Jose Virgilio Nunez - Las Invasiones Inglesas

8/14/2019 Jose Virgilio Nunez - Las Invasiones Inglesas

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Cronologa de las Invasiones Inglesas en el ao del Bicentenario

La participacin del Cadete Martn Miguel de Gemes y su bautismo de fuego

de Jorge Virgilio Nuez

Produccin y retoque fotogrco: Jorge Rodrigo Nez Del Carlo

Diseo de tapa: Sergio Marcelo Alvarez

Impresin:

Editorial MILOR Talleres Grfcos

Mendoza 1221 - Salta

Tel./Fax: (0387) 4225489E-mail: [email protected]

I.S.B.N. N:

Hecho el depsito que establece la ley 11.723

Impreso en Argentina / Printed in Argentina


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Agradezco ante todo a Dios, a mi esposa

Mara Cristina y a mis hijos

Un reconocimiento especial a mis amigos,

Martn Gemes Arrubarrena, Leandro Plaza

Navamuel, el doctor Rogelio Saravia Toledo,

Alejandro Pojasi Arraya, Ernesto Jaureche

(hijo), Jos de Guardia de Pont, Susana

Salado de Lima, Carlos Diez San Milln, al

artista y amigo Juan Francisco Cancio Lazo y

a Virginia Pastrana, como as a todas aquellas

personas que hicieron posible este trabajo.

AGRADECIMIENTOS


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Cuando decid preparar esta cronologa de las Invasiones Inglesas,leyendo a distintos autores, advert que en el la mayora de las obras

de la Historia Argentina, no es mencionada la destacada actuacin delcadete Martn Miguel de Gemes a lo largo de las Invasiones Inglesasde 1806 y 1807. Entre otras la Toma del Buque Justina dirigida por elhroe de la Nacin argentina junto a los hsares y gauchos de Puey-rredn, el da 12 de agosto de 1806, hecho indito en la Marina, que unbuque sea tomado por Caballera.

Est documentado, que tuvo a cargo tambin tropa para impedir elpunible contrabando ejercido entre Buenos Aires y Montevideo en elRo de la Plata, como as su participacin en Los Corrales de Miserere,

en El Ataque a la Residencia, en las Azoteas y defensa de la Ciudadhasta el n.

Pensando que la tapa de dicho libro debera tener una imagen endonde haga referencia a esa actuacin, y buscando, no existe aparen-temente pintura alguna donde se lo pueda ver al prcer tomando El

Justina, decid, ver la posibilidad de que alguien consustanciado conlo nuestro se animara a tal desafo.

Una querida amiga, Susana Salado de Lima, me indica que su profe-sor de pintura, seguramente le gustara este desafo, manifestndome

que el mismo ama lo nuestro,.Cuando me entrevist con este caballero, y le coment la inquietud,no dud en aceptar el mismo y as pintar la alegora de la toma delJustina, dirigido por Gemes, y seguido de los hsares y gauchos dePueyrredn, cuando tan solo tena 21 aos.

Este artista se llama Juan Francisco Cancio Lazo, quien junto a su

Origen de las primeras donaciones para el futuroMuseo y Biblioteca de la Patria


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amigo Rubn Ernesto, se empearon en buscar el modo, aplicandotecnologa de grco y diseo y de esa manera lo consiguieron, porcierto, despus de un arduo trabajo.

En una conversacin mantenida con un incondicional colaboradorde los Gemesianos, nuestro amigo Jos de Guardia de Pont, el mismome maniesta que le gustara colaborar con la inquietud del Gemescadete, y la sorpresa fue cuando a los das me presenta una carbonillade nuestro hroe, de 21 aos y sin barba, la que forma parte tambinde este trabajo, habiendo tomado como referente el cuadro del artistaSalteo Eduardo Schiano.

En la pintura que es presentada por Cancio, La toma del Justi-na, en ella se puede ver conjugado, el referente Ocial (la pintura de

Schiano), el Gemes de 21 aos (de Jos de Guardia de Ponte) y el ca-dete joven tomando el Justina, acompaado de los Husares y Gauchosde Pueyrredn, como as el buque ingls con el mstil tronchado y labandera de rendicin levantada por los integrantes del ejrcito ingls,en ese momento (de su autora).

Hoy puedo presentar mi trabajo, donde la tapa del mismo, es partede dicha pintura, pero el cario y respeto por lo nuestro no terminaaqu, ya que Cancio me maniesta que es su deseo, donar dichapintura al futuro Museo y Biblioteca de la Patria (o de Gemes) y mien-

tras tanto se lo entrega en custodia a la Agrupacin Tradicionalista deSalta Gauchos de Gemes.La grandeza de los artista no tiene lmite, ya que Jos de Guardia

de Ponte, autor de la carbonilla del Gemes de 21 aos sin barba, ma-niesta la misma disposicin, donando su trabajo al futuro Museo yBiblioteca de La Patria (o de Gemes), y mientras tanto lo entrega encustodia a la Agrupacin Estrella 3 Defensa de Salta.

Jorge Virgilio Nez


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PRLOGO

Siempre es tarea difcil ponerle palabras a la primera plana de unlibro recin horneado. Libro que sale al pblico como empanada ca-

liente, con su repulgue, su masa crtica, y sobre todo con su recado, consu contenido sabroso, picante. Todo lleva, como en la cocina, bsqueda,dedicacin, esmero y sobre todo, como dice la copla: Mi madre, queera muy criolla, le echaba amor a la olla. Don Jorge Virgilio Nezseguramente, husme en la niez y adolescencia en las cocinas crio-llas, en esos mgicos lugares, donde el patrn tomaba sus mates con elservicio, o junto al gaucho cortaba a cuchillo un pedazo de asado, eseque es ms rico al amanecer, antes de ir al campo a rejuntar la haciendabagual. Donde la cocina a lea era un altar abierto a la convivencia de-

mocrtica. Recibira - Don Jorge Virgilio - de la paisana encargada deponerle esmero al tiempo de coccin, algunos retos por tratar de colarsu apetito en la olla humeante, o conversara con los gauchos sobre lostiempos idos, esos que fueron tan importantes para nuestra libertade independencia. El fuego chispeante de la memoria est vivo en estetrabajo histrico Por ello, Virgilio (que en su nombre tiene reminiscen-cias poticas latinas), le puso amor a su libro, y nos lo entrega comoquien entrega el alma.

Ha pasado tiempo, desde aquel libro: Las Invasiones Inglesas

(1895) de Filiberto de Oliveira Csar, donde para el autor (cuyo segundoapellido es Goyechea, al igual que Doa Magdalena Goyechea, madredel General Gemes) la posible tradicin familiar coloca a Gemes enun lugar destacado ante la invasin britnica al Ro de la Plata. Neztambin rescata la tradicin, aquella que vertiera Pastor Obligado enun artculo del diario La Razn y en sus Tradiciones Histricas. El


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abordaje al buque Justina elmente estudiado en el Gemes Docu-mentado por Luis Gemes Ramos Mexa, con paciencia detectivesca,como realizara Sir Arthur Conan Doyle en sus novelas de Sherlock

Holmes, es abordado por Nez desde el punto de vista de la tradicindocumentada Aquella que comenzara con Bernardo Frias en su monu-mental obra: Historia del General Martn Gemes y de la Provinciade Salta o sea de la Independencia Argentina. Bernardo Frias res-cata all, las tradiciones salteas para complementar las tradicionesporteas de Vicente Fidel Lpez en su Historia Argentina. La teoradel punto de vista de Ortega y Gasset es fundamental para compren-der que nuestro pas es un pas joven pero no prvulo, sobre todo sinos atenemos a la historia del norte argentino. Historia que abarca el

mundo aborigen, hispnico y gaucho - criollo, en los ltimos tiemposenriquecidos por las corrientes inmigratorias. Nuestra historia nece-sita equilibrio, equidad en las cargas, complementacin cultural entrelas regiones nacionales. Tambin difusin de los trabajos provincianos,que no son pocos, y tampoco inferiores a los nacidos en la Gran Aldeacosmopolita.

En esta obra histrica, el marco de las invasiones inglesas es el es-tribo necesario para ver cabalgar al Caudillo en bsqueda de la gloria.Son las aguas turbias del Ro de la Plata, mezcladas con nuestro Berme-

jo, quienes lo reciben galopando a desarbolar el pendn ingls, comodespus realizara con el espaol. La Libertad e Independencia Nacio-nal lo potencian a la eternidad, defendiendo la frontera Atlntica en1806/1807, y protegiendo el Norte Argentino, Sur de Bolivia y el Pac-co en 1810 - 1821. Su pensamiento y accin est centrada en Suramrica,el porvenir lo situar en el papel cierto de un integrador regional.

En estos tiempos de la Dcada Bicentenaria (2006 - 2016), laCronologa que hoy presentamos tiene la virtud de revivir la pocafundacional de nuestra nacionalidad. Quin puede poner en duda

que las invasiones inglesas mostraron al mundo lo mejor del almagaucha? Qu los criollos demostraron que estaban parados sobre sutierra, humildemente, y no simplemente para ser atropellados por elinvasor extico? En el debe y haber de las cargas pblicas, para serequitativos debemos armar: que en aquella oportunidad pica, Bue-nos Aires, apoyada por el interior, fue la hermana mayor, protectora,


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sacricada, heroica. Fue entonces cuando penetr decidida al umbralde la libertad. Es esto lo que debe recordar, y nosotros evocar. Podemosagregar: amanece que no es poco, en nuestra patria.

