La Aceptación de La Teoría Marginalista. Sus Raíces en La Ideología Moderna

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  • 7/24/2019 La Aceptacin de La Teora Marginalista. Sus Races en La Ideologa Moderna

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    ,

    ,

    L C E P T C I O N D E L T E O R I

    ,

    M R G I N L I S T S U S R I C E S

    ,

    E N L I D E O L O G I M O D E R N

    laud ia ea l

    E conom ista de la U niversidad de los A ndes

    ~

    \ i

    I

    Este artculo es una adaptacin del tercer captulo de la tesis de grado titulada Sobre

    la revolucin marginalista,la ideologa moderna en un agitado final de siglo, escrita

    a finales de 1992 para optar por el ttulo de economista en la Universidad de los

    Andes.

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    Lo econmico como categora mayor representa la cumbre del

    individualismo y, como tal, tiende a ser supremo en nuestro

    universo.

    LouisDumont,

    Horno t equa li s

    INTRODUCCIN

    Las ltimas dcadas del siglo pasado fueron bastante agitadas para la

    historia de la teora econmica. En Inglaterra, centro del universo eco-

    nmico, la teora clsica cumpla cien aos de dominio y ya se le vean

    sus achaques, aunque stos no predecan su muerte. Reciba numerosas

    crticas, muchas inspiradas en el clima romntico de aquellos das. Se

    culpaba a la economa poltica de ser inhumana, fra y calculadora, pero

    la joven ciencia haca caso omiso de las habladuras y las tildaba de

    sentimentalistas y carentes de fundamento. Tambin se criticaba su

    tendencia a elaborar anlisis cada vez ms abstractos, a imitacin de

    las ciencias naturales y exactas, reflejada en el predominio de la

    teora ricardiana, cuyo mtodo hace nfasis en la consistencia lgica

    de la teora y la separa de su contenido histrico, sociolgico y moral.

    Entretanto, Alemania recorra el camino opuesto. All, la economa

    poltica inglesa siempre fue cuestionada porque, siendo presentada

    corno una verdad, no explicaba la realidad de la regin alemana: un

    grupo de Estados independientes econmicamente atrasados. Hacia

    mediados de siglo se estaba configurando claramente una propuesta

    nueva que torn cuerpo en la escuela histrica alemana y que predo-

    min en la regin por muchos aos. El principal punto de acuerdo

    entre quienes conformaron esta escuela fue la aceptacin de que no

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    es posible hacer una teora econmica universalmente vlida porque

    la realidad social vara con el tiempo y de un lugar a otro. As,

    consideraron que el mtodo inductivo era el ms apropiado para el

    anlisis econmico.

    Durante la segunda mitad del siglo pasado, Karl Marx, exiliado en

    Londres, lanzaba otro fuerte ataque al sistema clsico, que pas a la

    historia gracias a la publicacin en 1867 del primer volumen de

    E l

    Capital .

    El objetivo de Marx era criticar la visin del mundo reflejada

    en la economa poltica clsica, no el de discutir los postulados de

    uno u otro economista. Pretenda, adems, que su teora fuera el

    fundamento de un movimiento de cambio social. Puesto que su

    trabajo apuntaba en una direccin distinta a la del esquema clsico,

    su poderosa crtica pas de largo sin hacer mella en la corriente

    principal de la economa.

    El mundo de la economa terica era variado y se encontraba disgre-

    gado. Quienes se dedicaban a la economa tenan diversas ocupacio-

    nes -eran periodistas, funcionarios de Estado, hombres de

    negocios- y carecan de cohesin. Adems, el estudio de la econo-

    ma poltica se circunscriba a otras ramas del saber y, como ya se

    dijo, muchos disidentes se oponan al consenso de los clsicos. As

    pues, durante los aos en que la teora marginalista intentaba ganar

    aceptacin, el futuro de la ciencia econmica era confuso. ste fue el

    contexto en que se produjo el descubrimiento mltiple de mayor

    resonancia en la historia de la economa, el que dio origen a la revolu-

    cin marginalista .

    A comienzos de los aos setenta, Jevons en Manchester, Menger en

    Viena y Walras en Lausanne publicaron, sin haber tenido ningn

    contacto entre s, sendos libros que coincidan en una nueva concep-

    cin del problema central de esta disciplina. No obstante, estas

    obras tuvieron poco xito y la nueva teora tuvo que abrirse paso

    lentamente entre las slidas estructuras de la teora clsica y, en el

    caso alemn, del historicismo.

    El triunfo del marginalismo se evidenci casi 20 aos despus, en

    1890, con la publicacin de los

    P rin cipio s de e co nom a

    de Alfred Mar-

    shall en Cambridge. Sin discutir la concepcin de Marx y tras un

    1 En 1871 se edit en Inglaterra la Teora de econ om a po ltica de William S.

    Jevons; el mismo ao, en Austria, Carl Menger public su libro P rin cipio s de

    economa; y tres aos ms tarde el francs Len Walras public la primera

    parte del libro que lleva por ttulo E lem en tos de eco nom a pu ra , cuya segunda

    parte apareci en 1877.

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    LA TEORA MARGINALISTA

    debate sobre el mtodo en Alemania, la teora marginalista se erigi

    como sucesora de la teora clsica. Es posible que esa victoria haya

    obedecido a la falta de competidores o a la desventaja en que se

    hallaban. Pero esto slo explicara parcialmente su predominio, pues

    se necesita mucho ms para que una teora penetre el ncleo de una

    disciplina cientfica.

