AÑO DE

LA MISERICORDIA

28 de febrero de 2016 Domingo 3º de Cuaresma

La

Cartelera Bole�n semanal de pastoral 75

Cuaresma

Conversión

AGENDA 28 DOMINGO 3º de cuaresma Domingo 5º de San José 18 h Re&ro de la Unión Eucarís&ca

reparadora 11, 12,30 y 19,30 Misa Atención a enfermos. 29 lunes 8 h Misa. 01 martes 16,30 Catequesis 1º 17,30 Catequesis de 3º y 7 19,30 Misa Quinario al Smo. Cristo del

Perdón 02 miércoles 18 h Lec*o divina 19,30 Misa Quinario al Smo. Cristo del

Perdón 20 h Catequesis de confirmación de

adultos 03 jueves. 16,30 Catequesis 4º y 5º 17,30 Catequesis 2º y 6º 19,30 Misa Quinario al Smo. Cristo del

Perdón 20 h Catequesis de confirmación de

adultos 04 viernes 10 a 13 y 17 a 19 Adoración Eucarís*ca

permanente 11 y 19 h Viacrucis 24 horas para el Señor 19,30 Misa Quinario al Smo. Cristo del

Perdón 20 Cursillos prematrimoniales 05 sábado 24 horas para el Señor 18 Cursillos prematrimoniales19,30

Misa Quinario al Smo. Fiesta del Cristo del Perdón

06 DOMINGO 4º de cuaresma Domingo 6º de San José 11, 12,30 y 19,30 Misa Atención a enfermos.

Todos los días media hora antes de las misas habrá Confesiones

24 horas para el Señor de las 17 h del día 4 a las 20 h del día 5

DÍA 4 VIERNES En Santa María

17 A 19 h Adoración eucarís*ca permanente 19 h Viacrucis 19,30 h Santa Misa y Quinario al Cristo de Perdón 20,15 h Adoración Nocturna 23 h Reserva del San�simo.

+++ (Habrá turnos de vela de ora-ción en privado en la propia ca-sa durante la noche.)

+++ CONFESIONES. De 17 h A 19 h EN LAS DOMINICAS TAMBIÉN HABRÁ ESTA TARDE TURNOS DE VELA ANTE EL SANTÍSIMO

DÍA 5 SÁBADO

En Santa María

8 h. Exposición del San�simo

y rezo de laudes.

8,30 ha 18,30 h Turnos de ve-

la ante el San�simo.

19 h Rezo de Vísperas y reser-

va del San�simo

19,30 h Santa Misa y fiesta

del Cristo del Perdón.

+++

CONFESIONES. De 10 a 12 h y

de 17 a 18,30

Se pondrán a disposición de todos materiales para la oración durante los turnos de vela

Cuando el turno de vela lo asuma un grupo podrá ,durante ese *empo, dirigir la oración con

materiales propios.

Par&cipa con toda la Iglesia en esta jornada de oración

Queridos fieles diocesanos: 1. El jubileo extraordinario que estamos cele-

brando necesita también sus *empos, los &em-pos de la misericordia. La Bula de convocatoria Misericordiae vultus con*ene una abundante programación pastoral y también ofrece fechas en las que el año jubilar se irá realizando.

La Cuaresma en que nos encontramos se marca como momento cumbre de Misericordia. Parece que en el pensamiento del Papa Francisco este *empo litúrgico es como el corazón y culmen del *empo jubilar. “¡Cuántas páginas de la Sagra-

da Escritura, escribe, pueden ser meditadas en las

semanas de Cuaresma para redescubrir el rostro

misericordiosos del Padre!” (n. 17). Nos propone, también, y nos marca las fechas

de dedicar “24 horas para el Señor”, durante el viernes y sábado que anteceden al IV domingo de Cuaresma, días 4 y 5 de marzo.

2. Me consta de la preparación de esta jorna-da completa de oración en la inmensa mayoría de las Parroquias de la Diócesis, monasterios de clausura y de otras iglesias abiertas al culto. En las ciudades se han concentrado las “24 horas” en un solo Templo, pero en cualquier Iglesias y Co-munidad, podría dedicarse alguna hora a la ora-ción, en comunión en toda la Iglesia.

Invitemos también a los niños y adolescentes, en momentos compa*bles con sus horarios, o incluso en otras fechas coincidiendo con sus cate-quesis.

Hagamos llegar asimismo esta invitación a las personas enfermas y personas mayores con difi-

cultades para acer-carse a la Iglesia, como primeros invi-tados. Son 24 horas “para

el Señor”. Estar con el Señor es una prioridad. Al Señor le encontramos so-bre todo en nuestra propia historia per-sonal, en su Pala-bra, en la Eucaris-�a, en el Sacramen-to de la Reconcilia-ción, en los necesi-tados. Buena oca-

sión para meditar en su presencia hasta dónde es-tamos implicados en las obras de Misericordia y en nuestra conversión.

3. Desde Vicaría de Pastoral se proponen algu-nas breves orientaciones para estas 24 horas para el Señor: su posible ambientación, ac*vidades que podrían desarrollarse durante este *empo y otros compromisos.

