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La actividad agrícola en la economía fenicia de la Península Ibérica J. ALVAR y C. G. WAGNER (Universidad Complutense) 1. IntroducciÓn La actividad agrícola en la economía fenicia es un fenómeno destacado hace ya tiempo por Whittaker en un artículo’ que en su momento no tuvo la repercusión que merecía. Recientemente se viene observando una paulatina aceptación de la tesis defendida por Whittaker, aunque con las matizaciones que su argumentación requería, En nuestra opinión habría que distinguir lo que de válido tiene la tesis, como sistema de explicación coherente, y lo que puede ser desechado del sustento argumental. Ya a comienzos de los ochenta nosotros mismos aceptamos de forma ge- neral la tesis de Whittaker, pues servía como solución a una serie de proble- mas planteados que la perspectiva tradicional de la colonización fenicia era in- capaz de resolver 2• Muchos de aquellos problemas siguen siendo discutidos hoy por todos los que se oponen a una actividad agrícola en la economía fe- nicia de los establecimientos ultramarinos. De todas formas, la discusión ita sido parcialmente positiva, pues ni los más reticentes niegan ahora una cierta función agrícola, aunque no acepten C. R. Whittaker, “The Westem Phoenicians: Colonisation and Assimilation”, Froceedings of tite Cambnidge Philologi cal Society, 200 (n. 20), 1974, 53-79. 2 j~ Alvar, La navegación prerromana en la Península Ibérica: colonizadores e indígenas, Ma- drid, 1981; C. 0. Wagner, Fenicios y Cartagineses en la Península Ibérica, Madrid, 1983; lo’em, “Aproximación al proceso histórico de Tartessos”, AEspA, 56, 1983, 3 ss. Gerión, 6. 1988. Editorial de la Universidad Complutense de Madrid.

La actividad agrícola en la economíafenicia de la ... · de largo alcance habría requerido una actividad comercial intensa, que no de-tecta elregistro arqueológico. Para aceptar

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La actividadagrícola en laeconomíafeniciadela

PenínsulaIbérica

J. ALVAR y C. G. WAGNER(UniversidadComplutense)

1. IntroducciÓn

La actividad agrícolaen la economíafeniciaes un fenómenodestacadohaceya tiempopor Whittaker enun artículo’ queen sumomentono tuvo larepercusiónquemerecía.Recientementese viene observandounapaulatinaaceptaciónde la tesisdefendidapor Whittaker,aunquecon las matizacionesquesu argumentaciónrequería,En nuestraopinión habríaque distinguir loquede válido tiene la tesis,como sistemade explicacióncoherente,y lo quepuedeserdesechadodel sustentoargumental.

Ya acomienzosde los ochentanosotrosmismosaceptamosdeforma ge-neral la tesisde Whittaker,puesservíacomo solucióna una seriede proble-masplanteadosquela perspectivatradicionaldelacolonizaciónfeniciaerain-capazde resolver2• Muchosde aquellosproblemassiguensiendodiscutidoshoy portodoslos quese oponena unaactividadagrícolaen la economíafe-nicia delos establecimientosultramarinos.

De todasformas, la discusiónita sido parcialmentepositiva,puesni losmásreticentesnieganahorauna cierta función agrícola,aunqueno acepten

C. R. Whittaker, “The WestemPhoenicians:ColonisationandAssimilation”, Froceedingsoftite CambnidgePhilological Society,200 (n. 20), 1974, 53-79.

2 j~ Alvar, La navegaciónprerromanaenla PenínsulaIbérica: colonizadorese indígenas,Ma-

drid, 1981;C.0. Wagner,Feniciosy Cartaginesesen la PenínsulaIbérica, Madrid, 1983; lo’em,“Aproximación al procesohistóricodeTartessos”,AEspA,56, 1983, 3 ss.

Gerión, 6. 1988. Editorial de la UniversidadComplutensedeMadrid.

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que los problemasde la tierra puedanconstituir, al menosen parte,uno delosmóviles dela expansiónfeniciapor el Mediterráneoo queun sectorde lapoblación colonial no estuvieradedicadoa actividadescomerciales, sinoagrícolas -

Algunosautoreshanaceptadosin especialesreservaslaposibilidadde unaexplotaciónagrícoladel territorio,independientementede laactividadcomer-cial, aunqueno hanexpresadoconclaridadlaarticulacióndelas distintasfor-mas de producción~. Ese es el objetivo principal del presentetrabajo.

2. Modalidadesde la función agrícola

Estamosconvencidosde que la actividadagrícolaadquierediversasfor-masde participaciónen laestructuraeconómicade losestablecimientosfeni-cios peninsulares.Nuestrapretensiónaquíes elaborarun marcoteórico, fun-damentadoen el análisisdelos restosmateriales,quedebesercriticado, mo-dificado, matizado,aceptadoo rechazadopor la investigaciónarqueológica.En cualquiercaso,es necesarioplantearproblemasnuevose intentosde so-lución paraque nuestroconocimientosobreel fenómenode la presenciafe-ntctaenExtremoOccidenteadquieraunosnivelesdecomplejidadmuchomásacordescon la realidadhistóricaquelas explicacionesunidireccionalesy es-casamentearticuladasquepresentala investigaciónactual.

Creemosque hayque distinguir tres modalidadesen la función agrícola,querespondena estímulosdiferentesy queprovocandistintasrepercusionesen las formasdecontactoconel ámbitoindígena,

En primer lugar, habríaunaagriculturade autoabastecimientoparalaali-mentaciónde los habitantesde los asentamientosfenicios. En segundolugar,existiríaunaagriculturadestinadaa la comercialización.Finalmente,propo-nemosla existenciade unaagriculturaesencialmentede autoabastecimientoparala alimentaciónde poblacionescuya función económicaprincipal no esel comercto.

Evidentemente,no se tratade unaevoluciónen el tiempode la funciónagrícola.Son modalidadesque respondena necesidadesy mecanismosdife-rentes,perocoincidentesenocasionescronológicamente.Es decir,todasellasseintegranenun procesodemúltiplesfacetasqueconvieneir sistematizando,Intentaremos,a continuación,argumentarla existenciade cadaunade esasmodalidadesy establecer,en cadacaso,las característicasgeneralesdelas for-

H.0. Niexneyer,“El yacimientofeniciode Toscanos:urbanísticay función”, AO, 3, 1985;H. Schubart,“Asentamientosfeniciosenlacostameridionaldela PenínsulaIbérica”, HuelvaAr-queológica, VI, 1982, 91; 0. Bunnens,“Le róledeGadtsdansl’implantation phénicienneen Es-pagne”,AO, 4, 1986, 191.

O. Arteaga,“Problemáticageneralde la iberizaciónenlaAndalucíaOrientaly enel Sudestede la Península,Ampurias,38-40, 1976-78,43 y nota 146.

