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JUEGO de BODEGONES
jose manuel calzada
• juan correa
dis berlin
• damian flores
belen franco
• carlos garcia-alix
angie kaak
jose luis mazario •
joel mestre
javier pagola •
chema peralta
antonio rojas •
sergio sanz
paco de Ia torre •
comi sario: alvaro villacieros
guillermO de OSma galeria e DEL 19 DE JUNIO AL 21 DE JULIO DE 200 1
© de este cot61ogo: Guillermo de Osmo Golerio
© de los lextos: Antonio Bonet Correa y A lvaro Villacieros
Coordinoci6n: Jose Ignacio Abeij6n e Isabel Garcia
Tip6grofos: Andres T ropiello y Alfonso Melendez • Fotogrofio: Joaquin Cortes
lmpresi6n: Artegrof, S.A. (colle Sebost;6n G6mez, 5. Mod,;dl
Dep6silo Legal: M- 28.279 - 2001
JUEGO DE BODEGONES Antonio Bonet Correa
" U N INSTANTE ES UNA ETERNIDAD", aflrmaba Goethe al referirse a las situaciones lfmites y mas intcnsas de Ia existencia.
En ese momcnto cuando el tiempo queda abolido, cuando los instantes fugaces y eminentes se convicrten en "presen
te cternos". Es una cucstion mental. La quietud de animo y el sosiego del espiritu han sido siempre una meta para los
contemplativos, una cima solo alcanzada por los misticos. El arte, que tienc Ia virtud de arrebatar el alma, de hacer que todo
qucdc suspendido y anulado, a no ser Ia exaltacion de los sentidos, cumple el papel de ser el vehiculo de Ia sensibilidad mas
extrema, de transfigurar Ia realidad fuera de lo t:ransitorio y perecedero.
£1 bodegon, pintura en Ia eua l se representan vasijas, utensilios domesticos y vituallas, es un genero artistico esencial por
su ncgacion de Ia temporalidad y forma de entender Ia realidad figurativa. Su trascendencia es mayor que Ia mera repro
duccion iconografica. AJ bodegon en frances se le denomina nature morte, "naturaleza muerta" y en ingles y aleman res
peetivamente, Still-life y Stilleben, "vida silenciosa". £1 pintor en su afan de perpetuar una imagen de los enseres y objetos
de su entorno familiar y cotidiano, traslada a su cuadro Ia realidad humilde e incluso banal del redueido mundo de su habi
tacion o taller, de las cosas en las cuales su mirada se ha detenido, embelesada y amorosa. La luz de un instante, Ia penum
bra o Ia easi oscuridad a veces nos hacen descubrir Ia belleza de los objetos de los que nos servimos a diario, que estan ahf
sin !lamar Ia atencion de nuestra alma ensimismada. El pintor de bodegones, a1 igual que el viajero alrededor del cuarto, sin
sali r de su reducido universo, nos describe cl microcosmos en que se desarrolla las horas solitarias y silentes de gran parte
de nueslra vida. Los sentimientos fntimos, Ia seduecion que ejercen algunos objetos sobre nuestra mente, los delicados pia
ceres de Ia contemplacion de lo que e bello constituyen Ia trama sobre Ia que se teje Ia pintura de los bodegones, de Ia vida
silenc iosa de lo que aparentemente parece una naturaleza muerta. 1o todo lo que parece inerte encierra bondad y sosiego. £1 pintor moderno, al igual que los antiguos - picnsese en Cara
vaggio- muchas vcces sabe que bajo Ia apariencia de tranquilidad y pasividad se oeulta Ia mas terrible agresividad y cruel
dad, Ia mas aguda acometividad. Los pintores surrealistas, al igual que lo pop, nos han revelado que no hay objeto, por muy
puro que parezca, que no lleve dentro algo feroz y punible, que no produzca una punzada de lo tremendo y Ia irremedia
ble sorpresa de su pervcrsa maldad. El pintor moderno de bodegones oseila entre Ia elegiaca percepcion de Ia vida silenciosa
y poetica de los objetos y Ia ironia y sarcasti ca realidad de su disimulada pcrcepcion de lo daiiino y adverso a Ia armonfa de
un mundo en el cual los objetos resultan desfavorables a nuestro sosiego interior.
