Click here to load reader
Upload
palaciosvictor
View
46
Download
1
Embed Size (px)
DESCRIPTION
Esta conferencia estuvo centrada en la necesidad de abordar y reflexionar sobre tensiones que se producen entre docentes y estudiantes debido a la incorporación de las nuevas tecnologías.
Citation preview
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
1
XXIV CONGRESO INTERNACIONAL Y ENCUENTRO NACIONAL DE SUPERVISORES DOCENTES
OCTUBRE 2012
SUBJETIVIDADES EN CONFLICTO: LA MEDIATIZACIÓN DE LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS EN LAS PRÁCTICAS DE
ENSEÑANZA.
Esp. Lic. Miriam Kap [email protected]
DISERTANTE
Miriam Kap es Licenciada en Ciencias de la Educación (UBA). Especialista en
Ciencias Sociales y Humanidades con Orientación en Comunicación (UNQUI).
Diplomada en Estudios Superiores en Educación y Nuevas Tecnologías y en
Constructivismo y Educación (FLACSO).
Docente de Tecnología Educativa, Didáctica, Educación a Distancia y Comunicación
en el nivel superior universitario (UNMDP) y no universitario (ISFD). Participa en
Proyectos de Investigación dependientes de la Universidad Nacional de Mar del
Plata. Posee numerosas publicaciones en revistas académicas, actas de congresos y
espacios de divulgación.
Asesora pedagógica y especialista en diseño y seguimiento de planes de formación
y capacitación, tanto para educación presencial como a distancia, en organizaciones
gubernamentales y no gubernamentales, públicas y privadas. Fue Gerente Nacional
de Formación y Capacitación del INTA y Coordinadora del Profesorado para
Técnicos Profesionales dependiente del Ministerio de Educación y el INET.
Actualmente se desempeña como Secretaria Académica de la Universidad de Mar
del Plata.
SUBJETIVIDADES EN CONFLICTO: LA MEDIATIZACIÓN DE LAS NUEVAS
TECNOLOGÍAS EN LAS PRÁCTICAS DE ENSEÑANZA.
Buenos días. Quiero agradecer la invitación a los organizadores y la recepción que
me dieron, esta mañana, tan cálidamente.
Para comenzar desearía rescatar el rol del supervisor como formador, pedagogo,
maestro. Y, desde ese espacio, voy a encarar esta presentación. ¿Por qué? Porque
el propio supervisor es mediador, un mediador pedagógico que interviene –de modo
directo o indirecto- en el conflicto de subjetividades que atraviesan a los docentes,
los alumnos, particularmente en lo que tiene que ver con la incorporación de las
nuevas tecnologías.
Para comenzar vale la pena señalar que una de las cuestiones que aparecen
fuertemente marcadas en el discurso del docente es la dificultad y la distancia que
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
2
tienen para acercarse y manejar las nuevas tecnologías de la información y la
comunicación en una interacción efectiva con las actividades que desarrollan sus
alumnos. Al prestar atención a aquello que nos dicen los profesores, los maestros,
se vislumbra, en la mayoría de las entrevistas realizadas, un dolor personal, una
tensión interna que los lleva a tomar decisiones, en relación al uso de las nuevas
tecnologías en las prácticas de enseñanza, alejadas de la intencionalidad
pedagógica.
De este modo, la inquietud inicial del trabajo, centrada originalmente en el impacto
de las nuevas tecnologías en las prácticas de enseñanza, fue derivando hacia la
pregunta ¿qué le pasa al docente en estas circunstancias? ¿Cómo se siente frente a
la necesidad de incorporar nuevos entornos tecnológicos, ya sea por planes que
impulsan mayor conectividad o porque se presentan a través de iniciativas de sus
propios estudiantes? ¿De qué factores depende su acogida, o no, en el aula o en las
estrategias de enseñanza? ¿Es, acaso, una cuestión del lugar del saber –y por lo
tanto del poder- lo que se pone en juego con su incorporación? ¿Es la historia de la
formación docente, del maestro normal, la que pone en tela de juicio y obstaculiza
su utilización? ¿Se trata, entonces, de un aspecto que vincula la admisión de las
nuevas tecnologías con la formación docente, con la formación en los profesorados?
