Joyas de Los Testimonios Tomo 3

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  • 7/26/2019 Joyas de Los Testimonios Tomo 3

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    JOYAS DE LOS TESTIMONIOS TOMO 3

    CONSEJOS PARA LA IGLESIASELECCIONADOS

    DE LOS TESTIMONIOSPor ELENA G. DE WHITE

    Preparacin para la Crisis Final *

    LA GRAN Crisis est por sobrecogernos. Para hacer frente a sus pruebas y tentaciones, para cumplir susdeberes, se necesitar una fe perseverante. Pero Podemos triunfar gloriosamente; nadie que vele, ore y creaser entrampado por el enemigo.En el tiempo de prueba que nos espera, Dios pondr garanta de seguridad sobre todos aquellos que hayanguardado la palabra de su paciencia. Cristo dir a sus fieles: "Anda, pueblo mo, ntrate en tus aposentos,cierra tras ti tus puertas; escndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la ira." (Isa. 26: 20.) ElLen de Jud, tan temible para los que rechazan su gracia, ser el Cordero de Dios para los obedientes yfieles. La columna de nube que significa ira y terror para el transgresor de la ley de Dios, ser luz,misericordia y liberacin para los que hayan guardado sus mandamientos. El fuerte brazo que hiera a losrebeldes, ser fuerte para librar a los leales. Cada fiel ser ciertamente recogido. "Y enviar sus ngeles congran voz de trompeta, y juntarn sus escogidos de los cuatro vientos, de un cabo del cielo hasta el otro."Hermanos, vosotros a quienes han sido reveladas las verdades de la Palabra de Dios, qu papeldesempearis en las escenas finales de la historia de este mundo? Comprendis estas solemnes realidades?

    Os percatis de la gran obra de preparacin que se est realizando en el cielo y en la tierra? Presten atencina las cosas que estn escritas en las profecas todos los que han recibido la luz y que han tenido oportunidadde leerlas y orlas; "porque el tiempo est cerca." Nadie juegue ahora con el pecado, fuente de toda desgraciaen nuestro mundo. Nadie permanezca ya en letargo y en el estupor de la 12 indiferencia, ni deje que el destinode su alma dependa de una incertidumbre. Aseguraos de que estis plenamente de parte del Seor. Preguntaoscon corazones sinceros y labios temblorosos: "Quin podr subsistir?" En estas ltimas preciosas horas deltiempo de gracia, habis estado colocando el mejor material posible en el edificio de vuestro carcter?Habis, estado purificando vuestras almas de toda mancha? Habis seguido la luz? Habis hecho obrascorrespondientes a vuestra profesin de fe?Obra en vosotros la gracia enternecedora y subyugadora de Dios? Tenis un corazn que pueda sentir, ojosque puedan ver, odos que puedan or? Habr sido vano lo que la verdad eterna declara concerniente a lasnaciones de la tierra? Se hallan bajo la condenacin, preparndose para los juicios de Dios; y en este da,cargado de resultados eternos, el pueblo escogido para ser el depositario de una verdad trascendental debiera

    permanecer en Cristo. Dejis que vuestra luz brille para iluminar a las naciones que perecen en sus pecados?Comprendis que estis defendiendo los mandamientos de Dios delante de aquellos que los pisotean?Es posible ser un creyente parcial y formalista, y sin embargo ser hallado falto y perder la vida eterna. Es

    posible practicar algunas de las rdenes bblicas y ser considerado como cristiano, y sin embargo perecer porcarecer de las cualidades esenciales para el carcter cristiano. Si descuidis o tratis con indiferencia lasamonestaciones que Dios ha dado, si albergis o excusis el pecado, estis sellando el destino de vuestra alma.Seris pesados en la balanza, y hallados faltos.Os sern retirados para siempre la gracia, la paz y el perdn; Jess habr pasado para nunca ms estar alalcance de vuestras oraciones y splicas. Mientras dura la misericordia, mientras el Salvador sigueintercediendo, hagamos una obra cabal para la eternidad.El regreso de Cristo a nuestro mundo no se demorar mucho. Sea sta la nota tnica de todo mensaje. 13Es necesario presentar a menudo a la gente la bienaventurada esperanza de la segunda venida de Cristo consus solemnes realidades. Esperar la pronta aparicin de nuestro Seor nos inducir a considerar las cosas

    terrenales como nada y vacas.Pronto se ha de pelear la batalla de Armagedn. Aquel sobre cuya vestidura est escrito el nombre Rey dereyes y Seor seores, ha de encabezar pronto los ejrcitos del cielo.

    No pueden ya decir los siervos del Seor, como el profeta Daniel: "El tiempo fijado era largo." (Dan. 10: 1.)Falta ahora o tiempo para que los testigos de Dios hayan cumplido de preparar el camino del Seor.Hemos de poner a un lado nuestros planes estrechos y egostas, recordando que se nos ha encargado una obrade la mayor magnitud y de la ms alta importancia. Al hacer esta obra estamos pregonando los mensajes del

    primer ngel, del segundo y del tercero, y preparando as la llegada de aquel otro del cielo que ha de iluminarla tierra con su gloria.

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    El da del Seor se est acercando furtivamente; pero los que se llaman grandes y sabios no conocen lasseales de la venida de Cristo y del fin del mundo. Abunda la iniquidad y el amor de muchos se ha enfriado.Miles y millares, s, millones y millones, hacen ahora su decisin para la vida eterna o la muerte eterna. Elhombre que esta completamente absorbido por su contadura, el que halla placer ante la mesa de juego, el quese deleita en satisfacer el apetito pervertido, el amador de diversiones, los que frecuentan el teatro y el salnde baile, no tienen en cuenta la eternidad. Toda la preocupacin de su vida es: Qu comeremos? Qu

    beberemos? Con qu nos vestiremos? No se hallan en la 14 procesin que avanza hacia el cielo. Sonconducidos por el gran apstata, y con l sern destruidos.A menos que comprendamos la importancia de los momentos que estn pasando rpidamente a la eternidad, ynos preparemos para subsistir en el gran da de Dios, seremos mayordomos infieles. El centinela debe saberqu hora de la noche es. Todo est ahora revestido de una solemnidad que deben comprender todos los quecreen la verdad para este tiempo. Deben actuar con referencia al da de Dios. Los juicios de Dios estn porcaer sobre el mundo, y necesitamos prepararnos para aquel gran da.

    Nuestro tiempo es precioso. Nos quedan tan slo muy pocos das de gracia en los cuales prepararnos para lavida futura e inmortal. No tenemos tiempo que gastar en movimientos desordenados. Debemos temer lacostumbre de leer superficialmente la Palabra de Dios.Es tan cierto ahora como cuando Cristo se hallaba en la tierra que toda penetracin del Evangelio en eldominio del enemigo arrostra la fiera oposicin de sus vastos ejrcitos. El conflicto que est porsobrecogernos ser el ms, terrible que se haya presenciado jams. Pero aunque Satans se nos presenta como

    guerrero poderoso y armado, su derrota ser completa, y perecer con l todo aquel que se le una al preferir laapostasa a la lealtad.El Espritu refrenador de Dios se est retirando ahora mismo del mundo. Los huracanes, las tormentas, lastempestades, los incendios y las inundaciones, los desastres por tierra y mar, se siguen en rpida sucesin. Laciencia procura explicar todo esto. Menudean en derredor nuestro las seales que nos dicen que se acerca elHijo de Dios, pero son atribuidas a cualquier causa menos la verdadera. Los hombres no pueden discernir a 15los ngeles que como centinelas refrenan los cuatro vientos para que no soplen hasta que estn sellados lossiervos de Dios; pero cuando Dios ordene a sus ngeles que suelten los vientos, habr una escena de contiendaque ninguna pluma puede describir.A los que son indiferentes en este tiempo, Cristo dirige esta amonestacin: "Mas porque eres tibio, y no fro nicaliente, te vomitar de mi boca." (Apoc. 3: 16.) La figura empleada al decir que os vomitar de su boca,significa que no puede ofrecer a Dios vuestras oraciones o vuestras expresiones de amor. No puede apoyarvuestras enseanzas de su Palabra ni vuestra obra espiritual. No puede presentar vuestros ejercicios religiosos

    con la peticin de que se os conceda gracia.Si pudiese descorrerse el teln, y pudieseis discernir los propsitos de Dios y los juicios que estn por caersobre un mundo condenado, si pudieseis ver vuestra propia actitud, temerais y temblarais por vuestras

    propias almas y por las almas de vuestros semejantes. Harais ascender al cielo fervientes oraciones concorazn angustiado. Llorarais entre el prtico y el altar, confesando vuestra ceguera espiritual y apostasa. 16La Observancia del Sbado *LA OBSERVANCIA del sbado entraa grandes bendiciones, y Dios desea que el sbado sea para nosotrosun da de gozo. La institucin del sbado fue hecha con gozo. Dios mir con satisfaccin la obra de susmanos. Declar que todo lo que haba hecho era "bueno en gran manera." (Gn. 1: 31) El cielo y la tierra sellenaron de regocijo. "Las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios." (Job 38:7.) Aunque el pecado entr en el mundo para mancillar su obra perfecta, Dios sigue dndonos el sbado comotestimonio de que un Ser omnipotente, infinito en bondad y misericordia, cre todas las cosas. Nuestro Padrecelestial desea, por medio de la observancia del sbado, conservar entre los hombres el conocimiento de s

    mismo. Desea que el sbado dirija nuestra mente a l como el verdadero Dios viviente, y que por conocerletengamos vida y paz.Cuando el Seor liber a su pueblo Israel de Egipto y le confi su ley, le ense que por la observancia delsbado deba distinguirse de los idlatras. As se creara una distincin entre los que reconocan la soberanade Dios y los que se negaban a aceptarle como su Creador y Rey. "Seal es para siempre entre m y los hijosde Israel," dijo el Seor. "Guardarn, pues, el sbado los hijos de Israel: celebrndolo por sus edades por

    pacto perpetuo." (Exo. 31: 17, 16.)As como el sbado fue la seal que distingua a Israel cuando sali de Egipto para entrar en la Cananterrenal, as tambin es la seal que ahora distingue al pueblo de Dios cuando sale del mundo para entrar en el

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    reposo celestial. El sbado es una seal de la relacin que existe entre Dios y su pueblo, una seal de que stehonra la ley de su Creador. 17 Hace distincin entre los sbditos leales y los transgresores.Desde la columna de nube, Cristo declar acerca del sbado: "Con todo eso vosotros guardaris mis sbados:

    porque es seal entre m y vosotros por vuestras edades, para que sepis que yo soy Jehov que os santifico."(Exo. 31: 13.) El sbado que fue dado al mundo como seal de que Dios es el Creador, es tambin la seal deque es el Santificador. El poder que cre todas las cosas es el poder que vuelve a crear el alma a su semejanza.

