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INTRODUCCIÓN ESTA REVISTA PRETENDE SER EDUCATIVA E INCIDIR EN ESE MISMO CAMPO Marzo del 2008 Volumen 3, # 2 LA DIÁSPORA - DONDE LO DISPERSO ENCUENTRA UN SENTIDO - DIRECTORIO Mtro. Ignacio Iván González Anaya Director de la publicación Lic. Adriana Navarro Almeida Colaboradora Lic. Francisco Javier Reyes Sánchez Colaborador Lic. Gustavo Nuño Miramontes Colaborador Contenido: Introducción 1 Iván 2 Adriana 4 Gustavo 6 Francisco 8 Los grandes opinan 10 Los espacios sociales los construimos los individuos y en ellos vamos conociendo diferentes formas de ser y gracias a eso es que construimos nuestra identidad como personas. Con lo anterior se contemplaría cualquier espa- cio social en el que se defina un grupo de pertenencia (familia, amigos, trabajo, etc) Las construcciones que de allí surgen en los indivi- duos, son elementos para la construcción moral y volitiva de los mismos, y de las demás esferas de la personali- dad. Pero cuando dichos elementos de la personalidad integrada los encontramos fragmentados, damos cuenta de sujetos(as) enfermas psicológicamente, con baja auto- estima, sin propósitos propios a cumplir y muy pendientes y dependientes de la vida privada de los demás. Confun- den lo público con lo privado, la realidad con lo imaginario y los deseos se vuelven fijaciones. Los desempeños éticos se convierten en simples re- quisitos para sobrevivir y solo así justificar la fútil existen- cia de su ser, hacer y quehacer. Hoy invitamos a la lectura de cuatro puntos de vista sobre la ética y la moral en el espacio laboral y a sacar sus mejores conclusiones. Atentamente: Ignacio Iván González Anaya

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Reflexiones sobre el acto educativo y algo más.

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INTRODUCCIÓN

ESTA REVISTA PRETENDE SER EDUCATIVA E INCIDIR EN ESE MISMO CAMPO

Marzo del 2008 Volumen 3, # 2

LA DIÁSPORA - DONDE LO DISPERSO ENCUENTRA UN SENTIDO -

DIRECTORIO

Mtro. Ignacio Iván González Anaya

Director de la publicación

Lic. Adriana Navarro Almeida

Colaboradora

Lic. Francisco Javier Reyes Sánchez

Colaborador

Lic. Gustavo Nuño Miramontes

Colaborador

Contenido:

Introducción 1 Iván 2 Adriana 4 Gustavo 6 Francisco 8 Los grandes opinan 10

Los espacios sociales los construimos los individuos y en ellos vamos conociendo diferentes formas de ser y gracias a eso es que construimos nuestra identidad como personas. Con lo anterior se contemplaría cualquier espa-cio social en el que se defina un grupo de pertenencia (familia, amigos, trabajo, etc)

Las construcciones que de allí surgen en los indivi-duos, son elementos para la construcción moral y volitiva de los mismos, y de las demás esferas de la personali-dad.

Pero cuando dichos elementos de la personalidad integrada los encontramos fragmentados, damos cuenta de sujetos(as) enfermas psicológicamente, con baja auto-estima, sin propósitos propios a cumplir y muy pendientes y dependientes de la vida privada de los demás. Confun-den lo público con lo privado, la realidad con lo imaginario y los deseos se vuelven fijaciones.

Los desempeños éticos se convierten en simples re-quisitos para sobrevivir y solo así justificar la fútil existen-cia de su ser, hacer y quehacer.

Hoy invitamos a la lectura de cuatro puntos de vista sobre la ética y la moral en el espacio laboral y a sacar sus mejores conclusiones.

Atentamente:

Ignacio Iván González Anaya

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EL QUE NO LA TENGA, QUE SE LA COMPRE