Ante una exposicion de bodegones de los jovenes pintores neo-figurativos, que desde los aiios go del que ya es siglo pasa
do han irrumpido en Ia escena del a rte espai1ol, no esta de mas el hacer una reflexion sobre un genero pictorico en el eual
Ia meditacion es un eondicionante esencial. Tambien el hacer un reeorrido historico de las maneras de entender el bode
gon a lo largo de los siglos de Ia pintura occidental. El bodegon es un genero muy antiguo y muy moderno que no ha ee a
do de ser cultivado. Tema predileeto del publico y de los coleccionistas de nuestro tiempo es, sin duda alguna, el genero en
el que mejor se constata Ia permaneneia del arte de pin tar, en el cuallas novedades son innumerables variaciones de lo que
significa que sea un genero repetido sino nuls bien una forma feliz de expresion phlstica, un dia logo personal con Ia reali
dad figu rativa, una mancra entraiiable de entender Ia pintura. La dup lieidad de Ia delectacion visual y de un motivo para
pensar caraeterizan al bodegon que, a l parecer, nunca ha decepcionado a los aficionados y amantes de Ia pintura.
Los pintores de vfveres, confituras, nores, vajillas, instrumeutos geogra ficos, cientifi cos y de musica y figuras geometri
eas ademas de otros objetos utiles y gratos para Ia existcncia ha sido tarea de artistas que, desdeiiando Ia representacion de
las historias y los heehos de los dioses y heroes mitologieos o de Ia historia sagrada, las bataLias y las vicisitudes de Ia huma
nidad, han prefe rido consagrar su vida a unos temas considerados menores por los preceptistas. De sobra son conocidas las
anecdotas que cuenta Plinio en su Historia Natural a proposito del pajarito que equivocadamente va a picotear las uvas pin
tadas por Zeuxis o Ia cortina simulada que en trampantojo pinto Parri o y que su rival Zeuxis trato inutilmente de corre r.
El engaiio a los ojos era el fuerte dee tos artistas que competian con Ia fa rna de los gran des pintores de escenas de lides amo-
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rosas o las contiendas de los seres oHmpicos. La obra de los autores de los "xenvia" - con este termino chlsico se designaba
a los bodegones- que se conservan en los muros de las casas palricias de Pompeya, pertenecen a una iconograffa que ico
nol6gicamente sobrepasa el mero valor ornamental y decorativo. Los vivcres y las provisiones simbolizan Ia generosa hos
pitalidad del amo de Ia casa que rcgalaba alimentos y biencs materiales a sus visitantes. De igualmanera, las cestas repletas
de Bores y las sartas de frutos de las cenefas de las decoraciones arquitect6njcas eran el testimonio de las ofrendas florales
que se hacfan a los <Lioses lares protectores de un hogar bien aseado y adornado.
La Edad Merna en un principio no fue propicia al bodeg6n. Los frescos de los muros de las iglesias romarucas, con su des
pljegue del mundo celestial e infernal, no concedfan Iugar para Ia representaci6n de nimiedades tan terrenalcs. El bodcg6n
apareci6 en las pinturas murales y las tablas g6ticas en las que se rclataban Ia vida de los santos y las anta . En el interior de
las est.'1ncias de tan beatificas personas se ven objetos que se refieren al oficio y jarros con flores que se refieren a Ia virtue! del
retJ"atado. Los objetos posados en las repisas o las alacenas estan pintadas con una fidelidad y minucia asombrosa, con un
esmero que muestra el amor por lo menudo y elemental. Los pintores flamencos fueron maestros indiscutibles de un genero
que poco a poco se hizo aut6nomo e independiente de Ia hagiograffa. En ltalia durante cl rcnacimiento, las marqueterfas
cubrfan los paneles de los studiolos, es decir las pequei'ias camaras de estudio y merutaci6n, las bihliotecas )' lugares de reco
gimiento inauguraron un nuevo tipo de naturaleza muerta. Los aparatos cientfficos y geograficos, las maravillas y curiosida
des de Ia naturaleza -piedras preciosas y minerales- los Libros e instrumentos de musica coleccionados por el aficionado on
representados de una forma ordenada y emhlematica. Las piedras preciosas, las figuras geometricas y los objetos mas heter6-
clitos constituyen el universo particular, el microcosmos portatil del entendido. La raz6n de ser de Ia vida silenciosa delt.ra
hajo de Ia mente se une asf al gusto por las formas de los artcfactos, de las abstractas recreaciones del ingenio humano.
