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EL MUNDO FRENTE A LA GLOBALIZACIÓN Jorge Saborido 2. los debates sobre la globalización En el curso de los últimos años el fenómeno de la globalización –sea real o ilusorio- ha capturado la imaginación del gran público. En una época de profundos e irreversibles cambios, para los cuales las teorías en uso parecen tener pocas respuestas, la idea de la globalización ha adquirido casi el significado de un nuevo paradigma. Utilizada para abordar el análisis de los fenómenos más variados, desde el valor del euro hasta la difusión del fundamentalismo religioso, la globalización parece ofrecer una explicación convincente de la realidad contemporánea. No cave duda de que estamos frente a la palabra de moda, que “se transforma rápidamente en un fetiche, un conjunto mágico, una llave destinada a abrir las puertas a todos los misterios presentes y futuros”. 1 Si bien el término “globalización” se ha difundido en los últimos veinte años, la elaboración del concepto se inició mucho antes; su origen puede encontrarse en los estudios de algunos intelectuales del siglo XIX y de principios del siglo XX, como el francés Saint-Simon o el norteamericano MacKinder, quienes pusieron de relieve como modernización estaba conduciendo a la progresiva integración del mundo. Pero se debió esperar ala segunda mitad del siglo XX para que el término “globalización” fuera efectivamente usado, estos años de rápida expansión del fenómeno de la interdependencia política y económica –especialmente en los Estados Occidentales- han mostrado de las aproximaciones tradicionales para la comprensión de los fenómenos actuales, tales aproximaciones presumían una estricta separación entre asuntos internos y externos, entre el escenario nacional y el internacional. En cambio, en un mundo más interdependiente lo que ocurre fuera de las fronteras nacionales termina por tener un impacto también en el ámbito interno, y viceversa. Tras el hundimiento de las democracias populares de Europa Oriental, la discusión sobre la globalización se intensificó, tanto en los medios de comunicación de masas como en el mundo académico. Este fenómeno, que ha coincidido con la rápida difusión de la revolución informática, parece confirmar la convicción de que el mundo o al menos la parte rica del planeta, se está convirtiendo en un único escenario social y económico. Tratar de poner orden en los debates alrededor de la globalización presente muchas dificultades, dado que no existen líneas de enfrentamiento consolidadas, trazadas con claridad. Las principales corrientes de investigación social no han elaborado una teoría de la globalización que goce de un consenso amplio; por el contrario, el debate continúa, guiado por valoraciones opuestas. Tampoco las concepciones ideológicas clásicas, el conservadurismo, el liberalismo y el socialismo, ofrecen claves coherentes de la era de la globalización y respuestas satisfactorias a sus problemas. Así, mientras hay socialistas y conservadores que están de acuerdo en asignar poca importancia al fenómeno de la globalización, otros con las mismas convicciones políticas lo consideran una verdadera amenaza. En realidad, la globalización pone en discusión tanto las más articuladas construcciones teóricas como las más consolidadas convicciones políticas A pesar de estas puntualizaciones, es posible sin embargo identificar en este debate, como lo han fundamentado Held y McGrew, una línea de demarcación entre los “globalistas”, que consideran la globalización como un desarrollo real y significativo, y los “escépticos”, que la consideran fundamentalmente una construcción ideológica y, por lo tanto, le otorgan un valor explicativos marginal. 2 Este dualismo puede tal vez aparecer demasiado rígido, privilegiando posiciones extremas en detrimento de múltiples argumentaciones, matices y opciones. Pero lo que se está haciendo es utilizar “tipos ideales”, construcciones abstractas que permitan “poner orden” en un campo de investigación, identificando las áreas principales de consenso y disenso. Esta simplificación nos permite disponer de una clave de lectura bastante clara para adentrarse en las discusiones muchas veces confusas sobre la globalización. Las dos posiciones –la globalista y la escéptica- no agotan sin duda la complejidad de las diferentes interpretaciones del fenómeno de la globalización. En realidad, en el interior de cada una de ellas existen profundas diferencias tanto respecto a la interpretación histórica de los acontecimientos como a las posiciones normativas, las que se podrán apreciar en las páginas siguientes. En las páginas siguientes, se analizaran cuatro temas fundamentales vinculados con el debate sobre la globalización: la cuestión de la subsistencia o no del Estado - nación en el nuevo escenario mundial; las ramificaciones culturales de la globalización (en particular vinculadas con la cuestión de la identidad nacional); las características de la economía contemporánea, y los modelos normativos respecto de un nuevo orden mundial. Como inevitablemente paso previo, se procederá a discutir el concepto mismo de la globalización. 1 Z. Bauman, La globalización. Consecuencias humanas, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica, 1999. 2 D. Held y A. McGrew, Glovalismo e antiglobalismno, Bolonia, II Mulino, 2000. 1

Jorge Saborido - El Mundo Frente a La Globalizacion

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Capitulo 2 a-b

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  • EL MUNDO FRENTE A LA GLOBALIZACIN Jorge Saborido

