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ENTREVISTA 68 JULIO 2014 BOCAS JORGE DREXLER JULIO 2014 BOCAS 69 DICE EL CANTAUTOR URUGUAYO DE 49 AÑOS QUE EN UNA BOGOTÁ QUE LE SUENA A VINILO ENCONTRÓ EL AMOR Y LA FE POR UN CIERTO TIPO DE MÚSICA QUE EXTRAÑA EN SU RESIDENCIA EN ESPAÑA. DICE, CON UN DISCURSO ANTROPOLÓGICO CANTADO EN VERSO, QUE CON SU NUEVO TRABAJO REIVINDICA EL PAPEL DEL BAILE. DICE, Y HACE ALARDE, DE LA ALEGRÍA DE VIVIR EL PRESENTE Y CONFIESA QUE LO DIFÍCIL ES ESCRIBIR SOBRE ESE AMOR QUE ANDA ENTRE EL PERDIDO Y EL NUEVO. DICE QUE AMA EL FÚTBOL Y TODO TIPO DE MÚSICAS: DE BOB MARLEY A BACH. ES JORGE DREXLER, EL GANADOR DEL PREMIO ÓSCAR A MEJOR CANCIÓN ORIGINAL, UN MÚSICO Y COMPOSITOR QUE ADEMÁS DE SER SURFISTA CONSUMADO LUCE CON ORGULLO UN CARTÓN DE MÉDICO ESPECIALIZADO EN OTORRINOLARINGOLOGÍA. POR GALO MARTÍN - FOTOS DANIEL MARTORELL DEFECTOS DEFINICIÓN POR

Jorge Drexler

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Entrevista al músico uruguayo Jorge Drexler para la revista Bocas

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Page 1: Jorge Drexler

E N T R E V I S T A

6 8 JULIO 2014

BOCAS

J O R G E D R E X L E R

JULIO 2014

BOCAS

6 9

D ICE EL CANTAUTOR URUGUAYO DE 49 AÑOS QUE EN UNA BOGOTÁ QUE LE SUENA A V IN I LO ENCONTRÓ EL

AMOR Y L A FE POR UN C IERTO T IPO DE MÚS ICA QUE EXTRAÑA EN SU RES IDENC IA EN ESPAÑA . D ICE , CON

UN D ISCURSO ANTROPOLÓG ICO CANTADO EN VERSO , QUE CON SU NUEVO TRABAJO RE IV IND ICA EL PAPEL

DEL BA ILE . D ICE , Y HACE AL ARDE , DE L A ALEGR ÍA DE V IV IR EL PRESENTE Y CONF IESA QUE LO D IF ÍC I L

ES ESCR IB IR SOBRE ESE AMOR QUE ANDA ENTRE EL PERD IDO Y EL NUEVO . D ICE QUE AMA EL FÚTBOL Y

TODO T IPO DE MÚS ICAS : DE BOB MARLEY A BACH . ES JORGE DREXLER , EL GANADOR DEL PREM IO ÓSCAR A

MEJOR CANC IÓN OR IG INAL , UN MÚS ICO Y COMPOS ITOR QUE ADEMÁS DE SER SURF ISTA CONSUMADO LUCE

CON ORGULLO UN CARTÓN DE MÉD ICO ESPEC IAL IZADO EN OTOR R INOL AR INGOLOG ÍA .

POR GALO MART ÍN - FOTOS DAN IEL MARTORELL

D E F E C T O S

D E F I N I C I Ó NP O R

Page 2: Jorge Drexler

Nos citamos en la Olvidoteca del Gran Hotel Conde Duque de Madrid. Ya sentados, y custodiados por los libros que dejaron los despistados huéspedes, el má-nager de Jorge le advierte de la marca que le ha dejado la gorra en la frente. Trata de borrársela frotándose con los dedos, sin éxito.

−¿Primero hacemos las fotos o la entrevista? –pre-

gunta el músico.−Las fotos mejor al final –respondo.

Y así comenzamos a hablar con este músico que Capi y Nacho, propietarios de la Escuela Cántabra de Surf en la playa de Somo (mar Cantábrico español), califican como “un buen surfero”. Porque además de médico y músico, también sabe coger olas.

Pocas veces tendrá la envidia una coartada tan mani-fiesta. En esta localidad del norte de España, Drexler busca encontrar la inspiración en ese “mundo ondula-do y ordenado” del mar. La afición por el surf la trajo de Uruguay y no la ha abandonado al otro lado del Atlántico. Atrás de la “rompiente” corre los mismos riesgos que ha tomado en su último trabajo.