    LA IDEOLOGA MODERNA

    La seccin anterior recorri de prisa el camino de la teora econmi-

    ca. Pero los aspectos econmicos no se encuentran aislados, ni en el

    mundo de los hechos ni en el de las ideas; tambin se entrelazan con

    otras disciplinas y son un reflejo de nuestra representacin global de

    la realidad. Conviene, pues, ampliar la perspectiva a fin de comple-

    mentar la explicacin de la victoria marginalista.

    Para identificar los factores extraeconmicos que influyeron en la

    aceptacin de la teora marginalista debemos establecer su relacin con

    la ideologa moderna. Los valores de la sociedad moderna impregnan

    el concepto de ciencia y determinan su objeto de estudio; por tal

    razn, la aceptacin de la teora margina lista puede explicarse por su

    esfuerzo de introducir mtodos cientficos y derivar planteamientos

    compatibles con la ideologa moderna. Situar la teora marginalista

    dentro de la ideologa global sirve, pues, para entender el proceso de

    conformacin del pensamiento econmico ms all del caso particu-

    lar que se examina. La economa como ciencia naci con la moderni-

    dad, y su afinacin cientfica , de la que el marginalismo es una

    pieza estratgica, forma parte de esa modernidad y de sus valores.

    Pero, qu se entiende aqu por ideologa? Son corrientes las defini-

    ciones que la sitan en el lmite de la ciencia, como un residuo del

    conocimiento objetivo y verdadero. El concepto de ideologa que

    aqu se utiliza es contrario al uso corriente. Si se la entiende como el

    conjunto de ideas y valores comunes en una sociedad [Dumont

    1982, 18], lo que no excluye la contradiccin o el conflicto, la ideolo-

    ga no est separada de las ciencias, una y otras se superponen. Esto

    hace posible seguir el desarrollo de una ciencia a partir de la ideolo-

    ga. La primera tarea es entonces identificar los rasgos distintivos de

    la ideologa moderna.

    Homo te qu alis ,

    de Louis Dumont, es un libro muy til para este prop-

    sito, pues al ocuparse de la relacin de lo econmico, como catego-

    ra, con la ideologa [moderna], su lugar en sta [1972,28], hizo con

    la ideologa moderna lo que aqu se pretende hacer con la teora

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    econmica: encontrar un referente externo, un punto de apoyo ,

    pues por lo general, se tiene la impresin de que el hombre moder-

    no, encerrado en s mismo y quizs engaado por su sentimiento de

    superioridad, tiene cierta dificultad para captar sus propios proble-

    mas [1972, 21]. Antes de escribir

    Ho rn o s eq ua lis ,

    Dumont public

    Horno h ie rarch icus ,

    un estudio antropolgico de la sociedad de castas

    de la India, y us este tipo de sociedad tradicional para develar los

    rasgos distintivos de la sociedad moderna. Segn l, en la historia de

    la humanidad han existido mltiples formas de sociedades tradicio-

    nales, de las que la India es slo un ejemplo, pero slo ha habido una

    sociedad moderna, la actual. Reconoce que hay diferencias naciona-

    les dentro de la sociedad moderna, del mismo modo en que la socie-

    dad tradicional ha tomado distintas formas, pero asegura que hay

    ciertas caractersticas propias a cada uno de estos tipos.

    Para Dumont, la ruptura entre un tipo de sociedad y otro est signa-

    da por una revolucin en los valores, e identifica dos cualidades

    distintivas -relacionadas entre s- para cada tipo. La primera apa-

    rece en los ttulos de sus obras: en la sociedad tradicional, los hom-

    bres estn sometidos a la jerarqua

    horno hierarch icus ,

    mientras que

    la sociedad moderna se caracteriza por la igualdad

    horno ~qua li s .

    El

    significado de esta diferencia conduce al segundo rasgo distintivo,

    de mayor importancia para el tratamiento que se dar al margina lis-

    mo. El sometimiento de cada hombre a la jerarqua en la sociedad

    tradicional obedece a la primaca del orden social, a la importancia

    de la armona de la totalidad, donde cada elemento debe mantener

    su lugar dentro del conjunto. Esto es lo que Dumont llama holismo ,

    en contraposicin con el individualismo de la sociedad moderna. En

    sta se valora en primer lugar al ser humano individual: a nuestros

    ojos cada hombre es una encarnacin de la humanidad entera, y

    como tal es igual a cualquier otro hombre, y libre [1972, 14]. Las

    necesidades de la sociedad pasan a ser subordinadas y el individua-

    lismo se erige como valor supremo.i

    Dumont muestra que ese cambio de valores, donde el individualis-

    mo pasa a ocupar el primer lugar, tiene implicaciones de particular

    importancia, pues lleva al surgimiento de lo econmico como catego-

    ra aislada. El individualismo moderno cambia la actitud tradicional

    de dar mayor importancia a las relaciones entre los hombres para

    2 Sin embargo, la ideologa no tiene el poder de transformar la sociedad ms

    que dentro de ciertos lmites ; as, en el paso de una sociedad a otra quedan

    rezagos de la primera: de la jerarqua queda la estratificacin social y de la

    esclavitud, el racismo [Dumont 1982,23].