    2. los debates sobre la globalizacin

    En el curso de los ltimos aos el fenmeno de la globalizacin sea real o ilusorio- ha capturado la

    imaginacin del gran pblico. En una poca de profundos e irreversibles cambios, para los cuales las teoras en uso parecen tener pocas respuestas, la idea de la globalizacin ha adquirido casi el significado de un nuevo paradigma. Utilizada para abordar el anlisis de los fenmenos ms variados, desde el valor del euro hasta la difusin del fundamentalismo religioso, la globalizacin parece ofrecer una explicacin convincente de la realidad contempornea. No cave duda de que estamos frente a la palabra de moda, que se transforma rpidamente en un fetiche, un conjunto mgico, una llave destinada a abrir las puertas a todos los misterios presentes y futuros.1

    Si bien el trmino globalizacin se ha difundido en los ltimos veinte aos, la elaboracin del concepto se inici mucho antes; su origen puede encontrarse en los estudios de algunos intelectuales del siglo XIX y de principios del siglo XX, como el francs Saint-Simon o el norteamericano MacKinder, quienes pusieron de relieve como modernizacin estaba conduciendo a la progresiva integracin del mundo. Pero se debi esperar ala segunda mitad del siglo XX para que el trmino globalizacin fuera efectivamente usado, estos aos de rpida expansin del fenmeno de la interdependencia poltica y econmica especialmente en los Estados Occidentales- han mostrado de las aproximaciones tradicionales para la comprensin de los fenmenos actuales, tales aproximaciones presuman una estricta separacin entre asuntos internos y externos, entre el escenario nacional y el internacional. En cambio, en un mundo ms interdependiente lo que ocurre fuera de las fronteras nacionales termina por tener un impacto tambin en el mbito interno, y viceversa.

    Tras el hundimiento de las democracias populares de Europa Oriental, la discusin sobre la globalizacin se intensific, tanto en los medios de comunicacin de masas como en el mundo acadmico. Este fenmeno, que ha coincidido con la rpida difusin de la revolucin informtica, parece confirmar la conviccin de que el mundo o al menos la parte rica del planeta, se est convirtiendo en un nico escenario social y econmico.

    Tratar de poner orden en los debates alrededor de la globalizacin presente muchas dificultades, dado que no existen lneas de enfrentamiento consolidadas, trazadas con claridad. Las principales corrientes de investigacin social no han elaborado una teora de la globalizacin que goce de un consenso amplio; por el contrario, el debate contina, guiado por valoraciones opuestas. Tampoco las concepciones ideolgicas clsicas, el conservadurismo, el liberalismo y el socialismo, ofrecen claves coherentes de la era de la globalizacin y respuestas satisfactorias a sus problemas. As, mientras hay socialistas y conservadores que estn de acuerdo en asignar poca importancia al fenmeno de la globalizacin, otros con las mismas convicciones polticas lo consideran una verdadera amenaza. En realidad, la globalizacin pone en discusin tanto las ms articuladas construcciones tericas como las ms consolidadas convicciones polticas

    A pesar de estas puntualizaciones, es posible sin embargo identificar en este debate, como lo han fundamentado Held y McGrew, una lnea de demarcacin entre los globalistas, que consideran la globalizacin como un desarrollo real y significativo, y los escpticos, que la consideran fundamentalmente una construccin ideolgica y, por lo tanto, le otorgan un valor explicativos marginal.2 Este dualismo puede tal vez aparecer demasiado rgido, privilegiando posiciones extremas en detrimento de mltiples argumentaciones, matices y opciones. Pero lo que se est haciendo es utilizar tipos ideales, construcciones abstractas que permitan poner orden en un campo de investigacin, identificando las reas principales de consenso y disenso. Esta simplificacin nos permite disponer de una clave de lectura bastante clara para adentrarse en las discusiones muchas veces confusas sobre la globalizacin.

    Las dos posiciones la globalista y la escptica- no agotan sin duda la complejidad de las diferentes interpretaciones del fenmeno de la globalizacin. En realidad, en el interior de cada una de ellas existen profundas diferencias tanto respecto a la interpretacin histrica de los acontecimientos como a las posiciones normativas, las que se podrn apreciar en las pginas siguientes.

    En las pginas siguientes, se analizaran cuatro temas fundamentales vinculados con el debate sobre la globalizacin: la cuestin de la subsistencia o no del Estado - nacin en el nuevo escenario mundial; las ramificaciones culturales de la globalizacin (en particular vinculadas con la cuestin de la identidad nacional); las caractersticas de la economa contempornea, y los modelos normativos respecto de un nuevo orden mundial. Como inevitablemente paso previo, se proceder a discutir el concepto mismo de la globalizacin.

