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INTRODUCCIÓN La colaboración entre bibliotecas públicas y bibliotecas escolares es un aspecto recu- rrente y debatido en el mundo biblioteca- rio, aun cuanto el tema se refleje apenas en la bibliografía profesional de los últi- mos años. Ello es debido, probablemente, a la dificultad de concretar en qué ámbitos y de qué manera debe ser establecida la colaboración entre estas entidades y cómo debe evolucionar ésta hacia la coopera- ción, puesto que, hoy por hoy, ambas bibliotecas no se encuentran en un mismo plano de igualdad de condiciones. En este sentido, el desarrollo que la biblioteca 325 RESUMEN. En el artículo, se exponen las principales líneas de colaboración posi- bles entre las bibliotecas públicas y las bibliotecas escolares. En primer lugar, se recogen algunas de las prácticas habituales que las bibliotecas públicas ofrecen a las bibliotecas escolares, como una ampliación de los servicios: visitas, formación de usuarios, promoción de la lectura, préstamo colectivo… A partir de aquí, se presentan los distintos ámbitos –recursos, servicios y actividades– en los que podría darse propiamente un trabajo cooperativo. Finalmente, se analizan posibi- lidades de colaboración a partir de dos modelos experimentados: los servicios de apoyo centralizados y las bibliotecas integradas. ABSTRACT. In this article the main areas of potential collaboration between public libraries and school libraries are put forward. Firstly, we are presented with some of the usual activities that public libraries offer school libraries, as an expansion of their services, such as visits, user training, the promotion of reading and collecti- ve borrowing. From here on the various sections are presented –resources, servi- ces and activities– areas which lend themselves to cooperative work. Finally, based on two models that have already been tried out (centralized support services and integrated libraries) the possibilities for collaboration are analysed. LA COLABORACIÓN DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y BIBLIOTECAS ESCOLARES. ¿RELACIÓN, COOPERACIÓN O INTEGRACIÓN? TERESA MAÑÀ TERRÉ* MÒNICA BARÓ LLAMBIAS* (*) Universidad de Barcelona. Revista de Educación, núm. extraordinario 2005, pp. 325-337 Fecha de entrada: 31-08-2005

LA COLABORACIÓN DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y BIBLIOTECAS … · 2019-06-11 · a la comunidad escolar en su conjunto. No se trata pues de verdaderos proyectos de colaboración, sino

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INTRODUCCIÓN

La colaboración entre bibliotecas públicasy bibliotecas escolares es un aspecto recu-rrente y debatido en el mundo biblioteca-rio, aun cuanto el tema se refleje apenasen la bibliografía profesional de los últi-mos años. Ello es debido, probablemente,

a la dificultad de concretar en qué ámbitosy de qué manera debe ser establecida lacolaboración entre estas entidades y cómodebe evolucionar ésta hacia la coopera-ción, puesto que, hoy por hoy, ambasbibliotecas no se encuentran en un mismoplano de igualdad de condiciones. En estesentido, el desarrollo que la biblioteca

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RESUMEN. En el artículo, se exponen las principales líneas de colaboración posi-bles entre las bibliotecas públicas y las bibliotecas escolares. En primer lugar, serecogen algunas de las prácticas habituales que las bibliotecas públicas ofrecen alas bibliotecas escolares, como una ampliación de los servicios: visitas, formaciónde usuarios, promoción de la lectura, préstamo colectivo… A partir de aquí, sepresentan los distintos ámbitos –recursos, servicios y actividades– en los quepodría darse propiamente un trabajo cooperativo. Finalmente, se analizan posibi-lidades de colaboración a partir de dos modelos experimentados: los servicios deapoyo centralizados y las bibliotecas integradas.

ABSTRACT. In this article the main areas of potential collaboration between publiclibraries and school libraries are put forward. Firstly, we are presented with someof the usual activities that public libraries offer school libraries, as an expansion oftheir services, such as visits, user training, the promotion of reading and collecti-ve borrowing. From here on the various sections are presented –resources, servi-ces and activities– areas which lend themselves to cooperative work. Finally, basedon two models that have already been tried out (centralized support services andintegrated libraries) the possibilities for collaboration are analysed.

LA COLABORACIÓN DE BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y BIBLIOTECASESCOLARES. ¿RELACIÓN, COOPERACIÓN O INTEGRACIÓN?

TERESA MAÑÀ TERRÉ*MÒNICA BARÓ LLAMBIAS*

(*) Universidad de Barcelona.

Revista de Educación, núm. extraordinario 2005, pp. 325-337Fecha de entrada: 31-08-2005

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pública ha mantenido en los últimos añosno ha tenido paralelo en el ámbito de labiblioteca escolar, que sigue en una situa-ción de precariedad preocupante. Porello, y a pesar de todas las dificultades,esta colaboración es especialmente nece-saria en este momento, en un intento desumar recursos y mejorar los servicios.

Las ventajas de la colaboración y lacooperación están suficientemente pro-badas en otros ámbitos bibliotecarios,especialmente en el caso de las universita-rias, que han sabido encontrar sistemaspara superar los inconvenientes.

