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REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA Afo X1X, N9 38. Lima, 2do. semestre de 1993; pp. 361-373. DON SEGUNDO SOMBRA:EN BUSCA DEL "OTRO" Juan Pablo Spicer University of Illinois. Champaign- Urbana "En mi pafs, hay un inmenso desierto y en la pampa un hombre". R. Guiraldes, Carta a Val6ry Larbaud Agosto de 1925. Varias han sido las caracterizaciones del proyecto narrativo de la novela Don Segundo Sombral. Entre 6stas, se destacan una re- cuperaci6n de los valores nacionales en la 6poca pos Centenario2, una despedida al arquetipico gaucho argentino, sfmbolo patricio de una 6poca ya caduca3, y desde luego, un carifioso elogio al verda- dero gaucho encarnado en su novela principal, Don Segundo Rami- rez, fugaz recuerdo de la juventud de Guiraldes4. A estos motivos, de indole nacional, agrega Luis Eyzaguirre otro de alcance continental, el de la buisquedaque "aparece con sig- nificativa frecuencia en la narrativa hispanoamericana de todas las 6pocas"5. Visto desde esta perspectiva, mayoritariamente extra- nacionalista, en esta novela "ejemplar" de Guiraldes, el prota- gonista, Fabio Caceres (h.), desempefia una funci6n universal, la de un periplo hacia la hombrfa que lo aleja de la realidad s6lo his- panoamericana, colocandolo en el mundo universal del desarrollo psicol6gico al que todo ser se somete en algidn momento dado de su vida. A la luz de esta postura, proponemos interpretar la vida del jo- ven Caceres como una serie de ritos de iniciaci6n o una biusqueda de su colocaci6n en el mundo, simbolizado este en su contexto na- cional por la estoica pampa argentina. La novela, mediante esta lectura adquiere la categorfa de una Bildungsroman6 argentina. Una confirmaci6n de este concepto es sugerido por el discurso del viejo Don Candelario cuando le dice a Caceres "Cada hombre ... sigue su destino" (139), equiparando el t6rmino "destino" de este modo con la diffcil y a veces tortuosa travesia hacia la madurez. This content downloaded from 129.123.67.48 on Fri, 22 Nov 2013 15:48:14 PM All use subject to JSTOR Terms and Conditions

J.P. Spicer - Don Segundo Sombra. En Busca Del Otro libre

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Ensayo sobre la obra de Ricardo Güiraldes.

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  • REVISTA DE CRITICA LITERARIA LATINOAMERICANA Afo X1X, N9 38. Lima, 2do. semestre de 1993; pp. 361-373.

    DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO"

    Juan Pablo Spicer University of Illinois. Champaign- Urbana

    "En mi pafs, hay un inmenso desierto y en la pampa un hombre". R. Guiraldes, Carta a Val6ry Larbaud Agosto de 1925.

    Varias han sido las caracterizaciones del proyecto narrativo de la novela Don Segundo Sombral. Entre 6stas, se destacan una re- cuperaci6n de los valores nacionales en la 6poca pos Centenario2, una despedida al arquetipico gaucho argentino, sfmbolo patricio de una 6poca ya caduca3, y desde luego, un carifioso elogio al verda- dero gaucho encarnado en su novela principal, Don Segundo Rami- rez, fugaz recuerdo de la juventud de Guiraldes4.

    A estos motivos, de indole nacional, agrega Luis Eyzaguirre otro de alcance continental, el de la buisqueda que "aparece con sig- nificativa frecuencia en la narrativa hispanoamericana de todas las 6pocas"5. Visto desde esta perspectiva, mayoritariamente extra- nacionalista, en esta novela "ejemplar" de Guiraldes, el prota- gonista, Fabio Caceres (h.), desempefia una funci6n universal, la de un periplo hacia la hombrfa que lo aleja de la realidad s6lo his- panoamericana, colocandolo en el mundo universal del desarrollo psicol6gico al que todo ser se somete en algidn momento dado de su vida.

    A la luz de esta postura, proponemos interpretar la vida del jo- ven Caceres como una serie de ritos de iniciaci6n o una biusqueda de su colocaci6n en el mundo, simbolizado este en su contexto na- cional por la estoica pampa argentina. La novela, mediante esta lectura adquiere la categorfa de una Bildungsroman6 argentina. Una confirmaci6n de este concepto es sugerido por el discurso del viejo Don Candelario cuando le dice a Caceres "Cada hombre ... sigue su destino" (139), equiparando el t6rmino "destino" de este modo con la diffcil y a veces tortuosa travesia hacia la madurez.

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  • 362 JUAN PABLO SPICER

    Si a esta aproximaci6n se aplican las teorias psicoanai'ticas de Lacan, la 6ptica interpretativa se ensancha. En lugar de proyectar una simple exploraci6n de identidad, de los valores masculinos de un hombre joven en vias de desarrollo ffsico y moral, representa una tentativa de retorno a un estado en el cual existia una uni6n plena, intima y simbi6tica entre madre e hijo, una relaci6n negada por la separaci6n definitiva del parto y la imposici6n del Nom-du- Pere/Non-du-Pere que prohibe esta uni6n entre ambas partes. El hijo, es decir Fabio, perseguira esta uni6n perdida, vfa una bu'sque- da expresada en t6rminos simb6licos. Al partir del mundo pre-edi- pico del estado Imaginario hacia el mundo simb6lico del lenguaje, este hijo, ya sujeto, aprendera a ubicarse en la esfera compleja del estado Simb61ico. Pero, el resultado sera que, a su vez, el sujeto vol- card todo su deseo por la uni6n plena y prenatal con la madre, al vacfo de lo reprimido: el inconsciente7.