Cuando el bodeg6n alcanz6 el cenit de su autonomfa mas absoluta fue, sin duda, en el barroco. Solo en Ia epoca cubista
yen las vanguarruas rust6ricas del siglo xx puede parangonarse a Ia frondosidad inventiva del hodcg6n barroco. Diffcil es rcsu
mir tan dccisivo capitulo, con consecuencias decisivas para el futuro del gcnero. Ellado inquictantc de Ia realidad, Ia ambi
giiedad en Ia apariencia de lo concreto, !a ilusi6n engaiiosa de Ia semejanza con !a verdad constituyen el trasfondo de los
bodegones barrocos. Por un !ado e a veces Ia lujuriante y desbordante vida de los cuadros Uamencos, y otras veces Ia lecci6n
de ascetismo formal y Ia agudeza de ingenio del bodeg6n italiano, frances y espaiiol, cada uno con sus distintas categorfas y
complejidad simb6lica. En una epoca en Ia que el estudio de las pasiones humanas, de Ia subjetividad y el albedrfo del indi
viduo son puestos en cuesti6n, Ia representaci6n de los objetos aparentemente inertes e inm6vi lcs tiene un potencial, una fuer
za interna que hacen que sean verdaderos enigmas de lo fatal del destino humano. Las Vanitas son Ia culminaci6n del bodeg6n
a lo divino. El deleite ante los biene terrenalcs se convicrten en advertcncia, en aviso de que todo es perecedero, de que nada
merece ser gozado. Las joyas y preseas mas codiciadas, los libros, los instrumentos de musica, las car·etas del car·naval y del
teatro, las armas, los objctos mundanos y los atributos del poder deben ser despreciados. El pintor, al desplegar ante nuestros
ojos tan suntuosos y tentadores tesoros y riquezas nos deslumbra y atrae sensual mente. Solo las calaveras, los relojes que mar
can Ia hora fatfruca o Ia fiecha que acabara con nuestra exi tencia no recordaran que Ia muerte planea sobre nuestras vidas
y que vale mas no caer en Ia tentaci6n de gozar cl instante que nos condenara para toda Ia eternidad.
El bodeg6n espaii.ol del Siglo de Oro participa de las coordenadas peculiarcs de Ia rcligiosidad espanola. Santa Teresa
de Jesus, que aconsejaba a sus monjas que pensasen que "entre los cacharros de Ia cocina estaba el Serior", asentaba el prin
cipio de que en lo mas vulgar y simple, en lo que parecc mas irrelevante esta Ia divinidad. La fe religiosa y Ia magia del artc
son capaces de elcvar lo mas humilde a Ia maxima dignidad. Los cardos y las zanahorias en el alfeizar de Ia vcntana de San
chez Cotan son muestra de Ia dieta frugal del cartujo. La sobriedad formal con que pinta Zurbaran los cacharros simple
mente alienados son prueba del orden ascetico y monaca] de Ia vida regular y fe rvorosa del ve rdadero creyen te. Es como
una metafora, como Ia imagen misma del recogimiento religioso.
En el siglo XVIII, Ia llustraci6n dan\ un cambio total a Ia cuesti6n de los camhios artfsticos. La modernidad rompera con
una tradici6n secular. Desde Ia Antigiicdad hasta Ia 1lustraci6n el artc se clasific6 te6ricamentc en generos. Vitruvio, eltra
tadisla romano de arquitectura, al descriJJir los tipos de escenograffa teatral, dividi6 en Ires lo decorados: el de Ia tragedja,
de Ia comerua y el de Ia satira. El primero correspond fa a los barrios habitados por los pr6cere , el egundo a los de habita-
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cion comun del pueblo bajo y el tercero al de las casas rusticas en el campo. La categorfa de cada uno correspondia a un
nivel ocial y estetico. En Ia clasil:icacion clasica de los generos, desde el siglo xv1 hasta Ia codificacion de los mismos que hizo
Felibien en sus celebres Conferences en Ia Academia francesa, en 1667, el paisaje y el bodegon pertenecfan a un grado infe
rior a l de las pinturas llamadas de " historia" o al retrato. Pero el nacimiento de Ia moderna Crftica de Arte cambio por com
pleto csta proposici6n considerada como axioma. AI juzgar Diderot que un cuadro de Chard in, expuesto en el salon de Paris
en 1763, que representaba objetos de Ia vida corriente era excelente "por lo sublime de su tecnica", superando los cuadros
de ou·os artistas que pintaban actos heroicos, llevaba a cabo un acto subversivo respecto a los valores pictoricos. La belleza
de Ia obra de arte no dependia exclusivamente de Ia nobleza del argumento o del tema representado sino de Ia forma y de
Ia manera de pintar. Una taza de porcelana, una candela o una peonza se convertfan en poesfa muda si el artista era capaz
de mostrarnos su hermosura por medio de Ia pintura.
