70
La Gracia Soberana por D.L. Moody, 1891 LA GRACIA SOBERANA SU FUENTE, SU NATURALEZA, Y SUS EFECTOS POR D. L. MOODY “POR GRACIA SOIS SALVOS”. Efesios ii. 8. CON CUATRO “DIÁLOGOS DEL EVANGELIO”. Traducción al español de Adolfo Ricardo Ybarra y Julio José Ybarra © Copyright 2000 Adolfo Ricardo Ybarra y Julio José Ybarra Este texto se encuentra registrado (©) y no puede ser almacenado en BBS o sitios de Internet sin el permiso expreso de los titulares del derecho de propiedad. Este texto no puede ser vendido ni puesto solo o con otro material en ningún formato electrónico o impreso en papel para la venta, pero puede ser distribuido gratis por correo electrónico o impreso. Debe dejarse intacto su contenido sin que nada sea removido o cambiado, incluyendo estas aclaraciones. CONTENIDO Nota Introductoria Capítulo I: La fuente de la gracia Capítulo II: Salvado solamente por la gracia Capítulo III: Poseyendo y “haciendo obrar hacia afuera” Capítulo IV: Gracia abundante para el primero de los pecadores Capítulo V: La ley y la gracia Capítulo VI: Gracia para vivir Capítulo VII: Gracia para servir Capítulo VIII: “Un repicar de las campanas del evangelio” Diálogo I: Que es ser un hijo de Dios Diálogo II: Como volverse un hijo de Dios

La Gracia Soberana - DL Moody

  • Upload
    lorena

  • View
    276

  • Download
    9

Embed Size (px)

DESCRIPTION

libro cristiano

Citation preview

La Gracia Soberanapor D.L. Moody, 1891LA GRACIA SOBERANASU FUENTE, SU NATURALEZA,Y SUS EFECTOSPOR

D. L. MOODYPOR GRACIA SOIS SALVOS. Efesios ii. 8.CON CUATRO DILOGOS DEL EVANGELIO.Traduccin al espaol de Adolfo Ricardo Ybarra y Julio Jos Ybarra Copyright 2000 Adolfo Ricardo Ybarra y Julio Jos YbarraEste texto se encuentra registrado () y no puede ser almacenado en BBS o sitios de Internet sin el permiso expreso de los titulares del derecho de propiedad. Este texto no puede ser vendido ni puesto solo o con otro material en ningn formato electrnico o impreso en papel para la venta, pero puede ser distribuido gratis por correo electrnico o impreso. Debe dejarse intacto su contenido sin que nada sea removido o cambiado, incluyendo estas aclaraciones.

CONTENIDONota IntroductoriaCaptulo I:La fuente de la graciaCaptulo II:Salvado solamente por la graciaCaptulo III:Poseyendo y haciendo obrar hacia afueraCaptulo IV:Gracia abundante para el primero de los pecadoresCaptulo V:La ley y la graciaCaptulo VI:Gracia para vivirCaptulo VII:Gracia para servirCaptulo VIII:Un repicar de las campanas del evangelioDilogo I:Que es ser un hijo de DiosDilogo II:Como volverse un hijo de DiosDilogo III:Que es ser convertidoDilogo IV:Salvacin

