soldados nos dijo que no nos moviéramos, se acercaron poco a poco hasta que nos echaron al suelo.

    -Queremos ver al presidente es algo muy importante.

    Mientras nos colocaban las esposas tirados en el suelo.

    -Escucharnos tenemos que hablar con él si no la humanidad podría desaparecer.

    Uno de ellos dijo:

    -Llevarles abajo a la sala de interrogatorios.

    Estuve más de una hora explicándoles que es lo que iba a pasar, pero ellos solo querían saber de dónde proveníamos, aunque se lo explicaba no querían escuchar, hasta que por fin apareció el presidente, todos los allí presentes se cuadraron y saludaron.

    -Buenos días soy el presidente de los Estados Unidos, ¿Que es lo que quieren?

    Les pedí que nos quitaran las esposas, después se lo explicaría todo, el presidente accedió a ello.

    -Sr. Presidente póngase este anillo, le prometo que no le va a ocurrir nada.

    El presidente se puso el anillo. Nistaus le empezó a explicar la situación, mientras los demás asistentes no le entendían nada como es de suponer.

    - Primero me llamo Nistaus, provengo de un planeta llamado Daewour y el aspecto que ve Ud. no es el real.

    - Lo primero que le voy a enseñar es como soy yo realmente por favor que no se alarme nadie.

    El presidente les dijo que estuvieran tranquilos a los allí asistentes

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    Tocando su mano derecha rozo el dispositivo, y se convirtió en lo que era.

    Todos los presentes quedaron alucinados, pero también estaban preparados para defender a su presidente.

    - Dígame le escucho Sr. Nistaus.

    - Mire una fuerza invasora se acerca a la tierra provienen de la galaxia Orius, de un planeta llamado Jirán, son gente si se les puede llamar así, muy sanguinaria arrasan con los planetas que invaden, hacen esclavos a los que sobreviven y se les conoce en muchas galaxias.

    El presidente le interrumpió.

    - Vamos, me está diciendo que al final no estamos solos. ¿Porque nuestro planeta, qué quieren y porque estas tu aquí?

    - Mire nuestro planeta se están agotando los dos soles, llevamos mucho tiempo buscando un planeta para que nuestra raza no se extinga, hemos visitado varios, nos quedan algunos por visitar, pero ha sido la coincidencia de estar aquí y descubrir que los Grencis venían a su planeta.

    - Y que vas a hacer solo contra toda la fuerza que llega.

    - Solo le puedo ayudar con las naves que tenemos aqui, porque realmente no nos queda mucho tiempo.

    -¿Cómo que las naves que tienen aquí? ¿No es eres el único que esta aquí?

    -Pues no, Uds. tienen a mi hermano y posiblemente alguno más de los nuestros en algún sitio haciendo experimentos con ellos.

    El presidente se giro mirando al consejero y al vicepresidente.

    - ¿Eso es verdad?, ¿tenemos alienígenas? y no me habéis dicho nada.

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    - Ningún presidente lo sabe, entre estas algunas cosas. Si no es necesario nunca decimos nada.

    - ¿Cómo dice general Marc? Quiero información detallada en menos de media hora en mi despacho, y acompañar a estas personas a mi despacho.

    Se volvió a girar mirándonos.

    -Perdonar, ahora nos veremos en mi despacho.

    Dijo el presidente. Saliendo por la puerta.

    Nos llevaron al despacho oval de la casa blanca. Nistaus ya era él mismo, ya no tenía el porqué esconderse de cómo era, entramos en el despacho y casi enseguida entro el presidente.

    - Acabo de recibir el informe, la verdad es que no estaba informado de esto, he dado órdenes de que los de tu especie sean de inmediato llevados a una base, en la cual te podrás reunir con ellos en cuanto me expliques como podéis ayudarnos.

    - Me gustaría saber cuántos de mi especie están vivos, porque durante varios años hemos venido a la tierra, llegaron cinco contando a mi hermano.

    - Según el informe que me ha llegado solo hay tres seres como tú.

    - Es muy importante saber si las naves con las que llegaron están servibles.

    - Según el informe que ha llegado a mis manos hay cuatro naves contando con la que hay aquí afuera.

    - De todas formas en un par de días llegaran de mi planeta unas diez naves, pero como comprenderá esto es muy poco para lo que se avecina. Porque nuestras naves nodriza son mucho más pequeñas que la de los grencis, cada nave nodriza grencis hacen tres de las nuestras.

