La "Ciudad Moderna" en La Habana

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    A «CIUDAD MODERNA» EN LA HABANA

    a no once erreroepartamento e Geogra ía Humana

    Un vers a e A cante

    RESUMEN

    a a ana trans t por as ca as centra es e a pr mera m ta e s g o s n unverdadero plan de ordenación urbana, pese a un fuerte crecimiento demográco que pasó

    es e os . a tantes e asta os . . a tantes e . ese a osntentos regu a ores, as n m cas e merca o e sue o e nmo ar o toma an carta

    de naturaleza en una ciudad que proseguía su imparable crecimiento a impulsos indivi-duales, de la mano de un urbanismo especulativo, supeditado a la expansión suburbana

    s n m tes. a c u a que esea a a canzar una magen cosmopo ta y contempor nea,e eg a as propuestas e ov m ento o erno para e n r su nueva mor o og a ur anay, con ella, expresar su emergente estructura social y económica. Inuenciado por los

    A , en se ormu a a a arta e a a ana . n a unta ac ona ean cac n contrata a a ener y ert para señar versos p anes ur an st cos para

    la puesta en valor turístico de Varadero y La Habana del Este, así como para redactar elnuevo Plan Director de La Habana . La Revolución supuso el freno a las propuestas dere orma nterna, pero esarro as eas e a a ana e ste.

    Palabras clave: Movimiento Moderno, racionalismo, La Habana.

    A A

    he city of Havana lived through the mid-20 th century with no real urban planningpro ect, esp te s gn cant emograp c growt t at saw t e popu at on r se rom ,in 1919 to 1,528,800 in 1960. Although efforts were made to control the situation, thedynamics of the land and property development markets were regarded as normal andaccepted unconditionally in a city that continued its relentless growth on the basiso n v ua mpu ses a e w t specu at ve town p ann ng an un m te su ur anexpansion. The city wished to build a cosmopolitan, contemporary image and chose

    Modern Movement proposals to dene its new urban morphology and thus express itsemerg ng soc a an econom c structure. n uence y t e A movement, t e arta

    e a a ana e avana reaty was ra te n . n , t e unta ac ona ePlanicación (National Planning Commission) commissioned Wiener and Sert to draw

    up various town planning schemes to boost tourism in Varadero, Trinidad, Isla de Pinos

    nvest gac ones eogr cas , nº 44 (2007) pp. 129-14ISSN: 0213-4 91

    Inst tuto Un vers tar o e Geogra íaUniversidad de Alicante

    Fecha de recepción: 7 e mayo e 2007. echa de aceptación: 17 e un o e 2008.

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    an astern avana, as we as ra t ng t e new an rector e a a ana avanaMaster Plan). The Revolution slowed efforts for internal reform but implemented theEastern Havana ideas.

    ey wor s: o ern ovement, rat ona sm, avana.

    La ciudad de La Habana transitó por las décadas centrales de la primera mitad del si-g o s n un ver a ero p an e or enac n ur ana. rec samente, en una etapa e uertecrecimiento demográco: la ciudad, que contaba con 446.848 habitantes en 1919, llegabahasta el 1.528.800 habitantes de 1960. Pese a los intentos reguladores, las dinámicas delmercado del suelo e inmobiliario tomaban carta de naturaleza en una ciudad que proseguíasu imparable crecimiento a impulsos individuales, de la mano de un urbanismo especulativo,supe ta o a a expans n su ur ana, pos e para un segmento soc a por a genera zac ndel automóvil y, para otro segmento social por la difusión de los transportes colectivos. El

    acceso a esos medios de locomoción seguía imponiendo la segregación social conforme conlas grandes directrices observadas con anterioridad: barrios obreros por el interior desdeel foco industrial de la bahía, urbanizaciones elitistas en la línea de costa, y repartos parac ases me as entre uno y otro vector. or su parte, e sector serv c os crec a e acuer ocon la importancia de su tradición y a expensas de la nueva capitalidad. También crecíanlas iniciativas turísticas y la paulatina orientación de ese nuevo segmento económico haciael turismo cautivo en casinos. El turismo contribuía a paliar la endémica dependencia dela economía habanera (y aún cubana) de las exportaciones de azúcar, si bien, los negociosturbios e ilícitos generados a su alrededor contribuyeron a su desprestigio y a la consoli-dación de la leyenda negra de un sector ahora emergente.

    1. De laCarta de Atenas

    a laCarta de La Habana

    En ese nuevo contexto de apertura económica e integración paulatina en el sistemacapitalista mundial, la ciudad que deseaba alcanzar de una vez una maniesta imagencosmopo ta y contempor nea, e eg a as propuestas e ov m ento o erno para e n rsu nueva morfología urbana y, con ella, expresar su emergente estructura social y econó-mica. Para entender mejor los planes modernos para La Habana, es preciso señalar que lasprimeras propuestas de Le Corbusier recogen que en la ciudad contemporánea cada seg-mento social ocuparía un lugar especíco, segregado, conforme con su poder adquisitivo:a v v en a epen er a e tra a o e ca a uno s man, : ; y su reparto espac a

    sería reejo de una estructura social diferenciada. En La Ville contemporaine (1922) y en

    La Ville radieuse (1933) proponía una ciudad funcional, con diferentes espacios diseñadospara acoger, cada uno de ellos, una actividad especíca. En esa segregación de funciones,el centro urbano debía remodelarse para acoger la función de centro de negocios y servicios

    e car cter extraor nar o. ero os centros st r cos, como e e a a ana, no reun anlas condiciones adecuadas para las exigencias de la sociedad moderna y, por consiguiente,

    e an ser emo os y surca os por gran es aven as que potenc asen su centra a yaccesibilidad (Le Corbusier, 1929).