NOTA INTRODUCTORIA.ENel ejercicio de su llamado de lo alto, el fiel embajador de Cristo no debe tener ningn escrpulo para declarar todo el consejo de Dios, trazando bien la palabra de verdad, a todas las clases de oyentes. l debe advertir al hombre abiertamente malo que si persiste en sus malos caminos, los juicios justos de Dios le darn alcance inevitablemente; l debe desenmascarar al hipcrita; l no debe pronunciar ninguna protesta dubitativa contra los caminos torcidos y desviados del egosta y el oportunista. Pero si l entra en el Espritu de su Maestro, ninguna parte de su trabajo pblico ser ms acorde o deleitable que la proclamacin de la plena, gratuita, y SOBERANA GRACIA de Dios, manifestada hacia los hombres pecadores en el regalo de Su Hijo Eterno, para ser el Salvador del mundo.Ha sido mi feliz privilegio en los aos pasados decir abiertamente, como mejor pude, esta maravillosa historia de la gracia redentora. Las siguientes pginas registran las direcciones que yo he dado en los diversos aspectos de este gran asunto. Oro a Dios que en su forma impresa ellas puedan servir para ahondar en la mente del lector el aprecio de esta gracia, a la vez tan infinita como tan inmerecida.El captulo titulado Un Repicar de las Campanas del Evangelio, aunque no surge estrictamente del tema general, est en perfecta armona con l; cada nota repicada est destinada a hacer resonar la invitacin de gracia para Venir al Dios de toda gracia y ser bendecidos. Los Dilogos que forman la ltima parte del libro fueron odos con mucho inters y provecho en algunas de las reuniones de Londres; yo pienso que la lectura de ellos ser til quitando muchos de los estorbos que impiden a los buscadores ansiosos aceptar sin retraso la salvacin que Dios en Su gracia ha provisto a los pecadores hijos de los hombres.D.L. MoodyCAPTULO 1.LA FUENTE DE LA GRACIA.HAYalgunas palabras con las que nosotros hemos estado bastante familiarizados desde nuestra infancia, y probablemente hay pocas palabras en el idioma ingls que se usen tan a menudo como esta palabra: GRACIA. Muchos de ustedes en su mesa dicen gracia tres veces por da. Usted raramente va a una iglesia sin or mencionar la palabra. Usted raramente lee cualquier parte del Nuevo Testamento, sobre todo las Epstolas, sin encontrar la palabra.Probablemente no haya una palabra en el lenguaje tan poco entendida. Hay muchos que han recibido la gracia de Dios en su corazn, pero que, si fuesen interrogados acerca de lo que la palabra significa seran turbados, desconcertados, e incapaces de decirlo. Yo experiment la gracia de Dios una buena cantidad de aos antes de que realmente supiera el verdadero significado de la palabra.Ahora bien, la gracia significa misericordia inmerecida, favor inmerecido. Si los hombres se dieran cuenta de este hecho, ellos no estaran hablando sobre su propio mrito cuando nosotros les pedimos que vengan a Cristo. Cuando la verdad de que Cristo vino a salvar al indigno amanezca en ellos, entonces aceptarn la salvacin. Pedro llama a Dios el Dios de toda gracia (1 Pedro 5:10).Los hombres hablan sobre gracia, pero, por lo general, saben muy poco sobre ella. Cuando un hombre de negocios va a uno de sus banqueros para pedir prestado unos cientos de dlares por sesenta o noventa das; si l est bien capacitado para pagar, el banquero le prestar quizs el dinero si puede conseguir que otro hombre responsable firme el pagar junto con l. Ellos dan lo que llaman tres das de gracia despus de que han expirado los sesenta o noventa das; pero ellos harn pagar al que tom prestado el inters que dara el dinero durante estos tres das, y si l no devuelve el capital y los intereses en el momento fijado, ellos vendern sus bienes; le sacarn quizs de su casa, y tomarn hasta el ltimo mueble de su posesin. Eso no es gracia en absoluto; pero eso ilustra claramente la idea que el hombre tiene de ella. La gracia no slo lo libra a usted del pago del inters, sino tambin del capital.SU FUENTEEn el Evangelio de Juan leemos, La Palabra se hizo carne y habit entre nosotros, y vimos Su gloria, la gloria como del Unignito del Padre, lleno de gracia y de verdad . . . Porque la ley fue dada por Moiss, pero la gracia y la verdad vinieron por Jesucristo (Juan 1:14,17). Ahora, usted sabe que por muchos aos los hombres constantemente estuvieron intentando encontrar la fuente del Nilo. El ro de la gracia ha estado fluyendo a travs de esta tierra de oscuridad durante seis mil aos, y nosotros ciertamente deberamos estar ms ansiosos de descubrir su fuente que de descubrir la fuente del Nilo. Yo pienso que si usted lee cuidadosamente su Biblia encontrar que este maravilloso ro de la gracia viene directamente desde el mismo corazn de Dios.Recuerdo estando hace unos aos en Texas, en un lugar donde el pas era muy seco y rido. En ese seco pas hay un bonito ro que salta directamente de la tierra. ste fluye a lo largo; y en ambos lados del ro usted encuentra vida y vegetacin. La gracia fluye como ese ro; y usted puede rastrear su fuente derecho hacia arriba en el mismo corazn de Dios. Usted puede decir que su ms elevada manifestacin fue vista cuando Dios dio al Hijo de Su seno para salvar a este perdido mundo. El regalo gratuito no es como la ofensa. Porque si a travs de la ofensa de uno muchos murieron, mucho ms la gracia de Dios, y el regalo por gracia, que es por un hombre, Jesucristo, ha abundado para muchos (Romanos 5:15).UN REGALO GRATUITONote que ella es el regalo gratuito de Dios. Gracia sea a vosotros, y paz, de Dios nuestro Padre, y del Seor Jesucristo. Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros por la gracia de Dios que os es dada en Cristo Jess (1 Corintios 1:3,4). Pablo escribi catorce Epstolas; y cada una de ellas est concluida con una oracin por la gracia. Pablo la llama El regalo gratuito de Dios. Miles se han mantenido fuera del reino de Dios porque no comprenden lo que este regalo gratuito es. Ellos creen que deben hacer algo para merecer la salvacin.La primer promesa dada al hombre cado fue una promesa de gracia. Dios nunca le prometi algo a Adn cuando l lo puso en el Edn. Dios nunca hizo un pacto con l como lo hizo con Abraham., Dios le dijo Del rbol del conocimiento del bien y del mal no comers: porque el da que de l comieres ciertamente morirs (Gnesis 2:17); pero cuando esto lleg a suceder, entonces Dios vino y le dio una promesa de gracia. l trat en gracia con l. Cuando Adn dej el Jardn del Edn pudo decirle a Eva, Bien, Dios nos ama, aunque l nos ha llevado fuera. No haba ninguna seal de que Adn reconoci su condicin perdida. Hasta donde nosotros sabemos, no hubo ningn clamor por misericordia o perdn, ninguna confesin de pecado. A pesar de eso encontramos que Dios trat en gracia con l. Dios sali y busc a Adn para poder darle Su gracia. l encontr a Adn en su condicin perdida y arruinada, y la primera cosa que l hizo fue proclamar la promesa de la venida de un Salvador.Durante seis mil aos, Dios ha estado intentando ensear al mundo esta gran y gloriosa verdad de que l quiere tratar con el hombre en amor y en gracia. Esto prosigue as a lo largo de la Biblia; desde el principio al fin usted encontrar fluir este arroyo de la gracia. Tanto la verdaderamente ltima promesa en el captulo final de Apocalipsis, como la primera promesa en el Edn, es una promesa de gracia: Todo el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente (Apocalipsis 22:17). As, la revelacin entera, y la historia entera del hombre est rodeada por la gracia, el favor gratuito de Dios.Hace algunos aos cuando yo estaba hablando sobre este asunto, un amigo me envi lo siguiente: Por la gracia de Dios soy lo que soy! sta es la confesin eterna del creyente. La gracia lo encontr un rebelde y luego le deja hecho un hijo. La gracia lo encontr vagando ante las puertas del infierno y luego lo lleva a travs de las puertas del cielo. La gracia ide el plan de la redencin: La justicia nunca querra; la Razn nunca podra. Es la gracia la que lleva a cabo ese plan. Ningn pecador habra buscado jams a su Dios sino a travs de la gracia. Los matorrales del Edn habran sido la tumba de Adn, si la gracia no lo hubiera llamado. Saulo habra vivido y se habra muerto como el mismo orgulloso y farisaico perseguidor, si la gracia no lo hubiera derribado. El ladrn habra continuado exhalando sus blasfemias, si la gracia no hubiera sujetado su lengua y no la hubiera hecho apta para la gloria.De la madera ms llena de nudos, dice Rutherford, l puede hacer vasos de misericordia para el servicio en el alto palacio de la gloria. Dice Toplady: Yo vine, yo vi, yo conquist puede ser inscrito por el Salvador en cada monumento de la gracia. Yo vine al pecador; yo mir sobre l; y con una mirada de amor omnipotente, yo lo conquist. Mi amigo, nosotros habramos sido este da estrellas errantes a quienes les est reservada la oscuridad de las tinieblas, sin Cristo, sin esperanza, sin herencia, si la gracia no nos hubiera invitado y si la gracia no nos hubiera constreido.GRACIA REFRENANTEEs la gracia la que, en este mismo momento, nos guarda. Nosotros hemos sido a menudo un Pedro abandonando a nuestro Seor, pero trados de nuevo a l. Por qu no un Demas o un Judas? l nos lo revela: Yo he orado por ti que tu fe no falte (Lucas 22:32). No es ste nuestro propio comentario y reflexin ante una mirada sobre nuestra vida? Pero no yo, sino la gracia de Dios conmigo (1 Corintios 15:10).Oh, busquemos comprender nuestra continua dependencia de esta gracia cada momento! Ms gracia! ms gracia! debera ser nuestro continuo clamor. Pero la provisin infinita se corresponde con la necesidad infinita. La tesorera de la gracia, aunque siempre se est vaciando siempre est llena: la llave de oracin que la abre siempre est a mano: y el Tesorero omnipotente de las bendiciones de la gracia siempre est esperando para ser dador de gracia. La promesa ya dada nunca puede cancelarse ni puede trastocarse: Mi gracia es suficiente para ti (2 corintios 12:9).Busquemos permanecer mucho en este tema inagotable. La gracia de Dios es la fuente de las pequeas bendiciones temporales as como de las ms altas bendiciones espirituales.Considere esto tanto para la migaja de pan diario as como para la corona de gloria eterna. Pero incluso con respecto a las misericordias terrenales, nunca se olvide del cauce de la gracia a travs de Cristo Jess. Es tan dulce conectar cada (incluso la ms pequea y ms humilde) seal de liberalidad providencial con la Cruz del Calvario, teniendo las bendiciones comunes de la vida estampadas con la marca de los clavos; las hace doblemente preciosas pensar que fluyen de Jess. Dejemos que otros se conformen con las misericordias de Dios que no provienen de Su pacto. Sea nuestro decir como hijos de la gracia y herederos de la gloria: Padre Nuestro que ests en los cielos, danos este da nuestro pan diario. Y esto, reposando en la todosuficiencia en todas las cosas, prometida por el Dios de toda gracia (1 Pedro 5:10).CAPTULO 2.SALVADO SOLAMENTE POR LA GRACIA.QUIEROllamar su atencin especial al hecho de que nosotros somos salvados exclusivamente por la gracia, no por obrasyla gracia. Gran cantidad de personas piensan que pueden ser salvadas a travs de las obras. Otros piensan que la salvacin puede ser lograda a travs de las obras y la gracia a la vez. Ellos necesitan abrir sus ojos para ver que el regalo de Dios es gratuito y aparte de las obras. Porque por gracia sois salvos, por la fe; y esto no de vosotros, es el regalo de Dios. No por obras, para que nadie se glore (Efesios 2:8-9). Muchas personas lo pondran as: Porque por vuestras obras sois salvos, o por vuestras lgrimas, o vuestras oraciones, o vuestros ayunos, o vuestras pruebas, o vuestras buenas resoluciones, o vuestro dinero! Pero Pablo nos dice simplemente que es no por obras, para que nadie se glore. Si nosotros pudiramos ser salvados a travs de obras, entonces por supuesto la misin de Cristo a este mundo fue un error. No haba necesidad de que l viniera.Haba hecho Pablo alguna vez algo que pudiera merecer la salvacin? En el momento en que Cristo lo llam l haba hecho todas las cosas que pudo contra Cristo y contra la Cristiandad. l estaba en el mismo acto de ir a Damasco para enviar a la crcel a cada cristiano que encontrase. Si l no hubiera sido detenido, muchos de ellos probablemente habran sido ejecutados. Fue Pablo, lo recuerda?, quien alent a la chusma que apedre a Esteban. An as nosotros descubrimos que cuando Cristo lo encontr l trat en gracia con l. Ningn apstol dice tanto contra la salvacin a travs de obrasantesde la cruz, como Pablo; y ninguno dice tanto sobre obrasdespusde la cruz. l puso las obras en su lugar correcto. Tengo muy poca simpata por cualquier hombre que ha sido comprado con la sangre preciosa del Hijo de Dios, y que no ha obtenido espritu de trabajo. Si nosotros somos hijos de Dios no hemos de tener una sola gota de sangre perezosa en nuestras venas. Si un hombre me dice que se ha salvado, y no desea trabajar para el honor de Dios, yo dudo de su salvacin. La pereza pertenece a la antigua creacin, no a la nueva. En toda mi experiencia nunca conoc que un hombre perezoso fuera convertido jams. Yo tengo ms esperanza de la salvacin de borrachines, y ladrones, y rameras, que de un hombre perezoso.LO QUE LOS TREINTA Y NUEVE ARTCULOS DICEN.Encontr algunas personas que me acusaron de ensear la hereja, porque digo que la salvacin es totalmente por gracia. Recuerdo una vez, que un clrigo dijo que yo estaba enseando la falsa doctrina porque dije que la salvacin era totalmente por gracia. l dijo que las obras tenan tanto que ver con nuestra salvacin como la gracia. En ese momento yo no haba ledo nunca los Treinta y nueve Artculos; si yo lo hubiera hecho habra estado listo para hacerle frente. Consegu el Libro de la Oracin, y mir a travs de los Treinta y nueve Artculos; y encontr, para mi asombro, que ellos presentaban esto de forma mucho ms enrgica que lo que yo lo haba hecho.Oigamos lo que ellos dicen:XI.De la Justificacin del Hombre.Nosotros somos considerados justos ante Dios, slo por el mrito de nuestro Seor y Salvador Jesucristo a travs de la Fe, y no por nuestras propias obras o merecimientos: Por lo tanto, el que nosotros slo somos justificados a travs de la Fe, es la doctrina ms sana, y muy plena de alivio.XII.De las Buenas Obras.A pesar de que las Buenas Obras, que son los frutos de la Fe y siguen despus de la justificacin, no pueden quitar nuestros pecados, ni soportar la severidad del juicio de Dios; no obstante ellas son agradables y aceptables a Dios en Cristo, y necesariamente fluyen de una Fe verdadera y viva; hasta el punto que por ellas una Fe viva puede ser conocida por todos as como un rbol lo es por el fruto.XIII.De las Obras Antes de la Justificacin.Las obras hechas antes de la gracia de Cristo, y antes de la gua de Su Espritu, no son agradables a Dios; porque ya que ellas no brotan de la fe en Jesucristo, ni ellas hacen aptos a los hombres para recibir la gracia, ni (como los autores escolsticos diran) merecen gracia congruentemente. He aqu ms bien, porque ellas no se hacen como Dios ha querido y ordenado que sean hechas, nosotros no dudamos que ellas tienen la naturaleza del pecado.Eso es ms fuerte que lo que yo jams expuse. Estos Artculos dicen de las obras de antes de la justificacin que ellas