La Comisión del Mapa Geológico de España en la Exposición

-133- ISSN: 2659-2703

Bol. R. Soc. Esp. Hist. Nat., 113, 2019: 133-144

doi: 10.29077/bol/113/e04_rabanao

La Comisión del Mapa Geológico de España en la Exposición Nacional de Minería de 1883: un escaparate

de la construcción del mapa geológico nacional

The Commission for the Geological Map of Spain at the National Mining Exhibition of 1883: a display of

the construction of the national geological map

Isabel RábanoInstituto Geológico y Minero de España, Ríos Rosas 23,

28003 Madrid. [email protected]

Recibido: 25 de septiembre de 2019. Aceptado: 18 de octubre de 2019.Publicado electrónicamente: 21 de octubre de 2019.

Palabras clave: Exposición, Minería, Mapa Geológico, Siglo XIX.Keywords: Exhibition, Mining, Geological Map, 19th Century.

ResumenSe presenta la participación de la Comisión del Mapa Geológico de España en la Exposición

Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales, celebrada en Madrid en 1883. Se trató de un evento que suscitó gran interés nacional e internacional, resultado de la invitación realizada por el Ministerio de Fomento para que empresas y organismos oficiales presentasen sus logros e innovaciones más recientes. La convocatoria alcanzó una gran repercusión, y a ella acudieron incluso empresas e instituciones europeas de gran prestigio. La Comisión del Mapa Geológico utilizó esta exposición como plataforma para ratificar la continuidad de la institución ante sus superiores administrativos, a la vez que para dar a conocer a la sociedad los grandes avances alcanzados en el conocimiento del suelo patrio y en la construcción del mapa geológico, en una época de afirmación de la identidad nacional.

AbstRActThe participation of the Commission for the Geological Map of Spain in the National

Exhibition of Mining, Metallurgical Arts, Ceramics, Glassware and Mineral Waters is here presented. It was held in Madrid in 1883, and it aroused great national and international interest, as a result of the invitation made by the Ministry of Development for companies and official institutions to present their recent products and innovations. The call reached great repercussion, and it was even attended by European companies and institutions of great prestige. The Geological Map Commission used this exhibition as a platform to support to the ministry the continuity of the institution, as well as to spread to society the great advances that had been made in the knowledge of the ground constitution and in the construction of the geological map, at a time when national identity was being promoted.

1.IntRoduccIón

La búsqueda de una identidad nacional a lo largo del siglo XIX transitó por vías políticas en ocasiones divergentes, aunque siempre prevaleció un consenso sobre la trascendencia de los elementos culturales e industriales para la construcción del Estado. Y las conmemoraciones y las exposiciones constituyeron unos vehículos eficaces de afirmación de esta identidad en nuestro país, en especial durante la segunda mitad de siglo, cuando tuvo lugar una edad dorada de este tipo de actos. Los políticos españoles se miraron en los espejos de capitales europeas, como París o Londres, en las que las exposiciones universales ejercieron de altavoz para difundir los progresos de la cultura y de las innovaciones tecnológicas. Aunque la ciudad de Londres organizó la primera de estas manifestaciones internacionales -la exposición de 1851 en el Crystal Palace-, y una segunda en 1862, París fue la más activa, con convocatorias en 1855, 1867, 1878,

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1889 y 1900. Previamente, desde la década de 1820, en España ya se habían puesto en marcha certámenes públicos de las producciones agrícolas e industriales nacionales, impulsadas fundamentalmente por la Real Sociedad Económica de Amigos del País (en Valencia), el Real Conservatorio de las Artes (en Madrid) o la Junta de Comercio de Barcelona, si bien la presencia de la minería era prácticamente nula. No fue hasta la Exposición Pública de los Productos de la Industria Española de 1841, celebrada en Madrid en los locales del Real Conservatorio de las Artes, cuando se presentaron por vez primera innovaciones tecnológicas para la mejora de la explotación en las minas (cApel sáez, 2007).

