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La Distribución del Gasto Social en Nicaragua * Leonardo Gasparini Rocío Carbajal Facundo Crosta Gonzalo Fernández Francisco Haimovich CEDLAS ** Universidad Nacional de La Plata Versión: 14 de marzo de 2007 Resumen En este trabajo se identifica a los beneficiarios directos de los programas públicos en sectores sociales de Nicaragua. Mediante la aplicación de la metodología de incidencia, se computa la distribución del gasto social por estratos socioeconómicos, y se estima su impacto sobre la distribución del consumo per cápita. El estudio está basado en información de microdatos de la reciente Encuesta de Medición de Niveles de Vida (EMNV) de 2005, realizada por el Instituto Nacional de Información para el Desarrollo (INIDE). Se concluye que el gasto social no tiene un sesgo pro-pobre: la participación de los distintos estratos socioeconómicos en los beneficios del gasto público social es aproximadamente uniforme. Este resultado es consecuencia de la compensación entre programas focalizados en los más necesitados (ej. educación primaria y de adultos, FISE, desarrollo rural) y otros que benefician especialmente a grupos de mayores ingresos (ej. universidades). El trabajo provee estimaciones del grado de focalización de cada programa. A diferencia del gasto social, el gasto específico dirigido a la Estrategia de Reducción de la Pobreza tiene un claro sesgo pro-pobre, aunque existe margen para incrementar significativamente su grado de focalización. * Los autores trabajan para el CEDLAS. Este estudio fue preparado como una contribución al Reporte sobre la Pobreza en Nicaragua No. - 39736 - NI. Agradecemos a Florencia Castro-Leal (Líder del Equipo del Reporte sobre la Pobreza, LCSPP), José Ramón Laguna (Jefe Asistente de Investigación para el Reporte sobre la Pobreza) por sus valiosos comentarios y sugerencias, y a Javier Alejo por su apoyo. Los puntos de vista aquí expresados son de los autores y no necesariamente reflejan los del Banco Mundial, sus directores ejecutivos, o los países que éstos representan. ** CEDLAS es el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. www.depeco.econo.unlp.edu.ar/cedlas 1

La Distribución del Gasto Social en Nicaraguasiteresources.worldbank.org/INTNICARAGUAINSPANISH/...El resto del trabajo está estructurado de la siguiente forma. En la sección 2 se

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La Distribución del Gasto Social

en Nicaragua *

Leonardo Gasparini Rocío Carbajal Facundo Crosta

Gonzalo Fernández Francisco Haimovich

CEDLAS **

Universidad Nacional de La Plata

Versión: 14 de marzo de 2007

Resumen En este trabajo se identifica a los beneficiarios directos de los programas públicos en sectores sociales de Nicaragua. Mediante la aplicación de la metodología de incidencia, se computa la distribución del gasto social por estratos socioeconómicos, y se estima su impacto sobre la distribución del consumo per cápita. El estudio está basado en información de microdatos de la reciente Encuesta de Medición de Niveles de Vida (EMNV) de 2005, realizada por el Instituto Nacional de Información para el Desarrollo (INIDE). Se concluye que el gasto social no tiene un sesgo pro-pobre: la participación de los distintos estratos socioeconómicos en los beneficios del gasto público social es aproximadamente uniforme. Este resultado es consecuencia de la compensación entre programas focalizados en los más necesitados (ej. educación primaria y de adultos, FISE, desarrollo rural) y otros que benefician especialmente a grupos de mayores ingresos (ej. universidades). El trabajo provee estimaciones del grado de focalización de cada programa. A diferencia del gasto social, el gasto específico dirigido a la Estrategia de Reducción de la Pobreza tiene un claro sesgo pro-pobre, aunque existe margen para incrementar significativamente su grado de focalización.

* Los autores trabajan para el CEDLAS. Este estudio fue preparado como una contribución al Reporte sobre la Pobreza en Nicaragua No. - 39736 - NI. Agradecemos a Florencia Castro-Leal (Líder del Equipo del Reporte sobre la Pobreza, LCSPP), José Ramón Laguna (Jefe Asistente de Investigación para el Reporte sobre la Pobreza) por sus valiosos comentarios y sugerencias, y a Javier Alejo por su apoyo. Los puntos de vista aquí expresados son de los autores y no necesariamente reflejan los del Banco Mundial, sus directores ejecutivos, o los países que éstos representan. ** CEDLAS es el Centro de Estudios Distributivos, Laborales y Sociales de la Universidad Nacional de La Plata. www.depeco.econo.unlp.edu.ar/cedlas

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Palabras clave: gasto social, ERP, Nicaragua, incidencia, distribución, pobreza

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1. Introducción

La sociedad nicaragüense, asistida por organismos internacionales y donantes extranjeros, realiza un esfuerzo para financiar la provisión pública de un amplio conjunto de programas sociales destinados a mejorar el nivel de vida de la población carenciada, y fomentar el desarrollo humano de Nicaragua. El estado nicaragüense provee educación y salud de forma gratuita o a precios subsidiados, brinda transferencias monetarias y en especie a los más carenciados, ofrece programas de vivienda, participa en la provisión de agua, saneamiento, recolección de basura y alumbrado, implementa programas de desarrollo rural y administra distintos seguros sociales.

Para evaluar comprehensivamente este amplio conjunto de actividades es crucial poder identificar a sus beneficiarios efectivos. ¿Quiénes se benefician del gasto público social? La respuesta a esta pregunta es obviamente esencial para evaluar el impacto de la intervención estatal sobre la equidad distributiva, pero también es importante para evaluar la eficiencia del gasto público, en cuanto los beneficios privados y sociales de una intervención varían con el grupo poblacional al que se aplica.

Los estudios de incidencia distributiva del gasto público, que reconocen una larga tradición en Economía, tienen el objetivo de identificar a los beneficiarios de los programas públicos y clasificarlos en estratos de acuerdo a sus niveles de vida, y a cuantificar el impacto de las erogaciones estatales en áreas sociales sobre la distribución del bienestar entre los habitantes de un país. El presente trabajo aplica la metodología tradicional de los estudios de incidencia (benefit-incidence analysis) para investigar quiénes se benefician del gasto social en Nicaragua. El estudio pretende contribuir al esfuerzo por incrementar el impacto de las políticas públicas sobre los sectores más postergados de la sociedad nicaragüense.

El trabajo caracteriza el gasto en programas sociales en Nicaragua - tanto el llamado Gasto Público Social (GPS), como el dirigido a cumplir con la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP)-, identifica a sus beneficiarios, y estima su impacto redistributivo. El insumo principal para este estudio es la Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición de Nivel de Vida (EMNV) realizada durante el año 2005 por el Instituto Nacional de Información para el Desarrollo (INIDE) del Gobierno de Nicaragua - antes conocido como Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC)-, en el marco del programa de Mejoramiento de Encuestas de Condiciones de Vida (MECOVI). Esta valiosa encuesta, que pertenece al grupo de encuestas LSMS (Living Standard Measurement Surveys), tiene antecedentes en Nicaragua en los años 1993, 1998 y 2001. La EMNV permite acercarse a la realidad socioeconómica del país, y conocer la participación de la población en los programas públicos sociales.

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El resto del trabajo está estructurado de la siguiente forma. En la sección 2 se explican las características centrales de un trabajo de incidencia, y se discuten los aspectos principales de su implementación al caso de Nicaragua. En la sección 3 se presentan algunas estadísticas básicas sobre el gasto público social, la Estrategia de Reducción de la Pobreza y la distribución del consumo en Nicaragua. Las secciones 4 a 9 constituyen el núcleo del reporte: en ellas se analiza la incidencia distributiva del gasto social en los sectores de educación, salud, vivienda, agua y saneamiento, asistencia social y desarrollo rural. En la sección 10 se presentan las estimaciones de impacto distributivo del gasto social agregado, y se realizan algunos ejercicios de simulación, incluyendo el financiamiento de los gastos y algunas hipótesis de ineficiencia en la gestión estatal. La sección 11 cierra el estudio con un breve resumen.

2. La metodología 1

Este trabajo documenta y analiza la cobertura e incidencia del gasto social en Nicaragua. Las dos dimensiones – cobertura e incidencia – son relevantes para evaluar las políticas sociales. El análisis de cobertura permite conocer la proporción de una población objetivo que goza de algún servicio o participa de algún programa público. Este análisis permite identificar áreas o estratos de la población con carencias de un determinado servicio o escasa participación en algún programa público, y por ende sugiere direcciones en las que avanzar en la expansión de los servicios.

El análisis de incidencia se interesa por la distribución de los beneficios de un determinado programa. La preocupación central es el grado de focalización de un programa. ¿Qué proporción del gasto total es usufructuado por los sectores más pobres de la sociedad? Este tipo de preguntas es abordado por el análisis de incidencia. Existe una nutrida literatura económica que discute la metodología para analizar la distribución de los beneficios del gasto en la sociedad.2

Nicaragua cuenta con los dos instrumentos necesarios para realizar un estudio distributivo del gasto social: un listado de los gastos sociales por actividad, y una encuesta de hogares con información sobre participación en programas públicos. En ambos casos se trata de información actual, lo cual no es común en la mayoría de los países. Tanto las erogaciones públicas como la encuesta de hogares corresponden a 2005, por lo que los resultados del trabajo reflejan la situación actual en Nicaragua.

1 La metodología de este trabajo es semejante a la empleada en Gasparini et al. (2005) para el caso de Honduras. Tanto las explicaciones metodológicas como las discusiones de algunos resultados coinciden entonces con las de ese trabajo. 2 Los estudios de incidencia del gasto tienen una larga tradición en Economía. Recientemente, las contribuciones de Bourguignon y Pereira da Silva (2003), Kaplow (2003), Ravallion (2003), van de Walle (2003) y Heckman et al. (2002), entre otros, han revitalizado las discusiones y aportes sobre el tema.

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La encuesta a utilizar en el trabajo es la Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición de Nivel de Vida (EMNV) realizada durante el año 2005 en todo el territorio de Nicaragua. Esta encuesta releva las respuestas de 36642 personas (6898 hogares), representativas de una población de 5.1 millones, sobre un amplio conjunto de preguntas destinadas a caracterizar la situación socioeconómica y demográfica de Nicaragua. La EMNV es una encuesta especialmente diseñada para reflejar la situación social del país, incluyendo un considerable número de preguntas acerca de la participación en programas públicos, transferencias recibidas del Estado, y usufructo de servicios provistos públicamente. La EMNV pertenece al conjunto de Encuestas de Condiciones de Vida (ECV), de creciente difusión en América Latina. Estas encuestas, fomentadas por el Banco Mundial y otros organismos internacionales, tienen cuestionarios de estructura semejante, y están destinadas a reflejar con la mayor precisión posible la situación social del país.

La estructura de un estudio de incidencia

Todo análisis de incidencia del gasto exige recorrer tres etapas:

1. Identificación de la variable de bienestar individual

En este trabajo se utiliza el consumo familiar per cápita como variable que aproxima el nivel de bienestar individual. En función de esta variable la población es agrupada en estratos (ej. quintiles), o por condición de pobreza (pobres extremos, pobres no extremos y no pobres).3 Existen numerosos argumentos que aconsejan utilizar el consumo en lugar del ingreso como variable indicadora del bienestar.4

2. Identificación de los beneficiarios de programas sociales

El supuesto general utilizado en este trabajo, y común en la literatura de incidencia, es que los usuarios o participantes son los que se benefician de un programa social. Este supuesto implica ignorar los potenciales beneficios generados en aquellas personas que no usan directamente el servicio provisto públicamente (externalidades) y en los factores de producción del servicio. Para el caso de educación primaria pública, por ejemplo, este

3 El consumo registrado por la encuesta implícitamente incluye transferencias monetarias estatales: éstas aumentan el poder adquisitivo del hogar y le permiten incrementar su consumo. Una alternativa metodológica es tomar el consumo excluyendo estas transferencias como aproximación al nivel de bienestar previo a la intervención estatal. En este trabajo preferimos utilizar directamente el consumo sin ajustes como indicador de bienestar, por consistencia con el resto de los trabajos del Poverty Assessment y por comparación con trabajos previos. Alterar la variable de consumo implicaría, por ejemplo, reclasificar a la población por condición de pobreza, lo cual haría a nuestro trabajo incomparable con el resto, y con cualquier trabajo o discusión sobre pobreza basados en el consumo per cápita de la EMNV. 4 Ver Deaton y Zaidi (2003) para argumentos generales. Gasparini et al. (2006) argumentan a favor del uso del consumo en un análisis del sistema tributario de Nicaragua. En ese trabajo se utiliza el consumo por adulto equivalente, en lugar del consumo per cápita. Para mantener consistencia con otros trabajos del Poverty Assessment y estudios previos para otros países en el presente trabajo preferimos trabajar con el consumo per cápita familiar.

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supuesto implica considerar como beneficiarios a los alumnos de las escuelas primarias públicas (y sus familias, quienes no deben pagar por la educación del niño), e ignorar como beneficiarios (i) al resto de la sociedad, que en realidad también se beneficia al contar con una población más educada, y (ii) a los maestros, quienes podrían verse perjudicados (incluso en el largo plazo) si el gobierno decidiera no proveer más educación pública.

3. Asignación de beneficios

Una vez completada la etapa 2, se distribuye el gasto público en cada programa de acuerdo a la distribución de los beneficiarios del programa. Esto implica asumir que el beneficio en términos monetarios de la provisión pública coincide con el costo medio de provisión para el Estado. Este supuesto resulta restrictivo, en cuanto ignora ineficiencias, corrupción y la posibilidad de que el valor para el usuario (su “variación compensada”) difiera del costo del servicio. No se estima la calidad de cada servicio provisto públicamente recibido por cada familia (en general resulta imposible con la información de las encuestas), sino que se estima, bajo ciertos supuestos, el esfuerzo fiscal realizado en proveer el servicio a las familias beneficiarias.

Adicionalmente, en esta metodología se ignora el cambio en el comportamiento de los agentes económicos ante cambios en las políticas públicas. Si una persona pobre recibe una nueva transferencia gubernamental de $100, el estudio de incidencia le reconoce un aumento en su nivel de vida por ese monto, ignorando, por ejemplo, la posibilidad de que un donante privado reduzca su transferencia al individuo pobre al tomar conocimiento del incremento de la ayuda estatal. La información disponible, en este caso y en la gran mayoría de los estudios, impide sofisticar más el análisis.

El uso del costo medio de provisión de un servicio implica en algunos casos ignorar diferencias en los costos de prestación entre grupos. Por ejemplo, el costo por alumno de las escuelas rurales suele ser superior al de las escuelas urbanas. Al no contar con información de costos discriminada regionalmente, esas diferencias son ignoradas en el trabajo.

Es importante puntualizar que la metodología asume implícitamente que en ausencia de subsidio estatal el individuo comprará el servicio en el sector privado a un valor semejante al costo unitario de provisión estatal. En ese sentido, el gasto social le permite ahorrar recursos al recibir gratuitamente un servicio, pero no altera fundamentalmente sus decisiones de consumo del servicio, y por ende no tiene consecuencias significativas en el largo plazo.

Una vez recorridas las tres etapas de la metodología se obtienen estimaciones del beneficio recibido por cada individuo derivado de un programa público específico. Si estos beneficios son decrecientes en el nivel de consumo per cápita familiar, se dice que el programa es pro-pobre. Si en cambio, los beneficios aumentan conforme se consideran individuos con niveles de consumo mayor, se clasifica al programa como pro-rico. Nótese que si bien el

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término usado en la literatura es “pro-pobre”, el concepto no involucra ninguna definición de pobreza: en una sociedad sin pobreza un gasto sigue siendo considerado “pro-pobre” si beneficia más a las personas con menor nivel de vida, aunque éstas no sean consideradas pobres. Un comentario semejante se aplica al término “pro-rico”.

Otro término comúnmente utilizado es el de progresividad. Se clasifica a un programa como progresivo si el beneficio que genera, medido como proporción del consumo, cae con el nivel de consumo. Es posible probar que gastos progresivos, si se financian con impuestos proporcionales, implican una distribución del bienestar más igualitaria. Nótese que un gasto puede ser pro-rico (i.e. los beneficios individuales derivados del gasto crecen con el consumo), y a la vez progresivo (i.e. los beneficios como proporción del consumo caen con el consumo). Esta diferencia adquiere mucha relevancia en el caso de Nicaragua, donde, como se analiza más adelante, un nutrido conjunto de programas tiene una estructura de incidencia pro-rica, pero progresiva a la vez.

El grado de focalización de un programa estatal puede determinarse a partir de la estimación de curvas de concentración, las cuales indican para cada p% más pobre de la población, el porcentaje acumulado del gasto total en el programa asignado a esa población. Un programa donde se asigna el mismo subsidio a cada persona tiene asociada una curva de concentración recta de 45 grados (la diagonal en una caja de dimensión 1x1). Un programa pro-pobre está representado por una curva de concentración del gasto situada por arriba de la diagonal. Por su parte, el programa resulta globalmente progresivo si y sólo si su curva de concentración está siempre por arriba de la curva de Lorenz (i.e. la “curva de concentración” del consumo).5 Si la curva de concentración descansa entre la diagonal y la curva de Lorenz, el programa es pro-rico, aunque progresivo. Como fue mencionado, varios programas en Nicaragua comparten esta característica.

El grado de focalización de un programa se suele computar a partir de los índices de concentración (IC). Estos se calculan de forma similar al coeficiente de Gini de la distribución del consumo y varían entre -1 y 1. Para facilitar la lectura de estos valores en este trabajo se multiplican esos índices por 100. Valores negativos indican un gasto pro-pobre. Cuanto mayor es el índice en valor absoluto, mayor es el grado de focalización del programa. El índice más extendido de progresividad del gasto es el propuesto por Kakwani. El indicador de Kakwani de progresividad de los beneficios del gasto público es igual al coeficiente de Gini sobre la distribución de la variable de bienestar individual (en nuestro caso, el consumo per cápita) menos el índice de concentración del programa público. Un programa progresivo presenta valores positivos del indicador de progresividad. A lo largo de este trabajo se computan curvas de Lorenz y de concentración, e índices de concentración y de progresividad de Kakwani para ilustrar el grado de focalización e impacto redistributivo de los programas sociales en Nicaragua.

5 Esta proposición es parte del teorema de Jakobsson-Fellman (ver Lambert, 2002).

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3. Gasto público social y distribución

El PBI per cápita de Nicaragua en el año 2005 alcanzó los US$ 910 (método Atlas), lo cual ubica a este país centroamericano como el segundo más pobre de América Latina y el Caribe (World Bank, 2006). Nicaragua tiene 5.1 millones de habitantes y una superficie de 130.3 mil km2. El alto grado de endeudamiento (117.9% en 2005) y su condición de pobreza motivaron su calificación en el año 2000 para la iniciativa HIPC (highly indebted poor country). Esta sección profundiza el estudio de Nicaragua en las dos direcciones clave para el estudio de incidencia: la estructura del gasto social y la distribución del consumo.

3.1. Gasto social

El estado nicaragüense tiene una estructura unitaria, siendo el gobierno central quien tiene a cargo casi todas las responsabilidades fiscales. El país se divide en departamentos, los cuales a su vez se componen de municipios. El gobierno central realiza transferencias hacia ellos para financiar la mayor parte de sus actividades. Este estudio se restringe al análisis del gasto público social del gobierno central. La información sobre la estructura de gastos de los municipios nicaragüenses es insuficiente como para incluirlos en el análisis. Esta limitación no parece grave, dada la relevancia presupuestaria menor de los gobiernos locales. Por otro lado, si bien no se estudia el gasto municipal, sí se analiza la cobertura y la estructura de incidencia de varios servicios provistos en el nivel local de gobierno (ej. recolección de basura o alumbrado público).

Según información del Ministerio de Hacienda y Crédito Publico (MHCP), durante el año 2005 el gobierno central de Nicaragua destinó 9107 millones de córdobas (C$) a las diversas actividades incluidas en el Gasto Público Social (GPS). Estos recursos representan el 43% del gasto total del gobierno central y el 52% del gasto total excluyendo servicios de la deuda publica. El gasto social de Nicaragua representa el 11.1% de su PBI.6 Con estos montos se financian prestaciones de educación, salud, agua, vivienda y asistencia social. A estos recursos deben adicionarse los montos ejecutados por otros organismos no incluidos en la consolidación del gobierno central (ej. Instituto Nicaragüense de Seguridad Social, ENECAL).

El nivel actual de gasto social en Nicaragua es el resultado de un lento proceso por el cual el gobierno, desde el año 1998, ha destinado proporciones crecientes del PBI a los servicios sociales. La figura 3.1 grafica la evolución de los gastos sociales como porcentaje del PBI en el período 1991-2005. Gran parte del esfuerzo en el incremento del gasto se ha concentrado en Educación y Vivienda. 6 Esta proporción es semejante a la presente en el vecino país de Honduras.

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El cuadro 3.1 detalla la estructura funcional del GPS en el año 2005 de acuerdo a la clasificación utilizada por el Ministerio de Hacienda. A la función Educación se destinaron C$ 3858 millones, los cuales representan el 42.4% del gasto. Las erogaciones en Salud totalizaron C$ 2821 millones (31% del GPS). A la función Vivienda se destinaron C$ 1502 millones, que representan el 16.5% del total del gasto. De acuerdo a la clasificación del MHCP esta función abarca, además de las actividades relacionadas con la construcción de viviendas, erogaciones para servicios de agua y saneamiento, e inversiones en infraestructura en general. El rubro Vivienda también contiene los montos de las transferencias del gobierno central a los municipios, en parte usados para actividades no relacionadas con la vivienda. En 2005 se erogaron C$ 824 millones en servicios de Asistencia Social (9.1% del GPS), mientras que los gastos destinados a Deportes y Cultura representaron el 1.1%.

La definición de GPS utilizada por el gobierno, consistente con la utilizada en otros países, incluye un conjunto de erogaciones no vinculadas directamente con el objetivo de reducción de la pobreza. En el marco del Plan Nacional de Desarrollo y de los convenios con el FMI y el Banco Mundial que dieron lugar a la firma del convenio PRGF, el gobierno nicaragüense definió una serie de programas cuyo objetivo central es atacar las condiciones de mantenimiento de la pobreza. En este gasto vinculado a la Estrategia de Reducción de la Pobreza (o gasto ERP) se excluyen aquellos programas del GPS cuya relación con la reducción directa de la pobreza es poco clara (ej. programas de fortalecimiento institucional, gasto en universidades).7 A su vez, se incluyen en el gasto ERP algunos programas no pertenecientes al GPS cuyo funcionamiento estimula las condiciones para la reducción sostenida de la pobreza (ej. desarrollo rural). Adicionalmente, el gasto ERP excede a las erogaciones sociales, al incluir servicios económicos administrados por el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio; el Ministerio Agropecuario y Forestal; el Ministerio de Transporte e Infraestructura; el Ministerio del Ambiente y los Recursos; y varios entes descentralizados.

En el año 2005 el gasto ERP en servicios sociales y económicos fue de C$ 9816 millones (11.9% del PBI).8 En el segundo panel del cuadro 3.1 se presenta la estructura funcional del gasto en la Estrategia de Reducción de la Pobreza, de acuerdo a la clasificación del MHCP. El principal ítem es el destinado a Servicios Económicos, C$ 2929 millones de córdobas, los que representan el 29.8% del gasto total en la Estrategia. Las erogaciones en Educación, que excluyen el gasto en universidades, constituyen el principal ítem social del gasto ERP con C$ 2702 millones, los cuales representan el 27.5% del gasto ERP. También se destinan recursos a Salud (22.8%), Vivienda (14.1%) y Servicios Sociales (5.8%). En el Anexo A se

7 Luego de varias revisiones en 2004 se alcanzó la definición del gasto ERP que se analiza en este trabajo. 8 La ERP incluye, en adición a los gastos sociales y en servicios económicos, algunas erogaciones en defensa y administración central. Los gastos en servicios sociales y económicos representan el 91.6% del gasto total de la ERP.

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detalla la participación de los distintos ministerios y entes descentralizados en la ejecución del gasto social y gasto ERP.

Respondiendo a los objetivos de un estudio de incidencia, la clasificación del gasto social y gasto ERP utilizada en este documento difiere ligeramente de la presentada por el MHCP. Con el propósito de analizar la incidencia distributiva del gasto, la agrupación de los programas públicos en funciones debe responder en parte a la disponibilidad y agrupación de la información en la encuesta de hogares, criterio que naturalmente no se aplica en la clasificación del MHCP. El cuadro 3.2 y la figura 3.2 detallan la clasificación del gasto público social utilizada en este trabajo. Del total del GPS analizado, que totaliza C$ 8012 millones, el 46.1% corresponde a gastos en educación. Dentro de ellos la educación primaria es el programa con mayor presupuesto, seguido por las erogaciones en universidades. Las erogaciones en salud analizadas en este trabajo suman C$ 2750 millones, que financian un conjunto de actividades de promoción de la salud y prevención de enfermedades (vacunación, campañas de información), servicios de rehabilitación de la salud, y otros programas menores (ej. salud ambiental). Los gastos analizados en asistencia social alcanzan los C$ 1272 millones. Estos fondos cubren las actividades del Ministerio de la Familia y el Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE), y una gran cantidad de otros programas menores. Finalmente, bajo nuestra clasificación la función Vivienda cubre sólo los programas específicamente ligados a ese sector que es posible identificar en la EMNV 2005: planes de construcción de viviendas y titulación. Los gastos en estos programas alcanzan los C$ 294 millones, representando un 3.7% del GPS total analizado.

La clasificación del gasto ERP analizado en este trabajo se detalla en el cuadro 3.3 y el segundo panel de la figura 3.2. Las principales diferencias con el GPS son la ausencia de los gastos en universidades, y la presencia de las erogaciones en programas de desarrollo rural. El gasto total en la ERP analizado en este documento es de C$ 7576 millones, de los cuales el 33.5% corresponde a Educación, el 28.6% a Salud, el 3.9% a Vivienda, el 16% a Asistencia Social y el 18% a Desarrollo Rural.

El cuadro 3.4 resume la estructura del GPS y el gasto ERP analizados en este documento. En las secciones siguientes se profundiza el estudio de las características, conformación, cobertura e incidencia del gasto en cada función, pero antes se estudia brevemente el otro componente fundamental de un estudio de incidencia: la distribución del consumo.

3.2. Distribución del consumo

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En este trabajo se utiliza el consumo per cápita familiar como la variable que aproxima el nivel de bienestar individual.9 En función de esta variable se ordena a la población en estratos o percentiles y se la agrupa por condición de pobreza. El cuadro 3.5 presenta los valores medios del consumo per cápita por quintiles. Cada quintil reúne un 20% de la población (individuos). Mientras que una persona promedio del primer quintil (el más pobre) tiene un nivel de consumo mensual de C$ 262, una persona del quintil más rico tiene un nivel de consumo 8 veces superior (C$ 1980). La figura 3.3 indica una gran dispersión en los niveles de consumo en ese quintil. El consumo promedio del último decil (10% más rico de la población) es de C$ 2656, el consumo promedio del 5% más rico es de C$ 3489, y el del 1% más rico de C$ 5743 al mes.

Las personas pertenecientes al quintil más pobre de la población consumen el 6.3% del consumo total registrado en la EMNV. Ese porcentaje sube a 10.4% en el quintil 2, 14.8% en el 3, 21.8% en el 4 y 46.8% en el quintil más afluente.

Nicaragua es un país de alta desigualdad en el contexto latinoamericano cuando el nivel de vida se aproxima con los ingresos corrientes familiares (SEDLAC, 2006, CEPAL, 2006). La distribución del consumo que surge de la EMNV (tabla 3.6) sugiere una desigualdad relativamente alta a nivel mundial, pero moderada en el contexto latinoamericano. El coeficiente de Gini computado sobre la distribución del consumo per cápita familiar es de 0.403. Este valor resulta menor al calculado en la vecina Honduras con la encuesta ENCOVI, 2004 (Gini de 0.459).

La desigualdad ha venido disminuyendo significativamente en Nicaragua de acuerdo a los datos de las encuestas de hogares. El coeficiente de Gini de la distribución del consumo per cápita familiar cayó de 0.494 en 1993, a 0.452 en 1998, 0.431 en 2001 y 0.403 en la reciente encuesta de 2005.

Como parte del Poverty Assessment del Banco Mundial, en función de la información de la EMNV se construyeron canastas de consumo y líneas de pobreza, que permiten caracterizar a la población en pobres extremos, pobres no extremos (o pobres moderados) y no pobres. El cuadro 3.7 agrupa a la población nicaragüense en estas categorías.

De acuerdo a la línea de la pobreza el 14.9% de la población es considerada pobre extremo, el 31.3% pobre no extremo y el 53.8% restante no pobre. La pobreza extrema ha caído progresivamente en Nicaragua desde 19.4% en 1993 al 14.9% actual. La pobreza total disminuyó 5 puntos entre 1993 y 2001, y se ha mantenido sin cambios significativos entre 2001 y 2005.

9 La EMNV tiene un extenso cuestionario destinado a relevar el nivel de consumo del hogar. El consumo anual agregado relevado por la encuesta (C$ 52090 millones) es semejante al reportado por Cuentas Nacionales (C$ 51633 millones).

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Existe una fuerte asociación entre área de residencia (urbano-rural) y condición de pobreza. La gran mayoría de los habitantes de las zonas rurales son pobres (67.9%), mientras que la gran mayoría de los habitantes de las zonas urbanas son considerados no pobres (70.9%). Del total de la población pobre, el 64.9% pertenece a áreas rurales, mientras que del total de no pobres, el 73.6% vive en ciudades.

Es posible dividir a Nicaragua en cuatro regiones geográficas bien diferenciadas. La región de Managua es la más rica. Se trata de una zona básicamente urbana con una tasa de pobreza relativamente baja comparada con el promedio nacional (19.1% frente al 46.2% nacional). En el otro extremo están las regiones Central y del Atlántico con niveles de consumo promedio de apenas el 50% de Managua. En ambas regiones predomina la población rural (62% en la Central y 69% en el Atlántico). El 60.5% de la población de la región Central es pobre de acuerdo a la línea escogida, mientras que el porcentaje asciende a 62.2% en la región del Atlántico. Estos valores contrastan con el 46.2% a nivel nacional. Dadas las diferencias en población, en la región Central habita el 42.1% de los pobres de Nicaragua, mientras que en la región del Atlántico esa participación cae a 18.9%.

La región del Pacífico presenta estadísticas muy semejantes al promedio: la tasa de urbanización es 42% (44% a nivel nacional) y la de pobreza 45.4% (46.2% a nivel nacional). En esta región vive el 29.4% de la población, y el 28.9% de la población pobre.

Nicaragua es habitada por una variedad de grupos indígenas, cuya situación socioeconómica es, en promedio, inferior al resto de la población. La EMNV pregunta a cada encuestado si se considera perteneciente a un grupo indígena o etnia. Un 4.6% de la población nicaragüense responde afirmativamente a esta pregunta de autoidentificación.10 El ingreso medio de una persona indígena es 79% inferior a un nicaragüense promedio. El 23.8% de los indígenas son pobres, lo cual contrasta con el 14.2% del resto de la población. El porcentaje de pobres no extremos es bastante parecido en ambos grupos (33.4% en los indígenas y 31.1% en el resto).

4. Educación

Existe abundante evidencia acerca del papel fundamental que la educación formal tiene en toda estrategia de desarrollo y reducción de la pobreza. El gobierno de Nicaragua, asistido por organismos internacionales y donantes, realiza un considerable esfuerzo económico para sostener y promover mejoras en el área educativa. De hecho, la educación es el principal ítem en el presupuesto de Nicaragua. En 2005 se erogaron cerca de 3700 millones de córdobas en educación, lo cual representa el 46% del gasto en servicios sociales. El

10 Se incluyen dentro de este grupo a las personas pertenecientes a las etnias rama, garifuna, mayagna/sumu, miskitu, ulwa, creole (kriol), Xiu/sutiava, Nahoa/nicarao, chorotega/nahual/mange y cacaopera/matagalpa.

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gasto focalizado en educación de la ERP rondó en 2005 los C$ 2500 millones, lo cual representa alrededor de un tercio del gasto destinado a la ERP (ignorando el gasto ERP en servicios económicos),

Como en casi todo el mundo el sistema de educación de Nicaragua se estructura en cuatro niveles principales (tabla 4.1): (i) educación de la primera infancia destinada a niños menores de 6 años, (ii) educación primaria obligatoria con una duración de 6 años, destinada a niños entre 7 y 12 años, (ii) educación media o secundaria de 5 años de duración y (iv) la educación superior, que abarca fundamentalmente universidades. Esa estructura básica se complementa con programas de educación técnica, educación para adultos y educación especial.

El Ministerio de la Familia (MIFAMILIA) es responsable de la educación inicial (de 0 a 4 años), el Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (MECD) se ocupa de la educación preescolar, primaria y media, mientras que el Consejo Nacional de Universidades (CNU) es el principal encargado de la educación superior universitaria. Adicionalmente, tanto el Instituto Nacional Tecnológico (INATEC) como el Instituto Tecnológico Nacional (INTECNA) mantienen una variada oferta de programas de educación técnica.

A partir de la estrategia de descentralización del sistema educativo iniciada en 1993 se incorporaron los centros autónomos al Régimen de Participación Educativa (Ley No. 413). Estos centros son establecimientos educativos que contemplan la transferencia de cuotas importantes de poder decisorio a los padres de familia, docentes y estudiantes, agrupados en un consejo directivo escolar, para que asuman directamente la gestión y administración de sus centros educativos. Los centros autónomos tienen una importante participación en el nivel primario y secundario de educación.

El cuadro 4.2 presenta los distintos rubros del gasto en educación perteneciente al GPS y la ERP. El principal ítem en términos presupuestarios es la educación primaria en centros públicos (38.4% del GPS y 55.9% de la ERP en educación).11 En el programa de educación de adultos, con un presupuesto de C$ 109 millones también se imparte, en general, educación de nivel primario. El gasto básico en educación media ronda los C$ 250 millones. La participación del nivel medio es de apenas el 6.8% del gasto en educación del GPS (figura 4.1). También escasa es la relevancia cuantitativa de la educación técnica financiada por el INATEC y el INTECNA (1.8% del GPS). Aun menor resulta la importancia presupuestaria del gasto en el nivel preescolar (1% del GPS y 1.4% de la ERP en educación). En contraste, las erogaciones en universidades tienen una enorme participación en el gasto social: casi el 30% del GPS en educación es destinado al nivel superior de educación. De hecho, existen cláusulas constitucionales que exigen que el 6%

11 Los montos de educación primaria y preescolar incluyen las erogaciones no comunes del MECD y las asignables a esos niveles de MIFAMILIA.

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del total de ingresos del presupuesto general se asigne a las universidades.12 Estas erogaciones no son consideradas prioritarias para la Estrategia de Reducción de la Pobreza, por lo que se las ignora para el cómputo del gasto ERP.

El presupuesto educativo se completa con un conjunto de programas de menor relevancia cuantitativa (educación especial,13 formación docente) y un conjunto de partidas que financian actividades y programas centrales y comunes del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes.

Siguiendo la literatura sobre incidencia del gasto social, se asume que los usuarios del sistema educativo público son los beneficiarios del gasto social en educación. En particular, se asume que la intervención del gobierno financiando escuelas públicas gratuitas les genera a las familias que envían a sus niños o jóvenes al sistema estatal de educación un ahorro presupuestario semejante al costo medio de provisión de educación.

4.1. Educación preescolar

La educación destinada a la primera infancia está separada en 2 niveles. Mientras que la educación inicial está a cargo de MIFAMILIA y cubre a niños de hasta 4 años, la educación preescolar está principalmente destinada a niños entre 4 y 6 años, y está a cargo del MECD. Durante el año 2005 el gobierno de Nicaragua realizó erogaciones destinadas a la educación preescolar por alrededor de C$ 36 millones. Esos fondos estuvieron principalmente asignados al sostenimiento de una red de centros públicos de educación preescolar. La parte A de la sección 4 de la EMNV, que indaga sobre la situación de los niños menores de 7 años, resulta una herramienta útil para identificar a los beneficiarios del gasto en educación preescolar.

La asistencia a guarderías o comedores escolares es baja hasta los 4 años (tabla 4.3). Sólo el 6% de los niños menores de 4 asiste a alguna guardería, Centro de Desarrollo Infantil (CDI), o comedor infantil/CICO. Los CDI integran un programa de atención a la niñez, a fin de implementar intervenciones de protección social con base en características de vulnerabilidad educativa y alimentaria. CICO (Comedor Infantil Comunitario) es un programa preescolar no formal financiado por ONGs que atiende a niños de 3 a 6 años de edad.

La asistencia al preescolar asciende al 38% en los niños entre 4 y 6 años, siendo máxima (53%) para los niños de 5 años. La asistencia a este nivel es creciente en el nivel de 12 Artículo 125 de la Constitución Política de la República de Nicaragua y artículo 55 de la Ley No 89, Ley de Autonomía de las Instituciones de Educación Superior. 13 “Este programa atiende a menores y jóvenes entre las edades de 0 a 20 años que presentan afectación en cualquiera de las capacidades motoras, sensoriales e intelectuales. El objetivo esencial de este programa es proporcionar habilidades a los niños y jóvenes que les permitan integrarse de una manera normal en la familia, en la escuela, en el trabajo y en la comunidad.” (MECD, 2004a)

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consumo per cápita de la familia. Mientras que el 79% de los niños de 5 años del quintil más rico de la distribución del consumo per cápita asiste al preescolar, sólo el 34% de los niños del quintil más pobre lo hace. La diferencia de asistencia entre pobres extremos y moderados es grande (ej. en niños de 5 años la asistencia es de 29% de los pobres extremos frente a 51% de los pobres moderados). La asistencia de los no pobres es significativamente mayor (67%), aunque está lejos del 100%. Las diferencias urbano-rurales se asemejan a las diferencias entre pobres y no pobres. Las menores tasas de asistencia al preescolar corresponden a la región del Atlántico, que es la zona de mayor pobreza y la de mayor porcentaje de población rural.

La EMNV indaga acerca de las razones de no asistencia al preescolar. El cuadro 4.4 muestra esas respuestas clasificando a los niños entre 4 y 6 años que no asisten al preescolar (ni al primario) por grado de pobreza y área. La mayoría de los padres considera que sus hijos no están en edad de asistir a un establecimiento pre-escolar. Después de estas razones, los pobres indican mayoritariamente la falta de centros cercanos al hogar y los problemas económicos. Es interesante notar que entre los no pobres la ausencia de un centro pre-escolar parece también ser un inconveniente importante. Es, naturalmente, en las áreas rurales donde esta necesidad se manifiesta con particular intensidad.

Como en casi todos los países del mundo, en Nicaragua la presencia pública en la educación es muy relevante. En contraste con otras áreas del mundo, ese papel central también se manifiesta en el nivel pre-escolar. El 82% de los asistentes a ese nivel acude a un centro estatal (cuadro 4.5). La asistencia no es uniforme por estrato socioeconómico: mientras que casi la totalidad de los niños de los quintiles 1 a 3 asiste a establecimientos públicos, en el último quintil alrededor de la mitad de los niños acude a centros privados. Nótese que casi la totalidad de los asistentes en zonas rurales acude a centros públicos. La asistencia al pre-escolar en las regiones Central y del Atlántico está sostenida casi exclusivamente en base a los centros públicos. Más del 90% de los asistentes en esas dos regiones acude a un centro pre-escolar estatal.

Los niños nicaragüenses que asisten al preescolar permanecen un promedio de tres horas y media en los centros educativos. El tiempo es creciente en el nivel de ingreso: de 3.2 en el quintil más pobre a 3.9 en el de mayores ingresos.

Las guarderías y centros de educación preescolar públicos suelen proveer algún tipo de alimentación a sus alumnos. El 61% de los asistentes a ese nivel declara acudir a un centro público y recibir algún tipo de alimentación al menos algunos días a la semana. Ese porcentaje es decreciente en el ingreso (de 74% en el primer quintil a 39% en el último). El subsidio implícito en alimentación es más intenso en el área del Atlántico.

Algunas familias realizan aportes a los centros preescolares a los que asisten sus hijos. El aporte mayoritario es en trabajo. El 17% de los niños asistentes al preescolar tienen padres

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que han prestado su trabajo al centro escolar. Ese aporte es ligeramente mayor en las áreas rurales y ligeramente superior en los no pobres.

Un niño nicaragüense tarda en promedio alrededor de 12 minutos en llegar desde su casa al centro de educación preescolar. Esta distancia en tiempo es mayor en las áreas rurales, pero no varía por niveles de ingreso.

Existe una abundante literatura que sugiere la importancia de intervenir tempranamente en el proceso de estimulación e incorporación de conocimientos de los niños (Heckman et al., 2005). En particular, si los infantes no son adecuadamente motivados en sus hogares, resulta esencial la intervención escolar para alcanzar un adecuado nivel de estimulación. Nicaragua aun tiene un largo camino por recorrer para ampliar la cobertura de su educación preescolar. Es interesante notar que los dos primeros argumentos esgrimidos por los padres para no mandar a sus niños al preescolar son la percepción de no necesidad (“no tiene suficiente edad”) y la carencia de un centro educativo. Estos son argumentos sobre los cuales el gobierno puede tener directa intervención, ya sea a través de campañas de concientización sobre la relevancia de la educación pre-escolar y/o de la creación de más centros pre-escolares.

El cuadro 4.6 resume los principales resultados del análisis de incidencia distributiva del gasto en educación pre-escolar. Mientras que cada uno de los primeros 4 quintiles de la distribución recibe ligeramente más del 20% de los beneficios del gasto, el quintil más rico recibe el 13%. La columna (ii) expande esta estructura porcentual al gasto en educación pre-escolar, mientras que la columna (iii) presenta el gasto por quintiles en términos per cápita, y la columna (iv) como proporción del consumo total. El gasto en educación pre-escolar (total y per cápita) crece ligeramente entre el quintil 1 y 3, decrece moderadamente hasta el 4 y más fuertemente en el 5 (figura 4.2). En el análisis por percentiles las participaciones se mantienen ligeramente sobre el 1% desde el percentil 8 al 70, y luego descienden marcadamente. La figura 4.3 muestra estas participaciones acompañadas por una línea de regresión no paramétrica (estimación lowess).

Calculado en proporción al consumo, el gasto en educación-preescolar es claramente progresivo, i.e. decreciente en el consumo. La figura 4.4 indica que la curva de concentración del gasto en educación pre-escolar está por encima de la diagonal, y de la curva de Lorenz del consumo, sugiriendo un gasto progresivo y pro-pobre.

El cuadro 4.40 muestra los índices de concentración de todos los programas educativos analizados en el trabajo, junto con las estimaciones de los intervalos de confianza. El valor estimado para la educación pre-escolar es -7.7, lo cual refleja un gasto ligeramente pro-pobre.

A partir de descomposiciones agregadas simples, es posible caracterizar la estructura de incidencia de un programa (Gasparini, 2006). La mayor concentración del gasto público en un servicio específico en un determinado quintil es consecuencia de (i) una mayor

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concentración de la población objetivo del servicio en ese quintil, y/o (ii) una mayor tasa de participación en el uso de ese servicio, y/o (iii) una mayor tasa de cobertura pública entre los participantes del servicio del quintil en cuestión. El cuadro 4.7 muestra los resultados de la descomposición para el caso de la educación pre-escolar. La primera fila indica la distribución del núcleo de la población potencial de la educación pre-escolar: los niños entre 4 y 6 años. La segunda fila indica la tasa de asistencia al pre-escolar por quintil, mientras que la tercera presenta la tasa de cobertura pública entre los asistentes al pre-escolar por quintiles, para la población objetivo. El siguiente bloque del cuadro 4.7 presenta la incidencia estimada (que es muy semejante a la real del cuadro 4.6, correspondiente a todos los asistentes al preescolar, con independencia de la edad), y la diferencia con una asignación del gasto totalmente igualitaria (20% para cada quintil). El último bloque del cuadro cuantifica las “razones” por las que la participación de cada quintil difiere del teórico 20%. Tómese el caso del quintil 1, en el que la incidencia estimada resulta 1.5 puntos superior a la igualitaria. Si la tasa de asistencia y la tasa de cobertura pública no difirieran por quintiles, entonces la participación del quintil 1 en el gasto en educación pre-escolar sería 6.4 puntos superior a la igualitaria. Este significativo efecto “usuario potencial” positivo es reflejo de la mayor concentración de los niños en los quintiles más pobres de la distribución. Si en cambio, la distribución de niños y la tasa de cobertura pública fueran uniformes, la participación del quintil 1 sería 8.5 puntos inferior al 20%. El efecto “asistencia” negativo es resultado de una tasa de asistencia al pre-escolar del quintil 1 significativamente inferior al promedio. Finalmente, el efecto público, que surge de mantener uniforme la distribución de niños y la tasa de asistencia, resulta positivo para el primer quintil, lo cual refleja una tasa de cobertura pública significativamente más alta que el promedio. En el agregado, los efectos positivos “usuario potencial” y “público” alcanzan a compensar, aunque por escaso margen, al efecto “asistencia” negativo. En el otro extremo de la distribución, los niños del quintil más rico son menos, asisten más al pre-escolar, pero lo hacen menos a centros públicos. Los tres efectos son de tamaño parecido, por lo que el efecto agregado resulta negativo.