No olvidemos que en la Iglesia todo se realiza mediante la fuerza de la oración, que transforma nuestra existencia y nos colma de esperanza. Nos renueva. Por ella, llegamos a la conversión. Es la expresión máxima de nuestra fe en el poder de Dios. Escuchemos y luego respondamos ante Nues-tro Señor (cf. 1 Jn 1,2-3). San Lucas nos dice dos veces que la Virgen María “guardaba todas estas

cosas en su corazón” (Lc 2,19; cf. 2,51). Sobre todo en la Adoración Eucarís&ca recobra-

mos nueva vida y es semillero de vocaciones espe-cíficas en la Iglesia. Es nuestro tesoro más valioso y conlleva fecundidad en la vida del cris*ano. En la Eucaris�a contemplamos, adoramos y amamos a Aquel que, durante la cena pascual, entregó su Cuerpo y Sangre a sus discípulos para estar con nosotros todos los días, hasta el fin del mundo (Mt 28,20).

Desde la Delegación Episcopal recibirán próxi-mamente algún material.

¡24 para el Señor, con el Señor! Con mi afecto.

+ Ramón del Hoyo López Obispo de Jaén

Carta Pastoral: 24 horas para el Señor

«24 horas para el Señor»

El papa Francisco vuelve a retomar la idea que tuvo en 2014 y 2015 para que las comunidades cris-*anas dediquen 24 horas para el Señor en la cuares-ma, más concretamente en las vísperas del IV domin-go.

Ya el �tulo de la convocatoria es sugerente: – 24 horas: Significa un día completo, con ple-

nitud. En fidelidad, en oblación junto al agradeci-miento al Dios misericordioso.

– Para el Señor: Recoge el sen*do más profun-do de la oración, sin adornos ni distracciones. Una oración que en el presente año se vive a través de la Misericordia.

Nuestras comunidades cris*anas de Torredonji-meno, recogen esta llamada que está dirigida a todos los cris*anos, a los pastores, a los religiosos, y a los fieles laicos.

Damos a con*nuación unas sugerencias o ideas que sirvan de ayuda y abran a la imaginación a la ho-ra de la realización de esta llamada para cada perso-na y cada grupo, sabiendo que la prioridad de toda esta acción es estar con el Señor, por encima de otras ac*vidades personales, familiares, e incluso, si es posible, laborales. Se trata de estar con el Señor clemente y misericordioso.

La realización de esta experiencia de oración nos pone en obediencia a la Iglesia universal expresa-da por la llamada del papa Francisco, y a la Iglesia Diocesana, en cuyo Plan de Pastoral pide intensificar la espiritualidad y la renovación en la fe.

24 horas con el Señor es el �tulo de esta llama-da, pero habría que preguntarse: ¿dónde se encuen-tra el Señor para poder estar con Él?

Bien es sabido para todo cris*ano los lugares en los que Él mismo ha querido quedarse:

o En la Eucaris�a. o En su Palabra. o En el perdón sacramental. o En los pobres y sencillos. o En la propia historia. En ella está hasta el final de los *empos. o En defini*va, en su Iglesia. Será un día especial con una noche especial. ¿DiRcil? Así puede parecer

a primera impresión, pero no es imposible, sino necesario, porque “no sólo de pan vive el hom-bre…”, ni de ac*vidades, ni de tareas.

Dará comienzo en la tarde del viernes día 4 de marzo, para terminar con la eucarís*ca del sábado 5, con la celebración del IV domingo de Cuaresma.

La tarde del viernes la oración se hará en

dos lugares simultáneamente: En el monasterio de las Madres Dominicas y en Santa María Para la noche hacemos una propuesta: Dediquemos en la casa propia un turno de

vela dedicado a la oración personal o en familia. En ese rato se puede rezar el rosario, hacer el Viacrucis, leer la Palabra de Dios o lo que el Espí-ritu Santo nos sugiera.

También los enfermos e impedidos pueden

dedicar desde su casa turnos de oración ante al-guna imagen especialmente venerada.

Se trata de que todos puedan estar con el

Señor, los que rezan habitualmente, y los que casi nunca lo hacen, que todos dediquemos estas 24 horas un rato para estar con Señor. Será un tes*-monio de espiritualidad ante la crisis espiritual que vive nuestro pueblo y nos ayudara a todos a mantener o a recuperar una fe viva y operante en Jesucristo Salvador, como apuntan nuestros obis-pos en el reciente aprobado Plan Pastoral de la Conferencia Episcopal.

Año de la misericordia

4 de marzo. San Casimiro de Polonia Nació en 1458 en Cracovia,

Polonia ciudad donde fue Obispo san Estanislao y donde también nació y fue Obispo luego san Juan Pablo II, antes de ser Papa.

Era hijo de Casimiro IV de Polonia y de Isabel, princesa aus-triaca. El célebre Calímaco (Filippo Buonaccorsi ) fue su pre-ceptor. En conjunto recibió una excelente educación y él fue un joven piadoso, casto y equilibra-do. Fue muy devoto de la Virgen María, de la Eucaris�a y de la Pa-sión del Señor. Todos los que lo conocieron hablaron de él como una persona virtuosa, responsa-ble y extremadamente maduro para su edad.

Fue nombrado rey de Hun-gría con el nombre de Vladislao I en oposición al rey Ma�as Cor-

vino, pero fue vencido por este, sin que fuera necesario comba*r siquiera, y tuvo que regresar a Polonia y a ocupar el ducado de Vilna en Lituania

De 1479 a 1483, por la ausen-cia de su padre de Polonia se en-cargó de los asuntos de gobierno, pero enfermó de tuberculosis y murió a los 26 años de edad el 4 de marzo de 1484 en Grodno (Lituania) durante un viaje. Sus restos se encuentran en Vilna, la capital de Lituania.

