La Ciudad Mágica

Francisco Javier Campaña Ocaña

Se lo dedico a: A mi familia y a mis amigos.

Había una vez un mar llamado el mar Atlántico; aquel mar tenía el agua azul claro como el bonito color del cielo y poseía unas aguas muy frías. Había gente que decía que había corrientes secretas provenientes de los dos polos, que eran muy pero que muy frías... Pero solo era una leyenda.

Algunas personas prometían haber visto en él una ciudad bajo el mar. Años mas tarde un grupo de científicos, de la universidad que dos años atrás fue nombrada la segunda a nivel mundial, dijo que esa ciudad se ponía al nivel del mar cada cien años.

La gente dividía sus opiniones, unos apoyaban a los científicos,otros decían que no salía nunca, pero que sí estaba allí... Las opiniones de las personas se fueron transmitiendo de abuelos a padres, de padres a hijos... Y así cierto grupo de familias apoyaba a uno u otro.

Estuvieron años y años de discusión, concretamente cien años.

Hasta que llegó la noche esperada por los científicos, en esa noche los científicos tenían previsto que aquella ciudad se pusiera al nivel del mar.

Era una noche de luna llena, hacía mucho mucho frío...Los científicos creían que la ciudad saldría a las doce de la noche.

Estaba todo el mundo allí reunido para presenciar aquel acto, bueno todos menos los que no estaban a favor de lo que creían los científicos.

Eran sobre las 10:00, 10:30, todavía no habían llegado los que no creían a los científicos. Todas las personas que iban a presenciar aquel acto decían: ¡Los del otro bando tienen miedo de que salga la ciudad!,

-¡Sí, sí y saben que van a perder!...-decía otro.

De repente se oyó una risa malvada:-Jejeje, ¿¡eso es mentira, vosotros creéis que va a salir esa ciudad para que vosotros la veáis!? - ¡Eran los del otro bando!

-¡Mira que confiados vienen nuestros amigos!-decían los que creían a los científicos.

-¡Haced un lado!...-dijeron los del otro bando.

Todo el mundo esperaba impaciente a que aquella hermosa ciudad saliera a la luz, todos menos los que no creían al los científicos, que se reían de ellos.

Entre discusión y discusión ya eran las doce menos cuarto, nadie se daba cuenta de la hora que era...

Hasta que un hombre llamado Jaime dijo: ¡Eh chicos basta ya de peleas que sólo falta un cuarto de hora para que salga la ciudad, claro si es que sale!

Se formó un silencio inquietante, todos se fueron en silencio hasta sus asientos.

Todo el mundo esperaba impaciente que llegara aquel grandioso momento. Eran ya las doce en punto, los nervios de la gente no podían ser mayores por ver aquel acontecimiento...

La tierra de pronto empezó a temblar, en el mar había unas olas gigantes, eran tan grandes que la gente retiraba hacía atrás sus asientos, las olas siguieron feroces hasta las una de la madrugada, a esta hora empezó a salir poco a poco la ciudad, la gente estaba muy emocionada por aquel suceso.

-¡Veis como si iba a salir la ciudad!-decía uno de los científicos.

-¡Hay que confiar en la ciencia!-decía un hombre de este bando.

-Si claro, ¡lo más seguro es que no salga del todo!-comentaba uno del otro bando.

-¡Si, si lo más seguro es que salga la mitad nada más o algo por el estilo!-dijo otro hombre.

-¿¡Cómo va a salir solamente la mita!?

-¡Ya lo verás!

Y así fue salió la ciudad... Pero llevaban razón los dos bandos...

-¡Veis como ha salido!

-Si llevas razón... Pero no te parece muy chica.

-¡Que va!

-¡Es verdad sólo ha salido la mitad!

-¡Sabéis que no es así!

-¡Sólo ha salido la mitad!

Y en verdad así era, aunque parezca mentira sólo se había puesto al nivel del mar la mitad de aquella ciudad, pero eso no quería decir que no fuera bonita, era hermosa, tenía altas torres, una especie de castillos submarinos, y sus habitantes eran los peces... También tenían unas esculturas muy altas, que según los científicos eran los guardianes de aquella ciudad

La gente aseguraba que solo había salido la mitad, por eso los científicos mandaron a un grupo de buzos para investigar.Se pasaron mucho tiempo buscando una segunda parte de aquella ciudad, hasta que un día empezaron a ver pequeños objetos de la ciudad... De repente un buzo se da en la cabeza con algo mira hacía

arriba... ¡Y ve una gran columna de la ciudad, ¡Por fin habían encontrado la otra mitad!

Salieron del mar y se lo comunicaron a los científicos, estos alucinados se lo dijeron a los demás, incluso a los que no eran de su bando.

Todos lo celebraron con una gran fiesta, bailando, jugando...Al final todos fueron felices, sabiendo que existía una ciudad bajo el mar, a la que ellos llamaron La Ciudad de los Sueños.

Francisco Javier Campaña OcañaAgosto de 2.010