Es all, en la identicacin del enemigo, en la guerra, donde lo mejory lo peor del ser humano se nos muestra. Y como bien relata Don JorgeVirgilio Nez, hombres, mujeres y nios, sacaron de dentro suyo lomejor, el coraje de todo un pueblo, por las calles que los vieron transi-tar la vida y la muerte. En la defensa del solar nativo, de su hogar, losargentinos se mostraron como Nacin. Fueron los poetas los que ade-lantaron intuitivamente el sentido futuro de la independencia, comoel Capelln del Regimiento Fijo Pantalen Rivarola (maestro espiritualde Gemes), en el Romance Heroico () En que se hace relacin cir-

cunstanciada de la gloriosa reconquista de la ciudad de Buenos AiresCapital del Virreinato del Ro de la Plata vericada el da 12 de Agostode 1816. Por un el vasallo de S.M. y amante de la Patria, quien lo de-dica y ofrece a la muy noble y muy leal ciudad, cabildo y regimientode esta capital

Esta Cronologa de las Invasiones Inglesas, detallada, discreta,austera, vital, muestra el espritu de su autor. Quien lo conoce, sabe desu inquietud criolla. De sus afanes gauchos. De su tradicin mostradacon pudor, aunque s con orgullo, con legitimo orgullo familiar. Le vie-

ne desde lejos, de sus ancestros, este amor a la tierra. A la Pachamamaaborigen. Son los pagos de la Via, los que parieron su primer libro:Tradicin del Pueblo de la Via. El Poncho Salteo (Salta - 2006).No ha pasado un ao, y ya encar esta publicacin. Monta y galopa,ciertamente, el emprendedor e investigador salteo. Como integrantede una misma generacin, con vivencias dismiles, en lo poltico, enlo intelectual, en lo social, en lo econmico, puedo asegurar que lasgeneraciones, esa forma de caminar que tiene la historia humana, separecen ms por el paisaje que han vivido, por los ideales que han abra-

zado, que por lo que nos separara en el pasado reciente. Por ello, estostrabajos histricos, materia de reexin, de bsqueda, son auspiciosospara las futuras generaciones. All podrn encontrar el camino de lacomunicacin afectiva, y caminar asimismo a su destino. Para redon-dear este introito, este Adentro! Que como en la Zamba tiene primera,estribillo y segunda, quiero remarcar la excelente esttica de las ilus-


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traciones, y sealar el acierto de imaginar pictricamente a Gemesjoven, sin barba, realizado por Jos de Guardia de Pont, y la inditailustracin de la toma del Justina realizada por Juan Francisco Cancio

Lazo, por cierto, muy buenas. Es ms, puedo agregar: ese joven Ge-mes tiene un parecido notable con su nieto Domingo Gemes Castro,quien iniciara la recopilacin de la documentacin Gemesiana, pie-dra basal de las obras de Bernardo Frias, Atilio Cornejo y Luis GemesRamos Meja. Extraa causalidad de la vida. Metempsicosis extraase cumpleseguramente - como dira Juan Carlos Dvalos - al parecerselos descendientes al modelo original Gestas heroicas son comple-mentadas por gestas culturales, en estos tiempos bicentenarios.

Para concluir, me parece excelente la idea de colocar una placa en

la Torre de los Ingleses, obsequio anglo sajn a la Argentina del Cen-tenario, de esta forma esta Dcada Bicentenaria encontrar caucespatriticos para concluir en el ao 2016 declarando en Tucumn nues-tra Soberana Cultural basada en nuestra historia fundacional. Don

Jorge Virgilio Nez, lo insto a seguir en esta senda criolla, camino demontaa, hacia prximas realizaciones histricas.

Martn Miguel Gemes Arrubarrena


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La participacin del Cadete Martn Miguel de Gemesy su bautismo de fuego

La colaboracin de la Intendencia de Salta del Tucumny su gente en las Invasiones Inglesas ao 1806 y 1807

CRONOLOGIA DE LAS INVASIONES INGLESASEN EL AO DEL BICENTENARIO


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Menciona Ricardo Levene, en su obra Historia Argentina y Ameri-cana: Es necesario tener presente la orientacin de la poltica colonial inglesa

y los antecedentes generales de la poltica europea, para explicar las invasionesque los ingleses hicieron en Buenos Aires en 1806 y 1807.

La poltica colonial inglesa adquiere desarrollo a partir del Tratadode Utrecht de 1713, el que consista en lo siguiente: fue el que puson a la guerra europea que dur 12 aos; el primer tratado de paz serm entre Francia e Inglaterra, el 11 de abril de 1713, el mismo conte-na 29 artculos, siendo los principales: el reconocimiento del derechoal Trono Ingls de la Reina Ana y de sus descendientes de la lneaprotestante. La renuncia de Felipe V y de los Prncipes franceses pa-

ra que nunca recayese en una misma persona los tronos de Francia yEspaa. El compromiso del Rey de Francia a no aceptar nunca a favorde sus propios sbditos ventaja alguna en el comercio y navegacinen Espaa o en la Amrica espaola, sino se haca extensiva a los sb-ditos de las dems potencias. La demolicin de las forticaciones deDunkerque y la obstruccin de su puerto, que amenazaba seriamenteel poder martimo de Inglaterra en el Estrecho, con el compromiso deno reedicar aquellas ni restaurar, ste, nunca.

El segundo tratado, por su importancia, rmado en Utrecht fue el

de la paz entre Inglaterra y Espaa, aunque no sea el segundo en ordencronolgico, pues no se rm hasta el 13 de julio de 1713. ste trata-do es el primer documento internacional que menciona la verdaderacausa de la guerra, o sea el peligro inminente que haba amenazado laindependencia y tranquilidad europea con la unin ntima de Fran-cia y Espaa. En los siguiente artculos aprobaba expresamente la

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Resea de la orientacin poltica colonial inglesa y losantecedentes generales de la poltica europea


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Jorge Virgilio Nez

sucesin establecida en la Gran Bretaa y prometa impedir la transfe-rencia de cualquier territorio o seoro espaol en Amrica, hecho porEspaa a Francia o a cualquier otra nacin. Espaa tuvo que sufrir la

humillacin de ceder a Inglaterra el pueblo, la ciudadela y el puerto deGibraltar, estipulndose que en Gibraltar se permitira el libre ejerciciodel culto catlico, que se prohibira establecerse all a moros y judos, ysi algn da Inglaterra intentaba deshacerse de Gibraltar, vendindoloo de otra manera, se aseguraba la exclusiva a Espaa.

En el ao 1763, Inglaterra se adue del Canad y de las posesionesfrancesas del Este del Missisipi. Espaa canjeaba La Habana, por laPennsula de Florida. Con este proceso de expansin puesto de mani-esto por los britnicos, le produjo a Espaa el temor de ser eliminada

por Inglaterra, antecedente que explica su poltica liberal en las pro-vincias ultramarinas.En lo referente a los antecedentes de la poltica europea, en los albo-

res del Siglo XIX, podemos decir, que estallada la Revolucin Francesaen el ao 1789, y la proclamacin de la Repblica en 1792. Espaamilit, como la mayora de los estados de Europa, en las coalicionesorganizadas contra la Francia revolucionaria. El triunfo de los ejrcitosRepublicanos, oblig a Espaa a rmar la paz en Basilea el 22 de

julio de 1795, tratado entre Espaa y Francia, con el cual se puso n

a la guerra llamada de la Repblica entre las dos naciones rmantesrecobrando Espaa, los territorios invadidos por Francia. Este hechodetermin a su vez la declaracin de las hostilidades de Inglaterra con-tra Espaa. Situacin que se prolong hasta el ao 1802, en cuya fechase rm la paz general de Amiens. En este perodo de 1796 a 1802,Inglaterra no escatim en gestionar la emancipacin de Amrica o bienla invasin de algunas de estas provincias.

Espaa bajo el dbil reinado de Carlos IV, fue aliada activa de losFranceses, desde 1804 en la guerra contra los ingleses. El Reino Unido

tuvo lugar desde la segunda mitad del siglo XVIII, en el proceso expan-sivo de las primera revolucin industrial, parte desde lo que se supusola mayor transformacin de la historia humana desde los remotostiempos en que los hombres inventaron la agricultura y la metalurgia,la escritura, la ciudad y el Estado, la apertura de mercados para la cre-ciente evolucin de sus manufacturas y la incursin en nuevas fuentes


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Cronologa de las Invasiones Inglesas

proveedoras de materias primas para su consumo, eran una meta co-mn y constante de la monarqua britnica y de sus clases dirigentes.En ese cuadro general se enmarc la campaa naval de 1805.

Dice don Luis Mara Mesquita Errea, en su ponencia del CentroCultural Ramrez de Velazco, ao 2007 Pg. 70, que: Tal Cristiandadesconda virtualidades insospechadas y, como los buitres que acechan la ha-cienda, Inglaterra ya en 1741 hablaba de emancipar Amrica del yugo del ReyCatlico, para sustituirlo por el del monarca anglicano, patrocinador de la nue-va era liberal e industrializadora a ultranza (ver papeles del AlmiranteVernon citados por J.L. Busaniche)

All por el ao 1804, agentes y comerciantes ingleses desarrollabansu actividad en las colonias hispanoamericanas como punta de lanza

de los vastos planes de los sucesivos gobiernos britnicos para introdu-cirse de un modo u otro en el comercio indiano.Otro de los puntos que no debemos obviar, es el hecho que un pas

de navegantes como Inglaterra, ya se haba percatado de la importan-cia estratgica del comercio interno del Ro de la Plata, por lo tanto sugran inters en sentar presencia en algunos de los puntos. As como,El fuerte de Buenos Aires, San Felipe de Montevideo y Punta del Este,Colonia del Sacramento, Puerto de Maldonado e Islas Gorriti, Puertode la Ensenada de Barragn, etc.

Las forticaciones en las Islas Malvinas, ya tenan importancia re-levante en el cuadro estratgico general de las posesiones espaolasen el cono sur de nuestro continente. Tanto las autoridades espao-las como las britnicas, saban que su explotacin econmica en esosmomentos careca de inters, pero, en cambio, desde el punto de vistaestratgico martimo, resultaba sumamente importante. Desde ellas sepodra ejercer el control de la navegacin por el cabo de Hornos y elestrecho de Magallanes, puerta de acceso hacia el ocano Pacico.

Con el archipilago en poder de Inglaterra, un bloqueo del Ro de la

Plata poda llegar a crear una situacin verdaderamente crtica, pues lascomunicaciones martimas quedaban seriamente amenazadas y no exis-ta otra alternativa que realizarla a travs de la cordillera, que en pocasinvernales se tornaba infranqueable buscando el contacto con el Per.

Ya en esos aos, veamos el inters de los britnicos por mantenerposesin en las Islas Malvinas y sus archipilagos. Un cuarto de siglo


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ms tarde, en 1833 esa supremaca naval fue la que permiti al gobier-no britnico, usurpar sin riesgo alguno las Islas Malvinas.

Homenaje a los cados en la guerra delAtlntico Sur, por su Recuperacin

- Las Islas Malvinas, son argentinas -

El gaucho, y su caballo criollo, la

simbiosis que en aquellos momen-

tos hizo temer a los ingleses (1806-1807)

El gaucho, el piloto argen-

tino y su Pucara, industria

nacional, la simbiosis quehizo temer nuevamente a

los ingleses (1982)

1980. Servicio Hidrogrfco Nacional

Lo que a continuacin relato, es un panorama cronolgico de lossucesos a partir de octubre de 1805 cuando se produce la batalla deTrafalgar, hasta el ao 1807 que naliza la segunda Invasin Inglesa.


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Este trabajo contiene la ubicacin de los hechos fundamentales conoci-dos hasta ahora y sobre todo, se menciona en forma detallada desde elpunto de vista documental, la participacin del cadete Martn Miguel

de Gemes en todos los tiempos del desarrollo de las invasiones in-glesas. Se da a conocer entre otras cosas, los reconocimientos a que lmismo se hiciese acreedor por su activa participacin y la colaboracinentre otras Intendencias, la de Salta del Tucumn en el mismo periodo,en donde se puede apreciar en los distintos archivos, como aport conpertrechos, dinero del pueblo, soldados y dems.


