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La generación intermedia de la dramaturgia mexicana Arturo García Cruz Como todo movimiento literario de ruptura, los escritores pertenecientes a la denominada generación intermedia de la dramaturgia mexicana se preocuparon por la innovación del arte teatral por medio de la modificación de elementos utilizados por sus antecesores. Si bien, este afán de cambio se gesta como una acción inherente a la misma acción creativa, los escritores de esta generación no pretenden negar de manera categórica todos los elementos funcionales de sus precursores y ejemplo de esto es su seguimiento del teatro de corte realista. El teatro como reflejo de la sociedad inmediata es el deseo de los nuevos dramaturgos aunque, como es natural, su modelo de imitación se modifique por la evolución natural de la sociedad. 1 El México contemporáneo se convierte en el escenario predilecto en el que se mueven los personajes construidos a imagen y semejanza de los habitantes cotidianos, pobladores 1 Como bien señala Olga Harmony la: “Generación intermedia (1960-1980) se sitúa dentro de un momento crítico en el contexto mundial y la historia particular del país. La subversión en las relaciones sociales y familiares, la verdadera y universal revuelta juvenil que se apropia de nuevas formas de comportamiento, la liberación sexual y la crítica a las instancias de poder.” Olga Harmony, “La generación intermedia” en Escenarios de dos mundos. Inventario Teatral , t.3, Centro de Documentación Teatral, Madrid, 1992. p. 121.

La Generación Intermedia de La Dramaturgia Mexicana

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Page 1: La Generación Intermedia de La Dramaturgia Mexicana

La generación intermedia de la dramaturgia mexicana

Arturo García Cruz

Como todo movimiento literario de ruptura, los escritores pertenecientes a la

denominada generación intermedia de la dramaturgia mexicana se preocuparon por la

innovación del arte teatral por medio de la modificación de elementos utilizados por sus

antecesores. Si bien, este afán de cambio se gesta como una acción inherente a la misma

acción creativa, los escritores de esta generación no pretenden negar de manera

categórica todos los elementos funcionales de sus precursores y ejemplo de esto es su

seguimiento del teatro de corte realista. El teatro como reflejo de la sociedad inmediata

es el deseo de los nuevos dramaturgos aunque, como es natural, su modelo de imitación

se modifique por la evolución natural de la sociedad.1 El México contemporáneo se

convierte en el escenario predilecto en el que se mueven los personajes construidos a

imagen y semejanza de los habitantes cotidianos, pobladores que sufren el proceso de

adaptación entre lo viejo y lo nuevo.

El espacio agrario o pueblerino que privilegiaban los antecesores dramaturgos

se diluye para en su lugar colocar la emigración de sus hombres a la ciudad. 2 La

posibilidad de modificación espacial condicionada por una nueva estructura de

imitación permite el surgimiento, al igual que en la realidad, de nuevas asociaciones que

ya no son únicamente las familiares sino que forman gremios y hasta estereotipos de

una nueva cultura. Ejemplos de lo anterior son los trabajadores de la construcción en

1 Como bien señala Olga Harmony la: “Generación intermedia (1960-1980) se sitúa dentro de un momento crítico en el contexto mundial y la historia particular del país. La subversión en las relaciones sociales y familiares, la verdadera y universal revuelta juvenil que se apropia de nuevas formas de comportamiento, la liberación sexual y la crítica a las instancias de poder.” Olga Harmony, “La generación intermedia” en Escenarios de dos mundos. Inventario Teatral, t.3, Centro de Documentación Teatral, Madrid, 1992. p. 121. 2 Este conflicto surge como motor de la acción en la obra de Willebaldo López, Los arrieros con sus burros por la hermosa capital o ya visto como algo común en el personaje de la mamá de Rufino en De la calle de Jesús González Dávila. Si bien el espacio en Los caracoles amorosos... se desarrolle en un ambiente rural, un pueblo de Morelos, parte de los personajes, como Aurelio o Doña Bruna, parecen no corresponder a la tradicional gente que habita esos lugares, su pensamiento más liberal parece más propio de la ciudad, Bruno vivió en ella, por lo que esta obra puede representar simbólicamente un precursor de ese traslado de conflictos del campo a la ciudad.

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Los albañiles de Leñero o el grupo de estudiantes en Octubre terminó hace mucho

tiempo de Pilar Campesino. Unido a estos grupos se encuentra el retrato de su código

lingüístico, con sus respectivas expresiones, jergas y acciones características,3 ante todo

con el propósito de crear una fidelidad al modelo imitado.

Otra de las modificaciones que pretende esta generación, visto mayoritariamente

en Vicente Leñero, es la innovación del espacio de representación. Su obra Los

albañiles trasciende por sus complicaciones escenográficas, al plantear un doble

escenario en el que una parte de cuenta de la acción temporal lineal y otro represente

una acción ajena al espacio-tiempo enfocada en el recuerdo o la evocación.4 Otro

ejemplo de esta recontextualización del universo escénico es Clotilde en su casa de

Leñero, pues no sólo juega con la intertextualidad de la obra de Ibargüengoitia sino que

la lleva a otro nivel, al presentar el metateatro coloca al personaje de Ibargüengoitia en

un juego de espejos en donde la reflexión por la misma creación de la obra teatral es

reconsiderada.5

Para resumir, la generación intermedia de la dramaturgia mexicana tiene sus

principales móviles en la presentación de los nuevos componentes de la sociedad

contemporánea, alejados de la consideración nuclear del conflicto familiar y más

cercano a los grupos que representan los fenómenos sociales. Al mismo tiempo que

esto, también existen dramaturgos preocupados, Leñero, por una nueva presentación del

universo dramático por medio de la modificación del espacio teatral.

3 Los registros lingüísticos pueden verse reflejados de manera magistral en Willebaldo López, Los arrieros con sus burros por la hermosa capital en donde el viaje de los protagonistas a través de los diferentes espacios, zonas geográficas definidas, condicionan no sólo el lenguaje sino las acciones de los personajes, desde la habla del pueblerino, el extranjero y las clases bajas con sus múltiples matices en los pandilleros. Las obras De la calle, Los albañiles y Octubre terminó hace mucho tiempo modifican su habla pero únicamente hacia determinado sector que pretenden presentar: los grupos marginados, el sector de la construcción y los estudiantes, respectivamente.4 Estos recursos remiten inmediatamente a otras fuentes artísticas como el cine o la novela, no es gratuito que la fuente original de Los albañiles resulte una novela. 5 Mención aparte merece la complicada construcción escénica en el que el espacio y el tiempo cobran una importancia fundamental pues es la trasgresión a cada uno de estos elementos lo que la da un toque de excelsitud a la obra de Leñero.

Page 3: La Generación Intermedia de La Dramaturgia Mexicana

Bibliografía

Page 4: La Generación Intermedia de La Dramaturgia Mexicana

Harmony, Olga, “La generación intermedia” en Escenarios de dos mundos. Inventario

Teatral, t.3, Centro de Documentación Teatral, Madrid, 1992. p. 121-123.