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SUPLEMENTO CULTURAL No. 150 - 26 DE MAYO DE 2014 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Shinzaburo Takeda (Japón, 1935). “En 1978, en la Mixteca oaxaqueña, el artista fue seducido por la enorme riqueza, social y cul- tural de la entidad. Como descendiente de campesinos y artesanos, experimentó una irresistible empatía con las culturas de Oaxaca, hasta afincarse en el territorio, donde aprendió de un chamán inesperadas perspectivas para su vocación creativa”. Jorge Pech Casanova, en el No. 32 de la Revista oaxaqueña Luna Zeta. [Revista Luna Zeta: 15 años como editorial independiente. Gráfica en Oaxaca. Foto-galería en páginas centrales] Shinzaburo Takeda, imagen de portada de la revista Luna Zeta en su edición del 15 Aniversario

La Gualdra 150

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La Gualdra 150

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Page 1: La Gualdra 150

SUPLEMENTO CULTURAL No. 150 - 26 DE MAYO DE 2014 - AÑO 3 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Shinzaburo Takeda (Japón, 1935). “En 1978, en la Mixteca oaxaqueña, el artista fue seducido por la enorme riqueza, social y cul-tural de la entidad. Como descendiente de campesinos y artesanos, experimentó una irresistible empatía con las culturas de Oaxaca, hasta afincarse en el territorio, donde aprendió de un chamán inesperadas perspectivas para su vocación creativa”. Jorge Pech Casanova, en el No. 32 de la Revista oaxaqueña Luna Zeta.

[Revista Luna Zeta: 15 años como editorial independiente. Gráfica en Oaxaca. Foto-galería en páginas centrales]

Shinzaburo Takeda, imagen de portada de la revista Luna Zeta en su edición del 15 Aniversario

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira Saade / Dir. General

Raymundo Cárdenas Vargas /Dir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada Lazarín /Dir. La Gualdra

[email protected]

Sandra Andrade Trinidad /Diseño Editorial

Juan Carlos Villegas /Ilustraciones

[email protected]

La revista oaxaqueña Luna Zeta acaba de publicar su número 32 con el que celebra sus primeros 15 años. Bajo la dirección editorial de Abraham Nahón, esta publicación quinceañera es de ca-rácter independiente; desde su funda-ción, una de las principales motivacio-nes de este proyecto editorial ha sido, de acuerdo a su director: “evidenciar y analizar los vínculos –visibles y soterra-dos– entre el arte, la literatura, la socie-dad y la vida cultural”. Luna Zeta es una publicación con la que compartimos objetivos edi-toriales, por lo que nos sentimos muy honrados en presentar a ustedes en este número de La Gualdra, dos proyectos emanados de esta organización edito-rial oaxaqueña: el primero, la presen-tación del libro Fotografía Contempo-ránea en Oaxaca, un proyecto iniciado por la revista Luna Zeta y coeditado con el FONCA-CONACULTA, Marabú Ediciones y el CFMAB. Los fotógra-fos participantes son: Alberto Ibáñez, Alejandro Echeverría, Antonio Turok, Baldomero Robles, Cecilia Salcedo, Daniel Weinstock, Domingo Valdivie-so, Edson Caballero, Eleuterio Xagaat, Eva Lépiz, Francisco Toledo, Graciela Iturbe, Ivan Alechine, Jorge Acevedo, Jorge Luis Plata, Jorge Luis Santiago, Juan Carlos Reyes, Judith Romero, Luna Marán, Marcela Taboada, María José Silva, Nadja Massun, Rame Cuen, Rubén Leyva y Vittorio D´Onofri. Los textos que acompañan el libro son de Jorge Pech y Abraham Nahón; la cura-duría estuvo a cargo de Ruben Leyva y de nuestro paisano Pedro Valtierra; y el diseño editorial es de Rubén Leyva y Judith Romero. Este libro es un ca-tálogo de más de 150 imágenes que de acuerdo a su coordinador editorial “re-valora a la fotografía como testimonio documental y como medio artístico para expresar la complejidad existente en la entidad”. Es, sin duda, un ejemplar de colección que todas aquellas personas amantes de la fotografía deben obtener. El segundo proyecto de Luna Zeta incluido en este número gualdre-ño es el relacionado con el No. 32 de esta revista oaxaqueña que para cele-brar su XV Aniversario, logró conjun-tar un grupo significativo de artistas

