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SUPLEMENTO CULTURAL No. 194 - 20 DE ABRIL DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN Fotografía de Andrés Sánchez, de la serie Soledades. Andrés Sánchez nació en Guadalajara, Jal., y vive en Zacatecas desde hace años. Estudió la Licenciatura en Comunicación y Periodismo y tiene 15 años laborando como reportero gráfico. Ha trabajado para diversos medios estatales e internacionales y actualmente es parte del equipo de La Jornada Zacatecas. Como fotógrafo ha participado en varias exposiciones colectivas en los estados de Zacatecas, Jalisco y Durango y ha sido merecedor de premios y menciones honoríficas en concursos estatales de fotografía. De su autoría, compartimos en esta edición la foto- galería Soledades [en páginas centrales].

La Gualdra 194

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SUPLEMENTO CULTURAL No. 194 - 20 DE ABRIL DE 2015 - AÑO 4 DIR. JÁNEA ESTRADA LAZARÍN

Fotografía de Andrés Sánchez, de la serie Soledades.

Andrés Sánchez nació en Guadalajara, Jal., y vive en Zacatecas desde hace años. Estudió la Licenciatura en Comunicación y Periodismo y tiene

15 años laborando como reportero gráfico. Ha trabajado para diversos medios estatales e internacionales y actualmente es parte del equipo

de La Jornada Zacatecas. Como fotógrafo ha participado en varias exposiciones colectivas en los estados de Zacatecas, Jalisco y Durango y ha

sido merecedor de premios y menciones honoríficas en concursos estatales de fotografía. De su autoría, compartimos en esta edición la foto-

galería Soledades [en páginas centrales].

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LA GUALDRA NO. 194 / 20 DE AbRiL DE 2015 / AÑO 4

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Crónica de un zacatecanoen Coachella [Primera parte]Por Juan Concha

Pandora de Liliana V. BlumPor Rebeca Mejía López

L. M. OliveiraResaca, una excursiónde abismos y oscuridadesMauricio Flores

SoledadesDe Andrés Sánchez

Diario de MateoPor Mateo Estrada Gaviria

El chico sin colorPor Carlos Flores

Desayuno en Tiffany’s, mon kuUn racisme à peine voilé de Jérôme Host Por Carlos Belmonte GreyCastillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

El Quijote como transporte:conociendo latitudesPor David Alberto Valerio MirandaEcuación inicial para una aparente fórmula de hacer sonreír a una mujerPor Roberto Galaviz

Celulares Por Pilar AlbaLa canija lagartija Por Alberto HuertaLa rebelión de los negros[Fragmento] Por Edgar Khonde

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La Gualdra es una coproducción de Ediciones Culturales y La Jornada Zacatecas. Publicación semanal, distribuída e impresa por Información para la Democracia S.A. de C.V. Prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta publicación, por cualquier medio sin permiso de los editores.

Carmen Lira SaadeDir. General

Raymundo Cárdenas VargasDir. La Jornada de [email protected]

Jánea Estrada LazarínDir. La Gualdra

[email protected]

Roberto Castruita y Enrique MartínezDiseño Editorial

Juan Carlos VillegasIlustraciones

[email protected]

Desde hace algunos –pocos– años, en Zacatecas se ha venido gestando un movi-miento artístico y cultural independiente muy interesante. Anteriormente, se seguía una tendencia orientada a depender de las instituciones que administran los recursos públicos para sostener proyectos en esta materia, la mayoría de carácter individual. Una sola persona, por lo general, concebía la idea, la desarrollaba y hacía actividades de gestión para obtener el dinero nece-sario para llevar a cabo un proyecto que quedaba en montajes escénicos de pocas representaciones, o en exposiciones que sólo eran visitadas durante la inaugura-ción; es decir, esa manera de depender de las instituciones limitaba, hasta cierto punto, el desarrollo individual y el creci-miento de los artistas en lo profesional. Poco a poco, y ante la problemática de tener recursos económicos siempre insu-ficientes, algunos artistas tomaron con-ciencia de que esa forma de trabajo no era la más adecuada, que necesitaban apoyos institucionales, sí, pero que sus proyectos podrían tener también el patrocinio de la iniciativa privada siempre y cuando para ésta representara también atractivo inver-tir en “algo” que le hiciera copartícipe de una utilidad –que no siempre, y esto hay que aclararlo, es económica-. Para los ar-tistas más jóvenes, sobre todo, también ha cobrado importancia el trabajo en equipo, el colaborativo, aquél en el que cada in-tegrante de un grupo tiene actividades asignadas de acuerdo a sus competencias, generando con esto que el desarrollo de los proyectos fluya de manera natural, pero con mecanismos de control y evalua-ción constantes, en los que se trabaja por objetivos y por metas y no por ocurren-cias del momento. Quienes han concebido esta manera de trabajo, descubrieron que es posible que los proyectos generen uti-lidades económicas y que con un buen sistema de planeación, estas utilidades pueden ser reinvertidas en nuevos pro-yectos. Poco a poco, hacer conciente esa forma de trabajo, ha rendido sus frutos en algunas agrupaciones artísticas, y éste es el caso, concretamente, de La Cáscara Arte y Cultura, A.C. que esta semana cele-bra su primer aniversario.

El foro La Cáscara es un espacio cul-tural que desde hace un año abrió sus puertas en Zacatecas; el proyecto está conformado por Ernesto Salinas Martínez, Juan Chávez Concha, Paola Reyes Rodrí-

guez y Sergio Salinas Martínez. Desde su apertura, el foro se ha expandido y ha evo-lucionado con el fin de ofrecer un espacio digno para presenciar distintas disciplinas artísticas; este proyecto surgió en una casa ubicada en Juan de Tolosa 1122, a unos pasos de la fuente de Los Conquistadores, espacio que se transformó radicalmente hasta constituirse como foro, como un centro cultural que respondiera a las ne-cesidades de quienes lo conforman y de aquellos interesados en darle forma a sus necesidades culturales. Actualmente, esta asociación ofrece a los artistas y al público en general un lugar en el que lo mismo se llevan a cabo talleres y exposiciones, que representaciones escénicas de calidad.