    1 Z. Bauman, La globalizacin. Consecuencias humanas, Buenos Aires, Fondo de Cultura Econmica, 1999. 2 D. Held y A. McGrew, Glovalismo e antiglobalismno, Bolonia, II Mulino, 2000. 1

  • a. El concepto de globalizacin No existe una definicin universal aceptada de globalizacin; como todos los conceptos fundamentales de las

    ciencias sociales, su significado preciso es objeto de discusin. Ha sido concebida: A) como una accin a distancia, segn la cual los actores realizados por sujetos sociales en un mbito local llegan a tener consecuencias significativas para sujetos lejanos; b) como una aceleracin de la interdependencia, una intensificacin de las conexiones entre economas y sociedades nacionales, de manera que eventos que tienen lugar en un propio pas tienen un impacto directo sobre los otros; c) como una comprensin espacio - temporal, una desaparicin de los lmites de la distancia y del tiempo en las acciones y en las organizaciones sociales, resultado de las comunicaciones electrnicas: d) como una contraccin del mundo, incluyendo la desaparicin de las fronteras geogrficas, por efecto de la actividad socioeconmica y financiera.

    Lo que caracteriza estas definiciones es el diferente nfasis que las mismas ponen sobre los aspectos materiales, espacio - temporales y cognoscitivos de la globalizacin. Vale la pena detenerse por un momento en estos puntos centrales para definir en trminos generales el concepto mismo de globalizacin, antes de afrontar el debate en torno a su capacidad analtica.

    La globalizacin tiene un innegable aspecto material en la medida en que es posible identificar y cuantificar, por ejemplo, los flujos comerciales, los movimientos de capitales y de personas a travs del mundo. stos son facilitados por diversos tipos de infraestructuras, sean propiamente materiales (como las redes de transporte o el sistema bancario), o simblicas (como la afirmacin del ingls como lengua universal), las que constituyen precondiciones gracias a las cuales se llevan a cabo formas ordenadas y permanentes de interconexiones globales. El concepto de globalizacin se refiere, sin duda, no a situaciones coyunturales sino a redes institucionalizadas de vnculos a nivel mundial. La idea de globalizacin sugiere asimismo una creciente amplitud e inestabilidad de este flujo de relaciones, tanto que los Estados y las sociedades quedan inmersas en sistemas y redes interconectadas que cubren todo el mundo. A raz de esta nueva realidad se produce una trascendental extensin del impacto territorial de las acciones sociales y de las organizaciones, adquiriendo dimensiones interregionales e intercontinentales. Esto no significa, sin embargo, que el plano global adquiera supremaca sobre las organizaciones de la vida social en el nivel local, nacional o regional, pero s que estas formas de vida se insertan en un sistema ms amplio de redes de poder y de relaciones internacionales. Como consecuencia, las coordenadas de la vida social moderna, esto es, los crculos del tiempo y del espacio geogrfico, dejan de imponer barreras rgidas a muchas formas de intercambio y de organizacin social. La existencia de Internet y el desarrollo de las transmisiones en los mercados financieros globales lo estn demostrando. Cuanto ms influyen las distancias, ms aumenta la velocidad de las interconexiones. Como se ha demostrado en las ltimas crisis financieras, producidas en lugares lejanos del mundo como Asia oriental o Rusia, stas tienen repercusiones inmediatas en todo el mundo, implicando una drstica disminucin del tiempo de respuesta para todos aquellos que tienen que tomar decisiones.

    El trmino globalizacin, para decirlo de manera sencilla, expresa la escala cada vez mayor, la creciente amplitud, el impacto cada vez ms veloz y profundo de las relaciones interregionales y de los modelos de interaccin social. Se refiere entonces a una verdadera transformacin en la escala de las organizaciones de la sociedad, que pone en relacin comunidades distantes y ampla el mbito de las relaciones de poder abrazando las regiones ms importantes del mundo. Esto no debe ser entendido como la emergencia de una armoniosa sociedad mundial, o de un proceso universal de integracin global en cuyo interior se verificase una creciente convergencia de culturas y civilizaciones. Las crecientes interconexiones a nivel mundial no slo provocan nuevos conflictos sino que tambin generan polticas reaccionarias y provocan profundos sentimientos xenfobos. Dado que la mayor parte de la poblacin mundial, no se ve directamente afectada por el proceso de globalizacin, o permanece excluida de sus beneficios, este fenmeno es percibido como profundamente produciendo vigorosos rechazos. La desigual distribucin determinan que no sea un proceso universal, y que en manera alguna se experimenta de manera uniforma en todo el planeta.

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  • El mito de la globalizacin

    Para los escpticos es justamente este aspecto el que determina el que el concepto mismo de globalizacin sea insatisfactorio. Su planteo puede resumirse en esta pregunta: qu tiene de global la globalizacin? Si el trmino no puede ser interpretado literalmente, designando un fenmeno universal, entonces el concepto de globalizacin carece de especificidad. Tambin parece problemtica una concepcin ms subjetiva de la globalidad, considerada simplemente como el vrtice de una escala jerrquica de niveles espaciales de las sociedades y de sus interacciones, del nivel local nacional regional, y finalmente global. Sin claros puntos de referencia geogrficos, cmo es posible distinguir el plano internacional o el transnacional de aquel verdaderamente global, y los procesos de regionalizacin supranacional de los procesos de globalizacin? Justamente a causa del hecho de que mucha de la literatura de la globalizacin no especifica los referentes espaciales de aquello que es denominado global, es que el concepto termina siendo tan amplio que resulta imposible cuantificarlo empricamente, y por lo tanto, objetan los escpticos, intil para comprender el mundo contemporneo.

