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El profesional de la información, vol. 12, nº 2, marzo–abril 2003 110 La arquitectura de la información del siglo XX al XXI Por Jesús Bustamante CUANDO RICHARD SAUL WURMAN acuñó el término “arquitectura de la informa- ción” en 1976, lo hizo para des- cribir lo que percibía entonces como una profesión emergente, la cual se ocuparía de aclarar lo complejo y de organizar “el tsu- nami de datos que rompe en las playas del mundo civilizado” 1 . Una profesión del futuro. Hoy parece que los años dora- dos de la arquitectura de la infor- mación son cosa del pasado. Quien así piensa argumenta que lo poco o mucho que se había conseguido lo borró del mapa la explosión de la burbuja del .com del año 2000 (un auténtico tsunami también, por cierto). ¡Visto y no visto, señores! Toda una vida en tiempo de inter- net, pero un pis-pas en tiempo real. Sea cosa del pasado o del por- venir, la historia (o anécdota) de la “arquitectura de la información” ilustra muy bien desde mi punto de vista la constante lucha del profe- sional de la información por alcan- zar reconocimiento profesional. Así, para quien no haya visto muy bien la jugada, querría rebobinar un poco la cinta y pasarla un po- quito más despacio. Los aconteci- mientos que se refieren a continua- ción son la historia según me fue a mí en ella... La gorra del capitán. Desde 1995 a finales del 2000 Wurman se sorprendió de que la arquitectura de la información no prendiera immediatamente (cual reguero de pólvora). 20 años más tarde se sorprende de nuevo cuando salen arquitectos de la in- formación por debajo de las pie- dras. La aparición del web en 1994 y su implantación fulgurante, da cuenta sin más de la diferencia en- tre un momento y otro. Aquellos especialistas de la in- formación que en la primera mitad de los noventa caímos en el torbe- llino del web, vimos también en este medio una buena oportunidad profesional. Nos llamamos enton- ces “webmasters” (huevomaestros) o cualquier cosa impronunciable que nos quisieran llamar con tal de poder seguir jugando con nuestros web sites. «La gozosa pomposi- dad del término ‘ar- quitectura’ se la de- bemos al hecho de que Mr. Wurman es arquitecto por forma- ción académica» El título de “arquitecto de la in- formación” nos vino al pelo. Como si un capitán se hubiera dejado la gorra y las medallas olvidadas en- cima de la mesa, nos plantamos el uniforme y nos unimos al desfile sin darle explicaciones a nadie. La gozosa pomposidad del término “arquitectura” se la debemos al he- cho de que Wurman es arquitecto por formación académica. Y muy agradecidos que le estamos, por- que sin el vestido largo quizá no nos hubieran invitado al baile. Estos son los años dorados de la arquitectura de la información. En esta disciplina se reúnen profe- sionales de una gran variedad de pelajes académicos y profesiona- les, desde la biblioteconomía hasta el diseño industrial, pasando por HCI (human computer interac- tion). Las empresas de internet nos buscan y los arquitectos de la in- formación nos dejamos querer. El término se usa hasta tal punto, que comienza a hacerse frecuente la abreviatura “ia” (information ar- chitecture), como si se tratase de un carnet de club exclusivo, o co- Jesús Bustamante es licenciando en filosofía por la Universidad Complutense de Madrid y Master of arts in library and information science de la Universidad de Wisconsin-Ma- dison. Co-Presidente y fundador de Camino Project Inc., ha aplicado sus conocimientos de tecnología, usabilidad y organización de la información al diseño de estructuras de infor- mación para clientes como Coca-Cola Enter- prises Inc., Jenner & Block, Packaging Corpo- ration of America, Motorola, Prime Group Re- alty Trust, Mark Shale, etc.

La arquitectura de la información del siglo XX al XXI

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El profesional de la información, vol. 12, nº 2, marzo–abril 2003110

La arquitectura de la información del siglo XX al XXIPor Jesús Bustamante

CUANDO RICHARD SAULWURMAN acuñó el término“arquitectura de la informa-ción” en 1976, lo hizo para des-cribir lo que percibía entoncescomo una profesión emergente,la cual se ocuparía de aclarar locomplejo y de organizar “el tsu-nami de datos que rompe en lasplayas del mundo civilizado”1.Una profesión del futuro.

Hoy parece que los años dora-dos de la arquitectura de la infor-mación son cosa del pasado. Quienasí piensa argumenta que lo poco omucho que se había conseguido loborró del mapa la explosión de laburbuja del .com del año 2000 (unauténtico tsunami también, porcierto). ¡Visto y no visto, señores!

Toda una vida en tiempo de inter-net, pero un pis-pas en tiempo real.

Sea cosa del pasado o del por-venir, la historia (o anécdota) de la“arquitectura de la información”ilustra muy bien desde mi punto devista la constante lucha del profe-sional de la información por alcan-zar reconocimiento profesional.Así, para quien no haya visto muybien la jugada, querría rebobinarun poco la cinta y pasarla un po-quito más despacio. Los aconteci-mientos que se refieren a continua-ción son la historia según me fue amí en ella...

