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Escribir, como se ha dicho tantas veces, es un acto de fe. Escribir un relato por primera vez es todavía un riesgo en el cual se cree. Méndez apuesta en este texto por asumir en su escritura el juego de la resurrección, de la esperanza, en elevarse de nuevo. La presencia del árbol, del ave, nos remite a lo que sube y cae del cielo hasta lo más profundo de nuestras almas. Ese estado que va describiendo en una suerte de bosque, galería de lo entramado, en donde hay momentos, que pareciera ser más un poeta que un narrador. Pensemos entonces en lo lúdico en un doble sentido: lo escritural soportado en lo poético. Describe para dejar una duda, una especie de sensación en el lector conformada por la ansiedad de la esperanza. La búsqueda remite, quizá sin proponérselo, al mito del ave fénix personificado en una mujer, quién debe resucitar, el árbol, el pájaro o ella. Será entonces que la búsqueda es un anhelo continuo del ser o un estado onírico que apuesta al vivir.
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La portada de esta paquette, es realizada con un for-mato de 14cm x 28cm, a la cual, se le aplican dos doble-ces. A continuación, se muestra a la izquierda la doblada y en las imágenes de abajo, el tiro y retiro de la misma.
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Escribir, como se ha dicho tantas veces, es un acto de fe. Escribir un relato por primera vez es todavía un riesgo en el cual se cree. Méndez apuesta en este texto por asumir en su escritura el juego de la resurrección, de la es-peranza, en elevarse de nuevo. La presencia del árbol, del ave, nos remite a lo que sube y cae del cielo hasta lo más profundo de nuestras almas. Ese estado que va describiendo en una suerte de bosque, galería de lo entramado, en donde hay momentos, que pareciera ser más un poeta que un narrador. Pensemos entonces en lo lúdico en un doble sentido: lo escritural soportado en lo poético. Describe para dejar una duda, una especie de sensación en el lector conformada por la ansiedad de la esperanza. La búsqueda remite, quizá sin proponérselo, al mito del ave fénix personificado en una mujer, quién debe resucitar, el árbol, el pájaro o ella. Será entonces que la búsque-da es un anhelo continuo del ser o un estado onírico que apuesta al vivir.
Hermes Vargas
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Se terminó de imprimir en septiembre de 2012en el Sistema Nacional de Imprentas
Mérida - Venezuela.La edición consta de 500 ejemplares
impresos en papel Bond 75g.
© Victor José méndez
© Fundación Editorial el perro y la rana, 2012Ministerio del Poder Popular para la Cultura
Centro Simón Bolívar, Torre Norte, Piso 21, El Silencio, Caracas-Venezuela 1010
RIF: G-20007541-4Telfs.: (0212) 377.2811 / 808.4986
[email protected]@elperroylarana.gob.ve
http://www.elperroylarana.gob.ve
Ediciones Sistema Nacional de Imprentas, MéridaCalle 21, entre Av 2 y Av 3. Centro Cultural Tulio Febres Cordero, nivel sótano
local Nº 2. Mérida – [email protected]
Red Nacional de EscritoresFundación para el Desarrollo Cultural del Estado Mérida - FUNDECEM
Consejo Editorial Popular
José Gregorio GonzálezKarelyn Buenaño
Imagen en portada © Carí George
Técnica: Marcador19 x 12 cm
Hermes VargasGonzalo Fragui
José Antequera Leiber López
CorrecciónHermes Vargas
Diseño, diagramación, impresión y montaje artesanalYesYKa Quintero
IlustracionesCarí George
Depósito Lega: LF40220128004350
ISBN: 978-980-14-2465-9
Víctor Méndez (Caracas - Venezuela, 1987)
Estudiante de letras mención historia del arte de la Universidad de los Andes. Formo parte del equipo de montaje en el Primer Salón del Comic Venezolano, Feria Internacional del Libro 2010 Caracas, Venezuela. Actualmente se des-empeña como guionista para la productora YMAGO en un proyecto documen-tal de micros educativos para la prevención de la violencia. Participa como escritor en la creación de un proyecto teatral colectivo junto a estudiantes de la escuela de Artes Escénicas de la Universidad de Los Andes.
Ukumarito (voz quechua), representación indígena del oso frontino, tomada de un petroglifo hallado en la Mesa de San Isidro, en las proximidades de Santa Cruz de Mora. Mérida – Venezuela.
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto impulsado por el Ministerio
del Poder Popular para la Cultura a través de la Fundación Editorial el perro
y la rana, con el apoyo y la participación de la Red Nacional de Escritores de
Venezuela, tiene como objeto fundamental brindar una herramienta esencial
en la construcción de las ideas: el libro. Este sistema se ramifica por todos los
estados del país, donde funciona una pequeña imprenta que le da paso a la
publicación de autores, principalmente inéditos. A través de un Consejo Editorial
Popular, se realiza la selección de los títulos a publicar dentro de un plan de
abierta participación.
La Colección Gelindo Casasola, en su serie Palabra Inicial, proporciona a voces
de la escritura más reciente la oportunidad de publicar sus primeros textos, en
un formato de edición limitada como lo es la plaquette. Un galicismo heredado
de escritores franceses de finales del siglo XIX y comienzos del XX, que en
forma de folleto dieron a conocer su obra. Estas ediciones no son más que
la continuidad del trabajo que dejaron, entre otros, El techo de la ballena, Talud,
La draga y el dragón, La espada rota, Laurel, que de alguna manera inauguraron,
en el ámbito editorial, estas novedosas publicaciones en el país. Aquí la palabra
renovadora tendrá un espacio: una impronta en la literatura venezolana. Este
formato incorpora la obra de artistas plásticos locales que complementan una
publicación integral en un maridaje entre la palabra y la imagen.