    El prop6sito de este trabajo es analizar el doloroso pasaje del es- tado Imaginario al Simb6lico en el personaje de Fabio Caceres (h.). Nuestro argumento es que 61 busca 'lo Real", la reunificaci6n intima con la madre de la cual fue separado entre los seis y ocho afios. Por lo tanto, su existencia es caracterizada por una carencia que lo conduce a una persecuci6n de simbolizaci6n metaf6rica que intenta sustituir esa uni6n perdida.

    LoA Estados Imaginaro y Simb6lico, y "lo Reac" 8

    Segun Lacan, el proceso del desarrollo psicol6gico del individuo atraviesa ciertos estados en los cuales el niflo se desprende de la madre, se vuelve sujeto y entra a la sociedad que lo rodea. Lo nove- doso de su aproximaci6n, ampliando la de Freud, es que acude al plano del lenguaje como componente de este proceso.

    Lacan describe dos estados en el desarrollo del individuo: el Imaginario y el Simb6lico. El t6rmino "lo Real", corresponde a un estado pre-natal en el que el niflo esta todavia en plena uni6n con la madre9.

    El estado Imaginario, estado pre-edipico caracterizado por un concepto indefinido del individuo y la dualidad madre-hijo, es el primer paso post-partum en el proceso del desarrollo psicol6gico del nifio. En 6ste, s6lo figuran dos t6rminos para el nifio: el cuerpo su- yo y el de su madre. La relaci6n que se establece entre madre e hijo, lo que Lacan sefiala como el deseo de la madre, es simbi6tica. La existencia del niflo esta intimamente ligada a la madre por su sus- tento y sus deseos de fundirse con ella. Ademas, el nifio se ve como simbolo de plenitud, el falo que permitirfa la uni6n con la madre. Asimismo, esta ciclicamente vinculado a la existencia de la madre porque ella tambi6n experiment6 la ruptura de la uni6n que com- partia para con su madrelO.

    Aun dentro del estado Imaginario, las primeras tentativas de formaci6n de un ego aparte, un centro del ser, se arraigan en la

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO' 363

    etapa narcisista del espejo, en la que las primeras imagenes s6li- das del individuo comienzan a surgir. Segun Toril Moi, en este pe- riodo narcisista, "the principal function ... is to endow the baby with a unitary body image""1. El nifto se observa en el espejo y halla una imagen placentera de un individuo completo. Esta imagen, empero, engafia porque presenta una imagen integra de un indivi- duo que el nifio aun no ha Ilegado a ser. Este intento, por lo tanto, se vuelve una de las primeras alienaciones que el nifio experimentara en su vida. La imagen del espejo, sin embargo, sefiala el comienzo del proceso en el que un centro del ser se va formando en el nifio.

    Con la intrusi6n de un tercero a su esfera, el padre, (un otro que no es la madre ni el niflo mismo), el nifio percibe que la duali- dad madre-hijo esta en peligro y el conflicto edipico se manifiesta en todo su furor. El nifio, en vias de descubrimiento de su propia sexualidad, amenazado, teme por la estabilidad de la relaci6n com- partida intimamente, hasta ese momento, con la madre. El padre, portador del falo, representa no s6lo una conminaci6n para el nifio en su uni6n con la madre y un 6rgano divisivo entre 61 y el cuerpo de ella, sino tambi6n el primer contacto con el mundo social que lo rodea. Al reconocer el lugar de su padre en este mundo social, el nitfo es obligado a ver que 61 s6lo forma parte de este mundo y que 6ste le tiene un lugar ya predeterminado. Entre otras cosas12, en- tonces, el falo del padre denota la diferencia sexual; al aceptar la necesidad de una diferencia sexual, el nifio empieza a reconocer las distinciones entre los roles sexuales que antes desconocia.

    Asimismo, este hallazgo coincide con el descubrimiento del mundo simb6lico del lenguaje. El nifio se enfrenta con el vacio del lenguaje, donde las palabras representan y sustituyen metonimica- mente los objetos y denotan un eterno proceso de diferencia y/o au- sencia. El nifio es ya incapaz, por el lenguaje, de poseer algo en su plenitud. Perseguira, entonces, una continua serie de significantes en busca de la plenitud representada por la uni6n tan deseda, simbolo de 'lo Real". Sin embargo, el lenguaje que ha obtenido, es- pecificamente los nombres, le permitira, al final, separarse del mundo de lo Imaginario. Con respecto al padre, el nifno podra dis- cernir su funci6n paternal de su funci6n biol6gica. Al ubicarse mejor en la esfera del lenguaje y al distinguir los roles del padre, el niiio, ya sujeto, se ira identificando con el padre y finalmente hasta podra ubicarse en su posici6n y aplicar su propio Nom/Non-du- Pere.