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    -Yo hablare con mis superiores a ver si con los aliados nuestros podemos conseguir más naves, pero necesitaríamos algunos días y los Grencis no tardaran mucho a llegar. A ver si pudiéramos entretenerles hasta la llegada de nuestras flotas.

    De momento me imagino que Uds. tienen naves a para poder combatir en caso de conflicto.

    -Sí, pero vuestra tecnología es mucho más avanzada que la nuestra, creo que les haríamos poco daño.- dijo el presidente con cara de preocupación.

    - De todas formas nosotros tenemos el factor sorpresa, ellos no saben que nosotros sabemos que llegan, además tenemos que hacer que piensen que vuestra tecnología es más avanzada de lo que realmente creen.

    - General brin preparen todas los cazas de combate disponibles, Ud. Almirante Houston de la alerta roja a nuestras flotas, yo voy a hablar con todos los presidentes del planeta, les voy a advertir de todo lo que va a ocurrir, a ver si nos unimos en contra de esta invasión.

    - Nistaus, Albert ir a la base donde están vuestras naves y prepararlas con tus compañeros. Os darán las coordenadas para ir a la base, además les acompañara el general brin.

    El presidente mando preparar lo más rápidamente una teleconferencia con todos los presidentes de los países más importantes del mundo, hasta con los presidentes de los países más radicales, por sus religiones, por sus creencias, o por la política en sí.

    -General Marc, ¿Están todos con los que has podido contactar?

    - Si Sr. Presidente, faltan algunos, pero creo que no tardaran mucho en comunicarse con nosotros.

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    El presidente entro en la sala de conferencias, también estaban en la sala el alto mando.

    -Buenas tardes a todos, os he reunido para comunicaros que está en peligro todo el planeta.

    El primero que cortó al presidente su conversación, solo que acababa de empezar, fue el presidente de Rusia.

    -¿Por qué estamos en peligro?

    -Si me dejas explicarlo lo entenderás.

    -Hace unos años interceptamos unas naves extraterrestres, por lo visto empezamos a estudiarlos si se asemejaban a nuestros cuerpo humano , además de las naves en las que llegaron. Hoy en los jardines de la casa blanca a aterrizado una de esas naves, el ser que salió de ella, proviene de un planeta llamado Daewour, que venia en busca de sus compañeros, según él me comunica ahora que cerca de nuestro planeta están a punto de llegar otra clase de extraterrestres, que van invadiendo todos los planetas que se cruzan, arrasan con todo lo que pueden y con los que quedan vivos los usan como esclavos. Yo personalmente he puesto en alerta todo el potencial del que dispongo, como os estoy explicando creo que estamos en una guerra sin comérnosla y ni bebérnosla, por eso me he puesto en contacto con vosotros, por si estáis de acuerdo conmigo hagáis lo mismo y luchemos contra estos invasores.

    - y ¿Como sabemos que lo que él dice es cierto?.

    -Comprobarlo vosotros mismos, también podéis saber si lo que digo es cierto, yo lo he comprobado y por eso os he avisado. Los informes llegados a mis manos dicen que lo es

    Empezaron todos los presidentes a hablar entre ellos.

    - Y ¿si las naves que vienen son de ellos y nos están engañando?

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    - Si fuera así no creo que nos hubiera venido a avisar y menos cuando hemos usado a sus compañeros de conejillos de indias.

    De acuerdo dijo el presidente de china lo comprobaremos, si es cierto, podéis contar con nosotros.

    Así todos los presidentes estuvieron de acuerdo con lo dicho.

    No había salido de la sala el presidente, cuando el presidente de Rusia le daba una contestación.

    - Puedo confirmar que las declaraciones hechas por el presidente de los EE.UU. son ciertas, por nuestra parte nos unimos a la coalición para defender nuestro planeta.

    Los demás países respondieron enseguida bastante guiados por la respuesta del presidente ruso. Además de comprobar cada pais lo que se había hablado en la conferencia.

    Por primera vez en la vida todos los países del mundo se unieron en algo. En unir todas sus fuerzas contra la fuerza invasora.

    El presidente de la ONU Ming tao recibió directamente una llamada del presidente advirtiéndole de lo que iba a pasar y que estuvieran preparados.

    - Si dígame sr presidente.

    - Mire viene una fuerza invasora extraterrestre, gracias a otra civilización extraterrestre nos hemos enterado de que vienen.

    Comuníqueselo a todos los embajadores, sus respectivos presidentes ya están informados, imagino que ellos se pondrán en contacto, pero los presidentes de otros países que no hemos podido contactar, seria conveniente que se lo comunicara a todos ellos.

