José Gregorio González MárquezMinistro del Poder Popular para la Educación Junta Administradora del Ipasme ... (UNELLEZ-Guanare) y Magíster Héctor López (Fondo Editorial Ipasme),

José Gregorio González Márquez

FEIFondo Editorial Ipasme

TranseúnTes

Transeúntes © José Gregorio González MárquezDepósito Legal: lf65120158003788ISBN: 978-980-401-........

Diseño de la colección: Yaraiví AlcedoDiagramación y montaje: Juana M. Piñero GodoyCorrección: Darcy ZambranoProducción y edición: Lisneth V. Molina Valero

©Fondo Editorial Ipasme, 2015Locales Ipasme, final calle Chile con Av. Presidente MedinaUrbanización Las Acacias. Municipio Bolivariano Libertador, CaracasDistrito Capital, República Bolivariana de VenezuelaApartado Postal: 1040Teléfonos: +58 (212) 632 59 22 / 633 53 30Fax: +58 (212) 632 97 65

Comandante Hugo Rafael Chávez Frías (†)Líder Supremo de la Revolución Bolivariana

Nicolás Maduro MorosPresidente de la República Bolivariana de Venezuela

Lic. Jorge Arreaza Vicepresidente Ejecutivo de la República Bolivariana de Venezuela

Prof. Rodulfo PérezMinistro del Poder Popular para la Educación

Junta Administradora del IpasmeDr. Mario A. Quiñones S.

Presidente Soc. Isabel María Gutiérrez

VicepresidentaDra. Susana Bejarano

Secretaria

Gerencia de CulturaLic. José Antonio Eliaz

Fondo Editorial IpasmeProf. Enrique Plata Ramírez

Poesía

El jurado, integrado por el Licenciado Jairo Brijaldo (Gabinete de Cultura del Estado Yaracuy), Dr. Yor-man Tovar (UNELLEZ-Guanare) y Magíster Héctor López (Fondo Editorial Ipasme), una vez leídas y re-visadas cada una de las obras participantes, valorar la calidad y el trabajo literario de todas ellas, recono-cemos que ha sido difícil escoger una obra en parti-cular debido a la valía de las obras presentadas, por tanto, hemos decidido el siguiente veredicto: conce-der el primer premio, compartido, a dos libros que resaltan por su profundidad poética y por el manejo del lenguaje: El libro de percances, presentado bajo el seudónimo de El Selenita y Transeúntes, presentado bajo el seudónimo de Luis Dumas. Abiertas las plicas correspondientes, los ganadores resultaron ser Ricar-do Jesús Mejías Hernández por El libro de percances, Contador Público residente en Maracay (Aragua) y José Gregorio González Márquez por Transeúntes, Maestro de aula en la Escuela Gladis de Carnevali, de Mérida, Zona Educativa del Estado Mérida.

Caracas, a los 29 días del mes de septiembre de 2015.

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XIX ConCurso naCIonal de lIteratura IPasMe 2015 Poesía

Las palabrasse represan entre los murosconviven con los gritosde niños sumergidosen la periferia del hambre.

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Acaso la nochemitiga el sufrimientode niños custodiados por un solque jamás doblegará el oscuro color del abandono.

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Sobrevivimos al cansancioal mutismo que señalael paso de la nieblaespesa pareddonde la piedadestá vedadaa los ojos del vigía.

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Disputamosel territorio a los gatosla callees un universocuyos estigmassólo notamoscuando cierra la nocheentonces permanecemosatados al insomnioque sacrifica nuestras horas de sueños.

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Vengo desde la raíz del encuentroen mi ciudadlas aceras cambiancuando las pisadasmerodean sus bordeshuellas cansadasque hierenal corazón del cemento.

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Una callemiles de transeúntesla prisa abigarradaen los tendones.Un ancianobusca la esperanzano hay limosnasquedan miradas de lástima.La dádiva no está de moda.

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Con la sangre oprimidabusca entre los desperdiciosdisputa la basura a los mendigosya sin peloy los ojos marchitosespera el golpe de la guadaña.