    A la vez que el niflo aprende conscientemente las reglas del len- guaje, tambien aprende las reglas inconscientes de la sexualidad. La presencia del padre impone una estructura social en el ambito familiar y el niflo reconoce su lugar por exclusion: no puede ser el amante de su madre; y por ausencia: 61 ya esta separado de su ma- dre y tiene que deshacerse del previo nexo intimo que desea con ella. Al ver esta distinci6n, el niflo esta al punto de entrar al estado

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  • 364 JUAN PABLO SPICER

    Simb6lico, regido por una preconcebida estructura de roles sociales y sexuales, y relaciones que componen la sociedad y la familia. Pe- ro, este ingreso no ocurre a costa de nada; el niflo se vera obligado a reprimir el deseo que tiene de fundirse con su madre, creando a su vez el concepto fragmentador del inconsciente.

    En el estado Simb6lico, el niflo finalmente asume el titulo de su- jeto, y deja para siempre el caos del conflicto edfpico. No obstante, el sujeto que sale de este proceso se encuentra indeleblemente frag- mentado entre el ego del consciente y el deseo reprimido del incons- ciente. El sujeto tiene que darse cuenta de que jamas tendra la reu- nificaci6n pre-natal con su madre, "lo Real", y de que esta deste- rrado al mundo simb6lico del lenguaje. Dentro de este, empero, se- guira buscando esta simb6lica y plena reunificaci6n con '1o Real", a trav6s de un sinfin de significantes que s6lo se aproximan metaf6- rica y metonimicamente a ello. Esta bu'squeda, entonces, se vuelve expresi6n de la carencia de "lo Real"; el sujeto intentara hallar la plenitud de la existencia que ofrece la uni6n, pero sin fruici6n.

    Segdin Elizabeth Wright, "lo Real" es,

    ... the given field of brute existence over which the Imaginary and the Symbolic range in their rival attempts to control ... This contested field he conceives (Lacan) as a M6bius strip (a band of flat paper with one twist in it, making two sides into one) where the Imaginary and the Symbolic ambiguously meet. The strip is like the Real: the ambiguity of the side(s) represent(s) the conflict between Imaginary and Sym- bolic13.

    Pues, simb6licamente, la tira de Mobius representa el sujeto: da la apariencia de la uni6n, pero esta fragmentado entre los factores arriba mencionados: el ego del consciente y el deseo reprimido del inconsciente. Pero, la imagen de la tira de Mobius tambien ejempli- fica la pugna ambigua entre el consciente y el inconsciente por el control de '1o Real".

    De esto resulta la posibilidad de que la divisi6n entre los dos es- tados que el nifio/sujeto atravesara en su desarrollo psicol6gico sea algo borrosa, que su desarrollo no sea estrictamente lineal y divi- dido. Como sefiala Frederic Jameson, "Imaginary thought patterns persist into mature psychic life ..."; "... the methodological danger is ... the temptation to transform the notion of the two orders of functions into a binary opposition"14. Entonces, ambos estados pueden coincidir simultaneamente, implicando un proceso menos definido temporalmente en cada estado. Como seflala Jameson, lo peligroso es enfrentar ambos estados como opuestos binarios. Por lo tanto, no tiene que haber una ruptura estricta entre los estados se- ftalados como puede sugerir la introducci6n del padre a la entidad madre-hijo en el estado Imaginario, lo cual conduce al nifio al es- tado Simb6lico. El proceso, por lo tanto, no incluye necesariamente un brusco salir de un estado y el rapido ingresar a otro.

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO" 365

    A base de este concepto, arguimos que el conflicto edfpico tam- poco cabe dentro de un periodo estrictamente delimitado por el tiempo. El individuo puede quedar suspenso entre los dos estados mencionados, los cuales, como ya lo hemos sefialado carecen de una nitidez divisiva. Consideramos, entonces, que el conflicto edipi- co es tambi6n un proceso dificil de fijar como hecho momentaneo, dado el concepto flexible de divisiones entre los estados Imaginario y Simb6lico.

    Ahora, si estos estados no se ciflen a una divisi6n estricta entre Si, proponemos que tampoco se rigen estrictamente a perfodos cro- nol6gicos (edades) en la vida del nifio/sujeto. Aqui acudimos a un valor figurado de los estados, lo cual implica que aunque para Moi la etapa del espejo es entre los seis y ocho meses15, las caracteris- ticas de esta etapa tambien pueden aplicarse a otros pernodos de la vida del individuo debido a su valor figurado.

    Finalmente, con respecto al r6tulo usado por Lacan en franc6s, Noni/Non-du-Pere, alegamos que la presencia fisica del padre no es siempre necesaria para producir un efecto en el niflo en t6rminos de una prohibici6n a la uni6n con la madre. Lacan destaca el Nom- bre/No del Padre como catalizador del proceso que luego conducira al sujeto hacia el estado Simb6lico. Pero en este estado, surge el len- guaje y este es capaz de reemplazar la presencia fisica del padre. Nombre y No se convierten en metonimias de la identidad del padre y de la fuerza suya que impide la uni6n con la madre; un represen- tante fisico del poder del padre, pues, se torna prescindible.