    Para quienes lo santifican, el sbado es una seal de santificacin. La verdadera santificacin es armona conDios, unidad con l en carcter. Se recibe obedeciendo a los principios que son el trasunto de su carcter. Y elsbado es la seal de obediencia. El que obedece de corazn al cuarto mandamiento, obedecer toda la ley.Queda santificado por la obediencia.A nosotros, como a Israel, nos es dado el sbado "por pacto perpetuo." Para los que reverencian el santo da,el sbado es una seal de que Dios los reconoce como su pueblo escogido. Es una garanta de que cumplir su

    pacto en su favor. Cada alma que acepta la seal del gobierno de Dios, se coloca bajo el pacto divino y eterno.Se vincula con la cadena urea de la obediencia, de la cual cada eslabn es una promesa.De los diez mandamientos, slo el cuarto contiene el sello del gran Legislador, Creador del cielo y de la tierra.Los que obedecen este mandamiento toman sobre s su nombre, y son suyas todas las bendiciones que entraa."Y Jehov habl a Moiss, diciendo: Habla a Aarn y a sus hijos, y diles: As bendeciris a los hijos de Israel,dicindoles: Jehov te bendiga, y te guarde: haga resplandecer Jehov su rostro sobre ti, y haya de timisericordia: Jehov alce a ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrn mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo

    los bendecir." (Nm. 6: 22-27)Por medio de Moiss fue dada tambin la promesa: "Confirmarte ha Jehov por pueblo suyo santo, como te hajurado, cuando guardares los mandamientos de Jehov tu Dios, y 18 anduvieras en sus caminos. Y vern todoslos pueblos de la tierra que el nombre de Jehov es llamado sobre ti. . . . Y te pondr Jehov por cabeza y no

    por cola: y estars encima solamente, y no estars debajo; cuando obedecieras a los mandamientos de Jehovtu Dios, que yo te ordeno hoy, para que los guardes y cumplas." (Deut. 28: 9-13.)El salmista, hablando por el Espritu Santo, dice:"Venid, celebremos alegremente a Jehov: cantemos con jbilo a la roca de nuestra salud. . . . Porque Jehoves Dios grande: y Rey grande sobre todos los dioses. Porque en su mano estn las profundidades de la tierra, ylas alturas de los montes son suyas. Suya tambin la mar, pues l la hizo; y sus manos formaron la seca. Venid,adoremos y postrmonos; arrodillmonos delante de Jehov nuestro hacedor. Porque l es nuestro Dios." "Elnos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado." (Sal. 95: 1 - 7; 100: 3.)Estas promesas dadas a Israel son tambin para el pueblo de Dios hoy. Son los mensajes que el sbado nos

    trae.La reforma en la observancia del sbadoEl sbado es un broche de oro que une a Dios y su pueblo. Pero el mandamiento del sbado ha sido violado.El da santo de Dios ha sido profanado. El sbado ha sido sacado de su lugar por el hombre de pecado, y se haensalzado en su lugar un da de trabajo comn. Se ha hecho una brecha en la ley, y esta brecha ha de serreparada. El sbado debe ser ensalzado a la posicin que merece como da de reposo de Dios. En el captulo58 de Isaas, se bosqueja la obra que el pueblo de Dios ha de hacer. Debe ensalzar la ley y hacerla honorable,edificar en los antiguos desiertos y levantar los fundamentos de muchas generaciones. A los que hagan estaobra, Dios dice: "Sers llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar. Si retrajeres delsbado tu pie, de hacer tu voluntad en mi da santo, y al sbado llamares delicias, santo, glorioso 19 deJehov; y lo venerares, no haciendo tus caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando tus palabras: entonceste deleitars en Jehov; y yo te har subir sobre las alturas de la tierra, y te dar a comer la heredad de Jacob tu

    padre: porque la boca de Jehov lo ha hablado." (Vers. 12-14.)

    La cuestin del sbado ser el punto culminante del gran conflicto final en el cual todo el mundo tomar parte.Los hombres han honrado los principios de Satans por encima de los principios que rigen los cielos. Hanaceptado el falso da de descanso que Satans ha exaltado como seal de su autoridad. Pero Dios ha puesto susello sobre su requerimiento real. Ambos das de reposo llevan el nombre de su autor, una marca imborrableque demuestra la autoridad de cada uno. Es nuestra obra inducir a la gente a comprender esto. Debemosmostrarle que es de consecuencia vital llevar la marca del reino de Dios o la marca de la rebelin, porque sereconocen sbditos del reino cuya marca llevan. Dios nos ha llamado a enarbolar el estandarte de su sbado

    pisoteado. Cun importante es, pues, que nuestro ejemplo sea correcto en la observancia del sbado!Al establecer nuevas iglesias, los ministros deben dar instruccin cuidadosa en cuanto a la debida observanciadel sbado. Debemos precavernos, no sea que las prcticas flojas que prevalecen entre los observadores del

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    domingo sean seguidas por aquellos que profesan observar el santo da de reposo de Dios. La lnea dedemarcacin debe trazarse clara y distinta entre los que llevan la marca del reino de Dios y los que llevan laseal del reino de la rebelin.La preparacin para el sbadoEl sbado tiene un carcter mucho ms sagrado que el que le atribuyen muchos de los que profesanobservarlo. El Seor ha sido grandemente deshonrado por aquellos que no han guardado el sbado de acuerdo

    con el mandamiento, en la letra y en el espritu. El pide una reforma en la observancia del sbado. 20Al mismo principio del cuarto mandamiento, el Seor dijo: "Acordarte has." Saba que entre la multitud decuidados y perplejidades, el hombre se vera tentado a excusarse de satisfacer todo lo requerido por la ley, ose olvidara de su importancia sagrada. Por lo tanto dijo: "Acordarte has del da del reposo, para santificarlo."(Exo. 20: 8.)Durante toda la semana, debemos recordar el sbado y hacer preparativos para guardarlo segn elmandamiento. No slo debemos observar el sbado en forma legal. Debemos comprender su importanciaespiritual sobre todas las acciones de nuestra vida. Todos los que consideren el sbado como una seal entreellos y Dios y demuestren que Dios es quien los santifica, representarn los principios de su gobierno.Pondrn diariamente en prctica las leyes de su reino. Diariamente rogarn que la santificacin del sbadodescanse sobre ellos. Cada da tendrn el compaerismo de Cristo y ejemplificarn la perfeccin de sucarcter. Cada da su luz brillar para los dems en sus buenas obras.En todo lo que pertenece al xito de la obra de Dios, las primeras victorias se han de ganar en el hogar. All

    debe empezar la preparacin para el sbado. Recuerden los padres durante toda la semana que su hogar ha deser una escuela en la cual sus hijos se prepararn para los atrios celestiales. Sean correctas sus palabras. Noescapen de sus labios expresiones que sus hijos no debieran or. Mantengan su espritu libre de irritacin.Padres, vivid durante la semana como a la vista de un Dios santo, que os ha dado hijos para que los preparis

    para l. Educad as la pequea iglesia que hay en vuestro hogar, a fin de que el sbado todos puedan estarpreparados para adorar en el santuario del Seor. Presentad cada maana y noche vuestros hijos a Dios comosu heredad comprada con sangre. Enseadles que es su ms alto deber y privilegio amar y servir a Dios.Los padres deben ser escrupulosos y hacer del culto de Dios una leccin objetiva para sus hijos. Deben tenercon frecuencia 21 en los labios pasajes de la Escritura, especialmente los que preparan el corazn para elservicio religioso. Bien podran repetirse a menudo las preciosas palabras: "Alma ma, en Dios solamentereposa; porque de l es mi esperanza." (Sal. 62: 5.)Cuando el sbado se recuerde as, no se permitir que lo temporal usurpe lo que pertenece a lo espiritual.

    Ningn deber que incumbe a los seis das hbiles ser dejado para el sbado. Durante la semana nuestras

    energas no se agotarn de tal manera en el trabajo temporal que, en el da en que el Seor descans y fuerefrigerado, estemos demasiado cansados para dedicarnos a su servicio.Aunque deben hacerse preparativos para el sbado durante toda la semana, el viernes es un da especial de

    preparacin. Por medio de Moiss, el Seor dijo a los hijos de Israel: "Maana es el santo sbado, el reposode Jehov: lo que hubierais de cocer, cocedlo hoy, y lo que hubierais de cocinar, cocinadlo; y todo lo que ossobrare, guardadlo para maana." "Derrambase el pueblo, y recogan [el man], y molan en molinos, omajaban en morteros, y lo cocan en caldera, o hacan de l tortas." (Exo. 16: 23; Nm. 11: 8.) Haba algo quehacer para preparar el pan enviado por el cielo a los hijos de Israel. El Seor les dijo que esta obra debahacerse en viernes, da de preparacin. Esto era una prueba para ellos. Dios deseaba ver si queran santificar elsbado o no.Estas indicaciones de los labios de Jehov son para nuestra instruccin. La Biblia es una gua perfecta, y si seestudian sus pginas con oracin y corazn dispuesto a comprender, nadie necesita errar acerca de estacuestin.

    Muchos necesitan instruccin en cuanto a cmo deben presentarse en la asamblea para adorar en sbado. Nohan de entrar en la presencia de Dios con las ropas que llevan comnmente durante la semana. Todos debentener un traje especial para el sbado, para llevarlo cuando asistan al culto en la casa de Dios. Aunque nodebemos conformarnos a las modas mundanales, no debemos ser indiferentes acerca de nuestra apariencia 22exterior. Debernos ser aseados y estar bien arreglados, aunque sin adornos. Los hijos de Dios deben serlimpios en su interior y exterior.Terminense el viernes los preparativos para el sbado. Cuidad de que toda la ropa est lista y que se hayacocinado todo lo que debe cocinarse, que se hayan lustrado los zapatos y tomado los baos. Es posible lograresto. Si lo establecis como regla, podis hacerlo. El sbado no debe destinarse a reparar ropas, a cocinaralimentos, a los placeres, o a otra ocupacin mundanal. Antes de que se ponga el sol, debe ponerse a un lado

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    todo trabajo secular, y guardarse fuera de la vista todos los peridicos de ese carcter. Padres, explicad avuestros hijos lo que hacis y os proponis, y dejadlos participar en vuestra preparacin para guardar elsbado segn el mandamiento.Debemos cuidar celosamente las extremidades del sbado. Recordemos que cada momento es tiempo santo yconsagrado. Siempre que se pueda los patrones deben dejar en libertad a sus obreros desde el viernes al medioda hasta el principio del sbado. Dadles tiempo para la preparacin, a fin de que puedan dar la bienvenida al

    da del Seor con espritu tranquilo. Una conducta tal no os infligir prdidas, ni aun en las cosas temporales.Hay otra obra que debe recibir atencin en el da de preparacin. En ese da deben ponerse a un lado todas lasdivergencias entre hermanos, ora sea en la familia o en la iglesia. Explsese del alma toda amargura, ira ymalicia. Con espritu humilde, "confesaos vuestras faltas unos a otros, y rogad los unos por los otros, para queseis sanos." (Sant. 5: 16.)Antes que empiece el sbado, tanto la mente como el cuerpo deben retraerse de los negocios mundanales.Dios puso el sbado al fin de los seis das de trabajo para que los hombres se detengan y consideren lo que hanganado en la semana en su preparacin para el reino puro que no admitir transgresor. Debemos hacer cadasbado un examen de nuestras almas para ver si la semana fenecida trajo ganancia o prdida espiritual. 23Santificar el sbado para el Seor significa salvacin eterna. Dios dice: "Yo honrar a los que me honran." (1Sam. 2: 30.)El sbado en el hogarAntes de la puesta del sol, congrguense los miembros de la familia para leer la Palabra de Dios y para cantar

    y orar. Se necesita una reforma en esto, porque muchos han sido remisos. Necesitamos confesarnos a Dios yunos a otros. Debemos empezar de nuevo a hacer arreglos especiales para que cada miembro de la familia seapreparado para honrar el da que Dios ha bendecido y santificado.No se malgasten en cama las preciosas horas del sbado. El sbado de maana, la familia debe levantarsetemprano. Si se levantan tarde, hay confusin y apresuramiento en los preparativos para el desayuno y laescuela sabtica. Hay apresuramiento, roces e impaciencia. As entran en el hogar sentimientos profanos. Elsbado, as profanado, produce cansancio, y en vez de amarse su venida se la teme.

