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La Generación de Caleb por Steve Kelly

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La Generación de Caleb por Steve Kelly

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Copyright © Wave Publishing LLC, 2015. Todos los derechos reservados. Ninguna porción de este libro podrá reproducirse, almacenarse en algún sistema de almacenamiento y recuperación de información ni transmitirse en forma alguna o por cualquier medio, sin el permiso previo por escrito de la editorial. Título original en inglés: The Caleb Generation Copyright © Wave Publishing LLC, 2013. Traducción: pica6.com (con la colaboración de Salvador Eguiarte D.G.). A menos que se indique lo contrario, todas las citas bíblicas han sido tomadas de Santa Biblia, versión Reina-Valera 1995, Reina-Valera 95® © Sociedades Bíblicas Unidas, 1995. Usada con permiso. Las citas bíblicas marcadas con NTV han sido tomadas de Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Usado con permiso de Tyndale House Publishers, Inc., 351 Excecutive Dr., Carol Stream, IL 60188, Estados Unidos de América. Todos los derechos reservados. ISBN: Impreso en:

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Contenido Introducción Planea tus batallas Nada contra la corriente Entiende la negatividad Mantén tu pasión VE Confía en las promesas de Dios Sigue luchando Conquista tu montaña

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Nunca eres demasiado viejo para soñar un sueño nuevo. C.S. Lewis La mejor manera de hacer que un esposo haga algo es sugerir que posiblemente sea demasiado viejo para hacerlo. Shirley MacLaine Si es inevitable que se tracen arrugas en nuestras cejas, no permitas que se marquen sobre el corazón. El espíritu nunca debería envejecer. James A. Garfield Nunca es demasiado tarde para brillar; nunca. George Eliot

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Introducción Envejecer es un hecho de la vida del cual no podemos escapar. Cada ser humano, si él o ella es lo suficientemente afortunado para sobrevivir más allá de los cuarenta, experimenta una variedad de emociones, sensaciones y cambios físicos que acompañan a una larga vida. Cada generación experimenta eventos transformadores que moldean quiénes son e influencian cómo viven. Como lo demuestran las citas anteriores, se han hecho muchos comentarios sentidos así como humorísticos acerca de la etapa de la vida que es considerada «la mediana edad» y más allá. Lo gracioso es que con cada año que pasa sigo cambiando la definición de mediana edad. ¿Es a los cuarenta: la mitad entre el nacimiento y la expectativa de vida actual de ochenta? ¿Es a los cincuenta: la mitad de los cien? ¿Es a los sesenta: la mitad entre los veinte y los cien años?

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Sin importar cómo definas envejecer, este libro es para ti. Aun y si te encuentras todavía en tus años de adolescencia, este libro te puede ayudar. Si tienes la actitud correcta puedes lograr grandes cosas. A cualquier edad. La Generación de Caleb se trata de rehusarse a conformarse con la mediocridad. Se trata de ignorar los obstáculos de la vida y enfocarse en el plan de Dios para lograr la grandeza en y para Su Reino.

La Generación de Caleb toma su nombre del gran líder israelita quien se unió a Josué y dio un informe positivo a Moisés después de espiar la tierra de Canaán, la cual Dios les había prometido. Caleb alentó a la gente a creer las promesas de Dios. Pero otros diez espías se enfocaron en el tamaño del enemigo, y el pueblo de Israel decidió acepar el informe negativo y rehuyeron colectivamente al desafío, consumidos por el miedo. La Generación de Caleb es un término que he acuñado para el grupo de personas entre 40-85 años, que fue el tiempo de vida de Caleb desde el momento en

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que vio la Tierra Prometida por primera vez, hasta que obtuvo la Tierra Prometida. Este libro es un clamor de convocación para las personas de ese grupo de etario. Para que comprendamos, como Caleb, que envejecer no significa desacelerar. Envejecer no es algo malo; es un asunto humano. Si perteneces a La Generación de Caleb, tu ejemplo de fidelidad y servicio a Dios es necesario, ahora más que nunca, para las generaciones más jóvenes.

En Josué 14, después de cuarenta años de deambular por el desierto, encontramos a Caleb compartiendo la historia y enseñando los principios de fidelidad y fortaleza en Dios que lo sostuvieron y lo alentaron cuando estaba finalmente por entrar a la Tierra Prometida. Por fin iba a conquistar la montaña que Dios le había prometido cuatro décadas antes. La Generación de Caleb se trata de nunca rendirse. Se trata de mantener tu pasión por las cosas de Dios y de conquistar tu montaña.

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No te conformes con lo segundo mejor. No pierdas la visión aun y cuando tu vista comience a apagarse. No dejes el cuerpo de Cristo cuando tu cuerpo se debilite. Renueva tu fuerza. Levántate sobre las voces negativas y las circunstancias difíciles que enfrentes. Como dijo Winston Churchill mientras le dirigía unas palabras a su alma mater en 1941: «Nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, nunca, te rindas. Nunca cedas. Nunca te rindas. Nunca te rindas».

No importa la edad que tengas, si tienes el espíritu para trabajar y la fe para creer, puedes reclamar las promesas de Dios. Puedes reclamar tu montaña. No abandones los sueños que Dios puso en tu corazón, incluso aunque hayan pasado décadas. Si crees que Dios no ha terminado de trabajar en tu vida; si crees que si todavía estás respirando hay trabajo que hacer, este libro es para ti. Eres un miembro de La Generación de Caleb.

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1. Planea tus batallas ¿Alguna vez has tratado de correr una carrera sin haber invertido entrenamiento en las semanas y meses previos al evento? ¿Alguna vez has resuelto un examen sin estudiar? ¿Alguna vez has jugado un deporte o un juego sin conocer las reglas? Si lo has hecho, conoces el dolor, la incomodidad y la plena frustración de tratar de hacer algo para lo que no estás preparado —o todavía peor— no tienes la pasión para proseguir. Lamentablemente, la gente comete este error regularmente, y en cosas mucho más importantes que una actividad recreativa. Con frecuencia, nuestras mayores incomodidades en la vida provienen de dificultades autoinfligidas. Con demasiada frecuencia entramos en una situación o nos unimos a una causa sin analizar todas las razones, beneficios o costos asociados con nuestra decisión. Al igual que los israelitas que escucharon el informe negativo de los espías infieles, escuchamos un informe

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que nos agita o que eleva nuestras emociones y, en poco tiempo, estamos huyendo de la batalla que Dios anhela que peleemos. O peor, nos echamos de cabeza en un conflicto que ni siquiera entendemos A medida que consideremos el mensaje y el ejemplo de Caleb descubriremos sabiduría que nos capacitará para evitar quedar atrapados en la pelea equivocada. Lo primero que aprendemos al leer sus palabras es el poder de planear nuestras batallas:

Yo tenía cuarenta años de edad cuando Moisés,

siervo de Jehová, me envió de Cades-barnea a

reconocer la t ierra, y yo le traje noticias como lo

sentía en mi corazón. i

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Evita batallas que no tengan importancia para el Reino

El primer filtro y el más sencillo de usar al decidir sobre si va a involucrarse en un conflicto es si la batalla tiene alguna importancia para el Reino. Caleb estaba operando como un espía en este pasaje. Era parte de las fuerzas de élite, una unidad de operaciones especiales de la milicia israelita. Él, junto con otros once líderes, fueron detrás de las líneas enemigas bajo un gran riesgo porque esta era una misión sumamente real y de gran importancia para el Reino. La manera en que Caleb terminó su espionaje de la Tierra Prometida es uno de los relatos más conocidos del Antiguo Testamento. Los judíos eran el pueblo escogido de Dios pero se alejaron de Él y adoraron dioses extranjeros. Como consecuencia, el libro de Éxodo nos dice que los egipcios los esclavizaron por más

de 400 años.ii

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Ellos finalmente escaparon del faraón y cruzaron el Mar Rojo a través de una intervención milagrosa de Dios

quien partió las aguas y cruzaron por tierra seca.iii Iban

camino al destino que Dios le había prometido a

Abraham más de veinte generaciones antes.iv

Liberar a la nación de Israel hacia la Tierra Prometida era una batalla importante para el Reino, si es que iba a haber un Reino. A pesar de repetidos fracasos y errores frecuentes, la promesa de Dios finalmente se cumpliría, y Caleb estaba determinado a participar en la obra de Dios. Caleb no se intimidó por los «gigantes»v, porque

estaba en una misión del Reino. Cuando 83% de los espías temblaron de miedo y les dijeron a los israelitas: «No podemos subir contra aquel pueblo, porque es más

fuerte que nosotros»,vi solamente Caleb se levantó delante de la multitud y declaró un mensaje diferente: «Subamos luego, y tomemos posesión de

ella, porque más podremos nosotros que ellos».vii

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Caleb sabía que Dios estaba en la batalla, y, por lo tanto, la victoria estaba asegurada. Una parte clave de planear tus batallas es tomar la clara determinación de que la batalla en la que entres sea de importancia para el Reino.

Sigue a tu líder a la pelea

Caleb estaba confiado en Dios, pero también tenía confianza en la misión porque confiaba en su liderazgo. Dice en Josué 14:7: « Yo tenía cuarenta años de edad cuando Moisés, siervo de Jehová, me envió...». Caleb identifica adecuadamente la jerarquía que Dios había establecido. Es interesante que identifica a Moisés como «siervo» del Señor. Caleb sabía que Moisés era el hombre escogido que Dios había usado para guiar al pueblo de Israel. La valentía de Caleb provenía en parte de su comprensión de la fidelidad de su líder. Por supuesto que Moisés cometió errores. Era humano, como todos los líderes. De hecho, a Moisés no

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se le permitió entrar a la Tierra Prometida a causa de sus transgresiones. Cuando Moisés desobedeció a Dios en la manera en que sacó agua para los israelitas, Dios le prohibió la entrada a la tierra que su corazón anhelaba

ver.viii

A pesar de las fallas de Moisés, Caleb permaneció siendo obediente al liderazgo de Moisés. Moisés se tropezó una o dos veces, pero Caleb vio la mano de Dios en los pasos de su líder y lo siguió fielmente a la batalla. A lo largo de los años, he visto a muchas personas descorazonarse cuando un líder comete un error. A menudo se desconectan del mismo lugar y plan que Dios tenía para ellos porque un líder falló en ser perfecto. Como lo demuestra Caleb, la conexión con el liderazgo es primordial. Descubrió su destino al permanecer sometido a la autoridad que Dios señaló. Caleb descubrió las promesas de Dios cuando siguió a su líder a la pelea.