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    No sabemos cuándo llegaran los invasores y donde empezara la invasión, estén preparados.

    - No se preocupe sr presidente ahora mismo reúno a todos para comunicárselo.

    Los generales de todos los países se reunieron con sus altos mandos para preparar una posible invasión, y comunicarse entre ellos para unificar criterios.

    El general brin nos acompaño a la nave subimos, el general parecía muy familiarizado con ella. Lo primero que hice fue que se pusiera un anillo para poderse comunicarse con Nistaus.

    El general entro como Pedro por su casa, se conoce que no era la primera vez que subía a una nave de estas. Se giro y nos empezó a contarnos los problemas que habían tenido, intentando descubrir cosas de la nave.

    - Ya he estado varias veces en una como esta, pero nunca hemos podido hacerla despegar, ni tan siquiera que funcione, Nistaus ¿Cómo se pilota una?

    - Con la mente, por eso que nunca han podido despegar, necesitan desarrollarla, tienen que a aprender a utilizarla, porque solo utilizan un diez por ciento de ella. Pero hay otra forma de manejar la nave con los mandos. Sonriéndole le miro, había gastado una broma al general, este la acepto.

    - Y donde están esos mandos llevamos años intentando descubrir como hacerla funcionar.

    -Dándole aquí aparecen los mandos.

    - pero si la hemos revisado toda de arriba abajo.

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    - Este dispositivo, solo se acciona pensando en que se active. Claro esta si pones en marcha primero la nave.

    - Albert ¿te animas a pilotarla?

    -Nunca he pilotado ningún avión, menos una nave. Jajajajaja dije soltando una carcajada. Y Ud. general se anima.

    -Si por qué no, mi cuerpo me lo pide.

    Nistaus empezó a explicar cómo se manejaba la nave y cuando menos se dieron cuenta ya estaban en el aire.

    -Nistaus mete estas coordenadas en tu ordenador si le llamáis así para llegar a la base.

    Llegaron a la base, allí les esperaban sus compañeros.

    Nistaus, con cara de alegría saludo a su hermano Ligraf.

    - Que has hecho para liberarnos tan rápido hermano mío.

    -Ya te lo explicare, ahora tenemos mucho trabajo que hacer, se acercan naves Grencis a la tierra y tenemos que poner las naves a punto, por si tenemos que intervenir, además tenemos que ayudar a los terrestres a preparar como podamos y con los medios que dispongamos para preparar también sus naves.

    -Nistaus después de lo que nos han hecho consideras que los tengamos que ayudar, nos han hecho lo peor que se le puede hacer a alguien.

    -Lo sé hermano pero necesitamos ayudarlos para que en un futuro nos puedan ayudar ellos.

    -Bueno si tú me lo pides sabrás el porqué, prepararemos las naves.

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    Mientras tanto las naves de los Grencis estaban pasando por el planeta Saturno, la nave del general Aaurtus iba al frente, era la más grande de todas.

    Dentro de ella el general Aaurtus iba dando las últimas órdenes antes de llegar a la tierra.

    -Comandante pardios prepare una nave para aterrizar en la tierra, cuando lleguemos nos colocaremos junto a un satélite de la tierra llamado luna, hasta que yo de la orden que nadie actué.

    -Si mi general, la preparare de inmediato, con diez hombres le basta para ir a la tierra.

    -Si no creo que haya ningún problema, si lo hubiere Ud. Quedaría al mando de la invasión, y por favor si me pasara algo no tenga piedad de nadie, lo ha entendido.

    -Si mi general.

    Dentro de las naves nodriza, los Grencis preparaban sus naves para el posible ataque a la tierra, dentro de sus hangares que eran prácticamente casi toda la nave, podían haber perfectamente unas 500 naves de combate, bien preparadas, y con unos seres perfectamente preparados y organizados.

    -Comandante pardios mande dos naves exploradoras , tengo entendido que algunos de Daewour habían llegado a la tierra hace un tiempo, si estos nos han detectado, podrían avisar, y tendernos una emboscada.

    --Ahora mismo mando la orden.

    Mientras en la estación espacial, se les había comunicado, el inminente peligro, la estación estaba preparada con misiles nucleares de la alianza. Pero no creo que fuera suficiente para poder parar un primer ataque.

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    -Nistaus, he hablado con el presidente, me ha comunicado que si con tu nave podíamos llevar a la estación espacial misiles nucleares, para poder repeler y tener mas posibilidades de un ataque.

    -No hay problema mi nave esta lista pode