    No debemos proveer para el sbado una cantidad o variedad mayor de alimentos que para los otros das. Envez de esto, los alimentos deben ser ms sencillos, y debe comerse menos, a fin de que la mente est clara yvigorosa para comprender las cosas espirituales. El comer demasiado anubla la mente. Se pueden or las

    palabras ms preciosas sin apreciarlas, debido a que la mente est turbada por un rgimen impropio.Comiendo demasiado el sbado, muchos han deshonrado a Dios ms de lo que piensan.Aunque debe evitarse el cocinar en sbado, no es necesario comer alimentos fros. En tiempo fro, calintese

    el alimento preparado el da antes. Y sean las comidas, aunque sencillas, atrayentes y sabrosas. Provase algoque sea considerado como un plato especial, algo que la familia no tiene cada da.Tomen parte los nios en el culto de familia. Traigan todos sus Biblias, y lea cada uno de ellos uno o dosversculos. Luego cntese algn himno familiar, seguido de oracin. Para sta, 24 Cristo ha dejado un modelo.El Padrenuestro no fue destinado a ser repetido simplemente como una frmula, sino que es una ilustracin delo que deben ser nuestras oraciones: sencillas, fervientes y abarcantes. En una simple peticin, expresad alSeor vuestras necesidades, y gratitud por su misericordia. As invitis a Jess como vuestro husped

    bienvenido en el hogar y el corazn. En la familia, las largas oraciones acerca de objetos remotos, no estn ensu lugar. Hacen cansadora la hora de la oracin, cuando debiera ser considerada como un privilegio y una

    bendicin. Procurad que ese momento ofrezca inters y gozo.La escuela sabtica y la reunin del culto ocupan slo una parte del sbado. La parte que queda para la familia

    puede abarcar las ms sagradas y preciosas horas del sbado. Mucho de este tiempo deben pasarlo los padrescon sus hijos. En muchas familias se deja solos a los nios menores, para que se diviertan lo mejor que

    puedan. En tales condiciones, no tardan en volverse inquietos, empiezan a jugar y se dedican a causarperjuicios. As el sbado no tiene para ellos significado sagrado. Cuando el tiempo es agradable, paseen lospadres con sus hijos por los campos y huertos. En medio de las cosas hermosas de la naturaleza, explquenlespor qu fue instituido el sbado. Descrbanles la gran obra creadora de Dios. Dganles que cuando la tierrasali de su mano era santa y hermosa. Cada flor, cada arbusto, cada rbol, responda al propsito de suCreador. Todo lo que vean los ojos era hermoso y llenaba la mente de pensamientos relativos al amor deDios. Todo sonido era msica en armona con la voz de Dios. Mostradles que fue el pecado lo que mancill laobra perfecta de Dios; que las espinas y los cardos, el pesar y la muerte, son todos resultados de ladesobediencia a Dios. Invitadlos a ver cmo la tierra, aunque mancillada por la maldicin del pecado, siguerevelando la bondad de Dios. Los campos verdes, los altos rboles, la alegre luz del sol, las nubes, el roco, la

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    quietud solemne de la noche, la gloria del cielo estrellado y la luna en 25 su belleza, todo da testimonio delCreador. No cae una gota de lluvia ni un rayo de sol sobre nuestro mundo desagradecido, que no testifique dela tolerancia y del amor de Dios.Habladles del camino de la salvacin; de cmo "am Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unignito, paraque todo aquel que en l cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." (Juan 3: 16.) Reptase la dulce historia deBeln. Presntese a Jess a los nios, como nio obediente a sus padres, como joven fiel y laborioso, que

    ayudaba a sostener la familia. As podis ensearles que el Salvador conoce las pruebas, perplejidades ytentaciones, las esperanzas y los goces de los jvenes, y que puede simpatizar con ellos y ayudarles. De vez encuando, leedles las interesantes historias de la Biblia. Interrogadlos acerca de lo que han aprendido en laescuela sabtica y estudiad con ellos la leccin del prximo sbado.Al bajar el sol, sealen la voz de la oracin y el himno de alabanza el fin de las horas sagradas, e invitad aDios a acompaaros con su presencia en los cuidados de la semana de trabajos.As pueden los padres hacer del sbado lo que debe ser: el da ms gozoso de la semana. Pueden inducir a sushijos a considerarlo como una delicia, el da superior a los dems das, santo de Jehov, honorable.El viajar en sbadoOs aconsejo, hermanos y hermanas: "Acordarte has del da del reposo, para santificarlo." Si queris quevuestros hijos observen el sbado segn el mandamiento, debis ensearles tanto por los preceptos como porel ejemplo. Nunca se borra completamente la verdad grabada profundamente en el corazn. Puedeobscurecerse, pero nunca obliterarse. Las impresiones hechas en la primera parte de la vida se vern en los

    aos ulteriores. Pueden ocurrir circunstancias que separen a los hijos de los padres y de su hogar, peromientras vivan, la instruccin dada en la infancia y la juventud ser una bendicin. 26Si deseamos la bendicin prometida a los obedientes, debemos observar el sbado ms estrictamente. Temoque con frecuencia hagamos en ese da viajes que podran evitarse. De acuerdo con lo que el Seor me hacomunicado acerca de la observancia del sbado, debemos ser ms cuidadosos en cuanto a viajar en los barcoso coches en ese da. En este asunto, debemos dar el debido ejemplo a nuestro nios y jvenes. A fin dealcanzar las iglesias que necesitan nuestra ayuda y darles el mensaje que Dios desea que oigan, puede sernosnecesario viajar en sbado; pero hasta donde podamos debemos conseguir nuestros pasajes y hacer todos losarreglos necesarios en algn otro da. Cuando emprendemos un viaje, debemos hacer todo esfuerzo para evitarque nuestra llegada a destino sea en sbado.Cuando estamos obligados a viajar en sbado, debemos tratar de evitar la compaa de aquellos que desviarannuestra atencin a los asuntos mundanales. Debemos mantenerla fija en Dios y en comunin con l. Cuandoquiera que se presente la oportunidad, debemos hablar a otros acerca de la verdad. Debemos estar siempre

    listos para aliviar los sufrimientos y ayudar a los que estn en necesidad. En tales casos, Dios desea que elconocimiento y la sabidura que nos ha dado sean aprovechados. Pero no debemos hablar de negocios nidedicarnos a conversaciones comunes y mundanas. En todo tiempo y lugar, Dios requiere que le demostremosnuestra lealtad honrando el sbado.Las reuniones en sbadoCristo dijo: "Porque donde estn dos o tres congregados en mi nombre, all estoy en medio de ellos." (Mat.18:20.) Dondequiera que haya siquiera dos o tres creyentes, renanse en sbado para pedir al Seor elcumplimiento de su promesa.Los pequeos grupos reunidos para adorar a Dios en su santo da, tienen derecho a pedir la rica bendicin deJehov. Deben creer que el Seor Jess es un husped honrado en sus 27 asambleas. Cada verdadero adoradorque santifica el sbado debe aferrarse a la promesa: "Para que sepis que yo soy Jehov que os santifico."(Exo. 31: 13.)Generalmente la predicacin de nuestras reuniones del sbado debe ser corta. Debe darse a los que aman a

    Dios oportunidad de expresar su gratitud y adoracin.Cuando no hay predicador en la iglesia, alguno debe ser nombrado director de la reunin. Pero no es necesarioque predique un sermn u ocupe gran parte del tiempo de culto. Un estudio corto e interesante de la Bibliaser con frecuencia de mayor beneficio que un sermn. Puede ir seguido de una reunin de oracin ytestimonio.Los que ocupan algn puesto como dirigentes de la iglesia no deben agotar sus fuerzas fsicas y mentalesdurante la semana al punto de no poder hacer sentir la influencia vivificadora del Evangelio de Cristo en lareunin del sbado. Reducid vuestros trabajos temporales diarios, pero no robis a Dios dndole en sbado unservicio que no puede aceptar. No debis carecer de vida espiritual. Los hermanos necesitan vuestra ayuda en

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    sbado. Dadles alimento de la Palabra. Traed vuestros dones ms selectos a Dios en su santo da. Dedicadle lapreciosa vida del alma en un servicio consagrado.Nadie venga al lugar de culto para dormir. Esto no debiera verse en la casa de Dios. No os dorms cuandoestis empeados en vuestros quehaceres temporales, porque tenis inters en vuestro trabajo. Permitiremosque el servicio que entrara intereses eternos sea puesto en un nivel inferior al de los asuntos temporales de lavida?

    Cuando lo hacemos, perdemos la bendicin que el Seor quiere que tengamos. El sbado no ha de ser un dade ociosidad intil. Tanto en el hogar como en la iglesia, debe manifestarse un espritu de servicio. El que nosdio seis das para nuestro trabajo temporal, bendijo y santific el sptimo da y lo puso aparte para s. En eseda bendecir de una manera especial a todos los que se consagren a su servicio. 28Todo el cielo observa el sbado, pero no de una manera desatenta y ociosa. En ese da, cada energa del almadebe despertarse; porque no hemos de encontrarnos con Dios y con Cristo nuestro Salvador? Podemoscontemplarle por la fe. El anhela refrescar y bendecir toda alma.Cada uno debe sentir que tiene una parte que desempear para hacer interesantes las reuniones del sbado. Nohemos de reunirnos simplemente por formalismo, sino para un intercambio de pensamientos, para relatarnuestra experiencia diaria, para expresar agradecimiento y nuestro sincero deseo de ser iluminadosdivinamente, para que conozcamos a Dios y a Jesucristo al cual l envi. El platicar juntos acerca de Cristo,fortalecer el alma para las pruebas y conflictos de la vida. Nunca pensemos que podemos ser cristianos yencerrarnos, sin embargo, dentro de nosotros mismos. Cada uno es parte de la gran trama de la humanidad, y

    su experiencia ser mayormente determinada por la experiencia de sus asociados.No obtenemos la centsima parte de la bendicin que podramos obtener de nuestras asambleas para adorar aDios. Nuestras facultades perceptivas necesitan ser aguzadas. La comunin de unos con otros debe alegrarnos.Con tal esperanza como la que tenemos, por qu no arde en nuestro corazn el amor a Dios?Debemos ir a toda reunin religiosa dominados por una vvida comprensin espiritual de que Dios y susngeles estn all, cooperando con todos los verdaderos adoradores. Al entrar en el lugar de culto, pidamos aDios que quite todo mal de nuestro corazn. Traigamos a su casa solamente lo que l puede bendecir.Arrodillmonos delante de Dios en su templo, y consagrmosle lo suyo, lo que compr con la sangre deCristo. Oremos por el predicador o el que dirige la reunin. Roguemos que una gran bendicin venga pormedio del que ha de presentar la palabra de Dios. Esforcmonos con fervor por obtener una bendicin paranosotros mismos.Dios bendecir a todos los que se preparen as para su servicio. 29 Ellos comprendern lo que significa tenerla seguridad del Espritu porque recibieron a Cristo por la fe.