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No pelees la batalla de otra persona

Probablemente el elemento más crucial de planificar tu batalla es asegurarte de estar peleando tu batalla. Caleb estaba peleando con su pueblo y por él. Estaba peleando por lo importante para el Reino. Estaba siguiendo a su líder. No había duda de que estaba bien alineado. Había deambulado en el desierto, y había caminado por los valles de la vida y estaba parado sobre las promesas de Dios, junto con su familia. No había disputa de que aquí era donde pertenecía. No obstante, hubo abundantes disputas a su alrededor que rehusó tomar como propias. Cuando otros dudaron, se quejaron y se rebelaron, Caleb se mantuvo en su fe en Dios y permaneció sin que le afectaran las contiendas a su alrededor. Los israelitas en repetidas ocasiones cuestionaron a su liderazgo e incluso a Dios, pero no hay registro de que Caleb se haya unido al festival de quejas.

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De hecho, en Josué 14:8, Caleb dice que incluso cuando sus hermanos hicieron desfallecer el corazón del pueblo: «Yo me mantuve fiel a Jehová, mi Dios».

¡Qué testimonio tan poderoso! Caleb fue fiel a Dios incluso cuando otros fallaron. Si solo todos fuéramos como Caleb. La próxima vez que escuches la murmuración de tus compañeros creyentes, ¿serás como Caleb? ¿Te mantendrás fiel a Dios? ¿Ignorarás a los cínicos y a los críticos y te mantendrás firme en Cristo? Con mucha frecuencia, el quejumbroso atrae a otros

y poco tiempo después hay una gran pelea que consume a los obreros y que evita que entremos a la batalla real que Dios nos está pidiendo que peleemos. Muchas veces he escuchado la queja de alguien en la iglesia y he pensado: Eso suena terrible. Pero he aprendido a evitar hacer comentarios o tomar una decisión hasta escuchar toda la historia. Como pastor, he descubierto que hay tres lados para cada discusión. Están los primeros dos lados,

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proclamados por cada persona en el desacuerdo, y luego hay un tercer lado que es la verdad. Proverbios 18:17 explica este fenómeno al hablar de procedimientos legales. «Justo parece el primero que aboga por su causa, pero viene su adversario y le rebate». Como pastor he descubierto la verdad de este versículo muchas veces. La próxima vez que alguien te pida levantarte en

armas en un conflicto, pregúntate (1) si es una batalla importante para el Reino; (2) si tu líder te está llamando a pelear; y (3) si es una batalla que se supone que tú debas pelear. Si no, recurre al ejemplo de Jesús en Lucas 12:13-14. Dos hermanos se acercaron a Jesús en una discusión y Jesús les preguntó: «¿Quién me ha puesto sobre vosotros como juez o partidor?». Jesús se rehusó a involucrarse porque no era una pelea de importancia para el Reino y no era Su batalla.

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En lugar de involucrarte en la batalla de alguien más, aliéntalo a seguir el orden de la instrucción dada por Jesús en Mateo 18. Jesús nos enseñó a manejar las disputas con el orden siguiente:

- Habla directamente con el individuo (v. 15).

- Háblenlo con dos o tres personas, si fallan en reconciliarse en la primera conversación (v. 16).

- Si, después de discutirlo directamente, con dos o tres personas más, todavía no hay reconciliación entonces llévalo al cuerpo de la iglesia (v. 17).

Evitar las batallas de otras personas es una parte significativa de ser miembro de La Generación de Caleb. Planifica tus batallas mediante alinearlas con la importancia para el Reino, bajo la dirección de tu líder.

Encontrarás la pasión y la fuerza para la batalla. Dale

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vuelta a la página para leer acerca de un personaje de la historia estadounidense que planeó sus batallas. Un miembro honorario de La Generación de Caleb, Ulysses S. Grant.

Ulysses S. Grant (1822-1885)ix

Ulysses S. Grant fue un general de la Guerra Civil del lado del Norte y se convirtió en el 18o presidente de los Estados Unidos. Antes de estos logros, el presidente Grant sufrió periodos difíciles y aprendió lecciones valiosas.

Como todos los miembros de La Generación de Caleb, no descubrió su verdadero potencial hasta que llegó a los cuarenta años o más allá. Se graduó de West Point a los 21 años y peleó en la Intervención Estadounidense [de México] en 1846-48. Se casó con Julia B. Dent en 1848. Fue enviado a un

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puesto militar en California de 1852-54 sin su esposa y sus dos hijos jóvenes. Deprimido por vivir lejos de su familia, Grant renunció a su comisión y empezó a trabajar en una granja cerca de San Luis, Misuri. Durante ocho años, casi durante la totalidad de sus treinta y tantos, Grant tuvo muchas dificultades. Sin la vida disciplinada de la milicia, falló en mantenerse concentrado y rápidamente probó ser un hombre de negocios mediocre. Batalló con el alcoholismo y

generalmente se encontraba en un lugar miserable física y espiritualmente. Él pertenecía a la lucha. Era un soldado y la vida civil para él era claramente un error. Cuando estalló la Guerra Civil fue llamado a convertirse en Coronel de la 21a Infantería de Illinois, solamente a unos meses de su cuadragésimo cumpleaños. Unos meses después, el presidente Lincoln le solicitó al Congreso que elevara a Grant al rango de General Brigadier. Grant continuó con su crecimiento meteórico por los rangos del liderazgo del ejército estadounidense a lo

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largo de la Guerra Civil, culminando con la recepción de la rendición del General Robert E. Lee el 9 de abril de 1865, con lo que terminó la guerra civil y finalmente se abolió la esclavitud en los Estados Unidos. Grant más tarde fue hecho el primer General de Cuatro Estrellas en la historia de los EE.UU. Cuatro años después de que terminó la Guerra Civil fue electo presidente de los Estados Unidos y sirvió dos periodos. Uno de los sellos distintivos del liderazgo de Grant

era su voluntad tenaz y su planificación estratégica. ¿Cómo obtuvo Grant su entrada a La Generación de Caleb?

1. Peleó una batalla con importancia para el Reino. El corazón de Dios por la justicia anhela libertad para todos. Terminar con la esclavitud en los Estados Unidos ciertamente califica como una batalla con «importancia para el Reino».

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2. Siguió a su líder a la batalla. Al igual que Caleb,

la sumisión de Grant al liderazgo lo facultó para alcanzar su meta. El presidente Lincoln lo llamó a servir, y él lo hizo fielmente. Cuando los otros se quejaron de los defectos de Grant (como los israelitas de Moisés), el presidente Lincoln simplemente dijo: «No puedo darme el lujo de

perder a esto hombre; él sí pelea».

3. Él no peleó las batallas de otras personas. Ulysses S. Grant era inflexible y firme en su convicción para pelear la Guerra Civil. Su atención singular al panorama completo de ganar la guerra evitó que participara en disputas políticas con otros líderes militares. Este rasgo le ganó pocos amigos, pero ganó la guerra. Sabía que cada minuto que pasara enfocado en desacuerdos intrascendentes era un minuto desperdiciado. Tan enfocado estaba Ulysses S. Grant, que se dice que un soldado de la Unión reportó: «¡Ulysses no se

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espanta con nada!», x después de haber recibido

órdenes del General Grant mientras había bombas explotando a su alrededor.

Mucho se ha escrito acerca de la grandeza de Ulysses S. Grant. Muchos lo han criticado por su

debilidad moral; a pesar de todas sus dificultades y a pesar de todas las críticas, Ulysses S. Grant permanece como uno de los mayores líderes de la historia estadounidense porque no se rindió. A una edad en la que algunas personas podrían pensar que ya había pasado sus mejores años, Grant planeó sus batallas. Y ganó. Por su convicción y su fidelidad, Ulysses S. Grant se merece ser miembro de La Generación de Caleb.

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2. Nada contra la corriente Permanecer en una creencia cuando la amplia mayoría de personas están en desacuerdo contigo es una de las cosas más difíciles de hacer en la vida. Aun y cuando estés confiado en una posición si alguien cercano te desafía en tu opinión, es difícil no preguntarte si no estás cometiendo un error. Sin embargo, Caleb no revisó sus convicciones incluso cuando la abrumante mayoría de espías estaba en desacuerdo con él. Aun y cuando la nación entera de Israel ignoró su recomendación, no vaciló. Describió su acción al traer las noticas a Moisés «como

lo sentía en mi corazón».xi

Si la misión de los doce espías era como la mayoría de las operaciones militares, posiblemente hubo una discusión y una preparación entre los espías antes de rendir el informe a Moisés y a la nación de Israel. La trascendencia de la operación no se puede exagerar. Los

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israelitas habían escapado de la terrible opresión de los egipcios y estaban en camino a finalmente morar en la Tierra Prometida por Dios. Dada la importancia extrema del momento, parece bastante probable que los espías hayan tenido una discusión interna antes de volver al cuartel general. Probablemente la conversación se desarrollo en la siguiente manera (los nombres usados son los nombres reales de los espías como está registrado en Números

13): Palti.— En ese país hay personas inmensas. ¿Vieron el tamaño de esos soldados? Setur.— ¡Claro que sí! ¡Recórcholis! No hay forma en que podamos derribar a esos tipos. Aun y si tuviéramos al ejército de egipcio, que no lo tenemos, creo que perderíamos. Caleb.— ¿No se les está olvidando que nosotros ya vencimos al ejército egipcio? Nuestro Dios también puede entregar a este pueblo en nuestras manos.