Es patrono de Polonia y Litua-nia

Desde su muerte fue conside-rado santo y se solicitó su canoni-zación al Papa León X que final-mente lo inscribió en la lista de los santos en 1521

En la bula Misericordiae Vultus el nº 21 sigue hablando de la relación en-tre justicia y misericordia

21. La misericor-dia no es contraria a la jus*cia sino que expresa el comporta-

miento de Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, conver*rse y creer. La experiencia del profeta Oseas vie-ne en nuestra ayuda para mostrar-nos la superación de la jus*cia en dirección hacia la misericordia. La época de este profeta se cuenta en-tre las más dramá*cas de la historia del pueblo hebreo. El Reino está cer-cano de la destrucción; el pueblo no ha permanecido fiel a la alianza, se ha alejado de Dios y ha perdido la fe de los Padres. Según una lógica hu-mana, es justo que Dios piense en rechazar el pueblo infiel: no ha ob-servado el pacto establecido y por

tanto merece la pena correspon-diente, el exilio. Las palabras del profeta lo ates*guan: « Volverá al país de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a conver*r-se » (Os 11,5). Y sin embargo, des-pués de esta reacción que apela a la jus*cia, el profeta modifica radi-calmente su lenguaje y revela el verdadero rostro de Dios: « Mi corazón se convulsiona dentro de mí, y al mismo *empo se estreme-cen mis entrañas. No daré curso al furor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque soy Dios, no un hombre; el Santo en medio de * y no es mi deseo aniquilar » (11,8-9). San Agus�n, como co-mentando las palabras del profeta dice: « Es más fácil que Dios con-tenga la ira que la misericordia ». Es precisamente así. La ira de Dios dura un instante, mientras que su misericordia dura eternamente.

Si Dios se detuviera en la jus-*cia dejaría de ser Dios, sería co-mo todos los hombres que invo-can respeto por la ley. La jus*cia por sí misma no basta, y la expe-

riencia enseña que apelando sola-mente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá de la jus*cia con la misericordia y el perdón. Esto no significa restarle va-lor a la jus*cia o hacerla superflua, al contrario. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Solo que este no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón. Dios no rechaza la jus*cia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se experimenta el amor que está a la base de una ver-dadera jus*cia. Debemos prestar mu-cha atención a cuanto escribe Pablo para no caer en el mismo error que el Apóstol reprochaba a sus contempo-ráneos judíos: « Desconociendo la jus*cia de Dios y empeñándose en establecer la suya propia, no se so-me*eron a la jus*cia de Dios. Porque el fin de la ley es Cristo, para jus*fi-cación de todo el que cree » (Rm

10,3-4). Esta jus*cia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la muerte y resu-rrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios sobre todos nosotros y sobre el mun-do, porque nos ofrece la certeza del amor y de la vida nueva.

El cuadro es de autor desconoci-do del s. XVI. El traje y la corona aluden a su categoría de príncipe polaco. El Rosario habla de su pie-dad y las azucenas de su doble mano indican su castidad. La terce-ra mano se considera milagrosa y alude a su hospitalidad

Temas de nuestra fe

Creo en el perdón de los pecados (4)

CELEBRACIÓN DEL SACRAMENTO

DE LA PENITENCIA

El sacramento de la Reconciliación o Penitencia, según lo manda hacer la Iglesia, se celebra ordina-riamente de dos formas:

Según la primera forma cada penitente, debida-mente dispuesto, confiesa de manera individual sus pecados ante el sacerdote y recibe de él la ab-solución.

Según la segunda forma, en una «celebración comunitaria», varios penitentes tras escuchar la proclamación de la palabra de Dios, hacer juntos el examen de conciencia y pedir perdón juntos, confiesan sus pecados de manera individual ante el sacerdote y, cada uno, recibe de él la absolución. Después todos juntos dan gracias a Dios por el per-dón recibido

La segunda forma de celebración de este sacra-mento pone de manifiesto muy claramente la na-turaleza eclesial de la penitencia: al escuchar jun-tos la palabra de Dios, los penitentes se sienten movidos a proclamar la grandeza de la misericordia

divina. Juntos, examinan su vi-da a la luz de la misma palabra de Dios y, uni-dos, se ayudan con la oración de unos por otros. Después de haber recibi-do la absolución individual- men-te, todos a la vez

agradecen a Dios su per-dón y las ma-ravillas que ha realizado en favor de su pueblo por la sangre de su Hijo y el envío del Espíritu de san*dad.

Aunque, según las nor-mas de la Iglesia, la se-gunda forma de celebrar el sacramen-to es una forma legí-*mamente ordinaria, de hecho, la Iglesia, en su prác-*ca pasto-ral, quiere conceder una preferencia a la que llamamos «primera forma de confesarse», es decir, la reconci-liación de un solo penitente, pues ésta man*ene, de modo sustancial los mismos elementos de celebra-ción comunitaria que la llamada «segunda forma»; pero, al mismo *empo, pone más de relieve los va-lores de la autén*ca conversión personal a Dios y evoca más significa*vamente la ac*tud de Jesús, que curaba a los enfermos poniendo sus manos so-bre cada uno y, como buen pastor, llamaba a sus ovejas por sus propios nombres.