4.2. Educación Primaria

Como fue señalado, las erogaciones en educación primaria resultan las más importantes en términos presupuestarios dentro del gasto en educación, y unas de las más importantes en todo el gasto público de Nicaragua. Durante el año 2005 el gobierno realizó erogaciones por 1421 millones de córdobas en educación primaria básica. Esta sección indaga acerca de la distribución de beneficiarios del gasto destinado a sostener el sistema de escuelas públicas de Nicaragua.

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Durante el año 2005 el 89% de los niños entre 7 y 11 años asistía al nivel primario de educación.14 El cuadro 4.8 indica los porcentajes de asistencia por edad, por ingreso, condición de pobreza, área geográfica y etnia. Las tasas de escolarización son significativamente crecientes en el consumo familiar. En promedio, mientras que el 94% de los niños no pobres entre 7 y 11 años asiste al nivel primario, esa proporción cae al 84% para los pobres. El porcentaje es preocupante en el caso de los pobres extremos: uno de cada cuatro niños en familias con consumo inferior a la línea de pobreza extrema no asiste a la escuela primaria. Mientras que varios países de América Latina están cerca de la meta de escolarización primaria plena, Nicaragua aun se encuentra rezagada en ese sentido. A diferencia de otros países de la región, donde la frontera del avance hacia el desarrollo educativo está en el nivel medio y superior, en Nicaragua aun debe avanzarse hacia el cierre de la brecha respecto de la escolarización primaria plena. Dado que esa brecha es sustancialmente más profunda en los estratos más pobres del país, una política exitosa en ese sentido implicará no sólo un aumento de la capacidad productiva agregada de la economía, sino un movimiento hacia la igualdad de oportunidades y la igualdad de ingresos.

La figura 4.5 ilustra la caída en las tasas de asistencia al primario a partir de los 11 años. Es notable como estas tasas caen abruptamente para los no pobres, reflejando la culminación en término del ciclo educativo primario, mientras que lo hacen a tasas más lentas para los pobres. Este patrón es reflejo principalmente de las tasas de repitencia mayor en los pobres.

Resulta interesante notar que la tasa de asistencia a la escuela primaria es algo superior entre los indígenas que para el resto de la población. Mientras que el 92.7% de los niños autoidentificados como indígenas (por sus padres) asiste a la escuela primaria, ese porcentaje es de 88.6% para el resto de la población. Este desempeño relativo positivo es en parte el resultado de esfuerzos del gobierno y la comunidad internacional por mejorar las condiciones socioeconómicas de los grupos étnicos nativos.

De acuerdo a los datos de la EMNV 2005 el 70% de los asistentes al nivel primario declara concurrir a una escuela pública no autónoma, mientras que el 19% declara asistir a un centro autónomo (cuadro 4.9) Estas participaciones difieren sustancialmente de lo reportado por la Dirección de Estadísticas del MECD, según la cual la participación de las escuelas autónomas en el nivel primario sería del 63.7%. Esta divergencia puede deberse al desconocimiento por parte de los padres del status específico del establecimiento educativo al cual asisten sus hijos. Mientras que es fácil distinguir entre público y privado, es posible que varios padres no sepan que la escuela pública a la que mandan a sus hijos se encuentre bajo un régimen de autonomía.

14 Se restringe el análisis al rango de 7 a 11, ya que varios niños de 12 años participan en el nivel medio de educación.

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Entre los niños que no asisten al nivel primario, el principal argumento declarado en la EMNV que justifica la no asistencia es el de las dificultades económicas (cuadro 4.10), en especial en las familias pobres. La lejanía de la escuela, en las áreas rurales, y la falta de interés constituyen otras dos razones relevantes detrás de la no-asistencia. Tanto el Estado como la sociedad civil tienen un papel fundamental en aliviar el impacto de estas dificultades. Tanto acciones del lado de la demanda (subsidiando el acceso a la educación y concientizando a la población sobre la importancia de la escolarización), como de la oferta (facilitando el acceso geográfico a la escuela) parecen necesarias para alcanzar la meta de plena escolarización en Nicaragua.

Pese a que el número de observaciones es escaso para un análisis estadístico robusto, es interesante examinar las razones que los padres argumentan serían suficientes para convencerlos de enviar a sus hijos a la escuela (cuadro 4.11). Aquellos que declaran no llevar a sus hijos a la escuela por razones económicas reclaman becas y subsidios en útiles escolares. En cambio, quienes declaran no estar interesados en la educación, sostienen que no enviarían a sus hijos a la escuela en ningún caso.

Como fue mencionado arriba, la participación estatal en la provisión de educación primaria es alta: el 91.4% de los alumnos de ese nivel acude a un establecimiento estatal (cuadro 4.12). De hecho, casi la totalidad de los asistentes pertenecientes a los primeros 3 quintiles (es decir todos los pobres extremos y no extremos, y parte de los no pobres) asiste a escuelas públicas. La proporción cae a 57.1% en el quintil más rico. La participación pública en la provisión de educación es particularmente fuerte en las áreas rurales y en las regiones Central y del Atlántico. No hay diferencias significativas en el acceso a la educación estatal entre indígenas y el resto.

Los niños pertenecientes a familias pobres extremas no asisten a escuelas privadas. Entre los niños de familias de pobreza moderada que concurren a este tipo de establecimientos, más de la mitad asiste a escuelas privadas subsidiadas por el Estado nicaragüense. En cambio, la gran mayoría de los no pobres que asisten a la escuela privada, lo hacen a establecimientos no subsidiados (70%).

Como fue indicado más arriba, el porcentaje de quienes declaran asistir a un centro autónomo (18.8%) es muy inferior al reportado por la Dirección de Estadísticas del MECD (63.7%). El reporte a la EMNV 2005 de asistencia a escuelas/centros autónomos es algo menos frecuente entre los estratos de menores ingresos. Mientras que 13% de los niños del quintil 1 dice asistir a este tipo de establecimiento educativo, el porcentaje sube a 23.5% entre los niños del quintil 5. Estas diferencias deben ser interpretadas con cuidado, ya que en parte pueden deberse a un desconocimiento del tipo de escuela pública más generalizado en los estratos de ingresos (y educación) más bajos.

La asistencia a centros comunitarios y multigrado es decreciente en el consumo. El 59% de los niños pobres extremos asiste a escuelas en las que la educación es impartida en aulas

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multigrado. En cambio, esa situación sólo se da para el 12% de los niños del quintil superior de consumo.

Una gran proporción de escuelas públicas provee algún tipo de alimentación gratuita a sus alumnos. El 68% de los niños nicaragüenses asistentes al primario declara recibir alimentación en algún establecimiento estatal. Tanto el porcentaje de los que reciben alimentación pública como el valor declarado del subsidio son decrecientes en el ingreso. El 78% (55%) de los pobres (no pobres) recibe alimentación en un centro escolar estatal, por un valor declarado en la encuesta de C$101.9 (C$ 74.9) per cápita. El porcentaje de asistentes al primario que recibe material escolar de un establecimiento estatal es sustancialmente menor que en el caso del subsidio a la alimentación (7%), pero también claramente decreciente en el nivel de vida familiar. Los niños autoidentificados como indígenas declaran recibir más asistencia escolar en alimentos y útiles.

Es interesante notar que, comparado con sus contrapartes de los quintiles más ricos, los niños más pobres tienen un menor número de faltas a la escuela al mes, aunque en contraste presentan tasas de repitencia significativamente superiores. Las diferencias en términos de la evaluación subjetiva de sus padres respecto de la calidad escolar no son significativas. En cambio son diferentes tanto el tiempo de viaje a la escuela, como el medio de transporte empleado. En promedio los niños del quintil 1 tardan 6 minutos más que los del quintil 5. Mientras que el 7.3% de estos niños de mayores ingresos utiliza el sistema de transporte público, menos del 1% de los niños del quintil 1 aprovecha ese medio de transporte. La gran mayoría de esos niños viven en áreas rurales o urbanas marginales que carecen de servicio de transporte público, por lo que llegan a sus escuelas a pie, en animales o en bicicleta.

Los principales resultados de incidencia distributiva correspondientes al nivel primario público se presentan en el cuadro 4.13. Del total del gasto en ese nivel más del 50% es apropiado por los dos primeros quintiles de la distribución del consumo per cápita. Un individuo típico del quintil más pobre recibe en términos de educación primaria, asumiendo ausencia de ineficiencias, el equivalente a C$ 363 al año en términos de educación primaria pública.15 Estas transferencias son significativas, lo cual se ve reflejado en los valores de la columna (iv). El carácter pro-pobre del gasto en educación primaria se ilustra en las figuras 4.2 a 4.4.

Los resultados del cuadro 4.14 (ilustrados en la figura 4.6) sugieren que el carácter pro-pobre del gasto en educación primaria está ligado fundamentalmente a una mayor concentración de niños en los estratos más pobres de la población, y en menor medida a un uso más intenso de las escuelas públicas (frente a la opción privada) por parte de los

15 Dada la imposibilidad de identificar el gasto destinado a privados subvencionados, se estimó la división del gasto público en educación primaria entre pública y privada subsidiada en función de la estructura de asistentes.

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alumnos más pobres. La curva de concentración de la figura 4.4 indica un gasto significativamente pro-pobre y progresivo, lo cual es confirmado por el valor del índice de concentración del cuadro 4.40 (-20.1).

El Estado nicaragüense sostiene un programa de educación destinada a adultos, que mayoritariamente corresponde al nivel primario. Recientemente se han iniciado programas de secundaria para adultos a nivel piloto. El cuadro 4.15 (panel A) indica una estructura de incidencia muy pro-pobre. El 64% del subsidio implícito en este programa es asignado a personas pertenecientes a los 2 primeros quintiles de la distribución del consumo. Los resultados son diametralmente diferentes en el caso del subsidio estatal a la educación primaria privada. El 50% de esos subsidios benefician a las familias del quintil superior (cuadro 4.15, panel B). Este subsidio no es aprovechado por ninguna familia del quintil 1, ya que sus hijos o bien no asisten a la escuela, o lo hacen a establecimientos públicos. El contraste entre estos dos programas es claro en el cuadro 4.40: mientras que el IC del programa de adultos es negativo y alto (de hecho, el mayor en valor absoluto entre todos los programas sociales), el del subsidio a la educación primaria privada es alto y positivo (uno de los mayores entre todos los programas sociales).

Diferencias regionales

Como fue discutido, en Nicaragua las diferencias regionales en términos socioeconómicos son marcadas. Estas diferencias se reflejan también en los resultados de incidencia del gasto social. El cuadro 4.16 muestra para cada una de las cuatro regiones en las que se divide el territorio nicaragüense los tres componentes básicos que determinan el grado de focalización del programa de educación primaria pública: la distribución de los niños en edad escolar (7 a 11 años), la tasa de asistencia al primario, y la tasa de asistencia a establecimientos públicos. Estas variables se presentan por quintiles de la distribución nacional del consumo per cápita. Este ordenamiento implica, por ejemplo, que la mayoría de los niños en edad escolar que viven en Managua pertenezcan a los estratos medios de la distribución nacional, lo cual es consecuencia de que las familias que en términos relativos dentro de Managua son de ingresos medio-bajos, pertenecen a estratos más elevados en la distribución nacional. Por ejemplo, una persona promedio del quintil más pobre de la distribución de Managua tiene un nivel de consumo per cápita (C$ 441) superior al nivel de una persona promedio del quintil 2 de la distribución nacional (C$434).

El cuarto panel del cuadro 4.16 computa la incidencia por quintiles del programa de educación primaria pública. Mientras que en el agregado nacional el programa es moderadamente pro-pobre, los resultados varían por regiones: la educación primaria pública presenta un carácter pro-pobre más fuerte en la región Central y el Atlántico, y una mayor incidencia en los estratos medios en las regiones de Managua y el Pacífico. Es importante remarcar que este resultado no implica que al interior de la región de Managua

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el gasto esté poco focalizado, sino que los beneficiarios pertenecientes a los estratos de ingresos bajos y medios de Managua están mejor ubicados en la escala de nivel de vida nacional.

El último panel del cuadro 4.16 presenta los resultados de un ejercicio de descomposición destinado a caracterizar las diferencias en la incidencia del programa de educación pública primaria entre regiones. En particular, el panel muestra los resultados de la comparación entre Managua y la región del Atlántico. La focalización en el quintil inferior es 23 puntos superior en el Atlántico que en Managua. Esta diferencia es enteramente explicada por la diferencia entre las dos regiones en términos de la ubicación de los niños en edad escolar en la distribución nacional del consumo.

Comparación con Honduras

Un reciente estudio de incidencia del gasto social realizado para Honduras con una metodología semejante a la del presente trabajo (Gasparini et al., 2005) permite comparar la situación de Nicaragua con la de su vecino. El cuadro 4.17 resume la comparación presentando para cada país la distribución de niños en edad escolar primaria, y las tasas de asistencia y de elección público-privado. Los beneficios del gasto social en educación primaria básica están algo más focalizados en Nicaragua. Esta diferencia es fundamentalmente el producto de una distribución de niños nicaragüenses en edad escolar ligeramente más sesgada hacia los estratos más pobres que en Honduras, posiblemente como consecuencia de diferencias en la estructura de las tasas de fecundidad entre los dos países. Los cambios en la tasa de asistencia al considerar estratos superiores de consumo son significativamente mayores en Nicaragua (ver segundo panel del cuadro 4.17), lo que contribuye a un menor nivel de focalización. Este efecto es en gran parte compensado por un significativo menor uso por parte de los no pobres de las escuelas primarias públicas en Nicaragua, comparado con Honduras, lo que incrementa el grado relativo de focalización en aquel país.

Comparación en el tiempo

Nicaragua ha mantenido las encuestas EMNV desde 1993, lo que permite establecer comparaciones en el tiempo. El programa de educación primaria pública en Nicaragua se ha vuelto más pro-pobre en el período transcurrido entre 1993 y 2005. El índice de concentración ha aumentado (en valor absoluto) de 5.3 a 20.1.

El cuadro 4.18 presenta los resultados de descomponer el cambio en la incidencia del programa de educación primaria pública entre 1993 y 2005. La distribución de niños en edad escolar ha cambiado muy ligeramente. El cambio más notorio es en el quintil 5: mientras que en 1993 el 15.8% de los niños nicaragüenses pertenecía a ese quintil, en 2005

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ese porcentaje cae a 11.8%. Una reducción más pronunciada en la tasa de fecundidad de los estratos de mayores ingresos (SEDLAC, 2006) es uno de los factores posibles detrás de este resultado.

El segundo panel del cuadro 4.18 documenta un fuerte aumento de la tasa de escolarización primaria, en particular entre los niños más pobres. Mientras que en 1993 sólo el 56.6% de los niños nicaragüenses de 7 a 11 años asistía a la escuela, ese porcentaje ha subido a 79.1% en 2005. El tercer panel del cuadro indica que el ligero aumento en el porcentaje de asistentes a escuelas públicas (de 89.3% a 93.7%) es producto de un pequeño aumento en los quintiles inferiores y una fuerte caída en el superior: mientras que en 1993 el 70.9% de los niños del quintil más rico asistía a escuelas primarias públicas, ese porcentaje se redujo a 55.1% en 2005.

El cuarto panel del cuadro 4.18 ilustra el aumento del sesgo pro-pobre del programa de educación pública primaria. La proporción de beneficios de ese programa asignables al quintil más pobre aumentó de 20.7% a 25.9%, mientras que la proporción de los beneficios captados por el quintil más rico se redujo de 15% a 7.7%. El último panel sugiere que los tres efectos comentados arriba han determinado el cambio en el grado de focalización del programa. El efecto más importante detrás del aumento en el grado de focalización en los más pobres es el fuerte aumento en la tasa de asistencia de este grupo. En cambio, en la pronunciada reducción de la incidencia del gasto en primaria sobre el quintil superior han influido en mayor medida la reducción en el número relativo de niños en ese quintil, y la fuerte migración desde las escuelas públicas a las privadas en ese estrato social.

4.3. Educación secundaria

A diferencia del nivel primario, las brechas de asistencia entre los jóvenes pobres y el resto es sustancial en este nivel educativo (figura 4.5). Mientras que el 51% de los jóvenes no pobres entre 16 y 18 años asiste a escuelas secundarias, sólo el 15% de los pobres extremos en este grupo etario concurre a algún establecimiento educativo del nivel medio (cuadro 4.19). La brecha educativa, ligeramente favorable a los indígenas en el nivel primario, se revierte en el secundario: mientras que la tasa de asistencia nacional para los jóvenes de 13 a 15 años es de 46%, en el caso de los jóvenes indígenas cae a 32%.

La gran mayoría de los asistentes utiliza los servicios de los colegios secundarios públicos (76%). Una fracción menor, aunque no insignificante (24%) concurre a establecimientos privados. Algo menos de la mitad de los asistentes a establecimientos privados de educación media declara hacerlo a colegios subsidiados por el Estado nicaragüense (cuadro 4.20). Dentro de los colegios estatales, la participación de los centros autónomos es mayoritaria. De cualquier forma, nótese que como en el nivel primario, el porcentaje de asistentes a centros autónomos declarado en la EMNV (45.8%) resulta inferior al reportado por la Dirección de Estadísticas del MECD (64%).

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Aquellos jóvenes pobres que no asisten al nivel secundario justifican (ellos o sus padres) su ausencia del sistema educativo mayoritariamente por razones económicas (“falta de dinero”, “labores domésticas” o “trabajo/labores rurales” (cuadro 4.21). Para los no pobres estas razones son en promedio ligeramente menos relevantes. El difícil acceso a un centro de estudio es mencionado con más asiduidad en las zonas rurales, pero de cualquier forma el porcentaje es relativamente bajo: 9.3% combinando las distintas razones de oferta (no hay cupo, no se ofrece grado, la escuela está lejos o no hay profesores). Algo más del 20% de los jóvenes manifiesta no estar interesado en los estudios de nivel medio: este porcentaje no es significativamente variable por estrato socioeconómico o área geográfica. La mayoría de estos jóvenes reporta no estar dispuesto a asistir al secundario en ningún caso (cuadro 4.22). En contraste, quienes declaran como principal causa de la no-asistencia el estar trabajando, se verían atraídos a la escuela con una mejor oferta de becas, programas de adultos y horarios de clases más flexibles. La gran mayoría de aquellos que argumentan falta de recursos económicos, reportan a la encuesta que estarían dispuestos a estudiar si se les ofreciera una beca.

El uso de los establecimientos públicos es masivo en los estratos más pobres de la población (más del 90%). En cambio, para los más afluentes el porcentaje es cercano al 50% (cuadro 4.23). La presencia pública es más marcada en las áreas rurales y menos en Managua, y entre los grupos aborígenes.

Entre aquellos que asisten al colegio secundario privado, la presencia de subsidios estatales a la escuela es mucho más marcada entre los quintiles inferiores. Lo mismo ocurre con el share de asistentes a escuelas públicas de gestión autónoma. Es posible, incluso, que el grado de focalización de las escuelas autónomas del nivel medio esté subestimado, dado el argumento mencionado en el caso del nivel primario: algunos padres, principalmente los más pobres y presuntamente menos informados, pueden desconocer que sus hijos asisten a escuelas de gestión autónoma.

Los jóvenes más pobres faltan algo menos a la escuela, pero su tasa de repitencia es significativamente superior. Un joven típico de primer quintil tarda 17 minutos más que un joven típico del quintil superior para llegar a la escuela secundaria. Su uso del sistema público de transporte es significativamente menor (17% vs. 30% de los más afluentes).

El cuadro 4.24 presenta los resultados de incidencia. Del total del gasto en educación secundaria pública, el 10.7% beneficiaría a familias del quintil más pobre de la distribución. La estructura de incidencia crece hasta el percentil 70 y luego cae (figuras 4.2 y 4.3). Esta forma de U invertida es común en otros países. Los estratos más pobres de la distribución no se benefician del gasto en educación secundaria porque tienen tasas de asistencia a ese nivel educativo bajas. El efecto “asistencia” explica totalmente la baja incidencia del programa en los quintiles 1 y 2 (ver descomposición en el cuadro 4.25). El quintil mediano (3) es el más beneficiado: concentra ligeramente más jóvenes que el promedio y tiene tasas de asistencia, y asistencia a establecimientos públicos superiores al promedio. De estos

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efectos, el primero y el último se revierten en el caso del quintil 5, pero el fuerte efecto asistencia casi compensa esa pérdida.

La figura 4.4 muestra la curva de concentración del programa de educación secundaria, y agrega el del subsidio público a la educación media privada.16 Ambos programas son pro-ricos (índices de concentración de 10 y 36, respectivamente).

Las diferencias regionales en el grado de focalización del subsidio estatal en educación secundaria están dominadas por la concentración de la población más pobre en la región Central y del Atlántico (cuadro 4.26). La comparación con Honduras (cuadro 4.27) indica una mayor focalización del gasto en Nicaragua, producto de mayores tasa de asistencia en los más pobres y de un uso algo más intensivo del sistema público de educación secundaria.

El cuadro 4.28 presenta los resultados de descomponer el cambio en la incidencia del programa de educación secundaria pública entre 1993 y 2005. Como en el caso de la escuela primaria, el programa de educación secundaria se ha vuelto más pro-pobre, fundamentalmente dado el aumento en el acceso de los jóvenes pobres a la escuela media. Mientras que en 1993 menos del 4% de los jóvenes del quintil 1 accedía a una educación secundaria, ese porcentaje se elevó a 17.4% en 2005, un valor aun pequeño, pero que implica un aumento proporcional muy grande respecto de 1993.

Educación técnica

Nicaragua cuenta con una extensa oferta de cursos de nivel técnico financiados en su mayoría por dos Institutos, el INATEC y el INTECNA. La educación técnica abarca un conjunto de programas de especialización, oficios y perfeccionamiento de nivel medio y terciario. Dada la imposibilidad de distinguir cada programa en la EMNV, se opta por tratarlos como un agregado.

Casi el 70% de los beneficiarios de la educación técnica pertenecen a los quintiles 4 y 5 de la distribución (ver cuadro 4.29). Esta estructura pro-rica se refleja en el índice de concentración del cuadro 4.40 (32.6). En términos proporcionales al consumo, el subsidio estatal a la educación técnica beneficia especialmente a los quintiles 3 y 4.

4.5. Educación universitaria

La educación superior ocupa un lugar importante en el presupuesto educativo de Nicaragua: el 28.4% del gasto en educación se destina a las universidades nacionales. A los

16 El resto de los resultados de incidencia de este programa se ignoran en la presentación del trabajo por simplicidad.

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establecimientos estatales concurre un tercio de los universitarios, mientras que el resto asiste a universidades privadas.

De acuerdo a datos de la EMNV, el 13.5% de los jóvenes nicaragüenses de 21 años asiste a la universidad (cuadro 4.30). De hecho, la máxima tasa de asistencia se alcanza para esa edad (figura 4.5). Entre los asistentes a la universidad prácticamente no hay pobres extremos. La educación universitaria es casi imposible para los jóvenes de los quintiles 1 y 2. La tasa de asistencia recién crece a niveles superiores al 20% en el quintil 5. El cuadro 4.30 indica que las universidades están más concentradas en la región de Managua. La participación de los indígenas en la educación superior es sustancialmente inferior al resto de la población.

Las razones esgrimidas en la encuesta para justificar la no asistencia son numerosas, y no varían muy significativamente por condición de pobreza o área geográfica: las preferencias por no seguir estudiando, la presencia de un trabajo (algo más frecuente en las áreas rurales), y los problemas económicos (mencionados con algo más de frecuencia en las zonas urbanas) son las principales razones (cuadro 4.32). Casi el 40% de quienes no asisten sostiene que no asistirían a la universidad bajo ninguna circunstancia (cuadro 4.33). El 30% afirma que sería atraído por una beca de estudio, el 13% por un programa de adultos y el 7% por mejores horarios de cursadas.

A diferencia de otros países de la región, sólo el 33% de los asistentes al nivel universitario utiliza las universidades públicas (cuadro 4.34). Esta presencia en universidades estatales es algo más intensa en los jóvenes de los quintiles intermedios de la distribución del consumo. La presencia de universidades privadas es más relevante en Managua y la región Central, que en el resto del país. Los individuos de menores ingresos se benefician en mayor medida de las universidades privadas subsidiadas.

El cuadro 4.35 confirma la presunción derivada del análisis previo: el gasto estatal en educación universitaria se concentra claramente en los estratos más ricos de la población. Las erogaciones en este ítem tienen un sesgo marcadamente pro-rico (figuras 4.2 a 4.4). La curva de concentración resultante se encuentra siempre por debajo de la de Lorenz, indicando un gasto en universidades claramente regresivo. El subsidio a la educación universitaria privada tiene un sesgo pro-rico muy similar al de las universidades estatales. De hecho, la diferencia en el índice de concentración de ambos programas no es estadísticamente significativa (ver cuadro 4.40).

El resultado sobre el carácter pro-rico de la educación superior, común en todos los estudios de incidencia en América Latina, no implica necesariamente la necesidad de revisar las decisiones de gasto público en ese sector. La decisión de proveer públicamente un servicio responde a una multiplicidad de razones: la de equidad distributiva es sólo una de ellas. Los resultados de esta sección sugieren que el argumento redistributivo aconseja repensar la asignación del gasto educativo, aunque se reconoce que pueden existir otras

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razones válidas para destinar una fracción tan importante del presupuesto a un servicio que beneficia casi exclusivamente a los estratos de mayor nivel de vida.

Las razones inmediatas de la estructura pro-rica de la educación universitaria son claras a partir de los resultados de la descomposición del cuadro 4.36: el efecto asistencia explica casi totalmente las diferencias entre la incidencia actual y la resultante en una situación contrafáctica perfectamente igualitaria. En el caso de Nicaragua, y en contraste con el de otros países, se agrega el efecto proveniente de un menor uso relativo de las universidades estatales por parte de los universitarios de menores recursos.

Este hecho implica una menor focalización del gasto en universidades que en Honduras (cuadro 4.37). Sin embargo, este sesgo es revertido por la presencia de otros dos factores: la mayor concentración de la población de jóvenes nicaragüenses en los estratos inferiores y medios (en relación a la situación en Honduras), y una tasa de acceso a la universidad sustancialmente más uniforme respecto de la presente en el país vecino. En el agregado el gasto en educación universitaria en Nicaragua resulta algo más focalizado que en Honduras.

4.6. Evaluación general e incidencia agregada

En el cuadro 4.38 se agregan los resultados de incidencia de esta sección.17 El quintil más pobre de la sociedad nicaragüense tiene un consumo que representa sólo el 6.3% del total. Ese mismo quintil se beneficia, de acuerdo a las estimaciones de este trabajo, del 17.9% del total del GPS en educación, y del 24.5% del total del gasto de la ERP en educación. En el caso del GPS esos porcentajes son crecientes a medida que se consideran estratos más ricos, mientras que en el caso de la ERP los porcentajes son constantes en los primeros 2 quintiles y luego caen significativamente (figuras 4.7 y 4.8). El gasto social en educación resulta ligeramente pro-rico, aunque progresivo: su curva de concentración está entre la de Lorenz y la diagonal (figura 4.9). En cambio, en el caso del gasto en educación de la ERP la curva está por encima de la diagonal, indicando un gasto pro-pobre y progresivo. El índice de concentración, sin embargo, es pequeño: apenas -15, un valor relativamente bajo, considerando que se trata sólo de las erogaciones de la ERP.

Una persona típica del primer quintil se beneficia con el equivalente a unos C$ 644 al año como consecuencia del gasto público social en educación. Ese beneficio representa un 20.5% de su consumo total. Por su parte, una persona típica del quintil 5 se beneficia con C$ 847, que representan el 3.6% de su consumo. El contraste es más marcado cuando se 17 A los gastos analizados en esta sección se suman las actividades centrales del MECD, formación docente y educación especial, los cuales, a falta de información, se asignan de manera semejante al total del gasto del MECD. Por su parte, el rubro “proyectos comunes” incluye en su mayor parte erogaciones de capital en distintos programas educativos. Se cuenta con información anual de la asignación de esas erogaciones por programa, la cual es utilizada para asignar el gasto total en “proyectos comunes”.

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trata del gasto de la ERP en educación, que excluye las erogaciones en el nivel universitario. En este caso, una persona típica del primer quintil recibe C$606 (19.3% de su consumo), mientras que una persona típica del quintil más rico recibe $243 (sólo el 1% de su consumo).

En promedio, una persona pobre extrema se beneficia con C$ 637 al año en concepto de gasto social en educación (cuadro 4.39). El valor para una persona no pobre es algo superior (C$ 772). Si el análisis se restringe al gasto ERP, un pobre extremo se beneficiaría con el equivalente a C$ 602, un pobre moderado con C$600 y un no pobre con C$ 403.

El cuadro 4.40 presenta los índices de concentración y de progresividad de todos los programas analizados. El programa más concentrado en los pobres resulta ser el de Educación de Adultos, seguido por el programa general de escuelas primarias públicas (figura 4.11). En el otro extremo, los subsidios a la educación privada y el programa de universidades públicas resultan los de mayor carácter pro-rico. La columna (ii) del cuadro 4.41 indica que estos programas son regresivos: la distribución de sus beneficios es aun más concentrada en los estratos más ricos que la propia distribución del consumo.

Las últimas dos columnas del cuadro 4.41 indican el impacto redistributivo de cada programa, medido como el efecto sobre el coeficiente de desigualdad de Gini suponiendo que el programa se financia con impuestos proporcionales. El programa con mayor impacto redistributivo es el de educación primaria. Su impacto es muy superior al de cualquier otro programa educativo, dado su gran importancia presupuestaria y su marcado sesgo pro-pobre (figura 4.12).

Es notable la similitud del grado de concentración del gasto público en educación en Nicaragua y Honduras (cuadro 4.42). Este resultado agregado es consecuencia de un mayor sesgo pro-pobre en Nicaragua de los grandes programas (primaria, media, adultos), compensado por un conjunto de programas muy focalizados en Honduras (Proheco, Pralebah, Educatodos). La definición del gasto ERP difiere ente países, en cuanto es el resultado de algún consenso no delimitado por reglas claras. De acuerdo a las definiciones adoptadas en Nicaragua y Honduras, el gasto ERP en Nicaragua resulta ser algo más pro-pobre que el de su vecino.

5. Salud

El nivel de salud de una población es uno de los principales pilares de una estrategia para lograr reducciones permanentes de la pobreza y alcanzar sendas estables de desarrollo. Nicaragua realiza un esfuerzo económico significativo para llevar adelante diversas actividades relacionadas con la prevención, promoción y atención de la salud.

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En el cuadro 5.1 se presentan algunos indicadores sintéticos del sector salud de Nicaragua en comparación con la vecina Honduras. El bloque 1 indica la similitud entre los niveles de salud, medidos por la expectativa de vida o la tasa de mortalidad infantil. Existen algunas diferencias en cuanto a la utilización de diversos insumos para el logro de estos resultados. El bloque 2 informa que en Nicaragua se asigna al sector una porción algo superior de su producto, lo cual proviene de un gasto privado en salud más alto, dado que el gasto público per cápita en salud es similar en los dos países centroamericanos. Finalmente, del bloque 3 se desprende que Nicaragua posee una menor dotación de recursos humanos, tanto médicos como de enfermería u odontología.

La figura 5.1 indica que, de acuerdo a información de WHO, los recursos por habitante destinados por Nicaragua a las actividades de salud son bajos, comparados con los de otros países de América Central y el Caribe. Las estadísticas de esperanza de vida son comparables a las de otros países pobres de América Central.

El Sistema de Salud de Nicaragua está conformado por el Ministerio de Salud (MINSA), el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), el sector privado, los servicios médicos brindados por el Ministerio de Gobernación y el Ejército, y las instituciones que forman recursos humanos para el sector. El Ministerio de Salud es el responsable de coordinar, organizar, controlar, regular, ordenar y vigilar las acciones en salud, así como formular políticas, planes, programas y proyectos que sean necesarios para dar repuesta a los problemas de salud de la población nicaragüense (Ley General de Salud, Art. 7). Si bien una parte importante de los gastos en salud corresponden al INSS (C$888 millones en 2005), el carácter contributivo del sistema hace ambigua la interpretación de los resultados de un análisis de incidencia. En esta sección se ignoran los gastos en salud del INSS, que son analizados por separado en el Anexo B.

El MINSA presta servicios de atención médica a través de una red de establecimientos conformada por los puestos de salud, los centros de salud y los hospitales. En el año 2005 el MINSA contaba con 1025 centros y puestos de salud y 34 hospitales. Por su parte el INSS también presta servicios de atención médica a través de establecimientos previsionales. La oferta sanitaria se completa con 60 hospitales y clínicas administradas por el subsector privado, las ONGs y otras instituciones.

El Plan Nacional de Salud de Nicaragua reconoce desafíos pendientes significativos, en especial con relación a la mortalidad materna e infantil, las elevadas tasas de fecundidad y natalidad, la desnutrición crónica infantil, altas tasas de morbilidad de enfermedades endémicas (malaria, TB, dengue y HIV), la elevada incidencia de accidentes laborales, la prevalencia de enfermedades mentales, la elevada prevalencia de personas con discapacidad, la mortalidad y lesiones por violencia, la mortalidad y morbilidad por afecciones crónicas, y la mortalidad por cáncer. Para resolver estas cuestiones el gobierno ha fijado como objetivo de su política para los años venideros (Plan Nacional de Salud 2004-2015) incrementar la calidad y el acceso a los servicios de salud y fortalecer las

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acciones intersectoriales relacionadas con la promoción, prevención y protección de las familias y la comunidad.18

Durante el año 2005 se asignaron C$2750 millones en programas de salud del gasto público social, en tanto que por la ERP se asignaron C$ 2165 millones (cuadro 5.2). En el GPS estos montos fueron asignados a actividades de prevención (9.3%) y de atención médica pública (63.4%). El resto de los recursos se asignan a actividades centrales y proyectos comunes (23.8%), servicios de salud ambiental (0.1%) y otros gastos (3.3%).

5.1. Servicios de promoción, prevención, educación y comunicación de la salud

Existen dos tipos centrales de acciones vinculadas a la prevención en salud: las actividades de difusión de información y las campañas de vacunación.

Campañas de difusión de información

El MINSA realiza diversas campañas de educación en temas de salud, nutrición, salud ambiental y difusión. La EMNV 2005 pregunta acerca de la cobertura de dichas campañas. El cuadro 5.3 indica que el 68% de los nicaragüenses reconoce recibir algún tipo de campaña pública de difusión de información en salud. Esta proporción se relaciona positivamente con el nivel de consumo. Mientras que el porcentaje cubierto de individuos que pertenecen al quintil 1 es de 58.9%, para el quintil 3 es de 70.4% y para el quintil 5 alcanza a 73.1%. Las diferencias según la condición de pobreza son similares: la cobertura entre los pobres extremos alcanza el 58%, mientras que entre los individuos pobres no extremos es del 64.9% y entre los no pobres llega a 72.6%. También son notables las diferencias según el lugar de residencia de los individuos, en particular entre las zonas urbanas (78.8%) y rurales (54.4%), y entre Managua (78.5%) y el resto de las regiones. Cuando se evalúa la recepción de estas campañas según la etnia de pertenencia surge una mayor cobertura entre la población indígena (75.5%) respecto de aquellos individuos que no lo son (67.8%).

En la columna (i) del cuadro 5.4 se presenta la distribución de beneficiarios de estas actividades, la cual muestra un ligero sesgo pro-rico. Este leve sesgo se confirma en un índice de concentración positivo y bajo de 4.73 (primera columna del cuadro 5.5), y una curva de concentración por debajo, pero cercana, a la línea de perfecta igualdad (figura 5.2.a).

18 El Plan también se propone como objetivos mejorar la institucionalidad del MINSA, profundizar las reformas en la búsqueda de mejores desempeños y un nuevo modelo de atención.

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Campañas de vacunación

Uno de los principales justificativos para la intervención del Estado en el sector salud es el proveniente de la existencia de externalidades negativas que generan las enfermedades transmisibles. En este sentido, los gobiernos suelen tener campañas de vacunación que pretenden proteger a la población de las principales enfermedades. Nicaragua no es una excepción, ya que las acciones de inmunización tienen una estrategia bien definida y con la suficiente relevancia presupuestaria.

En la EMNV 2005 es posible identificar entre los niños menores de 6 años, tanto a todos aquellos que ya han sido vacunados, como a los que recibieron vacunas durante el año 2005. La columna (i) del cuadro 5.6 presenta la proporción de niños menores de 6 años en el total de la población. Los valores de esa columna sugieren que hay una mayor presencia de niños entre los individuos de menores recursos, que residen en el área rural y en particular en la región del Atlántico. Mientras que en esos casos la proporción de niños se ubica en torno del 16% de la población total, para los restantes grupos esta proporción se reduce a alrededor del 10%. Cabe aclarar que para el caso de los individuos de mejor condición económica esta proporción se reduce aún más, llegando al 8.7% entre los que pertenecen al quintil 5. Esta característica de la distribución de la población objetivo del programa implica a priori un sesgo pro-pobre.

Las columnas siguientes del cuadro 5.6 presentan dos tasas de cobertura: la primera refiere a la tasa de cobertura global (porcentaje de niños menores vacunados), mientras que la segunda indica la proporción de niños vacunados durante 2005, y por ende es relevante para evaluar el desempeño de las campañas de vacunación en ese momento específico del tiempo. La tasa de cobertura alcanza en promedio el 95% con disparidades entre regiones y grupos poblacionales, aunque con niveles mínimos siempre superiores al 90%. Naturalmente, a medida que mejora el nivel socioeconómico del niño, aumenta la tasa de cobertura. Así, mientras que para el quintil 1 la tasa de cobertura de vacunas es del 92.4%, entre los individuos de los quintiles 4 y 5 esa tasa es cercana al 97%. Las mayores disparidades se manifiestan entre regiones de residencia. Mientras que en Managua la cobertura es total, el porcentaje de niños menores de 6 años vacunados es del 94% en la región del Pacífico y la región Central, y del 92.3% en la región Atlántica.

La columna (iii) del cuadro 5.6 indica que el 11.1% de la población infantil ha sido vacunada durante 2005. La tasa de cobertura de los pobres es 1.5 puntos inferior a la de los no pobres (10.5 y 12, respectivamente). Es interesante destacar que las disparidades regionales comentadas para el caso general parecieran invertirse para la cobertura de las acciones del año 2005. Ahora la mayor cobertura se da en las regiones rurales, 12.5%, superior a la que presentan las regiones urbanas, 9.9%. También se destaca que pareciera haberse realizado un esfuerzo guiado por las deficiencias de cobertura entre las regiones. Así, ahora la mayor cobertura se presenta en la región Atlántica (12.8%), seguida por la

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región Central (12.0%) y la región del Pacífico (11.9%). Finalmente, en Managua la cobertura fue de 7.8%.

Los indicadores presentados hasta ahora tienen una debilidad: ambos evalúan si cada niño al menos ha tenido un contacto con las campañas de vacunación, pero no si ha cumplido con el calendario de vacunación. El cuadro 5.7 extiende el análisis al número de dosis recibidas por un niño. En promedio, un niño de hasta 6 años ha recibido 3.9 dosis, lo cual sugiere que una importante cantidad de niños no se encuentra cubierto tal cual sería de esperar por el plan de vacunación. Durante 2005 a cada niño inmunizado se le aplicaron 1.6 dosis (columna ii). Es interesante notar que este valor no es inferior para los pobres ni en las áreas rurales.19

Las tasas semejantes de cobertura en combinación con una mayor concentración de niños en los estratos más pobres implican un sesgo pro-pobre moderado del gasto público en programas de vacunación (cuadro 5.4). Mientras que los niños que pertenecen al quintil 1 reciben el 25.9% de las dosis, esa proporción desciende a medida que aumenta el nivel de consumo hasta ubicarse en 13.4% para el quintil más afluente. La característica pro-pobre de este programa se refleja en la figura 5.2, y en el valor negativo que adopta el índice de concentración (-12.74). Los resultados de incidencia encontrados para Nicaragua son muy similares a los encontrados por Gasparini et al. (2005) para el caso de Honduras (cuadro 5.8).

Total promoción, prevención, educación y comunicación de la salud

En las columnas (iii) a (ix) del cuadro 5.4 se presenta el ejercicio de incidencia para este programa, asumiendo, por falta de información, asignación uniforme del presupuesto entre subprogramas. Los cuatro primeros quintiles reciben prácticamente 20%, con pequeñas desviaciones, y el quintil 5 recibe el 17.7% (columna (iii)). Los beneficios per cápita del gasto en este programa se ubican en torno de los C$ 50 para los quintiles 1 a 4 y en C$ 44.3 para el restante. En consecuencia, el programa de promoción y prevención de la salud resulta ligeramente pro-pobre (ver cuadro 5.5 y figura 5.2). El índice de concentración es negativo, pero apenas diferente de cero (-1.5).

5.2. Servicios de atención médica pública

El sistema público de atención médica brinda diversos servicios a la población que concurre a ella. Entre ellos es posible identificar en la EMNV 2005 los servicios prestados a los niños por motivo de diarrea, las consultas de la población en general por cuestiones de enfermedad, y los controles relacionados con un parto reciente. Desafortunadamente, no es

19 La diferencia es no significativa desde el punto de vista estadístico.

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posible identificar en la información presupuestaria la asignación de recursos destinados a cada una de estas actividades.

Diarrea

La diarrea es uno de los principales problemas asociados con la falta de calidad en la cobertura de agua. Esta enfermedad afecta a 1 de cada 4 niños nicaragüenses menores de 6 años según se desprende de las respuestas a la EMNV. En términos generales, la enfermedad tiende a afectar a todos los grupos poblacionales de manera bastante similar (columna (ii) del cuadro 5.9). Las principales diferencias se presentan al considerar el lugar de residencia: hay una mayor prevalencia entre los individuos que se encuentran en regiones rurales, 27.3%, respecto de aquellos que se ubican en las zonas urbanas, 24.0%. Entre las regiones del país también se da una notable disparidad (22.8% en la región Central frente a 33.3% en la región Atlántica). Al considerar la etnia de los niños surge que la incidencia de la diarrea entre los indígenas es 76% superior a la que prevalece entre aquellos que no lo son.

De los niños afectados por diarrea 7 de cada 10 han realizado alguna consulta durante el año 2005. Los niños de familias más pobres tienden a consultar menos al médico por este inconveniente de salud. En la última columna del cuadro 5.9 es posible observar la relevancia que tienen para los individuos el uso de los servicios públicos: el 54.6% de los niños son atendidos en instituciones públicas. La proporción de niños atendidos en establecimientos públicos, puesto, centro u hospital público, tiende a disminuir sensiblemente a medida que mejora la condición de bienestar. Así, mientras que casi la totalidad de los niños enfermos por diarrea concurren a un establecimiento público, tan sólo el 38.2% lo hace entre aquellos que provienen del grupo de mejor condición económica. Una situación similar se presenta cuando se considera la situación de pobreza.

Si se analiza de forma integrada la información presentada en este cuadro surge que la región del Atlántico, donde es mayor la proporción de niños, se encuentra sensiblemente afectada, respecto del resto, por la presencia de diarrea. También existe una relación directa entre la realización de consultas y el bienestar, a la cual se contrapone una relación inversa entre bienestar y concurrencia a establecimientos públicos. En este sentido pareciera que la infraestructura pública estaría compensando algunas inequidades en salud originadas en las condiciones socioeconómicas.

El cuadro 5.10 presenta información sobre costos de oportunidad, en tiempo, y costos monetarios para recibir los servicios médicos para atender la diarrea. Surge claramente que los mayores costos, en tiempo de transporte (35.5 minutos en promedio) son soportados por los individuos con mayor incidencia de la enfermedad. Sucede lo inverso cuando el análisis se centra en los costos monetarios de la atención: en todos los casos, gastos de transporte,

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de consulta, o de medicamentos, el gasto se incrementa a medida que lo hace el nivel de bienestar familiar.