Por Ignacio Iván González Anaya*

Ética: Parte de la filosofía que trata de la moral y de las obligaciones del hombre. Moral: Perteneciente o relativo a las acciones o caracteres de las personas, desde el punto de vista de la bondad o malicia. Entonces una característica de la Ética sería que estudia los actos (vistos como cons-trucciones colectivas) de los sujetos sociales y sus repercusiones en la sociedad a partir de los derechos y las obligaciones. Ejemplos de situaciones éticas serían: el aborto, la contaminación, la política ficción, la prostitución; y no si Juana aborto o no. Por otro lado, la moral encuentra su característica fundamental como ejercicio individual, entonces desde mis principios podré enjuiciar mis propios actos y jamás los de los de-más. Es decir yo soy la medida de mis actos y solo en ese sentido los enjuicio para mí. Cada quién someterá a juicio los suyos si es que su escala valoral así lo determina y su desarrollo moral lo permite. En el espacio laboral y durante el ejercicio en el mismo, ciertamente debe existir un pa-rámetro ético de los desempeños realizados, es decir, qué tanto se ha cumplido con los fines y propósitos de los programas, desde qué lógica de acción, mediante el uso de qué instrumentos, si ha existido apego al respeto de los derechos humanos y cuáles serían las repercusiones colectivas de estos quehaceres Hablar de ejercicio moral es hacerlo a nivel individual, y entonces el individuo por sí mis-mo cuestionaría sus propios actos bajo los fines que él personalmente busca. Es pensar si sus acciones en las relaciones sociales que se presentan en ese medio, persiguen un fin bueno o malo así como sus consecuencias personales; pero jamás para enjuiciar a otro (a). De repente en estos espacios de convivencia (hablo en este caso del laboral) uno se encuentra ciertos grupusculos (bueno ni a eso llegan, simple y sencillamente personitas) pretendidamente de vanguardia, pero ciertamente abyectas e inquisitoriales (con todo lo que esto quiere decir, arcaicos, anacrónicos, libidinalmente frustradas(os) e intelectual-mente dependientes). La existencia de estos(as) sujetos(as) no preocupa (pues debe-mos ser tolerantes ante los diferentes) pero la cuestión es que desde la referencia con-textual de su actuar (venidos de la clase media más rancia, con problemas en la relación lenguaje-pensamiento –acción y con una doble moral galopante) se asumen como vigi-lantes de la moral de los otros y no de la suya propia.

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Volumen 3, # 2

Licenciado en Psicología

Maestro en Ciencias de la Educación por el ISIDM

Asesor de la Unidad MEIPE Tlaquepaque

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Entonces se encargan de hablar de lo que hacen o no hacen Fulano y Sutana, de que si plati-can Mengana y Perengano, de si andan juntos o no Magdalena y Gestas, que si Pancha y Juan son o no son amantes, etc. ¡Qué barato su actuar y qué frágiles sus intenciones! pero desde un análisis psicológico clínico todo lo anterior cobra significado; sus síntomas hablan de la ruptura en la esfera de la autoestima de su personalidad: grandes vacíos de afecto, desme-dido apego a la figura materna lo que deviene en una alta competencia hacia la misma pues es vista como castrante, ausencia casi constante de la figura paterna y un desarrollo sexual no pleno ni funcional (en los hombres flacidez del pene y eyaculación precoz. En las mujeres anorgasmia, vaginitis o frigides). Sin duda lo que dejan ver son sus síntomas y éstos también los(as) han llevado a construirse historias en sus cabezas, pero solo allí. Lo anterior dista de los ejercicios de análisis que desde la ética de la profesión se deberían realizar constantemente, pero peor aun, se alejan diametralmente del ejercicio moral del ac-tuar propio. Alguna vez Carlos Monsivais dijo “la moral es un árbol de moras o sirve para pura chingada” hoy yo digo a los que hacen uso de su moral de forma dolosa si no tienen una vi-da; comprense una para que se entretengan en ella chance y así los desempeños perso-nales y en consecuencia los profesionales en nuestros espacios de convivencia serían menos patológicos y más productivos, pero sobre todo más educativos.

• Licenciado en Psicología

Maestro en Sociología de la Educación

Asesor de la Unidad Tlaquepaque del MEIPE

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LA ATENCIÓN INTEGRAL DE LA ESCUELA