La gorra del capitán.Desde 1995 a finales del

2000

Wurman se sorprendió de quela arquitectura de la informaciónno prendiera immediatamente(cual reguero de pólvora). 20 añosmás tarde se sorprende de nuevocuando salen arquitectos de la in-formación por debajo de las pie-dras. La aparición del web en 1994y su implantación fulgurante, dacuenta sin más de la diferencia en-tre un momento y otro.

Aquellos especialistas de la in-formación que en la primera mitadde los noventa caímos en el torbe-llino del web, vimos también eneste medio una buena oportunidadprofesional. Nos llamamos enton-ces “webmasters” (huevomaestros)o cualquier cosa impronunciableque nos quisieran llamar con tal de

poder seguir jugando con nuestrosweb sites.

«La gozosa pomposi-dad del término ‘ar-quitectura’ se la de-bemos al hecho deque Mr. Wurman es

arquitecto por forma-ción académica»

El título de “arquitecto de la in-formación” nos vino al pelo. Comosi un capitán se hubiera dejado lagorra y las medallas olvidadas en-cima de la mesa, nos plantamos eluniforme y nos unimos al desfilesin darle explicaciones a nadie. Lagozosa pomposidad del término“arquitectura” se la debemos al he-cho de que Wurman es arquitectopor formación académica. Y muyagradecidos que le estamos, por-que sin el vestido largo quizá nonos hubieran invitado al baile.

Estos son los años dorados dela arquitectura de la información.En esta disciplina se reúnen profe-sionales de una gran variedad depelajes académicos y profesiona-les, desde la biblioteconomía hastael diseño industrial, pasando porHCI (human computer interac-tion). Las empresas de internet nosbuscan y los arquitectos de la in-formación nos dejamos querer. Eltérmino se usa hasta tal punto, quecomienza a hacerse frecuente laabreviatura “ia” (information ar-chitecture), como si se tratase deun carnet de club exclusivo, o co-

Jesús Bustamante es licenciando en filosofíapor la Universidad Complutense de Madrid yMaster of arts in library and informationscience de la Universidad de Wisconsin-Ma-dison. Co-Presidente y fundador de CaminoProject Inc., ha aplicado sus conocimientos detecnología, usabilidad y organización de lainformación al diseño de estructuras de infor-mación para clientes como Coca-Cola Enter-prises Inc., Jenner & Block, Packaging Corpo-ration of America, Motorola, Prime Group Re-alty Trust, Mark Shale, etc.

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La arquitectura de la información del siglo XX al XXI

mo si todo el mundo estuviese alcorriente...

Hitos de esta época incluyen:

Argus Associates, Inc. Aparececomo una empresa dedicada exclu-sivamente a la arquitectura de lainformación. En 1998, sus líderes(Peter Morville y Lou Rosenfeld)publican Information architecturefor the world wide web2, y el libroverde del oso polar (como tambiénse le conoce) se convierte en la ca-becera de la avanzadilla.

Se crean y crecen rápidamentelas consultorías especializadas endesarrollo de web. Empresas comoSapient, Scient, Viant, Agency.com,IXL, MarchFirst, Rare Medium,Zefer, Luminant, etc., acogen for-malmente a la arquitectura de la in-formación como disciplina. Un ar-quitecto de la información con po-ca experiencia laboral (o ninguna)podría comenzar ganando entre40.000 US$ y 50.000 US$ al año.Se mandan imprimir tarjetas de vi-sita con el título “arquitecto de in-formación” y se incorporan a de-partamentos como el de estrategia,tecnología, o el de diseño creativo.En otros casos (quizá los menos) secrean departamentos de arquitectu-ra de información como tales. Talfue el caso del grupo que yo creé ydirigí en el Web Design Group, Inc.de Chicago.

Estos años dorados culminancon la primera conferencia de y pa-ra arquitectos de la información(Information architecture 2000),que tuvo lugar en San Diego (Cali-fornia) en octubre del año 2000.Allí nos reunimos, charlamos, nosdimos palmaditas en la espalda ycomimos canapés. Aunque ya ve-nían pelando barbas, ninguno pare-cía tener el menor interés en ponerla suya a remojar.

El canario en la mina.El año 2001

En el año 2001 explotó la bur-buja especulativa de internet y caen

las empresas de tecnología en labolsa. Entre finales de marzo y me-diados de abril el Nasdaq perdió untercio de su valor. La inversión de-saparece por completo. Argus As-sociates Inc., que no hacía un añoque había apostado por crecer, nopudo mantenerse en un mercadoque se contrajo tan rápidamente ycerró sus puertas en marzo de 2001.Peter Morville describe su rápidofinal en una entrevista3 como el delcanario en la mina de carbón (sumuerte avisaba de los enormes pro-blemas que se avecinaban). Desdeeste punto de vista, la arquitecturade la información caía primero porser punta de lanza.

