La Corte Virreinal Novohispana

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  • 8/14/2019 La Corte Virreinal Novohispana

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    LA CORTE VIRREINAL NOVOHISPANA:EL VIRREY Y SU CASA, IMGENES DISTANTES DEL REY Y SU CORTE(S. XVII)Pilar Latasa VassaUo

    Universidad de Navarra(ESPAA)El origen del reciente inters historiogrfico por las cortes europeas hay que buscarlo enla publicacin de a sociedad cortesana (1969)1. En esta obra Norbert Elas afront el fenmenode la corte desde una ptica sociolgica y estableci un modelo para futuras investigaciones.

    Uno de los mayores logros de este autor de la escuela alemana fue la consideracin de la cortecomo una institucin central en la historia del absolutismo europeo y del nuevo equilibrio depoderes que de l se derivaba2 Pero, sin duda. su mayor aportacin fue de tipo metodolgico: lanecesidad de una investigacin histrico-social que permitacomprenderel fenmeno cortesano.El primer intento de ofrecer un cuadro global de la corte europea en la Edad Moderna fueel volumen editado por Arthur G Dickens The Courts 01 Europe 1400-1800, (1977)3. En estaobra un destacado grupo de historiadores anglosajones abordaban el estudio interno de la cortedesde un doble plano: por un lado, la consideracin de los aspectos poltico-institucionales ypor otro, el patronato entendido como el fenmeno cultural ms estrechamente relacionado conel aspecto simblico del ejercicio del poder por parte del monarca. Todo ello a travs de unanlisis que combinaba la metodologa de la historia poltica y de la historia de la cultura4 Estetrabajo pona en evidencia los ricos contrastes existentes entre las diversas cortes europeas, quediferan mucho de un pas a otro e incluso de un monarca a otr05Estos contrastes aparecan de nuevo en una obra ms reciente en la que historiadoresalemanes y anglosajones aunaban esfuerzos en un nuevo anlisis comparativo de las corteseuropeas: Ronald G Asch y AdolfM. Birke, Princes Patronage nd the Nobility. The Court tthe beginning 01 the Modern Age 1450-1650 (1991), la obra abra de nuevo interesantesperspectivas para futuras investigaciones en el tema6Pero lo que aqu interesa destacar, siguiendo a Pierpaolo Merlin, es que partiendo de estasdos obras se puede hablar de una Europa de las cortes en la que la pluralidad que caracterizaal fenmeno cortesano no impide que podamos abordarlo desde un nico modelo conceptualque nos pennita descubrir diferencias y analogas7 Si reducimos nuestro enfoque a la monarqua hispnica de los Habsburgo e s t ~ mtodo esespecialmente vlido, pues se hace r e i ~ o distinguir entre la corte del rey y otras cortes: las delos reinos que mantenan cierta soberana e independencia legal, al frente de los cuales se situabanrepresentantes de la autoridad del monarca rodeados de su casa y funcionarlos9 El trabajo de Antonio lvarez-Ossorio, La Corte: un espacio abierto para la HistoriaSocial (1990), supone un interesante estado de la cuestin acerca de las investigaciones sobreeste tema y resume las principales opciones metodolgicas que se -estn plante ando en el entornohistoriogrfico europeo con especial aplicacin a las peculiaridades de la corte hispnica10. Esteautor se refiere a la Monarqua hispana como la Monarqua de las Cortes , en la que en algunoscasos se reforzaron espac ios cortesanos_ preexistentes (Npoles, Palermo, Miln, Bruselas, Lisboa)yen otros se instauraron cortes virreinales de nuevo cuo , como es el caso de Mxico y Per.lvarez-Ossorio lamenta la falta de investigaciones locales de las cortes que fonnaron parte dela Monarqua Catlica y aboga por una historia comparada del fenmeno cortesano hispnicoque, como es bien sabido, fue referente de la Europa cortesana durante los siglos XVI y XVIII lLos esfuerzos historiogrficos por establecer una historia comparada en el mbito de laMonarqua hispnica han logrado en estos ltimos aos resultados enriquecedores, entre losque cabe destacar: La Corte. Centro e imagen del poder (1998)12, interesantsima recopilacinde trabajos con especial referencia a aspectos de representatividad y mecenazgo; y msrecientemente la obra: Imagen del rey imagen de los reinos. Las ceremonias pblicas en laEspaa Moderna 1500-1814) (1999)13, que rene igualmente trabajos de diversos autores atravs de los cuales se ilustra el importante papel que desempeaba, en las distintas cortes

    Editora: Centro Leonardo Coimbra daPaculdade de Letras da Universidade do Porto, 2001Impressao: Arcanjo Ribeiro - Artes Grficas, Lda.

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    hispnicas, el ceremonial cortesano que haca presente el poder del rey distante.Las cortes virreinales americanasEn el caso de los "reinos indianos" el fenmeno cortesano tiene particular inters porque,debido a la enorme distancia que los separaba de la metrpoli, quienes ostentaban estos cargosoficiales gozaron de amplios poderes 4, Los virreyes americanos, representantes personales del

    monarca hispano, ocupaban un lugar preeminente dentro de la burocracia indiana comogobernadores de amplsimos territorios, jueces supremos honorarios, ordenadores de pagos dela 'eal hacienda, comandantes militares y vice-patronos de la Iglesia L, Tan extensas atribucionesestaban encaminadas a potenciar la figura del virrey como alter ego" del monarca para crearun vnculo ms fuerte entre el rey y sus sbditos americanos 6, Es decir, se tendi a realzar laimagen de estos funcionarios principales, cuya presencia fsica en los distintos virreinatos tratabade reflejar el desvelo de los monarcas hispanos por sus dominios americanos 17,Esta concepcin del poder virreina fue ya expresada con nitidez por uno de los primerosvirreyes peruanos, el Marqus de Caete, quien -segn puso y a de relieve Ismael Snchez Bella, se refera a s mismo como "el Rey vivo en carnes", De hecho fu un gobernador desptico yrode su figura y la de sus sucesores de gran boato l8 , Aunque es cierto que la Corona censurlos comportamientos "absolutistas" de Caete y otros virreyes y estableci un sistema decontrapesos de poder que limitaba las prerrogativas del virrey, en la prctica, este ltimo noperdi nunca su categora de representante del monarcal9 , Por ejemplo, en 1615, el marqus deMontesclaros, tras doce aos de gobierno americano, resuma este principio afirmando que elvirrey "puede lo que S M, en estas provincias"2u, Treinta aos despus, a mediados del sigloXVII, el jurista Juan de Solrzano Pereira rec oga esta idea en su Pof tica Indiana al afirmar quelos virreyes tenan en las provincias indianas el mismo "poder, mano y jurisdiccin" que elrey21 Vctor Mnguez ha demostrado como, en funcin de esa "poltica prestigiadora", se gestuna iconografa especial encaminada a exaltar a los enviados del rey como "verdaderos espejosdel remitente", Las entradas de virreyes, que se configuraban como verdaderos triunfos, seranuna buena muestra de eUo n ,Pero, a pesar de este reciente inters en el mbito de la historiografa indiana por laemblemtica del podern, la corte virreinal no se ha convertido todava en un tema de investigacin,Nuestro trabajo pretende ser una aportacinen este sentido al analizar el modelo de corte virreinalque la monarqua hispnica pretende implantar en sus territorios americanos a comienzos delsiglo XVII, Se trata de puntualizar semejanzas o diferencias frente al arquetipo de la cortemadrilea,