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Josué.— Así es, Caleb. Estoy de acuerdo contigo. Igal.— ¡Están locos! ¡Sueñan! Tenemos que darle un informe a Moisés y tenemos que basarlo en los hechos. ¡Las circunstancias a nuestro alrededor son bastante claras: los cananeos son inmensos y nosotros somos como unos ínfimos saltamontes comparados con ellos! Caleb.— Sí, pero la fe es mayor que las circunstancias. Dios es más grande que todos los cananeos. Samúa.— Ni siquiera sé por qué están discutiendo con

nosotros. Atención, levantando la mano, ¿cuántos creen que debemos atacar a los cananeos? [Solamente Josué y Caleb levantaron las manos]. Samúa.— Creo que está bastante claro, Caleb. Por una votación de 10 a 2, tu posición es refutada. Caleb.— No es mi posición; es la posición de Dios. Es lo que Él quiere, ¡es lo que nos prometió! Samúa.— Escucha, Caleb, vamos a dar este informe. Soy de la tribu de Rubén y es mi responsabilidad emitir

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el informe oficial y va a decir que aunque la tierra está llena de abundancia y que es claramente próspera, el pueblo de Canaán es demasiado fuerte y fortificado como para que lo venzamos. Por lo tanto, no deberíamos entrar en batalla con ellos. Caleb.— Bueno, yo soy de la tribu de Judá, y puedo prometerte que antes de que todo esto termine vamos a tener algo que decir acerca del cumplimiento de las promesas de Dios.

Probablemente la conversación hace miles de años no fue idéntica al diálogo anterior, pero no hay duda de que Caleb fue probado. Su determinación y su compromiso por lo que sabía que Dios quería fue desafiado. Primero, por los hombres de su compañía, y luego por la enorme multitud. Solamente Josué estuvo de acuerdo con él, e incluso Josué no habló (según Números 13) cuando el pueblo decidió escuchar el informe negativo.

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Seguramente no fue fácil para Caleb levantarse delante de todos y decir su opinión. Sin embargo lo hizo. En tu vida, vendrán momentos de prueba. Habrá circunstancias que desafiarán tu fe en Dios. Se levantarán crisis: dificultades físicas, tensión financiera, heridas en las relaciones, etcétera. En todas estas cosas, debemos ser como Caleb. No debemos solamente estar dispuestos, sino también ser capaces de nadar contra la corriente. Una cosa es querer nadar contra corriente, pero es otra cosa ser capaz de hacerlo. Caleb usó una palabra que es mencionada a lo largo de la Biblia: «Corazón». La palabra hebrea, lebab, como fue usada por Caleb, es definida como «hombre interior, mente, voluntad, alma

o entendimiento».xii La palabra implica una convicción profunda y establecida, inamovible. También implica el elemento básico de todos los miembros de La Generación de Caleb: FE.

Sin fe es imposible agradar a Dios. xiii Sin fe es

imposible ser miembro de La Generación de Caleb.

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A pesar de la impresionante cantidad de personas que disputaron la opinión de Caleb y que se rehusaron a aceptar su informe, Caleb nunca cambió de opinión porque estaba convencido en su corazón de que Dios le daría la victoria a Israel. La profunda determinación en su corazón le dio la habilidad de nadar contra una corriente que todos los líderes enfrentan en cierta manera durante su vida: la corriente de la opinión popular.

En el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo escribe en Gálatas 6:9: «No nos cansemos, pues, de hacer bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos». Al igual que Caleb, Pablo entendió que a través de cada circunstancia y de cada temporada, lo que marca la diferencia entre alguien que florece y alguien que se aparta es una cuestión del corazón. Establece en tu corazón que vas a seguir a Dios sin importar qué. Extrae fuerzas del ejemplo de Caleb, quien soportó burlas y mofas y rechazo rotundo por parte de millones de

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personas. Verdaderamente nadó contra la corriente. Tú también puedes.

George Edward Foreman

(1949- )xiv

George Edward Foreman posiblemente sea mejor conocido por los más jóvenes como el vendedor del Asador George Foreman, una parrilla para cocinar carne que reduce la grasa y que ha vendido más de cien millones de unidades en los quince años después de su lanzamiento. Pero, para los miembros de La Generación de Caleb, George Foreman es recordado como un boxeador de peso completo que peleó en las mejores épocas del pugilismo. Cuando nombres como Ali y Frazier dominaban el mundo deportivo, Foreman se mantenía codo a codo con los mejores y, durante

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algunos periodos, ostentó el cinturón de campeón indiscutible de peso completo. En 1968 ganó la medalla de oro en las Olimpiadas de la Ciudad de México. De 1969-72, Foreman ganó todas sus 37 peleas de box (34 por nocaut). Era una fuerza atemorizante en el cuadrilátero. Su éxito le ganó una oportunidad en el campeonato de Kingston, Jamaica, en contra del campeón de peso completo, Joe Frazier.

Foreman ganó el título por nocaut después de derribar a Frazier seis veces en dos asaltos. En 1977, después de una seria enfermedad y lo que Foreman declaró que fue una experiencia cercana a la muerte, le pidió a Jesús que lo salvara. Se convirtió en cristiano, dejó de boxear y fue ordenado ministro. Durante los diez años siguientes, Foreman se dedicó al ministerio. Abrió un centro juvenil en Houston, Texas, y dirigió una congregación de creyentes. El siguiente capítulo de su vida es una extraordinaria ilustración del poder de un miembro de

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La Generación de Caleb. En un deporte dominado (como la mayoría de los deportes) por la fuerza y el vigor de los jóvenes, George Foreman anunció, a los 38 años, que regresaba al cuadrilátero. Muchos le advirtieron que era peligroso y que incluso podía ser letal para un hombre de su edad volver a pelear. Lo que sucedió a lo largo de los siete años siguientes sorprendió con toda probabilidad incluso a Foreman. Subió por las filas nuevamente y obtuvo la

oportunidad de un título en 1991, a los 42 años, contra Evander Holyfield. Aunque no ganó, Foreman duró los doce asaltos en contra del campeón, y se ganó el respecto de los críticos. Tres años después, Foreman representó a La Generación de Caleb en una gran manera. Nado contra la corriente y se le dio la oportunidad de pelear contra Michael Moorer, el cual era diecinueve años más joven que Foreman, quien ahora tenía 45 años de edad. En un cambio brusco sorprendente, Foreman, quien estaba perdiendo cada asalto ya entrando al décimo, inició un

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retorno furioso que culminó con un golpe devastador que le partió el labio a Moorer y lo dejó fuera de combate por completo. De esa manera George Edward Foreman se convirtió en el campeón mundial de peso completo. Veinte años después de perder su título por primera vez, se convirtió en el boxeador más viejo en ganar el Campeonato Mundial de Peso Completo. Como les anunció a todos los que le auguraban el fracaso, parte de

su motivación en ir en contra de todo pronóstico para convertirse nuevamente en el campeón fue su deseo de «probar que los cuarenta no es una sentencia de muerte». Foreman hizo mucho más que eso. Probó el poder de la valentía, de corazón. En cada pelea resistió numerosos golpes de puños más jóvenes y fuertes comentarios negativos de críticos más viejos. Si alguien representa la habilidad de La Generación de Caleb de nadar contra la corrientes, es George Foreman. Por esta razón, y por la deliciosa comida preparada en todo el

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mundo sobre su conocida máquina para asar, George Foreman es un miembro de La Generación de Caleb. 3. Entiende la negatividad Algunas personas son tan negativas que si las pones en un cuarto oscuro: se revelan. ¿Alguna vez has estado alrededor de alguien que parece enfocarse en lo malo y nunca en lo bueno? Si pasas cualquier cantidad de tiempo con ellos, comienzas a notar las cosas malas de la vida y a ignorar las buenas. Comienzas a perder tu pasión e impulso por procurar sueños grandes. Este efecto es el poder de la negatividad. Es importante estar al tanto del agotamiento que se chupa la vida producido por la negatividad en la atmósfera. Si vas a ser miembro de La Generación de Caleb, tienes

que evitar la negatividad a toda costa. Porque nunca sabes lo que la negatividad te puede costar hasta que es demasiado tarde.

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Caleb conocía el poder de la negatividad. Sabía demasiado bien lo que costaba. Observó durante cuarenta años mientras los judíos deambulaban en el desierto, hasta que cada miembro de su generación murió. Mira, todos y cada uno de sus compañeros, amigos y conocidos, todos aquellos que aceptaron el informe de los diez espías, la negatividad les cobró el costo exorbitante de ser excluidos de la Tierra Prometida de Dios. En Josué 14:8, Caleb describe el impacto de la negatividad. Declara que el informe de los malos espías «hicieron desfallecer el corazón del pueblo». En el capítulo anterior de este libro, el corazón fue definido, como Caleb quería, como el núcleo de la persona. Es la parte más profunda de una persona; su esencia. La fuerza del corazón de una persona también está inextricablemente vinculada con la profundidad de su fe. ¡En este caso el informe negativo provocó que el corazón de literalmente cada uno de los adultos de todo

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el país excepto los de Caleb y Josué desfalleciera y abandonara su fe en Dios! Esto es casi incomprensible. ¿No hubo nadie que le creyera a Caleb? Incluso los visionarios menos realistas pueden típicamente encontrar algunas personas que se unan a ellos en su búsqueda, sin importar lo descabellada que esta sea. No obstante, fue tal el poder palpable de la negatividad difundida por los diez espías que nadie lo pudo resistir. De modo que el poder de la

negatividad rindió una pérdida de fe que trajo un rápido juicio vengador de Dios. Una vez que la negatividad entró, no hubo retorno. En Números 14, después de que los israelitas lloraron «aquella noche» y se quejaron con Moisés, Caleb una vez más trató de levantar su fe. Trató de devolverle la valentía al corazón colectivo. Le dijo a la congregación que el Señor «nos llevará a esta tierra y nos la entregará [...] no seáis rebeldes contra Jehová ni temáis al pueblo de esta tierra [...] Jehová está con nosotros: no los

temáis».xv

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¿Cuál supones que fue la respuesta al ruego de Caleb? ¿Posiblemente el pueblo reconsideró y fue movido a avivar su fe? No. Ni siquiera cerca. En lugar de volver al plan de Dios, los israelitas gritaron su deseo de apedrear a Caleb. Solamente una intervención

milagrosa de Dios evitó que mataran a Calebxvi. Tan

poderosas es la negatividad que como un virus mortal se pasa de persona a persona hasta que, como en este caso, toda una nación es infectada. Dios apareció y estaba tan enojado con los israelitas que le dijo a Moisés: «Yo los heriré de mortandad y los destruiré, y a ti te pondré sobre gente más grande y más

fuerte que ellos».xvii

Moisés responde pidiéndole a Dios que muestre misericordia. En Números 14:11-25, Moisés y Dios entran en un cierto tipo de negociación. Después de que Moisés le explica a Dios por qué no debe matar a los

israelitas (diciéndole principalmente a Dios que si mataba a Su pueblo, las naciones extranjeras dirían que Dios no pudo hacer lo que prometió), Dios cede. Le dice

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a Moisés que no destruirá a la nación de Israel, pero que «ninguno de los que vieron mi gloria [...] y no han oído mi voz, verá la tierra que juré dar a sus padres; no, ninguno de los que me han irritado la verá. Pero a mi siervo Caleb, por cuanto lo ha animado otro espíritu y decidió ir detrás de mí, yo lo haré entrar en la tierra donde estuvo, y su descendencia la tendrá en posesión».xviii

¿No es interesante que Dios dijo que a Caleb «lo ha animado otro espíritu»? Dios estaba enfocado en la parte interior de Caleb: su corazón. La parte de Caleb que Dios identificó como la característica que lo distinguía era la fuente de fe de Caleb que no vacilaba en la adversidad, y que no desfalleció de temor. Es claro en este momento que la negatividad es devastadora. Es un poder letal que corrompe que es fácil de soltar, pero difícil de detener. Tomar la decisión correcta acerca de con qué personas te juntas es lo más importante que puedes hacer para evitar ser influenciado por la negatividad.

