La Ciudadela de Fuego - Cap. 5

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  • 8/3/2019 La Ciudadela de Fuego - Cap. 5

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    Captulo 5: Alayne

    Estaba ya sin aliento. Cada paso le costaba el doble que el anterior ylas fuerzas empezaban a flaquearle. Senta un dolor agudo en el pecho y la

    cabeza le daba vuelta por el cansancio y el esfuerzo.De repente, el mundo se esfum y Alayne cay al suelo.

    Se senta aun mareada y algo magullada. Abri los ojos aunque no selevant. Intentaba recordar donde estaba pero por ms que se esforzaba nopoda recordar nada de lo sucedido. La habitacin era de un azul plido y lasparedes estaban decoradas con bonitos lienzos. Alayne se incorpor condificultad. El brazo derecho lo tena vendado y entablillado, no lo habanotado hasta que intent apoyarse en l.

    Mir a su alrededor. La habitacin era ampla y estaba finamentedecorada. La cama tena delicados tendidos blancos de seda con brocadosde oro bordado. Ms all haba un pequeo escritorio junto a una ventanaque daba al exterior y una magnfica alfombra persa decoraba el centro dela habitacin. No saba exactamente donde estaba ni por qu se encontrabaall.

    El sol empezaba a ponerse cuando Alayne decidi levantarse. No sehaba puesto an en pi cuando entr una muchacha en la habitacin. Era

    alta, de unos veinte o veintids aos y melena castaa que le llegaba hastala cintura. Tena los ojos azules y rostro angelical.

    Veo que ya te has levantado. Te traigo ropa limpia y algo paracomer dej un cuenco de avena y pan junto a un vestido de lino blancocon bordados de plata . Cuando ests lista baja al saln, te estamosesperando dijo sonriendo y sali de la habitacin.

    Alayne obedeci y se cambi. No haba comido en todo el da as queestaba muerta de hambre. Se tom la avena apresuradamente y baj.

    Descendi por la escalera lentamente. No estaba muy segura de loque se iba a encontrar abajo. Haba recordado que justo antes dedesmayarse estaba huyendo aunque no recordaba de quin.

    Acrcate, no tengas ningn miedo le dijo un hombre grande, debarriga prominente y poblada barba oscura . Yo soy Grant y estapreciosidad de ojos azules es mi hija, Albe.

    Yo me llamo Alayne, si a mi seor le parece bien.

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    Su madre le haba enseado a comportarse cuando estaba delante deseores nobles y por lo que haba podido observar Alayne, esta era unafamilia acaudalada.

    Mi hija te encontr inconsciente en el suelo cuando iba al mercadoy te trajo aqu. Te vend la mano y te la entablill.

    Muchas gracias por todo pero es preciso que me vaya. Tengo quecomprar unas cosas y volver a mi pueblo en seguida.

    Es muy tarde. El mercado ha cerrado y los caminos a estas horasson peligrosos.

    Alayne vio por la ventana que ya haba anochecido y no supo queresponder.

    Puedes pasar la noche aqu con nosotros. Maana Albe te llevar almercado y te ayudar a comprar. Dormirs en el cuarto de invitados, el cual

    ya conoces.Sois muy amable, ser respondi Alayne sin atreverse a mirarlo

    directamente a la cara.No me llamis ser, por favor. Soy un honrado comerciante de lana,

    no un pomposo chiquillo malcriado que nunca ha tenido que trabajar.Alayne pudo vislumbrar cierto resentimiento en los ojos del comercianteaunque no dijo nada.

    Buenas noches... Alayne vacil un instante.

    Llmame Grant el hombre le dedic una sonrisa a Alayne.Buenas noches, Grant. Buenas noches, Albe.

    Subi las escaleras y se sent en la cama. No tena sueo as quedecidi pensar en lo sucedido ese da. Saba que en el mercado alguien lahaba sorprendido. Alguien a quin no vea haca mucho tiempo y que nopensaba volver a ver.

    De repente, todo se esclareci.John.