tienen la naturaleza del pecado. Yo nunca las llam pecado! As usted ve que sta no es alguna nueva doctrina que nosotros estamos predicando. Cuando la iglesia y el mundo se den cuenta del hecho de que las obras antes de la salvacin son tenidas por nada,entoncesy solo entonces, yo creo, que los hombres vendrn agolpndose en el reino de Dios por cientos. NOSOTROS OBRAMOS DESDE LA CRUZ, NO PARA ELLA. NOSOTROS TRABAJAMOS PORQUE YA ESTAMOS SALVADOS, NO PARA SER SALVADOS. NOSOTROS TRABAJAMOS DESDE LA SALVACIN, NO PARA LA SALVACIN. LA SALVACIN ES EL REGALO DE DIOS.Usted ha odo el Libro de la Oracin; AHORA OIGA A PABLO: Abraham crey a Dios; y esto le fue contado por justicia. Ahora, al que obra , el salario le es contado no como gracia, sino como deuda. Pero al que no obra, pero cree en Aquel que justifica al impo, su fe le es contada por justicia (Romanos 4:3-5). Note lo que el Apstol dice: al que no obra Eso es lenguaje llano, no es as? Quizs yo pueda sobresaltar a algunos de ustedes diciendo que muchos de ustedes se han mantenido fuera del reino de Dios por sus buenas obras. No obstante es verdad. Si usted pone obras en el lugar de fe, ellas se vuelven una trampa para usted. Es al que no obra, pero cree.Yo admito libremente que vale la pena trabajar para la salvacin; vale la pena que un hombre recorra el mundo sobre sus manos y rodillas, escale sus montaas, cruce sus valles, nade sus ros, atraviese toda clase de penalidades para alcanzar la salvacin. Pero nosotros no la conseguimos de ese modo. Pablo pas por todas las pruebas y penalidades que l tena que soportar, pero fue por la gracia de Dios descansando sobre l, que fue capacitado para hacerlo as, [Nota de Traductores: y lo hizo as, no para salvacin, sino ya luego de haber sido salvado por la misma gracia del Seor].PENITENCIA POR EL PECADO.Insultara usted al Omnipotente ofrecindole los frutos de este cuerpo frgil como expiacin por el pecado? Suponga que su Reina me enviara un presente magnfico, y yo dijera al mensajero real: Yo ciertamente no debo aceptar esto de Su Majestad sin darle a cambio algo. Suponga que le enviara un penique! Cmo se sentira la Reina, si yo la insultara de esa manera? Y qu tenemos nosotros que podamos ofrecer a Dios a cambio por Su regalo gratuito de salvacin? Menos que nada. Nosotros debemos venir y debemos tomar la salvacin como Dios lo quiere.No hay mrito en tomar un regalo. Si un mendigo viene a mi casa, y pide pan para comer, y yo le doy un trozo de pan, no hay mrito en que l tome el pan. As, si usted experimenta el favor de Dios, usted tiene que tomarlo como un mendigo. Alguien ha dicho: Si usted viene a Dios como un prncipe, usted se ir como un mendigo: si usted viene como un mendigo; usted se ir como un prncipe. Es al necesitado a quien Dios le abre el armario del cielo, y le trae la tnica de la justicia.Pablo dice de nuevo: Si es por gracia, entonces ya no es por obras: de otro modo la gracia no sera ms gracia. Pero si es por obras, entonces ya no es ms gracia: de otro modo la obra no sera obra (Romanos 11:6). Pablo est razonando de esta manera: que si yo trabajo por un regalo o intento dar dinero por l, ste deja de ser un regalo. La nica manera de conseguir un regalo es tomarlo como un regalo.Un hombre anciano se levant en una de nuestras reuniones y dijo, Me ha tomado cuarenta y dos aos aprender tres cosas. Yo par mis orejas ante aquello; pens que si poda descubrir en unos tres minutos lo que a un hombre le haba tomado cuarenta y dos aos aprender, eso me gustara. La primera cosa que l dijo que haba aprendido era que l no poda hacer nada para su propia salvacin. Bien, me dije, eso vale la pena aprender. La segunda cosa que l haba encontrado era que Dios no le exigi que hiciera nada. Bien eso vala la pena encontrar tambin. Y la tercera cosa era que el Seor Jesucristo lo haba hecho todo, que esa salvacin fue terminada, y que todo lo que l tena que hacer eratomarla. Estimados amigos, aprendamos esta leccin; rindmonos y dejemos de luchar y de afanarnos, y aceptemos la salvacin enseguida.UN PERDN GRATUITOYo estaba predicando hace unos aos en los Estados del sur; y el pastor llam mi atencin sobre uno de los ancianos en su Iglesia. l dijo: Cuando la guerra civil estall, ese hombre estaba en uno de los lejanos Estados del sur, y l se alist en el ejrcito del sur. l fue seleccionado por el General sureo como un espa, y lo envi a espiar al ejrcito norteo. Como usted sabe, los ejrcitos no tienen misericordia con los espas, si ellos pueden capturarlos. Este hombre fue capturado. l fue procesado por consejo de guerra, y destinado para ser fusilado. Mientras l estaba en la celda, antes del tiempo de la ejecucin, los soldados Norteos le traan sus raciones. Cada vez que ellos venan a su celda l llamaba a Abraham Lincoln con toda clase de eptetos viles en los que l poda pensar. Pareca como si pasara las noches despierto intentando estudiar tales palabras. Por fin los soldados se pusieron tan enfadados que dijeron que se alegraran cuando la bala traspasara su corazn. Algunos de ellos incluso dijeron que les gustara tirarle una bala; y que si no les obligaran por orden del ejrcito a alimentarlo, le dejaran hambrear en la prisin. Ellos pensaron que eso era lo que l mereca por hablar tan injustamente de Lincoln.Un da mientras l estaba en la prisin, esperando ser llevado afuera para la ejecucin, un oficial norteo vino a la celda. El prisionero, lleno de rabia, pens que haba llegado su tiempo para ser fusilado. El oficial abri la puerta de la prisin, y le entreg un perdn gratuito de Abraham Lincoln! Le dijo que estaba en libertad; y que l podra ir con su esposa y sus nios! El hombre que haba antes sido tan lleno de amargura, y malicia, y rabia, de repente se tranquiliz, y dijo, Cmo! me ha perdonado Abraham Lincoln? Por qu? Yo nunca dije una palabra buena sobre l. El oficial dijo, Si usted tuviera lo que usted merece se le fusilara. Pero alguien intercedi por usted en Washington y obtuvo su perdn; usted est ahora en libertad. El pastor, segn me explic, dijo que este acto de bondad inmerecida quebrant completamente el corazn del hombre y le llev a su conversin. Dijo el pastor, Usted deje a cualquier hombre hablar una palabra ahora contra Abraham Lincoln a odos de ese hombre, y ver lo que pasar. No hay un hombre en toda la Repblica de Amrica, yo creo, que tenga un sentimiento ms amable hacia nuestro fallecido Presidente que l.Pues eso es la gracia. El hombre nomereceun perdn. Pero esto es exactamente lo que la gracia es:misericordia inmerecida. Usted puede haber sido un rebelde contra Dios hasta esta misma hora; pero si usted reconoce su rebelin, y est deseoso de tomar la misericordia que Dios ofrece, usted puede tenerla libremente. Ella est all para cada alma sobre la superficie de la tierra. La gracia de Dios que trae salvacin a todos los hombres se manifest (Tito 2:11). Gracias a Dios por eso! La salvacin a travs de la gracia es para todos los hombres. Si nosotros estamos perdidos, no ser porque Dios no ha proporcionado a un Salvador, sino porque nosotros rechazamos con desprecio el regalo de Dios porque arrojamos de nosotros la copa de la salvacin.Qu dice Cristo? Usted recuerda que cuando l estaba en la tierra, vinieron a l y le preguntaron lo que deban hacer para obrar las obras de Dios. l haba estado dicindoles que no trabajaran por el pan que perece, sino por la comida que permanece para la vida eterna. Entonces ellos le preguntaron, Qu haremos nosotros para que podamos obrar las obras de Dios? (Juan 6:28). Qu les dijo Jess que hicieran? Les dijo l, id y alimentad al hambriento, a vestir al desnudo, a visitar a la viuda y el hurfano en su afliccin? Quizs usted puede decir que, segn la Escritura, eso es la religin pura y sin mcula (Santiago 1:27). Concedido; pero algo viene antes de eso. Todo eso es correcto y necesario en su lugar. Pero cuando estos hombres quisieron saber lo que ellos tenan que hacer para heredar la vida eterna, Jess dijo: STA ES LA OBRA DE DIOS, QUE CREIS EN EL QUE L HA ENVIADO (Juan 6:29).USTED PUEDE CREERUn amigo recientemente llam mi atencin al hecho de que Dios ha puesto la oferta de salvacin de tal modo que el mundo entero pueda aferrarse de ella. Todos los hombres pueden creer. Un hombre invlido quizs no sera capaz de visitar al enfermo; pero l puede creer. Un hombre ciego por causa de su enfermedad no puede hacer muchas cosas; pero l puede creer. Un hombre sordo puede creer. Un hombre agonizante puede creer. Dios ha presentado la salvacin tan simplemente que el joven y el anciano, el sabio y el tonto, el rico y el pobre, puedan todos creer si ellos quieren.Piensa usted que Cristo habra bajado del cielo, habra ido al Getseman y al Glgota, habra sufrido como l lo hizo, si el hombre poda haber forjado su camino hacia el cielo si poda merecer salvacin por sus propios esfuerzos? Yo pienso que si usted considera cinco minutos esta pregunta entonces ver, que si el hombre pudiera salvarse a s mismo, Cristo no habra necesitado sufrir todo eso. Recuerde, tambin, lo que Cristo dice: El que sube por algn otro camino, el mismo es un ladrn y un robador (Juan 10:1). l ha trazado el camino a Dios. l ha abierto un camino nuevo y resplandeciente, y l quiere que tomemos Su camino. Ciertamente el esfuerzo por forjar nuestro camino hacia el cielo es subir por algn otro camino, no es as? Si alguna vez un hombre tuviera xito en obrar su camino al cielo, nunca dejaramos de or algo de l! Estoy terriblemente harto de los as llamados hombres que triunfan por s mismos. Hay algunos hombres a quienes usted no puede acercarse sin orlos resoplar su trompeta diciendo: yo soy un hombre que me hice por m mismo. Vine aqu hace diez aos siendo un hombre pobre; y ahora yo soy rico. Todo es: yo-yo-yo! Ellos siguen alardeando, y diciendo qu seres maravillosos que son! Hay una cosa que se excluye del reino de cielo, y eso es la jactancia. Si usted y yo alguna vez llegamos all, ser por la gracia soberana de Dios. No habr ningn reconocimiento dado a nosotros mismos.Salvado slo por gracia!sta es toda mi razn:Por toda la humanidad Jess muri,Y por m Jess muri.CAPTULO 3.POSEYENDO, Y HACIENDO OBRAR HACIA AFUERA.PUEDOimaginar a algunos preguntando: Qu significa ese pasaje: Haced obrar hacia afuera vuestra propia salvacin con temory temblor? (Filipenses 2: 12). Bien, yo quiero que usted d nfasis a la palabravuestra: Haced obrar hacia afueravuestrasalvacin. Eso es muy importante. Usted oye hablar a personas de hacer obrar hacia afuera la salvacin mientras que ellos no la han obtenido nunca. Cmo puede usted hacer obrar hacia afuera lo que usted no posee? Pablo est aqu escribiendo a los cristianos en Filipos. Ellos ya fueron salvados por la gracia de Dios. Ahora que ellos tenan este regalo maravilloso, l dice: Vayan, hganla obrar hacia afuera. Cuando usted ve a una persona obrando para la salvacin, usted puede saber que ella tiene una idea falsa de la enseanza de la Escritura. Nosotros tenemos la salvacin como un regalo; y por supuesto nosotros no podemos conseguirlo obrando. Es nuestro aprecio por este regalo lo que nos hace obrar.[N. de T.: La expresin inglesawork out, que traducimos hacer obrar hacia afuera algo significa hacer a algo producir de s mismo o hacer que algo surta efecto de s mismo, el que est salvado noobra parasu salvacin (work for); mas bien, quien posee la salvacin hace que su propia salvacin produzca (work out), pues obviamente ya la posee; los ejemplos que seguirn del Seor Moody son muy esclarecedores de esto].Muchas personas estn obrando y obrando, como dice Rowland Hill, como los nios en un caballito-mecedora, ste es un agradable movimiento, pero no hay ningn progreso. Aquellos que estn obrando para la salvacin estn como los hombres en una rueda de molino, girando, y girando, y girando; esforzndose, y esforzndose, y esforzndose; pero nada surge de todo esto. No hay ningn progreso, y no lo puede haber hasta que usted tenga adentro el poder impulsor, hasta que el aliento de vida venga de Dios, quien solamente puede darle poder para obrar para otros.Suponga que yo dijera a mi hijo: T vas a salir de la casa; y quiero que tengas mucho cuidado de cmo gastas los $500. Bien, l dice, si t me dieras los $500, yo los cuidara; pero cmo puedo tener cuidado de gastar lo que no tengo? Y as, a menos que tenga la salvacin, usted no puede hacerla obrar hacia afuera.Tomemos otra ilustracin. Un verano mi muchacho me pidi que le diera un pedazo de tierra, para que l pudiera tener un jardn todo para l solo. Yo le dije que se lo dara; pero que esperaba que l lo mantendra limpio de cizaas, y que lo usara de alguna manera que lo hara agradable y provechoso para l. l fue para hacer obrar hacia afuera al pedazo de tierra; pero l no podra haberlo hecho sino hasta que yo se lo di. Ni fue su hacerle obrar hacia afuera lo que le asegur el jardn. Yo se lo di gratuitamente, aparte de cualquier mrito suyo propio; pero lo hice entendiendo que l lo empleara para el mayor provecho. Yo pienso que sa es una ilustracin exacta de nuestro hacer obrar hacia afuera la salvacin que Dios nos ha dado.Por supuesto estas ilustraciones fallan en algunos puntos. Yo no podra impartir a mi hijo la buena disposicin para hacer obrar hacia afuera el pedazo de tierra, aunque yo pudiera proporcionarle todos los instrumentos necesarios. Dios no slo nos da gratuitamente la salvacin, sino que l nos da el poder para hacerla obrar hacia afuera.Un escritor dice sobre este punto: "Pablo no le ordena a los Filipenses que se salven. No haba ningn pensamiento en su mente de ninguna meritoria justicia propia. El hombre no puede procurar por ninguna obra propia: ni la salvacin, ni mrito para la salvacin. Dios obra la salvacin dentro del alma, el hombre solamente hace obrar la salvacin hacia afuera en la vida cristiana. Romper con el pecado conocido; renunciar a toda justicia propia; arrojarse en fe amorosa sobre los mritos de Cristo crucificado; comenzar inmediatamente una vida de abnegacin, de oracin, de obediencia; apartarse de todo lo que Dios prohibe, resueltamente y seriamente, e ir hacia todo lo que Dios requiere, esto es lo que el texto implica. Pero entonces esto no es la salvacin. La salvacin es del Dios de la Gracia, de la gracia gratuita. Desde la semilla a la fruta, desde el cimiento a la piedra de la coronilla, es de gracia, gracia gratuita, totalmente y solamente. Pero el hacer obrar hacia afuera de la salvacin es la parte del hombre en el trabajo de la salvacin. Dios no se arrepentir por el hombre; ni cree por el hombre; ni lleva una vida santa por el hombre. Dios obra interiormente, el hombre obra exteriormente. Y este trabajo humano exterior es tan necesario como el trabajo divino interior"[N. de T.: El escritor citado por Moody no hace la importante distincin que se requiere para entender el pasaje de Filipenses 2:12. Es muy importante que nosotros entendamos que hay unantesy undespusde la salvacin. El cristiano, el creyente en Cristo,ya est salvado, por eso no trabaja PARA su salvacin, precisamente porque est salvado para siempre por la gracia de Dios. Entonces, el creyente en Cristo trabaja DESDE su salvacin, contando con su salvacin, precisamente porque posee para siempre la salvacin y ahora busca hacerla fructificar.ANTES de ser creyente en CristoLUEGO al ser creyente en Cristo