    En 1935 se edita la Carta de Atenas como maniesto de las ideas del grupo de ur-banistas integrados en los Congresos Internacionales de Arquitectura Moderna ,ideas que fueron adoptadas como modelo para muchas ciudades latinoamericanas en los

    1 Conoc as son as v ncu ac ones ma osas y e anqueo e nero en os erentes cas nos a aneros.

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    años 1950 (planes de Buenos Aires, Bogotá y Brasilia entre otros). De hecho, en 1954art nez nc n, arqu tecto mun c pa e a a ana, ormu a a a arta e a a ana ,

    omo maniesto de denuncia de los graves problemas arrastrados por una desbordanteu a , cuyo crec m ento o e ec a cas en exc us va a as eyes e merca o. art nez

    nclán ajustaba su preocupación social a los nuevos principios socializantes redenidos porLe Corbusier y su grupo teórico, plasmados en la Unité d’habitation , vivienda inserta engrandes bloques levantados sobre supermanzanas con jardines y equipamientos colectivos,omplementarios de los servicios del hogar. Conforme con el paradigma racionalista, elentro e a a ana e a a ergar a a «c u a comerc a ra oconc ntr ca», m entrasas demás funciones debían redistribuirse de forma estratégica por el territorio: la industriaormando ejes a lo largo de las principales vías de comunicación y en sus alrededores lasiviendas para los trabajadores, mientras que en los intersticios no urbanizados debíanstablecerse explotaciones agrícolas, con viviendas rurales. Se reproducían en La Habanaos tres esta ec m entos umanos , conecta os por me o e gran es autop stas u otros

    sistemas de transporte colectivo (Le Corbusier, 1945).Martínez Inclán y otros urbanistas cubanos asumieron las propuestas del Movimiento

    Moderno como la solución necesaria para una ciudad que alcanzaba rango metropolitano:a planicación debía ser un programa de acción organizado especícamente para conse-

    igura 1. Usos del suelo y clases socioeconómicas en La Habana de mediados del s. XX: 1, zonae act v a es portuar as; , centro nanc ero; a, centro comerc a y e negoc os; , arr o no;, nuevo centro unc ona e a c u a ; , centro c v co promov o por a A m n strac n; , rente

    turístico clases altas; 7, frente turístico clases medias Playas del Este (dibujo G. Ponce).

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    guir unos objetivos precisos, denidos a partir de la identicación de unas necesidadesconcre as.

    En opinión de Le Corbusier, todos los aspectos relacionados con el urbanismo estaríanrecogidos en un plan integral, elaborado por los expertos de forma objetiva, lejos de toda

    presión o interés. Pero esa misma voluntad de alejamiento y pureza es la que llevó a laspropuestas modernas a alejarse de la voluntad ciudadana y, también, a separarse del contextour ano que e an correg r, evantan o con recuenc a nuevos escenar os ur anos carentesde humanidad y descontextualizados. El urbanista experto es quien tenía la respuesta parato os os pro emas e a c u a , a margen e a op n n e os c u a anos e, nc uso,de sus representantes políticos (Hall, 1998: 216-250). En 1953, los urbanistas cubanosMartínez Inclán, Weis, De Soto, Cayado, Cañas Abril y Sorhegui (Segre, Cárdenas, Aruca:1986: 213) exponían así esa preocupación:

    « a unc n soc a e arqu tecto es a e asum r a responsa a eoadyuvar junto y en colaboración estrecha con todos los técnicos y especialistas

    necesarios, en la solución de los graves y serios conictos con los que se enfrentanoy nuestros pueblos, especialmente en el aspecto de la habitación, ubicando susctividades por dentro de las normas de una planicación integral ».

    2. El Plan Director de Sert y Wiener

    En ese ambiente intelectual «moderno» y en un contexto económico que veía en elturismo una fuente de ingresos y divisas complementaria a las exportaciones de azúcar,la dictadura de Batista promulgó, en 1955, la ey e an cac n ac ona , me ante acual se creaba la Junta Nacional de Planicación . Ese mismo año se contrataba al gruponorteamer cano own ann ng soc ates ntegra o entre otros por au ester ener, osLuis Sert, Paul Schulz y Mario Romañach, para diseñar diversos planes urbanísticos parala puesta en valor turístico de Varadero, Trinidad, Isla de Pinos y La Habana del Este, asícomo para redactar el nuevo Plan Director de La Habana .

    El área metropolitana contaba, en esos momentos, con unos 1.400.000 habitantes, pero elp an esta ec a cauces para acoger crec m entos uturos a os en un or zonte e m onesde personas, conforme con los altos ritmo de crecimiento experimentados. De ese modo,el solar municipal resultaba insuciente y era preciso desbordar el marco de planicacióna toda la provincia, conforme con las teorías de la planicación regional difundidas enGran Bretaña y en los Estados Unidos, y que se plasmaría en el plan de Abercrombie, en

    , para e ran on res : un centro ur ano para act v a es terc ar as, m ta o en sucrecimiento por un cinturón verde y, más allá, una constelación de ciudades satélites paraalbergar la actividad industrial y, entre ellas, los asentamientos rurales, todo congurandoun sistema urbano integrado, articulado por una densa red de autopistas y ferrocarriles.