Esta colaboración se traduce, siem-pre, en una mejora de la calidad de losservicios y de la satisfacción de los usua-rios, aunque también un mayor conoci-miento entre las entidades que participany la relación entre éstas y su entorno, con-tribuyendo al equilibrio territorial. Desdeuna óptica más economicista, permite laoptimización de los recursos –que tratán-dose del sector público nunca está demás– y facilita su gestión. Además, todacolaboración permite amplificar la difu-sión de las bibliotecas y su función y, a lavez, mejorar su imagen entre los usuarios.Por último, el trabajo cooperativo facilitael establecimiento de pautas comparati-vas para la evaluación de recursos y servi-cios. Conscientes de estas ventajas, lasentidades internacionales propugnan lacooperación entre biblioteca pública ybiblioteca escolar como una prácticaimprescindible para mejorar la eficacia delos servicios de una y otra.1

A continuación exponemos algunasde las prácticas más habituales de colabo-ración –que no cooperación– que se danentre bibliotecas públicas y escolares y,

también, en qué dirección podrían enca-minarse las mejoras.

¿DE DÓNDE PARTIMOS?

Por las causas que ya hemos apuntado, lasactuaciones que se llevan a cabo en estecampo difícilmente podrían considerarsecolaborativas y, menos todavía, cooperati-vas. Conscientes de la precariedad de lasbibliotecas escolares, y ante las demandasincesantes de usuarios y centros educati-vos, las bibliotecas públicas han puesto enmarcha numerosas iniciativas que, en lamayoría de casos, se concretan en activida-des específicas destinadas a los alumnos, yno se articulan como servicios específicosa la comunidad escolar en su conjunto.No se trata pues de verdaderos proyectosde colaboración, sino más bien de iniciati-vas ofrecidas por la biblioteca públicaencaminadas a paliar, en lo posible, losdéficit de la biblioteca escolar y, comotales, no suelen formar parte del proyectode trabajo de la biblioteca pública. Ejem-plo de esta práctica seria el hecho de queen la mayoría de documentos –sean éstosimpresos o webs institucionales– de pre-sentación de las bibliotecas públicas decierta envergadura no aparecen ni tansiquiera menciones a estos servicios desti-nados a las bibliotecas escolares.

En realidad, las actividades que se lle-van a cabo deberían enmarcarse en elconcepto de extensión de servicios biblio-tecarios que la biblioteca pública ofrece aun tipo particular de usuarios, los escola-res de primaria y secundaria y bachillera-to, en cumplimiento de sus funciones.Estas prácticas se han incrementado de

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(1) IFLA. Sección de Bibliotecas escolares: Directrices IFLA/UNESCO para la biblioteca escolarhttp://www.ifla.org/VII/s11/pubs/sguide02-s.pdf; IFLA. Sección de Bibliotecas públicas:Directrices IFLA/UNESCO para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicashttp://www.ifla.org/VII/ s8/news/pg01-s.pdf. [Consultados el 29 de agosto de 2005].

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manera notable en relación directamenteproporcional con la mejora de equipa-mientos y dotación de personal de dichasbibliotecas.

Como veremos, estas actuaciones searticulan normalmente desde la bibliote-ca pública, bien sea a partir de la detec-ción de las necesidades específicas delalumnado o de la demanda de los centroseducativos, pero casi nunca a partir de labiblioteca escolar, puesto que, de hecho,no existe como tal y que por ello, cuandose da el caso, actúa únicamente de mane-ra receptiva, sin poder «corresponder».

VISITAS GUIADAS Y FORMACIÓNDE USUARIOS

De entre todas estas actividades, la máscomún suele ser la visita guiada a la biblio-teca. Ante la incesante demanda por partede los centros educativos, estas visitas sehan convertido en una agradable actividad,con distintos grados de complejidad en suorganización, según los casos, que cumplesimplemente con el objetivo de dar a cono-cer la biblioteca y sus servicios a los escola-res de centros próximos y, así, paliar el des-conocimiento que de la biblioteca tieneeste público que, sin embargo, es su princi-pal usuario al finalizar la jornada escolar.Prueba de que las visitas a las bibliotecastienen simplemente un carácter cultural essu inclusión, en las estadísticas de bibliote-cas públicas, en el apartado de actividadesculturales, junto a otras actividades infanti-les de animación lectora, tales como la horadel cuento y similares.

