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CARTOGRAFIA
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La cartografía ambiental como base para los estudios de planificación ecológica del territorio
La Cartografía Ambiental es, en realidad, tan antigua como la Cartografía Temática*, ya
que gran parte del contenido de ésta posee, directa o indirectamente, interés ambiental.
De acuerdo al concepto de medio ambiente, a los ámbitos científicos implicados y a los
aspectos en que se concreta su temática, sería bastante difícil desechar mapas con
temas no involucrados en ella. Cuando se habla de este tipo de Cartografía, se está
realmente discriminando poco respecto a lo que la Cartografía Temática representa, pues
muy pocos temas son ajenos a lo ambiental, en última instancia.
Ante el desafío de planificar una región, la cartografía temática ambiental constituye una
herramienta fundamental para alcanzar los objetivos de un desarrollo sustentable,
integrando información biofísica y social. Asimismo, la planificación ecológica del territorio
permite identificar las tendencias del uso y ocupación territorial. Esta metodología implica
el análisis de los recursos naturales y su estado, información que proporciona los
elementos necesarios para plantear alternativas en el uso del territorio, promoviendo el
aprovechamiento sustentable de los mismos.
Aspectos previos para la confección de mapas ambientales
En relación con esa integración, dos cuestiones intervienen preliminarmente en la
realización de mapas ambientales: la teoría de la información y la sectorización.
Teoría de la Información
Dada la complejidad del medio ambiente y la necesidad de manejar numerosas variables
para ofrecer una visión comprensiva de su funcionamiento y dinámica, se requieren unas
*La carta temática es un documento gráfico basado en la comunicación de signos. Proviene del lenguaje
visual. En este sentido e incluso si su construcción debe seguir las reglas de la semiología gráfica, constituye
un útil formidable de comunicación y de información que no restringe su campo de acción solamente a los
geógrafos.
pautas que permitan controlar y extraer de todo el conjunto de datos disponibles una
cantidad adecuada para posibilitar un entendimiento justo y apta, también, para hacer
eficaz el conocimiento adquirido en la resolución de problemas.
Según BLANDIN & LAMOTTE (1985) seleccionan las variables necesarias para realizar
una tipología de ecosistemas terrestres:
Composición litológica y modelado de la superficie.
Naturaleza del suelo (estructura vertical y eventualmente las variaciones
horizontales) y morfología funcional del humus.
Estructura de la vegetación, horizontal y vertical.
Estructura temporal, es decir, las variaciones periódicas de la composición, de la
estructura, de la biomasa vegetal y de las sucesiones.
Número de especies dominantes y de las especies-clave, vegetales o animales.
Producciones primarias y secundarias más importantes.
Composición y estructura de ciertas poblaciones animales susceptiblesde precisar
unas características estructurales e históricas del ecosistema.
Clima interno, definido por los movimientos atmosféricos y la humedad del aire, la
distribución de la energía incidente, el régimen térmico, los flujos de oxígeno y de
gas carbónico.
Flujos hídricos, con la caracterización de la intercepción, del goteo,del
escurrimiento, del arroyamiento, del drenaje, de la evaporación, de los estados del
agua en el suelo.
SECTORIZACIÓN TERRITORIAL Y UNIDADES CARTOGRÁFICAS
La cuestión que se plantea aquí es cómo clasificar el territorio a cartografiar, con objeto de
definir unidades excluyentes en el mapa. Se trata de un problema crucial a resolver en
Cartografía Ambiental. Está claro que los objetivos y fines en cada caso resuelven buena
parte del mismo, sobre todo en aplicaciones prácticas concretas, pero no lo hacen
totalmente. Los aspectos a considerar serían los siguientes:
a) En principio, idealmente, la compartimentación espacial se articularía en función
de la homogeneidad que presenta un área en determinado aspecto. Cuando la
clasificación se rige por un solo elemento la dificultad no es tan grande, aunque a
veces no está exenta de dificultades. Pero, el problema se eleva
considerablemente, cuando se pretenden integrar bastantes elementos y,
exponencialmente, cuando la intención es determinar una unidad ambiental
completa. En todos los casos, aparecerán impedimentos en razón de la existencia
de heterogeneidades internas.