    Al interrogarse sobre el concepto de globalizacin, los escpticos buscan someterlo a un test definitivo: construyen el modelo abstracto de una economa, de una cultura y de una sociedad global, para verificar en que medida las tendencias actuales corresponden a ese modelo. Sustentan estos modelos una concepcin de la economa y de la sociedad global elaborada sobre las bases nacionales, pero a una escala mucho mayor. Otros crticos de las tesis globalistas plantean en cambio la cuestin de cuanto difiere la globalizacin contempornea de aquella que muchos historiadores econmicos han descrito como la belle poque de la globalizacin: el perodo comprendido entre 1890 y 1914. En ambos casos existe una fuerte presuncin respecto a que la evidencia estadstica puede mostrar la verdad respecto del proceso de globalizacin. Las conclusiones de los escpticos son en este tema negativas en cuanto al valor descriptivo y explicativo del concepto de globalizacin. Concluyen afirmando que una mejor conceptualizacin de las caractersticas del mundo contemporneo puede encontrarse en trminos como internacionalizacin un crecimiento de los vnculos entre economas y sociedades nacionales fundamentalmente distintas -, o regionalizacin una intensificacin de los intercambios econmicos y sociales en espacios geogrficos regionales -. Este punto de vista subraya la permanencia del escenario mundial contemporneo de la supremaca del territorio, de los lmites y de los gobiernos nacionales en la distribucin y asentamiento del poder, de la produccin y de la riqueza. La cuestin suscita una pregunta crucial: cmo explicar el contraste entre la difusin del discurso sobre la globalizacin y la realidad de un mundo cuya vida cotidiana contina siendo dominada por circunstancias nacionales o locales?

    De acuerdo a la visin de muchos escpticos, el concepto de globalizacin, en lugar de ofrecer una expoliacin de las fuerzas que modelan el orden mundial contemporneo, tiene un significado bastante diferente. El discurso sobre la globalizacin es visto esencialmente como una construccin ideolgica til para justificar y legitimar el proyecto neoliberal global, esto es, la creacin de un mercado libre a nivel mundial y la consolidacin del capitalismo norteamericano en las principales regiones econmicas del mundo. En este contexto, el concepto de globalizacin funciona como un mito necesario, por medio del cual polticos y gobernantes disciplinan a los ciudadanos para que respondan a los requisitos del mercado global. No debe, por lo tanto, sorprender que las discusiones sobre la globalizacin se hayan difundido en coincidencia con la afirmacin dentro del capitalismo occidental del proyecto neoliberal, que se funda sobre el consenso respecto del concepto de desregulacin, de privatizaciones, de programas de ajuste estructural y de gobierno limitado.

    La respuesta de los globalistas

    Los globalistas rechazan la afirmacin de que el concepto de globalizacin pueda ser considerado como una simple construccin ideolgica, o como un sinnimo del imperialismo occidental. Sin negar que el discurso sobre la globalizacin pueda servir a los intereses de las poderosas fuerzas del mundo occidental, la posicin globalista destaca que el mismo refleja cambios estructurales reales a nivel de las organizaciones sociales modernas. Esto se hace evidente en el crecimiento de las multinacionales y de los mercados financieros mundiales, en la difusin internacional de las culturas populares y en la degradacin del medio ambiente a nivel mundial. Ms que considerar la globalizacin como un fenmeno solamente econmico, los anlisis globalistas colocan en el mismo plano otras dimensiones de la vida social. Reducir la globalizacin a una lgica puramente econmica o tecnolgica es considerado profundamente errneo, por el hecho de que con ello se ignora la complejidad de las fuerzas que modelan la sociedad moderna y el orden mundial. Por estas razones, los anlisis globalistas conciben la globalizacin como un conjunto de procesos conectados que operan en todas las dimensiones fundamentales del poder econmico, social, poltico y cultural. Esta afirmacin no implica que en el interior de cada una de esas dimensiones, las secuencias histricas o espaciales de los procesos de globalizacin sean idnticos o comparables. No se sostiene en manera alguna, por ejemplo, que los modelos de globalizacin correspondientes a la esfera de la cultura sean necesariamente similares a los del nivel econmico. Los globalistas aceptan la posibilidad de que la globalizacin se desarrolle a velocidades diferentes y se difunda en reas geogrficas y mbitos distintos. 3