Algunas bibliotecas han dotado a estasvisitas de una función formativa con elobjetivo de formar a los futuros usuarios enel uso de la biblioteca y de sus recursos deinformación, diseñando distintas modalida-

des, en función de los objetivos, de la edadde los escolares y del grado de colabora-ción con el centro escolar. Así han apareci-do los programas de formación de usua-rios, en los que se articulan los objetivos ycontenidos en distintas fases y niveles. Enconsecuencia, se ofrecen visitas de un pri-mer nivel, pensadas para dar a conocer labiblioteca, que suelen ser breves y que noimplican actividades posteriores –ya en elcentro– por parte de los alumnos. Tambiénse programan visitas en un segundo nivel,visitas que ganan en contenido y querequieren tres o más sesiones con los alum-nos para su completa realización. En estoscasos, es imprescindible mayor compromi-so del centro para el cumplimiento del pro-grama y, especialmente, de la concreciónde los aspectos tratados en la programa-ción. Si no se establece este compromiso, laformación se descontextualiza, está falta demotivación y no permite un aprendizajeútil y significativo para los alumnos. Parauna eficaz realización, esta actividad requie-re una planificación compleja y, además,disponer de recursos materiales y humanosde apoyo a la formación, por lo que difícil-mente puede ser acometida con éxito poruna biblioteca aisladamente.

En este sentido, el programa «Explo-radores de bibliotecas» del Servicio debibliotecas de la Diputación de Barcelo-na, dentro del proyecto marco bibliotecapública-biblioteca escolar, resultó unaexperiencia muy positiva de colabora-ción. Se trataba de un programa de forma-ción en el uso de la biblioteca que se lle-vaba a cabo, conjuntamente, entre labiblioteca y el centro escolar: las sesionesde la biblioteca alternaban con otras en laclase, las primeras a cargo del bibliote-cario; las segundas, a cargo del pro-fesor. Con ello, se buscaba una total impli-

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(2) Diputació de Barcelona: Programa Biblioteca Pública-Biblioteca escolar.http://www.diba.es/biblioteques/treballenxarxa/quefem/xarxabiblioteques/projectebibliotecaies-cola.asp (Consultado el 29 de agosto de 2005).

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cación de la escuela. El material impreso,secuenciado para distintos niveles de difi-cultad, desde 1º hasta 6º, contaba ademáscon una atractiva presentación.2

PROMOCIÓN DE LA LECTURA

Otras actividades que la biblioteca públicasuelen ofrecer a los centros educativostienen que ver con la promoción de lalectura, entendida en un sentido muyamplio. En este campo, las actividadesson numerosas y variadas: encuentroscon autores, sesiones de cuentacuentospara los más pequeños, selección y prés-tamo de lotes de libros, clubes de lectura.También en este caso, la colaboraciónentre distintas bibliotecas públicas de unamisma localidad o la coordinación dedichas actividades por parte de entidadesculturales contribuye a optimizar losrecursos, a coste, tal vez, de una excesivauniformización de las propuestas.

Un práctica intere-sante en este sentidoes el plan de anima-ción a la lectura impul-sado por el Ayunta-miento de Vilanova i laGeltrú, a través de susbibliotecas públicas,dirigido a los niños de3 a 12 años de los cen-

tros educativos que, en su totalidad, hanparticipado en esta iniciativa.3 Entre losobjetivos del plan, aparte de despertar yestimular el hábito y el gusto por la lec-tura y conocer el funcionamiento de las bibliotecas, se cuenta el de dotar de fondo bibliográfico adecuado a las

bibliotecas de los centros educativos. Apartir de una mascota llamada Ratoliva, sepresentan a los niños propuestas de lec-tura y novedades bibliográficas. El progra-ma se complementa con actividades desti-nadas a las familias de los alumnos deparvulario, en las que se incide en laimportancia de la narración de cuentosen el entorno familiar y se les proporcio-na orientación al respecto. Para el profe-sorado, se preparan dossieres de artículosde prensa especializada en literaturainfantil-juvenil y lectura, además de pro-porcionar todo tipo de selecciones biblio-gráficas. Como colofón del plan, se facilitaa los centros un lote de libros infantiles yjuveniles, acompañados de las correspon-dientes reseñas, que se destinan a lasbibliotecas de los centros.

Otro ejemplo de actuación, en la queparticipan distintos municipios de todaEspaña, es el Programa Biblioteca-Escuelade la Fundación Bertelsmann que propo-ne numerosas actividades basadas en loslibros que se realizan, de manera comple-mentaria, en las escuelas e institutos delmunicipio y en la biblioteca pública.4

SERVICIOS DE APOYOLAS BIBLIOTECAS ESCOLARES

En otro nivel, existen distintas experien-cias de colaboración entre la bibliotecapública y escolar que no cristalizan enactividades concretas sino que consisten

en proporcionar apoyosdesde la biblioteca públi-ca para mejorar los servi-cios generales de labiblioteca escolar.

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(3) Ajuntament de Vilanova i la Geltrú: Pla d’animació a la lectura. http://www.vilanova.org/ajuntament/educacio/programes/lectura.htm [Consultado el 29 de agosto de 2005].

(4) Fundación Bertelsmann: Programa Biblioteca-Escuela (PBE). http://www.fundacionber-telsmann.org/pbe (Consultado el 29 de agosto de 2005).

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En este sentido, actuaciones como lasMaletas viajeras impulsadas por la Biblio-teca Regional de Murcia tienen comoobjetivo dotar de fondos a aquellos cen-tros que todavía no disponen de bibliote-ca escolar, de modo que puedan facilitarpréstamo de todo tipo de material a losalumnos.5 Esta modalidad de préstamocolectivo es una práctica muy habitualdesde la biblioteca pública.

