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La conquista del peru
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LA CONQUISTA DEL PERÚ
El imperio de los Incas fue conquistado por
los españoles en 1532, este periodo
significa el fin del Tahuantinsuyo y el
comienzo de la dominación española,
permaneciendo en esta situación por más
de 300 años.
FACTORES QUE IMPULSARON A LA CONQUISTA DEL PERÚ
Factor Económico.-
Para poder explotar sus riquezas, mayormente, en oro y en plata, metales
preciosos, los que abundaban con marcas del Reino de los Hijos del Sol.
Factor Político.-
La ambición de España de llegar a la categoría de primera nación de Europa.
Este país, culmina su ideal al intervenir en la conquista y colonización de los
más ricos territorios del Nuevo Mundo, sede a su vez de los dos imperios más
famosos de América Precolombina: el de México (Azteca) y el del Perú (Inca),
los mismos que caen, uno tras otro, ante el empuje de los invasores.
Factor Militar y Científico.-
Uno de los factores decisivos es que los españoles contaban con armas y
conocimientos muy avanzados. Un instrumento científico de mayor ayuda a los
conquistadores fue la brújula tanto para sus travesías marítimas de exploración
como para orientarse en las inmensidades de los territorios americanos.
Factor Religioso.-
Desde la iniciación de los Grandes Descubrimientos Geográficos se advierte el
extraordinario interés de la iglesia por la difusión del cristianismo, precisamente
por la obra de España, Nación Católica, y sobre todo a la labor de sus
misioneros.
Al conocerse en Panamá la noticia de un rico imperio que se hallaba en el sur,
se organizaron muchas expediciones con el propósito de conquistarlo, pero
todas fracasaron, hasta que don Francisco Pizarro, un español residente en
aquel lugar, decidió realizar la empresa.
Para efecto Francisco Pizarro se asoció con Diego de Almagro y el clérigo
Hernando de Luque, bajo las siguientes condiciones: Pizarro sería el capitán
general y dirigiría la expedición; Almagro reclutaría a la gente y el tercer socio
proveería el dinero para realizar la expedición.
Después de realizados sus dos primeros viajes, los socios confirmaron la
existencia del Tahuantinsuyo y se enteraron de la guerra civil entre Huáscar y
Atahualpa.
A principios de 1531, en su tercer viaje, partieron de Panamá y después de una
penosa travesía, llegaron a las costas de Tumbes en 1532, donde se enteraron
del triunfo de Atahualpa sobre su hermano Huáscar y que se encontraba en
Cajamarca. Posteriormente, los españoles llegaron a una localidad nativa a
orillas del río Chira, donde fundaron la ciudad: San Miguel de Piura. De allí
partieron rumbo a Cajamarca.
CAPTURA Y PRISIÓN DE ATAHUALPA
Los conquistadores llegaron a Cajamarca
el 15 de noviembre de 1532. El mismo día,
en la tarde, envió Pizarro a Hernando de
Soto y Hernando Pizarro a saludar al Inca,
que estaba en los baños de Cajamarca,
invitándolo a una entrevista. Pero las
intenciones de los españoles era tenderles
una emboscada para apresarlo.
Pizarro preparó a su gente para que al grito de “Santiago” toda la caballería,
infantería y artillería entrarían en acción.
Al día siguiente, el Inca llevado en andas entro en la plaza de Cajamarca. Salió a
recibirlo el padre Valverde, entregándole un breviario y diciéndole que se
hiciera cristiano y tributario del rey de España. El Inca, encolerizado por tal
recibimiento, arrojó el libro. Entonces se dio la voz de “¡Santiago, a ellos!” y tal
como lo habían planeado, los españoles salieron de su escondite arremetiendo
con los caballos y mosquetes a los indios, que
atemorizados, huyeron dejando al Inca en
poder de los españoles.