  • Para esta concepcin resulta fundamental el relieve dado a la caracterizacin especficamente espacial de los procesos de globalizacin. En la bsqueda de diferenciar las redes y los sistemas globales de aquellos que operan sobre otras escalas geogrficas, como la escala local o la nacional, los anlisis globalistas identifican el espacio de la globalizacin primariamente con aquellas actividades y relaciones que se verifican a nivel a nivel interregional o intercontinental. Esta visin los obliga a realizar una distincin precisa entre el concepto de globalizacin y los de regionalizacin y de localizacin, conceptos estos ltimos que se refieren, por una parte, al conjunto de relaciones que se establecen entre Estados contiguos y, por otra, a fenmenos de densificacin de las relaciones sociales en el interior de los Estados. Desde estas perspectivas, las relaciones entre la globalizacin y las otras escalas de la organizacin social no son concebidas en trminos jerrquicos o contradictorios; por el contrario, las interrelaciones entre los diversos niveles son consideradas fluidas y dinmicas.

    El intento de encuadrar de manera ms sistemtica el concepto de globalizacin se acompaa tambin de una importante preocupacin por sus manifestaciones histricas o temporales. Ms que tratar de establecer en qu medida las tendencias contemporneas hacia la globalizacin corresponden a un modelo abstracto de un mundo global, o bien comparar simplemente el nivel de amplitud de estas tendencias en diversas pocas, el punto de vista globalista utiliza mtodos de anlisis de impronta sociohistrica. Esto implica colocar al moderno proceso de globalizacin en lo que Braudel ha definido como la perspectiva de larga duracin, es decir, en un esquema de cambios histricos que se llevan a cabo en un perodo por lo menos secular. Como ha sido confirmado por lo menos hace ya varios siglos por la existencia de religiones mundiales, la globalizacin no es un fenmeno especfico de la era contempornea. Para explicar la globalizacin actual es necesario colocarla como parte de un largo proceso de desarrollo histrico mundial. Este desarrollo est sin duda caracterizado, como muchos globalistas reconocen, por diferentes fases bien distintas unas de otras la poca de los descubrimientos geogrficos, la belle poque, el perodo entre las dos guerras mundiales durante las cuales el ritmo de la globalizacin parece intensificarse o. Por el contrario, disminuir. Para comprender la globalizacin contempornea es preciso investigar lo que diferencia las distintas fases del fenmeno, es decir cmo estn organizados estos sistemas y modelos de interconexin global, cmo se reproducen, cul es su extensin geogrfica y su origen histrico, como, en fin, cambian las relaciones de poder a nivel interregional. Los anlisis globalistas se extienden hasta comprender las diversas formas histricas bajo las cuales se ha manifestado la globalizacin. Un abordaje de este tipo requiere un examen comparado de cmo, a lo largo del tiempo, las distintas formas de globalizacin se concretan, sea en los diferentes mbitos de la actividad (en las dimensiones polticas, econmicas, culturales), sea en las relaciones entre ellas.

    Esta particular tradicin de anlisis sociohistrico implica una concepcin de la globalizacin como un proceso abierto; no est inscripta en un esquema lgico predeterminado de manera de constituir una nica trayectoria histrica y un nico resultado final, una nica civilizacin global. La tentacin de formular conclusiones deterministas es fuertemente cuestionada por los globalistas, los cuales en cambio tienden a subrayar como la globalizacin se configura a partir de la convergencia de una pluralidad de fuerzas y lleva dentro de s tensiones dinmicas. Es preciso destacar que rechazan la presuncin de que la globalizacin pueda ser explicada a partir de los imperativos del capitalismo y del desarrollo tecnolgico; tampoco puede comprenderse simplemente como una proyeccin de la modernidad occidental a todo el planeta. En cambio, es vista como el producto de una multiplicidad de fuerzas, que incluyen elementos econmicos, polticos y tecnolgicos, pero tambin factores coyunturales como, para dar un par de ejemplos alejados en el tiempo y en el espacio, el surgimiento de la antigua ruta de la seda o el hundimiento de la Unin Sovitica. Refutando interpretaciones historicistas o deterministas de la globalizacin, los sostenedores de las tesis globalistas defienden una concepcin abierta de las transformaciones globales, ms que una visin esttica de un mundo globalizado.

    La interpretacin globalista implica, adems, un reordenamiento sustancial de los principios a partir de los cuales se organiza la vida social y el escenario mundial. Los tres aspectos principales identificados son las transformaciones de los modelos dominantes de organizacin socioeconmica, de territorialidad y de distribucin del poder. A travs de un proceso de progresiva erosin de los vnculos espacio temporales frente a las interacciones sociales, la globalizacin crea la posibilidad de nuevas modalidades de organizacin de los vnculos transnacionales como, por ejemplo, las redes productivas globales y los regmenes mundiales que las encuadran.