Sí, hay que celebrar con estos artistas audaces y talentosos, que hayan tenido la visión de conformar y consolidar un grupo, que hayan ideado un proyecto como éste y que su forma de organización les hay permitido llegar al primer año; pero sobre todo, que tienen la estructura organizacional, la creatividad y la pasión suficientes como para que La Cáscara y sus proyectos sigan adelante. El próximo paso es la presentación del programa ge-neral del FCTAI 2015 que organizan La Cáscara y Los Cosmicómicos Compañía Teatral en conjunto. Este 29 de abril será la presentación oficial del programa de actividades de este Festival Cosmicómico de Teatro Alternativo Internacional en su tercera edición y créame, de verdad, que la programación de éste supera con mucho a los más recientes festivales ins-titucionales.

Por lo pronto, le invito a que asista al concierto del primer aniversario de La Cáscara, que se llevará a cabo este 25 de abril en el salón La Plazuela del Hotel Don Miguel, donde se presentarán Siddhartha y Caloncho. Para la realización de este concierto, se convocaron varias empresas de la iniciativa privada, quienes fungen como patrocinadores y quienes además saben que apoyar este tipo de proyectos generará beneficios para todos. Enhora-buena pues a La Cáscara Arte y Cultura por los logros obtenidos hasta el día de hoy; me declaro una fiel admiradora de su proyecto y deseo de todo corazón que éste sea el primero de muchos aniversarios.

Que disfrute su lectura.

Jánea Estrada Lazarí[email protected]

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uald

ra No

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una voz increíble, llena de sentimiento, acompañada de una gran orquesta que hacía los honores increíblemente. En ese momento pensaba que era lo mejor del día.

Quisimos ir a refrescarnos a Yuma una vez más, además, en punto de las 4:45 de la tarde, se disponía a tomar las tornamesas nada más y nada menos que Erol Alkan. Una verdadera bomba, ya conocido por su electro house muy fino, pero intenso; este londinense nos hizo rebotar de un lado a otro de la pista de baile… sin palabras. El cansancio se empezaba a sentir y decidi-mos regresar por algo de comer y una be-bida energética; lo mejor estaba por venir.

El escenario principal nos esperaba con The war on drugs. Estos muchachos de Fi-ladelfia cuentan con un sonido único, tiene indie, new wave, post funk… en resumen, un

aperitivo de lujo para lo que se venía.En el escenario contiguo, el Outdoor

Teather, era el turno de Alabama shakes. Si no han escuchado a este grupo, tienen que correr a hacerlo, su sonido es rock sureño mezclado con blues, rockabilly, garaje y demás. Lo primero que podías notar, era el genial atuendo que portaba su vocalista Brittany Howard, que te recordaba a un viajero espacial o algo por el estilo, pero eso quedaba de lado cuando escuchabas su extraordinaria voz; yo no puedo evitarlo y creo que es todo lo que voy a decir al respecto: me recuerda irremediablemente a Janis Joplin. Gran banda.

La noche caía, anunciando la llegada de los platos fuertes. Interpol se apropiaba del escenario principal. Estos neoyorquinos tienen una tremenda energía, además de la voz inconfundible de Paul Banks. Éxitos como “Ligths”, “Evil” o “Mammoth”, nos hicieron corear sin cesar todos los temas de esta gran, gran banda. Ya no nos move-ríamos de ese escenario; aunque solamente quedaban dos bandas ahí, para nosotros eran las mejores.

Tocaba el turno de la psicodelia austra-liana de Tame Impala. Para un servidor era el plato fuerte que precedía al gran postre que nos esperaba. Era una de las primeras presentaciones después de que la banda lanzar su nuevo disco: Currents, así que incluyeron temas nuevos como “Let it hap-pen”, sin dejar de lado grandes éxitos como “Elephant”. Se sentía una vibra increíble, perfecta.

Era momento de la cereza en el pastel, para redondear un día increíble, teníamos que rockear nada más y nada menos que con ¡AC/DC! Y digo que “tenemos”, por-que cuando ves en vivo a estos grandes, no hay nada más qué hacer. Con 60 años, Angus Young sigue tocando la guitarra como los verdaderos dioses, brincando, corriendo, bailando, desvistiéndose y des-apareciendo en el escenario y apareciendo en medio de la audiencia. Un gran desplie-gue físico y de producción lo que presen-taron en el escenario, cerrando con “High way to hell” y fuegos artificiales. No había nada más o decir, el primer día de Coache-lla había terminado.

En la segunda parte les platico lo que fueron el segundo y tercer día. Nos leemos la próxima semana.

* (Zacatecas, Zac., 31 de octubre de 1983)

Mercadólogo, locutor y productor de radio,

actor de teatro y gestor cultural. Amante de la

buena música, el teatro y los perros.

20 de abril DE 2015 3

El Festival de Música y Artes de Coachella Valley es un festival que se celebra durante tres días en un club de polo ubicado en Indio, California. Este hermoso lugar es el escenario idóneo para que la multitud asistente acampe, en la mayoría de la oca-siones con todo y su coche, disfrute del nutrido line-up que siempre ofrece, y claro, se deleite la pupila con las intervenciones plásticas, los atuendos nada sobrios, la aparición de celebridades y una magnífica escena natural.

Después de casi un año de ahorrar -porque afrontémoslo: para un mexicano promedio es difícil costear este tipo de festivales-, finalmente se había llegado el día, estábamos ya en la zona de camping del Coachella 2015, un día antes de que comenzara. Lo primero que notas es la increíble e impecable organización con la que cuenta el evento, lo hermoso que ya de por sí es el lugar y el clima calu-roso. Lo que hicimos fue instalar nuestro campamento y asistir a la fiesta de bien-venida; no esperaba que lo primero que escucharía en Coachella, fuera un remix de “Volver, volver”, de Vicente Fernández, vaticinando un fin de semana inolvidable, y así lo fue.

Antes de continuar, debo aclarar que Coachella es un festival tan grande y di-verso que es imposible ver a todos los ar-tistas que presenta, así que cada uno tiene su propia experiencia, su propio festival: aquí les platico el mío.