La actividadagrícola en la economíafenicia 171

masdepropiedaddel suelo,explotacióndel mismoy redistribuciónde lapro-ducción.Finalmente,nos interesatambiénobservarlas pautasde comporta-miento haciael medio indígenaquedesarrollanestasmodalidadesde activi-dadagrícola,

3. La agriculturade autoabastecimientoen losasentamientoscosteros

Independientementede la cronologíaque otorguemosal comienzode lapresenciafeniciaenla PenínsulaIbérica,hayqueadmitir laexistenciade unaactividadagrícoladesdeel mismomomentoen quese documentanestableci-mientospermanentes.Esobvio que,desdeel puntode vistaeconómico,laali-mentaciónde la poblaciónestablecidaen esosasentamientoscosteroshabíade realizarsecon la explotaciónde los recursosagrarioslocalesy no con unahipotéticaimportaciónde productosalimenticiosprocedentesde lapropiaFe-nicia, ni conun abastecimientofruto de la producciónindígena,puesen mu-chos lugaresno hayautóctonosen elentornoinmediato,y un abastecimientode largo alcancehabríarequeridounaactividadcomercialintensa,queno de-tectael registroarqueológico.Paraaceptarestamodalidadseríanecesarioen-contraránforasu otros recipientesde fabricaciónindígena;lo más parecidoque haya este respectoes el “comercio de la miel”, sostenidopor Niemeyer3ypor muydiversificadaqueestuvieselaactividadcomercialindígenadebienesalimenticios,la escasaproporciónde cerámicaindígenaen asentamientosco-lonialesparecesíntomaevidentedequeesashipotéticasimportacionesno ha-brían podido satisfacerla demandaalimenticiade los fenicios.

La investigaciónarqueológica,preocupadapor otros problemas,habíaol-vidado,por lo general,esteasunto,que sin embargoatraela atencióndelosestudiososde otros fenómenoscoloniales,comolos quese dedicanal mundogriego, puesafectaa cuestionescomola territorialidadde los asentamientos,análisisde los factoreseconómicosque integranel procesode asentamientoy, cómo no, las formasde interacciónconel medioindígena.

Algunosautores,reticentesa la horade concederimportanciaal fenóme-no agrícolaen la expansiónfenicia,considerantan obvia la existenciade estamodalidadquesuponeninnecesarioseguirindagandoporesteterreno:“le be-soin de ressourcesagricolespour le développementdescommunautéscolo-nialesest uneévidencequi nedemandeaucunedemonstration...”6 Sin em-bargo,el análisisde los argumentosparatal demostraciónpuedeconduciraobservacionesinteresantessobrelas formasde producciónagrícola.

La existenciadeanimalesde cría no detectadosen la Penínsulaconante-

Véase,porejemplo,H. 0. Niemeyer,“El yacimientofeniciode Toscanos:balancede la in-vestigación1964-1979”,HuelvaArqueológica. VI, 1982, 119.

‘ Bunnens,loc. cii. (n. 3), 191.

172 ¡ Alvary O O. Wagner

rioridad a la presenciafenicia,comoavesde corral (gallina), ha hechosupo-ner que la producciónde alimentosestabaen manosde lospropiosfenícios,Algo similar ocurreconla explotaciónde losrecursosalimenticiosproceden-tes del mar, puesel pescadoformabapartedela dietaalimenticiade los feni-cios y, probablemente,habíaya unacierta industriade salazones,así comoproducciónde púrpura’.Sin embargo,no podemosestablecercon seguridadla forma de producciónenel ámbito agrícola.En estesentidoseríanecesariodeterminarlas característicasde la propiedadde la tierra, quién la trabajabay quién controlabala redistribucióndel producto.

Si se nospermiteplantearunaconjetura,por endeno demostrable,sos-tendríamosquela propiedadde la tierra explotadaparala alimentacióndelapoblaciónfeniciaseríaprivada,sobretodo teniendoencuentala ausenciadeinstitucionesque pudieranostentarla titularidad de esastierras, comotem-píos, palacios,etc. Peroconvendríaatenderala posibilidadde quehubieraal-gún sistemade arrendamiento,como en el caso de Cartago(aunqueno vis-lumbramosen elámbitoindígenaestructurasadministrativascapacesdeman-teneruna relación de este tipo con los fenicios). Probablementeel territorioocupadopor losasentamientosy el inmediatamentecircundanteestaríapar-celadoen pequeñaspropiedades,fruto quizáde unaocupaciónfisica o deunrepartosistemáticoentrelos colonosen el momentode la fundación,lo queimplicaríaun actoadministrativo,análogoa lo que conocemosen elámbitogriego. Porejemplo,el territorio urbanode Metapontoestácompuestopor in-su/asde 190 x 35 m., creadasporla confluenciadearteriasgrandesy peque-ñas (ylateiai y slenopoi, de unos 12 y 5 m. de ancho,respectivamente);estetrazadocorrespondea losorígenesde la ciudad,a mediadosdel s, VII. La sis-tematizacióndel territorio urbanodesdeel mismo momentodel asentamien-to es tambiénperceptibleen MegaraHiblea, aunquela urbanizaciónefectivade estacoloniano tengalugar hasta650’,

El espaciourbanoquedaríadividido entrelos cofundadores,de tal modoque cadauno tendríaunapropiedadque incluyera una casay un pequeñohuertoparasualimentación,La separacióndelascasasenToscanos,porejem-pío, parecepostularunadistribuciónde estetipo; en estecasoconcreto,ade-más,la construccióndel edificio C, elalmacén,presentaciertosproblemasur-banísticos,lo queha conducidoaNiemeyera suponerqueexistíaun “catas-tro” en Toscanosantesdel año 700 ~.La topografiade otrosyacimientosqui-záno permitiríalaexistenciadehuertosintraurbanos;en talescasos,asícomoen los anteriores,podríaexistiruna especiede “cinturón agrícolasuburbano”,

En Toscanos,porejemplo,hayabundantesrestosdepescado(Niemeyer,loa cil. (n. 5), 117);peroesque, además,los análisisdelcontenidodeánforasfeniciasseguramentedocumentaráneltransponedesalazones.

8 Véaseenúltimo lugar,A. J. DomínguezMonedero,ColonizaciongriegoymundoJl¿nerarioind¿genaen elMediterráneoOccidental,Madrid, 1987, 345-6(Metaponto);1113 (MegaraHiblea>.

Niemeyer, loe. ch. (n. 3), 113.

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un espaciocultivabledividido enparcelasde mayorextensiónquelasintraur-banas,pero siemprede carácterlimitado. La producciónaquítambién seríade carácterhortícola,destinadainicialmenteal autoconsumo;aunquepaula-tinamentese iría reduciendoel númerode especies,tendiendohaciaunaes-pecialización,generadorade un excedentesusceptiblede sercomercializado.

La distribuciónde la tierra en estetipo de procesocolonial no tiene porquéserigualitaria,por lo quelaestratificaciónsocialpuedeserperceptibledes-de los orígenesdel asentamiento.La segregaciónresidencialen yacimientoscomoToscanosasíparecedocumentarlo;la segregaciónfunerariaquedetectala arqueología,sin embargo,no puedeserutilizadacomoargumento,ya quelas necrópolisconocidascon bastanteposterioresa los asentamientosurba-nos, y podríaexplicarsepor otrosmecanismosdiferentes.