    El lugar de culto puede ser muy humilde, pero no por eso deja el Seor de reconocerlo. Para los que adoran aDios en espritu y en verdad y en la belleza de la santidad, ser como la puerta del cielo. El grupo de creyentespuede ser pequeo, pero a la vista de Dios es muy precioso. La verdad los sac como piedras brutas de lacantera del mundo, y fueron llevados al taller de Dios para ser tallados y modelados. Pero aun en bruto son

    preciosos a la vista de Dios. El hacha, el martillo y el cincel de las pruebas estn en las manos de un Artficehbil que no los emplea para destruir, sino para labrar la perfeccin de cada alma. Como piedras preciosas,

    pulidas a semejanza de las de un palacio, Dios quiere que hallemos un lugar en el templo celestial.Lo que Dios nos indica y concede es ilimitado. El trono de la gracia es en s mismo la atraccin ms elevada,

    porque est ocupado por Uno que nos permite llamarle Padre. Pero Dios no consider completo el principiode la salvacin mientras slo estaba investido de su amor. Por su propia voluntad, puso en su altar a unAbogado revestido de nuestra naturaleza. Como intercesor nuestro, su obra consiste en presentarnos a Dioscomo sus hijos e hijas. Cristo intercede en favor de los que le han recibido. En virtud de sus propios mritos,les da poder para llegar a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial. Y el Padre demuestra su

    infinito amor a Cristo, quien pag nuestro rescate con su sangre, recibiendo y dando la bienvenida a losamigos de Cristo como amigos suyos. Est satisfecho con la expiacin hecha. Ha sido glorificado por laencarnacin, la vida, la muerte y la mediacin de su Hijo.Tan pronto como un hijo de Dios se acerca al propiciatorio, llega a ser cliente del gran Abogado. Cuando

    pronuncia su primera expresin de penitencia y splica de perdn, Cristo acepta su caso y lo hace suyo,presentando la splica ante su Padre como su propia splica. 30A medida que Cristo intercede en nuestro favor, el Padre abre los tesoros de su gracia para que nos losapropiemos, para que los disfrutemos y los comuniquemos a otros. Pedid en mi nombre -dice Cristo,- y no osdigo que yo rogar al Padre por vosotros; pues el mismo Padre os ama, porque vosotros me amasteis. Haced

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    uso de mi nombre. Esto dar eficacia a vuestras oraciones, y el Padre os dar las riquezas de su gracia; por lotanto, "pedid, y recibiris, para que vuestro gozo sea cumplido." (Juan 16: 24.)Dios desea que sus hijos obedientes se apropien su bendicin y se presenten delante de l con alabanza yagradecimiento. Dios es la fuente de la vida y el poder. El puede hacer del desierto un campo fructfero para el

    pueblo que guarda sus mandamientos, porque ello glorifica su nombre. El ha hecho para su pueblo escogido loque debiera inspirar agradecimiento a todo corazn, y le agravia que se le tribute tan poca alabanza. Desea

    que su pueblo se exprese con ms energa y demuestre saber que tiene motivos para estar gozoso y alegre.Debemos relatar cmo Dios nos ha guiadoEl trato de Dios con su pueblo debe mencionarse con frecuencia. Cun a menudo levant el Seor, en su tratocon el antiguo Israel, los hitos del camino! A fin de que no olvidasen la historia pasada, orden a Moiss queinmortalizase esos acontecimientos en cantos, a fin de que los padres pudiesen enserselos a sus hijos.Haban de levantar monumentos recordativos bien a la vista. Deban esmerarse para conservarlos, a fin de quecuando los nios preguntasen acerca de esas cosas, les pudiesen repetir toda la historia. As eran recordados eltrato providencial y la sealada bondad y misericordia de Dios en su cuidado y liberacin de su pueblo. Se nosexhorta a traer "a la memoria los das pasados, en los cuales, despus de haber sido iluminados, sufristeis grancombate de aflicciones." (Heb. 10: 32.) El Seor ha obrado como un Dios 31 realizador de prodigios en favorde su pueblo en esta generacin. Es necesario recordar con frecuencia a los hermanos y ancianos, la historia

    pasada de la causa de Dios. Necesitamos relatar a menudo la bondad de Dios y alabarle por, sus obrasadmirables.

    Aunque se nos exhorta a no dejar nuestras reuniones, esas asambleas no han de ser meramente para nuestrorefrigerio. Debemos sentir mayor celo para impartir el consuelo que hemos recibido. Debemos ser muycelosos para la gloria de Dios y no atraerle oprobio, ni aun por la tristeza de nuestro rostro ni por palabrasimprudentes, como si los requerimientos de Dios restringieran nuestra libertad. Aun en este mundo de pesar,desengao y pecado, desea el Seor que estemos alegres y fuertes en su fortaleza. Todo el ser tiene el

    privilegio de dar un testimonio decidido en todo respecto. Mediante nuestro semblante, genio, palabras ycarcter, debemos testificar que el servicio de Dios es bueno. As proclamamos que "la ley de Jehov es

    perfecta, que vuelve el alma." (Sal. 19: 7.)La fase alegre y alentadora de nuestra religin ser representada por todos los que se consagran diariamente aDios. No debemos deshonrar a Dios con un lastimero relato de las pruebas que parecen gravosas. Todas las

    pruebas que se reciban como medios de educarnos producirn gozo. Toda la vida religiosa ser elevadora yennoblecedora, fragante de buenas palabra y obras. Agrada al enemigo que las almas estn deprimidas,abatidas, llorosas y gemebundas; quiere que as sean precisamente las impresiones que deje el efecto de

    nuestra fe. Pero Dios quiere que la mente no se rebaje a un nivel inferior. Desea que cada alma triunfe con elpoder custodio del Redentor. El salmista dice: "Dad a Jehov, oh hijos de fuertes, dad a Jehov la gloria y lafortaleza. Dad a Jehov la gloria debida a su nombre: humillaos a Jehov en el glorioso santuario.""Glorificarte he, oh Jehov; porque me has ensalzado, y no hiciste a mis enemigos alegrarse de m. JehovDios mo, a ti clam y me sanaste. . . . Cantad a Jehov, vosotros sus santos, 32 y celebrad la memoria de susantidad." (Sal. 29: 1, 2; 30: 1-4.)La iglesia de Dios en la tierra es una con la iglesia de Dios en el cielo. Los creyentes de la tierra y los seres delcielo que nunca han cado constituyen una sola iglesia. Todo ser celestial est interesado en las asambleas delos santos que en la tierra se congregan para adorar a Dios. En el atrio interior del cielo escuchan el testimonioque dan los testigos de Cristo en el atrio exterior de la tierra, y las alabanzas de los adoradores de este mundohallan su complemento en la antfona celestial, y el loor y el regocijo repercuten por todos los atrios celestiales

    porque Cristo no muri en vano por los cados hijos de Adn. Mientras que los ngeles beben en el manantialprincipal, los santos de la tierra beben los raudales puros que fluyen del trono y alegran la ciudad de nuestro

    Dios. Ojal que todos pudiesen comprender cun cerca est el cielo de la tierra! Aun cuando los hijos nacidosen la tierra no lo saben, tienen ngeles de luz por compaeros. Un testigo silencioso vela sobre toda alma,tratando de atraerla a Cristo. Mientras haya esperanza, hasta que los hombres resistan al Espritu Santo paraeterna ruina suya, son guardados por los seres celestiales. Recordemos todos que en cada asamblea de lossantos realizada en la tierra, hay ngeles de Dios escuchando los testimonios, himnos y oraciones. Recordemosque nuestras alabanzas quedan suplidas por los coros de las huestes anglicas en lo alto.Por lo tanto, mientras nos reunimos sbado tras sbado, cantemos alabanzas a Aquel que nos llam de lastinieblas a su luz admirable. "Al que nos am, y nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre," rindaadoracin el corazn. Sea el amor de Cristo el tema principal de lo que dice el predicador. Sea lo que seexprese con sencillo lenguaje en todo himno de alabanza. Dicte la inspiracin del Espritu de Dios nuestras

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    oraciones. Mientras se pronuncie la palabra de vida, atestige nuestra sentida respuesta que hemos recibido elmensaje como 33 mensaje del cielo. Esto es muy anticuado, lo s, pero es una ofrenda de agradecimiento aDios por el pan de vida dado al alma hambrienta. Esta respuesta a la inspiracin del Espritu Santo ser unafuerza en nuestra propia alma y un estmulo para otros. Dar cierta evidencia de que hay en el edificio de Dios

    piedras vivas que emiten luz.Mientras repasemos, no los captulos obscuros de nuestra experiencia, sino las manifestaciones de la gran

    misericordia y del inagotable amor de Dios, alabaremos mucho ms de lo que nos quejaremos. Hablaremos dela fidelidad amante del Dios que, como compasivo y tierno pastor de su rebao, declar que nadie arrancarde sus manos a sus ovejas. El lenguaje del corazn no ser una egosta murmuracin y queja. Como raudalescristalinos, las alabanzas brotarn de los que creen verdaderamente en Dios. "Ciertamente el bien y lamisericordia me seguirn todos los das de mi vida: y en la casa de Jehov morar por largos das." "Hasmeguiado segn tu consejo, y despus me recibirs en gloria. A quin tengo yo en los cielos? Y fuera de ti nadadeseo en la tierra." (Sal. 23: 6; 73: 24, 25.)Por qu no elevar la voz de nuestros cnticos espirituales en nuestras peregrinaciones? Por qu no volver anuestra sencillez y fervor? La razn por la cual no estamos ms gozosos consiste en que hemos perdidonuestro primer amor. Seamos, pues, celosos y arrepintmonos, no sea que nuestro candelero sea quitado de sulugar.El templo de Dios est abierto en el cielo, e inunda su umbral la gloria de Dios destinada a toda iglesia queame a Dios y guarde sus mandamientos. Necesitamos estudiar, meditar y orar. Tendremos entonces visin

    espiritual para discernir los atrios interiores del templo celestial. Percibiremos los temas de los himnos yagradecimientos del coro celestial que est alrededor del trono. Cuando Sin se levante y resplandezca, su luzser muy penetrante y se oirn preciosos himnos de alabanza y agradecimiento en las asambleas de los santos.34 Cesarn las murmuraciones y quejas por pequeas desilusiones y dificultades. Mientras apliquemos elcolirio ureo, veremos las glorias venideras. La fe penetrar las densas sombras de Satans y veremos anuestro Abogado ofreciendo el incienso de sus propios mritos en nuestro favor. Cuando veamos esto tal cuales, como el Seor desea que lo veamos, nos embargar un sentido de la inmensidad y diversidad del amor deDios.Dios ensea que debemos congregarnos en su casa para cultivar los atributos del amor perfecto. Esto

    preparar a los moradores de la tierra para las mansiones que Cristo ha ido a preparar para todos los que leaman. All se congregarn en el santuario de sbado en sbado, de luna nueva en luna nueva, para unir susvoces en los ms sublimes acentos de alabanza y agradecimiento a Aquel que est sentado en el trono y alCordero para siempre jams. 35

    Demos a Dios lo Suyo *EL SEOR ha dado a su pueblo un mensaje para este tiempo. Est en el tercer captulo de Malaquas. Cmopodra el Seor presentar sus requerimientos de una manera ms clara y enrgica que en ese captulo?Todos deben recordar que lo que Dios exige de nosotros supera a cualquier otro derecho. El nos daabundantemente, y el contrato que l ha hecho con el hombre es que una dcima de las posesiones de ste seadevuelta a Dios. El confa misericordiosamente sus tesoros a sus mayordomos, pero dice del diezmo: Es mo.En la proporcin en que Dios ha dado propiedad al hombre, el hombre debe devolverle un diezmo de toda susubstancia. Este arreglo preciso fue hecho por Jesucristo mismo.Esta obra entraa resultados solemnes y eternos, y es demasiado sagrada para ser dejada al impulso humano.

