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Kúm. 90. Jueret 24 de Setíúnbre de 1846. 4 éeai-ies. Í5e suscribe en Madrid en la librería de la VÍIL3a da Ulyxr, calla del Principa, en l a d s la rinda da Cruz, calle Mayor, frente a Jas Covachuelas, y eu la de filia, plazuela de Santo Douing) á S rs.; en las provincias en las principales capitales y en las administraciones de Correos á 10 rs. franco de p o r t e La Redacción en la calle del Pez, núm. i3, cuarto bajo, donde se diri"irán las r ¿Ja-naciones, comunicados y anu icios fiancos de porte. Madrid 24 de Setiembre. 7 El Correó Nacional en siTn lime- ro de ayer aboga por la regencia es- clusiva'de la reina Cristina , y desa- fia francamente á la discusión á to- dos sus colegas, esperando que se le permitirá libremente espresar sus opiniones sobre este asumo. Nosotros, lus menos terribles entre sus adver- sarios, aceptamos el reto en cuanto ha sido pronunciado: y no seremos ciertamente los que empleemos, ni pidamos, ni toleremos sin protestar otros medios contra la opinión del Correo ni de otro cualquier perió- dico, si quiera defienda hajla el des- potismo mas brutal, que laconiron- tacion de principios, el feCsárxiCh de doctrinas, la discusiones hechos, y el peso Ja las razones. Queremos la libertad de imprenta, real, verda- dera v absoluta para nosotros y nues- tros adversarios: la queremos hasta para la discusión de los principios tle todos los gobiernos, incluso el vi- gente ; sin depósitos, sin previas li- cencias, sin gravamen de portes de Correo, sin trabas á la circulación y la venta y publicación por las calles, sin la facultad monstruosa , absur- da y tiránica de la detención délos números que ahora permite una ley inepta, traducida del francés: por último, sin esas penas draconianas para delitos que no ecsisleu y que jamas pudieran ser denunciados ni castigados, porque no hay delito ni puede haberle en preferir este ó el otro gobierno, en esponer las razo- nes de su preferencia, en esforzarse á convencer á los demás y atraerles á su opinión, para que si constitu- yen la mayoría , le adopten, repe- liendo el menos justo y racional. El Correo sostiene la regencia es- clusiva de la reina Cristina. Un fo- lleto que hace unos dias se ha p u - blicado coa ci lítuk» «Da, la Regencia y de la Regente» , y que hemos leido coa gusto y recomendamos altamen- te por la verdad y el acierto de sus aserciones, por la delicadeza con que en él están insinuadas ciertas ideas y las alusiones disfrazadas a ciertos hechostdemasiado públicos, pero cu- yo tono no será el nuestro, demó- i cratas decididos, francos, y sin dis- ¡ fíifca ni reticencia, como nos hemos i presentado, ese folleto, repetimos, indica una modificación de la Re- gencia con la adjunción de dos ó cua- tro personas. A u n al paso eslraña que hasta ahora los periodistas y es- critores de todas clases no hayan acudido á tratar y dilucidar esta cuestión la mas noble é importante que con venia ventilar. Ni para nos- otros es la mas uobie, ni la mas i m - portante tampoco por si, ni por la 1 persona de que se trata. Seríalo úni- camente por la relación que puede tener con la causa de la libertad, causa verdaderamente noble y su- blime, Pero, ¿por quéestraña el autor 1 del folleto que esta cuestión no ha- ya sido promovida por los periodis- tas ni escritores? ¿Era posible pro- moverla con el servilismo cortesano de algunos llamados gefes de los pro- gresistas, con e3e anhelo, esa propen» sion á arrastrarse á los pies da la es- ! celsa, y augusta, y sublime, y sin par bienhechora, y madre clemente y benéfica de los españoles.' ¿El que se hubiese atrevido á espresar ese I pensamiento ni aun á hacer la mas [ mimima alusión á él, no habría si- ¡ do inmediatamente condenado á seis ; años de prisión , y á mas si mas quería la reina Cristina, aunque lo ¡ estorbasen la Constitución y las le- ; yes? ¿Cómo el autor del folleto no ! le escribió entonces, y aguarda á es- ' ta época en que el gobierno de Cris- ti nr está suspenso y declarado rebel- de? No culpe la cobardia de los de- | mas, puesto que de ella ha partici- > pado. E i Guirigay, entre mil disfra- i cas:', dio á entender en un artículo que por orden de la reina Cristina se habían extraído é ibaná enviarse á Italia preciosidades de considerable valor del gabinete de Historia Natu- ral. Parece que esta era una de las muchas sustracciones que se han hecho ala nación. Pues, sin embargo, por referir este hecho , fue suprimido el periódico, y se buscó á los redacto- res para prenderlos y deportarlos: y en el congreso de que se dio cuenta de esta infracción de las leyes y' de la Constitución, hssta tal punto llegó la infamia y la prostitución (porque las cosas se han de llamar por su nombre), que ni una voz se elevó contra tan monstruoso abuso, que se aprobó la conducta del go- bierno, y ninguna esplicacion seecsi- jio acerca de las alhajas. L a prensa calló humillada, y ha sido preciso que se escriba la Revolución y el Huracán para que haya habido una voz , independiente que se atreva á defender bajo el ministerio del A r - razola y Cionard, que el Guirigay estuvo en su derecho, que si mentía ó se equivocaba, debió ser desmen- tido ó ratificado su aserto ; y que si decia verdad, debió averiguarse el paradero de las alhajas y obligar á la restitución , sin e3cepcion de per- sonas , aunque fuese la misma Cris- tina en persona la que las hubiese exiraido. Quiere el autor del folleto otro ejemplo. Pues no retrocederemos de- lante de ninguna verdad. Toda Es- paña y todo Europa sabe que don Fernando Muñoz, joven guardia de corps ha logrado hace machos años el favor de la Reina Cristina: que con ella se ha presentado en público en su coche y hasta en las revistas de tropas, en términos que se llegó á murmurar; y fue preciso aconsejar á Cristina que se abstuvie- se de igual demostración, considera- da por el ejército como un insulto. Asegúrase que está casada en secre- to; y que de 3u matrimonio tien«a