Por : Adriana Navarro Almeida

Hablar de la ética y la moral me parece complicado pues cuando así sucede suele pen-sarse que terminaremos leyendo u oyendo un sermón. y, como no me gusta andar de predicadora sino es sólo con mis actos pues... se pone difícil. Lo que sí puedo hacer es hablar de cómo concibo el terreno de lo ético en el espacio educativo y lo ético lo entiendo como el conjunto de valores que socialmente nos han resultado útiles para una convivencia más o menos tranquila entre seres humanos: PRI-MERO EL RESPETO; Por mi trabajo, por mis alumnos, por mis compañeros y por la di-ferencia. SEGUNDO LA RESPONSABILIDAD; todo lo que hago o digo tiene consecuen-cias buenas o malas así, que hay que actuar con la certeza de que asumo las conse-cuencias. Responsabilidad, desde mi preparación académica, hasta planeación y eva-luación de los procesos de enseñanza. Responsabilidad entonces ante el nombramiento que firmé de Maestro Catedrático. TERCERO TOLERANCIA, que es en el que más me aplico pues creo firmemente que es la base de la convivencia pacífica, respetuosa y res-ponsable que podemos encontrar en el espacio educativo. Por lo anterior puedo entablar diálogos con mis alumnos, con mis colegas y con mis au-toridades dando y pidiendo eso mismo que otorgo, en el plano de la ética mi conjunto de valores me permite analizar un discurso y buscar la congruencia o no en las prácticas, y entonces buscar los canales adecuados para expresar lo que para mí no es congruente o apoyar el trabajo realizado. Las discusiones quedan en el plano intelectual, no en el de la afectividad, porque si se pasan a esa otra dimensión la tripa pudiera ganarle a la ra-zón. Que pura, casta y ascéptica sueno pero no, soy más cochambre que el que más, sin em-bargo, cuando no estoy en el espacio de lo privado me cuido mucho de no emitir juicios sobre, actitudes, conductas, apariencias o discursos que atañen el espacio de lo perso-nal o privado. ¡Claro que me enferma ver a un maestro con pose de galán con las alum-nas porque no me parece ético!. ¡claro que me enca…brita ver a una maestra de coque-ta con alguien que no es su marido! ¡claro que no me parece apropiado el vestido rabón de aquella en un salón donde tiene mesa y no escritorio que le tape! Pero… Me callo. Corresponde a su esfera privada y mi moral podrá aplicar todo el rigor de su censura pe-ro no tengo el derecho de emitir mis juicios porque me arriesgo a ser salpicada por la moral de otro, al que no tengo que explicarle la razón de mis actos.

Egresada del ISDM en Sociología

Catedrática de la B. y C. Escuela Normal de Jalisco y Asesora de la Unidad de la MEIPE

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Entonces, la moral me guía en mis actos cotidianos pero en el espacio educativo los aplico como normas éticas donde tengo las certezas de lo que no realizaré y de lo que seguiré defendiendo en la búsqueda de una enseñanza de calidad y responsable. Pue-den no gustarme muchas situaciones, actitudes o discursos pero, si no alteran el desa-rrollo y la convivencia en y del espacio educativo, pues ni hablar, que mi moral se retuer-za pero trabajaré en equipo aunque lo que viva el otro en lo privado no me parezca. Creo entonces que hablar de ética y moral en el espacio educativo debe ser o deberá iniciar por el espacio individual. YO SOY ASÍ, ESTO SÍ HAGO, ESTO JAMÁS LO HARÉ. Pero subrayo el YO ya que no puedo ser la conciencia con patas de la esfera personal de los demás, sin embargo en el espacio educativo puedo hablar apoyada en la ética de un NOSOTROS, cuando comprendamos que en la escuela somos todos los actores los responsables de que los propósitos se cumplan independientemente de con quién y có-mo me gusté dormir. Aunque como sentencia inquisidora puedo afirmar: No debe haber mucha diferencia entre como se vive lo público y lo privado porque si no está cañón hablar de congruencia.

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Educación Moral y Volitiva…como ir superando dificultades

(la base de la preparación psicológica).

Por : Lic Gustavo Nuño Miramontes

Siempre es común que lo primero que me preguntan es: y como es posible desarrollar a nuestros deportis-tas, como que si fuera una fórmula mágica, un simple deseo. Por supuesto que la respuesta es muy comple-ja y larga, pero hoy trataremos de analizar estas inquietudes de una forma breve, precisa y concisa. Más de algún colega que colabora en La Diáspora ha escrito acerca de las bases de la educación integral, ese es un buen primer paso para iniciar un trabajo a corto, mediano y largo plazo. Mientras más fuerte, pro-fundo y firme es el proceso de la educación formal integral, más fructífero y estable se convierte el proceso de crecimiento de los deportistas en edades tempranas, pero sobretodo en proyectos a largo plazo. Prácticamente la cultura anglosajona vende las ideas del entrenamiento psicológico aplicado directamente en el entrenamiento deportivo, como que si se tratará de unas técnicas y procedimientos muy directos, sin tomar en cuenta la formación y preparación moral y volitiva del deportista (Matveev, L. 1983), aspectos preli-minares al entrenamiento psicológico. ¿Pero como es esto? Estos dos aspectos de la preparación del deportista y el entrenador consisten en:

Los principales métodos de esta preparación son: De convencimiento. Este es el método principal de trabajo en el entrenamiento, la competencia y el en-frentamiento deportivo. Cuando el/la deportista está convencido de algo y cree en la justeza y necesidad de dicho trabajo todo se hace más fácil. El ejemplo del entrenador y todo su soporte técnico es esencial en este método, no bastan las palabras. Todas las indicaciones y órdenes deben de ser siempre bien pensadas, nunca se deben de retractar cuando se presenta un acuerdo. Coactivo o coercitivo. Pero no todo debe de ser palabras y/o estímulos de buenos ánimos en el entrena-miento y la competencia, también existen las sanciones y amonestaciones. De hecho cada entrenador de-bería de tener una “escala de sanciones”, dónde vaya de la amonestación “en cortito” hasta la separación parcial y/o definitiva del equipo deportivo cuando la situación sea demasiado seria y lo amerite. Nunca olvide sancionar y/o castigar a su deportista si este se hizo acreedor a ella, aunque este sea o haya sido un cam-peón en x prueba.

Preparación moral Preparación volitiva

Es el conjunto de facultades del espíritu, por contraposición a lo físico, es la disposición del ánimo para el cumplimiento de una mi-sión, perteneciente o relativo a la forma y modos de la vida pública en relación con las categorías del bien y del mal.

Por actividad volitiva se entiende la actividad consciente y orientada a un fin del hombre, relacionada con la superación de los obstácu-los que se interponen en el logro de ese fin y siempre con las reglas del juego limpio. (Ozolin, 1990, las cursivas son nuestras).

* Lic. En Psicología/ Catedrático del Centro Universitario de las Cs. De la Salud U d G. Director Técnico del Equipo de Triatlón TRIXAL

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.Elevación gradual de las dificultades. Este método va en función de enseñar al deportista de una forma ordenada y racional para que aprenda a vencer dificultades en el terreno mismo de la acción (alberca, pista, carretera, gimnasio) y que estas siempre se le presentarán en la competencia. Por ese motivo juegan un papel muy importante a veces las competencias “patito” o la rutina más simple. De las competencias. Aquí de lo que menos se trata es que se haga en la competencia misma, al revés, este método nos propone que se aplique en el entrenamiento. Por supuesto que este método si no se aplica con entera limpieza y equidad a veces crea un efecto inverso, por lo que se debe de tener mucho cuidado en su aplicación. De los ejercicios o de creación de hábitos correctos (el agregado en cursivas es nuestro). Este método va directamente a intentar repetir de una forma consciente y sobretodo de una manera amable las buenas acciones del deportista en todos los sentidos de su existencia. Siempre en todo proceso solo con acciones repetidas se pueden crear ciertos estereotipos necesarios en el deporte, aunque a veces lo único que hace-mos es perfeccionar las fallas y los errores. Estos métodos juegan un papel muy importante en la formación y desarrollo de l@s deportistas (de cual-quier edad y nivel), pero obviamente hay un primer requisito: la posición firme del entrenador en estos plan-teamientos. Dichos métodos a veces se dan de manera mezclada, por eso es importante saberlos manejar de una manera muy sutil y sabia, responsabilidad principalmente del director técnico y/o entrenador. Tema aparte pero en la misma dirección sería el papel de los dirigentes deportivos y padres de fami-lia…aunque en nuestro modelo del deporte mexicano la ética y moral están muy desgastados, ya que lo cotidiano es el juego sucio entre los hombres de pantalón largo (y por lo general contaminan a los padres de familia). Recordemos que el deporte no es ajeno a la dinámica política-ideológica del país y los máximos valores del hombre tienen mínima presencia en la misma dinámica deportiva. Estamos convencidos de que la aplicación racional, sistemática y sobretodo con una gran madurez harán que usted entrenador y su equipo logren superar las múltiples dificultades que se presentan (los llamados factores externos del deporte). Esas dificultades tan cotidianas en nuestra práctica deportiva, que mientras para unos son unas simplonadas para otros se les puede “cerrar el mundo” y abortar su propio proceso de-portivo (y que no son situaciones solo del deporte, por ejemplo el caso Ana Guevara). Al final de cuentas estos aspectos de la formación y preparación son la base del entrenamiento psicológico y van muy ligados al principio de lo consciente que tanto énfasis hacen los teóricos del entrenamiento de-portivo, y esa es la diferencia entre el primero y el segundo lugar. Recordemos que el deporte educa para la vida, y con la educación no se juega!!!