    En su obra de transformacin del contexto y de las condiciones en las cuales se realizan las formas de interaccin y de la organizacin social, la globalizacin conlleva tambin una reformulacin de las relaciones entre territorio y espacio socioeconmico y poltico; para decirlo de manera comprensible; a medida que la actividad econmica, social y poltica trasciende de manera creciente las fronteras nacionales y regionales, se ponen cada vez ms en discusin los principios territoriales a partir de los cuales se organiza la vida social y poltica moderna. Estos principios presuponan la existencia de una correspondencia directa entre sociedad, economa y poltica en el interior de un territorio nacional bien definido. La globalizacin cuestiona esta correspondencia desde el momento en que las actividades citadas no pueden ser consideradas coincidentes con las fronteras territoriales nacionales. Lo dicho no significa que el territorio y el espacio hayan pasado a ser irrelevantes, pero s que bajo la presin del moderno proceso de globalizacin deben ser reconfigurados, encuadrados en un contexto global, en el que, con 4

  • frecuencia, las diferentes configuraciones compiten entre ellas. Este ltimo punto nos conduce al otro tema, tan tratado por la literatura globalista, que es el de las transformaciones de las relaciones de poder.

    En ele centro de las posiciones globalistas existe un inters muy vivo por el poder, sus instrumentos, su configuracin, su distribucin e impacto. El concepto de globalizacin sirve tambin para destacar la nueva escala de extensin geogrfica dentro de la cual se organizan las relaciones de poder, y para analizar las implicaciones que tiene para los Estados.

    b.- Globalizacin y Estado nacional

    La vida contempornea est estrechamente determinada por el Estado moderno, el cual establece las formas apropiadas segn las cuales se deben desenvolver casi todas las actividades humanas. El crecimiento cuantitativo del Estado, ya sea desde el punto de vista de su tamao como desde la extensin de su jurisdiccin, es uno de los pocos procesos del siglo XX que no pueden ser discutidos. En relacin con algunos aspectos fundamentales desde su capacidad de recolectar tasas y gravar ganancias hasta la de organizar ejrcitos para enfrentar a un enemigo los Estados, por lo menos aquellos que pertenecen al mundo desarrollado, estn hoy en situacin favorable respecto de sus predecesores.

    La importancia de los Estados nacionales

    Los escpticos atribuyen una notable importancia a la significacin de los Estados nacin contemporneos. Constituyen la principal forma de organizacin poltica existente en el mundo, asumiendo en los ltimos aos especialmente a partir de la descolonizacin y del colapso de la Unin Sovitica la forma de la democracia liberal y representativa. En las ltimas tres dcadas, una serie de ondas democratizadoras han llevado al rea democrtica a algunos pases europeos como Espaa y Portugal, y a muchos otros en Amrica latina, Asia, Africa y Europa Oriental. De todos modos, la va que conduce a la democracia liberal consolidada resulta estrecha y llena de obstculos hasta el punto en que muchos pases su afirmacin es an incierta y sujeta a mltiples controversias.

    Pasando revista a al escena poltica tal cual se presenta en el cambio del siglo, existen buenas razones, argumentan los escpticos, para pensar que se puede designar este perodo como la era del Estado nacin moderno. De hecho, los Estados siempre: 1) reivindicaron el monopolio del uso poltico de la fuerza y del ejercicio de la justicia; 2) crearon fuerzas militares estables que constituyen el smbolo de la estatalidad y los instrumentos para asegurar la defensa nacional; 3) consolidaron los mecanismos para la recaudacin de impuestos y para la distribucin de los mismos; 4) construyeron redes de infraestructuras nacionales de comunicacin; 5) desarrollaron un sistema educacional pblico unificado; 6) contribuyeron a forjar una identidad nacional; 7) montaron un complejo sistema de instituciones polticas, econmicas y culturales.

    La realidad actual muestra, sin embargo, que el peso de las grandes potencias y de los organismos internacionales condiciona de manera notable el comportamiento de los pases situados en reas perifricas, manteniendo una posicin invariable en la estructura dominante del sistema mundial. Sin duda, el fin de la Guerra Fra profundiz esta situacin, angostando las posibilidades de eleccin de sus gobernantes; los programas de ajuste estructural y las vas hacia el desarrollo para poner slo dos ejemplos parecen seguir un modelo uniforme diseado desde afuera.

    A pesar de que muchos Estados detentan un control limitado sobre su territorio, estn siempre dispuestos a defender su soberana esto es, el derecho a gobernar y su autonoma la capacidad para elegir las vas de desarrollo poltico, econmico y social que consideren apropiadas -. Dado de que la gama de elecciones que sobre estos temas disponen los Estados depende en medida variable de circunstancias externas, la independencia de los Estados nacionales es un elemento tenido muy en cuenta. Los modernos Estados nacionales son comunidades polticas que crean las condiciones para que se establezcan comunidades nacionales unidas por un destino comn y pocos parecen dispuestos a sacrificar esta importante prerrogativa. Aunque muchas elecciones puedan en realidad ser obligadas, los Estados continan contando y permanecen como el centro focal de la actividad de deliberacin pblica y el mbito principal del debate poltico. De acuerdo con el punto de vista de los escpticos, las tradiciones de naturaleza poltica permanecen vivas, y entre gobernantes y electores se establecen siempre pactos de naturaleza poltica, de manera que los Estados, gracias a esta voluntad poltica, pueden seguir gobernando. Los escenarios polticos nacionales son hoy tan importantes como en el momento de la formacin de los Estados modernos, sino ms.

