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La democracia poderosa y eL Liderazgo

Palabras del Presidente Hugo Chávez Frías

Discurso con motivo del inicio de las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional en el período 2006

presentación

El tema de los cinco motores para im-pulsar el socialismo que presentó el

presidente Hugo Chávez el 8 de enero de 2007 y que fue desarrollándolo a profundi-dad a partir del 10 de enero de ese año, está sin duda concentrado como proyecto estra-tégico en este discurso que diera el mismo presidente con motivo del inicio del período ordinario de la Asamblea Nacional de 2006.

Las principales preocupaciones del pre-sidente Chávez están dirigidas a construir mecanismos para la participación e inclusión social; la educación la coloca como un factor fundamental para el desarrollo de la Revolu-ción, de la sociedad y de sus líderes. A pesar de ser un discurso dirigido a los asambleístas,

La democracia poderosa y eL Liderazgo, Hugo Chávez Frías

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Mayo, 2008.Depósito Legal: lf87120083202490Impreso en la República Bolivariana de Venezuela.

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teoría de La proporción deL poder

[…] La legitimidad de esta Asamblea crecerá en la medida en que arranque aho-ra la nueva Asamblea Nacional de calle, po-pular, de liderazgos de transición, liderazgos morales, liderazgos políticos; educadores cí-vicos de calle, de campo, de barrio.

Sin embargo, ustedes saben que yo no soy de los que dejan de lado nada, para mí es importantísimo considerar el nivel de abs-tención que hubo en las elecciones del 4 de diciembre, eso no podemos desconocerlo. Un verdadero revolucionario no puede descono-cer eso. Hubo un nivel de abstención muy alto, eso tenemos que verlo, calibrarlo, eva-luarlo, analizarlo y actuar en consecuencia.

sus palabras trascienden el contexto y es por ello que se ha considerado esta edición don-de se ha extraído el zumo, las ideas centrales (aquellas que consideramos no dependen de la coyuntura) y pueden leerse en el momento actual sin necesidad de cargar el discurso de notas explicativas al pie de las páginas; ade-más contiene subtítulos y un índice que faci-lita su lectura temática.

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Ésta es una Asamblea distinta, novedosa, con un gran componente femenino, joven, trabajador, indígena, de escritores, humo-ristas, gente de la cultura. Es una Asamblea muy dinámica y estoy seguro de que está ca-pacitada y tiene el potencial para cumplir to-das estas cosas en las que he estado reflexio-nando y muchas otras más; para apuntalar, para volver más fuerte nuestra democracia revolucionaria, para acelerarla; para conver-tir esta democracia de transición en una ver-dadera democracia participativa, democracia protagónica, una democracia, como decía Lincoln: “Gobierno del pueblo para el pue-blo, por el pueblo”.

Allí hay un tema central que incluye el análisis matemático, es decir, la proporción: cuando hablamos de la democracia y de cómo fortalecerla, cómo hacerla más pode-rosa: la proporción.

Esta es una Asamblea legítima y multipartidista

[Ésta] es una Asamblea multipartidista. Algunos dicen unipartidista pero no, aquí hay varios partidos, y como tú lo decías tam-bién, de múltiples representaciones sociales, movimientos sociales. Anteriormente, las asambleas eran formadas, o los congresos aquellos, por los dirigentes de los partidos políticos, repartidos en corotos, “se repartían el cambur”, “el coroto”, lo llamaban.

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que de verdad presenta otra vez, representa (vuelve a presentar a la República, es decir, al pueblo, a los ciudadanos); y la otra repre-sentación, de manera muy irónica y muy fina lo dice Simón Rodríguez en este libro, es la representación teatral: un teatro de oradores y oradores y oradores, y leyes y leyes y leyes, un teatro verdadero, un teatro bufo, además. ¡Cuidado con ese teatro! Seamos verdade-ros representantes y, para ello, pues, estos comentarios quizás pueden ayudar un poco en la definición, a todos, al Gobierno, a la Asamblea, a nosotros los representantes.

Un elemento que, si usamos bien, nos puede permitir solventar el dilema de la pro-porción representativa para convertirla en participativa. Porque, he allí, repito, el dile-ma, son las tecnologías de la información, además del caminar y el andar, las asambleas, los consejos parroquiales.

La representatividad y la proporciónEn la antigua Grecia se decía que un re-

presentante o un diputado no podía repre-sentar a una cantidad de personas más allá de las que vivían o habitaban en un ámbito territorial que él podía recorrer en un día ca-minando. Por supuesto que eso es imposible hoy en día, ahora, ¿cómo solucionar el tema de la proporción que ustedes representan?, que nosotros representamos. Creo que hay un elemento central para solucionar el dilema, ¿a cuántos represento yo en verdad?, ¿represento a quiénes?, ¿soy de verdad un representante?

Representación “republicana” versus “teatral”

Simón Rodríguez hablaba, por cierto, de dos formas de representación. En primer lugar, la republicana: aquel representante

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La democracia revoLucionaria

Sin la participación popular, no hay democracia

La democracia: tenemos que insistir en ello; pensar, repensar en ello y hacer cada día, como se dice, lugar común: más y mejor de-mocracia. Ahora, compañeros, compatriotas, camaradas […] no puede haber democracia sin participación real del pueblo. Y en eso, esta nueva Asamblea Nacional, el Poder Eje-cutivo junto con ustedes tenemos un papel trascendental que cumplir. Tenemos que ser creativos continuamente; hay que buscar la teoría, no hay revolución sin teoría revolucio-naria, no lo olvidemos.

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Somos nosotros mismos una gran contra-dicción. Esto tenemos que reconocerlo, ac-tuar sobre la contradicción y lograr lo que la teoría marxista plantea con mucha claridad: la tesis, la antítesis, la síntesis… eso es ele-mental […]. Es decir, nosotros somos repre-sentantes, pero hemos jurado darle vida a una democracia, no representativa sino participa-tiva, y más allá: protagónica. Vea que somos una contradicción, porque si de democracia vamos a hablar, habrá que recordar la demo-cracia liberal que se le impuso a todos estos países y cuyo modelo fue horriblemente co-piado, sigue siendo copiado y pretende seguir siéndolo por las élites de estos países nues-tros, democracia que al final no es tal.

Sobre esa gran contradicción tenemos que trabajar: ¿cómo vencer las barreras que se oponen al surgimiento?, el avance de la ver-

Dialéctica de la democracia y la revolución

Muchas cosas he trabajado y he pensado. Por ejemplo, es necesario tener en la mente, en la mesa, cosas como ésta: una Asamblea [o un Congreso] es un ente eminentemente re-presentativo. Un Gobierno también lo es: yo soy un representante. Un diputado también lo es; un ministro lo es, en segundo grado, pero lo es por delegación; el vicepresidente, y así, todos los que estamos ejerciendo cargos. Un general, un almirante, en cualquier ámbi-to; el presidente de una empresa del Estado, él está allí por delegación; o en cualquier car-go de gerencia, de dirección. Pero limitémo-nos a la Asamblea Nacional y a la Presidencia de la República, al Gobierno en el ámbito de vicepresidente y ministros, lo que llaman el alto gobierno.

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dor. El otro concepto es liberador, es como un disparo, es como un caballo sin freno: de-mocracia revolucionaria, democracia para la revolución.

La democracia revolucionaria debe ser fuerte

La democracia revolucionaria debe ser necesariamente una democracia fuerte, una democracia poderosa; debe estar llena de fuerzas, debe llenarse cada día de mayor fuer-za, poder; no puede ser una democracia de-bilucha, lánguida, insulsa, ingenua. Y en ese sentido, yo invito a todos a que pensemos y hagamos; pensemos, diseñemos y pongamos en práctica acciones en todos los ámbitos para fortalecer, para llenar de fuerza trans-formadora la democracia revolucionaria.

dadera democracia, la participativa, la prota-gónica, para que sea revolucionaria. Porque la democracia de élites, representativa, no es revolucionaria, es contrarrevolucionaria. Una Asamblea Nacional encerrada en cuatro pa-redes, un gobierno encerrado en cuatro pare-des, tomando decisiones, basada en la repre-sentación que un pueblo le dio, expropiándo-le la soberanía, es contrarrevolucionaria.