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Reflexiones armónicamente deshilvanadas en torno a la moral del Docente

Por : Francisco Javier Reyes Sanchez

Durante muchos años, y hace muchos años, se hablaba del profesor como un modelo de conducta, un ejemplo a seguir…así nos formaron en las Normales, así era visto el docente en las escuelas y en el seno de las familias. Se llegó a equiparar al Maestro a un ministro religioso, por la exigencia de tener un comportamiento moral digno de imitación. Esta situación llegó al extremo de identificar la profesión docente con un apostolado, con las funestas consecuencias que en los ingresos económicos se tuvie-ron. Con el transcurso de los años y el devenir de las dinámicas socio-culturales en ellos inmersas, el Maestro fue visto como una persona normal, con luces y sombras, con efectos y defectos, con vicios y virtudes. Consecuencia de ello: el respeto al docente se perdió ¡¡¡. Ya no fue más el MAESTRO, a quien debería de ofrecerse un reconocimiento y un respeto sin cuestionamiento alguno. La profesión docente dejó de ser un camino de vida singular, y se convirtió en una carrera más, en una capacitación para ejercer un trabajo; el docente dejó de percibirse a sí mismo como un profesional exigido moralmen-te. Hoy, los Maestros, individual y/o gremialmente estamos luchando de diversas for-mas y en diferentes trincheras por una revaloración de nuestra figura y nuestro queha-cer… ; pero, la pregunta es si estamos también dispuestos a exigirnos un comportamien-to moral más o menos sano, más o menos ético, en lo individual y en lo colectivo, en lo personal y en lo social, en lo profesional y en lo familiar… Y es que, la pregunta anterior -la respuesta a ella-, es obligada en los tiempos sociales que vivimos…:, estamos ante una sociedad que cada vez más exige congruen-cia entre el decir y el hacer, entre el hablar y el pensar, enmarcada en un cuadro de va-lores que tengan como eje el respeto a la persona, a sus espacios personales, a su indi-vidualidad y a la tolerancia a la diversidad, donde se considera a ésta como una oportu-nidad de crecimiento y enriquecimiento de miras, de ampliación de horizontes. En este marco social, los Profesores tenemos mucho qué hacer en nuestros es-pacios escolares, autogestionándonos como promotores de una moral social y personal sana; una moral que renuncie a la diatriba y al rumor que lesiona la dignidad del otro (pero que enloda más a quien lo profiere)…. Sin embargo, esto es posible sólo si reto-mamos los principios morales que son capaces de construir un colectivo armónico…

* Licenciado en Pedagogía por la Escuela Normal Superior de Jalisco

Coordinador de Actividades Académicas en la Secundaria Mixta N,. 2

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Los Profesores hemos de reconcebirnos como sujetos dignos de ser imitados por nuestra recta conducta moral, por nuestra transparencia, por tener las manos limpias, por no estar escapando de nuestra propia sombra, por nuestra voz que proclama verdad y bien; y sobre todo por ser capaces –porque cumplimos todo lo anterior-, de poder mi-rar a los ojos a nuestros hijos, a nuestros alumnos, a los padres de familia y a nosotros mismos. Hacerlo con serenidad (con la serenidad que sólo se obtiene como fruto de una conducta moralmente recta), y sin agachar la mirada…. Es cierto, la doble moral hoy se considera una virtud y casi siempre pasa des-apercibida para las miradas sanas. La doblez conquista espacios, negocia afectos, sor-tea alguna que otra dificultad, es capaz de tergiversar tanto la verdad que la hace apare-cer mentira y a la mentira, verdad…, pero, existe un espacio donde no puede pasar des-apercibida, en el que no cabe máscara alguna, y ése es el momento en que el individuo de doble moral se mira al espejo….. Demandar pues, una revaloración social hacia el Maestro pasa por el camino de la reconstrucción moral del mismo Maestro; sólo así, y únicamente así, podemos recupe-rar el aprecio y respeto social que en tiempos pasados se nos ofrendaba.

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