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La Corte de Enrique VII (Guerra 100 años)
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LA CORTE DE ENRIQUE VII1
Steven Gunn
Si pensamos en la corte de Enrique VII como un escenario, entonces cabe preguntarnos
qu dramas se desenvolvieron all? En este captulo, que es en realidad la resea de un
trabajo en curso, me gustara examinar cuatro conflictos interconectados que incitan a
pensar en los conflictos desenvueltos en la corte de Enrique VII. En trminos
conceptuales podemos llamarlos dramas polticos, dramas de gobierno, dramas de status
social y dramas de relaciones pblicas. Estos dramas son metafricos, pero existieron en
realidad dramas en la corte de Enrique VII: lamentablemente, el espacio disponible de
este artculo no es suficiente para poder explicar cada tema, pero con una mezcla de
prosa y poesa, es suficiente para sugerir que estos cuatro dramas metafricos
representan las mentalidades de los contemporneos, como as tambin dan cuenta de la
imaginacin del historiador.
La metfora de la poltica como un juego provino de un hombre que conoca muy bien
la corte de Enrique VII, Tomas Moro. En su Historia del Rey Ricardo III, el autor
caracteriza las maniobras polticas engaosas del monarca como juegos del rey, como
si fueran actuaciones, la mayor parte realizadas sobre andamios. El juego de palabras
de andamios-escenarios donde se realizan las actuaciones, fue tpico del sentido del
humor de Tomas Moro. De hecho, en comparacin con las acciones de Richard III o la
carnicera del reinado de Enrique VIII, la poltica de la corte de Enrique VII no fue muy
sangrienta. Durante el reinado de Enrique VII unos pocos hombres cayeron del poder,
de hecho el rey adopt la poltica de destacar ministros, obispos, nobles u hombres de
leyes, la mayora servidores desde el inicio de su reinado hasta el final. Incluso cuando
grandes hombres caan en desgracia, no eran ejecutados. Sir William Stanley, el
chambeln de la Casa, decapitado en 1495 por su aparente simpata con el pretendiente
yorquista Perkin Warbeck, fue la excepcin que prueba la regla; incluso Lord
Fitzwalter, condenado junto a l, no fue ejecutado sino hasta cuando intent escapar de
la prisin.
Sin embargo, esto no quiere decir que la corte de Enrique tuviese poco o nada de
poltica. Para los que fueron ms pacientes que Fitzwalter, las penas por sus errores
polticos fue la prisin, la prdida de sus oficios o, incluso, como en el caso de Sir
Richard Guildford, la partida a un fatal peregrinaje hacia Jerusaln. Estos infortunios
sucedieron a muchos de los grandes nobles de la corte de Enrique, especialmente en los
aos conflictivos de inicios del siglo XVI, cuando el rey estaba ya viejo y enfermo,
cuando su hijo el prncipe Arturo y la reina Isabel de York haban muerto y cuando
Edmund de la Pole, conde de Suffolk, acudi al emperador Maximiliano para que
1 Traduccin para uso interno de la ctedra de Historia Medieval del artculo de Steven Gunn, The Court
of Henry VII, en S. Gunn y A. Janse, The Court as a Stage. England and the Low Contries in the Later
Middle Age, Woodbridge, The Boydell Press, 2006, pp. 131-144.
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apoyara el reclamo yorquista al trono ingls. Lord William Courtenay, arrestado en
1502, estaba casado con la hermana de la reina; Thomas, marques de Dorset, arrestado
en 1507, era el sobrino de la reina, y George, Lord Berbavenny, arrestado el mismo ao,
era el sobrino nieto de Warwick el hacedor de reyes. Se trataba de grandes nobles que
haban ocupado los cargos ms importantes de la corte y, por ello, tenan contacto diario
con el rey: Courtenay reciba una paga anual a partir de 1501 por asistir diarimante al
monarca; Dorset era el hombre elegido para jugar tenis y Bergavenny era el asesor
regular en el Consejo del rey. Suffolk tambin fue un gran cortesano antes de su exilio.
Su cada en desgracia dej desconcertados a los administradores de la casa de
beneficencia de Ewelme, fundada por sus antepasados, que le haban prestado 20 libras,
ya que registraron en una cuenta posterior: en el momento en que gozaba del favor y la
gracia del Seor rey.