En principio, seríanlos propios feniciosquienestrabajaranestaspropte-dades,en un régimende explotaciónfamiliar. Presumiblemente,desdemuyprontose incorporaríamanodeobraindígena,lo queexplicaríade forma sa-tisfactoriala presenciade cerámicasautóctonasen los núcleosfenicios. Lógi-camentese estableceríaaquíun sistemaderelaciónde dependencia,cuyasca-racterísticasno podemosespecificar,por lo que hablarde esclavitudpareceprecipitado,a pesardequeeserégimende dependenciano eraajenoa las for-masdeproducciónfenicias.Quizá setrataríamásbiende siervosdomésticos,similaresa los queconocemosen la Grecia de los Siglos Oscuros.Evidente-mente,estesistemade relación no producemestizaje,másque en casosso-ciológicamenteinsignificantes.Ahora bien,el contactoproduciríauna lentaasimilaciónde los indígenashacia los estímulosculturalesdominantesde losfenicios,síntomadelo cualpodríasereldecrecimientode lacerámicaa mano.

El excedenteproducidopor los diferentespropietariosseríaintercambia-do en un mercadode tipo diario o semanal,en la propia localidad,sin inter-mediados.De estemodohayunatotal integracióndel medioruralcircundan-te en la estructuraeconómicadel ámbitourbano.

Este sistemaque denominamosagriculturade autoabastecimientono esen absolutocomparableal que generala explotaciónde la cliora en las apoi-kiai griegas,yaquela extensiónde estasexplotacionesse ciñe al territorio in-mediatodel asentamientourbano.Ahorabien,estamodalidaddeexplotaciónno excluye otras, comoa continuaciónvamosa exponer.

4. La agriculturacon finalidadcomercial

En el horizontecorrespondienteal establecimientode asentamientosper-manentesapareceun tipo de cerámicaqueno encajabien con la función delos mismosen la interpretaciónque generalmentese viene admitiendo.Nos

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referimosa las ánforasarcaicasde tipología fenicia, perode fabricaciónpe-ninsular, conocidascomo R 1

La presenciadeestasánforassugierelaexistenciade unaproducciónagrí-cola local susceptiblede sercomercializada.El contenidode esosrecipientesdebíade sertanto aceite,comovino y salazones.Ahora bien, la produccióndel “cinturónagrícolasuburbano”no podíasertanexcedentaria(habidacuen-tade sudiversificacióny de laescasamanodeobraempleada)comoparaper-mitir una importantecomercialización.Estamosconvencidosde que el pro-ducto del “cinturón agrícolasuburbano”era íntegramenteredistribuidoen elámbitourbanoal que pertenecía.

Por otra parte,esimpensablequeestasánforascontuvieranun productoprocedentedelas actividadesagrícolasdepobladosindígenas,puesen tal casolos recipienteshabríande ser autóctonos(y, además,habríaque demostrarquelosindígenasestabancapacitadosparaproporcionarun excedenteagríco-la similar). Desdeel puntodevistaeconómicono esaceptablequeen los asen-tamientosfenicios se fabricaranunasánforasque se transportabanvaciasacentrosde producciónindígenasy quedesdeallí regresaranllenasa los cen-tros fenicios.

En consecuencia,y a partir de nuestrosconocimientosactuales,la solu-ción másplausibleesquemásalládel “cinturón agrícolasuburbano”hubieraotro “cinturón agrícola”, siemprepróximo a los núcleosfenicios, cuyo pro-ducto estabafundamentalmentedestinadoal comercio,sustrayéndoseasí delos circuitosde redistribuciónque hemosmencionadoantes.Recientesindi-ciosarqueológicospermitensospecharsu existencia,por ejemplo, enel valledelGuadalhorce,controladoporelasentamientofeniciodelCerrodel Villar

Estenuevotipo de explotacionesrequiereun régimende propiedaddis-tinto al anterior,esencialmentepor el hechode que la extensióncultivadaesforzosamentede grantamaño(eludimosconscientementeel términolatifun-distapor los innumerablesproblemasqueplantea).La forma enque segene-ran esasexplotacionesampliasesdificil de determinar.Inicialmentedossonlas posibilidades:que la titularidadde la tierracorrespondaa particulareso aunainstitución.Cadaunadeestasposibilidadesprovocaun modelode explo-tacióndiferente,por lo queconvieneesbozarambos,en la medidaen queso-moscapacesdeimaginarIos.

Si los establecimientosfeniciosde la costaandaluzafueron programados

O G. Vuillemot. Reconnaisancesauxéchéllespuniquesd’Oranie,Autun, 1965;J.Ramón,Ibi-

za y la circulación deánforasfeniciasypúnicasen elMediterrdneoOccidental, Ibiza, 1981, PP.16, 21, 40 ss.;la últimataxonomíaenO. Maas-Lindemann,“Vasosfeniciosdelossiglos VIII-VIenEspaña.Su procedenciay posicióndentrodel mundo feniciooccidental”, AO, 3, 1985, 228y234 fig. 1, 12.

M. E. Aubet, “Los centrosfeniciosdel Surde España:su funciónen el marco del territo-rio”, 11 Congr I.u. Si. FeniciePunicL Roma,nov. 1987, en prensa.

La actividadagrícola en la economíafenicia 175

desdeCádizcon la finalidad deexplotarlos recursosagrícolasde la región 82

cabela posibilidaddequese hubierareservadolos derechossobreel territorioque no formabapartede la estructuraurbana(en la quequedaríaenglobadoel “cinturón agrícolasuburbano”).En este caso,el templo de Melqarthabríacoordinadola expansiónterritorial feniciaporla Penínsulay seríael encarga-do dela comercializacióndelos excedentes.Estosuponequela propiedaddela tierra seríade la divinidado del templo y estaríaadministradapor suco-legio sacerdotal.En estesentido,los establecimientosfenicios no ejerceríanningúncontrol sobreestasexplotaciones;aunquesu infraestructurafuerauti-lizadapor los representantesdel temploen cadá localidadparaintroducir laproducciónagrícolaen los circuitoscomerciales.

El control efectivosobrelaorganizacióndeestetipo de explotacionespro-bablementeestaríaen manosde representantesdel santuariode Cádiz,bienafincadosen los núcleosfenicios adyacentesa las regionesexplotadas,o bienmedianteinspeccionestemporales.

La manode obrautilizadaeneste“segundocinturónagrícola”seríadeori-genindígenay su forma dehábitat,dispersoporel territorio, enpequeñosnú-cleos, aúnbastantealejadosde verdaderasestructurasurbanas.

No es fácil determinarel estatutojurídico de estaspoblaciones,peroha-bida cuentade la estructuradel sistemaes lógico suponerque tendríanunarelacióndedependenciaconrespectoa los quecontrolabanlas explotaciones,quepodemostraduciren unaforma deesclavitudo, al menos,en un régimenservil queincluyesealgunaforma deadscripcióna la tierra.