    En buca de "lo Real" el casodeFabio Caceres (IL)

    Como sefiala Enrique Anderson Imbert, "En forma de memo- rias, Fabio nos va contando su vida"16. El punto de partida en su narraci6n de los eventos que lo conducen por su desarrollo psico- 16gico, es la edad de catorce afios. Su punto de referencia para la narraci6n es retrospectivo. De esta forma el narrador (un Fabio maduro) nos puede Ilevar, paso por paso, por los distintos estados de su desarrollo psicol6gico.

    Primera Ruptural7 y Caos En el primer contacto con Fabio, lo hallamos cerca de su pueblo

    contemplando su vida. La imagen que vemos es la de un joven re- viviendo la ruptura del conflicto edipico. Sabemos que su padre bio- 16gico, Don Fabio Caceres, lo ha arrancado del hogar de su madre para llevarlo al pueblo donde recibira instrucci6n bajo la tutela de sus tias paternas (aunque 6l desconoce este parentesco). A la par, 61 desconoce la identidad verdadera de su padre a quien considera s6- lo su protector (9). Tambi6n sabemos que el lamenta la ruptura con su madre:

    ,Seis, siete, ocho anios? ZQu6 edad tenf a a lo justo cuando me separaron de la que siempre llam6 'mama", para traerme al encierro del pueblo,

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  • 366 JUAN PABLO SPICER

    so pretexto de que debfa ir al colegio? S6lo s6 que llor6 mucho la primera semana; aunque me rodearon de carilio dos mujeres desconocidas y un hombre de quien conservaba un vago recuerdo (9).

    Entonces, la dualidad madre-hijo ha sido corrompida por la in- trusi6n de su padre a su esfera; esta, por lo tanto, ha sido triangu- larizada por la presencia de un intruso, quien luego aparece es- casas veces en la vida del joven: "Don Fabio vino a buscarme una vez ... Dos o tres veces mas vino a buscarme y asi concluy6 el pri- mer afio" (10). La aplicaci6n del Nombre/No del Padre se efectu'a en forma simb6lica aquif; se asume que el acto de sacar a Fabio de la casa de la madre ha sido una intervenci6n ffsica. Pero luego, Don Fabio casi no se halla presente en la vida de su hijo natural, el jo- ven Fabio, aunque se puede sospechar que sabe de sus andanzas co- mo gaucho18.

    Sin embargo, la ruptura de la dualidad de Fabio y su "mama" que precipita el conflicto edipico, tiene gran importancia: lo Ileva a conocer y a penetrar el mundo del lenguaje y los roles sociales19. Pero, la falta de orientaci6n constante por parte del padre tambi6n lo deja castigado al vacio de este nuevo mundo complejo: el resul- tado es el caos de una vida desordenada.

    La existencia de Fabio en el pueblo se vuelve picara, repleta de viveza criolla: "La calle fue mi paraiso, la casa mi tortura ... Me hi- ce ladino" (11). Recibe de los almaceneros, carteros, y otros indivi- duos la atenci6n que jamas recibe de las ti'as, sustitutas imperfec- tas de la figura maternal. Este publico asume la categoria de una especie de espejo en el que 61 ve una imagen mas positiva de su identidad: "En el Almac6n, en la Tienda, el Correo, me trataban con afecto. Conoci gente que toda me sonrei'a; sin nada exigir de mi" (10). Sin embargo, la realidad es que es un guacho20 como se- flala un miembro de la colectividad pueblerina: "Instigado por el fondero G6mez, dije "retarjo" al cartero Moreira, que me contest6 "jGuacho!", con lo cual malici6 que en torno mifo tambi6n existfa un misterio que nadie quiso revelarme" (11). Por lo tanto como en la etapa del espejo de Lacan, Fabio se ve reflejado positivamente a si mismo en las sonrisas de los demas: se ve apreciado, aceptado. Pero, la realidad es distinta: su otredad es la de un bastardo desam- parado en un mundo complejo de graves distinciones entre objetos y seres, no uno donde la existencia misma fluye entre seres y objetos, sin definici6n, como en el estado Imaginario. Este episodio se tor- na, entonces, una de sus primeras alienaciones. No obstante, a su vez, lo impulsa a comenzar a distinguir los distintos papeles socia- les de su mundo, y a hallar un centro de su propio ser.

    Fabio, entonces, se encuentra involucrado en el doloroso proceso de avanzar entre los estados Imaginario y Simb6lico. El Otro, la ley de funcionamiento simb6lico aqui llevada a cabo por el padre, ha intervenido y ha sujetado a Fabio a su Nombre/No y asi, lo Ileva a los umbrales del estado Simb6lico. Fabio, pues, ha experi-

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL 'OTRO" 367

    mentado su primera alienaci6n con el espejo de la gente del pueblo. Ademds, la imposici6n del Nombre/No del Padre ha causado el co- mienzo de la represi6n del deseo de fundirse con la madre, que a su vez, provocara la buisqueda simb6lica de "lo Real"; 6sta acabara en el interminable perseguir de metaforas de plenitud. Es, por lo tan- to, el momento propicio para un ingreso mas profundo en el estado Simb6lico; y 6ste coincide justamente con la introducci6n de la figu- ra de Don Segundo Sombra a su esfera.