LA GUALDRA NO. 150 / 26 DE MAYO DE 2014 / AÑO 3

gráficos -oriundos de Oaxaca o que trabajan y viven ahí-. En su artículo editorial, podemos leer lo siguiente: “La peculiaridad de gran parte de las expresiones gráficas que se realizan en Oaxaca es aún más destacable dado que involucra no sólo a un nutrido núme-ro de jóvenes creadores, sino también a importantes maestros impresores y a reconocidos artistas. Estos trabajos creativos, surgidos en distintas tempora-lidades y contextos, se han fortalecido a partir del movimiento social del 2006 y, en muchos de los casos, se hallan actual-mente en un proceso de consolidación”. Una selección de estas imágenes apare-ce en páginas centrales, en las que po-drá constatar por qué Oaxaca es uno de los estados del país más importante en cuanto a producción y calidad en artes visuales. Nosotros celebramos nuestro número 150 gualdreño, festejando los logros de la revista Luna Zeta. Desde aquí felicitamos a todo el equipo de trabajo que la conforma: a Abraham Nahón, su director; a Judith Romero, su diseñadora; y a los integrantes de su consejo editorial: Alfonso Gazga Flores, Judith Romero Ramírez y Jorge Pech Casanova. ¡Enhorabuena! A propósito de celebraciones, el próximo lunes damos inicio con las ediciones del año cuatro de La Gualdra. Cumpliremos tres años de compartir con ustedes lunes a lunes este suplemen-to cultural de La Jornada Zacatecas, nu-trido de las colaboraciones de nuestros generosos amigos, gracias a los cuales estamos y seguimos aquí. Para festejar nuestro tercer aniversario, el próximo día 7 de junio, en punto de las 20:30 Hrs., en la Plaza Miguel Auza, los invitamos a que nos acompañe en el concierto que ofrece-rá el grupo mexicano de blues Real de Catorce, cuyo líder, José Cruz Camargo Zurita -músico y compositor excepcio-nal-, es también colaborador y amigo gualdreño. Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

El hípster y la bohemia posmoderna[hacia una sociología del hípster y otras linduras del mainstream]por Esther Mariela Consuegra Dávila

Revista Luna Zeta: 15 años como editorial independienteGráfica en Oaxaca[Foto-galería]

Luna Zeta:15 años como editorial independientepor Jorge Pech Casanova

Fotografía Contemporáneaen Oaxaca / Luna Zeta(foto-galería)

Juan VilloroMientras haya necesidad de encontrar otras manos…por Mauricio Flores

La fotografía en Oaxaca, una narrativa visual contemporáneapor Abraham Nahón 3

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Julián por Pilar Alba

San Benito por Edgar Khonde

La mosca por Alberto Huerta

Poema para ser leído entre los 9 y los 12 añospor Roberto Galaviz

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26 de mayo DE 2014

Por Abraham Nahón*

La fotografía en Oaxaca,una narrativa visual contemporánea

La fotografía en Oaxaca ha permitido hacer emerger algunas de las (micro) historias invisibilizadas que desde sus breves espacios de enunciación con-frontan la historia dominante que día a día intenta arruinar lo heterogéneo de nuestra cultura. Incluso, no faltará quien piense que en esta entidad telú-rica (convulsa social y políticamente), la fotografía también puede convertir-se en su sismógrafo más eficiente. Y tiene razón. El conflicto social de 2006, nos permitió revalorar a la fotografía como testimonio documental y como medio artístico para expresar la com-plejidad existente en la entidad. La revista Luna Zeta publicó algunos dossiers de fotografía en 2006 y 2007 referidos al tema. Después, en el 2008 se publicaría el libro Memorial de Agra-vios, Oaxaca, México, 2006 (Marabú Ediciones), integrando en sus páginas a 25 fotógrafos de diversa procedencia. La difusión nacional e internacional lo-grada a través de este libro, que incluyó diversas exposiciones, demostró el po-derío de las imágenes para mantener la memoria latente ante los actos brutales del poder político mexicano. Pero la fotografía también ha explorado otras perspectivas. Y Oaxa-ca, desde la segunda mitad del siglo XIX, ha sido revelada por viajeros, arqueólogos, antropólogos, fotógrafos y artistas gráficos. La aproximación arqueológica, antropológica o artís-tica, ha ido resaltado rostros, revalo-rando la arquitectura (mesoamerica-na), acentuando paisajes y elementos culturales, trastocando lenguajes es-téticos o (re)inventando formas para ahondar los límites visuales y los ima-ginarios de lo que representa la enti-dad y sus habitantes. En el siglo XX, imprimiéndo-le a sus propuestas visuales el espíritu de la modernidad, destacados creado-res visitaron Oaxaca: Edward Weston, Tina Modotti, Manuel y Lola Álvarez Bravo y Henri Cartier-Bresson. Ade-más de las miradas antropológicas y poéticas de: Rosa Rolanda, Juan Rul-fo, Nacho López, Mariana Yampolsky, Rafael Doniz, Graciela Iturbide, Flor Garduño, Pedro Meyer, Pablo Ortiz Monasterio, Eniac Martínez, Maya Goded, Mary Ellen Mark, entre otros. La creación del Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo, fundado en 1996 por Francisco Toledo –con la colaboración de un grupo de fotó-grafos que incluiría a Cecilia Salcedo, Jorge Acevedo, Vittorio D´Onofri y Jesús Márquez– potencializó el tra-bajo fotográfico realizado en la enti-dad y permitió formar a una nueva generación de artistas vinculados a la lente.