El primer día comenzaba desde las once de la mañana, pero la fila para la ducha hizo que llegáramos a abrir nuestro festival con quien en verdad lo queríamos hacer: Vic Mensa. El rapero y productor nacido en Chicago, era de los más espera-dos del día, y le tocaba abrir el escenario principal: Coachella Stage. Sus ritmos hip-hop, nos pusieron a bailar y brincar a todos con esa euforia del primer día, pero tam-bién con ese sol inclemente que solamente California te puede dar. Una actuación impresionante… y esto apenas comenzaba.

El calor hizo de las suyas, además te-níamos ganar de bailar y de bailar como se debe. El escenario indicado era Yuma, un escenario cerrado, lleno de luces y un gran sonido, además contaba con aire acondicionado y una pista de duela. Nadie mejor para ponerte a bailar que el maestro Marques Wyatt. La especialidad de este se-ñor que comenzara su carrera a mediados de los 80, es el house, y uno profundo y con alma propia: el señor estaba en casa, literalmente. Un set lleno, muy balanceado

y trabajado. Le tocaba tocar como los gran-des y así lo hizo.

A las 2:30 pm y una vez refrescados, podíamos continuar con los demás esce-narios calurosos; nos encontramos con un productor y DJ no muy conocido: Trippy Turtle. Hip-hop mezclado con música elec-trónica, sonidos de animales y ambientes muy agradables hicieron que los asistentes al escenario más loco del festival –Sahara- pasaran un rato muy agradable.

Era momento de ir por no por una, sino por varias cervezas, con la esperanza de que el calor fuera cada vez menos. Ahí nos topamos con uno de los más grandes ex-ponentes del funk y el soul: Charles Bradley and his extraordinaires. Una delicia y un ho-nor haber escuchado el concierto de este señor, quien a sus 66 años, sigue teniendo

Crónica de un zacatecanoen Coachella [Primera parte]Por Juan Concha* M

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develar el verdadero ser; imagen que hemos construido en aras de la adaptación social, cultural y fami-liar. Desde pequeños, aprendemos a ocultar nuestra naturaleza adoptando rasgos que serán mejor aceptados en nuestro entorno. Liliana V. Blum, rebasa el típico triángulo amoroso para introducir al lector, a través de Gerardo, Abril y Pandora, a la eterna lucha entre el ser y el deber ser.

En palabras de la autora: “¿Qué pa-saría si estuviéramos dispuestos a cum-plir nuestras fantasías? ¿Hasta dónde habríamos de llegar para lograrlo?”.

La narración de Blum logra ser fluida al alternar la voz de Pandora

con el conflicto matrimonial de Abril y Gerardo visto desde fuera, invi-tando al lector a mirarse en cada uno de los personajes desde distintos ángulos. La autora nos invita a ex-plorar los tabúes y dejar a un lado los prejuicios y, lo más importante, a buscar, dentro de aquel personaje que hemos construido, nuestro ver-dadero ser. Abrir nuestra propia caja de Pandora, esperar lo peor y, si somos lo suficientemente valientes, la liberación.

En resumen, Pandora es, desde mi experiencia como lectora, todo un acontecimiento, en la narrativa mexi-cana contemporánea.

Durante el Festival Cultural Zacatecas 2015, la escritora originaria de Durango, Li-liana V. Blum (1974), pre-sentó en el Extemplo de San Agustín su libro Pan-dora, editado por Tusquets, dentro de las actividades programadas en el Encuen-tro Internacional de Escri-tores. Blum es Licenciada en Literatura Comparada por la Universidad de Kansas, Maestra en Educación, con especialidad en Humanida-des, por el ITESM. Es autora además de Yo sé cuando expira la leche (2011), El libro perdido de Heinrich Böll (2008), The Curse of Eve and other stories (2008), Vi-das de catálogo (2007), ¿En qué se nos fue la mañana? (2007), La maldición de Eva (2002). Su cuentario No me pases de largo resultó ga-nador del certamen de la re-vista Literal: Latin American Voices, en 2013. En 2007 ganó el Concurso Internacio-nal de Narrativa convocado por el Centro Israelí para las Comunidades Iberoame-ricanas y en 2006 el Premio Nacional de Cuento Beatriz Espejo, cuyo trabajo aparece en el libro El espejo de Bea-triz (Ficticia Editorial, 2009).

*Comentarios y sugerencias:

Twitter: @RbkMej

Tuve la fortuna de que me recomen-daran leer los cuentos de Liliana V. Blum hace algunos años, así me inicié con Vidas de Catálogo (Tierra Aden-tro, 2007), de quien se convertiría en una de mis escritoras mexicanas favo-ritas. Pandora no es la primera novela de esta escritora, aunque sí la primera publicada en Tusquets, lo cual le permite tener un mayor alcance de circulación entre los lectores. Hacía un buen tiempo que una novela con-temporánea no me atrapaba dos días para terminarla de un jalón, y creo que eso es más que un buen pretexto para dedicarle una reseña.

La trama de Pandora es sencilla en apariencia. Por un lado está Gerardo, un respetado ginecólogo, con dos hi-jos pequeños gemelos, una casa, tar-jetas de crédito, las miradas de todas las enfermeras y una esposa perfecta, Abril, quien busca siempre estar a la altura de su marido. ¿Se podría desear más para ser feliz?

Por otro lado, Pandora, la gorda de la familia, aquélla que siempre fue así desde que tiene memoria, la que se quedaba con hambre y tenía que esperar a que su madre durmiera o saliera de casa para asaltar la cocina. Siempre en constante reprobación que raya en el desprecio por parte de su madre, con el amor de su padre que, sin embargo, muestra una acti-tud más bien tibia frente al dominio maternal, sumado a esto la compara-ción con su hermana delgada buena en todo.

Pandora ha llegado a un punto de aceptar su condición sin hacer algo realmente significativo para cam-biarla, aun así, esta aceptación no es exactamente amor a sí misma. Al irse la única persona que realmente la amaba, Pandora ya no tiene nada que perder ante la sorpresiva mirada de deseo que tiene Gerardo hacia ella.

La novela me fascinó porque muestra una condición actual de mu-chas mujeres: el sentirse inconfor-mes con su persona. Las gordas que son peor que las feas, rechazadas por la sociedad por flojas y conformis-tas, y las delgadas que luchan por mantenerse así, probando distintas dietas, absteniéndose del placer de comer y comparando nuevas rutinas de ejercicios con sus amigas igual-mente frustradas.