    En busca de metaforas y metonimias

    En el capitulo dos, Fabio, a las orillas del estado Simb6lico, se topa con lo que parece un espejismo, una cuasi -aparici6n en la os- curidad. Este es un misterioso hombre a caballo que ha de cam- biarle la vida desde los primeros momentos de contacto con 61:

    Al cruzar la calle espant6 desprevenidamente un caballo, cuyo tranco me habfa parecido mas lejano ... El jinete, que me pareci6 enorme bajo su poncho claro, rebole6 la lonja del rebenque contra el ojo izquierdo de su redom6n ... Inm6vil, mir6 alejarse, extraziamente agrandada con- tra el horizonte luminoso, aquella silueta de caballo y jinete (15-16).

    La imagen del gaucho Don Segundo tiene una impresi6n con- movedora en Fabio quien expresa sus deseos de salir del pueblo luego de verlo: "M6s fuerte que nunca vino a mi el deseo de irme pa- ra siempre del pueblito mezquino" (16). Desde este primer contacto con Don Segundo, se desata en Fabio un anhelo de seguirlo en sus andanzas como gaucho. Ademas, cuando Fabio se le cruza a Don Segundo, es aparente el concepto de que 61 ve a Don Segundo como algo larger than life: "El jinete que me pareci6 enorme" y "... mire alejarse extrafiamente agrandada contra el horizonte ... aquella silueta de caballo y jinete"21. Don Segundo es un gaucho, un hom- bre experimentado en la vida que sabe defenderse y vivir al azar de la Naturaleza: es pleno, autosuficiente; s6lo precisa de su libertad, la cual halla en la vida de resero por la pampa soltaria22.

    Interesantemente, Fabio, al describir su primer contacto con Don Segundo, nos dice mas de lo que aparenta querer decir23: "Me pareci6 haber visto un fantasma, una sombra, algo que pasa y es mas una idea que un ser; ..." (16) Fabio eleva a Don Segundo a las alturas de lo metafisico: se vuelve una concepci6n total, plena de la vida y mas que un hombre de carne y hueso.

    Don Segundo, es indudablemente una figura paterna y paulati- namente, Fabio se va acercando con su lenguaje a una definici6n mas profunda de su relaci6n con 61:

    Cinco afios habfan pasado sin que nos separaramos ni un solo dia ... Cinco afios de esos hacen de un chico un gaucho, cuando se ha tenido la suerte de vivirlos al lado de un hombre como el que yo llamaba mi padrino (63)24.

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  • 368 JUAN PABLO SPICER

    Luego, se aproxima a Don Segundo con otro titulo paterno: "Para Don Segundo yo segufa siendo el mismo gauchito y quise signifi- carle mi gratitud, dandole un titulo que nunca, hasta entonces, se me habia ocurrido: -"stA bien Tata" (186)25.

    Pero, la relaci6n con Don Segundo es sintoma de algo mas pro- fundo en su vida. Fabio procura "lo Real", la uni6n intima con el otro y en sus correrias de gaucho se fijara no s6lo en Don Segundo, sino tambi6n en otros significantes que se tornaran metaforas de plenitud

    El estado Simb6lico es el del lenguaje segun Lacan, y el lengua- je permite la sustituci6n del objeto por el vocablo que lo define. Por lo tanto, los nombres de los objetos plenos Ilegan a sustituir los obje- tos mismos metonimicamente. Entonces, el sujeto perseguira cada metonimia, buscando fundirse justamente con la plenitud que per- cibe en ellas.

    Ademas de Don Segundo, para Fabio existen otras metaforas de plenitud que se vuelven metonimias, como por ejemplo los gallos y los caballos26, el cfrculo de la "mateada" y en un grado mayor, la Tierra. Lo interesante es el hecho de que Fabio se aferra a estas me- taforas, aplicandoles nombres metonimicos, porque procura "lo Real" y ellas son una aproximaci6n a ello.

    Curiosamente, el estado Simb6lico, ademas de ser el locus del lenguaje, es el momento en que el individuo que se vuelve sujeto tambien descubre su sexualidad. Sin embargo, aunque a Fabio le gustaria tener una "chinita" esperandolo para cuando vuelve de un arreo, se interesa mas por la soledad de la pampa que por las muje- res. Sus intentos en esta area no surgen como relaciones durade- ras. Aunque Aurora (capitulos cinco y seis), la primera mujer con la que tiene alguin contacto amoroso presenta posibilidades afec- tivas para Fabio, resulta un recuerdo furtivo cuando Fabio parte en su primer arreo. Luego, intenta con mas esmero llegar a tener una relaci6n con Paula (capitulos 18 y 19), otra paisana, pero esta ter- mina, tambi6n, sin lograr ningun grado de fruici6n. Entonces, se podria decir que Fabio esta severamente fragmentado en terminos de su sexualidad, cosa que no logra resolver durante la narraci6n.