A finales del siglo XIX, con las vanguardias, permo vigencia el baremo lradicional para juzgar a las artes. Los artistas pres
taron mayor atencion a su mundo familiar y cotiruano que a las historias heroicas. Los interiores burgueses, Ia mesa, el apa
rador y Ia lampara del comedor, el papel pintado, el tocador y el biombo de Ia alcoba adquieren un protagonismo antes
reservado a temas considerados mas nobles. La subjelividad del genio creador y su concepto personal del mundo son detcr
minantes a Ia hora de elegir un sujeto pictorico. Optar por uno u otro tema es mas inclinarse por un " motivo". Unas man
zanas sobre una mesa son para Cezanne un resumen de su idea de Ia plastica. Para Picasso, Braque y Juan Gris una guitarra,
una garrafa de agua, una pipa o un periodico son como un emblema, como una sonata plena de fugas. Un nuevo concepto
del orden y de Ia annonfa se impone. Ademas, el artista parece no salir jam as de su estudio. Moranru pin ta repetida e incan
sablemente los mismos tan·os y objetos. Unicamente sus paisajes de los alrededores de Bolonia distraen su mirada de su cons
tante viaje alrededor de su taller.
El tema del bodegon sera un motivo recurrente de Ia pintura y de Ia plastica del siglo xx. Los dadaistas y los surrea
listas trabajaran con ahfnco el genero, a veces ilistorsiom1ndolo, poniendolo una cuestion - "esta pipa noes una pipa"- , has
ta llegar a desvirtuarlo. El collage y Ia introduccion de objetos reales en el cuadro pintado es una practiea significativa de Ia
vuelta al reves del tema. Solo los pintores metafrsicos y los del realismo magico buscaran dar un contenido literario almun
do emblematico de los objetos. Por ultimo, tras Ia postrera guerra mundial el arte Pop ironicamente elevara los objetos mas
banales y chabacanos a Ia categoria de iconos de una modernidad en gran parte rechazada pero a Ia vez admitida como
expresi6n de Ia sociedad de nuestro liempo.
Los pintores que figuran en esta ex posicion de bodegones pertenecen a Ia generacion joven que en los ai'ios 90 del siglo
que acaba de finali zar irrumpieron en Ia escena artfstica espanola, volviendo a Ia figuracion con nuevos acentos. A su pro
posito se ha hablado del retorno a Ia figu raci6n y de Ia revision de los movimientos de Ia vanguarilia historica. Pintores con
una gran cultura visua l y literaria, estan persuadidos de que Ia pintura es una fuente de placer, un festfn de Ia imaginacion
que a Ia vez participa de Ia sustancia del suei'io y los problemas perceptivos de Ia realidad. Tambien de que hay que reivin
rucar a autores y a tendencias adrede olvidadas por aq uellos que creen que fuera de lo abstracto y lo conceptual no se puc
de ser contemporan eo. Estos artistas, contra viento y marea, carentes de prejuicios, ponen su empeiio en recrear Ia figuraci6n.
Sus eitas y refereneias a las vanguardias inmediatamente anteriores y su idea de que el arte es una paciente laboriosidad y
de que no hay genio que carezca de oficio, hacen que sus obras supongan una reiterada fe en el trabajo bien hecho, en Ia
adecuacion dellenguaje pictorico al motivo, al signifi cado urbano del cuadro. Grupo plura l y diverso, mas que lo que tradi
cionalmente se ha considerado una "escuela", estos pintores se han podido manifestar colectivamente en exposiciones como
Muelle de Leuante, De Valencia neometafisica, Figuraciones o La Canci6n de las Hguras. Los escritores y crfticos de arte
Juan Manuel Bonet y Enrique Andres Ruiz han sido lo principales valedores y seguidores. Con ecos del a rte pop, del surre
alismo y Ia pintura mctaffsica, sus obras constituyen ya el museo imaginario de un a rte que ahonda en e l misterio y Ia poe
lica de Ia realidad que metamorfoseada constituye el parafso del arte.