Democracia revolucionaria no es lo mismo que revolución democrática

Hemos hablado de la democracia revo-lucionaria, no es ésta una “revolución de-mocrática”, no. No es lo mismo hablar de revolución democrática, que de democracia revolucionaria. El primer concepto tiene un freno, como el caballo: es revolución, ¡ah!, pero es democrática. Es un freno conserva-

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que la democracia participativa no niega la representativa sino que la absorbe, la asimila en su metabolismo, en el nuevo metabolismo social, socialista.

Simón Rodríguez hace planteamientos interesantes acá y llega a fondo porque él era un sabio, no era un escritor cualquiera: “América no debe imitar servilmente sino ser original...” Ya a estas alturas del proceso nosotros hemos venido inventando mecanis-mos que están en marcha.

Bienvenido el error, guerra al engañoVoy a reflexionar sobre algunos [meca-

nismos] que nos pueden permitir catalizar la participación popular, catalizar lo que po-demos llamar la comunidad, pues. Porque la participación popular tiene su vida, su géne-

Inventamos o erramosSobre esto hay que pensar. Las fórmulas

existen. Ahora, algunas no existen sino que tenemos que inventarlas. Este librito yo lo recomiendo: Inventamos o erramos es una compilación […].

Simón Rodríguez tiene maravillosos es-critos que nosotros desconocemos. Inven-tamos o erramos. Para nosotros solucionar ese dilema en el que estamos, del que somos parte, y somos parte, además, dirigencial, gerencial de una democracia representativa, pero hemos jurado y queremos marchar es hacia una democracia distinta, participativa. ¿Cómo solucionamos eso? Es una transición; nadie sabe cuánto van a durar las transicio-nes, pero es una transición, es una combina-ción, es una mixtura que pudiera hacerse per-manente luego. Porque yo siempre he dicho

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Teoría del poder: la democracia poderosa

Me criticaban porque en una ocasión, creo que fue en Al Jazeera, en Qatar; yo venía de Irán, de una entrevista con el imán Jameini, y él me decía alguna gran verdad: la clave de Presidente es el poder. Ahora, habrá que ver qué tipo de poder; es la fuerza.

El primer gran poder es el poder moral. No es el poder del imperio que bombardea y atropella. En estos últimos días, ha habi-do casi 300 muertos en la pobre Irak: ése es el poder que destroza, que destruye; el poder de la inmoralidad, el poder del mal. Y siguen surgiendo escándalos en el seno del Gobierno y del Congreso de Estados Unidos. Creo que se pudre por dentro. La podredumbre del sistema imperial norte-americano apesta.

sis y su campo de acción en la comunidad. La Constitución contiene ya en su seno dis-tintos elementos, pero eso hay que llevarlo a la práctica, a la realidad; y además, hay que llevarlo bien, instalarlo, impulsarlo, reconocer errores, inventar nuevas soluciones y avanzar siempre en esa dinámica del inventamos/erramos, y volvemos a inventar sobre el error. Porque una cosa es el error y otra cosa es el engaño; nosotros bien podemos equivocar-nos, pero mal podemos engañarnos. Bienve-nido el error para reconocerlo, combatirlo y convertirlo en nueva invención; mal venido el engaño porque es mortal para un proceso revolucionario; o el autoengaño o el engaño colectivo, el engaño a los demás. ¡Guerra al engaño, a la mentira!

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El poder constituyente sigueDentro de esa misma idea de la democra-

cia fuerte o de la democracia poderosa, para que tenga el poder, para que pueda ser revo-lucionaria, [debe tener] el poder de catalizar, como el motor que mueve. [Debe tener] el poder de constituir el poder constituyente, proceso que no ha terminado. Eso también hay que recordarlo aquí. El proceso consti-tuyente para nada ha concluido, está en ple-na marcha y estamos entrando en una nueva etapa: cinco años más de Asamblea Nacio-nal y siete años más de Gobierno. Porque yo considero que mi Gobierno está comenzan-do para siete años más, terminan siete años el próximo 2 de febrero y comienzan siete años más.

[…] Entonces, la democracia podero-sa. Vamos a hacerla cada día más poderosa, a nuestra Revolución, a nuestra democracia revolucionaria.

Democracia poderosa porque tiene poder de transformar

[…] Tiene que ser en esa dirección: demo-cracia poderosa, que tenga poder para trans-formar, que tenga poder popular en marcha: poder económico, poder social, poder popu-lar, poder moral. El poder de la Nación en democracia: democracia poderosa.

[…] Hay que reconocer los obstáculos que frenan el impulso revolucionario de la democracia poderosa, que [tienden] a debi-litarla y le quitan fuerza, le quitan poder y le abren brechas. Ponen en peligro a la demo-cracia revolucionaria.

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Las amenazas a La revoLución abundan

Debemos ser capaces de reconocer las amenazas en colectivo

En una ocasión estábamos en La Habana, y algún venezolano daba un discurso donde decía que la revolución venezolana es inven-cible. Y él [Fidel] me dijo al oído: “Yo sí sé cómo es vencible...”

En fin, hay grandes amenazas, grandes oportunidades, grandes fortalezas y sobre ellas hay que continuar trabajando, ela-borando, diseñando, ampliando, multipli-cándolas. Pero grandes amenazas tenemos nosotros, espadas de Damocles; debemos ser capaces, en colectivo, de reconocer esas

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En esto, ustedes y nosotros: Poder Legis-lativo, Poder Ejecutivo, el Judicial, el Ciuda-dano y también el Electoral: todos los Pode-res del nuevo Estado (del que aparece aquí en la Constitución pero que aún no existe, apenas tenemos vestigios de él. La democracia que está contenida aquí aún no existe; hay ves-tigios, está engendrada, está naciendo; pero está amenazada, insisto.

La amenaza mediáticaOtro de los obstáculos que tenemos que,

sin duda, es una amenaza para nuestro pro-ceso democrático es el tema mediático; eso sigue siendo una amenaza, no hay que per-derlo de vista, hay que reconocerlo, evaluar-lo, trabajarlo; y en eso también la Asamblea Nacional tiene un papel muy importante que jugar, junto al Gobierno, junto al país. El

amenazas y de, en acción colectiva, dismi-nuir su intensidad hasta que las anulemos. Surgirán otras, nunca estaremos exentos de amenazas […] En este camino lo que más abunda son las dificultades, las amenazas, los riesgos y los peligros siempre al acecho. Pero es imprescindible reconocerlos, la de-mocracia pues.

La principal amenaza: el secuestro de la participación popular

Compañeros y compañeras, uno de los peligros que tenemos nosotros es que hable-mos de la democracia participativa y termi-nemos siendo otra cosa, cuerpos casi inertes, de la misma falsa democracia representativa que desconoce la soberanía popular, que la expropia, que la atropella.

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La corrupción y las desviacionesNicolás [Maduro] hacía una revisión his-

tórica de los últimos años. Estoy seguro de que nosotros vamos por el camino correcto, pero también estoy seguro de que en ese ca-mino todavía tenemos grandes y crecientes amenazas; para su continuidad, para su forta-lecimiento, incluso, para evitar la reversibili-dad de lo que hemos logrado. Les recomiendo el discurso que dio el compañero Presidente Fidel Castro, en el Aula Magna de la Univer-sidad de La Habana, cuando le hicieron un homenaje por los 50 años de haber ingresado a aquella universidad [...]. Él le preguntó a los jóvenes estudiantes: “¿Creen ustedes que esta Revolución es irreversible?” Y comenzó a hablar de la corrupción y de las desviaciones. Hay que leer el discurso, es bueno. Luego, anunció una serie de medidas.

tema mediático: esa gota todos los días hace daño. No nos descuidemos al respecto; [no nos descuidemos de] ese ataque permanente contra el país y las instituciones.