    Una juenle peculiarEl estudio parte del anlisis de unas instrucciones de carcter personal que Pablo deLagunaM presidente del Consejo de Indias, da en 1603 al virrey marqus de Montesclaros parasu gobierno novohispan025 , En ellas se establecen las pautas de comportamiento del virrey, encuanto representante del monarca, as como las bases sobre las que se debe configurar el mbitodomstico que le rodea,Ya en 1947 Guillermo Porras Muoz llam la atencin sobre el inters de este documentopor la descripcin que en l se hace del ceremonial de la corte virreinaP, Este autor destactambin la singularidad de estas instrucciones privadas. Treinta aos despus Lewis Hanke yCclso Rodrguez las incluyeron entre las fuentes que publicaro n para el estudio de los virreyesespaoles en Amrica durante el gobierno de los Habsburgo17 , Con esta ocasin resaltaroniguahnente la peculiaridad del documento y llegaron a la conclusin de que revelaba un certeroconocimiento de la sociedad novohispana por parte de las autoridades metropolitanas, En 1991Ernesto de la Torre VilIar introdujo de nu evo estas Advertencias en su valiosa recopilacin deinstrucciones y memorias de los virreyes de Nueva Espaa, Segn l se trata de unas instruccionesconfidenciales expedidas por un gran amigo y benefactor del v i r r e y 2 ~ , que marcan un cambiocon respecto a las dadas a los virreyes anteriores, Para este autor el documento demuestra,adems de cierta familiaridad con las costumbres y sensibilidad de los novohispanos, unconocimiento profundo del ritual oficial de la corte madrilea que permite trasladar al nuevovirrcy cicrtas conveniencias de protocolaria urbanidad para la corte de Mxico}'),lEI hecho de que se trate de un documento de carcter privado hace ms valiosa estafuente ya que hasta el momento no tenemos noticia de instrucciones semejantes referentes a

    7otros virreyesJO

    ~ a s instrucciones estn divididas en seis apartados sobre los que el virrey debe centrar suatencin: su persona", casa", "conservar los n a t u r ? k ~ s . la paz de los espaoles", "enviarmucho dmero a Su Magestad". la C01Tcspondencia cr .. Magcstad y consejos". El documentoc o n ~ e r v a d o en la Biblioteca a c i o ~ a l de Madrid est. dcompleto y slo recoge los dos primeroscapltulos que, por suerte, son precisamente los que n01> interesan para aproximamos a la cortevirreinaP'.

    Imagen del monarcaEl,hecho de que las primeras recomendaciones se dirijan al comportamiento de la persona

    que debla ~ e p r e s e n t a r lejano monarca es indicativo de la importancia poltica de la imagen ydellenguaJc gestual.l1, Segn la "forma de vivir" cortesana, formulada por Baldassare Castiglioneen 1 5 2 ~ H . la esencia de la nobleza pasaba ser un ideal de "virtud" que era ms fruto de la

    e d u c a c ~ ? que de no de la cuna, Castiglione abogaba encarecidamente por una educacinhurnamstlca de la aristocracia cortesana tradicionaL La formacin, los modales y la ~ m d u c t a , asu modo de ver, no slo distinguan a los nobles del estado llano sino que daba una nuevajustificacin a una erarqua social heredada del pasado. Por consiguiente cada uno de los detallesde la v ~ d a , aristocrtica ~ e b a entenderse como si los n o b ~ e s fueran actores en un espectculoc ~ y ? p'ubhco fuese a SOCIedad en general. El saber, el donaIre, el refinamiento eran las insignias

    d I s t l I ~ t l V a s , de la aristocracia. La enonne difusin de El cortesano por toda la Europa ModernacontrIbuyo a esta transformacin aristocrtica. Su eco en la literatura castellana fue tambinimportante, baste mencionar las obras de Alonso Nez de Castro, Diego de Saavedra Fajardo,Juan de Zabaleta y Cristbal Surez de Figueroa que escribieron sobre la "nobleza de letras"J4.Se puede hablar, por lo tanto, de la aparicin de valores ligados al mundo de la corte y de

    una autntica antropologa cortesanal'i.En las Advertencias Pablo de Laguna comenzaba remitindose a unas palabras del virrey

    Martn EnrquezJ6 -al que se refera como "uno de los mayores gobernadores que a tenido elmundo" -quien afinnabaque el virrey de Nueva Espaa deba actuar con gran prudencia "porquela gente de aquella tierra es algo maliciosa y no muy corriente, briosos, largos en hablar y trasesto son nobles y fciles de regir y guiar"J7,Inmediatamente despus se abordaba el tema de la religiosidad del virrey, que no slotena que ser religioso sino tambin parecerlo a los ojos de sus sbditos:

    a de ser ,mostrar que lo es muy' amigo del culto di vino y en materia de religin hacer grandem?straclOn y a de confesar y comulgar a menudo y rezadas sus devociones se a de recogermedia hora_de noche y ~ a c i e n ~ o , examen de su conciencia, con su poco de oracin pedir aNuestro Senor le de graCia que aCierte a gobernar para su santo servicio".I8,La minuciosidad con la que se describen las prcticas religiosas del virrey debe entenderseen el contexto de la importancia que dentro de la corte espaola tena el carcter sacro de lamonarqua, El rey de Espaa era el rey catlico, receptor de un favor divino que haca de l elmayor monarca del mundo, John H. Elliott entiende que el hecho de que se enfatizara la piedaddel , m o ~ a r c a responda a dos razones: la triple amenaza del protestantismo, judasmo e islam yla n ~ a h d a d con el monarca francs J9 , Estas razones no afectaban directamente a los virreyes

    a ~ e n c a n s 'pero el que se les r e c o ~ e n d e que hagan "gran demostracin" de su religiosidad esmas que loglco: eran representantes directos del rey catlico y haban recibido de l la prerrogativadel Real P a t r o n a t o ~ ( ) .A continuacin se pasaba a recomendar al nuevo virrey que se mantuviera distante de sussbditos, Elliott ha destacado como la caracterstica ms sobresaliente de la vida cortesanaespaola del siglo XVII la invisibilidad y total inaccesibilidad, del rey", que era una figuraremota alrededor de la cual giraba toda la corte como para ensalzar su esplendor nico y i s t a n t e ~ ' ,

    En este contexto se debe interpretar la indicacin que en este documento se hace al virreyacerca de no salir de su palacio sino en ocasiones urgentes y en algunas fiestas sealadas, Comoes conocido, ritual pblico de estas celebraciones combinaba el uso de la imaginera polticay el cere" omal para proyectar la gloria de la monarqua, representada por el virrey. Slo ene ~ t a s o C ~ l O n e s sealadas deba a p a r ~ c e r anu: sus sbditos brillante, grandioso y por supuesto,distante - Este afn por mantener al viITey alejadode la SOCiedad mexicana se manifiesta tambinen la ~ o h i b i c i n explcita de que fuera "padrino, convidado, ni albacea" de persona alguna decualqUIer estado y condicin" que fuera, La prohibicin se hacia extensiva a la virreina, que no