La persona no posee la salvacin eternaLa persona ya posee la salvacin eterna

La persona no puede hacer obrar hacia afuera su propia salvacin, la cual an no posee.La persona puede hacer obrar hacia afuera su propia salvacin (hacerla fructificar).]

De manera que el pasaje de Filipenses no puede referirse a los actos por los cuales una persona se apropi de la salvacin gratuita, como erroneamente el escritor citado dice: "el hacer obrar hacia afuera de la salvacin es la parte del hombre en el trabajo de la salvacin. Dios no se arrepentir por el hombre; ni cree por el hombre"; el pasaje de Filipenses se refiere exclusivamente al obrar del cristiano ya salvado por gracia, por la fe en Cristo. Es necesario aclarar que la obra interna de Dios en el creyente no es ya una gestin para salvarlo, porque ya est salvado para siempre, es ms bien un resultado de la obra de regeneracin ya terminada, el resultado del nuevo nacimiento acabado: la consiguiente gua permanente del Espritu Santo y su fortalecimiento para obrar (Filipenses 2:13)]DIOS TRABAJA EN NOSOTROS; y entonces nosotros trabajamosparal. Si l ha hecho una obra en nosotros, nosotros ciertamente debemos ir y trabajar para otros. Un hombre debe tener esta salvacin, y debe conocerla, antes de que l pueda trabajar para la salvacin de otros. [N. de T.: verdaderamente esta es la obra ms importante de un creyente, salvado para siempre por Cristo, dar a conocer a otros la salvacin, a esto mismo es a lo que el apstol Pablo apunta cuando habla de hacer obrar hacia afuera nuestra propia salvacin, resplandecer como luminares en medio de este mundo (Filipenses 2: 14,15), esto obviamente incluye no slo el buen testimonio de una vida piadosa, sino tambin el testimonio hablado de la palabra del evangelio].Muchos de ustedes han tratado afanosamente de salvarse; pero cul ha sido el fin todo esto? Yo recuerdo a una seora en el norte de Inglaterra que se enoj bastante cuando hice este comentario pblicamente: Ninguno en esta congregacin ser salvado hasta que deje de tratar de salvarse. Abajo, ella vino de la galera, y me dijo: Usted me ha hecho absolutamente miserable. Cierto?, le dije, cmo es eso?. Porque yo siempre pensaba que si segua tratando, Dios me salvara en algn momento; y ahora usted me dice que deje de tratar: qu voy a hacer entonces? Qu?, permita al Seor salvarla. Ella se fue como una furia. No siempre es una seal mala cuando usted ve un hombre o una mujer ponerse contrariados, si es la Palabra de Dios la que los despierta. Un da o dos despus, vino y me agradeci. Dijo que ella le haba estado dando vueltas en su mente a lo que yo haba afirmado; y por fin la verdad resplandeci para ella, ya que aunque haba trabajado mucho tiempo, aunque se haba formado muchas buenas resoluciones, no haba hecho ningn progreso. As que abandon la lucha; y entonces fue cuando el Seor Jess la salv.Quiero hacerle esta pregunta: Si el pecado necesita perdn y todo pecado es contra Dios cmo puede usted hacer obrar hacia afuera su propio perdn? Si yo robara $100 de un amigo, yo no podra perdonarme, podra yo? Ningn acto mo brinda perdn, a menos que mi amigo me perdone. Y as, si yo quiero el perdn del pecado, ste debe ser la obra de Dios. Si nosotros miramos la salvacin como una nueva vida, sta debe ser la obra de Dios. Dios es el autor de la vida: usted no puede darse vida a usted mismo. Si nosotros la consideramos como un regalo, debe venir de alguien fuera de nosotros mismos. Eso es lo que leo en la Biblia: la salvacin como un regalo. Mientras yo estoy hablando, usted puede decidirse a dejar de tratar, y puede tomar este regalo.Deseara poder conseguir que todo este pblico saque la palabratratar, y ponga la palabraconfiaren su lugar. La gracia perdonadora de Dios es maravillosa. l lo salvar en este mismo momento, si usted est deseoso de ser salvado. l se deleita en la misericordia. l quiere mostrar esa misericordia a cada alma. La religin de Cristo no es el hombre forjando su camino hacia arriba a Dios; es Dios viniendo abajo al hombre. As Cristo, descendi al hoyo del pecado y la afliccin donde nosotros estamos, sacndonos fuera del hoyo, poniendo nuestros pies sobre una roca, y una nueva cancin en nuestra boca. l lo har en este momento, mientras yo estoy hablando, si usted le deja, Lo dejar usted? sa es la pregunta.Yo no creo mucho en sueos; pero ellos a veces ilustran un punto. O hablar de una mujer que haba estado tratando durante mucho tiempo, exactamente como muchos de ustedes, de ser mejor y mejor. Ella intentaba salvarse, pero no hizo ningn progreso. Una noche se durmi, en un estado muy atribulado de su mente, y tuvo un sueo. Pens que estaba en un hoyo esforzndose por salir, subiendo y resbalando, subiendo y resbalando, subiendo y resbalando; por fin ella renunci a su esfuerzo, y se tendi en el fondo del hoyo para morirse. Sucedi que al mirar hacia arriba, vio a travs de la boca del hoyo una hermosa estrella. Fij sus ojos en sta; y pareca como si la estrella la elevara hasta que ella casi estaba fuera. Pero ella volvi a pensar en s misma; mir a los costados del hoyo: inmediatamente perdi de vista la estrella, y baj al fondo del hoyo. De nuevo fij sus ojos sobre la estrella; y de nuevo pareca alzarla casi afuera. Pero una vez ms ella apart la vista de la estrella, y se mir a s misma; cay de nuevo en el hoyo! La tercera vez fij sus ojos en la estrella y fue alzada ms y ms alto, hasta que de repente sus pies se asentaron sobre la tierra, y ella despert de su dormir.Dios le ense una leccin por el sueo. Ella aprendi que si alguna vez sera salvada, ella deba dejar de afanarse, y permitirle a Jesucristo salvarla. Mis amigos, dejen el esfuerzo hoy! Ustedes lo han intentado mucho tiempo y duramente. Ha sido una batalla dura, no es as? Djela; y repose en los brazos de Jesucristo. Dgale Seor, yo vengo a ti como un pobre pecador; quieres salvarme y ayudarme? El regalo de Dios es vida eterna (Romanos 6:23). Es ofrecido a todos: quin lo tendr?Veo a algunos nios aqu: permtanme contarles una historia. Si ustedes no la han odo antes, por favor no se olviden de ella. Un maestro de escuela dominical deseaba mostrar a su clase cuan gratuito es el regalo de Dios. l un da tom un reloj plateado de su bolsillo, y se lo ofreci al muchacho de mayor edad en la clase. Es tuyo, si t lo tomas. El hombrecillo permaneci sentado y sonri al maestro. l pens que estaba hablando en broma. El maestro se lo ofreci al prximo muchacho, y dijo: Toma el reloj, es tuyo. El hombrecito pens que l se le reira si l extenda su mano, y por consiguiente tambin se qued sentado. De la misma manera el maestro recorri casi toda la clase: pero ninguno de ellos quiso aceptar el regalo ofrecido. Al final lleg al muchacho ms pequeo. Cuando el reloj fue ofreci al pequeo muchacho, ste lo tom y lo puso en su bolsillo. Toda la clase se ri de l. Yo estoy agradecido, mi muchacho, dijo el maestro, de que t creas en mi palabra. El reloj es tuyo. Cudalo bien. Dale cuerda todas las noches. El resto de la clase observaba asombrada; y uno de ellos dijo: Maestro, usted quiere decir que el reloj es de l? No quiere decir usted que l tiene que devolvrselo? No, dijo el maestro, l no tiene que devolvrmelo. Es suyo ahora. Ohhh! si yo slo hubiera sabido eso, vaya si no lo habra tomado!Les veo rer; pero mis amigos, ustedes se estn riendo de ustedes mismos. Ustedes no necesitan ir muy lejos para encontrar a esos muchachos. La salvacin se ofrece libremente a todos; pero el problema es que los hombres no creen la Palabra de Dios, y no aceptan el regalo. Quin lo aceptar ahora?Yo encontr unas lneas el otro da sobre este tema y pens que eran muy buenas. Cerrar con ellas:Yo no debo trabajar para mi alma salvar,Por que lo ha hecho ya mi Seor;Pero como cualquier esclavo quisiera trabajar,Por amor del querido Hijo de Dios.CAPTULO 4.GRACIA ABUNDANTE PARA EL PRIMERO DE LOS PECADORESQUIEROponer nfasis en el hecho de que Dios desea mostrar misericordia a todos. La ltima orden de Cristo a Sus discpulos fue, Id por todo el mundo; predicad el evangelio atodacriatura (Marcos 16:15). Puede haber alguno escuchndome que no ha recibido esta gracia, aunque ha sido urgido muchas veces para aceptarla. Una razn por la que muchos no llegan a ser participantes de esta gracia es porque piensan que pueden actuar mejor sin ella. Los judos dijeron que ellos eran la descendencia de Abraham. Tenan a Moiss y la Ley: por consiguiente no tenan ninguna necesidad de la gracia perdonadora de Dios que Cristo haba venido a traer. Leemos en el libro de Apocalipsis de una iglesia que dijo ser rica, y estar enriquecida, y no tener necesidad de ninguna cosa (Apocalipsis 3:17). se era el problema cuando Cristo estuvo aqu abajo. En lugar de venir a l para ser bendecidas, las personas a menudo se fueron pensando y diciendo que no tenan ninguna necesidad de Su favor y bendicin.LAS DOS ORACIONES.En el Evangelio de Lucas Cristo trae a dos hombres ante nosotros. Yo no conozco que podamos obtener otros dos casos en la Escritura que nos darn ms luz sobre este asunto que aquellos del Fariseo y el Publicano que entraron en el templo para orar. Uno se march tan vaco como vino. l estaba como la iglesia descripta en Apocalipsis a la que hice referencia. l entr en el templo no deseando nada; y l no consigui nada. El otro hombre pidi algo: l pidi perdn y misericordia. Y l baj a su casa justificado.Tomemos la oracin del Fariseo. No hay ninguna confesin en ella, ninguna adoracin, ningn arrepentimiento, ninguna peticin. Como he dicho, l no pidi nada y l no consigui nada. Alguien ha dicho que l entr en el templo no para orar sino para alardear. El sol y la luna estaban tan lejos y apartados como estos dos hombres. El uno era de un espritu totalmente diferente al otro. Uno or con su cabeza, y el otro con su corazn. Uno le dijo a Dios que hombre maravillosamente grande y bueno era l: Yo no soy como los otros hombres, ni aun como este publicano (Lucas 18:11). Su oracin no fue larga; consisti en treinta y cuatro palabras; sin embargo apareci cinco veces la palabra Yo en ella. Estaba yo al principio, yo en el medio, yo en el final todo yo desde un extremo al otro. 