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1 LA GLOBALIZACIÓN Natalia Ribas Mateos 1. Una aproximación al concepto El origen del concepto descasa en el trabajo de los intelectuales del siglo XIX y principios del siglo XX. Un ejemplo de este uso del término se puede hallar en Saint- Simon cuando identificaba cómo la modernidad, progresivamente, iba integrando las diversas partes del mundo. No obstante, no sería hasta los años sesenta del siglo XX cuando se haga alusión al vocablo globalización, y fue en pocas ocasiones. Su empleo se vincula a una etapa de interdependencia económica y política. El contexto de este primer debate, durante los años sesenta, se ubica en las preocupaciones de los científicos sociales acerca de la interconexión de los acontecimientos humanos, el desarrollo de las teorías del sistema mundial y de la interdependencia compleja, e incluso la introducción de la misma noción de globalización. En este sentido, la idea de globalización emergió para poder explicar los procesos por los cuales el destino de los Estados y de las personas estaba cada vez más entrelazado (Moldelslki 1972; Wallerstein 1974, Keohane y Nye 1977, citados por Held y Mc Grew 2000:1). Sin embargo, no será verdaderamente hasta los años ochenta que la noción de globalidad aparezca en realidad en la literatura de las ciencias sociales. Lo que es más, hasta mediados de los ochenta conceptos como gobernación mundial (global governance), cambio medioambiental global (global environmental change), relaciones de género globales (global gender relations) o economía política global (global political economy) eran prácticamente desconocidos. 1 Según los teóricos que examinan el fenómeno de la globalización, ésta transforma la organización, la distribución y la forma del poder económico y político. La fase de la globalización correspondería hoy a la emergencia de una nueva forma de estructura social, comprendida desde una dimensión socio-espacial novedosa. No obstante, podemos afirmar que no existe verdaderamente una única definición de la globalización. Son muchas las caracterizaciones de ésta. La definición del término “globalización” se debe realizar distinguiendo cautelosamente diferentes niveles que se superponen en el tiempo y que amplían paulatinamente la significación del vocablo hasta su uso actual. Un primer nivel estaría integrado por aquellas definiciones que destacan el proceso del mundo convirtiéndose en un lugar único, unitario (a single place). Esta conversión del planeta en una “aldea global” se realiza a través de la intensificación de las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales a través de las fronteras. La particularidad de la globalización es la conformación de un mundo único con dos dimensiones básicas: extensión y alcance al conjunto del planeta; y, profundización de los niveles de interacción e interdependencia. Las relaciones sociales ya no pueden concebirse sólo en términos locales, por lo que la globalización implica la “[...] intensificación de las relaciones a lo largo del planeta que unen localidades lejanas, de manera que los acontecimientos locales son influidos por acontecimientos que ocurren a muchas millas de distancia y viceversa” (Giddens: 1999:64) Sin embargo, estos elementos, 1 Una de las excepciones frecuentemete citadas es el artículo de Moore, “Global Sociology: the world as a singular system”, American Journal of Sociology, vol. 71, n.º 5, 1966, pp. 475-482.

la globalización_Natalia Rivas

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LA GLOBALIZACIÓN Natalia Ribas Mateos

1. Una aproximación al concepto El origen del concepto descasa en el trabajo de los intelectuales del siglo XIX y

principios del siglo XX. Un ejemplo de este uso del término se puede hallar en Saint-

Simon cuando identificaba cómo la modernidad, progresivamente, iba integrando las

diversas partes del mundo. No obstante, no sería hasta los años sesenta del siglo XX

cuando se haga alusión al vocablo globalización, y fue en pocas ocasiones. Su empleo

se vincula a una etapa de interdependencia económica y política. El contexto de este

primer debate, durante los años sesenta, se ubica en las preocupaciones de los

científicos sociales acerca de la interconexión de los acontecimientos humanos, el

desarrollo de las teorías del sistema mundial y de la interdependencia compleja, e

incluso la introducción de la misma noción de globalización. En este sentido, la idea de

globalización emergió para poder explicar los procesos por los cuales el destino de los

Estados y de las personas estaba cada vez más entrelazado (Moldelslki 1972;

Wallerstein 1974, Keohane y Nye 1977, citados por Held y Mc Grew 2000:1).

Sin embargo, no será verdaderamente hasta los años ochenta que la noción de globalidad

aparezca en realidad en la literatura de las ciencias sociales. Lo que es más, hasta

mediados de los ochenta conceptos como gobernación mundial (global governance),

cambio medioambiental global (global environmental change), relaciones de género

globales (global gender relations) o economía política global (global political economy)

eran prácticamente desconocidos.1

Según los teóricos que examinan el fenómeno de la globalización, ésta transforma la

organización, la distribución y la forma del poder económico y político. La fase de la

globalización correspondería hoy a la emergencia de una nueva forma de estructura

social, comprendida desde una dimensión socio-espacial novedosa. No obstante,

podemos afirmar que no existe verdaderamente una única definición de la globalización.