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En medio de una congregación, es vital recordar que no todos los que están contigo están realmente contigo. Hay muchas personas que parecen estar comprometidas con lo que Dios está haciendo, como la nación de Israel después de que huyeron de Egipto. Pero, al igual que los israelitas, todos hemos visto a la gente echarse para atrás y flaquear a la primera señal de dificultad, aun y cuando Dios los haya liberado claramente en cada paso del viaje.

Típicamente, la actitud negativa en la iglesia se manifiesta a través de la burla. Entre más tiempo se le permite al escarnecedor infiltrarse en grupos de personas más dañina será su influencia. El libro de Proverbios habla acerca de lo importante que es remover al burlador de inmediato. Echa fuera al escarnecedor y se terminará la contienda, y cesará el pleito y la afrenta.xix

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Esto no es negociable. Si quieres que terminen la rencillas, si quieres que se terminen los insultos y las ofensas debes echar fuera al burlador. No trates de reconciliarte con ellos; no trates de aconsejarlos. REMUÉVELOS. Recuerda a los israelitas. A cada persona excepto Caleb se le prohibió recibir las promesas de Dios porque permitieron que un espíritu negativo, de burla los influenciara mediante el informe de los diez espías

malos. No se necesitan muchas personas vomitando negatividad para destruir una comunidad. Si el pueblo judío perdió el camino después de cruzar el Mar Rojo en tierra seca, no seas lo suficientemente insensato para pensar que puedes vencer el poder de la negatividad y «trabajar» con la persona que es la fuente de la mofa. Déjalo ir. Si tienes que hacerlo, haz que se vaya.

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Para ser un miembro eficaz de La Generación de Caleb debes:

1. Comprender el poder de la negatividad. 2. Identificarla en medio tuyo. 3. Eliminarla rápidamente.

La próxima vez que alguien a tu alrededor comience a difundir un espíritu de negatividad, recuerda la pérdida extraordinaria que vino a los israelitas como resultado de tolerarlo y creerlo. ¿Quieres perder todo lo que Dios te ha prometido? Por supuesto que no. Sé implacable en tu defensa de la atmósfera. Sé como Caleb. Sin importar el informe negativo de los demás, mantente firme en tu fe, sé valiente y recuerda el poder de la negatividad.

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Clive Staples «C.S.» Lewisxx

(1898-1963)

C.S. Lewis es ampliamente reconocido por los cristianos y los que no son cristianos, por sus admiradores y sus críticos, como uno de los pensadores, escritores y apologistas cristianos más brillantes del siglo veinte. Nació en Irlanda en 1898. Su madre murió cuando tenía apenas diez años, después de lo cual fue educado en

internados ingleses. Llegó a la mayoría de edad durante la Primera Guerra Mundial, y sirvió en el Ejército Británico. Fue herido en combate en el Valle del Somme en Francia. Lewis era un hombre absolutamente brillante. Durante su tiempo como estudiante en la Universidad de Oxford ganó múltiples premios y al graduarse se

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convirtió en profesor invitado y en tutor de Literatura Inglesa. Durante los veinte años siguientes, desarrolló una cercana y profunda amistad con otro famoso escritor británico, J.R.R. Tolkien, el creador de El hobbit y El señor de los anillos. Lewis y Tolkien se reunían casi cada semana con un grupo de escritores y pensadores como ellos. Se llamaban a sí mismos «The Inklings» y pasaban el

tiempo en un pequeño pub británico donde hablaban sobre ideas para libros, filosofía, idiomas y literatura. Durante estas sesiones, los hombres con frecuencia criticaban el trabajo del otro y se estimulaban entre sí en la prosecución de sus metas. Tolkien y Lewis eran más cercanos entre sí que cualquiera de los demás, posiblemente porque ambos eran considerados como poseedores de una inteligencia que iba ampliamente más allá de la persona normal. Además de su genialidad, ellos se complementaban verdaderamente el uno al otro en personalidad. Tolkien

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era franco, sincero y un seguidor sumamente estricto de reglas autoimpuestas. Lewis era emotivo, le gustaba la diversión y romper alguna regla de vez en vez. Se ha hablado y escrito acerca de su relación durante años pero un detalle importante rara vez se ha mencionado. Este detalle es sumamente importante para los propósitos de La Generación de Caleb y demuestra por qué Lewis entendía el poder de la negatividad.

La cita siguiente de la crítica literaria y autora, Laura Miller, brinda un poco de contexto: «El fastidioso Tolkien estaba [...] molesto por el descuido de Lewis en sus escritos, sus errores no corregidos e inconsistencias, que eran [...] el resultado de un impulso cautivador sin reserva que despreocupadamente cubría el tipo de problemas menores que inevitablemente harían

tropezar a Tolkien».xxi

C.S. Lewis sabía que Tolkien era un crítico severo tanto de sí mismo como de otros. Él admiraba la diligencia de su amigo, pero C.S. Lewis tenía un destino

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diferente. Como entendía el poder de la negatividad de Tolkien, C.S. Lewis nunca le leyó los borradores de Las crónicas de Narnia a Tolkien (ni a ninguno de sus otros

amigos del grupo de escritores) antes de publicarlo.xxii

La amada serie de Narnia, que ha sido un best seller mundial sesenta años después de su primera impresión, estaba demasiado fuera de las fronteras de cómo Tolkien veía las cosas. Después de todo, tenía a un Santa Claus que aparecía de la nada para darle a los niños Pevensie regalos en medio de un mundo inventado. Tolkien era rígido en su opinión con respecto a la estructura de las historias y la creación de submundos como Narnia. Aunque trabajaron juntos durante veinte años, eran amigos cercanos y revisaban el trabajo el uno del otro frecuentemente, Lewis sabía que Tolkien podría imponer pensamientos y percepciones negativos con respecto a Narnia. Lewis entendió el poder de la negatividad y la evitó porque su inspiración para Narnia

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era demasiado importante para permitir que fuera dañada por la naturaleza severamente crítica de Tolkien. Como resultado de su comprensión del poder de la negatividad, el mundo tiene una fábula extraordinaria que niños y adultos por igual aman y que muchos han dicho señala al amor y la redención de Jesucristo. ¡Y escribió el juego completo de siete libros en solo dos años! C.S. Lewis es un miembro definitivo de La

Generación de Caleb. Él entendió el poder de la negatividad y no le permitiría incluso a su bien intencionado y sumamente cercano amigo poner nada de negatividad en contacto con su sueño. Algunas veces incluso los familiares y los amigos tienen que ser excluidos con el fin de que logres lo que Dios quiere a través de tu vida. La próxima vez que tengas una idea en ciernes, piensa cuidadosamente con quién la vas a compartir, si es que se la compartes a alguien. Recuerda este ejemplo. Entiende el poder de la negatividad y evítala a toda costa.

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4. Mantén tu pasión El capítulo 2 de este libro abrió con una pregunta acerca de entrar a una competición o carrera sin entrenamiento. Claramente, entrenar es importante para el éxito de cualquier empresa. Sin importar si son operaciones militares, competiciones atléticas, argumentos legales o la arena política, si una persona no ha entrenado antes del gran evento, él o ella tendrán dificultades y finalmente fracasarán. Lo que probablemente sea incluso más importante que entrenar es emprender la actividad de todo corazón. Mantener la pasión es esencial para obtener logros a largo plazo. Sin determinación y una completa dedicación, incluso los más talentosos fracasan. Posiblemente tu pasión haya decaído. Una señal de esto es cuando los inconvenientes menores comienzan a molestarte. Vuelve a encender tu pasión y recuerda que la perseverancia es esencial para escalar tu montaña.

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El talento sin tenacidad no es nada más que un espectáculo de fuegos artificiales. Los miembros de La Generación de Caleb tienen que perseguir los planes de Dios de todo corazón. Muchas persona entran a la mediana edad con un ojo ya viendo en dirección al retiro. Aunque es esencial prepararse para los últimos días de la vida y desarrollar una herencia para sus hijos y sus nietos, es una vergüenza terrible ver a la gente arrastrar los pies a lo

largo de sus años productivos porque no está todo su corazón en su trabajo diario. Caleb sabía lo importante que era permanecer apasionado por las cosas de Dios. No permitió que la inseguridad y el temor evitaran que lograra su destino. Justo después de que los espías malvados infectaran a todos sus parientes y amigos dijo: «Por mi parte, seguí al Señor mi Dios con todo mi corazón» (NTV). Aquí está esa palabra nuevamente: corazón. Esta palabra es claramente esencial para todos los miembros de La Generación de Caleb.