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    LA TEORA MARGINALISTA

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    privilegiar las relaciones entre hombres y cosas. La tierra era la forma

    de riqueza ms importante en las sociedades tradicionales, pues

    entraaba relaciones de poder, relaciones entre hombres. As, lo eco-

    nmico y lo poltico eran inseparables. En la sociedad moderna, la

    riqueza aparece como fin en s misma, los bienes muebles adquieren

    plena autonoma y llegan a constituirse en la forma superior de

    riqueza, permitiendo la diferenciacin entre lo econmico y lo polti-

    co. Este punto se tratar ms adelante cuando se examine el naci-

    miento de la categora econmica como dominio autnomo.

    El segundo rasgo esencial de la ideologa moderna, que Dumont

    menciona sin analizarlo en detalle, es la fe en la razn. La moderni-

    dad la convirti en una diosa. La razn se instaur en el siglo XVIII,

    con un papel bien definido aunque ambicioso: guiar a los hombres

    en su paso por el mundo, ayudarlos a entenderlo para actuar en l y

    sobre l. Como morada inherente de la razn, las ciencias serviran,

    al surgir del mundo de la vida y vertir sus frutos en torno suyo, a ese

    propsito orientador.

    Bajo su imperio, la razn separ el mundo en dominios aislados. La

    economa es producto de esa divisin, de la separacin del mundo

    de la vida en mbitos diferenciables, cada uno regido por sus propias

    reglas. La razn dividi la realidad para adentrarse en lugares cada

    vez ms recnditos, para extender su reinado a todos los rincones

    donde puede llegar la mente humana. Pero el costo de dividir y

    encasillar la realidad ha sido la prdida de su sentido global. De all

    que slo reflexionando sobre los valores de la ideologa moderna es

    posible reencontrar el sentido global de la cultura. En este contexto

    debe entenderse el surgimiento de lo econmico.

    EL SURGIMIENTO DE LA CATEGORA ECONMICA

    Lo econmico no se presenta en la realidad como algo diferenciado,

    nosotros decidimos qu es lo econmico entre la maraa de hechos y

    relaciones sociales. Dice Dumont:

    Lo econmico como tal no existe, es una construccin [...] y si la

    disciplina particular que lo construye no puede decimos cmo lo

    hace, si no puede damos la esencia de lo econmico, entonces nos

    es preciso encontrarlo en la relacin entre el pensamiento econmi-

    co y la ideologa global, es decir en el lugar de lo econmico en la

    configuracin ideolgica general [1982, 36].

    Afirmacin bastante pertinente ante la primaca de 1 econmico en

    la ideologa moderna. En la primera parte de su libro, titulada La

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    Gnesis , Dumont analiza el surgimiento de la categora econmica

    en relacin con la ideologa moderna, mediante un tipo de lectura

    que le permite encontrar los aspectos globalizadores, las repre-

    sentaciones colectivas, en los rasgos comunes.

    Para que la ciencia econmica surgiera como categora aislada era

    necesario un objeto de estudio, y explicarlo como un sistema inde-

    pendiente. Los asuntos econmicos se estudiaron mucho antes del

    siglo XVIII pero siempre en forma subordinada a la poltica, a la

    moral o a ambas. En Grecia (Aristteles) yen la Edad Media (Santo

    Toms de Aquino) prim el punto de vista moral: justificacin de la

    esclavitud en el primer caso, la naturaleza del precio justo y la

    condena a la usura en el segundo. Los temas econmicos se hicieron

    ms importantes en la era mercantilista, pero con un nfasis eminen-

    temente poltico: se trataron cuestiones parciales, en particular del

    comercio internacional, para dar recomendaciones de poltica econ-

    mica. Los autores mercantilistas mantuvieron la subordinacin de lo

    econmico a lo poltico y no elaboraron un sistema interrelacionado a

    partir de los fenmenos econmicos que estudiaron. En el proceso de

    especializacin de la razn, los aspectos econmicos deban desligarse

    de ~amoral y de la poltica para adquirir un

    status

    propio y autnomo.

    Los primeros en estructurar un discurso econmico completo y con

    coherencia interna fueron los fisicratas, pero combinaron este ele-

    mento innovador moderno con una visin social tradicional. La con-

    figuracin de un sistema econmico se logr mediante la

    proyeccin sobre el plano econmico de la concepcin general del

    universo como un todo ordenado [Dumont 1982, 54]. Quesnay situ

    su anlisis econmico dentro de una visin social y poltica tradicio-

    nal o, si se quiere, holista. El papel central de la tierra en su teora

    refleja ese fuerte ingrediente tradicional. La tierra es la nica fuente

    de riqueza (real), y los propietarios de Quesnay tienen a su cargo, al

    mismo tiempo, funciones polticas [Dumont 1982, 55], con el monar-

    ca -representante de la ley de la naturaleza- como primer propie-

    tario. El orden, idealizado en el

    Tableau,

    slo puede alcanzarse si los

    hombres actan de acuerdo con la ley natural. Quesnay parte de la

    coherencia global del mundo y no de los agentes individuales, como

    har Adam Smith.