RESCATE DE ATAHUALPA
El Inca prometió, a cambio de su libertad, un
cuarto lleno de oro y dos de plata, hasta donde
alcanzara su mano levantada. Pizarro aceptó,
los cual significó que Atahualpa diera la orden
a sus súbditos de traer de distintos sitios del
imperio todo el oro y la plata requerida para
cumplir su palabra empeñada.
MUERTE DE ATAHUALPA
A pesar de esto, Pizarro decidió librarse de Atahualpa, dándole muerte, pues
temía una sublevación por parte de los Indígenas. Sin embargo, Pizarro llevo a
cabo un proceso contra el Inca, acusándolo de ordenar la muerte de su hermano
Huáscar, ser idólatra, tener muchas esposas y no haber completado el rescate
ofrecido.
Ocho meses después de su captura, Atahualpa fue enjuiciado y condenado a
muerte. Pero por haberse convertido al cristianismo, le cambiaron la pena de
morir quemado en la hoguera por la del garrote.
El 26 de Julio de 1533 fue ejecutado en la plaza principal de Cajamarca. La
muerte de Atahualpa marca históricamente el fin del Imperio Incaico.
Después de la muerte de Atahualpa. Pizarro emprendió viaje hacia el Cusco, y
en las afueras de la ciudad nombró un nuevo gobernante: Manco Inca. Aunque
Manco Inca ayudó inicialmente a los españoles, luego de comprobar sus
crueldades organizó una resistencia contra ellos.
LOS ESPAÑOLES EN EL CUSCO
No hay duda que en el Cuzco era la ciudad principal de todo el
Tahuantinsuyo. Al tomarla los españoles, mermó significativamente la
resistencia inca, no sólo porque allí se encontraba toda la organización del
imperio, sino por el significado que tenía para los ejércitos incas ver su
capital tomada y dominada por los españoles.
Hay en dicha ciudad otros muchos aposentos y grandezas; pasan por ambos
lados dos ríos que nacen una legua (5,5 kilómetros) más arriba del y desde
allí hasta que llegan a la ciudad y dos leguas (11 kilómetros) más abajo,
todos van enlosados para que el agua corra limpia y clara y aunque crezca no se
desborde; tienen sus puentes por lo que se entra a la ciudad...
Los españoles también dieron suelta a su codicia de metales preciosos
en él, saqueándolo, especialmente el Coricancha, los palacios imperiales y
otros aposentos señoriales. Este oro y plata fueron fundidos, obteniéndose
580.200 pesos de "buen oro". El quinto real representó 116.460 pesos de oro;
además la plata representó 215.000 marcos: 170.000 "eran de plata buena en
vajilla y planchas limpias y buena, y el resto no porque estaba en planchas y
piezas mezcladas con otros metales conforme se sacaba de la mina.
El 23 de marzo de 1534, Francisco Pizarro realiza la fundación española de la
ciudad del Cuzco con el título de La Muy Noble y Gran Ciudad de Cuzco. Se
hizo el acta de fundación y se repartió entre los españoles solares, tierras e
indios. Como en toda ciudad española, se escogió la Plaza Mayor, el sitio de la
iglesia y se instalaron los primeros vecinos españoles del Cusco. Bajo el
pretexto de "los enseñaran y doctrinarán en las cosas de nuestra santa
fe católica", se entregó a los españoles una cantidad de indios para su uso en
trabajo e impuestos. Pizarro favoreció a sus amigos; en el Cusco el reparto de
solares, tierras y nativos. Ello disminuyó la ya frágil cohesión española, aumentó
las diferencias y ahondó los resentimientos entre ellos.
Con la llegada de los españoles al territorio peruano la activa producción de
elementos simbólicos-representativos andinos (al que hoy en día llamamos arte
prehispánico) sufrió un revés sin precedentes. La incompatibilidad entre las
percepciones españolas (basadas principalmente en el realismo) y las
tradiciones andinas (basadas en el simbolismo) hizo que, ante la incomprensión
del mensaje, los españoles destruyeran casi todas las formas de representación
local.
Las quilcas o tablillas pintadas, los quipus, los tocapus o los dibujos simbólicos
de los incas no fueron entendidos por los peninsulares, pues no encontraban
ningún elemento cercano a sus tradiciones visuales.