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  • Una poltica global

    En la visin de los globalistas, el crecimiento de las organizaciones internacionales y transnacionales desde las Naciones Unidas a los grupos de presin y a los movimientos sociales internacionales- han alterado la forma y la dinmica tanto del Estado como de la sociedad civil. El Estado se ha convertido en un escenario de gestin poltica atravesado por redes transnacionales gubernamentales y no gubernamentales, as como de agentes y fuerzas internas. De la misma manera, tambin la sociedad civil est siendo alterada por fuerza de la naturaleza transnacional.

    El vnculo exclusivo entre territorio y poder poltico ha desaparecido. La poca contempornea ha sido testigo de la difusin de un sistema de niveles mltiples de ejercicio del gobierno tanto en el interior como a travs de las fronteras de los Estados. Nuevas instituciones internacionales y transnacionales actan dentro de Estados soberanos, transformando de esta manera la soberana en un ejercicio del poder no exclusivo de nadie, sino en manos de muchos. Paralelamente, se ha desarrollado un cuerpo de normas regionales (esto es, relativas a reas contiguas) e internacionales que sostienen un emergente sistema de gobierno global, sea ste formal.

    Muchos fenmenos, entre los cuales se cuenta el rpido despliegue de organizaciones y regmenes polticos internacionales, muestran la importancia de esta transformacin. Han surgido organizaciones gubernamentales, intergubernamentales. A mediados de los aos 90 haba 260 instituciones gubernamentales y alrededor de 5.500 no gubernamentales. A esta realidad contribuye el notable aumento de tratados internacionales en vigencia, as como el nmero de regmenes internacionales, de los cuales son un ejemplo los acuerdos de no-proliferacin nuclear.

    A este acuerdo de extensas interconexiones polticas se agrega la tupida red de actividad en el interior y entre los numerosos foros polticos internacionales, que han demostrado ser mbitos clave para el proceso de tomar decisiones polticas a nivel internacional, como las Naciones Unidas, el grupo G7, el Fondo Monetario Internacional, la Organizacin Mundial del Comercio, etc., a los que se les agrega muchos otros espacios de encuentro de carcter oficial y no oficial. Por lo tanto, el gobierno nacional est siempre rodeado de mbitos de poder a varios niveles local, nacional, regional y global- a los cuales no est en condiciones de controlar.

    A nivel regional, la Unin Europea ha llevado a Europa, en un perodo de tiempo particularmente corto, de la disgregacin existente en la segunda posguerra a una organizacin poltica supranacional en cuyo interior la soberana se ejerce de manera conjunta por los Estados - miembros en un creciente nmero de reas de inters comn. A pesar de la oposicin de que ha sido objeto, la Unin Europea constituye un innovador sistema de ejercicio del gobierno que institucionaliza la colaboracin intergubernamental con el objeto de dar respuesta colectiva a problemas comunes, atravesando las fronteras de los Estados. El proceso de regionalizacin ha experimentado una aceleracin en todo el mundo, siguiendo modelos diferentes del de la Unin Europea, con importantes consecuencias entre las diferentes regiones mundiales. En este sentido, el regionalismo no ha sido una barrera para el proceso de globalizacin de la poltica; por el contrario, se compatibiliza perfectamente.

    El rumbo hacia la cooperacin internacional no muestra signos de disminucin, a pesar de las advertencias alarmistas. Las temticas de competencia de la poltica regional o global se han ampliado: si los traficantes de drogas, los terroristas, los movimientos de capitales, la lluvia cida, la inmigracin ilegal no tienen fronteras, tampoco las deben tener las actividades destinadas a enfrentarlas. La cooperacin internacional y la coordinacin de las polticas nacionales se han tornado requisitos necesarios para controlar las consecuencias de un mundo globalizado.

    Cambios fundamentales se han producido tambin en el sistema mundial. Pocos Estados en la actualidad consideran que el unilateralismo y la neutralidad constituyen estrategias vlidas de defensa. Las instituciones dedicadas a la seguridad global y regional se han vuelto ms importantes. La mayor parte de los Estados elige hoy suscribir una serie de acuerdos interestatales y adherirse a instituciones multilaterales para reforzar su propia seguridad. No slo las instituciones destinadas a la defensa son multinacionales; tambin los mtodos de construccin del armamento pesado han cambiado. La era de las grandes industrias militares nacionales ha sido superada por un fuerte incremento de los acuerdos de fabricacin conjunta, de las alianzas industriales, del otorgamiento de licencias. Lo dicho implica que pocos pases ni siquiera los Estados Unidos disponen de completa autonoma en materia de fabricacin de armamentos y de equipamiento militar. A esto se debe agregar el hecho de que la industria militar, al hacer uso abundante de tecnologas como la electrnica, elemento vital para un moderno sistema de armamentos, termina por vincularse a un sistema industrial altamente globalizado.