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    deba recibir nada de nadie ni visitar a persona alguna 4.l, Estas pautas respondan tambin apoltica metropolitana de aislamiento de la burocracia indiana encaminada a garantizar suimparcialidad: es bien conocido que una de las nonnas del gobierno indiano fue precisamenteseparar el entoura ge del virrey de los asuntos pblicos aunque, como se ver ms adelante,apenas se consigui44 Pero el virrey distante deba combinar esa inaccesibilidad con puntuales acercamientos asu pueblo. As, Pablo de Laguna le recomendaba asomarse a una de las ventanas de su residenciacuando hubiera carreras en la plaza para que los caballeros conozcan que les hace merced .Tambin le recordaba la conveniencia de elogiar los caballos y jinetes de los novohispanosporque en este gnero es Mxico la mejor tierra del mundo , Especial atencin deba prestar alos descendientes de conquistadores, descubridores y primeros pobladores mostrando siempreque este gnero de gente son favorecidos del virrey, cada uno en su tanto y conforme a sucalidad 4s,En el trato con las mujeres el virrey deba ser especialmente prudente, La cortesa debaser exquisita advirtiendo el virrey que se le toma a encargar que ha de ser con todo gnero demujeres que lo merezcan muy bien criado y a ninguna mire ahincadamente ni se entienda que lacrianza se extiende a mas que cumplimien to de buen trmino . Los virreyes deban ser conocidospor su integridad tambin en este aspecto, en ella se basaba en gran parte el respeto que le eradebido, porque esto es de tanta importancia que es toda la llave y libertad del buen gobierno 46.Por su parte, la virreina, que tena que compaginar la afabilidad con las damas principales de la.ciudad con un comportamiento sumamente grave hacia los hombres47Otro aspecto externo, de vital importancia, era la compostura que deba reflejar la personadel virrey: ha de tener gran composicin y. gravedad en su persona y en todos sus actos ymeneos, y en esto ha de andar siempre con cuidado hasta que se habite 4H. Se exige al virreygravedad, autoridad, ponderacin en sus movimientos y se le pide que haga de esta forma deactuar un hbito. Ms adelante se le advierte: el andar muy despacio siempre con mucha orden,sosegado y autorizado 49. De nuevo conectamos aqu con el modelo cortesano de Norbert Elasquien llega a afirmar que la manera esencial de realizar un rango es documentarlo medianteuna conducta adecuad a a ese rango so. Ese sabe r estar se plasmaba en l modo de mirar delvirrey, ''jams ahincadamente a una parte hacia la gente S 1 lo cual no impedira que procuraravello y notallo todo e informarse secretamente de lo que ocurriera. Si el rey debe representarexternamente su dignidad52, con ms motivo haba de hacerlo l virrey, cuyo poder se basaesencialmente en una representacin. Norbert Elas se refiere a esta particular ponderacin dela conducta y exacto clculo de gestos como algo que se hizo una segunda naturaleza entrelos miembros de la sociedad cortesana, algo que deban aprender a manejar sin esfuerzo y conelegancia53Sin duda todo ello requera una buena dosis de autodominio que se advierte tambin en laforma de hablar. palabr as pocas, graves, dulces y con trmino blando cuando se enojare. Sindescomposicin y que con slo una palabra o un mirar baste para castigo 'i4. Esta recomendacinde Pablo de Laguna se corresponde con la matizacin constante de las palabras y control delos afectos a los que tambin se refiere Ellas. La estructura impuesta por la sociedad virreinal, aligual que ocurra con el modelo cortesano europeo, dejaba un campo muy reducido a lasespontneas expresiones de los sentimientos55 La razn es clara: cualquier gesto del virreyhacia una persona tena una enorme significacin56. No es por lo tanto de extraar que el presidentedel Conse.io de Indias advirtiera tambin que los virreyes deban tener por norma que ningngnero de cosa que les digan los altere, n turbe . Para ello deban escuchar a todos con muchapacienc ia y contestarles de modo que nunca nadie oyera mala palabra y se quedaradesconsolado 57.En este mundo de la imagen del poder jugaba tambin un papel fundamental la moda58 Laindumentaria como lenguaje de comunicacin en la poca Moderna cuenta con interesantesestudios 59. La historiografa americanista cuenta todava con escasas aportaciones entre las quecabe destacar la reciente publicacin de Cann en Cruz Amenbar. Segn esta autora el traje era-antes incluso que el lenguaje, comportamiento y vivienda- la forma ms rpida, de demostrarun rango social60 Es por lo tanto lgico que las Advertencias aborden tambin este punto. Serecomie nda al virrey utilizar vestido honesto , de colores graves y autorizados . Es decir, secopia la moda de lujo rgido propia del barroco hispnico caracterizado por volmenes acusados

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    fonnados por telas oscuras, opacas, pesadas y rgidas ~ m b o l ~ de austeridad, poder rmuerte-61 Esta indumentaria en la que predomin el negro, se hizo habitual en la corte de FelIpe 11 y se

    ~ a n t u v o con e s c a s ~ modificaciones en tiempos de Felipe III y Felipe IV62. Las instruccionesprecisaban ms al referirse a la capa y al sombrero. La primera siempre ms larga que corta ,de nuevo segn la moda6J. En cuanto' al sombrero de alas anchas g ~ n e ~ a ~ e n t e de c?l?r negroo gris- que completaba el atuendo varonil, el presidente del Consejo m ~ l c a b a e x p l I c ~ t a m e n t eque el virrey no deba llevar plumas. Est;e ~ v i s o parece estar en ~ n s o n a ~ c l a con sobn:dad dela corte madrilea y debi ser nonna habitual entre estos altos d l g n ~ t a r i o s amenca.nos .En definitiva, todas estas observaciones sobre el atuendo del virrey se e n c a m l f ~ a b a n a dara su figura tao grave'dad propia del cargo, que Montesclaros precisaba de modo especial dada sujuventud -tena 32 aos cuando fue nombrado virrey de Nueva Espaa- .. No s o r p r ~ n d ~ ~ u e enel texto se precise: as en esto como en todo lo dems ha de parecer siempre mas vieJo quemozo 65. .Las reglas del ceremonial y protocolo ocupaban un lugar destacado en las AdvertenclasEl carcter elaborado y ceremonioso de la vida cortesana espaola era un referente en la u r ~ p ade finales del XVI y del XVIl66. El complicado ritual que acompaaba cada momento de la Vidadel monarca --comidas, audiencias, ceremonias p b l i c a s ~ estaba c o m p l e ~ m e n t e r e g u l a ~ o porlas reglas de la e tiqueta cuyo propsito era, como se ha ViSto, proteger y aislar su figura . Esteceremonial era la autopresentacin de la sociedad cortesana: sus pautas c o n ~ ~ m a ? ~ n a cadaindividuo, y al rey en primer lugar, su prestigio y su ~ o s i c ~ n p ~ d ~ r . La utilizaclOn d:Hesteaparato de seales tena vital importancia p ~ a Idenudad m d , ~ ~ l d u a l del cortesano .. Elceremonial era las diversas cortes hispanas un mdlcador de poder . Como c o n s e c u e n ~ l ~ deello la corte era un espectculo pennanente que transmita una imagen de autoridad y establhdaden un mundo dominado por los smbolos 70. .or ejemplo, el derecho exclusivo de los grandes a e r m a n e c ~ r ~ cubiertos en presencia realera un modo de asegurar la preeminencia del monarca. La regulaclOn del uso de s o ~ b r e r o s e.estas ocasiones tena una triple finalidad: marcar la distancia que les separaba del.rey, mtroduclfuna gradacin jerrquica en la corte71 y. crear un codiciado privilegio q u ~ poda. Incrementar ladependencia que del monarca tena la l t a ~ o b l e z a 7 2 . En las Advertencias al. VlITey de NuevaEspaa se haca tambin referencia a e s ~ C ~ s p e c t o del protocolo. ,?uando el virrey p ~ s a r a entresu acompaamiento y p r e t e n d i e n t ~ s , que d e ~ a n formar dos fdas prolongadas d e s ~ e loscorredores hasta la sala grande los caballeros se mantendran cubiertos. Slo antes de retrrarsea su alcoba se quitaran todos juntos el sombrero s e ~ ~ e r e s p ~ t o al v i ~ y 7 ~ .. En las audiencias ordinarias que el virrey conceda a dia no reCIbira a las dIstmtas personasarrimado a un bufete y debajo de dosel. No era preciso que se quitase el sombrero para saludara los que entraran pero lo que falta de gorra deba suplirlo con p a ~ a b r a s : pocas y ~ u l c e s 7 4 .En este caso los concurrentes deban estar descubiertos en su presencIa y s ~ l o s ~ podlan ponerel sombrero si el virrey les conceda ese privilegio. El parecido con. las audienCIaS. ~ a l e s de lacorte espaola que nos describe Elliott es patente: las personas autonzadas a ser e c l b l d a s por elmonarca le encontraban invariablemente sentado en su bufete donde pennanecla durante todala audiencia sin apenas pronunciar palabra75 . Por supuesto, si no estaban dentro de l grupo de losgrandes, tenan obligacin de permanecer d e s c u b i e r t ~ s ~ e l a n ~ e del monarc.a76. Este efecto

    sobrecogedor deba tambin producir el virrey entre sus u b d l ~ ? S , l D ~ l u s o entre Oidores y alcaldesdel crimen hasta l punto de que con slo mirallos los c ~ n ; t J a Y ~ e m b l e n ~ e l , p o r q u ~ , es gentemuy libertada 77. Cuan do no hubiera ms persona s que reclbrr, el VIrrey d.ebIa esperar un breverato , despus quitarse el sombrero y entrar en su alcoba con grandSima gravedad y r o ~ ~ ?apacible, amoroso y aspecto blando, como que da a entender que va gustoso de haberlos odo 79No en vano afinna Norbert Elas que incluso la sonrisa formaba parte de la costumbre cortesana .La casa del virreyUn componente primario de la corte del Antiguo Rgimen era la casa de los reyes y susallegados junto con todos aquellos que, en un sentido ms o menOS estricto, p e r t e n e c ~ n a l l a 8 0