Anoche estuve viendo “La Hojilla” un rato, mientras leía, tomaba nota, llamaba. Es-taban pasando una parte de esa película que anda por allí, “Secuestro Express”, que es una arremetida contra la dignidad del país, pero de manera especial contra la Fuerza Arma-da. Me parece muy bien desmontar, a través de programas como “La Hojilla”, o montar y lanzar el contraataque, pero hay que ir mu-cho más allá: no se trata de un programa de un día, sino de una acción permanente. El contraataque permanente en el ámbito na-cional e internacional, ése es otro de los obs-táculos que tenemos y en los cuales hay que estar siempre trabajando.

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Eso tenemos que arreglarlo. ¿Quién va a venir a arreglarlo? Nosotros, para eso es que estamos aquí, no para seguir una cartilla, ¡es para romper la cartilla!, echarla a la basura y hacer una nueva cartilla.

Cosas que preocupan mucho, ¿saben? Mucho. Hasta el nivel de la angustia.

La historia se puede planificarAhora, la historia se va desarrollando, dice

una corriente teórica que se va desarrollando como una sucesión de situaciones: una tras la otra. Ahora, la historia se puede y se debe pla-nificar; lo que viene hay que planificarlo, hay que preverlo. Se requiere una gran coordina-ción entre todos para que el plan pueda elabo-rarse, y aún más, ejecutarse en una dirección establecida con mucha flexibilidad: el plan es-tratégico, el gran plan, la gran estrategia.

Hay que demoler los procedimientos antirrevolucionarios

Todavía nosotros tenemos errores pro-cedimentales. Todavía en el Gobierno hay esquemas de trabajo intactos de la IV Re-pública, burocráticos, administrativos; eso tenemos que liberarlo definitivamente, José Vicente, demoler los procedimientos buro-cráticos, administrativos de la IV República.

Alguien me decía anoche que no puede ser que a un exportador pequeño, una coo-perativa, (por ejemplo, pongamos por caso el del Núcleo Endógeno Fabricio Ojeda, que ya están produciendo zapatos y ropa de calidad, y están queriendo exportar a Cuba, donde quieren comprar algunas cosas) se le exija exactamente lo mismo que a una transnacio-nal que va a exportar. ¿Cómo es posible eso?, ¡Dios mío!, ¡tenemos la contrarrevolución por dentro! El veneno está por dentro.

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eL nuevo Liderazgo

Los gobernantes deben ser estudiosos

Un gobernante, un representante de cual-quier nivel que sea, no puede andar sin un li-bro bajo el brazo; no puede estar sin estudiar todos los días, todas las noches, en la ma-drugada, en el carro, después del Aló Pre-sidente. Hay que estudiar mucho, compa-ñeros, compañeras, camaradas, compatriotas; hay que estudiar mucho. Sobre todo nosotros estamos obligados a estudiar mucho, a forta-lecer nuestra visión del mundo, a enterarnos mucho más de la realidad mundial y nacio-nal; [debemos] iluminar la praxis con la teoría. Sólo así podremos continuar profundizando, fortaleciendo.

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Seamos nosotros mismos, no se dejen en-garzar por privilegios, por comodidades, por desviaciones, por grupismos o partidismos y muchos otros ‘ismos’; intereses que los pue-den llevar a perder el rumbo, el Norte. Aho-ra es cuando ustedes están más llamados a demostrar lo que son en esencia, hombres y mujeres de este pueblo; ahora es cuando us-tedes están llamados a demostrar si son ver-daderamente revolucionarios, si son verdade-ras revolucionarias: es ahora o es nunca.

Pobre del país que necesite héroesOtra de las condiciones que hay que crear,

que hay que generar, que hay que fortalecer para que catalice este proceso y se haga más fuerte, es el verdadero liderazgo. Cada uno de ustedes, cada una de ustedes tiene que ser un líder, una líder. Cuando unos buenos ami-

La humildad del dirigente revolucionario

Nunca me olvido de uno de los hijos de José Rafael Núñez Tenorio, mientras mira-ba el cadáver de su padre que bajábamos a la tumba; llorando, me dijo: “Chávez (faltaban pocos días para las elecciones del seis de di-ciembre del año 1998), conquista tú el poder; no te dejes conquistar por el poder...”

Lo mismo le digo a los diputados y a las diputadas como reflexión: no se dejen conquistar por privilegios. Vean ustedes la gran humildad del compañero Evo Morales, a él le cuesta aceptar que es Presidente, a mí me costó también un tiempo, y todavía. En verdad, yo no soy Presidente, yo tengo la chaqueta de Presidente, pero soy Hugo; el día que deje de ser Hugo estaré muerto, seré otra cosa.

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acaba”. Que lo diga un comunista pareciera un contrasentido, ¿verdad?, un marxista como Fidel. Yo siempre he dicho que no estoy de acuerdo con eso, con esa personalización tan fuerte de un liderazgo, no es necesaria. Creo que se demostró, incluso el 12, el 13 abril, aunque quizás habría que evaluarlo y anali-zarlo. Pero es necesario que todos seamos lí-deres. ¿Qué tipo de liderazgo?, a nosotros nos toca hacer liderazgo de transición.

El individuo en la HistoriaA mí también me decían algunos, estando

en la cárcel, sobre todo los últimos días de aquel año 1994 que comenzaba, que yo no debería aceptar el sobreseimiento del presidente Rafael Caldera, porque en la calle sin uniforme me iba a desgastar, que mejor era quedarme en la cár-cel para que me convirtiera en un mito [risas]:

gos, hace varios años, decían que Chávez en la calle hacía daño al movimiento popular, yo los entendía.

No recuerdo quién fue, en alguna obra, don-de un personaje dice: “Pobre del país que no tenga héroes...” (Brecht), y le responde el otro: “Pobre de aquel país que necesite héroes”. Yo no quiero ser ningún héroe ni lo soy, eso más bien es una falta de respeto para mí. Ni un cau-dillo. No me siento nada de eso ni quiero serlo, sólo me corresponde un papel de liderazgo.

Liderazgo de transiciónCuando Fidel Castro, hace varios años, me

decía aquello, oyendo a alguien que a su vez decía: “La Revolución venezolana es invenci-ble...”. Él me dijo: “Yo sí sé cómo es vencible: con un tiro que te den a ti. Es vencible, se

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Liderazgo moral y políticoUn liderazgo entregado, un liderazgo verda-

dero, un liderazgo desprendido, un liderazgo de transición, un liderazgo moral. ¡Qué fuerza tie-ne el liderazgo moral! Claro, en este caso moral y político, porque hay personas que tienen un liderazgo moral pero están por allá en una caba-ña, escribiendo. Son ejemplos, ¿no? ¡Símbolos!

Gandhi, ése es el tipo de liderazgo que nos hace falta, liderazgo moral y liderazgo político, movilizador; Martin Luther King, una personalidad impresionante; Mandela; Bolívar; Cristo.