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Kúm. 90. Jueret 24 de Setíúnbre de 1846. 4 éeai-ies.

Í5e suscribe en M a d r i d en la librería de la VÍIL 3a da Ulyxr, ca l la del Principa, en l a d s la r i n d a da Cruz, calle M a y o r , f rente a Jas Covachuelas, y eu la de filia, plazuela de Santo D o u i n g ) á S r s . ; en las provincias en las principales capitales y en las administraciones de Correos á 10 rs. franco de p o r t e — L a Redacción en l a calle del P e z , núm. i 3 , cuarto b a j o , donde se diri"irán las r ¿ Ja-naciones , comunicados y anu icios fiancos de porte.

Madrid 2 4 de Setiembre.

7 E l Correó Nacional en siTn lime­ro de ayer aboga por la regencia es-clusiva'de la reina Cristina , y desa­fia francamente á la discusión á to­dos sus colegas, esperando que se le permitirá libremente espresar sus opiniones sobre este asumo. Nosotros, lus menos terribles entre sus adver­sarios, aceptamos el reto en cuanto ha sido pronunciado: y no seremos ciertamente los que empleemos, ni pidamos, ni toleremos sin protestar otros medios contra la opinión del Correo ni de otro cualquier perió­dico, si quiera defienda hajla el des­potismo mas brutal, que laconiron-tacion de principios, el feCsárxiCh de doctrinas, la discusiones hechos, y el peso Ja las razones. Queremos la libertad de imprenta, real, verda­dera v absoluta para nosotros y nues­tros adversarios: la queremos hasta para la discusión de los principios tle todos los gobiernos, incluso el v i ­gente ; sin depósitos, sin previas l i ­cencias, sin gravamen de portes de Correo, sin trabas á la circulación y la venta y publicación por las calles, sin la facultad monstruosa , absur­da y tiránica de la detención délos números que ahora permite una ley inepta, traducida del francés: por último, sin esas penas draconianas para delitos que no ecsisleu y que jamas pudieran ser denunciados ni castigados, porque no hay delito ni puede haberle en preferir este ó el otro gobierno, en esponer las razo­nes de su preferencia, en esforzarse á convencer á los demás y atraerles á su opinión, para que si constitu­yen la mayoría , le adopten, repe­liendo el menos justo y racional.

E l Correo sostiene la regencia es-clusiva de la reina Cristina. Un fo­lleto que hace unos dias se ha p u ­blicado coa ci lítuk» «Da, la Regencia

y de la Regente» , y que hemos leido coa gusto y recomendamos altamen­te por la verdad y el acierto de sus aserciones, por la delicadeza con que en él están insinuadas ciertas ideas y las alusiones disfrazadas a ciertos hechostdemasiado públicos, pero cu­yo tono no será el nuestro, demó-

i cratas decididos, francos, y sin dis-¡ fíifca ni reticencia, como nos hemos i presentado, ese folleto, repetimos,

indica una modificación de la Re­gencia con la adjunción de dos ó cua­tro personas. A u n al paso eslraña que hasta ahora los periodistas y es­critores de todas clases no hayan acudido á tratar y dilucidar esta cuestión la mas noble é importante que con venia ventilar. N i para nos­otros es la mas uobie, ni la mas i m ­portante tampoco por s i , ni por la

1 persona de que se trata. Seríalo úni­camente por la relación que puede tener con la causa de la libertad, causa verdaderamente noble y su­blime, Pero, ¿por quéestraña el autor

1 del folleto que esta cuestión no ha­ya sido promovida por los periodis­tas ni escritores? ¿Era posible pro­moverla con el servilismo cortesano de algunos llamados gefes de los pro­gresistas, con e3e anhelo, esa propen» sion á arrastrarse á los pies da la es-

! celsa, y augusta, y sublime, y sin par bienhechora, y madre clemente y benéfica de los españoles.' ¿El que se hubiese atrevido á espresar ese