Hay en la Iglesia, además, una tercera forma de celebrar el sacramento de la reconciliación. Se trata de una forma extraordinaria y excepcional, a cuya celebración se puede acudir, cuando se dan las cir-cunstancias y la necesidad previstas por la Iglesia. En ese caso, varios penitentes, sin confesión indivi-dual de sus pecados, se arrepienten de ellos y reci-ben del sacerdote una absolución general. Quienes son reconciliados así con Dios y con la Iglesia deben confesar individualmente sus pecados graves ante un sacerdote lo antes posible, y, en todo caso, antes de acercarse de nuevo a otra absolución general.

Si han come*do pecados gra-

ves, los cris*anos han de reci-

bir el sacramento de la Re-

conciliación o penitencia al

menos una vez al año, cuan-

do se encuentran en peligro

de muerte y cuando van a co-

mulgar.

ABSOLUCIÓN

Dios, Padre misericordioso, que

reconcilió consigo el mundo por

la muerte y Resurrección de su

Hijo y derramó el Espíritu Santo

para la remisión de los pecados,

te conceda por el ministerio de la

Iglesia, el perdón y la paz. Y YO

TE ABSUELVO DE TUS PECADOS

EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL

HIJO, Y DEL ESPÍTITU SANTO”

A lo largo de la cuaresma iremos preparan-do las celebraciones de Semana santa.

EL JUEVES SANTO

LA MISA DE LA CENA DEL SEÑOR Esta misa es fes*va, aunque aún no se canta el alelu-ya. Con ella se abre la celebración del Santo triduo Pascual. Las campanas que se tocan largamente du-rante el canto del Gloria avisan a todos que hemos empezado la celebración más grande del año. La decoración debe ser abundante aunque dispuesta de tal forma que pueda re*rarse al acabar la misa.

Caracterís*ca especial de este día es la cele-bración del “Mandato”, o lavatorio de pies que se ha-ce después de la homilía. Se lavan los pies a

algunos miembros de la comunidad, hombres y muje-res. No *enen que ser doce. El gesto del lavatorio pue-de sus*tuirse por otro que indique entrega y servicio. “Un mandato nuevo os doy, que os améis como yo os

he amado” En la oración central de la Eucaris�a hay algunas modificaciones propias que conviene tener previa-mente registradas. Hoy es conveniente rezar el an*-guo Canon romano, la plegaria eucarís*ca primera. Que recuerda expresamente: “El cual, hoy, la víspera

de padecer por nuestra salvación y la de todos los

hombres, tomó pan en sus santas y venerables ma-

nos…” Al acabar la Misa hay que reservar el pan consa-grado pues el viernes se come el pan presan*ficado ya que no se consagra. En la reserva vemos el monumen-to del Señor glorioso que se sigue entregando por nosotros. Lo acompañamos con nuestra oración que acompaña la suya en el Huerto de los olivos LAS PROCESIONES Mientras tanto, fuera de la iglesia la gente visualiza y se une a la Pasión en las procesiones. Cristo con su cruz y acompañado de su Madre sale a recorrer nues-tras calles entre la devoción de unos, la indiferencia de otros y la hos*lidad de algunos. Como entonces. Co-mienza así el Viernes Santo

No hay manera de que nos demos por ente-rados y mira que el Señor nos está avisando con*-nuamente: Nos está diciendo que miremos a nues-tro alrededor, que contemplemos cuantas cosas pasan y que aprendamos de una vez que las cosas que suceden no suponen cas*gos del Señor; ni mu-cho menos indiferencia por su parte a nuestro sufri-miento, sino que son señales claras de que esto no funciona y si no nos planteamos seriamente nues-tras vidas y nuestro sistema social y de valores, este mundo, nuestro mundo se nos irá de las manos.

Estamos en el Año de la Misericordia y el Se-ñor nos está invitando a eliminar nuestra dureza y rigidez interior para ser misericordiosos con nues-tros hermanos. No se trata solo de hacer obras de misericordia, sino de tener una postura y una men-talidad misericordiosas; se trata de ver la vida des-de el punto de vista de la misericordia.

Pero no hay manera. Preferimos hacer cosas

antes que cambiar nuestros criterios y nuestros en-foques de los problemas y por eso hasta nuestras obras de misericordia se convierten a veces en ac-tos de refinado egoísmo que no buscan el bien del otro sino la tranquilidad de nuestra conciencia, el sen*rnos bien con nosotros mismos.

Dios nos ofrece este año de perdón para que nos renovemos profundamente pero no hay mane-ra: preferimos hacer miles de actos piadosos antes que enfrentarnos con nosotros mismos y ver si de verdad queremos a los demás, si de verdad nos im-porta el bien de los otros, si de verdad acogemos a los otros en nuestra vida.

O cambiamos individual y colec*vamente, o viene la catástrofe. Solo si cambiamos, los buenos frutos fluirán espontáneamente de lo más profundo de nuestro ser. De lo contrario nuestras mismas obras de misericordia, que hacemos casi de com-

promiso, en vez de renovar el mundo estarán reforzando un sis-tema que nos está destruyendo. Ahora es el *empo de la gracia, ahora es el día de la salvación. Oja-lá que haya manera de aprovechar este *empo que Dios nos concede.

No hay manera PREPARACIÓN A LA LITURGIA DE SEMANA SANTA

PALABRA Y CELEBRACIÓN

LECTIO DIVINA 24 de febrero de 2016

LECTIO DIVINA

LECTURA. ¿En*endes bien el texto leído? ¿Qué cosas no en*endes?

MEDITACIÓN. En silencio pensamos en lo leído. Ponemos en común: ¿Qué te sugiere este texto?

ORACIÓN Los que quieran pueden decir una sencilla oración en voz alta.