Por lo que respecta a las exposiciones universales, en las que la geología, la minería y la metalurgia estuvieron siempre presentes, desde la administración española se apoyó la participación en todas ellas, con el objetivo, por un lado, de que los ingenieros conocieran de primera mano los avances conseguidos para la mejora de las explotaciones mineras; y, por otro, el de mostrar en el extranjero las riquezas naturales de nuestro país.

A través de las crónicas de algunos ingenieros de minas que visitaron estas exposiciones, conocemos de primera mano si los esfuerzos de participación realizados por nuestro país alcanzaron o no el éxito esperado. Uno de los asistentes habituales a las exposiciones de Londres y París -hasta su fallecimiento en 1866- fue Casiano de Prado. A buen seguro, acudió con la máxima expectación a la primera de ellas, la de Londres de 1851. Aunque no ha quedado constancia escrita de su paso por allí, a través de la crónica que realizó sobre su visita a la Exposición Universal de París de 1855, se puede apreciar su decepción por la contribución española a ambos certámenes: “No hay por qué ocultarlo, ni en la esposición (sic) de Londres ni en la de París se ha presentado España de una manera digna […] pero ¿cómo, llamados a aquellos dos grandes certámenes, que eran al mismo tiempo dos brillantísimas solemnidades, no hemos procurado mostrarnos con el esmero que nos fuese posible, para que no se hiciese tan reparable nuestro decaimiento y desventura, allí donde todo respiraba prosperidad, todo grandeza, movimiento y vida?” (pRAdo, 1856). El ingeniero Cirilo de Tornos había sido comisionado por el Gobierno para coordinar la contribución española en la sección dedicada a la minería de la exposición de 1855, y entre los jurados que debían otorgar los premios de la misma se encontraban Ramón de la Sagra -viejo amigo de Prado- y Cipriano Segundo Montesino (FeRnández GutIéRRez & blAnco González, 2005). Es conocida la visión crítica y pesimista de Prado sobre la administración española de su época, pero sí es cierto que, en su relato sobre la participación de los diferentes países en la exposición de París de 1855, sobre la de España se lamentaba de “ver que de esos tesoros y maravillas solo perteneciese a mi patria una mínima parte […] ¿de dónde procede esa indiferencia, ese desmayo deplorable?” Prado visitó también la Exposición Universal de Londres de 1862. En esta ocasión algunos expositores españoles de temática minera alcanzaron reconocimiento en forma de medallas, como el Cuerpo de Ingenieros de Minas, el establecimiento minero de Río Tinto, la fábrica de Trubia, la Real Compañía Asturiana y, a nivel individual, Guillermo Schulz y el propio Casiano de Prado (exposIcIón, 1862).

A partir de entonces, el Ministerio de Fomento adquirió mayor compromiso con la presencia institucional en este tipo de certámenes, y para la siguiente exposición universal, celebrada en 1867 también en París, nuestro país ya tuvo una asistencia notable, también en la sección dedicada a los “productos brutos y elaborados de las industrias extractivas” (cAstRo y seRRAno, 1867). La Escuela de Minas premió a los tres alumnos recién egresados que habían obtenido las mejores notas con un viaje a París, para que visitasen la exposición junto con su profesor y plasmasen en una memoria sus observaciones (mAestRe et al., 1869). En ella, Amalio Maestre, uno de los pioneros en la utilización de la fotografía en los estudios geológicos durante el siglo XIX (RábAno, 2015), formó parte de la comisión oficial y reseñó de forma especial los avances expuestos en esta materia. En esta ocasión, Casiano de Prado fue invitado desde el Ministerio de Fomento para integrar la comisión oficial española. En unas cartas a Manuel Fernández de Castro remitidas entre 1865 y 1866, cuando este último era jefe de la Inspección de Minas de Cuba, le manifestaba su satisfacción por este cargo, y le incitaba a enviar desde Cuba los elementos de mayor interés geológico-minero para la exposición (RábAno, 2006). Lamentablemente, Prado falleció antes de su inauguración, y no pudo ser testigo del amplio despliegue de productos españoles que allí se realizó (cAstRo y seRRAno, 1867). España construyó incluso un pabellón propio (Figura 1) y obtuvo múltiples premios, entre ellos una medalla de oro al Cuerpo de Ingenieros de Minas por la exhibición de una magnífica colección de minerales y rocas. La Junta