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Mientras en Europa en el ao 1805, se produca una serie de acon-tecimientos que marcaran la direccin de la Historia del mundo.

Amrica era sorprendida por tales sucesos.El da 8 de Octubre, Villenueve celebr en su cmara un consejo de

guerra con los principales ociales franceses y espaoles. Se contabanentre los primeros los contralmirantes Dumanoir Le Pelley y Char-les Magon y entre los peninsulares los tenientes generales FedericoGravina e Ignacio Mara de Alava, los jefes de escuadras Antonio deEscao y Baltasar Hidalgo de Cisneros, los brigadieres Dionisio Alca-l Galiano y Cosme Damin Churruca y Elorza. El hispano Gravina,se manifest contrario a una salida en forma categrica, quedando su

apreciacin documentada de la siguiente manera: No apruebo, la sa-lida del puerto de la escuadra combinada, porque esta muy avanzadala estacin, y los barmetros anuncian mal tiempo, no tardaremos entener vendaval duro, y por mi parte creo que, la escuadra combinadahara mejor la guerra a los ingleses fondeada en Cadiz, que presentan-do una batalla decisiva. Ellos tienen con que reponer las naves que lesdestrocemos en un combate, pero ni Espaa ni Francia cuentan con losrecursos martimos de guerra que la inglaterra posee.

Los ingleses se encontraban preparados para sostener un enfrenta-

miento con las fuerzas combinadas de Francia y Espaa.El da 19 de Octubre de 1805, La seal de banderas izadas en lasprimeras horas de la maana en las drizas de la fragata britnica Sirius a la vista del puerto de Cdiz - fue divisada mediante catalejo en elalczar de la nave similar Euryalus, que se hallaba mar adentro, y re-transmitida del mismo modo de buque en buque, hasta ser recibida.

II

La batalla de Trafalgar en 1805


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Dos horas y media mas tarde y ms all del horizonte, en el gran na-vo Victory, buque insignia de la ota inglesa del Mediterrneo, juntoal comandante de la nave- capitn Thomas Masterman Ard y rodeado

de su plana mayor, el vicealmirante Lord Horatio Nelson, supo quehaba llegado la jornada decisiva. Lord Nelson, dio la orden de alis-tarse y a las dos de la tarde de ese da, el ocial Villenueve, que estabaal frente de las naves Franco Espaolas, sala de Cdiz con todas lasfuerzas combinadas compuesta de 40 buques, 15 navos espaoles y 18franceses, mas 5 fragatas y 2 bergantines de la misma nacionalidad.

La ota inglesa que Lord Nelson comandaba, era la escuadra delMediterrneo, que se compona de 26 navos de lnea, 19 fragatas, 24corbetas y barcos pequeos, un total de 69 naves de las cuales nica-

mente tomaron parte en Trafalgar 33 de ellas.Con fecha 21 de Octubre de 1805, se produce la batalla de Trafalgarentre las escuadras inglesas dirigidas por Lord Horatio Nelson y lafranco espaola, dirigida por el vicealmirante francs, Pierre CharlesVillenueve (quien no gozada en esos momentos, del respeto de sus su-bordinados).

En esa fecha, se libr la cruenta y sangrienta batalla de Trafalgar, fa-voreciendo a los ingleses. Las consecuencias de la derrota de Trafalgar,fueron funesta principalmente para Francia, pero tambin para Espaa.

Fournier, en su obra Napolen I, Dice El destino de todo el continente quedprofundamente modicado por este hecho, Napolen no solamente haba perdi-do una batalla, si no quea partir de ese momentolos ingleses fueron losdueos absolutos del mar,ya no haba nadie que

pudiera intentar atacarsus islas por lo consi-

guiente, aprovecharansu actual podero yposesin en los mares.

La batalla de Tra-falgar, consolid paratodo el resto del largo

Batalla de Trafalgar


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siglo XIX, el predominio naval ingls y esa supremaca fue el medioindispensable, para la extensin del imperio Britnico por todos loscontinentes, facilitando la tentativa de penetracin en las colonias his-

panoamericanas.Valindose de esta ventaja aprovecharon el momento y as se re-

arm su reconocida poltica expansionista y colonizadora, tomandoel almirante Pophan ese mismo ao de 1805, la decisin de apoderarsede la Colonia Holandesa del Cabo de Buena Esperanza, ubicada en elextremo inferior de frica. El 4 de Enero de 1806, la expedicin cona-da al general David Baird, lanza ancla en Table Bay (Cabo), buscandode asegurar la toma de la colonia holandesa. El 18 de enero de esemismo ao el gobernador de la Colonia del Cabo de Buena Esperanza,

capitula ante las fuerzas expedicionarias.Explcase as que el comodoro ingls al verse al frente de una fuerteescuadra, resolviese intentar una aventura que las circunstancias lepresentaban como empresa fcil la invasin de las colonias espaolasen Amrica las mismas lo dejaran lleno de gloria y provecho parasu pas, aun avanzndose a contrariar las rdenes y los planes de sugobierno, conado en que el xito y la magnitud de los resultados jus-ticaran su iniciativa, obligando a la aprobacin de su conducta.

Es importante mencionar lo que dice Juan Beberina, en el captulo II

de Las Invasiones Inglesas, respecto de que la idea no surgi de improvisoen el cerebro del marino britnico. Habiendo servido Pophan de intermediarioentre el gobierno ingles y el general venezolano Miranda, quin desde hacatiempo buscaba interesar a las cortes europeas a favor de la independencia delas colonias espaolas de Amrica, pudo adquirir valiosos conocimientos sobreestos pases y hasta presentar un Memorial (14 de octubre de 1804) al gobiernode S.M. explicando las conveniencias de la intervencin britnica y apoyandocalurosamente el proyecto de Miranda. El ministro Pitt, ya antes de esta fechahaba resuelto prestar dicho apoyo; pero la empresa hubo de suspenderse por

la intervencin de factores imprevistos. Aun ms: Amrica del Sur para quesecundase la obra de Miranda. Sin embargo, a ltimo momento fue otra vezpostergada la ejecucin, disponindose en cambio la expedicin al Cabo de Bue-na Esperanza.

Mientras tanto , en Londres tras la muerte del ministro Pitt, ocurridael 23 de enero de 1806, haba asumido el gobierno un nuevo gabinete


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bajo la direccin de lord Grenville e integrado por miembros del parti-do whig, que desconocan totalmente los planes de los tories respecto

a la invasin.

Con fecha 28 demarzo de 1806, T.Wayne capitn nor-teamericano llega aEl Cabo en su barconegrero Elizabeth ylleva al ya comodo-ro Sir Home RiggsPopham informa-

cin sobre BuenosAires.El comodoro Po-

pham, con fecha 9de abril, comunicaal almirantazgo queen lugar de tener su

escuadra ociosa en el Cabo, haba resuelto hacer un pequeo cruceropor las costas africanas.

A nes del siglo XVIII y principiosdel XIX, muchos americanos partida-rios de la independencia, vieron enel posible apoyo anglosajn, logradoa cambio de la promesa de futurasventajas comerciales, un medio pa-ra separarse de Espaa. Ante esoshechos, el gobierno britnico tuvo mo-tivos para suponer que su accin en

Hispanoamrica no sera mal recibidapor algunos criollos y esto facilitara elcamino para sus objetivos.

Francisco de Miranda en la prisin de la Carraca, Cdiz.

(Cuadro de Arturo Michelena - Galera de Bellas Artes

Caracas)

Comodoro Sir Home Riggs Popham


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En los albores del siglo XIX, la poblacin del puerto de Buenos Ai-res se encontraba ajena a las aspiraciones britnicas, y en cuanto a

la conanza de que este Virreinato contaba con una gran estructuramilitar, conformada, segn documentacin de la poca de cuatro miltrescientas plazas, la realidad era otra, ya que esta fuerza se encontrabadiseminada a lo largo de la geografa virreinal. Otro dato importantees que en el ao 1802, el marqus de Sobremonte, entonces Sub. Inspec-tor General, armaba que: al paso que se aumentan las atenciones deestas Provincias para mantener en el debido decoro la autoridad real yel respeto de la corona, se disminuye la fuerza de los cuatro cuerpos detropas que tienen establecidos.

Ignacio Nez un testigo presencial, lo document as en sus pos-teriores Noticias Histricas de la Repblica Argentina (Biblioteca deMayo Vol. I) ...amaneci fondeado como a diez millas de la ciudad el pri-mer mensajero de esta expedicin (inglesa): este fue un pequeo bergantn de

guerra, que hizo en la ciudad tanta impresin como si hubiera aparecido un co-meta. El virrey marqus de Sobremonte, se hizo marcar de este instante por unatolondramiento del que ya no pudo desprenderse: el dej las alturas de la for-taleza, desde donde se descubran fcilmente los movimientos de este buque, yse dirigi con sus edecanes a la punta del muelle, que ocupaba la parte mas baja

de la ribera (...) dirigi su anteojo sobre el bergantn (...) y dijo por n en altavoz, a presencia de todos los concurrentes, entre cuyo nmero debo contarmeyo mismo, que no era posible distinguir si el bergantn era de guerra o algncorsario contrabandista (...)mientras el virrey entretena a la concurrencia conlas incertidumbres de su golpe de vista militar, se desprendieron del bergantndos botes con direccin a una fragata portuguesa, riqusimamente cargada que

III



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Jorge Virgilio Nez

se hallaba fondeada en los pozos (...) abordaron la fragata, la pusieron inmedia-tamente a la vela (...) y anclaron a tiro de pistola del bergantn (...) amaneci elda siguiente y los botes volvieron a maniobrar en diferentes direcciones: nadie

advirti que se ocupaban en sondear el ro. Al tercer da el bergantn y la presase hicieron a la vela: segn los partes de la costa del Sur, se mantuvieron dosdas ms a la vista de la Ensenada y Magdalena y por n desaparecieron parano volver hasta el ao siguiente de 1806 (...) volvieron a aquietarse los nimos(...) el virrey logro persuadir a todos que el bergantn no haba penetrado al rosino para cometer un acto de piratera. En este estado principi el ao 1806: enlos primeros meses (...) se supo (...) que sir Home Popham se haba apoderadodel cabo de Buena Esperanza, y que en el Janeiro corran rumores, aunque va-

gos, de que los ingleses tenan algn pensamiento sobre el Ro de la Plata....

Ignacio Nez maniesta tambin que durante los meses previosa las invasiones, Sobremonte se mantuvo inactivo militarmente y sinprepararse para una posible invasin de acuerdo a las versiones que cir-culaban, no as el gobernador de Montevideo, Pascual Ruiz Huidobro,quien se puso en actividad desde los primeros rumores, regularizandoel servicio de las bateras que rodeaban la ciudad, acopiando municio-nes, organizando cuerpos de vecinos y ejercitando a su gente a quienesles fomentaba el entusiasmo.