    El Valor de un Nombre y la Ruptura Final

    Si la valia propia se puede basar en un nombre, hasta el ca- pitulo 22, Fabio es simplemente un guacho, un bastardo, un ser marginado. Pero en este capitulo comienza a reconocer su propia otredad en t6rminos linguisticos. Cuando un patr6n le pregunta c6mo se llama, s6lo responde "Quisiera saberlo seunor" (168). Y sus padres, "ZPadres? No soy hijo mas que del rigor; juera de 6sa, casta no tengo nenguna; en mis pagos algunos me dicen "el Guacho" (168). Curiosamente, este capitulo puede servir de leve presagio por- que casta, si tiene, como se ve despu6s: la del estanciero. El se iden- tifica aiun con su estilo de vida, la del gaucho, "hijo del rigor", y con

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO" 369

    sus antecedentes ocultos, de "Guacho". Sin embargo, todo esta por cambiar en su vida.

    En el capitulo 25, Fabio recibe las noticias en forma de carta de Don Galvan27, mediante Pedro Barrales, de que ha muerto su pa- dre, Don Fabio Caceres. De repente, lo acosa una fugaz sensaci6n de angustia ante su otredad mas profunda: 61 era y es hijo de estan- ciero. Su nombre es Fabio Caceres (h.); esa es su identidad linguis- tica. No obstante, este reconocimiento es angustioso para el sujeto que ya se aferraba a otra identidad, la de gaucho/Guacho28. Fabio, empero, al mismo tiempo y por primera vez, adquiere un nombre no gen6rico, y luego del rechazo inicial, se va acomodando paulati- namente a su otredad de estanciero29.

    Mencionamos al principio de este apartado que la intrusi6n de su padre en su vida inicialmente fue una aplicaci6n del Nombre/No del Padre, y anteriormente, que el conflicto edipico es un proceso de eventos, no una sola intervencion. Entonces, a la luz de ello, la car- ta de Don Galvan anunciando la muerte de su padre puede verse como otra aplicaci6n del Nombre/No del Padre a la vida de Fabio; 6sta provoca una ruptura que indirectamente, lo desvia otra vez de su aproximaci6n a 'lo Real", las metaforas y metonimias de uni6n, vistas principalmente en su vida de gaucho y su relaci6n con Don Segundo. No obstante, 6ste sera el ultimo ingreso de Don Fabio Ca- ceres en su vida. Fabio todavia cuestiona su identidad multiple y confusa de "gaucho/Guacho/estanciero":

    -LEs verdad que no soy el de siempre y que esos malditos pesos van a desmentir mi vida de paisano? -Mird -dijo mi padrino, apoyando sonriente su mano en mi hombro- Si sos gaucho en de veras, no has de mudar, porque andequiera que va- yas, irus con tu alma por delante como madrina'e tropilla (189).

    Pero, con el tiempo, ira aceptando su otredad, desarrollAndose co- mo sujeto hasta el punto en que vemos un sujeto fragmentado todavi'a, pero ya capaz de aplicar su propio Nombre/No del Padre. Este momento, en la ultima pagina de la novela, es el que nos con- vence de que Fabio, el narrador, ya hombre maduro y estanciero, esta componiendo sus memorias. Ha atravesado el abismo del con- flicto edipico y ahora reemplaza la figura de su padre al contemplar su pasado. Ademas, las palabras de Don Segundo de la susodicha cita son profeticas: Fabio puede ser las tres identidades porque es imposible salir de la vida sin fragmentaci6n. Pero, 6stas sugieren que 61 puede vivir dignamente las tres identidades, lo cual se ve en la retrospectividad de sus memorias; es s6lo cuesti6n de lo que 61 siente que es en lo mas intimo de su ser: su alma. Todavia estara condenado de por vida al estado Simb6lico del que no se puede salir; pero se transformara en sujeto capaz de relacionarse mas armo- niosamente con su otredad.

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  • 370 JUAN PABLO SPICER

    Conclusion

    Hemos sefialado que entre la mirfada de posibles interpretacio- nes de Don Segundo Sombra, existe la posibilidad de una lectura basada en el proyecto de una bu'squeda por parte de su protagonista, Fabio CAceres (h.). Pero, a nuestro modo de ver, esta bu'squeda no es s6lo un perseguir de su colocaci6n en el mundo, sino un comple- jo proceso de fundirse con metaforas de uni6n, plenitud, relaciona- das con algo imposible de obtener: "lo Real" lacaniano. Visto el de- sarrollo psicol6gico de Fabio a trav6s de esta perspectiva, el joven atraviesa los estados Imaginario y Simb6lico, dando el paso inexo- rable por el conflicto edipico. Sin embargo, Fabio logra asumir en forma arm6nica los conflictos de su fragmentaci6n y finalmente to- ma el lugar de su padre, dando fin al conflicto edipico. Por lo tanto, 6l acepta sus roles sociales y se coloca entre la multitud universal de sujetos semi-emancipados. Ello destaca, pues, un valor univer- sal en la novela de Guiraldes, porque la bu'squeda de Fabio se torna un comun denominador en la experiencia de no s6lo un gaucho/ estanciero argentino, sino de todos los seres humanos, e inclusive del propio autor, Guiraldes.

    NOTAS

    1. Ricardo Gfiiraldes. Don Segundo Sombra, Buenos Aires: Centro Editor de Am6rica Latina, 1979. Todas las citas en adelante seran de esta edici6n y apareceran con la pagina entre par6ntesis.