Con este bagaje visual, los españoles utilizaron las imágenes de Cristo, la virgen
María, Santos, etc. para llevar a cabo las primeras evangelizaciones en el vasto
territorio peruano, ante la estupefacta mirada de los indígenas. Lo que probó
ser una medida muy efectiva, pues logró facilitar el entendimiento de la fe
cristiana a los vernaculares.
El arte durante los primeros años virreinales fue exclusividad de los religiosos y
su uso tuvo un fin práctico principalmente en el adoctrinamiento. No sólo
pinturas o imágenes estuvieron presentes en esta tarea. Esculturas de diversos
tamaños y retablos fueron herramientas imprescindibles para los misioneros
católicos.
La ciudad de Lima jugó un rol preponderante en el desarrollo del arte en el
virreinato del Perú. Su rápido crecimiento urbano, la acumulación de riqueza por
parte de los encomenderos y la construcción de templos e iglesias fueron
motivos para la demanda de pinturas y esculturas de las principales ciudades
de los reinos españoles. Especial preferencia se tuvo por las obras provenientes
de Flandes e Italia, aunque las obras sevillanas y andaluzas tuvieron igualmente
gran demanda.
Lima como centro político del más importante virreinato durante el siglo XVI fue
plaza importante para destacados artistas que no dudaron en venir y ofrecer su
arte a la iglesia, destacan Angelino Medoro, Bernardo Bitti, Mateo Perez de
Alesio, entre otros.
Otro rasgo importante en la evolución de las artes durante la colonia lo
constituye la exquisitez de la arquitectura religiosa. Los templos fueron
encomendados a alarifes que dominaban las técnicas de la edificación en piedra
y barro, por lo que erigieron obras de buena factura, muy superior a las
realizadas en otras partes del continente. Tan solo mencionar a los conventos e
iglesias de Santo Domingo, San Francisco el viejo, San Pedro, Las Trinitarias o
La Merced para dar cuenta del refinado gusto estético de los alarifes limeños.
En el interior del virreinato la situación no fue diferente. En Cuzco, Arequipa,
Cajamarca, Huamanga, Puno y Trujillo hubo una clara tendencia hacia la
búsqueda de lenguajes propios, basados en la utilización de elementos locales.
La utilización del sillar en Arequipa o la Piedra en Cuzco es muestra clara de la
adaptación del arte europeo y su transformación para el uso local.
Otro punto a resaltar en el derrotero de las artes en el virreinato peruano es la
llegada del barroco, como parte de la contrarreforma de la iglesia, el barroco
buscó sensibilizar al espectador a través de los sentidos antes que por la razón.
Es por ello que este estilo se caracterizó por la gran concentración de elementos
y ornamentos (mayormente vinculados a temas religiosos) y también por la
meticulosidad que tuvieron los artistas en colocarlos de tal manera que crearan
una atmósfera mística y ascética.
El siglo XVIII se caracterizó por la llegada de nuevas tendencias procedentes de
Francia, Austria y Alemania. Las artes ya no fueron exclusividad de los
religiosos, por el contrario, fueron los civiles y la corte los principales
compradores de estas tendencias. Uno de estos estilos fue el rococó. Impulsado
por los reyes borbónicos, este estilo manifiesta un gusto exquisito y refinado,
mostrándose principalmente en la pintura y la arquitectura. Destaca la torre de
la catedral de Santo Domingo, bello ejemplo de rococó en el Perú y atribuida al
diseño del mismo virrey Manuel Amat y Juniet.
Los moldes neoclásicos llegaron a finales del siglo XVIII, producto de las
corrientes ilustradas. Los mejores receptores para esta tendencia fueron los
criollos, no obstante en la política virreinal también tuvo acogida. Matías
Maestro fue el introductor de esta corriente y manifestó su arte no solo en la
pintura sino también en la arquitectura, de la cual fue su máximo exponente.