Son muchas las caracterizaciones de ésta.

La definición del término “globalización” se debe realizar distinguiendo cautelosamente

diferentes niveles que se superponen en el tiempo y que amplían paulatinamente la

significación del vocablo hasta su uso actual. Un primer nivel estaría integrado por

aquellas definiciones que destacan el proceso del mundo convirtiéndose en un lugar único,

unitario (a single place). Esta conversión del planeta en una “aldea global” se realiza a

través de la intensificación de las relaciones económicas, políticas, sociales y culturales a

través de las fronteras. La particularidad de la globalización es la conformación de un

mundo único con dos dimensiones básicas: extensión y alcance al conjunto del planeta; y,

profundización de los niveles de interacción e interdependencia. Las relaciones sociales ya

no pueden concebirse sólo en términos locales, por lo que la globalización implica la “[...]

intensificación de las relaciones a lo largo del planeta que unen localidades lejanas, de

manera que los acontecimientos locales son influidos por acontecimientos que ocurren a

muchas millas de distancia y viceversa” (Giddens: 1999:64) Sin embargo, estos elementos,

1Una de las excepciones frecuentemete citadas es el artículo de Moore, “Global Sociology: the world as a

singular system”, American Journal of Sociology, vol. 71, n.º 5, 1966, pp. 475-482.

wayra
Catedra UNESCO Postgrau: Globalització i Governabilitat Mundial de Sostenibilitat 20 d'abril 2006
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como vemos, no implican aspectos novedosos con relación a procesos sociales que ya

fueron identificados en los años setenta.

Un segundo nivel en las definiciones viene dado por la introducción del binomio espacio-

tiempo. Se trataría de, en palabras de Giddens, “[...] la condición bajo la cual tiempo y

espacio están organizados de tal manera que conectan presencia y ausencia”. Las

relaciones sociales y la interacción no dependen ya de la presencia simultánea en un sitio

determinado, pues las comunicaciones son instantáneas. Es la imbricación “presencia-

ausencia” a través del diálogo “local-global” a la que se refiere Giddens (idem). No sólo ha

aumentado la densidad de los contactos, sino que también se ha producido un cambio

cualitativo, ya que muchas de las conexiones son ahora instantáneas. Pensemos que en el

mundo globalizado las personas se pueden relacionar independientemente de su ubicación

longitudinal y latitudinal en el planeta, como si estuviesen colocadas en un plano

supraterritorial. Los acontecimientos globales pueden ocurrir casi simultáneamente (a

través de las telecomunicaciones, los ordenadores digitales, los medios audiovisuales o los

satélites). Es la creación de un “hiperespacio” y de una “región no territorial"

Un tercer nivel de la definición añadiría un último elemento a los procesos de

globalización: el aumento de la consciencia de los seres humanos de pertenecer a ese

mundo único. Al mismo tiempo que los constreñimientos geográficos, sociales y culturales

retroceden, los individuos son conscientes de que están retrocediendo. La globalización

como concepto se refiere también, a la comprensión e intensificación de esta percepción.

A efectos prácticos, podemos diferenciar distintos criterios definitorios de este concepto

(Giddens, 1990; Rosenau, 1999; Held y Mc Grew, 2000):

• La acción social a distancia: Una de las caracterizaciones básicas es que se ha

relacionado como la acción desde la distancia. Pensemos en la acción de agentes

sociales que están en lugares distintos puede tener consecuencias para otros

agentes sociales distantes. Se refiere a la reformulación del tiempo y el espacio

en el análisis de la acción social.

• La compresión tiempo-espacio: Hace referencia a la forma en que la

comunicación electrónica instantánea erosiona los límites de la distancia y el

tiempo en la organización de la interacción social.2

• Aceleración de la interdependencia: Concebida como la intensificación del

entramado entre las economías nacionales y en las sociedades, así que los

acontecimientos de un país dejen un impacto sobre los otros3.

2 La hipótesis central de Castells, para analizar la complejidad socioeconómica y cultural que se

está formando, es la revolución de la tecnología de la información. No obstante, no implica que la

tecnología sea determinante de la sociedad ni viceversa, aunque sí la sociedad y el Estado pueden

promover o sofocar su desarrollo (2000b: 35-37). El cambio de milenio arranca en la emergencia de una

nueva estructura social como resultado de la interacción, específicamente de la morfología de la red, la

relación de producción/consumo, el poder, la experiencia y la cultura. Para Castells el cambio en la

estructura social se ubica en el cambio informacional. La era de la información permite a la mayoría de

las sociedades del mundo varias manifestaciones culturales e institucionales, tal cual la sociedad

industrial caracterizaba la estructura social del capitalismo y el estatismo durante la mayor parte del siglo

XX (Castells, 2000b).