    No obstante, Quesnay y los dems fisicratas separan por primera

    vez la produccin de la circulacin y as pueden introducir la nocin

    de producto neto, de riqueza creada (en la produccin) y no de

    riqueza esttica que debe repartirse en el intercambio (circulacin),

    como crean los mercantilistas. La separacin de la categora econ-

    mica deba estar acompaada necesariamente del abandono de esa

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    idea mercantilista -que en una transaccin una parte gana y otra

    pierde- pues no poda haber un dominio autnomo cuyo funciona-

    miento condujera a conflictos entre los hombres, ya que en ese caso

    tendra que continuar supeditado a la poltica. Aqu nos acercamos a

    una cuestin crucial para Smith y los marginalistas: las prescripcio-

    nes liberales de sus teoras, que en

    e lla is se r fa ire , la isse r pa sse r

    de los

    fisicratas tienen su ms conocido antecedente.

    Con los fisicratas no hubo un rompimiento completo entre lo polti-

    co Y lo econmico, ya que no se poda aceptar la ruptura entre

    economa y poltica que en nombre de la liberacin de la primera

    prescriba el

    sta tu qua

    e incluso el poder absoluto para la segunda

    [Dumont 1982, 64].

    As, para Dumont resulta cmodo, y no excesivamente arbitrario,

    tomar la publicacin de Adam Smith,

    In ve stig aci n s ob re la n atu ra le za

    y causa de la riqueza de las naciones [1776], como acta de nacimiento de

    la categora econmica [1982, 45]. Pues a pesar de que este libro

    tiene poco de original y podra haber articulado las ideas en mejor

    forma, Smith fue el primero en reunir las condiciones necesarias para

    el surgimiento de la nueva disciplina. La influencia de Locke y Man-

    deville fue decisiva: el primero facilit el rompimiento con la poltica

    y el segundo con la moral.

    En los

    D os tra ta do s de go biern o

    de Locke hay una emancipacin de la

    poltica, pese a que la categora econmica apenas est naciendo. Esta

    categora se centra en la nocin de propiedad, eje de su visin de la

    sociedad. La propiedad es una nocin semieconmica y su significado

    es muy amplio, la vida, la libertad y los bienes de una persona: si su

    cuerpo y esfuerzo le pertenecen, tambin los bienes que se procura con

    ellos (con el trabajo). Fundar la propiedad en el trabajo del individuo y

    no ya en sus necesidades es tpicamente moderno [Dumont 1982, 76]

    puesto que las necesidades reflejan un principio social de las socieda-

    des tradicionales. Locke construye su sistema poltico y de justicia a

    partir de la propiedad, es decir, sobre la base de individuos a los que

    considera iguales. En cuanto a los hombres, no hay diferencia inheren-

    te entre ellos, no hay jerarqua: todos son libres e iguales a los ojos de

    dios [Dumont 1982, 73]. Lo econmico se toma jerrquicamente

    superior a lo poltico. La subordinacin como principio social es rem-

    plazada por la obligacin moral entendida como interiorizacin de los

    valores sociales, lo que constituye un paso hacia el individualismo.

    Mandeville da un paso ms all en el campo moral. Los sujetos ya no

    tienen necesidad de interiorizar el orden social en forma de reglas

    morales de modo que cada quien define su conducta indirectamente

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    por referencia a la sociedad entera, y Smith integra su teora en tal

    forma que en el sistema econmico cada sujeto define su conducta

    con referencia nicamente a su inters propio, y la sociedad no es ya

    ms que el mecanismo

    a mano invisible - por el que los intere-

    ses se armonizan [Dumont 1982, 102]. Justifica as la conducta egos-

    ta. Y el paso de la moral tradicional a la tica utilitaria libera a la

    conducta individual de las limitaciones que le impona el todo social.

    En la Fbu la de la s a be ja s: v icio s p riva do s, be ne ficio s p b lico s, Mandeville

    reduce todos los motivos de la accin humana al egosmo, y lo

    identifica con el vicio, base de la

    prosperidad.

    Smith, que quiz

    conoci a Mandeville a travs de Hutcheson, slo le da la razn en lo

    que respecta a la economa. En la

    Teora de los sentim ientos m orales,

    Smith plantea que lo econmico tiene su propia normatividad, es

    decir, que no est simplemente separado de lo moral sino que posee

    un carcter moral particular. El egosmo, impregnado de todas las

    connotaciones negativas, reaparece en el mbito econmico como

    motor del bienestar general.

    Mandeville antepone el individuo a la sociedad, parte del elemento

    y no del todo. Explica el origen del carcter social del hombre por el

    esfuerzo para satisfacer sus necesidades materiales. Las relaciones

    entre hombres y cosas pasan as al primer plano, por encima de las

    relaciones entre hombres. El principal legado de Mandeville a los

    economistas es su filosofa individualista y su idea de que las discor-

    dias aparentes conducen al bien pblico.

    Smith elabor una teora econmica de un sistema interrelacionado,

    gobernado por sus propias normas y separado de la poltica y de la

    moral. Su sistema no comparta la visin holista de los fisicratas

    sino que parta del individuo egosta cuya accin econmica se

    orienta al bien. Esta idea de la armona de intereses es la que justifica

    su doctrina liberal. Como los franceses, estudi el origen de la rique-

    za o del valor, pero no lo encontr en la naturaleza sino en el hombre,

    en el individuo que trabaja.