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Existen incontables expresiones acerca del corazón humano. Estas son algunas a considerar: El corazón ve lo que es invisible para el ojo. H. Jackson Brown, Jr. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón. David, Salmos 27:3

No tendrá temor de malas noticias; su corazón está firme, confiado en Jehová. David, Salmos 112:7 Cambias tu vida a través de cambiar tu corazón. Max Lucado

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El corazón. La fuente de vida. El centro del hombre. Mucho se ha dicho y escrito acerca del corazón, ciertamente es posible que se construyen bibliotecas enteras simplemente para material que tratara con los asuntos del corazón. El corazón, para los propósitos de este capítulo, es sinónimo de pasión. Caleb tenía pasión por las cosas de Dios. Esta pasión vencía todas las distracciones, a todos los críticos, toda la negatividad. Esta pasión lo facultó para decir: «... y

ahora tengo ochenta y cinco años de edad. Todavía estoy

tan fuerte como el día en que Moisés me envió».xxiii La pasión de Caleb lo facultó para mantener su fuerza. Lo ayudó a mantenerse al día con la generación que se estaba levantando. De hecho, lo ayudó a dirigir a la generación emergente. La pasión va más allá de la edad, la experiencia y las categorías demográficas. Cuando los jóvenes ven a una persona mayor con pasión, son inspirados y lo siguen. Los jóvenes de hoy anhelan ser influenciados por La Generación de Caleb. No quieren escuchar discursos o leer

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libros viejos. Quieren ver la pasión de Dios encendida dentro de sus padres y de sus abuelos. Quieren ver a La Generación de Caleb adorando y sirviendo a Dios activamente. La transición de una generación a otra en liderazgo hace que muchas iglesias, empresas y comunidades fracasen. Cuando el testigo es pasado, la gente con frecuencia tropieza o pierde su lugar completamente. Cuando La Generación de Caleb busca a Dios de todo corazón, esta transición es suave y lleva a crecimiento exponencial y cumplimiento genuino del llamado de cada generación. La Generación de Caleb ha sido llamada para guiar a las generaciones emergentes y el futuro de la obra de Dios depende de su tutela y ejemplo.

Probablemente sientes que no te puedes conectar con la generación que emergente. No tienes que conectarte con ellos; tienes que conectarte con Dios. Cuando persigues de todo corazón a Dios, Él trae la conexión que facilitará que se

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establezca una poderosa relación de honra entre las generaciones. Estas son algunas sugerencias probadas por el tiempo para mantener tu pasión e inspirar a la siguiente generación: ¤ Asiste a la iglesia. Sirve, no solo te sientes. ¤ Adora a Dios con todo tu corazón. Sin importar el volumen de la música o el ritmo, adora a Dios.

¤ No seas el último en llegar y el primero en irte de un servicio de la iglesia. Quédate un poco más de tiempo. Haz amigos. ¤ Alienta a la siguiente generación. ¤ Celebra y promueve los logros que exhiben perseverancia (p. ej. matrimonios de largo plazo). ¤ Corre tu carrera. Todos los días, busca a Dios con todo tu corazón. Caleb mantuvo su pasión. Siguió a Dios de todo corazón. No importa cómo se sentía, lo que las

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circunstancias le presentaban o lo que otros creyeran. Siguió a Dios y mantuvo su pasión. Sigue a Dios de todo corazón. Enorgullece a La Generación de Caleb. Mantén tu pasión.

El siguiente miembro honorario de La Generación de Caleb es alguien que mantuvo su pasión a pesar de cuánto le tomó a su visión hacerse realidad. Inspírate y retoma ese sueño que pusiste en el estante. Regresa a tu pasión y verás a Dios vigorizar tu vida.

J.R.R. Tolkienxxiv (1892-1973)

John Ronald Reuel Tolkien es mejor conocido por sus libros inmensamente populares, El hobbit y El señor de los anillos, que han sido adaptados como películas taquilleras a lo largo de la década pasada. Fue un

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erudito prominente del idioma inglés, y profesor de la Universidad de Oxford junto con su buen amigo y colega, C.S. Lewis. J.R.R. Tolkien fue un hombre brillante, un marido fiel, padre y un católico devoto. En cuanto a su afiliación a La Generación de Caleb, Tolkien pertenece a ella por su capacidad para mantener su pasión. Era «filólogo», un estudiante de los idiomas. Estaba tan obsesionado con la historia y el desarrollo de los

idiomas que de hecho inventó varios de ellos. Decidió que un idioma no es real a menos que alguien de hecho lo hable, así que creó la Tierra Media, el universo en el que se desenvuelve El señor de los anillos, ¡para que los personajes del libro pudieran hablar su idioma! Una cosa es cierta: Tolkien no era un hombre ordinario. Estaba tan apasionado con su trabajo, como se mencionó en el capítulo anterior, que siguió trabajando y trabajando para mejorarlo. Nunca estaba satisfecho con simplemente terminar sus historias. Tenían que ser perfectas.

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El hobbit fue publicado en 1937. Tuvo tanto éxito que el editor de Tolkien lo llamó y le pidió que escribiera más. Tolkien comenzó a trabajar en El señor de los anillos. La mayoría de los libros en una serie se publican un año o dos, máximo, después de la impresión del primer libro. De hecho, en años recientes, algunos editores han publicado dos o tres libros al mismo tiempo, con la esperanza de emocionar a la audiencia con la oportunidad de tener «toda la historia» sin esperar.

En el caso de El señor de los anillos, la secuela de El hobbit, no fue un año o dos, ni siquiera diez. Pasaron dieciséis años entre El hobbit y la publicación de El señor de los anillos. Así es, ¡dieciséis años! Para el momento en que El señor de los anillos llegó a los estantes de las librerías, ¡Tolkien tenía sesenta años! Minuciosamente trabajó en su historia durante más de una década y media. No importa cuál sea tu trabajo, se requiere pasión para mantenerse en ello durante dieciséis años. A lo largo del camino, hubieron muchas oportunidades para

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abandonar la obra. La gente se preguntaba si alguien siquiera recordaría El hobbit para el momento en que El señor de los anillos estuviera terminada, y con toda razón. Sin embargo, fue un rotundo éxito. Entre las novelas en inglés, solamente Historia de dos ciudades de Charles Dickens ha vendido más copias y fue impresa

casi cien años antes.xxv La trilogía de películas hecha en

2001-2003 obtuvo más de un millardo de dólares en taquilla. Muchas personas se habrían rendido. La mayoría de la gente habría perdido su pasión. Tolkien nunca lo hizo. La llama quemaba en él para crear una historia que correspondiera con su visión. Siguió afinando y editando y arreglando el libro hasta que se alineó con su pasión. Por su capacidad para mantener viva su pasión y publicar uno de los libros más amados (principalmente por gente más joven) a los sesenta años, J.R.R. Tolkien

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se ha ganado el derecho de ser llamado parte de La Generación de Caleb. 5. VE ¿Alguna vez has leído acerca de un lugar que te gustaría visitar? Probablemente hayas visto vídeos de un destino exótico con aguas azules cristalinas y playas blancas chispeantes. Quizá hayas escuchado a otros contar acerca de un viaje a altas montañas y bosques remotos. Te puedes imaginar, puedes ver, puedes aprender todo acerca de esos lugares, pero hasta que físicamente no entres a esas aguas o escales esa montaña o deambules por un sendero natural aislado, en realidad no sabes cómo es. No puedes realmente entender, o apropiarte en verdad en forma personal de la experiencia hasta que vas. Algo pasa cuando vas a un lugar. Puedes verlo con más claridad, puedes respirar el aire, puedes tocar la tierra. ¿Cuántas veces un amigo te ha tratado de explicar

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un lugar y no puede? Y te dice: «Simplemente tienes que ir». Lo mismo es verdad con respecto a las promesas de Dios. No puedes tenerlas hasta que vas allí.

En Josué 14:9, Caleb recibe el conocimiento de esta verdad cuando Moisés le jura: «Ciertamente la tierra que pisó tu pie será para ti y para tus hijos como herencia perpetua, por cuanto te mantuviste fiel a Jehová, mi Dios». Dios le prometió a Caleb que tendría toda la tierra que pisaron sus pies. Si Caleb no hubiera ido a ninguna parte, no habría tenido tierra alguna para sí mismo y sus hijos. Con el fin de ver las promesas de Dios cumplidas en tu vida, debes estar dispuesto a ir. Hace años experimenté esta realidad de primera mano. Era un joven, apenas comenzando en el

ministerio. Estaba sirviendo en la iglesia donde

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encontré a Jesús. En ese tiempo nuestra iglesia se estaba reuniendo en una bodega rentada. No poseíamos ninguna tierra. No poseíamos ningún edificio. Como los israelitas, todavía no estábamos viviendo en la plenitud del plan de Dios. El pastor principal lo sabía y tenía la visión de que la iglesia adquiriera una propiedad y construyera una iglesia. Cuando le propuso esto a la congregación la primera vez, no hubo un acuerdo muy entusiasta que

digamos. La gente estaba cómoda en nuestra bodega rentada: un pequeño lugar, sin espacio para crecer. No les importaba realmente que la iglesia no estuviera tomando tierra para las generaciones futuras. El pastor principal se rehusó a aceptar esta visión limitada. Ideó un plan para lograr la participación de la congregación. Él sabía que a veces, para que las cosas tengan sentido, para que las personas realmente puedan entender, tienen que ir allí. Un domingo por la mañana anunció que había contactado a los dueños de una parcela de treinta acres

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[12,4 ha], y que había obtenido permiso para que la iglesia fuera a la propiedad y podara el césped. A cada familia de nuestra iglesia se le asignó un cuarto de acre [1012 m2] más o menos para podar. La semana siguiente todos nos pusimos nuestra ropa de trabajo, cargamos camiones llenos de podadoras y nos fuimos al terreno. Padres, madres, abuelas, adolescentes... todos participaron. Todos caminamos por el terreno empujando podadoras. Mientras

estábamos allí, limpiando la vegetación, todos comenzamos a ver lo que el pastor principal había visto. ¡Podríamos tener nuestra propia tierra! No tendríamos que seguir pagando renta. Construiríamos algo que perdurara. Algo que nuestros hijos y nuestros nietos pudieran tener para continuar con los propósitos de Dios. Una vez que fuimos allá, todo cambió. Poco tiempo después de la fiesta de poda, obtuvimos permiso para celebrar una reunión en una carpa en la propiedad. La iglesia cobró vida, llena de pasión por Dios y de visión

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por la propiedad. Con el tiempo, adquirimos la propiedad y construimos una iglesia para la gloria de Dios. Pero nada de eso hubiera pasado si primero no hubiéramos ido. Antes de ir allá, nuestro pastor principal ya había estado allí en su mente. Nuestros pensamientos nos pueden llevar adondequiera que vamos antes de que nuestro cuerpo los puedan alcanzar. ¿Adónde lo están llevando sus pensamientos?