b) La existencia de sistemáticas taxonómicas, aunque no resuelven plenamente la
cuestión, no cabe duda de que suponen un recurso importantísimo para la
demarcación de unidades cartográficas pretendidamente homogéneas.
c) La construcción de sistemáticas corológicas de unidades pretendidamente
integradas han proliferado en los estudios territoriales, sobre todo, desde principios
del siglo XX. Utilización de unidades político-administrativas como base mínima de
la sectorización. Se recurre, en estos casos, a la agrupación de esas unidades
para conformar otras de rango superior. Esto es habitual en la Cartografía
Temática del medio humano: municipios, comarcas, provincias, etc. Constituyen
unidades de información estadística muy variada que dan bastante juego a la
representación de variables socioeconómicas.
d) Utilización de unidades político-administrativas como base mínima de la
sectorización. Se recurre, en estos casos, a la agrupación de esas unidades para
conformar otras de rango superior. Esto es habitual en la Cartografía Temática del
medio humano: municipios, comarcas, provincias, etc. Constituyen unidades de
información estadística muy variada que dan bastante juego a la representación de
variables socioeconómicas.
e) Utilización de unidades geométricas artificiales. Responden a la idea de que el
espacio contiene múltiples datos e información regular, causal o aleatoriamente
distribuida y, por tanto, es susceptible de ser rastreada sistemáticamente, a base
de barridos metódicos del territorio. Así, se concibe la posibilidad de definir
unidades mínimas de información, normalmente de pequeño tamaño en relación a
la escala y cuyos contornos no siguen límites de elementos ambientales, sino que
son implantados artificialmente según alguna pauta geométrica regular que se
repite uniformemente en todo el mapa.
f) Utilización de unidades calculadas por interpolación. Es común también que las
unidades cartográficas respondan al proceso de interpolación, es decir, al cálculo
de los valores intermedios en una serie de datos conocidos y distribuidos sobre
una superficie (topográfica o estadística).
EJEMPLO DE APLICACIÓN
Área de estudio: Características generales
El sector de estudio corresponde a la hoja Geológica 4769-II, Colonia Las Heras, ubicada
en el sector oriental de la provincia de Santa Cruz. Los vientos provenientes del oeste
constituyen uno de los rasgos climáticos más característicos de esta zona. El área de
estudio, que pertenece a la región de estepas y semidesiertos patagónicos, presenta un
clima templado frío, con una precipitación promedio de 200 mm anuales, concentrados en
los meses invernales. La escasa precipitación y la distribución invernal de las mismas
determinan un fuerte déficit hídrico estival (Paruelo et al. 1999). Con respecto a la
temperatura, se observa una distribución noreste-sudoeste, con medias que varían entre
3 y 12ºC.
El relieve predominante está conformado por planicies estructurales, recortadas por valles
alargados y amplios que forman depresiones hacia el Este (Fig. 1). Las geoformas más
conspicuas son los valles interserranos, sierras, pedimentos mesetiformes y planicies
aluviales. Las altitudes varían desde los 700 m hacia el oeste hasta 0 m sobre la costa
(Carta Geoambiental Hoja Colonia Las Heras, inédito).
Figura 1: Panorámica del área de estudio. Se observan zonas de pendiente con estepa herbáceo-arbustiva y llanos dominados por estepa graminosa baja y dispersa.
METODOS
Para delimitar las unidades de vegetación natural se realizó una interpretación de la
imagen satelital Landsat TM, escala 1: 250.000, con el software ENVI 4.3, digitalizando
luego las unidades interpretadas con el software ArcView GIS 3.3. Se realizó una
clasificación preliminar, sin valor florístico, donde se delimitaron grandes unidades
fisonómico-estructurales de vegetación. El resultado del análisis fue complementado y
contrastado con información de base bibliográfica relevante, en la que se incluyó
información de tipo topográfica, hídrica, y de usos, lo cual permitió el análisis de las
distintas condiciones fisonómicas particulares y los ambientes potenciales para la fauna.
En el mapeo de estas unidades también se tuvo en cuenta el tipo de suelo y la
geomorfología. Se realizaron dos campañas de muestreo en los meses de febrero y
octubre. El trabajo de campo consistió en la descripción fisonómica y florística de las
unidades previamente delimitadas en gabinete, mediante un muestreo estratificado, con el
fin de caracterizar las diferentes fisonomías vegetales. El muestreo florístico se hizo
considerando especies arbustivas y herbáceas, a partir de transectas en ambientes
representativos y a lo largo de vías de acceso y caminos.