La nueva sonoridad que le ha dado al disco Bailar en la cueva es para el coproductor Mario Galeano algo es-pecial: “Jorge ha estirado los brazos para buscar nue-vas posibilidades para su música, lo cual no es fácil porque las fórmulas prevalecen”.

El uruguayo conectó con la escena underground, de la que hace parte Frente Cumbiero (banda colombiana con la que intercambió información), y eso se percibe en el resultado: “Un disco bien chévere con un fuerte componente bogotano desde el punto de vista musi-cal y del arte gráfico”, como lo describe Galeano.

Las jornadas diarias de estudio convivieron con sali-das para tomar e ir a conciertos en la noche bogotana. La aventura de grabar en la capital colombiana hizo que también fuera posible colaborar con el artista

Mateo Ribano, con la banda Bomba Estéreo y con el DJ Quantic.

Sus 49 años lucen precipitados, como si hubieran lle-gado antes de lo que dice su rostro. Lo mismo ocurre con sus pies, escondidos en unos relucientes tenis de color azul que bien podrían ser propiedad de un vein-teañero. Se declara “un futbolero infiel”, igual que los buenos amantes. Solo sigue los partidos de la selec-ción de Uruguay en las grandes citas y Luis Suárez le parece un jugador para destacar.

2014, año de mundial… Entonces tuvo que hacer un hueco en su gira para ver al equipo que protagonizó la gesta del Maracanazo, secuestrando el significado de utopía. Pero Colombia se le atravesó a la celeste y él, muy gallardo, escribió en su cuenta de Twitter: “Y bueno... No queda más que felicitar a los amigos co-lombianos que nos ganaron en buena ley”. Mientras tanto, sigue lidiando con esa nostalgia de la que rehú-ye y cantando odas emocionales que, ahora, hasta se mueven.

El tiempo apremia y ya es momento de empezar a preguntar a esta nueva leyenda de la música latinoa-mericana. Un cantautor que ganó el Óscar a mejor canción original, que también fue salvavidas en las playas de Uruguay, cantante de sinagogas y practi-cante médico a domicilio. Un inconstante e inquieto, al punto que es capaz de recetar fármacos, cantar, bailar, surfear y hasta codirigir su propia sesión de fotos.

¿Por qué se ha cansado de hacer música “seria” y ha puesto a todo el mundo a bailar?Hay una primera generalización que siempre me gus-ta deshacer. Existe una idea preconcebida de que el baile es lúdico, divertido y fiesta y eso está puesto en contraposición a la seriedad de otras actividades inte-lectuales. Nunca he visto a la danza como una expe-riencia monocromática, sino que es una experiencia seria, inclusive cuando es lúdica, divertida y fiesta. La

danza, y de la manera que está tratada en la canción que da comienzo al disco, es una experiencia antropo-lógica, espiritual y de empatía entre las personas.

[A mitad de la respuesta le pide al fotógrafo que no le tome fotos mientras conversa. Alega que es una per-sona con poca capacidad de concentración y que no le gusta que le tomen fotos mientras habla, porque no hace ni una cosa ni la otra].

No tengo problema con que la danza sea lúdica, tengo problema con que la gente diga “has dejado de hacer música seria y ahora haces música bailable”, como si este tipo de música no lo fuera. Me gusta ese tipo de aproximaciones que se dan en Bailar en la cueva (tí-tulo de su último disco). Fíjate como será que la danza la practicamos desde hace por lo menos 45.000 millo-nes de años que están datadas las primeras flautas de hueso de mamut. Es una actividad que nos define como especie antropológica y desde un punto neu-rofisiológico es mucho más completa que otras que creemos que ocupan más áreas de nuestro cerebro. Así que fíjate si será seria la danza [se ríe].

Este disco está hecho desde los pies. Luego, ¿hacia dónde avanza?Lo bueno es que camina. El disco está hecho como un ejercicio de telequinesis para generar este movimien-to (y lo ejemplifica). Si eso no pasaba cuando estába-mos grabando, probábamos un nuevo arreglo, otra canción u otra música. Mis canciones se identifican porque están hechas desde un plano emocional y/o intelectual, con ideas e ilusiones que la gente vive como propias, pero a mí me gusta completar la expe-riencia humana. Entonces me pregunté cómo serían mis canciones si fueran escritas con una intención de generar movimiento. Esa es la búsqueda.

Estudió medicina. ¿Qué fármaco me recetaría para perder el miedo a bailar?

El etanol es muy bueno para eso, suele distenderte. El alcohol [se ríe]. El oxígeno también, respirar hondo y entregarse.