    Muy semejante es el esquema formal propuesto por Sert y Wiener para La Habana, quemanten a a esenc a e os tres esta ec m entos umanos e e or us er. on e o et vode cumplir una necesidad arrastrada desde principios de siglo, el nuevo plan pretendía re-crear nuevos escenarios ciudadanos, que elevasen el rango urbano de La Habana al de unanueva capital de un nuevo Estado, plenamente inserto, además, en un sistema económicointernacional. La nueva morfología debía también potenciar el emergente negocio turístico,conforme con las tendencias del momento y la fuerte especialización habanera en turismode casino, si bien la oferta se complementaba en el plan con el producto de «sol y playa»o rec o por a puesta en va or e as ayas e ste y ara ero, nsertas en e p an reg onametropolitano. De ese modo, todo el centro urbano se planicaba con los objetivos precisos

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    e, por un lado, recuperar la centralidad social, económica y simbólica, aspectos diluidosante e enorme crec m ento su ur ano e a a ana y, por otro a o, recuperar escenar osoloniales —La Habana Vieja— y ponerlos al servicio del turismo.

    Conciliar ambos intereses en un espacio urbano densamente ocupado suponía, confor-

    e con las ideas modernas, esponjar el tejido urbano a costa de demoliciones selectivas,para abrir nuevas vías de acceso que conectasen directamente el centro comercial y de

    egoc os prev sto con to a a reg n metropo tana, para crear nuevos espac os para encuentro, el ocio y la relación, concretados en forma de nuevos paseos arbolados paraa a ana e a, y para acer m s v stosos os e c os monumenta es, a errum ar asiviendas que los envolvían, esto es, la funcionalidad del espacio por encima de cualquiertra consideración:

    «En los albores del año 1955, las condiciones de La Habana eran peores, susca es angostas mpos ta an ca a vez m s e t r ns to e os nuevos ve cu osmotorizados que la industria y el comercio habían traído a la civilización; la

    ausencia de zonas adecuadas para el parqueo de los mismos hacía dicultosomanejar; el calor y el aumento vertical de las construcciones quitaban muchoa las brisas que antaño refrescaban la ciudad. La falta de parques y lugares

    e esparc m ento era a armante ya… o a a v a econ m ca e a s, o c nasdel Estado, centros comerciales e industrias se apiñaban unos sobre otros, as-

    xiando en su atmósfera siempre tensa a todos los que allí desarrollaban susactividades» (Diego, 1955) .

    va or s m co se potenc ar a re egan o a un segun o t rm no a gran p aza c v ca—la actual Plaza de la Revolución— en benecio del viejo centro junto al Capitolio,ontexto en e que ert propone a construcc n e un nuevo pa ac o pres enc a y centro

    gubernamental, que debía levantarse entre las fortalezas de El Morro y La Cabaña, junto aa salida del túnel bajo la bahía. El nuevo escenario, en pleno centro histórico pero al otroado de la bahía, debía ser cabeza de puente para la ocupación de esa ribera, virgen hastasos momentos, y para su puesta en valor al servicio de los nuevos desarrollos urbanísticos

    prev stos.La función económica del centro se revitalizaba mediante el diseño de un área nan-

    iera en plena Habana Vieja, desarrollada linealmente entre las calles Muralla y Tejadillo,a lo largo de las calles Cuba y Habana, sobre un nuevo espacio especialmente concebido yplaneado para acoger esa función especíca. El centro recuperaba su papel comercial y de

    egoc os v ncu a o a puerto. e gua mo o, a unc n tur st ca se potenc a a por a potentecupación hotelera de todo el frente marítimo del Malecón, desde la fortaleza de La Punta

    hacia El vedado, y se reforzaba con la recreación de una isla articial para acoger nuevasnstalaciones para el ocio turístico: hoteles, casinos, comercios, tal como hoy recogen las

    transformaciones de viejos puertos comerciales en nuevas áreas de ocio en todo el mundo.e nuevo, a supe tac n e entorno a a e cac a e a unc n nsta a a.

    La función residencial se mantenía, si bien alterando sustancialmente el escenario físico.En general, se mantenía el trazado y la sección históricos de las calles, salvo en el entor-

    o del nuevo centro nanciero y en los nuevos ejes de circulación rápida proyectados: laprolongación hasta el puerto de la Avenida Máximo Gómez (antigua Calzada del Monte) através de la Calle Muralla y la ampliación de la Calle Habana directamente conectada con el

    udo viario del túnel bajo la bahía; también se eliminaban las manzanas entre Lamparilla ymargura para crear un paseo a ar na o es e e ap to o asta e puerto. s sustanc a

    ra la propuesta sobre el espacio edicado, consistente en abrir el interior de las manzanas

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    igura 2. Propuestas del Plan Director de La Habana de Sert, 1955-1958, para el centro históricoe la ciudad (fuente Archivo Histórico Nacional —AHN—, dibujo G. Ponce).

    del centro histórico, mediante pasillos de acceso desde las calles. Se conseguía, de esemo o, mayor super c e e ac a a, reas peatona es, pequeños espac os a ar na os a a r rlos huertos y patios interiores a la calle, y nuevas parcelas para la construcción de nuevosedicios exentos —al gusto del Movimiento Moderno— para ocinas y viviendas.

    Las actividades industriales debían limitarse en el viejo contexto de la bahía, afectada porlos procesos de transformación en un espacio de nueva centralidad. Se mantenían algunasact v a es muy v ncu a as con e puerto —como as re ner as y os a macenes— perose proponía su alejamiento y la creación de nuevas ciudades satélites para alojarlas, enuna órbita situada entre los 30 km y 50 km de distancia respecto del centro. Esos nuevosasentamientos urbanos debían, además, acoger las residencias de los obreros empleados enlas plantas de producción y, por consiguiente, estar dotados de equipamientos especícospara a am a, ta es como centros e e ucac n, ar nes y zonas eport vas y centroscomerciales y de relación.