¿Que nosotros vamos a ser como ellos? ¡No!, cada quien es como es. Pero sí podemos tomar la senda del liderazgo moral, del lide-razgo revolucionario, del liderazgo transfor-mador, del liderazgo verdadero. Ése es otro de los elementos que hay que fortalecer.

el mito Chávez. Entre otras cosas, le dije al que me dijo eso: “Métete tú aquí para que te con-viertas en un mito”. Aún cuando, ciertamente, yo no estaba para nada desesperado por salir de prisión (uno se acostumbra), me dije: “Bueno, si me toca pasar aquí 20 años, 20 años pasaré; 100 años pasaré”. Es lo que decía Plejánov y el papel del individuo en la historia: tú puedes estar encadenado 100 años en una mazmorra, pero si estás consciente de que cumples un pa-pel, eres libre, eres absolutamente libre.

[No obstante,] yo sí creía que había que ir a la calle, no por estar “libre” en la calle, [por-que tendría] esa “libertad” entre comillas, sino porque había un proceso en marcha, y si uno tenía que desgastarse como combustible en la calle, en el proceso, bienvenido el desgaste y listo. Pero uno no puede estar cuidando nada, ni la vida.

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La educación, principaLdeber de todos

El primer deber de un congreso es educar a sus ciudadanos

Condiciones catalizadoras. Una de ellas, y creo que la más poderosa, y lo dice Bolívar en sus discursos, en Angostura, en Bolivia; lo dice Simón Rodríguez en su andar incansa-ble; lo dice Miranda también, lo dice Sucre: “El primer deber de un Congreso es educar a sus ciudadanos”.

La educación no es tarea [sólo del minis-tro de Educación y Deportes], no es sólo ta-rea de nosotros. Todos debemos ser educado-res. Un representante debe ser un eminente educador, por eso hablaba yo del estudio. Y

El líder verdadero debe ser un educador

Todos aquí debemos ser líderes, actuar como líderes, comportarnos como líderes, y eso tiene mucha relación con el primer co-mentario que hacía de la necesidad de cata-lizar, a través de la educación cívica, los lide-razgos verdaderos. El líder verdadero es un gran educador cívico, moral y político, es un conductor.

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donos en peregrinos, en caballeros andan-tes, en damas andantes! En un sitio por allá, sabana adentro, un fundo, un hombre y una mujer y unos niños. Unas preguntas: “¿Y la escuela?”, “Ahí mismo, detrás del caño”, “¿Cuántos niños?”, “80, 90. ¡Ay, Chávez, pero hay dos maestros nada más! ¡Ay, Chávez, pero no hay agua! ¡Ay, Chávez, no hay ni una pelotica de goma! ¡Ay, Chávez…!” O unos indios, más allá: “¡Ay Chávez, el papel que nos diste, todavía lo estamos esperando! ¡Ay, Chávez…!” Y Chávez se vuelve nada por dentro, no encuentra qué decir; me pro-voca llorar o le provoca quedarse allá con ellos, a ver cómo ayuda con sus manos, con sus piernas, con su alma.

no hay nada mejor para educar que el ejem-plo, el buen ejemplo, de desprendimiento, de trabajo incansable, de honestidad, de humil-dad; ése es el mejor mecanismo para [lograr] la educación cívica.

Educación, educación. Todos los días debemos estar educando. Ustedes deben ser unos peregrinos educadores; educadores an-dantes, de calle, a través del ejemplo, a tra-vés de la palabra, a través de la teoría y de la praxis. Yo les juro que a mí me gustaría andar de calle en calle y de pueblo en pueblo, evi-dentemente no puedo hacerlo.

Educar con el ejemploHace unos días me fui por allá, por unas

sabanas, llegué a un sitio y luego a otro. ¡Cuántas cosas se pueden hacer convirtién-

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Creo que ésa es una de las más grandes tareas. Yo hablaba de diseñar y poner en marcha mecanismos que nos permitan cata-lizar, acelerar la participación comunitaria. La educación cívica, allí estaba centrado, en la educación cívica; educación permanente de distintas maneras, con mucha inventiva, con mucha creatividad. La educación formal es un mecanismo, pero es sólo uno. Educa-ción cívica, los valores, la historia. Esta cosa de Miranda, no sabemos casi nada de eso; los valores de solidaridad, de fraternidad, los verdaderos valores cristianos, para los que creemos en Cristo, los valores humanos.

Hay una escuela que complementa, for-talece y muchas veces es más efectiva que la escuela formal: la praxis. Aprender lo que es la participación participando. Es aprender a jugar béisbol jugando, porque tú puedes

Educación y praxis: aprender a participar participando

En estas tareas debe trabajar una Asam-blea Nacional: unos diputados y unas diputa-das que vayan [por los problemas] sin descanso, día y noche. Claro, a mí no me da tiempo de ir a atenderlos uno por uno y pareciera que no es mi tarea ésa. Vamos a diseñar un me-canismo, señor presidente, diputado y amigo, un equipo en la Asamblea que reciba todo eso, ¿no tenemos tantas computadoras y sis-temas, y satélite?

Por allá conseguí a otra gente, a la que se le dio una tierra y un tractor, y están sem-brando. Por una parte, uno ve que [se] avanza, pero por otra parte hay fallas que no deberían existir.

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ser paracaidista”. Entonces, él me dice: “No, Chávez, de tanto ver, ya sé cómo es”.

“¡Ya sé cómo es! Estoy listo, estoy listo...” Bueno, finalmente él no se subió a la torre porque le daba pánico. Hay gente que le tiene miedo a la altura, cuando él iba subiendo y a la mitad se bajaba; y yo no quise ponerlo a pasar vergüenza, porque era un superior. Le dije: “¿Por qué no se va para su casa?”. Pero él no, él quería ser paracaidista. Entonces, apa-reció allá el día del salto, apareció porque ha-bló con el coronel y lo metieron en la torre.

Yo verifiqué la orden, sí era una orden. Bueno, tenemos un peligro, va a saltar este hombre sin haber pasado por la torre, ¡se iba matando!, y lo más peligroso: pudo poner en peligro a los demás.

estudiar la teoría de cómo se batea y cómo se agarra el bate y todo, pero tienes que pa-rarte ahí.

Un oficial, una vez, no quería lanzarse de un avión. A él lo mandaron a hacer un curso de paracaidismo. Yo era teniente, él era ma-yor. Yo no sé por qué lo mandaron a hacer ese curso, él como que pidió hacerlo pero después se arrepintió un poco. Yo era uno de los instructores en la torre y, bueno, uno tiene que saltar la torre cinco veces consecutivas, y [hacer saltos] perfectos para ir al avión. En-tonces él estaba ahí, con su paracaídas de re-serva puesto; se sentó en la pata de la torre, al pie de la torre mirando a los soldados y a los cadetes saltar y saltar y saltar, uno tras otro. Yo me le acerco con mucho respeto pero con cierta firmeza: “Mi mayor, si usted no va a saltar, usted no va a ir para el avión, no va a

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sas no para conservarlas; en este caso es para transformarlas. Una realidad en plena trans-formación.

La educación cívica, a través de lo formal, a través de lo informal, a través de la calle.

Educación y ley de participaciónLa escuela de la calle: la participación.

Ésa es la educación cívica, aprender a par-ticipar participando. Ahora, ¿a través de qué instrumentos?, hay muchos. Cada diputado, cada diputada (es mi sugerencia muy humil-de y respetuosa, quizás ustedes tienen más tiempo que yo, que los ministros, haciendo asambleas populares por todas partes), ha-gan asambleas populares en todas partes, pero hay que hacer un sistema de asambleas; no es hacer asambleas por hacerlas. Allí es donde enfoco y me refiero a la necesidad de que diseñemos un sistema nacional de parti-cipación y una ley de participación que están pendientes todavía […].