Naturalmente,este régimende explotación requiereun podercoercitivoquemantengasometidaa la poblaciónautóctona.Es cierto quelasnecrópolisfenicias no pruebanla existenciade unaélite guerreray quetampocose do-cumentaarmamentofenicioen losestablecimientos.Peroello no esun incon-venienteabsolutoparaseguirmanteniendola hipótesisplanteada.De hecho,algunosnúcleostanto fenicios comoindígenaspresentansistemasdefensivosquesugierenla necesidaddeprotecciónfrentea otro grupohostil. Lasmura-llas de Toscanos,desdeluego, no parecendemostrarunasrelacionesamisto-sascon el entorno.La existenciade murallasrequiere,además,armamentoparadefenderlas,quesi arqueológicamenteno se detectahabráquebuscaral-gunarazónquelo explique.No son habitualeslasarmascomoajuarfunerarioen el mundofenicio, la excepciónmásconocidaes Motia ‘~, peroello no im-pidequeaparezcanen otros lugaresajenosa las necrópolis.

A pesarde todo, no parecequeestesistemafuerapropio de la coloniza-

82 C. 0. Wagner,“Gadir y los másantiguosasentamientosfeniciosal E. delEstrecho”,Con-

greso Internacional:El EstrechodeGibraltar Ceuta,nov. 1987,en prensa.‘~ J.1.5. Whitaker,Motya,a Pitoenician Colony in Sicily, Londres,1921, 227; V. Tusa,“La

necropoliarcaicaed adiacenze.1. Relazionepreliminaredegli scavieseguitia Mozia negli ana,1972, 1973, 1974”, Mozia, IX, Roma, 1978, 8-9; P. Cintas et alii, “Onze sépulturesdela nécro-pole archaiquede Motye”, Cuad.Esc EspañoladeRoma,14, 1980, 49.

176 1 Alvar y C. G. Wagner

ción feniciaenel s. VIII; recuerdamásbienel resultadoal quedesembocaelestadoespartanotrasla SegundaGuerraMesenia,Sinembargo,en elámbitocolonial griegoencontramosalgoparecidoenel casodelos kyllyrioi, lapobla-ción autóctonasículasometidaa los propietarioso ganioroi siracusanos4; apesarde queaquíla tierra es de propiedadprivada, lo quemodifica conside-rablementela situación,si bien los indígenaspeninsularespudierantenerunaposiciónanálogaa la delos kyllyrioi.

Si analizáramosla situacióndesdela otra perspectivapropuesta,la pro-piedadpanicularde estastierrascuyo productose destinaal comercio,los re-sultadosseríanpocomáso menoslos siguientes:

Los territoriossituadosmásallá del “cinturón agrícolasuburbano”seríanocupadospor los feniciosasentadosen las localidadescosteras.No podemosdeterminarel modelo de ocupación,puescabe tanto un repartoorganizadopor instanciasadministrativas,comounapaulatinaapropiaciónconformesedesarrollanlas necesidadesde loscolonos.En cualquierade amboscasos,se-ría necesarioun registrode propiedades,una especiede catastroque diesefeen los títulos de propiedad.Tal registrohabíade situarseen un centroadmi-nistrativo, bienen la localidadcolonialcorrespondiente,bien enunaentidadsuperior,capazde organizary controlarlaexpansiónterritorial delos estable-cimientos fenicios. Esecentrosería,en nuestraopinión, Cádiz, desdedondese planificaríael establecimientode núcleosde habitaciónfeniciay suposte-rior proyecciónhaciael interior.

Porconsiguiente,las cuencasfluvialesen cuyasdesembocadurasselocali-zan los centroscolonialesfenicios estaríanparceladasen unidadesrelativa-menteamplias,parapermitirunaproducciónagrícolacomercializable,La pro-piedaddeestastierrasseríaparticular,aunquesometidasprobablementea unsistemade tributacióndel que seríabeneficiario el santuariode Melqart enCádiz,

Básicamentela explotaciónde estasparcelasseríade carácterfamiliar, sibienen las épocasde mayoractividadse emplearíamanode obraajenaa launidad de producción.Es enestepunto dondeparticipala poblaciónautóc-tona, que sin dudacohabitaesa cuencafluvial, aunqueen núcleosindepen-dientes,dedicadaaunaactividadeconómicaesencialmenteganaderayen me-nosmedidaconagriculturadeautoabastecimiento.Existensituacionesanálo-gasa ésta,por ejemplo,en Sicilia, dondehaynúcleosdepoblaciónsustancial-mentesículosdentrode las chorai. Ciertamenteno sabemosmuchoacercadeindígenasen los entornosde los establecimientosfenicios, perotampocosesabedemasiadosobreel elementoindígenaquevivía en el territorio ocupadopor Cumasy, sin duda,lo haríay participabaen la estructuraeconómicade

Véaseporejemplo,D. Asheri, “La colonizzazionegreca”,La Sicilia Anlico, 1,1,Nápoles,1980, 119-120;C. Ampolo, “Tributi edecimedei Siracusani”,Opus. 3, 1984, 31-36; DomínguezMonedero,Op. cit. (a. 8), 1040 ss.

La actividadagrícola en la economíafenicia 177

lacoloniagriega;del mismomodoqueocurreen el restode losestablecimien-tosgriegosy en algunosfenicios, comoMotia, dondela cohabitaciónde feni-ciose indígenasestádocumentadadesdesusorígenes‘.

La necesidadde los fenicios de contratartemporerosindígenasen deter-minadosmomentosdelciclo agrícolaes elargumentoesencialparacompren-der el fenómenode la cohabitación,frentea laexpulsióndela poblaciónlo-cal, queno habríabeneficiadoeldesarrollodeestesistemadeproducciónagrí-cola. Por suparte,la poblaciónindígenase ve obligadade buen o malgradoaaceptarla presenciafenicia,queocupalosespaciosagrícolasno pertenecien-tesa ningunacomunidadautóctona.

Ahora bien, inclusosi ambascomunidadesentiendenlos beneficiosdelacohabitación,las situacionesde tensióno conflicto podríanserfrecuentes,locual explicalanecesidaddeelaborarsistemasdefensivosparaasegurarsu pro-pia integridad.

No tenemosningúndatosobrela situaciónjurídicade estaspoblacionesautóctonas,einclusoesposiblequehubiesevariadoconel transcursodel tiem-po. En otros contextoscolonialessimilaresconocemosgruposde semidepen-dientes,como“las gentesqueviven en la tierra”, citadosen una inscripciónde Mactar,aunqueno se puededeterminarel gradode subordinación86; o loskyllyrioi de la chora de Siracusaa los quehemosaludido anteriormente.

SegúnTsirkin, cabríarelacionarloscon los paroikoi queencontramosenAsia Menorenépocahelenísticay romana,einclusoconlos incolaedelaspro-vincias romanas.Estaformadedependenciaesconocidatambiénentrelaspo-blacionescananeo-arameas,comose apreciaen los qenimcitadosporlos tex-tosbíblicos“.

Tambiénen Cartagoencontramosgruposde semidependientesnativosqueeranempleadosen la explotaciónde la chora. Estos estánligadosa los pro-pietariosde la tierra por unaespeciede lazosde clientela “.

En el casoque nos ocupa,pensamosquelas poblacionesindígenas,muydispersaspor el territorio, mantienensu forma tradicionaldevida, dedicadasala ganaderíay a la agricultura;sólo de vez encuandoson requeridasporlosfeniciosparacolaboraren las tareasagrícolas,lo cual puedecreardetermina-dos lazosde dependenciay promueveciertasformas de contactocultural.