    La nueva paradoja que implica la globalizacin de la violencia organizada es que ahora la seguridad nacional ha dejado de ser justamente nacional; por primera vez en la historia, el objetivo que estaba en la base de la formacin de los Estados nacionales modernos, y que puede definirse como el corazn mismo de la estatalidad, puede hoy realizarse de manera mucho ms eficiente si los diversos Estados se unen para unificar recursos, tecnologa, conocimientos, poder y autoridad.

    Con el crecimiento del nivel de interconexiones globales, el arco de elecciones poltico estratgicas disponibles para cada gobierno individual y la eficacia de muchos instrumentos tradicionales de ejercicio del poder tiende a disminuir. Esta tendencia proviene en primer lugar de la irrelevancia actual de muchos instrumentos que 6

  • en otro tiempo servan para ejercer el control en las fronteras, tanto respecto al intercambio de bienes y servicios, como de factores productivos y tecnolgicos, o a ideas y bienes culturales. El resultado de este proceso es una significativa modificacin en los costos y beneficios que derivan de la ejecucin de diferentes opciones gubernamentales. Los Estados sufren tambin una disminucin de sus poderes en tanto la expansin de las fuerzas transnacionales hace mucho menos efectivo el control que cada gobierno puede ejercer sobre la actividad de sus propios ciudadanos y de los extranjeros. Por ejemplo, la creciente movilidad de capitales, resultado del desarrollo de los mercados financieros globales, afecta el equilibrio de poder entre Estado y mercado, generando fuertes presiones sobre los Estados para que pongan en prctica polticas favorables al desarrollo de un mercado libre. Se centran en particular en exigir una disminucin del dficit pblico (sobre todo a travs de la reduccin de los gastos sociales), una presin impositiva directa lo ms baja posible, as como tambin polticas de privatizacin y liberalizacin del mercado de trabajo. Las decisiones de los inversores privados de movilizar capitales a travs de las fronteras amenazan la balanza de pagos de los Estados afectados, poniendo en cuestin su poltica en materia social, impositiva y en otros campos. Como consecuencia, en la medida en que los gobiernos encuentran cada vez ms difcil desarrollar sus propios programas de poltica interna sin la cooperacin de otras agencias polticas y econmicas -, la autonoma de casa Est, de hecho, comprometida.

    En este contexto, muchos campos en los cuales se desenvuelven tradicionalmente las actividades y las responsabilidades de un Estado (la defensa, la direccin de la economa, el sistema sanitario y el mantenimiento del orden) no pueden ser cubiertas sin mecanismos institucionalizados de colaboracin multilateral. Mientras que, por una parte, en la segunda posguerra se ha asistido a un crecimiento de la demanda de intervencin del Estado, por la otra ste ha debido enfrentarse con una serie de problemas que no puede resolver sin recurrir a la colaboracin de otros Estados o de otras instituciones no estatales. Por lo tanto, cada Estado individual no puede ser ya concebido como sujeto poltico idneo para resolver algunos problemas fundamentales del ejercicio del poder, ni tampoco para desarrollar eficazmente una amplia gama de funciones pblicas.

    Estos hechos parecen entonces sugerir que el Estado moderno est inmerso en una red de conexiones regionales y locales, atravesado por fuerzas intergubernamentales, transnacionales y casi supranacionales, y, por lo tanto, aparece impotente para alcanzar su propio destino. Un desarrollo en tal sentido finaliza, indudablemente, con la puesta en cuestin de la soberana y de la legitimidad misma de los Estados. La soberana es objeto de discusin dado que la misma autoridad poltica de cada Estado est siendo de hecho sustituida, o por lo menos comprometida, por los sistemas de poder poltico, econmico y cultural de nivel regional y global. Pero tambin la legitimidad es puesta en duda: los Estados ya no estn en condiciones de suministrar a sus ciudadanos bienes y servicios fundamentales sin la cooperacin internacional, e incluso esta ltima puede revelarse inadecuada frente a ciertos problemas globales del recalentamiento del planeta a la volatilidad de los mercados financieros que parecen escapar totalmente a cualquier posibilidad de regulacin. Si la legitimidad poltica depende entonces de la capacidad estatal para satisfacer las demandas de los gobernados, sta pasa sin duda a estar en entredicho. La globalizacin, concluyen los globalistas, tiende a erosionar la capacidad de los Estados nacionales para actuar de manera independiente en la articulacin y realizacin de objetivos de poltica estatal, tanto vinculados con cuestiones internas como con problemas internacionales. El poder y el rol de los Estados nacionales de carcter territorial est declinando y el mapa del poder poltico est siendo rediseado.

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