    2. Juan Carlos Ghiano postula: "Mds que novela de los gauchos reseros que se iban barridos por una nueva organizaci6n rural, Don Segundo Sombra es la lecci6n propuesta a una juventud contemporanea, desorientada e inquieta". Peter Beardsell parece concordar con Ghiano al sefialar: 'Don Segundo Sombra's message that the country should not forget its gaucho heritage does not seem at first sight to have had much relevance as Argentina coped with economic depressions, mass movements, labour disputes, industrial ex- pansion, foreign commercial domination, and military dictatorships. Gui- raldes could therefore be seen as the champion of a lost cause: the vague, nostalgic wish that the nation's rural past should be in some way used in the construction of the future." Juan Carlos Ghiano. Ricardo Guiraldes, Buenos Aires: Editorial Pleamar, 1966, pag. 45. Peter Beardsell, "Don Segundo Sombra and Machismo", Forum for Modern Language Studies, 15.4, 1981, pag. 302.

    3. Angel J. Battistessa se-nala la postura de Guiraldes con respecto al gaucho: "Aunque se asom6 al mismo paisaje y a los mismos tipos de la 6poca ya mds cercana a nosotros, lo que le preocup6 primordialmente fue fijar en su nove- la las vislumbres finales (luz de ocaso) de aquellas excelencias de nuestro viejo hombre de campo". Angel J. Battistessa, Ricardo Guiiraldes: en la hue- lla espiritual y expresiva de un argentino, Buenos Aires: Ediciones Corre- gidor, 1987, pag. 56.

    4. Dice Guillermo Ara: "De don Segundo Ramfrez sabemos que fue el modelo humano del hombre no menos humano que hay en el libro ... Es indudable que don Segundo Ramfrez no s6lo dio a Guiraldes las lfneas para una elaboraci6n casi arquetfpica y el fervor de un sentimiento sin el cual el libro

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO' 371

    no existirfa ..." Guillermo Ara. Ricardo Gitiraldes, Buenos Aires: Editorial 'La Mandragora", 1961, pag. 220.

    5. Eyzaguirre tambi6n sefiala que "Desde El periquillo sarniento hasta las no- velas mas recientes esta bilsqueda parecerfa marcar los esfuerzos de un continente y una narrativa en el camino a la mayorfa de edad ... Con Don Segundo Sombra, siguiendo esta lfnea de pensamiento, se habrfa Ilegado en 1926 a un momento que rompe con un ciclo fundamentalmente romAntico y anticipa las inquisiciones de las novelas mas contemporaneas en el plano del rechazo de una concepci6n romantica del mundo y la puesta en duda de una posici6n central y exaltada del hombre en el universo". L. Eyzaguirre. "Tradici6n, renovaci6n y vigencia de Don Segundo Sombra", Revista de Crttica Literaria Latinoamericana, 10. 5, 1979, pag. 130.

    6. T6rmino literario aleman utilizado con respecto a la novela, 'in which the centre of interest is to be found not so much in the adventures of the hero, himself a passive character, as in the effects which his experiences are seen to have in his growth to maturity and clarity of purpose, after perhaps fum- bling beginnings." E. W. Herd y August Obermayer. A Glossary of Ger- man Literary Terms, Dunedin, Nueva Zelandia: Departamento de Ale- mAn, Universidad de Otago, 1983, pAg. 31.

    7. Lacan utiliza este hom6fono franc6s con un doble sentido: "Nombre"/"No" del Padre. Para mayor informaci6n sobre las teorfas de Lacan utilizadas en este trabajo refierase a las siguientes obras suyas: The Four Fundamen- tal Concepts of Psycho-Analysis" ed. Jacques-Alain Miller. Trad. Alan Sheridan, Nueva York: W.W. Norton & Co., 1978; Ecrits: a Selection Nue- va York: W.W. Norton & Co., 1977; y The Language of the Self, trad. A.G. Wilden, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1968.

    8. Terry Eagleton. Literary Theory: an Introduction, Minneapolis, Minneso- ta: Universidad de Minnesota, 1983, pp. 164-169.

    9. Cabe destacar que aquf la madre representa el otro. No es el caso, sin em- bargo, que este otro sea solamente la madre; por obvias razones biol6gicas la madre tiene un lugar predominante en la vida del nifio y debido a ello, se hace esta distinci6n aquf. Como sefiala Elizabeth Grosz, el otro puede ser 'the mother, father, nurturer or mirror image (represented by autre). This autre is the "real" (i .e. imaginary) other, a concrete individual and not here a delegate or agent of the Other ... The Other (represented by Autre) enters the oedipal triangle as a point outside the dual imaginary structure. As the law of symbolic functioning, the Other is embodied in the figure of the symbolic father, who intervenes into the narcisistic, imaginary and in- cestual structure of identifications and gratifications." E. Grosz. Jacques Lacan: a Feminist Introduction, Londres: Routledge, 1990, pag. 74.

    10. Aquf deseo tiene un doble significado: lo que el nifio desea (la madre) y lo que la madre desea (el falo). Elizabeth Wright. Psychoanalytical Crit- icism: Theory in Practice, Nueva York: Methuen ed., 1984, pAg. 108.