Cuando Suffolk ya no goz del favor del rey, dej de contar con recursos para devolver
el dinero que deba a sus familiares, pero quizs ni l mismo entenda por qu haba
perdido el favor real. La poltica real se puso en contra suyo cuando el Banco del Rey2,
encabezado por el canciller del ducado de Lancaster, Sir Reynold Bray, lo acus de ser
cmplice de un asesinato, tras una refriega que se produjo en Aldgate, en las afueras de
Londres, en la que estaban envueltos varios cortesanos y lugareos, y en la que
resultaron tres hombres muertos. Sin embargo, por extrao que parezca, en la
investigacin del forense que acompa la acusacin, no se haca mencin al golpe
dado por el conde como causante de la muerte de las vctimas. Quizs Suffolk estaba en
lo cierto cuando pensaba que la corte de Enrique VII no era un lugar seguro para l,
especialmente cuando cortesanos como Henry Winslow y Roland Veleville eran
capaces de cometer homicidios con total impunidad. La poltica del primer Tudor puede
no haber sido sangrienta, pero sin lugar a dudas era dramtica.
Ninguna corte viva tales dramas diariamente y menos la de Enrique. Sin embargo, en la
corte de Enrique fue consolidndose otra clase de poltica, como suceda tambin en
otras cortes, esto es la bsqueda incesante del favor, la influencia y las ventajas sobre
los rivales. En la literatura de la corte de Enrique este hecho fue dramatizado no en una
obra, sino en un poema de John Skelton, titulado The Bowge of Court. El protagonista
del poema de Skelton, Drede, llega a un barco que simbolizaba la corte, en bsqueda
del favor real, con el clsico problema: No tengo conocidos/ eso ser malo para m.
Un problema que poda ser resuelto con relativa facilidad por quien se encontraban
cerca del rey, pero a un precio que los grandes nobles pronto tuvieron que aprender a
pagar. Antes de su prematura muerte, ocasionada por el enfrentamiento con los
sublevados contra los impuestos en 1489, el cuarto conde de Northumberland haba
concedido pensiones a Giles, Lord Daubeney (que luego sucedi a Stanley como
chambeln de la Casa del Rey), a Sir John Cheyney, caballerizo mayor, a Sir Thomas
Lovell, tesorero de la cmara del rey, y a sir Reynold Bray. Pensamos que la influencia
2 N. del T.: The Court of King's Bench, se compona de cinco juristas probados, dos clrigos y tres laicos,
que administraban la justicia en nombre del rey. Estaba bajo las rdenes del soberano que poda llevrselo
consigo.
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poltica de sus cortesanos fue cada vez mayor desde que el crculo de consejeros ntimos
del rey se redujo y se volvi cada vez ms estable, y hay signos de que as sucedi. De
este modo, Bray recolect pensiones de al menos tres condes, tres barones y un obispo,
Lovell lo haca con tres condes, un vizconde y un barn. Por otro lado, estos clientes,
como el conde de Northumberland, esperaban recibir a cambio algn beneficio
monetario. Cheyney se mostr preocupado en una carta dirigida al conde de Ormond en
1486, en la cual expresaba su temor de que si obtena su favor, perdera el de
Northumberland. Quizs las expectativas de los solicitantes y de los intermediarios
cambiaban de generacin en generacin, como suceda con los servidores reales.
Ciertamente, este fue el punto de vista expresado por el autor de la Gran Crnica de
Londres, quien elogi a Bray porque rechaz obsequios de valor y solo tom carne o
bebidas. Tras la muerte de Bray en 1503 llegaron otros hombres deseosos de riquezas y
de regalos de valor.
La fortuita supervivencia de la correspondencia de poca, como la de Sir Robert
Plumpton, quien se complic en una disputa con el canciller del rey, Sir Richard
Empson, evidencia muy bien las conductas tpicas que destaca Skelton sobre la corte de
Enrique VII: la sospecha, el disimulo y el engao. Plumpton fue advertido de que no
deba mencionar los nombres de sus amigos en la corte del rey como posibles rbitros
en el conflicto, para evitar que el rey pensase que haba parcialidad en todo ello.
Seor, en reverencia a Dios, le reiter su agente en Londres, mantenga a sus amigos
en secreto, por el miedo de poder perderlos. Los amigos de Plumpton incluan no solo
a consejeros de alto nivel, como el Obispo Fox, Sir Thomas Lovell y Sir Richard
Guildford, sino tambin a Richard Weston, mozo de la cmara del rey. Weston reciba
una pensin del quinto conde de Northumberland, probablemente hacia el final del
reinado de Enrique VII. Suceda con frecuencia en las cuentas de la cmara del rey, la
compra de artculos pequeos para uso personal del rey y el pago de pequeas sumas de
dinero en nombre del rey. Por lo tanto, Weston era un amigo valioso porque era muy
cercano a la persona del monarca. Hugh Denis tambin gozaba de la misma cercana, ya
que se desempeaba como mozo de cmara y por lo tanto era el asistente ms ntimo del
monarca. Este servidor tambin obtuvo ingresos monetarios, como los de la capilla de
St. George, en Windsor y por pagos por los pleitos al rey, con lo cual Denis se hizo con
grandes sumas de dinero con las que compr tierras en los ltimos aos del reinado de
Enrique.