RESULTADOS
Las comunidades vegetales del área, íntimamente ligadas al tipo de geoforma y
disponibilidad de agua, tienen una disposición bastante definida dentro del paisaje. En
general, los pastizales ocupan áreas planas, mientras que los arbustos cubren zonas con
pendientes (Paruelo et al. 1992). Asimismo, las estepas graminosas presentan un alto
porcentaje de cobertura, con frecuencia mayor del 80% y está dominada por Festuca
pallecens (coirón blanco) y por Festuca argentina (huecú). Este ambiente puede también
presentar arbustos agrupados o dispersos, de las especies Senecio filaginoides (charcao),
Nardophyllum obtusifolium (mata torcida), Adesmia campestris (mamuel choique) y
Mulinun spinosum (neneo). La estepa arbustiva está dominada por Colliguaya
intergerrima (duraznillo), Chuquiraga avellanedae (quilimbay), Trevoa patagonica
(malaspina), Nassauvia glomerulosa (colapiche) y Berberis heterophylla (calafate). En
cuanto a las comunidades edáficas más conspicuas se observaron estepas de Atriplex
zampa (zampa) en suelos salobres, vegas de junquillo y asociaciones de
Anardhrophyllum rigidum (mata guanaco), Berberis cuneata (calafate), Senecio
filaginoides y Lycium chilense (yaoyin) en los cañadones.
Figura 2. Principales unidades fisonómicas estructurales de vegetación actual.
PANEL DE EXPERTOS
Este método ad hoc no proporciona en principio ninguna guía formal para la realización de
una evaluación de impacto ambiental. En realidad es la sistematización de las consultas a
un grupo de expertos familiarizados con un proyecto o con sus tópicos especializados.
Estas metodologías dependen mucho del tipo de expertos disponibles y/o en general,
permiten:
a) identificar una gama amplia de impactos más que definir parámetros específicos
para aspectos a considerar en el futuro,
b) establecer medidas de mitigación
c) disponer de procedimientos de seguimiento y control.
Su ventaja radica en la falta de formalidad y la facilidad para adaptar la evaluación a las
circunstancias específicas de una acción. Aunque dependen de los antecedentes, de la
experiencia y de la disponibilidad del equipo que lo lleva a cabo, son efectivamente
rápidos y fáciles de conducir con poco esfuerzo. Además, requieren formar equipos
particulares para cada tipo de proyecto y no dan ninguna seguridad de ser exhaustivos o
comprensivos.
Uno de los problemas principales para la representatividad del método es lograr un panel
representativo de expertos en los temas analizados. Actualmente se trabaja en los
llamados sistemas de expertos con bases computacionales para el procesamiento de la
información y el apoyo a las decisiones. Son en realidad sistemas de interacción hombre-
máquina que resuelven problemas en un dominio específico. Los sistemas de expertos
están orientados a problemas y no a metodologías.
En el Cuadro 1 y Cuadro 2 se presentan ejemplos de productos que se pueden generar
en un panel de expertos.
CUADRO N°1. Definición de impactos claves.
CUADRO N°2. Identificación de preocupaciones y variables ambientales para estimar impactos
BIBLIOGRAFIA
BLANDIN, P. & LAMOTTE, M. (1985): «Écologie des systèmes et aménagement: fondements théoriques et principes méthodologiques». en LAMOTTE, M. (Dir.): Fondamentsrationnels de l’aménagement d’un territoire. pp. 139-162. Masson. Paris.
ESPINOZA G. 2001. Fundamentos de evaluación de impacto ambiental. Santiago de Chile.
GARCÍA J. 2002. Cartografía Ambiental. Desarrollo y propuestas de sistematización. Departamento de Geografía de la Universidad de Alcalá.
PARUELO, J., AGUIAR, M., GOLLUSCIO, A. Y LEÓN, R. 1992. La Patagonia extrandina: análisis de la estructura y funcionamiento de la vegetación a distintas escalas. Asociación Argentina de Ecología, Ecología Austral 2: 123-136.