En el acta de la junta de guerra celebrada el 2 de abril de 1805, que-

d escrito y registrado que la escasez de tropa veterana obligaba tenera sueldo ms de mil hombres de las milicias regladas, sin embargo, es-te ltimo tipo de tropa no fue la solucin. Sobremonte, por organizarnuevos cuerpos de milicias, interrumpi muchas veces las cosechas delos labradores, los talleres de los artistas etc, sabemos que las estruc-turas militares locales de ese momentos eran endebles y que desde laCorte se hizo advertencia de lo inevitable de las invasiones inglesas,producida sta por los resultados de la batalla de Trafalgar y el poderomartimo que a partir de ese momento adquira la ota britnica.

Pophan junto a los capitanes King y Gilleapie, el da 10 de Abril,interrogaron a dos marineros ingleses, quienes haban residido variosaos en Buenos Aires, conrmndoles que el pueblo estaba pronto alevantarse en contra de la corona espaola.

El comodoro Popham en un ocio a William Mariden, secretariodel almirantazgo, le comunica con fecha 13 de abril de 1806 sobre los


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informes adquiridos de la situacin en Montevideo y Buenos Aires,cuya informacin deca mas o menos as: no hay arriba de quinien-tos soldados de lnea en las dos plazas, alguna caballera provincial

y milicias; y que las murallas de Montevideo estn en un estado muyruinoso, y los habitantes desafectos ms all de todo calculo

Acordado el plan, el Almirante Pophan parti de El Cabo condu-ciendo casi 1800 hombres embarcados en cinco navos de guerra y otrostantos transportes el 14 de abril de 1806, rumbo al Ro de la Plata bajolas rdenes del general Beresford. Entre esas tropas se encontraban lasdel regimiento de lnea 71 de cazadores escoceses al mando del tenien-te coronel Denis Pack, que venan de haber rechazado el asalto llevadopor Napolen sobre San Juan de Arce, cerca de Jerusaln, completn-

dose con infantes y artilleros agregados en la isla Santa Elena.

El 30 de Abril de ese ao, el comodoro Sir Home Riggs Popham, co-munica al almirantazgo y Ministro de Guerra ingls, sobre sus planespara con el Ro de la Plata.

El 2 de Mayo zarpa de la Isla Santa Elena, la expedicin con destinoal Ri de la Plata.

Soldados del Regimiento de lnea 71

de Cazadores escoceses.

El Teniente Coronel Denis Pack


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Jorge Virgilio Nez

El 19 de mayo un bote con un ocial ingls y tres marineros querealizaban un reconocimiento en el norte de la costa Uruguaya, cercade Santa Teresa, son apresados y enviados a Buenos Aires, despus de

ser interrogados son connados en Las Conchas.En los primeros das de Junio, llegan a Buenos Aires las primeras

noticias desde Montevideo sobre la presencia de naves enemigas. Esopinin de Ignacio Nez, que el Virrey consideraba que solo Mon-tevideo era vulnerable y que an siendo invadido por los britnicos,podra rechazarlos arrojndolos como lo hizo el virrey don Pedro deCevallos a los portugueses en 1777.

En Europa se suscitan acontecimientos de relevancia para dichocontinente, el 5 de junio Napolen convierte la repblica Btava en el

Reino de Holanda y nombra rey a su hermano Luis.En la costa de la Banda Oriental el 8 de junio de ese ao son avista-das naves inglesas, frente al cabo Santa Mara. El viga de Maldonadoavista segn su opinin, buques o fragatas de guerra el 9 de junio, losque estaban compuestos de una escuadra de ocho navos.

Montevideo en la persona de su gobernador don Pascual RuizHuidobro, destaca con fecha 13 de junio al piloto Jos de la Pea arealizar el reconocimiento de la escuadra inglesa. Mientras El VirreySobremonte con fecha 17 de junio, manda a acuartelar a las milicias y

solicita se instalen piquetes a caballos en Olivos y Quilmes.El 23 de junio el piloto Juan de la Pea, informa al virrey Sobre-monte, respecto del resultado de su misin.

El capitn de navo don Santiago de Liniers, con fecha 24 de junio,avista al comodoro Sir Home Popham en la Ensenada de Barragn.Con fuego de artillera se rechaza la inminente invasin frustrando elintento de desembarco britnico en la Ensenada.

Ese mismo 24 de Junio, se daba en la Casa de Comedias una funcinde gala en honor del futuro yerno del Virrey, que haba solicitado la

mano de su hija Mariquita. La sala estaba resplandeciente. En el palcocentral, adornado con la bandera espaola, estaba el Virrey y miem-bros de su familia. La funcin se desenvolvera con gran contento delauditorio. Pero al terminar el segundo acto entr al palco un edecndel Virrey y le entrega un parte procedente de la Ensenada avisndoledel desembarco de los ingleses. El pblico se enter del hecho y detrs


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del Virrey salieron todos, producindose la alarma consiguiente.El desembarco en Quilmes a las rdenes del general Beresford, es

realizado el 25 de junio de 1806. En esa madrugada los caonazos

disparados desde la Real Fortaleza anunciaron a la poblacin de Bue-nos Aires la proximidad de una fuerza invasora inglesa. Esa maanala copiosa lluvia no impidi que el pue-blo concurriese a la fortaleza con masceleridad, buscando todos armas paraluchar. No fueron solo los milicianos sino tambin voluntarios entre los que seencontraban jvenes de poca edad que ca-

recan de autorizacin paterna.Entre las fuerzas que desembarcaronestaban la banda de gaiteros escoses,con banderas desplegadas bajo la lluvia,un batalln de Italianos comandado porel mayor Burke y 36 artilleros chinos y

Uniformes de soldados ingleses (dibujo de L. Beaufort)

Virrey Rafael de Sobremonte


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numerosos soldados alemanes, el famoso regimiento 71 de cazadoresescoses a la orden del teniente coronel Denis Pack, quin contaba con32 ociales y 857 hombres de tropa y ms de 60 mujeres y 40 nios, ya

que las compaas permitan a los soldados que se casaran. Estas tro-pas fueron las que enfrentaran al subinspector general del Virreinato,coronel Pedro de Arce que se encontraba al frente de 400 milicianosy 100 blandengues con 2 caones y un obs. Al da siguiente (26 dejunio de 1806), se produce el combate de Quilmes, tratando el coronelPedro de Arce, infructuosamente detener la avanzada inglesa, siendosuperados en nmero y pertrechos, dirigindose el general GuillermoCarr Beresford al Puente de Glvez (Barracas), al que los defensores lehaban prendido fuego.


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La noche del 26 al 27 de junio, se torn dantesca y Sobremonte vi-vi en carne propia el despecho y la insubordinacin de sus soldados,

en su campamento de Monte de Castro donde presidi una junta deguerra, los desertores aumentaban a cada rato, mientras en la Ciudadal amanecer del 27 se supo que el Virrey se haba ausentado de Bue-nos Aires, dejando todo abandonado y sin jefe. El pueblo qued sinpalabras, al ver que los ingleses tomaban la ciudad, hecho que se habaproducido a la media tarde de ese da, muchos milicianos se retirarona sus casas al grito de traicin mientras se empez a divulgar que lagran responsabilidad de la derrota le era atribuida a la impericia delos jefes castrenses. Se produjo una gran indignacin, cuando se des-

cubri que en los depsitos del fuerte se encontraban gran cantidad depertrechos blicos, que no fueron entregados para combatir.

Los ingleses inician el franqueo del Riachuelo el 27/06, enviando unemisario que entreg al brigadier Jos Ignacio de la Quintana, jefe dela plaza, la intimacin de rendicin de la Ciudad. En junta de Guerralos espaoles decidieron capitular.

Ese da, las fuerzas invasoras compuestas por ms de 1500 vetera-nos, con tantas batallas alrededor del mundo, irrumpen en la ciudad almando del general William Thomas Carr Beresford.

Al medio da del 27 de junio, la fortaleza y la plaza eran escena-rios de confusin, donde se escuchaban maldiciones y ruidos de lasarmas que destrozaban los soldados desengaados.

La desesperacin de los milicianos y pueblo en general, fue puestode maniesto por Cornelio Zelaya, al igual que el descontento por laactitud, desidia y estupidez del Virrey y muchos de los militares espa-

IV

Rendicin de la ciudad de Buenos Airesen la primera invasin inglesa


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oles.Dice Juan Beberan, que el 27

de Junio al comprender que sera

vana la resistencia de sus tropas con-tra el avance de la columna invasoraque pretenda atravesar el Riachue-lo, el Virrey Sobremonte, cuyo nicoanhelo era no verse incluido en lacapitulacin y salvar los caudales,este se retiro a Lujn el da 29, dondeesperaba la reunin de las compa-as de milicias distantes y pensaba

hacerse fuerte para sostener el terri-torio. Pero al verse abandonado porlas tropas y temiendo ser apresado

por algn destacamento de los ven-cedores, el Virrey salva el 30 de Juniola distancia hasta caada de la Cruz,resuelto a continuar a Crdoba, la

que pretenda declarar capital interina del Virreinato.El 28 de junio en horas de la maana se iz la bandera britnica

en el fuerte de Buenos Aires, y desembarc el comodoro Sir Prophampara felicitar al general Beresford quin se hara cargo del Gobierno dela Ciudad de Buenos Aires.

La desorganizacin y la ineptitud puesta de maniesto por lasautoridades Virreinales, hicieron que se entregara la ciudad casi sincombatir, esto desat en el pueblo un sentimiento de impotencia porno poder participar en la defensa, que fue creciendo hasta lindar en lainsurreccin un sentimiento de protagonismo.

Ignacio Nez dice, que a partir de entonces el sentimiento de humi-

llacin fue el nico que form todas las conciencias.En la Ciudad y alrededores, se organizaron grupos de resistencia,en Lujn y Pedriel, los gauchos congregados por Pueyrredn. Salta delTucumn, Corrientes y Asuncin aprestaron sus fuerzas. En la BandaOriental del Uruguay, Ruiz Huidobro convoc y entreg armas a lapoblacin.


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Vicente Fidel Lpez en su Obra Historia de la Republica ArgentinaPg. N 577, de su tomo I, escribe que:

En forma inmediata con fecha29 de junio de ese ao, encabezados por el

ingeniero Felipe Sentenach, se comienza a preparar la resistencia en contra delos ingleses. Apenas los ingleses tomaron posesin de la ciudad, comenzaronlos vencidos organizar la resistencia armada y la lucha.

El ocial de ingenieros don Felipe Sentenach y don Gerardo Estevey Llac organizaron una compaa de trabajadores ocultos, y se pusie-ron con ella a abrir dos minas: La una que deba llevar su punto deexplosin a la Ranchera, cuartel del Regimiento 71, mandado porel teniente coronel Pack, y la otra dirigida a hacer volar el Fuerte,residencia del general Beresford y de su estado mayor, cuatrocientos o

quinientos hombres armados deban esperar el momento de la explo-sin en las inmediaciones de ambos puntos y completar la destruccindel enemigo. Este proyecto que lleg a tener principio de ejecucin,qued inconcluso por el xito formidable con el que culmin la recon-quista el 12 de agosto.