    La estructura de la sociedad cortesana est basada en una amplia gama de funCionariOS ysirvientes81 que vivan tras las bambalinas delante de las cuales se desarrolla el gran espectculode la vida cortesana 82. . fEn las grandes casas nobiliarias espaolas, la denominacin de criados a b a r c a ~ a no solo

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    120a los que prestaban los servicios domsticos sino a todos aquellos que servan al seor en diversosoficios y reciban por ello un sueld08l. En su calidad de nobles, los virreyes del XVI y XVIIembarcaban en Cdz acompaados de un numeroso squito de criados y paniaguados, caballeros,parientes y amigos que esperaban hacer una brillante carrera en Indias a la sombra del poderosoprotectorR4 El nmero de criados que los virreyes llevaban a Amrica era superior al de los queservan habitualmente su casass. Para el mantenimiento de esta amplia servidumbre el virreynovohispano contaba con un sueldo de 20.000 ducados86.

    En las Advertencias que estudiamos se ordena al virrey que entre pajes, gentileshombres yoficiales con sus mujeres no lleve a Indias ms de setenta criados. Entre ellos deba haber unmximo de cuatro esclavas y dos esclavos negros, ocho indgenas y dos lacayos espaoles.Montesclaros viaj con 58 criados entre los que se incluan su capelln, su cocinero y suservidumbre personal de la cual destacaba el secretario, el mayordomo y los gentileshombres81.El clientelismoes un aspecto fundamental paraentender la corte virreinal hispanoamericana.Segn ha destacado Nelly R. Porro Girardi estos hombres de confianza del virrey, de los que seesperaba fidelidad, respeto y veneracin, eran habitualmente situados en puestos claves de laadministracin indiana. Como es bien conocido, los cargos administrativos indianos de nivelbajo y gran parte de los de nivel medio eran provistos por los virreyesH . Es por lo tanto lgicoque trataran de situar en estos puestos a sus deudos con el consiguiente descontento de losnaturales de la tierra que se consideraban con ms derecho. La prohibicin de hacerlo as resultineficaz pues los virreyes preferan viaj ar al Nuevo Mundo rodeados de personas de confianzaa quienes daban este aliciente89. Los criados actan por lo tanto en estos centros perifricos depoder que eran las cortes virreinales y competan con instituciones pblicas y con mulosparticulares, amparados siempre por la autoridad del virrey90.

    Es interesante observar como en las Advertencias se hace tambin una apologa de ladignidad de los criados en la lnea de la antropologa cortesana de Castigliorie, Se explicaba queser criado del virrey de novohispano es lo propio que ser seor en Espaa" y la razn eraobvia: "porque en aquella tierra no ay ms Rey que el Virrey y los Condes y Marqueses son suscriados y los officiales reales y los grandes son los oidores, alcaldes de corte, etc". Pablo deLaguna adverta que esta similitud no se deba entender como una exageracin "porque enquanto toca a estimacin y trato" estaban al mis mo nivel9 , En efecto, recordemos que la noblezatitulada hispanoamericana fue muy escasa92 de ah que los cortesanos del virrey fueran en laprctica una autntica nobleza, espejo del ideal imperante en la Europa de El cortesano.

    Los criados representaban al virrey: "verdaderamente que los buenos criados del virreyesuna de las principales causas de que que l est bien visto", Por este motivo, al igual que suseor, deban cuidr su a p a r i e n c i ~ -externa: Han de handar siempre galanos, luzidos y lo msbien puestos que pudieren", Adems deban reunir cualidades humanas, Los criados del virreydeban tener "buena conciencia" y ser "virtuosos", "nobles" y leales a su seor 93 En resumen,"mientras ms caballeros mejor", En ningn caso deba el virrey contar con hombres "necios"y "viciosos" "porque sus faltas son irreparables y ms dao suelen hacer en una hora que provechoen toda la vida", Deban ser educados, apacibles no vanos ni habladores", no hablar mal denadie, especialmente unos de otros, y tratarse bien entre ellos, Conclua Pablo de Lagunasealando que una de las cosas por las que deban ser envidiados los seores era por la calidadde sus criados y exhortaba a Montesclaros a servir se de los mejores que encontrara94 Por ltimole recordaba que no deba consentir que sus criados se casaran en Amrica y, si lo hacan, erapreferible despedirlos de su servicio porque en aquella tierra es grande el embarazo de unhombre casado"95.

    Al igual que en la corte madrilea haba tambin una jerarqua dentro de la cortenovohispana. El cargo ms importante, despus del de virrey, era el de capitn de la guardiavirreinal, copia de la guarda espaola de la corte madrilea96 Estaba recomendado dar esteempleo al hijo de alguna persona ilustre del squito virreinal. En las Advertencias se establecaque en los actos oficiales el capitn ocupaba un lugar preeminente, despus de los oidores, solo,delante del virrey91 Estas guardias domsticas de personas ilustres aparecen en Indias ya entiempos del gobernador Nicols de Ovando y el almirante Diego Coln, virrey de la Espaola,En Nueva Espaa se penniti al virrey Antonio de Mendoza crear una guardia palatina de 20alabarderos y 10 escuderos a caballo. Aos ms tarde, con el fin de dotar de mayor dignidad elcargo de virrey, se permiti al virrey Enrquez mantener un pelotn de 24 alabarderos a los que

    2se dio un fuero especial98.

    e g ~ ~ a n en d i g n ~ d a d el mayordomo y los gentileshombres. El primero tena lar e s p o n s a b l b d ~ d:l conjunto de la casa y personal de servicio, Al igual que el mayordomo delmonarca madnleno, era una persona muy cercana al virrey que ocupaba tambin un lugarpreferente en los actos p b l i c o s 9 9 , ~

    Otra faceta importante dentro de la atencin a la casa era la decoracin de la residenciavirreinal, q ~ ~ deba c o r r e s p o n ~ e r siempre con la funcin social del delegado del monarca. Lar ~ p r e s e n t a c l O n del rango medIante la forma era algo propio de la configuracin general de laVida cortesana y en concreto de las casas reales. Los hombres que fonnaban la sociedad cortesanat e n ~ a n , segn o r b ~ r t Ellas, u ~ a . " s e n s i b i l i d a d exquisita" para percibir las relaciones entre rango

    s o c ~ l . y configw:acln de lo VIsIble100 En Advertencias se recomendaba al virrey llevar [aAmenca] el mejor ornato de casa que pudIera de colgaduras, camas sillas, vestidos y ropablanca, gran aparador de plata y servicio de la mesa". Todo ello de la mejor calidad que pudieraencontrar, c ~ n el f i ~ ,de reflejar la honra y crdito de su figura lOl Como parte de este aparatoextern,o, debIa a m b l e ~ contar muchos y buenos caballos y cuatro bestias de carga para l ysus cnad,os, todos baJO la custodIa del caballerizo. Adems eran precisos cuatro coches, unopara el vurey, otro para la virreina y dos para criados y criadas lO