Una exposici6n de bodegones es un regalo para los sentidos, una fiesta para Ia vista y Ia mente, un soliloquio con el pre
sente hecho eterno. Cuando se tJ·ata de artistas que tienen Ia sensibilidad de nuestro liempo, el placer y Ia delectaci6n alcan
zan un grado sumo. En Ia muestra actual de los jovenes pintores neofigurativos espaiioles de Ia Galerfa Guillermo de Osma
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el gozo es total. La diversidad sensitiva, refinada y variopinta de lo pintores que Ia componcn acentua Ia complacencia del
espectador. Es un banquete, es entrar dentro del cfrculo magico del silencio, de Ia mcditaci6n y de lo apacible a Ia vez que
una excitaci6n de los sentidos y las inquietudes del esplritu. Artistas como Angie Kaak, Chema Peralta, Juan Correa o Javier
Pagola nos proporcionan diferentes puntos de vista de lo inanimado, aislando en el espacio o en el plano de l cuadro -con
mayor· o menor nitidez, condensaci6n, pureza y estilizaci6n- los elementos mode!icos del bodeg6n. Su pu reza formal y cro
matica y Ia selecci6n de los objetos hace que cada uno nos comunique su propia manera de aproximarse altema. Carlos Car
cla-Alix, Sergio Sanz y Jose Luis Mazarfo, dcsde una tecnica a rraigada en Ia tradici6n pict6rica captan con gran me ura Ia
esencia del bodcg6n clasico. Un libro abicrto, un muiieco, una cstatua en yeso, un cangrejo o un vaso con fiores pueden estar
elevados a Ia categorfa de los signos, sin necesidad de deformaciones y sin perder el espesor rea l de su corp6rea presencia.
La lecci6n moral esta patente tambicn en las naturalezas mucrtas de Jose Maria Calzada, pintor siempre esoterico. En sus
bodegones no rcnuncia a su vocaci6n de paisajista, colocando ante Ia naturaleza o ante una arquitectura de Sainz de Oiza a
los adminfculos propios de ritos Tn iciaticos. Damian Flores, pintor madu ro, austero y ordenado, que en sus cuadros de ed ificios
ha logrado establecer una nueva emblematica, en el bodeg6n recupera el clasico sentimicnto de Ia suhlimaci6n de lo humil
de y concreto, de Ia virtudes de lo real y verdadero, de las frutas y el pan. Joel Mestre y Paco de Ia Torre, artistas en los que
prima Ia plastica ante todo, rompen esquemas o enfatizan Ia dimension y los valores tactiles y corp6reos de los objetos. Los
arbitrarios elementos geometricos o garabatos de uno o lo acentuado del cromatismo del otro son propios de artistas neo
metaffsicos o ncosurrcalistas, de pintorcs para los cuales Ia inquictud y el desasosiego se injerta en Ia yerta inmovi!idad del
bodeg6n. Belen Franco, pintora dada al simbolismo y a Ia hi perestesia, mezcla en sus cuadros a manera de un retablo las
figuras y las fo rmas sensuales de los frutos terrestres representados de una manera realista y con chillones colores. Anton io
Rojas, discrcto y amigo de depuradas formas es el pintor que, iempre obsesionado con su TariJa natal, a Ia bora de hacer
un bodeg6n no renuncia a sus paisajes marftimos, sublimados y onfricos, en los cuales el puerto y el faro son temas recu
rrentes. Siguiendo Ia angulaci6n de sus composiciones y su ca racterfstica tl~cnica de gamas frfas y tonalidades locales, traza
el mapa de Ia mesa con un libro abierto, un lapiz vertical, los boles y ceniceros vacfos. Por ultimo Dis Berlin, viajero inm6-
vi l, cosmopolita, erudito y conocedor de todos los estilos inciertos aprendidos en los t.ratados y albumes de curiosidades, con
curiosidades, con csmerada pulcritud y nitidez, empleando el virtuosismo tecnico de quien domina el arabesco psicodc li co,
extrae lo esencial del bodeg6n, elevando e l genero a una categorfa formal no exenta de ironfa.
A manera de coda expresemos aquf nuestra complacencia ante Ia resurrecci6n de un genero tan antiguo que, remozado
y flamante, renucva una parcela tan apasionante de la pintura. El bodeg6n ha tenido, y tendra siempre, Ia aceptaci6n de
aquellos amantcs del arte que, a t.ravcs de Ia representaci6n pict6rica, quieren gum·dar Ia memoria de los momentos fe!ices
e instantes privilegiados de su callado dialogo y comercio mental con Ia realidad cotid iana de su entorno mas fntimo .