    Dumont subraya la perspectiva sustancia lista que impregna el surgi-

    miento de lo econmico, es decir, la tendencia a acentuar un agente

    o un elemento nico como entidad auto suficiente que suministra la

    3 Con este argumento: una colmena, espejo de la sociedad humana, vive en la

    corrupcin y la prosperidad. Experimenta cierta nostalgia por la virtud e

    implora por recuperarla. Cuando se accede al ruego, tiene lugar una extraor-

    dinaria transformacin: con el vicio desaparece la prosperidad, remplazada

    por la inactividad, la pobreza y el tedio [Mandeville, 90].

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    razn o el ncleo vital del dominio como un todo [1982, 132]. En

    este punto surge el problema del mtodo. En la modernidad, la

    razn es una diosa, pero no una razn cualquiera sino una razn

    especializada que intenta extender sus tentculos lo ms lejos posi-

    ble. La perspectiva sustancia lista que Dumont enfatiza es justamente

    parte del proceso en que se pierde la visin global de un amplio

    sistema de relaciones ilimitadas, pues la realidad se divide en com-

    partimientos y luego se escoge un elemento de cada uno de ellos

    para que explique la totalidad que representa. Compartimientos que

    a su vez sern subdivididos en varias unidades y stas en otras ms

    especficas, donde cada divisin cobra vida propia y aislada de las

    dems. Eso mismo hizo Smith: ide un sistema econmico inde-

    pendiente y quiso reconstruirlo a partir del menor nmero de ele-

    mentos bsicos. El individuo, cuya conducta econmica resulta en

    un bienestar general expresado en el crecimiento econmico, y el

    hombre que con su trabajo crea valor conforman dos aspectos de un

    elemento ordenador primario nico.

    Esta perspectiva sustancialista es ms intensa en el caso de la teora

    marginalista, que lleva a sus ltimas consecuencias la nocin del

    hombre como ente econmico. El homo e conom ic us de los

    marginals-

    tas es la base del rigor y la perfeccin de su teora, motivacin ltima

    de la tentacin marginalista. El mtodo basado en esta perspectiva

    permite que esta teora rena en forma clara y evidente los dos

    rasgos cardinales de la ideologa moderna: el individualismo y la

    especializacin de la razn.

    INDIVIDUALISMO COMPLETO

    HOMO ECONOMICUS PUNTO DE PARTIDA

    CONSUMO INDIVIDUAL PUNTO DE LLEGADA

    En el proceso que dio origen a la ciencia econmica como disciplina

    autnoma, Smith contribuy a liberarla de implicaciones morales

    dando un s tatus tico propio a la conducta econmica del hombre y

    basndolo en el utilitarismo. Con este antecedente, situado en el

    ncleo del pensamiento econmico, el paso que dieron los margina-

    listas fue ms fcil de aceptar que si hubieran partido de la nada.

    Se saba y se sabe que la sicologa es un tema complejo, donde

    intervienen muchos elementos, motivaciones y sentimientos. Los

    economistas nunca han pretendido abarcar la totalidad del compor-

    tamiento y la sicologa humanas, slo han aislado los aspectos que

    consideran pertinentes para su objeto de estudio; aunque cada teora

    econmica asume una concepcin de la sicologa humana y esta

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    concepcin determina sus postulados y sus alcances+ lo que es ms

    explcito en la teora marginalista que en otras: su aparato analtico

    descansa en un supuesto psicolgico fundamental: en unas circuns-

    tancias dadas, los individuos buscan su inters propio usando su

    razn para tomar decisiones.

    Ese comportamiento racional individual no significa que cada ser

    humano piense y decida qu hacer basado en su conocimiento pre-

    vio de la situacin. Si as fuese, cualquier decisin sera racional y

    resultara problemtico generalizar y teorizar, por la incertidumbre

    acerca de los resultados. Para evitar malentendidos debe precisarse

    el significado de dicho supuesto: en la esfera econmica el individuo

    acta ante todo como consumidor y, en tanto ser racional, busca

    maximizar su utilidad. Este principio se puede extender a otras

    formas de actuacin econmica: como productores, los individuos

    buscan maximizar sus ganancias. Para que esta conducta racional

    sea posible, los individuos deben tener perfecto conocimiento de la

    situacin, de lo contrario su decisin ser errnea y no maximizar la

    felicidad, medida en trminos de utilidad.

    Ese sencillo principio sirvi para construir un aparato terico con

    una importante caracterstica: da certeza sobre lo que va a suceder y,

    por tanto, tiene capacidad predictiva, uno de los logros que ms se

    encomia de la cienciamoderna.

    La teora clsica tambin era individualista, pero en un sentido muy

    diferente. El tratamiento que Smith da al individuo tiene su origen

    en las discusiones morales de Locke, Hobbes, Hume y Hutcheson.

    Smith liber elcomportamiento del individuo en la esfera econmica

    de las prescripciones de la moral tradicional: le permiti actuar a su

    antojo afirmando que el mercado se encarga, por obra del mecanis-

    mo conocido como la mano invisible , de conjugar las actuaciones

    egostas de los hombres para que den el mejor resultado en trminos

    sociales: el crecimiento econmico, que se asociaba y an se asocia

    con el bienestar general. El crecimiento daba cuenta de la armona

    del sistema y permita abogar por el liberalismo. Los marginalistas,

    por el contrario, no se ocuparon del problema moral. ste haba sido

    superado de una vez y para siempre. Su ocuparon de buscar un

    principio que diera validez universal a su teora y lo encontraron en

    el individuo racional .

