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Principales elementos y autores de la entrevista clínica en psicología.
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La entrevista en psicología clínica
El psicólogo norteamericano Lightner Witmet utilizo por primera vez, en 1896 la
expresión de psicología clínica. La definió como “método de investigación
consistente en examinar, con una perspectiva generalizadora, las aptitudes de los
sujetos y sus deficiencias.
La psicología clínica basa sus métodos de investigación en el enfoque de
conductas, actitudes y no necesariamente incluye de forma manifiesta términos
básicos del psicoanálisis, pero si queda asentado que es de la practica
psicoanalítica, así como de los esfuerzos de Freud y sus discípulos de donde
surge la entrevista clínica, el método, la técnica y sus principales postulados.
La entrevista clínica va tomando acentos distintos de acuerdo al tipo de enfoque:
entrevista familiar sistémica, clínica en psicología conductual, psicoterapia de Carl
Rogers, psicología transaccional, bioenergética, psicología del yo, psicología del
self, entre otras.
Toda persona que ejerza la entrevista clínica debe tener conocimientos previos
acerca del marco teórico psicoanalítico, para tener acceso al intrincado mundo de
los simbolismos y formaciones de compromiso (síntomas) producto de las
relaciones entre las necesidades inconscientes que posteriormente se enlazaron a
ideas preconscientes y conscientes.
El psicólogo clínico que está interesado en la práctica clínica debe adiestrarse
dentro de la corriente teórica de su interés, a nivel conceptual (teórico), vivencial
(análisis propio o didáctico); preferentemente bajo supervisión especializada.
Ningún profesional puede atender a otra persona cuando el mismo se encuentra
preocupado por algún malestar físico o emocional ya que disminuyen sus
capacidades perceptivas y afectivas.
El costo de una entrevista en psicología clínica no suele abordarse en grupos de
formación, de reflexión, o de trabajo. El cobro del trabajo psicológico clínico debe
poder solventar las condiciones para sostener un consultorio.
La entrevista clínica tiene una duración que varía entre los 20 y 50 minutos,
dependiendo de la institución como sucede a veces con los médicos o de la
inclinación teórica del entrevistador. Para la entrevista psicológica las entrevistas
posteriores o de tratamiento mantienen una duración de 45 minutos, pero la
entrevista inicial podrá llegar hasta una hora y media, dependiendo del caso.
Al estar frente a frente con el entrevistado, el entrevistador debe mostrar una
actitud atenta de escucha, sin presionar el flujo de información, ni interrumpir a
quien emite el discurso y es de suma importancia que el entrevistado se sienta
comprendido y atendido.
Un buen entrevistador debe tener ciertas características que ayudaran a
desempeñar mejor su trabajo, tales como: el tono de voz, su posición corporal, el
que establezca empatía de manera natural, mantener contacto visual, indagar los
orígenes de consulta del entrevistado, evitar hacer preguntas sugeridas y repetir
preguntas que ya hayan sido respondidas, utilizar silencios cuando es necesario,
expresarse con un lenguaje accesible, promover al entrevistado que se explaye,
evitar refutar agresivamente u ofender al entrevistado, evitar con amabilidad que el
entrevistado se extienda innecesariamente, hacer preguntas lógicas para explorar
factores hipotéticos, investigar las experiencias del entrevistado en alguna etapa
de su vida, valorar factores físicos o biológicos que participan en la problemática,
no preguntar aspectos íntimos de la vida del entrevistado a menos de que sea
pertinente, retroalimentar las expresiones espontáneas del entrevistado, no
adelantar recomendaciones o consejos, evitar los consejos moralistas, establecer
fecha y hora para la próxima cita, realizar un cierre formal de la entrevista,
explicar al paciente las conclusiones a las que ha llegado al final de la entrevista,
orientar al entrevistado sobre las posibles repercusiones de no tomar tratamiento
psicoterapéutico y explicar en qué consiste el proceso de psicoterapia.
El termino neutralidad del entrevistador requiere a la capacidad que debe
mantener el entrevistador para mantener y contener los afectos del consultante sin
actuarlos a través de juicios o actitudes moralistas.
El entrevistador debe tener siempre en mente que mientras su labor este centrada
en el deseo de entender a su entrevistado, posteriormente podrá ser más fácil
ubicar y señalar estos procesos y no tener temor de presentarse como estudiante
de los últimos semestres, ser soltero, casado, sin experiencia en los casos, etc.
Todo proceso psicológico opera desde el momento en que el consultante,
motivado por sus propias necesidades de ayuda, busca establecer contacto con
un psicólogo, basándose en la idea de que alguien podrá entenderle, guiarle o
resolver sus intranquilidades.
El entrevistador aborda el motivo manifiesto de la consulta, mediante algunas
intervenciones aclaratorias que proporcionen más información y claridad acerca
del malestar y el tema a tratar. Es necesario comunicar al entrevistado nuestra
primera impresión acerca de los que hemos escuchado, para corroborar la
certidumbre y evitar algún malentendido, haciendo hincapié en que esto no es aún
un diagnostico del problema, es una evaluación parcial.
La declaración final es el momento en el que el entrevistador puede hacer un
recuento de algunos de los datos que considere relevantes en la vida de la
persona a manera de confirmación de que todo lo que se escucho se entendió de
manera adecuada. En la entrevista clínica implica el momento en el que el
paciente se sienta escuchado y atendido, además da la posibilidad de corregir
malas interpretaciones por parte del entrevistador y hacer confrontaciones y
aclaraciones del material obtenido o bien apuntar la relevancia en algunos datos
que pueden pasar desapercibidos por el entrevistado de manera inicial.
En el cierre de la primera entrevista se concretan las frecuencias de las
entrevistas, la duración de las mismas, los días, el horario y honorarios.
Los mecanismos de defensa, la represión, el desplazamiento, la proyección,
formación reactiva y la sublimación, son elementos importantes para trabajar en
un proceso terapéuticos donde en algunas ocasiones alguno de ellos hacen
fracasar la terapia.