La Comisión deL mapa GeoLóGiCo de españa en La exposiCión naCionaL de minería de 1883

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Superior Facultativa de Minería también estuvo presente en la Exposición Universal de París de 1878 -donde obtuvo una medalla de oro-, y la Comisión del Mapa Geológico de España redactó una memoria especial para el evento sobre la constitución geológica de España “teniendo a la vista los antecedentes que hasta la fecha posee la Comisión […] para acompañar al Catálogo de las producciones minerales que figuran en la Exposición” (AnónImo, 1878). Este mismo texto fue presentado también en la Exposición Nacional de Minería, celebrada en Madrid en 1883, como veremos a continuación. Otro hito importante para la presencia de España en una exposición universal, lo constituyó la nominación como jurado de Daniel de Cortázar para la de Filadelfia de 1876 (coRtázAR, 1878).

Y volviendo a las exposiciones nacionales, a partir de 1850 fueron tornándose en España en muestras cada vez más temáticas, siendo utilizadas por las élites políticas y sociales para el fomento de la identidad local, regional o nacional, a la vez que debían atraer beneficios económicos o abrir vías comerciales para las empresas sectoriales (VAlVeRde contReRAs, 2015). Precisamente en una de ellas, coincidiendo con la celebración en 1881 del 200 aniversario de la muerte de Calderón de la Barca, un grupo de periodistas propuso celebrar la primera Exposición Nacional de Minería. El objetivo del presente trabajo es tratar el gran despliegue que realizó la Comisión del Mapa Geológico de España en dicho certamen, a la vez que se da a conocer un mapa geológico de España inédito, preparado ex profeso para la exposición, celebrada en Madrid en 1883.

2. lA exposIcIón nAcIonAl de mIneRíA, ARtes metAlúRGIcAs, ceRámIcA, cRIstAleRíA y AGuAs mIneRAles de 1883

La Exposición Nacional de 1873 representó un “primer ensayo […] para aclimatar en nuestro país lo que tantos beneficios ha de proporcionarle fomentando la industria, las artes y las ciencias” (oRIol, 1873), y constituyó el claro precedente de la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales de 1883. La de 1873 fue promovida por una sociedad privada, la “Empresa de Exposiciones de Madrid” creada por Daniel O’Ryan de Acuña, y se apoyaba en una Junta de Fomento, también de carácter privado, cuyos representantes en la sección

Figura 1. Pabellón de España en la Exposición Universal de París de 1867, que se ubicó en una zona preferente del Campo de Marte (en cAstRo y seRRAno, 1867). Fue diseñado por el arquitecto Jerónimo de la Gándara a semejanza del salmantino Palacio de Monterrey.

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dedicada a la minería fueron Juan Vilanova y Piera, Federico de Botella y Luis de la Escosura. El gran esfuerzo realizado por los promotores atrajo incluso a la muestra a expositores de otros países, como Portugal, Francia, Austria, Inglaterra, Alemania, Italia y Estados Unidos. La Escuela de Minas y la Comisión del Mapa Geológico estuvieron también presentes, con colecciones de mapas geológicos y de minerales, rocas y fósiles (FoRondA y AGuIleRA, 1874).

Unos años más tarde, en 1881, se celebró con grandes fastos el segundo centenario del fallecimiento del escritor Pedro Calderón de la Barca. Se trató del primer gran evento conmemorativo que se organizaba en España para honrar a un personaje notable, siguiendo el modelo de lo que se estaba realizando en otros países europeos de homenajear a personajes del ámbito de la cultura (VAlVeRde contReRAs, 2015). El 21 de mayo se organizó un banquete en el famoso restaurante madrileño Lhardy, ofrecido a periodistas españoles por sus homólogos extranjeros venidos a Madrid para cubrir dicho evento. El director del periódico La Patria, Leopoldo Alba Salcedo, con el entusiasmo provocado por el éxito de la conmemoración recién celebrada, propuso la organización de una exposición de temática agrícola y minera, que debía de servir como precedente a la que se estaba preparando para 1885 con motivo de la conmemoración del cuarto centenario de la llegada de Colón a España. A los pocos días se reformuló el objetivo de la exposición, centrándolo en la minería y la metalurgia de España y Portugal. sIeRRA álVARez (1987) ha ofrecido un relato completo de la gestación de esta exposición, de la formación de sus diferentes comités organizadores y de cómo el Ministerio de Fomento asumió pronto un protagonismo que se interpretó como una forma de lavar su imagen, que se había visto dañada con