CONTEMPLACIÓN Permanecemos en silencio un raro viendo con la imaginación lo que nos dice el Evangelio y dejando que nuestros sen*mientos surjan y se conviertan en oración silenciosa.

ACCIÓN ¿Qué nos pide aquí el Señor que hagamos? Haz un compromiso personal que puedes exponerlo si lo crees conveniente..

Lucas 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algu-nos a contar a Jesús lo de los galileos

cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. 2 Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? 3 Os digo que no; y, si no os conver�s, to-dos pereceréis lo mismo. 4 O aquellos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 5 Os digo que no; y, si no os conver�s, todos pereceréis de la misma manera». 6 Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. 7 Dijo entonces al viñador: "Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?". 8 Pero el viña-dor respondió: "Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré es*ércol, 9 a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"»

Este texto nos presenta una fuerte llamada a la conver-sión en dos partes. En la primera se presenta el caso de dos desgracias sucedidas en aquella época, en las que la muerte de algunas personas se interpretó como castigo divino y en la segunda Jesús mediante una parábola expli-ca que aún es tiempo de volver al Señor.

La frase “en aquel momento” sirve para introducir la conclusión de las enseñanzas sobre la necesidad de inter-pretar bien los signos los signos de los tiempos con el ejemplo concreto de dos acontecimientos que hay que in-terpretar correctamente.

La gente pensaba que las desgracias eran castigos de Dios a gente pecadora. Jesús no niega que sean pecadores, ni afirma que lo sean, pero destaca que estamos en una situación difícil y peligrosa a causa de nuestros pecados y de nuestra postura frente a la vida, por lo que es urgente cambiar de mentalidad y consiguientemente de actuación.

Los galileos asesinados en el templo por las tropas romanas parce que eran rebeldes nacionalistas exaltados, los muertos por la caída de la torre eran al parecer también sólo víctimas de un trágico accidente.

La viña y la higuera son símbolos del Israel. Israel no daba el fruto que Dios quería, no estaba cumpliendo la voluntad de Dios. Por eso se cernía sobre el pueblo una catástrofe inminente de la que eran indicios también las desgracias citadas antes. Roma estaba amenazante y la sociedad israelita amenazaba ruina, era como una torre que se venía abajo y amenazaba con destruir a todo el pueblo.

No parece que haya que buscar quien es el viñador que pide paciencia al amo. No cuadra con las autoridades ni tampoco con el mismo Cristo. Estamos ante un ejemplo, no ante una alegoría por lo que lo que tenemos que buscar es el sentido general, no el de cada detalle. La idea central es clara: La higuera, Israel, el pueblo judío tiene aún tiem-po para convertirse, para dar fruto. Dios sigue derramando gracias sobre su pueblo pero si no sabe aprovecharlas per-derá su propia existencia.

Todo el conjunto que hemos leído es también una lla-mada para nosotros ya que tenemos que darnos cuenta de que todo lo que ocurre, y mira que ocurren cosas, es una llamada a enfocar bien nuestra vida a pensar como piensa Dios, a actuar correctamente dando fruto verdadero de vida y de obras buenas para evitar la catástrofe siempre inminente que se puede desatar por nuestra mala actua-ción y por nuestra indiferencia ante el mal.

28 de febrero de 2016 Domingo 3º de cuaresma

Éxodo 3, 1-8a. 13-15

En aquellos días, pastoreaba Moisés el rebaño de su sue-

gro Jetró, sacerdote de Madián; llevó el rebaño trashumando por el desier-to hasta llegar a Horeb, la montaña de Dios. El ángel del Señor se le apa-reció en una llamarada entre las zar-zas. Moisés se fijó: la zarza ardía sin consumirse. Moisés se dijo: –Voy a acercarme a mirar este espectáculo admirable, a ver por qué no se que-ma la zarza. Viendo el Señor que Moi-sés se acercaba a mirar, lo llamó des-de la zarza: –Moisés, Moisés. Respon-dió él: –Aquí estoy. Dijo Dios: –No te acerques; quítate las sandalias de los pies, pues el si*o que pisas es terreno sagrado. Y añadió: –Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac, el Dios de Jacob. Moi-sés se tapó la cara, porque temía ver a Dios. El Señor le dijo: –He visto la opresión de mi pueblo en Egipto y he oído sus quejas contra los opresores, conozco sus sufrimientos. He bajado a librarlo de los egipcios, a sacarlo de esta *erra, para llevarlo a una *erra fér*l y espaciosa, *erra que mana leche y miel. Moisés replicó a Dios: –Mira, Yo iré a los israelitas y les diré: el Dios de vuestros padres me ha en-viado a vosotros. Si ellos me pregun-tan ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les respondo? Dios dijo a Moisés: –«Yo soy el que soy». Esto dirás a los hijos de Israel: «Yo soy» me envía a voso-tros. Dios añadió: – Esto dirás a los hijos de Israel: el Señor Dios de vues-tros padres, el Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, me envía a vosotros. Este es mi nombre para siempre: así me llamaréis de genera-ción en generación.

PALABRA Y CELEBRACIÓN Salmo 102, 1-2. 3-4. 6-7. 8 y 11

R. El Señor es compasivo y misericordioso. Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R. El perdona todas tus culpas, y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R. El Señor hace jus*cia y defiende a todos los oprimidos; enseñó sus caminos a Moisés y sus hazañas a los hijos de Israel. R. El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; como se levanta el cielo sobre la *erra, se levanta su bondad sobre los que le temen. R.