La bsqueda de influencia y asistencia fueron dos elementos que caracterizaron al
crculo cortesano, en el cual funcionaba el sistema de dar y de otorgar obsequios. Fuera
de la corte, el sistema de regalos tambin funcionaba cuando no se podan realizar los
pagos en moneda. As suceda con los distintos puertos de Kent y Sussex, donde Sir
Edward Poynings actuaba como patrn y alcaide de los Cinco Puertos, los cuales
estaban especializados en diferentes tipos de regalos: pescados de Rye, capones y
zarapitos de New Romney, buccinos y marsopas de Sandwich, vino, naranjas y
granadas de Dover, entre otras cosas. Mientras tanto, los que residan dentro de la corte,
otorgaban regalos ms sofisticados a cambio de fortalecer vnculos, lo que formaba
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parte de la dinmica poltica cortesana. De esta forma, Lady Lovell, esposa de Sir
Thomas, envi a la reina un cofre de marfil con el relieve de la pasin. Asimismo, en los
ltimos cinco aos del reinado, una lista de las joyas de Enrique, el prncipe heredero,
nos dice cmo los grandes hombres y mujeres de la corte buscaron el favor del heredero
al trono con piezas bien elegidas. Muchas de estas joyas contenan smbolos muy
significativos, algunos con resonancia dinstica: una rosa con rubes, regalo de
Daubeney, un anillo con una rosa de diamantes del abad de Westminster, una espada
ceida con rosas y plumas de avestruces de Sir Richard Rawson, el capelln del rey.
Otras, en cambio, tenan motivos religiosos: una tabla de oro con Nuestra Seora,
presente de la madre del rey, o una tabla de oro con la imagen de San Juan el Bautista,
de James Stanley, alcaide del colegio de Manchester. Otras, cuidadosamente elegidas
para las justas en las que intervena el prncipe, eran de estilo caballeresco: un San Jorge
de oro del conde de Derby y un hombre a caballo con armadura de plata del conde de
Kent. Muchos de estos regalos fueron reciclados como regalos de Ao Nuevo para
amigos y parientes del prncipe, como por ejemplo para Lord Mountjoy, para Sir Henry
Marney, para su padre el rey y para su hermana la princesa Mary. Sin embargo, tuvo
cuidado en preservar algunos: un presagio de mal agero en el caso de un anillo
esmaltado en rojo y negro con un diamante en punta, regalado por Edmund Dudley,
quien luego fue arrestado en los primeros das del reinado de Enrique VIII y ejecutado
seis meses despus.
Un tercer y ltimo aspecto del drama poltico de la corte de Enrique es incluso ms
difcil de reconstruir, por la escasa evidencia con la que contamos. Se trata de la
competencia por influir en la poltica del monarca. En el reinado del primer Tudor hubo
ms obras de asuntos polticos que en el de Enrique VIII: The Nigramansir de John
Skelton (ahora perdida), es el ejemplo ms claro. La novela trata sobre la simona en la
Iglesia, un tema muy controvertido por el momento en el que fue publicada, cuando los
ministros del rey estaban colectando miles de libras de los clrigos como donativo real.
Las confrontaciones entre clrigos y juristas sobre el ataque a la jurisdiccin de la
Iglesia puede haber conducido a un enfrentamiento dentro de la corte entre 1506 y 1507,
como la protagonizada por el obispo de Norwich, quien pidi al arzobispo Warham,
canciller del reino, que Sir James Hobart, el procurador general, terminara con los
ataques del enemigo de Dios y su Iglesia. Luego de un par de meses Hobart perdi su
cargo de procurador general y fue obligado a pagar quinientas treinta y tres libras en
calidad de ofensas no especificadas.
La poltica exterior tambin haba abierto un debate en el interior de la corte.
Ciertamente, las monarquas europeas trataron de asegurar sus intereses mediante el
envo de embajadores competentes. Los franceses buscaban conservar la paz establecida
con Enrique en 1492 manteniendo el pago de las pensiones de ocho de sus cortesanos,
incluyendo Daubeney, Fox, Oxford y Lovell. El archiduque Maximiliano no poda darse
el lujo de tal lujo, pero aconsej a sus embajadores residentes en Inglaterra que trataran
con Christopher Ursuick, el limosnero del rey.