Figura 2. Plano general de la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minera-les de 1883. Biblioteca del Instituto Geológico y Minero de España.



las críticas que se habían desatado en algunos ambientes ante la aparente falta de interés por la presencia de España en las exposiciones universales. El proyecto fue adquiriendo mayores proporciones, comenzando por su lugar de celebración y por la ampliación de su temática. Del Palacio de Indo, sede de la muestra de 1873 y de otras posteriores, se pasó al parque del Retiro, en el lugar denominado Campo Grande (Figura 2), en donde se construirían pabellones especiales y un palacio permanente de exposiciones; y entre los objetivos de la exposición se incluyeron también las aguas mineromedicinales. La inauguración estaba prevista para 1882, pero algunas solicitudes para su aplazamiento recibidas desde algunas empresas de gran envergadura, como la Rio Tinto Company Limited, gestionada entonces por un consorcio de capital extranjero “principalmente británico”, llevó a postergarla para el año siguiente. La Junta Organizadora estaba controlada por el Ministerio de Fomento -cuyo sillón ocupaba entonces José Luis Albareda- a través de la Junta Superior Facultativa de Minería, dirigida por Luis de la Escosura, quien ejerció de presidente de la muestra. El reglamento general para los expositores se redactó, por tanto, desde la Junta de Minería (ReGlAmento, 1882), y fue también en instancias ministeriales donde se aprobó el proyecto del pabellón central, presentado por Ricardo Velázquez Bosco, profesor de la Escuela de Arquitectura y, a partir de octubre de 1882, arquitecto oficial de la exposición. Fue autor del diseño de otras construcciones de la exposición, como el Edificio Anejo -donde se instalaron, entre otros, los distritos mineros y los balnearios-, la Galería de Máquinas, y los pabellones de las minas de Almadén, de la Real Fábrica de Cerámica de La Moncloa, del Real Cuerpo de Artillería, de la Fábrica de Loza de Valdemorillo y de la Escuela de Minas de Madrid.

El 30 de mayo de 1883, a las diez de la mañana, la exposición fue inaugurada muy solemnemente por el Ministro de Fomento, Germán Gamazo, en presencia de los reyes de España y Portugal y del Gobierno en pleno. El número de expositores ascendió a 475, nacionales y extranjeros, que exhibieron varios millares de objetos, repartidos en cuatro secciones temáticas: minería, metalurgia, cerámica y cristalería, y

Figura 3. Vistas del pabellón principal (A-C, exterior; D, interior) de la Exposición Nacional de Minería, Artes Metalúrgicas, Cerámica, Cristalería y Aguas Minerales de 1883, actual Palacio de Velázquez en el madrileño parque del Retiro. Fotografías de Jean Laurent tomadas para el álbum de la exposición, que obtuvo un Premio a la Cooperación. Colección Fernández-Barredo Sánchez.

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aguas minerales (cAtáloGo, 1883). La exposición ocupó 20.000 m2 del parque (Figura 2), en los que se distribuyeron 66 edificios, casi todos ellos de construcción efímera, a excepción del pabellón central -de 2.400 m2 (Figura 3), que se conserva en la actualidad con la denominación de Palacio de Velázquez, en honor a su arquitecto -hoy en día es una de las sedes expositivas del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía- y del Pabellón Real (o Pabellón Árabe), que perduró hasta la década de 1950.