La columna (vi) del cuadro 5.10 informa que en promedio cada familia gasta C$159.9 por niño para atención de la diarrea. Claramente, la distribución de ese gasto privado se encuentra muy concentrada entre los individuos de mayores recursos y que residen en las zonas urbanas. Entre las regiones del país, no pareciera existir grandes diferencias entre Managua, la región Central y la región del Pacífico (C$175), pero si con la región del Atlántico (C$ 129.8).

En el cuadro 5.11 se presentan los resultados de incidencia que surgen de considerar la realización de al menos una consulta por motivo de diarrea en un establecimiento público. Cada uno de los tres primeros quintiles se apropia de algo más del 25% de los beneficios totales del gasto público en la atención de este problema sanitario. Esta proporción se reduce significativamente para el quintil 4, 15% y el quintil 5, 8.6%. La característica pro-pobre de estos servicios se aprecia tanto en la curva de concentración (panel (a) de la figura 5.3), como en el elevado valor negativo del índice de concentración (cuadro 5.12).

Para poder comprender algunos de los hechos que subyacen a este resultado, en el cuadro 5.13 se presentan los resultados de realizar descomposiciones agregadas. La primera fila refleja una distribución de la población objetivo del programa, niños de hasta 6 años, sesgada hacia los quintiles inferiores. La fila siguiente muestra que la proporción de estos niños que realizan alguna consulta por motivo de diarrea es creciente en el nivel de bienestar. Finalmente, la tercera fila indica que entre las familias de menores recursos es mayor la proporción de consultas por diarrea en establecimientos públicos. Las dos filas siguientes presentan la incidencia estimada y la diferencia con una asignación de gasto totalmente igualitaria. El bloque final del cuadro 5.13 cuantifica las causas de las diferencias entre esas dos estructuras de incidencia. Por ejemplo, en el quintil 1, para el cual la incidencia estimada supera en 6.3 puntos a la igualitaria, sólo por la distribución de niños (efecto usuarios potenciales) esta diferencia sería de 5.6 puntos. Un efecto similar se da para la tasa de cobertura pública. Por el contrario, la menor tasa de consultas provocaría una disminución de la incidencia sobre el quintil 1 en -4.4 puntos respecto de la situación igualitaria. En síntesis, el gasto público en servicios médicos vinculados a la atención de la diarrea es pro-pobre debido a que hay una mayor concentración de niños en los quintiles más pobres, y a un uso más intensivo de los centros de salud públicos por parte de esos estratos de la población.

Atención médica

En esta sección se analiza la incidencia distributiva del gasto en atención pública de la salud. Dentro de este ítem se incluyen todas las intervenciones ambulatorias y de internación de primer, segundo y tercer nivel de complejidad, junto con la rehabilitación

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psicofísica. Se identifica como beneficiarios del sistema de atención médica pública a todas las personas que realizan consultas en los centros de salud públicos: hospitales de la Secretaría de Salud, y los puestos y centros de salud.

Este supuesto puede ser cuestionado sobre la base de considerar diferencias de calidad. No obstante, ya que uno de los principales objetivos del Plan Nacional de Salud es mejorar la calidad y las condiciones de acceso a los servicios de salud a través de la definición de un Paquete Básico de Servicios de Salud (PBSS) y un Conjunto Básico de Extensión de Cobertura en un enfoque de atención integral de la salud, es posible que cuanto mayor sea el grado de implementación del PBSS, menos significativo será el citado problema.

Una segunda objeción podría ser la simplificación de las prestaciones en las consultas, cuando los individuos también se benefician de estudios o internaciones. Desafortunadamente, la EMNV 2005 no permite identificar el tipo de establecimiento (público o privado) en el que se realizaron estas prestaciones.

En el cuadro 5.14 se presentan los principales indicadores de necesidad de atención médica y su cobertura, tanto por el sistema de salud como por los establecimientos públicos. El 45.7% de los individuos mayores de 6 años declara haber tenido algún inconveniente de salud durante el último mes. Según surge de la encuesta no parecieran existir grandes diferencias según el nivel de consumo. Las diferencias se hacen notorias en el acceso a un servicio de salud (columna (ii)). Mientras que para el quintil 1 la proporción de individuos que consultan estando enfermos es del 32.1%, para el quintil 3 esta proporción asciende al 44.1% y para el quintil 5 a 52.5%. Una situación similar surge cuando se ordena a los individuos según su situación de pobreza. Los grupos que tienen menor tasa de consulta son aquellos que mayor uso hacen de la infraestructura pública. Así, mientras que entre los individuos del primer quintil la tasa de uso es del 89.2%, entre aquellos que pertenecen al quintil de mayores recursos esta proporción se reduce a 38.8%. Una situación similar se da cuando se ordena a los individuos según su condición de pobreza.

La población indígena presenta una mayor tasa de consultas, la cual recae principalmente sobre el sector público: la tasa de uso de los indígenas es de 79% contra una tasa de 62.7% del resto de la población. Entre las regiones también es posible encontrar diferencias significativas, aunque de magnitud algo menor. Así, entre los individuos que residen en áreas rurales y urbanas la diferencia es de 21.2 puntos y de 31.3 puntos entre la región del Atlántico y Managua.

En el cuadro 5.15 se presenta información sobre la relevancia de los costos de oportunidad monetarios y en dinero que es posible identificar en la encuesta. Los costos de oportunidad en tiempo están inversamente relacionados con la condición económica. Así, por ejemplo, un individuo del quintil 1, con relación a uno del quintil 5, tarda 30 minutos más en llegar al lugar de atención y tiene que esperar unos 10 minutos más. Además, como es lógico, las

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diferencias entre las zonas urbanas y rurales son muy significativas. En este sentido nótese que para los indígenas los mayores costos se relacionan con el transporte o la espera.

En el cuadro 5.11 se presentan los resultados de realizar el ejercicio de incidencia. La estructura resultante presenta cierta proporcionalidad, con una leve tendencia a favorecer a los individuos de los grupos medios, quintiles 2 y 3. El sesgo pro-pobre de los gastos en atención médica general es muy bajo: el índice de concentración es negativo pero de bajo valor absoluto, -3.95 (cuadro 5.12). Este resultado es muy similar al encontrado para el caso de Honduras (-1.4) por Gasparini et al. (2005).

Como se ha visto, existen diferencias en la percepción de enfermedad y el uso de los servicios de atención médica entre las regiones que componen a Nicaragua. Para profundizar en este punto el cuadro 5.16 presentan un análisis de descomposiciones. En los tres primeros paneles se muestra para cada una de las regiones los tres componentes básicos que determinan los resultados de incidencia: la población objetivo (población que declara enfermedad), la tasa de consulta y la tasa de consulta en establecimiento público. Como se ha explicado en el caso de educación, estas variables se presentan para los quintiles del consumo nacional. Como resultado, en Managua existe una mayor concentración de enfermos en los quintiles de mayores ingresos debido a que la población de Managua (y por ende la población que reporta estar enferma en esa ciudad) en gran medida se ubica en los quintiles superiores de la distribución del consumo nacional.

El cuarto panel del cuadro 5.16 presenta el resultado agregado de incidencia y su comparación con los resultados por regiones. Allí surge claramente que la leve característica pro-pobre del programa no tiende a reproducirse en todas las regiones. En este sentido contrasta la situación de la región Central o la región del Atlántico respecto de los resultados para Managua.

El último panel del cuadro presenta la comparación de resultados entre Managua y la región del Atlántico. El mayor sesgo pro-pobre de la atención médica pública en el Atlántico, respecto de Managua, se debe, en primer término, a la mayor concentración de población pobre en la primera región, y en segundo lugar a una mayor tasa de consulta médica de los pobres en el Atlántico respecto del promedio regional.

Partos

Otro servicio brindado por el sistema público de atención médica identificado en la EMNV es la realización de controles de embarazo y la atención de partos. En la encuesta es posible identificar a las mujeres entre 13 y 49 años que dieron a luz en los últimos 12 meses, y cuyo último parto fue en un establecimiento público.

En el cuadro 5.17 se presentan diversos indicadores sobre la cobertura del sistema de salud en cuanto a la realización de controles durante el embarazo. La columna (i) informa que la

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presencia de mujeres entre 13 y 49 años es creciente con el nivel socioeconómico, ya sea según quintiles de consumo como por condición de pobreza, y es mayor en los grupos urbanos, y en las regiones de Managua y el Pacífico. De estas mujeres el 92.5% realizó algún control durante su último embarazo. Nótese que la proporción de mujeres que realizan controles es creciente con el nivel del consumo. Así, mientras que el 84.9% de las mujeres que pertenecen al quintil 1 realiza algún control, esta proporción se eleva hasta llegar al 98.7% para las mujeres que integran el quintil 5. Esta situación tiene su correlato en los resultados por condición de pobreza. En cualquier caso la diferencia entre las mujeres de mejor situación económica y las de condición inferior es de 13 puntos aproximadamente. Estos resultados también se reproducen regionalmente.

Uno de los problemas principales relacionados con la problemática del parto es la capacidad de la persona que realiza el control. En este sentido, el 99% de las mujeres declaran haber realizado su último control con un médico o enfermera. Si bien existen algunas disparidades entre grupos de consumo, en ningún caso esta proporción es inferior al 97%. Se destaca que en la región del Atlántico hay un descenso significativo en la tasa de cobertura, la cual llega al 94.2%.

Como hemos visto en los casos previos, el sector público cumple un rol esencial tanto en la prestación de servicios como en la compensación de diferencias en el acceso. Así, el 80.8% de las mujeres realizaron sus controles de parto en establecimientos públicos. Este promedio esconde significativas diferencias: el 96.2% de las mujeres que conforman el quintil 1 realizaron sus controles en estos establecimientos, mientras que para el quintil 5 dicha proporción se reduce al 54.9%. En términos regionales también se observan diferencias significativas. Así, los destacables logros en términos de control de parto están sustentados por una importante provisión estatal en las zonas rurales. La proporción de mujeres en zonas rurales que realizan controles en establecimientos públicos alcanza el 91% contra el 73.1% en las zonas urbanas. En las regiones este porcentaje supera el 85% para las regiones del Pacífico y del Atlántico, mientras que en la región Central alcanza el 90.5%, en contraste con el 61.3% de la región de Managua.

La evaluación de este programa no se circunscribe a los controles, siendo relevante evaluar también las dimensiones relacionadas con el parto en sí. En el cuadro 5.18 se presentan diversos indicadores de esta situación. La columna (i) informa que el 81.3% de los partos fue atendido por personal sanitario. Este indicador, de relevancia central para el estado de salud del niño y de la madre, muestra profundas disparidades. Así entre las mujeres de menores recursos esta proporción es de 59.4% (quintil 1) o 56.1% (pobres extremos) y asciende a medida que mejora la situación socioeconómica hasta llegar al 97% (quintil 5) o 92.7% (no pobres). Diferencias similares o mayores se presentan por lugar de residencia. Así, esta proporción para las mujeres que residen en áreas urbanas supera en casi 33 puntos a los valores que presentan las mujeres con residencial rural. Una situación más extrema se

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puede observar al comparar esta proporción entre las regiones de Managua (97.8%) o Pacífico (90.2%) respecto de las regiones Central (76.1%) o del Atlántico (50.7%)

Las últimas dos columnas del cuadro 5.18 presentan los costos monetarios directos incurridos en el último parto. Casi la mitad de las mujeres han realizado algún pago por el parto, el cual en promedio alcanza a C$297. Estos indicadores son el espejo de la importancia de las prestaciones públicas para cada grupo. Así, tanto la proporción como los montos pagados aumentan con el nivel de consumo. Mientras que la proporción de mujeres que pagan aumenta de 31.1% para el quintil 1 a 70.3% en el quintil 5, los montos pagados pasan de C$199 a C$577 respectivamente.

El cuadro 5.11 sugiere que los servicios públicos relacionados con el parto favorecen mayoritariamente a los individuos pertenecientes a los quintiles 1 (24.7%) y 2 (26.1%). Estos resultados tienen su correlato en la curva de concentración (panel c de la figura 5.3), la cual se ubica por encima de la línea de perfecta igualdad, y el índice de concentración negativo de -15.82.

Total de atención médica pública

En este apartado se agrega la información de las secciones anteriores para estimar la estructura de incidencia del gasto agregado en atención médica pública. Los principales resultados se presentan en el cuadro 5.19. Los beneficios del gasto crecen del quintil 1 al 2 y luego decrecen monótonamente. De acuerdo a nuestras estimaciones, un individuo típico del quintil 1 se beneficia en el equivalente a C$364, producto del gasto estatal en atención médica, mientras que uno del quintil 2 o 3 recibe alrededor de C$400. En contraste, un individuo del quintil 5 recibe algo más de la mitad de dicho monto (C$245). Esta estructura implica un sesgo pro-pobre del programa. En promedio, los montos por GPS de este programa representan 3.4% del consumo nacional total. Para un individuo típico del quintil 1 estos montos son notoriamente más significativos, ya que por GPS recibe el equivalente a 11.2% de su consumo privado (12% por la ERP). Esta proporción desciende significativamente a medida que aumenta el consumo hasta llegar a 1% (GPS) para el quintil 5, indicando una estructura claramente progresiva.

5.3. Análisis agregado del gasto en salud

En esta sección se realiza un análisis agregado del gasto total en salud. A los programas analizados en las secciones anteriores se les suma un conjunto de programas de promoción, actividades centrales y programas menores. Varios de estos programas ofrecen prestaciones que en teoría benefician por igual a toda la población. Un ejemplo típico es el programa de salud ambiental. Se asume adicionalmente que los gastos en actividades centrales y en el resto de los programas menores no identificados también benefician por igual a toda la población de Nicaragua.

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En el cuadro 5.20 se presenta el ejercicio de incidencia distributiva para el gasto agregado en salud (GPS y ERP). El quintil más pobre en Nicaragua se beneficia con el 20.5% del total del GPS en salud y el 20.7% del total del gasto de la ERP en salud. En ambos casos estas proporciones son relativamente estables hasta el quintil 5, en el que caen significativamente (figuras 5.4 y 5.5). De esta manera el gasto público social en salud resulta ligeramente pro-pobre: su curva de concentración se ubica levemente por arriba de la línea de perfecta igualdad (figura 5.6). El hecho que los intervalos de confianza para los índices de concentración (cuadro 5.21) no incluyan al cero permite inferir que su signo refleja adecuadamente la orientación general del gasto respectivo.

En promedio, una persona del primer quintil se beneficia anualmente por un monto equivalente a C$ 549 por las acciones incluidas en el gasto público social en salud. Dicho monto representa el 17.5% del consumo. En el otro extremo, un individuo del quintil 5 se beneficia con C$ 428, para quien representan 1.8% del consumo. En el caso del gasto por la ERP los valores son algo inferiores aunque los patrones son semejantes.

Cuando se considera la situación de pobreza de los individuos, en promedio, una persona pobre extrema se beneficia de C$548 anuales por el gasto público social en salud (cuadro 5.22). Estos valores para el caso de un individuo no pobre son algo inferiores en términos per capita, y muy inferiores como porcentaje del consumo.

El cuadro 5.23 presenta los índices de concentración y progresividad en el sector. El programa con mayor impacto redistributivo igualador es Atención Médica Pública, principalmente por el tamaño de la asignación presupuestaria. Se destaca que la progresividad del GPS y la ERP motivan que ambos tengan efectos significativos sobre la desigualdad de la distribución del consumo.

Finalmente en el cuadro 5.24 se presenta una comparación con los resultados encontrados en un estudio previo sobre Honduras. A nivel de programas, se observa que los servicios de Atención Médica resultan más pro-pobres en Nicaragua respecto de Honduras. La incidencia del GPS resulta algo más concentrada en Nicaragua, mientras que el grado de concentración del gasto ERP en salud es semejante.

6. Vivienda y servicios públicos locales

El gobierno de Nicaragua destina fondos a la construcción y titulación de viviendas. En esta sección se analiza la incidencia distributiva de estos gastos. Si bien a la función Vivienda del GPS definido por el Ministerio de Hacienda se destinaron C$ 1502 millones, gran parte de esas erogaciones no son estrictamente en servicios relacionados con las viviendas particulares. De acuerdo a la clasificación del MHCP esta función abarca también erogaciones para servicios de agua y saneamiento, e inversiones en infraestructura en general. En esta sección sólo se analizan los gastos relacionados con la construcción y

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titulación de viviendas que representaron C$ 294 millones en 2005 (3.3%) del GPS total estudiado en este documento. Adicionalmente, se caracteriza la incidencia de algunos servicios urbanos relacionados con la vivienda: alumbrado público, recolección de residuos y construcción de calles.

La sección 1 de la EMNV 2005 permite identificar a los beneficiarios de varios programas asociados a la provisión de servicios públicos y de vivienda. En la parte C de esta sección se pregunta si los miembros del hogar resultaron beneficiados por la construcción (mejoramiento) de calles, andenes, etc., por la instalación de alumbrado público, por haber recibido algún plan de vivienda y por haber recibido la titulación de su propiedad. A su vez se identifica el organismo que ejecutó el proyecto, diferenciando entre el sector público (gobierno, ministerio, FISE o alcaldía) y el sector privado (ONG, iglesia, empresa privada). Es importante notar que estas preguntas permiten identificar a los beneficiarios de las extensiones de los programas (inversión en estos servicios públicos), y no a las familias que ya se beneficiaban por la provisión de estos servicios (cobertura).

El cuadro 6.1 muestra la distribución de los hogares beneficiarios de las nuevas extensiones en los programas de alumbrado público, construcción de calles, titulación de viviendas y planes de vivienda. El 4.5% de los hogares nicaragüenses se benefició de nuevas inversiones en alumbrado, el 12.5% de la construcción y mejoramiento de calles, el 0.9% de la titulación de propiedades y el 1.1% de la construcción de nuevas vivienda. La segunda columna dentro de cada servicio indica el porcentaje de familias beneficiadas por la inversión en programas implementados por el sector público. El 2.2% de los hogares se ha beneficiado recientemente por la instalación de alumbrado público por parte del gobierno, el 11.6% de los hogares se benefició de la construcción de calles, mientras que el 0.4% recibió nuevos planes de vivienda por parte del gobierno. Mientras que la participación del gobierno es muy alta en construcción y mejoramiento de calles, baja considerablemente en el caso de alumbrado y vivienda. En el caso del alumbrado, mientras que la extensión del servicio alcanzó al 4.5% del total de hogares, sólo el 2.2% declaró recibir los beneficios de estas extensiones por parte de algún organismo del gobierno. En el caso de los planes de vivienda esta diferencia es mayor, el 1.1% de los hogares ha recibido programas de vivienda, mientras que el 0.4% los ha recibido de parte del sector público.

La información se presenta desagregada por quintiles de consumo, por pobreza, por zona urbana o rural, y por región. Concentrándonos en los planes otorgados por el sector público se observa que el 0.4% de los hogares del quintil inferior recibió alumbrado público, este porcentaje es del 2.5% para el quintil superior, siendo los hogares del cuarto quintil los que más se beneficiaron de este tipo de programa (el 3.9%). Cuando analizamos según pobreza, el 3.1% de los hogares no pobres declara haber recibido alumbrado público. Este porcentaje cae a 0.2% para los pobres extremos y a 0.7% para los pobres en general. La mayoría de los beneficios por las extensiones del alumbrado público se concentran en la región de

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Managua. Se observa, además, que el 1.2% de los hogares indígenas recibieron estos beneficios.

Los hogares de los tres quintiles superiores parecen haberse beneficiado más que los dos quintiles inferiores en cuanto a la construcción y mejoras públicas de calles. Para los quintiles tercero, cuarto y quinto estos porcentajes son del 10.1%, 16.4% y 17.7% respectivamente, mientras que para los dos quintiles inferiores son del 2.5% y 5.2%. Esta diferencia también se observa al dividir a la población en términos de su situación de pobreza: el porcentaje de hogares pobres que se benefician de estos programas es de 4.6% y el de no pobres 15.8%. Naturalmente, este tipo de servicios es principalmente urbano: el 18.6% de los hogares urbanos se beneficia de estos programas y sólo el 1.8% de los hogares rurales también lo hace. Al igual que para el servicio de alumbrado público, la mayoría de estas inversiones se concretaron en la región de Managua, habiendo afectado al 20.3% de los hogares de esa región. Por otra parte el 11% de los hogares de la región del Pacífico también se benefició del mejoramiento o construcción de calles por parte del gobierno. Para las regiones Central y Atlántica estos porcentajes fueron de 5.8% y 9.9% respectivamente. Al dividir los hogares por etnia resulta que los planes de mejoramiento y construcción de calles beneficiaron al 18.5% de los hogares indígenas y al 12.1% del resto de los hogares.

Los planes de titulación de vivienda beneficiaron al 0.8% de los hogares. Los hogares más beneficiados son los del quintil 4 (1.8% de los hogares de ese quintil recibieron la titulación de su propiedad) y los menos beneficiados los del quintil 1 (sólo el 0.1% recibió titulación). Al dividir según pobreza aparece el mismo patrón: el 1.2% de los hogares no pobres recibieron titulación mientras que sólo el 0.2% de los hogares no pobre lo hicieron. Por otro lado, el 1.3% de los hogares urbanos recibieron titulación de la propiedad mientras que este porcentaje es del 0.2% para los hogares rurales. El 2.5% de los hogares de Managua recibieron estos planes mientras que para el resto de las regiones este porcentaje osciló entre 0.2% y 0.4%. Estos planes no beneficiaron a la población indígena.

Sólo el 0.4% de los hogares declaran en la EMNV haber sido beneficiarios de programas de vivienda del gobierno. A diferencia de los casos anteriores, cuando se divide a los hogares en urbanos y rurales se observa que la proporción de hogares beneficiados es casi la misma en ambos casos. Al igual que en el caso de los planes de titulación, los planes de vivienda otorgados por el gobierno no beneficiaron a la población indígena.

La EMNV pregunta a los individuos como eliminan la basura de sus casas, estando entre las opciones la recolección pública (camión recolector). El cuadro 6.2 muestra las distintas formas de eliminación de los residuos. Se observa que la recolección pública de residuos (columna 1) es la forma más utilizada para deshacerse de los residuos: el 42.5% de los hogares utiliza el camión recolector. Mientras que sólo el 6% de los hogares del quintil inferior utiliza el servicio, este porcentaje asciende al 71.2% para el quintil superior. Naturalmente, la diferencia entre la disponibilidad de este servicio cuando la zona es rural o urbana es aún más marcada.

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El cuadro 6.3 muestra el porcentaje de la población por quintil de consumo que se beneficia de los distintos programas. En el caso de alumbrado público por cada córdoba gastado en este servicio el 31.1% lo recibe el quintil superior y sólo el 2.8% lo recibe el quintil inferior, siendo la más beneficiada la población del cuarto quintil. Este mismo patrón se observa para los servicios de construcción de calles y recolección de residuos. En el primer caso, por cada córdoba que se gasta en este servicio el 41.6% lo recibe el quintil superior y el 4.2% el inferior. Para la recolección de residuos estos porcentajes son de 46.7% y 2.1% respectivamente.

El cuadro 6.4 muestra la incidencia distributiva del gasto en los planes de vivienda. El gasto en estos planes para el año 2005 fue de C$ 188.4 millones. La población perteneciente al cuarto quintil es la más beneficiada (40.6% del total): una persona típica de este quintil recibe un subsidio implícito estimado de C$ 74.4 anuales. Los principales resultados del ejercicio de incidencia para los planes de titulación se presentan en el cuadro 6.5. En este caso el gasto para el año 2005 es de C$ 105.9 millones. Los mayores beneficiarios de este gasto son las personas del cuarto quintil (47.7%). El gasto es creciente para los cuatro primeros quintiles cayendo luego para el quintil superior: el gasto per cápita aumenta de C$2.3 a C$ 49.1 entre el primer y cuarto quintil para luego caer a C$30.1 para el quinto.

Para analizar globalmente cada programa, el cuadro 6.6 muestra los índices de concentración y de progresividad de los distintos servicios, mientras que las figuras 6.1 y 6.2 presentan las curvas de concentración. Los índices de concentración son todos positivos indicando que los servicios públicos analizados tienen un sesgo pro-rico. A pesar de este sesgo, salvo el servicio de recolección de residuos, el resto de los servicios son progresivos, dado que la distribución de sus beneficios está menos concentrada en los estratos más ricos que la propia distribución del consumo.

La curva de concentración de los programas de vivienda se encuentra siempre sobre la curva de concentración del consumo, indicando un gasto pro-rico pero progresivo (figura 6.2). El resto de las curvas de concentración de los servicios cortan a la curva de concentración de consumo, no pudiendo determinar de manera no ambigua el carácter regresivo o progresivo de los gastos en esos programas.

7. Agua y Saneamiento El bienestar de los individuos depende fuertemente del acceso de los mismos a ciertos servicios considerados esenciales, entre los que se encuentran el agua potable y el saneamiento. En América Latina la imposibilidad de acceder a estos servicios se considera frecuentemente como un indicador de pobreza estructural. La salud de la población en general, y particularmente la de los niños, está fuertemente ligada a la disponibilidad de estos servicios. Entre otros beneficios se destaca el impacto negativo sobre la probabilidad de contraer enfermedades infecciosas y parasitarias.

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En el año 1998 se creó la Empresa Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (ENACAL) que tiene a su cargo la red de agua corriente y alcantarillados. En el mismo año se creó el Instituto Nicaragüense de Acueductos y Alcantarillados (INAA), que es el ente encargado de regular las actividades de ENACAL. Durante 2005 ENACAL erogó C$904.3 millones en el mantenimiento de la red requerida para la provisión de estos servicios. Lamentablemente, la información disponible no permite desagregar este gasto por tipo de red (alcantarillado o agua corriente). Para analizar la incidencia del gasto en mantenimiento se supuso la participación relativa de cada servicio.20 La estructura tarifaria implementada para financiar el gasto en mantenimiento implica en la práctica subsidios cruzados entre los clientes de la empresa. En dicho año, dichos subsidios alcanzaron los C$ 212.1 millones

La inversión para extender la infraestructura del sector fue de aproximadamente C$ 400 millones, financiados principalmente por préstamos y donaciones internacionales. Alrededor del 50% de este monto se destinó a inversiones en el área de saneamiento, un porcentaje superior al habitual. La ejecución del proyecto de saneamiento del Lago de Managua (de elevado presupuesto) se encuentra detrás de la elevada partición de las inversiones en dicha red.

Claramente, una parte de los beneficios del gasto en agua y saneamiento toma la forma de externalidades. Un ejemplo de las mismas es el incremento en el bienestar ligado a la menor probabilidad de propagación de epidemias. Debido a la dificultad de la estimación de estos beneficios, en este trabajo, al igual que en la mayor parte de la literatura, se ignoran los mismos.

A continuación se estudia la cobertura y la incidencia distributiva del gasto en agua y posteriormente se analiza el correspondiente a saneamiento.21

7.1. Mantenimiento de la red de agua corriente

La tasa de cobertura del servicio de agua corriente en Nicaragua es bastante baja en comparación al promedio de Latinoamérica (ver SEDLAC, 2007). En particular, el acceso a este servicio se encuentra menos difundido que en Honduras (cuadro 7.1). Mientras que sólo el 66.5% de los hogares de Nicaragua dispone de agua corriente en el terreno de la vivienda, en Honduras este porcentaje asciende al 80.1%. También se percibe una heterogeneidad entre quintiles mucho mayor en Nicaragua. En este país, la brecha entre la tasa de cobertura del primer y el último quintil supera los 60 puntos porcentuales. Mientras

20 Específicamente, se supuso que el 70% de los recursos destinados al mantenimiento de la infraestructura del sector se destinan a la red de agua corriente 21 En las estadísticas de esta sección no se incluyeron los departamentos de Matagalpa y Jinotega debido a que ENACAL no es el ente encargado de la prestación de los servicios analizados.

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que sólo el 26.8% de los hogares del primer quintil accede al servicio, para el quintil más rico dicha tasa asciende al 88.8% (que sigue siendo un valor relativamente bajo). En Honduras dicha brecha es de 36.7 puntos porcentuales

Las diferencias con el país vecino parecen deberse fundamentalmente a las viviendas que poseen agua corriente dentro del terreno (pero fuera de la vivienda) en las áreas rurales. Cuando se comparan las áreas urbanas de ambos países las tasas de cobertura resultan similares, tanto dentro como fuera de la vivienda (columnas (i) y (ii) del cuadro 7.1). Sin embargo, las diferencias entre las áreas rurales de ambos países dejan de ser significativas sólo cuando se consideran los hogares que poseen agua dentro de la vivienda.22

Para asignar el gasto en mantenimiento de la red se consideraron como beneficiarios del mismo a los hogares que poseen agua corriente en el terreno de la vivienda. Para tomar en cuenta las diferencias en la calidad del servicio se utilizó la distribución del número de horas en las que el servicio estuvo disponible.23 En el cuadro 7.2 se presentan los resultados obtenidos. Como era de esperar, la estructura de incidencia es creciente en el consumo. El primer quintil recibe solamente el 5%. El gasto apropiado crece continuamente al considerar los quintiles de mayor consumo hasta alcanzar el 40.1% en el quintil 5. Los pobres reciben solamente el 22.3% del monto erogado. Por otro lado, los indígenas se ven fuertemente marginados de este gasto, recibiendo menos del 1% del mismo. Además, el gasto se encuentra fuertemente concentrado en términos regionales: más del 80% del gasto se dirige a las regiones de Managua y del Pacífico.

En el cuadro 7.3 se estudia la estructura de incidencia con mayor detalle. De los C$ 633 millones erogados, los tres quintiles más pobres reciben poco más de C$ 200 millones. Prácticamente el doble de este monto es apropiado por los dos quintiles superiores (C$ 414.6 millones). Esto se manifiesta en el subsidio per cápita recibido por cada quintil. Mientras que un individuo típico del primer quintil recibe C$ 30 al año, este monto asciende a aproximadamente C$ 250 para el quintil más rico. Cuando se compara el gasto recibido como porcentaje del ingreso, no se observan diferencias muy marcadas entre los quintiles.

En el cuadro 7.4 se percibe que la elevada concentración del gasto en los quintiles de mayor consumo se debe principalmente a que existe un mayor número de viviendas en los mismos (el tamaño promedio de los hogares es menor en dichos quintiles) y a la mayor tasa de cobertura. En particular, las diferencias en términos de calidad del servicio (frecuencia) no son cuantitativamente importantes para explicar la estructura de incidencia del gasto.

22 En otras palabras, la mayor tasa de cobertura de las áreas rurales de Honduras se debe a la disponibilidad del servicio fuera de la vivienda (pero dentro del terreno). 23 Los hogares que disponen del servicio pocas horas a la semana se benefician menos que aquellos en los que el servicio es permanente.

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Subsidios al consumo de agua

Como se mencionó anteriormente, el monto de los descuentos realizados sobre la tarifa del servicio ascendió durante 2005 a C$ 212.1 millones. Estos subsidios se distribuyeron entre los hogares que consumen menos de 20 m3 de agua por mes (C$ 102.4 millones), los hogares con tarifa fija (C$ 66.5 millones), los jubilados (C$ 9.3 millones) y los asentamientos que no abonan el servicio (C$ 33.8 millones). La información provista por la EMNV permitió asignar cada uno de estos subsidios a la población objetivo de los mismos. En el cuadro 7.5 se percibe que la estructura de incidencia de cada subsidio tiende a ser creciente por quintiles, aunque el sesgo pro-rico es menos marcado que el del gasto en el mantenimiento de la red. Este es un resultado en cierta medida esperable, ya que para recibir el subsidio el hogar debe acceder al servicio, y dicho acceso se encuentra muy restringido en los quintiles más pobres. No obstante, la focalización en ciertos grupos específicos (por ej: los que poseen un consumo reducido de agua), tiende a atenuar la concentración de los subsidios.

7.2 Expansión de la red de agua corriente

La EMNV permite identificar los hogares que fueron beneficiados por programas de instalación de agua potable en el período 2001-2005. La distribución de dichos programas se utilizó para aproximar la incidencia de las inversiones realizadas durante el 2005 por ENACAL. En el cuadro 7.2 se observa que los beneficios de este gasto se concentran fundamentalmente en el quintil 4. El resto de los quintiles posee una participación similar (entre el 16% y el 18%). Estos resultados son esperables para un país que posee una baja tasa de cobertura de la red de agua corriente en los quintiles más ricos. En Nicaragua, el porcentaje de hogares del cuarto quintil con agua corriente en el terreno de la vivienda es menor al 80%. En general, la ubicación de las viviendas hace que el costo de extender la red de agua hacia estos hogares sea mucho menor que el asociado a los hogares más pobres.

Por otra parte, en el mismo cuadro se observa que no existen diferencias importantes en el gasto apropiado por las áreas urbanas y rurales. Cuando se comparan las distintas regiones, sin embargo, se observan ciertas heterogeneidades. Las regiones de Managua y Central son las más beneficiadas por estas inversiones. En conjunto reciben más del 60% del monto total. En términos étnicos, los datos de la ENCOVI sugieren que las inversiones benefician solamente a la población no indígena.

El cuadro 7.6 informa que de los C$ 200 millones invertidos durante el 2005, el cuarto quintil recibe C$ 64.3 millones. El monto recibido por el resto de los quintiles se ubica en torno a los C$ 33 millones. El beneficio recibido como porcentaje del consumo del quintil no es muy diferente entre los quintiles, salvo cuando se comparan los extremos de la distribución.

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7.3 Mantenimiento de la red de saneamiento

En el cuadro 7.7 se caracteriza el servicio higiénico que dispone el hogar. Sólo el 21.4% dispone de inodoro conectado a la red de alcantarillado. Los sanitarios más difundidos son los excusados o letrinas sin tratamiento (33.4%) y con tratamiento (26.5%). Además, aproximadamente el 10.7% de los hogares no dispone de ningún tipo de sanitario. Al igual que en el caso de la red de agua corriente, se observan importantes heterogeneidades por nivel de pobreza. En particular, los pobres extremos prácticamente no acceden a la red de alcantarillados (el 1% de las viviendas dispone de este servicio). Además, aproximadamente una de cada cuatro viviendas no posee ningún tipo de sanitario y el 44.1% dispone solamente de letrinas o excusados sin tratamiento. En las áreas rurales y en la región del Atlántico el panorama es muy similar. Por otro lado, se observan diferencias sustanciales cuando se clasifica a los hogares de acuerdo a la raza del jefe. En los hogares indígenas la probabilidad de disponer de inodoro conectado a la red de alcantarillado es mucho menor (4.4% contra el 24.2% de los hogares no indígenas). En los primeros predominan los excusados o letrinas sin tratar. Asimismo, la proporción de indígenas que carece de cualquier tipo de sanitario es sustancialmente mayor.

El gasto en mantenimiento fue asignado a las viviendas que disponen de sanitario conectado a la red de alcantarillado. Consistentemente con las estadísticas de cobertura, en el cuadro 7.2 puede observarse que este gasto presenta un fuerte sesgo pro-rico. El primer quintil recibe menos del 1% del gasto y, en conjunto, los tres quintiles más pobres reciben poco más del 15%. El máximo beneficio es recibido por el quintil de mayores recursos, y asciende al 58.3% del gasto. Por otra parte, el gasto se encuentra fuertemente concentrado en las regiones de Managua (65.5%) y del Pacífico (25.4%). %). La población indígena recibe una proporción ínfima (0.7%)

Del cuadro 7.8 se desprende que los dos quintiles más ricos reciben aproximadamente C$ 228 millones de los C$ 271.3 millones gastados. En el último panel de dicho cuadro se percibe que el beneficio apropiado es creciente incluso cuando se lo expresa como porcentaje del consumo.

La estructura de incidencia de este gasto es muy similar a la de Honduras, aunque en Nicaragua el sesgo pro-rico es ligeramente más marcado (cuadro 7.9). En ambos países, las diferencias entre quintiles en las tasas de cobertura del servicio juegan el rol más importante a la hora de explicar la incidencia distributiva de este gasto. Sin embargo, el mayor sesgo pro-rico que se observa en Nicaragua se debe a la mayor concentración de los hogares en el quintil más rico.24

24 Esto se debe al mayor tamaño relativo de los hogares pobres en este país. Mientras que en Honduras el tamaño promedio de las familias del primer quintil es aproximadamente un 30% superior al de las familias del

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7.4 Expansión de la red de saneamiento

La EMNV también permite identificar aquellos hogares que fueron beneficiados por programas de instalación de alcantarillado entre el año 2001 y el momento de la encuesta. En base a dicha información se asignaron los C$ 200 millones invertidos en la red de saneamiento. Dichas inversiones beneficiaron principalmente a los dos quintiles más ricos (cuadro 7.2). Entre ambos quintiles reciben casi el 80% del gasto.25 Los motivos son similares a los mencionados para el caso de las inversiones en la red de agua corriente. Por otra parte, las inversiones están fuertemente concentradas en las regiones de Managua y el Pacífico. Los indígenas sólo reciben el 1.1% de estas inversiones.

En el cuadro 7.10 se observa que aproximadamente C$ 160 millones de los C$ 200 millones invertidos se dirigen al cuarto y quinto quintil. Mientras que el subsidio por habitante es de C$ 13.4 en los primeros tres quintiles (en promedio), para el quintil más rico asciende a C$ 85.7.

7.5. Financiamiento

En los párrafos anteriores se analizó la distribución de los beneficios del gasto en la función. Sin embargo, a diferencia de otros sectores, gran parte de estos beneficios son recibidos como contraprestación por el pago de una tarifa. Afortunadamente, la EMNV reporta el monto que los hogares pagan (neto de subsidios) para acceder al servicio de agua corriente.26 En la quinta columna del cuadro 7.2 se observa que los estratos que más se benefician del gasto del sector son también los que soportan en mayor medida el financiamiento del gasto. En particular, los aportes realizados se encuentran más concentrados que los beneficios del gasto en agua corriente. Específicamente, mientras que el quintil más rico recibe el 40.1% del gasto en mantenimiento de la red de agua corriente, más del 50% del costo recae sobre el mismo. La mayor concentración del costo en estos quintiles presumiblemente se debe a la estructura de subsidios cruzados. Por otro lado, las regiones de Managua y del Pacífico aportan el 86.4% del financiamiento del gasto.

quintil más rico, en Nicaragua la diferencia asciende aproximadamente al 50%. Esto explica por qué las viviendas están más concentradas en los quintiles más ricos en Nicaragua. 25 Gasparini et al (2005) encuentran resultados muy parecidos para Honduras. En dicho país, el sesgo pro- rico de estas inversiones es ligeramente superior: el 87% del gasto se dirige a los dos quintiles de mayor consumo. 26 El monto reportado por los hogares fue ajustado para obtener un déficit compatible con el declarado por ENACAL. Como se mencionó anteriormente, las inversiones del sector se financian fundamentalmente mediante préstamos y donaciones internacionales.

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7.6. Incidencia Agregada

Tomando en cuenta las inversiones y el déficit de ENACAL, el subsidio neto del sector asciende a C$ 480 millones. En el cuadro 7.11 se analizan los resultados obtenidos. Se observa que la estructura de incidencia es no lineal. El primer quintil se apropia de C$ 51 millones, el subsidio recibido tiende a crecer con el nivel de consumo hasta alcanzar el máximo en el cuarto quintil (C$ 172 millones) y luego cae considerablemente para el quintil más rico (figura 7.2). Esta estructura es el resultado de la interacción entre varios factores, entre los que se destaca el hecho de que el financiamiento del gasto en mantenimiento recae fundamentalmente sobre el quintil más rico y, además, que el quintil más beneficiado por las inversiones del sector (en promedio) es el cuarto quintil.

En el cuadro 7.13 se presentan los índices de concentración correspondientes. Se observa que el gasto en el mantenimiento de la red de saneamiento está fuertemente concentrado en los estratos de mayores recursos. El índice de concentración arroja un valor muy elevado (58.5). La inversión en dicha red también muestra un sesgo pro-rico sustancial, aunque algo menor. El índice de concentración de dicho gasto es de 44.6. Como puede observarse en la figura 7.4, cuando se analiza el gasto en agua corriente las conclusiones son algo diferentes. Si bien el gasto en el mantenimiento de la red presenta un sesgo pro-rico, se encuentra mucho menos concentrado que el destinado a saneamiento. La diferencia entre los índices de concentración es superior a veinte puntos Por el lado de las inversiones para extender la infraestructura del sector, el índice de concentración no es significativamente distinto de cero, lo que sugiere una distribución homogénea de las inversiones entre los quintiles. Por otra parte, la carga del financiamiento se encuentra más concentrada en los estratos más ricos que los beneficios de los gastos, a excepción del gasto en mantenimiento de la red de saneamiento. Finalmente, el subsidio neto del sector muestra un carácter pro-rico, aunque el sesgo no es muy marcado. El índice de concentración del mismo es de 13.9. Esto también es ilustrado en la figura 7.5. La curva de concentración del subsidio neto se encuentra, en general, entre la línea de perfecta igualdad y la curva de Lorenz, indicando que el mismo es a la vez pro-rico y progresivo.

En la segunda columna del cuadro 7.14 se analiza este punto con más detalle. En la misma se reportan los índices de progresividad para cada ítem analizado. Se observa que las obras de saneamiento (tanto de mantenimiento como de inversión) no solamente resultan pro-ricas sino que también son regresivas. Si las mismas fueran financiadas con impuestos proporcionales tenderían a incrementar la desigualdad en la distribución del consumo. Sin embargo, gran parte del gasto se financia mediante las tarifas cobradas a los usuarios. En el mismo cuadro se observa que el índice de progresividad asociado a las tarifas del servicio es positivo, indicando que las mismas se encuentran más concentradas que el consumo en los quintiles más ricos.

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8. Asistencia social La función Asistencia Social tiene como objetivo principal incrementar el bienestar de los grupos más desprotegidos de la población. Como consecuencia de esto, los programas de este sector suelen estar focalizados (por construcción) en los estratos más pobres de la población, lo que los diferencia de los programas que teóricamente son de carácter universal (ej: educación primaria).

Un argumento difundido sostiene que parte de los beneficios de estos programas consiste en la mejora en el bienestar de personas que no reciben las prestaciones de los mismos. Suele afirmarse que la reducción de la pobreza genera efectos positivos en términos de seguridad y salud, y que genera ganancias de bienestar en aquellos individuos que se ven afectados por las privaciones que sufren otros miembros de la sociedad. Por cuestiones prácticas, dichas externalidades son ignoradas en este trabajo.

Durante el año 2005 se destinaron C$ 1272 millones del GPS a esta función, mientras que el gasto ERP fue de C$ 1211 millones.27 Más del 90% de ambos tipos de gastos corresponde al Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE) y a programas alimentarios. El FISE invierte en infraestructura básica de sectores claves: Educación, Salud, Agua y Saneamiento, Protección Social, y Obras y Servicios Comunitarios. Entre los principales programas alimentarios se encuentran el Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense, el Programa Integral de Nutrición Escolar y los programas de asistencia alimentaria para zonas afectadas por desastres naturales.

Del párrafo anterior se desprende que las prestaciones provistas por este sector son muy diversas. Las mismas abarcan desde transferencias monetarias o en especie, hasta el financiamiento de comedores infantiles, albergues para ancianos o cursos de capacitación. Dicha diversidad, en parte, es el reflejo de la elevada fragmentación que experimenta el sector. Los programas financiados por esta función son muy numerosos, al igual que los objetivos perseguidos por los mismos. Por ejemplo, durante 2005 el Fondo de Inversión Social de Emergencia financió 591 programas que incluyen la instalación de letrinas, el reemplazo del mobiliario de las escuelas primarias y la construcción de molinos, por nombrar algunos ejemplos. A continuación se estudia el impacto distributivo de los principales programas financiados por esta función.

27 Las diferencias entre el GPS y el gasto ERP obedecen a que no fueron incluidos dentro del último aproximadamente C$ 60 millones del presupuesto del Ministerio de la Familia. Dado que no se dispone de información más detallada sobre los programas excluidos, dicho monto se distribuyó entre los distintos programas del Ministerio de la FAMILIA. En el caso del FISE, el GPS y el gasto ERP son similares.