'Yo ayuno dos veces por semana, yo doy diezmo de todo lo que poseo, yo soy un hombre muy bueno, No es as, Seor?' l haca un balance dos veces por semana, y Dios siempre era su deudor. l ostent sus buenas obras ante Dios y ante el hombre. Semejante persona no estaba en una condicin de recibir el favor de Dios.Usted hoy puede dividir a la familia humana en dos clases: FARISEOS Y PUBLICANOS. Estn aquellos que son pobres en espritu, el roco de la gracia de Dios caer sobre ellos. Hay otros que estn arrastrando alrededor de ellos los harapos de su justicia propia: ellos siempre se marcharn sin la bendicin de Dios. No haba sino siete palabras en la oracin del Publicano: Dios s misericordioso para m un pecador! (Lucas 18:13). l vino a Dios confesando sus pecados, y pidiendo misericordia; y l la recibi.Si usted recorriera la Escritura, encontrara que cuando los hombres han ido a Dios con el espritu del Publicano l ha tratado con ellos en misericordia y gracia.Un hombre joven vino hace unos aos a una de nuestras reuniones en Nueva York. l se declar culpable de pecado; y decidi que ira a su casa y orara. l viva a varias millas de distancia, y sali hacia su casa. En el camino, cuando estaba meditando sobre sus pecados y preguntndose lo que iba a hacer cuando llegara a su casa, se le ocurri el siguiente pensamiento: Por qu no oro directamente aqu en la calle? Pero l descubri que no saba exactamente como empezar. Entonces record que cuando era un nio, su madre le haba enseado esta oracin del Publicano: Dios s misericordioso para m un pecador! As que l simplemente empez donde estaba parado. l dijo despus, que antes de que terminara la pequea palabra m, Dios lo encontr con su gracia, y lo bendijo. Y as, en el momento que abrimos nuestros labios para pedirle perdn a Dios, si la demanda viene del corazn, Dios nos encontrar con su misericordia.Que nuestro clamor sea aquel del Publicano: Se misericordiosopara m! no ningn otro. Una madre estaba dicindome hace algn tiempo que ella tena problemas con uno de sus hijos, porque l no haba tratado justamente a su hermano. Ella lo envi al piso de arriba; y despus de un rato le pregunt lo que l haba estado haciendo. l contest que haba estadoorando por su hermano! Aunque l haba sido el travieso, estaba actuando como si la falta estaba en su hermano en lugar de estar en l. As muchos de nosotros podemos ver las fallas de otros bastante fcilmente; pero cuando nos demos una buena mirada a nosotros mismos, entonces nos humillaremos ante Dios como hizo el Publicano y clamaremos por misericordia: y ese clamor traer una respuesta inmediata. Dios se deleita en tratar con gracia a los pobres en espritu. l quiere ver en nosotros un corazn quebrantado y contrito. Si nosotros tomamos el lugar de pecador, confesamos nuestros pecados y pedimos misericordia, la gracia de Dios nos encontrar en ese mismo momento; y tendremos la conviccin de Su perdn.En Mateo vemos como Dios trata con gracia a aquellos que llegan en el espritu correcto. Entonces ella vino y le ador dicindole, Seor, aydame! Pero l contest y dijo, no est bien tomar el pan de los hijos, y lanzarlo a los perros. Y ella dijo, verdad, Seor: Pero aun los perros comen de las migas que se caen de la mesa de sus amos. Entonces Jess contest y le dijo: Oh mujer, grande es tu fe; que sea as como tu quieres. Y su hija fue sana desde esa misma hora (Mateo 15:25-28).Los discpulos no entendan cuan lleno de gracia estaba el corazn de Cristo. Esta pobre mujer era de las lejanas costas de Tiro y Sidn. Ella era una pobre gentil, [no juda], y ellos queran echarla. Pensaban que ella no era uno de los escogidos; ella no perteneca a la casa de Israel. As que dijeron al Maestro, Envala lejos, porque ella clama detrs de nosotros. Puede usted concebir al amoroso Salvador echando a una pobre atribulada que viene a l? Yo le desafo a encontrar un solo caso en que l hiciera semejante cosa, del principio al fin de Su ministerio. Envala lejos! Yo creo que l preferira echar a un ngel antes que a una pobre suplicante de Su misericordia; l se deleitaba en tener a alguien que viniera a l como ella. Pero l iba a probarla, tambin iba a dar una leccin objetiva a aquellos que vendran despus. No est bien tomar el pan de los hijos, y lanzarlo a los perros.UN ESPRITU HUMILDE.Yo me temo que si algunos de nosotros hubisemos estado en su lugar habramos contestado un poco en esta forma: Usted me llama un perro gentil, no es as? Yo no tomara nada de usted si usted fuera a drmelo. Por qu?, yo conozco a una mujer juda que vive en mi pueblo. Aunque ella es una hija de Abraham ella es la mujer ms insignificante en toda la calle. Yo no permitira a mis perros asociarse con ella. Si esta pobre mujer hubiera contestado al Maestro en semejante forma, ella no hubiera obtenido nada. Sin embargo usted encontrar a muchos hombres que responden al Salvador de esa manera cuando l quiere tratar en gracia con ellos.Qu dice esta mujer gentil? Verdad, Seor: Pero aun los perros comen de las migas que se caen de la mesa de sus amos Ella tom su lugar correcto: abajo, a los pies del Amo bendito. Haba humildad para usted! Ella estaba deseosa de tomar cualquier lugar si el Seor solamente respondiera a su necesidad; el Seor la bendijo. Miren, pidi una miga, y l le dio un pan entero!Una vez o al Reverendo William Arnot decir que fue el invitado de un amigo que tena un perro favorito. El animal sola entrar en el cuarto donde la familia estaba sentada a la mesa para cenar y permaneca mirando a su amo. Si el amo le tiraba una miga, el perro la atrapaba antes de que llegara al suelo. Pero si l pona asado de carne en el suelo el perro lo miraba y no lo tocaba, como si fuera demasiado bueno para l. As, dijo el Sr. Arnot, hay muchos cristianos que estn satisfechos en mantenerse con migas, cuando Dios quiere darles todo el asado.UNA BENDICIN PLENA.Esta pobre mujer consigui todo lo que ella quera; y si nosotros venimos en el correcto espritu si somos humildes y pobres en espritu y llamamos a Dios para lo que necesitamos, l no nos defraudar. Ella fue directamente al Hijo de Dios, y atrajo Su gran corazn amoroso con el clamor, Seor aydame! y l la ayud. Permita ese clamor subir a l este da, y vea que rpidamente vendr la respuesta. Nunca conoc un caso donde Dios no contest en el mismo momento, donde haba el espritu de mansedumbre. Si por otro lado somos presumidos, y pensamos que tenemos un derecho para venir, ponindonos en igualdad con Dios, no conseguiremos nada.MRITO.En el Evangelio de Lucas leemos del centurin que tena un sirviente enfermo. l se senta como si l no fuera digno de ir l mismo y pedir a Cristo que viniera a su casa; entonces pidi a algunos de sus amigos que le imploraran al Seor que viniera y sanara a su sirviente. Ellos fueron y entregaron el mensaje del centurin diciendo: l es digno de que le otorgues esto; porque l ama nuestra nacin, y nos ha construido una sinagoga (Lucas 7:4,5). Los judos no podan entender la gracia; porque ellos pensaron que Cristo concedera la demanda de este hombre, porque ste era digno. Porque, dijeron ellos, l nos ha construido una sinagoga! Es la misma vieja historia que nosotros omos en la actualidad. Permita a un hombre dar unos miles de dlares para construir una iglesia y l deber tener el mejor asiento; l es digno. Quizs l gan su dinero por vender o fabricar bebidas alcohlicas; pero puso a la Iglesia bajo una obligacin por este regalo de dinero, y es considerado digno. El mismo espritu estaba actuando en los das de Cristo.El Maestro inmediatamente parti para la casa del centurin; y pareca como si l estuviera yendo debido a su mrito personal. Pero si l realmente lo hubiera hecho as, habra arruinado la historia entera como una ilustracin de la gracia. Cuando el Salvador estaba en camino, sali el funcionario romano mismo y le dijo a Jess que l no era digno de recibirlo bajo su techo. l tena una opinin muy diferente de s mismo a la de sus amigos judos. Suponga que l hubiera dicho, Seor, t sers mi invitado; ven y sana a mi sirviente porque yo soy digno: Yo he construido una sinagoga. Piensa usted que Cristo habra ido? Yo pienso que l no lo habra hecho. Pero l dijo, yo no soy digno de que T entres bajo mi techo. Por lo cual ni aun me tuve por digno de venir a ti; pero di una palabra, y mi sirviente se sanar (Lucas 7:6,7).Jess se maravill ante la fe del hombre. Le agrad muchsimo encontrar tal fe y humildad. Como la mujer Sirofenicia, l tena una baja idea de s mismo, y una alta idea de Dios: por consiguiente l estaba en una buena condicin como para recibir la gracia de Dios. Su sirviente, se nos dice, fue sano en esa misma hora. Su peticin fue concedida inmediatamente. Aprendamos una leccin de este hombre, y tomemos una posicin humilde ante Dios y clamemos a l por misericordia; entonces la ayuda vendr.Yo nunca not sino slo hace poco un interesante hecho acerca de la historia de la pobre mujer pecadora mencionada en el Evangelio de Lucas que entr en la casa de Simn. Si no lo ha observado antes, ser bastante interesante para usted conocerlo. El incidente ocurri inmediatamente despus de que Cristo haba pronunciado esas memorables palabras que leemos en Mateo: Venid a m todos los que estis trabajados y cargados, que yo os har descansar (Mateo 11:28). Mateo cierra el relato all; pero en el sptimo captulo de Lucas usted encontrar cual fue el resultado de esa invitacin. Una pobre mujer cada entr en la casa donde l estaba, y obtuvo la bendicin del descanso para su alma. Yo creo que muchos pastores me confirmarn en esta afirmacin: que cuando uno ha predicado a una congregacin grande, y ha dado una invitacin para los que deseen permanecer y hablar sobre la salvacin, probablemente el nico en hacerlo as es un pobre cado, quin as llegar a ser un partcipe de la gracia de Dios.Encontramos que el Salvador fue invitado a la casa de Simn, un fariseo. Mientras l estaba all, esta pobre mujer pecadora entr con disimulo a la casa. Quizs estuvo esperando una oportunidad cuando los sirvientes estuviesen lejos de la puerta, y entonces se escabull en la sala donde estaba el Maestro. Ella se inclin sobre sus rodillas, y empez a llorar ante sus pies y con sus lgrimas y con los cabellos de su cabeza los limpi. Mientras la fiesta segua el fariseo vio esto; y se dijo a s mismo: Jess debe ser un hombre malo, si l sabe quin es esta pobre mujer. Y si l no lo sabe, igual l estara sucio segn la ley Mosaica porque l le haba permitido a la mujer tocarlo. Pero el Maestro saba que estaba pensando Simn. l le hizo algunas preguntas: Y Jess contestando le dijo, Simn, tengo algo que decirte. Y l le dijo, Maestro, dime. Haba un cierto acreedor que tena dos deudores: el uno le deba quinientos denarios, y el otro cincuenta. Y como ellos no tenan con qu pagar, l los perdon a ambos. Dime por lo tanto, cul de ellos le amar ms? Y respondiendo Simn dijo: yo supongo que aqul a quien l perdon ms. Y l le dijo, t haz juzgado correctamente (Lucas 7:40-43).Entonces l hace la aplicacin, yo vine a tu casa, l dice, y t no me diste agua para mis pies; no me diste ningn beso; ni aceite para mi cabeza. Tu me negaste la hospitalidad comn de la vida. En aquellos das cuando uno entraba en la casa de un seor como ste, un sirviente estaba en la puerta con una palangana de agua; el invitado se sacaba sus sandalias, y el sirviente lavaba sus pies. Entonces el amo de la casa lo saludaba con un beso en lugar del apretn de manos que nosotros hacemos. Haba tambin aceite para su cabeza. Cristo haba sido invitado a la casa de Simn; pero el fariseo lo tena a l all con un espritu de menosprecio. Tu no me diste agua, ningn beso, ni aceite; pero esta mujer ha lavado mis pies con sus lgrimas, y los limpi con los cabellos de su cabeza; ella no ha dejado de besar mis pies, y los ha ungido con ungento. A ella se le perdon mucho: y entonces ella ama mucho. A la pobre mujer Jess le dijo, tus pecados te son perdonados Ellos pudieron haberse levantado como una sombra montaa