El 30 de ese mes el general Beresford devuelve a sus dueos losbuques apresados en las bahas, ros y riachuelos, despus de que enLujn el capitn ingls Arbuthnot, con un grupo de dragones e infan-tes montados, se hiciera cargo de los caudales que el virrey Sobremonte

haba retirado, y los regres a la capital.En julio, el da 2, el general Beresford emite las primeras disposi-ciones como Gobernador, referidas a las capitulaciones de los ocialescriollos o casados con criollas, a los que se les permita permanecer enBuenos Aires dan-do su juramento alrey de Inglaterra.

El cabildo, bajocontrol de los in-

gleses con fecha 3de julio, dio a co-nocer las primerasdisposiciones delgeneral Beresfordpara la frontera

Carreta de caudales


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bonaerense, ya que se teman ataques de los indios.El 5 de julio los ingleses incautan de los depsitos scales de azo-

gue, productos como quina, lana de vicua, etc.

Con fecha 7 de julio el general Beresford, dispone que se entreguetoda arma del gobierno a los alcaldes, antes del da 12, bajo pena demultar con una suma importante por arma.

El 8 de julio de ese ao, en la casade Martn de Alzaga se realiza una re-unin para elegir los jefes que actuaranpara la recuperacin de Buenos Aires.

El capitn de navo Santiago de Li-niers, con fecha 10 de julio se embarco

rumbo a Colonia de Sacramento, paradesde all dirigirse a Montevideo.El 11 de julio de 1806 el general

Beresfort le dirige una carta a Lord Cas-tlereagh a Londres, en donde le exponala urgente necesidad de que le enviarantropas de refuerzos, ya que teman nopoder sustentar las conquistas obteni-das. Dicha preocupacin le invada al

jefe ingls en vista que se diezmaba sutropa da a da por distintas razones.El virrey Sobremonte llega el 12 de julio a Crdoba, siguiendo el

camino de la posta entre los das doce de julio al dos de agosto elCabildo de Crdoba comunicaba a la Corte, que Sobremonte se aboca mantener reunin con un contingente de unos tres mil hombres lle-gados de Crdoba Tucumn y Mendoza.

Con fecha 14 de este mes Juan Martn de Pueyrredn y ManuelArroyo llegan a Montevideo para entrevistarse con el gobernador Ruiz

Huidobro y solicitarle su cooperacin. El da 16 llega a MontevideoLiniers y se encuentra con que los preparativos estaban muy adelan-tados, el 17 de este mes regresa Pueyrredn, desembarcando en SanIsidro. Posteriormente comienza a reunir gente y caballadas en los par-tidos de San Isidro, Morn, Pilar y Lujan y ese da es invitado Liniersa trasladarse a Montevideo, donde lleg el 18 de julio, puesto que se

Don Martn de Alzaga


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realizaba una Junta de Guerra, donde Liniers expres la disposicindel pueblo de Buenos Aires a: buscar de soltar las amarras de las quese encontraban atrapados.

El texto de La resea His-trica y Orgnica del EjrcitoArgentino, pg. 25, en sub. ttu-lo Autoridades Militares, diceas. La Junta de Guerra, pre-sidida por el comandante generalde armas de Buenos Aires, D. San-tiago de Liniers, despleg intensaactividad durante las invasiones

inglesas, y contribuyo a la victo-ria de la resistencia, organizandocuerpos de voluntarios, reuniendoarmas, pertrechos, etc

El gobierno reinante adviertela posible reaccin del pueblo. El19 de julio, el cabildo a cargo delos invasores, establece la penade muerte para los que traten

de hacer desertar soldados in-gleses, o protejan su desercin.La defensa de Buenos Aires

comienza y en forma simultnea los rebeldes, en casas particulares,confeccionaban cartuchos y almacenaban armas. El 20 de ese mes, seinicia la concentracin de los voluntarios en Pedriel, dado que era unpunto central entre Buenos Aires, Olivos y Las Conchas, tambin seune a ellos el comandante Antonio Olavarra con todos los blanden-gues que consigui y algunos de los caones que se hallaban en los

fortines. El 21 de julio se consigui reunir alrededor de 800 hombresen la caada de Morn, los que fueron conducidos a la chacra de Pe-driel.

El 22 del corriente, el capitn Santiago de Liniers parte desde Mon-tevideo al mando de 700 hombres poco ms menos, en medio delentusiasmo del pblico a la cabeza de la tropa, la que se trasladara por

Don Santiago de Liniers y Bremond


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tierra hasta Colonia, soportando fuertes aguaceros, y en cuyo puertoera esperado la escuadrilla y el convoy de transporte.

A causa de las fuertes lluvias, el 26

de julio, las fuerzas de liberacin se vie-ron obligadas a detenerse en Canelones.El 27 de julio, esquivando por la costa elbloqueo de los ingleses, salen desde Mon-tevideo 28 barcos al mando del capitn defragata Juan Gutirrez de la Concha, arri-bando a Colonia la escuadrilla el 28 dejulio de 1806.

El da 29 del corriente, llegaron a Bue-

nos Aires dos mensajeros desde la otrabanda, informando que la otilla quecomanda Gutirrez de la Concha y lastropas al mando de Liniers, se hallaban yamuy prximas.

El arribo a la antigua ciudad (Colonia)se produjo el 30 de julio de 1806, en tanto

que los hombres se reponan de la fatiga del transito, a los pocos dasse le unieron los rebeldes escapados de Pedriel. Liniers aprovech la

estancia en la Colonia, para hablarle a la tropa mencionando que elvalor sin disciplina no conduce mas que a una inmediata ruina entanto que las fuerzas reconcentradas y subordinadas a la voz de losque la dirigen, es el mas seguro medio de conseguir la victoria.

Con fecha 31 de julio, Liniers termina de organizar sus tropas enColonia, en donde recibi toda clase de auxilios del gobernador de esaplaza.

Las autoridades de Villa de Lujn, viendo que las tropas compues-tas por paisanos, peones, reseros y hombres de trabajo de alrededor

de la Villa, le ofrecieron a Liniers el estandarte ocial del Cabildo, y elprroco entrega a cada gaucho una cinta celeste y blanca de 38 cm. (lasmedidas de la altura del imagen de la Virgen) sirviendo de distintivo,a falta de uniformes.

El general Bereford es informado por sus espas, que Juan Martn dePueyrredn se encontraba en Pedriel, quien se dirigi all en la madru-

Comandante Antonio Olavarra


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gada del 1 de agostocon quinientos hom-bres del regimiento

71, cincuenta de la in-fantera de Santa Elenay piezas de campaa,logrando dispersar acriollos y espaoles,donde fue librada labatalla de Pedriel el1 de agosto de 1806,a pesar de la victoria

a favor de los ingle-ses, estos tuvieron quesoportar en esta opor-tunidad, una gran cantidad de bajas.

En el audaz ataque de los criollos de Pueyrredn, este ltimo recibeuna descarga de una pieza de artillera desplomndole su caballo, perola destreza gaucha de su jinete le permite caer de pie, apareciendo alinstante don Lorenzo Lpez, alcalde de Pilar, acercndose al galopelevant a su jefe en ancas, y lo retira del campo, salvndole la vida.

El 2 de agosto, Pueyrredn regresa a Colonia, pero Liniers noatribuye a lo sucedido en Pedriel mayor importancia y ordena a Puey-rredn regresar para brindar apoyo al desembarco.

El 3 de agosto, Liniers se embarca en Colonia con las fuerzas lle-gada de Montevideo, estas estaban compuestas de ocho transportes,escoltados por una escuadrilla de seis sumacas y goletas armadas parala guerra y nueve lanchas caoneras, al mando del capitn de fragata

Juan Gutirrez de la Concha.El gobierno de Buenos Aires, presidido por Beresford segua impar-

tiendo disposiciones, con fecha 4 de agosto de 1806, dicta el Reglamentode Comercio con disposiciones muy liberales para el intercambio uni-versal y particularmente con Gran Bretaa, suprimiendo el monopolioque ejerca Espaa.

Ese mismo da Liniers desembarcaba en el Ro Las Conchas, y el 5 deAgosto Liniers arriba a San Isidro, donde nombra al capitn de fragata

Pueyrredn salva su vida en Pedriel


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Juan Gutirrez de la Concha segundo jefede la expedicin, a Juan Martn de Pueyrre-dn comandante de todos los voluntarios

de caballera y a Martn Rodrguez, jefe delservicio de exploracin.

Otra vez los agentes climticos no ayu-daban a la reconquista y las fuertes lluviasimpedan el avance de Liniers ya que serealizaba con una dicultosa marcha a piearribando el 9 de agosto a la Chacarita delos Colegiales, ese mismo da se produjopor parte de los ingleses el fusilamiento del

alemn catlico que luego del desembarcodesert de la fuerza de invasin britnica.Con fecha 10 del mismo mes y con mu-

cho esfuerzo, Santiago de Liniers llega a Plaza Miserere, donde seencontraron con el comandante Olavarra, que estaba acompaado de100 blandengues, 150 voluntarios a pie y 150 a caballo de Lujn, com-pletando unos 2.000 hombres aproximadamente.

General William Carr Beresford

Juan Martn de Pueyrredn Martn Rodrguez


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Se comisiona al ayudante mayor Hilarin de la Quintana, a intimar-le la rendicin al general Beresford, su respuesta fue que se defenderahasta el punto que se lo indicase la prudencia .

El da 11 de agosto El Retiro, es recuperado por la vanguardia for-mada por los voluntarios catalanes, una compaa del jo y dos piezasde artillera, enarbolando el pabelln real en el asta de la Plaza deToros. El mismo da Liniers recibe la ayuda de los jvenes para trans-portar las piezas de artillera, entre ese grupo destinado a los serviciosauxiliares lleg Juan Manuel de Rosas, que en ese momento tena 13aos de edad, y que fuera enviado a servir un can.

Ese da, Liniers imparte la orden de avanzar sobre la ciudad, or-denado de la siguiente manera: tres columnas, una por la calle San

Martn (Desde entonces llamada Reconquista), la del centro, SantsimaTrinidad (La actual San Martn), y el grueso de la fuerza por la calle deLas Torres (Hoy Rivadavia)


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El 12 de agosto de 1806, tropas milicianas y vastos contingentes devecinos armados, gauchos de la campaa bonaerense y ociales, cade-

tes y combatientes provenientes de todos los connes del Virreinato,protagonizaron la RECONQUISTA DE BUENOS AIRES.