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La corte era el centro neurlgico de la poltica, porque era el centro del gobierno.
Enrique era un rey activo e intervencionista y los que lo rodeaban eran agentes de su
gobierno. En la literatura de la corte de Enrique, el drama del gobierno produjo no slo
una obra o un poema, sino tambin un tratado de gobierno. El Tree of Commonwealth
de Edmond Dudley, escrito cuando su autor resida como prisionero en la Torre de
Londres, en los primeros aos del reinado de Enrique VIII. Que Dudley debi gastar su
tiempo cuando estaba, como l mismo deca, en afliccin terrenal y preocupado con el
recuerdo amargo y doloroso de la muerte, en la reflexin poltica y administrativa para
poner sus cosas en orden - tambin compuso en la Torre una lista de deudas de Enrique
VII, que l saba que eran herramientas de control poltico del rey, en lugar de pasivos
financieros genuinos - era tpico de Enrique y de sus hombres.
La corte con el rey en el centro le dio un aire de actividad resolutiva. El comentario del
embajador espaol en 1498 es de sobra conocido: gasta todo el tiempo no en pblico,
ni en el consejo, sino en llevar las cuentas de sus gastos con su propio puo. Sin dudas,
se trataba de una exageracin para empezar, el embajador no tena en cuenta el tiempo
que el rey ocupaba en cazar, jugar al tenis o incluso apostar- pero era una impresin que
otros tambin tenan. De la misma forma, otro enviado espaol en 1504 pona el acento
en la ocupacin del rey cuando escriba: es hbito de este monarca el conducir todos
sus asuntos con mucha gravedad y deliberacin. Aquellos que rodeaban al rey tambin
parecan estar siempre ocupados. En 1495, el obispo Fox tuvo que arbitrar una disputa
entre el prior de Montacute y el den de Wells. Once aos despus esta disputa segua
vigente. El archidicono de Wells fue a ver al obispo Fox para tratar el problema y se
encontr con que ste estaba enfadado, pero el da siguiente, el obispo le dio palabras
gentiles, como un noble. Fox en realidad estaba de mal humor por el stress. Bray
estaba igualmente ocupado. Cuando el arzobispo Henry Dene lo nombr como el
principal ejecutor de su testamento en 1503, lo defina como el venerable hombre, mi
querido Sir Reynold Bray, el consejero ms fiel de nuestro sereno seor, el rey de
Inglaterra. El obispo Dene estaba al tanto que Bray est cargado con los negocios de
nuestro seor, el rey de Inglaterra y, por ello, no est disponible para atender la
ejecucin del testamento.
Qu es lo que mantena tan ocupados a los miembros de la corte de Enrique? Los
estudiantes de Oxford pensaban que Lovell estaba ejercitando su justicia y prudencia in
administranda republica, y estaban ms o menos en lo cierto. Los consejeros ms
cercanos a Enrique viajaban con l, con lo cual la corte se estableca donde estuviera el
rey, pero con la peculiaridad de que el grado de desarrollo de las instituciones estaba
slidamente establecido en comparacin a otros casos del siglo XV. Las grandes cortes
de justicia continuaron establecidas en Westminster y tribunales reales locales
continuaron establecidas alrededor de todo el reino, sin embargo el Consejo de Enrique
se reuna da tras da para escuchar las demandas, incluso cuando el rey estaba en
marcha, ms de 200 casos durante el ao 1504. La rotacin de tareas en el verano de
1494 hizo que se produjera una mezcla de obispos como Fox, miembros de la Casa
como Daubeney, caballeros como Bray y Lovell, jueces en derecho comn y clrigos en
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derecho civil. Como la corte era itinerante, los secretarios reales delegaban los casos
que iban tratando a nobles de confianza, juristas o clrigos para que funcionaran como
rbitros en las demandas. Su movilidad hizo que estos secretarios tomaran contacto con
un abanico de demandas. As en 1495, en Leicester y Nottingham escucharon varios
casos de los Midlands. El testimonio de esta hazaa qued asentado en los archivos
locales como en Woodstock y en otros lugares, se menciona en las peticiones de
comparecencias ante el consejo a Collyweston, Kenilworth, Leicester y Nottingham, o
en entradas de las cuentas de pequeos municipios como Christchurch, en Dorset, que
tuvo la oportunidad de enviar a sus representantes ms o menos 10 km por la carretera
Canford en lugar de realizar todo el camino a Londres para hablar con el Consejo del
rey.