¿Le permites a tus pensamientos que te lleven lejos de lo mejor que tiene Dios? ¿O llevas cautivos tus pensamientos negativos y te enfocas en las promesas de Dios? Los israelitas perdieron el enfoque de quién era Dios y lo que había prometido. Escucharon el informe negativo, se quejaron de sus problemas. Como resultado, los israelitas no fueron allá. Solo Caleb, porque fue allí con sus pensamientos. Le creyó a Dios y lo siguió. Algunas veces todo a tu alrededor parece y suena como que el final está cerca. Es en ese momento que más necesitas permitir que tus pensamientos te

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lleven a la verdad de Dios. Es en ese momento que necesitas usar tus pensamientos para IR. Cuando Sharon y yo estábamos apenas comenzando en el ministerio, no nos sobraban ni cinco centavos. Como muchas parejas jóvenes, no teníamos dinero y contábamos con pocos ejemplos de cómo manejar el dinero. Nuestro primer año, comimos sándwiches de jamón y queso casi cada noche. Ya no puedo comer

sándwiches de jamón y queso. Si veo un sándwich de jamón y queso prácticamente me da urticaria. Un día, me cansé del jamón y queso. Todavía más importante, me cansé de nuestra mentalidad de pobreza. Tomamos la decisión consciente de ponernos en lugares que fueran lindos; lugares que fueran representativos de las bendiciones de Dios. Sharon y yo comenzamos a visitar buenos restaurantes y hoteles. Al principio nos sentíamos intimidados No conocíamos todos los modales apropiados. Solo podíamos darnos el lujo de pedir un jugo o un sándwich. No estábamos

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tratando de gastar un montón de dinero, que no teníamos de todos modos. Estábamos tratando de acostumbrarnos a nuestro futuro. Sabíamos que Dios nos había prometido un gran futuro, y sabíamos que teníamos que ir allí para obtenerlo. Y lo hicimos. Empezamos a cambiar nuestros pensamientos con respecto a la riqueza. Cambiamos nuestras palabras. En lugar de decir: «No nos alcanza», comenzamos a decir: «Decidimos no comprarlo en este

momento». Nosotros estábamos a cargo de nuestras finanzas, y no al revés. En poco tiempo, comenzamos a vernos a nosotros mismos en lugares buenos, viviendo bendecidos. Comenzamos a manejar nuestro dinero apropiadamente. Y Dios expandió nuestra influencia y bendición. Como Caleb, sabíamos que Dios nos daría la tierra que había pisado nuestro pie. Solo teníamos que ir allí. Si quieres tener un mejor matrimonio, ve a un lugar que te ayude. Ve a un seminario de matrimonios, o

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acude con un consejero que te pueda ayudar a fortalecer tu relación terrenal más importante. Si quieres un mejor negocio, acude con expertos que te pueden ayudar a llevarte allí. Ve a congresos que te pueden facultar a ir adónde quieres que vaya tu negocio. Si has estado encerrado, intimidado o temeroso de ir más allá de las limitaciones financieras, restricciones de salud o de relación, te animo que simplemente VAYAS. Sé como Caleb. Sé un miembro de La

Generación de Caleb. Levántate y VE. La siguiente semblanza de una leyenda de La Generación de Caleb es alguien que literalmente tuvo que salir de su mundo. Lee la historia de Neil Armstrong en la página siguiente.

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Neil Alden Armstrongxxvi

(1930-2012)

Neil Alden Armstrong creció en Ohio. Asistió a la Universidad de Purdue con una beca de la Marina de los EE.UU. donde estudio ingeniería aeronáutica. Fue

sacado de sus clases para pelear en la Guerra de Corea, donde voló en 78 misiones de combate. Sobrevivió la guerra, y volvió a la universidad, donde continuó desarrollando sus conocimientos sobre la fascinación de toda su vida: volar. Después de la universidad, se unió al Comité Asesor Nacional de Aeronáutica, la organización que se convertiría en la NASA. Estaba obsesionado con volar más lejos, más rápido. Se imaginaba el día en que el hombre pudiera ser capaz de volar más allá de la atmósfera de la Tierra. Posiblemente sabía que un día él podría experimentarlo.

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Cuando NASA anunció su programa de astronautas, entró de lleno en él, listo para volar en una manera más allá de lo que la mayoría de las personas podrían comprender. En 1962 fue que se unió al programa de astronautas. Un año antes, el presidente John F. Kennedy había proclamado la meta de poner un hombre en la luna «para el final de la década». La visión del presidente cazaba con la pasión de Armstrong y no podía esperar a

ir allá. Cuando JFK fue asesinado, el 22 de noviembre de 1963, la visión tomó un nuevo nivel de intensidad. Todos en la NASA estaban entregados por completo a hacer realidad el sueño del presidente. Durante siete años agotadores trabajaron y aprendieron, todo el tiempo comprometidos con finalmente ir allá. Sufrieron reveses a lo largo del camino. Es posible que muchas personas quisieran rendirse. Según los historiadores, la escala y alcance del esfuerzo de poner a

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un hombre en la luna era de una magnitud similar solamente a la construcción del Canal de Panamá y el Proyecto Manhattan que creó la bomba atómica. A solamente unos meses de distancia de la fecha límite del presidente Kennedy, el Apollo 11 despegó de la plataforma de lanzamiento del Centro Espacial Kennedy. El comandante Armstrong, junto con Michael Collins y Edwin «Buzz» Aldrin iban en camino. A las 10:56 p.m. EST, del 20 de julio, cuatro días

después de haber dejado la Tierra, Neil Armstrong salió del módulo lunar y declaró: «Este es un pequeño paso para un hombre, un salto gigante para la humanidad». Después de haber estado allí una y otra vez en su mente, fue física, tangible y plenamente. Después de años de planeación y consideración, todo se hizo realidad. Desde la visión del presidente, a la planeación de los ingenieros y científicos de la NASA, pasando por el vuelo de los astronautas, las personas fueron allá y se hizo historia. De hecho, la civilización misma fue cambiada.

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Como parte de La Generación de Caleb, Neil Armstrong personifica el principio, VE, como ningún otro. 6. Confía en las promesas de Dios Este libro tiene el propósito de llenar al lector de esperanza y valentía. El mensaje de La Generación de Caleb es que nunca eres demasiado viejo para lograr lo que Dios te ha prometido. Esto es cierto en parte porque Dios no está restringido por la edad. No está limitado por el cuerpo humano. Aunque es verdad que la vejez trae cambios físicos y necesidades, también es cierto que las promesas de Dios te mantendrán vivo. De hecho, las promesas de Dios pueden traer la vida misma. Uno de los ejemplos más asombrosos de esto ocurrió mucho antes de que apareciera Caleb. Años

atrás, cerca del mero principio de la Biblia, dos ancianos estaban viviendo y preguntándose cuándo y cómo Dios cumpliría Sus promesas.

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Abraham, el padre de la nación que dio a luz a Caleb, fue obediente a Dios. Dios le prometió que haría de

Abraham «una nación grande».xxvii Por supuesto, con el

fin de convertirse en una nación grande, Abraham tenía que tener hijos. Sin importar cuánto tiempo tome tener suficientes herederos para desarrollar una nación, hay una pieza para el rompecabezas que es esencial. Herederos. Descendencia. Niños. Al regresar a la historia de Abraham y su esposa, Sara, años después, descubrimos que siguen sin hijos. En Génesis 17, Dios le habla a Abraham y una vez más le promete que hará de Él una nación grande. Abraham se rio. ¿Por qué? Porque Abraham tenía noventa y nueve años y su esposa noventa. Incluso en los días en los que la gente vivía un poco más, Abraham y Sara ya habían pasado el punto de tener hijos. No obstante, a pesar de su edad avanzada de hecho tuvieron un hijo, Isaac, cuyos doce nietos se convertirían en las doce tribus de Israel.

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Las promesas de Dios son indisputables. Son irrefutables. Son imparables. No importa cuanto tiempo pase, no importa lo que dicte el orden natural, cuando Dios hace un pacto, lo cumple. Este es el poder de las promesas de Dios para La Generación de Caleb: saber que Él no fallará. Él no puede fallar. Él te entregará lo que ha prometido. Es una garantía. Caleb sabía que Dios cumpliría Sus promesas. Las promesas de Dios te mantendrán joven y vivo, así que recuérdalas regularmente. Te refrescarán y te fortalecerán al igual que a Caleb. Caleb dijo: «Pues bien, Jehová me ha hecho vivir, como él dijo, estos cuarenta y cinco años, desde el tiempo que Jehová dijo estas palabras a Moisés, cuando

Israel andaba por el desierto».xxviii

Una de las partes más poderosas de ese versículo es la siguiente frase: desde el tiempo que Jehová dijo estas palabras a Moisés. Dios lo dijo cuarenta y

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cinco años antes, en Números 14. Desde ese momento, Caleb se asió de la promesa que Dios le dio. Durante más de cuatro décadas de deambular y oír quejas y ver el desvanecimiento de una generación, Caleb se mantuvo firme, confiado en la verdad de que si Dios lo prometió, así sería. Qué fe tan impresionante. La fe y el corazón de Caleb fueron más fuertes que posiblemente las de su ancestro Abraham que se rió de la promesa de Dios.

Caleb tenía ochenta y cinco años cuando hizo la declaración anterior, y aunque su promesa no fue acerca de tener hijos, no fue menos poco natural. La tierra le fue prometida a Caleb, pero todavía tendría que pelear por ella. Tenía ochenta y cinco. Pelear es un asunto de jóvenes. Cuando Caleb y los espías fueron a investigar la tierra, tenía cuarenta. Estaba en sus mejores años, listo para ir a la guerra. Ahora, era un anciano. Probablemente tenía que pedir ayuda para encontrar su bastón.

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Probablemente Caleb peleó con mucha más fuerza porque se le estaba acabando el tiempo. Sabía que estaba peleando por las generaciones futuras. Dios le había prometido la tierra a Caleb y a sus herederos. Por lo cual Caleb entró a la Tierra Prometida listo para pelear, listo para obtener todo lo que Dios le había prometido. Si te descubres a ti mismo olvidando las promesas de Dios porque ha pasado «demasiado» tiempo desde

que te lo prometió por primera vez, considera a Caleb. Recuerda las promesas de Dios. Se cumplirán. Te mantendrán joven y vivo.