    En ese sentido, se daba el paso cualitativo desde las pequeñas manzanas parceladas, alas supermanzanas, consideradas como unidades colectivas de proyecto para la convivencia

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    e millares de personas. Las propuestas de Sert y Wiener para La Habana del Este recogíansa idea de ciudad satélite, organizada en supermanzanas concebida como célula urbana oélula-pueblo, también denominadas unidades vecinales, donde las viviendas en bloqueso ect vos g ran a re e or e un centro e serv c os para a comun a .

    Más compleja resultaba la aplicación de esas ideas a la ciudad consolidada, donde elprincipio de propiedad privada era mucho más fuerte y donde el valor del suelo ya cons-truido hacía difícil la demolición de las viviendas. Con todo, el plan proponía ajustar ladea de la supermanzana al viejo entramado callejero resultante de los sucesivos repartos.ara e o se per a an gran es un a es ur anas, resu ta o e a agrupac n e as v e asanzanas en nuevas unidades de planicación, con el objetivo de introducir en ellas losismos equipamientos denidos para las unidades vecinales de las afueras. Las nuevas

    élulas urbanas en el viejo entramado eran delimitadas por vías rápidas de comunicación,ue debían servir de enlace con el resto de la ciudad. No obstante, las calles internasue a an somet as a procesos e contro e a ve oc a y a a peatona zac n se ect -a, conforme con unos ujos de radio mucho más corto y de carácter estrictamente local

    (dentro de la célula). En ese sentido, el plan contemplaba la creación de largos pasilloserdes de conexión entre las células urbanas, tanto para hacer posible los desplazamientos

    igura . an e au ester ener, os u s ert, au c u z, ar o omañac y otros,uente A. . ., u o: . once .

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    a pie, como para dotar al denso centro de La Habana de nuevos espacios verdes a modoe ata os parques nea es.

    La nueva ciudad de alcance regional debía contar con una nutrida y uida red decomunicaciones. Para ello, era preciso deslindar los diferentes ujos conforme con su

    funcionalidad, estableciendo una precisa jerarquía. De ese modo, al servicio de los grandestrayectos se proponían grandes vías rápidas de acceso desde la periferia hacia el centro y,tam n, entre os st ntos repartos e a c u a conso a a. as comun cac ones entrerepartos se agilizaban mediante otros conductos de segundo nivel. Por último, dentro deca a c u a ur ana se re str u an os u os ro a os y peatona es me ante una ma a m sna de calles.

    Si hasta esos momentos las propuestas urbanísticas giraban en torno a la necesidad deremodelar y embellecer el escenario físico, así como sobre el problema de la accesibilidaden automóvil, el Movimiento Moderno, apoyado por los más destacados urbanistas cubanos,y concreta o en e p an e ert y ener, propon a a sust tuc n e os mo e os orma espor nuevos modelos funcionales. Las nuevas teorías urbanísticas, apoyadas en un gran

    despliegue tecnológico, pretendían tener validez universal y estar, por ello, fuera de tiempoy lugar. El programa urbanístico se concretaba en un plan director integral , compendiode todos los aspectos, pretendidamente suciente para lograr la reactivación económicay a me ora e as con c ones e v a e a a ana, e a ora o por expertos y por e oindiscutible. La ecacia era objetivo principal, y a ella se supeditaban los demás aspectos(la vida social, el medio ambiente y el patrimonio).

    Bajo esos preceptos, el plan de La Habana proponía la conversión de una vieja, ex-tensa y compleja ciudad capitalista en una ecaz máquina capitalista. Los negocios y la

    urgues a recupera an e centro, expu san o e as act v a es menos po erosas y, conellas, a los segmentos sociales más desfavorecidos. El dogma de la zonicación exigíap an car espac os para acoger act v a es espec cas, y str u r os por e terr tor osegún su capacidad de generar benecios. Así, la función turística hacía acopio del litoraly de los mejores paisajes, seguida por las áreas residenciales de las clases sociales conmayor poder adquisitivo. Mientras la industria se expulsaba hacia el exterior de la ciu-dad, arrastrando con ella, por pura lógica capitalista, la mano de obra y sus residencias.

    o era a cta ura e at sta e marco a ecua o para e esarro o e os programassociales vinculados al pensamiento moderno, ni para el despliegue de los programas deequipamientos y servicios contenidos en el plan. Tampoco lo fue el escenario surgido trasla Revolución, que identicaba ideológicamente el modelo propuesto con el paradigmadel sistema capitalista y, más en concreto, con la penetración norteamericana en la escala

    e va ores soc a es, cu tura es y, por supuesto, econ m cos, e orma que esos p anesmodernos nunca fueron acometidos.

    3. La «ciudad moderna» de La Habana del Este

    En 1955, la Compañía Urbanizadora Anacaona S.A. presentaba la primera gran promo-ción de carácter unitario para uso residencial (sin el carácter turístico de otras promocionesen las Playas del Este). Se trataba del Residencial Vía Túnel « rimer residencial de unaciudad planeada de acuerdo con la nueva ciencia urbanística, que brindará una vida máscómoda, con todos los adelantos de la moderna civilización », en clara alusión a las ideasurbanísticas del Movimiento Moderno, « que será la solución al problema del tránsito, laaglomeración y la vida incómoda que padecen los que viven en la capital» (Diego, 1955)m u os en as supuestas exce enc as e a v a motor za a y e a c u a e muy a a en-

    sidad, los promotores se publicitaban demagógicamente como salvadores de la ciudad:

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    Entonces fueron los propietarios de La Habana del Este los que, uniendosus es uerzos a om res e empresa, pus eron en p ano e actua a e v e o

    proyecto de unir La Habana, poblada en demasía, con sus tierras todavía vír-genes … en esta gran obra, que está llamada a ser de inmensa utilidad para el

    bienestar, progreso y salud del pueblo cubano (Diego, 1955).