Montesquieu lo dice con mucha claridad: “El espíritu de las leyes debe emanar de la realidad de las cosas”, la realidad de las co-

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Los retos de La nueva asambLea nacionaL

La contraloría, recolección de problemas

Un sistema. Bueno, si el diputado del Tá-chira recorrió cuatro pueblos este fin de se-mana, debe traer una lista de novedades, de problemas, de quejas. Eso no puede quedarse en una gaveta o convertirse en una carpeta nada más. Eso tiene que llegar a un centro de control o de seguimiento, donde diputados y pueblo evalúen con las más modernas técni-cas de la información y la comunicación; una sala de guerra como la que usamos en el ám-bito castrense, una sala de operaciones don-de llegue la información. ¿Que por allá en el municipio no sé cuál a las escuelas bolivaria-

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Yo les ruego que me ayuden en eso, por-que no tengo más tiempo.

Buscar los problemas recorriendo las calles

¡Cuánto no harían los diputados reco-rriendo calles, campos y caminos! Yo sé que lo han hecho, pero no tenemos un plan. Va-mos a hacer un plan, un poderoso mecanismo. Ayer le decía a José Vicente: “Mira, así como bien me mandas todos los días una carpeta con unos análisis que me sirven de mucho, […] igual vamos a pensar en un mecanismo a través del cual, semanalmente, me llegue una carpeta del Vicepresidente […] donde llegue una serie de novedades que ocurran a lo largo y ancho del país”.

nas no les ha llegado la comida?, Aquí está la prueba, no es un chisme porque yo tengo que ir al sitio a verificar.

¿Que por allá el director del hospital tal no aparece y se llevó los reales y no llega-ron los insumos que de Caracas mandaron y Chávez cree que llegaron los insumos? [Hay que] traer la novedad a un centro de procesa-miento donde se tomen acciones en tiempo real, el mismo día, en algunos casos el mismo día. Organizar un poderoso equipo de ins-pectores que vuelen allá el mismo día, desde aquí, para verificar más a fondo el problema, traer recomendaciones y que una vez a la se-mana me llegue una carpeta con las cosas que se han hecho, con las que se han solucionado y las que no se han solucionado porque me competen a mí.

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Parlamentarismo de calle: de la comunidad objeto a la comunidad sujeto

Hay condiciones, decía yo, que debemos ir creando, que facilitan la catalización de la comunidad, y la comunidad participativa, no la comunidad objeto sino la comunidad sujeto. ¿Cuánto pueden hacer ustedes, que-ridos compañeros diputados y diputadas?, Mucho. Pero para eso tienen que hacer reali-dad lo que decía Nicolás y lo que he oído que muchos han dicho: el llamado parlamenta-rismo de calle, de campo, de barrio, de selva, de urbanización; agarren un caballo correlón como el que yo me imagino para el Escudo y váyanse.

En Vargas, por ejemplo (y me enteré por-que el gobernador me dio un papelito la otra vez por ahí, en una reunión: “Tenga Presi-dente, léalo”), hay unos tubos para las aguas servidas que tienen cinco años acumulados en Macuto. ¡Cinco años acumulados!, ¿no es eso una falta de respeto al pueblo de Vargas?, ¿no es eso una demostración de ineficiencia suprema que nos hace parecer a los gobiernos de la IV República? ¿Es o no es? ¡Claro que sí lo es!

Y yo no acepto excusas de ningún tipo. ¡Es inconcebible que eso ocurra a un Gobier-no como el nuestro, a una revolución como la nuestra!

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a la gente y ¡qué alegría!, vemos los tomates que trajeron y nos metemos a la máquina… uno sale feliz. A los seis meses me encuentro con que la tomatera no funciona bien, y yo me entero, porque se me ocurrió irme con mis hijos […]. Y donde quiera que me pa-raba había novedades: la tomatera, el central azucarero, en la carretera, etc.

¿Nadie ve eso?, ¿nadie lo ve?, ¿nadie ve la escuelita que no tiene agua?, ¿cuánto cues-ta hacer un pozo para que los niños tengan agua?, ¿nadie pasa por ahí?, ¿es posible que nadie llegue por allá? Porque yo pregunto: “Mire, ¿desde cuándo no viene por aquí un diputado, un alcalde, un gobernador?” y me responden: “No, Chávez ni se les ve el rastro, ni se les ve el polvero, están en Caracas o allá, en la ciudad, no sé”.

El caso de una tomatera cerrada por falta seguimiento

Hablé con el alcalde de mi pueblo porque pasé por allá y me enteré de que una toma-tera adonde fuimos a hacer un acto y todo, está semiparalizada. Pregunto: “¿por qué está semiparalizada?” Y me contestan: “porque no hay tecnología, no ha llegado la inver-sión y los productores de tomate dicen que los engañaron”. Y tienen razón porque si se va a tomar una tomatera que estuvo cerrada muchos años y a mi ilusionaron, y me dije-ron que eso sí iba a funcionar, que íbamos a incrementar la producción en no sé cuánto por ciento; y yo, ilusionado, agarro la agenda y me voy y llego aquí, y a veces no puedo más, de verdad el tiempo no me da para otra cosa, y hago un acto y una cadena o un Aló Presidente, anunciamos y ponemos a hablar

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pero también asambleas interactivas, comu-nicaciones con las comunidades, medios de comunicación alternativos, etc. Distintos mecanismos que habrá que llevar a un sis-tema y que tengan resultantes. No es para divertirnos, es para incrementar el poder moral de la democracia revolucionaria, es para incrementar la eficiencia, la rapidez en la aplicación de las políticas que son diseña-das y son puestas en marcha; para corregir, para detectar los errores y también los en-gaños, las irregularidades, los retardos, para ver cómo acelerar las mejoras. Si hubiera que hacer una ley especial, señor Presidente, para acelerar, Ley de Aceleración, por decir-le un nombre.

Hay que crear la proporcionalidad para aumentar la eficacia

Mecanismos catalizadores, decía, edu-cación cívica, liderazgo, valores, el ejemplo. Mecanismos que obstaculizan, barreras que obstaculizan el avance de lo que nosotros queremos. Lo de la proporción hay que solu-cionarlo. Pido al señor Vicepresidente y rue-go al señor Presidente de la Asamblea Na-cional, ruego y pido a la ministra de Ciencia y Tecnología, que diseñemos un sistema, te-nemos cómo hacerlo. No hace falta que uno vaya por allá, hoy hay un satélite a través del cual llegue y se procese [la información], se hagan asambleas.

Hablaba Nicolás de las fábricas locales, regionales, nacionales. Que haya un pode-roso movimiento participativo a través de distintos mecanismos, como las asambleas;

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Evitemos la desilusiónSi yo me doy cuenta, ciudadano participa-

tivo y protagónico, que una carretera por allá en no sé dónde la están haciendo mal, le están echando el asfalto que no es; o si no tengo el conocimiento técnico, y veo algo, que donde deben poner un puente están echando tierra, y tengo un mecanismo y sé dónde debo ir a denunciar porque hay un sistema, una red de participación comunitaria de asambleas, de enlaces.

Cada dos semanas pasa por ahí en el rucio moro, el diputado recogiendo novedades; [en esas circunstancias] ya todo el mundo sabe [y le informa] “mire, diputado, mire lo que está pasando allá en el caño El Viento, taparon el caño”. Ahora, si yo, Hugo Chávez, le di al diputado la información y veo que al día si-guiente llegó un helicóptero o llegaron a ca-

La lentitud es enemiga de la contraloría social

La batalla contra la corrupción depende mucho de eso, de la contraloría social rápida, de que llegue, que sea efectiva. Porque si yo soy un ciudadano y vivo por allá, en X pueblo y voy a hacer contraloría social y denuncio algo que estoy viendo y entrego algún docu-mento o algún indicio, alguna prueba, y re-sulta que pasa un día, pasa un mes, pasan dos meses y no hay ninguna corrección, yo me voy desilusionando, me retiro de la partici-pación porque no tendría sentido; para eso me voy a descansar, me voy con la mujer y los hijos no sé para dónde.

