Jlebnikov

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  • velimirJlbnikovVersiones de Jorge Zalamea

    La tentacindel pecador

    [1908 ]

    ... y de todos y de todas hubo tantos y tantas: y hubo las cor-vinadas con su grito de " Muerte!" y sus nocturnasalas, y elhelecho veriflorido, y la datcha temposoadora, y el rostro dela diminuta anciana con su cofia de ternidad, y el perro bravocon una cadena de das y una lengua de pensamiento, y elsendero por el cual corran las veinticuatro horas y que guar-daba las huellas del da, de la noche y de la maana, y el rbolcorteceleste, enfermo de insectos trepanadores, y los chivos cie-nojoscuernos, y el lago junial, y las 'virgoguilas con tristalas envez de alas, no a pie desnudo sino a corazn desnudo, y el nioque con una pajuela lanzaba un mundo tras otro riendo leve-mente, y hubo una capa de piedrinfante sobre la cual rodabanaguas malas y terrenciales, y la golondrina dubitativa que vo-laba bajo, y el divorruiseor que cantaba en el escaramujo pi-caojos, y hubo una cerca de maderas temporosas y desampara-dos ramallantos inclinada sobre el agua, y el lago donde habahoras en lugar de piedras, y en vez de rosales susurraban rosho-ras. y sobre el lago apenas se movan los tristales, y la carpavaricosa nadaba y el sollo lisidentario haca crculos y, en aco-metidas rpidas e invisibles, reculaba - oh justicia! - el pin-zante cangrejo. Y la ciguea picotemporal marchaba solemne-mente sobre sus patas agrabloides, engullendo ranas como uncaviar de miedo, y hubo un viejo que labraba un campo tri-guero, y una polla neoplumada exttica sobre una raya pintada.

    y la muchacha aproximaba a sus labios un caramillo defruta, y una albalondra de plumas orantes pasaba sobre el lagode tristura por un cielo entelado de miradas femeninas. Y lostristales removan sus copas y, obsceno, cruzaba el cuco expi-diendo soles, y nadaba una voz bigotuda de silencio, y huboojos nocturnos bajo la rama vesperulante, y labios sensuososbajo una nariz lasciva y una serpiente de voz viva y, entre losjuncos turbaenlizados, el pato pasaala navegaba hacia la nadeavenicrestada creando crculos, levantando las alas y dejandosurcos argentados, y esos labios pazrilisados en los crepsculosvigilantes, y el pajarillo chupadios, y el rennculo petlicosilen-te, y las pavorosas acuaraas que corren tras toda huella.

    y la enfermitud en el ojo del ignosciente.y las visiones se multiplicaban y multiplicaban, y tras la vi-

    sin y la pesca con ayuda de un garfio en medio de una risageneral, de un trozo de eternidad por alguien engullido, trasla borrasca de espantables y cobarpordibles dolos, hubo unmilanomundo alamoso planeando por encima de todo, y un cier-

    to ,mundiano por nadie imaginado se paseaba, trazando a vecescon la pluma el horror de su existencia.

    y el grito del milanopueblo responda arrancando con el picola espuma humanitierra de la mar poblana. Y por doquieravolaban las corvinadas desincorporadas, con miradas noser, ytodo lo que fue era slo el vaco en un tronco hueco. Y la cor-vinada colasilente revoloteaba aqu y all, por sobre campossolitarios e inquietantes. Y hubo una autntica maulera y lostristales se balanceaban sobre el lago de tristura, y en los campospensaterrosos hubo el horror... El canto de las flechas measesina ... El lobo-genitraza comenz6 a urlar a la vista del cier-vo incenticorno. Y todo el universo era el pico inmensamenteabierto de un cuervo.

    Pero la sonrisa de las fuerzas universiladas no abandonabasu faz, y el tiempo no se cansaba de tener bajo la axila unamuleta negra ...

  • ElporventrSi el viento viene a besar,Contar que la sangre se ha' cuajado,Que se pega a los blancos cabellos,y con las perlas plomizas de los ojosPreguntar: -Cul es tu nombre?y habr ms llantosQue das viandausentes por semana.y la ceja rubricar con un ala de grajoLa constelacin en su furor pulido.Eran de los caballos los hermosos pelajesNevosos, negros y dorados.Era la caballera de las vrgenes vengadorasQue volaba vuela dispersndose bajo el tiro.Llamearon en los ojos rascacielosBuscando el sendero de la nube.Labios brillantes de frambuesanieveRoan los cadveres lejanos,y tras los matorrales de levantados brazosGalopa galopa el caballo blanco."En la primavera, vaticin la suerte, el enjae.zado corcel selladoOs masticar como flores."

    [1919-1921]

    NegativaMe es mucho ms gratoConte.mplar las estrellasQue firmar una sentencia.Me es mucho ms gratoEscuchar la voz de las floresQue murmuran: -Es l!,Cuando cruzo el jardn,Que ver los fusilesQue matan a quienes quierenMatarme.He ah por qu no ser nunca,Nunca,Un gobernante!

    [1919-1921]

    Cra delpalomoBebiste del palomo su tibio alientoY, toda risas, lo llamaste insolente,Con el curvado pico en tus labios pintadosY temblorosa el ala, no eras para l la paloma? j Segn y cmo!Un vuelo de oropndolas pasabaSobre el cuerpo cual tringulo de auroras;Velando con sus cejas crepuscularesLos marinos espejos matinales.Caen tan bajo como el canto de los zares.Tras esa paja fosforescente,Como el aire cuando es de oro el tiempo,El raudo vuelo de la colinaTena su habitual vibracin.y las purpreas patas del palomoSe hundieron en tus cabellos.Cuando regres, otoalmente entumecido,Cay en desgracia con su tribu alada.

    [1919-1921]

    Ull