I pensamiento ni aun á hacer la mas [ mimima alusión á é l , no habría s i -¡ do inmediatamente condenado á seis ; años de prisión , y á mas si mas

quería la reina Crist ina, aunque lo ¡ estorbasen la Constitución y las le-; yes? ¿Cómo el autor del folleto no ! le escribió entonces, y aguarda á es-' ta época en que el gobierno de Cris­

ti nr está suspenso y declarado rebel­de? No culpe la cobardia de los de-

| mas, puesto que de ella ha partici-> pado. E i Guirigay, entre m i l disfra-i cas:', dio á entender en un artículo

que por orden de la reina Cristina se habían extraído é ibaná enviarse á Italia preciosidades de considerable valor del gabinete de Historia Natu­ral. Parece que esta era una de las muchas sustracciones que se han hecho a l a nación. Pues, sin embargo, por referir este hecho , fue suprimido el periódico, y se buscó á los redacto­res para prenderlos y deportarlos: y en el congreso de que se d io cuenta de esta infracción de las leyes y ' de la Constitución, hssta tal punto llegó la infamia y la prostitución (porque las cosas se han de llamar por su nombre), que ni una voz se elevó contra tan monstruoso abuso, que se aprobó la conducta del go­bierno, y ninguna esplicacion seecsi-jio acerca de las alhajas. L a prensa calló humil lada, y ha sido preciso que se escriba la Revolución y el Huracán para que haya habido una voz , independiente que se atreva á defender bajo el ministerio del A r -razola y Cionard, que el Guirigay estuvo en su derecho, que si mentía ó se equivocaba, debió ser desmen­tido ó ratificado su aserto ; y que si decia verdad, debió averiguarse el paradero de las alhajas y obligar á la restitución , sin e3cepcion de per­sonas , aunque fuese la misma Cr is ­tina en persona la que las hubiese exiraido.

Quiere el autor del folleto otro ejemplo. Pues no retrocederemos de­lante de ninguna verdad. Toda E s ­paña y todo Europa sabe que don Fernando Muñoz, joven guardia de corps ha logrado hace machos años el favor de la Reina Cristina: que con ella se ha presentado en público en su coche y hasta en las revistas de tropas, en términos que se llegó á murmurar ; y fue preciso aconsejar á Cristina que se abstuvie­se de igual demostración, considera­da por el ejército como un insulto. Asegúrase que está casada en secre­to; y que de 3u matrimonio tien«a

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dos hijos. Nosotros n i reprendemos n i entrañamos esta conducta, ni nos mezclaríamos jamás en la vida p r i ­vada de Crist ina, sino iuÜuyese en su vida pública y eii la suerte de la nación. Pero casada on segundas nupcias no puede continuar, ni con i la tutela de su- hija ni con la regeii"- 1

citr del*reino.según nuestra Consti­tución y nuestras leyes-. Con nueva familia va tiene intereses distintos y 'opuestos á los del trono y- á los de la- 4$i'cíon,: el^favwítismo odiado de los españoles amenazaba desde el mismo punto introducirse, y en efecto, se dice que D. Fernando Muñoz y sus hermanos, parientes y amigos son los que han compues­to la camaril la , en cuyas manos ha estado por tanto tiempo el destino de la nación : la seguridad de que este poder no podia ser duradero y las necesidades del establecimiento de la nueva fami l ia , han podido escitar la codicia rapaz, la sórdida avaricia que acaso de otro modo no dominare tal vez en tanto grado, y escitar á que solo en diez años en medio de una guerra desastrosa, en una nación empobrecida, en que millones de almas no tienen el sus­tento mas miserable , se haya arran cadoal puebloy remitidoá Italia para imponerla al l i la cantidad de 1706 millones de reales según un docu­mento impreso que tenemos ala vista. L o que todos sabemos hasta eu la mas remota aldea lo que nos decimos dia­riamente unos á otros sin reserva ni precaución ¿ha habido hasta ahora

2uien haya podido imprimir lo ni ecirlo al público? ¿En las cortes ha

hecho algún diputado la menor i u -dicacion á pesar de su inviolabil i ­dad? ¿"La prensa ha chistado? ¿No han sufrido todos v i l y cobarde­mente que la Reina Cristina conti­núe con la tutela y la regencia, cuando la Constitución y las leyes se lo prohibían? cuando era imposi-

F O L L E T I N .

Todo el secreto de la política esta eti m * n t i r con oportunidad. =s Madama de Pompadour

Dicho de una dama al fin...» que otra dama ra ti l ica por las razones que esplica e l sencillo folletín.

l io aquí la regia máxima infal ible , que eu situaciones críticas espióla la paternal dureza de los cetros, la amable ingrat i tud de las coronas. T a l es el gran secreto que en sus sienes, conserva las diademas primorosas, y á la indomable cólera del pueblo DO l ibra sus cabezas bienhechoras. Decántase al mouienlo eu las ciudades su popularidad, t u su derrota, que la ment i ra Real y verdadera,

ble que ya gobernase en utilidad de j la nación y ni aun siquiera en el , interés esefusivo de su hija Isabel? ' L a Revolución y el Huracán son los únicos que se han propuesto des­cubrir estos misterios; y á la p r i ­mera alusión que creyeron hacerse á Crist ina, fue suprimida aquella y lo fue (vergüenza es decirlo) con aplauso de ios que tenían el deber de no- consentir que Cristina conti­nuase eu la tutela ni en la regen­cia. Hasta hace unos dias que el Ec'a del Couiercio- mencionó á los Muñozes entre los sujetos de la ca­maril la que debía separar Cristina de su lado, no había sonado ese nombre en ningún impreso; y el mismo autor del folleto se envuelve entre nieblas al insinuar que Crist i ­na tiene contraídos nuevos lazos le­gal ó ilegalmente.