•
6
UNA EXPERIENCIA PERSONAL Alvaro villacieros
Galeria El Caballo de Troya, Madrid
Alvaro Villacieros, Pedro Solo y Dis Berlin en J6vea, 1993
DESGRACIADAMENTE no estoy dotado para Ia pintw·a ni para Ia literatura, pero siento
gran aficion por am bas. La primera se ha convertido en una autentica pasion y fuen
te de energla y placer, como admirador de todas sus etapas historicas y modesto pero entu
siasta coleccionista, principalmente de arlistas esparioles jovenes.
A traves de Ia escritura intentare resumir en estas Hneas lo que me ha solicitado Gui- §: llermo, gran experto en arte y amigo, con motivo de esta exposicion.
!! El ser humano tiene en n1ayor o menor medida, desde nuestros antepasados prehis- 1
toricos una sensibilidad y predisposicion para Ia creacion artfstica por una parte, y para
Ia emocion y admiracion ante las bellas artes por otra. Es en este ultimo y multitudinario
·g .,-
1 grupo donde me encuentro. En mi caso esa sensibilidad latente que todos tenemos para 0•
1 admirar el arte fue despertada de niiio por mi abuelo paterno y mi abuela materna, y fue ~ ~
creciendo en el transcurso del tiempo a traves de mis padres y con Ia enorme amistad .g " que me unio desde Ia in fan cia con Pedro Soto, gran coleccionista prematuramente falle- 8
.!2 cido, y cuya inteligencia, cultura y talento para descubrir y apoyar a jovenes pinto res fue 5i
acicate mutuo para fortalecer ese comun afan por Ia pintura. .~ 1:
Los numerosos aiios vividos en Ia ciudad de Nueva York por motivos laborales, sirvie- d::
~ ron para abrirme a nuevos horizontes pictoricos que casi siempre tuvieron su cuna en Ia ~
vieja Europa y cuyos diferentes ciclos de alguna manera acaban siempre confluyendo. ~ ~
En Ia Espaiia de los ochenta se produjo una efervescencia creativa en numerosos artis- eli U;
tas de distintas tendencias, mucho de ellos aquf rew1idos en este fuego de bodegones, quie- .5
nes tuvieron por inspiradores mas proximos a expresionistas abstractos unos, a arlistas l conceptuales otr·os, y todos eUos a los padres de las primm·as vanguardias del siglo xx, y muy .!2
e sena1adamente a los creadores de Ia llamada "nueva figmaci6n". En Madrid y en Ia fTanja 8.
levantina principalmente, surgieron jovenes artistas que se fueron aglutinando en torno a j galerlas que continuaban Ia labor de otras de mas renombre y solera, y que apoyahan l nuevas tendencias artfsticas.
Entre las nuevas galerlas debo recordar a Ia madri
leiia El Caballo de Troya, dirigida por Monica Roig y por
el artista -descubridor de talentos, aficionado incansable
y polifacetico- Dis Berlin, con quien comparto aficion y
amistad hasta en las discrepancias. En esa galeria, hoy desaparecida, expusieron desde sus
inicios casi todos los aqui reunidos y muchos otros que no estan presentes por motivo de
espacio, de pertenencia a otra generacion ya plenamente consagrada, por compromisos
previos o sencillamente por el motivo elegido en esta ocasion en torno a las "naturalezas
muertas". Tambien deho mencionar fundamentalmente a Ia galerfa valenciana y madrileiia
My 1ame's Lolita Art del cartagenero Ramon Garcia, a Ia santanderina Siboney de Juan
Gonzalez de Riancho y a Ia soriana Arco Romano de Pepe Arense, por ser las mas proxi
mas a estos llamados "neo-metafisicos" sin olvidar a otr·as de eficaz trabajo como Buades,
Sen, Estampa, Seiquer y Columela en su dia, May More, y varias otr·as que no cito por
razones de espacio y por el temor de olvidar a alguna.
Ademas de las galerias de arte directamente relacionadas con este movimiento picto
rico -pues Ia pintura siempre ha existido y existira junto a Ia escultura, Ia fotografia y las
7
nuevas tccnologias de video y ordenadores que sirven para enriquecerl a nunca para mar
ginarla- hay que mcncionar a criticos y cruditos que han apoyado, a veces contra las corrientes
effmeras de las modas, a Ia gran tradici6n del oficio de Ia pintura porIa cua l yo siemprc
me he sentido mas atrafdo. Merece una menci6n especial pa ra mf, en este apartado, Juan
Manuel Bonet, actual director del Museo 1 acional de Arte !k ina Sofia, cuya labor cons
tante e inJatigable, y nunca excluyente de diferentes tendencias, desde sus inicios como
crftico, escritor y poeta y, tambien, como artista experimental en los 70 en el Equ ipo
Multiple Gun to a Quico Rivas}, ha sido fundamental para cl conocimiento publico de estos
y de tantos olros artistas.