delante de ella; pero una palabra del Salvador, y todos ellos desaparecieron!El espritu mostrado por Simn fue totalmente diferente al de la pobre mujer. Cristo dijo que los publicanos y las rameras entraran en el reino de Dios antes que los autojustificados fariseos! Simn, el fariseo, no consigui nada, y as hay muchos que se marchan de las reuniones religiosas sin una gota del roco del cielo, porque ellos no lo buscan. Desde la maana de la creacin hasta el tiempo presente ningn hombre o mujer alguna vez fue a Dios con un corazn quebrantado sin experimentar el amor perdonador y la gracia de Dios, si ellos creyeron Su Palabra. Fue as con esta pobre mujer. Note, que el Maestro no extrajo ningn compromiso o promesa de parte de ella. l no le pidi que ingresara en alguna sinagoga; todo lo que l dijo fue, tus pecados te son perdonados. Ella encontr gracia. As fue con la mujer Sirofenicia. Cristo no requiri ningn compromiso de parte de ella; l la encontr en gracia, y la bendijo de acuerdo con el deseo de su alma.Sabe usted qu fue lo que emocion al corazn del padre del prdigo? Fue el espritu quebrantado y contrito de su hijo volviendo. No hara la misma cosa conmover el corazn de cualquier padre aqu? Suponga que usted tuviera un hijo que se descarri: el muchacho viene a casa; y cuando usted lo encuentra l empieza a confesar su pecado. No lo recibira usted de corazn y lo perdonara? Nada en todo el mundo hara usted ms prontamente que perdonarlo. As, si nosotros venimos a Dios con este espritu contrito, l tratar en gracia con nosotros y nos recibir gratuitamente. Cuando Saulo dej Jerusaln, no haba nada que l deseara menos que recibir la gracia de Dios. Sin embargo en el momento que l dijo, Seor, qu quieres que yo haga? la gracia perdonadora del Maestro brot hacia l. Se nos dice en Mateo y Marcos que el ladrn en la cruz, el que se convirti, vituper al Salvador al principio igual que el otro; pero al rato su corazn fue quebrantado y dijo, Seor, acurdate de m! en ese mismo momento Cristo oy y contest su oracin. Dios est esperando cubrir todos sus pecados hoy; l tiene un largo y fuerte brazo que puede alcanzar hasta abajo a las profundidades ms oscuras, ms viles, ms profundas del pecado. l lo alzar sobre una roca, y pondr una cancin nueva en su boca. Le permitir usted hacerlo?Un hombre estaba dicindome hace algn tiempo que l haba orado durante ms de diez aos que Dios tuviera misericordia de l. Dios no ha contestado su oracin? No. Vaya! Permtame hacerle una pregunta: suponga que yo le ofrezca esta Biblia como un regalo, y usted viniera despus a pedrmela; qu pensara yo sobre usted? No s lo que usted pensara. Bien, pero qu supone usted que yo pensara? Usted pensara quizs que yo andaba un poco mal de mi cabeza. Qu sentido tiene estar requirindole a Dios que trate en gracia con usted, si usted no est gustoso en recibirla; o si usted no cree que l se la da?Cuando yo estuve hace algunos aos en la costa del Pacfico, viv en lo de un amigo que tena un jardn grande, con una gran cantidad de rboles de naranja. l me dijo: Sintete perfectamente como en tu casa; si ves algo que quieres slo tmalo. Cuando yo quise algunas naranjas, no entr en el jardn y or a las naranjas para que las naranjas cayeran en mi boca; yo slo estir mi mano y tom todas las que yo requera. As es con nosotros. Por qu debemos seguir pidiendo y suplicando aDiospara que tenga misericordia de nosotros, cuando l ya ha dado a Su Hijo, y Su Espritu Santo? Lo que necesitamos es tener un corazn quebrantado y contrito, y estar deseosos de recibirle a l. El problema con nosotros es que hemos cerrado con llave las puertas de nuestros corazones contra l.Hay una historia que el Dr. Arnot acostumbraba contar acerca de una pobre mujer que estaba muy angustiada porque no poda pagar la renta al dueo. El Doctor puso algn dinero en el bolsillo y fue hacia su casa con el fin de ayudarla. Cuando lleg all golpe la puerta. l pens que oy algn movimiento dentro; pero nadie vino a abrir la puerta. l golpe ms fuerte y ms fuerte todava; pero a pesar de eso nadie vino. Finalmente l dio puntapis a la puerta provocando que algunos de los vecinos se asomaran afuera para ver que estaba pasando. Pero no pudo conseguir que nadie le abriera, y por fin l se fue pensando que sus odos le deban haber engaado, y que no haba realmente nadie all. Un da o dos ms tarde l encontr a la mujer en la calle, y le dijo lo que haba pasado. Ella alz sus manos y exclam, Era usted? Yo estuve en la casa todo el tiempo; pero pens que era el propietario, y tena la puerta cerrada con llave!Muchas personas estn manteniendo la puerta de su corazn cerrada con llave para el Salvador de exactamente la misma manera. Ellos dicen: tengo miedo de que tenga que entregar mucho. Eso es semejante a un mendigo que esta reacio a dejar sus harapos para conseguir un traje nuevo de buena ropa. Yo tengo lstima de esas personas que estn todo el tiempo mirando para ver lo que ellos tendrn que entregar. Dios quiere dar Su gracia maravillosa sobre Su pueblo; y no hay un alma que haya credo en Jess para la cual Dios no tenga abundancia de gracia en reserva. Qu dira Usted de un hombre agonizando de sed en la orilla de un hermoso ro, con la corriente fluyendo delante de sus pies? Usted pensara que l est loco! El ro de la gracia de Dios fluye sin cesar; por qu no habramos de beber de l, y seguir nuestro camino regocijndonos?Ustedes Dicen que son pecadores? Es justo a los tales que la gracia de Dios es dada. Haba un marinero cuya madre haba estado orando mucho tiempo por l. Yo creo que las oraciones de las madres son siempre contestadas algn da. Una noche el recuerdo de su madre convenci a este hombre; l pens en los das de su niez, y tom una determinacin, l intentara y llevara una vida diferente. Cuando lleg a Nueva York pens en unirse a los Odd-fellows [una logia secreta de estilo masnico]; l imagin que sera una buena manera de empezar. Qu miserable yerro cometen los hombres cuando se ponen a tratar de salvarse a s mismos! Este hombre solicit el ingreso a una logia de Odd-fellows; pero el comit encontr que l era un hombre bebedor, y as ellos le rechazaron. Entonces l pens que probara con los masones; ellos descubrieron que clase de hombre era l, y tambin le rechazaron. Un da l estaba caminando por la Calle Fulton, cuando recibi una invitacin para venir a la reunin diaria de oracin que se realizaba all. l entr, y oy hablar del Salvador; l recibi a Cristo en su corazn, y encontr la paz y el poder que buscaba. Algunos das despus se puso de pie en la reunin y cont la historia de como los Odd-fellows le haban rechazado; como los masones le haban rechazado; y como l vino al Seor Jesucristo quien no le rechaz, sino que lo recibi inmediatamente. Eso es lo que Cristo har a cada pobre pecador penitente. Este hombre recibe a los pecadores (Lucas 15:2). Venga a l este da, y l lo recibir: Su maravillosa y soberana gracia cubrir y quitar todos sus pecados.Yo me alegro tanto de que tenemos un Salvador que puede salvar hasta lo sumo. l puede salvar al borrachn, al hombre que durante aos ha sido el esclavo de sus pasiones. Yo estuve hablando no hace mucho tiempo con un amigo, quien dijo que si un hombre tuviera un padre y una madre borrachos, l heredara el gusto por la bebida, y que no haba mucha posibilidad de salvarle. Yo quiero decir que hay una gran oportunidad para tales hombres, si ellos imploran a Jesucristo para que los salve. l puede destruir el mismsimo deseo por la bebida. l vino a destruir las obras del diablo; y si este apetito por la ginebra y el whisky no es la obra del diablo, yo quiero saber cual es. Yo no conozco de ningn medio ms terrible que tenga el diablo que este licor intoxicante.Un ingls fue de Inglaterra a Chicago, y se volvi uno de los mayores borrachos en esa ciudad. Su padre y su madre fueron borrachos antes que l. l dijo que cuando tena cuatro aos, su padre lo llev a una cantina, y puso el licor en sus labios. As l adquiri un gusto por ste; y por varios aos fue un borrachn crnico. l se volvi eso que en Amrica llamamos un vago. l dorma delante de las puertas. Una noche, en la orilla de un lago, despert de su sueo, y empez a pedirle a Dios que lo salvara. All, a la hora de la media noche, este pobre, miserable, objeto abandonado obtuvo la victoria sobre su pecado. La ltima vez que lo encontr l haba sido nueve aos y medio un hombre sobrio. Desde esa memorable hora de la media noche, l dijo, nunca haba tenido ningn deseo de tocar o gustar la bebida alcohlica. Dios lo haba guardado todos esos aos. Yo estoy tan agradecido de que tenemos un Evangelio que podemos llevar a la casa del borrachn, y decirle que Cristo lo salvar. sa es realmente la cosa que l vino a hacer.Bunyan representa el poder de la gracia, como evidenciada en su primer oferta a los pecadores de Jerusaln, los asesinos de Cristo, as: Arrepentos, y bautcese cada uno de ustedes en el nombre de Jesucristo para perdn de los pecados; y cada uno de ustedes recibir el don del Espritu Santo (Hechos 2: 38).Pero yo fui uno de aquellos que complotaron para quitarle Su vida. Puedo yo ser salvado por l?CADA UNO DE USTEDES.Pero yo fui uno de aquellos que presentaron falso testimonio contra l. Hay gracia para m?PARA CADA UNO DE USTEDES.Pero yo fui uno de aquellos que gritaron, Crucifcale! Crucifcale! y que dese que Barrabs, el asesino, viviese, en lugar de l. Qu ser de m, piensa usted?Yo estoy para predicar el arrepentimiento y remisin de pecados a CADA UNO DE USTEDES.Pero yo era uno de aquellos que le escupieron en Su cara cuando l estaba de pie ante Sus acusadores; yo tambin era uno que se burl de l cuando, en angustia, l colgaba sangrando en el madero. Hay lugar para m?PARA CADA UNO DE USTEDES.Pero yo era uno de aquellos que, en Su necesidad, dijo, Dadle hiel y vinagre para beber! Por qu no habra de esperar lo mismo cuando el dolor y la angustia estn sobre m?Arrepintanse de sus maldades; y aqu hay remisin de pecados PARA CADA UNO DE USTEDES.Pero yo me burl de l; lo ultraj; lo odi; me regocij en verlo burlado por otros. Puede haber esperanza para m?La hay; PARA CADA UNO DE USTEDES.Oh, que bendito CADA UNO DE USTEDES tenemos aqu! Cun deseoso estaba Pedro y el Seor Jess a travs del ministerio de Pedro para alcanzar a estos asesinos con la palabra del Evangelio, para que ellos pudieran ser monumentos de la gracia de Dios!Ahora bien, es un hecho solemne que cada que uno que recibe la oferta del Evangelio puede cerrar con llave y cerrojo la puerta de su corazn, y decir al Seor Jesucristo que se niega a dejarlo entrar. Pero tambin es una verdad bendita que usted puede abrir esa puerta y puede decirle, Bienvenido! tres veces bienvenido, Hijo de Dios, a este corazn mo! La pregunta es: Le permitir usted a Cristo entrar y salvarle? La cuestin no es si l es capaz, sino: Quines abrirn sus corazones, y permitirn al Salvador entrar?Hay un extrao en la puerta:Djalo entrar!l ha estado all muchas veces ya:Djalo entrar!Djalo entrar, antes que l se vaya;Djalo entrar, al Santo,A Jesucristo, el Hijo del Padre:Djalo entrar!