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Se acerca a la puertael bar está repletode miradas ebriasde aire viciado de desamor.Su garganta siente el peso de la salivasi al menos libaraun sorbo de alcoholalcanzaría un orgasmo teñido de sueño.

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Al principio fue el amorluego una habitación bajo un puentepara procrear la miseria.

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Aún de madrugadavagan espírituspor estos callejones.Levantamos en vilola poca luzque incinera la distancia.

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La noche caminasobre mi cuerporecorre la piel escamosarespira el vaho cansadode mis ancestros.Suponemos astros olvidadosque no existenmás allá de los días.

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Ya no se nombraa los espíritusel concreto los ha relegadoal olvidoahora son cifrasdeshumanizadas en el cadáverde cualquier prostituta.

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Agazapadala muerte espera con pacienciareconoce su podersobre el hombrelo deja avanzarcon sus soledades.En un recodose abalanza. Alcanza su premio.

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A veces ocultamos virtudestras las puertasde una habitaciónen un hotel de mala muerte.

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Poseo tu rostroaniquilo tu cuerpobajo el peso de mi sombrapor las rendijas del cuartoescapa el placer.Me refugio en la madrugada.

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Voy descalzohacia el exilioacusado de herejeme niegan toda identidadatrás quedael viento circundandomis días de infancia.

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Ciudadpapelsmogfuegodisparos queasesinan a los travestis.

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No hay treguala nochenos acostumbra al vinopersigue a los sobriosarrastra hasta el confínal peregrino de las tabernas.

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Nos duele la pielacostumbramos olvidar heridasahogarlas en alcoholpara derrotar la presenciade voces lejanas.

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Vieneatada al viento del amanecerdejamos las canas en el asfaltosalimos a su encuentroel alba invade la plazano existen refugiosnos convertimos en paso de memorias.

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A Crisanto Mederosin memoriam

Al amparo de la nochelos esbirrossolícitos perros de presacercenan la vida a un poetalos disparosintentan sembrar de miedo a la palabra.El poema se niega a morir.

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La lumbremerodea su bocauna colilla rescatada del fondo de la alcantarillale permite viajarhasta la inconformidadde su pensamiento.

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En esta ciudadel desamorhabita los burdeles.Los cuartos sombríossepultan los gemidosconvocan al placer.Olvidamos el desasosiegopara abrazar el exilioen un cuerpo que no nos pertenece.

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En habitaciones clandestinasuna mujer desnuda la miradadeja junto a su ropala moral pacatacon gestos inútiles acecha a su amante.Obligada desmemoriaen que se obvia el adulterio.

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Agotadoslos cuerpos se desvanecenpierden sus vínculoscon la ceniza inmóvildesvalidos rostroscuyas tibiezasalejan el dolorpara dar pasoa los presagios.

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Inmersa en la palabrala mirada infielse difumina en la lujuriaabandona los cuerposse pierdepara nombrar la incertidumbre.

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Esa mujer gramaticalvuelca a la callesus tetas y nalgas de silicona. Con nariz perfiladay sonrisa perfectase burla del tiempomacera sus arrugasen vino de silencio.

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Las miradas avanzandesde sitios opuestosojos escudriñanla oscuridad visceralrecorren las víassin consentimiento. Quizás coincidanen cualquier estación.

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Emergede cualquier callejónarma en manove como se aleja la infancia.Los días de ausenciaperdieron su desnudez su vida pendede la cuerda floja que se ha encargado de tender.

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Este vagóncárcel fugaz para los viajerosse mueve en la oscuridadrecorre las entrañasde los edificiosreprime las venas de la ciudad voces, pieles, manosconfunden sus formascon la incertidumbre de los rieles.

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Contempla la casa lejana asume sus derrotascon estoicismose sorprende recordandolos momentosen que la felicidadvisitaba su habitacióny era amada entre sábanas.