¿Cuál ha sido el riesgo de este disco?El videoclip de “Universos paralelos”. Estuvimos una semana practicando cuatro personas que no bailába-mos, incluido el director del mismo [David Trueba]z, con una coreógrafa y fue un punto de riesgo. Mientras lo estábamos grabando pensamos “¡Uy!, ¿hacia dónde va esto?, ¿qué va a pasar?”.

El ser humano qué es más, ¿territorial, copulador o bailarín?La pregunta suena interesante, pero hace unas con-traposiciones como si uno tuviera que optar por una de las tres. Sin la cópula la especie se hubiera extin-guido hace mucho tiempo, entonces el hombre es más copulador.

Dónde se siente más cómodo, ¿esperando una ola sobre una tabla o en el escenario?Son dos situaciones que me gustan mucho. Más có-modo, quizá, en el escenario porque esperar una ola no es cómodo. En cambio, sí es un estado plácido in-creíble. Con lo que más disfruto practicando surf es cuando espero sentado la ola. Me gusta estar atrás de la rompiente, en ese mundo ondulado, ordenado y misterioso con miedo. Das la espalda al agua que te lleva hacia la costa.

¿Qué tiene Colombia que no tienen los demás para haber grabado su disco aquí?Para empezar tiene a Mario Galeano, coproductor y un tipo de músico que no es fácil de encontrar en otros lados. Colombia tiene algo muy importante que no po-seen el resto de los países latinoamericanos, una es-pecie de sentimiento de resurgir de las cenizas. Viene saliendo de una tragedia nacional de varias décadas y eso se puede percibir en el estado de ánimo de las personas y en su música.

¿A qué suena Bogotá?La ciudad que yo conocí suena a vinilo. Es curioso, en el tiempo que pasé en Bogotá estuve interactuando con artistas colombianos que usaban como herra-mienta para pinchar y de sampleo los vinilos. Como si DJ Shadow se hubiera ido a vivir a Bogotá.

¿Colombia para divertirse, escoge la rumba o el fútbol?Colombia para la rumba. Al menos los colombianos con los que estuve. No recuerdo haber hablado de fút-bol en Colombia, pero sí de unas rumbas maravillosas, “insasemeables”. Recuerdo a Mateo Ribano [diseña-dor gráfico y DJ], Mario Galeano y Quantic pinchando en vinilo y nosotros no encontrábamos nada parecido [Jorge y sus dos músicos] y preguntar “¿qué es eso tan bueno?”. Las canciones que estaban pasando perte-necían a vinilos de los que probablemente solo quede un ejemplar. Eran fiestas con un sonido de una gran originalidad y peculiaridad.

¿En qué se parece crear a la pesca?En que tu materia prima es la paciencia.

¿Cuando piensa en Uruguay en qué piensa?En una pradera semiondulada al borde del mar.

Mario Benedetti, José Mujica, Eduardo Galeano, Jorge Drexler, ¿quién sería el quinto?Bueno, hay muchos más antes de meterme a mí en esa lista.

Es que no dispongo de tiempo para nombrar a to-dos… [Se ríe]. Pon a Luis Suárez.

¿Qué escogería de su presidente [José Mujica] para el resto?Me gusta Mujica, me parece un buen presidente. Co-gería muchas cosas de él, pero sobre todo su macro-visión de las cosas, que siempre está viendo las situa-ciones con perspectiva.

¿Los españoles ponemos rumbo a América Latina solo cuando estamos desesperados?También cuando están emocionados y de rumba. Suscribo con lo que dice Pessoa de “Mi patria es mi lengua”, en ese sentido hay muchas cosas que noto como parte de un mismo fenómeno de España y La-tinoamérica.

¿Qué extraña de Latinoamérica en Europa y al re-vés?España no responde exactamente a la definición de Europa, aunque esté geográfica y políticamente ahí. Extraño en Madrid el amor profundo, transformador y la fe por la música. Cuando estoy en Latinoamérica echo en falta la comida española y la seguridad. Ma-drid es una ciudad por la que puedes caminar a cual-quier hora del día.

¿Le pareció insegura Bogotá?No particularmente, me pareció caótica. Por eso tam-bién extraño el orden cuando estoy por acá. El orden en general, institucional y logístico.