3 Para Beck, lo importante de la conceptualización de la globalización es poder llegar a ver las

consecuencias políticas del riesgo de la globalización económica, sea cual sea la referencia de la nueva

retórica de la globalización (economía, mercados, competencia laboral, producción, bienes y servicios,

flujos financieros, información, modos de vida). Las aparentemente cerradas instituciones de la sociedad

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3

• El "encogimiento" del mundo: Erosión de fronteras y de barreras geográficas en

las actividades socioeconómicas, la integración global, la reordenación de las

relaciones de poder interregional, la intensificación de la interconexión regional,

y la concienciación de la mercantilización global.

Según esta perspectiva el tiempo social y la geografía espacial, coordenadas vitales de la

vida social, no se representan como obstáculos en la construcción de las variadas formas

de interacción y organización social (Held y Mc Grew 2000:3). El ejemplo típico es la

construcción de la world wide web y la operación a tiempo real de los mercados

financieros. La acción de "encogimiento" del tiempo y del espacio ha sido

frecuentemente ejemplificada en el funcionamiento del impacto mundial de la crisis

asiática de 1997.

Una de las definiciones de globalización más completa que podemos hallar es la

siguiente “un proceso (o conjunto de procesos) que engloban una transformación de la

organización espacial de las relaciones sociales y las transacciones valoradas en

términos de su extensión, intensidad, velocidad e impacto -transcendiendo flujos

transcontinentales e interregionales y redes de actividad, interacción y ejercicio de poder

(Held, Mc Grew, Golblatt y Perraton: 2000:55). Esta definición recoge, por una parte, la

forma histórica de la globalización contenida en dos dimensiones: la dimensión espacio-

temporal y la dimensión organizadora. La primera recogería la extensión de las redes

globales, la intensidad y el impacto en la propensión de la interconectividad global, y la

velocidad de los flujos globales La segunda agruparía la infraestructura de la

globalización, la institucionalización de las redes globales y el ejercicio de poder, el

modelo de estratificación global y el modelo dominante de interacción global (ídem 59).

Además, la mayoría de los autores están de acuerdo en que la globalización no es un

fenómeno del todo nuevo. Sin embargo, lo que es nuevo es la velocidad, la escala, el

alcance y la complejidad de las conexiones globales actuales (Hábitat, 2000).

En último lugar destacamos aquí otro tipo de análisis vinculado al de la globalización, la

globalización como ideología. El análisis del concepto se establece entonces desde su

connotación ideológica. Esta conceptualización crítica ataca las bases del fundamento

neoliberal. Ignacio Ramonet y otros escritores agrupados en torno a las publicacones de

Le Monde Diplomatique, lo han venido a denominar como pensamiento único, esta

visión crítica de la globalizacón ha estado ligada a núcleos críticos de prensa y otros

intelectuales así como a los movimientos sociales. Para Ramonet vivir con el

pensamiento único que caracteriza esta época que otros autores llaman globalización

vienen a signficar el sentirse un ciudadano atrapado en una doctrina viscosa que

"insensiblemente, envuelve cualquier razonamiento rebelde, lo inhibe, lo perturba, lo

paraliza y acaba por ahogarlo" (1998:15). Para Ramonet y los otros autores de la

publicación, el pensamiento único es la traducción ideológica de los intereses de las

fuerzas económicas, especialmente del poder del capital intenracional. Este pensamiento

se ha desarrollado a partir de los acuerdos de Bretton Woods, sus fuentes princiales son

las grandes instituciones económicas y monetarias (BM; FMI; OCDE, CE, Banco de

industrial, pueden verse ahora resquebrajadas y abiertas a la intervención política. Las premisas del

Estado del Bienestar y del sistema de pensiones, del subsidio otorgado a personas de bajos ingresos, el

gobierno local, la fuerza del trabajo organizado, las negociaciones colectivas, el sistema fiscal, etc. todo

ello se funde bajo la globalización y se hace vulnerable a las demandas de los intereses políticos. Cada

actor social debe responder de un modo u otro, donde las respuestas tradicionales ya no encajan en el

antiguo sistema de la izquierda y de la derecha de la acción política (Beck, 2000:9)”.

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4

Francia etc), que vehiculan financieramente los "centros de ideas" y de los poderes de

las grandes multinacionales..

2. Las “otras globalizaciones” Debemos aludir también a otro tipo de globalización distinta a de las narrativas que

muestran estos autores anteriores, me refiero, en particular, al concepto de la

globalización sumergida, utilizado especialmente entre los sociólogos mejicanos4.