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8.1 Fondo de Inversión Social de Emergencia

El Fondo de Inversión Social de Emergencia (FISE) cumple un rol fundamental en la inversión en infraestructura en Nicaragua desde el año 1990. El FISE financia diversos proyectos destinados al mantenimiento y la extensión de la infraestructura básica de 5 sectores: Educación, Salud, Agua y Saneamiento, Obras y Servicios Comunitarios, y Protección Social.

Los fondos de inversión social fueron creados en varios países de Centroamérica principalmente en los 80s y los 90s para contrarrestar los desequilibrios generados por las reformas estructurales emprendidas en esos años. Originalmente, los mismos funcionaban como fondos de emergencia de corto plazo, destinados a mitigar los efectos de la crisis del mercado laboral. Entre los objetivos prioritarios de estos fondos se encontraba el desarrollo de microproyectos dirigidos a emplear a los trabajadores más perjudicados. Con el tiempo, los fondos de inversión social se concentraron cada vez más en el financiamiento y la ejecución de proyectos de largo plazo destinados al mejoramiento de la infraestructura básica de los países. En el mismo año en que se creo el FISE en Nicaragua, en Honduras se ponía en funcionamiento el Fondo Hondureño de Inversión Social (FHIS). Las principales diferencias y semejanzas entre el FISE y el FHIS son discutidas más abajo.

El FISE financia numerosos proyectos de reducidos presupuestos. Entre 1991 y 2004 este fondo invirtió US$303 millones en 15061 proyectos, lo que da un promedio de aproximadamente US$20000 por proyecto.28 Durante 2005 se destinaron C$829 millones para financiar 591 proyectos. En el cuadro 8.1 se observa que la mayor cantidad de recursos financió programas de Obras Comunitarias (37.5%), Agua y Saneamiento (27.8%) Y Educación (21.4%). Las áreas de Protección Social y Salud sólo recibieron respectivamente el 2.7% y el 10.7% de los recursos del fondo. Por otra parte, se estima que en dicho año las prestaciones del FISE beneficiaron a más de 1200000 personas y que sus programas emplearon a más de 50000 trabajadores.

Algunos componentes del FISE no sólo financian la extensión de la infraestructura básica de las comunidades, sino que también realizan obras de reparación y reemplazo de la infraestructura existente. Para estos componentes la distribución de los proyectos entre obras de mantenimiento e inversión se aproximó por el promedio registrado en el período 2000-2004 (38.6%).29 A diferencia de otras encuestas, la EMNV posee un módulo especial de participación en programas sociales que permite identificar de manera adecuada a los usuarios de la nueva infraestructura de diversos sectores. En particular, puede identificarse a los beneficiarios de varios de los programas de inversión financiados por el FISE, el Gobierno, los ministerios o Alcaldías en el período 2001-2005. A continuación se

28 CABAL (2005) 29 CABAL(2005) en base a datos de la cartera de inversiones del FISE

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examinan las principales prestaciones de los distintos componentes del FISE y la información reportada por la EMNV para asignar el gasto en los mismos.

En el cuadro 8.2 se presenta la distribución de los proyectos por tipo de prestación para cada componente del FISE. En lo que se refiere a Agua y Saneamiento, se observa que el 66.6% del gasto financia proyectos relacionados con el acceso al agua en las áreas rurales. En general, los mismos consisten en la construcción de pozos de agua. El 33.4% restante son obras destinadas al mantenimiento y la expansión de la red de agua potable de las áreas urbanas. En el Resumen de Ejecutoría del FISE (2005) no figuran proyectos de alcantarillado.30 Respecto de los programas de agua, en la EMNV pueden identificarse, con mayor o menor precisión, los beneficiarios de cada tipo de prestación. Idealmente, para asignar el gasto en programas rurales se deberían detectar a los hogares rurales que fueron beneficiados durante el 2005 con proyectos de construcción de pozos de agua del FISE. Sin embargo, la EMNV sólo permite identificar a los hogares rurales que obtienen el agua principalmente de pozo público o privado, independientemente de la fecha de construcción de los mismos o de la fuente de financiamiento. Para asignar los programas urbanos la información es mucho más adecuada, ya que la encuesta permite capturar a los usuarios de la nueva infraestructura. El gasto destinado a expandir la red fue asignado a la población urbana que declaró beneficiarse por programas de instalación de agua potable financiados por entes públicos entre el año 2001 y el momento de la encuesta. A su vez, el gasto en mantenimiento se asignó a todos los hogares que poseen tubería de agua corriente dentro de la vivienda.

En el sector de educación, el FISE financia proyectos de ampliación, construcción, reemplazo y reparación de escuelas de los distintos niveles educativos. Asimismo, provee los equipos y muebles que requieren las mismas. En el segundo panel del cuadro 8.2 se observa que el 77.1% del gasto de este componente benefició a escuelas primarias. Le siguen en orden de importancia las escuelas secundarias (18.3%) y la educación pre-escolar (3.5%). Las escuelas especiales capturan el menor porcentaje del gasto (1.1%). El gasto en mantenimiento en cada nivel educativo se asignó a los niños y adolescentes que asisten a establecimientos preescolares o a escuelas primarias y secundarias subsidiados.31 Respecto de la inversión en este sector, la EMNV permite identificar a los niños que fueron beneficiados entre el 2001 y el 2005 por programas de construcción o mejoramiento de escuelas y centros educativos financiados por el gobierno.

El componente destinado a Obras y Servicios Comunitarios se ocupa principalmente de la ampliación, construcción, establecimiento, reemplazos y reparación de la infraestructura vial (sistemas de drenaje pluvial, cauce, adoquinado, cunetas, caminos rurales, puentes, etc.) y, en menor medida, de brindar servicios comunitarios (instalaciones deportivas

30 Según CABAL(2005) estos proyectos dejaron de financiarse en el año 2000 31 Incluye establecimientos públicos y privados subvencionados

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multiuso, centros comunales, manejo de desechos sólidos, etc.) y de programas de instalación de energía eléctrica en las áreas rurales. Varias de estas inversiones son captadas en el módulo especial de participación en programas sociales de la EMNV. El gasto en infraestructura vial, que involucra aproximadamente el 90% del presupuesto de este componente, fue asignado a los hogares beneficiados por programas de construcción y/o mejoramiento de caminos o carreteras, o por programas de calles, andenes, drenajes y cauces. A su vez, el gasto en servicios comunitarios se asignó a los hogares que declararon beneficiarse por programas de extensión y reparación de infraestructura deportiva o recreativa. Por otra parte, se consideró como beneficiarios del gasto en electricidad rural a los hogares rurales que reportaron recibir programas de instalación de energía eléctrica.

En Protección Social, el FISE invierte en infraestructura de apoyo a la producción y en comedores infantiles, albergues u hogares de menores, ancianos y discapacitados. Los proyectos de infraestructura productiva se orientan principalmente a las actividades agropecuarias32 y representan el 48.4% del gasto en programas de protección social. Debido a la ausencia de información más precisa, el gasto en los mismos se asignó a los trabajadores que realizan actividades agrícolas o primarias. Por otra parte, los proyectos de apoyo alimenticio representan aproximadamente el 15% del presupuesto. La EMNV permite distinguir a los niños que asisten a comedores infantiles. Este gasto se asignó a los niños que asisten a comedores infantiles comunitarios, a centros de desarrollo infantil o a comedores de escuelas subvencionadas, de acuerdo al valor reportado de las raciones recibidas. El resto de las prestaciones de protección social (atención a discapacitados, albergues de ancianos, etc.) no pueden identificarse en la encuesta.

En Salud, el 51.8% del presupuesto se destina a programas de instalación de letrinas. Los beneficiarios de estos proyectos pueden identificarse en el módulo de participación en programas sociales. El resto de los proyectos se ocupan de la infraestructura necesaria para la atención de la salud (puestos y centros de salud, hospitales, etc.). El monto erogado en reparación y mantenimiento de dicha infraestructura fue asignado de acuerdo a la distribución de las personas atendidas en el mes previo a la encuesta en puestos, centros de salud u hospitales públicos. Se consideraron usuarios de la nueva infraestructura del sector a los individuos que declararon beneficiarse entre 2001-2005 por programas de construcción o mejoramiento de centros y puestos de salud.

En el cuadro 8.3 se presenta la estructura de incidencia para cada tipo de prestación. Las obras de reparación y extensión de la infraestructura educativa se distribuyen de manera muy similar. La inversión muestra un sesgo pro-pobre ligeramente más fuerte, ligado principalmente a la mayor participación del segundo quintil en los programas de construcción o mejoramiento de escuelas y centros educativos. Los pobres reciben el 58.3%

32 Financian pequeñas plantas agroindustriales de almacenamiento, hornos, molinos comunales, granjas avícolas, etc.

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de este gasto y el 53.9% del gasto en mantenimiento de los establecimientos. Es importante destacar que aproximadamente el 65% de la inversión se dirige a las áreas rurales de Nicaragua. Además, este gasto beneficia particularmente a la región Central del país y, en menor medida, a la región del Pacífico.

En el segundo panel del cuadro 8.3 se estudia la incidencia distributiva del componente de Salud. Mientras que el gasto en la infraestructura de hospitales y centros de salud se distribuye de manera relativamente homogénea entre los quintiles, los programas de letrinización benefician principalmente a los estratos más pobres de la distribución del consumo, aunque el 8.2% se filtra hacia el quintil más rico. En particular, más del 40% del gasto en estos programas es apropiado por los pobres moderados. Asimismo, cabe resaltar que el 86% de los beneficios de estos programas son recibidos por la población rural (fundamentalmente en la región Central).

Los programas de construcción de pozos de agua en las áreas rurales muestran un sesgo pro-pobre sustancial. Cerca del 85% del gasto beneficia a los tres quintiles de menores recursos, y aproximadamente el 70% es apropiado por los pobres. Las regiones del Pacífico y Central son las más favorecidas por estas obras. Los programas urbanos de agua potable, por el contrario, muestran un fuerte sesgo pro-rico. Sólo el 15.1% del gasto en mantenimiento de la red de agua es recibido por el 60% más pobre de la población. Asimismo, la inversión se concentra fuertemente en el cuarto quintil (39.9%). Como se mencionó en la sección anterior, en parte esto se explicaría por el porcentaje relativamente alto de hogares que no poseen el servicio en dicho quintil y, al mismo tiempo, porque el costo de extender la red de agua corriente suele ser menor en las zonas menos pobres. Asimismo, se observa que aproximadamente el 45% de estas inversiones fueron realizadas en Managua.

La estructura de incidencia de los proyectos ejecutados por el componente de Obras y Servicios Comunitarios está ligada a motivos similares a los mencionados en el párrafo anterior. La inversión en caminos y carreteras, y fundamentalmente el gasto en calles, drenajes, andenes y cauces beneficia en mayor medida a los quintiles de mayor consumo. En el último caso, el 85% del gasto se concentra en los no pobres, fundamentalmente en las áreas urbanas. En particular, más del 45% del gasto en estas obras es realizado en Managua. Por otro lado, la estructura de incidencia de la inversión en instalaciones rurales de electricidad es no lineal, mostrando una forma de U invertida. El mayor porcentaje del gasto es absorbido por el tercer quintil (40.8%). Un patrón similar se observa con el gasto en instalaciones deportivas, aunque el máximo subsidio es recibido por el cuarto quintil.

Finalmente, los proyectos de infraestructura productiva y el gasto en comedores muestran una estructura de incidencia decreciente por quintiles. En ambos casos, menos del 10% del gasto se filtra hacia el quintil más rico. Los pobres reciben el 68.8% de los proyectos de apoyo a la producción y el 62.3% del gasto en comedores. Ambos tipos de proyectos benefician en mayor medida a las áreas rurales y a la región Central.

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En el cuadro 8.4 se presentan los resultados de incidencia obtenidos para cada componente del FISE y para el total del programa. Dichos resultados surgen de la interacción entre la estructura de incidencia de cada prestación y la relevancia presupuestaria de las mismas. En primer lugar, se percibe que más del 70% del gasto en Educación y Salud es absorbido por los tres quintiles más pobres. En el caso de los programas de Educación, el mayor número de obras realizadas en escuelas primarias explicaría este resultado. Lo mismo ocurre con el elevado número de programas de letrinización en Salud (que poseen un claro sesgo pro-pobre). El gasto en Agua y Saneamiento muestra un ligero sesgo pro-pobre. Si bien el gasto en la red urbana de agua corriente tiene un marcado carácter pro-rico, el mayor peso presupuestario de los programas rurales más que compensa el subsidio creciente en el consumo de los programas urbanos. En el caso del componente Protección Social, los tres quintiles de menor consumo reciben más del 80% del gasto. Por el contrario, las Obras y Servicios Comunitarios benefician en mayor medida a la población no pobre, debido fundamentalmente a la mayor participación en el presupuesto de los proyectos viales.

El gasto total del FISE muestra un ligero sesgo pro-rico que se explica fundamentalmente por la elevada participación del componente de Obras y Servicios Comunitarios en las erogaciones del fondo (37.5%). Mientras que la distribución del gasto es prácticamente uniforme entre quintiles, la distribución geográfica es más heterogénea. Las regiones del Pacífico y Central son las más beneficiadas. Las mismas reciben más del 60% de las inversiones del FISE. Por otra parte, se observa que el 52% del presupuesto del FISE se dirige a las áreas rurales. Los indígenas reciben un porcentaje del gasto levemente superior a su participación en la población nicaragüense. Esto obedece fundamentalmente al gasto en salud y agua y saneamiento.

Los índices de concentración reportados en el cuadro 8.5 reflejan los resultados anteriores. Claramente los proyectos de Protección Social muestran el mayor sesgo pro-pobre. El índice de concentración es negativo y elevado en términos absolutos (–27.3). Los programas de Educación y Salud muestran un grado de focalización bastante menor. Los índices de concentración de estos gastos se ubican en torno a –13.5. El gasto agregado del FISE resulta ligeramente pro-rico, prácticamente neutral. El índice de concentración resulta estadísticamente significativo y bajo en valor absoluto: apenas 3.0. Esto es ilustrado en las curvas de concentración del gasto (figura 8.1).

El cuadro 8.6 resume los resultados obtenidos. Se observa que los C$ 819 millones gastados por el FISE se reparten de manera relativamente homogénea, aunque el subsidio recibido tiende a crecer ligeramente conforme se avanza hacia los quintiles de mayor consumo. El primer quintil se apropia de C$ 153.8 millones, monto que asciende a C$ 178.4 para el quintil más rico. Cuando se considera el subsidio recibido como porcentaje del consumo el panorama es diferente. Mientras que los individuos del primer quintil reciben un subsidio que equivale al 4.8% de su consumo, para los individuos del último quintil el mismo cae al 0.7%.

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Finalmente, resulta interesante comparar el FISE con la versión hondureña del mismo: el FHIS. Como se mencionó anteriormente, ambos fondos fueron creados en el mismo año con objetivos similares. Las obras de infraestructura financiadas y las estrategias de implementación no difieren considerablemente. Los resultados obtenidos por Gasparini et al (2005) sugieren que el gasto del FHIS se encuentra más focalizado en los estratos más pobres. El índice de concentración estimado toma un valor de -9.1. Posiblemente las diferencias se deban a la mayor información disponible para estimar el impacto distributivo del FISE. La encuesta utilizada para analizar el FHIS (ENCOVI) no permitía identificar gran parte de las prestaciones reportadas en la EMNV. En particular, la ENCOVI no pregunta por la inversión en infraestructura vial, gasto caracterizado por un fuerte sesgo pro-rico en Nicaragua. La comparabilidad de los resultados también se ve afectada por las mayores limitaciones en la información disponible sobre los proyectos del FHIS, que obligaron a realizar supuestos más fuertes sobre la distribución de los recursos entre los distintos programas.

8.2 Programas alimentarios

La inseguridad alimentaria constituye uno de los problemas más apremiantes de Nicaragua. Según cálculos de Kaplan (2005), el 36.3% de los niños del quintil de menores recursos sufre algún tipo de problema nutricional. Entre los principales programas destinados a atender las necesidades nutricionales de la población en situación de vulnerabilidad se encuentran el Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense, el Programa Integral de Nutrición Escolar y los programas dirigidos a mitigar las emergencias alimentarias en comunidades afectadas por desastres. La entrega de raciones alimenticias en comedores escolares o infantiles, los planes de alimentos por trabajo y la donación directa de alimentos constituyen los principales beneficios de estos programas.

Comedores infantiles y escolares

Además de atender los requerimientos nutricionales de los niños, los comedores infantiles y escolares de Nicaragua buscan fomentar el aprendizaje. Las raciones alimentarias entregadas en estos comedores constituyen uno de los principales estímulos para reducir la deserción escolar. Además, una adecuada alimentación aumenta la capacidad de concentración de los niños y permite una mejor asimilación de la enseñanza. A continuación se analiza la incidencia de los principales programas de comedores infantiles del país.

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Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense

El Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense (PAININ) es el programa de mayor relevancia presupuestaria dentro del Ministerio de la Familia (MIFAMILIA). Durante el 2005 se erogaron C$ 165.5 millones en este programa, lo que representa más del 40% del presupuesto total del ministerio.33 Este gasto se emplea principalmente para financiar Centros Infantiles Comunitarios (CICOs) en los que se brinda raciones alimentarias a niños en la primera infancia, juntamente con servicios de salud y educación.

LA EMNV permite identificar los niños menores de 7 años que asisten a CICOs. En el cuadro 8.7 se observa que sólo el 2.5% de los niños de esta edad asiste a dichos establecimientos. En particular, no existen diferencias importantes entre los niños pobres y no pobres (2.6% y 2.4%, respectivamente). En las áreas rurales, los CICOs y los comedores infantiles parecen estar más difundidos. Mientras que un 1.8% de los niños de las áreas urbanas asiste a este tipo de comedores, en las zonas rurales este porcentaje alcanza el 3.3%. Por otra parte, los niños indígenas son menos propensos a asistir a estos centros, aunque las diferencias no son muy marcadas. Mientras que el 1.6% de los mismos asiste a CICOs, este porcentaje trepa a 2.6% para los niños no indígenas.

En el mismo cuadro se percibe que, en promedio, cerca del 78% de los niños recibe alimentos en dichos centros. Estas prestaciones son más frecuentes en las áreas urbanas (84.7% vs. 73.8% en las áreas rurales). Mientras que en los CICOs rurales sólo el 65.5% de los niños recibe los alimentos todos los días, este porcentaje alcanza prácticamente el 80% en las áreas urbanas. El último panel del cuadro informa que las raciones más difundidas son los cereales (41.6%), el almuerzo (41.4%) y el desayuno (23.7%).

Para estudiar la incidencia distributiva del PAININ se asumió que los beneficios se distribuyen de manera similar al valor (reportado) de las prestaciones alimenticias entregadas en los CICOs.34 El cuadro 8.8 indica que este programa posee una estructura de incidencia no lineal. Mientras que el primer quintil se apropia de un 17% del gasto, el segundo quintil recibe el 26.4%. Los beneficios recibidos decrecen continuamente para el resto de los quintiles. En particular, los dos quintiles más ricos reciben un subsidio similar al del primer quintil (alrededor de un 17% del gasto). Por otra parte, los pobres reciben poco más del 50% del gasto, y el 56.3% del mismo se dirige a las áreas rurales. Los niños no indígenas reciben el 96.2% del subsidio. Asimismo, se observan heterogeneidades importantes entre las regiones. En particular, prácticamente la mitad de los beneficios del programa se dirigen hacia la región Central.

33 Dentro de los C$ 165.5 millones se incluyeron C$ 3 millones del programa Asistencia Integrada a Mujeres y Niños Vulnerables, ya que este programa financia prestaciones similares a las del PAININ. 34 Salvo en los CICOs privados no subvencionados.

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Como se observa en el cuadro 8.9, la estructura de incidencia no lineal resulta de la interacción de un conjunto de factores. El subsidio relativamente reducido que recibe el primer quintil se debe principalmente al menor valor promedio de la alimentación recibida.35 Si no existieran diferencias en este aspecto el primer quintil recibiría aproximadamente el 27% del gasto. El segundo quintil se apropia del mayor porcentaje de los beneficios debido principalmente a que un porcentaje elevado de la población objetivo del programa se encuentra en dicho quintil. Asimismo, la tasa de asistencia a CICOs y el valor de las raciones son superiores al promedio de los demás quintiles, reforzando el efecto anterior. Por otro lado, las filtraciones hacia el quintil más rico crecerían aproximadamente en 7 puntos porcentuales de no ser por la baja participación que posee el quintil en los usuarios potenciales del programa.

Programa Integral de Nutrición Escolar

El Programa Integral de Nutrición Escolar (PINE) proporciona beneficios alimentarios (vasos de leche, galletas nutritivas, etc.) a niños y niñas de 3 a 12 años de edad que concurren a centros escolares y preescolares. Durante el 2005 el monto erogado por este programa fue de C$ 93.5 millones. Dicho gasto se financia parcialmente con aportes del Programa Mundial de Alimentos.36 La EMNV permite identificar a los niños que reciben este tipo de raciones alimenticias en el rango de edad mencionado. En el cuadro 8.10 se presentan estadísticas de cobertura para los niños mayores de 6 años que asisten escuelas primarias.37 En promedio, el 74.2% de los mismos recibe algún tipo de alimentación en el centro educativo. La tasa de cobertura de esta prestación es considerablemente mayor para los niños pobres y los que habitan en zonas rurales. Asimismo, en Managua sólo el 56.8% de los niños recibió algún tipo de ración. Conclusiones similares se obtienen cuando se compara la frecuencia de las raciones (durante la semana previa a la encuesta), aunque las diferencias son menos marcadas. En particular, mientras que el 85% de los niños que asisten a escuelas primarias en las áreas rurales recibe los alimentos todos los días, en las áreas urbanas este porcentaje cae a 78.5%. También se observan diferencias importantes en la composición de las raciones. Particularmente, se destaca que la proporción de niños que recibe almuerzo o cereales en la escuela es muy superior en las zonas rurales (la brecha supera los 25 puntos porcentuales).

El gasto de este programa fue asignado a los niños entre 3 y 12 años de edad que reciben alimentos en centros escolares y preescolares, de acuerdo al valor reportado de las

35 Cabe señalar que este efecto captura también las diferencias en la probabilidad de recibir alimentación en los CICOs (las raciones poseen un valor nulo para aquellos niños que no las reciben). 36 El programa también se financia con recursos del Tesoro, Proyecto Educación para Todos – EFA (fuente Banco Mundial) y Programa de Apoyo al Sector de Políticas Educativas (PAPSE), entre otros. 37 No se incluyeron los que asisten a primarias privadas no subvencionadas.

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raciones.38 El cuadro 8.11 indica un claro sesgo pro-pobre del programa. Los dos quintiles más pobres reciben un porcentaje similar del gasto (alrededor del 26% del gasto), pero a partir del tercer quintil el monto recibido decrece en forma continua hasta alcanzar el 7.5% del gasto en el quintil de mayor consumo. La estructura de incidencia decreciente se manifiesta también en el elevado subsidio percibido por los niños pobres (60.7%). También se observan diferencias importantes en términos regionales: las áreas rurales se apropian aproximadamente del 64% de los beneficios. Asimismo, la mayor parte del gasto se dirige a las regiones Central y del Pacífico (37.8% y 33.6% respectivamente). Por otra parte, los niños indígenas reciben el 8% del gasto.

El cuadro 8.11 sugiere que el sesgo pro-pobre del PINE se debe principalmente a la concentración de la población objetivo del programa en los quintiles más pobres. Si dicha población se distribuyera de manera homogénea entre los mismos, aproximadamente 8 puntos porcentuales del gasto recibido por los dos quintiles más pobres se dirigirían hacia los quintiles de mayor consumo (principalmente al quintil más rico)

Programas de asistencia alimentaria a zonas afectadas por desastres naturales

Nicaragua es uno de los países de Centroamérica más afectados por desastres naturales y así lo evidencia la existencia de programas específicos destinados a atender la inseguridad alimentaria en las zonas perjudicadas por los mismos. El Programa Mundial de Alimentos (PMA)39 financia dos programas de esta naturaleza en las zonas rurales de Nicaragua: El programa Asistencia Alimentaria para Personas Afectadas por Desastres y el programa de Apoyo a Familias Rurales en Zonas Afectadas por Sequías e Inundaciones. El Presupuesto conjunto de estos programas asciende a C$ 84.5 millones, los cuáles se destinan principalmente a financiar planes de alimentos por trabajo y la donación directa de alimentos para los habitantes de las zonas rurales. Debido a la falta de información más precisa, se asumió que dicho monto se distribuye en proporciones iguales entre ambas prestaciones.

La EMNV permite identificar a la población rural que recibió programas de donaciones de alimentos o de alimentos por trabajo entre el año 2001 y el momento de la encuesta. Esta información se utilizó para asignar el gasto.40 En el cuadro 8.8 se observa que la distribución de los beneficios de estos programas es muy similar. Tanto los programas de

38 Al igual que en el caso del PAININ, no se consideraron los alimentos entregados en establecimientos que no reciben subvenciones públicas. 39 El PMA es el principal organismo de asistencia alimentaria de las Naciones Unidas. En Nicaragua, no solamente colabora en el financiamiento de varias de las prestaciones mencionadas en los párrafos anteriores, sino que también participa en la articulación y el financiamiento de los programas de ayuda alimentaria antes mencionados. 40 No se consideraron los programas financiados por iglesias o empresas privadas.

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donación de alimentos como los planes de alimentos por trabajo presentan un fuerte sesgo pro-pobre (un poco más marcado en el primer caso). En ambos programas la estructura de incidencia es decreciente por quintiles, alcanzando el máximo en el primer quintil (recibe alrededor del 35% de cada gasto) y el mínimo en el quintil de mayores recursos (en ambos casos reciben menos del 4%). Asimismo, los pobres reciben cerca del 65% de los beneficios, los cuales se concentran principalmente en la región central. La población no indígena recibe alrededor del 97% del gasto en ambos programas. Si bien estos programas se encuentran entre los más focalizados de la función, resulta llamativo el elevado grado de filtración hacia los quintiles de mayor consumo.41

Incidencia agregada de los programas alimentarios

En el cuadro 8.12 se presenta la estructura de incidencia agregada de los programas alimentarios. Este tipo de programas muestra un sesgo pro-pobre importante. De los C$ 343.5 millones del GPS destinados a los mismos, alrededor de C$ 250 millones se dirigen a los primeros tres quintiles. Mientras que el individuo típico del segundo quintil es el que recibe el mayor subsidio (C$ 87 al año), el individuo típico del quintil más rico recibe el subsidio más reducido (C$ 36.6). El beneficio expresado como porcentaje del consumo cae continua y drásticamente conforme se consideran los quintiles más ricos. El carácter pro-pobre del gasto es confirmado en el cuadro 8.15. El índice de concentración arroja un valor de -14.5 y resulta estadísticamente significativo.

No obstante, cuando se analizan los índices de concentración de cada programa alimentario por separado se observa una cierta heterogeneidad. Los programas de transferencias de alimentos financiados por el PMA muestran el mayor grado de focalización en los estratos más pobres (el índice asciende a –29.7), mientras que el PINE ocupa el segundo lugar (-19.4). En el caso del PAININ, el índice de concentración no resulta estadísticamente distinto de cero, lo que sugiere una estructura de incidencia neutra. Las curvas de concentración del gasto presentadas en la figura 8.2 ilustran estos resultados

8.3 Incidencia agregada

Los programas de asistencia social analizados hasta aquí representan más del 90% del total del GPS y del gasto ERP. Sin embargo, existen numerosos programas de escaso presupuesto que no han sido analizados. Algunos de estos programas, por ejemplo el programa de Promoción de la Paternidad y Maternidad Responsable (C$ 6.7 millones) o el Programa de Apoyo a Familias Pobres Rurales (C$ 2 millones), fueron asignados a la población objetivo de los mismos. Para el resto se asumió que la distribución de los 41 En particular, en comparación con Honduras, los programas de alimentos por trabajo se encuentran menos focalizados. En dicho país prácticamente el 90% del gasto en estos programas beneficia a los dos quintiles más pobres de la distribución del consumo.

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beneficios es similar a la del agregado de los programas de la función que fue posible asignar.

En el cuadro 8.13 se presenta la estructura de incidencia estimada para el gasto total en la función. Prácticamente no existen diferencias entre el gasto ERP y el GPS. En ambos casos, la distribución de los beneficios es bastante uniforme entre los distintos quintiles, mostrando un ligero sesgo pro-pobre (ver figuras 8.3 y 8.4). El máximo subsidio lo recibe el segundo quintil, y el mínimo el quintil más rico. Sin embargo, la diferencia entre ambos subsidios (C$ 33.6 millones) sólo equivale al 2.6% del GPS en esta función. En la figura 8.5 se observa que la curva de concentración del gasto yace ligeramente por encima de la curva de perfecta igualdad.

La población pobre recibe poco menos del 50% del gasto en asistencia (cuadro 8.14). Estos resultados son llamativos ya que, tomando en cuenta que estos programas suelen diseñarse para atender las necesidades de los grupos más carenciados de la población, las filtraciones hacia los quintiles más ricos son sustanciales. La estructura de incidencia uniforme encontrada se debe principalmente a que la relativa focalización de los programas alimentarios en los quintiles más pobres es compensada por el sesgo ligeramente pro-rico de las inversiones del FISE (de mayor importancia presupuestaria). En países pobres como Nicaragua, una proporción significativa de los individuos que pertenecen a quintiles intermedios de consumo (o incluso al quintil más rico) carece de algún tipo de infraestructura básica como agua corriente o infraestructura vial. Este es uno de los motivos por los que las inversiones del FISE benefician a todos los estratos de la distribución del consumo.

No obstante, cuando se expresa el subsidio como porcentaje del consumo, las diferencias son más marcadas entre pobres y no pobres. Mientras que en promedio un pobre extremo recibe un subsidio equivalente al 8.6% de su consumo, el mismo se reduce al 1.6% para un individuo no pobre (cuadro 8.14).

En el cuadro 8.15 se presentan los índices de concentración y de progresividad para cada gasto analizado. Los programas más focalizados son los de transferencias de alimentos financiados por el PMA y el módulo de Protección Social del FISE. En tercer lugar se encuentra el PINE, pero con un grado de concentración bastante menor. Por otro lado, el módulo de Obras y Servicios Comunitarios del FISE es claramente el programa más concentrado en los estratos más ricos de la distribución del consumo. Esto es ilustrado en la figura 8.7. No obstante, en la segunda columna del cuadro 8.15 se observa que todos los índices de progresividad son positivos. Bajo los supuestos de financiamiento proporcional, todos estos programas tienden a mejorar la distribución del ingreso. En la columna (iv) del mismo cuadro se reporta el impacto distributivo de cada programa. Se observa que los módulos de Agua y Saneamiento y Educación del FISE poseen el mayor impacto igualador. La moderada focalización de estos programas (especialmente la de los proyectos de agua corriente y saneamiento), es compensada por la relevancia presupuestaria de los mismos,

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convirtiéndolos en los programas de mayor impacto redistributivo. Les siguen en orden de importancia el PAININ y el PMA. Este último, pese a ser el programa más focalizado, posee un presupuesto muy reducido que limita el impacto redistributivo del mismo. Un análisis similar puede realizarse para explicar por qué el módulo de Protección Social del FISE ocupa el último lugar en este ranking. En la figura 8.8 se ilustra el ordenamiento de los programas según su impacto redistributivo.

Box 1: Previsión social

El sistema estatal de seguridad social no se encuentra muy desarrollado en Nicaragua. De acuerdo a datos de la EMNV 2005, sólo el 13.5% del total de la población de más de 60 años de edad reporta recibir beneficios del sistema de jubilaciones (cuadro C.1) Esta protección cubre en una proporción mucho mayor a las personas de edad que viven en áreas urbanas (19.9%) que a las que habitan áreas rurales (3.4%), probablemente debido al diferente grado de informalidad de las actividades que se realizan en cada área. El grado de cobertura del sistema de jubilaciones es creciente en el nivel de consumo. Mientras que casi el 20% de las personas mayores de 60 años pertenecientes al quintil 5 tienen cobertura, ese porcentaje cae a 3.6% en el quintil 1. Al desagregar por situación de pobreza se encuentra que la cobertura de jubilaciones de los no pobres duplica a la de los pobres (16.7% versus 8.3%). Las discrepancias en cobertura jubilatoria por etnia, en cambio, no parecen ser importantes. Por último, es notable la diferencia de cobertura existente entre regiones, derivada de diferencias en el grado de desarrollo y en el tipo de actividades principales en cada una: en un extremo, la población de más de 60 años que reside en Managua se encuentra cubierta en un 22.7%, en el otro, sólo el 4.6% de la población del mismo grupo etario de la región Atlántico recibe jubilaciones (cuadro C.2).

A diferencia de la mayoría de los gastos sociales que se financian con rentas generales, el financiamiento del sistema de previsión social está ligado a contribuciones individuales de los cotizantes, y es administrado por un ente autónomo: el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS). Mayores aportes durante la vida activa dan derecho a jubilaciones más generosas. Por esa razón, para un análisis completo del impacto del sistema de previsión social es imprescindible evaluar la incidencia distributiva de sus fuentes de financiamiento. Este box presenta sólo un lado de la ecuación gastos-ingresos del sistema previsional nicaragüense. El cuadro C.3 indica que el 40% de los beneficios jubilatorios pertenecen al quintil superior, mientras que sólo un 4% se asigna al quintil más pobre. El impacto en términos proporcionales al consumo es mayor para el quintil 3 (3.3% del consumo total) y mínimo en el quintil 1 (1.3%). El índice de concentración de los gastos en jubilaciones (37.1) refuerza la evidencia de que se trata de un gasto pro-rico. Sin embargo, es importante remarcar una vez más que la incidencia final del sistema previsional depende del impacto distributivo de su estructura de financiamiento.

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9. Desarrollo rural e infraestructura vial En Nicaragua existe una multiplicidad de proyectos y programas enfocados al desarrollo de las áreas rurales y la promoción de las actividades agropecuarias y forestales. Algunos de ellos son Prorural, Programa de fomento a la producción de granos básicos, Programa polos de desarrollo, Programa caminos rurales, Programa Nacional Libra por Libra y varios programas de desarrollo en zonas geográficas puntuales. Los servicios brindados también son variados, incluyendo asistencia técnica, créditos, provisión de insumos y equipo agrícola al costo o financiado, infraestructura de apoyo a la producción, fortalecimiento institucional, capacitación y sanidad agropecuaria y forestal.

El financiamiento de los programas procede de distintas fuentes, siendo en muchos casos los fondos de origen tanto local como externo, y los mismos están a cargo de diversos organismos del gobierno, entre los cuales se destacan: Ministerio Agropecuario y Forestal (MAGFOR), Instituto de Desarrollo Rural (IDR), Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA), Instituto Nacional Forestal (INAFOR) y Fundación para el Desarrollo Tecnológico Agropecuario y Forestal de Nicaragua (FUNICA). Por otra parte, el Ministerio de Transporte e Infraestructura (MTI) impacta sobre el desarrollo rural a través de varias obras de reparación y construcción de caminos rurales, y el FISE, programa analizado en la sección anterior, hace lo propio con la electrificación rural y el mantenimiento de caminos rurales.

El interés evidenciado tanto por el gobierno de Nicaragua como por países extranjeros y organismos internacionales en el desarrollo de programas rurales está en parte basado en la mayor pobreza relativa de tales áreas, y en particular de la población dedicada a las actividades agropecuarias. En este sentido, las cifras que caracterizan a la población rural son elocuentes (cuadro 9.1). En 2005, el 44.2% de la población total de Nicaragua se asentaba en zonas rurales. En éstas, los índices de pobreza en ese año superaron ampliamente a los de las áreas urbanas: existía un 67.9% de pobres en las primeras frente a un 29.1% en las segundas, y un 26.9% de pobres extremos en las primeras versus un 5.4% en las segundas.

Por otra parte, los datos exhibidos en el cuadro 9.1 también justifican el interés en programas específicamente relacionados con actividades agropecuarias. Las labores agropecuarias aglutinan a población eminentemente pobre: el 68.8% de la población total que realiza actividades primarias es pobre, cifra que asciende al 71.2% para la población rural.

La EMNV 2005 permite identificar a los pobladores rurales que se dedican a actividades agrícolas, pecuarias y/o forestales. Adicionalmente, es posible identificar a los hogares e individuos que desde 2001 se han beneficiado de la construcción y mejoramiento de caminos rurales, de proyectos agrícolas, de proyectos pecuarios, y a aquellos que en los

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últimos 12 meses recibieron asistencia técnica en la unidad de producción agropecuaria o créditos para la actividad agropecuaria. 42

En el cuadro 9.2 se caracteriza a la población rural general y a la población rural dedicada a actividades agrícolas, pecuarias o forestales. La proporción de población rural decrece a medida que aumenta el nivel de consumo, pasando de representar cerca de 78% de la población en el primer quintil a un 13.4% en el quintil de mayor consumo. La población se concentra mayoritariamente en áreas rurales en la región Atlántico y en la Central, donde más del 60% vive en el campo. En tanto, Managua registra una proporción de población rural muchísimo menor (9.5%).

Puede apreciarse en el mismo cuadro que prácticamente la totalidad de la población rural desempeña algún tipo de tarea agrícola, ya sea para autoconsumo o para comercio. Se observa también que la proporción de la población rural dedicada a estas actividades disminuye levemente a medida que aumenta el quintil de consumo, que es menor en Managua que en las demás regiones y algo superior para los indígenas que para el resto. La proporción de la población rural dedicada a actividades pecuarias y forestales, en cambio, es de 36.1% y de 10.6%, respectivamente. Estas actividades tienen mayor peso entre la población no pobre que entre la pobre y en las regiones Central y Atlántico, especialmente en esta última. En estos casos, a diferencia de lo observado en las actividades agrícolas, hay una discrepancia considerable entre indígenas y no indígenas, verificándose una mayor participación de los indígenas en actividades forestales (17.8% versus 10.1% para el resto de la población) y una menor en tareas pecuarias (solo 8.1% contra 36.5%).

La tasa de cobertura de los proyectos agrícolas y pecuarios, de los caminos rurales y de la asistencia técnica es tabulada en el cuadro 9.3 por quintiles de consumo per cápita familiar, por situación de pobreza, por región y por etnia. Un 18% de la población rural ha recibido los beneficios de programas de construcción o mejoramiento de caminos rurales, siendo bastante mayor la cobertura para el quintil 5 de consumo (29%) que para el primero (13.1%), y para los que se encuentran fuera de la pobreza (21.9%) que para los que están dentro de ella (16.2%). Managua muestra la mayor cobertura (30.5%), mientras que las demás regiones presentan tasas que oscilan entre 14.9% y 19.2%. Las tasas de cobertura de los proyectos agrícolas y pecuarios son menores: 3.4% y 0.3%, respectivamente. La cobertura de los proyectos pecuarios, al igual que la de caminos rurales, es mayor en el último quintil y para los no pobres, y es mucho más elevada en Managua que en las demás regiones. Debido probablemente a la escasa población rural indígena destinada a actividades pecuarias, es nula para este grupo étnico. A diferencia de los otros dos programas, la tasa de cobertura de los proyectos agrícolas es más baja para el último quintil

42 Sólo tres hogares en la muestra reportan haber recibido créditos del Gobierno con fines agropecuarios, dado que en general los mismos son otorgados a través de bancos privados, cooperativas u otros intermediarios financieros. Por este motivo no se analizó específicamente este tipo de intervención.

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que para el resto. No obstante, también en este caso la población no pobre está cubierta en mayor medida que la pobre. Una comparación entre regiones muestra que la cobertura de los programas agrícolas es superior en la región Central, en tanto que al analizar por etnias se encuentra que la proporción de población indígena beneficiada por estos programas duplica a la de otras razas, evidenciando una mayor focalización hacia aquel grupo. Finalmente, la tasa de cobertura de la asistencia técnica es de 4.8%, en tanto que al desagregar se observa una mayor cobertura en Managua, en el quintil 4 y en los grupos no indígenas.

Adicionalmente, se obtuvo la tasa de cobertura para cada región, desagregada por condición de pobreza (cuadro 9.4). Con las solas excepciones de los caminos rurales en la región Managua y los proyectos agrícolas en la región Atlántico, todos los programas de desarrollo rural tienen mayor cobertura entre los no pobres que entre los pobres, a partir de la información de la ENMV 2005.

La incidencia por quintiles de los programas agrícolas y pecuarios, de los caminos rurales y de la asistencia técnica depende de la población rural en cada quintil (beneficiarios potenciales) y de la tasa de cobertura de cada quintil. El cuadro 9.5 refleja los resultados de la descomposición de la incidencia de cada tipo de programa en esos dos efectos. La distribución de la población rural por quintiles de consumo se dispone en la primera línea de cada panel y pone de manifiesto una mayor concentración de la misma en los quintiles de menor consumo. En la segunda línea figura la tasa de cobertura de cada programa en particular. La diferencia entre la incidencia estimada de cada programa (línea 3) y la distribución perfectamente igualitaria del gasto entre quintiles se reporta en la cuarta fila. El bloque final explica tal diferencia descomponiéndola en el efecto usuario potencial y el efecto cobertura.

En el caso de los proyectos agrícolas puede notarse que la mayor diferencia se registra en el primer quintil y la menor en el quintil 5. El primer quintil posee una incidencia superior a la igualitaria debido exclusivamente a que contiene a una mayor proporción de población objetivo, siendo negativo el efecto de la tasa de cobertura: si la población rural no difiriera entre quintiles, la participación del quintil 1 en el gasto en desarrollo rural sería inferior a la igualitaria en 0.6, por una menor cobertura relativa en ese quintil. En el último quintil se suman los efectos negativos de ambos factores (usuario potencial, -10.2, y tasa de cobertura, -7) para arrojar una diferencia respecto a la estructura igualitaria de -17.3.

Los proyectos pecuarios muestran una estructura muy regresiva, donde el último quintil presenta una incidencia superior a la igualitaria a costa de la baja incidencia en los quintiles de menor consumo. La escasez de cobertura en los quintiles 1, 2 y 3 más que compensa la mayor concentración de población rural en los mismos, y lo contrario ocurre en el quintil 5.

Considérense nuevamente los quintiles 1 y 5 en el análisis de caminos rurales. Para el quintil 1, la incidencia estimada resulta 5.7 puntos superior a la igualitaria. Si la tasa de

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cobertura no difiriera por quintiles, entonces la participación del quintil 1 en el gasto en caminos rurales sería mucho mayor a la igualitaria (14.2). Este importante efecto “usuario potencial” es contrarrestado, no obstante, por la menor tasa de cobertura en ese quintil. En este sentido, nótese que si fuera uniforme la distribución de la población rural entre quintiles, la participación del quintil 1 sería 8.5 puntos inferior al 20%. En el otro extremo de la distribución, si bien la tasa de cobertura del quintil más rico es mucho mayor, la población rural del mismo es menor, resultando en un efecto agregado de -10.3 puntos.

Por último, la asistencia técnica presenta una incidencia superior a la igualitaria para los quintiles 1, 3 y 4. Este hecho se origina en efectos distintos según el quintil: en el primer quintil el resultado se atribuye únicamente a la mayor población rural del mismo y en el cuarto quintil, en cambio, sólo a la mayor tasa de cobertura, en tanto que el tercero conjuga efectos positivos tanto de “usuario potencial” como de “cobertura”.

En 2005, el gasto destinado a las actividades de desarrollo rural ascendió a los 1477.9 millones de córdobas, distribuido entre el MAGFOR (dentro de cuya estructura se ubican otros organismos como el INTA y el INAFOR), el MTI y el IDR. Del mismo, 1365.1 millones (92.4%) pertenecen a gastos en pobreza, lo que muestra la relevancia de este tipo de programas en pos del mejoramiento de la situación de los sectores de la población más desfavorecidos.

Como fue mencionado, los programas ofrecidos por estos organismos son variados, así como también lo son las zonas intervenidas y los servicios brindados. Por este motivo, el criterio de asignación varió dependiendo del programa específico analizado. Los programas que se implementan en todo el país o que presentan externalidades, como por ejemplo aquellos que proveen servicios generales de sanidad agropecuaria o la investigación tecnológica, fueron asignados a toda la población rural o a la dedicada al tipo de actividad afectado (agrícola, pecuaria, forestal). Los que tienen un área específica de influencia, por su parte, fueron asignados a la población rural de la misma (municipio o departamento), ya sea en general o a la que decía recibir un determinado tipo de programa, según el caso.43

En el cuadro 9.6 se presenta el análisis de incidencia distributiva del gasto en desarrollo rural. Las columnas (i), (ii) y (iii) muestran la proporción del gasto que beneficia a cada quintil en concepto de los programas de desarrollo rural de cada organismo. No se observa un comportamiento monótono en la distribución del gasto entre quintiles para ninguno de los organismos. Tanto en el caso de los programas del MAGFOR como los del IDR, el gasto conjunto se dirige mayoritariamente al primer quintil. En tanto, el gasto en caminos rurales del MTI beneficia primordialmente al segundo quintil de consumo. En todos los casos, los dos primeros quintiles reciben más del 45% del gasto total.