La exposición constituyó un magnífico escaparate para mostrar al país las últimas novedades tecnológicas e industriales, así como las riquezas patrias en recursos naturales. En ella se dieron cita lo más granado de la técnica y de la industria nacional, con la participación de algunas instituciones oficiales y empresas extranjeras líderes en los sectores representados en la misma. Tuvieron su delegación, y en muchos casos con pabellones propios, importantes instalaciones y compañías mineras, como las minas de Almadén (Figura 4A), de Rio Tinto (Figura 4B), de Linares (Arrayanes), The Orconera Iron Ore Company, la Sociedad Franco-Belga de las minas de Somorrostro, la Sociedad de los Altos Hornos y fábricas de hierro y acero de Bilbao, la Fábrica de Mieres, la Fábrica de Duro y Compañía, la Real Compañía Asturiana (Figura 4C), la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya, la Compañía de Minas y Fábrica del Pedroso, la Compañía Pizarrera de Villar del Rey, Minas de Orbó, la Real Fábrica de Cerámica de La Moncloa (Figura 4F), la Fábrica de Cristales de La Granja, la Fábrica de Cristal y Loza de Cartagena, y prácticamente todos los establecimientos de aguas mineromedicinales del país. Entre las instituciones oficiales y los centros de enseñanza se encontraban la Comisión del Mapa Geológico de España, la Escuela de Minas, el Cuerpo de Ingenieros de Minas y los distritos mineros, las inspecciones de minas de Ultramar (Cuba, Puerto Rico y Filipinas) y el Cuerpo de Artillería (Figura 4E). Y entre las representaciones extranjeras, el Gobierno de Suecia (Figura 4D), el Ministerio de Obras Públicas de Francia, la Comisión Geológica de Gran Bretaña, las Escuelas de Minas de París, Freiberg, Clausthal, Estocolmo y Lieja o las empresas Humboldt (Colonia, Alemania) y The Haldfield’s Steel Foundry Company (Sheffield, Inglaterra). A ello hay que añadir, hasta alcanzar los 475 expositores ya mencionados, muchas pequeñas y medianas empresas -nacionales y extranjeras-, y particulares, que enriquecieron con sus aportaciones esta primera exposición dedicada a la minería. Los medios de comunicación se hicieron también amplio eco del evento: tanto los diarios políticos (La Patria, El Día, El Globo, El Imparcial, …), como las revistas ilustradas (La Ilustración Española y Americana, La Ilustración Ibérica, …), y publicaciones especializadas, como los Anales de la Construcción y de la Industria, El Eco Minero o la Revista Minera y Metalúrgica, que editó un número especial (oRIol, 1883).

La exposición estuvo abierta entre el 30 de mayo y el 17 de julio, y el 8 de septiembre y el 27 de noviembre de 1883. No todos los expositores tenían rematadas sus instalaciones y/o pabellones al comienzo de la muestra, y algunos de ellos se sumaron incluso durante el segundo periodo, después del verano. También en septiembre se inauguró la iluminación eléctrica, y se constituyó el jurado para otorgar los premios y distinciones. Entre sus integrantes se encontraban el periodista y promotor inicial de la exposición, Leopoldo Alba Salcedo, los ingenieros de minas Ramón Pellico, Fernando de los Villares, Justo Martín Lunas y Gustavo Nordenström -este último de la Escuela de Minas de Estocolmo-, el exministro de Ultramar Salvador Albacete, el ingeniero industrial Gumersindo Vicuña, el vicepresidente de la Junta Superior Facultativa de Artillería Pedro de Lallave, el catedrático de Farmacia Gabriel de la Puerta, el médico Benito Avilés, el director del Museo Arqueológico, Juan de Dios de la Rada, y el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco. Se repartieron 24 diplomas de honor, 80 medallas de oro (Figura 5), 152 de plata, 113 de bronce y 68 menciones honoríficas. Además, se concedieron más de 500 premios de cooperación a personas que se habían implicado muy directamente en la organización, buen funcionamiento y difusión de la exposición (pRemIos, 1883, 1884).