    Hay otro cambio notable con respecto a la visin de Smith, cuyo

    enfoque individualista se refiere bsicamente al capitalista, mientras

    4 Para el caso de la teora keynesiana, vase Winslow.

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    LA TEORA MARGINALISTA

    83

    que para los marginalistas el individuo es un consumidor cualquie-

    ra. Diferencia que tiene dos implicaciones. La primera es que los

    individuos marginalistas no tienen clase social: para la nueva teora

    todos los individuos son iguales pues todos son consumidores raciona-

    les. As, se elimin el problema del conflicto social siempre latente en la

    teora clsica, sobre todo en David Ricardo, en quien se bas Marx.

    La segunda consiste en que el individualismo centrado en la accin

    del capitalista refleja la visin productivista de la teora clsica. El

    productivismo tambin se revela en el sentido social que domina

    esta visin de la economa, como argumenta Lawrence Birken [1988].

    El nfasis en el crecimiento lleva a concebir la produccin como fin

    ltimo de la actividad econmica. Tanto es as que los clsicos juzga-

    ban el consumo segn sus efectos sobre la totalidad de la economa:

    lo dividan en consumo productivo y consumo improductivo.

    Birken sostiene que el gran cambio que provocaron los marginalistas

    fue haber puesto fin a ese nfasis en la produccin, lo que logran

    profundizando el individualismo, liberando a los individuos de sus

    responsabilidades con el todo social. La armona y la benevolencia

    del sistema dejaron de juzgarse en trminos de la maximizacin del

    producto social para medirse en trminos de la maximizacin de la

    utilidad individual. El punto de partida del marginalismo es ntida-

    mente individualista -el homo e onomi us pero, si se quiere, slo

    es una cuestin de intensidad; el principio clsico ya era individua-

    lista, aunque no su punto de llegada. La armona se evaluaba en

    trminos sociales: una torta cada vez ms grande. Con el cambio de

    enfoque, la armona, que pas a denominarse asignacin ptima de

    recursos , se justific con base en las valoraciones personales.

    Volviendo a Birken, el fin del productivismo se evidencia en el aban-

    dono de la distincin entre consumos productivo e improductivo,

    pues en un mundo donde el consumo es el fin ltimo de la actividad

    econmica esa distincin carece de sentido. El consumo no se trata

    ya a nivel social sino a nivel individual. El cambio es esencial: el

    consumo, que antes se juzgaba por sus efectos sociales, comenz a

    tener a su disposicin toda la economa y la pregunta cambi: cmo

    puede el sistema dotar al individuo. Al separarse de su remanente

    social, el consumo dej de lado toda implicacin moral y se fund

    nicamente en el deseo.

    El nfasis terico en los gustos individuales fue posible gracias al

    concepto de utilidad marginal [Birken 1988, 256]. La utilidad se

    puede tratar socialmente si se parte de la idea de un hombre normal :

    la comida es til, luego tiene valor porque los hombres la necesitan

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    para VIVIr.El concepto de utilidad marginal produjo una nueva

    teora y acentu el individualismo: en el margen -como dice la

    famosa paradoja- el diamante puede ser ms valioso que el agua.

    LA ESPECIALIZACIN DE LA RAZN

    Se mencion que un pilar de la ideologa moderna es su fe en la

    razn, la certeza de que el hombre puede orientarse en el mundo con

    su ayuda y que, a fin de orientar al hombre, la razn compartiment

    la realidad para abarcarla ms fcilmente. Un paso en ese proceso

    fue el surgimiento de la categora econmica como objeto de estudio

    independiente, luego se delimit el campo de la ciencia econmica y,

    ms tarde, con la propuesta margina lista, se afin su mtodo. Dado

    que ste era un proceso deseable y necesario para la mentalidad del

    hombre moderno, la teora margina lista tuvo un gran punto a su

    favor para ser aceptada.

    El mtodo deductivo de los marginalistas, que permite construir con

    gran consistencia lgica un cuerpo terico basado en unos pocos

    supuestos sencillos, tiene sus orgenes en la ciencia moderna en

    general y en el desarrollo de la economa en particular. El tipo de

    conocimiento predominante a mediados del siglo

    XIX

    reflejaba los

    valores de la ideologa moderna. El marginalismo se gui por esos

    valores y se es el secreto de su triunfo.

    A continuacin se describen las relaciones del marginalismo con el

    mundo cientfico y con la evolucin del mtodo en la economa para

    dar cuerpo a lo que llamamos especializacin de la razn.

    A QU COMUNIDAD CIENTFICA

    PERTENECIERON LOS MARGINALISTAS?

    En los aos sesenta del siglo pasado, los practicantes de la economa

    la consideraban una disciplina cientfica: tena un campo de accin,

    es decir, una serie de problemas econmicos, y una forma particular

    de tratarlos que se recoga en los textos de economa y se divulgaba,

    al menos, en las ctedras de economa de las principales universida-

    des europeas. Sin embargo, los practicantes de esta disciplina no

    conformaban una comunidad cientfica tal como la define Kuhn: un

    grupo de estudiosos cuyos temas de investigacin no son asequibles

    a los no profesionales, y cuyos avances se divulgan rpidamente y se

    discuten dentro de la comunidad [Kuhn 1975].