De forma parecida se explora el ámbito masculino; hasta dónde el hombre tiene que cumplir con su

papel en la sociedad, más allá de roles como padre de familia, trabajador o esposo. La autora expone el ambiente que vive día con día un varón actual, reprimiendo su verdadera sexualidad por ir más allá de lo tolerado, espe-cialmente para alguien que está más allá de los estándares promedios.

Por último, el deseo se presenta en la novela como un personaje es-curridizo que lleva a Abril, Gerardo y Pandora a explorar los límites de su propia existencia en búsqueda de lo que realmente anhelan.

La máxima “conócete a ti mismo”, en el plano psicológico, propone per-forar en nuestra propia imagen hasta

Pandora de Liliana V. BlumPor Rebeca Mejía López

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20 de abril DE 2015 5

un bar de Sanborns, donde Pablo es co-nocido de acuerdo a su recibimiento. El de Insurgentes y Aguascalientes. Será en torno a ese nudo, las colonias Roma y Condesa, desde donde se de-sarrollen las escenas de Resaca. En las calles de Campeche de la colonia Roma Pablo se come una barbacoa (supongo en El Hidalguense, aunque en temporadas normales éste sólo abre sábados y domingos) para mitigar los

efectos de su primera resaca (cruda).Tras una nueva visita al bar de

Sanborns, Pablo deambulará por In-surgentes, pasará por La Naval (algo más que una simple licorería) y Porrúa (librería venida a menos) para volver a las calles circulares de Ámsterdam (¿quién no se ha perdido buscando un número en la calle Ámsterdam?) y el parque México. Seguirán ¿El Portal de Cartagena?, ¿“el bar de la esquina”? La aventura correrá hacia Reforma hasta el Bar Niza (“ahí bebieron te-quila durante varias horas, hasta que los echaron por borrachos, escanda-losos e impúdicos”), sin olvidar el maravilloso espectáculo que durante meses ofrecieron a los capitalinos los integrantes de los 400 pueblos. En di-ferentes jornadas Pablo visitará alguna de las muchas pozolerías de nuestra amada colonia Roma y estará a punto de visitar el Sixtie´s, ciertamente un bar para rucos. “Ahí seguro tocan mú-sica de la que a usted le debe gustar”, le dicen.

Y quizás confirmando aquello de que “un hijo que no piensa en su madre es un rufián, un desgraciado, un inmo-ral”, Pablo reemprende sus pasos en nueva dirección: la casa materna, en Contreras, donde ocurre una escena que los editores de Resaca recuperan para ilustrar la portada. Caminito de Contreras, hay que aclarar, Pablo pa-sará por la larguísima avenida Revolu-ción, el centro de Mixcoac y una nueva cantina, ¿El Mirador?, donde “el cha-morro tarda”, como advierte el mesero.

Faltan por mencionar varios sitios… las librerías de viejo de Donceles, en el Centro Histórico, una marisquería, un café de chinos, ¡el Covadonga!

No me gusta mucho el final de Resaca. El final de Pablo. Leyendo a Ortega y Gasset, Rousseau, Russell, y amigo de un politiquillo de izquierda.

Sí el final-final. Cuando enfila sus pasos a una licorería.

“Las ruinas del incendio pronto que-daron atrás —leemos—. Iba por unos tragos de whisky. Quería desaparecer entre la borrasca”.

L. M. Oliveira, Resaca, Penguin Random House

Mondadori, México, 2014, 184 pp.

* [email protected]

Una de las primeras cosas que te-nemos que agradecerle a Resaca, la segunda novela publicada de L. M. Oli-veira, es que su personaje cardinal, un Pablo de cuarentaitantos años, médico de profesión, aun siendo abrazado por los demonios del mal alcohol, no es ni investigador policiaco ni periodista. Habituados a las sagas donde estos últimos aportan sus experiencias de vida y sus rutinas para desde ahí escu-driñar en los impulsos y motivaciones de los seres humanos —obligada pla-taforma de toda historia, de cualquier trama— toparnos con un médico que se trasluce únicamente “preocupado por llegar a tiempo” a su consulta y “revisar las dolencias” de sus pacien-tes, se reconoce.

Pero resulta que un cierto obser-vador eximio, el novelista en potencia que Oliveira lleva dentro no sabemos desde cuándo, romperá el curso quieto de la vida de Pablo. Y lo que hasta en-tonces era caminar de la casa al consul-torio y de regreso, controlador de sus propios medios y capacitado para “ir por la vida con la sonrisa presumida de quien no le teme a nada”, se convertirá en una excursión de abismos y oscuri-dades. Así. Desventajosamente. Como una borrachera que nos atrapa. No más. Y desde esa misma licencia, Oli-veira desplegará el ejercicio de su crea-ción novelística, Resaca, llevándonos de paso a revisitar cuestiones como el amor, la envidia, los celos y, “claro”, sostiene el narrador, la frustración.

Duras cuestiones, ¿verdad? Pero hay más. Infidelidad, desprecio y abandono. Luto. Eso que se genera tras las pérdidas, y que de acuerdo a los especialistas presenta diversas etapas. El luto específico de de Pablo (duelo), provocado por la partida de su hija, el abandono de su esposa y la muerte de su gata. Todo acompañado con la espiral alcohólica en la que se aventura con pocas fuerza y experien-cia, las resacas (por qué no llamarle crudas) y un suceso noctámbulo en el que podría haber ahorcado a una mujer maquillada para la muerte, que yo me imagino como la novia del Ca-pitán Gato (el actor Sergio Jiménez), el cabecilla de Los caifanes, la película de Juan Ibáñez, donde también impe-

ran el alcohol y la resaca (por qué no llamarla cruda).

En la gran ciudadOtra lectura de Resaca podría lindar por los caminos de Pablo, ubicables entre la Condesa y Contreras de la gran ciudad; Barcelona en el recuerdo.