    Figura 4. La Habana del Este en 1955. Se observa el tamaño de las grandes ncas asentadas sobree sue o po re es e e punto e v sta agr co a e para e e orro, en contraste con as ncas

    e tamaño me o e a zona agr co a e a e e o o mar, a ste e uana acoa: , arque Residencial Bahía (actual reparto de Eduardo Chibás); 2, nca prevista para la ejecución del reparto

    es enc a a ne actua reparto Anton o u teras , am as promoc ones grav tan so re a nuevacentra a crea a por a oton a e o mar o aza e ste uente A , u o . once .

    El túnel bajo la desembocadura de la bahía sustituía al viejo proyecto de 1912 de cons-trucción de un gran puente, conforme con las posibilidades técnicas del momento. En 1949,

    esde el Ministerio de Obras Públicas se proponía la construcción de un túnel desde las

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    esquina de Virtudes y Prado —en la orilla occidental del canal de la bahía— hasta detráse a orta eza e a a aña —en a or a or enta e cana —. esec a o e proyecto por

    sus afecciones sobre el paseo del Prado y alrededores, en 1954 se planteaba otro proyecto,sobre la misma idea de un túnel, pero más ajustado al entorno urbano, que comenzaría a

    ejecutarse en los años siguientes por la Societé des Grands Travaux de Marseille . El pro-yecto contemplaba la construcción de dos grandes tubos en paralelo, cada uno con unos600 metros de longitud entre una y otra orilla, con 22 metros de sección y 7 metros dealtura, que dejarían sobre ellos un canal navegable de 45 pies de profundidad, sucientepara em arcac ones e gran ca a o. sto es, co osa o ra p ca su c ente para acoger osgrandes ujos previstos desde la ciudad consolidada hacia los « inco millones de metroscuadrados » que esperaban ser ocupados en el macroproyecto de La Habana del Este.

    La compañía promotora, amparada en la concesión otorgada por ey- ecreto n ,de 4 de agosto de 1951, se arrogaba los derechos de peaje que debía producir el túnel, ye repart m ento ega e os terrenos s tua os en a ona enera e n uenc a e ne Se producía la conjunción de intereses de los propietarios del suelo, de los promotores

    urbanísticos, de la empresa constructora del túnel y del Banco de Comercio Exterior, parananciar un proyecto que, según presupuesto, se elevaba a 35 millones de dólares.

    Las iniciativas individualizadas se sucedían ante la oportunidad de negocio en los terri-tor os e a a ana e ste puestos a serv c o e esarro o ur an st co por as nuevasinfraestructuras de comunicación. El Plano Regulador de La Habana del Este , aprobadopor Consejo de Ministros el 27 de enero de 1955 proponía, sin embargo, una concepciónunitaria de todo el espacio situado al oriente de la Bahía. Plenamente imbuido en los pa-radigmas del urbanismo racionalista, la propaganda ocial señalaba:

    «La Habana del Este, tercera ciudad en el mundo que se planica antes de sera ta a, estar v a en zonas, una ona n ustr a , a re e or e a a a

    de La Habana; una Zona Comercial, a la izquierda de la Vía Monumental delTúnel; Zona Residencial, frente a la costa norte de la isla y Zona de Ocinas,

    ue se encuentra a la salida del Túnel y será dedicada exclusivamente paradicios gubernamentales y ocinas de otro tipo » (Diego, 1955).

    La Habana del Este, concebida como una ciudad autónoma, separada de la vieja ciu-dad, proponía acoger a unos 200.000 habitantes, conforme con el crecimiento esperado dela región urbana de La Habana, unos 600.000 habitantes en el periodo 1955-1975 segúnproyecciones de la propia promotora.

    3.1. La inuencia de los CIAM en el macroproyecto

    La «modernidad» del nuevo planteamiento se fundamentaba en la disgregación espacialde los diferentes usos, siguiendo el modelo de la ille Radieuse (1933) de Le Corbusier yos postu a os e a arta e tenas - , on e se esta ec a que ca a una e as

    cuatro funciones fundamentales de la ciudad (habitar, trabajar, circular y recrearse) debíandiseñarse de forma especíca excluyéndose entre sí.