Y, finalmente, en aquellos casos que se incorporan al discurso y a las prácticas en el
aula, ¿de qué modo irrumpen las nuevas tecnologías? ¿Son una incorporación
pensada para potenciar los aprendizajes y la construcción del conocimiento?
¿Favorecen buenas prácticas de enseñanza que promuevan aprendizajes
verdaderamente significativos y que consideren, acepten y estimulen estilos de
aprendizaje divergentes?
Como verán, son muchas y diversas las preguntas que se despliegan alrededor del
desafío de la inclusión de las nuevas tecnologías en el aula. Por lo tanto, no es
posible esperar respuestas únicas para todos los contextos y situaciones y,
seguramente, será un trabajo en red, un trabajo colaborativo, lo que nos conduzca
hacia espacios donde podamos construir conocimiento significativo alrededor de la
pregunta sobre las nuevas tecnologías.
Gilles Ferry, pedagogo francés dice que “Reflexionar es al mismo tiempo reflejar y
tratar de comprender. Sólo hay formación cuando uno puede tener un tiempo y un
espacio para el trabajo sobre sí mismo”. Yo creo que estas instancias, estos
encuentros, y estos congresos, permiten esos momentos de reflexión y de
metacognición, donde podemos detenernos a pensar, hacer un impasse, recapitular
y abordar la comprensión sobre las prácticas pedagógicas, tanto en el aula, como
en el rol que están ocupando hoy como supervisores.
Les propongo un recorrido que empieza con la idea de la Escuela enmarcada en las
premisas del proyecto moderno y que nos conduce hacia los nuevos desafíos e
interrogantes que implican los ambientes de mayor disposición tecnológica en las
aulas.
El interés de esta conferencia está centrado en la reflexión y la articulación entre
las subjetividades que tradicionalmente formaba la escuela y la que los docentes
esperan y aquellas otras que entran en juego, que juegan con los nuevos modos de
conocer de los jóvenes y de estar en las instituciones educativas.
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
3
En esta tensión, que provoca tanto en los docentes como en los estudiantes, existe
un mundo de posibilidades que abre la tecnología, la convergencia tecnológica, que
no se instala sino que está presente dentro de las aulas en las formas más
diversas. Emerge, a través del discurso, un dispositivo novedoso (en el sentido que
da Agamben al término “dispositivo”) que interactúa con los mecanismos de
constitución de la identidad individual, que le da forma al individuo y delinea su
subjetividad. Podemos reconocer, allí, una serie de construcciones recíprocas que se
dan en el marco de aspectos que hacen a la trama de intersubjetividad que se
funda en la relación entre el estudiante y el docente.
Consideramos que, en cualquier caso, las nuevas tecnologías se configuran como
mediadoras en los procesos de enseñanza y de aprendizaje y crean posibilidades.
La escuela de hoy es distinta de aquella que imaginamos o para la que fuimos
formados, concebida como un único medio para universalizar saberes morales y
científicos; la escuela de hoy –y esto muestra su carácter histórico– se encuentra
interpelada, en duda, conmovida.
Al momento de reflexionar sobre las tecnologías como mediadora, es inevitable que
se haga presente una gran movilización de sentimientos y se cuestione la
indiscutible jerarquía de saberes. En cualquiera de los ámbitos en donde ustedes
estén interactuando, seguramente van a confrontarse con el conflicto que aportan
las nuevas tecnologías a las subjetividades docentes y con esa –supuesta- oposición
discursiva con la institución educativa.
Octavio Paz dice que la cultura comienza con el lenguaje, y el lenguaje es,
esencialmente, traducción. Aprender a hablar, afirma Paz, “es aprender a traducir;
cuando el niño pregunta a su madre por el significado de esta o aquella palabra, lo
que realmente pide es que traduzca a su lenguaje el término desconocido”. Sin
embargo, traducir no sólo es trasladar, no es sólo llevar de un lado a otro, como
trasvasar, es transmutar, transformar. En la medida en que esta trasmutación
cambia al traductor y abre un nuevo mundo a quien comunica, también cambia lo
que traduce.
Interesante giro. No hay un saber único, verdadero, universal. Esto implica poner
en jaque la verdad positivista, la transmisión lineal, la necesidad de que el docente
sea el portador de los conocimientos socialmente significativos y los modos
apropiados de la transmisión de ese conocimiento. El rey está en problemas. El
tablero de ajedrez del aula tiembla y las nuevas tecnologías aparecen poniendo en
duda lo dado, lo que la escuela de la modernidad nos instó a creer. Ya no pertenece
al docente el monopolio del saber. Asumiéndonos como eternos traductores,
transmutadores de los conocimientos que queremos enseñar, debemos dar lugar a
los nuevos modos de conocer, de percibir, a las nuevas sensibilidades. Hay que
tomar el riesgo.