Otra iniciativa, procedente asimismode la comunidad murciana, consiste en lacreación de una web denominada Bi-bliotecríos, cuyas páginas se proponenrecoger y difundir toda la información,sugerencias, opiniones, normas, docu-mentación, etc., sobre bibliotecas escola-res del municipio de Murcia, que puedaser útil para su organización y funciona-miento, en la línea de normalizar losmétodos de trabajo de éstas últimas.6

Otras formas de colaboración, máscomplejas, requieren superar este estadioinicial de servicios de apoyo puntuales.Así, las bibliotecas municipales de la loca-lidad de Sabadell (Barcelona), bajo el títu-lo/lema «Biblioforma’t» –como un esloganque llama a la necesidad de formarse enel uso de la biblioteca– han programandounos servicios especiales para todos losmiembros de la comunidad escolar. Esteprograma tiene como objetivo fomentarel uso de las bibliotecas entre los futurosciudadanos, impulsar la lectura y, espe-cialmente, proporcionarles los instru-mentos –recursos y método– para susnecesidades de estudio. Para ello, apartede las consabidas actividades de préstamode materiales al centro y de formación de

usuarios, ofrecen espacios específicos arequerimiento de los centros, en los queel profesorado puede impartir sus mate-rias utilizando los recursos de la bibliote-ca, y además ofrecen un programa especí-fico de apoyo a los alumnos desecundaria para que puedan desarrollarcon éxito sus trabajos de investigación.Otra particularidad de esta iniciativa esque se basa, en buena parte, en la partici-pación activa del profesorado que esquien guía las visitas a la biblioteca enfunción de las necesidades concretas desu alumnado y que, en todo caso, mantie-ne una relación constante con el equipoprofesional de la biblioteca para prepararlas actividades descritas.7

En su conjunto, estas iniciativas queparten de la biblioteca pública han sidomuy bien acogidas por la comunidadescolar que ve en ellas una posibilidad deactuación que las bibliotecas escolares nopueden llevar a cabo. Sin embargo, en elmomento actual, sería necesario unreplanteamiento a fondo de esta colabo-ración, partiendo de las nuevas realidadesque impone la sociedad de la informacióny tomando como punto de partida lasrecomendaciones que, en este sentido,promueven las entidades internacionales.

PROPUESTAS PARAAVANZAR EN LA COLABORACIÓN

En una sociedad cambiante, que constan-temente incorpora personas procedentesde otras realidades culturales y querequiere una incesante puesta al día de

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(5) Biblioteca Regional de Murcia: Péstamo colectivo. http://www.bibliotecaregional.carm.es/pcolectivo/index.html [Consultado el 29 de agosto de 2005].

(6) Red municipal de bibliotecas de Murcia: Bibliotecríos. http://www.rmbm.org/servicios/[Consultado el 29 de agosto de 2005].

(7) Biblioteques municipals de Sabadell BIBLIOFORMA’T: Serveis de les BibliotequesMunicipals de Sabadell als centres educatius. http://www.sabadell.net/Cat/BIMS/ documents/BIBLIOFORMAT.pdf (Consultado el 29 de agosto de 2005).

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los conocimientos de los individuos, lasbibliotecas públicas han ampliado y diver-sificado sus funciones y servicios para darrespuesta a estas nuevas necesidades,adquiriendo cada vez un mayor papel enlos aspectos relativos a la información y ala formación. Por otra parte, la escuela–primaria o secundaria– se ha convertidoen el principal canal de incorporación deestos nuevos ciudadanos por lo que debe-ría estar en condiciones de facilitar todotipo de información conducente a su inte-gración social. Estas modificaciones enlos roles tradicionales implican ciertasuperposición de las funciones de ambasbibliotecas, de modo que los ámbitos deactuación conjunta se amplían constante-mente.

En la línea de las Directrices IFLA/UNES-CO ya citadas, exponemos a continuaciónlos distintos aspectos del funcionamientode biblioteca escolar y pública en los quese puede y debe establecer un trabajocooperativo.

En primer lugar, hay que considerarque la colaboración requiere un análisisde las necesidades generadas por elmundo educativo y una planificación con-junta con los centros educativos paradeterminar los distintos roles de ambas.La cooperación tampoco va a ser la pana-cea para la biblioteca escolar, que previa-mente debe tener claros sus objetivos ysus funciones. Aunque es recomendableahondar en el proceso de colaboración ycooperación entre bibliotecas, ello deberesponder siempre al objetivo de ofrecermejor servicio al usuario y no debe plan-tearse indiscriminadamente ni a cualquiercoste.