Por suparte,los propietariosfeniciosviven habitualmenteen los centroscolonialesy sólo devez en cuandosedesplazana suspropiedadesen función

‘~ Tuse,¡oc. cit. (n. 11), 84-86;Cintas et aliL ¡oc. ci!. (n. It>, 4849; A. Ciasca,“Mozia 1979.Scavialíe mura”, RSF.8,1980,237-252;R. 3. A. Wilson, “Archaeologyin Sicily, 1977-81”, AR,28, 1981-2, 102; S. F. Bondi, “1 Fenici in Occidente”,Formedi Contatio,Pisa-Roma,1983, 381

M. Sznycer,“Grand inscriptioncMdicatoirede Mactar”,Semitica,22, 1972, 38.~ Gén.,XXIII, 4; XXXI, 5-42;Ex., U, 22; Deul.,1,16; V, 14; XXIV, 14-17; ¡5am.,XXVII;

XXIX;!! Sam.,IV, 2; cfi-. Ju. 13. Tsirkin, “Carthageandtheproblemof Polis”, RS)”, 14.2, 1986,134.

[8 C. R. Whittaker, “Land andLabeur in North Africa”, Klio 60, 1978, 338 ss.

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delas necesidadesdel ciclo agrícola.Cabe,sin embargo,la posibilidadde quealgunos fenicios vivieran permanentementeen las propiedadesagrícolas,comoocurre porejemploen la chora metapontina,dondese observala exis-tenciadegranjasconnecrópolispropiase inclusosantuariosrurales.La chorade Metapontoes especialmenteinteresanteporqueestásuficientementebienestudiada.Actualmentese está revisandoel tamañode las parcelasy el nú-merototal de las mismas;se suponeque no todoslos kleroi o parcelasseríandeigual tamaño,perono comoreflejo de lasdesigualdadessociales,sinocomointentode eliminar los desequilibriosprovocadospor la naturalezadel terri-torio. Se calculaquela mitad del lote estaríaocupadoporaccidentesnatura-les, zonassin cultivos, bosques,pastos,pradosy camposde cerealesy legu-minosas;casi la otra mitad seríaolivar, conunacentenade árboles;el resto,casi un 10% estaríaocupadopor viñase higueras~.Suponemosqueenel ám-bito colonialfenicio la explotaciónde las parcelasse realizaríade forma simi-lar. El conjuntode los kleroi componela chora,cuyaextensiónvaríaen fun-ción demúltiplesvariables;sinembargo,sepuedeestimarcomomediaun cír-culode unos15 km. de radio (tal es el casode Metaponto;en MegaraHibleala chora se limita a la llanuracostera,sobreun frentede unos15 km. y unaprofundidadmediade 6 a 7 km.). Las característicasde losasentamientosfe-nicios del litoral andaluzhacenpensarquesuschorai tendríanun frentebas-tantereducido(por laproximidaddelosasentamientos)y un fondoque,adap-tándosea la cuencafluvial, probablementeno superaríalos 15 km. La deli-mitacióndelos territoriosdependientesde cadaunade las fundacionesfeni-cias es uno de los problemasquedeberíaafrontarla investigaciónarqueoló-gica, para dotar de sentido real conceptoscomo chora, proschorosy “hin-terland”.

Volviendoal sistemade explotaciónde lasparcelasde este“cinturón agrí-cola”, suponemosquelos temporerosindígenasson retribuidosen especieyel restodel productoes envasadoparasu integraciónen los circuitoscomer-ciales.En estesentidoes significativo queen CercaNiebla, un pobladoindí-genaen el territorio de Toscanos,aparezcanjarros de almacenamientofeni-cios en un contextoarqueológicocompletamenteautóctono~. Esto ponedemanifiestoque la poblaciónlocal estáinmersade un modo u otro en la pro-ducciónagrícola,peroque no estáculturalmenteintegrada,exactamentetal ycomocabíaesperaren el sistemadeproducciónagrícoladescrito.

En efecto,el coniactocultural entrela población indígenay la fenicia esmuy reducido,elmestizajeseríaprácticamentenulo, inclusolaasimilacióndelaculturamaterialseríacasi inexistente,yaqueelhábitatindígenaestabaais-ladode las formasde vida propiamentefenicias.

La produccióndelas distintasparcelasde estecinturónagrícolaseacumu-

“ DomínguezMonedero,Op. cit. (n. 8), 352 ss.30 Niemeyer,¡oc. cit. (n. 5), 120-121.

La actividadagrícola en la economíafenicia 179

la en elcentrocolonial máscercano,dondepasadelas manosde losagricul-toresa las de los comerciantes.No sabemostampococómofuncionaeseme-canismo.Cabela posibilidadde quequienescontrolanel territorio agrícolaseanal mismotiempolosresponsablesdelas actividadescomerciales;peroesasimismoposiblequeelcomercioestétuteladoporel santuariode MelqartenCádiz y quedependade él, de tal modoquelos agricultoresde los distintoscentroscolonialesentregansuproducción,quequedaintegradaenlos circui-tos comercialesdel templode Cádiz. El almacénde Toscanos—y otrossimi-laresdebieronexistir en otros lugares—tendríaprecisamentecomofunción lade acumulartoda la producciónagrícoladel entornoy facilitar su inclusiónen el círculo comercial.

A partirde cuantohemosexpuestosepuedeafirmarqueen los centrosfe-nicios del litoral andaluzexistían,al menos,dosmodalidadesde producciónagrícola,independientesentresí, puesrespondenanecesidadesy objetivosdi-ferentes.Perocreemosqueaúnsepuedeesbozarunaterceramodalidad,tal ycomopropusimosal comienzode estetrabajo,

5. La agriculturaen centrosno comerciales

En tomo a mediadosdel s. VII se produceunanuevaetapaen la expan-sión fenicia por el Mediterráneo,comoconsecuenciade la situacióninternaenlapropiaFenicia,Factoresdediversaíndole(ecológicos,demográficos,eco-nómicosy políticos)quehemosanalizadodetenidamenteen otrolugar ~‘ obli-gana emigrara un contingenteconsiderablede habitantesdela franjacosterafenicia, cuya actividadeconómicaen su lugar de origen no era el comercio.Su instalaciónen distintos lugaresdel MediterráneoCentraly Occidentalhadejadounahuellaevidenteen el registroarqueológico.

Muchosestablecimientosfeniciosya existentesse ven demográficamentedesbordados(por ejemplo,Motia, Cartago...o, enla propiaPenínsulaIbérica,Toscanoso Guadalhorce),al mismotiempoquese fundanotrosnuevos(Lep-tis Magna,Sabratha,Ibiza, etc.). El análisisdetalladode nuevasprácticasfu-nerariaso dela proyecciónterritorialen muchasáreasdecolonizaciónfeniciapor todoel Mediterráneo,parecejustificar estanuevafasede laexpansiónfe-niciapor unanecesidadde tierrasparaalimentara unapoblacióndesalojadadesuspequeñaspropiedadesenclavadasen zonasqueacababande serincor-poradasal ImperioAsirio.