No se estrañe", pues, que la pren­sa no haya tratado esta cuestión, porque no ha podido hacerlo hasta ahora. A u n después de los pronun­ciamientos actuales, tal es la c lar i ­dad y íijeza de las ideas, tal la l i ­bertad de imprenta, tal el prurito de envilecimiento é intolerancia que cuando nosotros hemos espuesto nuestro dictamen acerca de lo que el pueblo podia determinar en la actual crisis, en la cesación de todo gobierno para asegurar la libertad, lia parecido una Junta popular (ou soi disant telle) que mande denun­ciarnos por atribuir al pueblo la fa cuitad de separar y juzgar á la re­gente y aun abolir el trono y cam­biar la Constitución: un promotor fiscal que nos acuse de infractores de la Constitución que no existia y que aun existiendo es inferior á la soberanía popular: veinte y cuatro jurados, entre ellos el antiguo re­dactor del Guirigay que declaran haber lugar á la formación de cau­sa: y otros veinte y cuatro que i m ­pongan diez años de prisión al edi-

afable el trono en los apuros, dora. S i m u l a convicción jurando af irma, que una pandil la pérfida y traidora con la imbeci l idad de sus cousejos alucinó la crédula persona.... Y ello es que fementidos cortesanos la alucinan con plácidas lisonjas en el supuesto audaz de que al oírlos ande uiedio camino el que los oiga. Y ello es que eu los augustos manifiestos aquella clave eléctrica se toca, y cual barniz mague'tico figura la seducción raquítica y graciosa. Impúdicos ministros abusando de la inocente y candida paloma, comprometieran bárbaros.... ¡que c r i m e n ! la eterna dignidad de la corona... Y miéntase la patria en corolario, que su . < a i . i l y l ibertad no es cosa y en los renglones últimos descuella como p o . d i t a de Ínfima memoria .

Olvídase con esto el dulce encono, que es dulco por jamás la regia boca,

toe responsable: varios gefes y of i ­ciales de la Mi l i c ia nacional que escileu á la Junta para que ademas tome contra nosotros la medida que quiera, pues sea laque quiera ellos la sostendrán: y por último hasta el indecente F r a y Gerundio i m ­postor infame y v i l calumniador que en estilo chavacano, frió y taber­nario nos diga que si anhelamos la unión de España y Portugal en un solo gobierno, no por conquista , s i ­no por la voluntad de ambos pue­blos somos impelidos por una ocul­ta y estrangera mano; sin duda por los embajadores de Francia ó Ingla­terra, que seguramente verian con gusto tal unión.

Nos hemos dejado llevar dema­siado del enlace de las ideas antes de entrar de lleno en el fondo de la cuestión. E n otro ú otros artículos espondremos las razones porque cree­mos que no solo es necesaria, sino también urgente la esclusion total de la Reina Cristina de la tutela de su hija y de la regencia del re i ­no y que salga de España inme­diatamente.

J U N T A P R O V I S I O N A L D E G O -BIERNO DE L A PROVINCIA DE MADRID.

N o p u d i e n d o mostrarse i n d i f e r e n t e es­ta junta p r o v i s i o n a l i la d e p l o r a b l e s i -tuaeion en q u e se encuentran las clases pasivas por el grande atraso que s u f r e n en la percepción de sus haberes, se ha ocupado mas de una vez de los medios que p u d i e r a n adoptarse para p r o p o r c i o ­narles algún socorro; pero precisada p o r una parte á destinar preferentemente los escasos ingresos de la tesorería de r e n ­tas de la p r o v i n c i a á las perentorias y m u l t i p l i c a d a s atenciones de la numerosa guarnición de esta capi ta l , y l lena de sorpresa por o t ra a i tomar c o n o c i m i e n ­to de la enorme suma á que seria nece­sar io proveeer para d a r una m e n s u a l i ­d a d , pues que e l i m p o r t e de esta por s o ­los los ramos de guerra y hacienda as -

ya condenando al pueblo en rebeldía, ya absolviendo de grado su victoria . En ambos casos la nación se aviene y haciendo a l trono sus antiguas houras de la vindicta pública en las aras lo» consejeros áulicos derroca. Rodando empero de las altas s i l las un pingue sueldo del erario cobran sin que á los pueblos, de los actes suyos ante la barra nacionjl respondan, y la cuchilla* de la ley con sangre borre las manchas de sus viles obras, [ó apego al soberano siempre justo, porque ni hace jus t ic ia , ni la es torba ! Prodigadle cariño hijos de Iberia. . . . que quizá no lo hicierais á estas horas, " S i no fuera destino de la España " n o conocer jamas lo que la importa . - , como dice, sobrándole cordura, el hermano V i l l e n a en l i Redoraal

Dedúcese en conclusión, que una m e n t i r i l l a Real c a l m a una Revolución;

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c iendcn ¡5 3 . 5 5 1 , 0 2 5 rs. " v n . , ha creído a l Gil que podrían conci l larse en a lguna m a n e r a sus deseos con la penuria de las c i rcunstancias r e c o m e n d a n d o , como re ­c o m i e n d a a l celo y eficacia de esa c o m i ­sión especial , que en cuanto lo p e r m i t a n las urgencias d e l d i a y l a b ien notor ia escasez de recursos , haga todos los es­fuerzos posibles á fin de que se destine semanalmente a lguna cant idad para el pago de los haberes a r r i b a mencionados c o m e n z a n d o éste por las v i u d a s pensio­nistas de guerra y religiosas esclaustra­das y en e l c laustro , y entre estas clases p o r las nóminas de mas corta asignación; en e l concepto de que habiendo s ido r e ­cientemente satisfecha una m e n s u a l i d a d á- varias clases de la nómina general de v i u d e d a d e s de guerra , deberá e n t e n d e r -se e l pago presente con soiO las que aun n o la bayan perc ib ido por no haberles tocado, todavía su t u r n o . D i o s guarde á V . E . muchos años. ¡Madrid 2 2 de se­t i e m b r e de 1 8 4 0 . = J o a q u i n María F e r -r r T . = F e r n a n d o C o r r a d i , s e c r e l a r i o . = E x c m a . comisión especial de G u e r r a y H a c i e n d a .