Todo proceso de cooperación debepartir de una planificación previa y por escrito, sin que haya lugar para la

improvisación. En esta planificación hayque especificar en qué ámbitos podemosestablecer la cooperación, los costes deeste proceso y los plazos. Sólo así, conpreparación, podemos intentar una coo-peración en todas las áreas, equilibrada ycompleta. Para un buen funcionamientode dichos programas de cooperaciónentre bibliotecas y centros educativos, esimprescindible identificar, en estos últi-mos, quiénes van a ser los interlocutoresy colaboradores.8

A su vez, una cooperación efectivaentre bibliotecas requiere un marco decolaboración entre las instituciones de lasque dependen. Bien sea mediante la inte-gración de todas las bibliotecas en un sis-tema único o mediante la creación deredes locales coordinadas entre sí, o biena partir de consorcios, o simplemente, deconvenios de colaboración. Cuanto másestrechos sean los vínculos entre lasbibliotecas, más fácil resultará establecerlos ámbitos concretos de colaboración ycooperación.

La colaboración es posible, en distin-tos grados y niveles, en todos los aspectosque configuran una biblioteca que hemosagrupado en tres ámbitos: recursos, servi-cios y actividades.

RECURSOS

En una biblioteca, el concepto «recursos»contempla el conjunto de aspectos quepermiten prestar los servicios que le sonpropios. Así, se consideran recursos esen-ciales: la colección, entendida como elconjunto de materiales de todo tipo–libros y revistas, pero también audiovi-suales y recursos electrónicos en línea–;el personal, como conjunto de personas

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(8) Como ejemplo de planificación remitimos a New York Public Library: CLASP: ConnectingLibraries and Schools Project. http://www.nypl.org/branch/services/clasp.html (Consultado el29 de agosto de 2005).

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que dedican su actividad total o parcial-mente a la biblioteca, y el espacio, comoel entorno de comunicación directa entrebiblioteca y usuario. No tendremos encuenta aquí los recursos económicos que,naturalmente, deben mantenerse paratodas las entidades que participan en lacolaboración.

– Colección

El desarrollo conjunto de la colecciónpuede partir de una selección única, con-sensuada, y de una adquisición comparti-da, en función de las necesidades de losusuarios de cada biblioteca y de los presu-puestos de que dispongan cada una deellas. Para ello, será necesaria la creaciónde una comisión de selección bibliográfi-ca que garantice, en todo caso, la comple-mentariedad de los fondos además de laactualización de los contenidos. La comi-sión puede contar con el asesoramientode especialistas, provenientes de los pro-pios centros educativos o de otros ámbi-tos, con los servicios de información de labiblioteca pública o de otras bibliotecas ybasar su selección en un conocimientoreal de las necesidades educativas de losusuarios infantiles y juveniles. Esta selec-ción común deberá ampliarse, en cadabiblioteca, ya sea pública o escolar, conlos materiales específicos que ésta requie-ra (colección local, topología de usuarios,secciones de especialización temática…).

El desarrollo cooperativo de las colec-ciones de las bibliotecas facilitará laadquisición centralizada de materiales,con lo que se optimizarán al máximo losrecursos disponibles. En esta fase, la coo-peración permitirá, además, adquirir losmateriales ya preparados para su usoinmediato: forrados, si es el caso, equipa-dos con dispositivos antihurto o con loscódigos de barras para el préstamo.

Aunque el proceso de adquisicióncompartida puede gestionarse al margen

de los sistemas de automatización de losfondos, sería conveniente que éstos fue-ran compatibles al máximo, con el objeti-vo de facilitar la catalogación compartiday tendiendo a la idea del catálogo único,instrumento imprescindible para la difu-sión y el acceso a los fondos del conjuntode bibliotecas. Hasta el momento, nues-tras bibliotecas escolares han suplido lafalta de un catálogo único utilizando pro-gramas (sobre todo a partir de ABIES, pro-grama gratuito facilitado por el Ministeriode Educación) que permiten la importa-ción de registros de la base de datos delas bibliotecas públicas del Estado. Eneste sentido, un catálogo común nos per-mitiría adquirir los materiales ya tratadostécnicamente, como ya hacen muchasbibliotecas universitarias.

– Personal

La cooperación en este ámbito es deespecial importancia por cuanto permiteobtener el máximo provecho de la espe-cialización de los profesionales en cadauno de los ámbitos. En este sentido, laformación conjunta, en los aspectoscomunes, de los profesionales al cargo deambas bibliotecas contribuirá a facilitar elconocimiento y reconocimiento de ambasrealidades y establecer canales de comu-nicación más fluidos de cara a la transmi-sión del conocimiento específico de cadaorganización. Así, si la biblioteca públicapuede asesorar a la escolar en aspectostécnicos, ésta puede, a su vez, orientar alos profesionales de la biblioteca públicaen cuestiones de organización escolar,pedagógicas y curriculares. Estos aspectostienen especial importancia en los proce-sos de formación continua. Por otra parte,en este capítulo pueden inserirse los gru-pos de trabajo que suelen existir a nivellocal, formados por profesionales deambos ámbitos.