brele a l tu corazn ahora:Djalo entrar!Si t esperas l partir:Djalo entrar!Djalo entrar, l es tu Amigo;l tu alma defender seguro;l te guardar hasta el fin:Djalo entrar!

Oyes ahora Su amante voz ?Djalo entrar!Ahora, oh ahora, haz que l sea tu opcin:Djalo entrar!l est de pie ante la puerta;Alegra en ti l recrear,Y a Su nombre adorars:Djalo entrar!

Ahora admite a la celestial Visita.Djalo entrar!l har para ti una fiesta:Djalo entrar!l dir tus pecados estn perdonados,Y cuando los lazos terrenales todos sean cortados,l te llevar a casa al cielo,Djalo entrar!Rev. F.B. AtchinsonCAPTULO 5.LA LEY Y LA GRACIAEN LAEpstola a los romanos, Pablo escribe Porque como por la desobediencia de un hombre muchos fueron hechos pecadores, as por la obediencia de Uno muchos sern constituidos justos, empero, la ley entr para que la ofensa abundase, pero donde el pecado abund, la gracia abund mucho ms: para que como el pecado rein para muerte, as tambin la gracia reine por la justicia para vida eterna por Jesucristo nuestro Seor (Romanos 5:19-21).Moiss era el representante de la ley. Usted recuerda que l llev a los hijos de Israel a travs del desierto, y los trajo hasta el ro Jordn, pero all los dej. l pudo llevarlos hasta el ro que es un tipo de la muerte y el juicio; pero Josu (que significa Jess el Salvador) los llev directamente a travs de la muerte y el juicio a travs del Jordn a la Tierra Prometida. Aqu tenemos la diferencia entre la Ley y la Gracia; entre la Ley y el Evangelio.Tomemos otra ilustracin. Juan el Bautista fue el ltimo profeta de la dispensacin antigua el ltimo profeta bajo la ley. Usted recuerda que antes de que Cristo hiciera Su aparicin en el ro Jordn, el clamor de Juan da a da era: Arrepentos, que el reino de los cielos se ha acercado! l tron desde la ley. l llev a sus oyentes bajo el ro Jordn y los bautiz. l los puso en el lugar de la muerte; y hasta all era hasta donde poda llevarlos. Pero haba Uno viniendo detrs de l quin podra llevarlos a la Tierra Prometida. Como Josu llev al pueblo a travs del ro Jordn a Canan, as Cristo baj al ro Jordn de la muerte, a travs de la muerte y el juicio, hasta la tierra de la resurreccin.Si usted recorre toda la Escritura encontrar que la ley lleva a la muerte. El pecado rein para muerte. Un amigo me estuvo contando recientemente que un conocido suyo, un ministro, que una vez fue llamado a oficiar un entierro, en lugar de un capelln, (que estaba ausente), de una de las prisiones de Su Majestad, [D. L. Moody pronunci estas palabras ante una audiencia en Inglaterra]. l not que slo un hombre solitario sigui el cuerpo del delincuente a la tumba. Cuando la tumba estaba siendo cubierta, este hombre le dijo al ministro que l era un oficial de la ley cuyo deber era mirar el cuerpo del culpable hasta que ste fuera enterrado y se perdiera de vista; se era el fin de la ley britnica, [con doble significado: la finalidad y a la vez el lmite o fin de la ley].Y eso es lo que la ley de Dios hace al pecador; le lleva derecho a la muerte, y lo deja all. Tengo lstima en lo profundo de mi corazn de aquellos que estn intentando salvarse por la ley. Ella nunca lo hizo; nunca querr; y nunca podr, salvar el alma. Cuando las personas dicen que van a intentar y harn lo mejor de s, para as salvarse a s mismas por la ley, me gusta tomarles en su propio terreno. Han hecho alguna vez verdaderamente lo mejor? Concediendo que pudiera haber una oportunidad para ellos, si ellos la tuvieran, no hubo alguna vez un tiempo cuando pudieron haber hecho un poco mejor? Si un hombre quiere hacer lo mejor de s, que acepte la gracia de Dios; esa es la mejor cosa que cualquier hombre o mujer puede hacer.Pero usted preguntar, para qu fue dada la ley? Puede sonar bastante extrao, pero la ley se dio para que pudiera tapar la boca de todo hombre. Nosotros sabemos que lo que la ley dice, a los que estn bajo la ley lo dice: para que toda boca se tape, y todo el mundo pueda ser culpable ante Dios. Por consiguiente por las obras de la ley ninguna carne ser justificada ante Su vista; por que por la ley es el conocimiento del pecado (Romanos 3:19-20). La ley cierra mi boca; la gracia la abre. La ley encierra con llave mi corazn; la gracia lo abre: y entonces la fuente de amor empieza a fluir hacia afuera. Cuando los hombres tengan sus ojos abiertos para ver esta verdad gloriosa, ellos cesarn su constante empeo. Ellos dejarn de intentar hacer su camino al reino de Dios por las obras de la ley. Ellos se darn por perdidos, y tomarn la salvacin como un regalo gratuito.La vida nunca vino por la ley. Como alguien ha observado. Cuando la ley fue dada, tres mil hombres perdieron la vida; pero cuando la gracia y la verdad vinieron en Pentecosts, tres mil obtuvieron la vida. Bajo la ley, si un hombre se volviera un borrachn, los magistrados lo sacaran y lo apedrearan hasta la muerte. Cuando el prdigo vino a casa, la gracia lo encontr y lo abraz. La ley dice, Apedralo! la gracia dice, Abrzalo! La ley dice, Golpalo! la gracia dice, Bsalo! La ley lo persigui, y lo encerr; la gracia dijo, sultalo y djalo ir! La ley me dice cun desviado soy; la gracia viene y me hace recto.Tengo lstima de aquellos que siempre estn rondando el Sina, esperando obtener vida all. Yo tengo un viejo amigo en Chicago que siempre est paseando en el Sina. l es verdaderamente un buen hombre; pero creo que l tendr una historia diferente para decir cuando l llegue al hogar celestial. l piensa que yo predico demasiado la gracia gratuita; y debo confesar que me gusta hablar de la gracia gratuita de Dios. Este amigo mo se siente como si l tuviera una especie de misin para seguirme; y siempre que sea que tiene una oportunidad l entra con los truenos del Sina. Yo no me lo encontr nunca todava sin que l estuviese tronando desde el monte Horeb. La ltima vez que estuve en Chicago, le dije, ests permaneciendo todava alrededor del Sina? S, dijo l, yo creo en la ley. He hecho averiguaciones, y nunca o hablar de nadie que haya sido convertido bajo su prdica: los resultados siempre han menguado y se han extinguido. Si la ley es la puerta al cielo, entonces no hay esperanza para ninguno de nosotros. Un Dios perfecto puede tener slo una norma perfecta. El que ofende en un punto es culpable de todos (Santiago 2:10): as que todos pecaron, y estn destituidos de la gloria de Dios (Romanos 3:23).Pablo dice a los Glatas: Es la ley entonces contra las promesas de Dios? En ninguna manera: porque si la ley dada pudiera vivificar, la justicia sera verdaderamente por la ley. Pero la Escritura encerr todo bajo pecado, para que la promesa fuese dada a los creyentes por la fe de Jesucristo. Pero antes de que viniese la fe, estbamos guardados bajo la ley, encerrados para aquella fe que haba de ser descubierta. De manera que la ley fue nuestro instructor para llevarnos a Cristo, para que fusemos justificados por la fe. Pero una vez venida la fe, ya no estamos bajo instructor; porque todos sois hijos de Dios por la fe en Jesucristo (Glatas 3:21-26).EL PODER ENTERNECEDOR DE LA GRACIAAs vemos que la ley no puede dar vida; todo lo que puede hacer es traernos ante quien es la vida. Se dice que la ley es un instructor. Quizs algunos de ustedes no sepan lo que es un instructor. Si usted hubiera estado bajo el mismo instructor de cuando yo era muchacho, entonces usted lo hubiera sabido. l tena un buen bastn y ste era usado frecuentemente. En el pequeo distrito rural donde yo fui a la escuela, haba dos partidos: con el objetivo de ilustrar podemos llamar a uno el partido de la ley y al otro el partido de la gracia. El partido de la ley deca que no haba posibilidad de que los muchachos fueran controlados sin el bastn: y ellos pusieron un instructor que actuaba segn ese plan. La contienda sigui, y por fin, en una eleccin, un da, el partido de la ley fue vencido, y el partido de la gracia gobern en su lugar. Me sucedi estar en la escuela en ese momento; y recuerdo que nosotros nos dijimos unos a otros que bamos a tener un gran tiempo aquel invierno. No habra ms ningn castigo corporal, e bamos a ser gobernados por el amor.Yo era uno de los primeros en romper las reglas de la escuela. Nosotros tenamos una maestra, y ella me pidi que me quedara. Pens que el bastn estaba por aparecer de nuevo: e iba a protestar contra eso. Yo realmente estaba con un nimo de pelea. Ella me llev aparte. Se sent y empez a hablar amablemente conmigo. Yo pens que eso era peor que el bastn; no me gust. Vi que ella no tena ningn bastn. Ella dijo: He tomado una determinacin, que si no puedo controlar la escuela a travs del amor, la dejar. No habr ningn castigo; y si usted me ama, se esforzar y guardar las reglas de la escuela. Sent algo justo aqu en mi garganta. Yo no era alguien de derramar muchas lgrimas; pero ellas vinieron no pude contenerlas. Le dije, Usted no tendr ningn problema ms conmigo; y as fue. Yo aprend ese invierno ms que en los otros tres juntos.Esa fue la diferencia entre la ley y la gracia. Cristo dice, Si me amis, guardad Mis mandamientos (Juan 14:15). l nos saca de debajo de la ley, y nos pone bajo la gracia. La gracia romper el corazn ms duro. El amor de Dios fue el que lo impuls a enviar a Su Hijo unignito al mundo para que l pudiera salvarlo. Yo supongo que el ladrn haba pasado por el juicio sin ser ablandado. Probablemente la ley haba endurecido su corazn. Pero sobre la cruz no dudo que aquella tocante oracin del Salvador, Padre, perdnalos! quebrant su corazn, para que l clamara: Seor, acurdate de m!. l fue llevado a pedir misericordia. Yo no creo que haya ningn hombre totalmente perdido, al contrario, la gracia de Dios ablandar su corazn.Se cuenta de Isaac T. Hopper, el cuquero, que l encontr una vez a un hombre negro profano, llamado Can, en Filadelfia, y lo llev ante un magistrado que lo mult por blasfemar. Veinte aos despus, Hopper encontr a Can cuya apariencia estaba muy cambiada para peor. Esto toc el corazn del Amigo, [Amigo: nombre que se dan los cuqueros]. l camin rpidamente hacia l, le habl amablemente, y estrech sus manos con ese desdichado: Me recuerda usted dijo el cuquero, como yo lo hice multar severamente por blasfemar?S, verdaderamente: recuerdo lo que pagu tan bien como si fuera ayer.Bien, te hizo eso volverte algo bueno?No, ni un poquito: me enoj que se me hubiera sacado mi dinero.Hopper invit a Can a calcular el inters sobre la multa, y le pag el capital y tambin los intereses. Yo quise darte a entender lo bueno para ti, Can; y lo siento, te hice un dao. El semblante de Can cambi; las lgrimas rodaron por sus mejillas. l tom el dinero muy agradecido, se volvi un hombre tranquilo, y no fue odo que blasfemara de nuevo.PAZ, GRACIA Y GLORIA.As que hay una gran diferencia entre la ley y la gracia. Estando justificados por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Seor Jesucristo; por quien tambin tenemos acceso por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos regocijamos en la esperanza de la gloria de Dios (Romanos 5:1-2). Hay tres cosas preciosas aqu: la paz para el pasado; la gracia para el presente; y la gloria para el futuro. No hay ninguna PAZ hasta que nosotros vemos la obra terminada de Jesucristo, hasta que podemos mirar atrs, y ver la Cruz de Cristo entre nosotros y nuestros pecados. Cuando vemos que Jess fue el fin de la ley para justicia (Romanos 10:4); que l gust la muerte por cada hombre (Hebreos 2:9); que l sufri el Justo por los injustos (1 Pedro 3:18), entonces viene la paz. Tenemos luego la GRACIA en la cual estamos firmes. Hay abundancia de gracia para nosotros tanto como la necesitemos, da tras da, y hora tras hora.Luego hay GLORIA para el tiempo por venir. Una gran cantidad de personas parecen olvidarse que lo mejor est delante de nosotros. El Dr. Bonar dice que todo lo que est adelante del verdadero creyente es glorioso. Este pensamiento se afirm en mi alma; y empec a buscar sobre el tema, y a ver lo que poda encontrar en la Escritura que fuese glorioso en el futuro. Encontr que el reino que vamos a heredar es glorioso: nuestra corona ser una corona de gloria (1 Pedro 5:4); la ciudad que vamos a habitar es la ciudad de los glorificados; las canciones que vamos a cantar son las canciones de los glorificados; vamos a llevar vestidos de gloria y belleza; nuestra sociedad ser la sociedad de los glorificados; nuestro descanso va a ser glorioso; el pas en el que vamos a estar ser lleno de la gloria de Dios y del Cordero. Hay muchos que siempre estn mirando hacia atrs del camino, y lamentndose de los problemas por los que han pasado; ellos siguen cargando los cuidados y ansiedades que se les ha pedido que entreguen, y estn siempre mirndolos. Por qu debemos ir tambalendonos y titubeando bajo las cargas y cuidados de la vida cuando tenemos tales perspectivas delante de nosotros?Si ms adelante hay solamente gloria, nuestras caras deberan relucir todo el tiempo brillantemente. Si un escptico viniera aqu y mirara los semblantes del pblico, l encontrara a muchos de ustedes mirando como si solamente estuviera la gloria ante ustedes. Muchas veces me parece como si estuviera en un entierro, las personas se ven tan tristes y deprimidas. Ellas no parecen conocer mucho de la alegra del Seor. Ciertamente si nosotros estuviramos mirando directamente hacia la gloria que nos espera, nuestras caras se iluminaran continuamente con la luz del cielo. Nosotros podemos predicar por nuestros semblantes si queremos. Cuando ms cerca estemos de esa tierra de gloria donde estaremos con Cristo tanta ms paz, y alegra, y descanso debemos tener. Si solamente quisiramos acudir al trono de la gracia, tendramos fuerza para soportar todos nuestros problemas y pruebas. Si usted tomara todas las aflicciones que la carne ha heredado y las pone sobre cualquiera de nosotros, Dios tiene suficiente gracia para llevarnos derecho sin flaquear.Alguien ha compilado lo siguiente, lo cual describe bellamente el contraste entre la ley y la gracia:LA LEY fue dada por Moiss.LA GRACIA y la verdad vinieron por Jesucristo (Juan 1:17).LA LEY dice: haz esto, y vivirs (Glatas 3:12).LA GRACIA dice: vive, y entonces haz esto.LA LEY dice: pgame lo que me debes (Mateo 18:28).LA GRACIA dice: yo te perdono todo (Lucas 7:42).LA LEY dice: la paga del pecado es muerte.LA GRACIA dice: el regalo de Dios es vida eterna (Romanos 6:23).LA LEY dice: el alma que pecare, sa morir (Ezequiel 18:20).LA GRACIA dice: Quienquiera que cree en Jess, aunque est muerto, aun as vivir; y quienquiera que viva y cree en l nunca morir (Juan 11:25,26).LA LEY pronuncia la condenacin y la muerte.LA GRACIA proclama la justificacin y la vida.LA LEY dice: haz un nuevo corazn y un nuevo espritu.LA GRACIA dice: te dar un corazn nuevo, y pondr un espritu nuevo dentro de ti (Ezequiel 11:19).LA LEY dice: maldito es cualquiera que no permanece en todas las cosas que estn escritas en el libro de la ley para hacerlas (Glatas 3:10).LA GRACIA dice: bendito es el hombre cuyas iniquidades son perdonadas, cuyo pecado es cubierto; bendito es el hombre a quien el Seor no imputar iniquidad (Romanos 4:7,8).LA LEY dice: amars al Seor tu Dios con todo tu corazn, y con toda tu mente, y con toda tu fuerza (Deuteronomio 6:4).LA GRACIA dice: aqu est el amor: no en que nosotros amamos a Dios, sino en que l nos am, y envi a Su Hijo para ser la propiciacin por nuestros pecados (1 Juan 4:10).LA LEY habla de lo que el hombre debe hacer para Dios.LA GRACIA cuenta lo que Cristo ha hecho por el hombre.LA LEY se dirige al hombre como parte de la vieja creacin.La GRACIA hace a un hombre un miembro de la nueva creacin.LA LEY tiene que ver con una naturaleza inclinada a la desobediencia.LA GRACIA crea una naturaleza inclinada a la obediencia.LA LEY exige obediencia por el terror al Seor.LA GRACIA suplica a los hombres por las misericordias de Dios (Romanos 12:1).LA LEY exige santidad.LA GRACIA da santidad.LA LEY dice: condnalo (2 Corintios 3:6-9).LA GRACIA dice: abrzalo (Lucas 15:20).LA LEY habla de sacrificios sacerdotales ofrecidos ao por ao continuamente que nunca podan hacer perfectos a los que los ofrecan (Hebreos 10:1).LA GRACIA dice: pero este Hombre, despus de que ha ofrecido un sacrificio para siempre por los pecados . . . con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados (Hebreos 10:10,14).LA LEY declara que los que han pecado en la Ley, sern juzgados por la Ley.LA GRACIA trae paz eterna al alma atribulada de cada hijo de Dios, y proclama la salvacin de Dios en desafo a las acusaciones del adversario. l que oye Mi palabra, y cree en l que me envi, tiene la vida eterna, y no entrar en el juicio (condenacin), sino que ha pasado de la muerte a la vida (Juan 5:24).De dnde a m este espritu tranquilo:A m todo pecador como soy yo?Es as como desciende el mritoDel Cordero del pecado libertador?La gracia, todo el poder para librar,Regalo de un Creador Dador,Como un ro pleno, refrescante,Siempre fluyendo.