La PenínsulaIbéricano se sustraea estefenómenogeneraly acogea unapartedeestosemigrantesqueno se vanadedicara actividadescomerciales,sino que intentaránreproduciren sus lugaresde destinolas formasde vidaquepracticabanen susantiguoshogares.

2’ C. 0. Wagnery i. Alvar, “Los feniciosenOccidente:la colonizaciónagrícola” (enprensa).

180 .1 Alvary C. G. Wagner

Los lugaresde procedenciasonmuydispares,segúnparecereflejarla ono-másticay la toponimiafeniciadela Península.Su destinotambiénes muy va-riado,puesunosse asientanen antiguosenclaves,otros daránlugara nuevasfundacionescosteras,en las que se produceunaactividadeconómicamixta,y, finalmente,otros intentaránrehacersusvidasen el interior, bienen comu-nidadesfeniciasindependientesde los núcleosde habitaciónindígenas,bienintegradosen ellosa título individual o comominorías,quepor sureducidonúmeroson arqueológicamentedificiles de detectar.

La instalaciónen centrospreexistentes—demostrabledesdeelpuntodevis-ta arqueológico—no provoca,sin embargo,alteracionesenlas modalidadesdeexplotaciónagrícola.Los inmigrantesquedaríanintegradosdeun modou otroen lasactividadeseconómicasde loscentroso en laproduccióndel “segundocinturónagrícola”. Lógicamente,al cabode cierto tiempo,los reciénllegadosya no seránperceptiblesdesdeel punto de vistade la culturamaterial,pueslos estímulosintegradoresenel senode la nuevacomunidadson enormes(almismo tiempo que ésta se ve influida por la aportación de los nuevoscohabitantes).

La situaciónvaríaconsiderablementeconaquellosquese instalanen po-bladosindígenas.Suvolumendebiódesermuyescasoy suincidenciacasiim-perceptible,a no serque se debaa ellos la apariciónde ciertos productosdeimportaciónen ámbitoindígena,quegeneralmenteinterpretamoscomobie-nesde prestigiodestinadosa laélite autóctona.Quizácuandoesosproductosexóticosson de carácterreligiososeamásfácil presumirquesuusuarioenám-bito indígenafueraun fenicio; perono setratamásquede unaconjetura.Enestesentido,no pretendemosnegarla existenciadeun cierto consumode pro-ductosde lujo, exóticos,porpartede la “aristocracia”indígena,perocreemosqueno eslaúnicaexplicaciónposible.Muchosobjetosritualespuedenserpro-ductode lapresenciadefeniciosen centrosindígenasy no, sistemáticamente,manifestaciónde la adopciónde formasreligiosasforáneaspor partede losautóctonos”.

El volumende individuosasentadosen estascondicionesseráfactorde-terminanteen la materializacióndel contactocultural. En cualquiercaso,elmestizajeen este tipo de situacionesseríafrecuente;aunqueel procesomásnormal provocaríala paulatinaasimilación de los extranjeros,es decir, laadaptaciónde éstosa las formasculturaleslocales,quea suvez se veríanes-casamenteafectadaspor el contacto,ya queel reducidonúmerodeindividuosforáneosacabaríaintegrándosecompletamente.En estesentido,su existenciaes socialmenteimperceptible. No podemosdemostrararqueológicamentenuestrasuposición,sinembargo,un texto de Dionisio de Halicarnasodescri-be perfectamenteeste proceso,aunquehaciendoreferenciaal ámbitogriego:

22 J. Alvar, “La religión comoíndicedeaculturación:el casodeTartessos”,II Congr Int, di

St. FeniciePunici.Roma.Nov. 198?(en prensa).

La actividadagrícola en la economíafenicia 181

“porque muchosotros al habitarentrebárbarosolvidaron en pocotiempo todo lo griego, de modoque no hablanla lengua griega, noconservancostumbresgriegas,ni creenen los mismosdiosesni tie-nen las mismasequitativasleyes (por lo que se diferenciaespecial-mentela naturalezagriega de la bárbara)ni nadade las demástradi-

23cionescomunes -

Peroaúnexistenmásejemplosde presenciade emigrantesgriegosen am-bientesno griegos,comoDemarato,quees acogidoconsuséquitoenTarqui-nia, o comoRutile Hipucratesy Telecles24 No vemos,enconsecuencia,ladi-ficultad paraqueentrelos feniciosde la Penínsulase hayaproducidoalgosi-milar. El resultadode esteproceso,por consiguiente,no puede serunapro-funda semitizaciónde las poblacionesautóctonas,sino másbien la integra-ción de los fenicios. Estoexplicaríasatisfactoriamenteelpredominiolingúís-tico local frenteal fenicio—síntomaclarode la superficialidaddel cambiocul-tural en el períodoorientalizante—y la pervivenciade formasculturalespro-pias del mundofenicio en épocaspost-tartésicas,quepudieranser malinter-pretadascomoexpresionesdeaquellasemitización.En efecto,el problemaesbastantemáscomplejode lo queen generalse expresa.De hecho,numerosastumbasde ambienteindígena,consideradasde elementosmuy semitizados,bien pudieranpertenecera feniciosen procesode aculturaciónhacia lo indí-gena. Se abre así un camino de indagación con un futuro imprevisible.

Mucho másimportantees,en nuestraopinión, el destinodel contingenterestantede fenicios llegadosala Penínsulaen estasegundafasede la expan-sión ultramarina:buscaríanunanuevavida creandohábitatspropiosen zo-nasdel interior propiciasparala agricultura, sin integrarseen núcleosde ha-bitación indígena,originandode esemodo unaforma de presenciadistintaacuantashemosintentadoestablecerhastaahora.

El objetivo de estosauténticospionerosseríaencontrartierrasde cultivopararehacersusvidasreproduciendoel sistemaeconómicoquehabíandesa-rrolladoen suslugaresdeorigen,es decir, la agricultura.(Es inútil insistir enel hechode quelaactividadeconómicaesencialde la mayorpartedelos ha-bitantesfenicios de la Penínsulaen estemomentono puedeserel comerciopor razonesde diversaíndole: la primera,porqueel volumendemográficoesya importantey no sedetectaarqucológicamentela importaciónmasivade ali-mentos,La segunda,y no menosimportante,es queseguimossin compren-der a qué estructuracomercialpuede corresponderunadensidadde asenta-mientostanimpresionantecomola quetenemosdocumentadaenel litoral an-daluz—quepor otra parteparecequeseguiráaumentandoimparablementeen

23 Dionisio de Halicarnaso,1, 98, 4. Cfr. DomínguezMonedero, Op. ch. (n. 8), 1409.24 C.Ampolo, “Demarato.Osservazionisullamobilitá sozialearcaica”,Darch, 9-lO, 1976-77,

333-345;J.R. Jannot,“Les grecs en Etrurie du Vílle au Ve siécle”, REG. 98, 1985, 315-320.

182 1 Alvary C. 6. Wagner

los próximosaños—25 La estructurade esosasentamientosy su distribuciónespacialdenuncianconabsolutaclaridadsuobjetivo agrícola,por muchoquela investigaciónarqueológicaestéempeñadaen negartal función).