En estos últimos años, la fo-tografía contemporánea en Oaxaca ha combinado la utilización de técnicas fotográficas que no sólo se remiten a lo análogo, explorando, por ejemplo, a través de la fotografía digital otras posibilidades y maleabilidades que reconfiguran nuestra relación con la memoria, con la interpretación de la “realidad” y con la instantaneidad. Las imágenes trasminan cierta musicali-dad de nuestro tiempo y algunas de ellas han sido dotadas por las múltiples perspectivas que la cinematografía y el video nos han legado. Son imágenes contemporáneas donde se fraguan di-versas intencionalidades y subjetivida-des, bajo una creatividad que despliega o concentra algunas contradicciones pero también desafíos. Ante tal efervescencia crea-tiva, surgió la idea de editar el libro “Fotografía Contemporánea en Oaxa-ca”, el cual es un proyecto iniciado por la revista Luna Zeta y coeditado con el FONCA-CONACULTA, Marabú Ediciones y el CFMAB. Para la edición se contó con la curaduría de Pedro Valtierra y Rubén Leyva. Contiene ensayos de Jorge Pech y Abraham Nahón, y el di-seño estuvo a cargo de Judith Romero y Rubén Leyva. En esta publicación, artistas de amplia experiencia y reco-nocimiento muestran la riqueza de su oficio al lado de un grupo de fotógra-fos que ha desarrollado un trabajo de calidad que desafortunadamente ha sido escasamente difundido. Bajo este esfuerzo editorial colectivo, se logra presentar una narrativa visual y esté-tica enriquecida por la confluencia de generaciones y de sucesivas miradas. Fotografías con dosis de mo-vimiento y de reflexión, con tiempos clarificados o condensados que nos obligan a detener la marcha acelerada de nuestros días y a volver a pensar y reflexionar sobre las imágenes. Anu-lar por un momento el frenesí verti-ginoso del consumo virtual y darnos cuenta que más allá de la mirada gue-laguetzeana y burocrática que mutila las profundas vivencias que yacen detrás de las fachadas, hay un Oaxaca distinto, narrado bajo esta asombrosa cartografía que revela las entrañas de la ciudad, pero también otros horizon-tes del interior de Oaxaca: Teotitlán, Etla, Cuilapam, Huajuapam, Juchitán, Tlacochahuaya, Amatitlán, San Blas Atempa, Salina Cruz, Mitla, Suchil-quitongo, Zaachila, Zimatlán, Capu-lalpam, la sierra mazateca, la región triqui, Ixtlán, etc. etc. Como bien señaló Walter Benjamin, las propuestas estéticas ligadas al potencial de reproductibi-lidad de la fotografía han ocasionado cambios en los modos de significación

*Abraham Nahón. Investigador social, poeta y editor. Actualmente estudia un Doctorado en Sociología,

enfocado en el tema de Arte y Sociedad. Director editorial de la revista de arte y literatura Luna Zeta,

editada en Oaxaca desde 1998. Correo electrónico: [email protected]

1 La presentación del libro se ha fortalecido con una exposición de 40 fotografías que incluye la obra

de los fotógrafos participantes. Ha realizado una travesía por distinto foros, presentándose en El Centro

Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (Oaxaca), La Fototeca Juan Crisóstomo Méndez (Puebla), El Centro

de la Imagen (Ciudad de México), en el Marco del Festival de la Primavera (Morelos), en el Centro de las

Artes (San Luis Potosí), en la Casa de las Américas (La Habana, Cuba), entre otros.

Libros

y en la percepción sensorial, modi-ficando la experiencia colectiva, las prácticas sociales y nuestra propia subjetividad. Las tomas aportan una subjetividad distinta y nos revelan el proceso de transformación que expe-rimenta la sociedad, pero también el fotógrafo. La inmersión a comunida-des oaxaqueñas, parafraseando aquel haikú de Basho, no implica solamen-te buscar el camino de los maestros, sino buscar lo que ellos buscaron. Y aportar una nueva mirada, que ya no sigue estrictamente fines científicos o que intenta completar el imaginario vinculado a las novedades expedicio-narias, bajo una visión muchas veces teñida de colonialismo. Los fotógrafos locales y ra-dicados en la entidad, identifican en estas imágenes rasgos culturales y es-téticos, surgidos en la ciudad y en las comunidades, que van más allá del simple folclor: dignificando a los pobla-dores en su cotidianeidad, revalorando la vida comunitaria, atestiguando las fricciones entre tradición y moderni-dad, aportando imbricaciones entre géneros y disciplinas, y en general, destacando su permanente asombro ante las maravillas y tragedias aconte-cidas en esta compleja entidad. Podemos señalar que el libro ha contribuido a abrir la discusión so-

bre la fotografía en Oaxaca y afirma su carácter relevante para que, a par-tir de ahora, podamos analizar y tra-tar de entender desde las imágenes y sus autores, las socialidades y estratos socio-históricos implicados así como la construcción y expresión de nuevas subjetividades a través de estas explo-raciones documentales y estéticas.1

Asimismo, hay que estar abiertos al carácter construido o es-cenográfico de las series fotográficas recientes, ya que a través de ellas se sugiere la emergencia de un nuevo carácter subjetivo, así como de nue-vos actores de la experiencia social. La investigación y crítica fotográfica no sólo se enfrenta al reto de des-cribir la superficie de lo fotográfico, sino de abordar la profundidad de su condición simbólica. Lo que nos per-mite poner nuevamente en tensión conceptos vinculados a la memoria colectiva y gráfica, la subjetividad y la expresividad implícitas en la imagen creada, la temporalidad y la actuali-zación de los lenguajes estéticos en nuestra sociedad. Por ello, este libro ha cum-plido con una breve contribución al mostrarnos bajo una narrativa con-temporánea, algunas imágenes y pre-guntas que a partir de ahora nos toca-rá a nosotros investigar y develar.