Todo comienza cuando Pablo escu-cha un “me voy a Barcelona, papá” de parte de su hija. ¿La primera estación?,

L. M. OliveiraResaca, una excursiónde abismos y oscuridadesMauricio Flores*

Encuentro Internacional de Escritores

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SOLedadeSDe Andrés Sánchez*

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20 de abril DE 2015 7Artes Visuales

*Nació en Guadalajara, Jal., y vive en Zacatecas desde hace años. Estudió la Licenciatura en Comunicación y Periodismo y tiene 15 años laborando como reportero gráfico. Ha trabajado para diversos medios estatales e in-ternacionales y actualmente es parte

del equipo de La Jornada Zacatecas. Como fotógrafo ha participado en va-rias exposiciones colectivas en los es-tados de Zacatecas, Jalisco y Durango y ha sido merecedor de premios y menciones honoríficas en concursos estatales de fotografía.

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LA GUALDRA NO. 1948

Alex ToledoEs un jovencísimo escritor. Publica en Facebook y tiene páginas en internet. Los textos son políticamente correctos. En ellos opina y provoca reflexión. Tam-bién sube videos, redacta artículos sobre el asunto ser gay y perseguir el fin de la ilustración: la felicidad en la tierra.

Obvio, es irónico. El 10 de abril publicó en una de sus páginas: “Los chacales son como un antojito mexicano: no los incluyes en tu dieta con frecuencia, pero sí te das el lujo de uno cada cierto tiempo. Fin”.

Diario lo leo. Me encanta su defi-nición para los gay: “Soperos, porque a todos nos gusta cucharear”.

Abril 14En Jerez hay feria. La bulla distrae todo. Con la ilusión de que los espectáculos son gratis, el pueblo está volcado en la algarabía. Los estudiantes están fal-tando. Yo, quizá por primera vez, no tengo interés en el despilfarro.

La ubicación de la casa obliga a vol-ver temprano. No pienso gastar en taxis, ni mendingar raites o dormir donde Sine. El trasporte termina a las 8 pm. Inicia a las 6 am. El traslado se hace en quince minutos, o menos cuando no se detiene en la Ermita.

Mañana veré a Laura. Vino con el grupo de Andrés y su mujer. Camina-remos, no hay opción para ir al depa de

A. Y no quiero verle, porque regresaría.Estoy leyendo la nueva novela de

Luis Zapata: Autobiografía póstuma (UV, 2014).

Abril 17No sé de quién fui objeto. Antier vi a Laura y Andrés. Para no dormir al lado del cuarto de él, le propuse a ella venir a casa. El traslado lo hicimos en la camio-neta de Andrés. No pasó nada extraordi-nario… Desde entonces está aquí. Actúa como la mujer de la casa.

Sí platicamos de su plan: un hijo. La escuché desde mi cama. Ella actúo como siempre: camina, grita desde otra habitación, fuma, bebe agua o refresco (le gusta besar luego de tomar alguna soda).

Tener un hijo, una hija… “Quizá tu-viera dos hijos, y los tendría sin un remor-dimiento ni una cobardía./ Quizá serían huérfanos, y cuidándolos yo, el niño iría de luto, pero la niña no”.

Laura mira las notas y subrayados que hice en el libro de Luis Zapata. Pro-cura claves.

Abril 19Laura no deja preparar las clases. Llega tras de mí [3, 3:30 de la tarde] con ensa-ladas, vino y algún corte o pasta. Sigue con la troca de Andrés. No he pregun-tado por él. Ella nada alude del tema, ni siquiera de su prima.

Diario caminamos; algunas veces ca-lla, me hace reír y aventurar. Hoy, esta mañana, mientras hacía el desayuno, ad-

vertí que hemos estado tres días juntos. Quizá se quede… quizá sea el momento de ir al clóset. Sí quiero ser padre.

Por Mateo Estrada GaviriaDi

ario

de M

ateo

Era como si de pronto, en alta mar, me hubiesen arrojado por la borda en plena noche. Lo que no sé es si

alguien me empujó o caí yo solo.

Los momentos más vivos de la vida que quedan grabados en la mente y el corazón son aquéllos que se dieron en la adolescencia, esa edad tan vital donde la vida sabe a vida, el amor a amor y la amistad a amistad; cuando el corazón no se ha endurecido y la inocencia ocupa el lugar de los prejuicios del adulto. Es por ello que tal vez la novela Los años de peregrinación del chico sin color sea tan poderosa, pues nos transporta a las re-membranzas de esa edad, nos recuerda las dudas, los temores así como los pla-ceres y las confusiones.

Tsukuru Tazaki vive la etapa de se-cundaria con cuatro amigos: Aka, Ao, Shiro y Kuro, que en español se tradu-cen como Rojo, Azul, Blanco y Negro. Los cinco conforman una pandilla muy unida que dedica su tiempo libre a ase-sorar a críos de primaria con problemas

de aprendizaje. Todo lo hacen juntos, como si fueran los dedos de la mano, siempre unidos aunque con ciertas di-ferencias. Tsukuru, no obstante, siente que él no pertenece de todo al grupo, pues carece de color, ya que su nombre significa “el que crea”, y no es un color como el de los demás. Esa angustia lo persigue siempre que piensa en sus ami-gos, pues ellos a diferencia de él, tienen ciertos talentos y destacan en algunos campos, mientras que Tazaki es alguien no muy agraciado que parece no tener alguna habilidad.

Es una historia que ofrece al lector la fuerza de la narrativa de Haruki Mu-rakami, quien conoce las profundidades del alma humana y las expone como si fuera algo muy natural. Su personaje, al igual que los de sus otras novelas han contemplado el abismo al que les arroja el vacío, pero no obstante hay en ellos cierta humanidad con la que nos iden-tificamos, cierto dolor agridulce que nos permite entender un poco más de nuestra condición, de nuestro papel en

la existencia.Escrita en el 2013 refleja más al es-

critor de Tokio Blues y Al sur de la fron-tera y al oeste del sol que al creador de El pájaro que da cuerda al mundo y El fin del mundo y un despiadado país de las mara-villas, pues se centra en la vida cotidiana y la soledad, más que en la subjetividad y los mundos fantásticos que ha logrado dibujar en otras de sus obras.