LA MÚSICA Y DANZA
Con la conquista y la posterior época virreinal, el territorio peruano recibe la
influencia de la música europea y posteriormente afroperuana.
Se documenta que Gonzalo Pizarro ordenó componer cánticos que realzaran su
imagen; posteriormente el virrey Conde de Lemos trajo desde España al
compositor Tomás de Torrejón y Velascoquien estando en Los Reyes estrenó la
musicalización de La púrpura de la rosa, esta obra orquestada luego recorrería
el Cuzco, Charcas y Guatemala.
Ya en la época borbónica se pusieron de moda los ritmos italianos. En aquella
época arriba a Los Reyes, Roque Ceruti, del cual en la actualidad se conservan
partituras con preminencia del violín. Posteriormente el presbítero
huachano José de Orejón y Aparicio, discípulo de Tomás de Torrejón,
compone La pasión según San Juan y varias cantatas, destacando Ah del gozo.
Uno de los primeros en fusionar los ritmos europeos con el folclore de la
población de origen africano es el presbítero Juan Araujo en el villancico Los
negritos, incluyendo aquí el particular estilo del español hablado por las
comunidades de negros.
En el Cusco destacaron Ignacio Quispe y fray Esteban Ponce de León. El primero
es conocido por una cantata de burla intitulada Ah señores los del buen gusto y
el segundo por la ópera-serenata Venid deidades, destaca también en Cuzco la
pieza musical Hanac Pachap con letra en quechua y que fuera musicalizada
por Juan Pérez Bocanegra. Esta pieza musical mantiene la pentafonía andina y
su partitura fue publicada en Lima en 1631. Hanac Pachap es la primera obra
polifónica coral de América.
En cuanto a la danza durante la colonia se distinguen 2 momentos, el primero
de influencia austriaca (Siglo XVI y XVII) y el segundo de influencia borbónica
(Siglo XVIII y XIX). En la primera ingresa la música flamenca, italiana y alemana,
mientras que en la segunda ingresan los modelos franceses. Adjunto al ingreso
de estos estilos se inicia una evolución de la música criolla todavía primitiva y
los ritmos africanos.
A fines del siglo XVI se bailaban en Lima:
El totarque
El puertorrico
La chacona
La valona
La churumba
La gallarda
En el siglo XVII se documentan:
La pavana
La alemanda
La cadeneta
La zarabanda
La courante
Y durante el siglo XVIII, con la moda francesa llegan:
El minuet
La gavota
El zapateo andaluz
La diversidad musical fue documentada en los
últimos años de la colonia en los códices de
Martínez de Compaños, en acuarelas en las que se
observan danzas como "La degollación del Inga" o
"Los diablos"; además de verse plasmados gran
cantidad de instrumentos como las zampoñas,
clarines, guitarras, marimbas y quijadas. Los ritmos
que estuvieron de moda a fines del siglo XVIII e
inicios del XIX fueron los yaravíes, cascabelillos,
cachuas y negritos.
Tanto en la colonia como durante el inicio de la época republicana, la población
no hacía distinción entre la música sacra y la profana. Esta diferenciación se
inicia muy vagamente hacia 1813, hallándose documentos que hacen diferencia
entre la música culta y la música vulgar.
Hacia fines del siglo XVIII los profesores de danza eran en su mayoría negros,
pero en 1790 se les prohibió esta actividad acusando a los profesores negros de
inventar y modificar los pasos legítimos de las danzas. A causa de esta
prohibición empezaron a proliferar las escuelas de bailes con docentes
extranjeros.
BIBLIOGRAFÍA
Enlaces web:
- http://members.tripod.com/torres_zevallos/HISTORIA.htm#LA
- http://pasadodelperu.blogspot.com/2008/01/conquista-del-per.html
- http://www.historiadelperu.net/2007/04/la-conquista-del-per_15.html
Libro:
- Historia de la conquista del Perú (William Hickling Prescott)
-Historia del Perú. Incanato y conquista. (Teodoro Hampe Martínez)