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No conoce de axiomasni de escriturastransita los laberintos de la nochesin mirar atrássigue a su amo por callejuelasespera de élun trozo de compasión.

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La muerte disfrazada de hambrunaserpentea sus cabellosla inaniciónllega con la nochesofoca su cuerpodevastado por la lluvia.

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Ya no alquila su cuerpoel tiempo dejó escaparla lozanía, los secretos, las ambicionescincuenta años despuésla ventana se cierra el rostro exhala un olora pesadumbre.

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Su sonrisaduerme junto al olvidovestigios de locuraamanecen entre las sábanasel amor tarifadono acepta descuentos.

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Una prostitutatiene derecho a ser amadaa tener un nombre que esquive todo cielo triste.Una mujer de la calleasume la esperanzade desandar la miseriay vestirse de abrilpara calmar la agonía.Una puta tiene derecho a incinerar la historia de su vidaa olvidar los camastros alquiladosy disfrutar su cuerpocomo cualquier amante.

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De los techos rojosla ciudad pasó al olvidoel hormigón invadió sus entrañasvísceras malolientesse desparramaron por sus callesríos infinitos de humoanegaron su hábitatciudad mendigaciudad abandonada asomo de indiferenciadonde adormece el alba.

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Muerta la lujuriala risa sucumbióal silenciouna lápida mohosadisimula las huellasque el rostro cansadoentregó al abismo.

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Epitafio

Aquí yacela piel ninfómanade una virgen que jamás conoció el amor.

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A cuestascarga la mugrepor meses no sienteel tránsito del agua.Su cuerpo se desmadejaenvuelto en el hollínde los autobuses.Desde infames bocaslos transeúntes le zahierenle recuerdan a su madrela martirizan con descarada saña.

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Mitiga el fríocon el olor de la pegaengaña su hambrecon restos de suciedadaletarga su corazón evocando días lejanospermanece ensimismadomientras el barrio celebra la llegada de un nuevo año.

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Vaga entre las ruinas de un sosegado inviernola lluvia invade su hogarun simple ranchodonde trajina con la miseria.

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El miedo ya no lo asediaenfrenta la calle con amargurasonámbulotransita por las plazaslleva en su cuerpouna ciudad de tristezas.

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No hay retornoatrapado por la soledadse desdobla en el cementogritos infrahumanosle hienden la piel no vuelvela multitud traga sus pasos.

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Andrajos cubren su almavestido de dolorrememora las tardes ya perdidas de su niñezsólo lo calmala droga que le induceunos minutos de escape.

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En mitad de la autopistayace su cuerpoExpoliado por la vidaintentó cruzar la avenida.Su reencuentro con la eternidadlo vinculó a un fantasmaque manejaba a cien kilómetros por hora.

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Odia la lluviael agua recrimina sus pies cansados.Malditos zapatosque zahierenla fortuna.

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Policías y ladronesya no es un juego de su infanciase sabe acorraladoy tiembla de amargura.Pospone su muertemientras escapa por un callejón.

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Su ventana al pasadoes un limboen la oscuridaduna sombra que permutala carne frente al espejo.

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Traza un puenteal infinito corazón de la memoriasiente los destellos de la drogacuando se apoderade la voluntad líricaque perturba su pasadomuere lentamenteentre las gotas de rocío.

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Su imaginario poéticose adormece con una copa de ronvida de metáforasque predica la libertadsuspendida en la madrugada.

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Si le gritan poéticaestalla en un sinfín de improperiospoética su madresu histérica madreque no te enseñó a escribir.

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Sentado en un rincón del baratormenta a la clientelaseduce la nostalgiacantando viejas melodíassordo silencio que extrapolasu intimidad a la casadonde yacen sus fantasmas.

FEIFondo Editorial Ipasme

Versión digital. Noviembre 2015Caracas - República Bolivariana de Venezuela

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José Gregorio González MárquezMinistro del Poder Popular para la Educación Junta Administradora del Ipasme ... (UNELLEZ-Guanare) y Magíster Héctor López (Fondo Editorial Ipasme),