Desdeel puntode vista arqueológicono se puede—de momento—demos-trar laexistenciade estetipo de poblados,peroalgunasnecrópolis,comoCruzdel Negroy Frigiliana, sepuedenexplicaren suspautasconductualesmuchomejor aceptandoestaproposición,que sosteniendosu caráctertartésico“he-terodoxo”.El descubrimientoen Ibizadeunanecrópolisconmaterialesy prác-ticas funerariasanálogosa los de Cruz del Negro 26 poneen entredichola in-

25 Paraseguirmanteniendoquesetratadeasentamientoscomercialeshabríaquedemostrar

la existenciade un sistemaanálogoencualquierotrolugar oépoca.M. E. Aubethapercibidoestanecesidady hapropuesto:“Esta redde asentamientoscomercialesconfiguraunacadenadeesta-blecimientosportuariosenreproducciónconstante,querespondeenteramentea lo queCurtin de-fine comodiásporacomercial” (“Los fenicios enEspaña:estadode la cuestióny perspectivas”,Aula Orientalis, 3,1985,27).

La “Diásporacomercial”fue definidaporA. Cohen(“Cultural Strategiesin the Organizationof Trading Diasporas”,en CI. Meillasoux(ed.), TiteDevelopmentof IndigenousTradeandMar-ketsinWestAfrica, Londres,1971, p. 267)yafectaa unaestructuracomercialmuchomásampliaqueel reducidomarcodelos asentamientosfeniciosdel mediodíapeninsular.

El propio Curtin, citado porAubet, exponeasí la cuestión:“Whateverthe earliestforms ofcross-culturalfrade,the mostcommoninstitutional forra afler decoming of city life was tradesettlement.Commercialspecialistwould removethemselvesphysicallyfrom their homecommu-nity andgo to uveasaliensin anothertown, usually not afringe town, but atown importantinthe life ofthehost community.There,thestrangemerchantscouldsettledownandlearnthe lan-guage,the customs,andthe commercial waysof their hosts.Theycould then serveas crosscul-tural brokers,helpingandencouragingtradebetweenthehost societyandpeopleof theirown ori-gin who moved alongthe traderoutes.At Ihis stage,a distinction appearedbetweenthe mer-chantswho movedand settledandthosewho continuedto moveback andforth. What mighthavebegunasa singje settlementsoon becamemorecomplex.The merchantswho might havebegunwith asingle settlementabroadtendedto setup awholeseriesof tradesettlementsin alientowns.The resulíwas an interrelatednet of commercialcommunitiesfoming a tradenetwork,or tradediaspora...

Tradecommunitiesof merchanísliving amongaliensin associatednetworksare to be foundon everycontinentand bnck throughtime to the verybeginning or urbanlife. They are, asweshall see,oneof the morewidespreadof aH humaninstituionsovera very long runof time, yetlimited to the long periodof humanhistory thatbeganwith the invention of agricultureanden-dedwith the comingof theindustrial age.Someof the bestevidenceof how theyworkedcomesfrom Africa betweentheseventeenthcenturyandthenineteenth,but otherexemplesarethechainsof PhoenicianandGreektradingtowns...”(Ph.D. Curtin, Cross-cul¡uralTradein World History.Cambridge,1984, 2).

Independientementede la adecuacióndelmodelo teóricoal casoconcretode la expansiónco-mercial fenicia (aquíno hayunapresenciatanvital de comerciantesennúcleosindígenas),lo queresultaevidenteesquela diásporacomercialafectaal fenómenogeneralde la expansiónfeniciapor el Mediterraneo,no a la casuísticadela distribuciónespacialde los asentamientosen el re-ducidoámbitode la cosramediterráneaandaluza.La diásporacomercialno explicael problemade fondo quepercibimosprecisamenteen la densidadde establecimientos.Ningún modelo co-mercial teóricoha resueltoesacuestión,a la que nosotrosno vemosotrasoluciónqueno pasepor unaactividadeconómicadiversificaday compleja,comoes no sólo unafuncióncomercial,sino también,y fundamentalmente,unaexplotaciónagrícoladel territorio.

26 j~ H. Fernández,“Novedadesde la Ibizafenicia”, II Congr. Int. St. FeniciePunici, Roma,nov. 1987, en prensa.

La actividadagrícola en la economíafenicia 183

terpretaciónhabitualmenteadmitida, puesel fruto del contactofenicio condossubstratosculturalesdiferentes(Ibizay BajaAndalucía)no puedeseridén-tico y, por otraparte,esinaceptableunahipotéticapresenciatartésica(del tipoCruz del Negro) en Ibiza, Sin dudaes másaceptableasumirquenosencon-tramosante formasde enterramientofenicias,correspondientesauna suertede gentesquenadateníanquever conaquellosotros feniciosquehabíanfun-dadolos establecimientosdela costamediterráneaandaluza.

En estossupuestospobladosfeniciosdel interior se desarrollaríaunaagri-cultura destinadaal consumolocal, constituyendoverdaderascomunidadesagrícolasformadaspor pequeñospropietariosquese habríanrepartidola tie-rra en el mismoprocesode fundacióndela “colonia”. En estesentido,consi-deramosquelosgruposdeinmigrantesllegaríanasu lugardedestinono comobandasamorfas,sino comoverdaderascomunidadesbienestructuradasy je-rarquizadas,tal y comolas conocemosen elámbitocolonialgriego en elmo-mentode ktisis de unaapoikia

El repartode la tierra, por tanto,no tienepor quéserequitativo,sinoquepuedereproducircon todaclaridad la estratificaciónsocial del grupo inmi-grante.Estojustificaría la segregaciónfunerariaque conocemmosen las ne-crópoliscorrespondientes,comoCruzdel Negroo Frigiliana.El fenómenoessobradamenteconocidoen las fundacionescolonialesgriegas,dondeel oikis-les y su familia sedistinguennítidamentedel restode la población.

La tierra que va a seracaparadapor los inmigrantesfeniciosenprincipiodebeserunatierrade nadie,situadaen espaciosvacíosentrenúcleosdeasen-tamientoindígenas.No pareceque se hayaproducidounausurpaciónde lastierrasocupadas,ni que se hayaderivadounasituaciónde insosteniblehos-tilidad; peromientrasno se encuentrenlospobladosy la historia hayade serreconstruidaúnicamentecon la informaciónproporcionadapor susnecrópo-lis quizáfuera másprudenteno detallarlas posibilidadesgeneradaspor estetipo de situacion.

En cualquiercaso, lo que parecelógicamenteaceptablees quelos gruposde inmigrantesfenicios se asentaríanen territorios no explotadospor losin-dígenas,dondelevantaríanun núcleourbanoal mismotiempoquerepartíanentrelosmiembrosdela expediciónla tierracircundantesusceptiblede serex-plotadaagrícolamentepor ellos,sin provocarsituacionesde conflicto con losvecinosindígenas;de estemodo encontranamoscomunidadessoberanasin-dígenasy colonialesasentadasprobablementeenamistosovecindaje,enun es-paciogeográficocomúnquehabríande compartirparadeterminadosusosocircunstancias,lo queprovocaráun contactocultural completamentedistintoacuantoshemosobservadohastaahora.