Dice Cayetano Bruno, SD.B. en su Historia de la Iglesia en la Argen-tina (vol.VII, Sec. 2, Las Invasiones Inglesas), ...En la persona de Liniers secristalizara la indignacin general. Hace voto solemne a la Virgen del Rosariode entregarle las banderasdel enemigo, si Ella lo ayudaa conquistarlas Liniersrompi fuego sobre ellos con

un entusiasmo por parte desus tropas acantonadas enlos edicios, que rayaba enel delirio, consiguiendo larendicin del enemigo, esemismo 12 de agosto , y enaquella misma plaza mayorque desde entonces comenza llamarse Victoria.

Comenta Lus MaraMezquita Errea, que: La guerra toma aire de cruza-da Mariana. Muchos llevancomo distintivo el Escapula-rio. Otros el estandarte de la

V

La Reconquista de Buenos Aires

Rendicin de Beresfor t antes Liniers

y entrega de sable (leo de Fokqueray)


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Virgen de Lujn y del Rey. Nios hasta de 10 aos animan a las tropas, gritan-do a voz en cuello viva Espaa, y deshacen sus ponchos cuando se acaban lostacos, para disparar las piezas de artillera, y hasta hacen de artilleros cuando

estos caen bajo la metralla.Con 2.000 hombres y el apoyo de la poblacin, Liniers logr la ren-

dicin de los 1.200 ingleses, con 417 bajas entre muertos y heridos paralos vencidos, y para los vencedores un total de 154 muertos y 135 he -ridos.


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Es interesante recordar que Liniers nombra a Pueyrredn en lacomandancia de los Voluntarios de Caballera, de esas las era parte

don Martn Miguel de Gemes que tendr su bautismo de fuego jus-tamente bajo las rdenes de Pueyrredn. As, al caer la tarde del 12 deagosto, el cadete del Fijo, don Martn Miguel de Gemes, al mando deun grupo de jimetes montados con el agua hasta el cuello de los caba-llos, tom la fragata de bandera inglesa conocida como Justina quepor la bajande de las aguas, haba quedado varada en el ro. Es hechoindito en la marina que un buque sea tomado por caballera. Ms tar-de, Gemes ser recordado en la historiografa saltea, como uno delos ms lcidos guerreros de la Independencia, y reconocido hroe de

la Nacin Argentina.Se puede leer en Gemes Documentado, tomo I, pgina 71 en ade-

lante una publicacin realizada por el capitn Alejandro Gillespie quefue escrita en Londres luego de ser liberado en 1818, es una especie dediario personal cuya traduccin se public en la Argentina en 1921,bajo el ttulo de Buenos Aires y el interior.

En ocasin en que Pophan pasa por Santa Elena con rumbo a Buenos Aires,dice Gillespie que se orden, como refuerzo, 100 hombres de la guarnicin, contodos sus enceres de campaa, se embarcaran en el Justina, barco mercante

de 26 caones. Este destacamento del cuerpo de Santa Elena fue una adicinvaliosa, pues la mayora de ellos eran artilleros y tiradores excelentes.

El momento en que el Justina es abordado y tomado frente a Bue-nos Aires, lo relata as:

Haba un buque mercante en este tiempo que se haba acercado a la ciudadpara tracar, que nos fue de utilidad esencial. El Justina de 26 caones, una

VI

Bautismo de fuego del cadete Martn Miguel de Gemes,la toma del buque Justina de bandera inglesa


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vez alijado, fue tripulado con ociales y 100 marineros de la escuadra, a demsde su dotacin. El da de nuestra rendicin pele bien y con sus caones impi-dieron, todos los movimientos de los espaoles no solamente por la playa sino

en las diferentes calles que ocupaban, tambin expuestas a su fuego. Este barcoofrece un fenmeno en los acontecimientos militares, el haber sido abordadoy tomado por caballera al terminar el 12 de agosto de 1806, a causa de unabajante sbita del ro (pgs.78 y 79; cf.Pg. 46).

El Justina cuya mesana, conforme se ver haba sido tronchada deun caonazo el da anterior, constituy dems esta decirlo- un glorioso

trofeo y una valiosa presa. Dice Bauz que Form parte de los trofeos lafragata inglesa desarbolada por la batera del retiro y un bergantn cargado detrigo (tomo I y II pg. 403). En Lobo a su vez leemos: El nico provecho delos reconquistadores, procedente de intereses enemigos, fue el apresamiento deuna fragata mercante y de un bergantn, ambos ingleses; aquella con mercan-cas, que haba ya comenzado a descargar, y este con trigo (tomo I, Pg.432).

Toma del Justina, por el Cadete Gemes, los Husares y Gauchos de Pueyrredn

(Oleo de Juan Francisco Cancio Lazo)


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El tradicionalista argentino Pastor S. Obligado, public en el diarioLa Razn del 12 de agosto de 1920, con su rma facsimilar al pie, unartculo intitulado Gemes en Buenos Aires, y, en ese mismo ao,

adjunt copia de una carta a la seorita Benita Campos, de Salta, quienla public en su revista N 57, del 20 de febrero de 1921, cuyo nombreera Gemes, de la cual era Directora.

Transcribiremos a continuacin casi por completo dicho artculo.Es de destacar como el autor da como protagonista del episodio delJustina a Gemes. Sus aseveraciones al respecto son, a nuestro jui-cio, valederas. Tanto es as, que en medio siglo transcurrido desde supublicacin, jams han sido objeto de reparo alguno, sino tomados in-variablemente como dedignas (Hoy ciento treinta y seis aos).

Antes de ser general fue soldado, como ante todo Salteo, y sobre todo,patriota de nacimiento.Al la espada que haba de sablear chapetones hasta ms lejana frontera

en piedras de estas calles, ensayando las memorables cargas de su renombre porsierras y montaas, en la playa del Plata, cuya bajante dej en seco al buque de

guerra ingles, cooperando a su abordaje.Pues que hoy cumple 114 aos(ahora 201 ao, y en el ao 2006 se

cumpli el bicentenario)que recibi su bautismo de fuego en las aguas deeste ro, conmemoraremos sus hazaas, bien sea al pasar, como rpido pas al

galope triunfante de su infatigable caballo de guerra, tan brioso como su gentilcaballero, que slo desmontara cuando bala enemiga le postr en la contien-da.

El combate haba terminado despus de dos horas de rpida accin (12 deagosto de 1806), llevada con toda energa por soldados bisoos que el amor ala tierra improvis, doblando expertos veteranos que venan de vencer solda-dos de Napolen en San Juan de Arce. Pueyrredn acababa de arrebatarles suestandarte (regimiento nmero 71) colgado en la baslica de Santo Domingo, yel general Beresford, tirado su espada desde el Fuerte, conservada en el Museo

Histrico. Saliendo a entregarse prisionero, e intranquilo entre la gritera demultitudes hostiles, se oy la voz del comandante Quintana que lo acompaa-ba: Pena de la vida a quien insulte prisioneros.

Cercanas las sombras de lluviosa tarde de invierno, se reuna un grupo dejefes y ociales al pie del asta- bandera en el bastin Norte, contemplando sa-tisfecho el real pabelln ameando en la altura que los ingleses se apresuraron


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a izar. Criollos, uruguayos y espaoles comentaban diversos episodios, pon-derando exaltados a quin corresponda el honor de la jornada, cuando llegoel futuro Virrey de la victoria, dialogando agitado con Gutirrez Concha,

jefe de la escuadrilla que transportara los auxiliares de la Colonia. Seguale decerca bizarro joven de brillante uniforme, que inclinado desde su niez a lanoble carrera de las armas en que sus nobles abuelos se distinguieron, haballegado el ltimo ao del siglo anterior desde las alturas de Salta (nido fecundode patriotas) a la capital del virreinato, incorporndose en el regimiento del Fijoas llamado por su residencia en ella.

Pronto su comportacin y activo desempeo en diversas comisiones, lepromovieron ascenso de cadete a alfrez y subteniente, antes de formar en elregimiento de hsares, cuyo primer jefe fue aqu Pueyrredn, y en el de Salta

Gemes. Mandado la vspera al encuentro de Liniers para informarle la situa-cin de la Plaza y elementos acercados en sus inmediaciones, incorporado a susayudantes del cuartel general, le hizo quedar desde ese momento

Todos callaron atentos a la conversacin de los jefes, cuando Liniers acen-tuando observaciones por las que Concha le traa a lo alto de la batera, dijo Efectivamente parece estar varado.

Y dando vuelta, agreg:-A ver el catalejo! que el ayudante se apresur a alcanzarle.Concluida su observacin, al devolver el anteojo al ayudante ms inme-

diato dijo:- Ud. que siempre anda bien montado; galope por la orilla de la Alamedaque ha de encontrar a Pueyrredn , acampado a la altura de la Batera Abascal,y comunquele orden de avanzar soldados de caballera por la playa, hastala mayor aproximacin de aquel barco, que resta cortado de la escuadra en

fuga.Menos tardo el ayudante Gemes en recibir la orden, que en transmitirla,

como los gauchos de Pueyrredn, ganosos porque no se les escapara la presa ensalir al galope tendido por la playa.Con el agua al encuentro de sus caballos

rompan el fuego las tercerolas, cuando asom el jefe, haciendo sea con unpauelo blanco desde el alczar de popa, rindindose!Hay en el artculo de Obligado otras armaciones igualmente ajus-

tadas a la verdad histrica, a saber:Usted que siempre anda bien montado, galope por la alameda dice

Liniers a Gemes. Este estaba montado porque acababa de llegar de la Can-


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delaria, como se colige de lo queya se ha dicho, mientras que losdems ociales que rodeaban a

Liniers carecan de cabalgaduras.Veamos dos pruebas de esto:

Apenas tuve los caballos ymulas necesarias para arrastrar laartillera y carros de municiones:mis ociales mismos casi todos a

piLiniers hablando de los ins-tantes previos a su triunfo, B.,de Mayo, tomo I, pg. 144, lla-

mada 11).Fue preciso detenernos... porel mal estado de los caminos y fal-ta de caballos para el tren volante,

por haber muerto la mayor partelas noches anteriores... (capitnde fragata Juan Gutirrez dela Concha al Secretario de Es-tado Espaol. 15 de agosto de

1806, en la Reconquista y defensa de Buenos Aires, editado por Peuser,Bs. As. 1947, pg. 229 y en coleccin Coronado, pg. 97).Comunquele orden de avanzar soldados de caballera por la playa hasta

la mayor aproximacin de aquel barcoLa nica tropa montada eran entre40 y 60 gauchos comandados por Pueyrredn, a quin se le ordenaba destacasealgunos de sus jinetes por la playa hasta aproximarse al Justina.

Las dos citas siguientes son asaz ilustrativas con respecto al nmerode dichos jinetes y a sus funciones habituales en el ejrcito.

No podamos acercarnos antes de recibir socorros, constando solo nuestro

ejercito de 1.120 hombres la mayor parte milicias y de unos 40 a 60 paisanos acaballo que hacan el til servicio de mantener avanzadas a larga distancia delejercito (ocio recin citado de Gutirrez de la Concha).