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– Espacios

Dado que las bibliotecas públicas dis-ponen en la actualidad de equipamientossuficientemente amplios y, en la mayoríade casos, con flexibilidad suficiente, cabeplantearse una utilización conjunta dealgunos de ellos para usos diversos quepueden abarcar desde la realización desesiones de formación a la exposición detrabajos escolares relacionados con recur-sos de la biblioteca (lecturas, informa-ción). Si la colaboración se entendieracomo tal, también debería ser posible quedeterminadas sesiones-clase se impartie-ran en la propia biblioteca, contribuyen-do así a mejorar el conocimiento y el usode los recursos informativos por parte delalumnado y a optimizar los recursos de labiblioteca pública en horarios poco fre-cuentados.

SERVICIOS

La coordinación de los servicios es otrode los factores que puede contribuir amejorar el rendimiento de las bibliotecas.En su mayoría son servicios presenciales,aunque cada día se explotan más las facili-dades que aportan los sistemas telemáti-cos. Esta colaboración debe plantearse yaen el momento de planificar los serviciosbibliotecarios en ambas unidades, salvan-do la especificidad de objetivos y funcio-nes propios de cada una de ellas. De estemodo, pueden establecerse prioridadesen los servicios, especializaciones en eldesarrollo de la colección, programaciónde actividades específicas para tipos deusuarios.

– Préstamo

Los servicios tradicionales de présta-mo y reserva de materiales pueden reali-zarse hoy desde cualquier ordenador,

mediante acreditación, y la recogida delos materiales puede tener lugar en cual-quier punto de servicio de los que confi-guran el sistema. Anteriormente, hemosdescrito algunas de las modalidades deeste servicio –maletas viajeras, carné deentidad, préstamo de lotes…– En reali-dad, éste es uno de los servicios que, demanera habitual, la biblioteca públicapone a disposición de la escolar, que,naturalmente, en éste como en otroscasos, es la principal beneficiaria de lacolaboración, aunque una verdadera polí-tica de adquisición compartida tendería amodificar esta tendencia.

– Información

Otros servicios que podrían estable-cerse de manera cooperativa serían losgenerales de información, como los dedifusión selectiva de la información, enlos que cada biblioteca complementaría ala otra, manteniendo al día a los profesio-nales de los distintos ámbitos de las nove-dades específicas de su interés. Así, porejemplo, los docentes podrían recibirelectrónicamente información sobrelibros documentales y de ficción para losalumnos, mientras que, paralelamente,las bibliotecas escolares podrían difundirlas novedades que aparecen en el ámbitode los recursos formativos.

Otros servicios, como la informaciónlocal, que habitualmente suelen ofrecerlas bibliotecas públicas, se verían mejora-dos con las aportaciones de las bibliote-cas escolares, puesto que éstas estáninsertas en el territorio de un modo parti-cular.

– Formación de usuarios

En este aspecto, más allá de la colabo-ración, se hace imprescindible una coope-ración. De todos los ámbitos hasta ahoraanalizados, éste es en el que los centros

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educativos pueden y deben tener mayorprotagonismo. Por mucho que conozca elsistema escolar, es difícil para el bibliote-cario de la biblioteca pública prever lasnecesidades de tantos y tan distintosusuarios, mientras que es en la escueladónde se generan y detectan las necesida-des formativas, y se establecen los objeti-vos que se persiguen con la formación delos alumnos en el uso de la información.En definitiva, la escuela es la que debeprogramar los contenidos y articularlosen una programación, puesto que elloconstituye su propia esencia, y puestoque aprender a usar las bibliotecas y susrecursos debe formar parte de un proyec-to educativo general, y nunca debe plan-tearse al margen de unas necesidades rea-les. Las reuniones regulares conrepresentantes de los centros –los res-ponsables de la biblioteca escolar seríanlos más indicados– permitirían planificarconjuntamente estas actividades de for-mación, pensar y diseñar los materialesformativos y realizar un seguimiento yvaloración de las propuestas.

En la actualidad, y dada la precarie-dad de nuestras bibliotecas escolares,parte de esta formación puede realizarseen la biblioteca pública, especialmente enlos aspectos referidos a la consulta en loscatálogos o al manejo de fuentes de infor-mación electrónicas. No obstante, lamejora de condiciones de la bibliotecaescolar debería resituar esta formación,íntimamente relacionada con los aprendi-zajes académicos, y reservar para la biblio-teca pública aquellas actividades que leson específicas. Ello no implicaría menorcolaboración entre ambos tipos de biblio-teca, puesto que los alumnos son usua-rios de ambas y, hay que suponer, lo serána lo largo de toda su vida, más allá de laetapa de escolarización.

En cambio, la biblioteca públicapuede colaborar más activamente enaspectos relativos a la formación continua

del profesorado, a través de la difusiónselectiva de la información y también apartir de acciones formativas en torno aluso de determinadas fuentes o recursosinformativos.