    ?entro del ceremonial de la o ~ e las comidas desempeaban un papel esencial y en ellaslos cnados r e p r e s e ~ t a ~ a n papeles d l v e ~ s o s : Las Advertencias dedican una ltima parte a lasc o s ~ u m b r e s gastronomlcas de la corte vlrremal. De nuevo las reglas son semejantes a las de laSOCiedad cortesana de los Habsburgo. Los monarcas hispanos acostumbraban a comer solos ocon dos o m ~ s personas de elevada categora 03. En nuestro documento se indicaba que en lamesa de los vlITeyes no comiera nadie ms salvo deudos muy cercanos y de respecto y huspedes~ l e s como ~ o n al,guna vez los g ~ n e r a l e s d ~ , l a s flotas ,o galeones y otras personas semejantes", En cambIO, al Igual que en el ntual d.e la corte madnlefia, los gentileshombres y otros criadosrodeaban la mesa del virrey situados jerrquicamente e intentando no estorbar a los numerosospajes y criados que le servan. L . ~ magnificencia de la casa deba traslucirse tambin en laexquisitez y abundancia de los mat iares que se sirvieran en lamesa del virrey: siempre sobraranuna par de, platos p ~ a los g e n l i l e s ~ o m b r e s . La etiqueta cortesana de -los Habsburgo prescribaalgo pareCido: un cnado colocaba 1b s p l a t o ~ sobre la mesa y los iba descubriendo con l fin deque el monarca los viese y eligiese el Otende modo que siempre sobraran platos,05 Tambin, aligual que en la corte europea, haba una mesa de estado", situada en la antesala, en la que -porc":enta del rey o del virrey-, .se serva la comida a deudos y personas de respeto, amigos ycnados, El mayordomo y ofiCIales mayores con los gentileshombres y pajes de la casa virreinaldeban comer en el tinelo o comedor de la servidumbre, que estaba cuidadosamente separado dela vivienda del sefior. como en la corte europea 106

    ConclusionesEl anlisis de las Advertencias a la luz de la historiografa sobre la Europa de las Cortes"y la Monarqua de las cortes", como algunos autores definen la Monarqua hispnica de los

    f a b s b . u r ~ ~ , pennite apuntar algunas conclusiones que pueden servir de pauta para posterioresmvestlgacIones: Es evidente que hay, desde la corte madrilea de Felipe 111, una intencin de trasladar elmodelo de la corte madrilea a la corte virreinal novohispana, adaptndola a la idiosincrasiapoltica y social de este territorio americano de la Monarqua, Existe una voluntad clara de dotar al virrey, en cuanto representante del monarca, de unadignidad que refleja la del rey distante. Esta "poltica prestigiadora" se trata de plasmar en laspautas que se dan para el comportamiento del virrey (compostura, religiosidad, etiqueta, equilibrioentre distanciamiento y accesibilidad, etc,), Se trata de- un concepto exigente de la autoridad

    que.implica una ejemplaridad: el virreyes un referente social y poltico, imagen del lejanomonarca, El ejercicio del cargo supone un comportamiento moral que combina la tradicin dela "virtus" cristiana con la nueva tica cortesana de Castiglione. pautas son igualmente aplicables al entorno del virrey, a su casa: familiares, allegados,deudos y cnados, Un amplio aparato de sirvientes que deban participar tambin de las cualidadespropias del ideal nobiliario de la poca, Esto nos permite hablar de una autntica sociedadcortesana en el mbito novohispano,

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    122. Tambin la residencia del virrey deba traslucir el boato cortesano de los Hahsburgo atravs de un gusto por lo lujoso y refinado --combinado con una cierta austeridad- que se reflejaen la decoracin, el vestido. las caballerizas, el ritual gastronmico y, en general, las normas deetiqueta.. Mediante estos elementos la Monarqua hispnica intent hacer ms cercana la autoridaddel monarca a sus sbditos americanos. Es decir, la lejana del monarca respecto a los territoriosindianos no slo trat de suplirse mediante unas amplias prerrogativas polticas sino tambinmediante un aparato cortesano que reflejara lo mejor posible la distante corte madrilea. Eneste sentido futuras investigaciones tendrn que dilucidar hasta qu punto por estos motivos lascortes virreinales americanas tuvieron incluso mayor carcter cortesano que otras pertenecientestambin a la Corona hispnica de los Habsburgo.

    1 Norbert Blas, La sociedad cortesana, Fondo de Cultura Econmica, Madrid 1993,403 pp.2 Pierpaolo Medin, n tema della Corte nelIa Storiogafia italiana ed europea , Studi Storici,27,1986,pp.204-208.3 Arthur G Dickens (ed.), The courts of Europe: politics, patronage and royalty, 1400-1800,Thames and Hudson, Londres 1977,355 pp.4 Pierpaolo Medin, n tema della Corte nella Storiogafia italiana ed europea , op. cit., pp.210-211.5 Arthur G Dickens (ed.), The courts 01Europe: politics, patronage and royalty, 1400-1800,op. cit., p. 7, seala por ejemplo el contraste entre la corte de Felipe IV, en la que el monarca erauna figura lejana, casi oculta, a los ojos de sus sbditos y la de su yerno Luis XIV en la que seasista a una continua representacin teatral.6 Ronald G Asch y Adolf M. Birke (eds.), Princes, Patronage and the Nobility. The Court atthe Beginning olthe ModernAge Gennan Historical Institute, London 1991, XII+507 pp.7 Pierpaolo Merlin, n tema della Corte nella Storiogafia italiana ed europea , op. cit., pp.203-204. El tnnino de la Europa de las Cortes aparece ya acuado en el trabajo de GiordanoLombardo, Le Corti d Europa e I.'Europa delle Corti en La Corte in Europa , Cheiron, anno1, n 2, 1983, pp. 179-185.8 Trabajos claves, de carcter general, sobre la corte hispnica de los Habsburgo son: AntonioDomnguez Ortiz, Los gastos de Corte en la Espaa del siglo XVII en Crisis y decadencia dela Espaa de los u s t r i a s ~ A r i e l , Barcelona 1984, pp. 75-96; John H. Elliott. La corte de losHabsburgos espaoles: una institucin singular? , en Espaa y su mundo 1500-1700,Alianza,Madrid 1990, pp. 179-200; Alfredo Alvar Ezquerra, Nacimiento y consolidacin de MadridCorte: 1561-1606 en Visin histrica de Madrid (siglos XVI al XX), Sociedad EconmicaMatritense de Amigos del Pas, Madrid 1991. Cannelo Lisn Tolosana, La Imagen del Rey(Monarqula, realeza y poder ritual en la Casa de los Austrias), Austral, Madrid 1992,219 p.Otras obras que aportan informacin sobre la corte espaola de los Habsburgo son: BernardoBlanco-Gonzlez, Del cortesano al discreto: examen de una decadencia, Gredos, Madrid1962, 555 pp. Miguel Martnez Robles, Los oficiales de las secretarIas de la corte bajo losAustrias y los Borbones 1517-1812, Instituto Nacional de Administracin Pblica, Madrid 1987,297 pp. Antonio R odrguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria, Madrid 19l3, 247 pp.Para la corte de Carlos V, adems de las obras generales sobre su reinado, pueden consultarse:Higini Angles, La msica en la Corte de Carlos V Consejo Superior de InvestigacionesCientficas, Instituto Espaol de Musicologa, Barcelona 1944, XII+205 pp. Fernando ChecaCremades, Carlos Vy la imagen del hroe en el renacimiento, Taurus Ediciones, Madrid 1987,294 pp. Antonio Fontn Prez (colab.) y Jerzy Axer (ed.lit.), Espaoles y polacos en la Corte deCarlos V : cartas del embajador Juan Dantisco, Alianza universidad, Madrid 1994, 366 pp.Manuel de Foronda, Los mayordomos de casa y boca de Carlos V Sucesores de Rivadeneyra,

    123Madrid 1916,55 pp.

