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La Cala de Finestrat en época ibérica y romana

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LA CALA DE FINESTRAT EN ÉPOCA IBÉRICA Y ROMANA. A la vista de las

últimas excavaciones arqueológicas realizadas

José Ramón García Gandía Arqueólogo Municipal de Finestrat.

Las tierras que conforman lo que hoy denominamos La Cala de Finestrat, han

actuado durante la época antigua, esto es, desde el afianzamiento en estas tierras de la

cultura ibérica, hasta la culminación del proceso romanizador, un modelo de lo que en

arqueología se ha venido a denominar como “dualidad cultural”; la pervivencia de un

modelo cultural, a la vez que se paulatinamente se va produciendo un proceso de

aculturación como resultado de la llegada de agentes exógenos, procedentes, en este

caso, de Roma. En este sentido, desde al menos el siglo IV aC se tiene constancia de la

existencia de uno de los asentamientos ibéricos más importantes de la provincia de

Alicante, el Tossal de la Cala.

Este yacimiento, estaría

relacionado directamente con el

oppidum1 del Tossal de Les

Bastides, que por sus

características representa el

centro de control y organización

del territorio de primer nivel, en

relación a otros documentados en

el ámbito de la Contestania2. No

obstante, el Tossal de la Cala

representa, por su situación, un

yacimiento orientado casi exclusivamente a la gestión de los productos que tenían su

1 Yacimiento de gran extensión de época ibérica, generalmente amurallada, que actúa como centro del control del territorio. 2 Territorio que ocupaban los contestanos. Los contestanos fueron uno de los pueblos ibéricos de cultura más rica y variada. La Contestania se situaría en el sureste de la península ibérica, principalmente en la actual provincia de Alicante, con un límite meridional a la altura del río Segura, y por el norte con el río Júcar, ocupando las tierras por el interior hasta Almansa. Sin embargo estos límites no serían precisos, observándose influencias culturales por la meseta albaceteña y por el sur con las actuales tierras de Murcia, que podrían formar parte del mundo contestano.

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entrada y salida en la pequeña bahía que se encuentra en la Cala. El yacimiento,

conocido desde la década de los años ‘503 del siglo XX, fue objeto de algunas catas por

parte del padre Belda4, en aquellos años, director del Museo Provincial de Alicante.

Posteriormente M. Tarradell5, se encargó de la documentación del yacimiento

realizando varias campañas, enturbiadas ocasionalmente por las acciones de los

clandestinos. Al parecer existirían tres yacimientos, mal documentados ya que nunca

llegaron a publicarse.

El poblado estaría situado en la cima del cerro, fortificado con una muralla. Los

materiales se depositaron principalmente en el Museo Arqueológico de Alicante, actual

MARQ y por sus

características se han

datado entre el s IV al

I aC. Entre las piezas

mas destacadas, nos

encontramos con

cerámicas áticas de

barniz negro,

cerámica ibérica

pintada con motivos

del estilo Elche-

Archena, kalatos,

ánforas, campaniense A y B, lucernas republicanas,

además de los restos escultóricos de un toro. No obstante, recientes descubrimientos nos

permiten abordar el conocimiento de este yacimiento con nuevas perspectivas: los

sondeos realizados en la Avenida de la Marina Baixa de Finestrat, esto es, en la vaguada

que desemboca en la playa, y relativamente separada de la cima del Tossal, se han

documentado una serie de estructuras formadas por muros de mampostería en un nivel

que abarca un periodo cronológico comprendido entre finales del siglo IV y finales del

III aC. Las estructuras principales son dos muros que discurren de forma paralela de

NE a SW en un recurrido de cerca de 60 metros. Ambos muros, separados entre sí, por

3 LLOBREGAT, E. (1972): Contestania ibérica. Alicante. 4 BELDA, J. (1950): “Museo Provincial de Alicante. Nuevos ingresos”. Memorias de los Museos Arqueológicos Provinciales. Madrid. 5 TARRADELL, M. (1985): “El poblat ibèric del Tossal de la Cala de Benidorm. Notes d’excavació”. Fonaments, 5. Barcelona.