    No debemos sentirnos libres para tratar este asunto como quisiramos. En respuesta a los requerimientos deDios, deben apartarse reservas regulares como sagradas para su obra.Las primiciasAdems del diezmo, el Seor exige las primicias de todas nuestras ganancias. Se las ha reservado a fin de que

    su obra en la tierra pueda ser sostenida ampliamente. Los siervos del Seor no han de verse limitados a unamsera pitanza. Sus mensajeros no deben verse estorbados en su obra de presentar palabra de vida. A medidaque ensean la verdad, deben tener recursos que invertir en el adelantamiento de la obra que debe ser hecha aldebido tiempo para ejercer la influencia mejor y ms poderosa para salvar. Deben realizarse acciones de 36misericordia; debe ayudarse a los pobres y dolientes. Deben asignarse donativos y ofrendas para este

    propsito. Esto debe hacerse especialmente en los campos nuevos, donde nunca se ha enarbolado el estandartede la verdad. Si todos los que profesan ser hijos de Dios, tanto ancianos como jvenes, cumpliesen su deber,no habra escasez en la tesorera. Si todos pagasen fielmente el diezmo y dedicasen a Dios las primicias de susganancias, habra abundante provisin de recursos para la obra. Pero la ley de Dios no es respetada niobedecida, y esto ha ocasionado una necesidad apremiante.

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    Recordemos a los pobresTodo despilfarro debe ser suprimido de nuestra vida; porque el tiempo que tenemos para trabajar es corto. Enderredor nuestro, vemos necesidades y padecimientos. Hay familias que necesitan alimentos, pequeuelos quelloran por pan. Las casas de los pobres carecen de los debidos muebles y ropa de cama. Muchos de ellos vivenen tugurios, casi completamente privados de las cosas necesarias. El clamor de los pobres llega al cielo. Diosve y oye. Pero muchos se glorifican a s mismos. Mientras que sus semejantes pasan hambre y miseria, gastan

    mucho en sus mesas y comen ms de lo necesario. Qu cuenta tendrn que dar pronto los hombres por el usoegosta del dinero de Dios! Los que desprecian las medidas que Dios dispuso para los pobres, encontrarn queno slo robaron a sus semejantes, sino tambin a Dios y malversaron sus bienes.Todas las cosas pertenecen a DiosTodo el bien que el hombre goza proviene de la misericordia de Dios. El es el grande y bondadoso Dador. Suamor se manifiesta a todos en la abundante provisin hecha para el hombre. Nos ha dado un tiempo de graciaen que formar un carcter para las cortes celestiales. Y si nos pide que reservemos una parte de nuestras

    posesiones para l, no es porque necesite algo. 37El Seor cre todo rbol del Edn agradable para los ojos y bueno como alimento, e invit a Adn y Eva adisfrutar libremente de sus bondades. Pero hizo una excepcin. No deban comer del rbol del conocimientodel bien y del mal. Dios se reserv ese rbol como recuerdo constante de que era dueo de todo. As les diooportunidad de demostrar su fe y confianza obedeciendo perfectamente sus requerimientos.As tambin sucede, con las exigencias de Dios para con nosotros. Pone sus tesoros en las manos de los

    hombres, pero requiere que una dcima parte sea puesta fielmente a un lado para su obra. Requiere que estaporcin sea entregada a su tesorera. Ha de serle devuelta como propiedad suya; es sagrada y debe emplearsepara fines sagrados, para el sostn de los que han de proclamar el mensaje de salvacin en todas partes delmundo. Se reserva esta porcin a fin de que siempre afluyan recursos a su tesorera y se pueda comunicar laluz de la verdad a los que estn cerca y a los que estn lejos. Obedeciendo fielmente este requerimiento,reconocemos que todo lo que tenemos pertenece a Dios.Sin excusaNo tiene el Seor derecho a exigir esto de nosotros? No dio acaso a su Hijo unignito porque nos amaba ydeseaba salvarnos de la muerte? Y no habrn de afluir a su tesorera nuestras ofrendas de agradecimiento,

    para promover su reino en la tierra? Puesto que Dios es el dueo de todos nuestros bienes, no habr deimpulsarnos la gratitud a l a presentarle ofrendas voluntarias y de agradecimiento, en prueba de que loreconocemos dueo de nuestra alma, cuerpo, espritu y propiedad? Si se hubiese seguido el plan de Dios,estaran ahora afluyendo recursos a su tesorera; abundaran los fondos que permitiran a los predicadores

    entrar en nuevos campos, y podran unirse obreros a los predicadores para enarbolar el estandarte de la verdaden los lugares obscuros de la tierra.Es un plan trazado por el cielo que los hombres devuelvan 38 al Seor lo que le pertenece; y esto se presentatan claramente que los hombres y mujeres no tienen excusa por no comprender ni cumplir los deberes yresponsabilidades que Dios les ha impuesto. Los que aseveran que no pueden ver que tal es su deber, revelanal universo celestial, a la iglesia y al mundo, que no quieren ver este requerimiento tan claramente presentado.Piensan que si practicaran el plan del Seor, se privaran de sus propios bienes. En la codicia de sus almasegostas, desean tener todo el monto, tanto el capital como el inters y usarlo para su propio beneficio.Dios pone su mano sobre todas las posesiones del hombre diciendo: Yo soy el dueo del universo, y estos

    bienes son mos. El diezmo que habis retenido lo reservaba para sostener a mis siervos en su obra de explicarlas Escrituras a los que moran en regiones obscuras y no conocen mi ley. Al usar mi fondo de reserva parasatisfacer vuestros propios deseos, habis privado vuestras almas de la luz que yo haba provisto para ellas.Habis tenido oportunidad de manifestarme vuestra lealtad, pero no lo habis hecho. Me habis robado;

    habis hurtado mi fondo de reserva. "Malditos sois con maldicin." (Mal. 3: 9.)Otra oportunidadEl Seor es longnime y misericordioso, y da otra oportunidad a los que han cometido esa iniquidad. "Tornaosa m -dice,- y yo me tornar a vosotros." Pero ellos dijeron: "En qu hemos de tornar?" (Mal. 3: 7.) Handedicado sus recursos a servirse y glorificarse a s mismos, como si fuesen bienes que les pertenecieran, y notesoros prestados. Sus conciencias pervertidas se han endurecido y cauterizado a tal punto que no ven la graniniquidad que han cometido al obstaculizar tanto el camino que la causa de la verdad ya no poda progresar.Aunque emplea para s los talentos que Dios se reserv para publicar la salvacin, para enviar las gratasnuevas de un Salvador a las almas que perecen, el hombre finito pregunta, aun 39 mientras obstruye el camino

    por su egosmo: "En qu te hemos robado?" Dios contesta: "Los diezmos y las primicias. Malditos sois con

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    maldicin, porque vosotros, la nacin toda, rie habis robado." Todo el mundo est empeado en robar aDios. Con el dinero que l les ha prestado, los hombres se entregan a la disipacin, a las diversiones, orgas,

    banquetes y complacencias deshonrosas. Pero Dios dice: "Y llegarme he a vosotros a juicio." (Vers. 8, 9, 5.)Todo el mundo tendr que dar cuenta en el gran da en que cada uno ser sentenciado segn sus obras.La bendicinDios se compromete a bendecir a los que obedecen sus mandamientos. "Traed todos los diezmos al alfol, y

    haya alimento mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehov de los ejrcitos, si no os abrir las ventanas delos cielos, y vaciar sobre vosotros bendicin hasta que sobreabunde. Increpar tambin por vosotros aldevorador, y no os corromper el fruto de la tierra; ni vuestra vid en el campo abortar, dice Jehov de losejrcitos." (Vers. 10-12.)Con estas palabras de luz y verdad delante de s, cmo se atreven los hombres a descuidar un deber tanclaro? Cmo atreven a desobedecer a Dios cuando la obediencia a sus requerimientos significa que los

    bendecir tanto en las cosas temporales como en las espirituales, y la desobediencia significa recibir sumaldicin? Satans es el destructor. Dios no puede bendecir a los que se niegan a ser sus mayordomos fieles.Todo lo que puede hacer es permitir a Satans que realice su obra destructora. Vemos que vienen sobre latierra calamidades de toda clase y de todo grado; y por qu? El poder restrictivo del Seor no se hace sentir.El mundo despreci la palabra de Dios. Vive como si no hubiese Dios. Como los habitantes del mundo en eltiempo de No, se niegan a pensar en Dios. La perversidad prevalece en un grado alarmante, y la tierra estmadura para la siega. 40

    Los que se quejan"Vuestras palabras han prevalecido contra m dice Jehov. Y dijisteis: Qu hemos hablado contra ti? Habisdicho: Por dems es servir a Dios; y qu aprovecha que guardemos su ley, y que andemos tristes delante deJehov de los ejrcitos? Decimos pues ahora, que bienaventurados los soberbios, y tambin que los que hacenimpiedad son los prosperados: bien que tentaron a Dios, escaparon." (Vers. 13-15.) As se quejan los queretienen lo que pertenece a Dios. El Seor les dice que le prueben trayendo sus diezmos al alfol, para ver sino derramar sobre ellos bendicin. Pero albergan la rebelin en su corazn y se quejan de Dios; al mismotiempo que le roban y disipan sus bienes. Cuando su pecado les es presentado, dicen: He tenido adversidades;mis cosechas han sido pocas; pero los malos prosperan. No vale la pena guardar el mandato del Seor.Dios no quiere que nadie ande lamentndose delante de l. Los que as se quejan de Dios han atrado laadversidad sobre s mismos. Robaron a Dios, y su causa se vio estorbado porque el dinero que debera haberafluido a su tesorera se dedic a fines egostas. Fueron desleales a Dios al no seguir el plan prescrito por l.Cuando Dios los prosper y les pidi que le diesen su porcin, sacudieron la cabeza y no reconocieron que era

    su deber hacerlo. Cerraron los ojos de su entendimiento a fin de no ver. Retuvieron el dinero del Seor, ytrabaron la obra que l quera que se hiciese. Dios no fue honrado por el uso dado a los bienes que l habaconfiado. Por lo tanto, dej caer la maldicin sobre ellos, permitiendo que el devorador destruyese sus frutos ytrajese calamidad sobre ellos."Los que temen a Jehov"En Malaquas 3: 16 se presenta una clase de personas diferentes, una clase que se reuna, no para criticar aDios, sino para hablar de su gloria y de sus misericordias. Haban sido fieles a su deber. Haban dado lo suyoal Seor. Daban testimonios 41 que hacan cantar y regocijar a los ngeles celestiales. No tenan quejas quehacer contra Dios. A los que andan en la luz y son fieles y leales en el cumplimiento de su deber, no se les oyequejarse ni emitir crticas. Pronuncian palabras de valor, esperanza y fe. Son los que se sirven a s mismos, losque no dan a Dios lo suyo, los que se quejan."Entonces los que temen a Jehov hablaron cada uno a su compaero; y Jehov escuch y oy, y fue escritolibro de memoria delante de l para los que temen a Jehov, y para los que piensan en su nombre. Y sern para

    m especial tesoro, ha dicho Jehov de los ejrcitos, en el da que yo tengo de hacer: y perdonarlos como elhombre que perdona a su hijo que le sirve. Entonces os tornaris, y echaris de ver la diferencia entre el justoy el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve." (Vers. 16-18.)La recompensa de la generosidad expresada con toda el alma consiste en que la mente y el corazn son

    puestos en comunin ms ntima con el Espritu.El hombre que sufri desgracias y se endeud, no debe tomar la parte del Seor para cancelar sus deudas consus semejantes. Debe considerar que se lo est probando en este asunto y que al usar para s la parte del Seorroba al Dador. Es deudor a Dios por todo lo que tiene, pero llega a ser doblemente deudor cuando emplea elfondo del Seor para pagar lo que debe a seres humanos. Frente a su nombre se escriben en los libros del cielolas palabras: "Infidelidad a Dios." Tiene que arreglar una cuenta con Dios por haberse apropiado los recursos