La trama de esta novela se torna poderosa cuando la pandilla, sin expli-cación alguna, comienza a alejarse de su vida. Tsukuru había dejado su ciu-dad natal, Nagoya, para irse a estudiar a Tokio. En uno de sus retornos trata de comunicarse con ellos, pero parece que nadie quiere atender sus llamadas. Kuro es la encargada de comunicarle que no desean tener más comunicación con él y que sería preferible que ya no los buscase ni hablara con ellos. En ese momento, el joven sin color caerá en un letargo parecido a la muerte, y tendrán que pasar más de dieciséis años para que él trate de encontrar alguna explicación.

El chico sin colorPor Carlos Flores

Libr

os

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20 de abril DE 2015 9

El ataque al periódico Charlie Hebdo en enero se sabía que tendría consecuencias sociales y políticas inmediatas. Las elecciones de conce-jales departamentales dejaron ver los síntomas del racismo que en ocasiones se cree, en Fran-cia, extinto. El partido de la extrema derecha, el Front National, no obtuvo ningún candidato electo en los departamentos pero porcentual-mente se ubicó como la tercera fuerza política nacional en vista a las próximas elecciones pre-sidenciales y provocó divisiones en la izquierda que bascularon en la implantación de la Union pour un Mouvement Populaire (UMP) como el primer partido de la República.

Ante este panorama político uno de los primeros síntomas sociales es la visibilidad pública del racismo en ocasiones escondido en el velo del discurso de lo políticamente correcto. Decir negro a una persona de ese color o árabe a una persona de religión islámica parece vol-ver a las voces de lo cotidiano. Discusiones, por tanto, en torno a la laicidad reaparecen, entre ellas la controvertida feminista-religiosa-ma-chista-salvadora-racionalista polémica sobre el uso del velo en algunas mujeres de religión musulmana.

Este contexto ha terminado por desempol-var el documental Un racisme à peine voilé (Un racismo apenas encubierto), de Jérôme Host, del año 2004. De apenas una hora y 15 minutos

de duración, el documental había sido filmado en ese año a consecuencia de las leyes del pre-sidente Jacques Chirac (UMP) que prohibían el uso del velo en las escuelas públicas francesas. El resultado fue que niñas de algunas escuelas primarias y secundarias fueron sometidas a procesos de persuasión para quitárselo o de lo contrario, serían expulsadas de los centros es-colares ante el pretexto de respetar la laicidad.

Host visitó asociaciones estudiantiles, mu-sulmanas, feministas y de barriadas en las ciudades de Rennes, Estrasburgo y París afines al respeto a la diversidad cultural y a la mujer. El argumento en torno al que giran los alegatos

es la reivindicación de la ciudadanía francesa como principio cultural. Es decir, abole los principios estereotipados de la identidad na-cional. Advertir de la amalgama social y de la extrapolación de “amenazas” a la civiliza-ción occidental por Estados musulmanes es el marco que encuadra estos discursos.

Simplemente se trata de señalar que las manifestaciones de una religión no tienen las características que en algunos países o regio-nes existen. El discurso mediático ha insistido tanto en abstraer la religión a una condición universal como una amenaza general de los grupos integristas que las mujeres “cubiertas de velos” se han asimilado en la sociedad como

la prueba de la invasión musulmana. Y no sólo son una amenaza, sino que el

fuego cruzado les llega también de las agru-paciones izquierdistas, principalmente femi-nistas, que reclaman el derecho a la liberación de la mujer olvidando la importancia de las tradiciones y, principalmente, la validez a la heteregoneidad, o acaso, ¿es más válido ser mujer con una minifalda o con un crucifijo que usar pantalones o un velo?

Las entrevistas de Host discuten en torno a estos temas didácticamente con imágenes de manifestaciones acordes, sin olvidar, los discursos “sesudos” de los grandes políticos, hombres de poder e intelectuales franceses.

Desayuno en Tiffany’s, mon kuUn racisme à peine voilé de Jérôme HostPor Carlos Belmonte Grey

Cine

Guerras voraces“En 1975, el rey de Marruecos invadió la patria saharaui y expulsó a la mayoría de la población.

El Sáhara es, ahora, la última colonia de África.

Marruecos le niega el derecho de elegir su destino, y así confiesa que ha robado un país y que no tiene la menor intención de devolverlo.

Los saharauis, los hijos de las nubes, los perseguidores de la lluvia, están con-denados a pena de angustia perpetua y de perpetua nostalgia. Las Naciones Unidas les han dado la razón, mil y una veces, pero la independencia es más esquiva que el agua en el desierto.

En 1948, la fundación del estado de Israel implicó la expulsión de ochocientos mil palestinos. Los palestinos desalojados se llevaron las llaves de sus casas, como

habían hecho, siglos antes, los judíos que España echó. Los judíos nunca pudieron volver a España. Los palestinos nunca pudieron volver a Palestina.

Los que se quedaron fueron condena-

dos a vivir humillados en territorios que las continuas invasiones van encogiendo cada día.

Susan Abdallah, palestina, conoce la receta para fabricar un terrorista:

“Despójelo de agua y de comida.Rodee su casa con armas de guerraAtáquelo por todos los medios y a

todas horas, especialmente en las noches.Demuela su casa, arrase su tierra cul-

tivada, mate a sus queridos, especialmente a los niños, o déjelos mutilados.

Felicitaciones: ha creado usted un ejér-cito de hombres-bomba”.

Eduardo Galeano. Espejos. Una his-toria casi universal.

Seguramente no he leído ni la cuarta parte de la obra de Eduardo Galeano, siendo Espejos uno de mis libros favo-ritos, en él hay casi seiscientos relatos

Castillo de sal si puedesPor Ester Cárdenas

Eduardo Galeano. Foto: Xinhua.La Jornada.

cortos y por ello me he permitido com-partir con ustedes -elegido al azar- uno de ellos. Así es como leo este libro. De pronto me encuentro con un relato so-bre Sor Juana y Teresa de Ávila (ambas amenazadas por la inquisición), Isabel la Católica, fundadora de la inquisición española, Gengis Kan quien había in-vadido Asia en vez de Europa a quien consideraba atrasada, los inventos de los chinos: la brújula, los molinos de agua, el papel, la pólvora, el cañón, maquinas de hilar, el timón, la rueca, la acupun-tura, la porcelana, el reloj mecánico, imprimieron libros seis siglos antes que Gutenberg, el cepillo de dientes, la llave y un largo etcétera. Isaac Babel juzgado y fusilado por la inquisición en tiempos de Stalin, el jazz, el tango, la samba, Kafka que poca cosa publicó y a quien casi nadie leyó (en vida), en fin, es un libro maravilloso y demoledor, si pue-den léanlo ¿qué mejor homenaje para este gran escritor que acercarnos a su obra? Galeano creía firmemente que el mejor de sus días era aquél que aún estaba por venir.