    11. Toril Moi. SexuallTextual Politics: Feminist Literary Theory, Nueva York: Routledge, 1985, pAg. 100.

    12. Para Frederic Jameson, "... the phallus ... now comes to be considered neither image nor symbol, but rather a signifier, indeed the fundamental signifier of mature psychic life." F. Jameson. 'Imaginary and Symbolic in Lacan. Marxism, Psychoanalytic Criticism, and the Problem of the Sub- ject," Literature and Psychoanalysis, the Question of Reading: Otherwise, ed. Shoshana Felman, Baltimore: Johns Hopkins University Press, 1982, pAg. 352.

    13. Wright. pAg. 110. 14. Jameson. pp. 369, 352, respectivamente. 15. Moi. pAg. 100. 16. Enrique Anderson Imbert. Historia de la literatura hispanoamericana,

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  • JUAN PABLO SPICER

    quinta edici6n, segundo volumen, Mexico: Fondo de Cultura Econ6mica, 1987, pag. 121.

    17. Primera porque como se vera mas tarde, hay otra ruptura simb6lica mas adelante.

    18. Fabio menciona que ya se sabia en el pueblo cual era su paradero cuando empieza a vivir en lo de Galvan; se puede inferir que Don Fabio Caceres po- dria, siendo estanciero, tambien informarse al respecto de quererlo hacer.

    19. El motivo de llevarlo, como se ha sefialado, es para que reciba instrucci6n, donde el medio es el lenguaje. Ademas, el pueblo representa un microcos- mos social.

    20. Jose Gobello sefiala varias definiciones para guacho: "huerfano", "hijo ile- gitimo", y mas simb6licamente, "animal que, siendo de teta, ha perdido a la madre y se cria en las casas". J. Gobello. Diccionario de lunfardo y otros tgrminos antiguos y modernos usuales en Buenos Aires, Buenos Aires: A. Pefia Lillo Editor S.R.L., 1975, pAg. 101.

    21. Estas son una reiteraci6n de citas anteriores. 22. Curiosamente, Guiraldes comparte esta visi6n del gaucho como simbolo de

    plenitud: "El gaucho dentro de sus medios limitados es un tipo de hombre completo". R. Giiiraldes, Obras completas, ed. Francisco Luis Bernardez, Buenos Aires: Emec6 Editores, 1962, pag. 732.

    23. Para Lacan, el lenguaje es tema muy resbaloso que proviene del inconsciente, producto de la represi6n del deseo. Por lo tanto, como sefiala Eagleton, "... we can never mean precisely what we say, and never say precisely what we mean." Eagleton, pag. 169.

    24. Enfasis mfo. 25. Enfasis mio. "Tata" tiene la connotaci6n en muchos pafses de ser una per-

    sona que cuida a otro; en esto, el rol del padre se asemeja, por la funci6n de cuidador, caretaker. Ademas, en el lenguaje gauchesco tiene la conno- taci6n de "padre".

    26. Los gallos y caballos tienen nombres ("Bataraz", "Giro", y "Comadreja" por ejemplo) que los distinguen, y la tierra es la "pampa", donde todos estos sig- nificantes residen en una cierta union. Ademas, Fabio forma una uni6n- identificaci6n con ellos de alguna forma en cada caso (v6ase por ejemplo c6mo 61 se relaciona con el gallo "Bataraz" en la riia de gallos). En su es- tudio sobre la obra literaria de Guiraldes, Juan Carlos Ghiano se detiene en la flora y la fauna en Don Segundo Sombra, reconociendo los esfuerzos de otros estudiosos respecto al mismo tema (Augusto Rail Cortazar y Horacio Jorge Becco). Pero, en su propio estudio de la presencia de este tema en dicha obra, s61o reconoce la presencia del caballo, el perro y los vacunos y, margi- nalmente, los cangrejos, ignorando la presencia de los gallos (capftulo tre- ce). Ghiano, pag. 112.

    27. La carta aquf es metafora y representaci6n linguistica de la muerte de su padre. Otra vez, el lenguaje define y suple al objeto o acci6n que ocurri6: en este caso, la muerte de Don Fabio Caceres.

    28. Es un hecho interesante que con s6lo invertir las vocales del diptongo (la "u" por la "a"), se pueden formar dos palabras distintas que en este caso coin- ciden en la identidad de una sola persona. Vease la cita anterior de Eagle- ton respecto al lenguaje.

    29. El personaje "Raucho", el hijo de Don Galvan, sirve de medio a trav6s del que Fabio se aproxima a su nueva situaci6n. Es la mezcla de hombre del campo y hombre de la ciudad, fntimamente en contacto con la Tierra y las faenas de una estancia, y culto y educado en t6rminos culturales representativos de la ciudad. Ademas, es simb6lico de la persona que Fabio es al final de la narraci6n, el hombre maduro que nos cuenta sus memorias y que encarna este conjunto de identidades: hombre de campo/hombre de ciudad, "gaucho acajetillado"/"cajetilla agauchao" (193).

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  • DON SEGUNDO SOMBRA: EN BUSCA DEL "OTRO" 373

    BIBLIOGRAFIA

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