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Para ir gestionando cada uno de los obstáculos que se nos van presentando en la vida, necesitamos la fuerza de voluntad. En
las cosas que nos resultan fáciles, lo hacemos sencillo, rápido y bien. Cuando estamos motivados, no “necesitamos” la fuerza de voluntad. pero cuando la resolución es “difícil”, o “nos cuesta”, nos hace falta una fuerza interior que nos empuje o lleve si o si,
a la consecución de nuestro objetivo y persistir en ello. Nuestros propósitos muchas veces son saboteados por nuestros
pensamientos que nos hacen desistir de ello.
La fuerza de voluntad, al igual que la motivación, no es una actitud que se nace o no se nace con ello. Al contrario, la fuerza de voluntad es algo que se ejercita, se desarrolla y se robustece con la práctica
constante, es como un músculo, necesita ejercicio. La voluntad es un puente de doble
circulación entre el pensar y el hacer. Es decir, transformar el pensamiento que tenemos ante un
objetivo a una realidad visible.
La fuerza de voluntad ya la tienes,
simplemente hay que ser consciente de que hay que potenciarla y ejercitarla
para mejorar.
Así pues, cuando decides o deseas conseguir un objetivo, ya sea por ejemplo dejar de fumar,
adelgazar, hacer ejercicio, estudiar, ahorrar dinero, conseguir una meta laboral, o incluso tareas más pequeñas cotidianas que nos cuestan hacer, como fregar los platos, hacer la cama, o incluso parar
nuestros pensamientos cuando nos preocupa algo, la fuerza de voluntad es imprescindible para ello. Y no hay que confundir fuerza de voluntad con
sacrificio.
La fuerza de voluntad se refuerza con cada victoria, con cada objetivo conseguido. Queda
memorizado en nuestro cerebro, con las conexiones neuronales, las victorias o derrotas de los
objetivos que nos marcamos y que logramos con éxito o no.
Es por ello, que podemos “engañar” al cerebro, o lo que es lo mismo, entrenarlo con diferentes temas o
ejercicios que no nos suponen un esfuerzo, y al ejercitarlo y robustecerlo, hacemos que, cuando
queramos conseguir algo que si es importante para nosotras, el cerebro ya está lo suficientemente
fortalecido para que sea fácil conseguir nuestras metas. Te dejo aquí un pequeño
ejercicio para ejercitar la fuerza de voluntad,
uno de los muchos que hay, para que lo realices en cualquier sitio, a cualquier hora, con ello, verás cómo se fortalece tu fuerza de voluntad día a día: Realiza este ejercicio, tantas veces al día como desees, en cualquier sitio o momento suelto que
puedas tener. Es un ejercicio muy poderoso cuanto más lo ejercitas. Puedes permanecer sentada o de pie, parada, en silencio y durante cinco minutos.
Puedes pensar en algo o no pensar en nada, puedes moverte o no, puedes hacer algo o no, puedes sentir
algo o no sentir nada, siempre y cuando deliberadamente, ya sea oral o mentalmente la decisión de actuar antes de actuar. Cualquier
pensamiento, sentimiento o acción involuntaria, el automático que solemos tener, que sea descubierta
deberá ser detenida y copiada. Cualquier duda, indecisión que pueda salir no te preocupes eso
forma parte de la musculación..
El repetir muchas veces irá debilitando progresivamente ese automático que nos sabotea.
Ejemplo del ejercicio: te pones de pie.
decisión: voy a caminar hasta esa pared.
acción: caminas hasta esa pared.
decisión: me rasco la cabeza con la mano derecha.
acción: me rasco la cabeza con la mano derecha.
decisión: miro hacia el lado derecho.
acción: miras hacia el lado derecho
En cualquier momento que veas que realizas cualquier movimiento que antes no hayas decidido, debes parar ese movimiento, y oral o mentalmente,
tomar la decisión y después realizar la acción. Estos ejercicios puedes realizarlos en cualquier sitio, el tren, el bus, en una sala de espera, en el
trabajo, en tu casa o donde tú más quieras.
Ten en cuenta que cuanto más lo realices más dominio tendrás de tu voluntad y por lo tanto de tu
vida. La falta de tiempo, no será nunca un impedimento para realizar esta musculación.
Incluso, te recomiendo que te puedas poner una alarma en el móvil ,por ejemplo, para que, de
forma automática cada día, te la programes de dos a tres veces y así lo hagas fácil.
Cuando domines tu fuerza de voluntad, cuando disciplines tu voluntad, tendrás el dominio de tu mente, y por lo tanto el éxito en tus objetivos de una forma fácil
y sin esfuerzo. Te liberas de la debilidad, la pereza el mal genio o la
inconstancia. Te hace más libre, te hace dueña de ti misma.