Mientras la globalización económica hace referencia sobre todo a la conducta de

actividades ilícitas a escala transnacional, podemos identificar un contrapunto a esta

globalización formal.

Podemos hacer también alusión a la globalización de base o "grassroots globalization",

que es la que ofrece las estrategias o visiones para los pobres o los excluidos de las

acciones del capital corporativo y de los sistemas del Estado-Nación (Appadurai, 2000).

Son los movimientos de insumisión local contra el nuevo orden mundial, especialmente

reflejado en la movilización zapatista en México.

El transnacionalismo también ha creado un debate muy fuerte y polarizado entre los que

están más o menos convencidos de que existan prácticas transnacionales. Sin embargo,

debe apuntarse que en los últimos años se ha logrado una mayor teorización sobre el

tema, sin que se reduzca a clichés falsos asociados al cosmopolitismo de las ciudades

globales, al nacionalismo diásporico, al nacionalismo en el exilio, a la etnicidad, etc.

Los estudios más recientes que utilizan como referencia base los escritos de Guarnizo y

Smith (1998), suelen señalar a grosso modo la definición transnacional de una

comunidad a partir del carácter transnacional, sea en el ámbito económico o político, en

la experiencia de la inmigración a un país extranjero.

Portes5 menciona cuatro criterios de definición de la transnacionalidad: política,

económica y sociocultural, que caracterizan las actividades transnacionales

(distinguiéndose de las actividades internacionales y las multinacionales). Para Portes,

es sobre el aforismo de que el capital es global y el trabajo es local que reposa todo el

edificio internacional erigido en los últimos cincuenta años. Las escuelas teóricas han

celebrado este edificio como el triunfo del edificio del librecambismo y la racionalidad

económica en oposición a la denuncia de la muerte de la conciencia obrera y de la

independencia nacional. En este contexto de cambio, Portes (1999) busca una base

teórica del concepto de comunidad transnacional en tanto que reacción discreta pero

potencialmente potente en el análisis de los procesos de globalización. De este modo, el

uso del concepto de comunidad transnacional puede ser un útil teórico con el que

podamos comprender las macro-estructuras del sistema mundial, y por otra parte, en

tanto que instrumento de análisis todavía infra-desarrollado de redes y modelos

cotidianos de relaciones sociales que emergen en el seno y al margen de otras

estructuras.

4 Mittleman se refiere a la globalización del movimiento del capital del tráfico de drogas, armas,

inmigrantes, órganos humanos, etc. (2000:237), la cual corresponde con la globalización criminal de

Castells y en parte con las contrageografias de la globalización de Sassen. 5 En su intervención en el encuentro de la American Sociological Association, en Annaheim (Estados

Unidos), 20 de agosto del 2001

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5

Las prácticas transnacionales vinculadas a los procesos migratorios, la expansión

económica y la organización política a través de espacios nacionales aglutinan los tres

ámbitos donde la mayoría de los autores han centrado el discurso del transnacionalismo

"desde abajo" (véanse las diferentes aportaciones en Guarnizo y Smith, 1998). En

concreto, cuando se han considerado estas prácticas en el campo de las migraciones

internacionales, los estudios apuntan a los siguientes temas de investigación:

• La importancia de las redes migratorias y las estrategias de supervivencia que las

mueven (la reproducción de las comunidades y de las redes de hogares),

• El rol de los inmigrantes empresarios como una vía alternativa a los

acondicionamientos estructurales de las migraciones de trabajo,

• El rol de los inversores transmigrantes a través de las remesas y su impacto en el

desarrollo en los países de origen y

• Las nuevas formas de desterritorialización política de los inmigrantes.

Muchos de los ejemplos de las prácticas transnacionales han estado ilustradas en

investigaciones sobre los mejicanos que viven a caballo entre Estados Unidos y Méjico.

En el caso europeo, uno de los pocos investigadores que se centra en este tema es

Tarrius (2002), a través de la circularidad del territorio entre Marruecos, España y

Francia.

En último lugar debemos referirnos también a la "globalización fragmentada". El

proceso de globalización (universalización, unificación) -especialmente en su vertiente de

integración- se complementa con otro de fragmentación (heterogeneización,

individualización, "particularización") que podría parecer, a primera vista, antitético con el

anterior. Mientras las sociedades, el sistema de Estados y el conjunto de actores

internacionales se enfrentan a desafíos comunes (interdependencia económica,

degradación medioambiental, etc.), la sociedad internacional presenta una fuerte

heterogeneización, que parece haberse intensificado con las reivindicaciones étnicas,

religiosas o culturales en general (Wallerstein, 1992). Este doble proceso lo contemplamos

no como una tensión, sino como una simbiosis, dos desarrollos que se interrelacionan y

evolucionan paralelos y que sólo en determinadas circunstancias se enfrentan

directamente. Para otros autores incluso, el término globalización incluiría tanto el proceso

de construcción de un mundo único (lo que algunos autores denominan la tendencia

integradora) como de diferenciación y fragmentación (que se manifiesta en la diversidad

cultural, la fragmentación de identidades, la precariedad de los valores comunes o las

barreras comerciales.