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    del Seor para su propia conveniencia. Y en su manejo de otros asuntos manifestar la misma falta deprincipios que revel al apropiarse indebidamente de los recursos de Dios. Ello se ver en todo lo relacionadocon sus propios negocios. El hombre que roba a Dios cultiva rasgos de carcter que le impedirn ser admitidoen la familia de Dios en el cielo. 42Un empleo egosta de las riquezas demuestra que uno es infiel a Dios e incapacita al administrador de losrecursos para el cometido superior del cielo.

    Hay por doquiera canales por los cuales podra fluir la benevolencia. Se producen constantementenecesidades, hay misiones que se ven estorbadas por falta de recursos. Debern ser abandonadas a menos quelos hijos de Dios se despierten y comprendan el verdadero estado de cosas. No esperis hasta el momento dela muerte para hacer vuestro testamento, porque debis disponer de vuestros recursos mientras vivs. 43Cristo en Toda la Biblia *EL PODER de Cristo, el Salvador crucificado para dar vida eterna, debe ser presentado al pueblo. Debemosdemostrarle que el Antiguo Testamento es tan ciertamente el Evangelio en sombras y figuras, como el NuevoTestamento lo es en su poder desarrollado. El Nuevo Testamento no presenta una religin nueva; el AntiguoTestamento no presenta una religin que haya de ser superada por el Nuevo. El Nuevo Testamento es tan sloel progreso y desarrollo del Antiguo.Abel crea en Cristo, y fue tan ciertamente salvado por su poder, como lo fueron Pedro y Pablo. Enoc fuerepresentante de Cristo tan seguramente como el amado discpulo Juan. Enoc anduvo con Dios, y ya no fuehallado, porque Dios lo llev consigo. A l fue confiado el mensaje de la segunda venida de Cristo. "De los

    cuales tambin profetiz Enoc, sptimo desde Adn, diciendo: He aqu, el Seor es venido con sus santosmillares." (Judas 14.) El mensaje predicado por Enoc, y su traslado al cielo, fueron un argumento convincentepara todos los que vivan en su tiempo; fueron un argumento que Matusaln y No pudieron usar con poderpara demostrar que los justos podan ser trasladados.El Dios que anduvo con Enoc era nuestro Dios y Salvador Jesucristo. Era la luz del mundo como lo es ahora.Los que vivan entonces no estuvieron sin maestros que los instruyesen en la senda de la vida; porque No yEnoc eran cristianos. El Evangelio se da en preceptos en Levtico. Se requiere ahora obediencia implcitacomo entonces. Cun esencial es que comprendamos la importancia de esta palabra!Se pregunta: Cul es la causa de la escasez que hay en la iglesia? La respuesta es: Permitimos que nuestrasmentes 44 sean apartadas de la Palabra. Si la Palabra de Dios fuese comida como alimento del alma; si fuesetratada con respeto y deferencia, no habra necesidad de los muchos y repetidos Testimonios que se dan. Lassimples declaraciones de las Escrituras seran recibidas y obedecidas. 45

    Nuestra Actitud para con las Autoridades Civiles *

    ALGUNOS de nuestros hermanos han dicho y escrito muchas cosas que se interpretan como opuestas algobierno y las leyes. Es un error exponernos as a una interpretacin errnea. No es prudente censurarcontinuamente lo que estn haciendo los gobernantes. Nuestra obra no consiste en atacar a los individuos o lasinstituciones. Debemos ejercer gran cuidado para no ser interpretados como opositores a las autoridadesciviles. Es verdad que nuestra guerra es agresiva, pero nuestras armas deben basarse en un claro "As diceJehov." Nuestra obra consiste en preparar un pueblo que subsista en el gran da de Dios. No debemosdesviarnos y entrar en cosas que estimularn la controversia, ni despertar antagonismo en los que no son denuestra fe.

    No debemos trabajar de una manera que nos seale como pareciendo abogar por la traicin. Debemoseliminar de nuestros escritos y expresiones toda declaracin que, por s misma, podra representarsefalsamente y hacernos aparecer como opositores a la ley y al orden. Todo debe considerarse cuidadosamente,no sea que sentemos por escrito algo que parezca alentar la deslealtad para con nuestro pas y sus leyes. No serequiere de nosotros que desafiemos a las autoridades. Vendr un momento en que, a causa de nuestra defensa

    de la verdad bblica, seremos tratados como traidores; pero no lo apresuremos por actos imprudentes quedespierten animosidad y disensin.Llegar el momento en que las expresiones incautas de un carcter denunciador, que hayan sido pronunciadaso escritas negligentemente por nuestros hermanos, sern usadas por 46 nuestros enemigos para condenarnos.Las emplearn no slo para condenar a los que hicieron las declaraciones, sino que las cargarn a toda laorganizacin adventista. Nuestros acusadores dirn que en tal y tal da, uno de nuestros hombres deresponsabilidad habl as y as contra la administracin de las leyes de este gobierno. Muchos se quedarnasombrados al ver cmo fueron archivadas muchas cosas que darn pie a los argumentos de nuestrosadversarios. Muchos se sorprendern al or cmo sus propias palabras se repiten exageradas, para darles unsignificado que no se proponan darles. Por lo tanto, ejerzan cuidado nuestros hermanos y hablen

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    cautelosamente en todo momento y en toda circunstancia. Sean todos cautos, no sea que por expresionestemerarias provoquen un tiempo de afliccin antes de la gran crisis que ha de probar las almas de los hombres.Cuanto ms escaseen los cargos directos que hagamos contra las autoridades y potestades, tanto mayor ser laobra que podremos realizar en los Estados Unidos y en los otros pases, pues las dems naciones seguirn elejemplo de los Estados Unidos. Si bien stos encabezarn el movimiento, la misma crisis sobrevendr anuestro pueblo en todas partes del mundo.

    Nuestra obra consiste en magnificar y exaltar la ley de Dios. La verdad de la santa Palabra de Dios debe sermanifestada. Debemos enaltecer las Escrituras como norma de vida. Con toda modestia, con un espritu degracia y el amor de Dios, debemos indicar a los hombres que el Seor Dios es el Creador de los cielos y de latierra, y que el sptimo da es reposo de Jehov.En el nombre del Seor hemos de avanzar, desplegar su estandarte y defender su Palabra. Cuando lasautoridades nos ordenen que no hagamos esta obra; cuando nos prohiban proclamar los mandamientos de Diosy la fe de Jess, entonces ser necesario que digamos como los apstoles: "Juzgad si es justo delante de Diosobedecer antes a vosotros que a Dios: porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y odo." 47La verdad ha de ser presentada con el poder del Espritu Santo. Es lo nico que puede dar eficacia a nuestras

    palabras. nicamente por el poder del Espritu se habr de ganar y conservar la victoria. El agente humanodebe ser movido por Espritu de Dios. Los obreros deben ser guardados para la salvacin por el poder de Diosmediante la fe. Deben tener, sabidura divina, a fin de que nada de lo que digan incite a los hombres acerrarnos el camino. Inculcando la verdad espiritual, hemos de preparar un pueblo que podr, con

    mansedumbre y temor, dar razn de su fe ante las ms altas autoridades de nuestro mundo.Necesitamos presentar la verdad en su sencillez, defender la piedad prctica; y debemos hacer esto con elespritu de Cristo. La manifestacin de un espritu tal ejercer la mejor influencia sobre nuestras propiasalmas, y tendr un poder convincente sobre los dems. Demos al Seor oportunidad de obrar por intermediode sus propios agentes. No nos imaginemos que podremos trazar planes para el futuro; reconozcamos a Dioscomo el que est manejando el timn en todo tiempo y en toda circunstancia. El obrar por los mediosadecuados, sostendr, ensanchar y fortalecer su pueblo.Con celo santificadoLos agentes del Seor deben tener un celo santificado y completamente regido por l. Los tiempostormentosos nos sobrecogern bastante pronto, y no debemos seguir una conducta impropia que apresure sullegada. Vendr una tribulacin de un carcter tal que impulsar hacia Dios a todos los que deseen ser suyos ysolamente suyos. Hasta que seamos probados en el horno de fuego no nos conoceremos a nosotros mismos, yno es propio que midamos el carcter de los dems ni condenemos a aquellos que no han recibido todava la

    luz del mensaje del tercer ngel.Si deseamos que los hombres se convenzan de que la verdad que creemos santifica el alma y transforma elcarcter, no los 48 abrumemos constantemente con acusaciones vehementes. Con ello no lograramos sinoimponerles la conclusin de que la doctrina que profesamos no puede ser la cristiana, ya que no nos hace

    bondadosos ni corteses. El cristianismo no se manifiesta por acusaciones pugilsticas y condenatorias.Muchos de nuestros hermanos corren el riesgo de procurar ejercer sobre otros un poder controlador y oprimira sus semejantes. Existe el peligro de que aquellos a quienes se han confiado responsabilidades conozcan unsolo poder: el de la voluntad no santificada. Algunos han ejercido este poder sin escrpulo y han perjudicadograndemente a aquellos a quienes el Seor est usando. Una de las mayores maldiciones de nuestro mundo(que se ve en las iglesias y por doquiera) es el amor a la supremaca. Los hombres se dejan absorber por la

    bsqueda del poder y de la popularidad. Para nuestro agravio y vergenza, este espritu se ha manifestado enlas filas de los observadores del sbado. Pero el xito espiritual es solamente para los que han adquiridomansedumbre y humildad en la escuela de Cristo.

