abía una vez unas niñas llamadas Mari Reyes,

María Mendoza, María Mateo,

Silvia y Laura, que iban de excursión con el colegio y

se perdieron en una playa, se despistaron al ver

un barco. Se pusieron nerviosas y empezaron

a llorar. Laura y Silvia tranquilizaron a Mari

Reyes, a María Mendoza y a María Mateo

diciendo: “chicas no os preocupéis,

encontraremos alguna solución, ya sabéis lo

que dice la maestra: si os perdéis agarraros a un árbol”. Como

no encontraron ninguna solución, decidieron seguir andando.

De repente se encontraron a sus amigos

Fernando, David Rodríguez y Juan Miguel, que

también se habían despistados como ellas y

tampoco encontraban una solución.

Decidieron seguir caminando y se encontraron

una medusa que picó a Fernando en el pie. Se le

puso como una “bota” y, las chicas sin saber qué hacer,

cada vez estaban más nerviosas y preocupadas.

Caía la noche y no tenían donde ir, pero a

Juan Miguel y a David Rodríguez se les

ocurrió hacer una choza con maderos que

habían encontrado. No había nada que

comer y tenían mucha hombre. Pasaron la

noche en aquella choza y en cuanto amaneció siguieron

andando.

H

Al poco tiempo las cosas cambiaron, y de repente se

encontraron una mochila llena de comida, la

cogieron sin pensárselo dos veces. En esa

mochila había un mapa de la playa y vieron en

él una caseta de socorro. Estuvieron un rato buscando la caseta

cuando ya estaban desesperados ¡LA ENCONTRAMOS! ¡Por fin la

caseta de socorro! Finalmente pudimos charlar con nuestros

padres y decirles nuestra ubicación.

Después de unas horas de espera llegaron los 8 coches y

volvimos a casa y colorín colorado este cuento se ha acabado.

FIN