En el ámbito de la formación, es deespecial importancia disponer de materia-les que faciliten el aprendizaje, sea demanera autónoma o como apoyo a la for-mación presencial. También en este caso,el trabajo conjunto en el diseño de losinstrumentos formativos comunes evitaráque cada biblioteca dedique un tiempoprecioso, energías y presupuesto a prepa-rar sus materiales, sin que ello impliquenegar la posibilidad de preparación deproductos específicos para usuarios espe-ciales.

ACTIVIDADES

La programación cooperativa de activida-des supondría una optimización de losrecursos que ya vienen invirtiéndose eneste campo. Ello permitiría ampliar elrepertorio de actuaciones, en función deobjetivos más variados y adaptados a losdistintos usuarios y a sus distintas necesi-dades. A la vez, se podría amplificar ladifusión y llegar a un mayor número deusuarios.

Para la programación de estas activi-dades, hay que tener muy en cuenta losdistintos calendarios y horarios que rigenla vida de ambas bibliotecas, lo que puedecontribuir todavía más a complementarlas ofertas y proporcionar a los usuariosuna idea de servicio compartido. En estesentido, por ejemplo, un taller de lecturasque se inicia en la escuela en período lec-tivo puede tener continuidad durante lasvacaciones en la biblioteca pública. En lamisma línea, desde la biblioteca públicapueden plantearse actividades para adul-tos –familiares y cuidadores de los alum-nos– a través de la biblioteca escolar, quesuele ser más cercana para quienes se

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ocupan habitualmente de los chicos y chi-cas: presentaciones de novedades, char-las, etc. Esta colaboración en la programa-ción de actividades es especialmentedeseable en aquellos casos en que biblio-teca escolar y pública comparten objeti-vos, como pueda ser el de la integración ala comunidad de los alumnos recién llega-dos. En este caso, la biblioteca públicadispone de mejores condiciones de acogi-da en cuanto a información y recursos,mientras que la escolarización obligatoriaes en sí misma un mecanismo de integra-ción que la biblioteca puede explotar.

– Visitas escolares y promoción de la lec-tura

Como hemos visto, el objetivo de lasvisitas de escolares a la biblioteca públicano suele ir más allá de la familiarizacióncon los equipamientos bibliotecarios. Porello, la visita debe ser entendida comouna continuidad en el conocimiento debibliotecas, y debería darse sólo despuésde haber visitado la biblioteca del centro yconocido su funcionamiento.

Con respecto a la promoción de lalectura, ésta suele ser una actividad querealizan de manera generalizada tanto lasbibliotecas públicas como las escolares,sin que exista ninguna comunicaciónentre ellas. Es pues en este ámbito dondese hace más imprescindible la coordina-ción entre la biblioteca pública y los cen-tros educativos: para delimitar los objeti-vos y establecer los ámbitos de actuaciónde una y otra biblioteca, con miras a evitarla duplicación de propuestas. Ello esespecialmente importante en el momentoactual, cuando los índices de lecturaponen de manifiesto el fracaso de estasprácticas llevadas a cabo aisladamente y,más, cuando éste puede ser un buen pro-cedimiento para reforzar los procesos dealfabetización de muchos chicos y chicasque no han tenido escolarización o bien

que la han tenido en lenguas distintas alas oficiales en el país. La colaboraciónentre las distintas bibliotecas facilitaríahacer extensivas las propuestas a las fami-lias, bien fuera con actividades concretaspara este público, bien a través de infor-mación impresa en forma de guías.

– Difusión y marketing

La visualización de la cooperaciónrevierte, forzosamente, en una mejorvaloración de las bibliotecas que la reali-zan. La presentación conjunta de lasbibliotecas y de las actividades que éstasllevan a cabo puede realizarse mediante lacreación de motivos y lemas conjuntos amodo de imagen corporativa propia, ypuede difundirse a través de mediosimpresos –revista escolar, boletín de labiblioteca…– y, muy especialmente, a par-tir de páginas web compartidas, en lasque aparezcan agendas conjuntas, resul-tados de los proyectos de cooperación eincluso propuestas lúdicas.

HACIA UNA COLABORACIÓNMÁS EFECTIVA

Todas estas propuestas que hemos apun-tado son deseables pero de difícil realiza-ción –hay que ser concientes de ello–mientras las bibliotecas escolares nomejoren en su situación de precariedad.La propia colaboración con la bibliotecapública se puede entrever como una víade mejora, pero sería necesario buscarotras vías alternativas que permitieranentrar ya en un proceso de verdaderacooperación.

Las experiencias de aquellos países denuestro entorno que presentan prácticasmás consolidadas pueden sernos de utili-dad a la hora de diseñar los proyectoscooperativos.