Daniel Weinstock, imagen del libro Fotografía Contemporánea en Oaxaca

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LA GUALDRA NO. 150

Fotografía Contemporánea en Oaxaca / Luna Zeta

(foto-galería)

Arte

s vis

uale

s

Alejandro Echeverría

Edson Caballero

Eleuterio Xagaat

Francisco Toledo

Baldomero Robles

Juan Carlos Reyes

Cecilia Salcedo

Iván Alechine

Judith Romero Graciela Iturbide

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26 de mayo DE 2014

Luna Zeta:15 años como editorial independiente

Por Jorge Pech Casanova*

Revistas

Luna Zeta llega a su número 32 y a su decimoquinto año de existencia. Son 15 años de independencia sostenida en un medio en el que ese término se va volviendo sinónimo de sujeción a los capitales desmesurados y a los manejos de ciertos empresarios para apoderarse de los fondos que debie-ran ser para la comunidad. Frente a esas prácticas, esta publicación se adhiere a la necesidad de sostener la palabra con los actos, no con dinero ni con dádivas del teso-ro público que se insertan en cuentas privadas. Es cierto que la palabra em-presa proviene del latín “prehendere”, que significa atrapar, pero en estos ca-sos la captura de recursos económicos adquiere visos siniestros. Prefiero considerar el proce-so que nos ha llevado a 15 años con Luna Zeta como una empresa de tipo muy disímil: la clase de empresa que entraña riesgos, dificultades y traba-jos desafiantes, que ha de ser llevada a cabo venciendo obstáculos. Era la noción que identificaba ese vocablo antes de que el capitalismo aplastara nuestra dignidad con el peso del oro. Como es usual desde hace varios años, la calidad de la revista es la principal meta de sus editores. No el lucimiento de entrevistadores de ban-queta o de suntuosos juguetes arqui-tectónicos que se vuelven propiedad individual luego de haber sido durante siglos patrimonio público. Este año Luna Zeta llega car-gada de arte, gracias a la colaboración de más de 80 artífices del grabado que colaboran en el número dedica-do al innovador movimiento de grá-fica colectiva oaxaqueña. Por una parte, la estética visual se congratula con esta reunión multitudinaria, pero no es la única belleza que este emi-sión de Luna Zeta congrega. Al abrir la revista y al cerrarla, sus páginas nos obsequian el recuerdo de dos de los poetas más queridos de nuestra época: Juan Gelman y José Emilio Pacheco. Ambos fueron aclamados en Oaxaca, como les sucedía en casi cualquier parte del mundo, pero aquí en particular demostraron ambos no conformarse con la fría distancia del escenario, sino buscaron el contacto generoso con los lectores que con de-voción los recibían. Otras y otros poetas muy legibles comparten estas páginas de Luna Zeta, para fruición de quienes editamos este número. Entre ellas debo mencionar especialmente a Pura López Colomé, Blanca Luz Pulido y

Para Alejandro Santiago, amigo con quien tengo una conversación pendiente.

Rocío González, sin dejar de invitarlos a que se solacen con todas y todos los poetas que en este ejemplar hallarán. Particularmente me interesa señalar las contribuciones ensayísticas en este número 32 de Luna Zeta. Los 15 años en que la publicación ha man-tenido su apuesta por la escritura re-flexiva y crítica, me parece que llegan a una culminación en esta entrega, pues su interés académico se equipara con su vigor literario. Resalta el ensayo de Eduardo Subirats sobre una inquietan-te película de Tomás Gutiérrez Alea; la relación del cine con la filosofía queda luminosamente establecida con este texto del pensador español. La filosofía y las artes gráfi-cas, por cierto, es la relación que es-tablece con intensidad el ensayo de Alfonso Gazga Flores, cuya aproxima-ción a las artes visuales, mediante los postulados de la kantiana Crítica de la facultad de juzgar, resulta un revivifi-cante estímulo para quienes –por la reluctancia del medio a dialogar con la inteligencia– solemos olvidar que el pensamiento riguroso no se apar-ta sino que acompaña al arte de con-suno. Similar discernimiento produce la investigación de Abraham Nahón en torno a la gráfica actual en Oaxa-ca, desde la perspectiva de Walter Benjamin y Theodor Wiessengrund Adorno. Es muy esperanzador asistir a la entrada de un interés académico bien fundamentado en el terreno de la crítica de arte, y lo único desazona-dor es que ese trabajo se realiza desde esta revista y no desde la universidad en que funciona una escuela de Bellas Artes ya hace más de 60 años. A esta ebullición del pen-samiento crítico con una expresión literaria sumamente disfrutable co-rresponde también el ensayo de Jorge Cortés Ancona dedicado a la historia de la gráfica en Yucatán. Este trabajo da cuenta de una producción gráfica de larga tradición y notables expo-nentes, que no suelen ser recordados fuera de Yucatán, y a veces ni en la propia entidad donde surgió esa pro-ducción artística. La presencia de la plástica yucateca en esta publicación oaxaqueña abre un diálogo de percep-ciones y prácticas en torno al arte que hace falta sostener y ampliar. En Luna Zeta confiamos en ese intercambio sensible y buscaremos reiterarlo, am-plificarlo, beneficiarnos con la ruptu-ra del aislamiento en que el centralis-mo político pretende enclaustrarnos. Por eso, también, es bienvenida la exploración académica de Itandehui