L a junta p r o v i s i o n a l de gobierno de esta p r o v i n c i a ha tenido á bien suspen­d e r prov is iona lmente en las funciones d e sus respectivos destinos á los s u ­jetos siguientes: d o n J o s é Alcántara N a ­v a r r o , de secretario de la pa t r ia rca l y capel lán m a y o r de las Descalzas Rea les , D . J u a n P e ñ u c l a s de Z a m o r a , de con­t a d o r de la o r d e n de C a r l o s I I I . D o n D i e g o G e n a r o L l e t g e t , de ca tadrá t i -co de farmacia . D o n J o s é Garc ía R o ­d r i g o de inspector general de minas . D o n M a n u e l N i e t a Resano, de gefe de sección d é l a contaduría general de V a ­lores . D o n L u i s G a r a y de of ic ia l de la teneduría de l ibros de la dirección de L o t e r í a s . D o n M a r i a n o P r e l l e z o , de of ic ia l de la administración de Correos . D o n J u a n José B r a v o , de i d . en la c o n ­taduría de d i c h o ramo. D o n I s i d r o O r ­tega Sa lomón, de contador de Hipotecas , y de tesorero de la casa G a l e r a . D o n M a n u e l Zarazaga , de a r c h i v e r o d e l m i ­n is ter io de ta Gobernación. D o n P a s ­c u a l Basadre, de gefe de sección de d i ­c h o min is te r io . D o n R i c a r d o J o a q u í n

y que es uu ente ideal c r i m e n de lesa-IS'acion.

Que si algún loco en persona, (calmada la efefvescencia), de independiente blasona, declarase su demencia cr imen de lesa Corona.

Que ninguno es responsable de «¡ele años de falsía, porque sagrada é invio lable , la corona es impecable y su gobierno hasta el d ia .

Q u e es una felicidad haber nacido en España; donde hay una magestad de tan innata bondad que todo quídam la engaña.

Que somos unos quijotes desfacedores de agravios, y merecemos por sabios que mande darnos azotes un par de fermosos labios.

Que el unánime alzamiento de la Iberia toda eu masa,

H e n r i y d o n J o s é Sánchez T o c a , de o f i ­ciales d e l espresado minis ter io .

U n correo que acaba de l l egar de V a ­lencia ha entregado á esta j u n t a var ios pliegos, entre los cuales venia uno d i r i ­g i d o a l gefe político de M a d r i d . A b i e r ­to éste con a r r e g l o a l bando d e l 12 d e l actual á presencia d e l mismo, se halló que su" conten ido se reducía á una C i r ­c u l a r á todas las autoridades de las p r o ­vincias pronunciadas , poniendo en su conoc imiento la aceptación que se ha s e r v i d o hacer e l i n v i c t o duque de Ja V i c t o r i a de la presidencia de l consejo de minis t ros , con encargo de cons t i tu i r e l gabinete.

E m p e r o Gomo esta c i r c u l a r viene es-lándida contra ' todas las fórmulas o f i c i a ­les de cortesía, y firmada Cabello; que se t i t u l a m i n i s t r o de la corona, de c u y o n o m b r a m i e n t o no tiene not ic ia esta j u n ­ta; ha resuelto e l d a r l a por no r e c i ­b i d a , y detener todos los pliegos que se d i r i g e n á las provinc ias .

L o que se anuncia a l público para su in te l igenc ia . M a d r i d 23 de set iembre de l S 4 0 . = F e r n a ' n d o C o r r a d i , v o c a l secre­tar io .

N O T A B L E C O M U N I C A C I O N de la Junta Provisional de Burgos.

E x c m o . S r . N u n c a los pueblos se a l ­zan contra los reyes que los gobiernan en just ic ia y p r o s p e r i d a d . E l a lzamiento de la nación española contra e l g o b i e r n o de la R e g e n t e , es la condenación mas esplícita de todos sus actos, es la c a l i f i ­cación i n f a l i b l e de que todos, ó los mas inf luyentes l leva han tendencia p e r j u d i ­c i a l á la patr ia , eran abiertamente opues ­tos á la prosper idad y á la just ic ia .

A los reyes déspotas y t iranos Jos j u z ­ga la poster idad : á Jos que ocupan u n trono que tiene por base un pacto e s c r i ­to, los juzgan los pueblos con quienes pactaron , y l a h i s tor ia los juzga t a m ­bién.

C u a n d o l a l u c h a entre los pueblos y los reyes acaba por la v i c t o r i a de estos, no hay d i scu lpa para los v e n c i d o s , no hay o ido que se preste á escucharla. L a espatríacion i m p o n e s i lencio á los unos;

terminó con el portento, de irse el pueblo tan contento sin l ibertad > su casa.