3. lA comIsIón del mApA GeolóGIco de espAñA: GRAn desplIeGue de mApAs, publIcAcIones y coleccIones GeolóGIcAs

Manuel Fernández de Castro fue nombrado director de la Comisión del Mapa Geológico de España en 1873, a su regreso de Cuba, donde había ocupado la jefatura de la inspección de minas de esa provincia ultramarina durante diez años (RábAno, 2016). El objetivo principal de Fernández de Castro fue la finalización del mapa geológico nacional, proyecto que comenzó en 1849 con la creación de la Comisión para la Carta Geológica de Madrid y General del Reino que, tras numerosas dificultades,



fue disuelta en 1859. La ejecución del mapa geológico pasó entonces a depender de la Junta General de Estadística tras la promulgación ese mismo año de la Ley para la Medición del Territorio, que perseguía un ambicioso programa cartográfico conducente a la obtención de un mapa geográfico que sirviera de base para el catastro parcelario, los planos de poblaciones y los mapas geológico, forestal e hidrológico. En 1870, con Echegaray al frente del Ministerio de Fomento, el levantamiento del mapa geológico fue recuperado para una nueva Comisión del Mapa Geológico de España, y a partir de su nombramiento como director de la misma en 1873, Fernández de Castro impuso una uniformidad en los trabajos en relación con las metodologías y las escalas. Desde su llegada a la dirección de la Comisión, Fernández de Castro apreció

Figura 4. Algunos pabellones de la Exposición Nacional de Minería de 1883. A, Minas de Almadén. B, Minas de Rio Tinto. C, Real Compañía Asturiana. D, Gobierno de Suecia. E, Cuerpo de Artillería. F, Real Fábrica de Cerámica de La Moncloa. Fotografías de Jean Laurent para el álbum de la exposición. Colección Fernández-Barredo Sánchez.

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la importancia de la difusión del conocimiento de las Ciencias de la Tierra -poseía una extensa biblioteca personal- y de la colaboración institucional con las exposiciones, nacionales a internacionales. En el mismo año de su nombramiento, 1873, la Comisión participó en la Exposición Nacional, mencionada anteriormente, en la que incluso obtuvo una medalla de oro por su instalación, en la que se exhibieron diversos mapas geológicos y colecciones de rocas de las provincias de Zaragoza y Cáceres (FoRondA y AGuIleRA, 1874).

Ante el anuncio de la celebración de la Exposición Nacional de Minería, Fernández de Castro dispuso la participación de la Comisión con un gran despliegue de medios. Ocupó un espacio principal en el edificio central de la exposición, el del ángulo posterior derecho de la nave (Figura 6), donde se mostraron, en forma de mapas, bosquejos, publicaciones y colecciones de muestras de minerales, rocas y fósiles, todo lo realizado desde la fundación de la institución en 1849. Los visitantes tuvieron la ocasión de contemplar una colección de 48 mapas geológicos de provincias españolas a escala 1:400.000 -unos impresos y otros aún inéditos-, otra colección histórica de 27 mapas geológicos de España y de algunas de sus provincias (con los mapas de Guillermo Schulz, Casiano de Prado, Edouard de Verneuil o Amalio Maestre, entre otros), 62 mapas geológicos de diferentes escalas, cortes geológicos y vistas de algunos parajes de varias regiones españolas, amplias colecciones de fósiles y rocas de España y sus provincias ultramarinas, una colección de 160 láminas de fósiles de la sinopsis paleontológica de Lucas Mallada, así como todas los números publicados hasta el momento de sus publicaciones periódicas, el Boletín y las Memorias de la Comisión del Mapa Geológico de España (cAtáloGo, 1883, pp. 42-50). El director de la Comisión cedió también para su exhibición y disfrute de los visitantes su biblioteca minera privada, a la vez que actuó como representante de la Inspección General de Minas de Cuba, aportando él mismo su mapa geológico de Cuba (RábAno, 2016), y colecciones de rocas y fósiles de la isla conservadas en su colección particular (cAtáloGo, 1883, p. 134).

Tres fueron las contribuciones preparadas expresamente por la Comisión del Mapa Geológico para la exposición: una memoria sobre el estado en que se encontraban los trabajos encomendados a la misma hasta ese momento (FeRnández de cAstRo, 1883), que proporciona una excelente perspectiva de los avances de la institución desde que Fernández de Castro accedió a su dirección; una amplia colección de fósiles españoles, y un bosquejo del mapa geológico nacional a escala 1:400.000.