«Cuando entraronlos jefazos al despa-cho con las tijeras

del recorte y nos vie-ron con todas las es-

trellas puestas, loprimero que nos pre-guntaron fue qué cla-

se de arquitectoséramos»

Yo, algo menos poético, creoque todo se vino abajo al mismotiempo (y sin preferencia ni discri-minación de disciplinas). Entoncesla arquitectura de la información sedio de cara con un problema con elque el profesional de la informa-ción se ha encontrado siempre: ladificultad de explicar a otros exac-tamente y con claridad lo que ha-cemos y por qué somos importan-tes para una organización.

En plan guasa: cuando entra-ron los jefazos al despacho con lastijeras del recorte de personal y nosvieron a la cabeza del desfile en-vueltos en la bandera de la ia, ves-tidos de capitán, con todas las es-trellas puestas, lo primero que nospreguntaron es qué clase de arqui-tectos éramos exactamente. A mu-chos les temblaron los labios y, co-mo resultado, nos volaron la gorrade un revés.

Durante 2001 y 2002 los arqui-tectos de la información se disper-saron. Algunos volvieron a ocuparpuestos de trabajo que habíanabandonado con anterioridad. Mu-chos fueron pasando (en virtud deadquisiciones, etc.) a las consulto-rías supervivientes. Una buena par-te, como es mi caso, decidió queera el momento de establecerse porcuenta propia y seguir trabajandoen el web. Muchos, al parecer handedicado su tiempo a escribir todolo que saben y más. Una búsquedareciente en Amazon muestra 254 li-bros sobre “information architectu-re” publicados después de 1999,entre ellos la segunda edición dellibro de Peter Morville y Lou Ro-senfeld.

http://www.amazon.com

La arquitectura de lainformación hoy

¿Quiere esto decir que le hallegado el fin a la arquitectura de lainformación? Yo no lo creo así. Elnúmero de nuevos libros dedicadosal tema que utilizan dicho terminoparece indicar que ha cuajado y si-gue en pie.

Quizá los profesionales que sedieron en llamar “arquitectos de lainformación” estén ahora un pocodesorientados. Eso explica las múl-tiples iniciativas dirigidas a mante-ner viva la comunidad de profesio-nales. Blogs como Community in-frastructure for information archi-tects, el blog de Lou Rosenfeld oel de Iaslash.org nos proporcionanun foro de desahogo. Asociacionescomo el Asilomar Institute for In-formation Architecture (AIfIA), oweb sites como el de Jesse JamesGarrett también contribuyen eneste sentido. La American Societyfor Information Science and Tech-nology (Asis&t) ha organizado lacumbre de arquitectura de la infor-mación (Ia summit 2003: informa-tion architecture “making connec-tions”) en marzo de 2003.

http://www.info-arch.org/

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El profesional de la información, vol. 12, nº 2, marzo–abril 2003112

http://louisrosenfeld.com/home/bloug_archive/http://www.iaslash.org/http://www.aifia.org/http://www.jjg.net/

El título “arquitecto de la infor-mación” también ha sobrevivido ypermanece en el vocabulario de re-cursos humanos de las empresasamericanas. Quizá es ahora unomás, que compite con otros como“especialista en información”,“profesional de la información”,“experto en usabilidad”, “docu-mentalista” y otros. Una búsquedaen Monster identifica 19 anunciosde puesto de trabajo para arquitec-tos de la información en los EUAen los últimos 60 días.http://www.monster.com

De alguna manera el arquitectode la información ha vuelto a casa

como el hijo pródigo. Aquí nos en-contramos con nuestra vieja ami-ga: la constante necesidad de de-mostrar quiénes somos y qué hace-mos. La lucha continua por reco-nocimiento profesional.

¿Y el futuro? Supongo quecualquier opinión vale. ¡Ya nosgustaría a todos poder ver el futu-ro! Yo creo que nos queda cuerdapara rato. Quizá porque esta luchapermanente por demostrar quiénessomos muestra, en mi opinión, tan-to una debilidad como nuestra ma-yor fuerza. Aunque es cierto queha desaparecido la demanda locaque hubo, también es verdad quepersiste intacta la gran necesidadde nuestros servicios. Por un lado,es una realidad que somos unos in-comprendidos (y gran parte dequiénes son ajenos a este campo, nisaben de su existencia), por otro la-

do sin embargo tenemos la ventajade que nadie nos marca y podemosmovernos con cierta libertad (co-mo arquitectos, aparejadores o al-bañiles de la información).

Quizá un día el capitán se vuel-va a dejar la gorra olvidada en lamesa, y quizá la banda de músicapase por la calle en ese momentotocando un pasodoble...

Notas

1. Richard Saul Wurman. Information archi-tects. Graphis, 1997.

2. Morville, Peter; Rosenfeld, Lou. Informa-tion architecture for the world wide web. O’-Reilly & Associates, 1998, March.

3. “Louis Rosenfeld & Peter Morville inter-view”.http://www.since1968.com/interviews.cfm?id=7

Jesús Bustamante. Camino ProjectInc.http://www.caminoproject.com