Que aun negando esta aserción, en obsequio de los reyes, l ibertad es soñación Sino visa la nación en junta central sus leyes.

Que todo lo quí os advierto podrá ser intempestivo, mas de tan veraz aserto ' que antes de mucho por cierto me acusareis el recibo.

Que en la crítica ansiedad de ocasioti inoportuna solo fué vuestra bondad, sinóuimo de tontuna, Juan-lanistno y necedad.

Traslado á la policía, a la que venga después con la cual de noche y d ia , Varemos en la agoDÍa como el año veintitrés.

JN'o es decir a la verdad

las voces de los otros se. p ierden en l a j bóvedas de calabozos subterráneos: y las palabras de los mas esforzados desatento é impasible las oye solo e l verdugo . M a s cuando t r i u n f a n los pueblos: cuando des ­pués que, con obst inada terquedad, y sirviéndose de medidas rabiosas y b á r ­baras, se resistió por los reyes, y se c e ­dió por fin, porque fa l taron los medios de resistencia; ¡ M E H A N E N G A Ñ A D O ! dicen : y creen con estas palabras gasta­das, desacreditadas ya por e l abuso que de el las Se ha hecho; creen que sat i s fa ­cen a l desagravio de los pueblos v e n c e ­dores. N o es de cs t rañar que ló crean asi porque nunca d i e r o n otra satisfac­ción: lo que asombra es que los pueblos, tantas veces desgraciados, se crean s a -tisiechos, y mas aun que se persuadan de que tal satisfacción es s incera.

Cada n o m b r a m i e n t o de hombres v e r ­daderamente l iberales para desempeñar los cargos de minis t ros de la corona ha costado á los pueblos españoles una r e ­volución; y n o se ha desaprovechado ocasión alguna para separarlos b r u s c a ­mente , poniendo en su lugar á los r e a c ­cionarios de mas denuedo: si para t a n ­to no habia audac ia , n o m b r a n d o seres oscuros , s in o t ra v o l u n t a d que la i n s ­p i r a d a , s in o t ro deseo que e l de e n r i ­quecerse, y e l de asegurar abundante p o r v e n i r á sus cl ientes y deudos, y s i n otro programa político que e l prestarse en los chíbs de l i b e r t i c i d a c a m a r i l l a á serv ir de i n t r u m e n t o á la ansiada r e a ­lización d e l manif isto B e r m u d e z .

U n a vez y o t ra vez, y (odas hasta aquí, los proyectos se han es t re l lado e n e l m u r o de bronce de l a opinión p ú b l i ­ca; pero los proyectistas, ilesos s i e m p r e por una necia generos idad, han c o n s e r ­vado la a p t i t u d hos t i l y e l poder de ene-riiigos fuertes aprestados a l nuevo c o m ­bate. ¿Quién responde de que un d i a mas diestros ó mas afor tunados no d a ­rán en t ierra con los defensores de los derechos populares, y rasgando sobre ellos e l pacto socia l , no ahoguen para siempre hasta las esperanzas de l i b e r t a d pública?

L o s hombres á quienes la v o l u n t a d de sus conciudadanos alza a l poder e n los momentos de Sobresalto y ' angust ia

1 i ' i i i w i m i i w i i i n M i i i i i ! — . , un

que por vosotros lo sienta, á vosotros os culpad. . . . pero á quien no le atormenta su p i o p i a seguridad?

Si porque el pueblo t r iunfara doce vidas perdería, n i media vida soñara sacrificar en el ara de la regia tiranía.

Consuélame algo, señores, que el despotismo no tiene verdaderos servidores; Sayones... cuantos previene, pero nunca adoradores.

Yó la manci l la sintiera de la naciou española, si mas tiranos sufriera mas solo se lo debiera á su inconsecuencia sola.

E n fin allá lo veremos, dijo el ciego y nunca vio, quiera Dios que no ceguemos y eu tinieblas nos quedemos como el ciego se quedó. V . A . M ,

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- .•nei ; los contrarios, s u -norque h u m i l d e s i m p l o r e n

n o son a r b i t r o s de los dest inos de l a , p a t r i a , rio están autor izados para ser se- J veros óiudul¿entes; obligados son á d e s - I pojarse du sus pasiones, á a b r i r su cabeza | á la razón, su pecho á la convenienc ia . genera l , y ¡i dec idirse por e l l a s c o m o b a - j i o n e s justos, benéficos y eslorzados. /

A b i e r t o el palenque para todos , todos hemos l i d i a d o c u m b i e r o n . Y porque grac ia , único recurso en su ac tua l s i t u a ­ción; ¿gracia les haremos, o l v i d a n d o sus i n g r a t i t u d e s pasadas, su enemistad de s iempre , s in r o m p e r antes los lazos que nos t e n d i e r o n , y que nos tenderán en el p r i m e r momento favorable???... N o por magnánimos u generosos nos admirarían

o J o

los venideros , por imbéciles y por es tú­p i d o s , y por causadores d i ' s u e s c l a v i t u d nos maIdec i r ian las generaciones futuras .