    Los redactores del Plano de La Habana del Este pudieron tener bien presente el maniestodel VIII Congreso Internacional de Arquitectura Moderna (CIAM), celebrado en 1951, de-dicado al « orazón de la Ciudad ». En él se recogía la nueva teoría del urbanismo modernoque, en sus aspectos fundamentales, proponía la búsqueda de un emplazamiento singular,con pa sa es atract vos, como eran os terr tor os e a a ana e ste, conven entementealejado de la vieja e inservible ciudad histórica. De igual modo, el Plano de La Habana del

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    Este sigue los principios de la edicación abierta, las grandes praderas y espacios abiertos,sust tuc n e a p aza tra c ona por gran es corre ores ver es que an co es n a a nuevaiudad y una maniesta separación, conforme con Le Corbusier, del centro más represen-

    tativo de la ciudad —la zona gubernamental— de la zona comercial y de ocio. Como en

    La Habana del Este, la nueva monumentalidad de esos centros simbólicos debía generarsepor la envergadura de los edicios —rascacielos— y por su diseño moderno.

    ara organ zar as erentes zonas unc ona es se supr me a ca e corre or por unaompleja jerarquía de viales, cada uno de ellos con una funcionalidad especíca (desde las

    autop stas r p as asta as sen as peatona es, traza as a erente n ve para e m nar osruces), en un esquema que potencia la movilidad individual en automóvil. La inuenciae los CIAM en La Habana del Este queda reejada incluso en el nombre asignado a la

    principal arteria estructurante del complejo —la Vía Monumental—, y en la secuenciacióne los viales que, de acuerdo con el IV CIAM (de 1948), contaba con autopistas, vías pro-nc a es, v as ur anas, v as parque, v as comerc a es, v as e sector, v as e acceso oca

    y vías peatonales o sendas.

    La función de circular quedaba así expresamente resuelta mediante las grandes infraes-tructuras viarias. La gran artería, la Vía Monumental, era diseñada como una doble vía deirculación rápida, con unos 7 km de longitud y unos 150 metros de sección (mientras la

    5ª Avenida en Miramar, la calle más amplia de La Habana en el momento, contaba con 38etros de sección) que, a través del túnel por un lado, conectaba « n 30 segundos » con el

    entro de La Habana, mientras que hacia oriente, engarzaba con la red estatal de carreteras—Vía Blanca, Carretera Central—.

    La propuesta de establecer una nueva Zona Gubernamental en los territorios del Esteser a recog a tam n por e an rector e a a ana de Sert (1955-1958), si bienubicado junto al fuerte de La Cabaña, en un lugar de mayor valor simbólico y en posición

    om nante so re a v e a c u a e a or a opuesta e a a a a acumu ac n e pro-puesta en esos momentos es evidencia clara del interés especulativo que los inicios de laonstrucción del túnel comenzaban a despertar).

    Figura 5. Plano Regulador de La Habana del Este, 1955 (fuente AHN).

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    Figura 6. Plano Regulador de La Habana del Este (1955). Las cualidades paisajísticas y la concen-trac n e a prop e a en unas pocas manos c eron pos e a propuesta un tar a, con orme conos criterios racionalistas. Si bien pronto surgieron modicaciones especulativas que fraccionaron envalidaron sustancialmente el modelo (fuente AHN, dibujo G. Ponce).

    igura . a e a euse , propuesta e e or us er para a str uc n zona e osiferentes usos del suelo en la ciudad, conforme con un modelo antropomorfo (cabeza, cuerpo yxtremidades) que seguiría el Plano Regulador de La Habana del Este en 1955 (Fuente, CIAM,

    u o . once .

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    Esa idea de una zona exclusiva para alojar las principales sedes del poder civilsupone a cr sta zac n te r ca e as eas ut p cas e ov m ento o erno, or en-tadas a la búsqueda de una nueva monumentalidad simbólica del poder civil mercedal diseño del plano más que a la factura de los edicios. La concepción autónoma delentro representativo busca alejarlo del bullicio y la distracción del centro comercialy de negocios. La idea deende el modelo de laacrópolis frente al foro pergeñado por

    apreta o ca e ero y a mezc a e unc ones e a a ana e a. seño un tar oe la zona pretende establecer una idea de equilibrio entre los tres poderes: palacioe go erna or, par amento y tr una e ust c a, str u os entre gran es pra eras,dea plasmada casi de forma coetánea en el plano de Brasilia (1957-1960) y en sulaza de los Tres Poderes, criticada, por sus detractores, por exceso de monumenta-

    idad, predominio de los espacios vacíos, alejamiento social y abstracción metafísicael espacio urbano.

    3.2. La célula vecinal como unidad básica de la composición

    Si la primera función de una ciudad es la de habitar, conforme con el pensamientoracionalista, la Zona Residencial de La Habana del Este exigía las mayores atenciones en

    seño. ara e ov m ento o erno, a tarea esenc a e ur an sta era a e ormarrganizaciones urbanas «onde sean satisfechas las exigencias materiales y morales de cada

    individuo y de las sucesivas agrupaciones de individuos en familias, grupos de familias,omunidades, colectividades y poblaciones » (Rigotti, 1967: 391). Para ello, la plasmaciónísica ideal era la de muy bajas densidades en edicios abiertos y distribuidos libremente

    por extensas pra eras «en as cua es e esp r tu co ect vo no so oque nunca, s no que, aontrario, exalte el espíritu individual », aspecto que se compagina con la idea de igualdad

    y n ve ac n soc a , p asma a en un seño un orme e os espac os res enc a es, on etodos los habitantes disfruten en igualdad de condiciones de los servicios y equipamientospara la colectividad.

    Para conseguir esas mismas condiciones de hábitat, en La Habana del Este, conformeon los principios racionalistas, la zona residencial se organizaba en cinco grandes células

    res enc a es —o — en as que a str uc n e as v v en as se a a ansiempre en un radio accesible desde el centro de las manzanas donde se establecían losquipamientos y servicios propios de comunidad: centros docentes, sanitarios, deportivos,

    bomberos y policía, sociales y de relación, con escala de barrio y bajo el principio depromover los desplazamientos a pie. De ese modo, junto a la red vial para el automóvil sesta ece en para e o otra re e sen as peatona es que, unto a un comp e o s stema eonas verdes entrelazadas, debían otorgar el carácter más humano al asentamiento. Además,n La Habana del Este, se elegía para esa función los terrenos más elevados y de mejorambiente y paisaje.