3. El debate sobre la globalización

En paralelo, como ocurriese también con el debate del concepto de modernización en

las ciencias sociales durante los años sesenta, la noción de globalización parece haberse

convertido en el leitmotif de nuestra época. Por lo que respecta al campo académico, que

es aquí donde se ubica nuestro trabajo, no podemos decir que exista una noción clara

sobre lo que comporta este concepto, tal como ya hemos acabado de introducir. No

obstante, por lo general, se pueden distinguir dos extremos, en gran parte opuestos,

sobre la globalización.

Las diferentes corrientes teóricas discrepan en cuanto al significado y alcance del

fenómeno de la globalización que, como vemos, es de hecho la intensificación de procesos

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anteriores. Así por ejemplo, mientras los autores escépticos otorgan una relevancia nimia a

los cambios en las cuestiones globales, para los autores neoliberales la globalización está

transformando el panorama internacional a una velocidad inusitada. Los argumentos

utilizados para apoyar las respectivas posiciones son, en el caso de los escépticos, la

consideración que el sistema internacional se caracteriza antes que nada por ser una lucha

por el poder, contemplando los elementos propios de la globalización como secundarios.

Se duda pues, de la novedad y, sobre todo, de la significación de la globalización.

Para los autores neoliberales en cambio, la trascendencia del fenómeno resulta evidente.

Los procesos identificados pueden representar la oportunidad de realizar con éxito las

promesas de la modernidad, de liberar la acción beneficiosa de las fuerzas del mercado, de

consolidar la democracia pluripartidista, la racionalidad tecnocientífica, la

autodeterminación nacional o la cooperación internacional en beneficio de toda la

humanidad. Este supuesto de la influencia beneficiosa inherente a la globalización,

mayoritaria entre los autores neoliberales, es uno de los aspectos más criticados,

especialmente por autores neo-marxistas y adscritos a la teoría crítica. Se recuerda que esta

visión distorsiona la realidad y olvida el imperialismo político subyacente al concepto de

globalización y la existencia de conflictos y contradicciones subyacentes al orden

económico global. Por otra parte, desde la teoría crítica se recuerda que la globalización

perpetúa la pobreza, la violencia, la degradación ecológica, el “extrañamiento” y la

anomia, mientras que la supraterritorialidad puede suponer un paso más en un desarrollo

capitalista incontrolado. A estos puntos se añade la opresión cultural y psicológica (puesta

en evidencia por los postmodernistas y postestructuralistas) inherente a estos procesos y

sus efectos de fragmentación de la identidad, crisis de la comunidad o resurgimiento

religioso (Featherstone, 1991).

Dentro de cada extremo se utilizan marcos teóricos distintos. De este modo podemos

decir que por el momento coexisten múltiples discursos acerca de la noción de

globalización, cada uno de ellos utiliza una tradición diversa, desde los que utilizan

como base argumental la economía neoclásica hasta aquellos que utilizan emplean

como base argumental la teoría del sistema mundial. Hasta la fecha no se puede afirmar

que ninguna de estas nociones haya adquirido, todavía, el estatus de ortodoxia (Held y

Mc Grew, 2000: 2).

El límite del debate se fija en la fisura existente entre los que consideran la

globalización contemporánea como un fenómeno real y significativo del desarrollo

histórico (los globalistas) y los que la conciben como una construcción ideológica o

mítica, como un concepto de valor explicativo marginal (Mc Grew y Hell, 2000:2).

Los elementos de análisis del debate son además distintos. Escépticos y globalistas

utilizan elementos de análisis no coincidentes: los primeros, sobre todo, desde un

análisis riguroso de la historia, mientras que los globalistas enfatizan las nuevas

tendencias. Mientras que los escépticos se centran en la organización de la producción

y del comercio durante el siglo XX, los globalistas se centran en la desregulación

financiera y en la explosión de los mercados financieros en los últimos 25 años. Por otra

parte, globalistas y escépticos coinciden en reconocer el aumento de la interconectividad

regional, el impacto de la competencia global sobre las viejas jerarquías, los problemas

transnacionales y transfronterizos, en la expansión de la gobernabilidad internacional y

en la necesidad de buscar nuevas formas de pensar la política, la economía y el cambio

cultural.