Tam bien quiero destacar que son los propios pintorcs en general, los que mejor "ojo"
tienen para ver las buenas obras de sus companeros y son ellos en buena medida, los que
me han ayudado a "vcr" porque mucho de ellos me hom·an con una incera amistad.
El genero de los bodegones nace cronol6gicamente en Espana a finales del siglo xv1
con Juan Sanchez Cot;)n y aunque en ltalia y los Pa rses Bajos tambien pintaban bodcgo-
nes en esa epoca, los prim eros datados son posteriores a los de nuestro insigne fraile. Asi
mismo, el grupo de pinto res neo-metaJrsico que nos ocupa, es a mi juicio pionero del nuevo
ciclo de retorno a Ia ba e de Ia pintura figurativa, continuando Ia tradici6n de Ia gran
pintura donde Espana ha sido siernprc una potencia.
AI pedirme Guillermo de Osma que organizara esta exposici6n, habiendo tantos otros
con mas conocimiento y meritos que yo, y que escribiera sobre mi experiencia como aficio
nado, quiero agradeccrle su atrevimicnto, que ha supuesto para mf un reto y una enormc
satisfacci6n.
Termino subrayando que hay muchos a rlistas que no han podido estar en esle JUECO
DE BODECO NES, pero que los que estan son pintores de enorme calidad, cad a uno de ellos
con su personalidad artfstica y sello pict6rico y todos unidos, aunquc a lgunos nose
conozcan entre sf, por un hilo invisible que viene de tiempos remotos y que les une bajo
csa ene rgfa miste riosa y superior para Ia mayoda de los mortales, que flu ye entre los
grandes creadores.
• 8
Cubierta del cat61ogo de Ia exposici6n Canci6n de los Figures
lnauguroci6n de Ia exposici6n Canci6n de los Figuros, Reol Academia de Bellas Aries de Son Fernanda, Madrid, 3 de noviembre de 1999
ANGIE KAAK, Sin titulo [cot. num. 16)
SERGIO SANZ, Bodeg6n con escultura [cot. num. 33)
9
JOSE MANUEL CALZADA, Bodegon futuro [cat. num. 2 J
BELEN FRANCO, El huerto [ cat. num. 12 J
10
CHEMA PERALTA, Bodeg6n con hojas de roble [cot. num. 30]
JOSE LUIS MAZARIO, Bodeg6n con libro rojo y celosia [cot. num. 21 ]
11
CARLOS GARCiA-ALIX, El mono negro [cot. num. 15]
12
JUAN CORREA, Com posicion [cat. num. 3)
JOh MESTRE, Domestico [cat. num. 25)
13
DIS BERLIN, Bodeg6n de alm.as I cat. num. 51
DAMIAN FLORES LLANOS, Naturalezas I cat. num. a J
JAVIER PAGOLA, Bodeg6n con libra y frutas 1 cat. num. 26]
14
ANTONIO ROJAS, M ew I cal. num. 32)
PACO DE LA TORRE, Vi vires morir I cal. num. 35)
15
CAT A LOGO DE OBRAS
JOSE MANUEL CALZADA
1. Vertical y bosque Tinto y 61eo sobre lienzo Firmodo, fechodo y titulodo al dorsa "1991"; 50 x 70 em
2. Bodeg6n futuro Tknico mixta sobre lienzo Firmodo y fochodo "2001"; 61 x 50 em
llustracion p. 1 0
JUAN CORREA
3. Composici6n 61oo sobro lionzo
•
Firmodo y fechodo ol dorsa "2000"; 50 x 100 em llustracion p. 13
4. Composici6n 61oo sobre lienzo Firmodo y fechodool dorsa "2001"; 100 x 80 em
• DIS BERLIN
5 . Bodeg6n de almas 61oo •obro lienzo Firmodo y fechodo "2000"; 80 x 64 em
llustracion p. 14
6 . Maternidad 61oo sobro lionzo Firmodo y fochado "2001"; 50 x 50 em
1. Frontera 61eo sobro lionzo Firmodo y fechodo "2001"; 24 x 55,5 em
• DAMIAN FLORES LLANOS