Estas nuevas tecnologías son también producciones individuales, colectivas e
institucionales, tal como afirma Félix Guattari respecto de la subjetividad. Las
subjetividades de docentes y estudiantes están, por lo tanto, en permanente
construcción, mutación, cambio.
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
4
El supervisor también se convierte, como decíamos al inicio, en un mediador de los
distintos saberes, en un mediador de ciertas legitimidades, en un acompañador, un
asesor, en un anclaje pedagógico para ese docente.
Edith Litwin, retomando el concepto de residuo cognitivo, lo definía como ese resto
que queda como consecuencia de operar con tecnologías, que impacta en las
formas de actuar y construir conocimiento. A mí me gusta, también, pensarlo como
una sorpresa, como una habilidad, una nueva estrategia, un modo de resolver un
problema que irrumpe. Un saber que no se sabe, un saber que tenemos y que no
está totalmente explicitado, pero que –sin dudas- viene de sucesivas interacciones
cognitivas, que da cuenta de la plasticidad del ser humano para aprender y para
transferir lo aprendido a nuevas y más diversas situaciones.
Esto se traduce en la posibilidad de manejar tecnologías cada vez más complejas,
con cada vez mayor facilidad. Veamos un par de ejemplos:
Un alumno, en una clase en la que debatíamos sobre las nuevas tecnologías, me
decía: “Cuando yo empecé a estudiar música, me compre algo que se llama MIDI
(MIDI: son las siglas de Musical Instrument Digital Interface) y era dificilísimo, era
terriblemente difícil manejarlo, y tenía tres perillas nada más. Con el paso del
tiempo los MIDIS se trasformaron en aparatos gigantes con un montón de perillas,
sin embargo me resulto mucho más fácil manejarlo, porque entendía la lógica,
porque estaba comprendiendo cuál era el sentido de cada una de esas
herramientas, instrumentos, o tecnologías”.
Algo aquí nos ilumina y es la posibilidad de cambiar, de seguir aprendiendo a lo
largo de la vida, de utilizar viejos conocimientos en situaciones nuevas. En este
sentido, nosotros atravesamos permanente e imperceptiblemente por procesos de
cambio, y sería raro que quedásemos cristalizados, igual a nosotros mismos,
inmutables o reactivos, sin que nos involucren los acontecimientos sociales o
culturales en los que estamos inmersos.
Es cierto que muchos docentes incorporan en sus prácticas modelos aprendidos en
otra escuela, en otros contextos, poniendo en circulación habilidades aprendidas y
desarrolladas en la práctica. Sin embargo, parte del sentido de la enseñanza está
ligado a brindar las posibilidades necesarias para que el otro aprenda. Por lo tanto,
se trata de ser creativos con la disciplina que estamos enseñando, para encontrar
los caminos, las encrucijadas o los atajos apropiados para que nuestros alumnos
comprendan ese conocimiento, que lo tornen significativo y que –además- puedan
transferirlo a situaciones de su vida cotidiana y no quede reducido a un contenido
académico.
Aún una clase magistral o meramente expositiva puede transformarse en una clase
dinámica, que despierta inquietudes, una clase que apela e interpela a nuestros
alumnos, aunque se encuentren en la posición de aquellos que escuchan –
aparentemente- en una actitud pasiva y puede generar preguntas interesantes,
significativas y con posibilidad de usar activamente lo aprendido.
Entonces, corresponde que nos preguntemos para qué y por qué utilizar las nuevas
tecnologías en el aula, como recurso didáctico, como innovación. Y, en este sentido,
revisar el modo en que las nuevas tecnologías nos van a permitir acercarnos a
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
5
nuestros propios alumnos, a sus discursos, a sus conocimientos y a sus
sensibilidades.
Walter Benjamin, introduce una categoría que denominará sensorium y hace
referencia a las sucesivas transformaciones en los modos de percibir el mundo, de
sentirlo, que se construyen a lo largo de la historia, producto de mediaciones
tecnológicas, y que expresan, sin dudas, un modo particular de atravesar y ampliar
la experiencia de la vida cotidiana.