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El diputado suplente debe estar en la calle

Un sistema en el cual ustedes, mis que-ridos diputados, mis queridas diputadas, tie-nen que jugar un rol fundamental. No sólo los principales, también los suplentes, que creo que tienen más tiempo.

[…] Claro, tienen otras actividades, pero el suplente no puede ser un diputado que va a la cámara cuando se enferma el principal, o cuando se fue no sé para dónde, de viaje. No; el diputado suplente debe convertirse en un di-putado activo, en la calle, y debe ser el suplente, por ejemplo de... el suplente de Gabriela, […] debe trabajar con ella en llave. Al suplente de Cristóbal lo pones a andar en una mula, detrás, ahí, mosca todo el tiempo. […] En fin, donde el diputado suplente y el diputado principal al frente, jueguen un papel importantísimo.

ballo unos tipos y pararon el trabajo, enton-ces digo: “¡oye, tengo poder!, soy del pueblo y tengo poder”. Pero si nadie me hace caso, si nadie me oye, yo me voy alejando, me voy desilusionando. Vean ustedes todo lo que no-sotros podemos hacer.

Sistema nacional de participación popular

Si alguna cosa hoy, de estas palabras, debe quedar registrada en cada uno de ustedes y como compromiso, es el diseño de un sistema nacional de participación popular y de con-traloría social.

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Sistema de evaluación de los representantes

[Hay que hacer] un sistema que nos per-mita, señor vicepresidente, evaluar. Porque entonces uno dice: “¡Ah! bueno, aquí hay capacidad de respuesta. Mira, este alcalde se movió rápido y solucionó”. “¡Ah! Éste no apa-reció, mira, pasaron tres días y el hombre no hizo ni pío”. Evaluación. “Mira, este diputado, fíjate, está cumpliendo; éste no, éste nunca fue por allá, el caballo como que le falló”. A los ministros también hay que evaluarlos.

Los primeros que debo evaluar son los ministros y las ministras; son los primeros porque es mi primera responsabilidad. Eso es una obligación de nosotros, señores minis-tros y ministras, incrementar la eficiencia de nuestros equipos, permanentemente. Es una responsabilidad de todos.

Comunicación rápida Habrá cosas de las que yo debo enterarme

el mismo día, como en la guerra, cuando a uno en los ejercicios aquellos de puesto de comando, en los juegos de la guerra, que [si-mulan que] un batallón de paracaidistas saltó a la retaguardia y está amenazando los pol-vorines y los depósitos de munición y de ali-mento, eso no puede pasarse por alto, eso hay que saberlo de inmediato, es muy urgente.

Que por allá, a 300 kilómetros, se está moviendo un batallón de infantería a pie; ¡ah! bueno, hay más tiempo ¿no? Hay cosas de las cuales yo debo enterarme el mismo día y por eso hay que diseñar el sistema, el pen-samiento, la ciencia y la tecnología.

El gobernador y el alcalde también deben estar ahí.

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también las cosas positivas. ¿Para qué? Para lograr el reconocimiento justo, y cuando no sea así, para el desconocimiento.

Leyes especiales para la participaciónPor ejemplo, las misiones. Cada misión, yo

creo a estas alturas, que ya requiere ser con-vertida en una ley, así como principio. Habrá excepciones, habrá incluso aquellas que ya las tienen, pero cuidado si requieren una ley es-pecial porque no es lo mismo, o mejor dicho, es posible que no encuadre exactamente la Misión Robinson, la Misión Ribas, la Misión Sucre con la Ley de Educación, o ahora, que vamos a lanzar la Misión Negra Hipólita, cuya punta de lanza es el Ministerio de Par-ticipación Popular y Desarrollo Social con el general García Carneiro al frente para darle mayor amplitud, cohesión, consistencia a la

Ensayar la contraloríaEl seguimiento de contraloría, vamos a

hacerlo, y pronto. Cuando tengan un diseño les ruego que me lo comuniquen para mirarlo y ponerlo en práctica, para ensayar; y les rue-go a los señores diputados y diputadas, que trabajemos duro en esto. Cuento con ustedes como caballeros y damas que andan por allí, buscando novedades, buscando irregularida-des, buscando atrasos, hablando con la gente. Y luego las acciones. Hay que hacer un es-fuerzo muy grande al respecto de esto.

Yo podría, por ejemplo, todos los sábados, dedicarme a eso; al menos un medio día re-visaría esas novedades y emitiría las órdenes correspondientes. Pero tiene que ser una ta-rea constante, creo que el sistema como que obliga a tener un día de chequeo semanal, de novedades, de eficiencia, mentiras, errores;

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Economía Popular donde, por ejemplo, se establezca como mandato constitucional, le-gal que las cooperativas que están naciendo como parte de la Misión Vuelvan Caras que produzcan bienes y servicios para la exporta-ción, que no son muchas pero ya están algu-nas, no deben seguir el mismo camino que una transnacional. ¡Por el amor de Dios! Es el derecho justo lo que necesitamos, no el de-recho injusto que lleva a forma legal las des-igualdades, que legaliza las desigualdades.

En fin, de cada misión creo que hace falta que salga una ley o que se desarrolle una ley. Convertir en leyes revolucionarias las gran-des barreras. Les ruego que oigan bien este concepto, convertir en leyes revolucionarias las grandes barreras que frenan, que obstacu-lizan el avance de la Revolución. Para decirlo de otra manera, quizás mejor, que de cada ba-

misión. Creo que es urgente que acoplemos el proyecto de Ley de Participación Popular con las acciones que estamos trabajando des-de el Gobierno.

Hay que convertir los frenos en leyes revolucionarias

No tendría sentido que el Gobierno esté impulsando un plan y estén en el ministerio unos técnicos trabajando, y esté por allá, en otro sitio, totalmente desconectado, un grupo de diputados, una comisión, elaborando con unos asesores el proyecto de Ley de Partici-pación Popular y, de repente, me la manden a mí y eso no tenga nada que ver con lo que ya está en marcha.

Lo mismo pasa con la Misión Vuelvan Caras. [Creo que hace falta] una Ley de

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pesar de que le bajemos los intereses, a pesar de que dictemos unos cursos y unos talleres, no basta para romper el sistema capitalis-ta perverso. Como no basta este puño para tumbar una pared.

Entonces, vienen los capitalistas interme-diarios que conocen todo el sistema (que lo diseñaron ellos y está intacto), le compran al productor de café y le pagan una miseria 100 mil bolívares si acaso por quintal, o menos y después quieren vender el kilo de café proce-sado a 14 mil bolívares el kilo, cuando pagan 2 mil por el café verde.

Yo les digo que entre la posibilidad de que eso continúe así y la muerte, prefiero la muer-te. Yo exijo, en primer lugar, en mi Gobierno, que eso se acabe, ¡tiene que acabarse!

rrera reconocida, estudiada, surja una ley para demolerla, para debilitarla.

Si no desmontamos el Sistema, éste acaba con nosotros

Les voy a poner un ejemplo, el del café. 99 por ciento de los productores son pobres, ga-nan una miseria. ¿Les damos crédito? Sí, he-mos incrementado los créditos, pero ¿quién se queda con la ganancia del crédito? El in-termediario, la agroindustria. Si nosotros no desmontamos el sistema [económico], el sis-tema nos desmonta a nosotros.