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    LA TEORA MARGINALISTA

    85

    Los asuntos econmicos eran tratados por diversos personajes entre

    quienes figuraban hombres de negocios y periodistas, un grupo he-

    terogneo donde los economistas -personas formadas en la discipli-

    na y dedicadas a ella- eran la inmensa minora. Por qu este hecho

    es importante para el problema que nos ocupa? Por dos razones. La

    primera ya se mencion: la falta de cohesin dificult la divulgacin

    de las ideas marginalistas y limit la recepcin de nuevos plantea-

    mientos tericos que aparentemente nada tenan que ver con los

    problemas prcticos que interesaban a esa seudocomunidad econ-

    mica. La segunda es importante en relacin con el problema del

    mtodo. La idea de comunidad cientfica de aquella poca no era la

    misma de hoy: un amplio grupo de economistas con revistas propias

    y redes de comunicacin y, en fin, con lmites territoriales bien defi-

    nidos. La comunidad cientfica a la que pertenecieron Jevons, Wal-

    ras, Menger y tambin Marshall inclua otras disciplinas y estaba

    dominada por las ciencias naturales. Ninguno de ellos se form para

    ser economista, todos se entrenaron y trabajaron en un contexto

    interdisciplinario en el que la relacin con otras reas del conocimiento

    a veces poda ser ms importante que los problemas econmicos.

    El caso de Inglaterra, uno de los que cuenta con mayor documenta-

    cin, es muy ilustrativo. En la segunda mitad del siglo XIX el pensa-

    miento econmico recibi una fuerte influencia de los desarrollos en

    las ciencias de la vida y de la creciente secularizacin de las doctrinas

    ticas, es decir, de cambios que ocurran dentro de la comunidad

    cientfica entendida en un sentido amplio. La lite intelectual de la

    floreciente poca victoriana era ms o menos pequea e interrelacio-

    nada. Quienes trabajaban en economa poltica consideraban su dis-

    ciplina --como an sucede- como la ms cientfica de las ciencias

    sociales y morales. Muchas de las que hoy consideramos ciencias no

    haban alcanzado ese status. La comunidad acadmica estaba al tanto

    de lo que suceda en los distintos campos del conocimiento, por

    oposicin al mundo acadmico actual excesivamente compartimen-

    tado. As, Charles Darwin y Alfred

    Wallace, que en la dcada de

    los aos cincuenta plantearon simultneamente la teora de la selec-

    cin natural como explicacin de la evolucin, reconocieron que el

    En sa yo s obre po bla cin

    de Malthus les abri el camino para formular

    su teora.

    5 In October 1838... 1happened to read for amusement Malthus on Popula-

    tion, and being well prepared to appreciate the struggle for existence which

    everywhere goes on from long continued observation of the habits of ani-

    mals and plants, it at once struck me that under these circumstances favou-

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    En la poca victoriana el concepto de evolucin se asimilaba a la idea

    de progreso, lastre que an cargamos; por ello, la teora darwiniana

    se amoldaba muy bien a la visin optimista del proceso de desarrollo

    humano entonces predomnante.s De otra parte, el materialismo que

    impregna

    E l origen de las especies

    [1859] se opona al anglicanismo en

    el que muchos acadmicos haban crecido y al que estaban atados

    por los trminos de sus becas universitarias, as lo estuviesen reva-

    luando. Adems de su relacin con la teora malthusiana, en el cam-

    po econmico haba una fuerte razn para aceptar la teora de

    Darwn:?

    los problemas polticos y sociales causados por el avance

    industrial estaban generando crticas al sesgo pro l ai ss er fa ir e de la

    economa poltica, y la teora de Darwin poda servir para justificar

    cientficamente el supuesto de que el libre desarrollo de las fuerzas

    naturales (o del mercado) lleva al bienestar de la forma de vida ms

    avanzada: el hombre. Adems, Darwin tambin era til para apoyar

    la metodologa hipottico-deductiva que cada da tomaba ms fuer-

    za en la economa.

    El ejemplo de la teora de la evolucin es pertinente porque estaba en

    el centro de la discusin cientfica de ese momento. Pero aqu el

    argumento desborda el caso especfico de la biologa. La teora eco-

    nmica era atacada fuertemente por su abstraccin y aridez, y por el

    peso excesivo que daba a la coherencia lgica, en gran medida heren-

    cia viva de Ricardo. Pero los pocos economistas que participaban en

    el movimiento intelectual y acadmico ms amplio tenan una visin

    diferente de su disciplina. Su problema, como bien perciba Jevons,

    era avanzar por el sendero del rigor cientfico y del perfeccionamien-

    to metodolgico, como sugera el estado de las ciencias naturales.

    As pues, el desarrollo del mtodo deductivo, proceso en el que los

    marginalistas tienen gran protagonismo, no es propio de la discipli-

    na econmica sino del conocimiento cientfico en general. Los mis-

    mos practicantes de la economa en ese momento la consideraban

    una hermanita menor de las ciencias naturales y exactas. Para crecer

    rable variations would tend to be preserved and unfavourable ones to be

    destroyed. The result of this would be the formation of new species [Gould

    1977).