Desde ese concepto, pienso, nos convertimos en entramados corporales, donde –
producto de estas nuevas tecnologías- cambia radicalmente la noción del tiempo y
el espacio, acercando objetos distantes, haciendo presente acciones del pasado,
cortando con la linealidad.
Estamos enhebrados por la música, el arte, los olores, las palabras, los colores, los
sonidos, las pantallas táctiles, las tres dimensiones, los teclados, el Mouse, las
ventanas simultáneamente abiertas, los links y los hipertextos. Los sentidos están
expuestos más de lo que hubiésemos imaginado y como adultos nos sentimos
extraños, extranjeros.
Así como para Benjamin la fotografía y el cine transforman los modos de concebir el
mundo, modifican las prácticas sociales gracias a su potencial de reproductibilidad -
desconocido hasta ese momento- es también, como estas nuevas tecnologías, las
del siglo XXI, cambian los modos de percibir el mundo, las posibilidades de
memorizarlo, de dialogar con lo distante, de obtener información lejana con
inmediatez, de archivar, guardar y buscar inmensas cantidades de información, de
editar, fotoshopear, realizar simulaciones y tornar real lo virtual.
Las sensibilidades, de los jóvenes y los adultos, cambian. Los sentidos frente a los
acontecimientos, frente al concepto del tiempo, del espacio se reestructuran. Es
difícil saber cuál es el impacto, el rumbo que están tomando. Lo cierto es que algo
está en movimiento, que estas nuevas tecnologías producen marcas y giros en los
modos de ver, sentir y percibir el mundo.
Hoy las tecnologías están en el aula, y mucho más a través de la implementación
de planes nacionales con los que se contribuye a generan ambientes de alta
disponibilidad tecnológica. En este escenario, nuestro anclaje como adultos debe
ser resignificado.
Les voy a relatar una pequeña escena real, algo que sucedió hace muy poquito en
un aula del secundario. Y abro aquí la pregunta: ¿qué hacemos si, como docentes o
supervisores, nos sucede un acontecimiento como éste?:
La profesora de Historia está dando clases en un 3er año y dice:
“Busquen información sobre la Edad Media”. De repente, ve que una
alumna que manipula su celular. La profesora, con voz firme, le dice
“¿Qué hace usando el celular?”. Inmediatamente la alumna contesta
“¿No dijo que busquemos información sobre la Edad Media?”
Entonces, ¿que se hace en ese caso? Porque, en realidad, lo apasionante es que
ellas saben dónde buscar la respuesta. Lo que me genera inquietud, en el marco de
esta conferencia, es esa posibilidad de los jóvenes de buscar allí donde antes no
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
6
hubiésemos imaginado, utilizar un recurso de la vida cotidiana para obtener
conocimiento y esa tensión que nos provoca a los adultos de no saber qué hacer.
Se reavivan las inquietudes: ¿qué hacemos, qué podemos hacer, inventar, crear,
imaginar, nosotros como docentes?, ¿cómo redefinimos nuestra relación, con estos
alumnos, que buscan -a través de otros medios- nuevas maneras de acceder al
conocimiento? ¿Cómo se reinventa la autoridad pedagógica? ¿Cómo intervenimos
en ese momento cuando la chica que tenía el celular dijo
“Igual, no me pude conectar. ¿Qué hago?”
Tanto la pregunta como la respuesta quedan en suspenso, pero esta escena –que
pasó hace un par de semanas en una escuela de Mar del Plata- se repite en muchos
colegios.
Si siguiéramos con el caso y, ahora sí, de modo hipotético, cabría preguntarnos de
qué manera incorporar esas tecnologías para que lo que suceda allí no sea un mero
cortar y pegar de datos sino un espacio generador de conocimiento.
Se comienzan a poner en juego, entonces, otros aspectos relacionados con
cuestiones tanto éticas como epistemológicas, y retomamos esta idea de que la
tecnología no es una cosa externa al sujeto (docente o estudiante), sino que lo
constituye y constituye sus relaciones y vínculos, siempre en conflicto.