Franco, participante activa en el mo-vimiento gráfico que ahora examina desde la perspectiva académica su propia experiencia y la de sus compa-ñeros de viaje artístico. A estas contribuciones crí-ticas he sumado mi propia investi-gación sobre la historia de las artes

gráficas en Oaxaca, que por ahora es incompleta. Espero completarla en un futuro libro cuya elaboración vemos como una necesidad urgente los edi-tores y autores de Luna Zeta. Para concluir, reproduzco la conclusión del texto que elaboré y que podrán hallar en la revista:

Es necesario señalar que gracias a estos colectivos de gráfica, las artes plásticas en Oaxaca recobran una integridad que habían perdido con los manejos que situaron en el primer plano a los pintores de la discuti-ble “Escuela Oaxaqueña”. Al cancelar la posibilidad de un arte realista o reflexivo, la tendencia mixtificadora de ese grupo oficialista no sólo desterró una posibilidad expresiva en la entidad; también agotó las de por sí limitadas posibilidades del propio discurso mixtificador (basado en consejas y leyendas de inferior nivel imaginativo). La recuperación de la conflictividad política y social como tema de la gráfica y la pintura mural permite al arte, en Oaxaca, ir más allá de las preocupaciones doctrina-rias, y abre el paso a una expresión que debe resolver la interrogante de nuestra tardomodernidad herida de muerte por el desorden social. En el momento en que el internet y la experimentación genética transforman, por cierto, las nociones que durante milenios prevalecieron acerca de la unicidad de ciertas expresiones individuales (como la obra creativa), cabe preguntarse si la gráfica es el anticipo de un arte que no sólo admite sino reclama la multiplicación intervenible, en un ámbito que es, en realidad, un puro imaginario avasallante.

Portada Luna Zeta No. 32

* Yucatán, 1966. Su libro más reciente es V Aniversario (Black Coffee Gallery, 2013). También ha colaborado

en Las artes plásticas y visuales en los siglos XIX y XX, tomo VI de la colección “El patrimonio histórico y cul-

tural de México” (Conaculta, 2013). Es miembro del consejo editorial de la revista Luna Zeta.

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LA GUALDRA NO. 150

Revista Luna Zeta15 años como editorial independiente

Luna

Zeta

, 15 a

ños

[Foto-galería]

Adrián Aguirre, Aguafuerte, 2012

César Chávez, Xilografía, 2008

Enrique Gijón Luna, Hueledenoche, Xilografía, 2014 Irving Herrera, Dulcecocuyo, Xilografía, 2012

Daniela Saraí Ramírez López, El encuentro, Litrografía en madera, 2013

Daniel Acosta, de la serie Eukarya, Aguafuerte, 2012

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26 DE MAYO DE 2014

Luna Zeta, 15 años

Gloria Baldemar, Linóleo, 2013

Venancio Velasco, Los compadres, Xiolgrafía, 2013

Sabino López, Colografía, 2013 Misayo Tsutsui, Sabu, Xilografía, 2012

Raúl Soruco, Transformación, Litografía, 2010

Ricardo Pinto, De la serie Nodos Libres, Aguafuerte y aguatinta, 2011Mercedes López, Árbol que camina en el manglar, Aguafuerte y aguatinta, 2012

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LA GUALDRA NO. 150

Cultu

ra y

soci

edad Por Esther Mariela Consuegra Dávila

El hípster y la bohemia posmoderna[hacia una sociología del hípstery otras linduras del mainstream]

En un mundo enfermo y triste el uso del concepto posmoderno como ad-jetivo, sustantivo y verbo es el como-dín perfecto para encapsular todas nuestras angustias, dudas y defini-ciones en torno a lo social y al com-ponente cultural de la identidad que actualmente se debate y se configura ansiosamente como la necesidad de pertenecer y desmarcarse de todo lo convencionalmente impuesto, para que justo en ese nicho surja el hípster y todas las posibles acepciones en su definición y aplicaciones prácticas. La posmodernidad y sus fe-tiches nos alcanzan en la conceptua-lización de lo que se palpa lo mismo en las grandes urbes que en la coti-dianidad de la cómoda provincia, y es que la irrupción del hípster lo mismo atrae o genera la repulsa de muchos que ven en esta subcultura emergen-te un intento fallido, casi adolescen-te, de los jóvenes treintañeros que ansían y revaloran el pensamiento independiente, y que políticamente progresistas gustan de todo aquello relacionado con la contra- cultura y lo alternativo. Desde su concepción y uso, el término fue acuñado en los lejanos 40 por Paul Douglas en su libro Rise of a jazz art world en que da cuenta de los años maravilloso del jazz, sus in-térpretes y seguidores, a quienes co-menzó a llamarles hípsters o perso-nas que gustan del hot jazz; pero más allá de la escena musical, lo hípster se monta en el viaje psicodélico de los 60 y toma como referente el movi-miento hippie y sus banderas liberta-rias, veganas y amorosas para mutar en una tendencia silenciosa que más allá de lo ideológico se ha instalado como un estilo de vida de muchos jó-venes con mostacho, lentes de pasta -de preferencia sin graduar-, barba y pequeños sombreros de yute y estilo apolilladamente cool. Y es que el estadounidense Mark Greif, en su sociología sobre el hípster sitúa el término en un marco socioeconómico fundamentado en la tendencia a la pequeña burguesía de una generación joven insegura de su futuro estatus social. Es conocido como moderno aquél que se identifique con sus ideo-logías de origen bohemio y sus ves-timentas desarrapadas. La moda cul-tural es indicativa de una estructura social con una intensificada ansiedad económica y una disminuida movili-dad de clase.