La revelación del nombre de Dios es importante porque el nombre

define a la persona. Dios manifiesta quien es revelando su nombre.

Esta revelación de la identidad de Dios no se da solo en la palabra

que lo designa sino en otros elementos importantes. Dios es fuego que

arde y no consume. Dios exige muestras de respeto al que se le acer-

ca, Dios es el que mantiene la fidelidad jurada a lo largo de las gene-

raciones. Dios es liberador de su pueblo cuando se encuentra oprimi-

do. Dios es el que da una tierra a su pueblo para que viva en ella..

Solo cuando todo esto ha quedado claro es cuando Dios se designa

con un nombre que suena Yahweh (Jehowah es una lectura errónea

del nombre en la biblia hebrea) y significa “Yo haré ser” o dicho más

claramente: “Me daré a conocer con lo que haga” El nombre, por

tanto, es a la par nombre y evasiva. Dios se manifiesta cercano y le-

jano. A Dios no lo podemos controlar aunque conozcamos su nombre,

es el que se nos muestra salvándonos de todo lo que nos oprime. Este

nombre fue definitivo mientras duró el tiempo de preparación para la

salvación, pero cuando llegó la plenitud, Cristo nos mostrará el nom-

bre definitivo de Dios que es “Padre” . En este nombre se manifiesta

Dios para siempre.

El salmo desarrolla otro aspecto del nombre de Dios: Dios es el

compasivo y misericordioso, el cercano a los débiles y no se contenta

con hacer justicia, sino que perdona, sana y da la vida a quien acepta

sus dones.

El Evangelio de hoy recoge una fuerte llamada a la conver-sión en dos partes. La primera presenta dos anécdotas que rela-tan acontecimientos que provocaron inquietud en Judea en los tiempos de Jesús. El asesinato a manos de los romanos de unos galileos en el templo mientras ofrecían sacrificios era especial-mente escandaloso ¿Cómo lo podía permitir Dios? Sólo parecía

explicarse si los que lo ofrecían eran especialmente peca-dores y Dios no po-día aceptar el culto que le tributaban. La muerte acciden-tal de unas personas al derrumbarse so-bre ellas una torre tampoco tenía expli-cación si no fuera porque esas perso-nas merecían el cas-tigo divino por sus pecados. Jesús no niega que fueran pecadores pero si niega que su muerte se debiera a sus pecados. En cambio afirma que esas muertes son para nosotros un signo de que nece-

sitamos convertirnos a Dios y pedir perdón por nuestros pecados porque nos amenaza una catástrofe que viene causada por nues-tras culpas.

La segunda parte es una parábola en la que el Señor nos re-cuerda que Dios tiene paciencia con nosotros, que su mano sigue tendida misericordiosamente, pero que también tenemos que te-ner cuidado porque si no nos convertimos a tiempo nos amenaza una grave ruina..

Versículo antes del Evangelio Mt 4,17 Conver�os, dice el Señor, porque está cer-ca el Reino de los Cielos.

Lucas 13, 1-9

En aquel momento se presentaron algunos a contar a Jesús lo de

los galileos cuya sangre había mezclado Pilato con la de los sacrificios que ofre-cían. 2 Jesús respondió: «¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos porque han padecido todo esto? 3 Os digo que no; y, si no os conver-�s, todos pereceréis lo mismo. 4 O aque-llos dieciocho sobre los que cayó la torre en Siloé y los mató, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? 5 Os digo que no; y, si no os conver�s, todos pereceréis de la misma manera». 6 Y les dijo esta parábola: «Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró. 7 Dijo en-tonces al viñador: "Ya ves, tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a perjudicar el terreno?". 8 Pero el viñador respondió: "Señor, déjala todavía este año y mientras tanto yo cavaré alrededor y le echaré es*ércol, 9 a ver si da fruto en adelante. Si no, la puedes cortar"»

San Pablo ha-blando a los corintios les recuerda las cosas que suce-dieron en el Antiguo Testa-mento desta-cando que “estas cosas sucedieron en figura para nosotros”. Eso

nos da una clave clara para leer el Antiguo Testamento. El paso del mar Rojo por los israelitas se ve como

figura del bautismo y el maná como anticipo de la Euca-ristía. Cristo mismo está prefigurado por la roca de la que mana el agua del Espíritu Santo.

Siendo las cosas así las lecciones del pasado nos lla-man a tener cuidado ya que lo mismo que para los israe-litas no bastó participar de los mismos bienes espiritua-les, tampoco para nosotros bastarán las realidades vivi-das si luego nos comportamos indignamente.

La seguridad de la gracia no nos exime del cuidado de permanecer fieles al Señor.

Corin&os 10, 1-6. 10-12

No quiero que ignoréis, hermanos, que nuestros padres estuvieron todos bajo

la nube y todos atravesaron el mar y todos fueron bau*zados en Moisés por la nube y el mar; y to-dos comieron el mismo alimento espiritual y to-dos bebieron la misma bebida espiritual, pues bebían de la roca espiritual que los seguía; y la roca era Cristo. Pero la mayoría de ellos no agra-daron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendi-dos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figu-ra para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos. Y para que no murmu-réis, como murmuraron algunos de ellos, y pere-cieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía alegóricamente y fue escrito para escar-miento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la úl*ma de las edades. Por lo tanto, el que se crea seguro, cuídese de no caer.