¿Por qué se piensa que hay que pasarlo mal para componer algo bonito?Muchos compositores así lo creen, no solo el público. Lo ha dicho Joaquín Sabina con todas sus letras. Se-gún él escribe mejor cuando está triste que cuando está contento. Teniéndolo como referente y maestro en tantas cosas en este punto me animo a discrepar con él. Para mí es una simplificación, igual que la que dice que la danza es una cosa poco seria. Es una he-rencia de la Iglesia católica, de la sobrevaloración del sufrimiento.

¿Qué canción no le gusta tocar en sus conciertos?Hay varias de Doce segundos de oscuridad, que fue un disco muy duro, y que te cambia la dirección de un concierto hacia una zona oscura. En este momento no me relaciono mucho con ella.

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7 0 JULIO 2014

BOCAS

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ES QUE HASTA U2 DESAFINACUANDO CANTA EN LA CEREMONIA DE LOS ÓSCAR.

A CAPELLA DURANTE 22 SEGUNDOS Y ME FUI.

EN CAMBIO, CANTÉ EN MI LEY, SOLO, CON EL MICRÓFONO,

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La ciudad donde le gustaría cantar y todavía no lo ha hecho es…La Habana.

¿Qué defecto lo define mejor?Puedo decir que mis defectos son los que mejor me definen. Cada cual es quien es por lo que hace de sus defectos. La inquietud y la inconstancia son dos de ellos que hablan de mí.

¿Qué no aguanta?La apatía.

Ganó un Óscar por “Al otro lado del río”, banda so-nora original de Diarios de motocicleta. Al recoger el premio cantó a capella el tema ante la sorpresa del público y de la organización que querían que lo interpretaran Santana y Banderas, famosos en EE. UU. Si querían show usted les regaló uno de verdad, ¿no le parece?Todo aquello lo viví con mucha curiosidad y nervios al principio y con alegría después. No tiene más vueltas. Estoy muy feliz de no haber tenido que cantar con aquel arreglo y escenografía tan feo y en un contexto tan difícil. Es que hasta U2 desafina cuando canta en la ceremonia de los Óscar. En cambio canté en mi ley, solo, con el micrófono, a capella durante 22 segundos y me fui. No podía haber salido mejor.

¿Qué le hubiera gustado inventar?Por decir algo novedoso, unos pequeños elásticos cir-culares que usan los niños para hacer pulseras.

¿Qué canta en la ducha?Cuando estoy contento, algunas de las canciones de los primeros discos de The Beatles, como Good day sunshine.

¿Quién desafina?Es muy fácil decir los políticos. Todos desafinamos, lo importante, como dice un amigo mío, no es no co-meter errores, sino salir bien parado de las cosas que se hacen. Hay cantantes que desafinan mucho, como Roy Orbison, y que a nadie le importa porque está dentro de su manera interpretativa. Hoy desafi-na todo aquel que le resulta más sencillo culpar a los demás de lo que sucede. La autocrítica es la mejor de las críticas. El peor desafino es proyectar la culpa de lo que pasa fuera de uno mismo.

¿Cuál es la relación entre las drogas y la creativi-dad?El otro día leí una frase que me gustó mucho: “Los versos que escriben los bebedores de agua no son bien apreciados ni bien recordados”. La relación es la misma que hay entre las drogas y la felicidad, o sea, inestable, ilusoria, a veces dan en el clavo, pero otras no. En mi caso, cada vez me cuesta más hacer la com-posición en estados alterados de conciencia. La nece-sito entera para escribir.

¿Qué le parecen programas como Operación Triunfo y La Voz?No tengo televisión desde hace 19 años, no los he vis-to nunca. Sé de qué tratan y me alegra de que haya programas musicales, no tengo nada en su contra, pero sinceramente no les dedico tiempo a verlos.

¿Por qué no suena música nueva en las emisoras de radio?Por una enfermedad de esta sociedad que se llama nostalgia. Los oldies [es un formato de radio que concentra la música que emite en unos años deter-

minados] han ido copando la percepción general. Lo mismo pasa en Facebook. La gente tiene la sensación de que fue feliz y trata de vincularse con su compa-ñero de secundaria, pensando que hubo un tiempo mejor. Vivimos en una sociedad donde la nostalgia es un negocio y una endemia. Se nos ha hecho creer que para estabilizarnos dentro de tu rango de consumo tu discoteca puede estar cerrada, que no te pierdes nada bueno. Siempre ha habido gente que se ha quedado congelada. Yo tengo mi discoteca abierta, igual que mi padre. En los setenta tenía discos de Monteverdi, jun-to con los de Bob Marley, a los Creedence Clearwater Revival con Bach en un mismo casillero y no pasaba nada. Siempre me ha gustado la policromía, tanto temporal como de estilo.