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La ventaja de analizar la estructura social global desde el debate entre los distintos

discursos, nos proporciona una accesibilidad en la comprensión de la noción de la

globalización. No obstante, existe también la dificultad de asociar los discursos a un

único trabajo, una única posición ideológica o a un único actor social. Usar la

perspectiva del debate en este texto nos concede una practicidad de análisis, pero no

agota la comprensión respecto a las divergencias existentes en la interpretación histórica

de la globalización y en los argumentos normativos relacionados con ésta.

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Cuadro 1. Los ejes analíticos del debate de la globalización

Escépticos Globalistas

1.Conceptos Internacionalización, no

globalización.

Regionalización.

Rápidos flujos extensivos e

intensivos.

Movimientos de redes a través de

regiones y continentes.

2. Poder Gobierna el Estado-Nación.

Intergubernamentalidad.

Erosión y soberanía estatal,

autonomía y legitimidad.

3. Cultura Resurgimiento del nacionalismo y

la identidad nacional.

Emergencia de la cultura popular

global.

Erosión de identidades fijadas

políticamente.

Hibridación

4. Economía Desarrollo de los bloques

regionales.

Triadización.

Nuevo imperialismo.

Capitalismo de informacionalidad

global .

Economía transnacional

Una nueva división del trabajo.

5. Desigualdad Crecimiento de la división Norte-

Sur.

Conflictos de interés

irreconciliables.

Crecimiento de la desigualdad

dentro y entre sociedades (PNUD).

Erosión de las viejas jerarquías

6. Orden Sociedad internacional de estados.

Persistencia del conflicto político

entre Estados.

Gobernabilidad internacional y

geopolítica (comunitarismo).

Gobernabilidad global "por capas".

Sociedad civil global.

Política global.

Cosmopolitismo.

Fuente: Cuadro elaborado en base al debate entre escépticos y globalistas realizado por

Held y Mc Grew (2000:37).

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Los críticos o escépticos de la globalización parten de la imposibilidad de referirse a la

globalización como fenómeno universal. Critican también el eje de la espacialidad que

utilizan los globalistas. Señalan que este análisis especial dificulta el examen de la

articulación de las dinámicas globales en espacios nacionales, internacionales y

transnacionales, y en último término, incapacita poder comprobar la articulación global

de forma empírica. A causa de esta limitación empírica se entendería que el concepto de

economía global o cultura global sería una mera abstracción. Un tercer elemento de

crítica que utilizan los escépticos, probablemente el más utilizado, es que olvidan los

análisis realizados desde la historia económica. Es decir, al enfatizar el momento actual

como una fase de cambio global, olvidan la importancia de la belle époque de la

globalización, del período entre 1890 y 1914, caracterizado por una fuerte

internacionalización económica. Los escépticos se refieren a la fase actual como una

etapa de internacionalización económica, de regionalización y de triadización, en los

sistemas de agrupación geográfica (geographical clustering) de los intercambios

económicos y sociales (Held y Mc Grew, 2000: 5). En esta fase, continuarían vigentes

la primacía de los territorios, las fronteras y la continuidad del Estado-Nación en la

distribución del poder, de la producción y de la riqueza en el orden social

contemporáneo. Un último elemento de crítica de los escépticos, se refiere a que la

globalización tiene una connotación ideológica vinculada al neoliberalismo y a la

consolidación de un capitalismo angloamericano de escala mundial.

Los escépticos utilizan con frecuencia un marco explicativo marxista y realista. Los

marxistas sostienen que el orden social capitalista funciona por una lógica

expansionista, buscando insaciablemente nuevas geografías para las relaciones sociales

capitalistas. Mientras que los realistas sostienen que los protagonistas del orden social

internacional son los Estados y sus agentes con poder económico y militar.

Los globalistas, en contra de los escépticos, afirman que se han constatado cambios

sustanciales que reflejan transformaciones estructurales en la organización social

moderna. La mayoría de los autores aluden a: la expansión de las compañías

multinacionales, los mercados financieros mundiales, la difusión de una cultura popular

global, la degradación económica mundial. No obstante, no hacen referencia un proceso

unidimensional de la globalización relativo a la dimensión económica, sino que

abarcaría otras dimensiones de actividad social. De este modo, utilizan un marco de

análisis multidimensional más acorde con una visión weberiana, post-marxista y post-

estructuralista. Se concibe la realidad social como constituida por una serie de órdenes o

redes sociales de poder: económico, tecnológico, político, cultural, natural, etc.

(Giddens, 1990).

La globalización se identifica a partir de una multiplicidad de fuerzas sociales. El

cambio no sería únicamente económico o tecnológico. La concepción de los globalistas

se refiere a un conjunto de procesos que operan en las estructuras de poder social

(incluyendo, también, los poderes militares, político y cultural). No obstante, los

procesos no son mundialmente homogéneos, el análisis clave de los procesos de

diferenciación pasa por la espacialidad como eje analítico. Para muchos de estos autores

globalistas, el espacio urbano pervive como un espacio principal de la espacialidad

capitalista (en el sentido de Lefebre de la política de la escala espacial) pero se aúnan

ahora escalas geográficas supranacionales.