    Para la corte de Felipe es esencial la obra de Jos Martnez Milln (dir.), La corte deFelipe 11 Alianza Editorial, Madrid 1994, 530 pp, que aporta una abundante bibliografa, ascomo la de Alfredo Alvar Ezquerra, Felipe 1I la Corte y Madrid en 1561, Centro de EstudiosHistricos, Madrid 1985, Vill+86 p. d e ~ s son de inters para los aspectos del patronazgo: ElEscorial, arte, poder y cultura en la corte de Felipe Il : Cursos de verano. El Escorial 1988Universidad Complutense, Madrid 1988,; 119 pp.; Fernando ChecaCremad es, Felipe Il, mecen a;de las artes, Nerea, Madrid 1997, 513 pp.; El arte en las Cortes de Carlos Vy Felipe Il, Centrode Estudios Histricos, CSIC, Madr id 1999, 468 p. Una obra reciente, con especial referenciaal aspecto cortesano es la de Jos Luis Gonzalo S n c h e z ~ M o l e r o , El aprendizaje cortesano deFelipe Il 1 5 2 7 ~ 1 5 4 6 ) . Lalormacin de un principe del Renacimiento, Sociedad Estatal para laConmemoracin de los Centenarios de Felipe II y Carlos V, Madrid 1999.Sobre la corte de Felipe i l l : Teresa Ferrer Valls, La prctica escnica cortesana: de la pocadel emp radora la de Felipe Il/ Tamesis Books, London 1991,206 pp.Para Felipe IV: John H. Elliott, Philip IV of Spain. Prisioner of ceremony en The courts o/Europe: politics, patron age and royalty, 1400-1800, op. cit., pp. 169-189. Jonathan Brown yJohn H. Elliott, Un palacio para el rey: el Buen Retiro y l corte de Felipe IV, Revista deOccidente, Madrid 1988, XVI+319 pp. Jos Deleito y Piuela, El rey se divierte, Alianza, Madrid1988, 327 pp.Para Carlos II: Henry Kamen, La Espaa de Carlos 11 Critica, Barcelona 1981, 662 pp.Gabriel Maura Gamazo, Carlos l y su corte: Ensayo de reconstruccin biogrfica, Revista deArchivos, Bibliotecas y Museos, 2 vols. n, Madrid 1915,655+658 pp. Teresa Zapata Femndezde La Hoz, Arquitecturas ejfmeras y festivas en la corte de Carlos l : las entradas reales,Ediciones de la Universidad Autnoma, Madrid 1993,10 pp., M. J. Rodriguez Salgado, The court of Philip JI of Spain en Ronald G Asch y Adolf M.Birke (ed.), Princes, Patronage and the Nobility. The Court at the Beginnig ofthe Modern Age,Gennan Historical Institute, London 1991, p. 207.Domnguez Ortiz habla incluso de cortes provincianas al referirse a residencias rurales enlas que la nobleza espaola viva r o d e a ~ a d e gran lujo y boato: Aitonio Domnguez Ortiz, Lasociedad espaola en el siglo XVII, Universidad de Granada, Granada 1992, vol. 1, p. 276.10 Antonio lvarez-Ossorio, '.'La Corte: un espacio abierto para la Historia Social , en SantiagoCastillo (coord.), La Historia Social en Espaa. Actualidad y perspectivas, Siglo XXI, Madrid1990, pp. 247-260.1I Ibdem, p. 256.12 Las sociedades ibricas y el marafinales del siglo XVI, Luis Miguel Enciso Recio (coord.),Tomo 1: La Corte. Centro e imagen del poder, Expo 98, Lisboa 1998, 262 p.13 Agustn Gonzlez Enciso y Jess M Usunariz Garayoa (dirs.), Imagen del rey imagen delos reinos. Las ceremonias pblicas en la Espaa Moderna (1500-1814), EUNSA, Pamplona1999,268 p.14 Jess Lalinde Abada, El rgimen virreino-senatorial en Indias , Anuario de Historia delDerecho Espaol, 37, Instituto Nacional de Estudios Jurdicos, Madrid 1967, p. 101, sealacomo, aunque el virrey indiano se cre siguiendo el modelo aragons, el factor distancia, altener que actuar por s solo en algunos casos en que sus colegas ibricos podan solicitar ayudade sus superiores, favoreci el que su figura se agigantase.15 Guillenno Cspedes del Castillo, Amrica hispnica 1 4 9 2 ~ 1 8 9 8 ) , Labor, Barcelona 1994,p.235.16 Alfonso Gru'Ca Gallo, en Los principios rectores de organizacin territorial en Indias en elsiglo xvr', Estudios de Historia del Derecho Indiano, Instituto Nacional de Estudios Jurdicos,Madrid 1972, p. 687, recalca la importancia que la autoridad del virrey tena como medio de

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    124asegurar la vinculacin de los sbditos americanos con la Corona., ms i m p o ~ t e s estudios sobre los poderes del virrey indiano, desde un punto de vistateonco son: Jess Lahnde Abada, El rgimen virreino-senatorialen Indias, Anuario de Historia

    d ~ I . D e r e c h . o Espaol, Instituto Nacional de Estudios Jurdicos, 37, Madrid 1967, pp. 5-244;Llllian E. Flsher, Viceregal administration in spanishamerican calantes, New York 1967; SigfridoA. Radaelli, La institucin virreinal en Indias>}, Revista de Indias, n 55-56, Madrid 1954, 37-57; D.E. Smith, The viceroy 01 New Spain, Berkc1ey 1913.17 Vctor Mnguez Cornelles, "Los 'Reyes de las Amricas '', en Imagen del rey imagen de losremos. Las ceremonias pblicas en la Espaa Moderna (1500-1814), op. cit., p. 233.

    . 18 Un ejemplo de ello es la creacin durante su mandato de las compaas de gentileshombres,Lanzas y Arcabuces, de la Guarda del virreinato. Ismael Snch ez Bella, El gobierno del Per,1556-1564 , Derecho Indiano. Estudios, EUNSA, Pamplona 1991, pp. 367-370.19 A ? t o ~ i o DOm?guez Ortiz, La sociedad americana y la corona espaola en el siglo XVJl,AsoclaClOn FranCISCO Lpez de Gmara, Valencia 1996, p. 163.20 "Relacin del estado de gobierno de estos reinos que hace el Marqus de Montesclaros alSeor Prncipe de Esquilache, su sucesor", Ch acra de Mansilla, 12.12.1615, publicada por LewisHanke y Celso Rodrguez, Los virreyes espaoles en Amrica durante el gobierno de la Casade Austria, vol. 281: Per 1I Madrid 1978, pp. 136. Para hacer tal declaracin se apoyaba en elPoder general al Marqus de Montesclaros que va por virrey al Per", El Pardo, 22Xl.1606.Archivo General de Indias de Sevilla, Indiferente 481, Lib. 2, f. 151v, en el que el monarca le

    a u t o r i z ~ b a : "para que pueda hazer y proveer todo aquello que yo podra hazer y proveer dequalqmera calidad, o n d i ~ i n que sea en esas dichas provincias si por mi persona las governara".Sobre el gobierno peruano de este virrey confrntese Pilar Latasa Vas sallo, Administracinvirreinal en el Per: gobierno del marqus de Montesclaros (1607-1615), Editorial Centro deEstudios Ramn Areces, Madrid 1997, 709 p.21 Juan de Solrzano Pereira, Poltica Indiana, (1647), BAE, Atlas, Madrid 1972, vols: CCLIICCLVI, Lib. V cap. XII nO 7. .

    2 Vctor Mnguez Cornelles, Los reyes distantes. Imgenes del poder en el Mxico virreinat,Publicaciones de la Universidad Jaume 1 Castelln 1995, pp. 31-33.23 Dentro de la historiografa acerca de la emblemtica del poder en Indias es esencial la obrade Santiago Sebastin, El programa simblico del tmulo de Carlos Ven Mxico, Instituto deInvestigaciones Estticas Mxico 1977.----- Arte iberoamericano desde la colonizacin a la independencia, Summa Artis. Historiageneral del arte, XXVIII, Espasa Calpe, Madrid 1985.----- Origen y difusin de la emblemtica en Espaa e Hispanoamrica, en Goya, 1985, nO187-188, pp. 2-7.----- La emblemtica en Mxico, en Simpatas y diferencias. Relaciones del arte mexicanocon el de Amrica Latina, X Coloquio Internacional de Historia del Arte Instituto deInvestigaciones Estticas-UNAM, Mxico 1988.-----Iconografa e iconologa del arte novohispano, Grupo Azabache, Mxico 1992.----- Los libros de emblemas: uso y difusin en Iberoamrica, en Juegos de ingenio y agudeza.La pintura emblemtica de la Nueva Espaa, Museo Nacional de Arte, Mxico 1994, pp. 56-82----- Emblemtica e Historia del Arte, Ctedra, Madrid 1995.24 Fue primero consejero de Castilla y de la Inquisicin, despus de Hacienda y miembro de la

    u n ~ de C o n t ~ d ~ r a Mayor y de la Annada del Ocano. Entr en el gobierno del Consejo deIndIaS cl4 de Juho de l5 95. Fue el ltimo presidente del reinado de Felipe 11 Permaneci en elcargo hasta 1603. Era clrigo y ese ao fue nombrado obispo de Crdoba. Le sustituy en elcargo el conde de Lemos, yerno del duque de Lenna. Ernesto Schafer, El Consejo Real y Supremo