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En muchos países, la cooperación searticula a partir de la creación de servi-cios de apoyo, que pueden ofrecerse aambos tipos de biblioteca y que puedenser gratuitos o no, según los casos. Así,por ejemplo, en el Reino Unido las autori-dades educativas municipales han creadolos School Library Services que prestan–bajo subscripción y desde la bibliotecapública– diversos tipos de servicios a lasbibliotecas escolares de la localidad:desde préstamo o adquisición de lotes,apoyo a las bibliotecas –que va desde laplanificación hasta las actividades, pasan-do por los tratamientos técnicos y la auto-matización–, acciones concretas de aseso-ramiento puntual –proveyendobibliotecarios, si es necesario, para untiempo breve–, proporcionan equipa-miento específico para bibliotecas y con-sumibles, y incluso una biblioteca móvil obibliobús a disposición de los centros.9

Otro modelo existente es el danés, dondea través del Dansk Bibliotheks Center seofrecen servicios de todo tipo –adquisi-ción y tratamiento de materiales, informa-ción bibliográfica y formación y asesora-miento– destinados tanto a las bibliotecaspúblicas como escolares.

En España, los servicios centrales deapoyo suelen establecerse, en el ámbitomunicipal o supramunicipal, exclusiva-mente para las redes de bibliotecas públi-cas, a cargo de las administraciones de lasque dependen, sin que existan tampocoagencias nacionales que tengan esta fun-ción. No tenemos conocimiento de inicia-tivas similares para las bibliotecas escola-res, salvo la existencia de un Servicio deBibliotecas escolares que funciona en

Barcelona, desde 1984, y que ofrece servi-cios de selección y adquisición de mate-riales de biblioteca debidamente prepara-dos, formación de personal yasesoramiento para proyectos concretosde puesta en marcha y mejora de lasbibliotecas escolares, y que trabaja encolaboración con la administración auto-nómica y local.10

A falta de servicios como los quehemos comentado, el modelo más opera-tivo sigue siendo el trabajo a escala muni-cipal. Ello implica buscar sinergias entreorganismos, como por ejemplo los cen-tros de profesores y recursos, que puedentener un papel de coordinación de redeslocales de bibliotecas escolares, y tambiénformar parte activa de los comités o comi-siones de ámbito local que suelen existircreadas con la intención de impulsar losservicios de lectura pública.

El ámbito municipal también puedeplantearse la posibilidad de la integracióntotal de ambos tipos de biblioteca. Setrata de una práctica que, tras unos añosde experiencias poco afortunadas, retomafuerza, en el ámbito internacional, coinci-diendo con épocas de restricciones presu-puestarias. La integración –o «joint-use»–no consiste simplemente en abrir lasbibliotecas escolares al público general,ni en considerar la biblioteca públicacomo una biblioteca de centro educativo,sino que se basa en un proyecto de biblio-teca única que nace y se planifica con estadoble función, cuidando de que todos lospúblicos encuentren en ella lo que nece-sitan. Sin embargo, este modelo no debe-ría implementarse simplemente desdela perspectiva del ahorro económico,

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(9) Un ejemplo del funcionamiento y de los servicios que ofrecen los School library services,lo proporciona el caso del condado de Staffordshire. Stafforshire County Council: SchoolsLibrary Service http://www.staffordshire.gov.uk/portal/page?_pageid=47,52122&_dad=por-tal&_schema=PORTAL (Consultado el 29 de agosto de 2005].

(10) Servei de Biblioteques escolars L’Amic de paper: http://www.amicdepaper.org/[Consultado el 29 de agosto de 2005].

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puesto que a la aportación de recursosimportantes en sus fases iniciales, con elobjetivo de dotar a los equipamientos deuna total funcionalidad, hay que sumar elincremento de personal que los dos usosvan a requerir. Tampoco puede pensarseen un ahorro determinante en cuanto a laprovisión de recursos, en un momento enque muchos de ellos se distribuyen tele-máticamente y pueden adquirirse consor-ciadamente, sin necesidad de una ubica-ción física única. Si acaso, la integracióntiene valor para el conjunto de la comuni-dad, por cuanto permite un aprovecha-miento integral de un equipamiento cul-tural por usuarios que lo usan en horarioscomplementarios y para funciones quecada vez son más próximas. En este senti-do, los beneficios principales se estable-cen para el usuario, por cuanto las colec-ciones se incrementarían en cantidad yvariedad, los servicios podrían ampliarsey diversificarse, así como los horarios.

En España, la integración biblioteca-ria ha sido vista hasta el momento conrecelo por todos los ámbitos implicados.A ello contribuye el hecho de que lasexperiencias en este sentido no han sidosatisfactorias; en parte, por la propiaindefinición en el proyecto inicial y, en lapráctica, porque la biblioteca escolar hafagocitado la pública. Ello es debido,esencialmente, a que la biblioteca escolarno tiene suficientemente definidas susfunciones y a que estas iniciativas se hanplanteado con el único objetivo, erróneo,de ahorro en las inversiones. También hacontribuido a ello el total distanciamientode la comunidad bibliotecaria con respec-to a la educativa, y viceversa, tanto desdelas autoridades administrativas comodesde las instituciones. Es posible quepara llegar a la integración sea necesarioun período de colaboración cada vez másestrecho, durante el cual la bibliotecaescolar refuerce su función y su situación,pero para plantear este modelo será

necesaria una clara voluntad por todas laspartes implicadas, una verdadera planifi-cación y una apuesta decidida de lasadministraciones.

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