Justo Egozcue y Cía fue el encargado de reunir la colección de fósiles españoles, al ser una de las pocas personas que tenían nociones de paleontología en la Comisión. No hay que olvidar que en 1883, Lucas Mallada estaba desvinculado de ésta al haber pasado en 1879 a ocupar la cátedra de Paleontología en la Escuela de Minas en sustitución, precisamente, de Egozcue. Este último había sido profesor de geología y paleontología en la Escuela de Minas entre 1866 y 1879, donde realizó una importante labor docente. Por temas de salud, se trasladó en 1879 a la jefatura del distrito minero de La Coruña, donde permaneció hasta 1883. A su vuelta a Madrid, Egozcue ocupó la subdirección de la Comisión del Mapa Geológico de España hasta 1891 y fue nombrado director de la misma en 1895, tras el fallecimiento de Manuel Fernández de Castro. Organizar la colección de fósiles para la exposición de minería fue una de sus primeras encomiendas tras su incorporación a la Comisión. Realizó una minuciosa selección

Figura 5. Reverso y anverso de la medalla de oro al mérito de la Exposición Nacional de Minería de 1883. Diámetro: 7 cm. Autores: Vicente Oms Canet (diseño del reverso) y Gregorio Sellán Gonzaléz (grabador). Colección Miguel Calvo Rebollar.



Figura 6. Arriba, vista actual del sector del Palacio de Velázquez donde se dispuso la instalación de la Comisión del Mapa Geológico de España. Abajo, plano del pabellón principal de la Exposición de Minería, que muestra la ubicación del espacio que ocupó la Comisión del Mapa Geológico de España (oRIol, 1883). Tomado de RábAno (2015).

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de 1.715 ejemplares españoles representativos de todos los periodos geológicos, entresacados de las extensas colecciones que había venido reuniendo esta institución desde 1849 para el levantamiento de los mapas geológicos (eGozcue, 1883).

En 1883, la Comisión del Mapa Geológico de España tenía muy avanzada la cartografía geológica del territorio nacional. De ahí el gran despliegue que realizó de mapas geológicos, entre ellos los provinciales a escala 1:400.000, algunos ya impresos y otros en borrador, que contribuirían a alcanzar una de las metas que se propuso Fernández de Castro al acceder al cargo de director de la Comisión, la de completar el mapa geológico de España a escala 1:400.000 (RábAno, 2015). Y para mostrar a la nación los logros de la Comisión, qué mejor que resumir en un mapa “todos los trabajos ejecutados hasta la fecha. Este borrador, si bien está lejos de ser un mapa geológico exacto de España, representa aproximadamente lo que de la constitución de nuestro suelo se conoce hasta la fecha […]” (FeRnández de cAstRo, 1883). Este esfuerzo por reunir en un único documento cartográfico a escala 1:400.000 los avances realizados hasta esa fecha, proporciona una idea de la importancia que para Fernández de Castro y, por ende, para la Comisión, supuso la Exposición Nacional de Minería en 1883, y el extraordinario escaparate que ofreció para sus trabajos. No hay que olvidar que la anterior comisión para el levantamiento del mapa geológico, la de 1849, sufrió muchas críticas desde instancias gubernamentales y parlamentarias por el lento avance de sus trabajos, que propició su disolución en 1859. El mapa presentado en 1883 en la Exposición Nacional de Minería se puede interpretar, por tanto, como una reafirmación ante los gobernantes de que esta vez la Comisión del Mapa Geológico sí que alcanzaría su objetivo, y su continuidad era una garantía para el avance del conocimiento del territorio. Se plasmó en un gran plano de 250 x 330 cm, que nunca se llegó a publicar; se trata, por tanto, de un documento único, de gran importancia para la historia de la cartografía geológica en España, y que ha sido objeto de una reciente restauración (Figura 7). El mapa se acompañó con una memoria sobre el conocimiento que se tenía hasta el momento sobre la geología del país (AnónImo, 1883), basada en un texto que se había preparado para la Exposición Universal de París de 1878 (AnónImo, 1878), que la Comisión recuperó para esta ocasión introduciendo las correspondientes actualizaciones.