Fundación Editorial el perro y la ranaRed Nacional de Escritores de Venezuela
Imprenta de Mérida. 2012Colección Gelindo Casasola / Palabra Inicial
La Búsqueda…Victor José Méndez
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La luz tenue se proyectaba en la in-mensidad, y las sombras oscuras de los arboles danzaban sobre el pasto, al ritmo del viento con sutiles movimientos que invitaban a la desorientación de cualquier cuerdo, ella observaba desde su ventana, todo el espectáculo de la vida.
Se acostó en su cama a dormir.
Abrió sus ojos...
Caminaba sobre las hierbas a pies descalzos, empujados por la brisa sus cabellos flotaban en todas direcciones, se enredaban en sus pestañas; otros recorrían su rostro y terminaban en su boca. Viendo las sombras danzantes de los arboles anclados al suelo escuchaba las hojas chocar, muchas veces una con-tra otra, mientras el viento afanado in-tentaba arrancarlas. Sentía miedo; estaba
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sola. –Como todos en algún momento–. Esa noche en el cielo, grandes aves se desenvol-vían en su elemento, con ojos como es-pejos que reflejaban la luz, recorrían el azul infinito opacado por la oposición del hemisferio al sol.
Contemplaba el panorama de la no-che a su paso, desprovisto; limpio; bastos horizontes llenos de claro de luna sin una gota de ruido. Los arboles anclados con sombras danzantes habían quedado atrás. Siguió su andar en la sabana, y decidió sentarse sobre una piedra enorme
� La búsqueda...
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que había visto después que los arboles desaparecieron, –Observaba las estrellas, sentía curiosidad por las aves– se encon-traba a la espera del día, en la plenitud de la noche y la nada.
Supuso entonces que el viento se lo había llevado todo, a otro lugar, más allá, un mundo restringido para nosotros, y las aves eran las únicas que dominaban el camino a ese lugar, por alguna razón a ellas, no se las había llevado. Se recostó a un lado de la roca, pensativa…
Una de las aves descendió haciendo grandes espirales lentamente y deposito su pesado cuerpo muy cerca de la roca donde estaba recostada, volvió esa sen-sación indescriptible como todo lo que le sucedía, sus cabellos flotaban, no sa-bía qué hacer. –Los pájaros la llevarían mas allá–. Los ojos de las aves, grandes reflectores que coexistían con la penum-bra, reflejaban la luz intensa de la luna, se
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movían en todas direcciones, cada centí-metro del suelo que era tocado por el re-flejo de la luz en los ojos de los alados, se llenaba de color dándole algo de sentido a su teoría con respecto al viento…
Estaba frente a ella la ocasión que espe-raba, decidió acercarse, poco a poco, con cautela levanto sus manos y de un brincó se subió al animal, se aferro a sus plumas con fuerza. Agitada de poderosos aletazos esta levanto el vuelo hacia la bóveda celes-te, ascendían con rapidez mientras el vien-to le arrancaba las lagrimas y la agitaba de un lado a otro, oponiéndose, intentando despojarla de su vehículo al más allá. Un piso de nubes más arriba se encontraba cansada su respiración se hacia tenue, le faltaba oxigeno y quedaron sin fuerzas sus manos. No resistió el viaje ni sus inconve-nientes, no logro llegar a ese lugar donde siempre es de día, y los colores se derra-man. Se deslizaban entre sus manos las
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plumas a las que se sostenía,
mientras caía por las gale-
rías del cielo casi desmayada, anhelan-
do, con su último pen-samiento cifrado en el
ave, que la resca-taría, para hacer lo
que todos hacemos.
Seguir viviendo nuestro sueño…
Víctor Méndez (Caracas - Venezuela, 1987)
Estudiante de letras mención historia del arte de la Universidad de los Andes. Formo parte del equipo de montaje en el Primer Salón del Comic Venezolano, Feria Internacional del Libro 2010 Caracas, Venezuela. Actualmente se des-empeña como guionista para la productora YMAGO en un proyecto documen-tal de micros educativos para la prevención de la violencia. Participa como escritor en la creación de un proyecto teatral colectivo junto a estudiantes de la escuela de Artes Escénicas de la Universidad de Los Andes.
Escribir, como se ha dicho tantas veces, es un acto de fe. Escribir un relato por primera vez es todavía un riesgo en el cual se cree. Méndez apuesta en este texto por asumir en su escritura el juego de la resurrección, de la es-peranza, en elevarse de nuevo. La presencia del árbol, del ave, nos remite a lo que sube y cae del cielo hasta lo más profundo de nuestras almas. Ese estado que va describiendo en una suerte de bosque, galería de lo entramado, en donde hay momentos, que pareciera ser más un poeta que un narrador. Pensemos entonces en lo lúdico en un doble sentido: lo escritural soportado en lo poético. Describe para dejar una duda, una especie de sensación en el lector conformada por la ansiedad de la esperanza. La búsqueda remite, quizá sin proponérselo, al mito del ave fénix personificado en una mujer, quién debe resucitar, el árbol, el pájaro o ella. Será entonces que la búsque-da es un anhelo continuo del ser o un estado onírico que apuesta al vivir.
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![Poder Judicial del Estado de Tabasco Tribunal Superior de ... · izquierdo leyva victor manuel jalpa de mÉndez primero civil [1juzgado primero civil, jalpa de mendez] segundo civil](https://img.pdfslide.es/doc/110x75/5ff04dcbfcac9a29c430aebe/poder-judicial-del-estado-de-tabasco-tribunal-superior-de-izquierdo-leyva-victor.jpg)