Desde all hasta el da de la toma de la Plaza fue continuado estos auxiliosy a dems el importantsimo que haca la caballera de su mando, en partidasavanzadas hasta la ciudad... As se expresaba Liniers hablando de Puey-

Pintura del Cadete Martn Gemes de 21 aos

(Carbonilla de Jos de Guardia de Ponte)


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rredn y de su gente montada (Archivo Pueyrredn, tomo I, Pg. 54).Incorporado a sus ayudantes del cuartel general le hizo quedar desde ese

momento. Segn esto, Liniers decide que Gemes, desde que llega a La

Candelaria, se queda en Buenos Aires y lo incorpora al grupo de susayudantes en el cuartel general.

Para ello habr tenido en cuenta sin duda los buenos antecedentes ysu vehemente deseo de combatir, amn de que el joven no habr dejadode traslucir su decepcin por la pblicamente objetada actitud de So-bremonte, a cuyas directas rdenes pensaba que habra de continuaren forzosa inactividad blica.

Prescindiendo de ligeros anacronismos (llegada a Buenos Aires en1799, en vez de 1805, vestir brillante uniforme en la reconquista, cosa

que no sucedi hasta pocos das despus). Hay en todo lo que diceObligado gran responsabilidad y coherencia, como el lector lo habrpodido comprobar. Esto nos lleva a sostener, que la omisin de Gilles-pie ha sido salvada, es decir, que quin encabezo la toma del Justinano fue otro que Gemes.

La bandera del Justina: (Gemes documentado tomo I Pg. 80)La bandera conocida como del Retiro era la del Justina y que ella fue

conquistada por Gemes al apoderarse ste del barco en la forma ya expuesta.Alberdi, en proceso a Mitre, captulo XVI (Ed. Calden, Bs, As.,

1967. pg. 147), se expres as: Gemes bajo las rdenes de Liniers pelea enlas jornadas de 1806 1807 en Buenos Aires, contra los ingleses y contribuyea arrancar las banderas que decoran hoy los templos de la orgullosa Buenos

Aires. Realmente las banderas que se guardan en esta ciudad, son tansolo las tomadas en 1806, dos del regimiento n 71 y dos de marina,una de estas ltimas, la del buque Justina, abordado por Gemes. Encambio las dos tomadas en 1807, fueron remitidas por Liniers a Cr-doba, donde actualmente se encuentran (La Reconquista y la Defensaedicin Peuser, 1947, pginas 248, 249). La expresin de Alberdi ha de

entenderse pues, como alusiva al ao 1806 en particular.En la actualidad esas aguas cruzadas por gauchos a caballo capi-taneados por Gemes, ya no son mas aguas. El lugar que cubra hasido ganado al ro. Es tierra rme y, en ese punto geogrco en queel prcer conquist un trofeo, hoy se yergue una torre anteriormentedenominada de los ingleses, y hoy llamada de Malvinas, que es r-


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y que el jefe de la ota ha iniciado correspondencia con el gobernadorRuiz Huidobro, procurando que la gente de Buenos Aires libere a losprisioneros.

Con fecha 24 de Agosto, son entregadas como ofrendas las cuatrosbanderas inglesas, en la Iglesia de Santo Domingo. Asistieron a la cere-monia, Liniers, La Real Audiencia, El Ilustre Cabildo, y los individuosms notables y destacados del vecindario.

Desde San Nicols de los Arroyos con fecha 28 de agosto el Virrey

Sobremonte delega en Santiago de Liniers el mando de las fuerzasde la Capital, conservando el Gobierno en el resto del Virreinato. LaAudiencia asume la direccin Poltica de Buenos Aires, se daba ascumplimiento a los objetivos del Cabildo Abierto del 14 de agosto.

El 2 de septiembre, comienza el traslado de los prisioneros ingleseshacia las provincias del interior. Los ociales seran distribuidos entrelos fuertes de la campaa.

La intendencia de Salta instruy al Comandante de Armas de Tucu-mn para que a los prisioneros los mantuvieran en estrecha reclusin

sin permitirles salir a la calle. Era preferible no innovar en la custodiade los detenidos.

Estandarte del Regimiento 71 Bandera inglesa


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Trabajo de Ventura Murga y Jos Mara Posse, titulado MujeresHeroicas, en el subttulo Las Invasiones inglesas y Tucumn.

No se hizo hincapi en los prisioneros que faltaban, y fueron estos mismoslos que decidieron ancarse en Tucumn, formando sus familias con mujeresde aqu. Esto lo prueba de manera contundente las actas de casamientos de los

prisioneros ingleses en el archivo de la iglesia Catedral...Alojados en casas habilitadas al efecto, los prisioneros disfrutaban de una

relativa libertad, sin que los habitantes les manifestasen sentimientos hostiles.La Real Hacienda atenda a su alimentacin, recibiendo para ello cada soldado

prisionero un real y medio por da, adems de lea, y el sueldo mensual de

seis pesos. Su cautiverio dur hasta nes de Julio de 1807, fecha en que, envirtud del tratado estipulado entre Liniers y Whitelocke a raz del fracaso dela segunda invasin, aquellos fueron restituidos, dndose ejemplos de muchosque pudieron a las autoridades espaolas que se les permitiera permanecer enlos puntos donde se hallaban.

Algunos de los prisioneros ingleses que se casaron en Tucumn

Toms Ramsay se cas con Josefa Cayn y Sosa

Juan Shaw (sus descendientes castellanizaron el apellido por Sho y viven enBuenos Aires, como Eduardo Sho, critico de arte en el diario La Nacin),casado con Feliciana Villafae.

John Chitman (castellanizado como Juan Chitn), casado con Teresa Santilln.Mariano Larry (castellanizado como Leri), casado con Mara de la ConcepcinUrquizo.

VII

Ingleses prisioneros que se ancaron en Tucumn


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Patrick Larry (castellanizado como Patricio Leri), casado con Mara del Rosa-rio Quinteros.Thomas Elliot, se caso en la Catedral de Tucumn el 3 de diciembre de 1812,

con Mara del Rosario Torres.Descendencia de Patrick Island, fue ocial del Regimiento 71 de Irlanda, so-brino del General William Carr Beresford, jefe de las fuerzas inglesas en la

primera invasin. En la lucha por la Reconquista, cay herido frente a la casade los Gmez Faras, cuyos propietarios lo recogieron para curarlo. Durantela convalecencia se enamor de la hija del dueo de casa, doa Bartola GmesFaras. Pasada la segunda invasin, se cas en la estancia de San Antonio de

Areco. Tuvieron muchos hijos, entre ellos Antonio. Se acrioll tanto que caste-llaniz su nombre por Patricio Isla.

Antonio Isla contrajo matrimonio en Tucumn en 1844. Con Gregoria Ramsay,hija de Thomas Ramsay, natural de Escocia, (otro prisionero ingls radicado enTucumn) y de Josefa Cayn.

Rama Saltea

Un respetado genealogista de nuestro medio el doctor RogelioSaravia Toledo, con la sencillez que lo caracteriza, me acerco unos do-cumentos respecto a un trabajo de su autora titulado Los Fernndez

Cornejo y a la vez una copia de un trabajo de la seora Anglica Gon-zlez Valerga de Neisus, titulado Descendientes de prisioneros de lasinvasiones inglesas que se asimilaron a nuestro Pas. En este caso par-ticular el apellido Dojorti

A continuacin, transcribir distintos prrafos de los trabajos adonde se puede apreciar, cmo se desvirta dicho apellido castellani-zndose o en su defecto por error en su distinto modo de ser asentadoo registrado.

En la investigacin surge que Crdoba fue centro de distribucin

hacia el interior de las tropas que fueron hechas prisioneras.Sobre una nomina de 460 prisioneros, entre ociales, asistentes, soldados,marineros, tres mujeres y pocos nios, publicada por el padre Grenn, en Co-leccin de documentos de Crdoba, fue fcil por su singularidad, separar dosnombres, nicos que podan convertirse en Dojorti:

Jorge DONOGHTY, solda-


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do, y Mara DONONGHYS, y un nio nacido de ella, el 9 de junio de 1806,el mismo da que se pas lista.

El da 07/09/1806. El Virrey Sobremonte. Expide en Crdoba, orden de

internacin para dos grupos de prisioneros que llegaron desde Mendoza a SanJuan.

Investigacin en Tucumn:Si bien aqu las nminas de prisioneros dieron

resultados negativos, en el libro de bautismo de la Catedral, encontramos. L.9,F.106, el bautismo de un adulto, ingls, nacido el 08/X/1786. Juan DXORI.

La x, por j, aproxima el parecido; la fecha de nacimiento es cercana a ladel nacimiento de doa Marsa Mercedes Cabot, 1788 y el bautismo de Juan,cercano al nacimiento de los hijos de don Juan Dojorti con esta Seora.

As pues, bien puede ser dicho bautismo, un acto previo a un matrimoniocatlico, a realizarse prximamente.La bsqueda se diculta o imposibilita denitivamente en Tucumn al

menos, as como informa don Jorge Corominas, miembro correspondiente delCentro de Investigaciones Genealgicas de Salta en Tucumn: No se regis-tran ni el matrimonio de don Juan Dojorti, ni de ningn apellido parecido, condoa Mercedes Cabot, ni el nacimiento de ningn hijo.

Investigacin en San Juan:Con auxilio de doa Laura Daz Costa, encontramos en el Archivo Histri-

co, Secc. Documentos, L.2 N 36, Doc. 21 f. 387:Pi de lista de los prisioneros britnicos que arribaron hoy, 19/04/1807....Jhon DAUGHERTY (el mas probable)William DAUGHERTY... etc.

Firma Pedro Juan Cano: 285 prisioneros.

El apellido extranjero no vuelve a aparecer en ninguno de los muchos docu-mentos consultados, ni en los archivos parroquiales.

Esto es todo lo que podemos decir de Juan Dojorti, salvo que el apellido no

sera ingles sino irlands, lo es un argumento ms que justica que no regre-saran a Inglaterra, y que los irlandeses eran prisioneros a su vez de los inglesesy por ello optaron por jurar delidad al Rey de Espaa, condicin bajo la cual

pudieron quedar en este pas.En cuanto a doa Marsa Mercedes Cabot, fallecida, segn partida de def.