    6 Darwin utiliz el trmino descendencia con modificacin y no el de evolu-

    cin que populariz ms adelante. Adems, segn l mismo, no se puede

    hablar de organismos superiores o inferiores sino de organismos ms adap-

    tados a las condiciones de un medio especfico.

    7 Darwin afirm que sta es la doctrina de Malthus aplicada a todo el reino

    vegetal y animal , citado por Deane [1989,125).

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    LA TEORA M ARGINA LISTA

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    y robustecerse, tena que alimentarse como sus hermanas mayores:

    eso hicieron los marginalistas con su riguroso mtodo deductivo.

    El camino que siguieron los marginalistas, iluminado por la exis-

    tencia de una comunidad cientfica pequea e interrelacionada, ayu-

    d a que la economa formara toldo aparte dentro de esa comuni-

    dad, hoy inmensa y desmembrada. Esa gran familia cientfica

    empujaba a sus hijos para que hicieran su propia vida: llevaba el

    germen de su destruccin.

    EL MTODO DEDUCTIVO DE RICARDO

    FRENTE AL INDUCTIVO DE MALTHUS

    Adems de la presin de la comunidad cientfica, los marginalistas

    reciban la influencia de los desarrollos metodolgicos de su discipli-

    na. El camino para que optaran por el mtodo lgico deductivo fue

    allanado por David Ricardo, cuyo mtodo analtico se impuso sobre

    el sociolgico de Malthus. El papel de Ricardo en la historia del

    pensamiento econmico ha sido muy controvertido. Acept los prin-

    cipios bsicos de la economa poltica planteados por Adam Smith;

    en trminos muy escuetos se puede decir que revis La riqueza de las

    naciones y trabaj sobre sus puntos dbiles. Por ello hay quienes

    consideran que su lugar en la historia de las ideas econmicas no es

    importante y que las discusiones sobre su obra son estriles.

    Sin embargo, la importancia de Ricardo es considerable. Adems de

    participar en debates de coyuntura y de hacer aportes tericos, entre

    los que sobresalen sus teoras del valor y de la renta, fund una

    tcnica de anlisis propia de la economa, separndola de sus ele-

    mentos histricos, sociolgicos y morales [Deane 1978]. La tcnica

    consiste en formular leyes generales de la vida econmica y derivar

    de ellas una teora que se contrasta con la realidad. Su tratamiento

    lgico de los fenmenos econmicos facilit formularlos en trminos

    matemticos.

    En su metodologa, Ricardo se opuso a su contemporneo Malthus

    (1766-1834) quien defendi su mtodo histrico inductivo sobre el

    abstracto deductivo de Ricardo. Estos pensadores fueron amigos y

    discutieron ampliamente sus teoras. Malthus pas a la historia por

    su E nsa yo so bre el principio de pobla cin cuya primera versin se publi-

    c annimamente en 1798 con un xito inmediato. La segunda ver-

    sin, ya firmada, apareci cinco aos despus. El debate entre ellos

    se centr en aspectos tericos, sobre todo en la teora del valor y la

    posibilidad de que aparecieran crisis de sobreproduccin o una de-

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    CUADERNOS DE ECONOMA 23

    manda insuficiente. Ricardo hizo malabares para defender la teora

    del valor trabajo que enunci Smith aunque luego la abandon;

    tambin fue partidario de la Ley de SayoSu disputa con Malthus no

    se limit a aspectos de sus teoras sino que invadi el campo del

    mtodo. La argumentacin ordenada y lgica de Ricardo fue decisi-

    va para que la pugna se resolviera a su favor. Fue l quien ocup,

    entonces, un lugar principal en la historia de la disciplina naciente al

    lado del fundador.

    Su influencia no puede pasarse por alto. Ricardo contribuy a alejar

    la economa del mundo real, es decir, a desplazar el problema central

    de las teoras econmicas a su consistencia lgica y a dejar en segun-

    do lugar

    Su

    verificacin emprica. De otra parte, la tcnica ricardiana

    permiti que la economa se desarrollara independientemente de

    otras ciencias sociales. As, desde Ricardo, la corriente principal en

    economa ha buscado la consistencia lgica, el perfeccionamiento de

    las herramientas matemticas y se ha limitado a los problemas que

    pueden ser resueltos en esos trminos [Deane 1989, 91].

    En su libro Ideologa y m todo en econom a , Homa Katouzian apoya

    esta visin de la influencia de Ricardo sobre la evolucin del mtodo

    en economa. Segn Katouzian, el mtodo se desplaz de un enfoque

    parcial, concreto y casualmente emprico a otro general, abstracto y

    deductivo, y considera que la participacin de Ricardo fue importan-

    te para el desarrollo del mtodo puramente especulativo. Ricardo

    fue el fundador de la teora econmica pura como ejemplo de lgica

    pura casi autnoma [Katouzian 1982].

    Los margina listas se opusieron a la teora ricardiana del costo de

    produccin pero fueron fieles a su mtodo. Establecieron unas pre-

    misas y dotaron a la ciencia econmica de herramientas analticas

    precisas para, a partir de all, edificar la teora. El marginalismo

    encarna la tentacin moderna: su mtodo asegura el logro de sus

    metas, pero a costa de restringir el compartimiento de la realidad

    que ha escogido; avanza mucho, por un sendero muy delimitado, no

    a campo abierto.

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