43 Adicionalmente, en el caso de programas para los cuales se contaba con información sobre la cantidad de beneficiarios, se procuró que la misma fuera aproximada de la mejor manera posible con los resultados de la encuesta.

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La columna (iv) presenta la distribución entre quintiles del gasto agregado en desarrollo rural. En este caso sí se observa una disminución monótona de la proporción de gasto recibida a medida que nos movemos a quintiles de mayor consumo. La proporción que reciben los tres primeros quintiles es relativamente homogénea, cayendo significativamente entre el tercer y cuarto quintil, y entre éste y el quinto. La figura 9.1 ilustra la distribución del consumo y del gasto en desarrollo rural entre quintiles de consumo y la figura 9.2 hace lo propio con los percentiles, exponiendo un patrón decreciente desde el segundo decil.

Las columnas (v) y (vi) reflejan el gasto total en desarrollo rural que recibe cada quintil, en términos absolutos y per cápita, respectivamente, reflejando la estructura monótona decreciente recién comentada. Finalmente, en la columna (vii) se aprecia el gasto por quintil en programas de desarrollo rural en términos del consumo del quintil. El gasto en desarrollo rural es claramente progresivo, esto es, decrece como proporción del consumo a medida que éste aumenta.

Un detalle de la estructura del gasto por quintiles para los principales programas de los distintos organismos se presenta en el cuadro 9.7. Los programas fueron seleccionados de acuerdo a la magnitud del gasto en los mismos. Los programas de Asistencia técnica (que agrupa actividades del INTA y el Proyecto de Tecnología Agropecuaria, PTA), INAFOR, Iniciativa por el Desarrollo rural de Nicaragua y FONDEAGRO aglutinan el 65% del gasto total del MAGFOR en desarrollo rural. En tanto, los programas de Reactivación productiva rural (PRPR), Caminos rurales (PCR) y Fomento a la producción de granos básicos (KR-2) concentran el 70% del gasto en desarrollo rural ejecutado por el IDR.

A excepción de la Asistencia técnica del MAGFOR y de los programas de caminos rurales, el resto de los programas concentran sus gastos en el primer quintil de consumo.

A partir de la última columna de cada uno de los paneles que conforman el cuadro 9.7 puede observarse que el gasto de cada uno de los organismos es progresivo, remedando el comportamiento a nivel agregado.

Con respecto a la estructura del gasto en desarrollo rural según condición de pobreza, el cuadro 9.8 revela que más de la mitad del gasto en este concepto (56%) se dirige a la población pobre (ver figura 9.3). Tal porcentaje se descompone en un 38% del gasto total recibido por individuos que superan la línea de pobreza extrema y un 18% recibido por indigentes. El gasto en desarrollo rural destinado a los pobres representa el 7.8% de su consumo, superando casi en 5 veces el porcentaje en relación al consumo del gasto para los no pobres (1.6%).

La figura 9.4 muestra el grado de concentración del gasto en desarrollo rural agregado y por organismo (agregado y principales programas). La curva de concentración del gasto agregado se encuentra por encima de la curva de Lorenz del consumo y de la diagonal, evidenciando un gasto progresivo y pro-pobre. Lo mismo ocurre para el gasto del MAGFOR y del IDR. No obstante, si bien el gasto sigue siendo progresivo en el caso del

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MTI, su curva de concentración se ubica por debajo de la diagonal para el primer quintil. Los principales programas tanto del MAGFOR como del IDR aparecen también como globalmente progresivos y pro-pobres, excepto el programa Caminos rurales que muestra, como es de esperar, un comportamiento similar al del MTI.

Los índices de concentración, progresividad e impacto redistributivo de los programas de desarrollo rural se presentan en el cuadro 9.9. En línea con los resultados previos, los índices de concentración negativos indican gastos pro-pobres para todos los programas y organismos considerados, siendo esta cualidad más leve en el caso de los programas de caminos rurales. En particular, el gasto agregado en desarrollo rural presenta un índice de concentración de -13.2. 44 Los índices de progresividad, por su parte, muestran que la misma está presente en todos los casos. Finalmente, es posible observar que, a pesar de no contar con los grados más elevados de progresividad, los programas de Reactivación productiva rural, Asistencia técnica y Caminos rurales son los de mayor impacto redistributivo, hecho que se asocia al mayor gasto destinado a los mismos.

Diferencias regionales

Uno de los principales gastos en desarrollo rural es el destinado a caminos rurales. Éste impacta de manera diferencial en las distintas regiones del país. En el cuadro 9.10 se presenta la distribución de la población rural y la cobertura de los programas de caminos rurales por regiones y quintiles de consumo per cápita nacional, junto a una estimación de la incidencia regional por quintiles. Asimismo, el último bloque compara la incidencia de este tipo de programa entre las regiones de Pacífico y Atlántico.

En las regiones Central y Atlántico aproximadamente el 70% de la población rural pertenece a los dos primeros quintiles de consumo, en particular al primero, mientras que en Pacífico se concentra en los tres primeros quintiles, de forma bastante homogénea. Con respecto a la incidencia, mientras que en el agregado a nivel país el gasto en caminos rurales aparece como relativamente pro-pobre, esto solo se verifica a nivel regional para la región Central, en tanto que la incidencia en las restantes regiones muestra un comportamiento disímil. En general, todas las regiones poseen una incidencia significativa en el segundo quintil.

Al comparar la focalización del programa de caminos rurales entre Pacífico y Atlántico, se observa que la incidencia es superior en esta última región en el quintil 1 e inferior en el 5. La mayor focalización del programa de caminos rurales en Atlántico se debe por completo a una mayor concentración de la población rural de esa región en los estratos más pobres de la distribución del consumo nacional.

44 Los valores negativos de los índices de concentración son convalidados por sus intervalos de confianza.

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Comparación con Honduras

En base al estudio de Gasparini et al. (2005) puede compararse la incidencia del gasto en desarrollo rural nicaragüense con la hondureña.45 Los principales aspectos de esta comparación aparecen en el cuadro 9.11, el cual informa en un primer bloque la distribución entre quintiles del consumo y el gasto en desarrollo rural de la ERP para ambos países y en un segundo bloque los índices de concentración respectivos. La distribución de los beneficios de los programas de desarrollo rural parece más focalizada en los pobres en Honduras que en Nicaragua.

10. Resultados agregados Esta sección reúne los principales resultados de las secciones anteriores, y reporta los resultados de incidencia para el agregado del gasto social y del gasto en la Estrategia de Reducción de la Pobreza de Nicaragua.46 El cuadro 10.1 y las figuras 10.1 y 10.2 resumen los principales resultados del trabajo. El gasto público en servicios sociales beneficia aproximadamente por igual a los distintos estratos de la población de Nicaragua. Las participaciones de todos los quintiles en la asignación del GPS rondan el 20%. De acuerdo a este resultado, el gasto público social en Nicaragua no es pro-pobre. De hecho, la participación del quintil de menor ingreso es ligeramente inferior a la del resto (18.8%). La distribución aproximadamente uniforme del gasto social proviene de la compensación entre programas concentrados en los pobres (educación y salud básica, varios componentes del FISE, programas alimentarios), y otros concentrados en los estratos de mayor consumo (universidades, educación media, subsidios a la educación privada). Estos resultados son muy semejantes a los encontrados en el caso de Honduras (Gasparini et al., 2005).

Un nicaragüense promedio recibe un subsidio implícito de C$ 1558 anuales como resultado de la provisión pública de los servicios incluidos en el GPS. Ese monto no difiere mayormente por estrato socioeconómico. En cambio, la composición funcional de ese monto difiere por quintiles. Comparado con los individuos más ricos, las transferencias estatales en Educación resultan menos importantes en el quintil más pobre (44% vs. 55%). En cambio, la relevancia relativa de los subsidios implícitos en el GPS en Salud y Asistencia Social es mayor.

Si bien el gasto agregado no es pro-pobre, su distribución está mucho menos concentrada en los ricos que la distribución del consumo. Por esa razón, el GPS en Nicaragua es 45 Es importante notar que los resultados de ambos estudios pueden no ser estrictamente comparables al diferir las metodologías de asignación de gastos en función de la diferente disponibilidad de información provista por la encuesta y por la estructura de gastos. 46 Como se discutió en las secciones 3 y 7, el gasto en agua y saneamiento se ignora en el análisis de la incidencia agregada del gasto social, ya que tiene una estructura de financiamiento particular.

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progresivo. Las erogaciones estatales en servicios sociales como proporción del consumo per cápita caen conforme se consideran percentiles de mayor nivel de consumo per cápita (figura 10.4).

Los pobres constituyen el 46.2% de la población nicaragüense. Su participación en el GPS es algo inferior: 44.8% (cuadro 10.2). Comparado con los no pobres, reciben un subsidio implícito superior en asistencia social y salud, e inferior en educación y vivienda (figura 10.6). Si bien los beneficios recibidos en términos de GPS son ligeramente mayores para los no pobres, el impacto como porcentaje del consumo es netamente superior en los pobres (figura 10.7).

El gasto relacionado con la Estrategia de Reducción de la Pobreza está sustancialmente más focalizado que el GPS. El cuadro 10.3 indica que del total del gasto ERP el 22.5% es asignado al primer quintil de la distribución. Ese porcentaje sube marginalmente entre el quintil 1 y el 2 y luego cae conforme se consideran quintiles más afluentes. Sin embargo, los beneficios del gasto ERP sobre los quintiles superiores (no pobres) no es menor. Los quintiles 4 y 5 se apropian en conjunto de más del 30% del gasto ERP, lo cual constituye un valor de más de C$ 2400 millones, es decir el equivalente a más de C$ 1000 anuales por persona.

El gasto ERP decrece con el consumo, aunque la caída no es brusca (figuras 10.1 y 10.2). Naturalmente, el gasto ERP como proporción del consumo resulta sustancialmente más relevante para los estratos inferiores de la distribución (figura 10.4).

Pese a tratarse en principio de un gasto focalizado casi exclusivamente en los pobres, el 47% del gasto ERP beneficia a personas consideradas no pobres (cuadro 10.4 y figura 10.5). Los no pobres reciben importantes beneficios del gasto ERP en educación, salud e incluso asistencia social.

La figura 10.8 muestra las curvas de concentración del gasto. La correspondiente al GPS casi no se distingue de la diagonal, o línea de perfecta igualdad, indicando ausencia de sesgo pro-pobre o pro-rico. En cambio, la correspondiente al gasto ERP está claramente por encima de esta línea, indicando en promedio erogaciones focalizadas en los pobres.

El cuadro 10.5 presenta indicadores de concentración, progresividad e impacto redistributivo. La estimación del índice de concentración del total del GPS (1.1) indica un gasto agregado muy ligeramente pro-rico, casi neutral. Este valor es el resultado de erogaciones en educación y vivienda con característica pro-rica y erogaciones en salud y asistencia social de carácter pro-pobre (figura 10.10). Dado que el índice de concentración del consumo (más conocido como coeficiente de Gini) es positivo y alto (40.1), el gasto social resulta progresivo: todos los valores de la columna (ii) en el cuadro 10.5 son significativamente superiores a cero.

El gasto social es progresivo, y por ende reduce la desigualdad. ¿Qué magnitud tiene este impacto igualador? La última columna del cuadro 10.5 indica el cambio en el coeficiente de

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Gini como consecuencia del gasto social. El indicador de impacto redistributivo se computa como el producto entre el tamaño del gasto en proporción al consumo, y su grado de progresividad, medido a través del índice de progresividad de Kakwani, que se reporta en la segunda columna del cuadro.47 El gasto público social agregado implica una caída de alrededor de 6 puntos en el coeficiente de Gini de la distribución del consumo per cápita en Nicaragua. Es decir, mientras que el Gini antes del GPS es de 40.1, el Gini después del gasto, y asumiendo impuestos proporcionales, sería de cerca de 34. El 83% de ese impacto redistributivo proviene de las erogaciones en educación y salud.

El cuadro 10.5 reporta en el segundo panel el impacto redistributivo del gasto ERP. Las erogaciones en estos programas implicarían una caída en el coeficiente de Gini de la distribución del consumo per cápita de 7.3 puntos porcentuales. El 37% de ese impacto proviene de los programas educativos. Le siguen en relevancia los programas de salud (26.8%), desarrollo rural (19.1%) y asistencia social (13.5%).

La clasificación en funciones esconde importantes diferencias entre programas. Dentro de Educación, el gasto en educación elemental es pro-pobre, mientras que las erogaciones en universidades tienen un sesgo pro-rico. El cuadro 10.6 reporta los índices de concentración de un amplio conjunto de programas sociales implementados en Nicaragua. Estos índices, ilustrados en la figura 10.12, indican el grado de focalización promedio de cada ítem. Los programas más focalizados en los pobres resultan ser la educación de adultos y la educación primaria pública, varios programas alimentarios (PMA y PINE) y algunos componentes del FISE. Los programas de desarrollo rural también tienen alto grado de focalización, al estar localizados geográficamente en áreas con alta incidencia de la pobreza.

Dentro del grupo de programas considerados, algo menos de la mitad tienen sesgo pro-rico (índice de concentración positivo). De ellos, sólo los programas de educación superior y los subsidios a la educación privada resultan regresivos.

Como se explicó anteriormente, el impacto redistributivo de un programa depende no sólo de su grado de focalización, sino también de su relevancia presupuestaria. Las últimas dos columnas del cuadro 10.6 y la figura 10.13 presentan las estimaciones del impacto redistributivo de los principales programas sociales. Los dos programas con mayor impacto redistributivo igualador son Atención Médica Pública y Educación Primaria. En particular, el programa de educación primaria no sólo está bastante focalizado en los pobres, sino que tiene una relevancia presupuestaria grande. El programa de hospitales públicos no está tan focalizado, pero es muy importante presupuestariamente. Los programas de desarrollo rural del IDR, MTI y MAGFOR le siguen en relevancia en cuanto a su impacto redistributivo. En el otro extremo, el programa de universidades públicas es el principal en términos de impacto redistributivo desigualador. 47 Este índice se conoce como de Reynolds-Smolensky. Ver Lambert (1993).

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Incidencia fiscal agregada y simulaciones

Un estudio completo del gasto social requiere el análisis distributivo de las fuentes de financiamiento del gasto y de las posibles ineficiencias en su gestión. Si bien ambos puntos están fuera del alcance de este trabajo, se realizaron algunas simulaciones simples para mensurar su potencial impacto sobre los resultados. El cuadro 10.7 resume los resultados para el GPS y el gasto ERP. El índice de progresividad de Kakwani del gasto en sectores sociales es 39. Como fue mencionado, si el financiamiento de estos gastos fuera neutral, es decir impuestos proporcionales al consumo, el GPS haría caer el Gini de la distribución del consumo per cápita de 40.1 a 34. Es posible que el sistema tributaria de Nicaragua no se aleje sustancialmente de uno distributivamente neutral. El financiamiento estatal del gasto público se apoya en tres tipos de gravámenes: sobre bienes y servicios, sobre el comercio exterior, y sobre ingresos y ganancias. El impuesto a las ventas es usualmente considerado regresivo. Sin embargo, esta regresividad se atenúa significativamente cuando el consumo es tomado como proxy del bienestar individual (en lugar del ingreso corriente), y al considerar el conjunto de desgravaciones usualmente concentradas en bienes de primera necesidad. Adicionalmente, los impuestos sobre bienes, y en especial los impuestos sobre ingresos y ganancias agregan progresividad al sistema. El cuadro 10.7 considera dos escenarios alternativos al de impuestos proporcionales: uno de impuestos ligeramente progresivos (índice de Kakwani de 10, semejante al encontrado en Gasparini, Artana, Castro-Leal y Montenegro, 2006) y otro de gravámenes ligeramente regresivos (índice de Kakwani de -10). Aunque las magnitudes varían, en ambos escenarios alternativos el impacto del GPS es igualador: en el escenario más pesimista de tributos regresivos, el GPS implicaría una caída del Gini de 4.5 puntos porcentuales.

Parte del gasto público nunca es aplicado a los programas para los cuales fueron asignados. Estos fondos se “filtran” de las prestaciones públicas, al ser desviados de su objetivo presupuestado. Poco es lo que se puede saber con la información disponible de estas filtraciones asociadas a fenómenos de corrupción. En particular, es difícil estimar su monto, y quiénes – al menos quiénes en términos de su ubicación en la escala de consumo – son los beneficiarios de estas filtraciones. En el cuadro 10.7 se simulan dos situaciones: en la primera la distribución de las filtraciones es semejante a la del consumo, mientras que en la segunda se asume que los beneficiarios de las filtraciones pertenecen sólo al quintil 5. En ambos casos se asume alternativamente que las filtraciones son del 10%, 20% y 50%. Bajo la primera hipótesis de filtraciones, asumiendo ineficiencias del 10% e impuestos proporcionales, el Gini post-gasto en sectores sociales sería de 34.6, lo cual implicaría una caída de 5.4 puntos respecto del Gini original, en lugar de los 6.1 puntos sin filtraciones. El caso extremo considerado en el cuadro es el de 50% de filtraciones capturadas por el quintil 5. En este caso el impacto redistributivo del gasto en sectores sociales sería casi nulo. En

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este escenario la sociedad hace un enorme esfuerzo para financiar gastos sociales sin impacto distributivo.

El cuadro 10.8 incluye algunas simulaciones muy simples del potencial impacto redistributivo de ciertos cambios de política. Una determinada decisión política debe ser el resultado de la consideración de una gran variedad de consideraciones económicas, sociales y éticas, y de la evaluación realista del conjunto de restricciones. El cuadro 10.8 aporta al debate de política económica estimaciones del impacto redistributivo de ciertas medidas. El cuadro es sólo ilustrativo y exige ser prudente en la interpretación. Por ejemplo, debe tenerse en cuenta que la dificultad relativa en alcanzar las metas de las siete simulaciones puede ser muy diferente.

Se parte de un coeficiente de Gini de la distribución del consumo per cápita familiar post-gasto en sectores sociales, asumiendo impuestos proporcionales e ineficiencia del 20%, de 36.5. Si se pasara a un sistema tributario progresivo (con un índice de Kakwani de 10), la reducción esperada del Gini sería de 1.6 puntos porcentuales. Si se lograran eliminar las filtraciones, el Gini podría reducirse de 36.5 a 34, es decir una importante caída de 2.5 puntos. Si el gasto público aumentara un 10% con una incidencia marginal semejante a la promedio calculada en este trabajo, el Gini caería 3.1 puntos. Este efecto debe ser sopesado frente al potencial impacto negativo sobre el nivel de actividad (y por ende sobre la pobreza, y posiblemente la desigualdad) de una mayor carga tributaria.

Los puntos 4 a 6 simulan estructuras más focalizadas del gasto en educación, salud y asistencia social. En todos los casos, y con el fin de facilitar el ejercicio se asume que el gasto se focaliza enteramente en los quintiles 1 a 3, manteniendo la estructura de asignación interna al interior del 60% más pobre de la población. La total focalización en esos estratos del gasto en educación implicaría una caída del Gini de 1 punto. En el caso de salud la reducción sería de 1.8 puntos. El impacto de una mayor focalización de los programas asistenciales del GPS resulta algo menor, aunque aun cuantitativamente significativo (0.9 puntos), en particular considerando que se trata de programas en teoría de tipo focalizados (a diferencia de la educación o la salud, que son en general universales). La focalización total del gasto social tendría un impacto distributivo considerable (reducción de 3.7 puntos del Gini en el caso del GPS y de 3.5 puntos en el caso del gasto ERP).

11. Comentarios finales Tanto la sociedad nicaragüense como la comunidad internacional realizan esfuerzos para financiar un amplio conjunto de programas públicos destinados a mejorar el nivel de vida de los habitantes de Nicaragua, y en particular de aquellos económicamente más desfavorecidos. Este trabajo contribuye a evaluar el grado de cobertura y focalización de ese conjunto de programas. En particular, se hace uso de microdatos de la reciente Encuesta de Medición de Niveles de Vida (EMNV) 2005 para identificar a los beneficiarios directos

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de los programas públicos pertenecientes al Gasto Público Social (GPS), y a aquellos dirigidos a cumplir con la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP).

Las estimaciones del trabajo indican que el GPS de Nicaragua no tiene un sesgo pro-pobre: la participación de los distintos estratos económicos de la sociedad nicaragüense en los beneficios del gasto social es aproximadamente uniforme. Este resultado es consecuencia de la coexistencia de programas con un grado de focalización muy variada. Mientras que los beneficios de algunos programas están concentrados en los estratos más pobres, otros en cambio benefician, al menos directamente, en mayor medida a los no pobres. El trabajo provee estimaciones del grado de focalización de cada programa.

Una de las principales funciones de los decisores de política es asignar un presupuesto limitado entre múltiples alternativas. Esa asignación debiera estar orientada por razones de eficiencia económica y equidad distributiva. Este trabajo provee un conjunto de resultados que pueden contribuir a la toma de decisiones racionales e informadas acerca de la asignación presupuestaria entre programas. En el debate sobre el gasto social es fundamental conocer quiénes son los beneficiarios del mismo. Este trabajo brinda estimaciones del impacto directo de los principales programas sociales implementados en Nicaragua.

Las distintas secciones del trabajo hacen una detallada caracterización de la cobertura e incidencia de un extenso conjunto de servicios provistos públicamente. De ese examen surgen varias áreas en las que es prioritario concentrar los esfuerzos. Nicaragua, por ejemplo, aun tiene un largo camino por recorrer para ampliar la cobertura de su educación preescolar. Sólo el 30% de los niños nicaragüenses pobres reciben educación a temprana edad. Los argumentos esgrimidos por los padres para no mandar a sus niños al preescolar (percepción de no necesidad y carencia de un centro educativo cercano) pueden ser directamente afrontados por el gobierno, a través de campañas de concientización sobre la relevancia de la educación pre-escolar y/o de la creación de más centros pre-escolares.

Si bien Nicaragua ha avanzado en dirección a la plena escolarización primaria, el déficit aun es importante: uno de cada cuatro niños en familias con consumo inferior a la línea de pobreza extrema no asiste a la escuela primaria. A diferencia de otros países de la región, donde la frontera del avance hacia el desarrollo educativo está en el nivel medio y superior, en Nicaragua aun debe avanzarse hacia el cierre de la brecha respecto de la escolarización primaria plena. Dado que esa brecha es sustancialmente más profunda en los estratos más pobres del país, una política exitosa en ese sentido implicará no sólo un aumento de la capacidad productiva agregada de la economía, sino un movimiento hacia la igualdad de oportunidades y la igualdad de ingresos.

Entre los niños que no asisten al nivel primario, el principal argumento declarado en la EMNV que justifica la no asistencia es el de las dificultades económicas. La lejanía de la escuela, en las áreas rurales, y la falta de interés constituyen otras dos razones relevantes

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detrás de la no-asistencia. Tanto el Estado como la sociedad civil tienen un papel fundamental en aliviar el impacto de estas dificultades. Tanto acciones del lado de la demanda (subsidiando el acceso a la educación y concientizando a la población sobre la importancia de la escolarización), como de la oferta (facilitando el acceso geográfico a la escuela) parecen necesarias para alcanzar la meta de plena escolarización en Nicaragua.

Para los jóvenes de bajos recursos de Nicaragua el acceso a la educación media es dificultoso (sólo el 30% de los jóvenes pobres de 15 años asiste) y el acceso a la universidad casi imposible (1%). Estas dificultades hacen que el gasto público en estos servicios educativos sea actualmente muy pro-rico. Esto, sin embargo, no implica que las nuevas inversiones en el sector tengan necesariamente ese sesgo. Lo ejemplifica el caso de la educación secundaria, donde el aumento de la cobertura desde 1993 se dio de manera más intensa en los pobres: si bien en promedio el gasto total en el programa de educación media sigue siendo pro-rico, en el margen ha sido pro-pobre. Naturalmente, además de ser una situación inequitativa, la escasa presencia de los jóvenes pobres en el sistema educativo medio y superior es ineficiente. Nicaragua está desperdiciando capital humano valioso, por no poder alentar y financiar a una fracción mayor de sus jóvenes de bajos ingresos para continuar sus estudios.

El trabajo subraya la importancia de la presencia pública para compensar algunas inequidades en salud originadas en las condiciones socioeconómicas. El tratamiento de enfermedades típicas en niños, como la diarrea, o la atención por personal médico adecuado en partos de familias pobres están sostenidas casi exclusivamente por la presencia de centros de salud pública. Por ejemplo, el 96.2% de las mujeres que conforman el quintil 1 realizaron sus controles en establecimientos públicos. Los destacables logros en términos de control de parto en Nicaragua están sustentados por una importante provisión estatal de salud en las zonas rurales, que debe ser alentada y reforzada.

En Nicaragua una proporción significativa de los individuos que pertenecen a quintiles intermedios de consumo (o incluso al quintil más rico) carece de algún tipo de infraestructura básica, como agua corriente, saneamiento o infraestructura vial. Por esta razón a menudo las inversiones en infraestructura no tienen un carácter pro-pobre. Las familias muy pobres, en general situadas en áreas de más difícil acceso, deben esperar a que las inversiones cubran primero áreas más accesibles. Este punto es particularmente relevante para el FISE, donde si bien la mayoría de sus componentes están focalizados en los más necesitados, algunas obras de inversión en infraestructura no tienen un carácter pro-pobre.

Un punto relacionado al anterior surge al considerar la estructura regional de Nicaragua. La región de Managua es sustancialmente menos pobre que el resto del país, en particular que las regiones Centro y Atlántico. Muchos programas sociales tienen un impacto importante sobre vastos sectores de la población de Managua, la cual, aun para los estándares latinoamericanos, sería considerada pobre. Sin embargo, esos sectores en el contexto

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nicaragüense no se encuentran entre los más carenciados, generando que los subsidios que reciben no sean evaluados como claramente pro-pobres.

A pesar de que los programas de desarrollo rural a menudo no están focalizados en la población pobre de un área geográfica, se ejecutan en zonas donde la gran mayoría de la población es pobre. Esta simple focalización geográfica parece ser suficiente para implicar programas de desarrollo rural con un fuerte carácter pro-pobre. Este resultado implica que si otros medios más sofisticados para orientar la focalización de un programa son muy costosos de implementar, una simple focalización geográfica puede generar resultados razonables.

El trabajo incluye algunas simulaciones simples del potencial impacto redistributivo de ciertos cambios de política. Una determinada decisión política debe ser el resultado de la consideración de una gran variedad de argumentos económicos, sociales y éticos, y de la evaluación realista del conjunto de restricciones. El trabajo aporta al debate de política económica estimaciones del impacto redistributivo de ciertas medidas: aumento de la progresividad impositiva, reducción de ineficiencias, aumento del gasto social, y aumento de la focalización en los sectores de educación, salud y asistencia.

Uno de los principales resultados del trabajo es la escasa focalización de muchos programas sociales. De hecho, el agregado del GPS no es pro-pobre, y el grado de focalización del gasto ERP es relativamente bajo: el 47% de esas erogaciones beneficia a personas no consideradas pobres. La evidencia de este trabajo indica que existe mucho espacio para incrementar significativamente el grado de focalización del gasto social, ya sea a través de reasignaciones presupuestarias hacia programas más focalizados, a través de reasignación del gasto dentro de un mismo programa hacia beneficiarios más carenciados, o a través de la extensión de la red de programas sociales hacia sectores de la población de bajos ingresos, actualmente limitados por una baja cobertura en muchos servicios.

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Referencias

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CEPAL (2006). Panorama Social de América Latina 2006. CEPAL, Santiago.

Heckman et al. (2005). Lessons from the technology of skill formation. NBER Working paper 11142.

Gasparini, L. et al. (2005). ¿Quiénes se Benefician del Gasto Público Social en Honduras? Un estudio sobre la base de la ENCOVI 2004. Mimeo, The World Bank.

Gasparini, L. Artana, D., Castro-Leal, F. y Montenegro, M. (2006). Nicaragua: the impact of the Fiscal Equity Law Reform”. En Coudouel, A., Dani, A. y Paternostro, S. (eds.). Poverty and social impact analysis of reforms. World Bank.

Gasparini, L. (2006). Assessing Benefit-Incidence Results using Decompositions. The case of Health Policy in Argentina. Economics Bulletin, forthcoming.

Kaplow, L. (2003). Public goods and the distribution of income. NBER working paper series. No 9842.

Ravallion, M. (2003). Assessing the poverty impact of an assigned program. En Bourguignon y Pereira da Silva (eds.) (2003). En The impact of economic policies on poverty and income distribution, World Bank y Oxford University Press.

SEDLAC, 2006. Socio-economic database for Latin America and the Caribbean. www.depeco.econo.unlp.edu.ar/cedlas/sedlac

van de Walle, D. (2003). Behavioral incidence analysis of public spending and social programs. En Bourguignon y Pereira da Silva (eds.) (2003).

World Bank (2006). The World Development Indicators 2006.

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Anexo A: La ejecución del gasto social

Un aspecto relevante del gasto es establecer cuál es la institución con mayor presencia en el desarrollo de determinadas actividades. En la tabla A.1 se presenta esta información limitada a las instituciones que realizan algún esfuerzo en alguna función del gasto público social, de acuerdo a la clasificación del MHCP. Así, en Educación el 65.6 % del gasto es ejecutado por el Ministerio de Educación y el monto remanente se ejecuta prácticamente en su totalidad en las universidades (31.9%). El restante 2.4% es ejecutado por MIFAMILIA y el Ministerio de Trabajo. En Salud el 94.3% del gasto es ejecutado por el Ministerio de Salud y el monto remanente se ejecuta en el FISE y en MIFAMILIA. Los gastos de la función Vivienda se ejecutan principalmente a través de entes descentralizados, 89.1%, entre los cuales se destacan las transferencias a los municipios, 64.2%, el Instituto de la Vivienda Urbana y Rural, 14.1% y el FISE, 12.2%. En las restantes funciones, Servicios Sociales y Servicios Recreativos, la ejecución del gasto también se concentra en los entes descentralizados.

En la última columna de la tabla A.1 se presenta la distribución del gasto público social total. Claramente, los dos principales ministerios son el de Salud, 29.2% y Educación, 28.4%. Más de un tercio del gasto se asigna desde entes descentralizados. De las restantes instituciones, la más significativa es el Ministerio de la Familia, el cual ejecuta 4.2% del gasto total.

La tabla A.2 presenta la misma información para el gasto ERP. En el único caso donde se presentan diferencias con el gasto social es para Educación, debido a que en la Estrategia de Pobreza no se incluye el gasto en Universidades. El Ministerio de Educación ejecuta el 89.8% del gasto ERP en la función. También, debido a que en el gasto de Reducción de la Pobreza se incluye la ejecución en Servicios Económicos, de este conjunto también participan los Ministerios asociados a dicha función. El 45.6% de ella se ejecuta en el Ministerio de Transporte e Infraestructura y el 27.2% a través de entes descentralizados. Las otras instituciones que ejecutan gasto en esta función son el Ministerio Agropecuario y Forestal, 12.2%, el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales, 8.6% y el Ministerio de Comercio Industria y Fomento, 6.3%.

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Anexo B: Los gastos en salud del INSS

Un financiador importante de servicios de atención médica es el INSS. Este instituto brinda cobertura médica a sus afiliados y familiares. Dado el carácter contributivo del sistema, no se agregó su análisis junto al resto del sector salud. Para un análisis distributivo completo del INSS sería necesario analizar con detenimiento las fuentes de financiamiento de ese Instituto, lo cual está más allá del alcance de este trabajo.

Según la EMNV 2005 sólo el 11% de la población se encuentra asegurada por el INSS. Durante el año 2005 el INSS destinó C$ 888 millones a servicios médicos.

El cuadro B.1 indica que gran parte de los beneficios del INSS asociados al tratamiento médico por diarrea en menores de 6 años se encuentran concentrados en los quintiles 4 y 5 (45.1% y 29.3% respectivamente), lo cual en gran parte responde al carácter contributivo del INSS. Como resultado de esta distribución no resulta extraño que el índice de concentración adopte un valor positivo y alto (32.1) (ver cuadro B.2). Un fenómeno semejante ocurre para los servicios médicos generales brindados por el INSS.

El 11.1% de las personas realiza una consulta en un establecimiento previsional. El cuadro B.3 informa que esta proporción aumenta con el nivel de consumo privado, siendo casi nula entre los pobres extremos (0.6%), y muy baja entre los pobres moderados (5.5%). Se destacan las diferencias notables entre regiones. Mientras que la cobertura en las zonas urbanas alcanza al 16.3%, en las zonas rurales apenas llega al 3.3%. Cuando se analiza la cobertura según regiones surge una disparidad mayor. Así, mientras que en Managua la cobertura llega al 24.3% y en la región del Pacífico al 9.9%, en las restantes regiones es de tan sólo 3 o 4%.

Las columnas restantes del cuadro B.3 reflejan los costos incurridos por cada individuo al momento de recibir atención médica en el INSS. En promedio para recibir una consulta médica el individuo debe esperar 54 minutos, valor similar al caso de atención médica pública. En cuanto al gasto de bolsillo, la principal diferencia se debe a que los individuos que concurren a una clínica previsional no gastan en consultas. Si bien el gasto medio en medicamentos no pareciera ser sustancialmente diferente, el gasto en transporte duplica al de quienes asisten a hospitales públicos.

En el cuadro B.1 es posible observar la distribución de incidencia de los servicios de atención médica general, la cual presenta una gran concentración en los quintiles 4 (34.7%) y 5 (39.6%) mientras que para el quintil 1 este valor es de tan sólo 1.3%. Al considerar estos resultados no resulta extraño encontrar que el índice de concentración de estas actividades sea grande y positivo (43.37).

La columna (iii) del cuadro B.1 presenta la estructura de incidencia del agregado de los gastos en salud del INSS. Nótese que según nuestras estimaciones los quintiles 4 y 5 se apropiaron de C$661.5 millones de los C$887.9 millones que se destinaron a salud en el INSS en 2005. En términos per capita un individuo promedio que integra alguno de esos

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quintiles recibe entre C$ 313 y C$332 mientras que un individuo típico del quintil 1 recibe sólo C$10. El índice de concentración para las actividades médicas del INSS es alto y positivo, reflejando el carácter pro rico del programa. Esta elevada concentración en la incidencia motiva que al evaluar dichos montos en relación al consumo resulten claramente regresivos. Para un individuo típico del quintil 1 los montos recibidos significan el 0.3% de su consumo mientras que para uno de los quintiles 2, 3 o 5 esta proporción se ubica en torno del 1.5% y para el quintil 4 en 2.9%. si bien esta información resulta importante para evaluar el INSS, una vez más se enfatiza que el análisis completo del impacto distributivo del INSS requiere un estudio pormenorizado de las contribuciones a ese sistema.

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Cuadro 3.1 Gasto público social y gasto ERP por función Nicaragua, 2005 Clasificación del MHCP

Gasto social Gasto ERPFunción C$ (millones) % C$ (millones) %

Total 9107 100.0 9816 100.0

Educación 3858 42.4 2702 27.5Salud 2821 31.0 2235 22.8Servicios Sociales 824 9.1 568 5.8Vivienda 1502 16.5 1381 14.1Deporte y Cultura 102 1.1 1 0.0Servicios económicos 2929 29.8 Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP. Cuadro 3.2 Gasto público social por función Nicaragua, 2005 Clasificación utilizada para este estudio

Millones C$ %

Total GPS 8,012 100.0

Educación 3,696 46.1 Preescolar 36 0.4 Primaria 1,421 17.7 Media y técnica 315 3.9 Adultos y especial 133 1.7 Actividades y proyectos MECD 740 9.2 Universidades 1,051 13.1 Salud 2,750 34.3 Promoción y prevención 256 3.2 Atención médica pública 1,745 21.8 Actividades centrales y otros 750 9.4 Vivienda 294 3.7 Planes de vivienda 188 2.4 Titulación 106 1.3 Asistencia social 1,272 15.9 FISE 819 10.2 Programas alimentarios 344 4.3 Otros 109 1.4

Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP y otros organismos y programas del gobierno de Nicaragua.

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Cuadro 3.3 Gasto ERP por función y grandes programas Nicaragua, 2005 Clasificación utilizada para este estudio

Millones C$ %

Total ERP 7,576 100.0

Educación 2,540 33.5 Preescolar 36 0.5 Primaria 1,421 18.8 Media y técnica 315 4.2 Adultos y especial 116 1.5 Actividades centrales MECD 629 8.3 Formación docente MECD 23 0.3 Salud 2,165 28.6 Promoción y prevención 128 1.7 Atención médica pública 1,857 24.5 Actividades centrales y otros 181 2.4 Vivienda 294 3.9 Planes de vivienda 188 2.5 Titulación 106 1.4 Asistencia social 1,211 16.0 FISE 819 10.8 Programas alimentarios 298 3.9 Otros 94 1.2 Desarrollo rural 1,365 18.0 MAGFOR 270 3.6 IDR 520 6.9 MTI 575 7.6

Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP y otros organismos y programas del gobierno de Nicaragua. Cuadro 3.4 Gasto público social y gasto ERP por función Nicaragua, 2005 Clasificación utilizada para este estudio

Gasto social Gasto ERPFunción C$ (millones) % C$ (millones) %

Total 8012 100.0 7576 100.0

Educación 3696 46.1 2540 33.5 Salud 2750 34.3 2165 28.6 Vivienda 294 3.7 294 3.9 Asistencia social 1272 15.9 1211 16.0 Desarrollo rural 1365 18.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP y otros organismos y programas del gobierno de Nicaragua.

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Cuadro 3.5 Consumo medio y estructura del consumo por quintiles

Consumo %medio consumo total

1 262 6.32 434 10.43 618 14.84 914 21.85 1980 46.8

promedio 839 100.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 3.6 Indices de desigualdad Distribución del consumo per cápita familiar

Share decil 1 2.5Share decil 10 31.3Decil 10/1 12.3Percentil 90/10 5.8Coeficiente de Gini 0.403Indice de Theil 0.298Coefciente de variación 0.973Atkinson (e=0.5) 0.132Atkinson (e=1) 0.237Atkinson (e=2) 0.391Entropía (c=0) 0.270Entropía (c=2) 0.473 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 3.7 Estructura de la población por condición de pobreza

Pobresextremos moderados Pobres No pobres Total

Porcentaje en cada grupoNacional 14.9 31.3 46.2 53.8 100.0

Rural 26.9 41.0 67.9 32.1 100.0Urbano 5.4 23.7 29.1 70.9 100.0

Managua 3.1 16.0 19.1 80.9 100.0Pacífico 10.1 35.3 45.4 54.6 100.0Central 24.4 36.0 60.5 39.5 100.0

Atlántico 23.3 38.9 62.2 37.8 100.0

Distribución geográfica Rural 79.6 58.0 64.9 26.4 44.2

Urbano 20.4 42.0 35.1 73.6 55.8Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Managua 5.2 12.5 10.1 36.8 24.5Pacífico 20.0 33.1 28.9 29.8 29.4Central 52.9 37.0 42.1 23.6 32.1

Atlántico 22.0 17.4 18.9 9.8 14.0Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

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Cuadro 4.1 Educación Estructura educativa

Título General

Título Específico Clasificación Internacional de

la Educación

Duración / Grados

Cohorte / Edad Ideal

Autoridad Responsable

Educación

InicialPreescolar 2 años 5-6 años

1er grado 7 años2do grado 8 años3er grado 9 años4to grado 10 años5to grado 11 años6to grado 12 años1er año 13 años2do año 14 años3er año 15 años4to año 16 años5to año 17 años

Educación Técnica 1er ciclo 2 a 3 años Variable INATECPre - Grado 1er y 2do ciclo 4 a 6 años 18-23Post – GradoMaestrías y Doctorados

MIFAMILIA

MECD

Educación Primaria

(Obligatoria)Educación Primaria

Educación de la Primera Infancia

4 años 0-4 años

MECD

Educación Superior CNU3er ciclo Variable Variable

Educación Básica y Media

Educación Secundaria

Educación Media

Fuente: MECD.

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Cuadro 4.2 Educación Gasto público social y gasto en la ERP Millones de córdobas

Gasto público social (GPS) Millones C$ %Total 3,696 100 Educación preescolar 36 1.0 Educación primaria 1,421 38.4 Educación media 250 6.8 Adultos 109 2.9 Educación especial 25 0.7 Actividades centrales MECD 153 4.2 Proyectos MECD 564 15.3 Formación docente MECD 23 0.6 Educación técnica 65 1.8 Universidades 1,051 28.4

ERP Millones C$ %Total 2,540 100.0 Educación preescolar 36 1.4 Educación primaria 1,421 55.9 Educación media 250 9.9 Adultos 92 3.6 Educación especial 25 1.0 Actividades y proyectos comunes MECD 629 24.8 Formación docente MECD 23 0.9 Educación técnica 65 2.5

Fuente: Elaboración propia en base a datos del gobierno de Nicaragua.