El control poltico tambin descans en la corte. Se haca de un modo no
institucionalizado, ya que gran parte del arte de gobernar todava consista en las
relaciones del rey con los grandes hombres. As pues, era al secretario del rey a quien
deban ser entregadas las listas de los squitos militares reclutados por los autorizados a
tener proslitos segn el acta de retencin de 1504. El control financiero tambin
formaba parte del drama del gobierno. Como la direccin financiera se mova
constantemente entre la Tesorera de Westminster y el tesorero de la cmara real,
primero Lovell y despus su sustituto John Heron, esto implicaba constantes disputas de
competencias. Sin embargo, esto no quiere decir que los cofres de dinero fueran
constantemente trasladados de palacio en palacio, aunque en algunos momentos puede
haber sido as. La mayora de las transacciones de gobierno eran realizadas por los
empleados de Heron en Westmister, quienes realizaban y colectaban los pagos, su base
estaba all y Heron mismo oper durante mucho tiempo desde una oficina en el recinto
de la abada. No obstante el rey y Heron celebraban sus debates en la corte y operaban
con bonos de tesorera ubicadas en varias casas reales. La mayor parte de la riqueza del
rey estaba invertida en platera y joyas dispersas por la corte, las cuales eran lucidas en
grandes ocasiones. Respecto a los servidores de la corte, no estaban sujetos a auditoria
en la tesorera, sino frente al mismo rey, asistido por Fox, Lovell, Dudley y otros
consejeros.
Finalmente y no por ello menos importante, el drama de los compromisos de Enrique
con la diplomacia europea fue parte del drama de gobierno en la corte. La presencia de
embajadores extranjeros poda ser celebrada como la consolidacin de la dinasta Tudor
de cara a otras casas reales europeas, y esto fue celebrado en un poema compuesto hacia
1488 y presentado en una fiesta de la Orden de la Jarretera para felicitar a Enrique y
traer alegra al reino bajo el gobierno de tal prncipe.
La Orden de la Jarretera, un honor con el cual Enrique recompensaba a sus ms altos
consejeros, nos trae al tercer gran drama ocurrido en la corte, el drama del status social.
Este es un problema abordado por un escritor contemporneo, Henry Medwal en su
Fulgens and Lucrece, probablemente escrito en representacin del canciller Morton, en
el cual el joven Tomas Moro puede haber visto o incluso actuado en l. La obra de
Medwall cuenta la historia del tratado de nobleza de Buonaccorso de Montemagno, muy
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ledo en la corte borgoona tambin. Lucrece, hija de Fulgens, deba elegir entre dos
pretendientes, Publius Cornelius, el vago de sangre azul y Gaius Flaminius, el cual tena
orgenes humildes pero por su gran sabidura y virtuoso comportamiento conquistara
un gran honor. Es de notar que Gaius Flaminus no era slo un tecncrata tiempo
atrs, con estudio mi tiempo gast- sino tambin un guerrero en otro tiempo mi reino
defend-. Esta movilidad se evidencia tambin en los altos cargos de la corte de
Enrique, los consejeros con formacin jurdica como Lovell, Bray y Dudley. Ellos
podran haber realizado largas carreras militares, pero gracias a la conquista de puestos
administrativos, tanto en la Corona como en la Iglesia, hizo que estuvieran exentos de la
carrera militar. Sin embargo, en el momento necesario deban combatir en el campo de
batalla. El mismo Edward Belknap, defensor de los derechos reales, tuvo que pelear en
la rebelin armada de Blackheath en 1497 para capturar a Joseph an Gof, el herrero que
lideraba la rebelin de Cornwall.
Con una gran influencia en la corte, estos nobles fueron comprando grandes extensiones
de tierra -Bray en Elton, Lovell en Enfield- y estableciendo squitos de servidores
realmente numerosos: Lovell lleg a tener ochenta y siete servidores. Como el caso de
Gaius Flaminius, ellos evitaban la opulencia de Publius Cornelius, pero visiblemente
disfrutaban de una riqueza moderada o a veces ms que moderada. A la muerte de
Lovell, su casa fue condecorada con una insignia que llevaba el ala de un halcn,
tambin se llen de alfombras turcas, tapices con la imagen de San Jorge, los nueve
valores nobles y las cuatro virtudes cardinales (prudencia, templanza, justicia y
fortaleza), nueve almohadones bordados en oro de Venecia y treinta y tres libros
franceses. Dudley tambin goz de grandes lujos en su casa de Candlewick, en Londres:
vasos, botellas y una mesa hecha en Espaa.
Asimismo, estos nuevos estados territoriales, alejados de los dominios de la corte,
fueron puestos al servicio del rey, como una forma de contrarrestar el consumo dentro
de la corte. Lovell tena cisnes en sus estados de Norfolk, los cuales fueron entregados
al rey para la fiesta en Enfield. Andrew Windsor y Dudley, cuado del rey, tenan cisnes
y pavos reales, que fueron trados desde el palacio de Benthworth, en Hampshire.
