LA CASA MÀS GRANDE DEL MUNDO

UNA FAMILIA DE CARACOLES VIVÍAN EN UNA SABROSA COL.CON SU CASA A CUESTAS LA RECORRIAN LENTAMENTE EN BUSCA DE ALGUNA HOJA TIERNA PARA MORDISQUEAR.

UN DÍA UN PEQUEÑO CARACOL LE DIJO A SU PADRE:-CUANDO SEA MAYOR QUIERO TENER LA CASA MÁS GRANDE DEL MUNDO.-ESO ES UNA TONTERÍA-LE RESPONDIÓ EL PADRE-. LAS COSAS GRANDES NO SIEMPRE SON LAS MEJORES.

Y LE CONTÓ ESTA HISTORIA.

“HABÍA UNA VEZ UN PEQUEÑO CARACOL, IGUALITO A TÍ, QUE LE DUJO A SU PADRE:-CUANDO SEA GRANDE, QUIERO TENER LA CASA MÁS GRANDE DEL MUNDO.-LAS COSAS GRANDES NO SIEMPRE SON LAS MEJORES – LE DIJO EL PADRE -. TÚ CASA TIENE QUE SER LIGERA Y FÁCIL DE LLEVAR.

PERO EL PEQUEÑO CARACOL NO QUERÍA ESCUCHAR, Y A LA SOMBRA DE UNA ENORME HOJA DE COL SE ENCOGIÓ Y SE ESTIRÓ DE TODAS LAS MANERAS POSIBLES HASTA QUE DESCUBRIÓ LA MANERA DE HACER SU CASA MÁS GRANDE.

LA CASA SE HIZO CADA VEZ MÁS Y MÁS GRANDE. LOS DEMÁS CARACOLES LE DECÍAN:- SEGURO QUE YA TIENES LA CASA MÁS GRANDE DEL MUNDO.

PERO EL PEQUEÑO CARACOL SIGUIÓ ENCOGIÉNDOSE Y ESTIRÁNDOSE HASTA QUE SU CASA FUE TAN GRANDE COMO UN MELÓN.

DESPUÉS, MENEÓ SU COLA AGILMENTE DE IZQUIERDA A DERECHA, Y APRENDIÓ A HACERSE CONOS PICUDOS.

A FUERZA DE SACUDIDAS, APRETONES Y FUERTES DESEOS, LE PUDO AÑADIR COLORES BRILLANTES Y HERMOSOS DIBUJOS.

AHORA ESTABA CONVENCIDO DE QUE SU CASA ERA LA MÁS

GRANDE Y BONITA DEL MUNDO ENTERO.ESTABA FELIZ Y

ORGULLOSO

UN DÍA, UNA NUBE DE MARIPOSAS VOLÓ SOBRE EL PEQUEÑO CARACOL.- ¡MIRAD! – EXCLAMÓ UNA DE ELLAS-. ¡UNA CATEDRAL!- NO – LE DIJO OTRA -, ¡ES UN CIRCO!ELLAS NUNCA HABRIAN IMAGINADO QUE AQUELLO QUE ESTABAN VIENDO ERA LA CASA DE UN CARACOL.

Y UNA FAMILIA DE RANAS, QUE IBAN HACIA UN ESTANQUE APARTADO, SE DETUVIERON IMPRESIONADAS.- NUNCA TUVIMOS UNA VISTA TAN HERMOSA – LES CONTARON DESPUÉS A SUS PRIMAS-. UN CARACOLITO NORMAL Y CORRIENTE CON UNA CASA QUE PARECÍA UNA TARTA DE CUMPLEAÑOS.

UN DÍA DESPUÉS, CUANDO LOS CARACOLES YA HABÍAN COMIDO TODAS LAS HOJAS DE LA COL Y SÓLO QUEDABAN UNOS TALLOS RIZOS, SE TUVIERON QUE MARCHAR A OTRA COL.PERO EL PEQUEÑO CARACOL, EL POBRE, NO PODÍA MOVERSE.SU CASA ERA DEMASIADO PESADA.

SE QUEDÓ ABANDONADO Y, SIN NADA QUE COMER, SE FUE APAGANDO LENTAMENTE. SOLAMENTE QUEDÓ LA CASA, PERO POCO A POCO TAMBIÉN SE FUE DERRUMBANDO”.

ASÍ TERMINA LA HISTORIA.

EL PEQUEÑO CARACOL ESTABA A PUNTO DE LLORAR.ENTONCES, SE ACORDÓ DE SU CASA.“SIEMPRE PROCURARÉ QUE MI CASA SEA PEQUEÑA”, PENSÓ, “Y CUANDO CREZCA LA PODRÉ LLEVAR A DONDE QUIERA”

Y ASÍ, EN UN DÍA LUMINOSO Y ALEGRE, SE MARCHÓ A DESCUBRIR EL MUNDO.ALGUNAS HOJAS SE MENEABAN DULCEMENTE CON EL VIENTO Y OTRAS COLGABAN QUERIENDO TOCAR EL SUELO.DONDE SE ABRÍA LA OSCURIDAD DE LA TIERRA, EL ROCÍO LE SONREÍA A LOS PRIMEROS RAYOS DEL SOL.HABÍA SETAS CON PINTAS Y TALLOS ERGUIDOS CORONADOS CON PEQUEÑAS FLORES QUE PARECÍAN AGITARSE.UNA PIÑA PEREZOSA DORMIA A LA SOMBRA DE LOS HELECHOS, HABÍA UNOS GUIJARROS EN UN NIDO DE ARENA, LISOS Y REDONDOS COMO HUEVOS DE PALOMA.LIQUENES PEGADOS EN LAS ROCAS Y TAPIZANDO LA CORTEZA DE LOS ÁRBOLES.LOS BROTES TIERNOS ERAN DULCES Y FRÍOS COMO EL ROCÍO DE LA MAÑANA.EL PEQUEÑO CARACOL ERA MUY FELIZ.

PASARON LAS ESTACIONES, MÁS EL CARACOL NUNCA SE OLVIDÓ LA HISTORIA QUE SU PADRE LE CONTÓ.

Y CUANDO ALGUIEN LE PREGUNTABA “¿CÓMO ES QUE TIENES UNA CASA TAN PEQUEÑA?”, ÉL LES CONTABA LA HISTORIA DE:

LA CASA MÁS GRANDE DEL MUNDO.

FIN AUTORLEO LIONNI