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una distancia de unos 4 metros, están construidos en mampostería ordinaria,

apareciendo en ocasiones aparejo ciclópeo en la base. La interpretación de este

yacimiento, no da lugar a dudas. Se trata de una calle, un camino delimitado por dos

muros, a los que se añaden otros de forma perpendicular, que estarían relacionados con

estructuras anexas a l recorrido del vial. La dirección del camino es obvia, parte desde la

zona más alta, en la actual Avenida de Finestrat, hacia la zona más baja: la playa.

Suponemos por tanto, que la importancia

del lugar, ya en esta época, queda

manifestado al realizar esta construcción

singular, cuya funcionalidad debió de

estar relacionada con el transito de

personas y productos desde el enclave

costero hacia las tierras del interior. Nos

encontramos pues, con un fondeadero de

época antigua, y con estructuras estables a él asociado, que debió ofrecer en la

antigüedad un mayor refugio para todos los vientos, excepto los de componente sur6.

Todavía es pronto para entender en su totalidad, cual era la configuración del espacio

del fondeadero de La Cala en época ibérica. Los resultados de esta excavación están

6 Recogido del Espinosa, Sáez y Castillo “Puertos y Navegación”, en Las Ciudades y Campos de Alicante en Época Romana. Canelobre nº 48.

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todavía en proceso de investigación y en el futuro, quizá, alguna otra excavación en la

zona, nos permita profundizar más en el conocimiento del entorno.

Estos datos, antes expuestos, nos dan información de un periodo concreto, los

siglos IV y III aC, periodo donde el Tossal de la Cala, estaba en pleno apogeo, y desde

luego, pensamos, directamente relacionado con el vial excavado y con las posibles

funciones de fondeadero de La Cala. Esta información, aún con un inpas temporal de un

siglo, vienen a confirmarse tras la excavación en el 2004 del solar destinado al

aparcamiento del Edificio Principado. En esta zona se documentaron una serie de

estructuras donde destacaba la presencia de un horno para la cocción de recipientes

anfóricos, y una balsa de decantación de arcilla a escasos metros del horno. Estos,

integrados en un complejos de estructuras, que por su cercanía a la línea de costa,

debían de estar relacionadas con almacenes, estancias y espacios necesarios para la

infraestructura de un fondeadero.

La excavación respondió a una actuación parcial que afectó a parte de un solar donde se construyó un aparcamiento a una cota superior a la de los restos documentados, sin embargo, la intervención ocupa tan sólo parte del mismo, motivada por el proceso de compactación del terreno debido a lo inestable del estrato geológico. En total la zona a excavar suponía un área de 198,86 m2. El asentamiento entraría a formar parte del territorio del Tossal de la Cala, un poblado en altura con un urbanismo organizado con calles y viviendas de una o dos habitaciones que presenta una ocupación entre los siglos III-I. a.C.7 lo que supondría el final de la cultura ibérica dentro del proceso conocido como romanización.

La excavación permitió descubrir un conjunto de estructuras, de las que a penas se conserva la cimentación, pero que nos han permitido conocer, o al menos intuir, la existencia de una zona industrial o artesanal, relacionada con la fabricación de cerámica dada la existencia de al menos un horno alfarero.

A priori, y siempre según se desprende del estudio de los materiales arqueológicos recuperados, podemos decir que el asentamiento sólo tiene una fase de ocupación temporal que vendría a datarse en torno al siglo I a. C., con fragmentos cerámicos característicos de este momento, como ánforas del tipo Dressel 1 o cerámicas campanienses. Sin embargo, sí parece que se constata una reestructuración del espacio ocupado, habiéndose documentado varias fases constructivas que describimos a continuación:

1.- Un primer momento constructivo estaría formado por un recinto cuadrangular del que no hemos constatado el cierre por la parte meridional, lo que

7 GARCÍA, F. (1986): “Tossal de la Cala”. Arqueología en Alicante 1976-1986: p. 55-56. Alicante.

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podría inducir a pensar que estuviéramos ante una zona abierta como por ejemplo un patio. En el interior se documentó la presencia de un horno realizado con adobes y en el exterior una posible balsa de decantación de arcilla. La presencia del horno contribuiría

a reforzar la hipótesis del posible patio, ya que este tipo de estructuras solían estar al aire libre para que pudiera circular libremente el humo.