Cuadro 4.3 Educación preescolar Tasas de asistencia (%)

Edad [0-3] [4-6] 4 5 6Total 6.0 38.1 34.9 53.4 25.8

Quintiles1 4.1 25.4 19.4 34.4 21.12 4.5 34.5 26.5 53.8 24.63 6.3 38.7 29.5 52.5 32.94 7.9 47.4 44.8 69.0 27.95 8.9 56.8 64.8 79.0 23.6

Pobres extremos 3.5 22.6 17.8 28.9 20.8Pobres moderados 4.9 34.9 27.1 50.9 25.9

Pobres 4.4 30.3 23.8 42.7 23.9No pobres 7.9 47.6 47.5 67.0 28.1

Rural 5.0 34.0 29.4 45.1 27.1Urbano 6.8 42.1 39.3 62.2 24.4

Managua 7.7 45.8 44.6 68.5 22.1Pacífico 5.9 39.4 33.9 56.2 27.6Central 5.4 37.1 32.4 50.6 27.4

Atlántico 4.7 29.5 26.6 38.9 23.3Observaciones 3220 2712 872 917 923

Observaciones expandidas 421175 344767 116115 115603 113049 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

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Cuadro 4.4 Educación preescolar Razones de no asistencia Número de observaciones

Total Pobre [4,6] extremo no extremo Pobre No Pobre Rural Urbano

1. Por edad 476 124 197 321 155 281 1952. No lo necesita 83 37 23 60 23 44 393. Lejos de la casa 305 123 117 240 65 283 224. No tiene quien lo lleve 11 3 6 9 2 6 55. Problemas familiares 19 5 7 12 7 10 96. Falta de dinero 218 92 88 180 38 141 777. Otra 130 32 53 85 45 89 41Observaciones 1242 416 491 907 335 854 388 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.5 Educación preescolar Caracterización

% que recibe Valor subsidio % aporte Tiempo alalimentación alimentación a escuela centro

% público horas pública público en trabajo escolar

Total 82.0 3.5 61.0 82.1 17.2 12.2

Quintiles1 97.7 3.2 74.1 99.8 17.2 12.82 93.5 3.3 73.5 102.9 13.2 9.83 93.6 3.5 70.8 91.2 13.7 14.34 74.1 3.7 49.9 71.6 16.8 10.15 53.5 3.9 38.7 49.4 25.2 13.1

Pobres extremos 96.7 3.1 76.2 96.3 13.9 11.6Pobres moderados 95.8 3.3 72.7 102.9 16.0 11.3

Pobres 96.1 3.3 73.7 101.0 15.5 11.3No pobres 71.3 3.7 51.2 67.7 18.5 12.5

Rural 97.5 3.3 78.6 106.9 19.5 14.8Urbano 69.8 3.7 47.1 61.7 15.3 9.8

Managua 59.8 3.9 34.3 35.5 13.4 11.5Pacífico 82.8 3.5 73.9 89.0 16.2 9.9Central 92.5 3.3 63.5 96.8 23.2 14.0

Atlántico 95.3 3.3 77.4 111.4 11.2 12.3Observaciones 977 1178 982 958 982 1177

Observaciones expandidas 130312 156625 131501 126595 131501 156196 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 4.6 Educación preescolar Incidencia distributiva

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 21.1 7.6 7.4 0.232 22.1 7.9 7.7 0.153 23.2 8.3 8.1 0.114 20.6 7.4 7.2 0.075 13.0 4.7 4.5 0.02

Total 100.0 35.8 7.0 0.07 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

85

Cuadro 4.7 Educación preescolar Descomposición de los resultados de incidencia distributiva

1 2 3 4 5 TotaNiños [4-6] (% del total) 27.1 21.9 19.9 17.9 13.2 100.0Tasa de asistencia preescolar 25.4 34.5 38.7 47.4 56.8 38.1Tasa de asistencia pública 97.7 93.5 93.6 74.1 53.5 82.0Incidencia estimada 21.5 22.6 23.0 20.1 12.8 100.0Diferencia 1.5 2.6 3.0 0.1 -7.2 0.0Efectos 1. Usuario potencial 6.4 2.0 0.1 -1.9 -6.5 0.0 2. Asistencia -8.5 -2.2 0.2 4.1 6.3 0.0 3. Público 3.5 2.7 2.8 -2.0 -6.9 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.8 Educación primaria Tasas de asistencia

Edad 7 8 9 10 11 12 13 14 15 [7-11]Total 82.5 91.3 90.1 91.8 87.8 64.8 45.3 27.8 16.2 88.7

Quintiles1 65.6 81.9 81.7 82.0 84.2 72.2 60.1 39.6 20.9 79.12 80.1 89.2 88.9 91.5 88.1 77.2 54.6 39.5 21.9 87.63 90.6 94.0 94.5 96.8 92.8 65.7 50.4 25.4 17.4 93.84 94.3 97.7 93.8 96.8 87.3 59.3 31.1 15.7 11.9 94.15 94.1 99.9 97.9 98.9 87.0 38.5 20.6 9.8 4.3 95.1

Pobres extremos 62.2 79.9 79.6 79.5 82.4 68.3 60.3 38.8 20.6 76.5Pobres moderados 82.2 89.8 90.1 91.6 89.6 76.3 54.1 38.3 20.6 88.7

Pobres 75.0 86.7 86.2 87.3 87.3 73.5 56.2 38.5 20.6 84.5No pobres 93.2 96.8 94.7 97.5 88.4 56.2 32.9 15.9 11.5 94.2

Rural 76.3 87.8 87.0 89.2 88.3 75.5 55.9 37.5 21.3 85.9Urbano 88.7 95.0 93.4 94.6 87.3 54.9 33.6 18.4 11.9 91.8

Managua 89.0 97.9 91.4 94.3 85.9 53.0 30.3 16.9 11.2 91.6Pacífico 92.1 95.1 93.5 93.3 88.7 61.4 45.1 22.9 10.4 92.5Central 77.3 88.9 90.2 92.0 90.2 70.4 45.9 31.0 17.5 87.9

Atlántico 72.6 82.3 83.6 86.2 83.2 78.1 61.5 41.9 31.5 81.5

Indígenas 84.4 93.1 98.3 96.1 91.7 89.5 69.6 57.7 34.6 92.7Resto 82.7 91.1 89.7 91.8 87.6 63.1 43.5 25.7 15.1 88.6

Observaciones 977 1002 985 1086 1012 1143 1035 1009 1048 5062Observaciones expandidas 125900 123055 125635 139644 134008 154613 132866 133343 136166 648242

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.9 Educación primaria Sistema escolar

Público no autónomo 70.8Escuela/centro autónomo 18.8Centro educativo comunitario 1.6Privado subvencionado 2.6Privado no subvencionado 6.0Otro 0.3Total 100.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

86

Cuadro 4.10 Educación primaria Razones de no asistencia (niños entre 7 y 11 años) Número de observaciones

Total Pobre [7,11] extremo no extremo Pobre No Pobre Rural Urbano

1. Por edad 0 0 0 0 0 0 02. No le interesa 57 20 31 51 6 36 213. Terminó estudios 0 0 0 0 0 0 04. Labores domésticas 5 1 3 4 1 5 05. Trabajo/labores campo 15 5 9 14 1 15 06. No hay cupo 15 5 8 13 2 7 87. No se ofrece grado 1 1 0 1 0 1 08. Escuela lejos 105 55 39 94 11 105 09. No hay profesores 13 7 4 11 2 13 010. Falta de seguridad 32 12 15 27 5 32 011. Por embarazo 0 0 0 0 0 0 012. Por cuidado de niños 2 2 0 2 0 2 013. Problemas familiares 44 15 16 31 13 25 1914. Falta de dinero 236 132 84 216 20 167 6915. Otra 73 27 30 57 16 50 23Observaciones 598 282 239 521 77 458 140 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.11 Educación primaria (niños entre 7 y 11 años) Razones de no asistencia, y razones para volver a la escuela Número de observaciones

Programa Regalo Programa Guardería Mejores Más Terminó En ningún Totalalimentos Becas útiles adultos Créditos niños horarios seguridad estudios caso Otros [7,11]

1. Por edad 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 02. No le interesa 0 2 3 1 0 0 0 0 0 47 4 53. Terminó estudios 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 04. Labores domésticas 0 0 0 0 0 0 1 0 0 2 25. Trabajo/labores campo 0 3 1 4 0 0 2 0 0 5 0 16. No hay cupo 0 0 2 0 0 0 1 0 0 0 12 17. No se ofrece grado 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 08. Escuela lejos 0 1 2 0 0 0 3 3 0 2 92 19. No hay profesores 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 13 110. Falta de seguridad 0 1 0 0 0 0 2 7 0 1 21 311. Por embarazo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 012. Por cuidado de niños 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 013. Problemas familiares 1 9 12 3 0 3 1 3 0 3 9 414. Falta de dinero 2 120 95 5 1 1 0 2 0 2 7 215. Otra 0 1 1 1 0 0 0 3 0 19 48 7Observaciones 3 137 116 14 1 5 10 18 0 83 208

07055510332024353

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

87

Cuadro 4.12 Educación primaria Caracterización

% que recibe Valor subsidio % que recibe % aporte % privado % en escuela % en centro % en centro alimentación alimentación material escolar Numero de % repitentes a escuela

% público con subsidio autónoma comunitario multigrado pública público público faltas en trabajo

Total 91.4 30.1 18.8 1.6 34.2 68.0 90.4 7.0 1.0 11.1 9.2

Quintiles1 99.8 0.0 13.4 2.5 54.8 77.7 101.9 9.4 0.8 13.7 10.02 99.2 86.2 12.7 1.7 39.9 79.2 103.8 6.6 0.9 12.1 9.33 95.9 34.8 25.2 1.3 30.8 71.1 95.8 7.3 1.1 10.8 11.24 85.7 31.1 23.4 1.3 16.6 57.3 79.9 5.4 1.2 8.8 6.75 57.1 26.8 23.5 0.4 12.2 34.9 41.7 4.4 1.2 7.1 7.0

Pobres extremos 99.8 0.0 13.5 1.7 58.9 76.4 100.4 9.0 0.9 14.2 10.6Pobres moderados 98.7 51.4 15.0 2.2 39.0 79.0 102.6 7.4 0.9 12.5 9.9

Pobres 99.1 47.1 14.5 2.1 45.4 78.2 101.9 7.9 0.9 13.0 10.2No pobres 81.8 29.0 24.1 1.0 20.2 55.4 74.9 5.8 1.2 8.6 7.9

Rural 99.1 65.7 12.4 2.7 60.7 82.1 107.2 9.7 1.0 12.5 11.8Urbano 82.9 28.0 25.8 0.4 5.1 52.6 68.5 4.0 1.1 9.5 6.3

Managua 80.0 23.0 36.1 0.3 8.9 46.6 35.8 6.1 1.6 11.5 7.4Pacífico 90.9 27.9 19.9 0.3 21.9 77.6 94.7 3.0 0.8 10.5 11.3Central 96.2 45.8 12.4 1.8 51.6 70.3 101.5 10.4 0.9 11.4 8.9

Atlántico 94.7 42.5 11.2 4.5 46.2 71.1 111.9 7.7 1.0 11.0 8.2

Indígenas 92.7 48.5 8.6 3.1 28.5 69.4 114.1 10.6 0.7 9.6 2.1Resto 91.2 28.9 19.6 1.5 34.0 67.8 88.9 6.7 1.0 11.1 9.2

Observaciones 6833 444 6846 6846 6846 6842 5369 6846 6679 6846 6846Observaciones expandidas 873667 75241 875887 875887 875887 874974 671394 875887 854104 875887 875887

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.13 Educación primaria pública Incidencia distributiva

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 26.8 373.1 362.8 11.52 26.1 363.0 353.0 6.83 22.8 317.1 308.3 4.24 17.3 240.7 234.1 2.15 7.1 98.2 95.5 0.4

Promedio 100.0 1392.1 270.7 2.7 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.14 Educación primaria pública Descomposición de los resultados de incidencia distributiva

1 2 3 4 5 TotaNiños [7-12] (% del total) 26.2 22.8 21.1 18.3 11.8 100.0Tasa de asistencia primario 79.1 87.6 93.8 94.1 95.1 88.7Tasa de asistencia pública 99.8 98.9 94.9 84.8 55.1 90.0Incidencia estimada 25.9 24.7 23.5 18.3 7.7 100.0Diferencia 5.9 4.7 3.5 -1.7 -12.3 0.0Efectos 1. Usuario potencial 5.8 2.5 0.8 -2.0 -7.0 0.0 2. Asistencia -2.7 -0.4 1.1 1.1 0.9 0.0 3. Público 2.8 2.5 1.6 -0.8 -6.1 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

88

Cuadro 4.15 Incidencia distributiva A. Educación de adultos

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 39.0 42.3 41.2 0.652 25.0 27.2 26.4 0.253 17.3 18.8 18.3 0.124 13.6 14.8 14.4 0.075 5.1 5.5 5.3 0.01

Promedio 100.0 108.6 21.1 0.10 B. Educación privada subsidiada

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 0.0 0.0 0.0 0.002 6.2 1.7 1.7 0.033 12.0 3.3 3.2 0.044 31.7 8.8 8.5 0.085 50.1 13.9 13.5 0.06

Promedio 100.0 27.7 5.4 0.05 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

89

Cuadro 4.16 Descomposición regional de los resultados de incidencia distributiva Educación primaria pública

1 2 3 4 5 TotaDistribución de niños

Managua 6.8 13.3 25.9 30.2 23.8 100.0Pacífico 20.4 23.6 25.5 20.4 10.2 100.0Central 37.3 23.9 17.1 12.9 8.7 100.0

Atlántico 34.0 29.7 16.7 12.6 7.0 100.0Nicaragua 26.2 22.8 21.1 18.3 11.8 100.0

Tasa de asistenciaManagua 79.5 79.6 92.4 92.7 95.4 91.6Pacífico 86.5 91.9 96.1 94.6 92.9 92.5Central 78.5 91.0 92.7 96.5 97.2 87.9

Atlántico 70.2 80.6 93.0 91.6 94.1 81.5Nicaragua 79.1 87.6 93.8 94.1 95.1 88.7

Tasa de asistencia públicaManagua 100.0 100.0 88.2 81.0 47.7 78.1Pacífico 99.2 98.3 96.3 79.1 49.5 88.9Central 100.0 99.4 97.6 94.8 68.8 95.7

Atlántico 100.0 98.5 97.7 88.2 60.3 94.2Nicaragua 99.8 98.9 94.9 84.8 55.1 90.0

Incidencia estimadaManagua 7.7 14.9 29.9 32.1 15.4 100.0Pacífico 21.2 25.9 28.7 18.5 5.7 100.0Central 34.9 25.7 18.4 14.0 7.0 100.0

Atlántico 31.1 30.7 19.8 13.3 5.2 100.0Nicaragua 25.9 24.7 23.5 18.3 7.7 100.0

Comparación Managua-Atlántico1 2 3 4 5 Tota

Incidencia estimadaAtlántico 31.1 30.7 19.8 13.3 5.2 100.0Managua 7.7 14.9 29.9 32.1 15.4 100.0Diferencia 23.4 15.7 -10.1 -18.8 -10.2

Efectos 1. Usuario potencial 26.2 16.4 -11.6 -19.1 -11.8 2. Asistencia -1.8 0.9 0.7 0.2 0.0 3. Público -0.9 -1.6 0.7 0.2 1.6

l

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

90

Cuadro 4.17 Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Comparación Nicaragua-Honduras Educación primaria pública

1 2 3 4 5 TotaDistribución de niños

Nicaragua 26.2 22.8 21.1 18.3 11.8 100.0Honduras 24.4 22.1 21.7 17.1 14.8 100.0Diferencia 1.8 0.7 -0.6 1.1 -3.0

Tasa de asistenciaNicaragua 79.1 87.6 93.8 94.1 95.1 88.7Honduras 87.3 91.8 93.2 94.2 91.4 91.4Diferencia -8.2 -4.2 0.6 -0.1 3.8 -2.6

Tasa de asistencia públicaNicaragua 99.8 98.9 94.9 84.8 55.1 90.0Honduras 99.9 99.5 97.9 93.9 65.7 93.7Diferencia -0.1 -0.5 -2.9 -9.1 -10.6 -3.8

Incidencia estimadaNicaragua 25.9 24.7 23.5 18.3 7.7 100.0Honduras 25.0 23.6 23.2 17.8 10.4 100.0Diferencia 0.9 1.1 0.2 0.5 -2.7

Efectos 1. Usuario potencial 1.5 0.5 -0.9 1.0 -2.1 2. Asistencia -1.7 -0.4 0.9 0.5 0.6 3. Público 1.1 0.9 0.3 -1.1 -1.2

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.18 Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Nicaragua, 1993-2005 Educación primaria pública

1 2 3 4 5 TotaDistribución de niños

1993 25.1 22.6 17.7 18.8 15.8 100.02005 26.2 22.8 21.1 18.3 11.8 100.0

Diferencia 1.0 0.2 3.4 -0.6 -4.0Tasa de asistencia

1993 56.6 72.3 82.7 90.1 91.3 76.52005 79.1 87.6 93.8 94.1 95.1 91.4

Diferencia 22.5 15.3 11.1 4.0 3.9 14.8Tasa de asistencia pública

1993 99.5 96.5 96.0 83.5 70.9 89.32005 99.8 98.9 94.9 84.8 55.1 93.7

Diferencia 0.3 2.4 -1.1 1.3 -15.8 4.5Incidencia estimada

1993 20.7 23.1 20.5 20.7 15.0 100.02005 25.9 24.7 23.5 18.3 7.7 100.0

Diferencia 5.1 1.6 3.0 -2.5 -7.2Efectos 1. Usuario potencial 0.6 -0.1 3.6 -0.8 -3.3 2. Asistencia 4.0 0.6 -0.9 -2.4 -1.4 3. Público 0.5 1.1 0.2 0.7 -2.5

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de las EMNV 1993 y 2005.

91

Cuadro 4.19 Educación secundaria Tasas de asistencia

Edad 12 13 14 15 16 17 18 19 20 [13-15] [16-18]

Total 24.7 39.2 49.1 49.7 49.5 39.0 24.0 18.2 11.8 46.0 37.6

Quintiles1 8.1 11.6 17.6 23.0 19.7 14.9 9.5 16.5 5.3 17.4 15.32 10.1 24.2 33.0 38.5 26.9 30.1 19.4 13.0 11.1 31.9 25.63 26.2 39.9 59.7 47.0 62.2 53.6 30.3 16.5 13.7 48.7 48.64 36.2 60.7 71.3 67.8 71.8 51.8 28.9 25.7 16.7 66.6 50.15 57.8 74.3 80.5 85.7 84.0 53.0 29.9 19.3 11.7 80.1 53.7

Pobres extremos 10.6 10.9 18.0 19.9 22.9 11.7 8.1 14.4 5.5 16.1 15.0Pobres moderados 10.8 26.5 33.8 38.6 30.6 34.0 20.1 15.2 11.6 33.0 28.5

Pobres 10.7 21.3 28.7 32.8 28.0 26.7 16.6 14.9 9.4 27.6 24.1No pobres 38.7 59.5 71.7 67.6 73.0 52.0 29.8 20.6 13.6 66.3 50.6

Rural 10.7 22.4 31.6 32.5 30.7 23.2 17.9 13.9 9.0 28.6 24.2Urbano 37.7 57.6 66.1 64.3 67.1 52.6 28.9 21.3 13.6 62.8 49.2

Managua 41.6 63.8 72.1 63.8 74.8 62.6 25.0 23.7 12.4 66.6 66.6Pacífico 29.2 42.6 53.8 61.9 54.6 41.1 21.6 18.6 10.6 53.0 53.0Central 16.7 33.5 42.0 37.4 37.6 28.1 27.1 12.7 10.6 37.7 37.7

Atlántico 6.7 16.3 29.7 33.2 32.5 24.0 20.3 17.6 16.4 26.4 26.4

Indígenas 9.9 18.3 36.3 40.6 32.1 32.7 24.0 12.9 29.2 32.2 30.0Resto 25.9 40.7 50.2 49.7 51.4 38.9 23.5 18.4 11.0 46.9 38.0

Observaciones 1143 1035 1009 1048 916 834 806 763 783 3092 2556Observaciones expandidas 154613 132866 133343 136166 124296 114869 120681 115977 116112 402375 359846

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.20 Educación secundaria Sistema escolar

Público no autónomo 30.4Escuela/centro autónomo 45.8Centro educativo comunitario 0.0Privado subvencionado 9.3Privado no subvencionado 14.3Otro 0.1Total 100.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.21 Educación secundaria Razones de no asistencia (jóvenes entre 13 y 18 años) Número de observaciones

Pobre Area[13,18] extremo no extremo Pobre No Pobre Rural Urbano

1. Por edad 9 4 2 6 3 7 22. No le interesa 502 132 210 342 160 343 1593. Terminó estudios 3 2 0 2 1 2 14. Labores domésticas 116 43 46 89 27 86 305. Trabajo/labores campo 456 163 186 349 107 346 1106. No hay cupo 7 2 3 5 2 4 37. No se ofrece grado 50 8 26 34 16 49 18. Escuela lejos 84 33 33 66 18 84 09. No hay profesores 4 1 1 2 2 4 010. Falta de seguridad 13 4 6 10 3 12 111. Por embarazo 59 14 22 36 23 38 2112. Por cuidado de niños 84 24 37 61 23 48 3613. Problemas familiares 80 18 33 51 29 53 2714. Falta de dinero 577 171 272 443 134 374 20315. Otra 101 27 34 61 40 65 36Total 2145 646 911 1557 588 1515 630 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

92

Cuadro 4.22 Educación secundaria Razones de no asistencia y razones para volver a la escuela (jóvenes entre 13 y 18 años) Número de observaciones

Programa Regalo Programa Guardería Mejores Más Terminó En ningún Totalalimentos Becas útiles adultos Créditos niños horarios seguridad estudios caso Otros [13.18]

1. Por edad 0 2 0 5 0 0 0 0 0 2 0 92. No le interesa 1 20 5 12 1 1 5 1 0 449 8 5033. Terminó estudios 0 0 0 1 0 0 0 0 1 1 0 34. Labores domésticas 0 23 6 27 1 3 11 0 0 44 1 1165. Trabajo/labores campo 0 94 15 99 1 0 62 0 1 180 2 4546. No hay cupo 0 1 0 1 0 0 1 0 0 0 4 77. No se ofrece grado 0 1 0 19 2 0 2 2 0 1 23 58. Escuela lejos 0 9 1 13 0 0 2 2 0 4 53 89. No hay profesores 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 4 410. Falta de seguridad 0 1 0 0 0 0 1 4 0 0 7 111. Por embarazo 0 10 0 6 0 14 2 0 0 22 5 5912. Por cuidado de niños 0 12 1 11 0 25 7 0 0 24 4 8413. Problemas familiares 0 26 6 11 2 1 4 5 0 15 10 8014. Falta de dinero 0 461 64 24 7 1 2 0 0 15 3 57715. Otra 0 5 1 11 0 0 1 0 0 41 42 101Observaciones 1 665 99 240 14 45 100 14 2 798 166

04

3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.23 Educación secundaria Caracterización

% aporte Tiempo al% privado % en escuela Numero de % repitentes a escuela Evaluación centro % transporte

% público con subsidio autónoma faltas en trabajo calidad [0-5] escolar público

Total 76.3 39.4 45.8 0.7 6.0 2.5 2.0 23.4 24.1

Quintiles1 92.8 82.2 49.1 0.6 6.7 1.8 1.9 34.5 16.92 90.2 68.3 47.3 0.6 6.6 2.4 2.0 30.4 21.53 85.5 47.4 48.5 0.4 5.9 2.7 1.9 24.1 18.64 75.0 35.6 48.3 0.9 6.4 1.4 1.9 20.7 26.55 56.0 33.1 38.9 0.8 5.2 3.9 2.1 17.5 30.4

Pobres extremos 94.5 86.6 50.8 0.7 5.2 0.2 1.9 35.0 13.3Pobres moderados 89.7 62.3 46.1 0.5 6.2 2.6 1.9 29.1 19.8

Pobres 90.7 65.3 47.0 0.5 6.0 2.1 1.9 30.4 18.5No pobres 69.9 35.8 45.2 0.8 6.0 2.7 2.0 20.2 26.6

Rural 88.8 63.7 47.2 0.5 4.7 3.0 1.9 41.5 33.4Urbano 71.1 35.4 45.2 0.8 6.6 2.3 2.0 15.7 20.2

Managua 71.2 33.0 50.8 1.0 7.8 3.2 1.9 18.3 31.7Pacífico 77.4 31.0 44.3 0.6 5.4 2.3 2.0 21.3 23.0Central 80.7 60.5 45.6 0.6 5.3 2.3 2.0 28.2 21.5

Atlántico 76.3 40.5 35.9 0.5 4.8 1.9 1.9 31.8 12.2

Indígenas 65.8 43.9 20.1 0.7 6.8 5.2 1.9 38.6 9.5Resto 76.8 38.7 47.1 0.7 5.9 2.2 2.0 22.6 24.7

Observaciones 2862 623 2867 2772 2867 2866 2857 2866 2867Observaciones expandidas 435450 103008 436060 419622 436060 436044 434735 435884 436060

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

93

Cuadro 4.24 Educación secundaria Incidencia distributiva

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 10.7 26.2 25.5 0.82 18.4 45.1 43.8 0.83 25.6 62.8 61.0 0.84 26.2 64.3 62.5 0.65 19.2 47.0 45.7 0.2

Promedio 100.0 245.4 47.7 0.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.25 Educación secundaria Descomposición de los resultados de incidencia distributiva

1 2 3 4 5 TotaJóvenes [13-17] (% del total) 22.3 23.6 20.0 18.1 15.9 100.0Tasa de asistencia secundario 17.4 30.7 52.3 65.0 75.7 45.5Tasa de asistencia pública 92.3 89.4 87.1 73.4 56.7 76.3Incidencia estimada 10.4 18.6 26.3 25.0 19.7 100.0Diferencia -9.6 -1.4 6.3 5.0 -0.3 0.0Efectos 1. Usuario potencial 1.8 3.4 0.5 -1.6 -4.0 0.0 2. Asistencia -13.9 -7.3 3.3 7.9 10.1 0.0 3. Público 2.4 2.5 2.5 -1.2 -6.2 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

94

Cuadro 4.26 Descomposición regional de los resultados de incidencia distributiva Educación secundaria

1 2 3 4 5 TotaDistribución de jóvenes

Managua 7.2 11.3 21.5 26.2 33.9 100.0Pacífico 15.0 27.6 23.8 20.4 13.2 100.0Central 34.2 24.0 16.7 13.7 11.5 100.0

Atlántico 29.9 30.3 18.1 13.4 8.3 100.0Nicaragua 22.3 23.6 20.0 18.1 15.9 100.0

Tasa de asistenciaManagua 33.1 33.0 63.8 75.3 77.1 67.4Pacífico 22.3 35.6 58.2 67.6 79.5 51.3Central 13.6 29.7 45.0 58.3 76.0 36.0

Atlántico 10.1 22.6 34.4 47.0 56.0 27.1Nicaragua 17.4 30.7 52.3 65.0 75.7 45.5

Tasa de asistencia públicaManagua 100.0 78.5 87.2 66.7 59.2 70.6Pacífico 91.5 93.5 91.3 71.4 49.0 77.7Central 90.5 89.2 82.7 85.6 61.4 80.5

Atlántico 87.1 86.0 80.5 74.2 54.0 76.6Nicaragua 92.3 89.4 87.1 73.4 56.7 76.3

Incidencia estimadaManagua 5.2 6.4 26.0 28.7 33.7 100.0Pacífico 7.7 23.0 31.7 24.7 12.9 100.0Central 14.6 21.9 21.4 23.6 18.5 100.0

Atlántico 12.7 28.3 24.2 22.6 12.2 100.0Nicaragua 10.4 18.6 26.3 25.0 19.7 100.0

Comparación Managua-Atlántico1 2 3 4 5 Tota

Incidencia estimadaAtlántico 12.7 28.3 24.2 22.6 12.2 100.0Managua 5.2 6.4 26.0 28.7 33.7 100.0Diferencia 7.5 22.0 -1.9 -6.1 -21.6

Efectos 1. Usuario potencial 15.4 17.3 1.8 -10.4 -24.1 2. Asistencia -6.6 3.0 -1.9 1.3 4.2 3. Público -1.4 1.6 -1.6 3.1 -1.7

l

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

95

Cuadro 4.27 Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Comparación Nicaragua-Honduras Educación secundaria

1 2 3 4 5 TotaDistribución de jóvenes

Nicaragua 22.3 23.6 20.0 18.1 15.9 100.0Honduras 20.2 21.2 19.1 20.3 19.2 100.0Diferencia 2.1 2.4 0.9 -2.2 -3.2

Tasa de asistenciaNicaragua 17.4 30.7 52.3 65.0 75.7 45.5Honduras 7.2 21.2 38.8 61.3 78.0 41.3Diferencia 10.2 9.5 13.5 3.7 -2.2 4.1

Tasa de asistencia públicaNicaragua 92.3 89.4 87.1 73.4 56.7 76.3Honduras 77.8 82.7 84.3 80.9 53.0 71.4Diferencia 14.5 6.7 2.8 -7.5 3.7 4.9

Incidencia estimadaNicaragua 10.4 18.6 26.3 25.0 19.7 100.0Honduras 3.9 12.8 21.5 34.6 27.2 100.0Diferencia 6.5 5.9 4.8 -9.7 -7.5

Efectos 1. Usuario potencial 0.9 2.3 2.1 -2.1 -3.3 2. Asistencia 4.5 2.7 2.4 -4.2 -5.4 3. Público 1.0 0.9 0.3 -3.4 1.2

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 4.28 Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Nicaragua, 1993-2005 Educación secundaria

1 2 3 4 5 TotaDistribución de jóvenes

1993 21.6 21.0 21.2 18.7 17.5 100.02005 22.3 23.6 20.0 18.1 15.9 100.0

Diferencia 0.8 2.5 -1.2 -0.5 -1.5Tasa de asistencia

1993 3.7 12.6 19.9 38.2 47.0 23.02005 17.4 30.7 52.3 65.0 75.7 45.5

Diferencia 13.7 18.1 32.4 26.8 28.7 22.4Tasa de asistencia pública

1993 99.1 63.7 74.6 75.5 62.3 70.12005 92.3 89.4 87.1 73.4 56.7 76.3

Diferencia -6.7 25.7 12.6 -2.1 -5.6 6.2Incidencia estimada

1993 4.9 10.4 19.5 33.4 31.7 100.02005 10.4 18.6 26.3 25.0 19.7 100.0

Diferencia 5.5 8.2 6.8 -8.5 -12.0Efectos 1. Usuario potencial 0.5 2.0 -0.8 0.0 -1.6 2. Asistencia 6.0 2.1 5.0 -6.3 -6.8 3. Público -0.9 4.1 2.5 -2.2 -3.5

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

96

Cuadro 4.29 Educación técnica Incidencia distributiva

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 4.5 2.9 2.9 0.12 8.6 5.6 5.4 0.13 19.5 12.7 12.3 0.24 30.4 19.7 19.2 0.25 36.9 23.9 23.2 0.1

Promedio 100.0 64.7 12.6 0.1 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.30 Educación universitaria Tasas de asistencia

Edad 18 19 20 21 22 23 24 25 [19-25]

Total 10.8 12.8 12.3 13.5 9.3 10.7 8.0 5.5 10.5

Quintiles1 0.0 0.2 0.5 2.5 0.5 0.0 0.9 1.7 0.92 1.6 0.6 2.5 0.1 3.8 3.0 1.4 0.0 1.73 3.8 6.9 7.4 10.0 5.6 5.8 1.8 7.0 6.44 13.9 15.7 14.9 15.8 11.4 13.8 4.0 3.9 11.85 33.6 37.7 35.9 37.6 24.8 27.5 26.5 12.5 29.2

Pobres extremos 0.0 0.0 0.6 1.0 0.0 0.0 1.4 1.4 0.6Pobres moderados 1.8 1.3 2.4 2.4 3.7 2.2 1.0 0.7 2.0

Pobres 1.3 0.9 1.8 1.9 2.7 1.6 1.1 0.9 1.6No pobres 18.2 21.9 20.5 21.8 14.4 17.0 13.1 9.1 17.2

Rural 3.0 5.5 4.5 4.8 3.7 3.3 1.9 4.6 4.1Urbano 17.0 18.3 17.4 19.2 12.8 14.8 12.2 6.2 14.8

Managua 17.7 19.7 14.2 18.0 9.9 14.3 12.2 7.2 14.1Pacífico 13.8 10.4 17.1 17.2 9.9 8.4 9.1 5.6 11.3Central 5.8 13.4 8.9 9.4 9.4 13.1 4.5 5.3 9.2

Atlántico 1.8 2.6 3.3 3.5 5.4 3.2 4.9 2.3 3.6

Indígenas 2.1 4.9 4.2 4.9 7.3 6.5 3.9 6.1 5.3Resto 10.9 13.4 12.7 13.8 9.4 11.0 8.5 5.6 10.8

Observaciones 806 763 783 691 726 733 665 613 4974Observaciones expandidas 120681 115977 116112 107493 106786 110800 104221 84362 745751

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.31 Educación universitaria

Público no autónomo 0.4Escuela/centro autónomo 32.8Privado subvencionado 18.1Privado no subvencionado 48.7Total 100.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

97

Cuadro 4.32 Educación universitaria Razones de no asistencia (jóvenes entre 19 y 25 años) Número de observaciones

Pobre Area[19,25] extremo no extremo Pobre No Pobre Rural Urbano

1. Por edad 14 5 6 11 3 10 42. No le interesa 531 100 221 321 210 318 2133. Terminó estudios 42 1 1 2 40 8 344. Labores domésticas 175 40 66 106 69 114 615. Trabajo/labores campo 939 209 345 554 385 525 4146. No hay cupo 6 1 1 2 4 2 47. No se ofrece grado 35 6 17 23 12 32 38. Escuela lejos 34 13 14 27 7 32 29. No hay profesores 3 0 2 2 1 3 010. Falta de seguridad 5 3 1 4 1 5 011. Por embarazo 60 6 24 30 30 25 3512. Por cuidado de niños 258 53 102 155 103 131 12713. Problemas familiares 56 8 16 24 32 17 3914. Falta de dinero 587 99 227 326 261 266 32115. Otra 71 7 20 27 44 30 41Total 2816 551 1063 1614 1202 1518 1298 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 4.33 Educación universitaria (jóvenes entre 19 y 25 años) Razones de no asistencia, y razones para volver a la escuela Número de observaciones

Programa Regalo Programa Guardería Mejores Más Terminó En ningún Totalalimentos Becas útiles adultos Créditos niños horarios seguridad estudios caso Otros [18,23]

1. Por edad 0 1 0 11 0 0 0 0 0 2 0 12. No le interesa 0 22 0 16 2 3 2 1 0 483 4 5333. Terminó estudios 0 2 0 0 1 0 0 0 33 6 0 44. Labores domésticas 0 29 2 40 1 10 18 0 1 72 2 1755. Trabajo/labores campo 0 209 16 191 3 6 155 3 3 340 11 9376. No hay cupo 0 2 0 1 0 0 0 1 0 0 27. No se ofrece grado 0 3 0 14 0 0 1 0 0 2 15 358. Escuela lejos 0 5 1 12 0 0 0 0 0 0 16 349. No hay profesores 0 0 0 2 0 0 0 0 0 0 110. Falta de seguridad 0 2 0 1 0 0 0 1 0 0 111. Por embarazo 0 16 0 6 2 13 4 0 0 9 10 6012. Por cuidado de niños 0 44 3 32 1 55 13 1 1 104 4 25813. Problemas familiares 0 28 1 2 2 4 5 0 0 11 3 514. Falta de dinero 0 479 26 34 10 1 4 1 0 24 9 58815. Otra 0 6 0 5 1 0 2 0 1 29 27 7Observaciones 0 848 49 367 23 92 204 8 39 1082 105

4

2

6

35

6

1

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

98

Cuadro 4.34 Educación universitaria Caracterización

Tiempo al% privado Evaluación centro % transporte

% público con subsidio calidad [0-5] escolar público

Total 33.2 27.1 2.3 47.2 82.3

Quintiles1 32.7 65.2 2.1 48.1 69.52 38.1 65.9 2.4 49.5 85.03 42.8 24.4 2.2 55.7 89.94 37.1 27.2 2.3 55.1 78.65 30.0 25.0 2.3 43.1 82.3

Pobres extremos 42.5 26.0 2.0 29.4 57.5Pobres moderados 37.4 61.6 2.3 50.6 83.5

Pobres 37.9 58.4 2.3 48.6 80.9No pobres 32.9 25.3 2.3 47.1 82.4

Rural 35.9 27.1 2.3 66.5 87.6Urbano 32.7 27.1 2.3 44.0 81.4

Managua 28.1 24.4 2.2 38.9 87.2Pacífico 38.5 21.3 2.3 49.0 82.6Central 32.0 37.7 2.3 60.6 77.0

Atlántico 49.8 40.0 2.2 42.7 61.6

Indígenas 40.0 32.9 2.1 31.6 62.8Resto 33.8 27.7 2.3 47.4 82.9

Observaciones 705 470 703 695 698Observaciones expandidas 127476 85188 126921 126038 126317

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.35 Educación universitaria Incidencia distributiva

Estructura Gasto Gasto p/c % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 1.1 11.1 10.8 0.32 4.0 41.6 40.4 0.83 14.0 146.9 142.8 1.94 23.1 242.4 235.7 2.25 57.9 608.7 591.8 2.5

Promedio 100.0 1050.6 204.3 2.0 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 4.36 Educación universitaria Descomposición de los resultados de incidencia distributiva

1 2 3 4 5 TotaJóvenes [18-25] (% del total) 17.9 19.4 22.0 20.2 20.5 100.0Tasa de asistencia universidad 0.6 1.9 6.6 14.2 33.0 11.6Tasa de asistencia pública 21.1 31.5 42.4 36.4 28.0 31.9Incidencia estimada 0.6 3.2 16.6 28.4 51.2 100.0Diferencia -19.4 -16.8 -3.4 8.4 31.2 0.0Efectos 1. Usuario potencial -1.0 -0.4 1.6 -0.2 0.0 0.0 2. Asistencia -14.8 -16.2 -10.3 5.4 36.0 0.0 3. Público -3.4 -0.2 5.4 3.1 -4.8 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

99

Cuadro 4.37 Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Comparación Nicaragua-Honduras Educación universitaria

1 2 3 4 5 TotaDistribución de jóvenes

Nicaragua 17.9 19.4 22.0 20.2 20.5 100.0Honduras 16.1 18.1 20.5 22.4 22.9 100.0Diferencia 1.7 1.3 1.6 -2.2 -2.4

Tasa de asistenciaNicaragua 0.6 1.9 6.6 14.2 33.0 11.6Honduras 0.0 0.5 1.7 4.8 25.8 7.7Diferencia 0.6 1.4 4.9 9.4 7.2 3.9

Tasa de asistencia públicaNicaragua 21.1 31.5 42.4 36.4 28.0 31.9Honduras 100.0 100.0 85.6 97.3 74.4 79.1Diferencia -78.9 -68.5 -43.2 -60.9 -46.4 -47.1

Incidencia estimadaNicaragua 0.6 3.2 16.6 28.4 51.2 100.0Honduras 0.0 1.7 5.0 18.0 75.3 100.0Diferencia 0.6 1.5 11.6 10.3 -24.1

Efectos 1. Usuario potencial 0.1 0.4 1.5 -0.4 -1.6 2. Asistencia 0.8 1.6 7.5 11.4 -21.3 3. Público -0.2 -0.5 2.5 -0.6 -1.1

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.38 Educación Incidencia por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalEstructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Educación - GPS 17.9 18.6 20.0 19.9 23.6 100.0 Educación - ERP 24.5 24.4 22.6 18.7 9.8 100.0Gasto (millones de córdobas) Educación - GPS 662 688 740 735 871 3696 Educación - ERP 623 620 573 474 249 2540Gasto por habitante (córdobas) Educación - GPS 644 669 720 714 847 719 Educación - ERP 606 602 557 461 243 494Gasto como % del consumo Educación - GPS 20.5 12.8 9.7 6.5 3.6 7.2 Educación - ERP 19.3 11.6 7.5 4.2 1.0 4.9 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

100

Cuadro 4.39 Educación Incidencia por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos moderados total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0 Educación - GPS 13.1 29.0 42.2 57.8 100.0 Educación - ERP 18.1 38.0 56.1 43.9 100.0Gasto (millones de córdobas) Educación - GPS 486 1073 1559 2137 3696 Educación - ERP 459 966 1425 1115 2540Gasto por habitante (córdobas) Educación - GPS 637 666 657 772 719 Educación - ERP 602 600 600 403 494Gasto como % del consumo Educación - GPS 22.0 12.8 14.7 5.2 7.2 Educación - ERP 20.7 11.5 13.4 2.7 4.9 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.40 Indices de concentración Intervalos de confianza

Intervalo confianza 95%Indice desvío coef. var. Límite inf. Límite sup.

Pre-escolar -7.7 1.0 -0.13 -9.3 -4.7Primaria pública -20.1 0.4 -0.02 -20.9 -19.5Primaria privada subsidiada 51.0 1.9 0.04 47.2 53.9Secundaria pública 10.0 0.7 0.07 8.8 11.2Secundaria privada subsidiada 35.6 2.0 0.06 31.6 38.9Adultos -32.5 2.0 -0.06 -37.4 -29.7Educación técnica 32.6 6.1 0.19 19.7 44.3Universidades públicas 56.8 1.4 0.03 53.9 59.3Subsidio privado superior 57.0 2.2 0.04 52.6 61.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 4.41 Educación Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo

Indice de Indice de Gasto ImpactoConcentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)Consumo 40.1 -Pre-escolar -7.7 47.7 0.1 0.03Primaria pública -20.1 60.2 2.7 1.62Primaria privada subsidiada 51.0 -10.9 0.1 -0.01Secundaria pública 10.0 30.0 0.5 0.14Secundaria privada subsidiada 35.6 4.5 0.0 0.00Adultos -32.5 72.6 0.2 0.15Educación técnica 32.6 7.5 0.1 0.01Universidades públicas 56.8 -16.7 1.9 -0.32Subsidio privado superior 57.0 -16.9 0.1 -0.02Total GPS 5.4 34.7 7.2 2.48Total ERP -15.0 55.0 4.9 2.71 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

101

Cuadro 4.42 Educación Comparación con Honduras Estructura porcentual

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalNicaragua Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Educación - GPS 17.9 18.6 20.0 19.9 23.6 100.0 Educación - ERP 24.5 24.4 22.6 18.7 9.8 100.0Honduras Consumo 4.7 8.5 13.8 21.9 51.1 100.0 Educación - GPS 17.9 18.6 18.5 20.9 24.0 100.0 Educación - ERP 21.8 22.0 21.4 21.0 13.9 100.0

Indices de concentraciónNicaragua Honduras

Consumo 40.1 45.9Pre-escolar -7.7 -8.3Primaria -20.1 -17.1Secundaria 10.0 29.0Adultos -32.5 -22.8Universidad 56.8 70.2Total GPS 5.4 6.5Total ERP -15.0 -7.0 Fuente: Elaboración propia en base a Gasparini et al. (2005).

102

Cuadro 5.1 Indicadores de la situación del sector salud Nicaragua

Nicaragua Honduras

1.Estado de SaludAños de esperanza de vida (hombres) 67 65Años de esperanza de vida (mujeres) 71 70Tasa de mortalidad infantil por cada 1000 nacidos vivos 31 31

2.Gasto en salud

Gasto total en salud como % del PBI 7.7 7.1Gasto per capita en U$S 208 184Gasto publico per capita en U$S 101 104

3.Disponibildiad de recursos humanos

Cantidad de medicos 2,045 3,676 Medicos cada 1000 hab 0.374 0.569 Ewnfermeras 5,862 8,333 Enfermeras cada 1000 hab 1.072 1.291 Dentistas 243 1,371 Dentistas cada 1000 hab 0.044 0.212

Fuente: Elaboración propia sobre la base de World Health Statistics 2006 y The World Health Report 2006 Edition.

Cuadro 5.2 Distribución por programa del gasto público en salud Nicaragua, 2005 Gasto público social

millones C$ %Total 2,750 100.0 Promoción, prevención, educación y comunicación de la salud 256 9.3 Servicios de atención médica pública 1,745 63.4 Servicios de salud ambiental 3 0.1 Actividades centrales y comunes 656 23.8 Otros 91 3.3

ERPmillones C$ %

Total 2,165 100.0 Promoción, prevención, educación y comunicación de la salud 128 5.9 Servicios de atención médica 1,857 85.8 Servicios de salud ambiental 3 0.1 Actividades centrales y comunes 113 5.2 Otros 65 3.0

Fuente: Elaboración propia sobre la base de información suministrada por el MHCP e INSS

103

Cuadro 5.3 Campañas de información Tasa de cobertura Proporción de individuos cuyos hogares declaran recibir reciben información sobre salud

%

Total 68.0

Quintiles1 58.2 64.3 70.4 73.5 73.