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WILLIAM KELLYxxix

(1929-2008)

La historia de William Kelly no es como la de algunos de los otros miembros honorarios de La Generación de Caleb en este libro que se puede encontrar en los libros

de historia. Pero su vida y su legado no fue menos importante. De hecho, en las prioridades del Cielo, la vida de William Kelly es una de gran trascendencia. William Kelly es mi padre. Era un irlandés, criando su familia de cinco hijos con mi madre, Betty, en Queens, Nueva York. Tenía un pub en el Bronx. Lamentablemente, mi padre y mi madre eran alcohólicos, y mi papá era un jugador. Cuando yo tenía ocho años, a causa de los problemas en los que metieron sus adicciones a mi papá, nos mudamos a Sydney, Australia. Nunca olvidaré estar parado en el aeropuerto de Nueva York cuando me juré a mí mismo que volvería a los Estados Unidos.

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En nuestro viaje a Australia, mi madre se emborrachó tanto, que se quedó tirada en el piso del avión. El capitán nos amenazó con echarnos del avión. Mi familia era sumamente disfuncional y el alcoholismo de mis padres nos provocó a todos tremendos dolores de cabeza y angustias. Pero la historia no termina allí. ¡Gracias a Dios! Mi padre tenía un buen amigo, el Sr. Keehan, quien era su compañero de borrachera. El Sr. Keehan tenía un hijo,

Gerard, quien se convirtió en mi mejor amigo como resultado de la relación de nuestros padres. Gerard me invitó a la iglesia y me convertí en cristiano a los 17 años. Varios años antes de que me hiciera cristiano, mis padres encontraron Alcohólicos Anónimos y finalmente dejaron el alcohol. Poco tiempo después, tuve el privilegio de guiar a mi madre y a mi padre al Señor. Finalmente, mis dos hermanos y mis dos hermanas se hicieron cristianos.

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Ahora bien, mis padres crecieron en la iglesia católica, pero [allí] nunca conocieron a una persona que hubiera «nacido de nuevo» y tuviera un encuentro transformador con Jesucristo. Una vez que mis padres le entregaron su vida a Jesús decidieron que comenzarían un grupo de recuperación de las adicciones «nacido de nuevo/lleno del Espíritu». Dedicaron el resto de su vida a comenzar Regeneración, reuniones para personas que necesitaban libertad de las

adicciones. Mamá y Papá comenzaron grupos en toda la Costa Este de Australia. Comenzaron a dirigir grupos en las prisiones. Lanzaron grupos de Regeneración en Rusia y Siberia, y en la iglesia Hillsong Church en Sydney, Australia, y en Wave Church, en Virginia Beach. A lo largo de los años mis padres ayudaron a cientos de personas a liberarse de la adicción y entrar en una relación personal con Jesucristo. Andando el tiempo, mi madre murió y mi papá permaneció por su cuenta dedicado a rescatar gente de

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las adicciones. Él dijo: «Mientras viva, hay personas que rescatar, personas que salvar. El diablo solía golpearme con el palo de la adicción; ahora voy a golpearlo a él». Mi padre estaba en sus últimos días, bastante más allá de los cuarenta, no obstante conocía el poder de Jesús y permaneció determinado a asirse de las promesas de Dios hasta el final. Cuando su vida estaba llegando a su fin, estaba en una silla de ruedas con oxígeno y seguía trayendo a la

gente a Cristo. Una vez me llamaron a que fuera a Australia porque los médicos habían dicho que estaba muriendo. Cuando entré a la habitación del hospital, después de un vuelo de todo un día, mi papá estaba sentado en la cama ¡comiendo un huevo cocido! Siempre estábamos bromeando el uno con el otro, así que le dije: «Qué no se suponía que tenías que estar muerto». Empezó a reír. Y luego comenzó a llorar cuando dijo: «No lo puedo evitar, Steve. Hay muchas personas que todavía están atrapadas en la adicción. Yo quería

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irme con tu madre, escuché a los médicos diciendo que no iba a lograr sobrevivir, pero recordé que le hice a Dios una promesa de que mientras estuviera vivo iba a dedicar mi tiempo a ayudar a la gente a ser libre de la adicción». Y eso fue exactamente lo que hizo. Tan milagrosa fue su fuerza para mantenerse vivo y seguir alcanzando a los perdidos, que los médicos lo llamaron «Lázaro» por el hombre del Nuevo

Testamento que fue resucitado por Jesús. Yo estaba en Australia de vacaciones cuando me llamó mi papá. Estaba muy enfermo y los médico (esta vez) estaban seguros de que no iba a vivir mucho más. En lugar de preocuparse de sí mismo o de su condición, mi papá me dijo que había conseguido que su pastor abriera la iglesia en una noche en la que no había un servicio programado, porque yo iba a predicar. Y así era, mi papá había invitado a todas las personas con las que todavía estaba trabajando para que fueran libres de la adicción. Invitó a su enfermera.

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¡Invitó a todos los que pudo —un anciano enfermo en una silla de ruedas— lleno la iglesia! Mientras estaba predicando, le dije a la audiencia que mi padre era mi héroe y les dije que mi papá se había aferrado a la vida simplemente porque estaba creyendo que ellos vendrían a Jesús. Esa noche, muchas personas le entregaron su vida a Cristo. Incluso la enfermera de mi padre le entregó su vida a Cristo, así como muchas de las personas que él había invitado.

Era como si él tuviera algunas personas que quería alcanzar para Jesús, y que no iba a morir hasta hacerlo. Después del servicio, mi papá se abrió paso entre la multitud con su silla de ruedas. Me dio un abrazo y me dijo adiós. Yo sabía que no estaba despidiéndose por la noche, estaba despidiéndose para siempre. Fui a su casa poco tiempo después de eso, y él estaba perdiendo y recobrando la conciencia. Entré en la habitación y tomé su mano. Le dije: «Si me escuchas, aprieta mi mano». Me apretó la mano y le dije: «Papá, eres mi héroe. Puedes irte al Cielo para estar con Mamá.

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Muchas de las personas que llevaste a la iglesia esta noche aceptaron a Cristo». Estoy tan orgulloso de mi padre. En la última noche de su vida en la Tierra, trajo a personas al Reino de Dios. Él es verdaderamente mi héroe y mi inspiración para alcanzar a los perdidos. En el funeral de mi padre, por la primera vez, mi hijo Josh habló públicamente. Durante esa experiencia Josh se dio cuenta de que Dios lo estaba llamando a

predicar. Fue un momento transformador. Ahora Josh es el pastor de los jóvenes en edad de la escuela media-superior de Wave Church y es un extraordinario ganador de almas. ¡Incluso después de que murió mi padre, estaba produciendo un impacto para el Reino de Dios! Aunque su inicio fue difícil y los primeros años de su vida estuvieron plagados de problemas, William Kelly nunca dejó ir las promesas de Dios. Una vez que descubrió a Jesús, vivió para Él con todo su corazón. Por su increíble legado y su dedicación a alcanzar a los

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perdidos, William Kelly, mi padre, es un miembro seleccionado en la primera ronda de La Generación de Caleb.

7. Sigue luchando Como explica el capítulo 6, las promesas de Dios son una poderosa «fuente de la juventud». Si tienes promesas en tu vida que no se han cumplido, cree que Dios las hará realidad. Sin embargo, es probable que al igual que Caleb tengas que pelear por tu tierra. Algunas veces, la experiencia de pelear por un largo tiempo es necesaria. Desarrolla paciencia, sabiduría y fortaleza. Cuando pienso en el valor del desarrollo a largo plazo del conocimiento recuerdo la historia que se ha contado en diferentes maneras, pero que es una ilustración perfecta del poder de un miembro de La Generación de Caleb que se ha mantenido en el volante aprendiendo durante todo el camino.

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Cuenta la historia que el coche de un hombre estaba haciendo un ruido terrible y que se lo llevó al mecánico. El viejo mecánico había estado trabajando en los coches desde antes de que las transmisiones automáticas fueran populares. El anciano, después de un par de minutos de escuchar el coche, levante el capó y con los dedos apretó un tornillo en lo profundo del compartimiento del motor.

Luego le entregó al cliente una factura por $300 dólares. El cliente impactado cuestionó al mecánico. «¡Trescientos dólares! —declara—, ¿por apretar un tornillo? ¡Yo podría haber hecho eso por nada! ¿Cómo puede justificar este cargo?». El viejo mecánico lentamente se limpió las manos y guardó el sucio trapo en el bolsillo trasero de su pantalón. Se acercó y tomó la factura. Escribió sobre ella un par de segundos y se la entregó de vuelta al cliente.

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El cliente asiente con la cabeza mientras lee y de mala gana saca su cartera para pagar la cuenta. ¿Qué decía la factura corregida? «$1,00 dólar por apretar un tornillo. $299,00 dólares por saber qué tornillo apretar». El poder de la experiencia no debe ser subestimado. Así como Caleb tuvo que seguir peleando, ese viejo mecánico probablemente apretó muchos tornillos equivocados en los años de prueba y error antes de

alcanzar el nivel de confianza que tuvo al arreglar el coche de ese hombre. Cuarenta y cinco años antes de entrar a la Tierra Prometida, Caleb vio a los cananeos y supo que habría una batalla. Dios le prometió el territorio a Israel, pero todavía tendrían que echar fuera a los intrusos. Mientras que los judíos habían estado deambulando en el desierto por más de cuatro décadas, los gigantes habían permanecido en la Tierra Prometida. Construyeron familias y comunidades. Comieron del bien de la tierra. Vivieron y se propagaron. Cuando

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Israel finalmente entrara a la tierra, todavía tendría que expulsar a los intrusos. Caleb ahora era viejo, pero su pasión permanecía. Su corazón era fuerte y su vigor no había menguado. Sabía que la pelea seguiría estando allí, y que tendría que pelear para reclamar la Tierra Prometida de Dios. Esto claramente no era problema para Caleb. Me imagino que tenía tanta adrenalina acumulada de tener que deambular por el desierto, todo el tiempo sabiendo

que la Tierra Prometida estaba cerca de allí, que podría haber tomado todo el territorio de la gente como

Sansón, con una quijada de asno.xxx

Esto es lo que dijo en Josué 14:11-12, cuando finalmente fue liberado para recibir la promesa de Dios: ... y ahora tengo ochenta y cinco años de edad. Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió. Cual era mi fuerza entonces, tal es ahora mi fuerza para combatir, para salir y para entrar. Dame, pues, ahora este

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monte, del cual habló Jehová aquel día. Tú mismo oíste entonces que los anaceos están allí, y que hay ciudades grandes y fortificadas. Si Jehová está conmigo, los expulsaré, como Jehová ha dicho». Puedo imaginarlo con su puño cerrado, sus rodillas flexionadas, balanceándose sobre los dedos de los pies. ¡Probablemente habría noqueado a George Foreman!