Es así que, en este juego que todas y todos jugamos desde las re-presentaciones, y la puesta en esce-na de lo social lo hípster es un buen asidero para todos aquéllos que viven con la añoranza hippie de sus padres y que van de la mano con las nuevas tecnologías para socializarlo; además de estas construcciones discursivas que confluyen con la cultura, el apa-rente rechazo a lo establecido y el consumismo como orden mundial y un desprendimiento material que intenta por todos los medios la au-toafirmación de ser diferentes en la relación con la otredad. Las tribulaciones del hípster encuentran como asideros todas las adjetivaciones en torno a su vesti-menta y la personalidad, acompasa-da con la moda retro o vintage como signo distintivo y que se combina con toques de prendas modernas conser-vadoras en una eterna negación o lucha del pasado con el presente, en que unas gafas de pasta y el aspecto desaliñado evoca aires de bohemia e intelectualidad además de una alta sofisticación en sus gustos musicales y literarios, aunque todo sea parte de

la farsa y del juego de la simulación que a todos nos gusta jugar en esta sociedad del espectáculo. Por ello, esta subcultura emergente como las otras que desfi-lan ya en el anecdotario de los visual y de la moda, encuentra junto con los otros ítems culturales el germen propicio para consolidar los obje-tos que ayudan a la construcción de la personalidad tan ansiada y difusa como el mismo contexto social y cul-tural que se nos ofrece actualmente, esta subcultura es también el anhelo de ese reencuentro con los orígenes, las culturas populares y todo lo que fue bueno pero que sufre anacrónica-mente por esa nostalgia moderna. En ese contexto surgen pre-guntas claves para identificar o iden-tificarse como hípster, tales como ¿Usas ropa vintage y gafas de pasta? ¿Te apasiona Sigur Rós y Murakami? ¿No te separas de tu bicicleta? ¿Te ob-sesiona su popularidad en las redes sociales y sólo usas Mac? Si es así, se-gún un manual publicado en México, eres hípster aunque lo niegues, todas estas preguntas y sus respuestas se recogen en Hípsters, un manual ilus-

trado, libro del mexicano Jorge Pinto, que arroja luz sobre esta subcultura que nos invita a pensar en esta tan polémica forma de asumirse y andar por la vida lo mismo negando ser uno de ellos que autoproclamándose como tal. En el mundo del meme, como caricaturización y catarsis de la ironía colectiva reprimida, no es ex-traño encontrar en las redes sociales breviarios sobre los diez puntos para saber si eres uno de estos seres, o bien breves manuales sobre cómo en-gañar a uno, y que sobre todo ironi-zan sobre el hueco ideológico y poco politizado de este sustrato pensante o no, dado que su carácter rebelde se inserta desde una cultura alternativa dentro de la misma cultura del con-sumo, idea contradictoria que sin embargo atrae y genera aversión de muchos que irónicamente le guiñan el ojo, lo mismo al mainstream que a lo hípster.

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26 DE MAYO DE 2014

Juan VilloroMientras haya necesidadde encontrar otras manos

Por Mauricio Flores* Libros

Una biblioteca —sostiene el ponente de Conferencia sobre la lluvia, el nuevo libro de Juan Villoro (Ciudad de Méxi-co, 1956)— es una lluvia que se detie-ne. Pero no por mucho rato —advierte de inmediato. Como también quien esto escribe, pues resulta que al título citado habrá que sumarle Balón dividi-do, donde el autor habla de temas fut-boleros, y que será oportunidad para volver a estas páginas gualdreñas. Los libros —abunda el monó-logo de Conferencia…— siempre están en movimiento. Hay que encontrarles acomodo. Llega uno nuevo y debes desplazar todos los restantes. No sé si he pasado más tiempo leyendo o mo-viendo libros. Tengo el lumbago del erudito. El narrador, se entiende, es un bibliotecario señalado para hablar en público, y que, a la llegada a su comparecencia, se percata de que ha olvidado la impresión de sus palabras.En otro momento afirma: “la literatura es un lugar en el que llueve. He dedica-do buena parte de mi vida a coleccionar chubascos literarios. No soy un profesor ni una eminencia, pero vivo entre libros y me gusta compartir hallazgos. Me he quemado las pestañas buscando citas. La frase es arcaica, lo sé”. ¿Su autor?, igual se entiende, un Juan Villoro presente en las letras nacionales desde principios de los ochenta, cuando publicó La noche na-vegable, y recientemente ingresado al Colegio Nacional. De sus palabras (lopezvelar-dianas tenían que ser) ante la insti-tución, rescato las siguientes en estas tardes de lluvia y futbol.