L a J u n t a P r o v i s i o n a l de B u r g o s no q u i e r e sangre; a l c o n t r a r i o , desea con ansia que se c icatr icen las her idas que tqdnyia la v ier ten : no pide mas lágrimas en esta patr ia i n f e l i z ! ¡Ojalá pudiera d e r ­r a m a r bálsamo consolador eu los c o r a ­zones que aun laten entre sol lozos! P e r o quiere un remedio que haga i m p o s i b l e l a reproducción d é l a s desdichas que h a n d a d o motivos a' a lzamiento popular ; quie r e que éste l e n ^ i resultados estables, i n -de . i t ru l ib le ; quiere garantías que e n f r e ­nen al gobierno en su tendencia agreso-r a : quiere que á rste mal no se o p o u -g i c u n o r e m e d i o único la revolución. ¡ S I E M P R E L A R E V O L U C I O N ! n i desea la h u m i l l a c i o i i de personas a u g u s ­tas; parquees posible que de una d e c l l a s h a y a ' o b r a d a contra su v o l u n t a d , aunque las ' apariencias la co locan eu d i v e r s a p o ­sic ión.

C r e e esla J u n t a P r o v i s i o n a l de g o ­b i e r n o , y asi lo min i f i es ta á V . E . , y l o d i c e asi á todas las de España, que á las condic iones por V . E . propuestas se •e agreguen estas otras: que juzgado y a p o r la nación el proyecto de ley de ayuntamientos como contrar io é la Constitución política d e l E s t a d o , los minis t ros que le presentaron á las Cor­tes, los d i p u t a d o s y senadores que le aprobaron, y los que aconsejaron la sane oa á S. Al. sean declarados p e r j u ­ros y traidores: que lo sean igualmente los que b o l l a r o n los derechos de p e t i ­ción y l iber tad de i m p r e n t a : que todos • ' lo- ' , ya que la pena merecida p o r estos del i to^ no les alcance, p ierdan los e m ­pleos, sueldos, honores y condecorac io ­nes que d i s f r u t a n , y los derechos de c i u ^ - . doibino- , y que nunca puedan o b t e t r e * c a r g o a lguno púb i o: que saiga de p a ­lac io y se aparten para .siempre d e l l ado y presencia de SS . Al:>!. todos b i s a l t o s empleados en é l , s in per juic io de la p e ­na que merecieren los que han i n f l u i d o e n e l ánimo de la R e i n a regente para que se prestara á cooperar á la reacción: y que sea inmediatamente convocada u n a junta super ior centra l para d a r es­tos íallos terr ib les ; prendas seguras de paz de sosiego para un pueblo víctima s iempre de la i n g r a t i t u d , y d e s d i c h a d o s iempre por aquel los mismos á quienes ofreció y d i o con p r o d i g a l i d a d todas sus r iquezas , loda la sangre de sus hijos.

D i o s guarde á V . E . muchos artos. Durgo.s 21 do S e l í e m i u e de 1 8 4 : . ) . = E x -celeril ísi inó S r . = V a l e n l f u G a r c í a , P r e ­s i d e n t a — Cayetano C a l d e r o . — J u a n FerJj

E d i t o r responsable,

nandez Cuna.»»Ti lno E s t e b a n . = A n g e l C e C i l i a . = F r a n C f s c o A r q u i a g a . = A n i o ­n io C o l l a n t c s . = F l o r e n l i n Izquierdo.== Eugenio D i e z , Secretar io .

REMITIDO.

Jus to será que nos ocupemos en h a ­cer a lgunas observaciones sobre la caida de un par t ido que si gra tu i tamente nos ha o d i a d o , y honrado con sus in jur ias , nos hit p r o p o r c i o n a d o también la dulce satisfacción (digna recompensa) de v e r ­los h u n d i r s e bajo los hediondos c i m i e n ­tos sobre que i n t e n t a r a a lzar o t ra vez e l e l despotismo.

E l irnpoi .eute aspecto que van t o m a n ­do de consumo todas las p r o v i n c i a s , la r a p i d e z con que los patr iotas empuñan las armas y j u r a n no soltar las hasta ver consol idadas para siempre las i n s t i t u c i o ­nes populares , los gri tos d e l e jército que animados con los ecos d e l pueblo por todas partes hacen resonar Ja i n d e p e n ­denc ia n a c i o n a l , el pequeño c írculo á que q u e d a n ya reduc idos los aduladores de ! t rono , so cuya sombra pensaban g o ­zar impunes el sudor de los españoles; estas y otras m i l cons iderac iones , nos hacen creer que la caída d e l par t ido r e ­trógrado rs sin poder dejar de serlo eterna é i n f a l i b l e .

N o es á la R e i n a d q u i e n los españo­l e ! debeir el amor á su l i b e r t a d , no han empezado á ser l ibres eu esta época, r e ­córrase la h is tor ia J e España desde su fundación, y dígasenos luego si ha h a ­bido pueblo en el m u n d o m i s entusiasta p o r su independencia que el nuestro.