Las subjetividades presentes en el aula -pero también los actores y las instituciones
que inciden en ella: los supervisores, directores e incluso las políticas educativas-
despliegan una relación de fuerza donde se negocian modos de ver el mundo,
atribución, sentidos, banalización de situaciones o profundización de ciertos
aspectos que hacen al rumbo que queremos darle a la educación; intentando
vencer las resistencias que se hacen presentes y tornar verdaderamente
interesante la experiencia pedagógica.
Me parece también importante señalar que el rol que están ocupando ahora como
supervisores es un lugar bisagra, un vínculo, un enlace de mucha responsabilidad.
Las relaciones presentes en las instituciones siempre son complejas, intrincadas y,
muchas veces, ininteligibles. Los vínculos del supervisión con el director, del
director con el equipo de profesores, con los padres y, finalmente, la relación de los
profesores con los adolescentes en la clase, son conflictivas, por las características,
intereses y asimetrías de cada uno de los roles de los participantes del hecho
pedagógico.
En este escenario es menester encontrar códigos comunes, lugares en común que
nos permitan producir, crear, ingeniar, armar nuevos proyectos. La sociedad es
conflictiva, florecen antagonismos, discrepancias o desacuerdos y tensiones, pero
esto implica que hay posibilidad de seguir pensando.
Me gustaría retomar aquí una frase de Margaret Mead, antropóloga cultural
norteamericana, quien en 1970 escribió “(Los jóvenes) ven que sus mayores están
utilizando medios que son inapropiados, que su desempeño es pobre, y el resultado
muy incierto. Los jóvenes no saben qué debe hacerse, pero sienten que debe haber
una forma de hacerlo mejor”. Este análisis, que vale la pena considerar porque en
los ’70 eran los actuales docentes o supervisores los jóvenes que ponían en
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
7
cuestión a los mayores, reedita el asunto acerca de la distancia percibida entre los
jóvenes y los adultos, entre los docentes y los estudiantes.
Sin embargo, el rol todo lo cambia y, vueltos profesores, maestros o supervisores,
muchas veces, nos cuesta comprender e incluso aceptar los saberes de nuestros
estudiantes. En este sentido, cada vez que entramos al aula es necesario seguir
discerniendo sobre la pertinencia de lo que estamos enseñando, ¿es oportuno que
yo enseñe esto en esta comunidad en particular, es acertada la estrategia y los
medios que utilizo o debería hacerlo de otra manera y con otros medios?
Hoy nos encontramos con una sociedad distinta y tenemos que pensar otra escuela;
un contexto nuevo que demanda posicionamientos teóricos alternativos y proyectos
innovadores. Es ineludible repensar las prácticas que ocurren dentro de la escuela;
revisar una y otra vez su sentido para entender que sigue teniendo legitimidad,
pero hay que imaginarla, inventarla nuevamente.
Lo que anhelamos como docentes o maestros es que nuestros jóvenes puedan
formarse como ciudadanos activos, participativos, críticos, democráticos, que
puedan pensar y construir en una mejor sociedad, pensar formas de vivir juntos
más igualitarias, más equitativas, más justas.
Consignas como “Busquen en internet” nos ponen en situación análoga a la de
emprender un viaje con rumbo incierto, sin mapa y, eventualmente, sin destino. La
utilización de las nuevas tecnologías va de la mano con el compromiso del docente
de guiar, anclar, cuestionar, validar, tender puentes entre distintos contenidos y –
finalmente- generar tensiones cognitivas sobre el conocimiento a construir con los
estudiantes. El desafío que nos espera es ir incorporándolas paulatinamente en los
diseños que ya tenemos, en los debates que fuimos imaginando para ese aula.
Son muchas las alternativas con el uso de las nuevas tecnologías, pero también sin
ellas. Sin embargo, sus propios alumnos las utilizan con familiaridad y recurren a
ellas para solucionar problemas de modos que nunca hubiésemos imaginado.
Nuestros alumnos “googlean”, “chatean”, “twittean” y encuentran rápidamente la
información que les pedimos, la imprimen, la copian, la pegan y aprovechan las
múltiples oportunidades que les ofrece la tecnología.