Eso es aplicable a cualquier rubro. No nos engañemos, no nos autoengañemos. El crédito de lo que estamos dando, la ganancia verdadera, la plusvalía se la queda el interme-diario, el capitalista. El campesino, si acaso, a

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Tenemos que dejar de ser la democracia bobalicona y débil. Tenemos que ser capaces de que esta ley se cumpla, esta magna ley y las leyes que de ella se derivan o deben derivarse pero aún no se han derivado. Una poderosa ley antimonopolio, pero de verdad […]. Una ley no puede ser un conjunto de principios, eso es la Constitución. La ley es la espada, la Constitución es el mapa. Bueno, una ley, señor Presidente. Yo ruego que establezcan plazos, normas. Una ley, además, muy reglamentaria, bien hecha, bien detallada; para cuya apli-cación no se requiera un conjunto de regla-mentos. Leyes muy bien detalladas, que pre-vean cualquier tipo de acción para recuperar la plena soberanía en el manejo económico de los recursos del país.

Pido ayuda a los señores ministros del área respectiva, al señor vicepresidente y a la Asamblea Nacional.

Es como el caso del latifundio. ¿Hay de-fensores del latifundio entre nosotros?, ¿cómo es eso? ¡que se vaya de aquí el que salga a de-fender... que se vaya de aquí! ¿Hay defensores del monopolio entre nosotros? Ése es un in-filtrado (si es que lo hubiera, estoy haciendo una especulación).

Leyes poderosas y su estricto cumplimiento

Creo que es necesaria una ley que sea como una espada afilada por los dos lados, como dicen que Pedro Pérez Delgado cargaba el machete siempre: afilado por los dos lados; si pelaba de aquí para allá agarraba de regreso.

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café, con el maíz, pasa hasta con el agua en muchos casos.

En el estado Zulia, este pozo al Oeste del lago, este campo tiene 1.698 kilómetros cuadrados, el convenio operativo les dio esta extensión de agua, y ¿saben cuánto estaban usando realmente? ¡300 kilómetros cuadra-dos! ¿El resto? Bueno... prácticamente un dominio de ese campo, municipio Urdaneta.

¿Saben cuánto salía el costo de produc-ción un barril de petróleo? 19 dólares el ba-rril. Ahora el costo real para nosotros va a de ser de 3,7 dólares el barril, ¡nos han es-tado robando! Por la aplicación de la nueva ley, a través del cual se acabaron esos con-venios, cerca de 40 empresas transnacionales llegaron aquí, se asentaron, sacaban un barril de petróleo que les costaba 3,5 dólares o 3,4 sacarlo y Pdvsa estaba obligada, hasta el 31

Con una ley poderosa recuperamos soberanía petrolera

No se trata sólo del petróleo. El petróleo ni siquiera es lo más importante, vean ustedes cómo hemos logrado, con la aplicación de la Ley de Hidrocarburos, recuperar los campos. Éste es un buen ejemplo.

[…] Hicimos una reunión anteayer con casi 100 gerentes y líderes de Pdvsa (Petró-leos de Venezuela). Hemos recuperado 32 campos, aquellos que entregaron a través de la apertura petrolera. Se negaban todos, pero al final tuvieron que aceptar que éste es un país soberano y que hay una nueva ley. Se acabó la “apertura petrolera”. […] Hemos recuperado edificios, instalaciones, las aguas del lago, la tierra venezolana, pues; eso lo manejaban las transnacionales como si fue-ran pequeñas repúblicas. Igual pasa con el

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café; vayan hasta por el último potecito de leche; hasta por el último alimento acapara-do!, y ministro de Alimentación, ministro de Agricultura: a venderlos en las calles, en los mercados populares al precio regulado. ¡Aquí tiene que cumplirse la ley!

Por encima de cualquier circunstancia tiene que cumplirse la ley […]. Yo no llegué aquí para ser un muñeco pintado en la pared, no. Eso es triste, ningún ministro, ministra, general ni diputado debe considerarse un muñeco en la pared.

La guerra de los industriales del café por la plusvalía

Anteayer me dijeron que no hay café por-que los industriales exigen que, como se in-crementó el café verde (es justo incrementar

de diciembre pasado, a comprarles ese barril ¡en 20 dólares! Pdvsa pagando con dinero de la Nación. Además, pagaba la regalía Pdvsa. Ellos no pagaban regalía ni nada, ni Impues-to Sobre la Renta (Islr) porque declaraban pérdidas todos los años. Además de eso, las inversiones que ellos hacían, Pdvsa tenía que pagárselas, reconocérselas en dólares. Éramos una colonia.

Aquí tiene que cumplirse la LeyEso también está ocurriendo con el maíz,

el café, el azúcar. Estamos en manos de sec-tores que manipulan, que monopolizan y si el Gobierno no los complace aumentan-do los precios a como a ellos les dé la gana, acaparan. Bueno, señores generales, minis-tro de Defensa, Guardia Nacional, Ejército y Cufan: ¡vayan hasta por el último kilo de

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Leyes inexorablesEl café no es de ellos, ese café es del país.

Habrá que pagarles lo que cueste realmente el café; por eso pido, señor Presidente, y voy a tomar una frase de nuestro Libertador y lí-der eterno: “Leyes inexorables” y Gobierno inexorable […].

Me decía el general Silva que ahora he-mos conseguido mucho café verde, ¡lo tienen acaparado!, ¿no ve que se lo compraron muy barato a los productores y están esperando que yo les incremente el precio? No les voy a incrementar el precio.

Ahora, si ellos no quieren tostar el café en la torrefactora que tienen, les quitamos la torrefactora también. Nacionalizamos la to-rrefactora.

el café verde y lo incrementé de manera apre-ciable) [debe incrementerse el precio del café procesado también].

Oyendo opiniones de los ministros, de gobernadores como Reyes Reyes, Antonia Muñoz, que viven ahí el problema, que no están aquí en Caracas, que están allá con los productores, escuchándolos, leyendo infor-mes, etc., decidí incrementar el precio del kilo del café verde al productor. Entonces, aquí, los industriales exigen que si el Go-bierno no les pone a 12 mil bolívares el kilo, entonces ellos no venden café, ¿no venden café?, ¡les quitamos el café!, ¡si no lo venden se lo quitamos!

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No aceptaremos que ningún sector imponga su propia ley

Éste es un ejemplo de cómo se recupe-ra un país. Pero, repito, falta mucha tela que cortar.

Recuerdo cuando el corralito aquel que nos impusieron, cuando el golpe financiero de la banca privada […]. Claro, eran otras circunstancias, pero igual pasa con el sector bancario. Éste sector tiene que incrementar la intermediación financiera y bajar los costos de funcionamiento. Nosotros no podemos aceptarle a nadie que imponga su propia ley, en ningún sector, ni económico, ni político, ni religioso, ni social, ni militar, no. Aquí hay una Constitución y cada día tiene que estar más fortalecida.

No seremos débiles en la lucha del más fuerte

No podemos ser débiles, estamos gober-nando un país y tenemos, además, poderosas fuerzas contrarias aquí dentro que pretenden seguir imponiendo su ley que no es ésta, es la ley del más fuerte, es la ley de la selva. Gran-des sectores económicos, nacionales, interna-cionales, dueños de medios de comunicación que se creen con un poder por encima de la Constitución y de las leyes.

Hay que ir contra ellos con la espada afi-lada por los dos lados. ¡Exijo leyes inexora-bles y acciones inexorables de mi Gobierno al respecto!

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Leyes hechas por el puebloPor otra parte, hablé primero de convertir

en leyes populares las misiones, pero [éstas deben estar] hechas por el pueblo (eso no lo había dicho, no leyes hechas ahí con unos asesores). Leyes hechas en la calle, a través de asambleas, que el pueblo sepa que él puede hacer leyes porque esta Constitución le de-vuelve ese poder. Que el pueblo haga leyes, leyes populares, leyes sociales, leyes revolu-cionarias; que participe el pueblo en el dise-ño y elaboración de las leyes, y luego en su aplicación.