    Debemos recordar que el mundo nos juzgar por lo que aparentemos ser. Procuren no manifestarinconsecuencia de carcter los que quieren representar a Cristo. Antes de avanzar al frente, veamos que elEspritu Santo haya sido derramado sobre nosotros. Cuando tal sea el caso daremos un mensaje decidido, perode un carcter mucho menos condenatorio que el que han estado dando algunos; y todos los creyentes sernmucho ms fervientes en pro de la salvacin de nuestros oponentes. Dejemos a Dios la responsabilidad decondenar a las autoridades y a los gobiernos. Con mansedumbre y amor, defendamos como centinelas fieleslos principios de la verdad tal cual es en Jess.La mansedumbre es una gracia preciosa, que nos hace dispuestos a sufrir en silencio y a soportar las pruebas.La 49 mansedumbre es paciente, y trabaja para ser feliz en toda circunstancia. La mansedumbre es siempreagradecida, compone sus propios cantos de felicidad y llena el corazn de melodas para Dios. La

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    mansedumbre sufrir chascos y perjuicios sin buscar represalias. La mansedumbre no consiste en callar yenfurruarse. Un temperamento sombro es lo opuesto de la mansedumbre; porque no hace sino herir y causardolor a otros, sin obtener placer para s. -1873, tomo 3, pg. 335.V que en cada caso es nuestro deber obedecer las leyes de nuestro pas, a menos que estn en conflicto con laley superior que Dios pronunci con voz audible desde el Sina, y que grab luego en piedra con su propiodedo. "Dar mi ley en sus entraas, y escribirla en sus corazones; y ser yo a ellos por Dios, y ellos me sern

    por pueblo." (Jer. 31: 33.) El que tiene la ley de Dios escrita en el corazn obedecer a Dios antes que a loshombres, y desobedecer a todos los hombres antes que desviarse en lo mnimo del mandamiento de Dios. Loshijos de Dios, enseados por la inspiracin de verdad e inducidos por una buena conciencia a vivir segn todaPalabra de Dios, tendrn su ley escrita en el corazn como la nica autoridad que puedan reconocer uobedecer. La sabidura y la autoridad divina son supremas. -1863, tomo I, pg. 361. 50La Iglesia y el Ministerio *ES HARTO tiempo que los miembros de nuestras iglesias hagan esfuerzos decididos para sostener a loshombres que estn proclamando al mundo el ltimo mensaje de misericordia. Que los miembros de lasiglesias, por una manifestacin de la religin prctica, den peso al mensaje de amonestacin que estn dandoal mundo los mensajeros de Dios. Las personas inteligentes se alarman ante las perspectivas del mundo. Si losque tienen conocimiento de la verdad deciden practicar los principios bblicos y demostrar que han sidosantificados por la verdad, que son verdaderos discpulos del manso y humilde Salvador, ejercern unainfluencia que ganar almas para Cristo.

    Cualquier cosa que sea menos que un servicio activo y ferviente por el Maestro desmiente nuestra profesinde fe. nicamente un cristianismo revelado por una labor ferviente y prctica impresionar a los que estnmuertos en sus delitos y pecados. Los cristianos humildes que creen y oran, los que por sus accionesdemuestran que su mayor deseo es dar a conocer la verdad salvadora que ha de probar a toda la gente,cosecharn una rica mies de almas para el Maestro.Animacin en la obra de ganar almas

    Necesitamos romper la monotona de nuestra labor religiosa. Estamos haciendo una obra en el mundo, pero nomanifestamos suficiente actividad y celo. Si fusemos ms fervorosos, los hombres se convenceran de laverdad de nuestro mensaje. La manera inocua y montona en que servimos a Dios rechaza a muchas almas deuna clase superior, que necesitan ver un celo profundo, ferviente y santificado. La 51 religin legal noresponder a las necesidades de esta poca. Podemos cumplir todos los actos exteriores de servicio, y estar sinembargo tan destituidos de la influencia vivificadora del Espritu Santo como estaban destituidas de roco ylluvia las colinas de Gilboa. Todos necesitamos lluvia espiritual; y necesitamos tambin los brillantes rayos

    del Sol de justicia para enternecer y subyugar nuestro corazn. Debemos ser siempre tan firmes en losprincipios como una roca. Debemos ensear los principios bblicos y apoyarlos por una prctica santa.Los que sirven a Dios deben manifestar animacin y firmeza en la obra de salvar almas. Recordemos que hayquienes perecern a menos que nosotros, como instrumentos de Dios, obremos con resolucin inquebrantable.Debemos depender de continuo del trono de la gracia.Es inexcusable que la fe de nuestras iglesias sea tan dbil. "Tornaos a la fortaleza, oh presos de esperanza."(Zac. 9: 12.) En Cristo hay fuerza para nosotros. El es nuestro Abogado delante del Padre. Enva susmensajeros a todas partes de su dominio para comunicar su voluntad a su pueblo. Anda en medio de susiglesias. Desea santificar, elevar y ennoblecer a sus discpulos. La influencia de los que creen verdaderamenteen l ser un sabor de vida en el mundo. El tiene las estrellas en su diestra y es su propsito dejar que porintermedio de ellas su luz brille para el mundo. Desea preparar as a su pueblo para un servicio ms sublimeen la iglesia celestial. Nos ha confiado una gran obra. Hagmosla con exactitud y resolucin. Demostremos

    por nuestra vida lo que la verdad ha hecho para nosotros.

    "El cual anda en medio de los siete candeleros de oro." (Apoc. 2: 1.) Este pasaje demuestra la relacin quesostiene Cristo con las iglesias. Anda en medio de las iglesias por toda la longitud y la anchura de la tierra.Las observa con intenso inters para ver si estn en una condicin espiritual que les permita hacer progresar sureino. Cristo est presente en toda asamblea de la iglesia. Conoce a todos los que estn relacionados 52 con suservicio y a aquellos cuyo corazn puede llenar de aceite santo para que lo impartan a otros. Son muy

    preciosos para Cristo los que realizan fielmente su obra en nuestro mundo y, representando en palabra y obrael carcter de Dios, cumplen el propsito del Seor para con ellos. Cristo se deleita en ellos como un hombrese deleita en un jardn bien cuidado y en la fragancia de las flores que ha plantado.Lo que pudo haber sido

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    Cost abnegacin, sacrificio propio, energa indomable y mucha oracin sacar adelante las diversas empresasmisioneras hasta donde estn. Existe el peligro de que algunos de los que entran ahora en el escenario deaccin se conformen con ser deficientes y crean que ya no hay necesidad de tanta abnegacin y diligencia nide tanto trabajo arduo y desagradable como pusieron de manifiesto los iniciadores de este mensaje, porque lostiempos han cambiado y, en vista de que ahora hay ms recursos en la causa de Dios, no es necesariocolocarse en circunstancias tan penosas como las que muchos tuvieron que arrostrar en el desarrollo del

    mensaje.Pero si se manifestase en el cumplimiento actual de la obra la misma diligencia y abnegacin que se vio en suscomienzos, veramos resultados cien veces mayores que los alcanzados ahora.Para que la obra siga progresando en el alto nivel de accin en que se inici, no debe haber decaimiento de losrecursos morales. Debe haber de continuo nuevos aportes de fuerza moral. Si los que entran ahora en el campocomo obreros llegan a sentir que pueden cejar en sus esfuerzos, que ya no son esenciales la abnegacin y laestricta economa, no slo de los recursos sino tambin del tiempo, la obra retroceder. Los obreros delmomento actual deben tener el mismo grado de piedad, energa y perseverancia que tuvieron los dirigentes delcomienzo.La obra se ha extendido de tal manera que abarca ahora un 53 extenso territorio y ha aumentado el nmero delos creyentes. Sin embargo, hay una gran deficiencia, porque podra haberse realizado una obra mayor si sehubiese manifestado el mismo espritu misionero que en los primeros tiempos. Sin este espritu, el obrero nohar sino mancillar y deshonrar la causa de Dios. La obra retrocede realmente en vez de progresar como Dios

    quisiera. Nuestro nmero actual y la extensin de nuestra obra no deben ser comparados con lo que eran alcomienzo. Debemos considerar lo que pudo haberse hecho si cada obrero se hubiese consagrado a Dios enalma, cuerpo y Espritu, como debiera haberlo hecho.Como nunca antes, debemos orar no slo que sean enviados obreros al gran campo de la mies, sino pedir unclaro concepto de la verdad, a fin de que cuando lleguen los mensajeros de la verdad podamos aceptar elmensaje y respetar al mensajero.Los ministros y los negocios.-Los ministros del Evangelio deben mantener su cargo libre de todas las cosasseculares o polticas, y emplear todo su tiempo y talentos en actividades de esfuerzo cristiano.- 1902, tomo 7,

    pg. 252.Si se ata a un ministro a un lugar y se lo hace sobreveedor de asuntos comerciales relacionados con la obra dela iglesia, ello no favorece su espiritualidad. Una decisin tal no est de acuerdo con el plan bblico

    bosquejado en el captulo 6 de los Hechos. Estudiad ese plan; porque est aprobado por Dios. Seguid laPalabra.-1902, tomo 7, pg. 252.

    El que presenta la Palabra de vida no debe permitir que se le impongan demasiadas cargas. Debe tomar tiempopara estudiar la Palabra y examinarse a si mismo. Si escudria detenidamente su propio corazn y se entregaal Seor, sabr 54 comprender mejor las cosas ocultas de Dios.-1902, tomo 7, pg. 252.

    Nuestros ministros deben aprender a dejar de lado los negocios y asuntos financieros. Vez tras vez se me haindicado que estos ltimos no constituyen la obra del ministerio. No se debe cargar a los ministros ni siquieracon los detalles comerciales de la obra en las ciudades, sino que deben estar listos para visitar los lugaresdonde se ha despertado inters en el mensaje, y especialmente asistir a nuestros congresos. Cuando se celebranestas reuniones, nuestros obreros no deben pensar que deben permanecer en las ciudades atendiendo negociosrelacionados con diversos ramos de la obra realizada all; ni tampoco deben abandonar apresuradamente loscongresos para hacer esta clase de obra.Los encargados de nuestras asociaciones deben hallar hombres de negocios que atiendan los detallesfinancieros de la obra en las ciudades. Si no se pueden hallar tales hombres, provanse los medios para instruira hombres que puedan llevar estas cargas. -1902, tomo 7, pgs. 252, 253.