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El análisis de la interrelación de las diferentes jerarquías espaciales (a través de la

regionalización y la localización) se tornan, desde esta perspectiva, relaciones fluidas y

dinámicas. Se trata de una reorganización del espacio y del tiempo en nuevos patrones

de interrelación social, posibilitando nuevas formas de organización social transnacional

y reordenando, también, las relaciones entre el territorio y el espacio socioeconómico y

político.

La perspectiva histórica de los globalistas se basa en la perspectiva de longue durée de

Braudel, en el análisis de los modelos de cambio histórico a través de los siglos. La

comprensión de la globalización histórica se fundamenta en los sistemas y modelos de

interconexión global y los cambios en la configuración regional de los sistemas de

poder. Esta perspectiva de análisis socio-histórico presume la existencia de una sociedad

mundial o una sociedad global, evitando una perspectiva teleológica o determinista. Al

rechazar las interpretaciones historicistas o deterministas de la globalización, sostienen

una visión abierta del cambio global.

La multiplicidad de fuerzas que peculiarizan el fenómeno de la globalización hace que

los procesos que conlleva sean de naturaleza cooperativa pero también de naturaleza

conflictiva: integración y fragmentación, exclusión e inclusión, convergencia y

divergencia, orden y desorden ( Rosenau, 1997).

La base para la interpretación globalista es la concepción de cambio global, centrada en

tres tipos de procesos de cambio social: la organización socioeconómica, el principio

territorial y el poder (Held y Mc Grew, 2000:7). El análisis del cambio se centra en la

transformación de las relaciones de poder, instrumentos, contribución, impacto.

4. El debate a discusión

Tal como hemos desarrollado y mostrado gráficamente en el cuadro podemos ver cómo

el debate sobre la globalización utiliza una serie de ejes analíticos en relación a:

conceptos (internacionalización versus globalización), poder (peso del Estado-Nación),

cultura (nacionalismo versus hibridación), economía (triadización económica versus

economía transnacional), desigualdad (división Norte-Sur versus nuevas jerarquías), y

orden (sociedad internacional versus gobernabilidad global). Las explicaciones

conforman dos bloques, dos perspectivas, de escépticos y globalistas que por supuesto

no son siempre grupos homogéneos, así encontramos por ejemplo con globalistas

moderados y globalistas radicales.

Para nosotros, el debate ofrece un rico marco de análisis para ubicar y poder estudiar los

procesos de la globalización. Por una parte, los globalistas, desde una perspectiva

histórica buscan los modelos de interconexión global y los cambios en la configuración

regional de los sistemas de poder. Esta perspectiva presume la existencia de una

sociedad global y evita un enfoque teleológico que ofusque una visión abierta del

cambio global. Generalmente, desde esta perspectiva, la interpretación del cambio

global se guía por tres tipos de procesos: socioeconómico, territorial y de poder. Su

examen está centrado en la transformación de las relaciones de poder, sus instrumentos,

su contribución y su impacto.

La nueva globalidad no se puede invertir como señala Beck, ya no se puede echar abajo

el edificio, “el rascacielos global”. Significa además que las diferentes lógicas

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autónomas de la globalización –las lógicas de la ecología, de la cultura, la economía, la

política y la sociedad civil- van unidas y no se pueden reducir o someterse las unas a las

otras.

¿Cuál es el eje del poder global? Se manifiesta especialmente a través de los retos a la

gobernabilidad y sobre todo, en cómo éstos afectan a la estructura del Estado-Nación.

Las visiones radicalmente opuestas acerca del futuro del Estado-Nación parecen ser uno

de los puntos de ruptura principales entre globalistas y escépticos, así como también en

relación al debilitamiento del Estado del Bienestar. En este sentido, las amenazas que

identifican los globalistas en relación a la erosión del papel del Estado se pueden

identificar como: capitalismo global, peligros medioamientales, políticas identitarias y

geopolítica nuclear. En contraposición, para los escépticos el discurso dominante sobre

la globalización, basado en la idea de que la capacidad de resistencia al mercado ha

desaparecido, es equivocado y lo achacan a la falta de datos y a los errores de

interpretación por parte de los globalistas.