2.- Esta fase es la menos clara, ya que tan sólo se sostendría por la construcción del muro que no parece relacionarse con ninguna estructura conservada o al menos detectada por nosotros, no obstante estratigráficamente, es posterior al horno, ya que corta parte de su boca de acceso y resulta anterior a la estancia 1, ya que se encuentra cortado por ésta en su extremo meridional.

3.- Al tercer momento pertenece la construcción de lo que hemos denominado estancia 1, formada por cuatro muros rectilíneos que conforman un espacio cuadrangular, que podríamos interpretar como un posible almacén. Esta habitación tendría un acceso por su ángulo E y no conserva pavimento alguno. A ella se le adosan una serie de muros conservados parcialmente que nos impiden realizar una valoración Por la zona occidental de la estancia se le asocia un pavimento de opus caementicium.

4.- Por último, en el ángulo E de la estancia 1 se construyó una estructura, que modificaría parte del acceso del recinto. Resulta dudosa su interpretación, aunque podría relacionarse con una posible zona de almacenamiento.

A pesar de las diferentes fases constructivas del asentamiento, podemos interpretar que la zona excavada actuó como zona industrial o artesanal relacionada

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como un centro de producción alfarera, aunque la presencia de un solo horno nos impide conocer si su existencia era la única o formaba parte de un complejo más amplio, con otras estructuras similares. No obstante, según se desprende del tamaño del horno, posiblemente debieron existir más estructuras para que se permitieran varias hornadas al mismo tiempo.

El emplazamiento resultaría el adecuado para la instalación de un taller alfarero, tanto por la proximidad de un puerto o fondeadero8 así como la proximidad de agua dulce, teniendo en cuenta la cercanía de un barranco que desemboca en la Cala. Otro aspecto determinante es la existencia de una zona próxima para la obtención de arcillas.

En cuanto al recinto industrial, en general, debía constar de varias dependencias, como sala de hornos, almacenes de arcilla, zonas de depuración, modulación y secado y almacenes de cerámicas crudas y acabadas9 . Sin embargo, dada la limitación del área excavada, resulta muy aventurado el querer ver esta distribución en el solar. Lo que parece claro es que

tenemos un horno, muy arrasado del que a penas se conserva la cámara de fuego, sin que se haya constatado la boca de alimentación que fue cortada por la fosa de cimentación del muro. La forma del horno recuerda a otros conocidos como por ejemplo el de Los Vicarios10, Alcalá del Júcar11 o el horno 3 de La Illeta dels Banyets12.

En teoría los hornos debían de constar de dos partes fundamentalmente, la cámara de combustión y la cámara de cocción o laboratorio, unido a un tiro único. Ambas cámaras estarían separadas por el piso del laboratorio conocido como parrilla y que estaría perforado para permitir el paso del calor desde la cámara inferior a la superior13. Cabe destacar la doble función de la cámara de combustión, por una parte

8 ESPINOSA, A.; SÁEZ, F. y CASTILLO, R. (2003): Puertos y navegación”. Canelobre, 48: p. 161-181. Alicante 9 PONSICH, M. (1968): “Alfarerías de época fenicia y púnico-mauritana en Kuass (Arcila, Marruecos)”. Papeles del Laboratorio de Arqueología Valenciana, 4: p. 3-25. Valencia 10 VICENTE, J.D.; HERCE, A.I. y ESCRICHE, C. (1984): “Dos hornos de cerámica de época ibérica en Los Vicarios (Valdecebro, Teruel)”. Kalathos, 3-4: p. 311-372. Teruel. 11 COLL, J. (1992): “El horno ibérico de Alcalá del Júcar. Reflexiones sobre los orígenes de la cocción cerámica en hornos de tiro directo y doble cámara en la península Ibérica”. Tecnología de la cocción cerámica desde la antigüedad hasta nuestros días: p. 51-65. Alicante. 12 LÓPEZ, E. (1997): “El alfar ibérico”. La Illeta dels Banyets (El Campello, Alicante). Estudios de la Edad del Bronce y época ibérica: p.223-250. Alicante. 13 Op. Cit.