    La gran Zona Comercial se articulaba en dos grandes unidades, a uno y otro lado de lapr nc pa v a e comun cac n — a a onumenta —. ara e ov m ento o erno auga de las actividades comerciales y de ocio del centro urbano era una consecuencia lógicae las carencias de la ciudad histórica. Por tanto, en La Habana del Este se proponía unasto complejo terciario, servido por unos 4 km de aparcamientos, directamente conectadoon las vías rápidas de circulación, con el objeto de atraer clientes de paso o de fuera dea macrourbanización. Por su parte, los residentes podían acceder a través de la densa rede sendas peatonales y zonas verdes, con continuidad por el interior de la zona comercial

    a trav s e ca es peatona es y p azas p cas, organ za as s empre a erente n ve queas vías de tráco rodado, para evitar los cruces.

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    Segregadas ya las altas funciones representativas del poder civil, la nueva zona comercialns st a en a zon cac n espec ca e, por un a o, as o c nas, serv c os a as empresas ycentros directivos de empresas, ubicados al sur de la Vía Monumental, en contacto directocon la vasta zona industrial de la orilla de la bahía y, por otro lado, de la zona comercial,

    de servicios y de ocio pensada también para la población residente y para captar ujosprocedentes de otros ámbitos, merced a la enorme accesibilidad rodada.or t mo, e seño e una c u a un tar a como a a ana e ste contemp a a tam-

    bién los espacios para la actividad productiva, debidamente separados de las otras funcionespor un cinturón verde. En el proyecto se mantenía la vocación industrial de las márgenes dela bahía y se proponía el acondicionamiento de toda la Ensenada de Marimelena, desde lasinstalaciones de la Estándar Oil en Regla hasta Casa Blanca, en unos terrenos surcados yapor traza os errov ar os y carreteras a serv c o e a act v a n ustr a . nuevo conceptode zona industrial contemplaba una serie de grandes equipamientos e infraestructuras ahorade carácter colectivo (frente al carácter privativo de las instalaciones industriales anterio-res), de diques, muelles, viales, trazados ferroviarios y otros equipamientos especícos.Excluidas las funciones residencial y comercial, la zona se planeaba como un auténticopo gono n ustr a , con gran es manzanas capaces para a sor er gran es e c os a r esy modernas plantas industriales, unidas a grandes espacios libres necesarios para maniobra,almacén y movimiento de vehículos industriales. Como siempre, la solución dada medianteel alejamiento del espacio productivo iba en menoscabo de los desplazamientos a pie. Si elproyecto contemplaba la vinculación andando del centro comercial con la zona residencial,los trayectos residencia-trabajo necesariamente debían ser motorizados.

    El sistema de equipamientos y servicios se completaba con la suciente dotación deagua pota e. st ma a a eman a ar a en unos m unos tros a tante ten en oen cuenta la existencia de otras actividades —comerciales, servicios e industriales—), lapromotora señalaba haber resuelto el abastecimiento mediante un pozo en la nca Cubeirode Cotorro y mediante un nuevo acueducto. La red de alcantarillado y de pluviales debíaser conectada con una planta de puricación antes de su vertido, mientras que porey-

    ecreto n se ac a conces n e sum n stro e energ a e ctr ca a un prec o m n mo.Por último, se proponía un sistema de incinerado para las basuras, como la «solución másmoderna » del momento.

    En síntesis, un proyecto moderno, coherente con su época, completamente imbuido enlas ideas racionalistas, afectado no obstante desde sus inicios por el despertar de interesesespecu at vos que racc onar an e concepto un tar o. on e tr un o e e evo uc n sepondría n al proceso urbanístico concebido como empresa capitalista y se transformaríasustancialmente el proyecto, aunque manteniendo buena parte del ideario racionalista: ni-velación social, accesibilidad a los servicios en las células residenciales, disposición librede los edicios en busca de las mejores condiciones de luz, brisas y vistas, cuidado diseñopa sa st co y recreac n e as con c ones am enta es para una v a m s gna y e z.

    . g ro revo uc onar o e a a ana e ste

    Recién abierto el túnel, el triunfo de la Revolución supuso el freno a los procesosindividuales de promoción privada y la asunción por parte del nuevo Gobierno, conformeahora con los nuevos presupuestos ideológicos. El Gobierno revolucionario, a través delnst tuto ac ona e orro y v en a, propon r a un cam o ra ca en a concepc n

    del nuevo espacio urbano, también inspirado en las propuestas sociales y formales delMovimiento Moderno, mediante el empleo de modernas técnicas de construcción masiva,para la construcción de un prototipo deunidad vecinal , exportable a otras partes del País.

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    El proyecto fue declarado de interés social para el desarrollo del plan de vivienda, y debíaontener en sus aspectos orma es to o un nuevo ear o soc a y ur an st co.

    El primer desarrollo se ubicó a 2’5 km del centro de la ciudad, conectado por la nuevaautopista, la Vía Monumental, que daba continuidad a la Vía Blanca de trazado perimetraln torno a la bahía. Los terrenos fueron expropiados de acuerdo con el nuevo marco legaly los objetivos orientados hacia la creación masiva de viviendas para obreros que, de eseo o, se ene c ar an por vez pr mera e ogares en un emp azam ento pr v eg a o, unto

    al mar, levantados en un entorno urbanísticamente avanzado y bien dotado que, por su con-c n e arr o a s a o, e a contener muc os equ pam entos aut nomos, como guar er as

    nfantiles, escuelas primarias y secundarias, círculos sociales, centros de salud, centrosadministrativos, centro comercial y zonas deportivas, como complemento imprescindiblepara 8.000 habitantes que debían alojarse en 1.306 viviendas levantadas en las afueras.