Caleb estaba consumido por la impaciencia. Estaba encendido por la proximidad de su visión. Había continuado peleando, y estaba listo para pelear porque Dios había hecho la promesa. Esta es una poderosa inspiración. Debemos seguir peleando, sin importar cuánto tiempo tome, sin importar el desierto al que seamos forzados a deambular. Caleb tuvo que andar por un desierto real con un montón de quejumbrosos y reclamantes y nunca dejó de pelear. Él verdaderamente peleó la buena batalla

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de la fe como el apóstol Pablo alentó a Timoteo que hiciera en el Nuevo Testamento. «Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos

testigos».xxxi

Esta palabra es para La Generación de Caleb tanto como para cualquier otra. Pablo brinda una lista de atributos que perseguir, que nos facultan para lograr una buena batalla de la fe. En 1 Timoteo 6:11, instruye a Timoteo a ir en pos de lo siguiente: ¤ JUSTICIA

¤ PIEDAD ¤ FE ¤ AMOR ¤ PACIENCIA ¤ MANSEDUMBRE

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Estas características te sostendrán mientras peleas la buena batalla de la fe. Si procuras lo anterior en tu vida, podrás ser capaz, como Caleb, de seguir peleando. Y cuando lo hagas, un día estarás de pie en la frontera de tu Tierra Prometida. En ese día no va a importar qué tipo de gigantes estén delante de ti. Porque como has peleado la buena batalla de la fe, ganarás. Como Dios te lo ha prometido, tomarás tu tierra.

Samuel Moore Waltonxxxii (1918-1992)

Samuel Moore Walton, el fundador de Wal-Mart, un hijo de la Gran Depresión, vivió en varias comunidades en el Medio-Oeste y Florida durante su niñez. Un punto destacado de sus primeros años fue obtener el rango de Scout Águila en los Scouts cuando estaba en segundo

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año de la escuela media. Era claramente un joven con grandes ambiciones. Después de que dejó su casa, asistió a la Universidad de Misuri, y al graduarse tomó un puesto en la empresa JC Penney. Sirvió en el Cuerpo de Inteligencia del Ejército durante la Segunda Guerra Mundial, alcanzando finalmente el rango de capitán. Después de la guerra, a los 26 años, compró una miscelánea Ben Franklin con un préstamo de $20 000

de su suegro, más $5 000 dólares de su propio dinero. A lo largo de los siguientes diez años, hizo crecer su negocio y obtuvo tiendas adicionales. Era un innovador de las ventas al por menor y continuamente trabajaba en sus conceptos de negocios, siempre dedicado al servicio al cliente y a la economía del consumidor que se han convertido en los sellos distintivos de la experiencia moderna de Walmart. No obstante, no todo fue miel sobre hojuelas. A finales de 1950, tuvo la visión de una operación significativamente diferente de las pequeñas tiendas de

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baratijas que poseía. Le propuso su concepto gigante de ventas al por menor, en comunidades rurales, a la gerencia de las tiendas Ben Franklin. Se rieron de él y le pidieron que se fuera. No obstante, Sam Walton se rehusaba a que se le dijera que no. Ahora ya tenía cincuenta años, pero estaba comprometido con ver su visión hecha realidad. Siguió peleando y peleando, y durante toda la década de 1960 se mantuvo un paso adelante de su competencia a

través de expansión y adquisiciones. Según su hija, la única manera para asegurar que se pagara la hipoteca de un edificio era abrir otra tienda y utilizar las ganancias para saldar la primera deuda. Siguió y siguió, aprovechando sus ventajas y peleando para desarrollar la empresa que ahora es el mayor empleador de los Estados Unidos. Cuando el Sr. Walton fue rechazado por primera vez por su gerencia, podría haberse resignado a aceptar su destino. Él ya tenía un éxito decente. Tenía una cadena de pequeñas tiendas y ganaba buen dinero. Pero no era

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suficiente. Su mente estaba fija en una cosa y peleó hasta que se volvió una realidad. Por su habilidad y disposición a seguir luchando, Sam Walton es un verdadero miembro de La Generación de Caleb. 8. Conquista tu montaña Caleb estaba en el borde de entrar a las promesas de Dios. Había planeado sus batallas. Vivió con valentía para nadar contra corriente. Conocía el poder de la negatividad. Mantuvo su pasión. Estaba dispuesto a ir; de hecho, fue. Se mantuvo joven y fuerte gracias a las promesas de Dios. Nunca dejó de pelear. Ahora, después de todos esos años, iba a finalmente conquistar su montaña. Mientras se preparaba para conquistar la montaña, el país de colinas que había visto cuarenta y cinco años antes; es fácil imaginar que percibía que era no solamente para sí mismo, sino para su familia. Para sus hijos y sus nietos, y más allá. Este

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sería un lugar que sería su Tierra Prometida para siempre. La Biblia dice en Josué 14:13-14: «Josué entonces

lo bendijo, y dio a Caleb [...] a Hebrón como heredad. Por tanto, Hebrón vino a ser heredad de Caleb [...] hasta hoy, por cuanto se había mantenido fiel a Jehová, Dios de Israel». El versículo declara que Hebrón le ha pertenecido a Caleb (y por lo tanto a sus descendientes) hasta hoy. Cuando tomas una montaña, cuando reclamas una promesa de Dios, no es solamente para ti. Es para las

generaciones que vienen. Es para niños que todavía no han nacido que nunca verás. Pero serás recordado. Me imagino a los tatara-tatara-tataranietos de Caleb creciendo y escuchando acerca de su fe. Aprendieron acerca de su valentía y de su pasión. Se les contaron grandes historias de cómo Caleb creyó en Dios, y de cómo toda la familia estaba viviendo en la bendición que provino de Caleb, quien se mantuvo firme solo y siguió a Dios con todo su corazón.

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Qué legado tan sorprendente. Para Caleb, aunque pasó mucho tiempo para que se manifestara la promesa, valió la pena la espera. Una persona de La Generación de Caleb quizá vaya demorada, pero nunca se le dejará con las manos vacías. Una parte clave de vencer la demora y esperar pacientemente a conquistar tu montaña es la revelación de que la montaña no es solamente para ti. Las promesas que Dios te ha hecho, aunque hayan pasado

los años, valen la pena la espera porque la bendición de Dios cubrirá el beneficio de cientos y miles de descendientes que están por nacer. Caleb conquistó su montaña, y fue un gran territorio. Su descendencia y sus hijos y nietos vivieron en una propiedad de primera. Como puedes ver en Josué 14:15, la tierra que le fue dada a Caleb es descrita como perteneciente a Arba que fue «un hombre grande entre los anaceos». En esos días, la tierra era tomada por la fuerza, y no es un saltó difícil de la lógica suponer que como Arba

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era el mayor entre el pueblo que habitó la tierra antes de que Caleb la tomara, la tierra era probablemente la mejor. Caleb había llegado tan lejos que cuando llegó el momento de conquistar esta montaña no importaba si las personas que vivían allí tuvieran superpoderes, él venía por su tierra. En la vida, como miembro de La Generación de Caleb experimentarás demoras. Aprenderás a esperar

mucho tiempo más allá del que pensabas en que tus sueños se realizarían. Desarrollarás el poder de resistencia de Caleb, quien deambuló por el desierto durante cuarenta años y no obstante nunca abandonó la promesa de Dios para él y su familia. Recuerda que cuando sea el tiempo de conquistar tu montaña, es probable que todavía tengas que pelear contra algunos gigantes. Pero puedes hacerlo, porque tu causa es mayor que tú mismo. En la vida de la iglesia, cuando se lucha por los montañas para el avance del Reino de Dios, la lucha será feroz y dura. Pero los

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miembros de La Generación de Caleb pelearán la buena batalla y saldrán victoriosos. Pero no están conquistando la tierra solamente para ellos mismos, están tomando lo que Dios le ha prometido a las generaciones por venir. Abajo se mencionan en una lista los pasos para la membresía a La Generación de Caleb. Síguelos y conquista tu montaña. Para ti mismo, pero sobre todo, ¡para las generaciones que están esperando su montaña!

Planea tus batallas Nada contra la corriente Entiende la negatividad Mantén tu pasión VE Confía en las promesas de Dios Sigue luchando Conquista tu montaña

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i Josué 14:7 ii Éxodo 12:40 iii Éxodo 14 iv Génesis 12 v Números 13 vi Números 13:31 vii Números 13:30 viii Números 20:12 ix http://www.granthomepage.com/grantchronology.htm x http://faculty.css.edu/mkelsey/usgrant/quotes.html xi Josué 14:7 xii Strong’s Concordance [Concordancia Strong] H3824 xiii Hebreos 11:6 xiv http://www.imdb.com/name/nm0286040/bio xv Números 14:8-9 xvi Números 14:10 xvii Números 14:12 xviii Números 14:22-25 xix Proverbios 22:10 xx http://www.biography.com/people/cs-lewis-9380969 xxi Miller, Laura. The Magician’s Book: A Skeptic’s Adventures in Narnia [El libro del mago: Las aventuras de un escéptico en Narnia], p. 223 xxii Ibíd, p. 76 xxiii Josué 14:10-11 xxiv http://www.tolkiensociety.org/tolkien/biography.html xxv Cálculo de 2007. Provisto por Vit Wagner, reportero interno, Toronto Star, 16 de abril de 2007. xxvi http://www.biography.com/people/neil-armstrong-9188943 xxvii Génesis 12:2 xxviii Josué 14:10 xxix Génesis 37-50 xxx Jueces 15:16 xxxi 1 Timoteo 6:12 xxxii Biografía de Sam Walton, CNBC: http://video.cnbc.com/gallery/?video=1248908415