    En vez de elegir el trabajo que ms nos agrade, y negarnos a hacer algo que nuestros hermanos piensan quedebiramos hacer, hemos de preguntar: "Seor, qu quieres que haga?" En vez de tomar el camino que nosinduce a seguir la inclinacin natural, debemos orar: "Ensame, oh Jehov, tu camino, y guame por senda derectitud." (Salmo 27: 11.) -1902, tomo 7, pg. 252. 55Las Actividades Misioneras *EL TESTIGO fiel se dirige a la iglesia de Efeso diciendo: "Pero tengo contra ti que has dejado tu primeramor. Recuerda por tanto de dnde has cado, y arrepintete, y haz las primeras obras; pues si no, vendr

    presto a ti, y quitar tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido." (Apoc. 2: 4, 5.)Al principio, lo que distingua a la iglesia de Efeso era la sencillez y el fervor de un nio. Manifestaba haciaCristo un amor sentido, vivo y ferviente. Los creyentes se regocijaban en el amor de Dios, porque Cristo

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    estaba continuamente presente en su corazn. Alababan a Dios y su actitud agradecida concordaba con elagradecimiento de la familia celestial.El mundo conoca que haban estado con Jess. Los hombres pecaminosos, arrepentidos, perdonados,limpiados y santificados, eran asociados con Dios por medio de su Hijo. Los creyentes trataban fervientementede recibir y obedecer toda palabra de Dios. Llenos de amor por su Redentor, procuraban como su ms altoobjeto ganar almas para Cristo. No queran guardar para s el precioso tesoro de la gracia de Cristo. Sentan la

    importancia de su vocacin y, abrumados por el mensaje: Paz en la tierra, buena voluntad para con loshombres, ardan en deseos de proclamar las buenas nuevas hasta los confines ms remotos de la tierra.Los miembros de la iglesia estaban unidos en sus sentimientos y acciones. El amor por Cristo era la cadena deoro que los vinculaba entre s. Continuaban conociendo al Seor siempre ms perfectamente, y revelabanalegra, consuelo y paz en su vida. Visitaban a los hurfanos y las viudas en sus aflicciones y se conservabansin mancha del mundo. Consideraban que dejar de hacerlo habra sido contradecir su profesin y negar a suRedentor. 56En toda ciudad, se llevaba adelante la obra. Se convertan almas, que a su vez sentan que deban comunicar elinestimable tesoro. No podan descansar hasta que los rayos de luz que haban iluminado su menteresplandeciesen sobre otros. Multitudes de incrdulos llegaban a conocer la razn de la esperanza delcristiano. Se hacan clidos e inspirados llamamientos personales a los pecaminosos y errantes, a losdesechados y a aquellos que, aun profesando conocer la verdad, eran amadores de los placeres ms que deDios.

    Pero despus de un tiempo, el celo de los creyentes, su amor a Dios y entre s, empez a disminuir. Penetr lafrialdad en la iglesia. Surgieron divergencias y los ojos de muchos dejaron de contemplar a Jess como Autory Consumador de su fe. Las masas que podran haber sido convencidas y convertidas por la prctica fiel de laverdad fueron dejadas sin amonestacin. Entonces fue cuando el Testigo fiel dirigi su mensaje a la iglesia deEfeso. Su falta de inters por la salvacin de las almas demostraba que haba perdido su primer amor; porquenadie puede amar a Dios con todo el corazn, la mente, el alma y las fuerzas, sin amar a aquellos por quienesCristo muri. Dios los llam a arrepentirse y hacer las primeras obras, o quitara su candelero de su lugar.Lecciones de la iglesia de EfesoNo se repite el caso de Efeso en la iglesia de esta generacin? Cmo est empleando su conocimiento laiglesia que hoy ha recibido el conocimiento de la verdad de Dios? Cuando sus miembros vieron por primeravez la indecible misericordia de Dios por la especie cada, no podan permanecer en silencio. Los dominaba elanhelo de cooperar con Dios para dar a otros las bendiciones que haban recibido. Mientras impartan a otros,estaban continuamente recibiendo. Crecan en la gracia y en el conocimiento del Seor Jesucristo. Qu

    sucede hoy?Hermanos y hermanas que habis aseverado durante largo tiempo creer la verdad, os preguntoindividualmente: Han 57 estado vuestras prcticas en armona con la luz, los privilegios y las oportunidadesque os concedi el Cielo? Esta es una pregunta grave. El Sol de justicia ha amanecido sobre la iglesia, y a stale incumbe resplandecer. Es el privilegio de cada alma progresar. Los que estn relacionados con Cristocrecern en la gracia y en el conocimiento del Hijo de Dios hasta llegar a la plena estatura de hombres ymujeres. Si todos los que aseveran creer la verdad hubiesen sacado el mejor partido su capacidad yoportunidad de aprender y obrar, podran haber llegado a ser fuertes en Cristo. Cualquiera que sea suocupacin -agricultores, mecnicos, maestros o pastores,- si se hubiesen consagrado completamente a Dioshabran llegado a ser obreros eficientes para el Maestro celestial.Pero, qu estn haciendo los miembros de la iglesia para ser designados coadjutores de Dios? Dnde vemosangustia del alma? Dnde vemos a los miembros de la iglesia absortos en temas religiosos, entregados a lavoluntad de Dios? Dnde vemos a los cristianos sintiendo su responsabilidad de hacer de la iglesia un

    pueblo prspero, despierto, comunicador de la luz? Dnde estn los que no escatiman trabajo y amor por elMaestro? Nuestro Redentor ha de ver del trabajo de su alma y ser satisfecho; qu suceder con los queprofesan seguirle? Quedarn satisfechos cuando vean el fruto de sus labores?Por qu hay tan poca fe, tan poco poder espiritual? Por qu son tan pocos los que llevan el yugo y la cargade Cristo? Por qu hay que incitar a los miembros a emprender su obra por Cristo? Por qu son tan pocoslos que pueden revelar los misterios de la redencin? Por qu no resplandece como luz ante el mundo laimputada justicia de Cristo, por medio de los que profesan seguirle?El resultado de la inaccinCuando los hombres empleen sus facultades como lo indica Dios, sus talentos aumentarn, su capacidad seensanchar y obtendrn una visin celestial al tratar de salvar a los perdidos. 58 Pero mientras los miembros

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    de la iglesia sean negligentes e indiferentes hacia la responsabilidad que Dios les ha dado de impartir laverdad a otros, cmo pueden esperar recibir el tesoro del cielo? Cuando los que profesan ser cristianos nosienten preocupacin por iluminar a los que estn en las tinieblas, cuando dejan de impartir gracia yconocimiento, pierden discernimiento y su aprecio del valor que tienen los dones celestiales; y al noapreciarlos ellos mismos, dejan de sentir la necesidad de presentarlos a otros.Vemos grandes iglesias congregadas en diferentes localidades. Sus miembros han obtenido un conocimiento

    de la verdad, y muchos se contentan con or la palabra de vida sin tratar de impartir luz. Sienten pocaresponsabilidad por el progreso de la obra, poco inters en la salvacin de las almas. Estn llenos de celo enlas cosas mundanales, pero no hacen intervenir su religin en sus quehaceres. Dicen: "La religin es religin,y los negocios son negocios." Creen que cada una de ambas cosas tiene su propia esfera, pero dicen:"Permanezcan separadas."A causa de las oportunidades descuidadas y del abuso de los privilegios, los miembros de esas iglesias noestn creciendo "en la gracia y conocimiento de nuestro Seor y Salvador Jesucristo." (2 Ped. 3: 18.) Por lotanto, son dbiles en fe, deficientes en conocimiento, y nios en experiencia. No estn arraigados ni afirmadosen la verdad. Si permanecen as, los muchos engaos de los postreros das los seducirn seguramente; porqueno tendrn visin espiritual para discernir entre la verdad y el error.Dios ha dado a sus ministros el mensaje de verdad para que lo proclamen. Las iglesias han de recibirlo, y detoda manera posible comunicarlo, asimilndose los primeros rayos de la luz y difundindolos. En no hacerloconsiste nuestro gran pecado. Llevamos aos de atraso. Los ministros han estado buscando el tesoro

    escondido, abriendo el cofre y dejando resplandecer las joyas de la verdad; pero los miembros de la iglesia 59no han hecho la centsima parte de lo que Dios requiere de ellos. Qu podemos esperar sino deterioro en lavida religiosa cuando la gente escucha sermn tras sermn, y no pone en prctica la instruccin? Si no se laejercita, la capacidad que Dios ha dado degenera. Ms que esto, cuando las iglesias son dejadas en lainactividad, Satans cuida de que estn empleadas. El ocupa el campo, alista a los miembros en ramos detrabajo que absorben sus energas, destruyen la espiritualidad y los hacen caer como pesos muertos sobre laiglesia.Hay entre nosotros quienes, si tomasen tiempo para considerarlo, miraran su posicin indolente como undescuido pecaminoso de los talentos que Dios les ha dado. Hermanos y hermanas, vuestro Redentor y todoslos santos ngeles se entristecen por la dureza de vuestro corazn. Cristo dio su vida para salvar almas, y, sinembargo, vosotros que habis conocido su amor hacis muy poco esfuerzo para impartir las bendiciones de sugracia a aquellos por quienes l muri. Semejante indiferencia y negligencia del deber asombra a los ngeles.En el juicio tendris que encontraros con las almas a quienes descuidasteis. En aquel gran da, os sentiris

    convencidos y condenados. El Seor os induzca ahora a arrepentiros, y perdone l a su pueblo por haberdescuidado la obra que l le encomend hacer en su via."Recuerda por tanto de dnde has cado, y arrepintete, y haz las primeras obras; pues si no, vendr presto a ti,y quitar tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido." (Apoc. 2: 5.) Oh, cun pocos conocen eltiempo de su visitacin! Cun pocos, aun entre los que aseveran creer la verdad presente, comprenden lasseales de los tiempos, o lo que hemos de experimentar antes del fin! Somos hoy objeto de la tolerancia deDios; pero cunto tiempo continuarn los ngeles de Dios reteniendo los vientos para que no soplen?

    No obstante la indecible misericordia de Dios hacia nosotros, cun pocos hay en nuestras iglesias que seanverdaderamente humildes, consagrados y temerosos siervos de Dios! 60 Cun pocos corazones estn llenosde gratitud porque han sido honrados y llamados a hacer algo en la obra de Dios y a participar de lossufrimientos de Cristo!Hoy muchsimos de los que componen nuestras congregaciones estn muertos en delitos y pecados. Van yvienen como la puerta sobre sus goznes. Durante aos han escuchado complacientemente las verdades ms

    solemnes y conmovedoras del alma, pero no las han puesto en prctica. Por lo tanto, son menos y menossensibles a la preciosidad de la verdad. Los testimonios conmovedores de reproche y amonestacin ya nodespiertan arrepentimiento en ellos. Las melodas ms dulces que provienen de Dios a travs de los labioshumanos -la justificacin por la fe y la justicia de Cristo,- no les arrancan una respuesta de amor y gratitud.Aunque el Mercader celestial despliega delante de ellos las ms ricas joyas de la fe y el amor, aunque losinvita a comprar de l "oro afinado en fuego" y "vestiduras blancas" a fin de que sean vestidos, y "colirio" afin de que vean, endurecen sus corazones contra l, y no cambian su tibieza por el amor y el celo. Aunque

    profesan tener piedad, niegan el poder de ella. Si continan en este estado, Dios los rechazar. Se estnincapacitando para ser miembros de su familia.Ganar almas debe ser el blanco principal

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    No debemos creer que la obra del Evangelio depende principalmente del ministro. Dios ha dado a cada cualuna obra que hacer en relacin con su reino. Cada uno de los que profesan el nombre de Cristo debe trabajarferviente y desinteresadamente, dispuesto a defender los principios de la justicia. Todos deben tomar una parteactiva en fomentar la causa de Dios. Cualquiera que sea nuestra vocacin, como cristianos tenemos una obraque hacer para dar a conocer a Cristo al mundo. Hemos de ser misioneros y tener por blanco principal ganaralmas para Cristo.

    Dios confi a su iglesia la obra de difundir la luz y 61 proclamar el mensaje de su amor. Nuestra obra noconsiste en condenar ni denunciar, sino en atraer juntamente con Cristo, rogando a los hombres que sereconcilien con Dios. Debemos estimular a las almas, atraerlas y ganarlas para el Salvador. Si tal no es nuestrointers, si rehusamos dar a Dios el servicio del corazn y la vida, le robamos al negarle nuestro tiempo, dinero,esfuerzo e influencia. Al dejar de beneficiar a nuestros semejantes, robamos a Dios la gloria q