De cada agresión debe surgir un escudo de normas

De cada agresión también debe surgir como norma, como principio, una ley. Una ley que vaya conformando como un escudo para

Hacer de las barreras, leyes revolucionarias

Hablaba de convertir en leyes revolucio-narias las grandes barreras. Un ejemplo, la barrera del monopolio. Habría que hacer una ley especial contra monopolios de aplicación rápida, yo pido que se estudie esto. Cada ba-rrera, la corrupción, el burocratismo (ésas son otras dos barreras que tenemos las cuales im-piden el avance más rápido y más eficaz del proyecto revolucionario). La Ley Anticorrup-ción, una ley que sea eficiente, que no sea un conjunto de principios, que nos permita ac-tuar con mayor eficiencia. Lo mismo el caso del burocratismo, eso sigue haciendo mucho daño, y corresponde especialmente al Poder Ejecutivo determinar dónde están las barre-ras y desmontarlas.

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brá otras que, como ya he dicho, requieren hasta niveles reglamentarios para que sirvan de verdad, para que sean eficientes [en cuan-to] a la búsqueda del objetivo [dispuesto].

Urgente: Sistema Nacional de Contraloría Social

De todo esto quizás lo más urgente, desde mi punto de vista, es la creación de un Sistema Nacional de Contraloría Social, más o menos parecido al que me he referido: con centros de control, de evaluación, de registro de errores, de engaños, de irregularidades; [debería tener] una Sala Nacional de Control a donde llega-ran los informes, y que a mí se me informara semanalmente de la marcha de ese proceso, quiero que se me recomienden decisiones.

neutralizar esa y futuras agresiones. [Esta es una] sugerencia que me permito hacer.

De viejas leyes, de cada error, debe surgir la invención

De cada ley vieja que no sirva tiene que surgir otra ley nueva, hecha por el pueblo, hecha por la Asamblea en la calle. De cada error debe salir una invención y, es posible, que de un conjunto de errores detectados y de invenciones necesarias, surja también la necesidad de leyes populares, leyes sociales.

Para hacer una ley no hacen falta tres meses

Para hacer una ley no hace falta [que transcurran] tres meses, una ley puede ser de dos o tres artículos. Para casos especiales ha-

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No terminemos siendo una asquerosa élite

Vean ustedes que estamos ante un reto que ya Bolívar planteaba. Decía: ¿cómo tras-cender lo representativo y pasar a lo partici-pativo?, ¿a través de qué mecanismos?, ¿cómo resolver el problema de la proporción, de la representación, para convertirla en masa par-ticipativa, y para no terminar siendo nosotros una asquerosa élite, una nueva élite, una nue-va clase política alejada de esa masa anhelan-te que es la vida de este proyecto?

La consulta en masa, no a la éliteComo decía Bolívar en lima, en aquel es-

crito de 1824 al que me he referido en varias ocasiones y que es muy profundo y recoge el pensamiento profundamente democrático, popular y revolucionario de Simón Bolívar: “Nada hay más conforme con las doctrinas populares que consultar a la nación en masa acerca de las cuestiones fundamentales del Gobierno, del Estado, de las leyes, del ma-gistrado supremo...”. Y luego agregó: “La consulta en masa...”, “en masa” es democra-cia plena, popular, participativa; no la con-sulta a la élite.

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con eL puebLo todo, sin eL puebLo nada

Todos los particulares pueden terminar en corrupción o engaño

Agregaba después Simón Bolívar que: “Todos los particulares están sujetos a la co-rrupción o al engaño, pero no así el pueblo que tiene juicio, tiene conciencia plena, con-ciencia plena de su grandeza” y al final agre-ga: “Por eso es que siempre he preferido sus consejos, los del pueblo, a los de los sabios. Tengo pruebas irrefragables del buen tino del pueblo en las grandes resoluciones”.

¡Con el pueblo todo, compañeros, compa-ñeras, sin el pueblo nada!

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índice

PRESENTACIóN ....................................................................... 3

Teoría de la proporción del poder ............................................. 5

Esta es una Asamblea legítima y multipartidista ...................... 6

La representatividad y la proporción ......................................... 8

Representación “republicana” versus “teatral” ........................... 8

LA DEmoCRACIA REvoLUCIoNARIA ................................... 11

Sin la participación popular, no hay democracia ..................... 11

Dialéctica de la democracia y la revolución ............................. 12

Democracia revolucionaria no es lo mismo que revolución democrática ........................... 14

La democracia revolucionaria debe ser fuerte ......................... 15

Inventamos o erramos ............................................................ 16

Bienvenido el error, guerra al engaño ..................................... 17

Teoría del poder: la democracia poderosa ............................... 19

Liderazgo moral y político ...................................................... 37

El líder verdadero debe ser un educador ................................. 38

LA EDUCACIóN, PRINCIPAL DEBER DE ToDoS ................... 39

El primer deber de un congreso es educar a sus ciudadanos ..................................................... 39

Educar con el ejemplo ............................................................ 40

Educación y praxis: aprender a participar participando .......... 42

Educación y ley de participación ............................................. 46

LoS REToS DE LA NUEvA ASAmBLEA NACIoNAL ............... 49

La contraloría, recolección de problemas ................................ 49

Buscar los problemas recorriendo las calles ............................ 51

Parlamentarismo de calle: de la comunidad objeto a la comunidad sujeto ................................................. 53

El caso de una tomatera cerrada por falta seguimiento ................................................ 54

Hay que crear la proporcionalidad para aumentar la eficacia ...................................................... 56

La lentitud es enemiga de la contraloría social ....................... 58

Evitemos la desilusión ............................................................ 59

Democracia poderosa porque tiene poder de transformar .................................................... 20

El poder constituyente sigue ................................................... 21

LAS AmENAzAS A LA REvoLUCIóN ABUNDAN .................. 23

Debemos ser capaces de reconocer las amenazas en colectivo .......................................................23

La principal amenaza: el secuestro de la participación popular ..................................................... 24

La amenaza mediática ............................................................ 25

La corrupción y las desviaciones ............................................. 27

Hay que demoler los procedimientos antirrevolucionarios ............................................................... 28

La historia se puede planificar ................................................ 29

EL NUEvo LIDERAzgo ......................................................... 31

Los gobernantes deben ser estudiosos ................................... 31

La humildad del dirigente revolucionario ............................... 32

Pobre del país que necesite héroes ......................................... 33

Liderazgo de transición .......................................................... 34

El individuo en la Historia ....................................................... 35

Leyes hechas por el pueblo ..................................................... 81

De cada agresión debe surgir un escudo de normas ............... 81

De viejas leyes, de cada error, debe surgir la invención ........... 82

Para hacer una ley no hacen falta tres meses .......................... 82

Urgente: Sistema Nacional de Contraloría Social .................... 83

La consulta en masa, no a la élite ........................................... 84

No terminemos siendo una asquerosa élite ............................ 85

CoN EL PUEBLo ToDo, SIN EL PUEBLo NADA ..................... 87

Todos los particulares pueden terminar en corrupción o engaño ........................................... 87

Sistema nacional de participación popular ............................. 60

El diputado suplente debe estar en la calle ............................ 61

Comunicación rápida .............................................................. 62

Sistema de evaluación de los representantes ......................... 63

Ensayar la contraloría ............................................................. 64

Leyes especiales para la participación .................................... 65

Hay que convertir los frenos en leyes revolucionarias ............. 66

Si no desmontamos el Sistema, éste acaba con nosotros .......................................................... 68

Leyes poderosas y su estricto cumplimiento ........................... 70

Con una ley poderosa recuperamos soberanía petrolera ......... 72

Aquí tiene que cumplirse la Ley .............................................. 74

La guerra de los industriales del café por la plusvalía ............. 75

Leyes inexorables ................................................................... 77

No seremos débiles en la lucha del más fuerte ....................... 78

No aceptaremos que ningún sector imponga su propia ley .................................................. 79

Hacer de las barreras, leyes revolucionarias ............................ 80

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