L. 70f. 62 de la Catedral de Tucumn, el 20/10/1833, de 45 aos, h.l. de D. Do-


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Dej de existir el da 02 de Mayo de 1899, Contrajo matrimonio en la Igle-sia de San Jos de Metan, Salta, el da 21 de Septiembre de 1878, con DoaEusebia de Jess Dojorti, bautizada en la Iglesia Catedral de San Miguel de

Tucumn, el da 20 de diciembre de 1849, hija de Don Pedro Dojorti Cabot,natural de Tucumn en donde naciera por 1812 y fallecido en 1887, y de Doa

Josefa lvarez Lpez vecinos de la Villa de Metn

Rama Tucumana

Don Pedro Dojorti, nacido en San Miguel de Tucumn en 1812.La informacin matrimonial, fechada en San Miguel de Tucumn el

07/03/1844 nos dice que Don Pedro Dojort (SIC) es h.l. de Don Juan y de

Doa Mercedes Cabot, de ese vecindario y que pretende contraer con Doa Jo-sefa lvarez, h.l. de Don Jos lvarez y de Doa Antonia Lpez, del curato deMonteros, ofreciendo los testigos necesarios al efecto. Provey, mand y rmoel Seor Cura Vicario Don Cornelio Santilln.

Firma el interesado y aunque la letra nal del apellido podra ser parte dela rbrica y carece de punto, podra leerse con meridiana claridad como i,interpretndose as como Dojorti.

La boda sin embargo se realiz, no en San Miguel de Tucumn, sino enMonteros, pocos das despus: el 24, fecha en que se cas Don Pedro Dojorti

(con i), vec.de Tucumn con Doa Josefa lvarez, h.l. de Don Pedro y DoaAntonia Lpez, vec. De Monteros, Tgos. Don Martn lvarez y Doa Francis-ca Antonia Romano ( Arch. De Morteros l.4 f. 64)


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La necesidad de organizar las fuerzas del Virreinato, previniendofuturas acciones blicas de los ingleses, hizo que la victoria obtenida

con la heroica contribucin del pueblo, descart la idea de reorganizarunidades conforme al reglamento de 1801 y llegando a la conclusinque lo ms conveniente era aprovechar el esfuerzo patritico del pue-blo instituyendo el servicio como prestacin obligatoria.

Esto obr sobre la conciencia colectiva y tuvo el ms franco xito.Los hombres de Juan Martn de Pueyrredn se reunieron por propia

iniciativa al igual que el escuadrn de blandengues organizado por elcapitn Antonio Olavarra, quienes se cubrieron de gloria en Pedriel.

Al disponer de tales tropas, el 4 de septiembre de 1806, a una pre-

gunta de Sobremonte, Liniers contest:Tengo coordinados tres escuadrones de voluntarios cuyos individuos han

servido a todos en la Reconquista quienes de por s se obligan a uniformarse ya mantener caballos a pesebres; cada escuadrn debe componerse de ciento yveinte jinetes, armados slo de sable y pistola, vestidos a la Hsara....

El Cabildo, con fecha 5 de septiembre de 1806, acuerda hacer gra-bar medallas, con las armas de la Ciudad, para distinguir a los vecinosque, convocados por Juan Martn de Pueyrredn, se hallaron en laaccin de Pedriel y concurrieron al acto de la reconquista el da 12

de agosto.El 6 de septiembre, Santiago de Liniers y Bremond dio una procla-ma por la que convoca al pueblo de Buenos Aires a alistarse en cuerposseparados segn sus lugares de origen. De esta manera logra confor-mar una fuerza de ms de 7.000 hombres. En los das siguientes hastael 9 inclusive, se dio orden de convocacin de las milicias que deben

VIII

Organizacin de unidades que se formaronentre 1806 y 1807, segn el ejrcito argentino


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concurrir al fuerte; Catalanes el mircoles 10, Vizcanos y Cntabros eljueves 11, Gallegos y Asturianos el viernes 12 y Andaluces, Castella-nos, Levantiscos y Patricios el Lunes 15.

El da 9 de ese mes, Liniers, nombrado Gobernador Militar, emitiun Bando conforme a la ley de milicias que lo autorizaba a convocaral servicio militar a todos los vecinos y los extranjeros con ms decuatro aos de residencia o casados y con bienes en el pas.

De acuerdo a informacin que le fue proporcionada a Liniers estepresuma que se producira una segunda invasin por partes de losingleses, por esa razn, con fecha 10 de septiembre, el mismo informaa Espaa, sobre un plan de reorganizacin de las fuerzas militares ynavales a su cargo.

El 12 de septiembre arriba a Gran Bretaa la fragata de guerraNarcissus, con la noticia de la conquista de Buenos Aires, y con loscaudales que se haban apropiado compuestos de: cuarenta carros conmonedas de oro y plata, los que deslaran en triunfo por las callesde Londres.

Para ubicarnos, respecto a la participacin de las intendencias de to-do el Virreinato, es prudente transcribir a continuacin , la composiciny Creacin de las Intendencias de Ejrcito y Provincias, mencionada enel Libro Resea Histrica y Orgnica del Ejrcito Argentino trabajo

de investigacin Histrica del Comando en jefe del Ejrcito Tomo I,volumen 631/632.El 28 de Enero de 1782, mediante La Real Ordenanza para el estableci-

miento e instruccin de Intendencias de Ejrcito y Provincia en el Virreinatode Buenos Aires se crean ocho gobiernos intendencias que deban llevar elnombre de cada capital.

El informe elevado por Vrtiz promueve la real orden del 29 de julio de 1782y una cdula aclaratoria de 1785; las intendencias quedaron as constituidas:

Intendencia de Buenos Aires: comprenda los actuales territorios de

Buenos Aires, Santa F, Entre Ros, Corrientes, Misiones, Republica Orientaldel Uruguay, La Patagonia y la PampaBuenos Aires era residencia del Virrey y del superintendente general (cuyas

funciones fueron asumidas por el virrey en 1788).En Montevideo resida un delegado del virrey con el cargo de gobernador.

Intendencia del Paraguay: abarcaba el territorio de la actual Republica


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El lugar ocupado por los Hsares de Pueyrredn fueron la Chacra de

Pedriel y que fuera propiedad de los padres del General D. Manuel Belgrano,comprendida entre el actual Liceo Militar General San Martn y la estacinde Villa Ballester (FCGBM), fue en 1806 la zona de concentracin de las

fuerzas reunidas por Juan Martn de Pueyrredn en su accin contra losingleses. Efectivos que el ao siguiente dio pie a la formacin del Regimientode Hsares.

Husares de Pueyrredn Husares de Vivas

Husares de Nez Husares de Herrera


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En la actualidad, dentro de esa rea funciona elMuseo Martn Fierro.

La junta de guerra, el 2 de Marzo de 1807, dis-

puso que los efectivos de cada escuadrn debieranascender a 200 hombres.

Cuerpos de Patricios. Constituidos por los veci-nos nativos de la ciudad de Buenos Aires el 13 deseptiembre de 1806.

Estaba organizado a tres batallones de ocho com-paas el I y el III y de siete el II. El Coronel CornelioSaavedra fue jefe del cuerpo y a la vez del I batalln.

El cuerpo los Arribeos y Compaa de Zapado-

res. Durante el rechazo de las Invasiones Inglesas,Los Arribeos tenan su cuartel en el Convento dela Merced, ubicado en la actual calle Reconquistaal 300; alojamiento concedido por las autoridadeseclesistica accediendo a una peticin del Cabildo

formulada el 18 de febrero de 1807. Esa arteria se denomino San Martn desdeel ao 1769; en 1808, Liniers; en 1820, La Paz, tomando su actual nombre en1910.

Cuando se design al General D. Francisco An-

tonio Ortiz de Ocampo, Comandante del EjercitoExpedicionario del Interior, la unidad contribuy ala formacin del mismo con dos compaas (Regi-miento 3, Arribeos) En consecuencia, los Arribeosestuvieron para ese entonces con sus efectivos dividi-do en dos cuarteles diferentes; parte en el Conventode la Merced y la otra en Monte Castro, que era uncampo apropiado para los preparativos e instruccinque se situara en la actual calle Jonte, a dos cuadras

al Oeste del camino de la Floresta, en la Ciudad deBuenos Aires.Cuerpo de Patriotas de la Unin. Creado el 8 de

Octubre de 1806 sobre la base de los efectivos delos Voluntarios Patriotas de la Unin.y agregadomas tarde al real cuerpo de artillera volante.

Patricios

Morenos


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Cuerpo de Artillera de Indios, Pardos y Morenos(naturales y castas). Organizado a ocho compaas porel Alfrez Domingo de Ugalde. Se lo destin a comple-

tar el servicio de artillera pesada.Batalln de Naturales, Pardos y Morenos de infan-

tera. Organizado sobre la base de dos compaas degranaderos de pardos y morenos libres con un efectivode 250 hombres. Fue su jefe el asturiano D. Jos Ra-mn Baudriz

Escuadrn de Carabineros de Carlos IV. Creado el22 de noviembre de 1806 y puesto a rdenes de LucasFernndez, que coste

cabalgaduras, unifor-mes y monturasCuerpos de Quin-

teros y Labradores.Constituido por dos

escuadrones de caballera, con agricultores delas quintas vecinas a la ciudad. Se designo jefea D. Antonio Luciano Ballester.

Escuadrn Auxi-

liar de Caballera dela Real Maestranza deArtillera. Creado a susexpensas por el armeromayor D. Manuel Ri-vera. Se compona de tres compaas integradas porartesanos. Florencio Terrada fue designado jefe y ms

popularmente conocida por Compaa de Granade-ros de Terrada

Batalln de Marina. Unidad formada el 16 demarzo de 1807 con los individuos del arma de marina,salvados de la capitulacin de Montevideo.

Escuadrn de Migueletes de Caballera. Organiza-do por el doctor Alejo Castex, pas luego a ser escoltadel comandante de armas, a rdenes de D. Jos Daz.

Pardos

Carabineros de Carlos IV

Labradores


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Cuerpo de Esclavos. Aunque no se halogrado establecer con precisin la fecha decreacin. Este cuerpo existi. Lo prueba una

provisin de armas blancas (500 lanzas y 150docenas de cuchillos) efectuada por la junta de

guerra el 16 de febrero de 1807 al comandan-te del mismo D. Jos de Mara. Estas armasseran distribuidas entre los esclavos en casode producirse un ataque a la ciudad.

Con espaoles (agrupados segn la pro-vincia de origen) se formaron:

Tercio de Volun-

tarios de Galicia oCuerpo de Gallegos.Organizado a una

compaa de granaderos y ocho de fusileros, con unefectivo de seiscientos hombres. Su comandante fue D.Pedro Cervio.

Tercio de Andaluca o Cuerpo de Andaluces (obatalln de los cuatro reinosde Andaluca), A ocho com-

paas de cincuenta y cincohombres cada una. Coman-dante fue designado D. Jos

Merelo.Tercio de Voluntarios de

Catalua o de catalanes o mi-ones. Igual al de Andaluca,

pero cada compaa con se-senta y cinco hombres. Fue organizado por D. Jaime

Nadal y Guarda.Tercio de Vizcains. Formado el 18 de Septiembrede 1806, con vizcanos, navarros, asturianos, caste-llanos viejos y una compaa agregada de cazadorescorrentinos. Estaba divi

Documents

Jose Virgilio Nunez - Las Invasiones Inglesas