Kartun, Mauricio - La Muerte Del Teatro y Otras Buenas Noticias

Embed Size (px)

Citation preview

  • 8/12/2019 Kartun, Mauricio - La Muerte Del Teatro y Otras Buenas Noticias

    1/3

    La muerte del teatro y otras buenas noticiasPor: Mauricio Kartun

    "Se crea imprescindible. E inmortal".

    No estara mal para ponerselo en la lpida. Al fin y al cabo, el diagnstico de cualquier infartadvulgar. Soberbio e inalcanzable, se mantuvo en la cspide durante dos mil trescientos aos.Nadie que quisiese ver frente a su ojos un cuento poda prescindir de l. Serva para todo ycomo crea omnipotente que haca todo bien no le deca a nada que no. Cmo no iba a reventaral final. Para divertir, para educar, para convencer, para emocionar, para elevar. Searremangaba y lo haca. El teatro fue la herramienta preferida del espectador. Su victorinox demltiple funcin. Poco importaba que para cumplir los pedidos debiese alejarse cada vez ms deaquel ritual sagrado que le haba dado origen (y que haba dado origen ya que estaba a buenaparte de los formatos literarios). Pero cuando ms convencido estaba de su eternidad aladminculo se le vino la noche. El siglo XX en la sucesin increble de soportes que inaugur unatrs de otro fue volviendo obsoleto cada uno de sus filos. Hoy el teatro ya no sirve. No es tiHa dejado al fin de ser un utensilio. Para contar una historia por medio de imgenes al cine nohay con qu darle. La tev encima te las sirve gratis y en la mesa junto a las milanesas de lanoche. Para mensajes mucho ms claro y mejor el messenger. Para conocer el mundo unteclazo de Google. Para alegoras proselitistas la iglesia ya no lo necesita: ha descubierto en loscanales el horario de trasnoche que adems de barato le asegura un ansioso rebao dedesvelados -que por algo lo estarn-, clientela cautiva si las hay. Para entretenerse, del tetrispara ac han florecido multitud de jueguitos que -valindose como el teatro de la accin y laexpectativa- te tienen alegremente descerebrado durante horas (los juegos de consola son laquimera de cualquier comedigrafo comercial: tener sentado a un espectador tres horas sin quele tiemblen las rodillas). Es as: ya no es entretenido y para el flete de ideas ya nadie confademasiado en este viejo rastrojero modelo 400 A.C. Ha dejado de servir. Y esa es una de lascosas ms extraordinarias que le ha pasado en su historia. Intil ahora como todo lo sagrado- ysin esa compulsin sirviente que lo vulgarizaba, el teatro ha podido reencontrarse con su esenciapara seguir vivo. No le hace falta ya cumplir con la bajeza del retrato costumbrista que latelevisin envasa engolosinada a cambio de unos segundos de publicidad de detergente. Nadiele exige ya nada prctico. Y ahora por fin inservible jubilado: en estado de jbilo- puede volver adedicarse a lo que mejor hace: reciclando los residuos del habla coloquial, condensar el mundopoticamente en un cuerpo iluminado y en estado de emocin. Acabada su condicin prcticagana al fin literalmente- la mgica condicin terica (del griego theoreo, contemplar, lapalabra teora -nombre dado a las procesiones religiosas griegas- es la autntica hermana desangre del theomai del que deriva el teatro).

    No hay mejor manera de entender la renovada vigencia de este lenguaje indestructible que atravs (y como resultado) de la efmera y trgica vida de sus competidores. El ltimo siglo hsido el imperio -y su cementerio- de centenares de soportes obsolescentes de la ficcin. Sonidoe imagen fueron milagrosamente atrapados en mecanismos de registro que fascinaron ydecepcionaron con la misma intensidad y rapidez. La fotografa, el celuloide: treintaicincomilmetros, dieciseis, ocho, superocho. Cinerama, Cinemascope, Panavisin. UltrapanavisinSuperpanavisin 70, Vistavisin, Tecnirama, Todd-AO. Superscope, 3-D. Imax. Los diarios desta semana hablan de nuevas salas 4D que agregan olores y efectos tctiles. El cine paracelulares ya tiene hasta su festival en el Pompidou de Paris. Video, video ocho, la enorme saga

    de cassetes a cinta: Betacam, VHS con su multitud de normas: SECAM, PAL B, PAL N, NTSCDiscos de pasta, de vinilo, setentayocho revoluciones, treintaytres revoluciones, diecisis