1. Ramón López Velarde es un clásico revisitado que ha contado con el dudoso privilegio de represen-tar las esquivas esencias vernáculas; el poeta más y mejor leído de Méxi-co que ha pasado de la temprana in-terpretación de Xavier Villaurrutia a las rigurosas ediciones de José Luis Martínez, pasando por los ensayos de-cisivos de Octavio Paz, Gabriel Zaid y José Emilio Pacheco.

2. Autores de su genera-ción o cercanos a ella como Luis Mi-guel Aguilar, Marco Antonio Campos, Guillermo Sheridan, David Huerta, Vicente Quirarte, Gonzalo Celorio,

Víctor Manuel Mendiola o Eduardo Hurtado han contribuido a mantener viva la flama de su poesía.

3. López Velarde es un per-sonaje central del relato de la moder-nidad mexicana que vivió en crisis con su país, pero cuyo destino fue similar al de José Guadalupe Posada porque murió en el anonimato sin saber que era un artista y de forma póstuma fue convertido en el precursor de una re-volución en la que no creía.

4. La sangre devota y Zozo-bra y sus tres libros póstumos, Son del corazón, El minutero y Don de febrero, han sido suficientes para mitificarlo y desmitificarlo.

5. Convertido en estatua, santo milagrero, calle y sitio web, Ló-pez Velarde no puede impedir que un tequila se llame la Suave Patria; mártir cristiano, héroe cívico, leyenda digna de un corrido, el hombre que murió a la edad de Cristo; se somete al fecundo placer de la lectura y a los equívocos de la adoración, al mismo tiempo se trata de un clásico hacia adentro que rara vez rebasa nuestras fronteras.

6. Mientras que López Ve-larde fue antiyanqui, James Joyce fue antibritánico, sin embargo, en la obra de los dos el flujo natural de la conciencia es una especie de estilo y que en el último capítulo del Ulises de Joyce, Bloom le narra a Dédalo los temas que le interesan: el celibato, la identidad, la patria, la literatura, la educación religiosa; los mismos temas que eran los que interesaban a López Velarde. De vuelta a Conferencia… (Almadía), una cita más: “Tal vez en el futuro todos los libros se descarguen en una tableta en-cendida y sus letras caigan como una lluvia solitaria, tal vez soy uno de los úl-timos prestamistas que unían a las per-sonas a través de los libros. Supongo que no seremos totalmente prescindibles; no del todo. Los volúmenes impresos en papel obligan a que las personas se conecten; pasan de unas manos a otras. Mientras haya necesidad de encontrar otras manos, habrá libros de papel. Lo más importante de los libros son las ma-nos que los entregan”.

Para leer a VilloroEmpezaría por sus cuentos: La noche navegable, La casa pierde y Los culpables. Después la novela: Llamadas de Ámsterdam, Materia dis-puesta y, estando en Zacatecas, pues El testigo, que le mereció el Pre-mio Herralde. No olvidar El profesor Zíper y la fabulosa guitarra eléctrica y El libro salvaje. Ya futboleros: Dios es redondo y ahora Balón dividido. Adónde estarán las crónicas que publicó en El Nacional, junto con Jai-me Avilés, en el Mundial de Italia 1990. Habría que recuperarlas…

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LA GUALDRA NO. 150

SÁBADO 3Temporada de conciertosOrquesta de Cámara del Estado de Zaca-tecasDir. Arturo Cuéllar GarcíaSolista: Rusell Alan Brown Brown, Con-trabajoAuditorio del Museo de Arte Abstracto “Manuel Felguérez”Admisión: $30.00

SÁBADO 3119:00 horasSábados en la CulturaTeatro, música y danzaEscalinatas del Antiguo Templo de San AgustínY Plazuela Miguel AuzaCoordinan: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde

SÁBADO 3121:00 horasRestauración Virtual delAntiguo Templo de San Agustín

MARTES 2719:00 horasBellas Artes a todas partesLectura en voz alta “Leo… Luego Existo”Patio Central del Museo ZacatecanoEntrada libre

MUNICIPIOSJEREZ

MARTES 2712:00 horasBellas Artes a todas partesLectura en voz alta “Leo… Luego Existo”Teatro HinojosaEntrada libre

AGENDA CULTURALMAYO 2014

La proyección de las películas se realiza de manera gratuita con fi nes culturales y educati-

vos. Excepto ESTRENOS. Entra-da general $30.00 Estudiantes con credencial y personas 3ª

edad $20.00

PROGRAMA MAYO 2014

Miércoles 28, 18:00 Hrs. Entrada libre.VIAJE ÁCIDO

Dir. Paul Mc GuiganReino Unido / 1999/ 105 min.

Miércoles 28, 20:00 Hrs. Entrada libre

TRAINSPOTTINGDir. Danny Boyle

Reino Unido / 1996/ 90 min.

Jueves 29, 18:00 Hrs. Entrada libre

2001: UNA ODISEA DEL ESPACIODir. Stanley Kubrick

Reino Unido / 1968/ 139 min.

Jueves 29, 20:30 Hrs. Entrada libre

TRAINSPOTTINGDir. Danny Boyle

Reino Unido / 1996/ 90 min.

Viernes 30, 18:00 Hrs. Entrada libreORLANDO

Dir. Sally PotterReino Unido / 1992/ 93 min.