¿Esto tiene un proceso reflexivo? Sí, lo tiene. ¿Es el que esperaba el profesor? No lo
sabemos. ¿Ven esta diferencia? El niño, el joven, incluso el adulto que hace esta
búsqueda, despliega una gran diversidad de estrategias y estilos cognitivos. Sin
embargo, hay que preguntarse si realmente estamos dispuestos a generar con
nuestras prácticas docentes curiosidad, sensibilidad para que los estudiantes
aprendan a buscar fuentes en diversos lugares, para que se animen a poner en
crisis conocimientos universales y establecidos, para que comparen distintos puntos
de vista y para que desarrollen un criterio de validación de la información y de la
realidad autónomo en independiente, sin sentir por ello que nuestra autoridad
pedagógica está cuestionada.
La ciencia y la tecnología se diversifican y multiplican a nuestro alrededor, cada vez
son más notorias las huellas que estos avances dejan en nuestro lenguaje, en
nuestros modos de percibir, actuar o creer. Las nuevas tecnologías también nos
brindan inspiración para abordar de manera novedosa los campos de conocimiento.
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
8
La escritura (una tecnología fuertemente naturalizada en el aula) también fue
resistida durante mucho tiempo. La escritura para Sócrates, por ejemplo, era algo
cuestionable. En un bellísimo dialogo que Platón desarrolla en su Fedro, Sócrates va
a decir que la escritura es algo que va a dar apariencia de sabiduría y no aporta
verdad, casi textualmente dice que “Ella [la escritura] únicamente producirá el
olvido en quienes la conozcan, haciéndoles desatender la memoria; confiados en
esta asistencia extraña, abandonarán a caracteres materiales el cuidado de
conservar los recuerdos”
El argumento Socrático en contra de la escritura se fundaba en la creencia que ese
registro iba a producir gente que no pensaba, que perdería la capacidad de
memorizar algunas cuestiones elementales y la capacidad de reflexionar. Sin
embargo, para nosotros, el hecho, el hito tecnológico de la escritura y, luego, de la
imprenta, hacen que podamos dedicar parte de nuestro tiempo a resolver
problemas más complejos y no intentar memorizar todo el conocimiento.
Este es un punto importante, porque en cierto sentido es necesario vencer el temor,
vencer la resistencia de cambiar de paradigmas y tradiciones, de la oralidad a la
escritura, del papiro al libro, del libro a las nuevas tecnologías. Lo interesante es
que a medida que se incorporan mayores tecnologías, las anteriores no se olvidan,
no se desplazan o abandonan a sus suerte, sino que se resignifican. Una tecnología
se construye imbricándose con la otra, no montándose sobre la otra ni
conquistándola. Una tecnología produce sincretismo con la otra y genera nuevos
espacios de conocimiento y de inteligencia compartida y nos permite reconocer
otras prácticas e inspirarnos en nuevos modos de abordar los campos de
conocimiento.
El problema central es que el territorio de las nuevas tecnologías no se convierta en
un lugar de otros, para otros, hostil, inhóspito e inasible. El camino de repensar
nuestras prácticas de enseñanza para mejorarlas, de imaginar innovaciones para
facilitar los aprendizajes, nos conduce –inevitablemente- a visitar y habitar sin
temor, críticamente, los nuevos modos de comunicación que se instalan en nuestros
discursos y acciones.
Hay que promover redes de credibilidad distribuida, reconocer interlocutores,
instituciones, páginas web, a través de un examen minucioso y la formulación de
preguntas sobre lo que se encuentra, pero también sobre lo que no se encuentra,
cuestionándose sobre presencias y ausencias; efectuando comparaciones y
formándose opiniones sobre la verosimilitud de la información que allí circula; sin
limitarse a lo que descubre de modo casual o contingente, intentando penetrar más
allá de lo explícito o aparente.
Las nuevas tecnologías rompen con las relaciones jerárquicas tradicionales, alteran
la comunicación y el lenguaje. Hoy no sabemos exactamente de qué manera
inciden o impactan, pero las investigaciones en curso sobre procesos cognitivos nos
permiten vislumbrar y generar hipótesis de trabajo. En algunos –no muchos- años
vamos a poder reconocer con cierto grado de rigurosidad cuál fue el impacto de las
nuevas tecnologías en las cogniciones de nuestros alumnos y en nosotros mismos.
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
9
Podemos usar el celular para mandar un mensaje con información relevante o,
también, para copiarnos en un parcial; podemos usar un blog para poner nuestras
fotos, o para generar una situación didáctica de intercambio con nuestros alumnos
o con colegas; podemos utilizar el fotolog para mostrar un experimento que hicimos
en el colegio, o lo podemos utilizar, simplemente, para contar como fueron nuestras
vacaciones.
