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Editorial Radio Progreso ERIC-SJ
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La gente habló, falta que la escuchen
El sondeo de opinión pública elaborado por el Instituto Universitario de Opinión
Pública de la Universidad Centroamericana (UCA), y el Equipo de Reflexión,
Investigación y Comunicación, ambas obras de la Compañía de Jesús, revela
datos desafiantes para todos los sectores de la población hondureña. Para la
clase política y empresarial, el desafío está en escuchar los clamores del pueblo;
y para la población hondureña, la tarea principal está en lograr hacer sentir su
voz.
Los resultados presentan un panorama sombrío, y asustan a cualquier ciudadano
o ciudadana que piense en el futuro del país. Sin duda, trabajar para revertir esos
resultados es el gran desafío. De entrada, el pueblo aplaza con un 5.1 sobre 10
el primer año de gestión del régimen de Lobo Sosa. Y otros datos del sondeo lo
confirman: ocho de cada diez personas se sienten poco o nada beneficiadas con
el trabajo de la actual gestión; el 63% de la población considera que la
delincuencia en el país aumentó durante el año pasado; el 82% percibe que el
narcotráfico aumentó o siguió igual durante el año 2010, en comparación con el
2009; y el 50% de los hondureños y hondureñas consideran que la policía
protege o está involucrada con la delincuencia.
¿Qué hay detrás de estos datos? En primer lugar, la ausencia o lejanía del Estado
en las comunidades, en la vida cotidiana de las personas; unos poderes del
Estado de los que la población recela y siente como parte de los delincuentes de
los que hay que cuidarse, ya que están íntimamente entrelazados con los
poderes irregulares. Pero también los datos revelan la situación de precaria
sobrevivencia en la que se encuentran las familias, y el 70% de la población
considera que el costo de la vida aumentó en algo o mucho durante el pasado
año.
Sin embargo, cuando se le pregunta a los hondureños y hondureñas qué es lo
primero que siente cuando piensa en el futuro del país, esperanza o temor,
curiosamente el 66% de la población manifiesta tener esperanza. Y lo mismo
ocurre al consultarle si desea migrar a otro país, el 70% manifiesta que no desea
abandonar.
Haciendo un análisis de conjunto de los datos, se puede concluir que, a pesar de
lo mal que estamos, seguimos apostando por el país. Y para ello, el pueblo
demanda seguridad, empleo, combate a la corrupción, castigo para los corruptos
y nuevas reglas del juego. Trabajar en estas demandas será la gran tarea de la
década que comenzamos.
Nuestra Palabra | 20 enero 2011