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LA GUALDRA NO. 19410

AGENDA CULTURALABRIL 2015

MIÉRCOLES 22 y 2918:00 horasTodos al Centro HistóricoMiércoles de DanzónPlazuela Miguel Auza Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

JUEVES 23 y 3019:00 horasTradicional ConciertoBanda Sinfónica del Estado Dir. Salvador García y OrtegaPlazuela Goitia

MARTES 2119:00 horasMúsica CoralSociedad Coral Infantil de ZacatecasDir. María de Lourdes Ramírez y María de Jesús HernándezPatio Central del Museo ZacatecanoEntrada libre

JUEVES 2318:00 horasCelebración del Día Mundial del Libro y del Derecho de AutorPresentación del libroEl PuntitoAutor: Luis Ernesto Martínez NoveloIlustrador: Carlos Vélez AguileraModera: Adolfo González JuárezPatio Central del Museo Zacatecano

JUEVES 2319:00 horas

Poesía y MúsicaImpronta CulturalJosé Martín de Santiago, Ed-gar López Hernández,Ana Celia “La Paloma Blanca”Café “Casa de Moneda”Centro Cultural Ciudadela del ArteEntrada libre

VIERNES 2418:00 horas ConciertoOrquesta Típica de ZacatecasMercado “J. Jesús González Ortega”Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

VIERNES 2419:00 horas¡Vive la Ciudad!Música jazzGrupo invitado – ZacatecasTriciclo Circus Band – Ciudad de MéxicoPlazuela Miguel Auza

SÁBADO 2518:00 horasMúsica Sábados en la CulturaAndares RománticosEnsamble AramaraEscalinatas del Antiguo Templo de San Agustíny Plazuela Miguel Auza Coordina: IZC y Casa Mu-nicipal de Cultura de Zacatecas

DOMINGO 2617:00 horasRock para niñosNocturnos ChupasangreDrackincolmillo–Durango, Dgo. Dir. Rogelio Vázquez VelozPlazuela Goitia

LUNES 2718:00 horasConciertoCamerata de la Ciudad de ZacatecasTemplo de Nuestro Padre JesúsEntrada libre

LUNES 2720:00 horasConciertoCamerata de la Ciudad de ZacatecasTemplo de San Juan de Dios Entrada libre

MARTES 2819:00 horasConciertoCamerata de la Ciudad de ZacatecasPatio Central del Museo ZacatecanoEntrada libre

DOMINGO 2613:00 horasTradicional ConciertoOrquesta Típica de ZacatecasCasa Municipal de Cultura de ZacatecasEntrada libre Coordina: Casa Municipal de Cultura de Zacatecas

MUNICIPIOS

GUADALUPEMIÉRCOLES 2919:30 horasConciertoCamerata de la Ciudad de ZacatecasInstituto Municipal de CulturaEntrada libre

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20 de abril DE 2015 11Literatura

Río de Palabras

Desde niño había escuchado que los libros ofrecen la oportunidad de conocer lugares y tiempos que quizá nunca conoceríamos en persona. Tal es el caso de países, lagos, ciuda-des, montañas y muchos más, debo admitir que en lo particular me mantenía escéptico respecto a esta idea.

Conforme pasó el tiempo pude experimen-tar viajar por medio de la terminal de la lectura. Puedo tomar diferentes transportes librescos que me llevan a viajes hacia otros lugares, en este caso hablaré de El Quijote, obra que por su riqueza cultural ofrece un recorrido turístico por diversos lugares de España, Europa, el mundo oriental y hasta lugares fantásticos.

Ejemplo de ello es la narración sobre la cueva de Montesinos y las lagunas de la Rui-dera, lugares que se mencionan en varios capí-tulos de la segunda parte de tan magnífica obra, dedicados a la aventura que Don Quijote tiene al introducirse en ella, narrando desde que comunica que desea ir a dicho lugar, así como cuando llega a éste acompañado de Sancho Panza y el primo que los guía.

Particularmente llama mi atención el ca-pítulo XXIV de la segunda parte, cuando Don Quijote sale de la Cueva de Montesinos y cuenta a sus dos acompañantes lo que vio, advirtiendo estar feliz por: “Haber sabido lo que se encierra en esta cueva de Montesinos, con las mutaciones de Guadiana y de las lagunas de Ruidera…”.

El también llamado Caballero de los Leones

Tú me besas primero, tú me olvidas después que yo

yo te diré bonita, te escribiré este poema,y pediré después que no te vayas

tú me seduces a tu forma, a tu espacio y a tu tiempo,yo contemplaré tu sombra junto a la míacomo quien ve por primera vez una es-trella fugaz -y pide un deseo-

tú pedirás el deseo,yo desearé ser el deseo

,tú me dirás que estoy locoy enloqueceré para que ten-gas razón, para que sonrías.

Porque al final del día, -todos lo saben-(pero reniegan de la simplicidad de la vida)lo que importa, lo que perdura, lo que vale,es que aquello que amas, no te pertenezca, ni tú a él -sin embargo-que de un momento, salido así, casi de la nada

-casualidad perfecta o intención preme-ditada-

dos que se quisieron, (en silencio o en estruendo)al recordarlo, sonrían y sientan el golpe trágico del tiempo y la melancolía, es decir, la felicidad entera.

se jacta de saber lo que encierra la cueva, pero no sólo eso, sino mutaciones entre la cueva, Guadiana y la Ruidera, es decir, una relación entre la cueva y las lagunas; tanto los lugares como la relación me parecieron fantásticos en un principio, pero desatando mi curiosidad me puse a investigar sobre dichos lugares, y cuál fue mi sorpresa al descubrir que no sólo los lugares de la cueva de Montesinos y

las lagunas de la Ruidera son reales, sino que después de estudios e investigaciones actuales se comprobó que, efectivamente, existe una comunicación subterránea entre ambos como lo advirtió Don Quijote.