Algunos de los clrigos juristas tambin adoptaron esta estrategia. Cuando Thomas
Savage, formalmente presidente del consejo, fue al norte con el arzobispo de York,
tom sus pavos reales y perros, valuados en doscientos treinta libras y cerca de mil
libras en platera. Este estilo de vida imprima gran importancia en el crculo privado del
rey, mucho ms incluso que su nacimiento.
En el mundo ideal de Fulgens y Lucrecia todo iba tan bien como para que Lucrecia
pudiese elegir evidentemente al muy digno Gaius Flaminius. En el mundo real de la
Inglaterra de Enrique estas cuestiones eran ms delicadas. El autor de la Gran Crnica
de Londres se sorprendi de que Dudley pareciera tan orgulloso, puesto que era ms
fcil demandar y hablar con el mejor duque en este pas que con l. El mejor duque del
pas - de hecho para el final del reinado el nico duque en el pas, Eduard Stafford,
duque de Buckingham - no estaba tampoco muy contento. Cuando las cosas se pusieron
un poco mejor en tiempos de Enrique VIII se elabor una lista de los que se ejecutaran
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cuando ste comenz a reinar, en el que Lovell estaba en segundo lugar tras su nueva
pesadilla el cardenal Wolsey. El quinto conde de Northumberland fue expulsado
igualmente por el arzobispo Savage. Cuando sus squitos se reunieron y comenzaron a
luchar en Fulfort en el condado de Yorkshire, en mayo de1504, el arzobispo y el conde
cruzaron correspondencia, en la que se ventilaba el origen oscuro del arzobispo.
Nothumberland puede haber tenido en cuenta no slo el nacimiento de Savage,
proveniente de la pequea nobleza (la gentry) de Cheshire, sino tambin su reputacin
de descarada parcialidad en los juicios. Al igual que a muchos de los nuevos hombres, a
Savage le costaba vivir con desinters en el ejercicio del poder, situacin que
supuestamente caracterizaba a Gaius Flaminius. En una carrera como la suya o la de
Dudley, el drama de la gestin administrativa y el drama poltico se confundan con
demasiada facilidad. De hecho, eran quizs ms cercanos a los personajes advenedizos
Folye y Covetous en la obra contempornea annima The Worlde and the Chylde, que
dramatizaba la confrontacin entre la nobleza y los dems hombres de una manera no
mucho ms comprensiva con la aristocrtica autoindulgencia de Medwall, pero
considerablemente mucho ms dura con los instintos depredadores de la nueva lite.
Hay signos de que Enrique trat de contener estas tensiones. Uno de los caminos fue su
negativa a promover a la alta burguesa que le rodeaba Daubeney, Cheyney,
Willoughby de Broke- ms all del rango de barones. Tampoco dio ttulos a aquellos
servidores cuyas familias todava eran humildes, a pesar de que estos hombres fueran
fundamentales en la administracin del reino. El rey recibi a los grandes nobles en su
corte en importantes ocasiones y anim a que formaran parte de la vida cortesana, pero
naturalmente sin eclipsar a los servidores anteriores. Los nobles que optaron por la vida
en la corte fueron consolidando su posicin, no solo como Oxford, el cual ayud a
Enrique a consolidarse en el trono. A partir de entonces se estableci una precedencia
formal en la corte, mesas paralelas de hombres y mujeres en filas fueron elaboradas por
un grupo de caballeros guiados por el to del rey Jasper Tudor, duque de Bedford:
introdujeron un squito de doctores del consejo del rey, los cuales se encontraban por
arriba de los caballeros, pero por debajo de los barones y de sus hijos. Desde luego, las
tensiones comenzaron a ser evidentes tambin en el interior del Consejo a causa de la
distribucin del real poder, que estaba lejos de ir en concordancia con el status de sus
miembros. Como la Gran Crnica remarca, Dudley, un mero escudero tena tanta
autoridad que los lderes de Inglaterra estaban felices de gozar de su favor. Incluso
Dudley, no contento con su ttulo de escudero, comenz a presentarse como consejero
de nuestro soberano seor. Richard Sutton, otro jurista consejero hizo lo mismo.