Leyendo la Biblia paso a paso 29.– Los relatos sobre el camino por el desierto (2)

res, pertene-cientes a la escuela sa-cerdotal (P), han querido retrotraer hasta los días del Sinaí los hechos, las leyes y las ins*tu-ciones que se con*enen en estos capítulos, con el fin de encua-drarlos en el marco de la alianza del Sinaí y colocarlos a su vez bajo la sombra de Moisés, el fundador del pueblo y el legislador por antonomasia.

Números 1-4 distribuye y ordena las tribus a par*r de criterios sagrados y cultuales, de manera que más que un pueblo de fugi*vos, Israel aparece como un santuario viviente en medio del desierto. La presencia de Dios en el campamento a través de la *enda (Núm 2) y de la nube (Núm 9,15-23), es fuente de bendición (Núm 6,22-27), y fuente asimismo de san*dad y pureza ritual. Salvaguardar la san*dad y la pureza ritual del pueblo es, seguramente, la preocu-pación principal de toda esta sección de Núm 1,1-10,10. Dentro de esta perspec*va deben entenderse:

- La expulsión de los leprosos e impuros (Núm 5,1-4). - La pureza ritual de la mujer (Núm 5,11-31). - La pureza ritual de los nazireos (Núm 6, 1-21). - La pureza ritual de los levitas (Núm 8,5-22). - La pureza ritual en la celebración de la pascua (Núm 9,1-14).

A nosotros todos estos temas nos pueden re-sultar extraños y lejanos. Pero no debemos olvidar que ésta era la religiosidad que vivió el judaísmo en los úl*mos siglos del An*guo Testamento, y éste fue el mundo espiritual que encontró Jesús nuestro Se-ñor en su ambiente. Ello nos permite apreciar mejor la novedad y la originalidad que representan la per-sona y la obra de Jesús.

En los temas siguientes iremos examinando, siquiera brevemente, los principales relatos.

EnelSinaı(E� xo19-40;Lev;Num1,1-10,10)

Según la narración de Éxodo19,1, los israeli-tas salidos de Egipto, tras una larga etapa por el desierto, llegaron al Sinaí y permanecieron allí lar-go *empo.

La narración de esta estancia se hace en la segunda mitad de Éxodo (Éxodo 19-40), todo el libro del Leví*co, y los diez primeros capítulos de Números (Núm 1,1-10,10) y sirve de marco a una abundante legislación. De la legislación ya hemos hablado en otro tema. En este nos fijamos sólo en las secciones narra*vas de la gran “perícopa del Sinaí”. La perícopa del Sinaí forma el bloque cen-tral de todo el Pentateuco.

La historia, la teología y las ins*tuciones del An*guo Testamento giran en torno a dos centros de gravedad: el monte Sinaí y el monte Sion (Jerusalén). El primero está presidido por la figura de Moisés, y el segundo por la de David. Los bino-mios "Sinaí–Moisés" y "Sion–David" son los dos ejes en tomo a los cuales gira todo el An*guo Tes-tamento.

Los relatos contenidos en el Éxodo después de los de la teofanía y el decálogo, que ya hemos visto en temas anteriores, son escasos ya que los cuerpos legales ocupan casi toda la segunda mitad del libro. A pesar de todo, dis*nguimos los si-guientes relatos:

Éxo 24,1-18 Ra*ficación de la alianza 32 El becerro de oro 33 Amistad de YHWH con Moisés 34 Renovación de la Alianza 35-40 Construcción del santuario

El libro del Leví*co no con*ene prác*camen-te relatos, es un libro absolutamente centrado en las leyes sacerdotales, de ahí su nombre. Sin em-bargo, las leyes de los capítulos 8 al 10 y 16 están insertas en un marco narra*vo en el que destacan algunas anécdotas como la muerte de Nadab y Abihú en 10,1-7

Cronológicamente hablando, el contenido y, sobre todo, el espíritu de Núm 1,1-10,10 son muy posteriores a Moisés y al Sinaí. Con todo, sus auto-

La Siete Palabras La devoción a las siete últimas palabras de Jesús en la cruz se remonta al siglo XII. Partiendo de los cuatro evan-gelios, se reunieron las últimas palabras en la cruz. Son siete frases que se hacen objeto de meditación. San Bue-naventura hizo un comentario famoso que popularizaron los franciscanos. Propongo una forma sencilla de ha-cer este ejercicio meditando los relatos evangélicos que las contienen

Oración inicial Mírame, oh mi amado y buen Jesús, postrado ante tu divina presencia. Te ruego con el mayor fervor, que imprimas en mi corazón vivos sen*mientos de fe, esperanza y caridad, dolor de mis pecados y propósito de jamas ofenderte; mientras que yo con toda la compasión de que soy capaz, voy considerando tus cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de Ti el santo Profeta David: “Han

taladrado mis manos y mis pies y se pueden contar todos mis huesos” Primera Palabra Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen. (Lc 23,34) 33 Y cuando llegaron al lugar llamado «La Calavera», lo crucificaron allí, a él y a los malhechores, uno a la derecha y otro a la izquierda. 34 Jesús decía: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Hicieron lotes con sus ropas y los echaron a suerte. Segunda Palabra

En verdad, en verdad te digo: hoy estarás conmigo en el Paraíso. (Lc 23,43) 39 Uno de los malhechores crucificados lo insultaba, diciendo: «¿No eres tú el Mesías? Sálvate a ti mismo y a nosotros». 40 Pero el otro, respondiéndole e increpán-dolo, le decía: «¿Ni siquiera temes tú a Dios, estando en la misma condena? 41 Nosotros, en verdad, lo esta-mos justamente, porque recibimos el justo pago de lo que hicimos; en cambio, este no ha hecho nada malo». 42 Y decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu reino». 43 Jesús le dijo: «En verdad te digo: hoy estarás conmigo en el paraíso».