De hecho, en la actualidad, las lagunas de la Ruidera están consideradas como un área natural protegida situada en la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha, España. Pa-radisiaco lugar que sin duda despierta interés en visitarlo.

Si bien no es lo mismo conocer los lugares físicamente y tener la experiencia de estar ahí, con los libros podemos viajar a diferentes lugares y por lo menos adquirir conciencia de su existencia, una ligera idea de cómo son y, por qué no, sentir motivación para visitarlos.

Creo en El Quijote como un transporte; si te aventuras a tomarlo no te arrepentirás de viajar por una gran gama de lugares fantásticos y reales.

* Comentarios y sugerencias:

Twitter: @ValerioMirand

El Quijote como transporte:conociendo latitudesPor David Alberto Valerio Miranda

Ecuación inicial para una aparente fórmula de hacer sonreír a una mujerPor Roberto Galaviz

Cueva de Montesinos. Centro Virtual Cervantes.

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LA GUALDRA NO. 194 / 20 de abril DE 201512Rí

o de P

alab

ras

Lo conocí en el Salón México, durante la presentación de La reina del sur. Lo saludé apenas unos segundos. Teo trabajaba para él. Yo hacía investigación para Teo; es decir, de alguna forma yo también trabajaba para él. O sea que éramos sus perros. Aquella vez también estaban el Gordo, la Selene, Rita y Martínez. Todos nos sentamos en la misma mesa, desde donde éramos invisibles. En la mesa principal, ya saben, estaban los escritores. Nuestra mesa estaba llena de comida, de cerveza, de tequila, de mariguana y cocaína. La presentación era amenizada por Los tigres del norte y una banda que tocaba cumbias. Martínez se pudo pedo con dos cervezas y comenzó a delatarse. Señalaba a alguno de los escritores y nombraba el libro que le había escrito. La verdad a ninguno de los otros nos importó, y aunque lo que hacía Martínez estaba prohibido, nos valió madre. Más noche, Selene y Rita, hasta la madre de coca, eufóricas, propusieron escribir un libro donde todos desveláramos las verdaderas autorías de los libros que habíamos escrito, bajo encargo. Las chicas querían lanzar una bomba. Pero ni a Teo ni a mí nos hizo gracia. No estuvimos de acuerdo. Nos gustaba la idea de ser unas sombras, unos fantasmas, de que nadie se imaginara nuestra existencia. Nos gustaba la idea romántica de escribir sin usar nuestro nombre. Éramos negros, los obreros de la escritura. Eso íbamos a ser para siempre.

Muchos años después, Rita y Selene dejaron el ano-nimato y se convirtieron en escritoras; varios escritores comienzan como negros, como Paul Auster, por ejemplo. Rita se pasó por mi casa hace dos noches, traía mezcal, coca y un paquete de jamón serrano. Yo tenía deadline, pero no me importó postergarlo: siempre me ha gustado morderle la boca, pasear mi lengua por su vientre, hurgar dentro su coño. En algún momento me lo soltó: podría tenerla las veces que quisiera, siempre y cuando aceptara trabajar para ella completamente gratis. El primer trabajo consistiría en escribir historias eróticas de oficinistas. Algo como 50 Shades of Grey a la mexicana; una versión Godínez del amor. Y bueno, acepté. No suelo rechazar los trabajos. Soy un mercenario de la literatura. No tengo empacho en reconocerlo ni culpa. Escribo. Otros barren calles y tapan baches, anónimos, porque quien se lleva el crédito de una calle perfecta o una ciudad limpia, es el alcalde en turno.

Se mueve rápido, nerviosa, como una lagartija. Se viste siempre con un pants y una sudadera gris o verde musgo… Es como una lagartija. Aparece y desaparece a una velocidad increíble en las bardas de piedra siempre atenta a los movimientos de las personas, siempre está al corriente de quién sale con quién. Sabe muy bien cuántas visitas reciben fulanita o menganito… y a qué horas. Sus grandes ojos amarillos se ocultan bajo unos pesados párpados dormilones… Da la impresión de que no está mirando… sin embargo nada se escapa de su vista. Impasible, permanece

largo tiempo inmóvil bajo los inclementes rayos solares. Da la impresión de que está muerta. Sólo nos enteramos de que está viva porque se le mueve rítmicamente la panza como un fuelle. De una comisura a otra su afilada lengua repasa lenta los labios, humedeciéndolos. Escurridiza, siempre está urdiendo intrigas venenosas. Me-tiendo cizaña en el vecindario. Inyectando su ponzoña. Atisbando metiche en ventanas y puer-tas entornadas, emparejadas. En los vehículos estacionados. Así es María Cleofas Tinajero, la canija lagartija.

Cuando mi hermano murió todavía no se usaban los teléfonos celulares. Así que uno tenía que ir de un extremo al otro del hospital para avisar de su estado de salud, para responder las llamadas de los fami-liares o para dar la noticia cuando llegó el momento de su deceso. Cuánto nos hu-biera servido en esos momentos un aparato de éstos, dice mi madre sacando el celular de la bolsa. Mi hermano nunca supo lo que era un celular, no le tocó ver los primeros, que eran prácticamente unos ladrillos, ni fue testigo de su evolución

hasta llegar a los delgadísimos modelos que se desechan hoy en día; tampoco tuvo la necesidad de tener uno ni la desgracia de sentirse vacío si la carga se le acababa, si lo perdía o lo dejaba olvidado en la casa. Ahora hasta los chiquillos cargan con su celular, dice mi madre con tono de asombro, que a mí más me parece que es de reproche, lo dice mientras revisa por cuarta vez en su celular los mensajes de texto, lástima que no tenga celulares en el cielo, dice, mientras envía inbox, un men-saje por Facebook.

La rebelión de los negros [Fragmento]Por Edgar Khonde

La canijalagartija

Por Alberto Huerta

CelularesPor Pilar Alba

La araña llorando. 1881. Carbón. 49.5 x 37.5 cm. Colección privada. Países Bajos. Su autor, Odilon Redon, nació un día como hoy, 20 de abril, pero de 1840.