La participacin de nobles y miembros de inferior categora en justas nos introduce en
el ltimo de nuestros cuatro dramas, el drama de las relaciones pblicas. Los festivales
de la corte detentaban tanta importancia como las insignias, ya que hablaban del
legtimo derecho de la dinasta Tudor a gobernar. En los campeonatos de 1501, con
motivo de la celebracin del matrimonio del prncipe Arturo y Catalina de Aragn, el
duque de Buckinham ingres en el desfile en un coche con forma de capilla, con los
colores de la dinasta, verde y blanco, decorado con la rosa roja Tudor. Lord William
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Courtenay lleg dentro de un dragn rojo el dragn gals aadido al escudo de armas
como smbolo de los antepasados galeses de la familia Tudor- atado a una cadena verde
y blanca. Ante esto cabe preguntarse cmo reaccionaron los observadores?
Aparentemente, algunos asistieron al espectculo de manera espontnea: los juristas y
estudiantes del Middle Temple pagaron doce libras en la llegada de la princesa
Catalina de Espaa a Westminster, para tener lugar en la celebracin de justas, y lo
deben haber disfrutado puesto que volvieron a pagar para el campeonato de
Westminster en 1511. Pero tambin cabe la posibilidad de que hayan asistido por orden
real, como cuando Eduardo IV convoc a la diputacin de Lincoln para ver combatir a
Lord Scales, el bastardo de Borgoa, ocasin en la que tuvieron que pagar por el
privilegio de asistir. Estos asuntos son ms complejos de lo que parecen.
Incluso hasta hace poco, historiadores y estudiosos de la literatura quedaban impactados
por la coherencia y poder de las campaas de relaciones pblicas montadas en la corte
de Enrique VII. Segn las palabras que titulan el libro de Sydney Anglo, Spectacle and
Pageantry (espectculo y pompa) eran una cuestin central de los primeros tiempos de
la poltica Tudor. Gordon Kipling ha argumentado que la magnificencia de Enrique,
coronada mediante la ereccin del palacio Richmond y las celebraciones de 1501, fue
una clara emulacin de los duques de Borgoa. El panorama se completaba, segn
David Carlson, con el reclutamiento de un nuevo grupo de recientes escritores
humanistas, agentes de una poderosa propaganda poltica. Sin embargo, llegados a este
punto, el programa comenz a agrietarse. Elementos claves de la estrategia de Enrique,
como el desarrollo de una literatura real, han mostrado que no eran ni tan novedosos
como se pensaba ni tan coherentes. De la misma manera, se hizo evidente tambin que
los modelos franceses e italianos tuvieron tanta importancia como el borgon. El
patronato literario tambin fue objeto de revisin: se demostr que en realidad haba
sido ms difuso y tena menos propsitos polticos de lo que se pensaba. Lo ms
novedoso de todo es que Sidney Anglo se retract al afirmar que en realidad el impacto
de la cultura cortesana tena serias limitaciones y que existen evidencias muy dbiles
para defender la idea de que la monarqua inglesa haya empleado la maquinaria de
propaganda poltica, sino en modo espordico.
Una produccin ceremonial jug un rol central en estos debates, el desfile de Londres
para el matrimonio de la princesa Catalina de Aragn con el prncipe Arturo. Su
imaginera Arturo como el Rey Arturo, Catalina como Santa rsula, Arturo como la
estrella Arcturus, Catalina como Hesperus, Arturo como Cristo y Enrique como Dios
Padre- hicieron ver en Anglo quizs el complejo ms original en los desfiles
presentados en Inglaterra. Para Kipling, el uso de la elega de Molinet para Felipe el
Bueno, fueron un elemento tpico de la bsqueda de Enrique de transmitir el mensaje
borgon del triunfo del honor. De este modo, Anglo afirm recientemente que el
hecho de que ninguno de los tres testigos que asentaron lo que vieron, entendi las
alusiones presentadas en el desfile. Esto nos introduce en la problemtica del uso de los
desfiles como un elemento efectivo de comunicacin masiva.