    125de las Indias, vol 1: Historia y organizacin del Consejo y la Casa de la Contratacin de lasIndias, Sevilla 1935, pp. 112, 143,352.25 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa.Instruccin privada dada al marqus de Montesc1aros por Pablo de Laguna, presidente del Consejode Indias, 14.1.1603. Biblioteca Nacional'de Madrid, Ms. 3.207, fs. 679-688.26 Guillermo Porras Muoz, "Viaje a Mxico del marqus de Montesclaros y advertencias parasu gobierno", Revista de Indias, vn n 27, Madrid 1947, p. 119-126.2J Lewis Hanke, y Celso Rodrguez, Los virreyes espaoles en Amrica durante el gobierno dela Casa de Austria, op. cit., vol. 274, pp. 267-27228 Ernesto de la Torre Villar, Instrucciones y Memorias de los Virn?yes Novohispanos, Poma,Mxico 1991, vol. 1 pp. 295-302. La estrecha relacin entre el marqus y Pablo de Lagunaqueda de manifiesto en el texto de las instrucciones donde el presidente del Consejo comienzaexpresando el "particular contento" que ha tenido por el nombramiento de Montesclaros para elcargo de virrey de Nueva Espaa "por lo que soy servidor de V. S. y lo mucho que deseo todoslos acrecentamientos de V. S. y de su casa".29 Ernesto de la Torre Villar, Instrucciones y Memorias de los Virreyes Novohispanos, op. cit.,vol. 1 pp. L1 LXViII.30 Aunque de distinto carcter es interesante el documento que cita Nelly R. Porro Girrardi en"Los criados de los virreyes, un ingrediente de la corrupcin en Indias", Libro homenaje InMemoriam Carlos D(az Rementera, Universidad de Huelva, Huelva 1998, p. 605. Se trata deuna "Instruccin que dio don Francisco de Toledo, virrey del Per, a sus criados sobre la conductaque deban observar en aquellas partes. San,lcar de Barr< meda, 22 febrero de 1569- .Gobern antes del Per. Cart as y papeles,. siglo V I ~ public. dir. Por Roberto -Levillier, MadridBiblioteca del Congreso Argentino III;'921, pp. 669-673. 'JI Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit.32 Precisamente Antonio Domnguez Ortiz, a sociedad americana y la (orona espaola en elsiglo XVII, op. cit. ,p. 165, hace este comentario refirindose a las instrucciones que estudiamos..13 Una reciente edicin de esta obra es: Baldassare Castiglione, II Cortegiano (1528), CarIoCordi (ed.), Riccardo Ricciardi Editore, Milano-Napoli 1999, 370 pp.34 James S. Amelang, La formacin de una clase dirigente: Barcelona 1490-1714, Ariel,Barcelona, 1986, pp. 107-114.15 Antonio lvarez-Ossorio, La Corte: un espacio abierto para la Historia Social", op. cit., p.252..16 Virrey de Nueva Espaa. Durante su gobierno atendi con gran eficacia al crecimiento delvirreinato y de su administracin lo cual se retleja en las muchas disposiciones concreta., que sele enviaron y en las que de l emanaron. Su prudencia y finueza en el gobierno le llevaron a sernombrado virrey del Per en donde falleci. Enrquez fue un gran defens or de la autoridad delvirrey frente a las aspiraciones de los funcionarios peninsulares y a las pretensiones de loscriollos miembros de la oligarqua locaL Ernesto de la Torre Villar, Instrucciones y Memorias delos Virreyes Novohispanos, op. cit., voL 1 p. LXIV.37 Advertencias de las cosas en que ha de ten er particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit.

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    12638 Ibdem.39 JoOO H. Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles: una institucin singular? , op. cit.,p.185.40 Los monarcas espafioles gozaron de amplias facultades en el gobierno de la Iglesia Indianamediante el ejercicio del Derecho de P atronato, basado en una concesin papal. La prctica deesta prerrogativa fue objeto de abusos por parte de los reyes y sus representantes, que ademstrataron de justificar su actuacin a travs de una doctrina jurdica que les favoreca. la cual fueapoyada y desarrollada por la mayora de los especialistas de la poca.41 John H. Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles: una institucin singular? , op. cit.,pp. 181, 186.

    Agustn Gonzlez Enciso, Del rey ausente al rey distante , en Imagen del rey imagen delos reinos. La s ceremonias pblicas en la Espaa Moderna (1500-1814), op. cit., pp. 3-4, sealacomo en los reinos ibricos el doble proceso de unificacin y expansin territorial fue produciendoun alejamiento entre el rey y los sbditos. A esta distancia fsica se aadi una distancia moral:el alejamiento que conllev la fijacin espacial de la corte como consecuencia del aumento dela burocracia, se convirti adems en una distancia buscada, querida y deseada. con el fin depotenciar la autoridad real.42 Un reciente trabajo, en el que se analiza el ceremonial de la poca Moderna. desde un puntode vista de las fuentes y metodologa, con una importante puesta al da bibliogrfica, es el deRoberto J. Lpez, Ceremonia y poder en el Antiguo Rgimen. Algunas reflexiones sobre fuentesy perspectivas de anlisis , en Agustn Gonzlez Enciso y Jess M' Usunariz Garayoa (dirs.),1magen del rey imagen de los reinos. Las ceremonias pblicas en la Espaa Moderna (1500-1814), op. cit., pp. 19-61.43 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit.44 Esta poltica persegua la imparcialidad de los funcionarios en una sociedad donde los lazosfamiliares tenan una enonne fuerza. Jos Mara Mariluz Urquijo, El agente de la administracinpblica en Indias, Instituto Internacional de Historia del Derecho Indiano, Buenos Aires 1998,pp. 344-345.45 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey e la Nueva Espaa,op. cit.

    Del testimonio de su sucesor se deduce que Montesclaros s respet este principio, a pesar delas quejas de los benemritos. Carta de Luis de Velasco a S. M. Mexico, 30. VIII. 1607 y Peticinque los hijos y nietos de conquistadores de Nueva Espaa presentaron ante el real acuerdo,protestando de haber incumplido los virreyes lo que S. M. tiene mandado para que seanaprovechados y favorecidos en la provisin de oficios . Archivo General de Indias de Sevilla,Mxico 27, N. 32.46 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit..47 Ibdem.48 Ibdem.49 Ibdem.so Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., p. 88.5 Advertencias de las cosas en que ha de ten er particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit.

    12752 Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., p. 186..H IbdemS4 Advertenciasde las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cit.5S Norbert Elas, a sociedad cortesana, op. cit., p. 127-128.

    Ibdem, p. 122-123.57 Advertencias de las cosas en que ha de ten er particular cuidado el virrey de l Nueva Espaa,op. cit.58 Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., pp. 306-307.59 Los primeros en llamar la atencin sobre esta transmisin de infonnaciones a travs delvestido fueron los antroplogos. Desde la antropologa contamos con los aportes tericos deYves Delaporte, Vetement en P. Bonte, M. Izard, Dicctionaire de l ethnologie et del anthropologie, PUF, Pars 1991, pp. 739-740; Cornmunication et signification dans lescostumes populaires en Semiotica, ,26, 1979, pp. 65-79; Le signe vetimentaire en L Homme,xx 1980, 109-142. O tambin los trabajos recogidos porM.E. Roach, J. Bubolz-Eicher, (eds.),Dress, adornment and the social order, Nueva York: Wiley and Sons, 1965.Desde la Historia uno de los pioneros en estudiar los vestidos ms all de una simpledescripcin de las modas, fue Roland Barthes, Histoire et sociologie du vetement. Quelquesobservations mthodologiques en Annales E.S.C., 1957, pp. 430-441. A partir de aqu y desdelos Annales han tenido gran importanci

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    128Garayoa, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Navarra y especialista en HistoriaSocialO Carmen Cruz Amenbar, l traje: transformacin de una segunda piel, Serie Arte y Sociedadde Chile, Publicaciones de la Pontificia Universidad Catlica de Chile, Santiago 1996, p. 32.61 Ibdem, pp. 36, 43.