    El modelo ejecutado responde a las inuencias claras de la célula urbana o unidadec na cuyo o et vo es a reso uc n mas va e un tat e ca a , a agrupar unontingente humano sobre un núcleo de servicios colectivos que, por proximidad de sus

    usuarios potenciales, alcanzan la optimización de sus funciones. La población instalada,imitada necesariamente en su número por la dimensión de los servicios creados, halla enl entorno urbanizado las condiciones apropiadas para mantener una intensa vida colectiva,n un escenar o que potenc a a co es n soc a . or en nterno se a usta a a prem sa eáxima ecacia en las distancias, para que los recorridos sean mínimos. En La Habanael Este, la unidad vecinal se estructura en siete grupos primarios residenciales, de unas00 viviendas en edicios de cuatro u once pisos. Al igual que en la propuesta original deerry (Rigotti, 1967: 347-363), cada grupo residencial tiene por centro una plaza donde sensta an os serv c os n ant es parques, ar n e n anc a, guar er as , y a un a vec nan su conjunto tiene por centro los centros de enseñanza y las áreas deportivas.

    eg n e mo e o, to os os recorr os e en estar contemp a os en un ra o m x moe 400 m, y en La Habana del Este se estableció un radio de acción máximo de 150 mpara cada conjunto residencial, favorecido por la construcción en altura y una densidadlevada para la época de 55 viviendas por Ha, contrarrestada empero por la liberación de

    suelo para usos comunales que potencian el encuentro y la cohesión, frente a los jardinesy pat os pr va os e a c u a tra c ona . mo e o propon a a potenc ac n e a v aolectiva frente a la vida individual.

    En el interior de la célula no debe existir tráco rodado; la circulación debe ser perime-tral con accesos restringidos hacia el interior por calles en fondo de saco, calibradas paratráco muy reducido. En la práctica, se trata de un modelo urbano diseñado a la escala delautom v , que aprovec a a m x mo as v as r p as e acceso a a onumenta ac al centro y la Vía Blanca hacia las zonas industriales), pero luego cercena al máximo lairculación interna, como actividad molesta y peligrosa. Para las funciones especializadas,a célula depende del centro de la ciudad, mientras los puestos de trabajo deben hallarseuera, pero próximos.

    or en externo, o a orma e agrupar as erentes un a es vec na es entre s y conl resto de la ciudad, sigue un modelo geométrico de agrupación, que supera la cuadriculadaaracterística de los repartos anteriores y experimenta con nuevas formas de conexión entreas grandes manzanas, que adopta una malla exible de elementos repetidos a lo largo del je axial de la Vía Blanca. LaUnidad Vecinal nº 1 adopta la forma de pentágono, al queeben conectarse otros sin solución de continuidad, conforme con el axioma de que cuando

    una unidad vecinal se satura se construye otra.a venta a e a a ecua a re ac nt empo- esp azam entos en e nter or e a c u a,

    a forma pentagonal permite trazados perimetrales con ángulos más abiertos que el de 90º

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    oto 1. Vista aérea de La Habana del Este, a la izquierda, la Unidad Vecinal nº 1 ya su derecha una

    ueva unidad vecinal. Se observan las zonas deportivas centrales, la resolución volumétrica mediantec os e y a turas, as segregac n e u os me ante sen as peatona es y ca es que aca ann grandes aparcamientos (fuente Google Earth, 2006).

    igura . squema te r co e una un a vec na estructura a a re e or e un n c eo centra con -urado por el centro de enseñanza y los campos de juego: 1, zonas residenciales; 2, zonas verdes; 3,entros colectivos (comercio, administración, salud, etc.) (fuente Rigotti, 1967, elaboración propia).

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    ue con ere a orma cua ra a, por cons gu ente os esp azam entos son m s c mo osy rápidos.

    En el sentido experimental, La Habana del Este fue un proyecto ambicioso y moderno,pero lejos de las posibilidades reales del País y de los habitantes instalados, seleccionados

    ás por la imperiosa necesidad de vivienda que por su relación trabajo-residencia o porsus pos a es e mov a aut noma: tan s o e e os a u catar os pose anautomóvil (UIA, 1963: 103). Sin embargo, desde el punto de vista social constituyó un

    auténtico logro, al dar empleo y vivienda digna a un elevado número de familias, y desdel punto de vista urbanístico, elaborado como auténtico prototipo de ensayo, marcó laspautas para la futura construcción masiva de viviendas en bloques aislados sobre grandes

    anzanas, construidos mediante prefabricados.

    ibliograf a

    IAM (1955): El Corazón de la ciudad: por una vida más humana de la humanidad , Congresosnternac ona es e Arqu tectura o erna; a cargo e . . ogers, . . ert y . yrw tt, oep ,arce ona, pp.

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    A , ., : u a es e mañana , e . e er a , arce ona, pp.

    igura 9. La «célula urbana» de La Habana del Este, 1959-1961: 1, escuelas primarias y secunda-rias; 2, centro de educación infantil y radio de 150 m; 3, círculo social y club; 4, centro comercialcentra ; , centro e sa u y centro a m n strat vo; , zonas eport vas; , n a ec na nproyecta a ; , n a ec na n proyecta a ; , n a ec na n proyecta a uente A,

    1963, elaboración propia).

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