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para la distribución y control del calor y por otra por albergar el sistema de apoyo de todo el nivel superior14.

El horno excavado por nosotros se construyó excavando en la tierra una oquedad, de tendencia elíptica revestida con adobes colocados en vertical. Tiene un tabique central de piedra y adobe que divide la cámara de fuego en dos partes y que actuaría como sujeción de la parrilla desaparecida. El piso de la cámara estaba enlucido con barro, que presentaba un color entre amarillento y gris por efecto de los gases de combustión.

Desconocemos con exactitud la longitud total del horno, ya que la boca fue cortada por la construcción de un muro posterior, midiendo la parte conservada 1,70 m. Los extremos posteriores eran ligeramente redondeados y la boca del horno tenía una orientación hacia el sur.

La cocción en el horno debió realizarse mediante combustión de ramas, cuyas cenizas podríamos relacionar con el sedimento interior de una serie de fosas excavadas en la arena, próximas a la estructura.

Desconocemos la producción propia de este horno, ya que no hemos constatado la zona de vertido de piezas defectuosas, aunque por su tamaño quizá estuviese preparado para la fabricación de cerámicas comunes. Así mismo, no podemos asegurar si su abandono fue motivado por una amortización natural, aunque es significativa la ausencia de sedimento con carbones o cenizas en su interior.

Junto al horno se constató la presencia de una mancha de arcilla de tendencia circular de color anaranjado, que quizá sea el resultado de la acumulación de barro, y en el exterior del recinto donde se encontró el horno, adosado al extremo NW del muro 2018, se documentó una posible balsa de decantación de arcilla realizada con lajas hincadas en vertical y trabadas con barro, con una anchura máxima entorno a los 2 m y una profundidad de 0,65. Generalmente, este proceso se llevaba a cabo para conseguir el

14 JUAN TOVAR, L.C. (1992): “Alfares y hornos de la antigüedad en la Península Ibérica: algunas observaciones en torno a su estudio”. Tecnología de la cocción cerámica desde la antigüedad hasta nuestros días: p. 67-85. Alicante.

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grado de pureza del barro antes de ser torneado, para lo cual debía dejarse en reposo durante un cierto tiempo.

En cuanto a la otra construcción significativa, la estancia 1, resulta más difícil de interpretar, ya que si bien en su primera fase constructiva lo podríamos relacionar con un simple almacén – debido a la gran cantidad de material cerámico documentado en el estrato de relleno y a la inexistencia de pavimento- lo complicado viene con la anexión de otra. El resultado final es una habitación que queda inutilizada ya que no hay comunicación desde la anterior estructura a no ser que se realizara desde una parte más elevada, lo que constituiría una complicación excesiva. Tampoco parece clara su función que por el tamaño que deja libre no permite el almacenamiento de muchas piezas ni la permanencia en su interior de personas, a no ser que actuara como un posible banco y las piezas se colocaran sobre él. Por tanto, desconocemos la función de este edificio, que quizá podría relacionarse o explicarse con la ampliación de la excavación para tener una perspectiva mayor para conocer ante qué tipo de asentamiento nos encontramos.

Lo que parece claro es que estamos ante la ocupación de una zona próxima al yacimiento arqueológico del Tossal de la Cala y a un fondeadero próximo en la misma cala, en un momento en que predomina la vajilla doméstica de época republicana15 (s. II-I a.C.), con la convivencia de cerámica ibérica con piezas romanas de barniz negro, paredes finas y cerámica común16, así como la llegada de ánforas de vino itálicas en competencia con las púnicas e ibéricas. Todo esto supondría una continuidad ibérica en las manifestaciones culturales, entendiéndose que la presencia de Roma no llegó a cambiar de inmediato las costumbres indígenas17.

Finestrat julio de 2005

15 MOLINA, J. (1997): La dinámica comercial romana entre Italia e Hispania Citerior. Alicante. 16 ARASA, F. (2001): La romanització a les comarques septentrionals del litoral valencià. Poblament ibèric i importacions itàliques en els segles II-I a.C. València. 17 BONET, H. y RIBERA, A.(2003): “La conquista romana i el procés de romanització en el món ibèric”. Romans i visigots a les terres valencianes: p. 79-90. València.