El debate se ubica en el enrevesado fin del modelo de acumulación fordista, que da paso

a un nuevo escenario orquestrado por el capital financiero, relegando a un segundo

plano el papel regulador de los estados en sectores clave de su economía: industria de la

información, mercado de las finanzas y de los servicios. Es en este escenario en

transición uno imagina el juego de unos actores transnacionales impulsados por el poder

financiero articulado en espacios electrónicos, el poder de los medios de comunicación,

las nuevas formas de cultura transnacional así como las estrategias del contra-poder de

los actores locales movilizados planetariamente6. En último lugar resta esperar y ver

qué nos depararan los movientos anti-globalización en este nuevo escenario. En

concreto, el movimiento contra la globalización y el mundo de las instituciones del

capital, desde la manifestación en Seattle, Estados Unidos en diciembre 1999. Me

refiero a los movimentos anti-globalización como creación de una supra-identidad por

el encima del fragmentado mundo social de la resistencia a la imposición y

reproducción del proyecto neoliberal.

5. Ejercicios prácticos

1. A partir del esquema del debate sobre la globalización (la división entre escépticos y

globalistas), escoje uno de los tres ejes del debate para identificarlo y desarrollarlo en

dos folios:

EJE 1. ¿Cuál es el eje de la cultura global? Para autores como Appadurai la economía

cultural global se debe entender como un orden complejo, superpuesto y disyuntivo,

incapaz de permanecer en el clásico modelo de centro- periferia. Dentro de estos

análisis de la cultura global con frecuencia se cuestiona si el despertar del islam

equivale a una tendencia de reacción en una época de transición hacia una sociedad

global. Muchas interpretaciones pueden abrirse aquí, las que suelen dominar son las que

resuenan a las ideas del politógo Samuel Huntington y el choque de civilizaciones; de

ahí que se entienda de una forma superficial que los kamikazes del siglo XXI no pueden

6 “La globalización domesticada”. Natalia Ribas Mateos. Artículo de opinión. La Vanguardia, 18 julio de

2001.

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ser más que fanáticos que amenazan las bases de la civilización desarrollada, los agentes

que hacen vulnerables las sociedades abiertas.

EJE 2. ¿Cuál es el eje de la economía global? La constatación cuantitativa de esta

economía global ha utilizado comúnmente datos relacionados con el peso de una

retícula oligopolítica de redes globales corporativas, que se extiende a través de las

fronteras nacionales, pero que es regulada en cierto modo por los Estados-Nación.

A esta economía global le acompaña una fuerza de trabajo global. Son las nuevas

migraciones a las que alude Tarrius o el carácter cosmopolita del que habla Sassen a

partir de la identificación de las ciudades globales, las cuales utilizan el trampolín

financiero para conjugar cambios específicos en el mercado laboral urbano y en las

tendencias a la informalización de la economia.

Los escépticos siguen alegando, que en múltiples aspectos la economía mundial

contemporánea es menos abierta y global que durante el siglo XIX. Tomando los

indicadores clásicos de integración global: aspectos financieros, tecnológicos, de trabajo

o de producción, se pone en evidencia la no emergencia de una economía global única.

No obstante, reconocen el proceso de triadización de la estructura de la economía

mundial en tres bloques: Europa, Asia, Pacífico y América. Los escépticos además ven

en la supuesta “nueva división del trabajo” de los globalistas, una exageración de los

cambios de las interdependencias Norte-Sur (aunque hay coincidencias en la valoración

del papel de los nuevos países industriales), así como en la articulación de la

gobernabilidad de la economía mundial, sobre todo en relación al debilitamiento del rol

de los estados.

EJE 3. ¿Cuál es el eje de la desigualdad social? Los estudios demuestran cómo

económicamente el Tercer Mundo no se ha empobrecido debido a la creación de una

economía única y de un único mercado mundial. No obstante, admite que posiblemente

haya tenido efectos secundarios no deseados, sobre todo en relación a las culturas y a

los estilos de vida, los cuales se simplifican con frecuencia en un proceso de

americanización u occidentalización. El centro de análisis de esta visión desde el Sur es

el aumento de la deuda externa, la gobalización y el empobrecimiento del Sur, la

estructuración de una nueva división del trabajo con acusadas tendencias de

polarización social y de feminización de la fuerza de trabajo.

2. A partir de estas webs sobre globalización y de las que vosotros podaís encontrar:

http://www.sppsr.ucla.edu/cgpr/workinggroups.htm

global politics:

http://www.ceip.org/files/events/geography.asp?p=5&EventID=5

http://www.international.ucla.edu/globalfellows/index.asp

http://www.globalstudiesassociation.org/

http://www.net4dem.org/mayglobal/

http://www.wsfindia.org/

www.forumsocialmundial.org.br/

global governance:

http://www.lse.ac.uk/Depts/global/

http://transnationalism.uchicago.edu/workshop.html

Realizad en un máximo de dos folios un cuadro de los principales actores de los

procesos globales así como del tipo de acciones que llevan a cabo.

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13

6. Bibliografía básica

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