Viernes 30, 20:00 Hrs. Entrada libre

2001: UNA ODISEA DEL ESPACIODir. Stanley Kubrick

Reino Unido / 1968/ 139 min.

Sábado 31, 18:00 Hrs. Entrada libre

EL COCINERO, EL LADRÓN, SU MUJER Y SU AMANTE.Dir. Peter Greenaway

Reino Unido / 1989/ 123 min.

Sábado 31, 20:15 Hrs. Entrada libre

UN HOMBRE LOBO AMERICANO EN LONDRES

Dir. John LandisReino Unido / 1981/ 97 min.

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26 DE MAYO DE 2014

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LA GUALDRA NO. 150 / 26 DE MAYO DE 2014

Río d

e pal

abra

s

Por Alberto Huerta

Por Roberto Galaviz

Por Edgar Khonde

Por Pilar Alba

La mosca

Poema para ser leído entre los 9 y los 12 años

San Benito

Julián

Al voltear la vista hacia la ventanilla del autobús, sobre el cristal, está la mosca. Inmóvil, como una calcomanía. No mueve –como es usual- las alas, la cabeza, las patas velludas, las alas membranosas, el abdomen… La mosca. Es una mosca grande, las alas de un color verde vidrio, tornasoladas, verde botella. Tiene la firme determinación de hacer el viaje hasta el centro de la ciudad… o hasta el otro extremo, de punta a punta. Embobada mira a través del cristal. Y sigue sin mover ninguna parte de su cuerpo. Se dirá que, hipnotizada mira cómo, afuera, la ciudad se desplaza. Nos abandona al subir una cuesta. Echa el cuer-po hacia atrás y sin batir las alas, se deja llevar por el viento…

Me gustas, me gustas como decir la palabra princesame gustas como doblar una hoja en cuatro partes y dibujar en pocas líneas una casa donde quepamos tú y yo.

Me gustas como quedarme calladoen el vértigo de un columpio al atardecer

Lo confieso, me gustas, pero de un modo extraño y sutil.

Me gustas porque pensar en ti -cuando no estás- es igual que regresar del mar con arena en los bolsillos y extrañar, extrañarextrañar.

Ya no quiero jugar con Adolfo, siempre me anda peleando. No quiere prestarme sus juguetes y esconde los dulces que mi mamá me deja en la tarde. Los sube has-ta lo más algo del librero en donde yo no puedo alcanzarlos. Por eso a veces me la paso toda la tarde llorando, esperando a que mi mamá salga del trabajo para dar-le la queja, pero como llega muy tarde siempre me quedo dormido. Hoy sí la voy a esperar, hoy sí le voy a decir que Adolfo no juega conmigo, no me presta los juguetes, me esconde los dulces y también se come mi comida; que cuan-

Entré a la biblioteca municipal de San Benito. Estábamos de paso, mi mujer había decidido que pernoctáramos un par de días en el pueblo. La biblioteca de San Benito era famosa porque mi-sioneros franciscanos en su tiempo reunieron en un libro llamado De cómo se comen las cosas de estas tierras, las re-cetas gastronómicas de la región. El li-bro abarcaba 14 tomos. Ignoro la razón de por qué el tratado no fue trasladado al archivo de la nación, por qué ningún museo lo había reclamado. Los tomos estaban llenos de hongos y cualquier estudiante bachiller podía tener acceso a ellos. Hojeé un par de ellos. Estaban escritos en un español del siglo XVI e ilustrados con destreza artística. Cogí un tercer tomo y de su interior cayó una hoja escrita por una sola cara. La hoja carecía de fecha, por supuesto no era parte del libro, sino que alguien la había dejado quizás por descuido dentro del libro. La caligrafía era im-pecable, la hoja ya amarilleaba. Leí: “El

do se enoja me pega y cuando vienen sus amigos me encierra en el cuarto y a veces me hago pipi porque no me deja salir ni al baño… me está dando mucho sueño… los ojos se me cierran… pero no puedo quedarme dormido; hoy sí, ahora sí tengo que decirle a mi mamá que ya no me deje con Adolfo, que no quiero que él me cuide, que mejor me quedo solo… yo mejor quiero que ella sea quien me cuide, eso le voy a decir… no le hace que no me compre una bicicleta, no ten-gamos que comer o nos quedemos po-bres muy pobrecitos…

único lugar donde me siento seguro es dentro de ti, le dije. Así que por la noche a la hora de la cena, después de haber-me destazado, congelado y cocinado 300 gramos de mi carne, sonreía. Sonreía porque por fin de algo le había servido haber pasado tardes enteras leyendo los tratados de gastronomía de la biblioteca de San Benito”. Luego de devolver el tomo a su lugar, salí de la biblioteca. El par de cuadras que me separaban de la posada lo recorrí cavilando. Un desco-nocido me jugaba una broma o era una simple coincidencia. Dos semanas más tarde, y como lo tenía planeado, le corté el cuello a mi mujer; luego con la sierra eléctrica separé de su torso brazos y piernas. Metí en la congeladora todos los restos, envueltos en plástico. Dejé afuera una porción de muslo que coci-né a las brasas. Elegí un Shiraz de Casa Madero para acompañarlo y como pos-tre comí una natilla que había compra-do esa misma mañana en el mercado.

Julian Opie, Julian Opie, 2005