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Antecedentes histricos de la Reforma:SaenzLLorca
Races religiosas:Decadendecia religiosa51451 ss
Debilitamiento de la autoridad pontificia (aburguesamiento)52
Alto clero simoniaco53451
Clero inferior: mal formado, corrupto, pobre55452
Abadas y monasterios ricos aburguesados56452
Religiosos girvagos, exaltados (fraticelli)57
Misticismo germnico medieval Eckarth, Tauler (prescinde de mediacin)58
Sentimiento generalizado de congoja y pavor
Elemento demonaco
Races TeolgicasDecadencia escolstica64
Nominalismo64
Conciliarismo65
Sola Scriptura65
Latn brbaro frente a humanismo. Discusin entre escuelas67
Races socio polticasGuerra de los 100 aos. Nacionalismo dialctico68
Papas en Avigon69452
Progresiva decadencia del Sacro Imperio.
Alemania fraccionada
Caballeros (mercenarios)
Ciudades. Prosperando
Campo. Miseria72-73
Races culturales. Humanismo moderno alemn 77453
Nacionalismo germnico. Sentimiento antirromano82
Rebelin doctrinalCombate la distincin entre laicado y sacerdocio
Interpretacin subjetiva de la Biblia, nica norma de Fe
Subordina Magisterio supremo del romano pontfice a concilio ecumnico.89
Personalidad de Lutero92
2.La doctrina
de la justificacin en cuanto
problema ecumnico
13.En el siglo XVI, las divergencias en cuanto a la interpretacin y aplicaci n del mensaje bblico de la justificacin no slo fueron la causa principal de la divisin de la Iglesia occidental; tambin dieron lugar a las condenas doctrinales. Por lo tanto, una interpretacin comn de la justificacin es indispensable para acabar con esa divisin. Mediante el enfoque apropiado de estudios bblicos recientes y recurriendo a mtodos modernos de investigacin sobre la historia de la teologa y los dogmas, el dilogo ecumnico entablado despus del concilio Vaticano II ha permitido llegar a una convergencia notable con respecto a la justificacin, cuyo fruto es la presente Declaracin conjunta, que recoge el consenso sobre los planteamientos bsicos de la doctrina de la justificacin. A la luz de dicho consenso, las respectivas condenas doctrinales del siglo XVI ya no se aplican a los interlocutores de nuestros das.
Luego prosigue la declaracin con una
42.Ello no quita seriedad alguna a
las condenas relativas a la doctrina de la
justificacin. Algunas distaban de ser
simples futilidades y siguen siendo para
nosotros advertencias saludables a las
cuales debemos atender en nuestro magisterio
y prctica21