Las nuevas tecnologías no son neutras, son políticas, están cargadas de ideología y
valores; son omnipresentes, vertiginosas, irreversibles, en permanente cambio. Lo
esencial es tomar distancia, mirar en perspectiva, saber cómo, con que fines, y
quiénes las usan. El modo en que nosotros las utilicemos y las resignifiquemos en
nuestras prácticas de enseñanza va a hacer que obstaculicemos los aprendizajes o
que los provoquemos; por eso, es parte de la trama institucional promover su
incorporación crítica, abriendo debates y espacios para la discusión
En ambientes de alta disponibilidad tecnológica, hay que aguzar mucho más la
imaginación y tratar de comprender cuáles son las posibilidades, las oportunidades
que nos brindan, para poder utilizarlas de manera genuina y que promueva buenas
prácticas de enseñanza.
Ahora, para provocar aprendizajes, ¿no hay que comprender también otros
códigos? Para entender qué es lo que les está pasando a nuestros jóvenes, que es
lo que nos están queriendo decir con su cuerpo, con sus tatuajes, con sus piercings,
con sus modos. Tenemos que generar, nuevamente, intereses en común,
entusiasmo, hilos discursivos que nos mantengan en contacto, más allá de las
nuevas tecnologías, pero incorporándolas, porque este acompañamiento, esta
apertura constituye un modo de comprender qué está diciendo el otro.
El docente y las instituciones educativas, como decíamos al inicio, ya no son los
únicos portadores del saber. Esa escuela que, históricamente, se constituyó como
un claustro cerrado del conocimiento, hoy se ve atravesada por nuevos discursos y
por las posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías. El docente, en este
escenario, es otro y debe conseguir posicionarse y narrarse nuevamente; debe
recrearse, reinventarse, renacer, para seguir ocupando el lugar de la transmisión
que le es propio, una transmisión que –sin lugar a dudas- es otra de la que él
mismo imaginaba. Este reposicionamiento, esta imagen distorsionada que le
devuelve el espejo y sus propios alumnos, nos invitan a construir un nuevo relato,
una nueva forma de llamarse, de interactuar, de reconocerse en la comunidad de
pares.
Por ello, necesitamos volver a revisar nuestras prácticas, dejar de hacerlas de modo
rutinario o repetitivo, revisar los papeles amarilleados por el tiempo y preguntarnos
si podemos imaginar una nueva situación de enseñanza, porque hay distintos
estilos de clases, de docentes, distintos estilos de alumnos y contextos, y cada año,
cada grupo puede sorprendernos con preguntas nuevas, con nuevas y genuinas
intervenciones que nos deberían llevar a reconfigurar nuestras estrategias y
prácticas de enseñanza. Debemos preguntarnos si realmente aquello que
enseñamos vale la pena de ser enseñado, es decir, ¿si tiene sentido enseñar esto en
este contexto, en esta ciudad, en esta clase? ¿Es moralmente, éticamente correcto?
Y animarnos a revisar el aspecto epistemológico que está relacionado con el
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
10
conocimiento disciplinar: ¿Esto que yo estoy enseñando, sigue aún vigente? Esas
son parte de las preguntas que nosotros tenemos que hacernos.
Cuando hablamos de instituciones educativas, de docentes y de alumnos, estamos
hablando de situaciones muy diversas; por lo tanto, la subjetividad reaparece aquí
como eje de reflexión. El sujeto, en la institución, debe volver a narrarse y
construirse en relación a los otros, convertidos, tal como afirmará Julia Kristeva “en
un sujeto cambiante, puesto a prueba, en constante movimiento, en una
permanente travesía, que lo constituye”.
La subjetividad, entonces, no se constituye por medio de una verdad que le da un
estatuto conceptual o discursivo, sino por medio de ciertas prácticas que dan
legitimidad procedimental y tradicional a una serie de maneras de obrar y de
relacionarnos.
Los docentes pueden tomar caminos alternativos: pueden seguir haciendo lo que
hacían, repetirse a sí mismos como una letanía, sin preguntarse: ¿Por qué, en qué
casos, en qué circunstancias, para quién?, o pueden intentar reescribir el mapa del
entramado desde donde se entrelazan y construyen los climas, el tempo, la
posibilidad de ser críticos de sus propias prácticas.
