2
Didascalia. (http://www.didascalia.mex.tl ) Eduardo Chávez Romero. (http://eduardochavezromero.blogspot.com/ ) La educación líquida. Para Zygmunt Bauman, la vida líquida y la modernidad líquida se encuentran estrechamente vinculadas. La primera hace referencia al tipo de vida que tendemos por vivir en una sociedad moderna líquida. En este sentido, la sociedad moderna líquida es aquella en que las condiciones de acción de sus miembros cambian antes de que las formas de acción se consoliden en unos hábitos y en rutinas determinadas. La liquidez o fragilidad de la vida y de la sociedad se consumen la una a la otra reforzándose de forma simbiótica. Bauman considera que la vida líquida y la sociedad moderna líquida no pueden mantener su forma ni su rumbo durante mucho tiempo. La educación al ser parte de la vida (líquida) y de la sociedad (moderna líquida) de hoy día, no ha mantenido ni su forma ni su rumbo. Antes, el dato, la información, el conocimiento tenía un valor y estaba en lo duradero y la función de la educación era enseñar ese concepto y hacerlo verdad absoluta, inequívoca de la realidad. Las condiciones a inicios del segundo decenio del Siglo XXI han cambiado; por ejemplo, el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) dio a conocer la semana pasada partículas más rápidas que la luz, algo que hasta antes de esta noticia, la Física consideraba imposible. El rompimiento de paradigmas y la globalización del conocimiento (esto de la “globalización del conocimiento” es un tema a discusión y que por el momento lo dejaré en pendiente ya que el conocimiento a lo largo de la historia no ha sido ni globalizado ni usado por toda la humanidad, sino por los que han tenido el poder –para el Siglo XX y XXI

La educación líquida

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: La educación líquida

Didascalia. (http://www.didascalia.mex.tl)

Eduardo Chávez Romero. (http://eduardochavezromero.blogspot.com/)

La educación líquida.

Para Zygmunt Bauman, la vida líquida y la modernidad líquida se encuentran estrechamente vinculadas. La primera hace referencia al tipo de vida que tendemos por vivir en una sociedad moderna líquida. En este sentido, la sociedad moderna líquida es aquella en que las condiciones de acción de sus miembros cambian antes de que las formas de acción se consoliden en unos hábitos y en rutinas determinadas. La liquidez o fragilidad de la vida y de la sociedad se consumen la una a la otra reforzándose de forma simbiótica. Bauman considera que la vida líquida y la sociedad moderna líquida no pueden mantener su forma ni su rumbo durante mucho tiempo.

La educación al ser parte de la vida (líquida) y de la sociedad (moderna líquida) de hoy día, no ha mantenido ni su forma ni su rumbo. Antes, el dato, la información, el conocimiento tenía un valor y estaba en lo duradero y la función de la educación era enseñar ese concepto y hacerlo verdad absoluta, inequívoca de la realidad. Las condiciones a inicios del segundo decenio del Siglo XXI han cambiado; por ejemplo, el Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) dio a conocer la semana pasada partículas más rápidas que la luz, algo que hasta antes de esta noticia, la Física consideraba imposible. El rompimiento de paradigmas y la globalización del conocimiento (esto de la “globalización del conocimiento” es un tema a discusión y que por el momento lo dejaré en pendiente ya que el conocimiento a lo largo de la historia no ha sido ni globalizado ni usado por toda la humanidad, sino por los que han tenido el poder –para el Siglo XX y XXI hablaríamos de los que han tenido más dinero-) han hecho de lo duradero algo cansino.

La educación y su liquidez se encuentran en la fragilidad de lo que se enseña como moda pedagógica y en los vínculos humanos, que sólo sirven durante un lapso determinado para luego ser desechados o en el mejor de los casos, ser actualizados en la World Wide Web. La educación de hoy, no está cimentada por la acumulación de conocimientos o de vínculos humanos sino por la breve liquidez de alegría que pueda proporcionar y hasta nuevo aviso será la moda a vestir/enseñar.

No quiero sonar cansino por la añoranza de la educación del dato y conocimiento verdadero y absoluto, pues más bien creo que pocas cosas en la vida son para siempre, entre ellas está la vida misma y el aprendizaje permanente; pero tampoco quiero que se me entienda como educador líquido, más bien creo fehacientemente que la solidificación de los vínculos humanos harán de una sociedad y por ende de la educación, un factor de mayor reflexión/acción y no sólo de modas pasajeras. Si educamos en liquidez, vivimos en incertidumbres duraderas; si educamos para aprender a vivir en la liquidez vivimos en certidumbres pasajeras. La cuestión está en aprender/enseñar sólidamente.