Sobre todos mis cursos de pecarderrama sin lmite sus aguas,Limpiando, fertilizando, ganandoPara el Seor la tierra estril.Abundancia del tesoro celestial,Fuentes de complacencia del Padre,Todas las marcas de medida humanaDesbordando

No mi virtud o arrepentimientoObtuvo el don precioso para m.T, mi Salvador, me hiciste tierno,Tuyas las punzadas que me pusieron libre,Regalo de gracia ms all de toda comprensin,Del corazn de Jess fluyendo,Siempre fluyendo , desbordando,Fluyendo gratuitamente.CAPTULO 6.GRACIA PARA VIVIRAHORAllegamos a una parte muy importante de nuestro asunto: la gracia para vivir. Uno de las cosas ms tristes en los tiempos presentes es el hecho de que tantos pretendidos cristianos no tienen poder espiritual. Ellos no dan ningn testimonio por Cristo. Hay tan pocos de quienes pueden ir a las casas de los enfermos y leerles la Biblia, orar con ellos, y ministrar consuelo a sus almas. Cun pocos pueden ir a la morada del borrachn, y contarle del poder de Cristo para salvar! Cun pocos hay quienes son sabios en ganar almas para Cristo!El problema es el bajo estado espiritual de muchos en la Iglesia de Cristo. Nosotros no estamos viviendo de acuerdo a nuestros privilegios. Cuando usted pasa por las calles de Londres usted puede ver aqu y all las palabras, Compaa Limitada. Hay muchos cristianos que prcticamente limitan la gracia de Dios. Es lo mismo que un ro que fluye cerca; y nosotros podemos tener todo lo que necesitamos, pero si no venimos y conseguimos un suministro continuamente, no podemos repartirlo a otros.Madre! padre! no est anhelando usted ver a sus nios ganados para Cristo? Cul es el problema? Es la falla del pastor? Yo creo que aunque los ministros predicaran como los ngeles, si hay un bajo nivel de vida cristiana en la casa, as se lograr poco. Lo que nosotros queremos, ms que nada, es ms gracia en nuestras vidas, en nuestros asuntos comerciales, en nuestras casas, en nuestro andar diario y conversacin. Yo no puedo sino creer que la razn de que el nivel de vida cristiana sea tan bajo, es que nosotros estamos viviendo con un man ya viejo. Usted sabe lo que quiero decir con eso. Muchas personas estn viviendo en sus pensamientos de experiencias del pasado de los grandes tiempos que ellos tuvieron hace veinte aos, quizs cuando ellos se convirtieron. Es una seal segura de que estamos fuera de comunin con Dios si nosotros estamos hablando ms de la alegra, y la paz, y el poder que tenamos en el pasado, que de lo que tenemos hoy. Se nos dice: creced en la gracia; pero una gran cantidad est creciendo en la manera incorrecta.Usted recuerda que los israelitas recogan el man fresco todos los das: no les estaba permitido almacenarlo. Hay una leccin aqu para nosotros los cristianos. Si nosotros queremos ser fuertes y vigorosos, debemos ir diariamente a Dios y conseguir gracia. Un hombre no puede tomar un suministro de gracia para el futuro ms que lo que l puede comer hoy para que le dure durante los prximos seis meses; ni tomar suficiente aire en sus pulmones de una sola vez para sostener la vida durante una semana por venir. Debemos extraer de los ilimitados almacenes de la gracia de Dios de da en da, cuando necesitamos.Yo conoc a un hombre que viva en la orilla del Lago Erie. l tena caeras puestas hasta su casa desde el lago; y cuando quera agua, todo lo que tena que hacer era abrir la canilla y el agua flua. Si el Gobierno le hubiera regalado el lago, l no habra sabido que hacer con ste. As nosotros podemos decir que si Dios fuera a darnos suficiente gracia para una vida, no sabramos como usarla. l nos ha dado el privilegio de extraer desde l da por da, no a cuarenta das vista. Hay gracia suficiente en el banco del cielo; nosotros no necesitamos temer que llegue a agotarse.Se nos invita a que vengamosconfiadamenteal trono de gracia como hijos ante un padre para que podamos encontrar gracia. Usted ha notado que un hijo tiene muchsima ms confianza en la casa de su padre que la que l tendra si fuera simplemente un sirviente. Una buena cantidad de cristianos estn como sirvientes. Si usted entra en una casa, puede decir pronto la diferencia entre los de la familia y los sirvientes. Un hijo viene a la casa por la tarde; revisa la casa, quizs habla sobre las cartas que han llegado, y quiere saber todo lo que ha estado pasando en la familia durante su ausencia. Es muy diferente con un sirviente que quizs no deja durante todo el da la cocina o el sector de los sirvientes excepto cuando el deber lo requiere.Suponga que alguien ha depositado un milln de dlares en el banco a su nombre, y le ha dado una chequera para que usted pueda sacar tanto como usted quiera: ira usted a trabajar e intentara vivir con diez dlares mensuales? Sin embargo eso es exactamente lo que muchos de nosotros estamos haciendo como cristianos. Yo creo que este bajo nivel de la vida cristiana en la Iglesia est haciendo ms para producir infieles que todos los libros escpticos que se han escrito en todo el mundo.Escuche lo que el Apstol dice: Mi Dios suplirtodavuestra necesidad (Filipenses 4:19). Mire estas palabras cuidadosamente. No dice que l suplir todo lo que ustedquiere. Hay muchas cosas que nosotros queremos pero que Dios no ha prometido darnos. Es sunecesidad y todasu necesidad. Mis hijos quieren a menudo muchas cosas que ellos no obtienen; pero yo proporciono todo lo que ellos necesitan, si est en mi poder drselo. Yo de ninguna manera les proporciono todo lo que ellos quieren. Mi muchacho probablemente querra que le d un caballo; cuando yo s que lo que l realmente necesita, quizs, es gracia para controlar su carcter. Nuestros nios podran querer muchas cosas que sera daino para ellos tener. Y as, aunque Dios puede impedir para nosotros muchas cosas que deseamos, l suplir toda nuestra necesidad. Pueden venir problemas o pruebas en esta vida, pero Dios tiene suficiente gracia para llevarnos bien a travs de ellos, si nosotros slo queremos ir a l y obtenerla. Pero nosotros debemos pedirla da a da. Como tus das as sern tus fuerzas (Deuteronomio 33:25).Yo encontr a un hombre una vez en Escocia que me ense una leccin de la que nunca me olvidar. Un amigo cristiano me busc para ir y tener una charla con l. l haba estado postrado por muchos aos. Este afligido santo me confort y me dijo algunas cosas maravillosas. l se haba cado y se rompi su columna cuando era de aproximadamente quince aos de edad, y haba estado tendido as sobre su espalda durante unos cuarenta aos. l no poda moverse sin mucho dolor, y probablemente no ha pasado ningn da todos esos aos sin sufrir. Si alguien le hubiera dicho que l iba a quedarse all y sufrir durante cuarenta aos, probablemente l habra dicho que no podra hacerlo. Pero da tras da la gracia de Dios le ha sido concedida; y yo declaro ante ustedes que me pareca a m como si yo estuviera en la presencia de uno de los hijos de Dios ms altamente favorecidos. Pareca que cuando estaba en la habitacin de ese hombre, yo estaba casi tan cerca del cielo como yo podra lograrlo en esta tierra. Habl antes acerca de la cara de un hombre que brilla con la gloria del cielo! muy raramente vi una cara que brillara como la suya. Yo puedo imaginar que los mismos ngeles cuando estn pasando encima de la ciudad en alguna misin de misericordia, bajan a la habitacin de ese hombre a refrescarse. All, l ha estado permaneciendo todos estos aos, no slo sin un murmullo, sino regocijndose todo el tiempo.Yo le dije: Mi amigo, nunca le tienta el diablo hacindole dudar de Dios y hacindole pensar que l es un duro amo? Bien ahora, l dijo, eso es justo lo que l intenta hacer. A veces, cuando yo miro fuera de la ventana y veo a las personas que caminan saludables, Satans susurra: Si Dios es tan bueno, por qu te mantiene l aqu todos estos cansadores aos? Porque si l te amara, en lugar de quedar aqu y ser dependiente de otros, tu podras haber sido ahora un hombre rico, y estar montando en tu propio carruaje. Qu hace usted cundo el diablo le tienta? Oh, yo slo lo llevo hasta la Cruz; y l tuvo all tal miedo hace dieciocho siglos, que l no puede resistirlo; y me deja. Yo no creo que el postrado santo tenga muchos problemas con las dudas; l as est lleno de gracia.Y as si nosotros slo nos acercamos confiadamente a Dios,