Qué le supone más lastre a la hora de componer, ¿la fonética o el significado?Tenía más peso la fonética antes de venir a España y adquirió más peso el significado viviendo en España, que es un país más literal. Latinoamérica es más me-tafórica. Escritores de canciones como Luis Alberto Spinetta son impensables en España, país que des-pués del franquismo se volvió particularmente literal. Está el caso de compositores que admiro dentro de su literalidad como Sabina, con sus analogías “Más triste que un torero”, en contraste con Spinetta que te dice “Tu sombra hiende la distancia es como un pétalo de sal”. En España no hay nadie que escriba así, de pron-to un Bunbury. Este no es un país abierto a la metá-fora, es muy concreto. Con lo bueno y lo malo que eso tiene. A mí me vino muy bien. Aprendí a concretar. Mis primeras letras eran mucho más abiertas e indetermi-nadas y me dio un peso de concreción que me ayuda a comunicar, aunque siempre trato de mantener un vuelo metafórico en lo que hago.

¿En torno a qué gira la felicidad?Me gusta más hablar de alegría que de felicidad, que parece un estado terminal. Suena como un estadio fijo y yo no creo en los estados de ánimo estáticos. Si uno se concentra demasiado en la felicidad se pierde la alegría, que es un estado transitorio.

¿Y en torno a qué gira la alegría?

Alrededor del presente, al estado de presencia, de es-tar en lo que tienes que estar.

¿A quién es más difícil escribirle una canción, a un nuevo amor o a uno perdido?Son dos tipos de amores bastante sencillos para escri-birles una canción. Lo más difícil es escribir a todos los amores entre esos dos.

¿Qué le dicen las uñas después de un concierto?[Se las mira como si no lo hubiera hecho antes]. Son un mapa del concierto. Suelo romperlas y gastarlas, de hecho una la tengo recién reparada. Las uñas di-cen mucho.

Y tras un disco, ¿qué?Viene una sensación de vacío y que me parece sana. Es una especie de depresión posparto. Me siento ago-tado y con cierta inestabilidad emocional después de haberlo dado todo y quedar en blanco. En eso estoy ahora, no podría escribir, ni me lo planteo. También viene la gira, tocar en vivo. Los períodos que pasan entre cuando se empieza a escribir un disco y después de que lo terminó no es una época de alegría espontá-nea. Hay muchas decisiones involucradas.

¿Cómo hago para resultar interesante si no sé to-car la guitarra, cantar y bailar no hablemos. Si ni siquiera soy médico?Pues lo intentas mucho haciendo preguntas peculia-res [se ríe]. Es más difícil evitar ser interesante que intentar serlo. Tienes que pensar que vos estás sen-tado ahí en un sillón, varios trillones de átomos orga-nizados de una manera que no ha sido nunca utilizada en la historia de la humanidad ni volverá a serlo en la existencia. No volverá a ser organizado de la misma manera, que va a estar ahí organizado por un período de tiempo, esperemos que sea largo, y que si te des-mantelaran con una pinza, átomo a átomo, te darías cuenta de que estás constituido todo por sustancias, donde cada átomo es inerte y sin embargo la combina-ción de ellos produce, no solo la vida, que se autorre-produce, sino la conciencia de sí misma. Es mucho más difícil encontrar eso poco interesante que perseguirlo como algo realmente interesante. Cada persona es un suceso único y espectacular. El esfuerzo por parecer interesante me parece innecesario, la vida es fasci-nante de por sí, no necesita realizar ningún esfuerzo. Lo que tienes que hacer es quitarte todas las barreras que te impiden ver esa realidad.

¿Se ve capaz de improvisar una “payada” [duelo de gallos por medio del verso]?Sí…, pero no aquí [se ríe].

La idea era hacerlo aquí…Bueno…

El amigo periodista que ahora tengo delanteme pregunta qué hace uno para ser interesante.Yo, después, diré que antes de responder la pregunta le digo que si se juntan los átomos que lo forman me-nos la excepción y más la normaes que sea interesante.

Mal resuelta pero es una payada. Nunca payé delante de un periodista [se ríe]. Es muy difícil improvisar.

¿Cuál es su cueva?A la que se entra por la boca de la guitarra.

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BOCAS

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PUEDO DECIR QUE MIS DEFECTOSSON LOS QUE MEJOR ME DEFINEN.

CADA CUAL ES POR LO QUE HACE DE SUS DEFECTOS.

SON DOS DE ELLOS QUE HABLAN DE MÍ.LA INQUIETUD Y LA INCONSTANCIA