Pobre extremo 58.0Pobre no extremo 64.9

Pobres 62.7No Pobres 72.6

Rural 54.4Urbano 78.8

Managua 78.5Pacifico 71.1Central 63.6

Atlantico 53.5

Indígenas 75.5Resto 67.8

Observaciones 36550

93451

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.4 Servicios de promoción, prevención, educación y comunicación de la salud Incidencia

Campañas de información

Vacunas Servicios de prevención

% % % GPS ERP GPS ERP GPS ERP(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii) (viii) (ix)

1 17.4 25.9 19.9 51.0 25.5 49.7 24.9 1.6 0.82 19.0 22.3 20.3 52.1 26.0 50.8 25.4 1.0 0.53 20.7 20.9 21.5 55.0 27.5 53.6 26.8 0.7 0.44 21.6 17.5 20.5 52.6 26.3 51.3 25.6 0.5 0.25 21.3 13.4 17.7 45.4 22.7 44.3 22.1 0.2 0.1

Promedio 100.0 100.0 100.0 256.0 128.0 49.9 25.0 0.5 0.2

Gasto Gasto por habitante % del consumo

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 5.5 Servicios de promoción, prevención, educación y comunicación de la salud Índice de concentración

Campañas de información

Vacunas Servicios de prevención

Indice 4.73 -12.74 -1.50error estándar 0.26 1.74 0.40coef. var. 0.06 -0.14 -0.27Intervalo confianzaLímite inf. 4.20 -9.96 -2.32Límite sup. 5.23 -16.95 -0.78 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

104

Cuadro 5.6 Vacunas Tasa de cobertura de los individuos

Proporción de niños menores de 6

añosProporción de

niños vacunados

Proporción de niños vacunados

en el año 2005(i) (ii) (iii)

Total 12.7 94.9 11.1

Quintiles de consumo1 16.4 92.4 10.72 14.3 95.2 9.93 12.6 94.8 13.44 11.6 96.9 12.55 8.7 96.9 9.0

Pobre extremo 16.4 94.3 10.7Pobre no extremo 14.6 92.9 10.3Pobres 15.2 93.4 10.5No Pobres 10.6 96.7 12.0

Rural 11.0 92.5 12.5Urbano 10.1 97.0 9.9

RegiónManagua 11.9 100.0 7.8Pacifico 11.8 94.5 11.9Central 12.7 94.0 12.0Atlantico 16.3 92.3 12.8Observaciones 5013 1727 488

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.7 Vacunas Cobertura del programa de vacunación

Cumplimiento del calendario de vacunación

Cantidad de dosis recibidas durante

2005(i) (ii)

Total 3.9 1.6

Quintiles de consumo1 3.42 3.83 4.04 2.95 6.0

Pobre extremo 3.7 1.7Pobre no extremo 3.5 1.7Pobres 3.6 1.7No Pobres 4.2 1.5

Rural 3.4 1.6Urbano 4.3 1.5

RegiónManagua 5.2 1.7Pacifico 3.5 1.5Central 2.8 1.7Atlantico 4.6 1.4Observaciones 4943 487

1.61.81.41.31.9

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

105

Cuadro 5.8 Vacunas Comparación de la incidencia distributiva con Honduras Quintiles Nicaragua Honduras

% %1 25.9 26.52 22.3 22.13 20.9 21.64 17.5 17.75 13.4 12.0

Promedio 100.00 100.00 Fuente: Elaboración propia sobre la base de EMNV 2005 y Gasparini et al (2005)

Cuadro 5.9 Diarreas Incidencia y cobertura pública

Proporción de niños menores de 6

años

Proporción de niños con diarrea

Proporción de niños que

consultaron

Cantidad de consultas

Atención en establecimiento

publico(i) (ii) (iii) (iv) (v)

Total 12.7 25.6 70.8 1.0 54.6

Quintiles de consumo1 16.4 25.7 58.8 0.8 55.92 14.3 24.6 74.7 1.0 63.63 12.6 27.7 69.5 1.0 62.54 11.6 26.3 76.5 1.1 43.95 8.7 23.1 84.1 1.4 38.2

Pobre extremo 16.4 26.5 56.8 0.7 54.4Pobre no extremo 14.6 25.1 72.9 1.0 64.4

Pobres 15.2 25.6 67.0 0.9 60.8No Pobres 10.6 25.6 75.6 1.1 46.9

Rural 11.0 27.3 63.9 0.9 55.2Urbano 10.1 24.0 78.0 1.2 54.0

Managua 11.9 25.6 81.0 1.3 49.1Pacifico 11.8 23.8 75.2 1.1 53.7Central 12.7 22.8 67.6 0.8 60.7

Atlantico 16.3 33.3 60.5 0.9 53.4

Indígenas 18.2 42.9 70.5 1.0 66.8Resto 12.5 24.4 71.3 1.0 53.3

Observaciones 5013 1300 809 1300 720

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

106

Cuadro 5.10 Diarreas Costos de oportunidad y monetarios de recibir tratamiento

Minutos en llegar al establecimiento

Gasto en transporte

Tiempo de espera

Gasto por consulta

Gasto en medicamentos

Gasto total por diarreas

(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi)

Total 35.5 10.0 57.8 52.7 97.1 159.9

Quintiles de consumo1 49.7 4.3 56.1 23.3 33.1 60.72 33.2 7.0 56.1 17.6 57.9 82.63 35.7 6.1 67.2 15.2 94.0 115.34 26.6 18.3 54.0 92.1 124.2 234.65 29.7 17.6 55.1 94.5 187.1 299.2

Pobre extremo 52.3 2.4 57.9 11.2 32.5 46.1Pobre no extremo 35.0 6.9 59.6 20.6 67.6 95.1Pobres 40.3 5.5 59.1 18.7 56.6 80.8No Pobres 30.3 14.9 56.5 79.6 128.5 222.9

Rural 55.1 10.3 56.5 40.6 82.5 133.5Urbano 19.3 9.8 59.0 59.3 107.9 177.0

RegiónManagua 22.3 17.3 62.0 36.1 117.9 171.3Pacifico 26.8 7.5 54.7 69.5 98.0 175.0Central 53.9 7.6 60.8 79.7 88.2 175.6Atlantico 39.6 7.2 52.6 38.0 84.5 129.8Observaciones 877 249 877 139 599 599

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.11 Servicios de atención médica pública Incidencia

Atención pública de diarreas

Servicios Médicos Públicos

Partos en establecimientos públicos

% % %1 26.7 19.2 24.72 25.2 22.2 26.13 24.6 22.8 19.84 15.0 20.2 20.35 8.6 15.6 9.1

Promedio 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.12 Servicios de atención médica pública

Atención de diarreas

Servicios Médicos

Partos Atención Médica

Indice -20.33 -3.95 -15.82 -7.46error estándar 1.21 0.63 1.06 0.57coef. var. -0.06 -0.16 -0.07 -0.08Intervalo confianzaLímite inf. -17.82 -2.71 -18.39 -8.61Límite sup. -22.31 -5.15 -13.57 -6.42

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

107

Cuadro 5.13 Diarreas Descomposiciones

1 2 3 4 5 TotaNiños [0-6] (% del total) 25.9 22.5 19.8 18.2 13.6 100.0Tasa de consulta 58.8 74.7 69.5 76.5 84.1 70.8Tasa de consulta pública 92.4 83.7 88.5 55.0 48.3 76.1Incidencia estimada 26.3 26.3 22.8 14.3 10.3 100.0Diferencia 6.3 6.3 2.8 -5.7 -9.7 0.0Efectos 1. Usuario potencial 5.6 2.4 -0.5 -1.7 -5.8 0.0 2. Consulta -4.4 1.2 -0.5 1.2 2.5 0.0 3. Público 5.0 2.7 3.7 -5.1 -6.3 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.14 Servicios generales de atención médica Necesidad y cobertura

Proporción de personas con

necesidades de atención médica

Proporción de personas que

consultaron por enfermedad

Cantidad de Consultas

Consulta en establecimineto

público

(i) (ii) (iii) (iv)

Total 45.7 43.5 0.6 63.7

Quintiles de consumo1 44.7 32.1 0.4 89.22 44.7 40.8 0.6 81.73 46.8 44.1 0.6 72.54 47.3 47.0 0.7 55.25 45.0 52.5 0.9 38.8

Pobre extremo 43.9 31.9 0.4 89.6Pobre no extremo 45.3 39.2 0.5 82.1

Pobres 44.8 36.9 0.5 84.1No Pobres 46.4 48.7 0.7 52.1

Rural 47.8 38.8 0.5 76.5Urbano 44.0 47.4 0.7 55.3

RegiónManagua 44.5 46.1 0.7 45.1Pacifico 43.1 46.6 0.7 64.6Central 47.7 41.7 0.6 74.5

Atlantico 48.8 37.2 0.5 76.4

Indígenas 48.1 45.0 0.7 79.0Resto 45.7 43.5 0.6 62.7

Observaciones 15716 6498 7004 5146

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

108

Cuadro 5.15 Servicios generales de atención médica Costos de oportunidad y monetarios de recibir tratamiento

Minutos en llegar al establecimiento

Gasto en transporte

Tiempo de espera

Gasto por consulta

Gasto en medicamentos

Gasto total por consultas

(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi)

Total 43.9 15.8 58.4 242.2 117.2 375.2

Quintiles de consumo1 65.3 7.8 62.4 23.0 35.5 66.22 46.6 9.5 65.7 704.6 56.8 771.03 43.2 14.3 60.5 55.6 87.2 157.14 38.4 17.4 55.1 404.4 125.3 547.25 35.9 24.4 52.5 124.3 251.7 400.4

Pobre extremo 64.0 5.0 60.2 20.5 31.4 56.9Pobre no extremo 48.5 10.3 65.6 484.9 58.1 553.4

Pobres 52.7 8.9 64.2 391.8 50.5 451.2No Pobres 38.8 19.8 55.1 201.3 165.6 386.7

Rural 73.0 19.0 62.7 479.8 87.8 586.6Urbano 24.5 13.7 55.5 103.8 141.3 258.7

RegiónManagua 29.8 13.0 62.2 80.7 151.4 245.1Pacifico 29.2 10.9 55.3 364.0 108.1 482.9Central 58.0 15.5 62.1 148.1 106.6 270.1

Atlantico 74.4 35.2 47.3 648.1 106.6 789.9

Indígenas 74.1 47.9 47.3 97.3 124.9 270.2Resto 42.5 14.5 58.8 256.8 117.9 389.3

Observaciones 7091 2481 7094 1552 11612 11612

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.16 Servicios generales de atención médica Descomposiciones regionales

1 2 3 4 5 TotaDistribución de percepción de enfermedad

Managua 2.0 7.9 20.4 30.5 39.2 100.0Pacífico 13.5 21.3 24.8 22.9 17.4 100.0Central 31.4 22.1 17.9 15.2 13.5 100.0

Atlántico 29.3 28.8 18.9 13.9 9.1 100.0Nicaragua 19.1 19.5 20.6 20.8 20.1 100.0

Tasa de consultaManagua 22.1 43.3 42.3 47.4 48.8 46.1Pacífico 33.8 43.9 47.5 48.9 55.6 46.6Central 33.9 39.7 43.1 45.4 57.2 41.7

Atlántico 27.1 37.4 40.9 43.4 51.7 37.2Nicaragua 32.1 40.8 44.1 47.0 52.5 43.5

Tasa de consulta públicaManagua 63.4 68.2 67.4 40.7 34.9 45.5Pacífico 90.7 77.9 71.0 56.5 39.5 64.3Central 90.1 87.5 75.7 66.9 46.2 74.9

Atlántico 90.0 84.0 77.3 69.2 47.6 76.9Nicaragua 89.8 81.7 72.3 54.5 39.7 64.6

Incidencia estimadaManagua 1.3 11.1 27.7 28.1 31.8 100.0Pacífico 13.9 24.3 28.0 21.1 12.7 100.0Central 30.7 24.5 18.7 14.7 11.4 100.0

Atlántico 25.0 31.7 20.8 14.7 7.9 100.0Nicaragua 19.6 23.1 23.4 19.0 14.9 100.0

Comparación Managua-Atlántico1 2 3 4 5 Tota

Incidencia estimadaAtlántico 25.0 31.7 20.8 14.7 7.9 100.0Managua 1.3 11.1 27.7 28.1 31.8 100.0Diferencia 23.6 20.6 -6.8 -13.4 -24.0

Efectos 1. Usuario potencial 20.1 25.1 -2.7 -16.9 -25.5 2. Consulta 2.6 -2.7 -0.2 -1.3 1.7 3. Público 0.9 -1.7 -3.9 4.8 -0.1

l

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

109

Cuadro 5.17 Atención médica de partos Cobertura de controles

Proporción de mujeres en edad

fértil

Proporción de mujeres que

realizaron controles

Proproción de mujeres que

realizaron controles con

personal sanitario

Proproción de mujeres que

realizaron controles en

establecimiento público

(i) (ii) (iii) (iv)

Total 28.5 92.5 99.0 80.8

Quintiles de consumo1 24.4 84.9 97.8 96.22 27.3 91.3 99.0 91.43 28.4 93.3 98.8 84.54 29.8 96.9 99.5 71.35 32.6 98.7 100.0 54.9

Pobre extremo 24.7 83.8 97.1 95.9Pobre no extremo 26.8 90.9 99.0 91.2Pobres 26.1 88.6 98.4 92.7No Pobres 30.5 96.6 99.6 69.1

Rural 25.7 88.0 97.8 91.0Urbano 30.7 96.1 99.9 73.1

RegiónManagua 30.7 96.2 100.0 61.3Pacifico 29.4 95.7 99.7 84.6Central 27.1 91.6 99.7 90.5Atlantico 25.6 83.0 94.2 86.3Observaciones 36550 3171 2872 2871

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.18 Atención médica de partos Cobertura

Proproción de mujeres que cuyo parto fue atendido

por personal sanitario

Proporción de mujeres

que gastaron por el parto

Monto gastado en

el parto

(i) (iv) (v)

Total 81.3 49.6 297.1

Quintiles de consumo1 59.4 34.1 199.32 78.2 44.4 181.33 86.2 50.1 245.44 93.2 59.0 271.55 97.0 70.3 577.0

Pobre extremo 56.1 31.8 220.4Pobre no extremo 77.7 43.7 191.3Pobres 70.6 39.8 198.9No Pobres 92.7 60.5 369.0

Rural 63.2 45.5 248.9Urbano 96.0 53.4 334.4

RegiónManagua 97.8 63.5 248.8Pacifico 90.2 47.0 310.8Central 76.1 46.7 330.8Atlantico 50.7 42.3 293.9Observaciones 3170 1160 525

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

110

Cuadro 5.19 Agregado de Atención Médica Pública Incidencia

Estructura % GPS ERP GPS ERP GPS ERP(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii)

1 20.8 363.6 386.9 354.7 377.3 11.2 12.02 23.1 402.5 428.2 392.6 417.6 7.5 8.03 22.7 396.5 421.9 386.8 411.5 5.2 5.54 19.4 337.8 359.4 329.5 350.5 3.0 3.25 14.0 244.6 260.3 238.6 253.8 1.0 1.1

Promedio 100.0 1745.1 1856.5 340.4 362.2 3.4 3.6

% del consumoGasto por habitanteGasto

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 5.20 Salud Incidencia por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalEstructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Salud - GPS 20.5 22.0 21.9 19.6 16.0 100.0 Salud - ERP 20.7 22.6 22.4 19.5 14.7 100.0Gasto (millones de córdobas) Salud - GPS 564 604 601 540 440 2750 Salud - ERP 448 490 485 422 319 2165Gasto por habitante (córdobas) Salud - GPS 549 588 585 525 428 535 Salud - ERP 436 477 472 410 310 421Gasto como % del consumo Salud - GPS 17.5 11.3 7.9 4.8 1.8 5.3 Salud - ERP 13.9 9.2 6.4 3.8 1.3 4.2 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 5.21 Salud Indices de concentración por programa y para el total de gasto Intervalos de confianza

Intervalo confianza 95%Indice desvío coef. var. Límite inf. Límite sup.

Prevención -1.5 0.4 -0.3 -2.3 -0.8Atención Médica Pública -7.5 0.6 -0.1 -8.6 -6.4Total GPS -5.0 1.0 -0.2 -8.4 -4.0Total ERP -6.7 1.5 -0.2 -9.5 -3.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

111

Cuadro 5.22 Salud Incidencia por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos moderados total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0 Salud - GPS 15.2 33.9 49.1 50.9 100.0 Salud - ERP 15.3 34.9 50.2 49.8 100.0Gasto (millones de córdobas) Salud - GPS 418 934 1351 1399 2750 Salud - ERP 331 755 1087 1078 2165Gasto por habitante (córdobas) Salud - GPS 548 580 569 505 535 Salud - ERP 435 469 458 389 421Gasto como % del consumo Salud - GPS 18.9 11.1 12.7 3.4 5.3 Salud - ERP 15.0 9.0 10.2 2.6 4.2 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 5.23 Salud Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo

Indice de Indice de GPS ImpactoConcentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)Consumo 40.1 -Prevención -1.5 41.6 0.5 0.21Atención Médica Pública -7.5 47.5 3.4 1.61Total GPS -5.0 45.1 5.3 2.40Total ERP -6.7 46.8 4.2 1.96 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 5.24 Salud Comparación con Honduras Estructura porcentual

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalNicaragua Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Salud - GPS 20.5 22.0 21.9 19.6 16.0 100.0 Salud - ERP 20.7 22.6 22.4 19.5 14.7 100.0Honduras Consumo 4.7 8.5 13.8 21.9 51.1 100.0 Salud - ERP 19.3 21.2 22.7 20.7 16.1 100.0 Salud- ERP 20.7 22.1 23.3 19.8 14.1 100.0

Indices de concentraciónNicaragua Honduras

Consumo 40.1 45.9

Atención Médica Hospitalaria -7.5 0.3

Total GPS -5.0 -3.0Total ERP -6.7 -6.6 Fuente: Elaboración propia en base a EMNV 2005 y Gasparini et al. (2005).

112

Cuadro 6.1 Programas sociales sobre servicios públicos y vivienda Caracterización (porcentajes)

ViviendaTitulación

Total Sector Pub. Total Sector Pub. Total Total Sector Pub.

Total 4,5 2,2 12,5 11,6 0,9 1,1 0,4

Quintiles 1 0,6 0,4 2,9 2,5 0,2 2,0 0,32 1,9 1,0 5,9 5,2 0,5 1,5 0,53 5,2 2,5 10,4 10,1 1,0 0,8 0,44 7,8 3,9 17,5 16,4 1,9 1,1 0,85 5,2 2,5 19,1 17,7 0,9 0,4 0,2

Pobres Extrem os 0,5 0,2 2,3 1,7 0,2 2,2 0,5Pobres M oderados 2,4 0,9 6,3 5,7 0,3 1,3 0,3

Pobres 1,8 0,7 5,2 4,6 0,3 1,5 0,4No Pobres 6,1 3,1 16,8 15,8 1,3 0,8 0,5

Rural 0,9 0,5 2,2 1,8 0,2 1,5 0,4Urbano 7,1 3,4 19,8 18,6 1,4 0,7 0,5

M anagua 10,0 4,8 21,3 20,3 2,7 0,2 0,2Pacífico 3,8 1,6 11,4 11,0 0,2 0,6 0,2Central 1,6 1,0 6,7 5,8 0,4 2,5 0,9

Atlántico 2,2 1,5 11,3 9,9 0,4 0,4 0,3

Indígenas 3,1 1,2 19,5 18,1 0,0 0,5 0,0Resto 4,4 2,2 12,1 11,3 1,0 1,1 0,4

Observaciones 6861 6861 6861 6861 6861 6861 6861Observaciones expandidas 984721 984721 984721 984721 984721 984721 984721

PlanesAlum brado Constr. de Calles

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005

Cuadro 6.2 Eliminación de residuos domésticos Caracterización (porcentajes)

1 2 3 4 5 6 7 8 9

Total 42,5 0,5 30,7 4,7 19,3 0,7 1,0 0,7 0,0

Quintiles 1 6,0 0,0 43,0 6,3 42,0 1,6 0,0 1,1 0,02 22,7 0,2 40,5 4,9 29,3 1,1 0,5 0,8 0,13 35,6 0,4 36,7 6,3 18,4 0,8 0,7 1,2 0,04 51,7 0,8 27,8 4,3 13,0 0,5 1,4 0,4 0,05 71,2 0,6 16,3 3,0 6,8 0,1 1,7 0,2 0,1

Pobres Extremos 4,9 0,0 42,6 6,3 43,9 1,3 0,0 1,1 0,0Pobres Moderados 22,5 0,1 40,7 5,1 29,1 1,3 0,3 1,0 0,0

Pobres 17,5 0,1 41,2 5,4 33,3 1,3 0,2 1,0 0,0No Pobres 57,2 0,7 24,4 4,3 11,1 0,4 1,5 0,5 0,1

Rural 1,3 0,2 50,0 7,9 37,8 1,3 0,0 1,5 0,0Urbano 71,9 0,7 16,8 2,5 6,1 0,3 1,7 0,1 0,1

Managua 75,6 0,5 14,8 2,4 4,7 0,0 2,0 0,0 0,0Pacífico 41,2 0,6 42,3 4,8 9,2 0,5 1,0 0,3 0,1Central 28,7 0,3 29,2 5,8 33,3 1,0 0,2 1,5 0,0

Atlántico 11,7 0,5 39,7 6,6 37,7 2,0 0,8 0,9 0,2

Indígenas 18,6 0,6 48,4 6,7 20,2 4,3 1,1 0,1 0,0Resto 44,0 0,5 29,5 4,6 19,1 0,5 1,0 0,7 0,1

Observaciones 2116 39 2442 380 1706 67 53 49 9Observaciones expandidas 418038 4451 301928 46578 190111 6929 9875 6397 414

Recolección de residuos

1.Camión recolector, 2.Contenedor/basurero, 3.La queman, 4.La entierran, 5.La botan al campo, baldío, etc., 6.La botan al río, lago, etc., 7.Pagan para que la boten, 8.Hacen abono orgánico, 9. Otro

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005

113

Cuadro 6.3 Estructura de incidencia. Servicios públicos

% Incidencia % Incidencia % Incidencia

1 0.1 2.8 0.1 4.2 0.8 2.12 0.2 7.5 0.2 8.0 3.7 9.03 0.5 21.7 0.5 15.4 6.6 16.14 0.8 36.9 1.1 30.8 10.6 26.15 0.7 31.1 1.4 41.6 19.3 46.7

Promedio 0.4 100.0 0.6 100.0 8.2 100.0

Recolección de ResiduosAlumbrado Construcción de Calles

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 6.4 Incidencia planes de vivienda

Planes de Estructura Gasto Gasto % delVivienda % Millones C$ C$ por hab. consumo

1 11.1 21.0 20.4 0.62 18.9 35.6 34.7 0.73 18.2 34.3 33.3 0.44 40.6 76.6 74.4 0.75 11.1 20.9 20.3 0.1

Promedio 100.0 188.4 36.6 0.4

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005

Cuadro 6.5 Incidencia titulación de vivienda

Titulación de Estructura Gasto Gasto % delVivienda % Millones C$ C$ por hab. consumo

1 2.3 2.4 2.3 0.12 6.3 6.7 6.5 0.13 14.5 15.4 15.0 0.24 47.7 50.5 49.1 0.45 29.2 31.0 30.1 0.1

Promedio 100.0 105.9 20.6 0.2

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005

Cuadro 6.6 Índices de progresividad

Indice de Indice de Concentración Progresividad

(i) (ii)Consumo 40.1Recolección de Residuos 44.8 -4.7Alumbrado Público 36.4 3.7Construcción de Calles 39.0 1.1Titulación de Vivienda 38.7 1.4Planes de Vivienda 8.8 31.3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005

114

Cuadro 7.1 Agua corriente Caracterización del servicio

(i) (ii) (i) (ii)

Total 66.5 34.3 80.1 33.7

Quintiles 1 26.8 4.5 58.1 5.4 2 48.8 14.1 66.8 9.3 3 60.7 24.8 81.3 23.6 4 77.6 37.2 88.5 39.3 5 88.0 61.4 94.8 70.7

Pobreza Pobres extremos 25.3 4.8 58.9 5.4 Pobres moderados 47.3 14.1 72.4 14.2 No Pobres 79.4 45.9 90.7 51.8

Area

Rural 28.5 6.3 65.8 15.4 Urbano 89.1 50.8 93.8 51.3

Regiones

Managua 96.1 57.3 Pacífico 67.8 28.8 Central 50.0 25.3 Atlántico 24.4 11.4

Agua corriente

Dentro de la vivienda

Nicaragua

Agua corriente

Dentro de la vivienda

Honduras

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 7.2 Agua corriente y Saneamiento Incidencia distributiva

Agua Saneamiento Agua Saneamiento

Quintiles 1 5.0 0.8 17.4 0.0 2.2 2 12.5 4.4 16.0 15.3 8.2 3 17.0 10.8 17.6 5.4 13.3 4 25.4 25.7 32.2 35.2 23.5 5 40.1 58.3 16.8 44.1 52.9 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Pobreza Pobres extremos 3.4 0.2 11.6 0.0 1.5 Pobres moderados 18.9 7.3 30.5 15.3 12.4 Pobres 22.3 7.5 42.1 15.3 13.9 No Pobres 77.7 92.5 57.9 84.7 86.1 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 13.7 0.4 50.8 0.0 9.3 Urbano 86.3 99.6 49.2 100.0 90.7 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Raza

Indígenas 0.8 0.7 0.0 1.1 1.2Resto 99.2 99.3 100.0 98.9 98.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 43.9 65.5 33.9 31.3 49.7 Pacífico 37.9 25.4 15.9 58.1 36.7 Central 14.2 8.3 27.4 10.6 11.2 Atlántico 4.1 0.7 22.8 0.0 2.4 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Mantenimiento Inversión Costo

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

115

Cuadro 7.3 Mantenimiento de la red de Agua corriente Incidencia distributiva

Estructura (%) Gasto Gasto por Habitante % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 5.0 31.7 30.8 1.02 12.5 79.0 76.8 1.53 17.0 107.8 104.8 1.44 25.4 160.6 156.1 1.45 40.1 254.0 246.9 1.1

Promedio 100.0 633.0 123.1 1.2

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 7.4 Mantenimiento de la red de Agua corriente Análisis de incidencia

1 2 3 4 5 TotaHogares (%) 12.2 15.9 19.6 22.5 29.8 100.0Tasa de Cobertura 26.8 48.7 60.7 77.3 87.0 66.2Hs a la semana 134.3 142.3 126.2 128.3 136.1 132.9Incidencia estimada 5.0 12.5 17.0 25.4 40.1 100.0Diferencia -15.0 -7.5 -3.0 5.4 20.1 0.0Efectos 1. Usuario potencial -5.9 -4.5 -1.3 1.5 10.1 0.0 2. Cobertura -9.2 -4.1 -0.7 4.7 9.3 0.0 3. Frecuencia 0.1 1.1 -1.0 -0.8 0.7 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 7.5 Subsidios a la tarifa del servicio Incidencia distributiva

-20 m3 Tarifa fija Jubilados Exentos Total

Quintiles 1 7.0 8.0 2.1 3.9 6.6 2 14.2 15.4 8.2 12.4 14.0 3 20.4 22.4 15.9 19.8 20.7 4 28.0 27.1 23.3 34.9 28.6 5 30.5 27.1 50.5 29.0 30.1 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Pobreza Pobres extremos 4.8 5.6 0.4 2.8 4.5 Pobres moderados 21.1 24.5 16.9 16.9 21.3 Pobres 26.0 30.0 17.3 19.7 25.9 No Pobres 74.0 70.0 82.7 80.3 74.1 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 13.8 27.8 2.3 10.9 17.2 Urbano 86.2 72.2 97.7 89.1 82.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 41.8 47.0 53.7 68.7 48.2 Pacífico 37.1 30.3 37.9 19.2 32.1 Central 17.1 12.4 8.1 8.0 13.8 Atlántico 4.0 10.3 0.2 4.1 5.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

116

Cuadro 7.6 Extensión de la red de Agua corriente Incidencia distributiva

Estructura (%) Gasto Gasto por Habitante % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 17.4 34.9 33.9 1.12 16.0 31.9 31.0 0.63 17.6 35.3 34.3 0.54 32.2 64.3 62.5 0.65 16.8 33.6 32.7 0.1

Promedio 100.0 200.0 38.9 0.4

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 7.7 Saneamiento Caracterización

Managua Pacífico Central Atlántico

Servicio higiénico del hogar

- Excusado o letrina sin tratar 33.4 44.1 39.2 40.6 29.1 41.8 27.4 26.3 32.2 36.2 43.9 - Excusado o letrina con tratamiento 26.5 28.8 33.6 32.2 23.2 34.0 21.2 12.1 34.7 32.2 22.9 - Inodoro, conectado a tubería de aguas negras 21.4 1.0 6.5 4.9 31.0 0.2 36.5 48.6 16.7 11.4 1.1 - Inodoro, conectado a sumidero o pozo séptico 8.0 0.0 3.1 2.3 11.3 2.6 11.8 10.5 9.2 5.4 6.3 - Inodoro, que descarga en río o quebrada 0.1 0.0 0.0 0.0 0.1 0.0 0.1 0.0 0.0 0.2 0.1 - No tiene 10.7 26.1 17.6 20.0 5.2 21.4 3.1 2.6 7.3 14.6 25.7

RegionNo pobre Rural UrbanoTotal Pobre extremo

Pobre moderado Pobre

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 7.8 Mantenimiento de la red de Saneamiento Incidencia distributiva

Estructura (%) Gasto Gasto por Habitante % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 0.8 2.2 2.1 0.12 4.4 11.9 11.6 0.23 10.8 29.3 28.5 0.44 25.7 69.6 67.7 0.65 58.3 158.3 153.9 0.7

Promedio 100.0 271.3 52.8 0.5

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 7.9 Mantenimiento de la red de Saneamiento Análisis de incidencia

1 2 3 4 5 Total 1 2 3 4 5 TotaPoblacion Pot. (%hogares) 12.2 15.9 19.6 22.5 29.8 100.0 15.4 18.2 19.0 21.8 25.6 100.0Tasa de cob Saneamiento 1.5 6.3 12.6 26.0 44.6 22.8 2.1 7.8 21.9 41.0 67.1 32.0Incidencia estimada 0.8 4.4 10.8 25.7 58.3 100.0 1.0 4.5 13.0 27.9 53.6 100.0Diferencia -19.2 -15.6 -9.2 5.7 38.3 0.0 -19.0 -15.5 -7.0 7.9 33.6 0.0Efectos 1. Pob. Pot -4.3 -3.3 -1.7 -0.2 9.6 0.0 -2.6 -1.5 -1.8 0.2 5.6 0.0 2. Cobertura -14.9 -12.3 -7.5 5.9 28.8 0.0 -16.5 -14.1 -5.2 7.7 28.0 0.0

HondurasNicaragual

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

117

Cuadro 7.10 Extensión de la red de Saneamiento Incidencia distributiva

Estructura (%) Gasto Gasto por Habitante % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 0.0 0.0 0.0 0.02 15.3 30.6 29.7 0.63 5.4 10.9 10.6 0.14 35.2 70.4 68.4 0.65 44.1 88.2 85.7 0.4

Promedio 100.0 200.0 38.9 0.4

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 7.11 Agua Corriente y Saneamiento Incidencia por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalEstructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Agua Corriente y Saneamiento 10.5 17.9 15.4 35.7 20.4 100.0Gasto (millones de córdobas) Agua Corriente y Saneamiento 51 86 74 172 98 480Gasto por habitante (córdobas) Agua Corriente y Saneamiento 49 84 72 167 95 93Gasto como % del consumo Agua Corriente y Saneamiento 1.6 1.6 1.0 1.5 0.4 0.9

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

118

Cuadro 7.12 Agua Corriente y Saneamiento Incidencia por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos moderados total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0Agua Corriente y Saneamiento 7.0 26.7 33.7 66.3 100.0Gasto (millones de córdobas)Agua Corriente y Saneamiento 34 128 162 318 480Gasto por habitante (córdobas)Agua Corriente y Saneamiento 44 79 68 115 93Gasto como % del consumoAgua Corriente y Saneamiento 1.5 1.5 1.5 0.8 0.9

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 7.13 Agua corriente y Saneamiento Indices de concentración

Intervalo confianza 95%Indice desvío coef. var. Límite inf. Límite sup.

MantenimientoAgua 35.3 0.5 0.01 34.2 36.4Saneamiento 58.5 0.7 0.01 56.7 59.9

Ampliación de la redAgua 4.9 3.9 0.80 -2.1 13.6Saneamiento 44.6 4.9 0.11 33.3 52.1

Financiamiento (manten.) 50.2 0.69 0.01 49.1 51.9

Total 13.9 3.6 0.26 7.8 20.3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 7.14 Agua Corriente y Saneamiento Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo

Indice de Indice de Gasto ImpactoConcentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)Consumo 40.1 -MantenimientoAgua 35.3 4.8 1.2 0.06Saneamiento 58.5 -18.4 0.5 -0.10Ampliación de la redAgua 4.9 35.1 0.4 0.14Saneamiento 44.6 -4.5 0.4 -0.02Financiamiento (manten.) 50.2 10.2 1.6 0.16

Total 13.9 26.1 0.9 0.24

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

119

Cuadro 8.1 Fondo de Inversión Social de Emergencia Componentes SECTOR Proyectos % del presupuesto Beneficiarios Empleos

AGUA Y SANEAMIENTO 140 27.8 140,791 16,746EDUCACION 155 21.4 79,743 11,874OBRAS COMUNITARIAS 193 37.5 844,365 16,386PROTECCION SOCIAL 36 2.7 22,902 1,792SALUD 67 10.7 132,747 4,382

TOTAL 591 100.00 1,220,548 51,180

Fuente: Elaboración propia en base al Resumen de Ejecutoria 2001-2006 FISE.

Cuadro 8.2 Fondo de Inversión Social de Emergencia Prestaciones principales por componente

SECTOR Proyectos % del presupuestoAGUA Y SANEAMIENTO 127 66.6

13 33.4EDUCACION 3 1.1

7 3.5133 77.112 18.3

OBRAS Y SERVICIOS COMUNITARIOS 9 1.9. .1 2.9

147 89.11 0.123 6.0

PROTECCION SOCIAL 5 14.61 4.21 8.816 48.413 24.0

SALUD 17 20.06 28.244 51.8

NivelAgua Potable RuralAgua Potable UrbanoEducación EspecialEducación Pre-EscolarEducación PrimariaEducación SecundariaEnergía Eléctrica RuralFortalecimiento MunicipalInfraestructura MunicipalInfraestructura VialReforestación y Conservación de SuServicios Comunitarios Apoyo Alimenticio y ComunitarioAtención a DiscapacitadosAtención a Menores

Letrinización

Infraestructura de Apoyo a la ProducViviendaAtención Primaria en SaludAtención Secundaria en Salud

Fuente: Elaboración propia en base al Resumen de Ejecutoria 2001-2006 FISE.

120

Cuadro 8.3 Fondo de Inversión Social de Emergencia Incidencia distributiva, principales prestaciones

Mantenimiento Inversión Letrinización Mant. Atención Inv. Atención Agua Rural Mant. Agua Urb. Inv. Agua Urb.

Quintiles 1 22.9 23.8 29.4 19.2 20.1 36.9 0.8 5.5 2 23.9 27.8 25.8 22.2 18.1 26.4 4.2 11.6 3 22.8 22.7 23.7 22.8 23.9 21.1 10.1 17.1 4 19.4 14.6 12.9 20.2 20.2 10.7 20.3 39.9 5 11.0 11.1 8.2 15.6 17.7 5.0 64.6 25.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Pobreza Pobres extremos 16.7 16.8 21.6 13.8 14.8 27.3 0.6 3.0 Pobres moderados 37.2 41.5 41.9 34.2 31.0 42.6 6.7 20.7 Pobres 53.9 58.3 63.5 47.9 45.8 69.9 7.3 23.7 No Pobres 46.1 41.7 36.5 52.1 54.2 30.1 92.7 76.3 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 51.2 64.5 86.0 47.8 45.1 100.0 0.0 0.0 Urbano 48.8 35.5 14.0 52.2 54.9 0.0 100.0 100.0 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 19.2 11.3 5.8 19.6 18.6 1.8 46.7 44.4 Pacífico 28.9 30.7 12.5 29.3 33.2 41.2 28.6 9.4 Central 35.1 37.3 57.8 36.8 29.3 35.3 22.5 35.2 Atlántico 16.7 20.7 23.9 14.3 18.8 21.7 2.2 11.0 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

EDUCACION SALUD AGUA Y SANEAMIENTO

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 8.3 Fondo de Inversión Social de Emergencia Incidencia distributiva, principales prestaciones (continuación)

Caminos y carret.Calles, drenajes, etc Inst. Electricidad Inst. Deportivas Insf. Apoyo Prod. Comedores

Quintiles 1 13.4 3.1 17.8 10.6 35.1 26.9 2 19.0 7.8 21.5 8.4 26.5 27.9 3 19.1 16.7 40.8 24.1 19.1 22.4 4 22.4 30.2 12.4 30.5 11.9 15.9 5 26.1 42.3 7.4 26.4 7.3 6.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Pobreza Pobres extremos 8.6 1.6 11.0 9.3 26.4 19.0 Pobres moderados 30.3 13.4 37.6 16.1 42.4 43.4 Pobres 38.9 15.0 48.6 25.4 68.8 62.3 No Pobres 61.1 85.0 51.4 74.6 31.2 37.7 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 53.8 6.8 100.0 39.0 85.6 65.2 Urbano 46.2 93.2 0.0 61.0 14.4 34.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 21.8 45.3 0.0 58.1 3.9 7.0 Pacífico 27.6 28.1 40.9 18.9 25.0 33.6 Central 36.4 15.9 45.7 13.1 48.4 37.6 Atlántico 14.2 10.7 13.4 9.9 22.7 21.7 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

PROTECCION SOCIALOBRAS Y SERVICIOS COMUNITARIOS

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

121

Cuadro 8.4 Fondo de Inversión Social de Emergencia Incidencia distributiva por componente

Quintiles 1 23.3 24.7 25.4 8.6 33.2 18.8 2 25.4 23.3 20.0 13.2 26.9 19.2 3 22.8 23.5 18.3 18.7 19.9 20.0 4 17.6 16.4 16.5 26.3 12.8 20.3 5 11.0 12.1 19.9 33.2 7.2 21.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0Pobreza Pobres extremos 16.7 18.0 18.7 5.5 24.7 13.4 Pobres moderados 38.9 37.6 32.4 21.8 42.6 30.7 Pobres 55.6 55.6 51.1 27.3 67.3 44.1 No Pobres 44.4 44.4 48.9 72.7 32.7 55.9 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 56.3 67.1 66.6 32.2 80.9 52.0 Urbano 43.7 32.9 33.4 67.8 19.1 48.0 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Raza

Indígenas 5.6 8.3 8.3 4.2 6.7 6.2Resto 94.4 91.7 91.7 95.8 93.3 93.8Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 16.1 12.3 16.5 34.4 4.6 22.3 Pacífico 29.6 21.3 34.5 27.6 27.0 29.3 Central 36.0 46.3 32.6 25.7 45.9 32.6 Atlántico 18.3 20.1 16.4 12.3 22.5 15.8 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

PROTECCION SOCIAL FISEEDUCACION SALUD AGUA Y

SANEAMIENTOOBRAS Y SS.

COMUNITARIOS

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 8.5 Fondo de Inversión Social de Emergencia Índices de concentración

Intervalo confianza 95%Indice desvío coef. var. Límite inf. Límite sup.

1. Educación -13.7 0.5 -0.04 -14.6 -12.42. Salud -13.2 0.8 -0.06 -14.9 -11.63. Agua y Saneamiento -5.7 1.1 -0.20 -8.0 -3.74. Obras y Servicios Comunitarios 25.6 0.8 0.03 24.3 27.05. Protección Social -27.3 0.4 -0.02 -28.2 -26.3FISE 3.0 0.5 0.16 2.01 3.9

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

122

Cuadro 8.6 Fondo de Inversión Social de Emergencia Incidencia distributiva

Estructura (%) Gasto Gasto por Habitante % del consumo(i) (ii) (iv) (vi)

1 18.8 153.8 149.6 4.82 19.2 156.9 152.5 2.93 20.0 164.0 159.5 2.24 20.3 166.1 161.5 1.55 21.8 178.4 173.5 0.7

Promedio 100.0 819.3 159.3 1.6

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 8.7 Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense Caracterización

Managua Pacífico Central Atlántico

Se inscribió o matriculó en un:

- Comedor infantil / CICO 2.5 2.3 2.9 2.6 2.4 3.3 1.8 1.6 1.0 4.2 2.8- CDI / guardería 0.6 0.0 0.8 0.5 0.8 0.3 1.0 1.1 0.5 0.5 0.5- Preescolar 19.0 11.4 16.3 14.6 24.3 16.7 21.1 23.8 19.7 17.5 14.6- Escuela 8.3 6.5 6.7 6.6 10.4 7.1 9.4 8.9 9.3 8.0 6.7- En ninguno de los anteriores 69.6 79.9 73.3 75.6 62.1 72.6 66.7 64.7 69.4 69.8 75.3

¿Recibió alimentación? (CICOs) 77.9 79.1 74.0 75.5 81.2 73.8 84.7 89.3 82.9 84.2 50.5

Frecuencia (última semana)- Todos los días 71.9 68.4 73.5 71.9 71.8 66.5 79.5 78.9 69.6 67.1 86.6- Algunos días 26.3 31.6 26.5 28.1 24.1 30.4 20.5 21.1 30.4 29.8 13.4- Ningún día 1.8 0.0 0.0 0.0 4.1 3.1 0.0 0.0 0.0 3.1 0.0

Recibió:- Leche 17.5 8.5 11.3 10.4 27.2 14.9 21.9 51.8 25.9 11.6 5.2- Galleta 4.7 7.3 8.0 7.8 0.6 4.4 5.4 0.0 19.2 2.2 6.8- Cereal 41.6 45.7 37.2 39.7 44.2 47.9 31.3 33.0 58.1 47.1 23.5- Soya y derivados 13.4 8.9 9.5 9.3 19.1 14.6 11.5 45.0 15.4 6.7 8.6- Desayuno 23.7 16.0 38.6 31.8 12.8 20.7 28.8 0.0 35.4 31.4 13.0- Almuerzo 41.4 33.3 35.0 34.5 50.9 40.1 43.7 77.3 51.6 34.4 30.1- Otro 7.3 26.2 0.0 7.9 6.5 7.6 6.9 0.0 0.0 13.3 0.5

Urbano RegionPobre No pobre RuralTotal Pobre extremo

Pobre moderad

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

123

Cuadro 8.8 Principales programas alimentarios Incidencia distributiva

Donac. Alim. Alim. por trab Tot. PMA

Quintiles 1 17.0 26.0 33.2 35.5 34.4 23.7 2 26.4 26.9 25.0 24.2 24.6 26.1 3 22.9 23.0 24.7 19.4 22.0 22.7 4 17.1 16.7 13.6 17.0 15.3 16.5 5 16.6 7.5 3.5 3.8 3.7 11.0 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Pobreza Pobres extremos 13.0 18.0 25.9 26.5 26.2 17.6 Pobres moderados 38.7 42.8 39.9 37.5 38.7 39.8 Pobres 51.7 60.7 65.8 64.0 64.9 57.4 No Pobres 48.3 39.3 34.2 36.0 35.1 42.6 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Area

Rural 57.6 63.7 100.0 100.0 100.0 69.5 Urbano 42.4 36.3 0.0 0.0 0.0 30.5 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Raza

Indígenas 3.8 8.0 3.1 2.3 2.7 4.7Resto 96.2 92.0 96.9 97.7 97.3 95.3Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Regiones

Managua 21.6 7.7 2.2 16.1 9.1 14.8 Pacífico 15.8 33.6 29.2 15.3 22.2 22.2 Central 49.6 37.8 68.6 53.1 60.8 49.1 Atlántico 13.0 20.9 0.0 15.6 7.8 13.9 Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

PAININ PINE PMA Total

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 8.9 Programa Atención Integral a la Niñez Nicaragüense Análisis de incidencia

1 2 3 4 5 TotaNiños menores de 6 años (% del total) 26.1 22.4 19.9 18.2 13.3 100.0Tasa de asistencia a CICOs 2.7 2.7 2.6 2.2 2.1 2.5Valor promedio de Alimentación 50.2 90.5 92.4 87.5 122.7 82.7Incidencia estimada 17.0 26.4 22.9 17.1 16.6 100.0Diferencia -3.0 6.4 2.9 -2.9 -3.4 0.0Efectos 1. Usuario potencial 5.2 3.0 0.3 -1.4 -7.1 0.0 2. Asistencia 1.6 2.1 1.0 -1.8 -2.8 0.0 3. Valor -9.9 1.3 1.6 0.4 6.6 0.0

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

124

Cuadro 8.10 Programa Integral de Nutrición Escolar Caracterización

Managua Pacífico Central Atlántico¿Recibió alimentación? 74.2 77.3 80.8 79.7 66.9 83.9 62.8 56.8 84.4 73.8 76.7

Frecuencia (última semana)- Todos los días 82.5 87.3 81.6 83.4 81.0 85.0 78.5 74.1 83.5 84.7 82.4- Algunos días 16.6 12.6 17.0 15.6 18.1 14.2 20.4 24.4 15.7 14.8 16.1- Ningún día 0.9 0.1 1.4 1.0 0.8 0.8 1.1 1.5 0.8 0.5 1.5

Recibió:- Leche 12.9 6.9 10.1 9.1 17.4 7.2 18.8 35.5 10.1 4.1 9.0- Galleta 3.7 0.7 5.1 3.7 3.7 2.0 5.4 9.3 5.0 0.5 1.4- Cereal 37.4 49.5 44.8 46.3 27.0 51.7 22.7 4.1 52.0 44.7 37.2- Soya y derivados 1.9 3.1 1.8 2.2 1.4 2.9 0.8 0.3 0.5 1.3 7.3- Desayuno 21.4 28.0 24.4 25.6 16.5 28.6 13.9 5.9 24.6 28.9 18.5- Almuerzo 37.3 45.2 46.6 46.1 27.0 50.4 23.8 7.5 46.2 40.8 50.8- Otro 1.5 2.4 1.2 1.5 1.4 1.7 1.2 1.0 1.1 1.6 2.2

Rural Urbano RegionTotal Pobre extremo

Pobre moderad Pobre No pobre

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 8.11 Programa Integral de Nutrición Escolar Análisis de Incidencia

1 2 3 4 5 TotaNiños entre entre 3 y 12 años que asisten a preescolar o ecu

le 24.7 23.9 22.7 19.2 9.5 100.0

Reciben Alimentación 78.4 80.1 75.7 65.7 59.5 74.0Valor promedio de Alimentación 101.5 106.1 101.2 99.9 99.8 102.2Incidencia estimada 26.0 26.9 23.0 16.7 7.5 100.0Diferencia 6.0 6.9 3.0 -3.3 -12.5 0.0Efectos 1. Usuario potencial 4.5 3.8 2.4 -1.1 -9.6 0.0 2. Cobertura 1.6 2.2 0.8 -1.9 -2.6 0.0 3. Valor -0.1 0.9 -0.2 -0.4 -0.3 0.0

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 8.12 Programas alimentarios Incidencia distributiva

Estructura Gasto Gasto por habitante % del consumo % GPS ERP GPS ERP GPS ERP(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii)

1 23.7 81.4 70.6 79.2 68.6 1.7 1.52 26.1 89.6 77.7 87.1 75.5 1.0 0.93 22.7 78.1 67.7 75.9 65.8 0.5 0.54 16.5 56.8 49.2 55.2 47.9 0.3 0.25 11.0 37.6 32.6 36.6 31.7 0.1 0.1

Promedio 100.0 343.5 297.8 66.8 57.9 0.3 0.3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

125

Cuadro 8.13 Asistencia Social Incidencia por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalEstructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Asistencia Social - GPS 20.3 21.2 20.8 19.2 18.6 100.0 Asistencia Social - ERP 20.1 21.0 20.7 19.3 18.9 100.0Gasto (millones de córdobas) Asistencia Social - GPS 258 270 264 244 236 1272 Asistencia Social - ERP 244 255 251 233 229 1211Gasto por habitante (córdobas) Asistencia Social - GPS 251 262 257 237 230 247 Asistencia Social - ERP 237 248 244 227 222 236Gasto como % del consumo Asistencia Social - GPS 8.0 5.0 3.5 2.2 1.0 2.5 Asistencia Social - ERP 7.5 4.8 3.3 2.1 0.9 2.3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 8.14 Asistencia Social Incidencia por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos moderados total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0 Asistencia Social - GPS 14.9 33.2 48.0 52.0 100.0 Asistencia Social - ERP 14.8 32.9 47.7 52.3 100.0Gasto (millones de córdobas) Asistencia Social - GPS 189 422 611 661 1272 Asistencia Social - ERP 179 399 577 634 1211Gasto por habitante (córdobas) Asistencia Social - GPS 248 262 257 239 247 Asistencia Social - ERP 235 247 243 229 236Gasto como % del consumo Asistencia Social - GPS 8.6 5.0 5.8 1.6 2.5 Asistencia Social - ERP 8.1 4.7 5.4 1.5 2.3

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro 8.15 Asistencia Social Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo

Indice de Indice de Gasto ImpactoConcentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)Consumo 40.1 -Compontes del FISE1. Educación -13.7 53.8 0.34 0.182. Salud -13.2 53.3 0.17 0.093. Agua y Saneamiento -5.7 45.8 0.44 0.204. Obras y Servicios Comunitari 25.6 14.4 0.60 0.095. Protección Social -27.3 67.3 0.04 0.03Programas alimentariosPAININ -3.9 44.0 0.32 0.14PINE -19.4 59.5 0.18 0.11PMA -29.7 69.8 0.16 0.11Otros programas -3.7 43.8 0.21 0.09Total GPS -2.5 42.5 2.46 1.05Total ERP -1.9 42.0 2.35 0.99

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

126

Cuadro 9.1 Distribución de la población por condición de pobreza, según área de residencia y sector de actividad

Total Rural Urbano Total Rural Urbano

Pobres 46.2 67.9 29.1 68.8 71.2 54.4 Pobres extremos 14.9 26.9 5.4 26.4 28.3 14.8

Pobres moderados 31.3 41.0 23.7 42.4 42.9 39.6No pobres 53.8 32.1 70.9 31.2 28.8 45.7Total 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0

Total sectores Sector primario

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 9.2 Caracterización de la población rural general y por tipo de actividad (porcentajes)

Población rural

Población con act. agrícola

Población con act. pecuaria

Población con act. forestal

Total 44.2 96.6 36.1 10.6

Quintiles1 77.9 98.7 30.7 10.42 57.7 96.7 39.0 10.13 44.0 95.1 38.9 11.04 27.4 92.6 41.7 12.55 13.4 93.8 33.9 9.9

PobrezaExtrema 79.6 98.6 29.2 10.6

Moderada 58.0 97.0 38.2 10.3No Pobres 26.4 94.0 39.0 11.1

Pobre 64.9 97.6 34.7 10.4No pobre 26.4 94.0 39.0 11.1

RegiónManagua 9.5 86.5 22.7 6.6Pacífico 42.2 96.3 26.2 6.9Central 61.8 97.6 35.7 10.3

Atlántico 68.6 96.3 52.8 17.1

Obs. expandidas 5,126,347 1,644,031 2,261,470 2,262,688 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

127

Cuadro 9.3 Desarrollo rural Tasa de cobertura (%)

Caminos rurales*

Proyectos agrícolas*

Proyectos pecuarios*

Asistencia técnica**

Total 18.0 3.4 0.3 4.8

Quintiles1 13.1 3.3 0.2 3.32 19.2 2.8 0.0 2.13 19.3 4.0 0.3 7.44 22.5 5.0 0.4 12.75 29.0 1.5 2.6 4.1

PobrezaExtrema 11.3 3.5 0.2 2.8

Moderada 19.3 2.9 0.0 3.1No Pobres 21.9 4.0 0.8 9.5

Pobre 16.2 3.1 0.1 3.0No pobre 21.9 4.0 0.8 9.5

RegiónManagua 30.5 1.8 2.9 14.0Pacífico 16.2 1.8 0.0 4.4Central 19.2 5.3 0.4 6.1

Atlántico 14.9 2.1 0.0 1.4

EtniaIndígenas 19.2 6.9 0.0 3.9

Resto 18.2 3.5 0.4 5.3

Obs. expandidas 2,264,923 2,264,923 2,264,923 1,662,467

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. * Programas provistos por Gobierno/Ministerio/FISE o alcaldías. Población rural. ** Gratuita. Población rural con UPA.