Una institución educativa, parafraseando a Deleuze y Guattari en sus Mil Mesetas
está hecha de materias diversamente formadas, de fechas y de velocidades muy
diferentes. Hay en ella “líneas de articulación o de segmentaridad, estratos,
territorialidades”; pero también prácticas y discursos para acompañar los
constantes desafíos que le propone garantizar la igualdad de oportunidades de
acceso al conocimiento, incorporar las nuevas tecnologías, respetar los múltiples
estilos cognitivos e integrar las distintas culturas.
Pensar en los atravesamientos subjetivos de las nuevas tecnologías, en los nuevos
entornos de aprendizaje, en un nuevo –renovado- docente en diálogo con un
alumno por descubrir, implica pensar en los vínculos que las instituciones
educativas y la comunidad pueden tender entre sí, mestizándose, cruzando
intereses y saberes, trazando diagonales de encuentros que oscilen entre la
exterioridad y la interioridad, entre el encierro y el afuera. Esta idea nos permite
aceptar los desafíos de la tecnología como construcciones y reconstrucciones de
prácticas sociales que median nuestras interacciones, en la producción y
transformación del conocimiento y en las representaciones y conformaciones
culturales de los sujetos que enseñan y que aprenden.
La representación de los jóvenes, de sus intereses, está ligado a la era digital, a la
vida en internet, el facebook, el celular, el twitter, la play station, los juego en red,
el mundo de las pantallas, el chat, las ventanas y la simultaneidad.
¿Quieren saber cómo perciben, aún hoy, los jóvenes a la escuela? La institución
educativa es, todavía, percibida como el aula, el libro, la lección oral, la
memorización, el silencio, el cumplimiento de horarios, las materias, el timbre,
saquen una hoja, examen de diciembre y febrero. Esto es lo que perciben los
chicos.
¿Por qué no combinar estos dos mundos posibles?
Esp. Lic. Miriam Kap Subjetividades en Conflicto: La mediatización de las nuevas Tecnologías en las prácticas de enseñanza
11
A mí me parece que es necesario hermanarlos, mezclarlos, incorporar los múltiples
y diversos discursos para generar conocimiento, aprendizajes genuinos y prácticas
de enseñanza cada vez mejores, asumiendo los riesgos necesarios, considerando
las diferencias y los conflictos posibles.
Pero para que esto suceda hace falta mucha imaginación, pasión, creatividad,
también mucho tiempo; porque es un esfuerzo necesario, que demanda energía y
compromiso, sentarnos a concebir clases distintas a las que pensábamos, utilizando
códigos distintos.
Hace falta, meterse en una tormenta, zambullirse en una ola y salir y descubrirnos
nuevos, renovados, con la idea de una nueva posibilidad, de una nueva clase.
Muchas gracias por la escucha tan atenta.
Referencias
Agamben, G (2011) “¿Qué es un dispositivo?” En: Sociológica, año 26, número 73, pp. 249-264. mayo-agosto de 2011
Benjamin, W. (1989) Discursos Ininterrumpidos I. Buenos Aires, Taurus
Burbules N. y Callister, T. (2001) Educación, riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información. España, Granica
Deleuze, G. y Guattari, F. (2002) Mil Mesetas. Capitalismo y Esquizofrenia. Pre-Textos, Valencia
Dussel, I et. Al (2010) La Educación Alterada. Aproximaciones a ala escuela del siglo XXI.
Córdoba, Salida al Mar Ediciones
Fenstermacher G. y Soltis J. (2007). Enfoques de la Enseñanza. Amorrortu, Buenos Aires
Ferry, G. (1997) “Pedagogía de la formación. Formación de Formadores” Serie Los
Documentos Nro. 6. Buenos Aires, Novedades Educativa.
Jackson, P. (2002). Práctica de la enseñanza. Buenos Aires, Amorrortu.
Kristeva, J. (1978) Semiótica. Ed. Fundamentos, Madrid. Pág. 139
Litwin, E. (comp.) (2005) Tecnologías Educativas en tiempos de Internet. Buenos Aires, Amorrortu
Mead, M. (1970) Cultura y compromiso. Barcelona, Gedisa
Paz, O. (1971) Traducción: literatura y literalidad. Barcelona: Tusquets
Sibilia, P. (2012). ¿Redes o Paredes? Buenos Aires, Tinta Fresca.