Por las característicasdel repartoy de lacomunidad,el régimendeexplo-taciónde las parcelasseríadetipo familiar, entendiendopor ella cadaunidaddeproducción,independientementedequela fuerzadel trabajoestuvieracom-puestaexclusivamentepor los miembroscosanguineoso por otros elementos

184 ¡AlvaryC.G. Wagner

constitutivosde la familia sensolato. En efecto,en las familias mejorsitua-das, no seríanecesariala presenciafisica de los propietariosal frentede susexplotaciones,puesel bienestarreflejadopor algunastumbaspone de mani-fiestoqueciertossegmentossocialesno precisabantrabajarmanualmenteparaconseguirsu propio sustento,Pero al margénde esoscasos,lo normal seríaqueel propietarioparticiparaactivamenteenla explotacióndesuparcela,deforma análoga a lo que hemosdefendido para el “cinturón agrícola su-burbano”.

Es altamenteprobablequeen estasunidadesde producción,quepodemosdenominarfamilias, existieramanode obra sin relaciónde parentescoconelnúcleofamiliar: siervosdomésticosquecontribuyenconsuesfuerzotanto enlas faenasagrícolas,comoen las domésticas.Su procedenciahabríaquebus-carlaen elámbitoindígena,queparticipade estemodo en la vidaeconómicadelas fundacionesfeniciasdel interior, al igual quecolaborandomasivamen-te en las temporadasde máximaactividadagrícola.La servidumbrey el tra-bajotemporerogenerarándosformasde contactocultural entreel medioco-lonial y el indígena.En el primer caso, la tendenciaseráhaciaunapaulatinaintegracióndel indígenaal hallarseinmersoenun mediacultural dominante;algunastumbasde Cruz del Negro o Frigilianapuedenejemplificar estaafir-mación. En el segundocaso,el resultadodel contactocultural es, sinduda, elmásinteresantedecuantosse producenen el suelopeninsular,puesconstitu-ye el procesomásevidentede cambio cultural en las comunidadesautócto-nas,a travésde la aculturación,cuyaintensidadvaríaen el tiempo y en losámbitosculturalesa los queafecta;peroen ningúncasologra unatranscultu-ración, es decir,quela poblaciónindígenaabandonesusparámetroscultura-lesy asumacomopropioslosde la poblacióncolonizadora.Eseefectoqueha-bría de denominarsede profundasemitización,no se detectáni en la totali-dadde la población,ni en la totalidadde expresionesculturalesque conoce-moscomomundotartésico.

El análisisdel impactocolonial sobreel mundotartésicoserámuchomásfructíferodesdeestanuevaperspectivaque intentandodeterminarlas formasdepenetracióncultural desdelosestablecimientoscosteros,por mucho“efec-to multiplicador” quequeramosotorgara laexpansiónde laculturatartésica.

6. Comoconclusión

Hemospretendidoen estaspáginasenriquecerla interpretaciónglobal so-bre la presenciafenicia en laPenínsularbérica,medianteelanálisisde laspo-siblesmodalidadesde actividadagrícola.

Se tratafundamentalmentede unaproposiciónteóricay comotal requiereun procesodeconfirmacióno rechazopor la investigaciónarqueológica.Si en

La actividadagrícolaen la economíafenicia 185

elestadoactual de nuestrosconocimientosse pudierademostrarla veracidadde estapropuestatendríaque sercon tal contundenciaqueno sólo no habríareticencias,sinoquepor evidenteno seríanecesarioun planteamientogeneralde estascaracterísticas.

Sin embargo,los resultadosde la investigaciónarqueológicaen estemo-mento no permitental demostración;pero tampocose oponena nuestrain-terpretación.El trabajode campoy las futurasinvestigacionesson elúnicoca-mino que permitirá seguirprofundizandoen nuestroconocimientosobrelapresenciafeniciaen la PenínsulaIbericay susrepercusionesen el ámbitoin-dígena.Aún, y a pesardetodo, seguimospensandoquelos procesosde con-tactocultural promovidosporla expansiónfeniciahubieronde sertan varia-dos, ricos y complejoscomolosprovocadosporlacolonizacióngriega.Si éstase observaahoradeforma másarticulada,conmanifestacionesmuy particu-laresenfunción de los sustratosqueentranen contacto,peroexplicablesdes-de unaglobalidadorgánica,es sencillamenteporquela investigaciónsobrelacolonizacióngriegaaventajaconmuchoala queanalizaprocesossimilaresenla colonizaciónfenicia.

L’Ebre deJérómeCarcopino

PIERRE JACOB

Ancienmembrede la Casade Velázquez

II y a plus de trenteans,J. Carcopinofaisaituneinterventionspectaculai-re mais sanslendemaindansla discussiondéjáancienneconcernantla con-vention conclueen 226 avantJ.-C. entreRomeet Hasdrubalet fixant sur unfleuve Iber la limite despossessionsbarcidesd’Espagne.Selon lui, ce coursd’eau devait¿treidentifiénon avecl’Ebre commecelase fait communément,mais avecle Jucar’.

Son idée fut, ál’époque, adoptéepardeschercheurséminentstels queP.Bosch Gimpera, P. Grimal, P. Pédech,O. C. Picard,A. Piganiol et L. Wickert2 Mais elle fit égalementl’objet denombreusescritiques.F.W. Walbank,un desmeilleursconnaisseursde Polybe,assénaen quelqueslignes,desargu-mentsqui parurentdécisifsá la majoritédeschercheursallemands,britanni-ques,italiens et espagnols.II lui semblaitd’abord curieuxque Polybe,quel-

J. Carcopino,“Le traitéd’l-lasdrubalet La responsabilitéde la DeuxiémeGuerrePunique”,REA, LV, 1953, p. 258-293; sousle mémetitre, dansCRAL 1953, p. 225; “A proposdu Traitéde l’Ebre”, op. cii., 1960, p. 341-346;Les ¿tapesdelimpérialismeromain, Paris, 1961, p. 19-67.

P. Bosch Gimpera,“Carcopinoet la localisationdePEbre”,Hommageála mémoiredeJ¿.rómeCorcopino, BellesLettres,Paris, 1977, p. 3 1-34;P. Gulmal, La Civilisation Romaine,Paris,1964, p. 51; aussi:Fischer Weltgeschichte,p. 332, note487; P. Pédech,La m¿thodehistoriquedePolybe. Paris, 1964, note419; REO,LXXI, 1958, p. 442; Polybe, Histoires,éd.BellesLettres, Pa-ris, 1969, Livre II, p. 52, notel; G. C. Picard, “Le traitéromano-barcidede 226avantJC”, Mé-langes dArch¿ologie, d’Epigraphíe eí d’Histoire offerts a Jéróme Carcopino, Paris, 1966, p.747-749;A. Piganiol, La conqu¡teromoine, Paris, 1967, p. 253; aussi RevueHistorique.CCXIX,p. 108; L. Wickert, “Das schóneVorgebirgeund derEbro”, RheinischesMuseumfdrPitilologie,Francfort,T. C, fasc. 1, p. 96.

Gerién. 6. 1988. Editorial de la UniversidadComplutensede Madrid.