Tercera Palabra Mujer, he ahí a tu hijo; he ahí a tu madre. (Jn 19, 26-27) 25 Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la her-mana de su madre, María, la de Cleofás, y María, la Magdalena. 26 Jesús, al ver a su madre y junto a ella al discípulo al que amaba, dijo a su madre: «Mujer, ahí tienes a tu hijo». 27 Luego, dijo al discípulo: «Ahí tie-nes a tu madre». Y desde aquella hora, el discípulo la recibió como algo propio. ».

Cuarta Palabra ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado? (Mc 15, 34; Mt 27, 46) Mc 15, 33 Al llegar la hora sexta toda la región quedó en ti-nieblas hasta la hora nona. 34 Y a la hora nona, Jesús cla-mó con voz potente: Eloí Eloí, lemá sabactaní (que signi-fica: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandona-do?»). 35 Algunos de los presentes, al oírlo, decían: «Mira, llama a Elías». 36 Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de be-ber diciendo: «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».

Quinta Palabra Tengo Sed (Juan 19,28) 28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba cumplido, para que se cumpliera la Escritura, dijo: «Tengo sed».

Sexta palabra Está cumplido (Juan 19,30) 29 Había allí un jarro lleno de vinagre. Y, sujetando una esponja empapada en vinagre a una caña de hisopo, se la acercaron a la boca. 30 Jesús, cuando tomó el vinagre, di-jo: «Está cumplido». E, inclinando la cabeza, entregó el espíritu.

Sép&ma Palabra Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu. (Lc 23, 46) 44 Era ya como la hora sexta, y vinieron las tinieblas sobre toda la tierra, hasta la hora nona, 45 porque se oscureció el sol. El velo del templo se rasgó por medio. 46 Y Jesús, clamando con voz potente, dijo: «Padre, a tus manos en-comiendo mi espíritu». Y, dicho esto, expiró. 47 El centurión, al ver lo ocurrido, daba gloria a Dios, di-ciendo: «Realmente, este hombre era justo».

Oración final Alma de Cristo, san*Rcame. Cuerpo de Cristo, sálvame. Sangre de Cristo, embriágame. Agua del costado de Cristo, lávame. Pasión de Cristo, confórtame. Oh buen Jesús, óyeme. Dentro de tus llagas, escóndeme. No permitas que me aparte de *. Del enemigo malo, defiéndeme. En la hora de mi muerte, llámame; y mándame ir a *, para que con tus santos te alabe, por los siglos de los siglos. Amén

Avisos, notas, no*cias

Si quieres recibir “La Cartelera” por correo electrónico, pon un correo pidiéndola a pasamato@outlook.es

Parroquia de Santa María. Torredonjimeno (Jaén). Calle Santa María 1. Tf 953572054

CURSOS PREMATRIMONIALES

Días: 4 y 5; 11 y 12 de marzo Lugar: Centro Pastoral “La Victoria” (Conven*co) Horas: Los viernes a las 20 h. Los sábados a las 18 h

Los impar*rá el equipo de matrimonios que lo viene haciendo habitualmente.

Los interesados deben apuntarse cuanto antes para que podamos organizarnos ade-cuadamente y poda-mos también prepa-rar los materiales necesarios.

Ya no habrá cursi-

En la Iglesia se

repar*rán unas

octavillas para que los que lo deseen

indiquen los turnos de oración que cu-

brirán en la Iglesia o en la casa propia.

Los que no se apunten también po-

drán venir a la Iglesia a la hora que les

venga mejor.

Lo que importa es que todos estemos

con el Señor.

HERMANDAD DE LA RESURRECCIÓN

Solemne quinario

en honor al

Smo. Cristo del Perdón

Del 1 al 4 de marzo a las 19,30 en Santa María.

La fiesta, en la que inter-vendrá el coro de Santa María, se celebrará el d úl*mo día del quinario, el sábado día 5 de marzo a las 19,30

CURSO INTENSIVO DE PREPARACIÓN A LA CONFIRMACIÓN

Ya estamos empezando el tercer curso intensivo para adultos de preparación a la confirmación. Las reuniones *enen lugar en la Iglesia de Santa María los miérco-les y jueves a las 8 de la tarde. El úl*mo día para incorporarse al curso será el miércoles día 2 de marzo. Las confirmaciones se celebrarán en la segunda quincena de mayo

MASTER DE PASTORAL FAMILIAR Dos matrimonios, uno de ellos, Jose y Gema, de Torredonjimeno. completan el trienio de formación del Máster de Pastoral Familiar organizado por la Pon*ficia Universidad Lateranense y el Pon*ficio Ins*tuto Juan Pablo II, que se viene im-par*endo en ciclos trianuales y que se desarrolla en encuentros trimestrales de fin de semana, en Sevilla, y de una semana, en verano, en Málaga. Dichos estu-dios *enen como obje*vo ofrecer a sus alumnos una formación interdisciplinar sobre el matri-monio y la familia que les permita

comprender el sen*do de la vocación al matrimo-nio, capacitándolos para colaborar en el trabajo por la familia en las dis*ntas diócesis, parroquias, asociaciones o movimientos apostólicos. Tam-bién de Torredonjimeno Juan de Dios e Isabel están a punto de completar este Master