  • 8/12/2019 Kartun, Mauricio - La Muerte Del Teatro y Otras Buenas Noticias

    2/3

    revoluciones . Magazines, cassetes, ceds, emepetres, emepecuatro, deveds, -divididos a suvez en mltiples formatos de audio digital: AU, AIFF, AIFC, MPEG, MOD, VOC, WAVE, MSera interminable nombrar aqu todos y ninguno se parece demasiado al anterior salvo en doscosas: en su vertiginosa condicin anacrnica y en el ingenuo entusiasmo infantil con que cadauno de nosotros ha credo en ellos como en el definitivo. Pasamos a DVD los videos, que antes

    digitalizamos frente el deterioro de la cinta, antes de que palme el disco rgido que estalcanzando su vida til. Algunos superocho familiares de los setenta ya han pasado por cuatrosucesivos formatos en aras de conservar algo que se deteriora ms rpido aun que el recuerdovivo de esas propias imgenes (no convena ms cerrar los ojos y acordarse?). Hasta elmismsimo Bill Gates lo declara hace unos das con inimputable desfachatez: Me sorprende queno se den cuenta de que en cinco aos la gente se va a rer de lo que se est utilizando hoy. Y qu es lo que verdaderamente viene al caso de todo esto?: que cada uno de esos nuevossoportes agrega a la vez renovados elementos a su poder narrador que vuelven vetusto no soloal soporte anterior sino a aquel sistema narrativo. As como da risa pensar en los reproductoresde magazines tras usar sonido en deved resulta ridculo pensar en editar en celuloide porejemplo- teniendo a la mano los extraordinarios programas digitales. En esa saga pattica defracasos le exigimos cada vez ms a cada nuevo lenguaje (insisto: cada soporte genera el suyo)y nada novedoso que generen ya nos sorprende. Y as sin sorpresa (sin ser-presa por seguirentendiendo desde la raz), le exigimos a la ficcin una perfeccin que cuando finalmente laalcanza ya no nos alcanza a nosotros. Y es as como en esa condena a caducidad que haninstalado, el soporte original: el cuerpo vivo y emocionado emitiendo sentido desde suinequvoca condicin material, tocable, el viejo cuerpo del actor sobre el escenario, vuelve a separadjicamente el material ms preciado y milagroso. El original. Aquel ms all del cual no hnada.

    Nada garantiza ms que esta saga de soportes obsolescentes la perdurabilidad del teatro.Porque a diferencia con cualquier novedad tecnolgica, es justamente su condicin inestable loque lo vuelve especialmente atrayente. Lo que valoriza del tal manera el instante irrepetible en eque se profiere con perfeccin. Y es precisamente su imposibilidad de ser registrado en soportealguno lo que lo vuelve literalmente insoportable. Incmodo. Impertinente. crata. Y orgullosoesa condicin imperfecta que es justamente lo que lo humaniza. Los titiriteros que hacen teatrode sombras se preocupan bien de hacerlo lo suficientemente mal como para que nadie sospechede que se trata de una retroproyeccin de video. Los chicos lo miran al principio aburridospensando en qu podra tener de interesante esa pantalla pauprrima al lado del home theatrede casa, hasta que descubren deslumbrados que alguien oculto atrs con unos cartones y unalucecita est creando para ellos all esa mgica ilusin. No los sorprende tanto lo espectaculardel resultado como la precariedad del medio en relacin a aquel. De la misma manera el cuerpodel actor sobre y dentro de- un texto literario, el prodigio de su voz llegando a cada rincn de laplatea, su emocin sostenida durante una hora o ms en la ficcin maravillosa de la actuacin envivo, configuran el renovado privilegio que el teatro le proporciona cada vez a cada individuNadie ignora desde la platea el riesgo por el que atraviesa la expresin del actor en el escenario.Su fragilidad. Y es esa falibilidad expuesta frente a la infalibilidad digital- lo que vuelve emocincircense al teatro. Y cuanto ms expuesta esa debilidad ms rdito a la dialctica entre ella y susolvencia. Un amigo equilibrista me cuenta que cuando el pblico est muy fro acostumbrasimular una cada desde la cuerda floja. Ese fracaso levanta a la platea podr la prxima vez?Y si vuelve a fingir caer y a intentarlo el pblico ahora ruge. Y cuando al fin lo consigue, sdesgaita. El teatro la actuacin- en su aspereza brutal trabaja sin red. Y eso siempreapasionar. Saber que no hace falta ninguna tecnologa inalcanzable, que hacerlo est al

    alcance de cualquier espectador y sin embargo ninguno podra hacerlo tan bien, que no se tratade un montaje, de una edicin artificial de gestos, sino que sucede all, para cada uno de los