Cuadro 9.4 Desarrollo rural Tasa de cobertura por regiones (%)

Caminos ruralesProyectos agrícolas

Proyectos pecuarios

Asistencia técnica Caminos rurales

Proyectos agrícolas

Proyectos pecuarios

Asistencia técnica

Total 30.5 1.8 2.9 14.0 16.2 1.8 0.0 4.4

Pobre 33.3 0.0 0.0 0.0 14.6 1.3 0.0 3.5No pobre 29.2 2.7 4.4 25.4 18.4 2.4 0.0 6.1

Caminos ruralesProyectos agrícolas

Proyectos pecuarios

Asistencia técnica Caminos rurales

Proyectos agrícolas

Proyectos pecuarios

Asistencia técnica

Total 19.2 5.3 0.4 6.1 14.9 2.1 0.0 1.4

Pobre 18.4 4.6 0.2 4.4 11.3 2.3 0.0 0.4No pobre 21.6 7.3 0.9 11.4 25.4 1.5 0.0 4.8

Managua Pacífico

Central Atlántico

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

128

Cuadro 9.5 Descomposición de la incidencia distributiva Programas agrícolas

1 2 3 4 5 TotaPoblación rural 35.4 26.2 20.0 12.4 6.0 100.0Tasa de cobertura programa agrícola 3.3 2.8 4.0 5.0 1.5 3.4Incidencia estimada 34.2 21.4 23.6 18.1 2.7 100.0Diferencia 14.2 1.4 3.6 -1.9 -17.3 0.0Efectos Usuario potencial 14.9 5.4 -0.3 -9.7 -10.2 0.0 Cobertura -0.6 -4.0 3.9 7.8 -7.0 0.0

Programas pecuarios1 2 3 4 5 Tota

Población rural 35.4 26.2 20.0 12.4 6.0 100.0Tasa de cobertura programa pecuario 0.2 0.0 0.3 0.4 2.6 0.3Incidencia estimada 19.7 0.0 18.1 15.0 47.2 100.0Diferencia -0.3 -20.0 -1.9 -5.0 27.2 0.0Efectos 1. Usuario potencial 14.9 3.1 4.7 -2.1 -20.7 0.0 2. Cobertura -15.2 -23.1 -6.6 -2.9 47.9 0.0

Caminos rurales1 2 3 4 5 Tota

Población rural 35.4 26.2 20.0 12.4 6.0 100.0Tasa de cobertura programas caminos ru 13.1 19.2 19.3 22.5 29.0 18.0Incidencia estimada 25.7 27.8 21.4 15.5 9.7 100.0Diferencia 5.7 7.8 1.4 -4.5 -10.3 0.0Efectos 1. Usuario potencial 14.2 7.7 1.3 -7.0 -16.2 0.0 2. Cobertura -8.5 0.1 0.1 2.5 5.9 0.0

Asistencia técnica1 2 3 4 5 Tota

Población rural 35.4 26.2 20.0 12.4 6.0 100.0Tasa de cobertura asistencia técnica 3.3 2.1 7.4 12.7 4.1 4.8Incidencia estimada 23.1 11.2 29.5 31.4 4.9 100.0Diferencia 3.1 -8.8 9.5 11.4 -15.1 0.0Efectos 1. Usuario potencial 13.7 5.1 2.2 -9.6 -11.4 0.0 2. Cobertura -10.6 -13.9 7.2 21.0 -3.7 0.0

l

l

l

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 9.6 Desarrollo Rural Incidencia del gasto

Programas Programas Programas Total GastoMTI MAGFOR IDR total por habitante como % % % % % C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii)

1 19.5 30.1 25.6 23.8 324.6 315.6 10.02 26.2 21.6 23.1 23.9 326.5 317.5 6.13 21.7 22.9 23.3 22.6 309.2 300.6 4.14 17.2 18.2 17.4 17.7 240.9 234.3 2.15 15.4 7.3 10.6 12.0 163.8 159.3 0.7

Promedio 100.0 100.0 100.0 100.0 1365.1 265.5 2.6

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

129

Cuadro 9.7 Desarrollo Rural Incidencia del gasto: detalle por organismo MAGFORProgramas Asistencia Técnica INAFOR Inicitiva por el Fondeagro Total Gasto

INTA+PTA Desarrollo Rural MAGFOR total por habitante como % % % % % % C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii) (viii)

1 25.8 27.7 35.4 39.7 30.1 81.4 79.1 2.52 17.1 22.4 26.2 19.0 21.6 58.2 56.6 1.13 26.3 20.9 20.0 22.9 22.9 61.9 60.2 0.84 24.1 17.4 12.4 15.1 18.2 49.1 47.8 0.45 6.7 11.6 6.0 3.3 7.3 19.7 19.1 0.1

Promedio 100.0 100.0 100.0 100.0 100.0 270.3 52.6 0.5

IDRProgramas Granos básicos Caminos rurales Reactivación rural Total Gasto

KR-II PCR PRPR IDR total por habitante como % % % % % C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi) (vii)

1 28.2 19.5 24.5 25.6 133.3 129.6 4.12 20.0 26.2 23.4 23.1 120.3 117.0 2.23 25.6 21.7 22.7 23.3 121.0 117.6 1.64 20.4 17.2 19.4 17.4 90.3 87.8 0.85 5.8 15.4 10.1 10.6 55.3 53.7 0.2

Promedio 100.0 100.0 100.0 100.0 520.1 101.1 1.0

MTIProgramas Total Gasto

MTI total por habitante como %% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 19.5 112.0 108.9 3.52 26.2 150.3 146.2 2.83 21.7 124.9 121.5 1.64 17.2 98.9 96.1 0.95 15.4 88.6 86.1 0.4

Promedio 100.0 574.7 111.8 1.1

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

130

Cuadro 9.8 Desarrollo Rural Distribución por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos moderados total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0 Desarrollo rural 17.5 37.9 55.5 44.5 100.0Gasto (millones de córdobas) Desarrollo rural 239 518 757 608 1365Gasto por habitante (córdobas) Desarrollo rural 314 322 319 220 265Gasto como % del consumo Desarrollo rural 10.8 6.2 7.1 1.5 2.6 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 9.9 Desarrollo Rural Índices

Indice de Indice de Gasto ImpactoProgramas Concentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)

Consumo 40.1Asistencia técnica (INTA+PTA) -11.7 51.8 0.3 0.13INAFOR -14.7 54.7 0.1 0.04Iniciativa por el desarrollo rural de Nicaragua -29.8 69.9 0.1 0.05Fondeagro -34.0 74.1 0.1 0.04Total MAGFOR -19.9 60.0 0.7 0.42Fomento a la producción de granos básicos (KR-2) -19.2 59.3 0.1 0.09Caminos rurales (PCR) -7.3 47.4 0.2 0.10Reactivación productiva rural (PRPR) -14.4 54.5 0.3 0.19Total IDR -15.3 55.4 1.0 0.56Total MTI -7.3 47.4 1.2 0.55Desarrollo rural -13.2 53.3 2.9 1.53

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

131

Cuadro 9.10 Desarrollo rural: caminos rurales Descomposición regional de los resultados de incidencia distributiva

1 2 3 4 5 TotaDistribución de población rural

Pacífico 25.1 25.4 26.1 15.6 7.9 100.0Central 43.3 25.8 16.1 10.6 4.3 100.0

Atlántico 38.0 30.2 18.9 9.2 3.8 100.0Nicaragua 35.4 26.2 20.0 12.4 6.0 100.0

Cobertura caminos ruralesPacífico 9.3 18.0 16.6 18.5 26.2 16.2Central 16.3 20.9 22.2 22.9 18.1 19.2

Atlántico 7.6 14.0 20.1 31.9 29.2 15.0Nicaragua 13.1 19.2 19.3 22.5 29.0 18.0

Incidencia estimadaPacífico 14.4 28.2 26.8 17.8 12.7 100.0Central 36.7 28.0 18.6 12.6 4.0 100.0

Atlántico 19.3 28.3 25.5 19.6 7.4 100.0Nicaragua 25.7 27.9 21.3 15.4 9.7 100.0

Comparación Atlántico-Pacífico1 2 3 4 5 Tota

Incidencia estimadaAtlántico 19.3 28.3 25.5 19.6 7.4 100.0Pacífico 14.4 28.2 26.8 17.8 12.7 100.0

Diferencia 4.9 0.0 -1.3 1.7 -5.3Efectos 1. Usuario potencial 9.1 8.5 -4.6 -7.3 -5.7 2. Cobertura -4.2 -8.5 3.3 9.0 0.4

l

l

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 9.11 Desarrollo Rural Comparación con Honduras Estructura porcentual

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 TotalNicaragua Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0 Desarrollo rural 23.8 23.9 22.6 17.7 12.0 100.0Honduras Consumo 4.7 8.5 13.8 21.9 51.1 100.0 Desarrollo rural 34.2 27.1 19.2 12.6 6.9 100.0

Indices de concentraciónNicaragua Honduras

Consumo 40.1 45.9Desarrollo rural -12.6 -28.5

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005 y Gasparini et al. (2005)

132

Cuadro 10.1 Gasto público social por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 Total

Estructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0

Gasto público social 18.8 20.0 20.7 20.5 20.0 100.0

Educación 17.9 18.6 20.0 19.9 23.6 100.0 Salud 20.5 22.0 21.9 19.6 16.0 100.0 Vivienda 7.9 14.4 16.9 43.2 17.6 100.0 Asistencia social 20.3 21.2 20.8 19.2 18.6 100.0

Gasto (millones de córdobas)

Gasto público social 1508 1604 1656 1646 1599 8012

Educación 662 688 740 735 871 3696 Salud 564 604 601 540 440 2750 Vivienda 23 42 50 127 52 294 Asistencia social 258 270 264 244 236 1272

Gasto por habitante (córdobas)

Gasto público social 1466 1560 1610 1600 1555 1558

Educación 644 669 720 714 847 719 Salud 549 588 585 525 428 535 Vivienda 23 41 48 124 50 57 Asistencia social 251 262 257 237 230 247

Gasto como % del consumo

Gasto público social 46.6 30.0 21.7 14.6 6.6 15.5

Educación 20.5 12.8 9.7 6.5 3.6 7.2 Salud 17.5 11.3 7.9 4.8 1.8 5.3 Vivienda 0.7 0.8 0.7 1.1 0.2 0.6 Asistencia social 8.0 5.0 3.5 2.2 1.0 2.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

133

Cuadro 10.2 Gasto público social por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos no extremos total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0

Gasto público social 13.9 30.9 44.8 55.2 100.0

Educación 13.1 29.0 42.2 57.8 100.0 Salud 15.2 33.9 49.1 50.9 100.0 Vivienda 7.8 15.0 22.8 77.2 100.0 Asistencia social 14.9 33.2 48.0 52.0 100.0

Gasto (millones de córdobas)

Gasto público social 1116 2472 3588 4424 8012

Educación 486 1073 1559 2137 3696 Salud 418 934 1351 1399 2750 Vivienda 23 44 67 227 294 Asistencia social 189 422 611 661 1272

Gasto por habitante (córdobas)

Gasto público social 1463 1535 1512 1598 1558

Educación 637 666 657 772 719 Salud 548 580 569 505 535 Vivienda 30 27 28 82 57 Asistencia social 248 262 257 239 247

Gasto como % del consumo

Gasto público social 50.4 29.4 33.8 10.8 15.5

Educación 22.0 12.8 14.7 5.2 7.2 Salud 18.9 11.1 12.7 3.4 5.3 Vivienda 1.0 0.5 0.6 0.6 0.6 Asistencia social 8.6 5.0 5.8 1.6 2.5 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

134

Cuadro 10.3 Gasto público de la ERP por quintiles

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3 Quintil 4 Quintil 5 Total

Estructura (%) Consumo 6.3 10.4 14.8 21.8 46.8 100.0

Gasto ERP 22.5 23.2 22.2 18.8 13.2 100.0

Educación 24.5 24.4 22.6 18.7 9.8 100.0 Salud 20.7 22.6 22.4 19.5 14.7 100.0 Vivienda 22.3 22.4 21.7 19.1 14.5 100.0 Asistencia social 20.1 21.0 20.7 19.3 18.9 100.0 Desarrollo rural 23.8 23.9 22.6 17.7 12.0 100.0

Gasto (millones de córdobas)

Gasto ERP 1706 1757 1683 1427 1004 7576

Educación 623 620 573 474 249 2540 Salud 448 490 485 422 319 2165 Vivienda 66 66 64 56 43 294 Asistencia social 244 255 251 233 229 1211 Desarrollo rural 325 327 309 241 164 1365

Gasto por habitante (córdobas)

Gasto ERP 1659 1708 1636 1387 976 1473

Educación 606 602 557 461 243 494 Salud 436 477 472 410 310 421 Vivienda 64 64 62 55 42 57 Asistencia social 237 248 244 227 222 236 Desarrollo rural 316 318 301 234 159 265

Gasto como % del consumo

Gasto público social 52.7 32.8 22.1 12.7 4.1 14.7

Educación 19.3 11.6 7.5 4.2 1.0 4.9 Salud 13.9 9.2 6.4 3.8 1.3 4.2 Vivienda 2.0 1.2 0.8 0.5 0.2 0.6 Asistencia social 7.5 4.8 3.3 2.1 0.9 2.3 Desarrollo rural 10.0 6.1 4.1 2.1 0.7 2.6 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

135

Cuadro 10.4 Gasto público de la ERP por condición de pobreza

Pobres Pobres No pobres Totalextremos no extremos total

Estructura (%) Consumo 4.3 16.3 20.6 79.4 100.0

Gasto ERP 16.6 36.2 52.8 47.2 100.0

Educación 18.1 38.0 56.1 43.9 100.0 Salud 15.3 34.9 50.2 49.8 100.0 Vivienda 16.4 35.0 51.4 48.6 100.0 Asistencia social 14.8 32.9 47.7 52.3 100.0 Desarrollo rural 17.5 37.9 55.5 44.5 100.0

Gasto (millones de córdobas)

Gasto ERP 1257 2741 3997 3578 7576

Educación 459 966 1425 1115 2540 Salud 331 755 1087 1078 2165 Vivienda 48 103 151 143 294 Asistencia social 179 399 577 634 1211 Desarrollo rural 239 518 757 608 1365

Gasto por habitante (córdobas)

Gasto ERP 1648 1702 1684 1292 1473

Educación 602 600 600 403 494 Salud 435 469 458 389 421 Vivienda 63 64 64 52 57 Asistencia social 235 247 243 229 236 Desarrollo rural 314 322 319 220 265

Gasto como % del consumo

Gasto público social 56.8 32.6 37.7 8.7 14.7

Educación 20.7 11.5 13.4 2.7 4.9 Salud 15.0 9.0 10.2 2.6 4.2 Vivienda 2.2 1.2 1.4 0.3 0.6 Asistencia social 8.1 4.7 5.4 1.5 2.3 Desarrollo rural 10.8 6.2 7.1 1.5 2.6 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

136

Cuadro 10.5 Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo Por funciones del gasto

Indice de Indice de Gasto ImpactoConcentración Progresividad (% consumo) redistributivo

(i) (ii) (iii) (iv)Consumo 40.1 - - -Total GPS 1.1 39.0 15.5 6.1 Educación 5.4 34.7 7.2 2.5 Salud -5.0 45.1 5.3 2.4 Vivienda 19.2 20.8 0.6 0.1 Asistencia social -2.4 42.5 2.5 1.0Total ERP -9.8 49.9 14.7 7.3 Educación -15.0 55.0 4.9 2.7 Salud -6.7 46.8 4.2 2.0 Vivienda 19.2 20.8 0.6 0.1 Asistencia social -2.0 42.0 2.3 1.0 Desarrollo rural -12.7 52.8 2.6 1.4 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro 10.6 Indices de concentración, progresividad e impacto redistributivo Por programas

Indice de Indice de Gasto (% consumo) Impacto redistributivoConcentración Progresividad GPS ERP GPS ERP

(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi)Consumo 40.1 - - -Educación Pre-escolar -7.7 47.7 0.1 0.1 0.03 0.03 Primaria pública -20.1 60.2 2.7 2.7 1.62 1.62 Primaria privada subsidiad 51.0 -10.9 0.1 0.1 -0.01 -0.01 Secundaria pública 10.0 30.0 0.5 0.5 0.14 0.14 Secundaria privada subsid 35.6 4.5 0.0 0.0 0.00 0.00 Adultos -32.5 72.6 0.2 0.2 0.15 0.13 Educación técnica 32.6 7.5 0.1 0.1 0.01 0.01 Universidades públicas 56.8 -16.7 1.9 -0.32 0.00 Subsidio privado superior 57.0 -16.9 0.1 -0.02 0.00Salud Prevención -1.5 41.6 0.5 0.2 0.21 0.10 Atención Médica Pública -7.5 47.5 3.4 3.6 1.61 1.71Vivienda

Titulación de Vivienda 38.7 1.4 0.2 0.2 0.00 0.00Planes de Vivienda 8.8 31.3 0.4 0.4 0.11 0.11

Asistencia Social FISE - Educación -13.7 53.8 0.3 0.3 0.18 0.18 FISE - Salud -13.2 53.3 0.2 0.2 0.09 0.09 FISE - Agua y Saneamient -5.7 45.8 0.4 0.4 0.20 0.20 FISE - Obras comunitarias 25.6 14.4 0.6 0.6 0.09 0.09 FISE - Protección Social -27.3 67.3 0.0 0.0 0.03 0.03 PAININ -3.9 44.0 0.3 0.3 0.14 0.12 PINE -19.4 59.5 0.2 0.2 0.11 0.09 PMA -29.7 69.8 0.2 0.1 0.11 0.10Desarrollo Rural MAGFOR -19.9 60.0 0.5 0.31 IDR -15.3 55.4 1.0 0.56 MTI -7.3 47.4 1.1 0.53Total GPS 1.1 39.0 15.5 6.05Total ERP -9.8 49.9 14.7 7.32 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

137

Cuadro 10.7 Impacto del gasto social sobre la desigualdad distributiva GPS

Valor DiferenciaGini del consumo pre-GPS 40.1Indices de progresividad (Kakwani) Gasto público social 39.0 Impuestos proporcionales 0.0 Impuestos progresivos 10.0 Impuestos regresivos -10.0 GPS en sectores sociales/consumo 15.5Gini del consumo post-GPS 1. financiado con impuestos proporcionales 34.0 -6.1 2. financiado con impuestos progresivos 32.5 -7.6 3. financiado con impuestos regresivos 35.6 -4.5Gini del consumo post-GPS (impuestos proporcionales)Hipótesis de filtración 1 1. Filtración del 10% 34.6 -5.4 2. Filtración del 20% 35.2 -4.8 3. Filtración del 50% 37.1 -3.0Hipótesis de filtración 2 1. Filtración del 10% 35.2 -4.8 2. Filtración del 20% 36.5 -3.6 3. Filtración del 50% 40.2 0.1

ERPValor Diferencia

Gini del consumo pre-gasto ERP 40.1Indices de progresividad (Kakwani) Gasto ERP 49.9 Impuestos proporcionales 0.0 Impuestos progresivos 10.0 Impuestos regresivos -10.0 Gasto ERP/consumo 14.7Gini del consumo post-gasto ERP 1. financiado con impuestos proporcionales 32.8 -7.3 2. financiado con impuestos progresivos 31.3 -8.8 3. financiado con impuestos regresivos 34.2 -5.9Gini del consumo post-gasto ERP (impuestos proporcionales)Hipótesis de filtración 1 1. Filtración del 10% 33.5 -6.6 2. Filtración del 20% 34.2 -5.9 3. Filtración del 50% 36.4 -3.7Hipótesis de filtración 2 1. Filtración del 10% 34.1 -6.0 2. Filtración del 20% 35.4 -4.7 3. Filtración del 50% 39.3 -0.7 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

138

139

GPS

Gini VariaciónGini pre - fiscal 40.1Gini post-fiscal 36.5 -3.6(con impuestos proporcionales e ineficiencia 2 del 20%)Simulaciones 1. Impuestos progresivos 34.9 -1.6 2. Sin ineficiencia 34.0 -2.5 3. Gasto 10% superior 33.4 -3.1 4. Gasto en educación focalizado 35.5 -1.0 5. Gasto en atención de la salud focalizado 34.7 -1.8 6. Gasto en asistencia social focalizado 35.6 -0.9 7. Gasto social focalizado 32.7 -3.7

ERPGini Variación

Gini pre - fiscal 40.1Gini post-fiscal 35.4 -4.7(con impuestos proporcionales e ineficiencia 2 del 20%)Simulaciones 1. Impuestos progresivos 33.9 -1.5 2. Sin ineficiencia 34.0 -1.4 3. Gasto 10% superior 32.0 -3.4 4. Gasto en educación focalizado 34.1 -1.3 5. Gasto en atención de la salud focalizado 34.0 -1.4 6. Gasto en asistencia social focalizado 34.5 -0.9 7. Gasto social focalizado 31.9 -3.5

Cuadro 10.8 Impacto del gasto social sobre la desigualdad distributiva Escenarios alternativos

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

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el M

HC

P.

Cuadro B.1 Servicios de atención médica en establecimientos previsionales Incidencia

Atención de

diarreas (INSS)

Servicios Médicos (INSS)

Atención Médica INSS

Gasto Gasto por habitante

% del consumo

% % %(i) (ii) (iii) (iv) (v) (vi)

1 0.0 1.3 1.2 10.2 10.0 0.32 17.7 9.7 10.4 92.3 90.0 1.73 7.8 14.7 14.0 123.9 120.9 1.64 45.1 34.7 36.2 321.1 313.1 2.95 29.3 39.6 38.3 340.4 332.0 1.4

Promedio 100.0 100.0 100.0 887.9 173.2 1.7

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro B.2 Servicios de atención médica en establecimientos previsionales Índice de concentración

Atención de diarreas

Servicios Médicos

Partos Atención Médica

Indice 32.1 43.37 53.29 42.39error estándar 3.06 1.05 1.62 1.02coef. var. 0.10 0.02 0.03 0.02Intervalo confianzaLímite inf. 26.29 40.77 49.04 39.86Límite sup. 37.89 45.48 56.17 44.50

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Cuadro B.3 Atención médica en establecimientos previsionales Costos de oportunidad y monetarios de recibir tratamiento

Consulta en establecimiento

previsional

Gasto en transporte

Tiempo de espera

Gasto en medicamentos

Gasto total por

consultas(i) (ii) (iii) (v) (v)

Total 11.1 20.9 54.0 87.9 108.8

Quintiles de consumo1 1.0 33.5 41.5 24.6 58.12 6.3 19.2 47.1 42.0 61.23 8.2 17.8 72.0 67.8 85.64 16.6 18.7 46.7 93.4 112.15 17.2 24.0 55.8 198.1 222.1

Pobre extremo 0.6 58.5 68.8 21.8 80.3Pobre no extremo 5.5 21.6 44.6 43.5 65.1Pobres 4.2 23.1 45.5 36.9 60.0No Pobres 15.1 20.6 55.3 126.6 147.2

Rural 3.3 38.5 84.9 65.9 104.4Urbano 16.3 18.6 49.9 106.0 124.6

RegiónManagua 24.3 18.4 54.2 106.0 124.3Pacifico 9.9 18.0 39.1 85.0 103.0Central 3.8 20.6 89.2 80.6 101.2Atlantico 3.0 92.5 48.9 80.0 172.5

Observaciones 7198 487 487 15335 15335Frecuencias expandidas 1068595 119098 119098 2156369 2156369

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

141

Cuadro C.1 Jubilaciones Tasa de cobertura

Total 13.5

1 3.6 Extrema 1.6 Rural 3.4 Managua 22.7 Indígenas 11.82 6.0 Moderada 10.9 Urbano 19.9 Pacífico 16.3 Resto 13.93 16.2 No Pobres 16.7 Central 6.84 15.7 Pobre 8.3 Atlántico 4.65 19.8 No pobre 16.7

EtniaQuintiles Pobreza Área Región

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro C.2 Jubilaciones Tasa de cobertura por regiones y estado de pobreza

Managua Pacífico Central Atlántico

Total 22.7 16.3 6.8 4.6

Pobre 7.0 16.0 4.7 2.1No pobre 25.1 16.5 8.9 7.5

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Cuadro C.3 Jubilaciones Incidencia del gasto

GastoEstructura total por habitante como %

% C$ M C$ del consumo(i) (ii) (iii) (iv)

1 4.0 42.5 41.5 1.32 7.5 79.3 77.4 1.53 23.6 250.5 244.3 3.34 25.0 266.1 259.5 2.45 39.9 424.6 414.1 1.8

Promedio 100.0 1063.0 207.4 2.1 Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

142

Figura 3.1 Evolución del Gasto Público Social (como porcentaje del PBI) Nicaragua 1991-2005 Clasificación del MHCP

0%

2%

4%

6%

8%

10%

12%

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003

2004

2005

Educación Salud Vivienda Resto

Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP. Figura 3.2 Gasto público social y gasto de la ERP por funciones Clasificación utilizada para este estudio

Gasto Público Social

Educación46.1%

Vivienda3.7%

Salud34.3%

Asistencia social15.9%

Gasto en ERP

Educación33.5%

Salud28.6%

Asistencia social16.0% Desarrollo

rural18.0%

Vivienda3.9%

Fuente: Elaboración propia en base a datos del MHCP.

143

Figura 3.3 Consumo per cápita por percentiles (curva de Pen) Por quintiles

Por condición de pobreza

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

0 20 40 60 80

Quintil 1 Quintil 2 Quintil 3Quintil 4

Quintil 5

100

0

1000

2000

3000

4000

5000

6000

0 20 40 60 80

Pobres extremos

Pobres no extremos

No pobres

100

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

144

Figura 4.1 Participación de cada nivel educativo en el gasto en educación Gasto en educación del GPS

Gasto en educación de la ERP

1%

41%

7%2%28%

21%

Educación preescolar Educación primaria Educación secundariaEducación técnica Universidades y terciarios Gastos comunes

1%

59%10%3%

27%

Educación preescolar Educación primaria Educación secundariaTécnica Gastos comunes

Fuente: Elaboración propia en base a datos del gobierno de Nicaragua.

145

Figura 4.2 Gasto en educación Participación por quintiles Preescolar Primaria

Media Universidad

0

10

20

30

40

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

40

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

40

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

40

50

60

70

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

146

Figura 4.3 Gasto en educación Participación por percentiles Preescolar Primaria

Media Universidad

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80

share real share estimado

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Media share estimado

0.0

1.0

2.0

3.0

4.0

5.0

0 20 40 60 80

share real share estimado

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

share real share estimado

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Nota: la línea continua muestra una estimación no paramétrica de las participaciones (estimación por lowess)

147

Figura 4.4 Educación Curvas de concentración Preescolar Primaria

Media Superior

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Preescolar consumo

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

pública consumopriv. subs. adultos

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

pública consumo priv. subs.

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

univ. púb. consumoter. púb univ. priv.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

148

Figura 4.5 Educación Tasas de asistencia Primaria Media

Universidad

0

20

40

60

80

100

7 8 9 10 11 12 13 14 15

Pobres extremos Pobres moderados No pobres

0

20

40

60

80

100

12 13 14 15 16 17 18 19 20

Pobres extremos Pobres moderados No pobres

0

20

40

60

80

100

18 19 20 21 22 23 24 25

Pobres extremos Pobres moderados No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 4.6 Educación primaria Descomposición de los resultados de incidencia distributiva Efectos usuario potencial, asistencia y público

1 2 3 4 5

-8.0

-6.0

-4.0

-2.0

0.0

2.0

4.0

6.0

1. Usuario potencial 2. Asistencia 3. Público

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

149

Figura 4.7 Gasto en educación Participación por quintiles

GPS

ERP

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 4.8 Gasto en educación Participación por percentiles

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Consumo GPS ERP

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Nota: Las líneas muestran una estimación no paramétrica de las participaciones (estimación por lowess).

150

Figura 4.9 Gasto en educación Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

educacion_GPS consumo educacion_ERP Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 4.10 Consumo y gasto en educación Participación de grupos por condición de pobreza

0

20

40

60

80

Consumo Educación - GPS Educación - ERP

Pobres extremos Pobres no extremos No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 4.11 Educación Indices de concentración

-40

-30

-20

-10

0

10

20

30

40

50

60

Adul

tos

Prim

aria

Tota

l ER

P

Pre-

esco

lar

Tota

l GPS

Med

ia

Técn

ica

Priv

ada_

med

Priv

ada_

pri

Uni

vers

idad

es

Priv

ada_

sup

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

151

Figura 4.12 Educación Indices de impacto redistributivo

-0.5

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0U

nive

rsid

ades

Priv

ada_

sup

Priv

ada_

pri

Priv

ada_

med

Técn

ica

Pre

-esc

olar

Med

ia

Adu

ltos

Prim

aria

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

152

Figura 5.1 Gasto per cápita en salud (PPP) y esperanza de vida Comparación internacional

ance and Italy, respectively, were used.

1998 in dollar terms.Inter-bank market rate used prior to 2002.

the rates on the open market.evised for this report.sactions from the Central Bank of Syria.

ut no estimates could be made.

0

50

100

150

200

250

300

350

400

Hai

ti

Nic

arag

ua

Hon

dura

s

Gua

tem

ala

Rep

.D

omin

ican

a

El S

alva

dor

Cub

a

Dom

inic

a

Cos

ta R

ica

Pan

ama

Mex

ico

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

Gasto per capita (2003) Esperanza de vida (2004)

Fuente: elaboración propia en base a datos de WHO.

Figura 5.2 Servicios de promoción, prevención, educación y comunicación de la salud Curvas de concentración

a) Campañas de información

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Campañas de información Consumo

b) Campañas de vacunación

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Vacunas Consumo

c)Servicios de promoción, prevención, educación y comunicación de la salud

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Servicios de prevención Consumo

Fuente: Elaboración propia sobre la base de EMNV 2005.

153

Figura 5.3 Atención médica pública Curvas de concentración

a) Atención de diarreas

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Atención de diarreas Consumo

b)Servicios de Atención Médica

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Servicios Médicos Consumo

c)Partos

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Partos Consumo

d)Atención Médica Pública

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Atención Médica Pública Consumo

Fuente: Elaboración propia sobre la base de EMNV 2005.

154

Figura 5.4 Gasto en salud Participación por quintiles

0.0

10.0

20.0

30.0

% d

el to

tal

1 2 3 4 5

Quintiles de consumo per cápita

Consumo Salud - GPS

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 5.5 Gasto en salud Participación por percentiles

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Consumo GPS ERP

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Nota: Las líneas muestran una estimación no paramétrica de las participaciones (estimación por lowess). Figura 5.6 Gasto en salud Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

salud_gps consumo salud_erp

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

155

Figura 5.7 Consumo y gasto en salud Participación de grupos por condición de pobreza

0

20

40

60

80

% d

el to

tal

Consumo Salud - GPS Salud - ERP

Pobres extremos Pobres moderados No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

156

Figura 6.1 Servicios Públicos Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI AlumbradoConsumo Rec. Res.Calles

Figura 6.2 Planes de vivienda Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Consumo

Titulos Vivienda

157

Figura 7.1 Agua y saneamiento Curvas de concentración

-0.2

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI Agua Consumo

Saneamiento Inv. Agua Inv. Saneamiento Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Figura 7.2 Agua Corriente y Saneamiento Participación por quintiles

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5

Quintiles de consumo per capita

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Figura 7.3 Consumo y gasto en Agua Corriente y Saneamiento Participación de grupos por condición de pobreza

0102030405060708090

Consumo Agua Corriente y Saneamiento

Pobres extremos Pobres no extremos No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

158

Figura 7.4 Agua Corriente y Saneamiento Indices de concentración

0

10

20

30

40

50

60

Agua

Tota

l Agu

a y

Sane

am.

Agua

Sane

amie

nto

Fina

nci.

Sane

amie

nto

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 7.5 Agua Corriente y Saneamiento Curva de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Agus y Saneamiento consumo

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

159

Figura 8.1 Fondo de Inversión Social de Emergencia Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1LPI EducaciónConsumo SaludAgua y Saneamiento Obras y ssProtección social FISE

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 8.2 Programas alimentarios Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

LPI PAININ Consumo

PINE PMA Total

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

160

Figura 8.3 Asistencia Social Participación por quintiles

GPS

ERP

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Figura 8.4 Asistencia Social Participación por percentiles

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Consumo Asistencia Social

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Nota: Las líneas muestran una estimación no paramétrica de las participaciones (estimación por lowess). Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

161

Figura 8.5 Asistencia Social Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Asistencia GPS consumo Asistencia ERP Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 8.6 Consumo y gasto en Asistencia Social Participación de grupos por condición de pobreza

0102030405060708090

Consumo Asistencia Social- GPS

Asistencia Social- ERP

Pobres extremos Pobres no extremos No pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

162

Figura 8.7 Asistencia Social Indices de concentración

-30

-20

-10

0

10

20

30

PM

A

Pro

tecc

ión

Soc

ial

PIN

E

Edu

caci

ón

Sal

ud

Agu

a y

Sane

am.

PAI

NIN

Otro

spr

ogra

mas

Tota

l GP

S

Tota

l ER

P

Obs

y S

SC

omun

it.

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 8.8 Asistencia Social Indices de impacto redistributivo

0.00

0.50

Pro

tecc

ión

Soc

ial

Ob

y S

sC

omun

it

Sal

ud

Otro

spr

ogra

mas

PIN

E

PM

A

PA

ININ

Edu

caci

ón

Agu

a y

Sane

amie

nto

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

163

Figura 9.1 Consumo y gasto en desarrollo rural Participación por quintiles

0.0

10.0

20.0

30.0

40.0

50.0

% d

el to

tal

1 2 3 4 5

Quintiles de consumo per cápita

Consumo Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Figura 9.2 Consumo y gasto en desarrollo rural Participación por percentiles

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Consumo Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

Figura 9.3 Consumo y gasto en desarrollo rural Participación por condición de pobreza

0.0

20.0

40.0

60.0

80.0

% d

el to

tal

Consumo Desarrollo rural

Pobres extremos Pobres moderados No pobres

164

Figura 9.4 Desarrollo rural Curvas de concentración TOTAL MTI

IDR MAGFOR

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Consumo Desarrollo rural

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1Consumo MAGFOR

Fondeagro Inafor

Asistencia técnica Iniciativa desarrollo rural

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Consumo IDR PRPR

KR-2 PCR

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Consumo MTI

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

165

Figura 10.1 Gasto social Participación por quintiles

GPS ERP

0

0

20

30

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

0

10

20

30

% d

el to

tal

1 2 3 4 5Quintiles de consumo per capita

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.2 Gasto social Participación por percentiles

0.0

0.5

1.0

1.5

2.0

2.5

3.0

0 20 40 60 80 100

Consumo GPS ERP

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

166

Figura 10.3 Funciones del gasto social Gasto por habitante (C$ anuales) GPS ERP

0

100

200

300

400

500

600

700

800

900

1000

1 2 3 4 5

Educación Salud Vivienda Asistencia social

0

200

400

600

800

1000

1 2 3 4 5

Educación Salud Vivienda Asistencia social Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.4 Funciones del gasto social Gasto como porcentaje del consumo total GPS ERP

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

50

1 2 3 4 5

Educación Salud Vivienda Asistencia social

0

10

20

30

40

50

60

70

80

1 2 3 4 5

Educación Salud Vivienda Asistencia social Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

167

Figura 10.5 Asignación del gasto social por condición de pobreza

GPS ERP

45%

55%

PobresNo pobres

53%

47%

PobresNo pobres

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.6 Funciones del gasto social por condición de pobreza Gasto por habitante (C$ anuales) GPS ERP

PobresNo pobres

Vivienda

Asistencia social

Salud

Educación

0

100

200

300

400

500

600

700

800

PobresNo pobres

Vivienda

Asistencia social

Desarrollo rural Salud

Educación

0

200

400

600

800

1000

1200

1400

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

168

Figura 10.7 Funciones del gasto social por condición de pobreza Gasto como porcentaje del consumo GPS ERP

0

5

10

15

20

25

30

35

Pobres No pobres

Educación Salud Vivienda Asistencia social

0

5

10

15

20

25

30

35

40

45

Pobres No pobres

Educación Salud Vivienda Asistencia social Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.8 Gasto social Curvas de concentración

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

GPS ERP consumo

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

169

Figura 10.9 Funciones del gasto social Curvas de concentración

GPS ERP

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Educación Salud Vivienda Asistencia social consumo

0

0.2

0.4

0.6

0.8

1

0 0.2 0.4 0.6 0.8 1

Educación Salud Vivienda Asistencia social consumo Desarrollo rural

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.10 Funciones del gasto social Indices de concentración

-15

-10

-5

0

5

10

15

20

Edu

caci

ónE

RP

Des

arro

lloru

ral

Tota

l ER

P

Sal

ud E

RP

Sal

ud G

PS

Asi

sten

cia

soci

al G

PS

Asi

sten

cia

soci

al E

RP

Tota

l GP

S

Edu

caci

ónG

PS

Viv

iend

a

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

170

Figura 10.11 Funciones del gasto social Indices de progresividad de Kakwani

0

1

2

3

E

duca

ción

Des

arro

lloru

ral

S

alud

Asi

sten

cia

soci

al

V

ivie

nda

GPSERP

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005. Figura 10.12 Programas sociales Indices de concentración

-40 -30 -20 -10 0 10 20 30 40 50 60 70

Adultos

PMA

FISE - Protección Social

Primaria pública

Desarrollo rural - MAGFOR

PINE

Desarrollo rural - IDR

FISE - Educación

FISE - Salud

Total ERP

Preescolar

Atención salud

Desarrollo rural - MTI

FISE - Agua y Saneamiento

PAININ

Prevención salud

Total GPS

Planes de vivienda

Secundaria

FISE - Obras comunitarias

Educación técnica

Secundaria subsidiada

Alumbrado público

Titulación de vivienda

Construcción calles

CONSUMO

Recolección residuos

Primaria subsidiada

Universidades públicas

Superior subsidiada

Pro-pobre

Pro-rico, pero progresivo

Pro-rico y regresivo

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

171

Figura 10.13 Programas sociales Indicador de impacto redistributivo

-0.5 0.0 0.5 1.0 1.5

Universidades públicas

Subsidio privado superior

Primaria privada subsidiada

Secundaria privada subsidiada

Titulación de Vivienda

Educación técnica

FISE - Protección Social

Pre-escolar

FISE - Obras comunitarias

FISE - Salud

PINE

Planes de Vivienda

PMA

PAININ

Secundaria pública

Adultos

FISE - Educación

FISE - Agua y Saneamiento

Prevención salud

MAGFOR

MTI

IDR

Primaria pública

Atención Médica Pública

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la EMNV 2005.

172