La participación de la Comisión del Mapa Geológico en la Exposición Nacional de Minería alcanzó un gran eco en todos los medios por la cantidad y calidad de los objetos expuestos, y fue merecedora de un Diploma de Honor del jurado “no solo por lo que a ella ha llevado, sino por la manera como lo exhibe” (oRIol, 1883). Igualmente, algunos ingenieros y auxiliares de minas que colaboraron en ella, tanto en el comité organizador, como en diferentes aspectos de su producción, fueron merecedores de los denominados Premios de Cooperación (pRemIos, 1884). Entre ellos cabe destacar al director de la Comisión, Manuel Fernández de Castro, así como a los ingenieros Daniel de Cortázar, Lucas Mallada, Amalio Gil y Maestre, Felipe Martín Donayre, Justo Egozcue, Luis Mariano Vidal, Joaquín Gonzalo y Tarín, Carlos Castell y Enrique Abella y Casariego, y a los auxiliares Enrique d’Almonte, Isidro Manuel Pato e Isidro Gombau.

4. conclusIones

La Exposición Nacional de Minería de 1883 constituyó un magnífico escaparate para que la sociedad conociera la importancia de los logros científicos y tecnológicos alcanzados por empresas e instituciones de la administración del Estado de los ramos de la minería y metalurgia, la geología, la cerámica y las aguas subterráneas. Una de estas últimas, la Comisión del Mapa Geológico de España, se encontraba inmersa en la construcción del mapa geológico nacional, una empresa iniciada en 1849 y que no se llegó a culminar hasta 1893. Para este evento, la Comisión realizó un gran esfuerzo de participación, derivado del interés de su director, Manuel Fernández de Castro, en mostrar no solo a la sociedad, sino también a los cuerpos técnicos, la importancia de la labor que venían realizando, y la necesidad de continuidad de esta institución. La vida tan corta que tuvo la primera Comisión, la creada en 1849, pesaba sin duda en el ánimo del director, y de ahí su urgencia por alcanzar la meta propuesta en épocas amenazadas por restricciones presupuestarias. Ello motivó el que Fernández de Castro impulsara la participación de la institución en este evento con un gran despliegue de productos. Uno de ellos fue un bosquejo del mapa geológico de España a escala 1:400.000, preparado ex profeso para la exposición, que se conserva en el Instituto Geológico y Minero de España y cuya identificación y restauración ha tenido lugar recientemente.

AGRAdecImIentos

ImIentos



Figura 7. Mapa geológico de España (1883), a escala 1:400.000, coordinado por el director de la Co-misión del Mapa Geológico de España, Manuel Fernández de Castro. Antesala de Dirección, Ins-tituto Geológico y Minero de España, nº catálogo 00087347.

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AGRAdecImIentos

Quiero agradecer la generosidad de Yolanda Fernández-Barredo Sevilla y de Juan Antonio Sánchez García, en cuya colección (Fernández-Barredo Sánchez) se conserva un ejemplar del álbum fotográfico que Jean Laurent preparó para la Exposición de Minería de 1883, algunas de cuyas imágenes se reproducen aquí. A Miguel Calvo Rebollar, por haber cedido las imágenes de la medalla de oro de la exposición, conservada en su colección particular. Al personal de la Biblioteca del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), por su siempre eficaz ayuda en la búsqueda de información, y a Mª José Torres Matilla, del Museo Geominero del IGME, por su colaboración en la preparación de las figuras. Finalmente, a los revisores, Alfredo Baratas y Agustín Pieren, cuyas sugerencias completaron algunos aspectos del manuscrito final.

bIblIoGRAFíAAnónImo, 1878. Breve idea de la constitución geológica de España. Boletín de la Comisión del

Mapa Geológico de España, 5: 145-162. — 1883. Breve idea de la constitución geológica de España presentada por la Comisión del Mapa

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La Comisión del Mapa Geológico de España en la Exposición