  • 8/12/2019 Kartun, Mauricio - La Muerte Del Teatro y Otras Buenas Noticias

    3/3

    espectadores, resulta cuando se toma conciencia, un verdadero prodigio. Convengamos: el ciney la televisin son la pornografa del teatro. Su maravillosa versin ilusoria e idealizada. Cuandun adolescente llega al sexo despus del paso epistemolgico por el porno, la realidad, esecuerpo que all conoce, le parece fuera de escala, de proporcin: las medidas, la duracin, ciertabelleza coreogrfica resultado de la edicin- que tena aquello en pantalla, versus la torpeza de

    ese codo metido siempre en algn lugar incmodo... Algo fue idealizado y su realidad es muchms torpe, ms chica, ms seca, y dura menos (ser que es solo esto, se pregunta, o ser queno lo estamos haciendo bien?). Pero mal que le pese la realidad es la realidad y la perplejidad nodura demasiado. Cuando el cuerpo impone al final sus razones y sus virtudes aquella piel virtuaqueda solo como otra posibilidad. Deliciosa, ocasional y alternativa.

    Y dnde queda en todo esto la literatura dramtica? Sabido es aquello de a ro revuelto, ycualquiera puede darse cuenta que en eso el teatro es ducho en tirar redes en las aguas msimpensadas. Esta proliferacin de competidores le ha permitido al teatro tercerizar un cachoaquellas cosas que ya le pesaban por la edad. El sainete, por ejemplo, que fue ms all deescassimas y honrosas excepciones- su peste del siglo XX le ha venido como anillo al dedo a latev que lo agradeci como a tecnologa de punta. Da regocijo ver como juega con ese gnerodecadente y desgastado con la alegra de un chico con sonajero nuevo. El melodrama se lovendi a las telenovelas que lo compraron entusiasmadas sin mirarle siquiera elcuentakilmetros. Ciertas zonas del naturalismo realista y las de su primo tonto, elcostumbrismo- fueron a parar all y al cine. Liberado por fin de las zonas ms insidiosas de leconoma de mercado el texto dramtico ha ganado hoy una libertad, una capacidad deexperimentacin y una posibilidad potica que no sospechaba. Y todo parece garantizar que nohaya reflujo: la especificidad de lenguajes es tan clara en cada medio que es impensable hoyque algn texto ms o menos Benvenutto pueda ser soportado por los odos de un espectadorteatral. As como el teatro filmado o grabado es horroroso - acostumbrados al lenguaje por corteel punto de vista nico nos resulta en pantalla un balbuceo- a cualquier texto de poticatelevisiva puesto hoy en el escenario no se lo aguantara en la oreja (salvedad hecha, claro, delas dos grandes excepciones a la vista: ese giro chusco que de los 90 para ac los autores ms jvenes le han encontrado: el reciclado pardico. Y ese honroso parque nacional que conservacon amor a ciertas especies definitivamente berretas: la inefable temporada teatral de Mar delPlata.

    Qu media para que todo este optimismo mo de vermouth no resulte resaca?: que losdramaturgos lo hagan msculo. Que as como el cine lleg a sptimo arte cuando pudo de dejarde mirarse a s mismo como teatro filmado, el teatro abandone definitivamente esa barata yresignada ambicin de ser la alternativa y se reencuentre simplemente con o que fue: ritosubversivo y vital. Perturbadora poesa encarnada. Puesta en carne. La presentacin mssangunea y ms humana de la literatura.

    Anacrnico, obsoleto, anticuado, arcaico, vetusto, inservible, intil. Y gracias a esoirremplazable. Original en sus dos sentidos: diferente y primigenio. Agotado. Terminado. CaducExtinguido. Y resurrecto. Bien podra ponerse sobre su tumba vaca: "Se crea imprescindible. inmortal. Y lo termin siendo".