8 . aturalezas 61oo sobro lienzo Firmodo y fechodo "2001"; 20 x 80 em
llustracion p. 14
9 . Cebolletas 61oo sobro madera Firmodo, fechodo y titulodo ol dorsa "2001"; 20 x 30 em
10. Dos en let playa 61eo sabre modero Firmodo y fechodo "2001"; 30 x 20 em
11. Dos naturalezas 61oo sabre madera Firmodo y fechodo "2001"; 0 30 em
BEL~N FRANCO
12. El h uerto 61oo sobrelienzo
•
Firmodo y fechodo ol dorsa "1996-1997"; 120x94em
llustracion p. 1 0
CARLOS GARCIA·ALIX
13. Adios a las armas 61oo sobre lienzo Finmodo y fechodo "2001"; 47 x 21 em
14. Las horas vanidosas 61oo sobre lienzo Finmodoy fechodo "2001"; 55 x 46 em
15. El mono negro 61oo sobre lienzo Finmodo y fechodo "2001"; 38 x 55,5 em
llustraeion p. 12
ANGIE KAAK
16. Sin tftulo 61oo sobre lienzo
•
Firmodo; firmodo y fochodo ol dorsa "1999"; 38x61 em
llustraciOn p. 9
11. Tres condws 6loo sobro lienzo Firmodo; firmodo, fechodo y fitulodo ol dorsa "1996"; 92 x 73 em
18. Sin titulo 61oo sobre lienzo Firmodo; firmodo y fechodo ol dorsa "2000"; 51x100em
19. Champitiones 61oo sabre lienzo Firmado; firmodo, fechodo y titulodo ol dorsa "1999"; 81 x 100 em
• JOS~ LUIS MAZARIO
20. Hortensias secas en Candarilla 61oo sobre toblo Finmodo y fechodo "1998"; 20 x 20 em
21. Bodeg6n con libra rojo y celosia 61oo sobre toblo Firmodo y fechodo "13 de morza de 1999"; finmodo, fechodo y fitulodo ol dorsa; 39 x 40 em
llustracion p. 11
22. i nterior con jarr6n rosa 61oo sobre tabla Firmodo y fechodo "Marzo 2001"; finmodo, fechodo y titulodo ol dorsa; 40 x 40 em
• JOh MESTRE
23. Fruta del ti.empo Pigmento y 16tex sobre lienzo Firmodo, fechado y titulodo ol dorsa "1997"; 6 1 x 116em
24. De una yema y una Jlecha Pigmento y l6tex sobrolionzo Firmodo, fechodo y titulodo ol dorsa "2001"; 65x 116em
25. Dornestico Pigmento y 16tex sobre lienzo Firmodo, fechodo y titulodo ol dorsa "2001"; 66x116cm
llustraeiOn p. 13
JAVIER PAGOLA
26. Bodeg6n con libra y frutas Acrllico sobre lienzo Finmodo y fechodo ol dorsa "2001"; 33 x 41 ,5 em
llustraciOn p. 14
21. Bocleg6n con vaso T8cnico mixto sobre madera Firmodo y fechodool dorsa "2001"; 29 x 38,5 em
28. Vanitas Acrmco sobre lienzo Firmado y fechodo ol dorsa "2000"; 18 x 38 em
29. Bocleg6n Tecnico mista sobre tabla Firmodo; 24,5 x 33,5 em
• CHEMA PERALTA
30. Bodeg6n con hojas de roble A<n1ico sobro lionzo Titulodo y fechodo en el bo•tidor "2001"; 90x90em
llustracic>n p. 11
31. Bodeg6n A<r~ico sobre lienzo Finmodo; 65 x 65 em
• ANTONIO ROJAS
32.Mesa 61eo sobro popel Firmodo; 100 x 140 em
llustracion p. 15
• SERGIO SANZ
33. Bodeg6n con escultura 61oo sobre lienzo Finmodo; 50 x 65 em
llustraeion p. 9
• PACO DE LA TORRE
34. La victoria s tt ruina 61oo sobro lienzo Firmodo, fechodo y titulodo ol dorsa "001"; 81x 100em
35. Vivir es morir 61eo sobro lienzo Firmado, fechado y titulodo ol dorsa "001"; 81 x 100em
llustracion p. 15
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DEL 19 DE J UNIO AL 2 1 DE JULIO DE 200l
• Guiller111o de Ostna GALE R fA
' C LA U DIO COE LLO , 4 , 1° I ZQ.
28001 MADRID
HORARJOS: MANANAS DE 10 A 2; TA.RDES DE 4,30 A 8,30; SABADOS, DE 12 A 2. TEL.: 91 435 59 36 • FAX: 91 431 31 75 • [email protected]