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Hacia dnde se debe dirigir entonces la investigacin? Seguramente un camino seguro
sera tratar de escribir una historia de la recepcin de la cultura de la corte como una
herramienta de persuasin poltica, pero ello no ser fcil. En ciertos aspectos podemos
proceder por sentido comn. Aquellos que vieron partir a Enrique a la guerra en 1492,
por ejemplo, podran haber quedado impresionados con la riqueza de su carroza. Su
casco y el arns de los caballos, decorados con oro, perlas y piedras preciosas, la cual
cost dos mil libras, representaban ms que el valor de los ingresos de un ao
provenientes de sus sbditos. Probablemente, mucha ms gente lo vio en un espacio de
tiempo ms corto en tal ocasin: quince mil hombres de Inglaterra y Gales, desde el
lejano norte hasta Newcastle, Brancepeth y Carlisle, ms aquellos que lo vieron marchar
a travs de Londres con honorable triunfo y a travs de Kent para cruzar el Canal en
su buque llamado Regent, decorado con una corona enchapada en oro. Para sofocar
rebeliones, Enrique viaj sabiamente a travs de su reino, hacia el norte, a Newcastle,
para dirigirse luego a Exeter, en el oeste, y aquellos que llegaron a verlo
presumiblemente se quedaron impresionados. A Enrique le interesaba tambin erigir
monumentos visibles de la dinasta Tudor en diversas partes del reino: una nueva tumba
para su padre en la casa franciscana de Carmarthen, una capilla encerrando la tumba del
prncipe Arturo en la catedral de Worcester e incluso una nueva chimenea con las armas
del rey y la insignia real en la habitacin donde Enrique haba nacido, en Pembroke
Castle. El rey comenz tambin a difundir noticias sobre las festividades de la corte
mediante folletos, como por ejemplo la boda de su hija Mary con Carlos de Gante
(1508). Los medios para hacer una impresin sobre estos temas sin duda los tena.
El impacto que surti esta informacin en los sbditos es difcil de explicar. La
conservacin del panfleto de 1508, como aquellos que se conservaron de la dcada
siguiente, sugiere la importancia de la circulacin y de la lectura de esta propaganda
real. De los impresos reales, contamos con dos documentos principalmente: una copia
impresa que est llena de inscripciones de su propietario y la otra que contina en su
encuadernacin original, estampada con rosas, leopardos y flores de lis: esto nos da una
pista de que la versin latina, que sabemos que fue enviada a otras cortes por enviados
ingleses, estaba tambin disponible para consumo domstico. Otras evidencias tambin
explican la difusin de estos impresos reales y se encuentran en la relacin con las
ordenanzas de guerra emitidas por los capitanes del ejrcito real en 1492. Aunque los
ejemplares fueran escasos, William Paston conserv una copia para un amigo que lo
quera para mostrrselo a Mr. Huddysfeld, probablemente se refera a Sir William
Huddesfield de Shillingford, Devon. Quizs la atraccin por estos libros se deba a que
en la primera hoja contena una ilustracin del escudo de armas del rey. Paston esperaba
tener estos iluminado, pero no haba tenido tiempo, sin embargo, le asegur a su amigo
que podis hacer un pago de siete colores azafrn sobre el mismo, para que eso sea de
oro y otros colores en todos los lugares convenientes por el valor de un penique. Les
explic cuidadosamente de qu colores deban ser pintadas todas las armas, las bestias y
las insignias del rey. Algunos eran simples: el dragn rojo, el galgo blanco con un collar
de oro, el rastrillo y las cadenas todo de oro. Con los dems pareca menos seguro: la
insignia del yale (carnero) de los Beaufort slo la poda describir como a una bestia con
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cuernos de carnero y el pavo real hecho en su propio el color como debe ser un pavo
real, suena ms bien evasiva. Pero con las rosas y yo creo que la carta proporciona la
evidencia inequvoca ms temprana del uso de la rosa Tudor en su forma estndar -
estaba seguro de que: En cuanto a los dobles rosas en los bordes de color rojo y en el
centro de color blanco.
Sin embargo, estos signos, procedentes del interior de la corte de Enrique VII, se
vuelven difciles a la hora de explicar el impacto que tuvieron en los sbditos. A un
nivel bsico, podemos establecer conclusiones con el hecho de que Enrique sobrevivi a
una serie de conspiraciones y rebeliones y que la sucesin al trono se logr sin
conflictos. Evidencias ms concretas sobre las reacciones a su poltica vienen de la
historia de las celebraciones pblicas de los grandes eventos dinsticos. Como por
ejemplo, el nacimiento del prncipe Arturo en 1486, en ciudades como Canterbury,
Southhampton y York, donde recompensaron a los mensajeros que haban llevado las
buenas nuevas, sin embargo no contamos con evidencia de celebraciones. En 1507, en
contraste, Shrewbury y Dover montaron arcos de triunfo como forma de celebracin del
compromiso de la princesa Mary. En 1511, con el nacimiento del prncipe Enrique, se
montaron arcos triunfales en Dover, Newcastle y Plymuth, acompaados de un sonar de
campanas en Kingston, en la rivera del Tmesis. Dos aos antes y dos aos despus de
la muerte de Enrique VII, la Inglaterra de los Tudor haba consolidando la lealtad
dinstica y poltica, la cual gui tres matrimonios reales, dos divorcios y una ruptura
con Roma, al paroxismo del gozo y el alivio del nacimiento del sucesor, el prncipe
Eduardo en 1537, pero esa es una historia de otra corte y otro conjunto de dramas.