    Ibdem, pp. 36-37.63 Ibdem, p. 62.64 Montesclaros lleva un sombrero sin plumas, al igual que los otros virreyes, en la ilustracinque aparece en la Iconografa de los gobernantes de Nueva Espaa, Biblioteca del Palacio Realde Madrid, Grab. 123, f. 13.6 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaa,op. cito --Carmen Cruz Amenbar, l traje: transfonnacin de una segunda piel, op. cit., p. 100.66 Las bases de este ceremonial fueron puestas ya por Carlos1, que introdujo el estilo borgon.El emperador fue profundamente consciente de las forma en que los smbolos podan serempleados con fines polticos. John H. Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles: unainstitucin singular? , op. cit., pp. 179 Y 190.67 John H. Elliott, Philip IV of Spain. Prisioner of ceremony en The courts ofEurope : politics,patronage and royalty, 1400-1800, op. cit., p. 175.68 Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., p. 137 Y 178.69 Antonio lvarez-Ossorio, La Corte: un espacio abierto para la Historia Social , op. cit., p.257.70 Arthur G Dickens (ed.), The courts o Europe: politics, patronage and royalty, 1400-1800,op. cit., p. 7.71 Dentro de los grandes haba distintas categoras: los que se ponan el sombrero antes dedirigirse al rey, los que slo se lo ponan despus de empezar a hablar y aquellos que pennanec ancon la cabeza d e s c u b i e r t ~ hasta que dejaban de hablar y slo entonces se volvan a p{)ller elsombrero. John H. Elliott, ''Philip IV of Spain. Prisioner of ceremony en The courts of Erope:polities, patronage and royalty, 1400-1800, op. cit., pp. 173-174.72 John H. Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles: una institucin singular? , op. cit.,p. 190.73 A ~ v e r t e n c i a s de las cosas en que ha de tener particular cuidadoel virrey de la Nueva Espaa,op. Clt. .74 Ibdem.75 John H. Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles: una institucin singular? , op. cit.,p. 188.76 Antonio Rodrguez Villa, Etiquetas de la Casa pe Austria, Madrid 1913, pp. 161-162. Unaaportacin interesante en esta lnea es la del antroplogo Carmelo Lisn Tolosana, La imgendel rey: monarqua, realeza y poder ritual en la casa de los Austrias, op. cit.

    12977 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva E3paa,op. dt.18 Ibdem.79 Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., p. 307.80 Ibdem.SI Alfredo Alvar E2querra, Felipe lIt la Corte y Madrid en 1561, op. cit., p. 17, calcula que aprincipios del siglo XVII habra aproximadamente unas t.220 personas sirviendo al rey comohombre y como gobernante. Segun John H Elliott, La corte de los Habsburgos espaoles:una institucin singular? , op. cit., p. 182, el numero total de los funcionarios y personal deservicio de la corte madrilea ascenda a cerca de 1.700 personas en 1623.82 Norbert Elas, La sociedad cortesana, op. cit., pp. 65, 67.81 Antonio Domnguez Ortiz, La sociedad espaola en el siglo XVII, op. cit., voL 1 p. 277.84 Antonio Domnguez Ortiz, a sociedad americana y la corona espaola en el siglo XVII,op. cit., p. 163.85 En 1623 se dispuso que un noble no pudiera tener ms de 18 criados, no se cumpli. AntonioDOITnguez Orriz, a sociedad espaola en el siglo XVII, voL 1 p. 278.8r. J. Ignacio Rubio Ma, Introduccin al estudio de los virreyes de Nueva Esp aa 1535-174(j,Universidad Nacional Autnoma de Mxico, Instituto de Historia, Mxico D. F. 1955, vol. 1, p.210.87 Testimonio de la visita a la nao d u r a 9 : t e ; : ~ viaje, a Juan Mendoza y Luna, marqus deMontesclaros, virrey de Nueva Espaa . 22.7.1603. Archivo General de Indias de Sevilla,Contratacin 5.273, N. 3.Guillermo Porras Muoz, Viaje a Mxico del marqus de Montesclaros y advertencias para sugobierno , op. dt., p. 117.H8 El resto se provean desde la metrpoli. Antonio de Len Pinelo, Relaci n de los oficios ycargos de gobierno, justicia, hacienda, guerra y mar que . provee Su Majestad .. y sus virreyes(1631). Biblioteca Nacional de Madrid, Ms. 3.048 y 4.344.89 Jos Mara Mariluz Urquijo, l agente de la administracin pblica en Indias, op. cit., pp.73-75.XI Nelly R. Porro Girardi, Los criados de los virreyes, un ingrediente de la corrupcin enIndias , op. cit., pp. 604-605.91 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva E ~ p a ' a ,op. cit.92 Sobre el fenmeno de la nobleza colonial americana en esta poca vase Christian Bschges:'Las leyes del honor'. Honor y estratificacin social en el distrito de la Audiencia de Quito ,en: Revista de Indias, LVnn09, CSIC, Madrid 1997, pp. 55-84. Del mis mo autor: La fonnacion

    de una nobleza colonial. Estructura e identidad de la capa social alta de la ciudad de Quito(siglos XVI-XVIII) en idem y Bemd Schroter (eds.): Benemritos, aristcratas y empresarios.Identidades y estructuras sociales de las capas altas urbanas en Amrica hispnica, FrancfortlM. 2000 r n prensa].Para la nobleza no vohispana contamos con un reciente anlisis aunque referente a finales

  • 8/14/2019 La Corte Virreinal Novohispana

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    130del siglo XVIII: Frdrique Langue, Prcticas de espejo: estructura, estrategias yrepresentaciones de la nobleza en la Nueva Espaa , en Georges Baudot (coord.), Poder ydesviaciones gnesis de una sociedad mestiza en Mesoamrica Siglo XXI, Madrid 1998, pp.135-169.93 En entendiendo que se dize qualquier gnero de cosa de sus amos, avisarles luego por elmejor camino que pudieren . Advertencias de las cosas en que ha de ten er particular cuid doel virrey de la Nueva Espaa op. cito94 Ibdem.95 En las instru::ciones pblicas d adas a su an tecesor -que fueron las mismas que le dieron a lya se le haba alertado: Estarels advertido de no casar hijos, parientes n criados en aquellatierra sin expresa licencia mla , Instrucciones pblicas dadas al Condede Monterrey, 20.3.1596.Publicada por Lewis Hanke y Celso Rodrguez, os virreyes espaoles en Amrica durante elgobiertw de la Casa de Austria vol. 274, op. cit., p l38.96 Antonio Rodrguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria op. cit., pp. 161-162.9 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaaop. cit.98 Guillenno Lohmann Villena, Las compaas de gentileshombres lanzas y arcabuces de laguarda del virreinato del Per , Anuario de Estudios Americanos XIII, Sevilla 1956, pp. 141-215.99 Antonio Dorrnguez Ortiz, La sociedad espaola en el siglo XVII op. cit., voL I p. 278.Antonio Rodrguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria op. cit., pp. 33-39.lOO Norbert Elas, La sociedad cortesana op. cit., pp. 82, 87.101 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaaop. cit.102 Ibdem.103 Antonio Rodrguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria op. cit., p. 14. John H. Elliott, Lacorte de los Habsburgos espaoles: una institucin singular? , op. cit., p. 187.104 Advertencias de las cosas en que ha de tener particular cuidado el virrey de la Nueva Espaaop. cit.105 Antonio Rodrguez Villa, Etiquetas de la Casa de Austria op. cit., p. 14.lO Norbert Elas, La sociedad cortesana op. cit., p. 67.