S i durante algunos años ha s u f r i d o la opresión, ha s i d o mas bien electo de un a d o r m e c i m i e n t o y un letargo p r o d u c i d o por e l veneno de la ignoranc ia y mala ié , que por falta de poder . A c o r d é m o ­nos de nuestros pr imeros españoles , y a d m i r e m o s en el los los rasgos de v i r t u d y de independencia que los animaba y los hacia tan invencib les . Tu. ¡avia corre por las venas de los puros españoles la sangre de los Japelos y Oí isones, r u m a de l audaz F e n i c i o y d e l astuto c a i t a g i -nés: e l espíritu de l V i r i a t o , o p r o b i o y deshoura eterna de la despótica R o m a , aun a n i m a i los españoles de ahora ; y en e l s in número de poblaciones que hoy se hacen fuertes contra la t iranía , vemos otras tantas Saguritos y N u u r a r i -cias dispuestas á sepultarse en las ru inas , antes que s u c u m b i r y s u f r i r e l v e r g o u zoso y u g o d e l poder de n inguna clase de t iranos. L o s españoles que después de la opresión gótica , y vandálica fueron los pr imeros que o j i a vez sometieron á sus reyes ¡i la obediencia de la ley, los que han dado la norma de los g o b i e r - ' nos l ibres á los demás pueblos de l i n u n ­do ([iré mas necesitaban ahora sino un grato recuerdo de lo que fueron?

Hombres despóticos , aduladores del trono acordaos de lo que han s i ­d o y sabed que los españoles han d i s ­pertado ya y que no es posible a d o r m e ­cerlos de nuevo: no les presentéis la copa d e l mort í fero veneno que están aun v i e n d o el estrago, efecto de su a d o r m e c i m i e n t o anter ior y no la v o l v e ­rán á probar nins. E l e jército acaba de vencer Ü un l i r a i •> v no quiere someter­se á otro , que el honor y la v i r t u d !

II . Sastre Muñoz M A D R I D : I j n > a n N T A

nunca conocen mas c a m i n o que e l d e ­ber : el e jérci to y e l pueblo q u i e r e n que España sea l i b r e y lo será. L a s bajezas y e l oro ' ins t rumentos da la seducc ión , no han p o d i d o d o b l a r e l ánimo de n u e s ­tro héroe no menos uii igi iánimoé i n v e n ­c ib le ante e l enemigo a r m a d o , que i n ­flexible a las vi les promesas de q u i e n juzga poder lo todo.

¿Qué dirán ahora los que con tanto empeño querían hacernos creer que e l e jército y aun la m a y o r pai te de l p u e ­blo part ic ipaba de sus del ir ios? ¿ Ins is t i ­rán todavía en querer hacernos víctima» de su c r i m i n a l ambición? ¡Insensatos! vuestra carina está perdida ante e l t r i ­bunal de la razón, ante un pueblo c i v i ­l i z a d o que conoce vuestras odiosas t r a ­mas; j a no mas prevalecerán vuestras in iqu idades , vuestros t iros emponzoña­dos ó se volverán contra vosotros m i s ­mos,, ó se estrel larán sin f ruto contra e l impenetrab le m u r o de bronce, que os opone la firmeza de un pueblo l i b r e , constante y dispuesto á vengar los i n ­sultos con que ha s ido provocado.

L a l u c h a está ya empeñada entre los dos par t idos d i a m e t r a l m e n t e opuestos, entre la ignoranc ia y la ilustración, e n ­tre los verdaderos derechos del pueblo que l o d o lo a n i m a , y el p a r t i d o r e t r ó ­g r a d o que todo l o d e s t r u s e .

S i ha de a l u m b r a r la fulgente a n t o r ­cha de las inIr t l iciones popúlales , p r e ­ciso es que desaparezca ese odioso p a r ­t ido asi como sus máximas tenebrosa y teorías absurdas, que la i lustración d e l s iglo ha dis ipado.

T r a n s i j a n , pues, con las luces y l a * necesidades de la generación ac tua l ; consol iden nuestros p r i n c i p i o s á que justamente nos hemos hecho acreedores; establezcan un gobierno sólido l i b r e y capaz de d a r un i m p u l s o á lu p r o s p e r i ­d a d nacional ; nómbrense representantes de la nación que merezcan la confianza d e l pueblo y adictos á él para que esta» blczca las leyes en I n f o r m a que mas c o n ­venga á la nación, y para que concedan a l pueblo las garantías contra el abuso d e l poder ; y entonces nos coust í toiremos á obedecer i la ley y á respetar á las a u ­tor idades , porque sin este vínculo s a b e ­mos m u y bien que no puede haber s u ­bordinación, f a m i l i a n i sociedad.

F. S. M,

ANUNCIO. E n beneficio de la h u m a n i d a d , debo

manifestar al público que de resul las de una grave enfermedad berpétíca que se apoderó de m i cuerno 24 años hace, e n tal cstremo, que me atacó los ojos y la cara hace 8 años dejándome ciega d e l todo, s u f r i e n d o cont inuamente dolores insoportables , habiendo l o m a d o los b a ­ños del Occeano y Medi ter ráneo , y todo cuanlo se me ha ordenado durante m i curación, s in h a l l a r otro r e m i d i ó oue l a desesperación. E u este estado me puse en manos d e l oculista francés, que v i v e plazuela de San M i l l a n núm. l í cuar to 2 . ° , que por la sabia administración da sus medicamentos , me ha dado la v is ta , y me ha dejado el cuerpo tan l i m p i o c o ­mo la cara s in costras n i señal de m a n ­cha a lguna . P u e d e n cerciorarse de la v e r d a d de los hechos por la misma seño­ra , ca l le M a y o r , tu i in . 3. DÍ E L HUIUCA.SC.